Brasil Colonial (1)

HISTORIA http://www.revistacritica.com.ar/38/38historia.html Brasil colonial (1532-1808) Por Julio A. Louis 1ª. Parte

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HISTORIA

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Brasil colonial (1532-1808) Por Julio A. Louis

1ª. Parte: Antecedentes 1. La prehistoria

Brasil sorprende a los arqueólogos. En Piaui (noreste) se han encontrado pinturas rupestres representando cazadores con lanzas y animales. Se ha determinado posibles huellas humanas de 32.000 años. Las más antiguas en América del Norte (Lewisville) se estiman de 38.000 a 35.000. Al llegar los europeos viven entre dos y cuatro millones de aborígenes, pertenecientes a cuatro macro-etnias: la tupí-guaraní, la ges, la arawac y la caribe. La más importante, la tupí-guaraní, domina la costa atlántica desde la desembocadura del Amazonas al Río de la Plata. Son incipientes agricultores, recién salidos de la condición de cazadores y recolectores. La propiedad es de la comunidad, salvo los objetos personales.

2. La precolonización: viajes, factorías y palo brasil (1500-1532) Españoles, portugueses, franceses, ingleses y holandeses se interesan por Brasil. El primero que viaja por el litoral (principios de 1500) es Vicente Yánez Pinzón, quien toma posesión a nombre de Castilla, acto sin valor jurídico desde que rige el Tratado de Tordesillas (1494). Otra flota castellana, de Diego de Lepe (abril de 1500) va al extremo oriental del continente, desde donde se encamina al suroeste, recorriendo lo que será Pernambuco. Simultáneamente, una expedición portuguesa (doce naves, 1500 hombres) encabezada por Pedro Álvarez Cabral, llega el 22 de abril al sur del Cabo San Roque, presuntamente desviadas por corrientes marinas y tempestades de su ruta oficial al sur de África. En 1501, la expedición de la que participa el comerciante Américo Vespucio -que acababa de abandonar el servicio de la Corona de Castillaarriba al Cabo San Roque y con rumbo sur, halla la desembocadura del río San Francisco, las futuras bahías donde se instalarán Salvador de Bahía y Río de Janeiro y bordea hasta donde se establecerá luego San Vicente (San Pablo actual). La costa desde Pará a San Vicente es portuguesa de acuerdo al Tratado de Tordesillas. Después el castellano Francisco de Orellana descubre y recorre el Amazonas (1541-1542). Pero durante los primeros treinta años (1500-1530) Portugal desprecia a Brasil que no tenía ‘nada de provecho’ según Vespucio (1503), quien interpretará que se está en un Nuevo Mundo (1507).

Portugal prefiere a Oriente civilizado, muy poblado, rico y de intenso comercio. En Brasil la población es escasa y nómada, vive en la fase de la piedra lascada y produce para el autoconsumo de comunidades primitivas; empero su importancia es estratégica pues su control es una garantía del monopolio de la ruta hacia Oriente, considerando a las corrientes marinas. Comercialmente es el período extractivo del palo brasil, madera óptima para muebles y cuya tinta rojiza se exporta para la confección de manufacturas textiles en Flandes, Francia e Italia. La actividad no es muy lucrativa. Los tupinambas cortan y trasladan los palos a las factorías que los portugueses instalan en la costa y los truecan por cuchillos, hachas, ropas, etc. También se inicia el mestizaje.

