Breve Historia de Los Zombis

1 EL “NACIMIENTO” DEL ZOMBI La interpretación de la muerte puede contemplarse desde las múltiples intuiciones que nos

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EL “NACIMIENTO” DEL ZOMBI La interpretación de la muerte puede contemplarse desde las múltiples intuiciones que nos ofrece el pensamiento, en este sentido la metáfora es esencial para construir un modelo en la relación vida y muerte y el zombi (Del gabonés nzambi “espíritu de un muerto o el Congolés zumbi “Resucitado”) vendría a ser una de sus más representativas. El zombi, un fenómeno relativamente nuevo en la industria del cine, la literatura y los videojuegos, viene a apoderarse del imaginario colectivo como una distopía del desarrollo humano que causa desastres.

El vudú, una de las religiones más antiguas del mundo. Originaria de África aún se practica por etnias de ese continente y en Haití donde se fusionó con el cristianismo. Su fuerte componente mágico está estrechamente ligado con la magia blanca y negra, esta última responsable del zombi o “muerto viviente”.

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El fenómeno del zombi o “muerto vivo” tiene sus orígenes en el concepto de la inmortalidad de antiguas religiones y mitologías. No obstante, el primero en mencionarlo como hoy se conoce fue el aventurero y escritor francés Pierre Corneile Blessebois autor de la novela autobiográfica “El zombi del Gran Perú” que habla acerca de su elaborado engaño para crear a un muerto viviente. En los relatos de las antiguas civilizaciones es posible hallar leyendas y mitos que hablan de dioses y mortales capaces de volver los muertos a la vida. Bastante misterioso fue el escritor francés Pierre Corneile Blessebois (1646 – 1700) quien pasó gran parte de su vida en varias prisiones de Francia, incluso algunos estudiosos ponen en entredicho su existencia. Se cuenta que Pierre Corneile Habiéndose vendido de colono en la isla de Guadalupe, se hizo pasar por un brujo cuyos poderes le darían la facultad de crear un Zombi y así urdir un engaño en favor de la condesa de Cocagne.

Si bien el fenómeno del “muerto vivo” podría tener su origen en los albores de la humanidad misma, el zombi nace en Haití con el vudú, culto que venera a los espíritus mediante un conjunto de ritos ancestrales y católicos. Según algunos estudiosos este ser sobrenatural nace como respuesta al temor que tiene los africanos hacia la esclavitud. Los hechiceros vudú houngans y bokores tendrían el poder de resucitar a un muerto por medio de la invocación de la serpiente Damballa, relacionada con 3

Nzambi Mpungu divinidad creadora de la vida. Según la tradición una vez resucitado, el zombi estaría sometido bajo la voluntad del hechicero indefinidamente.

Damballa, el principio masculino, es una divinidad africana representada como una serpiente de gran sabiduría, capaz de devolver a la vida a los muertos. Los Houngan y las Sambo son sacerdotes y sacerdotisas oficiales del vudú, suelen tener parroquias y celebrar misas dentro de esa religión en Haití. Los bokores están más ligados a la hechicería y la magia negra.

La escritora y folklorista norteamericana Zora Neale Hurston narra las costumbres en Haití de donde menciona el extraño caso de Felicia Félix Mentor quien fuera enterrada tras su muerte en 1907, algunos conocidos aseguran verla treinta años después convertida en zombi. Según el estudio de Hurston estas personas no habrían sido revividas por un hechicero sino que se trataban de sujetos sometidos a sustancias psicotrópicas para doblegar su voluntad. En 1985 la película “La Serpiente y el Arcoíris” del director Wes Craven cuyo argumento se inspiró en el libro “El Enigma Zombi” del etnobotánico canadiense Wade Davis, trajo de vuelta el misterio del zombi haitiano cuando el investigador menciona el proceso de 4

“zombificación” como el resultado de usar toxinas y sustancias psicoactivas inducidas, teniendo como principal componente la tetrodotoxina presente en el pez globo, una sustancia sumamente letal que en dosis pequeñas puede causar catalepsia o falso estado de muerte. Cuando la persona dada por muerta ha sido enterrada, el hechicero exhuma el cuerpo para reanimarlo y así doblegar su voluntad mediante algunas sustancias psicoactivas como ellas el extracto del estramonio (Datura Stramonium) planta conocida en la isla como “pepino zombi”.

Se creía que la tetrodotoxina era exclusiva del pez globo pero hoy se ha encontrado en varios tipos de bacterias y anfibios marinos. En la tercera etapa de su intoxicación ocurre la parálisis del cuerpo, en donde la persona sigue teniendo consciencia, mientras aparenta estar muerta. Los alcaloides del Estramonio (A la derecha) se han usado para cometer delitos ya que ocasiona la parálisis involuntaria del cuerpo.

Si bien en la actualidad el zombi es considerado como un organismo (Humano o animal) que vive de un estado irracional e instintivo, en sus inicios el zombi representó la resucitación de un muerto por parte de un hechicero al que se le atribuye el poder de devolver la vida, un concepto del cristianismo inmanente dentro del culto vudú. En la antigua Grecia para explicar el origen de algunos organismos particularmente de moscas y larvas que nacían de las frutas, el filósofo Aristóteles planteó la idea más controversial de la historia científica, la generación 5

espontánea o virtud que tienen ciertos organismos para generarse de materia sin vida. Mediante los experimentos de Francesco Redi, Lazzaro Spallanzani y posteriormente el químico Luis Pasteur hoy en día se sabe que ningún organismo surge de la materia inerte, de la misma manera que es imposible devolver la vida tal y como lo pretende el vudú.

La teoría de la generación Espontánea, igual que un muerto viviente rondó a la ciencia durante muchos siglos. Para refutarla Francesco Redi (1626 - 1697) Colocó carne en 3 frascos, uno descubierto y los otros dos cubiertos y al volver días después, notó que en el primero habían crecido larvas mientras que en los otros no, llegando a la conclusión de que las moscas solo podían nacer si se depositaban sus huevos en la carne. Lazzaro Spallanzani (1729-1799) refutó el experimento de John Turbeville quien al hervir carne y sellarla creyó demostrar que los microorganismos nacientes se generaban de la carne muerta. A mediados del siglo xix Louis Pasteur, inspirado en el experimento de Spallanzani, utilizó matraces de cuello de cisne que evitaban la entrada del aire en el caldo hervido y por consiguiente los microorganismos. Al cortar después uno de los cuellos de los recipientes el caldo se infectó demostrando así que los microbios no se generaban de la materia inerte de forma espontánea.

Gracias a los avances médicos actuales las funciones vitales del corazón y la respiración pueden mantenerse por medios artificiales, no obstante después de la muerte somática es imposible la vida. Actualmente se plantea la idea de congelar o criogenizar un organismo entero para su futura reanimación aunque muchos apuntan que este no podrá revivirse. La muerte cerebral implicaría en primera estancia el fallecimiento somático del individuo, no 6

obstante una persona puede mantener sus funciones inferiores como las de respirar, sin ejercer las actividades de las funciones superiores como las motoras, al respecto existe un gran debate ético de cómo determinar realmente la muerte de un ser humano. El coma es en la mayoría de casos reversible, el paciente puede recuperarse eventualmente. La idea del zombi actual surge más de estas circunstancias pues es posible que el sujeto “infectado” puede mantener sus funciones vitales más sin embargo vivir en una especie de coma que le impide relacionarse con el mundo exterior.

Desde el punto de vista físico es imposible que una persona muerta pueda revivir ya que el daño celular causado en el cerebro al no recibir oxígeno tiene como consecuencia la muerte somática o el cese irreversible de todos los órganos del cuerpo. Según el laboratorio ruso de criogenia KrioRus, el proceso de vitrificación que consiste en convertir los órganos en gel en vez de cristal, es un gran avance científico aunque actualmente resulta imposible revivir a una persona congelada. (Foto: Tanques de Criogenia en los Laboratorios Alcor Life Extension, Arizona)

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EL ZOMBI Y LA VIEJA OBSESIÓN POR LA INMORTALIDAD Para entender la importancia que tiene el fenómeno zombi en la cultura contemporánea es necesario indagar acerca de sus orígenes que vienen de la mitología y las religiones antiguas, más exactamente del concepto de inmortalidad presente en abundantes representaciones en todas las culturas. La inmortalidad del ser tiene sus bases en la concepción de dolor y sufrimiento, en especial ante el fenómeno de la muerte que llevaría al hombre primitivo a pensar que su existencia no podía limitarse más que a la vida misma. Esta idea evolucionaría mediante los sueños y la alteración de la mente inducida por trastornos psicológicos o el uso de sustancias psicotrópicas dando como resultado el nacimiento del alma impalpable e inmortal. Para darle un lugar al alma, el humano primitivo tuvo que suponer la existencia de otras dimensiones que no solo sería su lugar final de residencia sino también la morada de las fuerzas gestoras del universo a las que después identificarían como dioses. Para explicar los fenómenos de la naturaleza a cada de estas fuerzas creadoras se le asignaría un atributo animal o tótem hasta evolucionar, conforme al hombre se iba conociendo, a características esencialmente humanas. A medida que estos conceptos se hacían más complejos, el hombre llega a concluir que la muerte del cuerpo es lo que lo separa de 8

la divinidad, son entonces los dioses dadores de vida los únicos en gozar del atributo de ser inmortales. La pena por la muerte y la necesidad de vida eterna puede distinguirse claramente en el “Poema de Gilgamesh”, obra sumeria escrita dos mil años antes de Cristo, que narra las hazañas de Gilgamesh, rey despótico de Uruk que tras haber perdido a su único amigo otrora rival Enkidu, va en la fútil búsqueda del secreto de la inmortalidad. La mitología es abundante al respecto de esa pugna del hombre por hallar la vida eterna, citamos la tradición griega de Asclepio, hijo de Apolo y la mortal Corónide, cuando el dios supo de la infidelidad de su esposa, dándole muerte entrega su pequeño a Quirón para confiarle su enseñanza. El centauro instruye a Asclepio en la medicina llegando este a ser tan bueno en su oficio que logró resucitar a los muertos. Tales facultades hicieron temer al dios Hades que esto afectara el equilibrio de su morada y entonces a su petición, Asclepio moriría por un rayo lanzado desde el Olimpo por Zeus. En Irlanda la tradición teje el relato de Diancech, dios de la medicina capaz de abrir la “fuente de la salud” en la que mezclando numerosas yerbas podía devolver la vida a los guerreros muertos en la batalla de Mag Tured, lo que nos recuerda a la Valquirias, deidades femeninas que elegían a los guerreros más valerosos caídos en batalla para llevarlos al Walhalla donde resucitados se unirían al ejército de Odín para luchar en el Ragnarök o batalla del fin del mundo. los dioses también pueden sucumbir ante la mortalidad en las pugnas que libran con sus semejantes, en la mitología egipcia, el dios Seth dio muerte a su hermano Osiris quien era entonces el faraón al que luego despedazaría repartiendo sus miembros por todo Egipto. Las esposas de Osiris, Isis y Neftis fueron en búsqueda de sus partes y 9

una vez reunidas tuvieron que juntarlas con largos trozos de lino para devolverle la vida mediante ciertos ritos. Una vez resucitado Osiris se convirtió en el dios de los muertos.

