Capitulo 29 Historia

Capítulo 29 Tercera Fuerza: La Psicología Humanista. 29.1 Introducción A la segunda mitad de los años 50 y principios de

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Capítulo 29 Tercera Fuerza: La Psicología Humanista. 29.1 Introducción A la segunda mitad de los años 50 y principios de la 60 se plasmaba la psicología en el conductismo y el psicoanálisis. Dos de las tendencias nuevas eran la psicología humanista y cognoscitiva. Ambas representan al ser humano, en la actividad constituye el objeto de estudio. La psicología Humanista nació en Estados Unidos como una tercera fuerza de la psicología, en el interés de la consolidación global de la persona. Su constitución formal se produjo en 1961. La Psicología humanista va sobre la base del reconocimiento de la libertad y dignidad humana que daba una renovación a esta. Wertheimer (1978) en la práctica, la denominación de psicología humanista resulta improbable que una definición explícita de ella satisfaga siquiera a una pequeña fracción de las personas que se llaman a sí mismas “psicólogos humanistas”. Esta psicología no solo se interesa por lo que la persona es en el presente, sino por lo que puede llegar a ser el curso de su vida. 29.2 La Psicología humanista como alternativa a los modelos hegemónicos. La idea fundacional del humanismo era integrar diferentes aportaciones para construir una Psicología comprensiva y sistemática, de base empírica, que pudiera dar cuenta a la vez de las cimas y las profundidades de la naturaleza humana. Soy freudiano, soy conductista, soy humanista (Maslow, 1969). James Bugental primer presidente de la AAHP, la psicología humanista se caracteriza más por lo que aquello a lo que se oponía. El conductismo, según Maslow (1966), era una “ciencia mecánica” que, más que incorrecta, resultaba demasiado limitada como filosofía general. La psicología humanista, que abogaba por una concepción más activa del ser humano, criticaba su estrechez de miras, su artificialidad y, principalmente, su incapacidad para suministrar una comprensión de los aspectos psicológicos y humanos más genuinos. La crítica principal psicoanálisis freudiano es que es irracionalista y determinista, pues infravalora el papel de la conciencia en la comprensión de la conducta y convierte a la persona en un sujeto sometido a oscuras e inevitables motivaciones inconscientes. Hillner (1984), el humanismo adopta la orientación fenomenológica de la Gestalt sobre la conciencia perceptiva y

la extiende a toda la personalidad. Allport se inclinaba por un método ideográfico que diera cuenta de cada persona en concreto, pero sin despreciar los enfoques nomotéticos, insistió en que no existía un único método para la comprensión y el diagnóstico de la personalidad humana. 29.3 Principales representantes del movimiento humanista. Goldstein, Horney, Fromm, Allport, Maslow y Rogers. Los tres últimos, y sobre todo Maslow y Rogers, son a juicio de los historiadores las figuras principales, pues en su obra se formulan algunos de los conceptos e ideas más importantes de la psicología humanista. 29.3.1 Abraham H. Maslow: La necesidad de la autorrealización humana. Considerado por muchos como el fundador de la Psicología Humanista. Maslow estima que las personas tienen que satisfacer necesidades de dos tipos: las deficitarias que son las fisiológicas, las de protección y seguridad, las de pertenencia y amor, autoestima y la estima a los demás. También está la necesidad de crecimiento son las propias de la autorrealización y define la vida en plenitud. Las necesidades Fisiológicas como beber, comer o dormir son las más básicas y poderosas de las deficitarias. Las necesidades humanas surgen de un modo ordenado y están jerarquizadas dinámicamente, de tal modo que las personas no se detienen tras satisfacer una necesidad, sino que satisfacen una para satisfacer otra. 29.3.2 Carl R. Rogers: El proceso de convertirse en personas. La obra rogersiana puede inscribirse en la dirección fenomenológico-existencial, no se ha de perder de vista que la Psicología y la psicoterapia de Rogers parten, en lo esencial, de la experiencia clínica concreta, aunque después puedan enriquecerse con las construcciones teóricas y la investigación experimental. Para que el proceso terapéutico evolucione debidamente, Rogers considera que hay una serie de condiciones necesarias y suficientes: 1. Que las dos personas, terapeuta y paciente, estén en contacto.

2. Que el paciente se encuentre en un estado de desacuerdo interno, de vulnerabilidad o de angustia. 3. Que el terapeuta se encuentre en un estado de acuerdo interno, al menos durante las entrevistas y en relación con el paciente. 4. Que el terapeuta sienta consideración positiva incondicional hacia el paciente. 5. Que el terapeuta experimente una comprensión empática del marco de referencia interno del paciente. 6. Que el paciente perciba mínimamente la disposición positiva y empática del terapeuta hacia él. 29.3.3 Gordon W. Allport: Del organismo biológico a la individualización biográfica. Gordon Willard Allport, De su amplia obra, en gran parte traducida al castellano, destacan algunos títulos, como su Psicología de la personalidad, La personalidad, su configuración y desarrollo, La naturaleza del prejuicio, Desarrollo y cambio y La estructura del ego, todos ellos indicativos del principal interés que guiaba sus estudios. Allport se centró en el proceso de desarrollo que hacía consistir en “llegar a ser” un proceso a través del cual el organismo biológico se transforma en una persona adulta, inserta en un determinado contexto social y cultural. Allport, estructuraciones mentales que explican la consistencia o congruencia del comportamiento individual. 29.4 Logros e insuficiencias de la explicación humanista. Psicología humanista buscaba una filosofía del mundo y una concepción del ser humano nuevas. Impulsaba de manera vigorosa, en palabras de Maslow, “una imagen inédita de la sociedad y de todas sus instituciones”. Muchos tildan el conocimiento humanista de poco científico y señalan su inadecuación metodológica con el propósito de la ciencia. La Psicología humanista tiene un indudable valor formativo y una probada eficacia hermenéutica, como indagación del sentido de la experiencia humana y de los problemas vivenciales propios de la condición de seres conscientes y libres.