2ª. Parte: La colonización de los siglos XVI y XVII 1) Períodos económicos y políticos La presencia portuguesa en Brasil abarca cuatro períodos económicos. Primero, el extractivo del palo brasil en la primera mitad del siglo XVI; segundo, el próspero de la caña de azúcar, cuya plenitud se alcanza entre mediados de los siglos XVI y XVII, inicio de la colonización costera (1530-1700). Tercero, el del oro, cuyo auge va de 1700 a 1760, centrado en las montañas del centro y oeste. Cuarto, el del café, también en la zona costera (desde 1775, prolongado hasta 1930). Además Marañón es centro productivo del algodón (1770-1820). Hay relativa correspondencia entre esos períodos y las modificaciones políticas. Al comenzar la colonización se conforman Capitanías (1532), sujetas a un Gobernador Central cuya sede será Salvador de Bahía (1549). Durante el período azucarero, se unen Portugal y España (la Unión Ibérica, 1580-1640). A fines del XVII se reagrupan las Capitanías, cada vez más subordinadas a los Gobernadores nombrados por el rey; hay un breve período en que existen dos gobernaciones en Salvador de Bahía y Río de Janeiro (1572-1577). Más adelante, de Brasil se separa el estado de Marañón, con Pará y Ceará, (1622) cuya primera capital es San Luis y luego Belén (1737). Después, en el período del oro, se tiende a mayor centralización: Brasil y Marañón se reunifican, ese Brasil reunificado se convierte en Virreinato (1720) y se traslada la capital de Salvador de Bahía a Río de Janeiro (1763). La instalación de la Corte portuguesa en Río (1808) cuando las guerras napoleónicas, indica el comienzo del fin de la colonia, proceso culminado con la creación del Imperio (1822). Además, los holandeses ocupan un tercio del Brasil colonizado durante un cuarto de siglo (1630-1654). En 1621 el Estado burgués de Holanda funda la Compañía de Indias Occidentales pensando ya que si se prohibía comerciar el azúcar de Brasil, se le invadiría. Tras una primera tentativa infructuosa (1624) ocupa parte del nordeste (Fortaleza, Recibe, Olinda, etc.). La guerra entre Portugal y España (1640) lleva a un armisticio con Holanda, en el que Portugal reconoce de hecho el Brasil holandés. 2) Estructuras e instituciones La fundación de San Vicente y el establecimiento del primer ingenio (1532) inician la colonización. Ante la presencia de los franceses (1504-1532) que constituían fortines-almacenes, Portugal se decide a colonizar (1530). Sus objetivos son eliminar a los franceses, repartir tierras y hallar plata y oro. Pero muy pronto se endeudará con Flandes, se volverá intermediario del comercio con Europa y encontrará su filón en la producción y venta del azúcar. En 1534 se crean las Capitanías Hereditarias y Juan III divide el territorio en 13. Se extienden entre 50 y 100 leguas costeras, de profundidad indefinida hacia el interior. De hecho sólo siete se fundan y únicamente prosperan Pernambuco y San Vicente. El otorgamiento tiene reminiscencias jurídicas e institucionales feudales ya que sin comprometer recursos la Corona confía la colonización a hidalgos, les dona territorios, les faculta para administrar justicia, nombrar funcionarios, esclavizar aborígenes -tras guerras violentas la esclavitud se generaliza entre 1540 y 1620 y será prohibida con magros resultados por leyes de 1570, 1595, 1609 y 1655- y repartir tierras a quienes tienen esclavos para cultivarlas (las ‘sesmarías’ son propiedades alodiales, es decir, que quien las recibe no tiene obligaciones con su donante). La Corona cede el señorío y los derechos jurisdiccionales pero no la propiedad de la capitanía y los donatarios deben pagar impuestos, asegurar la defensa militar, dominar a los tupíes. Es una forma barata de retribuir servicios pero muchos beneficiados no van. Por su parte, la Corona se reserva el monopolio del palo brasil, la introducción de esclavos negros, el quinto real sobre los metales y piedras preciosas hallados y la recaudación de los diezmos eclesiásticos. Traslada a campesinos portugueses, pero como no les otorga ni tierras ni libertad personal, ellos resisten y son reprimidos; o destierra a delincuentes, convirtiendo a Brasil en el ‘purgatorio de los blancos’ . En