Considerada la obra épica más antigua que se conoce “El Poema de Gilgamesh” narra la frustrada epopeya de este antiguo rey sumerio al que una serpiente le arrebató la planta que otorga la inmortalidad. Asclepio es famoso por haberle devuelto a la vida al hijo del héroe griego Teseo, Hipólito. Diancech, Dios de la mitología celta tendría el poder de devolver la vida a través del uso de plantas medicinales.

Como podemos ver en estos ejemplos, la necesidad de ser inmortales es algo que ha obsesionado al hombre de tiempos inmemoriales, prueba de ello son las diversas prácticas a las que a lo largo de su historia el hombre ha recurrido para procurarse ese lugar en la eternidad. La momificación. La momificación es una de las prácticas más antiguas de la historia, sin duda alguna tuvo que inspirar varias de las características del zombi actual. Si bien la momificación ha estado presente en gran número de culturas, es en Egipto donde cabe mejor explicar el significado de este ritual. Según los antiguos egipcios todo ser está compuesto por tres partes que al morir se separa. La primera de estas es el cuerpo físico. La segunda el Ka otrora réplica del cuerpo o alma que representa al ser en 10

estado espiritual y finalmente el Ba que es el conjunto de cualidades divinas que conforman la personalidad del ser. En el momento de la muerte física el Ka y el Ba se desprenden del cuerpo pero cuando juntas lo reconocen nuevamente en su integridad, es decir momificado volvían a reunirse para conformar al Akh, principio de la vida eterna. Serían estos conceptos los que darían más tarde a través de los estudios de los griegos clásicos, el concepto cristiano de alma y espíritu. En la antigua china existe un principio similar al creerse que cada persona posee en principio un alma dual, el P’ai o P’o, la esencia material que habita el cuerpo en el estado fetal que según la tradición de ser muy fuerte podría preservar el cuerpo físico, el Hun es considerado superior al P’o y este sobreviviría a diferencia del otro. Aunque los chinos no realizaran el acto de momificación como los egipcios la ceremonia funeral era esencial para evitar que el Hun vagara en la tierra en forma de fantasma.

Según las creencias en el antiguo Egipto, para lograr la inmortalidad es necesario conservar el cuerpo en buen estado y así mantener unidos el espíritu y la divinidad.

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El taoísmo chino pretende la inmortalidad del cuerpo por medio del uso de la magia y los elixires, es así como sus divinidades conocidas como los ocho inmortales se hicieron a la vida eterna luego de ser humanos. El concepto de inmortalidad del alma, e expensas de la inminente corrupción del cuerpo vendría a dividirse en tres fenómenos metafísicos ampliamente aceptados tanto en religión como en filosofía. La transmigración, propiamente de la india es la creencia del paso del alma a otros estados de existencia, similar a la metempsicosis pitagórica que se aplica a diversas mutaciones póstumas, no obstante de ciertos elementos de la psiquis humana. Del budismo y también hinduismo el concepto evolucionaria a la reencarnación que es el paso del ser a un mismo estado, en base a esto el cristianismo considerando los milagros de Jesús de Nazaret en los que devolvió la vida a muchas personas y la existencia del alma y sus virtudes afirmaría la posibilidad de resurgir en un cuerpo nuevo y perfecto, prácticamente incorruptible siempre y cuando el alma hiciera méritos, a esto se le llamaría resurrección, concepto opuesto a las doctrinas gnósticas y maniqueistas que veían al cuerpo físico como la manifestación del Demiurgo, entidad corrupta creadora del universo material opuesto al espiritual. Estas doctrinas llevarían al cristianismo ortodoxo del siglo III D.C a la persecución encarnizada de gnósticos y maniqueistas de la época, la antesala de lo que sería la inquisición nueve siglos después. No está de más afirmar que el concepto de ver el cuerpo físico encarnado el mal de los antiguos gnósticos haya desatado la sangrienta persecución a la herejía y su relación con el fenómeno del “muerto vivo” al entender que los condenados eran sometidos a la voluntad de una figura o congregación a terribles torturas y vejámenes, 12

muchas veces con el objeto de realizar una falsa confesión y posteriormente su adoctrinamiento coercitivo. El concepto de la inmortalidad hasta el momento estaba relegado a las religiones y la filosofía, no sería hasta el nacimiento de la alquimia en la edad media que se especularía de la denominada “Piedra Filosofal”, sustancia capaz de transformar cualquier metal en oro y asimismo tal como lo afirmara el científico y filósofo Roger Bacon, de ser disuelta en agua conformaría el elixir de la vida eterna. De esta forma la inmortalidad comenzaba a ser concebida no como algo estrictamente inherente a las doctrinas y el pensamiento filosófico y es posible conseguirse alterando las propiedades que rigen la naturaleza. También en la edad media las leyendas Artúricas que hablaban del Santo Grial, el cáliz de la alianza donde Jesucristo bebió en la última cena, reforzaría la idea de hallar la vida eterna por medios distintos a los establecidos por filósofos y eclesiásticos. El santo Grial donde supuestamente el rico comerciante judío José de Arimatea habría recogido la sangre de Jesucristo, fuente de vida eterna, ayudaría a crear el personaje que finalmente encarnó el deseo del hombre por lograr la inmortalidad: el vampiro.

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Básicamente los alquimistas europeos del siglo XVIII se obsesionaban con hallar piedra filosofal, una sustancia que además de trasmutar el plomo en oro tendría poder de dar la inmortalidad al que bebiera su elixir, esta idea se emparenta con Santo Grial de las leyendas caballerescas, el cual convertiría en el jugo de inmortalidad a cualquier sustancia contenida en el mismo.

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El vampiro o la desdicha de alcanzar la inmortalidad La literatura a finales del siglo XVII comenzaba a forjarse en la individualidad del pensamiento, la crítica y la emancipación del ser, sin embargo el romanticismo que aún persistía se preocupó más por las emociones del sujeto dando como origen la novela gótica que era la respuesta al racionalismo crítico, el vampiro sería la manera de encarnar el conflicto que acaecería entre ambos conceptos. El vampiro, fabuloso ser inmortal de hábitos nocturnos y cuyo único alimento sería la sangre tendría como origen alternativo a la Lilitu babilónica o Lilith de las leyendas judías, considerada la primera esposa de Adán que luego de abandonar el paraíso se uniera al demonio Asmodeo con el que engendró muchos hijos. Como castigo Dios envió a sus arcángeles para que asesinaran a cien de estos cada día, para vengarse Lilith juró tomar la vida de cada barón nacido hasta completar el número de sus hijos perdidos entonces según la tradición, Lilith aparecería en las noches como un ser alado para raptar a los niños judíos 14

incircuncisos. También el relato de Caín y Abel inspiraría al mito del vampiro ya que después de haber asesinado a su hermano, dios confinó a Caín a vagar eternamente en la tierra con una marca o sello para que nadie le diera muerte. En el Islam, tras haberse rechazado el sacrificio de Kabil, Alá lo condenó a cargar durante años con el cuerpo de su hermano Habil hasta que la visión de un cuervo que enterraba (o desenterraba) a un ave muerta le mostraría como debía inhumarse a los difuntos. Curiosamente en el antiguo Egipto se representó a Anubis dios de los muertos y maestro de la momificación como un chacal ya que estos solían desenterrar los huesos para alimentarse. En el juego de rol Mascarade se menciona a Caín, Kain o Khayyin como primer vampiro y padre de toda una estirpe de ellos. En la antigua Grecia se creía en la existencia del brucolaco (Vrykolakas) que aunque no era propiamente un vampiro, se trataba de un muerto cuya alma no habría podido separarse. Para acabar con un brucolaco debía decapitársele para posteriormente ser incinerado, que hasta el día de hoy sigue siendo el método más efectivo para asesinarlos. Paralelamente a estas leyendas, encontramos el relato de Licaón, rey de Arcadia que padeció el disgusto de Zeus, convirtiéndole a él y su descendencia en lobos como castigo por sacrificar a los extranjeros en su honor. Aunque Licaón se tratara en principio no de un vampiro sino de un licántropo u hombre lobo, juntos tienen un estrecha asociación en la literatura moderna. En base a la existencia del P’o que permanecería dentro del cuerpo para sus necesidades, surge la creencia en un ser animado sin vida conocido como Chiang-Shih, versión china del vampiro occidental, de carácter cruel y violento e incluso con gran apetito sexual. El origen de este sería tras sufrir una muerte violenta o el entierro 15

inadecuado de un cuerpo, situación más acorde al zombi occidental y emparentado con el yurei o fantasma japonés. Para controlarlo se recurría a un sacerdote taoísta, quien colocaba en la frente del Chiang-Shih un papel talismán amarillo escrito con sangre para someterle a su voluntad mediante una campana. Este extraño conjuro nos recuerda al Golem de los judíos.

