Capitulo Polvo Eres

POLVO ERES MANUAL DE SEDUCCIÓN Y LEY DE ATRACCIÓN Autor : Cristian Cipriani 2019 Editorial: E-Ditorial 531 Precio : $4

Views 119 Downloads 134 File size 373KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

POLVO ERES MANUAL DE SEDUCCIÓN Y LEY DE ATRACCIÓN

Autor : Cristian Cipriani 2019 Editorial: E-Ditorial 531

Precio : $49.000

[email protected] Despacho a domicilio bajo pedido al correo

FICHA TÈCNICA • TIPO LIBRO IMPRESO • AUTOR(ES) CRISTIAN CIPRIANI • ISBN 9789585220102 • DIMENSIONES 21 CM X 14.2 CM X 1.2 CM • EN EMPAQUE ENCUADERNACIÓN RÚSTICA • NÙMERO DE PÀGINAS 138 • IDIOMA ESPAÑOL

2

DESCRIPCIÒN Cristian Cipriani es empresario del entretenimiento para adultos, bajo su mando y el de su empresa se han rodado más de cinco mil escenas de porno para las empresas más importantes del planeta, tales como: Penthouse, Bangbros, TeamSkeet. Polvo Eres es una ventana construida por Cristian para ver la luz desde las mazmorras en las que sucumbe la felicidad humana. El legado de estas notas de Cristian consiste en volver a decir, a su manera, lo que dijeron Platón, Henry Miller, Freud, Anaïs Nin, El Marqués de Sade, Alfred de Musset, Osho y algunos miles de anónimos que levantamos irrenunciablemente la voz para exclamar que el sexo y la intimidad humana son el único contacto que el hombre y la mujer tenemos con lo eterno, con lo perfecto y con la libertad.

3

Polvo Eres. Como al principio de los tiempos. Polvo eres y en polvo te convertirás, básicamente vienes de un polvo y en polvo quedarás hecho quedando solo el recuerdo. Posiblemente ese polvo traía tu nombre, o al contrario no sabía como llamarte, porque no había intención de crearte. Por ese polvo ahora me lees, luego de un polvo te escribo. Algunas veces necesitas de un polvo, bien sea para recordar que existes, o para simplemente sentirte humano. Hay polvos que te hacen reír, polvos que te hacen llorar, hay otros polvos que hacen que vuelvas a fumar, mientras que otros te quitan el vicio por completo. Hay polvos pasajeros y hay polvos para toda la vida, hay polvos que se van por el inodoro, hay polvos que se quedan en tu garganta, hay polvos que te irritan los ojos, otros que se desintegran en el camino, hay polvos que son solo espuma, hay otros que son un pedazo de queso y básicamente hay polvo en el ambiente. Porque el polvo como la vida se regenera y cada que sale uno y muere, se empieza a crear otro desde cero. Existe el ciclo del agua, pero también existe el ciclo de un polvo. Hay polvos en tu cabeza, pero también hay polvos en la mesa. Hay polvos en el aire, a veces que no son de nadie, y esta el polvo que llevas en la sangre. Polvo eres y en polvo te vas a convertir. Polvo eres y vas a ser el resultado de tu próximo polvo. De un polvo naciste y precisamente en eso te vas a convertir. Un polvo es el inicio, un polvo es el final. Polvo eres, polvo somos y es ese polvo el que nos mueve ahora, justo en este momento para ir tras el siguiente polvo de nuestra historia. Hay veces que salen diez polvos en un día y hay veces que estás diez días sin un polvo. Hay veces que el polvo quedó solo en el diseño, en palabras, en obras y omisión. También hay polvos por tu culpa, por tu culpa, por tu gran culpa.

4

Hay polvos mas oscuros que otros, hay polvos mas espesos, mas concentrados, como también están los polvos tontos y estúpidos. Hay polvos nadando con muchos peces, moviendo solo sus colas, con vitalidad inagotable y hay polvos de mares vacíos, en donde ya no queda nada, ni un solo movimiento firme, rígido, lo suficientemente apto para dar vida. Hay polvos en rehabilitación y hay polvos que nacieron por simple diversión, también polvos que requieren de horas de trabajo y largas jornadas de oficina, mientras que otros se escapan en la hora del almuerzo. Hay polvos que te los llevan a casa y no son tuyos ni de ella, hay polvos que generan paz, otros que generan guerra. Hay polvos en la hornilla que se salieron de la tetera con muy poco fuego, mientras que otros llevan horas rostizándose y no tienen intenciones de salir. Hay polvos acuáticos, polvos en el fuego, polvos en el aire y polvos en el polvo, en la tierra, en la base. Hay polvos que se dejan moldear, pero otros ya vienen así de fábrica. Polvos imperfectos, como también el mejor polvo de tu vida. Unos de esos polvos se suponía que eran para mi, pero se los diste a otro, a otra, o a ti misma. Hay polvos que se supone que tenían que desaparecer, pero ni la mente criminal mas perfecta sale impune sin dejar rastro. Hay sitios polvorientos que inspiran mas polvos que otros, mientras que hay camas matrimoniales tendidas muy bellas, de fino cubre lecho y mesa de noche adornada, en donde no hay un polvo hace días, meses, años. Polvo eres y ese mismo te mueve, también un polvo te define y te ubica en algún punto de la cadena alimenticia. Con un polvo haces amigos, con un polvo también te ganas a tu peor enemigo. Por un polvo sabemos que tanto sabes de gastronomía y al mismo tiempo a que nivel de romance vives tus días. Hay polvos mágicos para curar y polvos acumulados en tus huesos listos esperando la orden para destruirte. Cuantas veces no pisaste un polvo, o al contrario un polvo cayó sobre ti. Hay tantas clases de

