Carlomagno y los sajones (Historia National Geographic)

CARLOMAGNO Y LOS SAJONES UNA GUERRA DESPIADADA El forjador del Imperio carolingio estuvo tres décadas en guerra contra

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CARLOMAGNO Y LOS SAJONES UNA GUERRA DESPIADADA

El forjador del Imperio carolingio estuvo tres décadas en guerra contra los sajones, que se negaban a abandonar sus creencias y a someterse a la Iglesia católica. Para subyugarlos recurrió a métodos tan cruentos como las ejecuciones masivas ALBERTO RECHE INSTITUTO DE ESTUDIOS MEDIEVALES. UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA

LA VICTORIA DEL REY FRANCO

En el año 785, Widukind –el alma de la resistencia sajona– se rindió a Carlomagno en Paderborn. Ary Scheffer recreó el episodio en esta pintura de 1840. Galería de las Batallas, Versalles. AKG / ALBUM

LA CABALLERÍA FRANCA

UNA GUERRA SIN FIN

otros pueblos germánicos como los pro pios francos , los sajones habían mantenido sus costumbres y creencias tradicionales, y su territorio había resultado refractario a la labor de misioneros y evangelizadores cristianos. Desafortunadamente para ellos, la situación en tiempos de Carlomagno ha bía cambiado. A finales del siglo VIII, en la corte del soberano franco se preconizaba una ordenación de Europa en clave imperial y cristiana, en la que los pueblos considera dos paganos no tenían razón de ser. Ésta es una de las claves para entender la sucesión de campañas que, casi año tras año, Carlomagno lanzó contra los distintos pue blos sajones: los westfalios, que habitaban el

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l año 772, una banda de guerreros sajones se enseñoreó durante al gunas semanas de la Renania caro lingia. El hecho no era, ni de lejos, una novedad. Las fronteras entre el reino franco y sus vecinos sajones eran muy porosas, y con demasiada frecuencia bandas de guerra sajonas caían como relámpagos contra villorrios, aldeas, abadías y monas terios, saqueando a placer los confines del reino sin que los aldeanos y los monjes pu dieran hacer poco más que huir o rezar a un Dios que no era el de los atacantes. Y es que los intentos de cristianizar a los sajones en los siglos anteriores habían dado escasos resultados. A diferencia de

CARTOGRAFÍA: MB CREATIVITAT

SCIENCE SOURCE / ALBUM

En el Salterio dorado del monasterio de Sankt Gallen (Suiza) aparecen jinetes con armamento franco, aunque de época algo posterior a Carlomagno.

ío

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772

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LOS SAJONES depredan Rena-

EN LA ASAMBLEA de Paderborn,

LAS SANGRIENTAS campañas

nia. Carlomagno invade su territorio y abate un irminsul, un árbol o pilar sagrado. En adelante se suceden las campañas y las exigencias de conversión al catolicismo.

los líderes sajones aceptan la autoridad de Carlomagno, excepto Widukind, que se convierte en el alma de la resistencia y en 782 obtiene la victoria de Süntel.

de Carlomagno inducen a Widukind a convertirse. Pero la resistencia perdura, especialmente en el norte de Sajonia, donde el dominio carolingio era más frágil.

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MARCA DANESA

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REINO DE ASTURIAS

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Límites del imperio de Carlomagno en 814 Campañas militares (768-814)

804

Marca (distrito fronterizo) Patrimonio de San Pedro (dominios de la Iglesia)

ÚLTIMA REBELIÓN sajona de la

que hay constancia. Llega al término de deportaciones masivas de población y de la entrega de parte del territorio sajón a los abodritas, un pueblo eslavo.

Pueblos LA CONQUISTA DE EUROPA

El largo período de tiempo que Carlomagno tardó en dominar a los sajones se explica tanto por la obstinada resistencia de éstos como por el hecho de que la maquinaria de guerra franca actuó durante esos años en distintos frentes: contra los lombardos, contra los musulmanes de Hispania, contra los bretones, contra los ávaros...