Lilit por su comportamiento nocturno y su deseo de raptar niños podría considerarse como la más antigua antecesora del vampiro moderno. El brucolaco de la antigua Grecia se levantaría de su cripta para atormentar a los vivos. El Jiang Shi o “cadáver rígido” es la versión china del zombi haitiano pero debido a la influencia de occidente se le dotó de cualidades vampíricas.

El monje historiador francés Auguste Calmet sería el primero en describir hacia 1700 al temible vampiro, considerado como una figura demoniaca en uno de sus tratados. Al surgir la novela gótica en Inglaterra a finales del siglo XVIII se concebiría al vampiro tal y como hoy se le conoce. La novela del escritor irlandés Charles Robert Maturín “Melmoth, el Errabundo”, es el modelo perfecto del hombre que recurre a fuerzas sobrenaturales para hallar la inmortalidad, característica que definiría a los vampiros actuales como en la novela del escritor John William Polidori “El Vampiro” o la obra ilustrada de 16

Collin de Plancy “Historias de Vampiros”. Sheridan Le Fanu en su novela corta “Carmilla” se basa en la historia de la condesa húngara Erzsébet Báthory de Ecsed a la que se le atribuye el asesinato y tortura de 630 mujeres en su castillo y que según la leyenda, usaría la sangre de las más jóvenes para conservar su belleza. Se convertía pues este fluido vital en el alimento para la inmortalidad del vampiro ya que según la tradición cristiana en ella residiría el alma de cada ser. Al igual que Le Fanu, el escritor irlandés Bram Stoker tomaría la historia del Vlad Draculea, príncipe de Valaquia, actual Rumania, conocido también como “Vlad el empalador” noble sádico de Transilvania proclamado héroe nacional por su resistencia a la invasión otomana, dando vida al vampiro más famoso de la literatura, el Conde Drácula. El príncipe Vlad tenía predilección por infringir terribles torturas a sus enemigos, entre ellas la que hizo honor a su mote, el empalamiento. Entre 40.000 y 100.000 personas murieron bajo esta horrible práctica. En un grabado de la época es posible ver al príncipe Tepes desayunando mientras contempla en el fondo a sus enemigos empalados. El conde Drácula de la novela de Stoker representa un personaje culto y sombrío que vive en su castillo y solo aparece de noche. Representado bajo varias formas teriatrópicas se le muestra como un caballero de gran encanto y seducción, lo que sería un reflejo del mítico Conde de Saint Germain, considerado así mismo inmortal, no obstante, el ser dueño de tantas virtudes y riqueza no le garantizan la felicidad, lo que convierte al vampiro en el modelo para la cuestión de la vida eterna en el hombre. Es posible que Bram Stoker también se basara para la creación de su personaje en el caso de “Madeimoselle x”, una mujer que en 1880, según como 17

la describió el neurólogo francés Jules Cotard, padecía de un trastorno mental conocido más tarde como Síndrome de Cotard en la que ella aseguraba estar muerta, no obstante de mantener la idea de ser inmortal.

En la literatura romántica del siglo XIX el vampiro pasó de ser un simple muerto viviente o demonio para convertirse en un ser culto y elegante, capaz de transmitir sus poderes y el don de la inmortalidad.

La relación contemporánea de vampiro señor y el zombi como su esclavo es inherente a la historia del príncipe Vlad Tepes y la condesa Erzsébet Báthory ya que los zombis actuales al igual que las víctimas de ellos son a menudo merecedores de las más cruentas y espantosas muertes. Si bien, el zombi vendría a ser la antítesis del vampiro, ambos se asocian por estar sometidos bajo una condición antinatural que en muchas situaciones representa su tormento. En la literatura como el cine, siendo el zombi resultado de la obra del vampiro, sería a partir de este que tomaría la extraña virtud de traspasar su estado de cadáver viviente a cualquiera que hubiera mordido.

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Vampiro y zombi, señores y esclavos un viejo concepto judío

“Entonces el señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7

Un vampiro capaz de crear a un “muerto vivo” nos remonta a las antiguas tradiciones del judaísmo y el llamado Golem, (del hebreo gelem, que significa “materia en bruto”) Aunque en la actualidad golem signifique también el carecer de inteligencia, en la tradición medieval se trataba de un ser fabricado a partir de la materia inerte. Se creía que solo la gente cercana a Dios como los rabinos tenía el poder de darle vida a un golem. A menudo eran seres de barro en cuya frente se les escribía el nombre de Dios, un conjuro o simplemente la palabra “Emet” que significa “verdad”. Para desactivar al golem solo había que borrar la primera letra, quedando la palabra “Met” o “muerte” en hebreo. Engendrar a un golem era signo de gran sabiduría y acercamiento a dios, ya que su creación emulaba el acto divino en que Dios da vida al primer hombre Adán, a partir del barro. No obstante en algunos relatos el golem podría volverse contra su creador como 19

en el caso de un rabino de Praga, relatado por Yudl Rosenberg, que cuenta como el golem al que le dio vida comenzó matar personas y generar miedo lo que sin duda le relaciona al fenómeno zombi, aunque sin dejar a un lado que el nacimiento de un golem no era en sí un acto de resurrección sino de creación. En la literatura suele usarse el golem como metáfora de la obra que por ser difícil de controlar se vuelve hacia su creador.

El romanticismo literario rescata la antigua obsesión de revivir a quien ha muerto El golem nos hace remontar nuevamente a la novela gótica de 1800, encontrando así la obra romántica “Frankestein o El Moderno Prometeo” de la visionaria escritora Mary Wollstonecraft Shelley (De 1818) narrando la pertinaz audacia del hombre por hallar la vida eterna. El doctor Víctor Frankestein se encuentra en una batalla contra el estamento científico y religioso para demostrar que es posible devolver la vida a un muerto. El resultado, siendo producto de juntar las partes mutiladas de diversos cuerpos, (Lo que nos trae de vuelta el mito de Osiris) es de por sí monstruoso, no obstante la “criatura”, “miserable” o “demonio” como se le llama en la novela (Ya que esta carece de nombre), goza de virtudes y sentimientos nobles. A diferencia del zombi tradicional que es revivido por medio de conjuros, o los “muertos vivos” contemporáneos, resultado de infecciones víricas o agentes químicos asociados en ocasiones a siniestros planes de dominación, el doctor Frankestein revive a un ser inanimado considerándose esto más como un acto de creación por medio del conocimiento y la práctica científica, cuya motivación va más allá del deseo de 20

dominar, el hombre que juega a ser Dios. Mary Shelley también escribió la que se considera su obra maestra “El Último Hombre” (de 1826) que habla de la destrucción de la humanidad por una terrible plaga. De esta la historiadora y biógrafa Kari Lokke diría, «En su negativa de ubicar a la humanidad en el centro del universo, cuestiona nuestra posición privilegiada en relación a la naturaleza; por lo tanto, El último hombre constituye un desafío profundo y profético al humanismo occidental» Además de ser una de las primeras distopías literarias, su historia sería la inspiración para dar un nuevo curso a los relatos de horror, en el caso del “muerto vivo” su relación con el apocalipsis Zombi. El escritor americano Edgar Allan Poe también daría pie al concepto del zombi en su relato “La Caída de la Casa Usher” un relato fascinante que sería uno de los pilares de la novela de terror moderna y “La Verdad Sobre el Caso del Señor Valdemar” en la que el personaje, cuyo nombre tampoco se define, fascinado por el mesmerismo somete a su amigo al señor Valdemar, enfermo terminal de tuberculosis a una hipnosis durante siete meses quedando este en coma, sin pulso y con la respiración casi imperceptible. Cuando el señor Valdemar es despertado su cuerpo degenera en una sustancia extraña y descompuesta. Howard Philips Lovecraft, el autor de obras fantásticas como los “Mitos de Cthulhu” escribiría la serie “Herbert West: Reanimador” en la que un médico severamente perturbado a posteriori de un error fatal, se obsesiona con hallar una pócima para revivir a los muertos. En el relato de Lovecraft, Herbert West bien podría recrear de forma más o menos plausible la obra del médico ruso Sergei Bryukhonenko quien en sus controvertidos experimentos “reanimaba” la cabeza de un perro previamente 21

decapitado, conectándola como era debido a un corazón artificial.

Mary Shelley (1797 – 1851) dice haber encontrado unos escritos proféticos en la cueva de la Sibila (Italia). Uno de estos sería el que inspirara “El Último Hombre”, novela distópica cuya trama se desarrolla en un futuro lejano donde sus personajes intentan sobrevivir a una plaga desoladora. Ya anteriormente Shelley había abordado la inquietante humana de vencer la muerte con su novela gótica “Frankestein”. En “El Caso del señor Valdemar” el protagonista trata de mantener a una persona que ha muerto en un estado sobrenatural de preservación, pero sería Howard P. Lovecraft con su serie de relatos “Herbert West: Reanimador” quien imbricaría el lazo definitivo entre la ciencia y la plaga zombi.

