caratula 7

María Valtorta O.S.M. (Caserta, 14 de marzo de 1897 - Viareggio, 12 de octubre de 1961) fue una escritora mística italia

Views 89 Downloads 5 File size 792KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

María Valtorta O.S.M. (Caserta, 14 de marzo de 1897 - Viareggio, 12 de octubre de 1961) fue una escritora mística italiana.

Fue autora de diversos cuadernos de apuntes, que componen la base de su obra fundamental, Il Poema dell'Uomo-Dio ("El poema del hombreDios", más tarde reimpreso con el título de El Evangelio como me ha sido revelado). Esta obra suscitó una importante polémica, ya que fue inicialmente aprobada para su impresión pero luego incluida en el Índice de Libros Prohibidos por su sucesor, Juan XXIII. La postura oficial de la Iglesia católica hacia las obras de Valtorta es todavía hoy en día ambigua.

María Valtorta escribió de una vez, sin un esquema preparatorio y sin rehacer sus escritos, más o menos quince mil páginas de cuaderno. Esta notable producción literaria está publicada en quince volúmenes, además de la Autobiografía. De ellos, diez encierran la obra mayor y cinco las obras menores. La obra mayor es El Evangelio como me ha sido revelado o Poema del Hombre-Dios.

Esta obra es un compendio de visiones que María Valtorta decía haber tenido de la vida de Jesús hace dos mil años, caminando junto a los apóstoles, junto a su madre, María. En sus diez volúmenes narra el nacimiento y la infancia de María y de su hijo Jesús, los tres años de la vida pública de Jesús, su Pasión, muerte, Resurrección y Ascensión al Cielo, Pentecostés, los albores de la Iglesia y la Asunción de María.

El director espiritual de María Valtorta, un miembro de la congregación de los Siervos de María, el Padre Migliorini, y el obispo Roman Danilak posiblitaron que estos escritos salieran a la luz y fueran publicados.

Monseñor Danylak dijo en su escrito de otorgamiento de Nihil Obstat e Imprimátur al Poema del Hombre-Dios (aprobación de la obra y de la publicación, respectivamente):

“Digo que no hay nada objetable en el Poema del Hombre-Dios y en todos los demás escritos de Valtorta en lo que respecta a la fe y la moral

Benedicto XVI (en latín, Benedictus PP. XVI), de nombre secular Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 16 de abril de 1927), fue el papa número 265 de la Iglesia católica y soberano de laCiudad del Vaticano.nota 2 Resultó elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II, por los cardenales que votaron en el cónclave.nota 3

El 28 de febrero de 2013 se retiró y asumió el título de papa emérito, con la intención de dedicarse a la oración y el retiro espiritual. 1 Su renuncia fue anunciada por él mismo días antes, el 11 de febrero, y es una decisión excepcional en la historia del papado,2 ya que, si bien el sumo pontífice dimisionario más próximo fue Gregorio XII (1415), el precedente de Celestino V (1294) es el único del que puede asegurarse que fue de forma libre y voluntaria.3

Casi dos semanas después de retirarse de la Ciudad del Vaticano, 115 cardenales eligieron en el cónclave de 2013 al argentino Jorge Mario Bergoglio, quien asumió el cargo con el nombre de Francisco

Introducción Joseph Ratzinger comenzó a ser conocido en su competencia intelectual al participar en el Concilio Vaticano II como asesor teológico del cardenal Josef Frings. Posteriormente fue nombrado arzobispo de Munich y luego cardenal por el papa Pablo VI en 1977. En1981 fue llamado a Roma para ser prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe por el papa Juan Pablo II, quien años más tarde lo nombró decano del Colegio cardenalicio y, como tal, cardenal-obispo de Ostia en 2002. Como cardenal decano, presidió los funerales de su predecesor, el papa Juan Pablo II. A los pocos días, el 19 de abril de 2005, el mismo Ratzinger era elegido papa. Ratzinger habla diez idiomas,4 de los que domina por lo menos seis: alemán, italiano, francés, latín, inglés y español. Además, lee el griego antiguo y el hebreo. Es miembro de varias academias científicas de Europa y ha recibido ocho doctorados honoris causa de diferentes universidades (entre otras, de la Universidad de Navarra en 1998 y de la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1986); además es ciudadano honorífico de las comunidades de Pentling (1987), Marktl (1997), Traunstein (2006) y Ratisbona (2006). Es un experto pianista y su compositor favorito es Mozart. Es el sexto (quizás séptimo, según la procedencia de Esteban VIII, de quien se desconoce si nació en Roma o en Alemania) papa alemán desde Víctor II. En abril de 2005 fue incluido en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time. El último papa llamado Benedicto fue Benedicto XV (1914-1922), coincidiendo sus primeros años de pontificado con la Primera Guerra Mundial

Su vida antes de la elección como papa

Infancia Nació en Marktl am Inn, Baviera el 16 de abril de 1927, a las 8:30, en la dirección Schulstraße 11, la casa de sus padres. Fue bautizado el mismo día que nació, que además era un sábado de Gloria, en la diócesis de Passau. Es el tercero y más joven de los hijos de Joseph Ratzinger ( 6 de marzo de 1877 - 25 de agosto de 1959), un oficial de policía, y de María Rieger (7 de enero de 1884 - 16 de diciembre de 1963). Su familia materna es originaria de Rio di Pusteria (Mühlbach), en el Alto Adigio.

Benedicto XVI en su viaje a los Estados Unidos de América en 2008.

Su hermano Georg Ratzinger (nacido en 1923), también sacerdote, aún vive. Su hermana Maria Ratzinger (nacida en 1921), quien nunca se casó, administró la casa del cardenal Ratzinger hasta su muerte en 1991. A la edad de cinco años, Ratzinger estaba con un grupo de niños que dieron la bienvenida al visitante cardenal arzobispo de Múnich con flores. Impresionado por la vestimenta del cardenal, más tarde anunció que quería llegar a ese cargo.[cita requerida]

Dos años después de su nacimiento, el 11 de julio de 1929, su familia se mudó a Tittmoning y el 5 de diciembre de 1932 se mudó nuevamente, esta vez a Aschau am Inn y fue aquí que Joseph vivió su tiempo escolar, en la década de los 30, después del fortalecimiento del nacionalsocialismo. El padre de Joseph compró una pequeña casa de campo en Hufschlag en Traunstein; este lugar es recordado por Ratzinger como «el verdadero hogar» de su familia.

El padre de Joseph, debido a su trabajo en la gendarmería, debía ser muy flexible en cuanto a su ubicación. A pesar de que sus padres tenían algunas cargas económicas, lo enviaron al seminario de San Miguel, donde se desempeñó como un estudiante dedicado.

Hasta 1939 ningún seminarista había entrado en las Juventudes Hitlerianas. Pero el régimen exigió a partir de marzo la afiliación obligatoria. Hasta octubre, la dirección del Seminario se negó, pero luego no pudo impedir el inscribirlos. Así le sucedió también a Joseph Ratzinger, a sus 14 años.5 6 Un testigo relata (según el Frankfurter Allgemeine Zeitung) que los seminaristas eran una «provocación» para los nazis: se los consideraba sospechosos de estar en contra del régimen. 7 En un escrito del Ministerio de Educación se lee que la pertenencia obligatoria a las Juventudes Hitlerianas «no garantiza que los seminaristas realmente se hayan incorporado a la comunidad nacionalsocialista de los pueblos». 5

A los 16 años, fue llamado a filas, como tantos jóvenes de las Juventudes hitlerianas que al final de la guerra fueron militarizados (los llamados Flakhelfer: ayudantes de artillería antiaérea) nota 4 y se lo destinó a la protección de la fábrica de BMW en Traunstein, en las afueras de Múnich, ciudad que fue bombardeada masivamente. Prestó servicio entre abril de 1943 y septiembre de 1944. En este tiempo asistió al instituto de segunda enseñanzaMaximiliansgymnasium. A las preguntas de un superior, contestó que quería ser sacerdote. Estuvo luego, tras la instrucción básica, destinado en Austria, concretamente en la protección anti-tanque.

