Bajo El Cielo, Al Descubierto

Bajo el cielo, al descubierto 1 Bajo el cielo, al descubierto La habitación se encontraba en penumbras, débilmente il

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Bajo el cielo, al descubierto

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Bajo el cielo, al descubierto

La habitación se encontraba en penumbras, débilmente iluminada por la luz de la calle que se colaba a través del un gran ventanal, eran poco mas de las 6 de la mañana y el maldito despertador entonaba una estridente melodía. Dándose la vuelta consiguió pararlo con un gesto de fastidio haciendo que este cayera al suelo. Escondió la cabeza bajo la almohada suspirando, se había acostado tarde y las pocas horas que había dormido no habían conseguido calmar el dolor de cabeza de la noche anterior. Remoloneó en la cama unos minutos más, para después levantarse murmurando sobre sus ganas de que llegara de una vez el fin de semana y poder desconectar de todo. Lentamente, casi a rastras se dirigió a la ducha, abrió el grifo, se metió debajo y apoyada en la pared de la ducha dejó que el agua fría resbalara por su piel en un intento por despejarse A pocos kilómetros de allí un teléfono sonaba insistentemente una y otra vez, hasta que por fin una voz adormilada contestaba - ¿Sí? - ¿Te he despertado? - ¿Tú que crees? ¿Quieres que madrugue en mi día libre? ¿Qué hora es? - Las seis y cuarto - ¿Qué? ¿Estás loco? - Bueno sí un poco, pero no te llamaba para hablarte de mi locura, tienes que venirte, sales para Sydney en 5 horas - ¿Cómo? ¡Ni hablar! Me dijeron 5 días y este es el cuarto, ya os estáis buscando a otro - Por favor... no te lo pediría si no fuera absolutamente necesario - Que no, que no - Por favor... por favor, por favor... anda bonita... - Grrrrr, ¿qué saco a cambio? - ¿4 días en Sydney...? - ¿Y que más? - ¿4 días libres? -6 -5 - Hecho, voy para allá... - Gracias preciosa, eres un cielo Desperezándose y casi a tientas se dirigió al baño una ducha bien fría y un café cargado era lo que necesitaba para despertarse Hizo café y con la taza en la mano se dirigió a la ventana de su habitación para observar la salida del sol, un palpito se desprendió de su corazón, no le tomo importancia,

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últimamente se sentía algo nerviosa. Se arregló, cogió su maleta, y sus pertenecías para el viaje, tenía que arreglar algunos asuntos antes de dirigirse al aeropuerto En la otra punta de la ciudad una chica se arreglaba apresuradamente, tomaba un rápido desayuno y se ponía de camino hasta su oficina, no estaba lejos, prefería ir andando para evitarse los atascos y de paso hacer un poco de ejercicio Llegó con diez minutos de adelanto, así podría preparar la reunión de la mañana. Suspiró, le encantaba su trabajo y había conseguido tener su propia empresa a base de esfuerzo y dedicación, pero ya no sabía si le compensaba todo eso. Su empresa se dedicaba a la construcción de hoteles de lujo por todo el mundo, la famosa cadena de Hoteles Wilson Entró en la sala de reuniones y mientras colocaba las carpetas en la mesa, su socia entraba como una exhalación Silvia: ¡Ay Maca menos mal que ya estás aquí! M: Joder, ¡qué susto Silvia! ¿Que pasa que vienes tan acelerada? Silvia: ¿Que qué pasa? ¡Llevo un buen rato llamándote al móvil! Sí, ¡ese aparatito que suena si está encendido! Mira, (cogiéndole el teléfono) se enciende aquí metes el pin y cuando suena, ¡se coge! M: Ah ¿sí? No lo sabía que hermanita tengo más lista... Silvia: Sí, sí muy lista, pero tengo noticias que no te van a gustar M: (suspirando por enésima vez desde que se levantó)... Venga suéltalo... Silvia: Han llamado de Sydney, hay problemas con los permisos M: Pues llama y arréglalo cariño Silvia: Ya lo hice, pero... que nada, vamos a tener que ir una de las dos allí, y yo no puedo Maca, salgo mañana para Tokio M: Pero Silvia yo tampoco puedo, ¿tú has visto mi agenda? Silvia: Sí ya la vi Maca y lo solucioné todo, tus reuniones están cubiertas M: Ufffff no tengo más remedio ¿no? Silvia: Me temo que no... M: ¿Y cuando salgo? Silvia: Dentro de 3 horas... M: ¡3 horas! Silvia: Si tranquila, ve a casa coge unas cuantas cosas y te vas para el aeropuerto, ya tienes el billete reservado M: Decididamente necesito unas vacaciones... Apresuradamente volvió a casa, preparó unas cuentas cosas en un bolso de viaje y bajó a coger un taxi, era mejor que llevar el coche y tener que dejarlo unos días en el parking de aeropuerto Vio un taxi venir a lo lejos y salió a correr Se dirijo hacia él, casi tropieza con una chica que llevaba un pañuelo rojo y pretendía coger el mismo taxi Chica: Perdona, lo vi yo antes M: ¿Cómo que lo viste antes?, no, no... tengo prisa lo siento lo cojo yo...