Zombi o el infierno de estar muerto También el concepto de infierno juega un papel fundamental en la concepción zombi ya que este al ser devuelto a la vida estaría confinado a una existencia de vacío y sufrimiento, de sometimiento a la voluntad de su creador, un ser prácticamente sin vida. Inicialmente se pensó en la existencia de un lugar donde las almas iban a descansar, los antiguos pueblos teutones creían que este lugar se hallaba bajo la tierra. Cuando el profeta Isaías sentenció que el rey de Babilonia al morir iría hasta la fosa más profunda del sheol se pensó que dicha estancia tendría diversos niveles de recompensa o castigo. Más adelante en el cristianismo adoptaría la idea del infierno como la residencia de Satán y los ángeles caídos donde estos 22

atormentarían a las almas pecadoras no arrepentidas, también se habla del purgatorio donde podrían purificarse, un concepto que tiene sus orígenes en el budismo y el hinduismo, también el taoísmo. En el folklore japonés, el reikon o alma, viaja al purgatorio siempre y cuando el cuerpo haya sido enterrado mediante los ritos necesarios. Si esto no se hace o la persona ha tenido una muerte violenta el reikon vuelve a la tierra para transformarse en un yurei, que es una especie de espíritu errante.

El infierno, lugar donde van las almas de los pecadores a ser atormentadas, nos ha creado en el inconsciente la idea de que las entidades demoniacas y los muertos vivientes vienen a la tierra desde allí. (A la derecha) el Yurei japonés se manifestaría a las dos de la mañana para aterrorizar sin causar daño a las personas de las que se quieren vengar.

Fantasmas, posesiones y espíritus errabundos atrapados entre dos dimensiones Los fantasmas están presentes en todas las culturas humanas y son asociados en general como almas atrapadas en la tierra en una forma más o menos física. Suelen errar como almas atormentadas, producto de una muerte violenta o simplemente porque su cuerpo no recibió los cortejos fúnebres indispensables, para su paso a la otra 23

vida. Cuando el ser humano primitivo comenzó a especular en la existencia del alma, fue necesario pensar en su forma o composición. Nuevamente la compleja naturaleza del subconsciente y los estados mentales en alteración ya fuera por el simple acto del sueño, los trastornos mentales o el uso de alucinógenos, el fantasma vendría a nacer bajo su anterior forma física, sería entonces como un reflejo espiritual del cuerpo, concepto ulterior del alma en muchas culturas. En relación a esto, zombi y fantasma compartiría un destino común, aunque el “muerto vivo” encarnaría la materia capaz de sentir dolor y sufrimiento contrario al fantasma que por carecer de uno confinaría su vida a un exilio tormentoso. En ese sentido el mundo de un fantasma estaría más asociado con la indiferencia y la soledad, por lo tanto el fantasma se convierte en un ser desadaptado y violento cuyo único objeto es el de atormentar a los vivos. En la cultura china, se creía que el Shen o espíritus de los antepasados volvían de no ser honrados, transformados en los temibles Gui o espíritus hambrientos, similares a los Onryo japoneses, fantasmas vengativos que volvían para atormentar a los vivos. Ambos conceptos, hambre y venganza son claras manifestaciones del vació interior llámense existencial o espiritual. Teniendo en cuenta el poder del alma sobre la materia, a ciertos espíritus o entidades se les atribuye la capacidad de tomar cualquier cuerpo, cualidad conocida universalmente como posesión. La posesión de un espíritu es una manifestación esporádica cuyas característica principal es la de doblegar parcialmente la personalidad del sujeto poseso y sea a su vez manifestado. En algunos casos es posible inducir la posesión si un voluntario conocido como médium, presta su cuerpo para que el espíritu entre en él, 24

mediante la invocación del mismo, a esta práctica se le conoce como espiritismo o nigromancia. Los motivos de que un alma errante tome momentáneamente el cuerpo de un vivo son diversos. Según las creencias un alma que no encontró el camino hacia su estancia final entró al primer cuerpo que le fue posible, muchas veces lo hace con el descaro de que al inducir la muerte del sujeto doblegado se liberara para siempre. Esta creencia en particular viene del relato en el que Jesús de Nazaret realiza la expulsión o exorcismo de los posesos de Gadara, cuyos espíritus le piden al mismo Jesús que los traslade al cuerpo de unos cerdos para que al ser arrojados a un risco puedan liberarse. En el mismo cristianismo, las almas errantes son consideradas entidades demoniacas que suelen ocupar el cuerpo de personas no bautizadas para fines malvados. Algunas veces las posesiones se presentan con el fin de comunicar algo a los que siguen en la tierra. La creencia popular de posesiones tiene claras argumentaciones científicas, ya que son atribuidas a enfermedades como la epilepsia o el tourette. En la rama de la psicología se habla de trastornos como la histeria, la paranoia o el delirium tremens de los alcohólicos que pueden inducir a estos estados. También está comprobado que un sujeto altamente sugestivo puede sufrir de estos delirios que tiene sus raíces en el subconscientes a causa de traumas vividos en la niñez. Las características de un poseso son principalmente la pérdida total o parcial de identidad y reconocimiento, el sujeto es doblegado en voluntad y la mayor parte del tiempo no es consciente de sus actos. Los posesos suelen desarrollar enfermedades, sufrir de convulsiones y en ocasiones se manifiestan en otras lenguas o glosolalia. La persona poseída suele auto infringirse diversos tipos de lesiones, también la de alterar 25

gravemente sus expresiones faciales. El cine llevaría al público el libro de William Blatty “El Exorcista” una película de terror basada en una historia similar al caso de la joven Anneliese Michel cuya posesión fuera documentada hasta en registro sonoros. La manera algo exagerada como la protagonista de la película es transformada por el espíritu se puede asociar con el nacimiento del zombi actual, ya que también el poseso es un sujeto cuya voluntad ha sido doblegada y el aspecto terrorífico en el que degenera inspiraría a los actuales cineastas en la creación de una fisionomía más o menos concreta del “muerto vivo.”

Dos casos de posesión, uno real y otro ficticio, a la izquierda Anneliese Michel (19521976) quien sufriera de epilepsia en el lóbulo frontal fue supuestamente poseída por una entidad demoniaca. A la derecha imagen de la película “El Exorcista” donde se muestra el daño que suele auto infringirse el poseso.

El hambre del cuerpo es también el hambre del espíritu Mientras el hambre obedece a un sentido más universal, ligado a la naturaleza instintiva de todo ser, la venganza es una necesidad exclusivamente humana. A menudo asociadas, hambre o sed de venganza, estas manifestaciones nos acercan a una práctica tan antigua, inherente al fenómeno del “muerto vivo”, el canibalismo. Ya en la antigüedad, el historiador Herodoto nombraba a tribus que practicaban la antropofagia, costumbre o rito de comer carne humana, en algunos pueblos de américa 26

también se practicaba. En algunos países que fueron azotados por terribles hambrunas las personas tuvieron que recurrir a esta práctica para poder sobrevivir. Aunque se cree que su origen es ritual, en referencia a los mayas y aztecas que sacrificaban a un joven cada año para honrar a sus dioses, el canibalismo en algunos pueblos como los Fore de Papúa Nueva Guinea se practicaba bajo la creencia de que al hacerlo se recibía los conocimientos y habilidades de la persona muerta. En otras culturas se pensaba que al hacerlo el alma engullida no volvería a reencarnarse para una futura retaliación, no obstante el hambre caníbal tenía un estricto sentido de daño y venganza, puesto que la percepción primitiva de devorar a la presa o al enemigo, sugiere el acto supremo de la victoria y el poder sobre este. Una relación indistinta del canibalismo y el fenómeno zombi resulta de asumir nuevamente el mito de Licaón ya que este fue castigado por Zeus cuando el dios, al visitar su morada bajo la forma de un extranjero, Licaón para poner a prueba su divinidad le ofreció la carne de su hijo Pélope en la cena, hecho considerado como una grave falta. Según otros relatos, más exactamente en el mito de Deucalión o el “Moisés griego”, se habla como causa del diluvio universal (Presente en casi todas la culturas antiguas) los abominables actos de estos licántropos antropófagos hijos del rey de Arcadia. Vemos el fenómeno zombi en adelante, estrechamente asociado al canibalismo no ritual en la película del director George Romero, “La Noche de los Muertos Vivientes” (De 1968), en donde el apetito de una epidemia de zombis a gran escala los empuja a cometer antropofagia. Más adelante y con la clara asociación de que el zombi es un descerebrado, terminaran convirtiéndose en insaciables devoradores de cerebros y 27

sería justamente en el cine donde esta idea comenzaría a asentar las bases del arquetipo zombi moderno.

Desde tiempos inmemoriales el canibalismo ha estado asociado a muchas creencias y tabúes paralelamente. La antropofagia ritual se sigue practicando incluso en la era actual por los devotos de la secta Aghori de la india. Las grandes hambrunas que azotaron a naciones como Irlanda en 1845 y Rusia en 1921 obligaron a la gente a cometer actos de canibalismo por supervivencia. El canibalismo es ya una constante en la ficción del zombi moderno.