En 1944 comenzó su entrenamiento básico en Hungría, tomó parte en el Reichsarbeitsdienst que era un servicio de defensa alemán, donde él, junto con otros compañeros, construyeron sistemas para cerrar el paso a diferentestanques de guerra. Ratzinger desertó en los últimos días de la guerra, pero fue hecho prisionero por soldados aliados en un campo cerca de Ulm en 1945.

Después de ser puesto en libertad, en cuanto alumno del seminario diocesano, entonces sito en Traunstein, hizo su examen de bachillerato en el Chiemgau-Gymnasium (Instituto Chiemgau) en Traunstein.

Desde 1946 hasta 1951 Ratzinger estudió Teología católica y filosofía en la Universidad de Teología y Filosofía de Freising, así como en el Herzogliches Georgianum de la Universidad de Múnich y en la Universidad de Friburgo. Según sus propias palabras, sus mayores influencias filosóficas, después de un periodo de interés por el neo-Kantismo, fueron sobre todo las obras de Gertrud von le Fort, Ernst Wiechert, Elisabeth Langgässer, Theodor Steinbüchel, Martin Heidegger y Karl Jaspers. Igualmente, se refiere a Fiódor Dostoyevski como una fuerte influencia literaria. En cuanto a los Padres de la Iglesia, estudió con interés a san Agustín de Hipona. Respecto de los escolásticos, su interés se centró en san Buenaventura.

Carrera académica El inicio de su vida académica no estuvo exento de disgustos. Su primer escrito de tesis sobre san Buenaventura le fue devuelto en 1954 con una severa crítica del profesor Michael Schmaus. Sus enfoques empezaban a romper esquemas tradicionales de la época, lo que le ocasionaba alguna incomprensión y dificultad.

Ratzinger ingresó como profesor en la Universidad de Bonn en 1959; su conferencia inaugural fue acerca de «el Dios de la fe y el Dios de la filosofía». En 1963 se fue a la Universidad de Münster, donde al dar su conferencia inaugural ya era bien conocido como teólogo. En el Concilio Vaticano II, sirvió como asesor teológico del cardenal Josef Frings de Colonia, y luego trabajó por defender el Concilio en sus distintos documentos, incluyendo Nostra Aetate, el documento que habla acerca del respeto hacia otras religiones y sobre el derecho a la libertad religiosa. Fue visto durante el tiempo del Concilio como un reformista convencido.

Ratzinger admitió que era admirador de Karl Rahner, un teólogo académico bien conocido por su «Nueva Teología», que estaba a favor de la reforma de la Iglesia y proponía nuevas ideas teológicas; pero, a pesar del acuerdo en muchos puntos y aspiraciones, Ratzinger se dio cuenta de que Rahner y él vivían, desde el punto de vista teológico «en dos planetas diferentes», como explica en el libro Mi vida (p. 126), pues la Teología de Rahner estaba caracterizada por la tradición escolástica de Suárez y de su nueva versión a la luz del idealismo alemán y de Heidegger, en la que las Escrituras y los Padres no jugaban un papel importante y en que la dimensión histórica era de escasa importancia. En cambio, la formación de Ratzinger estaba marcada por las Escrituras y por los Padres de la Iglesia, por un pensamiento esencialmente histórico.

En 1966 fue candidato a ocupar una vacante en teología dogmática en la Universidad de Tubinga, donde fue colega de Hans Küng, con quien años más tarde sostendría fuertes enfrentamientos. En 1968 escribió en su libro Introducción al Cristianismo que el papa tenía el deber de oír diferentes voces dentro de la Iglesia antes de tomar una decisión. También escribió que la Iglesia de ese tiempo estaba muy centralizada. Dichos párrafos no aparecieron en ediciones posteriores del libro, porque fueron malinterpretados por autores que utilizaron este texto para cuestionarlo. [cita requerida]

Durante este tiempo, se distanció de la atmósfera de Tubinga y de los lineamientos marxistas del movimiento estudiantil de la década de

los años 60, que en Alemania rápidamente se radicalizaron entre los años 1967 y 1968, culminando en una serie de disturbios en abril y mayo de 1968. En 1969 regresa a Baviera a la Universidad de Ratisbona (Regensburg), en un ambiente académico menos reformista.

En 1972, fundó la publicación teológica Communio junto con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros. Communio, hoy publicada en diecisiete idiomas (alemán, inglés y español, entre otros), se ha convertido en una de las publicaciones católicas más influyentes del mundo.

Sacerdote, arzobispo y cardenal

Escudo del cardenal Ratzinger, arzobispo de Múnich y Freising.

El 29 de junio de 1951 recibió junto con su hermano Georg el sacramento del orden sacerdotal en la catedral de Freising a través del que fuera entonces arzobispo de Múnich y Freising, el cardenal Michael von Faulhaber. Celebró su primera Misa en la parroquia de San Oswaldo en Traunstein y el 30 de julio de 1951, junto a su hermano, en Rimsting, lugar donde su madre había nacido.

El 24 de marzo de 1977 Ratzinger fue consagrado arzobispo de Múnich y Freising, y el 27 de junio, Pablo VI lo nombró cardenal del título de S. Maria Consolatrice al Tiburtino. Durante el Sínodo de los obispos de 1977, dedicado al tema de la catequesis, se produce su primer encuentro con Karol Wojtyła, después de muchos años de intercambiar con él correspondencia, ideas y libros.

Teología Como joven profesor de teología, abría a sus alumnos a pensadores en aquel momento considerados avanzados, y que en aquella época incluso tuvieron problemas con la jerarquía católica, como Yves Congar o Henri de Lubac, además de a autores protestantes como Karl Barth, Oscar Cullmann o Dietrich Bonhoeffer. Ello le acarreó los recelos del catolicismo más conservador.

Entendía que había que superar la abstracción metafísica de la neoescolástica en la que consideraba estaba atrapada la teología católica. Defendía la necesidad de abrirse a un nuevo lenguaje que, partiendo del Evangelio, conectase existencialmente con las inquietudes del hombre concreto contemporáneo. En ese sentido, no ha ocultado la influencia en su enfoque de la filosofía de existencialistas como Heidegger o Karl Jaspers.

Como asesor en el Concilio Vaticano II del cardenal Frings, defendió un debate abierto y una elaboración de los textos creativa y una nueva manera de exponer las verdades centrales del cristianismo, como la Revelación o laSalvación. (Así lo recuerda en el libro La Sal de la Tierra)

En su estudio sobre la Teología de la Historia en san Buenaventura, aparecen ya algunas constantes de su pensamiento. Para Ratzinger, la fe de la Iglesia ha de fundamentarse en el mensaje de liberación del Evangelio y en la tradición más primigenia del cristianismo, (en particular los Padres de la Iglesia) de los que es posible hacer una relectura significativa para el hombre de hoy. Esto no significa, según él, la defensa del pasado, porque entiende que el depósito de la fe es inagotable, ha de entenderse vivencialmente de un modo dinámico y, por lo tanto, está siempre proyectado hacia lo nuevo.

