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• Gerardo Palma Arellano

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Cantos al Señor de Tabasco Viva Cristo Rey

Himno al Señor de Tabasco

Alabanzas al Señor de Tabasco

Que viva mi Cristo, que viva mi Rey, que impere en Tabasco, triunfante su ley Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey.

Tabasqueños, venid presurosos, Tabasqueños, alzad vuestra voz, y al Señor de Tabasco bendito entonemos un himno de amor.

El Señor de mi Tabasco es Dios nuestro redentor que del cielo ha descendido por salvar al pecador.

Mexicanos un Padre tenemos, que nos dio de la patria la unión, a ese Padre gozosos cantemos, empuñando con fe su pendón.

Entonemos piadosos un himno, fervoroso porque es para él, Cristo quiere reinar en nosotros y Tabasco será su escabel.

Venid Pueblo de Tabasco y postrado de rodillas, entonadas las maravillas del Dios hombre Salvador.

El formó con su voz hacedora, cuanto existe debajo del sol, de la inercia y la nada incolora, formó luz en candente arrebol.

Entonemos un himno glorioso, donde vibre gozoso y triunfal, nuestro afecto que quiere ser suyo de una vez para siempre jamás.

Al mostrarse en su presencia, y al mirarlo fijamente, él se adueña suavemente del más duro corazón.

Nuestra patria, la patria querida, La Chontalpa le adore ferviente, que arrulló nuestra cuna al nacer, y los Ríos le ofrezcan su amor, a él le debe cuanto es en la vida, y la Sierra le aclame y le adore sobre todo el que sepa creer. y en el Centro le llamen su Dios.

Y al confiarle nuestras penas y el dolor que embarga el alma, el concede suave calma, y la paz del corazón.

Del Anáhuac inculto y sangriento, En arranque sublime de amor, formó un pueblo al calor del aliento, que lo aclame con fe y con valor.

Tabasqueños venid en el gozo, y en las horas de negro dolor, el Señor de Tabasco nos llama y su yugo es un yugo de amor.

En su imagen expresiva la del Dios en el pretorio, que a Pilato le revela su realeza sobre todo.

Su realeza proclama doquiera Este pueblo que en el Tepeyac. tiene en enhiesta su blanca bandera, de sus padres la rica heredad.

El Señor de Tabasco nos ama, y en sus manos atadas está, el consuelo que el mundo nos niega y una dulce promesa de paz.

Venid fieles de Tabasco y postrado reverentes, entonad himnos fervientes a Jesús, nuestro Señor.

Es en vano que el cruel enemigo nuestro Cristo pretenda humillar, de ese Rey llevaran el castigo, los que intenten su nombre ultrajar.

Y aunque atadas estas manos son las manos de Dios hombre, nos bendicen y en su nombre Dios otorga su perdón. Esas son las maravillas del Señor de mi Tabasco, venid pues, almas sencillas y alabemos al Señor.

Renovación Carismática Católica en el Espíritu Santo Sagrario Sagrario Catedral, Comunidad “Cristo Rey” Villahermosa, Tabasco