El autómata moderno, una visión perpendicular del zombi tradicional Los grandes avances en la computación y el surgimiento de la robótica han logrado crear el “zombi cibernético” conocido como autómata o robot. Los primeros de estos “trabajadores automáticos” sería complejas maquinarias creadas para hacer labores muy simples, hoy en día la robótica pretende inventar seres que imiten las cualidades de un organismo vivo. Grandes avances han sorprendido al mundo al recrearse increíbles máquinas que emulan las características básicas e incluso más complejas del ser humano. Aunque el autómata humano posee aún una inteligencia limitada a instrucciones algorítmicas, se cree que en el futuro podrán fabricarse robots con tal grado de inteligencia que podrían desarrollar cualidades tan complicadas como los sentimientos, lo que genera un debate ético temprano. Si bien aún no estamos cerca de 28

crear robots similares a los de la película “Inteligencia Artificial” de Steven Spielberg, el camino para crear un robot con características lo más humanas posibles está abierto. En la literatura de ciencia ficción a estos se les conocen como “androides”, en el caso de las mujeres “ginoides”, también “drons” o “cyborgs” que significa “organismos cibernéticos”. En muchas obras estos “organismos robóticos” son dotados de conciencia y habilidades asombrosas, no obstante de estar destinados a un solo oficio como esclavos o trabajadores sin independencia, que al no poseer sentimientos y emociones humanas carecen de una vida real. En obras clásicas del cine como “Metrópolis”, El autómata sometido a las instrucciones de su creador nos recuerda el ya citado golem judío. Si bien el cyberpunk es considerado un subgénero entre la ciencia ficción, su inquietante temática que aborda el tema de un mundo distópico donde redunda el dominio tecnológico, el control de las mega corporaciones y la decadente vida del ser humano le hace merecedor de ser un subgénero netamente independiente. La mayoría de obras del cyberpunk se centra en la temática de seres marginales opuestos a una sociedad establecida por las ultra corporaciones de la tecnología que luchan a través de esta para liberarse del control. En la película de 1982 “Blade Runner” del director inglés Ridley Scott basada en los libros de Philip K. Dick “¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?” y “El cazador de androides” los cyborgs son creados por una mega corporación bajo el lema “Más humanos que los humanos” destinados como esclavos en las peligrosas y duras labores de colonización espacial. Enfáticamente a estos robots se les ha llegado a implantar recuerdos humanos reales para controlar sus sentimientos y así evitar 29

su rebelión. En la cinta cyberpunk japonesa de 1991, “964 Pinocchio” del director japonés Shozin Fukui, un dron destinado como esclavo erótico es desechado y su búsqueda de recobrar la memoria que le ha sido borrada por su perverso creador se torna en un cinemascópico drama con tintes de horror y decadencia. Si bien androides y ginoides por igual no son propiamente seres vivos, tiene una similitud particular con el zombi, cuya vida alienada es posible no por las dotes mágicas de un chamán o hechicero sino por la genialidad de un científico generalmente perverso.

Los robots actuales (Robot, del checo robota “Trabajo forzado”) y los autómatas de hace siglos siempre han inundado el imaginario colectivo que los ve con asombro y a veces hasta con temor. Desde el mural de la antigua cultura Mochica “La rebelión de los objetos” donde se muestra a diversos autómatas atacando a los hombres, hasta la literatura de ciencia ficción moderna cuyo argumento gira en torno a la rebelión de la inteligencia artificial como causa de la extinción humana. En la película “Metrópolis” (1927) del director Fritz Lang, un robot con apariencia femenina es utilizado para incitar a la rebelión de los trabajadores que eventualmente desatan el caos dentro de la ciudad de Metrópolis. 30

EL ZOMBI EN EL CELULOIDE O EL PARADIGMA DEL CONTROL DE LAS MASAS Si bien para entonces el zombi estaba ya presente en diversas manifestaciones en la historia, sería de la mano del cine que llevaría el fenómeno a un público en general convirtiéndolo de este modo en un arquetipo de la sociedad moderna. Inspirado en el libro de William Seabrook, “La Isla Mágica” (1929) en la que relataba sus vivencias en Haití concretamente acerca de la práctica en la que el bokor revivía a un muerto, el director Kenneth Webb estrena en Broadway la obra titulada “Zombi” basada en sus experiencias. Los hermanos Halperin fundadores de una productora independiente pidieron al guionista Garnett Weston que tomara los elementos de la obra de Webb para escribir el guion de lo que sería la primera película zombi de la historia, “White Zombi, La Legión de los Hombres Sin Alma” (de 1932), aunque su argumento no fuera del todo original ya que parte de este era la trama de la famosa cinta del cineasta Robert Wiene “El Gabinete del Doctor Caligari” (de 1919) en la que el siniestro médico de un hospital psiquiátrico inducía a su sirviente sonámbulo Cesare a cometer una serie de asesinatos. Lo que sería un precedente para el cine zombi durante varios años, el argumento que gira en torno a un villano que tiene a su disposición un ejército de zombis cosecharía nuevas cintas como “La Venganza de los Zombis” de Steve Zekely (de 1943) e “Invisible Invaders” de Edward Cahn (de 1959). Este concepto de “ejército de zombis” al servicio de un siniestro plan de dominación tendría su origen en el nazismo y pretendía 31

consolidar una analogía peyorativa del pueblo alemán en la época del Tercer Reich controlado bajo el influjo de este, algo contradictoria si consideramos que al margen de la guerra en los Estados Unidos comenzaba a abocarse las ideas que sentarían las bases de una nueva forma de control político y económico. La idea de la manipulación mental de las masas en Estados Unidos comenzó a forjarse cuando el publicista Edward Bernays, sobrino americano del eminente neurólogo Sigmund Freud, ideara un nuevo orden comercial basado en los estudios de su tío en cuanto a la posibilidad de explotar los deseos inconscientes de las personas impulsando así el consumismo. La intención de Bernays tendrían gran número de detractores, la disidencia americana comenzó a oponerse en contra de este nuevo orden realizando sendas denuncias acerca de estas prácticas lo que generaría las protestas de diversos grupos de contracultura de los años 60. El zombi en el cine y la literatura que hasta entonces era asociado con la manipulación mental de nazismo en Alemania y el comunismo en la Unión Soviética, fue retribuido como estereotipo de las técnicas corporativas para inducir el desenfrenado consumismo que ha llegado hasta nuestros días. Hoy en día incluso llega a usarse el término de zombi o “muerto vivo” como una analogía del control mental ejercido sobre las masas. De esta manera el fenómeno zombi tomaría una nueva faceta con las películas de George Romero, constituyendo una crítica a la actual sociedad. En su película “El Amanecer de los Muertos” (De 1978) siendo estrenada con la frase promocional “Cuando no quede sitio en el infierno, los muertos caminaran sobre la tierra” los 32

protagonistas se refugiaran para enfrentar a los zombis desde la terraza de un centro comercial. Otras películas seguirían esta nueva trama como un sugestivo apocalipsis y demás leyendas que giran en torno al fin del mundo, dando pie a la concepción del apocalipsis zombi. En la película “El Día de los Muertos” que haría parte de la saga de Romero, es claro ver la brecha entre las clases sociales en un mundo apocalíptico en donde el enemigo principal no son los zombis, sino, personas con deseos de detentar el poder, alusivo a una sociedad dominada por la avaricia humana, el zombi serían entonces el arquetipo de la marginalidad cuyo aspecto y personalidad estaría emparentado a la de un indigente o criminal, efecto de esta ruptura. La literatura también haría sendos aportes al género y en especial a este concepto post apocalíptico en los libros de Max Brooks “Zombi, Guía de Supervivencia” y “Guerra Mundial Z”. El escritor malagueño Carlos Sisi escribiría “Los Caminantes” que nombra la denominada “pandemia zombi” y el español Manel Loreiro escribiría la saga más grande del tema con su serie de libros “Apocalipsis Z”. En el videojuego “El Huésped Maldito” conocido popularmente como “Resident Evil” o “Biohazard” del japonés Shinji Mikami, lejos del concepto de muerto revivido, tal vez la saga que más ha explotado el fenómeno zombi, aborda el tema corporativo para fines maléficos. La multinacional Umbrella presentada a sí misma como una organización que reúne diversas disciplinas es la fachada de una siniestra empresa empeñada en fabricar armas biológicas. Una de estas, conocida como “virus T”, infecta a los habitantes del ficticio Raccon City (Qué si recordamos es una alusión al 33

reikon encarnado en el yurei japonés) convirtiéndolos en zombis antropófagos. En las últimas entregas de la saga que han abarcado desde libros, comics y hasta películas, la utilización del virus como un poderoso agente de mutación que daría a quien lo alojara habilidades sobrehumanas, gira en torno a un plan de dominación mundial. Al igual que en “Resident Evil”, la película “Soy Leyenda”, adaptación del libro de Richard Matheson, los infectados, llegan a desarrollar cualidades como fuerza, velocidad e incluso inteligencia, lo que nos recuerda a los vampiros de la moderna literatura. En la película “Exterminio” del británico Danny Boyle siendo el resultado de una infección causada por un mono portador, el “Virus Rage” causa la devastación masiva en la ciudad de Londres convirtiendo a los infectados en seres cuya única necesidad es la de asesinar dominados bajo una ira irracional. Es a partir de esta nueva generación zombi en que el “el muerto vivo” deja de ser un ser aletargado y sin cerebro para convertirse incluso en un gran desafío para sus antagonistas los no infectados. Si bien en la mayoría de estas obras la trama gira en torno a la supervivencia, es decir a lo que haría la humanidad de enfrentar hechos tan catastróficos muy pocas veces puede dilucidarse una solución concreta al problema. En la mayoría de las obras el problema lo arregla el ciudadano común aniquilando a quemarropa a cada uno de los infectados, critica a la evidente indiferencia del estado frente a tal situación. En algunas, las autoridades llegan a intervenir con un simple aislamiento de la sociedad o cuarentena. En otras es posible hallar la cura a la infección mediante un antídoto, pasando por alto la complejidad que involucra el desarrollo de una vacuna efectiva, para entonces una gran cantidad de infectados ya han muerto lo que podría ser 34

interpretado como la justificación que muchas farmacéuticas utilizan para desarrollar sus productos, la solución final y definitiva estaría en sus manos. Con el concepto post modernista del apocalipsis zombi, las conflictos mundiales y las armas de destrucción masiva, la solución final parece estar en manos de militares y un eventual ataque nuclear que neutralizaría la expansión de la pandemia, es cuando en la obra de Shinji Mikami y la destrucción de su imaginaria Raccon City hace referencia a las bombas lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945, lo que no es más que una crítica a la carrera armamentista nuclear en el mundo como efecto de la política económica de los Estados Unidos. Es de esta forma que el apocalipsis zombi puede interpretarse como un tributo a las soluciones finales, el holocausto zombi sería entonces la interpretación de que el hombre es quien terminara causando su propia extinción.