En su libro Introducción al Cristianismo, defiende que el ser es ser pensado, pensamiento del Espíritu absoluto que se ha revelado como relación. Concibe la relación como una forma primigenia de lo real: la unidad primigenia es unidad en el amor. Así es como hay que entender el dogma de la Trinidad, donde la más intrincada teoría transmite enseñanzas prácticas para concebir el cosmos y la vida, en particular la vida humana cuyo origen y meta está en el amor.8

Insiste en este mismo tratado que la omnipotencia divina se descubre en su esencia a través de Jesús de Nazareth. Sólo se entiende lo que es Dios en la impotencia y debilidad del pesebre de Belén y la muerte ignominiosa en la Cruz. Esto nos revela la ley de lo abundante, donde el amor se derrocha y suscita la respuesta de la fe que ha de ser, de este modo, una respuesta de amor. En ello se toca lo esencial del ser humano que se encuentra a sí mismo cuando se siente amado y, como respuesta, es capaz de salir de sí mismo al encuentro de los demás, especialmente de los necesitados, y de la trascendencia. Esta es la idea básica de su libro Mirar a Cristo.

En el terreno moral, ha insistido en que el «cristianismo no es un moralismo». La fe cristiana no tiene nada que ver con la religiosidad que busca la recompensa, que se ciñe a un legalismo ético para ganarse supuestamente un derecho a la salvación. La fe en Jesús se basa en la humildad que vive del amor gratuito recibido (gracia), más allá del mérito y el rigorismo. Es esta apertura al don lo que transforma al hombre y produce su conversión (la metanoia del Evangelio). Llamó la atención su afirmación de que la moral sexual representaba un capítulo particularmente oscuro y trágico en la historia del pensamiento cristiano, aunque recordó que la concepción de la unión carnal entre el hombre y la mujer como sacramento y manifestación del amor de Dios no ha permitido que se cayera, a diferencia del gnosticismo y del dualismo de las primeras herejías, en una aversión a la sexualidad. Por ello se mostró partidario de una visión antropológica positiva del cuerpo y su lenguaje, que estima coherente con el Dios de la Creación y de la vida que se revela en la Biblia.

Sobre la escatología, escribió una obra del mismo título donde pretende dar respuesta teológica a una sociedad burguesa atenazada por el miedo al sufrimiento y a la muerte. En esta obra afirma que la fe cristiana está volcada hacia la vida, su meta es vida en todos sus niveles en cuanto a don y reflejo de Dios, que es la Vida. Para la fe cristiana, sostiene, no existe ninguna vida inútil.

Ratzinger reaccionó en el libro Informe sobre la fe ante lo que consideró una deriva caótica del catolicismo tras el Concilio Vaticano II, atribuyéndola a lo que estimaba era una interpretación superficial del mismo que se apuntaba acríticamente a todo lo novedoso por efímero e inconsistente que esto fuera. Así, mostró su preocupación por un relativismo que pone en cuestión la idea de verdad dogmática y moral. Para él, la verdad no es un punto de llegada, es una llamada a la búsqueda sincera donde la razón puede desplegar todas sus energías, pero eso no la diluye ni la transforma en mera invención subjetiva y manipulable. Si se renuncia a la verdad acerca del hombre, se renuncia a su libertad (así lo expresa en su libro Fe, verdad, tolerancia). Denunció también el empobrecimiento que para un culto profundo supuso el abandono de una liturgia enraizada en la tradición de la Iglesia.

Combatió, asimismo, la identificación del compromiso social cristiano con la colaboración en las nuevas estructuras de poder revolucionario que surgieron en Latinoamérica. Por ello condenó ciertas formas de la Teología de la Liberación influidas por el marxismo.9También fue crítico con la identificación de la fe cristiana con formas políticas liberales, en coherencia con su concepción de un cristianismo que va mucho más allá de la mezquina defensa de estructuras políticas y sociales que siempre serán mutables y pasajeras. Entiende que la fe cristiana es incompatible con la adhesión a sistemas de dominación y opresión, sean del signo que sean. Por ello ha denunciado los males derivados del capitalismo y el liberalismo occidentales.

En su Teoría de los principios teológicos, materiales para una teología fundamental, sostiene que la Iglesia debe superar sus disputas internas y reflexionar sobre la posibilidad de respuesta que lleva en su interior. Afirma que una de las primeras reglas del discernimiento espiritual consiste en que donde está ausente la alegría y el humor está ausente el Espíritu.

Para Ratzinger, el cristiano occidental vive hoy en una era neopagana, marcada por la idolatría del dinero, el prestigio, el placer y el poder. Por ello la persona está cada vez más aislada y desorientada y la sociedad desprovista de valores humanos consistentes. Ante ello, el cristiano ha de ser el que transmita la liberación del que vive del perdón y la promesa de la Vida Eterna para todos los hombres. Solo desde estos parámetros se puede recobrar y defender un sentido pleno de la dignidad humana. Muestra su escepticismo ante la eficacia de una reforma estructural de la Iglesia, entiende más bien que lo que hay que hacer es poner esa estructura al servicio del amor. Para él, «la Iglesia vive de la alegría que los cristianos experimentan por ser tales» (Ser cristiano en la era neopagana).

Todo esto lo ha colocado en el punto de mira crítico de la teología católica más avanzada, si bien le valió la confianza de Juan Pablo II y lo llevó a desempeñar con rigor el cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe Véase también: Congregación para la Doctrina de la Fe

El 25 de noviembre de 1981, Juan Pablo II nombró a Ratzinger prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Dimitió en la arquidiócesis de Múnich a principios de 1982. Fue nombrado cardenal obispo de Velletri-Segni en 1993, elegido vicedecano del Colegio Cardenalicio en 1998 y finalmente decano del mismo 2002, uniendo como es preceptivo su sede cardenalicia a la de Ostia. Ideológicamente, Ratzinger tiene ideas conservadoras en cuanto al control de la natalidad y el diálogo interreligioso. Fue el cardenal más próximo a Juan Pablo II; Ratzinger y Wojtyla fueron calificados intelectualmente como «almas gemelas»[cita requerida].

Joseph Ratzinger cuando ostentaba la dignidad cardenalicia.

Bajo su prefectura se dictaron escritos acerca de la postura de la Iglesia católica con respecto a las personas homosexuales (1986), y la «Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la atención pastoral de las personas homosexuales» (1992), rechazando los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 de junio de 2003).

Por razón de su cargo fue también el responsable de estudiar la compatibilidad de la Teología de la liberación con la doctrina católica; le compitió prohibir el ejercicio de la enseñanza en nombre de la Iglesia a teólogos disidentescomo Hans Küng, Leonardo Boff y otros, varios de ellos españoles. Con esto mostró su posición como filósofo y teólogo de raíces hegelianas, como su inspirador y maestro, el fallecido Joseph Frings, cardenal del título de S. Giovanni a Porta Latina y arzobispo de Colonia.[cita requerida]

Según el New York Times, el Vaticano habría reconocido en 2010 haber encubierto (durante su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe) a un sacerdote estadounidense, Lawrence Murphy, sospechoso de haber abusado de unos 200 niños sordos. 10 11 Sin embargo, el Vaticano desmintió tal encubrimiento en una nota publicada posteriormente a la noticia. Se explicó en la misma que a mediados de los años setenta, algunas víctimas del padre Murphy informaron sobre estos abusos a las autoridades, que emprendieron una investigación en ese momento. Según portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dicha investigación fue abandonada. La Congregación para la Doctrina de la Fe fue informada sobre esta cuestión unos 20 años después. Dado que el padre Murphy era anciano, en un estado de salud muy deteriorado, en aislamiento, y que no se habían registrado denuncias de abusos desde hacía veinte años, la Congregación sugirió que el arzobispo de Milwaukee considerara afrontar la situación, por ejemplo, restringiendo el ministerio del padre Murphy y exigiendo que el mismo aceptara la plena responsabilidad de sus actos. El padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses después, sin ulteriores incidentes. 12

Durante su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el papa Juan Pablo II le encomendó en 1986 la redacción de un nuevo Catecismo de la Iglesia católica, el cual fue terminado y publicado luego de seis años de trabajo en 1992, con la Constitución Apostólica Fidei Depositum. El año 1986 confié a una Comisión de doce cardenales y obispos, presidida por el cardenal Joseph Ratzinger, el encargo de preparar un proyecto del catecismo solicitado por los padres del Sínodo. Un Comité de siete obispos diocesanos, expertos en teología y catequesis, colaboró con la Comisión en ese trabajo.13

Juan Pablo II, Fidei Depositum, 2

Elección al papado[editar]

Tratamientos

papales

de

Benedicto XVI

Tratamiento de referencia

Su santidad

Tratamiento oral

Su santidad

Tratamiento religioso

Santo padre

Tratamiento tras renuncia

Papa emérito

Antecedentes

El cardenal Ratzinger ofició el funeral de Juan Pablo II.