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ENEMISTADOS DURANTE GENERACIONES LA IMAGEN DEL PODER

FRANCOS Y SAJONES habían luchado du-

territorio al oeste del río Weser; los ostfalios, que habitan al este del río; los angrivarios, situados entre los dos pueblos anteriores, y los nordalbingios, asentados en el istmo de la península de Jutlandia. Su conversión se había vuelto imperati va debido a las crecientes tensiones entre sajones por un lado y el poder carolingio y los misioneros católicos por el otro. Ello en troncaba con la necesidad de Carlomagno de mantener engrasada su maquinaria béli ca. De hecho, una de las razones del éxito de Carlomagno y sus predecesores había sido la organización de campañas militarees anuales que, cuando llegaba el buen tiempo, reunían a la aris tocracia para embarcarla en expediciones que le procuraban botín y ga nancias terrritoriales. Así, cuando o los sajo nes atacaron la zona de Renania en el año 772, Carlom magno de cidió que había llegado

A la izquierda, noble franco en un fresco de San Benedetto de Malles (Italia). Se ha sugerido que tal vez se trate del propio Carlomagno. EL FINAL DE UN MUNDO

SCALA, FIRENZE

Alfred Rethel imaginó así la destrucción del irminsul por Carlomagno en el año 772. Óleo. 1848. Museo Palacio del Arte, Düsseldorf.

el momento de intervenir en territorio sajón y acabar con lo que se consideraba tanto un reducto pagano como un peligro en la fron tera oriental de sus dominios.

La primera guerra sajona La campaña se proyectó para el verano de ese mismo año. Acompañado de sus condes, sus banderizos y sus soldados,el rey franco se di rigió hacia el río Weser, el corazón de la tierra de los sajones. Como el objetivo último de la expedición era religioso, con la retaguardia del ejército viajó un nutrido grupo de obis pos, sacerdotes y monjes, destinados a ser la punta de lanza espiritual de la expedición. Los primeros compases de la guerra fueron muy esperanzadores para los intereses caro lingios. Partiendo del Rin, las tropas llegaron con facilidad hasta el Weser y, victoria tras victoria, destruyeron varias plazas fuertes sajonas e incluso se obligó a los angrivarios a talar un irminsul, una suerte de pilar sagrado de madera,señal de que el propósito religioso estaba presente y de que el dominio de aquel territorio iba de la mano de la extirpación de las creencias religiosas de sus habitantes.

GUERRERO FRAN NCO COMO PEÓN DE UN JUEGO DE AJEDREZ CAROL NGIO. HACIA 800. BIBLIOTECA NACIONAL, PARÍS. IBERFOTO / PHOTOAISA

AKG / ALBUM

rante los dos siglos anteriores a Carlomagno. Los reyes merovingios combatieron contra ellos, y, hacia 629, Clotario II llevó a cabo una campaña devastadora en sus tierras. Sin embargo, hacia 630 dieron su apoyo a Dagoberto I contra los vendos, y este rey renunció al tributo anual de 500 vacas que los sajones pagaban a los francos. Pero en 715 saquearon Renania, y Carlos Martel los derrotó, les obligó a entregar rehenes y les impuso un tributo anual de 300 caballos. Años después, Carlos venció a los musulmanes en la decisiva batalla de Poitiers, una actuación que llevó al poder a sus descendientes, los carolingios. Su nieto, Carlomagno, sometería a los sajones al cabo de 32añosdeextenuantes y sangrientas campañas militares.

EL DEFENSOR DE LA FE

Carlomagno ofrece a la Virgen la catedral de Aquisgrán, capital de su imperio. Arca relicario del emperador, hecha hacia 1215 para acoger sus restos. CATEDRAL DE PADERBORN

El soberano franco fundó esta ciudad en el lugar que, en el año 777, acogió la primera asamblea franca celebrada en tierras sajonas.

Por fortuna para los sajones, la victoriosa campaña carolingia se vio truncada por los intereses políticos de Carlomagno. Aquel mismo año llegó al trono papal Adriano I, quien pidió la ayuda de Carlomagno pa ra hacer frente a los lombardos, un pueblo germánico instalado en el norte de Italia. El rey franco no dudó en abandonar la campa ña sajona para cruzar los Alpes en 773 y sitiar Pavía, la capital lombarda. Unos meses des pués tomó la ciudad, envió al exilio al rey de los lombardos y él mismo asumió su título.