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Los zombis son todo un fenómeno comercial y cultural en la actualidad. La industria del cine, la literatura y los videojuegos son las que más han explotado esta metáfora, aunque ya no se trate propiamente de zombis sino de “infectados”. De izquierda a derecha, escena de la primer película de zombis “White Zombi; la legión de los hombres sin alma” (1932) basada en los relatos del vudú Haitiano. En 1959 se estrenó “Invisible Invaders” un film de ciencia ficción fue otra de las cintas que abordó la temática zombi. La película de George Romero “La noche de los muertos vivientes” (1968) es el film que revolucionaría el género. Los videojuegos han explotado de gran manera el fenómeno zombi con juegos como Resident Evil y Dead Island. Una de las series más exitosas a nivel mundial es la saga “The Walking Dead” basada en el comic homónimo de Robert Kirkman, estrenada en 2010 narra la historia de los sobrevivientes de una epidemia zombi que ataca a una ciudad de los Estados Unidos, situación que les obliga a hacer cosas que nunca imaginaron hacer.

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EL APOCALIPSIS Z ¿REALIDAD O FICCIÓN? Pero ¿Qué posibilidad existe de que se produzca el apocalipsis zombi? Si bien, la idea de que los muertos se levanten de sus tumbas para conformar una horda zombi solo pertenece a la ficción, pandemias como la peste negra en la Europa del siglo XIV pueden arrasar a un continente entero a velocidades inquietantes. La peste negra que asoló gran parte del continente durante el medio evo aterrorizó a todos los europeos. Entre las variantes de esta mortal enfermedad estaba la peste bubónica cuyos tumores o bubones deformaban el cuerpo del enfermo. Los infectados se aislaban totalmente, crecía el temor generalizado a aquellos que presentaban el menor síntoma. Las personas que vivían en extrema pobreza eran a menudo consideradas portadoras de la peste lo que inducía más a su exclusión. La enfermedad cambiaría drásticamente el comportamiento de los europeos, aquellos que atribuyeron la peste como un castigo divino incitaron a los demás de dejar a un lado sus comportamientos pecaminosos, induciendo a muchos a arrojarse en un frenetismo de exacerbada espiritualidad, que llegaban incluso a herir sus cuerpos por medio de brutales auto castigos. Otros por lo contrario decidieron vivir en excesos consumando sin límites sus más bajos placeres. Las autoridades de muchas ciudades tomarían medidas para mejorar las normas de higiene pública, se llegó a prohibir la entrada de productos que vinieran del extranjero incluso a quienes los traían. La peste negra comenzaría a desaparecer casi cuatrocientos años después, desde sus primeros brotes. Aún no se sabe a ciencia cierta 37

qué fue lo que la radicó, no obstante con ella desaparecería momentáneamente el temor generalizado por el fin del mundo. El ergotismo fue otra enfermedad del medioevo conocida también como “Fiebre o fuego de San Antonio” causada por la ingesta de alimentos contaminados con micotoxinas o los medicaciones que contengan sus principios, principalmente del ergot o cornezuelo, un hongo parasito que contamina el centeno y en menor grado otros cereales como la avena y el trigo. El cornezuelo posee varios alcaloides que afectan los neurotransmisores y el sistema circulatorio afectando el sistema nervioso. Esta enfermedad causaría desde alucinaciones hasta fuertes convulsiones y la contracción de las arterias que podía desencadenar la necrosis de los tejidos, desarrollando gangrena especialmente en las extremidades, es por eso que muchos de los que sobrevivían a esta enfermedad terminaban mutilados. En la edad media muchas personas padecieron del ergotismo causado por la ingesta de alimentos contaminados con el cornezuelo, hay algunos que creen que las jovencitas que dijeron estar embrujadas en Salem lo que dio pie a la violenta cacería de brujas en esa ciudad, habían ingerido el hongo. No hace mucho los científicos David Hughes y Harry Evans de la Universidad Estatal de Pennsylvania estudiaron la capacidad del hongo Ophiocordyceps Unilateralis para alojarse dentro de una hormiga y tomar el control de su cerebro, obligándola a posarse sobre una hoja y así facilitar la aspersión de sus esporas. El hongo crece sobre la cabeza la hormiga hasta asesinarla, en ocasiones los otros insectos que se acercan a ella resultan infectados por dichas esporas. Los animales más grandes pueden alojar al indeseado Cordyceps si llegasen a ingerir al insecto 38

infectado para luego esparcirlo mediante sus heces lo que muestra la increíble capacidad de este hongo para propagarse. Solo hay que imaginar si algún día el ser humano se topara con algunos de estos organismos “zombificadores”, tan letales. Pero no solamente los hongos y sus toxinas tienen esa capacidad de variar la conducta del individuo en que se han alojado. En 1986 un granjero del Reino Unido notó el abrupto cambio en el comportamiento de algunas de sus reses. Las vacas temblaban, se caían al suelo y en ocasiones parecían desplazarse sin rumbo. De repente abandonaban todos sus hábitos rutinarios, dejaban de comer y en ocasiones sus nervios parecían colapsar, esta serie de eventos tenían un desenlace fatal. Cuando los veterinarios realizaron un examen post mortem notaron que el cerebro de las reses presentaba orificios diminutos similares a los de una esponja, esta enfermedad sería conocida como la Encefalopatía Espongiforme Bovina llamada coloquialmente como enfermedad de las “vacas locas”, causada por un prion; estructura más elemental que un virus que en vez de poseer ácidos nucleicos se compone por una glicoproteína. Una de las proteínas que componen el tejido cerebral de los mamíferos tiene una variante infecciosa que posee características similares, esta variante conocida como prion sería la causa de otra encefalopatía conocida como Kuru (En el lenguaje nativo “escalofrío”), enfermedad endémica de la tribu Fore de Papúa Nueva Guinea, quienes tenían como muestra de respeto el rito de comer el cerebro de sus muertos creyendo que esta forma podía transmitirse el saber de estas personas. Los priones son causa del conocido scrapie de las ovejas y una peligrosa variante de la enfermedad Creutzfeldt-Jakob que sería transmitida por el consumo 39

de carne infectada en 1996 en el reino Unido. Las personas con esta enfermedad al igual que los nativos Fore padecían de ataxia, demencia, movimientos involuntarios en ojos y músculos, temblores y pérdida de la coordinación, hasta que caía en coma y posteriormente la muerte. Otra enfermedad que puede trastornar seriamente el comportamiento es la rabia o hidrofobia, causada por el virus del género Lissavyrus, presente en muchas especies de murciélagos se caracteriza por infectar a animales salvajes y domésticos, en menor grado al ser humano. El contacto con las secreciones mucosas o la mordedura de un animal infectado puede causar la enfermedad atacando el sistema nervioso. La enfermedad consta de cuatro fases, la incubación que es asintomática, la fase prodrómica con síntomas inespecíficos, la fase neurológica cuyos síntomas son característicos por la meningitis y el ataque a las neuronas, el paciente infectado puede manifestar ansiedad, hiperactividad, sentimientos de violencia, impulsos de agresión y miedo al agua. La fase final es el coma y posteriormente la muerte. Partiendo de la fase prodrómica es mortal en la mayoría de casos. En la película “28 Semanas después” Conocida como “Exterminio”, el virus que ataca a la población londinense es una peligrosa variante del virus de la rabia. Cuando en la edad media se catapultaban al interior de fuertes o ciudades amuralladas cadáveres infectados con la peste negra, nació lo que sería un arma eficiente para ganar cualquier guerra ya que su uso podría acabar en una par de semanas a un regimiento completo, debilitando a largo plazo al enemigo de una manera sigilosa. Esta práctica fue sin duda el precedente de la guerra bilógica, 40

que hoy en día es una pesadilla de la cual el hombre no logra despertarse. Hoy se habla que los científicos han llegado desarrollar en el laboratorio peligrosas variantes del botulismo, la viruela y el ántrax que luego serían usadas como una eficaz arma de destrucción masiva. Dado a la rápida y eficiente propagación de estos agentes infecciosos, una cepa que infectara a un solo organismo podría desencadenar en cuestión de días el desastre.

Varios microorganismos y agentes patógenos como los hongos, virus y priones podrían convertirse en una epidemia trastornando el comportamiento de los infectados. El Cordyceps Unilateralis al residir en la hormiga modifica su comportamiento haciendo que esta se pose en lo alto de las ramas para morir. El ergotismo, enfermedad causada por micotoxinas alteraba el comportamiento de las personas ocasionando alucinaciones junto a la necrosis de los tejidos que requería la amputación de sus miembros. Una de las encefalopatías espongiformes que atacan a las ovejas y cabras es el Scrapie o Tembladera, el prion al convertir el cerebro en una “esponja” altera el comportamiento del animal induciéndolo a frotarse constantemente y provocándole desde temblor hasta convulsiones. La rabia causada por el virus Rhabdoviridae trastorna el sistema nervioso ocasionando temor, estados de ansiedad e inquietud e incluso la agresividad.