El 2 de enero de 2005, la revista Time publicó que fuentes vaticanas decían que Ratzinger era el favorito para suceder a Juan Pablo II en el caso de que falleciera. A la muerte de Juan Pablo II, el Financial Times dio la preferencia a Ratzinger para convertirse en papa en la primera posición, pero cercano a sus «rivales» en el ala «liberal» de la Iglesia. [cita requerida]

Aunque Ratzinger era considerado favorito por la mayoría de los medios de comunicación internacionales, otros mantenían que su elección estaría lejos de la realidad porque muy pocas predicciones papales en la historia moderna se habían vuelto realidad. Las elecciones de sus predecesores Juan Pablo I y Juan Pablo II habían sido sorpresivas.

Elección

Benedicto XVI. Artículo principal: Cónclave de 2005

El 19 de abril de 2005, el cardenal Ratzinger fue elegido como sucesor de Juan Pablo II en el segundo día del cónclave, después de cuatro rondas de votaciones. Coincidió con la fiesta de San León IX, el más importante papa alemán de la Edad Media, conocido por instituir el mayor número de reformas durante un pontificado.

Ratzinger esperaba retirarse pacíficamente y había dicho que «hasta cierto punto, le dije a Dios: “por favor, no me hagas esto”… Evidentemente, esta vez Él no me escuchó.»

Antes de su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro después de ser electo, fue anunciado por el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, diácono de S. Saba y protodiácono del Colegio cardenalicio. El cardenal Medina primero se dirigió a la multitud con: «Queridísimos hermanos y hermanas» en italiano, español, francés, alemán e inglés, antes de continuar con el tradicional Habemus Papam en latín.14 En la solemne inauguración de su pontificado, que reemplaza la ya extinta coronación (el último papa coronado fue Pablo VI), el cardenal Medina fue el encargado de imponerle el palio, mientras que Angelo Sodano, cardenal obispo de Albano y del título in commendam de S. Maria Nuova, secretario de Estado, le colocó el Anillo del Pescador.

En el balcón, las primeras palabras de Benedicto XVI a la multitud, dadas en italiano antes de que impartiera la tradicional bendición Urbi et Orbi en latín, fueron: Queridos hermanos y hermanas: después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias! 15

Benedicto XVI, desde el balcón central de la Basílica Vaticana

Después dio la bendición.

Emblema de la Santa Sede.

El Papa Benedicto XVI con traje coral con la muceta papal color rojo de verano, bordado rojo de la estola, y loszapatos papales.

El 19 de abril de 2005 fue elegido sucesor de Juan Pablo II después de dos días de cónclave y dos fumatas negras. El cardenal Ratzinger había repetido sucesivas veces que le gustaría retirarse a una aldea bávara y dedicarse a escribir libros pero, más recientemente, había reconocido a sus amigos estar listo para «cualquier función que Dios le atribuyera».

Su elección generó de inmediato algunas críticas, centradas en su supuesto perfil neoconservador; [cita requerida] se lo acusó de desear restituir la organización y doctrina de la Iglesia a la que tenía antes del Concilio Vaticano II. Algunos analistas preveían que con él la Iglesia endurecería sus posturas en lo referente a la prohibición del aborto, la homosexualidad, la eutanasia o el uso de métodos anticonceptivos.[cita requerida] Sus partidarios aducen que durante su prefectura sólo uno de los procesos abiertos acabó en excomunión: el del arzobispo ultraconservador Monseñor Marcel Lefebvre; también se recordaba su asistencia al Concilio Vaticano II y que había sido de los más progresistas y propuesto reformas novedosas.

En el año 2006 fue publicada en castellano una obra suya, escrita cuando todavía no era papa, con el título Fe, verdad, tolerancia, en la cual hablaba, entre otras cosas, del pluralismo religioso y el diálogo.

En agosto de 2005, participó en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, cosechando grandes muestras de afecto por parte de la juventud, siendo este el primer evento de este tipo desde la muerte de Juan Pablo II.

En octubre del mismo año, participó en el Sínodo de Obispos, agregando una sección de intervenciones libres, cuya difusión pública tuvo que restringir debido a unas declaraciones de su sucesor en la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre el voto a los políticos católicos que estaban a favor del aborto[cita requerida].

Según datos de la Prefectura Apostólica, en el año 2007 unas 2.830.100 personas participaron en encuentros públicos con el pontífice en el Vaticano o en Castel Gandolfo (es decir, no se incluyen los viajes).16

Escritos Encíclicas

Artículo principal: Anexo:Encíclicas del papa Benedicto XVI

Deus caritas est

Artículo principal: Deus Caritas Est

El 25 de enero de 2006, publicó su primera encíclica, Deus Caritas Est. Tras una introducción donde mantiene que la expresión Dios es Amor es el corazón de la fe cristiana, desarrolla un texto con dos partes diferenciadas. En la primera se habla del amor en la creación de Dios y en la historia de la salvación, empezando por definir el concepto de amor, en esta parte entre otras cosas critica la reducción del amor al puro sexo con fines comerciales. No se ha de rechazar el amor erótico pero sí «sanearlo para que alcance su verdadera grandeza». En la segunda parte se habla del ejercicio de la caridad por parte de la Iglesia, a la que llama comunidad de amor. «La Iglesia no ha de quedarse al margen de la lucha por la justicia», pero no ha de hacer política, sino ofrecer un servicio de amor, que siempre será necesario.

Spe Salvi

Artículo principal: Spe salvi

El 30 de noviembre de 2007 se presentó su segunda encíclica, Spe salvi, dedicada a la esperanza e inspirada en la carta de san Pablo a los Romanos. En ella afirma que la vida no acaba en el vacío sino que desemboca en «el momento pleno de satisfacción, de sumergirse en el amor infinito, en la vida eterna en la que el tiempo ya no existe». Llama a la autocrítica al cristianismo y lo previene de la tentación del individualismo. Recuerda que la victoria de la razón sobre la irracionalidad es un objetivo de la fe cristiana, pero que la ciencia no redime al hombre, sino que «el hombre es redimido por el amor». Advierte que un progreso basado en el mero materialismo es una amenaza y que la experiencia del marxismo nos ha mostrado claramente que «un mundo sin libertad no es un mundo bueno». La libertad ha de estar orientada por una esperanza en medio del sufrimiento, el fracaso y las frustraciones de la existencia y de la historia. En ese sentido, el Juicio Final es un consuelo porque supone la revocación del sufrimiento y la respuesta al anhelo de justicia que ofrece un Dios que es a la vez justicia y amor.

