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Black Music: Free Jazz y conciencia Negra 1959-1967 1. Breve Biografía Amiri Baraka (Newark, New Jersey, 7 de octubre de

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Black Music: Free Jazz y conciencia Negra 1959-1967 1. Breve Biografía Amiri Baraka (Newark, New Jersey, 7 de octubre de 1934 – 9 de enero de 2014), cuyo nombre de nacimiento es Everett LeRoi Jones, fue un poeta, novelista, ensayista, dramaturgo, músico y un activista político. Empezó a interesarse por el jazz y la poesía en el instituto. En 1954 se licenció en inglés en la Universidad Howard, donde cambió su nombre por LeRoi Jones. Ese mismo año ingresó en las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, donde fue licenciado con deshonores por tener textos inapropiados. En ese momento se trasladó a Manhattan donde trabajó como profesor en la Universidad de Columbia y en The New School. Además, se convirtió en un importante artista en el Greenwich Village, donde entabló amistad con los escritores de la generación Beat como Keruac o Ginsberg. Con su esposa Hettie Cohen funda la editorial Totem Press, donde publica sus propios textos, así como los de otros escritores Beatniks. Después de un viaje a Cuba en julio de 1960 (justo después de la revolución cubana) se desmarca completamente del movimiento Beat por ser apolítico, para dedicarse a la lucha de los derechos de los afroamericanos. Tras el asesinato de Malcolm X se radicaliza completamente y rompe con su vieja vida: abandona a su mujer y sus dos hijos, y se muda al Harlem. Se adhiere al Nacionalismo Negro y funda Black Arts Repertory Theatre/School. En 1968 se convierte al islam y cambia su nombre a Imamu Amear Baraka, que más tarde volvería a cambiar por Amiri Baraka. Como autor siempre ha sido muy controvertido causando reacciones polarizadas entre sus lectores. Por ejemplo, en su poema "Somebody Blew up America” sugería que tanto los líderes de Israel como de EEUU conocían del ataque de 11-s. el poema fue condenado por antisemita y Amiri perdió su posición como poeta laureado de Nueva Jersey.

Sus poemas, novelas, obras y ensayos alejaron la literatura afroamericana de temas integradores para centrarse en la propia experiencia de los negros. Tanto El holandés como El esclavo, su segunda obra, tratan de los corrosivos efectos del racismo.

He creído necesario incluir este breve extracto de su biografía y obra para poder contextualizar sus opiniones que aparecen en el libro, ya que en ciertas ocasiones resultan extrañas y desde luego vehementes.

2. Estructura del libro y temática El libro “Black Music: Free Jazz y conciencia negra 1959-1967” se trata de una compilación de ensayos, entrevistas, notas para discos, crónicas e impresiones personales de Amiri. En propias palabras del autor en la introducción del libro escrita en 2009, el libro se divida en dos partes diferencias por el ensayo “La Avant-garde del Jazz”. En la primera habla de músicos ya establecidos pero que según él seguían marcando un cambio en la música. La segunda parte, que empieza con el ensayo ya citado, sirve como presentación a las figuras nuevas dentro del jazz que parecían llamadas a traer la revolución a la música. Todos los textos del libro giran en torno al mundo del Free Jazz y sus figuras, considerándolas el autor como los herederos de la música genuinamente negra y continuadores acertados del legado del Be Bop. También se centra en la crítica a la cultura dominante de los EEUU y en la opresión y dominio del hombre blanco sobre la población afroamericana.

3. Análisis y reflexiones Los textos, relacionándolos con los temas tratados en clase, hablan de la función del Jazz en el contexto de los años 60; un periodo marcado por la revolución (cubana, por ejemplo) y la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos. Baraka enfatiza mucho en la importancia del Jazz de escapar