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La guerra química fue utilizada en el primer conflicto bélico mundial mediante el uso de gases tóxicos, en la actualidad se reconoce diversos tipos de agentes neurotóxicos capaces de alterar o colapsar el sistema nervioso, en muchos casos el causar la muerte. El gas pimienta que se usa en los disturbios es uno de ellos, otros como el soman, un gas nervioso usado en la guerra del golfo pérsico y Afganistán son capaces de inhibir la colinesterasa, colapsando el mecanismo que envía mensajes a los órganos. Los efectos por inhalación del tabún o el sarín van desde la obstrucción visual, contracciones, parálisis de los músculos hasta la muerte. El síndrome de la guerra de Golfo Pérsico que afectara a gran número de veteranos estadunidenses tiene efectos perniciosos como el estrés post traumático entre otros trastornos mentales. La causa varía en el uso del bromuro de fisostigmina que contrarrestaría cualquier ataque con el gas nervioso soman, también se le atribuye al uranio empobrecido, presente en la munición de núcleo anti blindaje. En muchas de las películas y videojuegos la zombificación masiva es producto de un gas tóxico, la contaminación del agua o un agente patógeno, muchas veces ocasionado por un arma química o biológica en etapa experimental. Los efectos de las armas biológicas serían ampliamente experimentados en la segunda guerra china japonesa y la segunda guerra mundial por parte de japoneses contra varios pueblos asiáticos, en su mayoría chinos. El siniestro Escuadrón 731 comandado por el general Shiro Ishii fue una unidad militar compuesta por soldados y científicos que se camufló bajo varios departamentos como el Ministerio de Prevención Epidémica y Purificación del Agua en varias regiones y ciudades ocupadas por 42

japoneses como Harbi, Cantón, Manchuria y Pekín. El objetivo primordial de esta unidad era el de utilizar cobayas humanas para el desarrollo de armamento y guerra biológica, a los pobladores chinos se les infectó por medio de diversos métodos con peligrosos agentes infecciosos como el ántrax, peste bubónica, disentería, tifoidea, cólera entre otras enfermedades. Además del desarrollo de armas bacteriológicas y químicas, los médicos y militares del oscuro Escuadrón 731 utilizaron a prisioneros mongoles, rusos, coreanos y chinos de todas las edades y sexo para los más horripilantes experimentos con el objetivo de ver los efectos de una potencial guerra biológica. Se cree que cerca de 200 mil personas murieron a manos de la siniestra unidad. La realidad de un holocausto zombi se vería al término de la segunda guerra mundial con la abominable destrucción de las ciudades de Nagasaki e Hiroshima en Japón. La bomba atómica causó la muerte de 240.000 personas. Aquellas que lograron sobrevivir sufrieron terribles heridas causadas por el fuego y la radiación. Muchos de los zombis actuales están inspirados en esas cicatrices de horror, el cuerpo desollado y mutilado total o parcialmente del zombi moderno es la forma física de mostrar al ser humano como causante de su propia destrucción, el zombi ya no es producto de resucitar a un muerto, sino un infectado, el subproducto del yerro humano. Accidentes como el de la central nuclear de Chernóbil el 26 de abril de 1986 y sus secuelas nos acerca a la idea del ser humano cuya naturaleza es deformada por los avances científicos. El fatal error de los operarios e ingenieros de la central haría cuestionar nuevamente acerca de los peligros de la utilización de energía atómica, la 43

preocupación se manifestaría de muchas maneras en especial en el cine zombi que revelaría en sus películas como trasfondo, las nefastas consecuencias de esta tecnología. Pero no solo las pandemias, los desastres atómicos y las armas de destrucción masiva pueden desencadenar un verdadero holocausto, a veces solo basta con el simple convencimiento. El 18 de noviembre de 1978 La Guyana fue testigo de uno de los actos más macabros de la historia moderna. Tras haber dejado su natal Indiana, el pastor cristiano James Warren Jones, más conocido como Jim Jones fundador de la secta “El Templo del Pueblo” decidió hacer su propia ciudad lejos del sistema estadunidense. A su naciente Jonestown, viajaría con más de 900 fieles y seguidores, familias enteras que habían dejado los Estados Unidos con la idea del “retorno al paraíso”. La visita del senador Leo Ryan junto a periodistas y algunos ex miembros de la secta, suscitó la revuelta de algunos de los seguidores de Jones. Luego de que el senador y otras cinco personas fueran asesinados bajo órdenes de su líder, se incitó a los 900 miembros de “El Templo del Pueblo” a beber un coctel mortal de cianuro y limonada, lo que produjo su muerte inmediata. Es la primera vez que se conoce un suicidio de semejantes proporciones. El senador Ryan había decidido visitar Jonestown tras recibir denuncias por fraude, tráfico de armas, drogas y el supuesto lavado de cerebro que ejercía el pastor sobre su comunidad. De la misma manera los zombis en la literatura son producto de la manipulación de una mente brillante que convierte a las personas en criaturas sometidas a su voluntad.

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Otro gran ejemplo sucedió paralelamente con el conflicto de los Balcanes ya hace unas décadas. En 1994, la nación africana de Ruanda vivió una de las peores tragedias en la humanidad, debido a una guerra civil enmarcada dentro de un conflicto étnico que llevaba siglos de existencia. 500.000 personas de la etnia tutsi fueron a morir a manos de los hutus radicales que deseaban conformar un estado sin sus adversarios. Existen muchos documentos donde los sobrevivientes narran las atrocidades que se cometieron en el genocidio, el panorama que ofrece las ciudades es devastador teniendo en cuenta que la gran mayoría fueron asesinados con armas contundentes. El conflicto arrojaría una cifra de más de 800.000 muertos de todas las etnias. Durante esos 100 terribles días La Radio Televisión Libre de las Mil Colinas una estación muy popular para entonces, instó por medio de arengas y mensajes políticos a los hutus para que atacaran a sus adversarios. Se estima que una persona de cada familia participó del genocidio contra los tutsis y hutus moderados. Familias enteras tuvieron que abandonarlo todo para poner a salvo sus vidas. Como si se tratara de una pandemia zombi, nuevamente las personas son motivadas a cometer un genocidio por razones políticas y culturales. Si bien las enfermedades mentales como el extraño síndrome de Cotard o delirio de negación, un trastorno similar a la hipocondría en el que el paciente cree haber fallecido y en ocasiones sufrir alucinaciones como el de sentir el olor a putrefacción, lo que le hace afirmar que sus órganos están descompuestos nos pueden acercar a la idea de una zombificación realista. Los trastornos graves del sueño pueden desencadenar consecuencias no muy agradables. Se sabe que la falta de sueño ha llegado a ocasionar la muerte. El sonambulismo o parasomnia, es 45

uno de los trastornos del sueño en el que la persona desarrolla actividades motoras simples o complejas mientras está dormida. El sonámbulo puede levantarse, caminar e incluso salir de su casa mientras permanece inconsciente ya que el desarrollo de estas actividades se presenta en la fase de sueño de ondas lentas. Si bien despertar a una persona en este estado no es peligroso como popularmente se cree, algunos sonámbulos han sufrido graves accidentes bajo esta condición. Los que han estudiado los efectos de las labores en distintos periodos del día ha determinado que cierta hora en la madrugada los índices de accidentalidad se elevan, es por eso que el lapso entre las 3 y 4 de la mañana se le ha llamado la hora zombi, una hora en el que las personas pueden manifestar un dejo en la actividades conscientes sobre todo en aquellas que requieren mayor concentración. En países como Finlandia, Alaska o el extremo norte de Islandia, el fenómeno conocido como sol de medianoche, afecta el sueño de las personas que no están habituadas a un sol de 24 horas que puede durar hasta 73 días en el verano. Hoy en día debido a la sobrepoblación en las ciudades y el aumento de las actividades diarias y nocturnas el hombre duerme mucho menos de lo que dormía hace unos dos siglos. El promedio en años anteriores estaba entre las 8 y 6 horas, hoy en día en muchas ciudades del mundo las personas logran dormir entre 5 y 3 horas. Solo hay que imaginar si factores como el cambio climático, los trastornos del sueño y la cada vez más agitada vida en las ciudades pudieran desatar el desastre generalizado.

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La unidad 731 se creó con el objeto de tomar ventaja en la guerra contra Estados Unidos y China, experimentando con armas bacteriológicas entre 1937 y 1945. En la masacre de Guta en 2013 objeto de controversia política, habrían muerto 1400 personas envenenadas con gas sarín. El genocidio en Ruanda del año 1994, tuvo como protagonista los medios de comunicación, los líderes Ferdinand Nahimana y Jean Bosco Barayagwiza responsable de la emisora” Radio Télévision Libre des Mille Collines” fueron condenados a cadena perpetua por incitar la masacre del pueblo tutsi. El suicidio en masa ocurrido en Jonestown (1978) es otra muestra de lavado cerebral hecha por líderes religiosos. El zombi renace en el siglo XXI como una respuesta al temor asociado con el fin de la humanidad.

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Ni siquiera la tecnología se escapa del apocalipsis z El apocalipsis zombi también involucra a la computación y un potencial desastre que ya había sido advertido desde el famoso Y2K de 1999 en el que se pensó que al abrupto cambio de milenio iba a afectar a los ordenadores antiguos de todo el mundo, pudiendo tener consecuencias catastróficas por la alteración en las bases de datos. Hoy se aplica el término zombi en la informática para designar a una serie de computadores programados para infectar a otros con los peligrosos virus informáticos. Si el “apocalipsis zombi informático” llegara a ser una realidad, millones de computadoras en el mundo serían infectadas por una peligrosa instrucción. En mayo del 2000 un malware del tipo gusano conocido como virus “ILoveYou” infectó la cantidad cercana a 50 millones de computadoras de todo el mundo lo que causó desastrosas pérdidas económicas. El virus fue creado y propagado por un grupo de estudiantes de una universidad en Manila, Filipinas, expendiéndose a través de los correos electrónicos de computadores infectados en tan solo cinco días por Europa y Estados Unidos lo que causó el colapso de la internet, ya que este indeseado huésped borraba prácticamente los archivos del sistema.