Caritas in Veritate

Artículo principal: Caritas in Veritate La crisis nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas.17

Benedicto XVI, Caritas in veritate, 21

La tercera Encíclica de Benedicto XVI fue firmada el 29 de junio de 2009 y presentada el 7 de julio. Benedicto XVI aplica las enseñanzas de sus dos primeras encíclicas —Deus caritas est y Spe Salvi— a los grandes temas sociales del mundo de nuestros días. En una primera parte examina las enseñanzas de sus dos predecesores: Pablo VI (especialmente en su encíclica Populorum progressio) y Juan Pablo II. En la segunda parte recorre las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad en nuestros días. Aborda con realismo y esperanza los problemas creados por la crisis financiera, por la falta de instituciones internacionales capaces de reformar la ineficacia burocrática que alarga el subdesarrollo de muchos pueblos, y por la falta de ética de muchas mentalidades que predominan en las sociedades opulentas.

Exhortaciones apostólicas

Sacramentum Caritatis

En marzo de 2007 publicó la exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis. En ella reafirma el valor de la eucaristía y su sentido que nace del amor de Cristo y se proyecta hacia el amor a todos los hombres. La unión con Cristo en la eucaristía alimenta el compromiso por la justicia y la reconciliación, el ansia de compartir los bienes, la emancipación de la idolatría del trabajo y el respeto por la Creación. Recoge los trabajos realizados en el Sínodo de los Obispos de 2005.

[editar]

Verbum Domini

En noviembre de 2010 fue publicada su segunda exhortación apostólica postsinodal titulada Verbum Domini, dedicada al tema de «la Palabra en la vida y misión de la Iglesia». Recoge los trabajos realizados en el Sínodo de los Obispos de 2008.

Africae munus

El 19 de noviembre de 2011 Benedicto XVI firma y publica, desde Benín (África), su segunda exhortación apostólica postsinodal titulada Africae munus, dedicada a la Iglesia en África. Recoge los trabajos realizados en un sínodo especial de los obispos, de 2009, para el continente africano.18

Ecclesia in Medio Oriente

El 14 de septiembre de 2012 Benedicto XVI firmó y publicó, desde Beirut (Líbano), su tercera exhortación apostólica postsinodal, con el título Ecclesia in Medio Oriente, dedicada al tema de los católicos de diversos ritos que viven en países de Oriente Medio. En este documento se recogen los trabajos de un sínodo especial de obispos que tuvo lugar en el Vaticano en octubre de 2010.

Motus proprios 

Motu Proprio La antigua y venerable Basílica, para la Basílica de San Pablo Extramuros y para su complejo extraterritorial (31 de mayo de 2005). Publicado en alemán, español, francés, inglés, italiano y portugués.



Motu Proprio para la aprobación y publicación del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (28 de junio de 2005). Disponible en alemán, esloveno, español, francés, inglés, italiano, portugués y rumano.



Motu Proprio Totius orbis, con nuevas disposiciones sobre las basílicas de San Francisco y de Santa María de los Ángeles, en Asís (9 de noviembre de 2005). En alemán, español, francés, inglés, italiano, latín y portugués.



Motu Proprio con el que el que Benedicto XVI restablece la norma tradicional acerca de la mayoría requerida para la elección del sumo pontífice (11 de junio de 2007). En latín.

 

Motu Proprio Summorum Pontificum, sobre la «Liturgia romana anterior a la reforma de 1970» (7 de julio de 2007). En latín; 19

Motu Proprio Ministrorum institutio con el que transfieren las competencias sobre los seminarios desde la Congregación para la educación católica a la Congregación para el clero (25 de enero de 2013). En latín.



Motu Proprio Normas nonnulas con ulteriores modificaciones a las normas sobre la sede vacante y la elección del sumo pontífice (22 de febrero de 2013). En latín e italiano.20

Otras publicaciones

Entre los años 2007 y 2012 publicó tres libros sobre la vida de Jesús, a partir de los datos fundamentales ofrecidos en los Evangelios y en otros escritos del Nuevo Testamento.

En abril de 2007 publicó la primera parte su libro Jesús de Nazaret en la que reflexiona sobre la figura de Jesucristo en calidad de teólogo. Ha sido un éxito internacional de ventas. En él sale al paso de ideas recientes que reducen la figura del Jesús histórico a un mero moralista rebelde o liberal, a un profeta escatológico o un revolucionario político. Sin rechazar frontalmente estas visiones, Ratzinger hace hincapié en que el factor de inteligibilidad clave es la unión de Jesús con el Padre. Esta vivencia de intimidad con Dios le otorga autoridad para presentarse como un nuevo Moisés que renueva la Ley judía (Torá) para darle pleno cumplimiento en la predicación de las bienaventuranzas (la pobreza, la mansedumbre, la pureza de corazón...) y el amor al enemigo. Su experiencia de Hijolo lleva a la obediencia de un amor entregado hasta la muerte. Jesús era el Rey esperado por Israel, pero un rey que rechaza la tentación demoníaca del poder y se presenta en la humildad de su origen, su cercanía a los pecadores y su servicio a todos. Existe una plena correspondencia entre el Jesús histórico que anunció e hizo presente el Reinado de Dios y el Cristo de la fe de las primeras comunidades de creyentes. Los evangelios, por lo tanto, sin ser reportajes exactos de lo acontecido, nos revelan la verdadera Persona de Jesús y su significación auténtica como Hijo de Dios. Apartando esta expresión de sus antecedentes mitológicos y políticos, la condición de Hijo permite asomarnos al interior de Jesús que nos da a conocer a Dios como Abba (Padre, en arameo). En ello radica la originalidad de Jesús y su novedad.

El año 2011 publicó la segunda parte, con el título Jesús de Nazaret: Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección. La tercera parte apareció en el año 2012, y tiene por título La infancia de Jesús.

Consistorios para la creación de nuevos cardenales A lo largo de sus casi ocho años de pontificado (2005-2013) creó un total de 90 cardenales en 5 consistorios. 

Primer consistorio: 24 de marzo de 2006. Creó 12 cardenales electores y 3 no electores. Entre los primeros destacó el nombramiento de William Joseph Levada, quien sucedió al propio Ratzinger como Prefecto para la Doctrina de la Fe tras su elección papal en 2005.



Segundo consistorio: 24 de noviembre de 2007. Creó 18 cardenales electores y 5 no electores. Entre los electores se encontraba el valenciano Agustín García-Gasco y Vicente, quien fallecería en Roma años más tarde durante la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II. Además fueron ordenados otros dos españoles y cinco latinoamericanos. El papa comunicó su intención de haber nombrado también al anciano obispo Ignacy Jez, de Koszalin-Kolobrzeg (Polonia), que falleció el día anterior al anuncio.



Tercer consistorio: 20 de noviembre de 2010. Creó 20 cardenales electores y 4 no electores. En este consistorio se nombró al cadenal más anciano de la historia, fue el italiano Domenico Bartolucci, de 93 años. Bartolucci falleció en 2013. (Superado porFrancisco al nombrar cardenal a Loris Francesco Capovilla, quien al momento de su nombramiento tenía 98 años).



Cuarto consistorio: 18 de febrero de 2012. Creó 18 cardenales electores y 4 no electores. Entre otros, nombró cardenal a un español, el turolense Santos Abril y Castelló. Con estos purpurados, los miembros electores del Sacro Colegio nombrados por Benedicto XVI superaban a los creados por Juan Pablo II.



Quinto consistorio: 24 de noviembre de 2012. Creó sus últimos 6 cardenales, todos ellos electores. Probablemente con su meditada renuncia, instaba a preparar un cónclave con representantes de todo el mundo. Así, compensó el consistorio de febrero donde predominaban curiales e italianos, esta vez eligiendo a seis no-europeos: un filipino, un indio, un libanés, un estadounidense, un colombiano y un nigeriano.21

Beatificaciones y canonizaciones Artículos principales: Anexo:Beatificaciones de Benedicto XVI y Anexo:Canonizaciones de Benedicto XVI.

