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Universidad Tecnológica de El Salvador. Escuela de Antropología. Teoría de la Cultura y Evolución Humana. Rebeca Lily Landaverde Escobar. 37-4238-2012

Lectura: Capítulo 6: “Los Primates” Mediante la primatología los simios, monos y prosimios no solo en cautiverio, sino también en su hábitat natural y muchas veces fósiles han sido sometidos a investigaciones a fin de comprender su comportamiento y por medio de esto definir Analogías y Homologías entre primates y ser humano; la taxonomía y la filogenia son herramientas de las cuales la primatología ha echado mano para poder establecer datos más precisos sobre esas similitudes, herencias u homologías que compartimos con nuestros “antecesores comunes”. Personalmente pienso que estas Homologías que el texto describe podrían ser compartidas no solo con primates sino también con muchas otras especies más de seres vivos, ya que como el mismo texto describe no solo la “ascendencia común” es la única explicación a rasgos o similitudes entre estos, si no también hay una segunda explicación posible y es la presión ejercida por la adaptación al medio la cual lleva no solo a 2 especies sino a muchas más a responder a esta adaptación de formas similares (Evolución convergente) lo cual crea dudas si estas homologías son de verdad homologías entre primates y ser humano o analogías. Diferentes características que se le atribuyen al ser humano han sido reevaluadas y redefinidas ya no como características del ser humano sino como similitudes con primates y “ascendencias comunes”, pero creo que muchas veces se deja de lado el grado de complejidad que el ser humano ha logrado alcanzar en estas similitudes las cuales a pesar de compartir algunas de ellas, él ha logrado llevarlas si bien es cierto no a un nivel máximo pero si a un nivel a mi punto de vista mayor del 50% de complejidad. La lectura describe la capacidad de algunos chimpancés por aprender y “desarrollar” el lenguaje de señas Ameslan gracias a su familia adoptiva o como yo los llamaría entrenadores; a pesar de su capacidad de retención y combinación primitiva del lenguaje ellos no hubieran sido capaces de aprenderlo ni de comunicarse de esa forma si no hubiera sido por la asistencia de un ser humano el cual ha llevado lenguaje a niveles superiores regido por sintaxis y reglas gramaticales muchísimo más amplia a la comunicación de los de monos, simios o prosimios que reacciona según estímulos.

Por lo tanto surge mi pregunta por qué es necesario compartir similitudes y buscar ese ente que propicio la herencia si existen precisamente adaptaciones filogenéticas que son patrimonio del Homo sapiens, y si ya descubrimos casos de primates con grandes capacidades de aprendizaje por qué necesariamente nosotros tuvimos que aprender de ellos y no ellos de nosotros? Comparto la idea de Francisco Ginner Abati, la cual menciona en la segunda parte del capítulo: “lo más lógico parece adoptar una posición intermedia, que combine lo que de razonable tienen ambas posturas”.