“62.400 repeticiones hacen una verdad.” Un mundo Feliz – Aldous Huxley 48

FINALIDAD Y EFECTOS DEL FENOMENO ZOMBI EN EL MUNDO MODERNO Mientras la humanidad viva, los zombis caminaran a su lado ya sea en la impactante secuela de imágenes de un thriller, el suspenso y la incertidumbre en una novela o la posibilidad de aniquilarlos a quemarropa en distintos videojuegos, también en la portada de un anuncio o como parte de una coreografía musical de cualquier forma el fenómeno zombi ha llegado a formar parte de nuestra cultura como un icono de los males que asedian al mundo contemporáneo. El zombi también encarna todas nuestras cuestiones en torno al fenómeno de la muerte. En el tabú las creencias, doctrinas y prácticas de muchas culturas verían al zombi como la corrupción misma del ser humano, la Torá judía así como el nuevo testamento de cristianismo se condena toda práctica que involucre la invocación o adoración de los muertos ya que el paganismo antiguo de muchas culturas europeas y los rituales tribales de áfrica, sur américa y Oceanía, la muerte era aceptada como cualquier otro fenómeno de la vida, manifestándose en torno a la persona fallecida celebraciones y rituales con la creencia de que solo era el paso a una nueva existencia. Respecto al tabú, independiente al credo o la ética de cada quién, el zombi es también una forma de burlar a la muerte en todo sentido, de satirizar su imagen considerada a menudo como “una potencia nefasta”. El primero de noviembre de cada año, en Méjico las personas se pintan el rostro o usan 49

máscaras de calavera, los esqueletos acompañados de vistosos arreglos inundan las calles, una gran multitud marcha en procesión tras la figura de una osamenta bellamente ataviada y exornada con arreglos flores, es la Santa Muerte venerada por muchos mejicanos como su guía y protectora, la fiesta de todos los santos es motivo de celebración en la cultura católica y en este país la muerte es objeto de festejo y veneración. La imagen satirizada de la muerte puede manifestarse en gran parte de la literatura zombi, en especial en el cine como el género splatstick, una combinación del splatter sangriento del género gore y el slapstick, comedia disparatada de 1912 cuyos máximos exponentes fueron Charles Chaplin y Buster Keaton. Películas como la saga “Evil Dead” de Sam Raimi y la considerada como una de las película más sangrientas de todos los tiempos “Brain Dead” del neozelandés Peter Jackson, dieron vida a este género descarado, satírico, no exento de humor negro para aligerar el fenómeno de la muerte mediante la metáfora del zombi. El cine con más de 400 películas y cortometrajes es el arte que más ha explotado el fenómeno, teniendo en cuenta que muchos de sus grandes éxitos de taquilla no necesitaron de altos presupuestos, en cierta forma hacer cine zombi en la actualidad es una manera de invocar dicha tendencia, ya que no existe nada más atrayente que la muerte misma y su explotación deja a las compañías grandes utilidades. En algunos países películas con escenas de extrema violencia como la controvertida “Holocausto Caníbal” del director Ruggero Deodato, o la cinta “La Flor de Carne y Sangre” del japonés Hideshi Hino han sido prohibidas por involucrar el daño violento y explícito de sus personajes. El cine gore enmarcado en el género splatter tiene veto en algunos 50

países por su similitud con el snuff lo que se convierte en el género underground del séptimo arte siendo muy apetecido. También muchos juegos de video como el Gran Theft Auto San Andreas de la compañía Rockstar, fueron vetados ya que en estos la violencia extrema hace parte de ellos. Casi la única forma mostrar el daño físico con extrema violencia en una película a la par de encontrar la aceptación publica general es explotando el fenómeno zombi, ya que estos son solo cuerpos humanos animados, carentes de razón y sentimientos del cual nos “no infectados” deben defenderse utilizando la métodos de defensa muy agresivos.

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¿De qué otra manera los medios de entretenimiento regulares podrían justificar la carnicería humana si no es a través de la metáfora zombi? La literatura zombi en películas, series, comics y otros medios permearían los horribles crímenes que se cometen en contra de los inocentes. (Escena de “The Walking Dead”)

También el fenómeno zombi puede interpretarse como la justificación de los avances en la ciencia y la guerra ya que en gran parte de la literatura y filmografía se desestiman los causantes del holocausto zombi, siendo responsables de ello desde científicos de dudosa moralidad hasta siniestras corporaciones empeñadas en fabricar 51

peligrosos agentes químicos o biológicos. La estereotipada visión del ser común luchando contra hordas de zombis es una manera de involucrar al espectador en la idea de un potencial ataque teniendo como escenario un “campo de batalla virtual” donde cada quien tendría que luchar por proteger lo suyo, en pocas palabras de “instruir” a la gente sobre qué debería hacer en caso de una invasión por parte de vecinos hostiles. En películas y series como Resident Evil, todo se soluciona al final con el lanzamiento de la bomba atómica. Tal vez vivir en un mundo zombi nos ha acostumbrado a la idea de usar la extrema violencia para justificar nuestra supervivencia. Es probable que con cada bomba nuclear lanzada para evitar que la pandemia zombi se expanda a lo largo y ancho del globo, se nos haya hecho aceptar inconscientemente el uso de arsenal nuclear para dar fin a un conflicto como la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki. El llamado de los sobrevivientes para enfrentar a los infectados por la pandemia es básicamente al de hacerse a las armas, al de “Matar para vivir”, sin duda un tributo a las soluciones finales ante los diversos conflictos, una forma de mostrar la eugenesia violenta como algo universalmente aceptable. Algunos ven en las diversas manifestaciones de la literatura zombi como una manera de enfrentar los temores ante los conflictos armados, las catástrofes e incluso el fin del mundo que tanto se ha anunciado. Tal concepto vendría a ser tema de iniciativas como la del gerente del Centro de Apoyo Virtual Diug Johnson de la Universidad de Florida en Gainesville para formular mediante un documento un plan de contingencia como preparar a los estudiantes en caso de un ataque zombi. Si bien el documento ha sido objeto de controversia, Diug asegura que la idea de la novedosa iniciativa es reducir el estrés 52

del personal ante cualquier emergencia. En los Estados Unidos, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades publicó en su página web una campaña para enfrentar la amenaza bajo el lema “Si estás listo para el apocalipsis zombi, entonces estás listo para cualquier emergencia” con una serie de consejos e indicaciones básicas que pueden servir igual para cualquier otro tipo de catástrofe. El fenómeno zombi de los últimos años nos puede recordar también un escenario que hoy por hoy es muy común en casi todas las regiones del mundo. Los escenarios zombi actuales nos evocan las ciudades tras haber sido casi destruidas y saqueadas en las revueltas, motines o manifestaciones políticas a gran escala. Los grupos que se enfrentan a la policía antimotines, se asemejan mucho a las hordas de zombis o infectados que se conglomeran para su cometido, en este caso las denuncias o protestas contra algún decreto, un gobierno o las grandes problemáticas de la sociedad, no más habría que terminar la analogía considerando de que dichas demandas están a la par del único deseo que mantiene vivo al zombi, el devorar carne humana, al respecto se podría decir que cada consigna en una manifestación es simplemente el voraz e irracional apetito del “muerto viviente”. También podría interpretarse que la infecciosa mordida del zombi tiene el nefasto resultado de contagiar a la víctima con sus ideas. Si vemos las imágenes de las violentas manifestaciones como las que se han sucedido en Grecia o Inglaterra a causa de las crisis económica, notaremos que no distan mucho en parecerse a las escenas en distintas películas, seriados y videojuegos zombi.

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A lo largo de décadas el cine comercial norteamericano y también parte de la literatura Best Seller, han “acomodado” la visión que tienen las personas acerca del mundo. El Zombi Walk o “Caminata zombi” también conocida como “horda o paseo zombi” es un evento público en que las personas amantes del género se reúnen vistiendo atuendos y maquillaje de muertos vivientes. La Convención Zombi en Seattle el “Zombi Walk” ya hace parte de una celebración anual. A menudo las caminatas zombi se usan como parodia de los diversos mítines y manifestaciones políticas que muchas veces desencadenan en el caos, las caminatas se han organizado también para realizar diversas colectas de caridad llegando a ser tan popular en otros países fuera de Norteamérica. Recientemente multitudes de personas disfrazadas de muertos vivientes deambulan en grupo por las calles actuando como zombis y portando carteles en protesta por los diversos problemas que azotan al mundo en la actualidad. El fenómeno zombi también ha resultado ser de gran inspiración para que unos estudiantes del Goucher College en Estados Unidos idearan un juego de interacción conocido como “Humanos vs Zombis” cuyo objetivo es lograr el triunfo de cada grupo sean estas hordas de zombis o supervivientes. Para defenderse del ataque, los “humanos” usan las llamadas armas Nerf que lanzan pelotas. El juego ha causado gran controversia ya que algunos sectores, lo consideran como una incitación a la violencia con armas llegando a ser prohibido en muchas escuelas y universidades. Otros por lo contrario creen que Humanos vs Zombis sirve para enseñar a los jóvenes a 54

cómo desenvolverse en caso de un tiroteo como los sucedidos en Columbine, el Virginia Tech y la Universidad del Norte de Illinois, que tanto han golpeado a la sociedad estadunidense.

El zombi en las últimas décadas ha formado parte esencial en la cultura popular de la mayoría de países occidentales, siendo los Estados unidos el país que más lo ha explotado comercialmente. De izquierda a derecha, ya sea por una simple curiosidad o utilidad, actualmente se comercializan diversos “kit zombi” que constan de varios elementos y herramientas para sobrevivir a una eventual epidemia de muertos vivientes. El juego universitario “Humanos vs Zombis” se creó con la intención preparar a los alumnos ante un posible tiroteo. Los “Zombie Walk” o “Caminatas Zombi” es una nueva forma de protesta pacífica que se ha popularizado en los países de primer mundo. La metáfora zombi se puede encontrar en gran variedad de productos y artículos de arte.

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Ya sea en el cine, la televisión, en el anuncio de un comercial o los videojuegos, los zombis estarán allí en su tradicional forma de muerto viviente o como un infectado por un mal desconocido, inquietando nuestras mentes a la vez que nos invita a reflexionar el por qué estamos aquí. ¿Qué tan vulnerables somos a vivir una tragedia de grandes magnitudes? ¿Cómo podemos afrontar la posibilidad de que un desastre global eminente nos esté amenazando? Justamente es el fenómeno zombi el que nos invita a preguntarnos, solo el hombre tiene la capacidad de saber lo frágil que es el hilo de la vida, por eso no sería extraño pensar que el fenómeno zombi tan popular en la actualidad, esté allí como una insospechada advertencia de que nuestros días en la tierra están contados.

FIN

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