JINETE LOMBARDO. HEBILLA EN BRONCE DORADO PROCEDENTE DE LA LOCALIDAD DE STABIO (SUIZA). DEA / GETTY IMAGES

La presencia de Carlomagno en Italia en tre los años 773 y 774 permitió a los sajones recuperar parte de los territorios perdidos, como las fortalezas de Eresbugo y Siburgo, y depredar la frontera con los carolingios en diversos puntos.

Demasiados frentes abiertos La suspensión de las campañas sajonas para atender otros objetivos prioritarios se repitió en años posteriores y dificultó enormemente la consolidación de la pre sencia carolingia en territorio sajón. En el año 777, por ejemplo, durante la dieta o asamblea celebrada en Paderborn, en pleno territorio sajón, Carlomagno recibió la visi ta del gobernador musulmán de Barcelona, que le pidió ayuda para sacudirse el control del emir de Córdoba y le prometió poner la propia Barcelona y otras ciudades bajo la órbita carolingia. Esta primera expedición a la península ibérica fue un fracaso (durante su retirada tuvo lugar la famosa batalla de Roncesvalles) e impidió a Carlomagno lanzar sus fuerzas contra el territorio sajón. Aparte del esfuerzo que suponía luchar en varios frentes,los carolingios se encontraron con tres serios problemas para someter a los

WILFRIED WIRTH / AGE FOTOSTOCK

ACI

PREDICAR EL EVANGELIO CON LA ESPADA TRAS LA DERROTA de Süntel, en 782, Carlo-

magno promulgó la Capitulatio de Partibus Saxoniae, un código legal que pretendía erradicar de cuajo la fe pagana, la cual alentaba la resistencia de los sajones. En este texto, por ejemplo, se condena a muerte a quien «por desprecio al cristianismo no guarda el ayuno sagrado de cuarenta días y come carne», al que «según costumbre pagana, hace destruir el cuerpo de una persona difunta mediante el fuego y reduce sus miembros a ceniza», a quien «pretenda ocultarse sin haberse bautizado y deje de acercarse al bautismo, porque quiere seguir siendo pagano». En 797, cuando Widukind –el líder de los rebeldes– ya se había convertido al catolicismo, se promulgó una versión más conciliadora del código, para favorecer la integración de los sajones.

ASAMBLEA EN LIPPSPRINGE

ALAMY / ACI

El tercer gran problema de Carlomagno tuvo nombre propio: Widukind. De él sa bemos que fue uno de los caudillos sajo nes que no se presentó ante Carlomagno en Paderborn en el año 777 y que lideró la revuelta sajona que estalló ante la ausencia de Carlomagno durante los años siguientes.

El jefe rebelde Derrotado una y otra vez, Widukind siem pre conseguía escapar y volver con fuerzas renovadas. Incluso llegó a viajar hasta Di namarca en busca de ayuda contra los caro lingios. Con el paso de los años y la certeza de que a las tropas francas no se las podría vencer en campo abierto, Widukind optó cada vez más por una estrategia de guerrillas y de alzamiento de la población que, aunque a la larga no consiguió su objetivo, sí logró demorar durante años el control efectivo del territorio por parte de las tropas carolingias. Pero durante los treinta años que duró la guerra también hubo algunas batallas cam pales,como la de Süntel,en 782.Quizá la más sonada fue la que tuvo lugar al año siguiente en la montaña de Osning, tal vez el mismo

POSIBLE REPRESENTACIÓN DE WIDUK ND EN LA TAPA DE SU SUPUESTO SEPULCRO. STIFTSKIRCHE, ENGER. AKG / ALBUM

GRAHAM TURNER / OSPREY PUBLISHING

pueblos sajones. El primero era de tipo logís tico. La región de Sajonia estaba formada en buena medida por regiones boscosas y, dado que no había pertenecido al Imperio roma no,carecía de infraestructuras como puentes, carreterasounareddeciudadesquefacilitaran el avance y la presencia de los carolingios.Por otra parte,aquel terreno impedía en su mayor parte batallas abiertas y convertía cada des filadero, camino y vado en un entorno hostil. El segundo factor fue la actitud de los ca rolingios como defensores a ultranza de la Cristiandad. La guerra contra los sajones se recuerda como uno de los conflictos más sangrientos y crueles de la historia, en bue na medida a causa de la política que desplegó Carlomagno para aca bar con el problema sa jón: masacres indiscri minadas, exterminio y persecución religiosa. Ante tales prácticas, la resistencia de los sajones no hizo sino aumentar.