Benedicto XVI decidió que, tal como se hacía antes, las beatificaciones (con alguna excepción, como la de Juan Pablo II), las presidiera el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cargo que actualmente desempeña Angelo Amato S.D.B. En algunos casos, ha delegado en otros cardenales. En cualquier caso, el rito de beatificación se celebra -salvo excepciones- en la iglesia local más directamente vinculada con el nuevo beato.

Entre las beatificaciones durante el Pontificado de Benedicto XVI destacan Mariana Cope de Molokai (1838-1918); el cardenal Clemens August Graf von Galen, obispo de Münster (1933-1946); Josep Tàpies y seis compañeros sacerdotes de la diócesis de Urgel, que murieron mártires en 1936; Carlos de Foucauld; José Anacleto González Flores y ocho compañeros mártires en México en 1927; el teólogo italiano Antonio Rosmini; Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla y de Osma (1600-1659).

El 28 de octubre de 2007 el pontífice aprobó la mayor beatificación «masiva» de la historia de la Iglesia, 495 mártires españoles; la celebración — como es habitual— no la presidió él, pero tuvo una audiencia privada con los peregrinos y obispos españoles.

El 1 de mayo de 2011, el papa beatificó a su antecesor Juan Pablo II en una multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Esta fue la primera vez que un papa beatifica a su antecesor desde la Edad Media.

Durante el pontificado de Benedicto XVI se oficiaron 45 canonizaciones.22 cfr.

Diálogo con confesiones cristianas El 19 de marzo de 2006, el gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, recibió una invitación especial: asistir a la elevación a cardenal del título de S. Maria della Vittoria del arzobispo de Boston, Sean Patrick O'Malley O.F.M.Cap., en el Vaticano. «Esto es extraordinario y particularmente para alguien de mi fe —dijo Romney, mormón, antes de que él hablara en un desayuno del día de San Patricio en New Hampshire—. No sé si ha habido antes un individuo mormón que haya ido al Vaticano para asistir a una misa oficiada por el papa, así que es un honor personal». 23

Diálogo con religiones no cristianas En 2000, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un documento titulado Dominus Iesus, que reafirmaba la histórica doctrina y misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio. Esto sorprendió a los que erróneamente pensaron que la Iglesia anteriormente había repudiado este papel único en el mundo.

El papa Benedicto XVI. 20 enero de 2006.

Este documento apuntaba el peligro para la Iglesia de teorías relativistas que justifican el pluralismo religioso negando que Dios se haya revelado a la humanidad.

El Congreso Judío Mundial celebró su elección al pontificado, haciendo notar «su gran sensibilidad a la historia judía y al Holocausto».

En una entrevista en 2004 para el diario Le Figaro, Ratzinger había dicho que Turquía, un país musulmán por herencia y población pero secular por su constitución, debería mirar en un futuro hacia una asociación de países islámicos más que a la Unión Europea, que tenía raíces cristianas. Dijo que Turquía siempre ha estado «en contraste permanente con Europa», y que ligarla a Europa sería un error.

Sus defensores argumentan que es de esperarse que un líder de la Iglesia católica se pronuncie en favor de la superioridad del Catolicismo sobre otras religiones. También mantienen que las notas de Dominus Iesus no son indicativo de intolerancia ni de falta de voluntad para establecer un diálogo con otras religiones. Ellos dicen que Ratzinger fue muy activo en promover el diálogo interreligioso. Al defender el Dominus Iesus, Ratzinger estableció que cree que el diálogo inter-religioso debe tomar lugar basado en la igualdad de la dignidad humana, pero que la igualdad de la dignidad humana no debe implicar qué lado sea el correcto. El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso dijo el 26 de marzo: «El papa Benedicto XVI, al igual que su predecesor Juan Pablo II, nunca cesó de decir y demostrar su oposición a la intervención armada en Irak». Él dijo que la Iglesia no es «Occidente», es «católica».[cita requerida]

El papa condenó fuertemente las caricaturas de Mahoma, primero publicadas por un diario danés y luego en otras publicaciones europeas. «En el contexto internacional en el que vivimos en el presente, la Iglesia Católica continúa convencida de que, para mantener la paz y el entendimiento entre personas y hombres, es necesario y urgente que las religiones y sus símbolos sean respetados», dijo. Agregó que esto implica que «los creyentes no sean objeto de provocaciones que afecten sus vidas y sentimientos religiosos». Destacó que «para los creyentes, así como la gente de buena voluntad, el único factor que puede llevar a la paz y fraternidad es el respeto hacia las convicciones y prácticas religiosas de otros». [cita requerida]

El 16 de abril de 2006, en su primer mensaje de Pascua, hizo un llamado por una solución pacífica en el conflicto nuclear con Irán. Dijo: «Acerca de las crisis internacionales ligadas al poder nuclear, que haya una solución honorable que lleve a una negociación seria y honesta». También hizo un llamado para el establecimiento de un estado palestino. Dijo: «Que la comunidad internacional, que reafirma el derecho de Israel a existir en paz, asista al pueblo palestino para salir de las precarias condiciones en las que vive y para construir su futuro, para la constitución de un estado que sea verdaderamente suyo».

Su visión de la guerra en Irak es que «no tiene justificación moral». Como cardenal, fue crítico de la decisión del presidente George W. Bush de enviar un ejército al corazón del Islam. Dijo que «el concepto de guerra preventiva no aparece en el Catecismo de la Iglesia Católica».

Como se detalla más abajo, el 12 de septiembre de 2006 se vio envuelto en una controversia al citar al emperador bizantino Manuel II Paleólogo con la frase: «Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba». El asunto provocó disturbios y protestas airadas y violentas de

musulmanes en numerosos países, que el papa trató de aplacar explicando que había habido una «malinterpretación» de las palabras; posteriormente el asunto perdió importancia sin ocasionar más incidentes

Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos

(Madrid, 14 de septiembre de 15801 – Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645), conocido como Francisco de Quevedo, fue un escritor español del Siglo de Oro. Se trata de uno de los autores más destacados de la historia de la literatura española y es especialmente conocido por su obra poética, aunque también escribió obras narrativas y obras dramáticas.

Ostentó los títulos de señor de La Torre de Juan Abad y caballero de la Orden de Santiago (su ingreso se hizo oficial el 29 de diciembre de 1617)

Biografía Quevedo nació en Madrid en el seno de una familia de hidalgos provenientes de la aldea de Vejorís (Santiurde de Toranzo), en las montañas de Cantabria.2 3 Fue bautizado en la parroquia de San Ginés el 26 de septiembre de 1580. Su infancia transcurrió en la Villa y Corte, rodeado de

nobles y potentados, ya que sus padres desempeñaban altos cargos en Palacio. Su madre, María de Santibáñez, era dama de la reina, y su padre, Pedro Gómez de Quevedo, era el secretario de la hermana del rey Felipe II, María de Austria. Huérfano de padre a los seis años, le nombraron por tutor a un pariente lejano, Agustín de Villanueva. En 1591 falleció su hermano Pedro. Pasó al Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, en lo que hoy es el Instituto de San Isidro de Madrid,4 y estudió Teología en Alcalá sin llegar a ordenarse, así como lenguas antiguas y modernas. Es lugar común que durante la estancia de la Corte en Valladolid circularon los primeros poemas de Quevedo que imitaban o parodiaban los de Luis de Góngora bajo seudónimo (Miguel de Musa) o no, y el poeta cordobés detectó con rapidez al joven que minaba su reputación y ganaba fama a su costa, de forma que decidió atacarlo con una serie de poemas; Quevedo le contestó y ese fue el comienzo de una enemistad que no terminó hasta la muerte del cisne cordobés, quien dejó en estos versos constancia de la deuda que Quevedo le tenía contraída. 5

Francisco de Quevedo retratado después de ingresar en la Orden de Santiago en 1618 por Francisco Pacheco en su Libro de descripción de verdaderos retratos, ilustres y memorables varones. Musa que sopla y no inspira

y sabe que es lo traidor poner los dedos mejor en mi bolsa que en su lira,

no es de Apolo, que es mentira.