fin, sin emigrantes ni capitales no se avanza hasta el auge del azúcar producida por esclavos negros africanos. Si la Corona cede tanto es porque Brasil parece carente de valor y necesita hombres y capitales. Por lo tanto las Capitanías se conceden a funcionarios administrativos, nobles arruinados, mestizos (desde finales del XVI) y judíos. Los judíos merecen especial mención pues son los primeros en producir azúcar, ya desde la incipiente industria de Portugal y de sus islas del Atlántico. En Pernambuco, se asientan, se vuelven fazendeiros (plantadores), señores de ingenio, exportadores, se dedican al comercio libre y a los oficios, son agentes comerciales y recaudadores de impuestos, despachantes, mayoristas o minoristas, especuladores, vendedores ambulantes y artesanos, pero en todos los casos se contraponen a la aristocracia rural. Muchos se enriquecen, pero perseguidos y discriminados buscan escapar a la furia de la Inquisición. «Y se lanzaron con todas sus fuerzas al cultivo de las tierras, al comercio del azúcar, al casamiento con las hijas o viudas de los dueños del ingenio, o ya en la época de los holandeses, a la adquisición en ventas públicas, de los ingenios confiscados a los portugueses. Sin otra opción, muchos abjuraron de sus convicciones religiosas, haciéndose cristianos nuevos» (1).

Se vive la época de la Revolución Comercial que significa el ascenso de la burguesía al poder económico, la europeización del mundo y el restablecimiento de la esclavitud (desaparecida por el 1000 en Europa) dado que el desarrollo de la minería y de las plantaciones, demanda abundante mano de obra no especializada. Vale precisar: «En las estructuras no encontramos realmente ni un régimen feudal ni un régimen señorial. [...] Se trata de ocupar un continente que, en una época ya mercantilista, es objeto de la codicia de otras potencias. Se trata de beneficiarlo, de explotarlo con esclavos -capital humano- y no con siervos adscriptos a la gleba. No se trata de crear una economía cerrada como la del gran dominio carolingio o incluso la hacienda mexicana del XVII, sino una economía agrícola de tipo comercial y especulativo» (2). Los hombres de los siglos XV y XVI al describir las características del capitalismo no tienen palabras adecuadas y emplean las viejas en un sentido nuevo, de modo que el vocabulario, el derecho antiguo y las instituciones ocultan las estructuras nacientes. De esa manera las Compañías con ‘cartas de privilegio’ no son empresas medievales sino puntas de lanza del capitalismo en su fase comercial. Al mismo tiempo, Portugal como Castilla, se atienen al derecho romano y canónigo, según los cuales es lícito apropiarse de los países cuyos príncipes no sean cristianos, y como pasó en la Reconquista los territorios conquistados son propiedad del rey, de modo que la tierra pública o privada se adquiere por merced real. Bajo esas pautas jurídicas, las Cartas de Donación establecen tres clases-estamentos: los hidalgos (señores instituidos por el donante), los peones y artesanos (reunidos en oficios corporativos) y los indios, asignados a los trabajos agrícolas forzados. En suma: «La colonización portuguesa del Brasil fue distinta a la hispanoamericana. Ante todo, fue más tardía, porque las primeras incursiones de los portugueses tuvieron por objetivo la fundación de factorías. Por otra parte, la colonización portuguesa se inició con preeminencia de empresarios privados beneficiados con las capitanías hereditarias. Brasil contó con el aporte de una migración masiva de portugueses, fenómeno que no se registró en las colonias hispanoamericanas, a las cuales sólo arribaron menos de doscientos mil españoles entre 1509 y 1790, cifra que contrasta con los tres millones de portugueses que llegaron a Brasil. Otra diferencia radicaba en que la economía brasileña no se inició con la extracción de metales preciosos sino con plantaciones, aunque en el siglo XVIII la diferencia se invirtió por el auge del oro en Brasil. Finalmente, el Estado colonial en Brasil fue estructurado recién en el último siglo de la Colonia, a diferencia de Hispanoamérica, donde se organizó en el siglo XV.» (3).