Carlomagno convocó en este lugar de Sajonia (a la izquierda) a las tropas que envió contra los eslavos y luego fueron vencidas en Süntel.

LOS SAJONES COMBATÍAN A PIE, SEGÚN LA ANTIGUA USANZA GERMÁNICA, Y BLANDÍAN HACHAS Y ARCOS.

LA GRAN VICTORIA SAJONA DE SÜNTEL

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l macizo montañoso de Süntel, a orillas del Weser, fue testigo de la mayor victoria de los sajones, acaecida en el verano del año 782. El chambelán Adalgiso, el condestable Geilón y el conde de palacio Worad comandaban un ejército carolingio compuesto principalmente de caballería, que marchaba por territorio sajón para destruir a una banda de saqueadores eslavos llegados del este. Entonces se supo de

la rebelión de Widukind, y esta fuerza recibió la orden de dar media vuelta y atacar a los sajones, que se estaban agrupando en el Süntel. Allí se les unió un ejército reunido a toda prisa en la zona del Rin y dirigido por un pariente de Carlomagno, el conde Teodorico. Éste se situó frente al campamento sajón, en la otra orilla del río, mientras los otros tres comandantes cruzaban el Weser para llevar a cabo una manio-

bra envolvente. Pero Adalgiso, Geilón y Worad no aguardaron a Teodorico, sino que atacaron solos. Quizás infravaloraron el número de enemigos, o bien desearon quedarse con toda la gloria para sí. Los sajones rodearon y aniquilaron a la mayor parte de sus hombres; Adalgiso, Geilón y nada menos que cuatro condes murieron. Su fin se recrea en esta ilustración, que los muestra rodeados por los sajones.

LA TOMA DE WITTEKINDSBERG

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n el año 783 tuvieron lugar dos grandes batallas campales entre carolingios y sajones. En la primavera, Carlomagno se enfrentó a ellos en Osning, donde quizá cruzó su acero con el del propio Widukind, el jefe de la resistencia sajona. En verano, el rey franco obtuvo una notable victoria sobre los sajones en el río Hase, aunque Widukind logró escapar con vida. Luego Carlomagno asedió la fortaleza del caudillo sajón, emplazada en la colina que hoy se llama Wittekindsberg, aunque hay historiadores que consideran que este ataque es más bien una leyenda posterior. En todo caso, se ignora si Widukind estaba allí. Al cabo de once años de guerra, los carolingios planeaban con sumo cuidado sus campañas anuales

en tierras sajonas; por tanto, es probable que un ataque contra Wittekindsberg incluyera el empleo de máquinas de asedio, como la catapulta y el ariete que aparecen aquí. Los textos de la época no mencionan el empleo de estos artilugios por los carolingios, pero sí refieren que los sajones (más atrasados tecnológicamente que sus rivales) utilizaban catapultas, de lo que se deduce que los carolingios también las debían de emplear. Las fortificaciones sajonas de tierra y madera tenían pocas posibilidades de resistir a máquinas semejantes. Esta recreación sitúa el centro de la acción en la puerta principal, al norte de la ciudadela, excavada por arqueólogos alemanes y de la que se han sugerido posibles reconstrucciones.

GRAHAM TURNER / OSPREY PUBLISHING

VERDEN, ENTRE LA BIBLIA Y EL TERCER REICH TRAS LA DERROTA de sus tropas en Süntel, en 782, Carlomagno ordenó

decapitar en Verden a 4.500 sajones que se habían rendido. Este acto atroz hallaría su justificación en el Antiguo Testamento, donde se relata el exterminio de los amalecitas y los habitantes de Jericó a manos del pueblo de Israel, o la ejecución de dos de cada tres prisioneros moabitas ordenada por David, el rey bíblico con el que Carlomagno se identificaba. Bajo el Tercer Reich, que veía en Carlomagno a un rey francés fanático y sanguinario, se encomendó al arquitecto paisajista Wilhelm Hübotter la construcción del Sachsenhain, una especie de memorial de los sajones caídos, que, como Widukind, eran considerados la encarnación del espíritu germánico de resistencia. BRIDGEMAN / ACI

Bajo el impulso de Himmler, se creó en Verden un recinto con 4.500 losas de piedra que evocaban la matanza de sajones por Carlomagno. EL HEREDERO DE WIDUKIND

Este díptico de marfil muestra al emperador Otón I, su esposa Adelaida y su hijo y futuro sucesor. Otón descendía de Widukind por línea materna.