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Chica: No, para nada, yo tengo más prisa, y de mí depende mucha gente, así que lo cojo yo M: Lo siento yo tengo un viaje de negocios y lo cojo yo Continuaron discutiendo un rato mientras el taxista observaba divertido la escena: M: Mira ahí viene otro taxi (aprovechando que la chica del pañuelo rojo se giraba para mirar, Maca se montó en el taxi) Pusieron rumbo al aeropuerto, tras el largo recorrido desde su casa por fin llegó, se bajó cogió sus pertenencias y se dirigió a embarcar. Una vez allí le informaron que debido a problemas del personal del avión, el vuelo saldría con retraso Maca indignada y mosqueada, pensaba que no llegaría a tiempo a la reunión en Sydney. Pasada una hora desde que debió coger el vuelo, anuncian por megafonía que ya se puede embarcar en el avión Maca con cara de no muy buenos amigos se dirigió hacia la puerta de embarque pensando en cantarle las cuarentas al personal de la compañía aérea. Subió por las escalerillas del avión y nada mas entrar en los asientos de primera clase, encontró a una azafata en la que descargó toda su rabia M: Hola buenos días Azafata: Buenos días señorita, ¿puedo ayudarla en algo? M: No gracias, simplemente me parece increíble el retraso de una hora, una falta de formalidad, tenéis que cumplir los horarios... hay gente que trabaja y depende de eso Azafata: Lo siento mucho pero el piloto no llegó a la hora debido a problemas que surgieron por la mañana, de veras señora que lo sentimos Mientras, alguien que se encontraba en la cabina del avión, escuchó a Maca y resultándole familiar la voz salió de la cabina para ver quien era, y zassssssssssss sorpresa, la chica del taxi Chica: Perdona, pero creo que te he visto esta mañana, ¿es cierto? M: Vaya por dios, otra vez tú... y no me dirás que... madre mía eres piloto... Chica: Pues sí, y si me hubieras dejado coger el taxi, no habría llegado tarde y no hubiéramos tenido estos problemas... así que por favor no te quejes, porque creo que eres la menos indicada para hacerlo... si hubieras tenido un poco de educación no habría pasado esto, ya que después de que tú cogieras el taxi, no pasó ninguno hasta la hora, que por casualidad es la hora de retraso que llevamos... Sin decir una palabra más la chica volvió a la cabina Azafata: Esther lo siento, se me encaró... E: No pasa nada, no es la primera vez que un pasajero nos da las quejas Esther se dispuso a prepararse para iniciar el vuelo

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Mientras tanto Maca fue en busca de su asiento, pocas veces lograban dejarla sin palabras, un cosquilleo le decía que la causa de su silencio no era precisamente el error cometido, esa chica la había intimidado, esos ojos... El viaje transcurría tranquilo aunque aburrido, eran muchas horas de vuelo Maca tras su impresión inicial intentaba distraerse leyendo la presa del día, más tarde con su ordenador, vio una película, pero llegó un momento en que ya no sabía que hacer, intentó dormirse pero acabó por desistir deseando que las horas pasaran rápido y poder llegar a su hotel ducharse y descansar un poco antes de la maldita reunión. Estaba intranquila, no sabía por qué. El día se le iba a hacer eterno pues la diferencia horaria le haría vivir prácticamente dos días en uno Mientras tanto en la cabina el vuelo discurría sin ninguna novedad, Esther tras su enfado inicial con aquella descarada chica había dejado su mente en blanco concentrando sus cinco sentidos en el manejo de aquel pájaro gigante Las horas seguían pasando lentas, tediosas, comenzaba Maca a adormilarse cuando una brusca sacudida del avión acompañada de gritos asustados le hicieron abrir los ojos No se preocupó estaba acostumbrada a volar, las turbulencias eran normales, miró por la ventanilla, llovía, podía ver el cielo iluminado por los rayos de una tormenta, estaba lejos, no había de que preocuparse En ese momento una voz familiar anunciaba por megafonía que pasaban por una zona de turbulencias, pedía a todos los pasajeros que se abrocharan los cinturones y que no se levantaran de sus asientos El avión se movía cada vez más, hubo un momento en que Maca llegó a asustarse un poco, parecían adentrarse en la tormenta, bajó la cortina de la ventanilla y trató de relajarse. Pasaron 15 minutos así hasta que por el avión se estabilizó. Maca respiró tranquila, estaba deseando bajarse de aquel trasto y pisar tierra firme Por fin al cabo de otras 3 horas sobrevolaban el aeropuerto de Sydney, el aterrizaje fue suave, Maca desabrochó su cinturón cogió sus cosas y se dispuso a salir. Cuando avanzaba hacia la escalerilla del avión un escalofrío la recorrió entera. Esa chica otra vez... Allí se encontraba Esther, deseando una feliz estancia en la ciudad a los pasajeros, siempre que podía le gustaba hacerlo, hoy con más motivo tras el vuelo movidito que habían tenido Maca se acercó lentamente, fue a despedirse pero la mirada seria de Esther la retuvo, esta no le dirigió la palabra, con lo cual Maca se apresuró a bajar las escaleras, ya abajo paró un momento para coger aire Esther saludó al último pasajero y volvió a entrar presurosa en la cabina En ese mismo momento por la cabeza de dos personas pasaba la misma frase “Dios que ojos...”