No obstante, voces suficientemente autorizadas como las de Antonio Carreira o Amelia de Paz dudan de que existiese realmente dicha enemistad. Sostienen que esas controversias eran ejercicios habituales en la poesía barroca, que Góngora nunca nombra a Quevedo, que las atribuciones de las sátiras de uno y otro son dudosas y que, a la muerte de Góngora, Quevedo era un escritor casi inédito, por lo que tal enemistad nunca pudo existir.6

Quevedo también se aproximó a la prosa escribiendo como juego cortesano, en el que lo más importante era exhibir ingenio, la primera versión manuscrita de una novela picaresca, La vida del Buscón, y un cierto número de cortos opúsculos burlescos que le ganaron cierta celebridad entre los estudiantes y de los que habría de renegar en su edad madura como travesuras de juventud; igualmente por esas fechas sostiene un muy erudito intercambio epistolar con el humanista Justo Lipsio, deplorando las guerras que estremecen Europa, según puede verse en el Epistolario reunido por Luis Astrana Marín. En 1601 fallece su madre, María Santibáñez. Hacia 1604 intenta explorar nuevos caminos métricos creando un libro de silvas que no terminó, a imitación de las de Publio Papinio Estacio, combinando versos de siete y once sílabas libremente; en 1605 fallece su hermana María.7

Vuelta la Corte a Madrid, arriba a ella Quevedo en 1606 y reside allí hasta 1611 entregado a las letras; escribe cuatro de sus Sueños y diversas sátiras breves en prosa; obras de erudición bíblica como su comentarioLágrimas de Jeremías castellanas; una defensa de los estudios humanísticos en España, la España defendida; y una obra política, el Discurso de las privanzas, así como lírica amorosa y satírica. Se gana la amistad de Félix Lope de Vega (hay numerosos elogios a Quevedo en los libros de Rimas del Fénix y Quevedo aprobó las Rimas humanas y divinas, de Tomé de Burguillos, heterónimo del Fénix), así como de Miguel de Cervantes (se le alaba en el Viaje del Parnaso del alcalaíno y Quevedo corresponde en la Perinola), con quienes estaba en la Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento; por el contrario, atacó sin piedad a los dramaturgos Juan Ruiz de Alarcón, cuyos defectos físicos le hacían gracia (era pelirrojo y jorobado), siendo él mismo deforme, así como Juan Pérez de Montalbán, hijo de un librero con el que Quevedo tuvo ciertas disputas. Contra este último escribió La Perinola, cruel sátira de su libro misceláneo Para todos. Sin embargo, el más atacado sin duda fue Luis de Góngora, al que dirigió una serie de terribles sátiras acusándole de ser

un sacerdote indigno, homosexual, escritor sucio y oscuro, entregado a la baraja e indecente. Quevedo, descaradamente, violentaba la relación metiéndose hasta con su aspecto (como en su sátira A una nariz, en la que se ensaña con el apéndice nasal de Góngora, pues en la época se creía que el rasgo físico más acusado de los judíos era ser narigudos). En su descargo, cabe decir que Góngora le correspondió casi con la misma violencia. Por entonces estrecha una gran amistad con el grande Pedro Téllez-Girón, el Gran Duque de Osuna, al que acompañará como secretario a Italia en 1613, desempeñando diversas comisiones para él que le llevaron a Niza, Venecia y finalmente de vuelta a Madrid, donde se integrará en el entorno del Duque de Lerma, siempre con el propósito de conseguir a su amigo el Duque de Osuna el nombramiento de virrey de Nápoles, lo que al fin logrará en 1616.

Quevedo y los esqueletos de Juan de la Encina y el rey Perico, Leonaert Bramer, 1659, dibujo a tinta y aguada gris, Múnich, Staatliche Graphische Sammlung.

Vuelto a Italia de nuevo con el Duque, éste le encargó dirigir y organizar la Hacienda del Virreinato en Nápoles, desempeñando otras misiones, algunas relacionadas con el espionaje a la República de Venecia, aunque no directamente como se ha creído hasta hace poco, y obtiene en recompensa el hábito de Santiago en 1618.

Caído el grande Osuna, Quevedo es arrastrado también como uno de sus hombres de confianza y se le destierra en 1620 a la Torre de Juan Abad (Ciudad Real), cuyo señorío había comprado su madre con todos sus ahorros para él antes de fallecer. Los vecinos del lugar, sin embargo, no reconocieron esa compra y Quevedo pleiteará interminablemente con el concejo, si bien el pleito sólo se resolverá a su favor tras su muerte, en la persona de su heredero y sobrino Pedro Alderete. Llegado allí a lomos de su jaca «Scoto», llamada así por lo sutil que era, como cuenta en un romance, y aislado ya de las tormentosas intrigas cortesanas, a solas con su conciencia, escribirá Quevedo algunas de sus mejores poesías, como el soneto «Retirado a la paz de estos desiertos...» o «Son las torres de Joray...» y hallará consuelo a sus ambiciones cortesanas y su desgarrón afectivo en la doctrina estoica de Séneca, cuyas obras estudia y comenta, convirtiéndose en uno de los principales exponentes del neoestoicismo español. Completa el número de sus Sueños y redacta tratados políticos como Política de Dios, morales como Virtud militante y dos sátiras extensas: Discurso de todos los diablos y La hora de todos. Tomó parte muy activa en la controversia sobre el patronato de España con dos obras: Memorial por el patronato de Santiago y Su espada por Santiago, 1628. La cuestión se había suscitado cuando una reforma del Breviario Romano en el siglo XVII no citó la predicación y enterramiento de Santiago en España, lo que provocó un cruce de cartas y presiones que duró treinta y dos años hasta conseguir su revocación; el asunto se reavivó cuando se pretendió otorgar el patronazgo de España a santa Teresa de Jesús, lo que acabó por convertirse en una auténtica batalla de intelectuales en pro de una u otro, y Quevedo, se inclinó por el santo guerrero Santiago.

Convento de San Marcos en León.