Pero con la derrota de Widukind, símbolo de la resistencia, la primera piedra de la victoria había sido colocada con firmeza. El último clavo en el ataúd sajón lo supuso la promul gación de la Lex Saxonum, un compendio de leyes destinadas a regir a los sajones, con las que éstos pasaban a ser uno más de los numerosos pueblos bajo tutela carolingia. El proceso fue uno de los retos más arduos a los que se tuvo que enfrentar Carlomagno durante sus 46 años de reinado y compor tó algunas de sus actuaciones más crueles. Ya fuera como rey o como emperador a partir del 800,Carlomagno encontró en los sajones y en Widukind a su enemigo más acérrimo. Las expediciones a Italia y a la península ibé rica distrajeron momentáneamente el interés del rey carolingio, que siempre vivió con la sombra de la reapertura de las hostilidades en los umbríos bosques y valles sajones. Para saber más

ENSAYO

Carlomagno Alessandro barbero. Ariel, Barcelona. 2001. La guerra en la Edad Media Matthew Bennett. Akal, Tres Cantos, 2010. TEXTOS

Vida de Carlomagno Eginardo. Traducción de Alejandra de Riquer. Gredos, Madrid, 1999.

DEA / ALBUM

lugar donde, casi ocho siglos antes, tuvo lugar la batalla de Teutoburgo entre los germanos y las derrotadas legiones romanas de Varo. Al parecer, en aquella ocasión Carlomagno y Widukind se enfrentaron cuerpo a cuerpo, aunque el segundo logró escapar antes de ser capturado. El enfrentamiento entre dos líde res carismáticos, con amplia experiencia mili tar, tiene todos los elementos para fijarse en la retina de los apasionados de la historia: frente a la viva imagen del indómito guerrero bárba ro, barbudo y con hachas de combate, se alza un noble rey cristiano que dirige sus huestes desde la primera fila de la batalla, espada en mano. La escena, con todo, tiene más de in vención posterior que de realidad, ya que los cronistas carolingios potenciaron la idea del combate singular como fuente de legitimidad para el vencedor (en este caso, Carlomagno). Finalmente, parece ser que Widukind abrazó el cristianismo a lo largo del año 785, quizás hastiado de la dureza de las últimas campañas de los carolingios, y fue bautiza do en la capilla real de Attigny ante el propio Carlomagno. Tras este gesto, los territorios sajones del sur se pacificaron rápidamente. Quedaban ya sólo los territorios del norte, cuyo dominio efectivo aún tardó una década.

HISTORIA Y POLÍTICA

DE PAGANO A NOBLE CRISTIANO El día de Navidad del año 785, y en presencia de Carlomagno, el caudillo sajón Widukind y su lugarteniente Abbo recibieron el bautismo en la capilla del palacio real de Atigny, al noreste de la actual Francia.

Por una ironía de la historia, los descendientes de Widukind se convertirían en la cabeza política de la Cristiandad occidental, con una posición tan preeminente como la que había correspondido a Carlomagno. En el año 936 fue coronado emperador el primer soberano del Sacro Imperio Romano Germánico: Otón I, que era hijo de Enrique, duque de Sajonia y rey de la Francia Oriental, y de Matilde de Ringelheim, hija del conde sajón Dietrich, cuya familia, la de los Immedinger, descendía directamente del tenaz Widukind.

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GRAHAM TURNER / OSPREY PUBLISHING

E

sta ilustración evoca aquel momento decisivo. El edificio, del que ya no queda nada, se ha recreado en función de otras construcciones de la época. De la importancia de aquel acontecimiento da cuenta el hecho de que el mismo Carlomagno 1 fuese el padrino del dirigente sajón 2, tras el que aparece Abbo. Se ha sugerido que Widukind no sólo era el dirigente militar y político de los rebeldes, sino que tal vez desempeñó algún tipo de liderazgo religioso, con lo que su conversión habría tenido una relevancia aún mayor.