de la cultura de masas y del acomodamiento convirtiéndose en estandarte de la lucha del negro para lograr su racionamiento en la sociedad americana. Así, él carga contra todos aquellos continuadores Bop que no fueron más allá de las conquistas logradas por músicos como Charlie Parker y mantuvieron, según él, una actitud de conservadores de una música ya no acorde a los tiempos que vivían. Crítica fuertemente las corrientes del Cool y estilos derivados, acusándolos de ser un intento de domesticar al Bop. Considera que no aporta nada socialmente, y que su única función es la de crear un producto blando que pueda ser consumido por el estadounidense medio. Asimismo, tampoco ve con buenos ojos el movimiento del Hard Bop (aunque todo sea dicho, lo valora más favorablemente que al anterior), por considerar que, a pesar de su intención de devolver el jazz a sus raíces negras, se queda en una burda copia ridícula y en un cliché manido de lo que realmente es. En definitiva, exalta el Blues como principal forma musical del negro en América (en su libro “Blues People: Música negra en la América blanca” la considera la única y habla peyorativamente del Ragtime como un primer intento del negro de amoldarse a la cultura europeísta). El Blues, pero, según él, debe ser utilizado como base más conceptual que no formal. Así proclama la muerte a la canción popular (los Standards que conforman el repertorio jazzístico), a los cambios de acordes predecibles, a la tonalidad, a la escala temperada… A todo aquello de origen europeo que según él constriñen al músico de jazz y no le permiten expresarse con total libertad. Defiende el “énfasis micro tonal, modal, afroasiático en todas partes”. Por otro lado, ve favorablemente la escena del R&B por considerar que sus artistas (James Brown) si comprenden y viven la música que hacen, por lo tanto, para ellos es un medio de expresión lícito y que en cierta manera defiende los mismos valores que los músicos de Free; la recuperación del sentimiento y la visceralidad como elemento primordial en la creación musical. Se posiciona, como se puede observar, en una concepción de la música estrechamente a lo social y lo político, y reniega de todo aquello que sea

meramente estético, es decir, de todo aquello que podríamos considerar como arte alienante, como mero adorno. Vierte también ríos de tinta en contra de la crítica de Jazz que había habido y había en ese momento, acusándolos de conservadores, ya que ante la aparición de músicas nuevas y diferentes a las ya existentes se mostraban horrorizados. Asimismo, hace notar que la gran mayoría de críticos de Jazz son de raza blanca, mientras que los intérpretes y artistas son en su mayoría negros. Denuncia que con qué derecho se erigen ellos como protectores del arte y del medio de expresión de un sector de la sociedad cuyo vivir les es ajenos a ello. Pone de manifiesto que del mismo modo que con la revolución Bop lo defensores del Jazz tradicional cargaron contra esta nueva música, los nuevos defensores de lo tradicional (el Bop en este caso) critican duramente el Free Jazz por los mismos motivos: por ser una música a su juicio caótica. Esto conecta con la idea de John Blacking tratada en clase: “La música puede expresar actitudes sociales y procesos cognitivos, pero solo es útil y eficaz cuando la escuchan oídos preparados y receptivos de gente que ha compartido, o puede compartir de alguna manera, las experiencias culturales individuales de sus creadores”. Como dice el propio Baraka, el problema quizá no sea que sea una música incomprensible y caótica, si no que esos críticos en primera instancia no entendieron porque Parker y el resto de bopers hacían esa música y en ese momento no entendían que experiencias y que realidad vivían los músicos de Free Jazz para expresarse de esa manera. De todas las reseñas de discos, criticas de conciertos y entrevistas destaco una: “Un día con Roy Haynes”. Se trata de una charla con el baterista Roy Haynes y es interesante porque en cierto momento el músico comento que lleva tocando desde 1949 y no ha recibido especial atención. En sus propias palabras: “Te apuesto a que si yo estuviera más o menos loco, o fuera un tipo raro o algo, recibiría más atención. Pero no parece haber demasiada prensa para los tipos que parecen normales, para los que tocan siempre y mantienen a sus familias”. Se ve como a pesar de todo, también se da el caso a la inversa y a un músico de excelente calidad se le ningunea por el hecho de no ser excéntrico.

Baraka a lo largo del libro da más muestras de ponderar la “intención revolucionaria” de la música que al producto musical en si creado. Por ejemplo, habla peyorativamente de la guitarra de Jim Hall en el disco de Sonny Rollins “The Bridge” o de los grupos de Rock británicos que comenzaban a aparecer, obviando por completo la calidad de estas músicas, sin valorar el producto sonoro sin más.

A modo de conclusión personal, he encontrado la obra de Amiri Baraka interesante en algunas reflexiones y extremadamente radical y contradictoria en otras. Defiende la necesidad de reconocimiento en la cultura afroamericana y denuncia el trato denigrante que recibió ésta a manos de la cultura europea por no adherirse a sus cánones, pero a la hora de defender esa cultura no duda en desprestigiar otras formas de expresión.

4. Bibliografía 

Black Music: Free Jazz y conciencia negra 1959-1967, LeRoi Jones



(Amiri Baraka), Ed. Caja Negra. Blues people: Música negra en la América blanca, LeRoi Jones (Amiri



Baraka), Ed. Nortesur Editorial http://www.biography.com/people/amiri-baraka-9198235#later-life-&-

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death http://www.walterlippmann.com/docs1124.html http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2998 Apuntes de la asignatura de Llengua i Comunicació