5

polvo que me inspiran, pero normalmente luego de esa adrenalina, quedo hecho polvo. En el tercer cajón, del mueble de la sala hay un cementerio de cámaras viejas. Se las están comiendo el polvo, pero no importa mucho, porque al final ninguna prende, es solo un museo personal, está la primera cámara que compramos, la segunda, la tercera, también la segunda de Nacho y esa reposa al lado de dos premios que también solo sirven para sostenerla de pie. Todas están llenas de polvo, de todas las clases. La segunda tiene un lente gran angular que tampoco sirve, pero fue el protagonista de grabar los culos grandes y redondos en el 2011. En el borde de la circunferencia de pasta reposa un pedazo de esperma gris, parece que se hubiera derretido una vela encima, pero no es la esperma de una vela, es un vestigio de una escena que estallo justo en mi cara, bueno, la mitad quedó en mi lente. No puedo hacer la cuenta de cuantos polvos han pasado por nuestras manos, no se cuantos serán nuestra creación personal, profesional, laboral, porque hacemos porno y eso toca las vidas tanto desde adentro, como desde afuera. Nunca pude entender la escena que cuenta la biblia sobre Adán y Eva justo cuando aparece la serpiente, hasta hoy, y en teoría todo se trata de un polvo. La serpiente es la misma que cuelga de mis piernas, a veces se levanta cuando menos me lo espero y me habla, pero solo lo hace cuando esta totalmente formada, rígida, llena de sangre en sus cavernosidades y es allí cuando le veo la boca, los labios, el cuello y la base. Solo ahí me habla como para invitarme a comer el fruto, que casi siempre es el que no se me asignó, justo el que no puedo tomar, mucho menos comer. Bien podría ser la mujer ajena, la empleada, mi asistente o una de mis actrices en el momento equivocado. Comer el fruto prohibido me alejaría del paraíso, de mi casa, de mi completo imperio, de lo que construí tras años de esfuerzo con Andrea, y todo por una fruta. Bueno, pues que no es cualquier fruta, es prohibida y eso la hace deliciosa. Podría hacerle caso a la serpiente, porque mientras mas habla, mas pesada la siento entre las piernas y al final solo quiero que desaparezca. Por

6

alguna razón la serpiente no tiene ojos, solo una boca al frente de su cabeza, tal vez porque tiene demasiado desarrollado el don de la palabra y para ella no sirve ni ver, ni sentir, ni escuchar, ni oler, así que solo evolucionó en una gran boca que habla y escupe. Esa serpiente es tan buena oradora que logra convencerme que el fruto te lo prohíben porque no estás preparado para esa dosis de placer, de morbo, de excitación y me lo termino creyendo. Cada vez estoy mas seguro que la serpiente tiene razón, y me acerco al fruto, casi al punto de arrancarlo. Pero cuando la mano ya está por hacer el tirón me doy cuenta que puedo callar a la serpiente y dejar el fruto en su sitio. La respuesta siempre estaba ahí, y en teoría tampoco se trata de luchar con la serpiente en un duelo a muerte, al contrario, se trata solo de “frotar la serpiente” Me acuesto en mi cama, saco mi teléfono justo cuando la serpiente se vuelve histérica y se lanza hacia los lados y pongo una de mis escenas. Al instante empiezo a frotar la serpiente, y deja por fin de hablar. La froto, desde arriba hacía abajo, con ritmo, con elegancia, agarrándola solo como yo la se agarrar y en pocos minutos, la hago escupir con fuerza, justo en mi ombligo, y ahí es cuando cae derrotada, convaleciente, débil, vomitada, mareada, tonta, justo al lado del charco de polvo que quedó en mi piel y lentamente empieza a desaparecer. Al final, entendí de que trataba esa historia de Adán y Eva, y sobre todo porque fue una serpiente y no un león el animal que escogieron para ir por mi reino, y porque ellos si cayeron fácil y yo no. Todavía no había porno. Todavía no habían inventado una forma para derrotar serpientes a mano limpia. Al final, vencí esa serpiente con un polvo y pude conservar en pie, los muros de mi reino.

7