La entronización de Felipe IV supuso para Quevedo el levantamiento de su castigo, la vuelta a la política y grandes esperanzas ante el nuevo valimiento del Conde Duque de Olivares. Quevedo acompaña al joven rey en viajes a Andalucía y Aragón, algunas de cuyas divertidas incidencias cuenta en interesantes cartas. Por entonces denuncia sus obras a la Inquisición, ya que los libreros habían impreso sin su permiso muchas de sus piezas satíricas que corrían manuscritas haciéndose ricos a su costa. Quevedo quiso asustarlos y espantarlos de esa manera y preparar el camino a una edición definitiva de sus obras que nunca llegó a aparecer. Por otro lado, lleva una vida privada algo desordenada de solterón: fuma mucho, frecuenta las tabernas (Góngora le achaca ser un borracho consumado y en un poema satírico se le llama don Francisco de Quebebo) y frecuenta los lupanares, pese a que vive amancebado con una tal Ledesma. Sin embargo, es nombrado incluso secretario del monarca, en 1632, lo que supuso la cumbre en su carrera cortesana. Era un puesto sujeto a todo tipo de presiones: su amigo, el Duque de Medinaceli, es hostigado por su mujer para que lo obligue a casarse contra su voluntad con doña Esperanza de Mendoza, 8 señora de Cetina, viuda y con hijos, y el matrimonio, realizado en 1634, apenas dura tres meses. En contrapartida, son años de una febril actividad creativa. En 1634 publica La cuna y la sepultura y la traducción de La introducción a la vida devota de Francisco de Sales; de entre 1633 y 1635 datan obras como De los remedios de cualquier fortuna, el Epicteto, Virtud militante, Las cuatro fantasmas, la segunda parte de Política de Dios, la Visita y anatomía de la cabeza del cardenal Richelieu o la Carta a Luis XIII. En 1635 aparece en Valencia el más importante de uno de los numerosos libelos destinados a difamarle, El tribunal de la justa venganza, erigido contra los escritos de Francisco de Quevedo, maestro de errores, doctor en desvergüenzas, licenciado en bufonerías, bachiller en suciedades, catedrático de vicios y protodiablo entre los hombres.

En 1639, con motivo de un memorial aparecido bajo la servilleta del Rey Sacra, católica, real Majestad..., donde se denuncia la política del CondeDuque, se le detuvo, se confiscan sus libros y, sin apenas vestirse, es llevado al frío Convento de San Marcos en León hasta la caída del valido y su retirada a Loeches en 1643. En el monasterio Quevedo se dedicó a la lectura, como cuenta en la Carta moral e instructiva, escrita a su amigo, Adán de la Parra, pintándole por horas su prisión y la vida que en ella hacía:

Desde las diez a las once rezo algunas devociones, y desde esta hora a la de las doce leo en buenos y malos autores; porque no hay ningún libro, por despreciable que sea, que no tenga alguna cosa buena, como ni algún lunar el de mejor nota. Catulo tiene sus errores, Marcus Fabius Quintilianus sus arrogancias, Cicerón algún absurdo, Séneca bastante confusión; y en fin, Homero sus cegueras, y el satírico Juvenal sus desbarros; sin que le falten a Egecias algunos conceptos, a Sidonio medianas sutilezas, a Ennodio acierto en algunas comparaciones, y a Aristarco, con ser tan insulsísimo, propiedad en bastantes ejemplos. De unos y de otros procuro aprovecharme de los malos para no seguirlos, y de los buenos para procurar imitarlos.

Placa conmemorativa de Quevedo en el convento dominico de Villanueva de los Infantes.

Pero Quevedo había salido ya del encierro, en 1643, achacoso y muy enfermo, y renuncia a la Corte para retirarse definitivamente en la Torre de Juan Abad. Es en sus cercanías, y tras escribir en su última carta que «hay cosas que sólo son un nombre y una figura», fallece en el convento de los padres dominicos de Villanueva de los Infantes, el 8 de septiembre de 1645. Se cuenta que su tumba fue profanada días después por un caballero que deseaba tener las espuelas de oro con que había sido enterrado y que dicho caballero murió al poco en justo castigo por tal atrevimiento. En 2009, sus restos fueron identificados en la cripta de Santo Tomás de la iglesia de San Andrés Apóstol de la misma ciudad.9

Sus obras fueron muy mal recogidas y editadas por el humanista José Antonio González de Salas, quien no tiene empacho en retocar los textos, en 1648: El Parnaso español, monte en dos cumbres dividido, con las nueve Musas, pero es la edición más fiable; peor es la edición del sobrino de Quevedo y destinatario de su herencia, Pedro Alderete, en 1670: Las tres Musas últimas castellanas; en el siglo XX José Manuel Blecua las ha editado con rigor.

En 1663 se imprimió la primera biografía de Francisco de Quevedo, la de Pablo Antonio de Tarsia, abundante en anécdotas; posteriormente vendrán las de Aureliano Fernández Guerra en el siglo XIX, donde se le pinta como un hombre de estado, y la de Jauralde Pou (1998) en el siglo XX.

Análisis de su obra Lo más original de la obra literaria de Quevedo radica en el estilo, vinculado al Conceptismo barroco y por lo tanto muy amigo de la concisión, de la elipsis y del cortesano juego de ingenio con las palabras mediante el abuso de la anfibología. Amante de la retórica, ensayó a veces un estilo oratorio lleno de simetrías, antítesis e isocola que lució más que nunca en su Vida de Marco Bruto. De léxico muy abundante, creó además muchos neologismos por derivación, composición y estereotipia y flexibilizó notablemente el mecanismo de la aposición especificativa en castellano («clérigo cerbatana, zapatos galeones...»), mecanismo que los escritores barrocos posteriores imitaron de él. En su sátira se acerca a veces a la estética del expresionismo al degradar a las personas mediante la reificación o cosificación, y la animalización. Se ha señalado, además, como un rasgo característico de su verso, la esticomitía, esto es, la tendencia a transformar cada verso en una sentencia de sentido completo, lo cual hace a sus poemas muy densos de significado, como era prioritario en su poética, radicada en los principios de lo que más tarde fue denominado conceptismo barroco.

La mayor parte de la producción poética de Quevedo es satírica, pero como ya apercibió el abate José Marchena sus sátiras están mal dirigidas y, aunque consciente de las causas verdaderas de la decadencia general, es para él más un mero ejercicio de estilo que otra cosa y se vierte contra el bajo pueblo más que contra la nobleza, en lo cual no tuvo el atrevimiento de, por ejemplo, el otro gran satírico de su época, Juan de Tassis y Peralta, segundo Conde de Villamediana. Cultivó también una fina lírica cortesana realizando un cancionero petrarquista en temas, estilo y tópicos, prácticamente perfecto en técnica y fondo, en torno a la figura de Lisi, que no hay que identificar como se ha querido con ninguna dama concreta, sino con un arquetipo quintaesenciado de mujer. Destacan sobre todo sus sonetos metafísicos y sus salmos, donde se expone su más íntimo desconsuelo existencial. La visión que da su filosofía es profundamente pesimista y de rasgos preexistencialistas. El cauce preferido para la abundante vena satírica de que hizo gala es sobre todo el romance, pero también la letrilla («Poderoso caballero es Don Dinero»), vehículo de una crítica social a la que no se le esconden los motivos más profundos de la decadencia de España, y el soneto. Abominó de la estética delCulteranismo cuyo principal exponente, Luis de Góngora, fue violentamente atacado por Quevedo en sátiras personales. Contra la pedantería y obscuridad que le imputaba se propuso también editar las obras de los poetas renacentistas Francisco de la Torre yFray Luis de León.

La poesía amorosa de Quevedo, considerada la más importante del siglo XVII, es la producción más paradójica del autor: misántropo y misógino, fue, sin embargo, el gran cantor del amor y de la mujer. Escribió numerosos poemas amorosos (se conservan más de doscientos), dedicados a varios nombres de mujer: Flora, Lisi, Jacinta, Filis, Aminta, Dora. Consideró el amor como un ideal inalcanzable, una lucha de contrarios, una paradoja dolorida y dolorosa, en donde el placer queda descartado. Su obra cumbre en este género es, sin duda, su «Amor constante más allá de la muerte».

Como han señalado los estudiosos del antisemitismo en España, Quevedo fue un feroz antijudío y su judeofobia quedó reflejada "en todo tipo de escritos, incluyendo sus poemas satíricos" pero fue "en los años de su lucha contra Olivares cuando escribe sus dos textos antisemitas más importantes": Execración contra los judíos y La Isla de los Monopantos (aunque este último relato satírico no fue impreso hasta 1650, dentro del libro La Fortuna con seso y la hora de todos).10