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Maca tras ese momento de confusión corrió apresuradamente a la terminal en busca de las maletas, intentó apartar a esa chica de su mente, no sabía por qué pero la había impactado, de todas formas era una tontería probablemente no volviera a verla nunca, rara vez viajaba con esa compañía aérea Tras recoger sus maletas cogió un taxi en la puerta del aeropuerto. El tráfico iba fluido no tardó mucho en llegar al hotel, uno de los Hoteles de su cadena, donde la recibieron como la dueña que era Un botones subió sus maletas a la habitación, la mejor suite en el ático, una vez allí Maca se dio una ducha y se tumbó un poco a descansar mientras revisaba los papeles de la reunión, lo iba a tener complicado para conseguir los permisos debido a algunas irregularidades, pero confiaba en que ella podría solucionarlo Una hora después la llamaban de recepción, el coche ya estaba esperándola para llevarla a la Torre Centerpoint, el edificio más alto del país, allí tendría la reunión en un restaurante giratorio que había en la última planta, todo un desborde de modernidad Cargada con su maletín y su ordenador portátil cogió el ascensor apresuradamente, no quería llegar tarde Mientras un taxi se aproximaba al hotel Wilson E: Vaya al final esto de haber hecho este vuelo me va a venir bien, alojamiento en el mejor hotel y 5 días libres, podían tener urgencias más a menudo El taxi paró justo en la puerta, Esther se bajó y un botones se acercó a recoger sus maletas, pagó al taxista y admirando el impresionante lujo del hotel caminó hacia la entrada, empujó la puerta giratoria de cristal con sus manos y en ese momento sintió que vivía una escena a cámara lenta, justo frente a ella, separada por ese grueso cristal sentía por tercera vez unos ojos clavados en los suyos, rápidamente la puerta giró, dejando a una dentro y a otra fuera del hotel, Una vez más casi como si se leyeran la mente las dos pronunciaron en alto sin darse cuenta una sola palabra “¡Ella!” Las piernas no le respondían para entrar en el coche, no sabía porqué pero ya era evidente que algo sentía, no sabía si curiosidad, atracción... el caso es que era la segunda vez que al verla sus piernas se volvían casi de gelatina, un calor intenso recorría su cuerpo desde los pies haciéndose más intenso en la boca del estómago y sus ojos... se le clavaban como dardos M: Ufffffffff ¡a mí esta chica me persigue! ¿Y eso es bueno o es malo? Es que yo no sé que me entra, ¡si no la conozco de nada! ¡Y que puta casualidad! ¿es que no hay más hoteles en esta cuidad? Que ojos tiene... y que sonrisa... si la tiene bonita cuando sonríe a la gente... si me sonriera a mí... ¡Ay Macarena por dios! ¡Que ya nos conocemos! No te montes una de Spilberg en la cabeza que luego se te queda en Cine de Barrio... además ¡vamos a concienciarnos! Esa chica no te cae bien ¿ok? Es una chulita y una maleducada, ¡si fuiste a saludarla y te volvió la cara! Claro que con razón... si es que con lo del taxi... menudo morro que tienes Maquita hija, si ella llegó antes... Ya está, seguro que no tarda en irse y tú vas a estar muy ocupada con el trabajo, además y eso es un punto

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importante... seguro, seguro que es hetero, con la suerte que tú tienes... ay es que es tan mona... Por otra parte mientras subía a su habitación... E: ¡Yo tengo la negra! Tenía que ser en este hotel precisamente, bueno tiene pinta de pija es normal... pero es mas mona... ay no Esther... otra chica no eh, que dijimos que tú eras hetero ¿de acuerdo?, y que ojitos... ¡que ojazos mejor dicho! Uy uy que no, que no, es una pija, una borde, una chula y ¡tiene un morro que se lo pisa! Aunque también la pobre... antes se acercó con intenciones de hablarme... eso se veía... pobrecilla, menudo corte que le he pegado... se quedó ahí patinando... y puso una carita... ¡ay leche! ¡Que no! Además fijo que es hetero, con lo guapa que es, seguro que está casada, tiene novio o una legión de tíos suspirando por ella, y si nos apretamos de tías, pero vamos que no tendría nada que hacer. Pero es que... Era incapaz de concentrarse, a la comida habían asistido 3 personas, dos hombres y una mujer que no paraban de hablarle de permisos, cláusulas, presupuestos e irregularidades, pero Maca no estaba precisamente en su mejor momento, la misma imagen pasaba por su cabeza una y otra vez M: “Pero ¡seré tonta! Maca ya te vale... que parece que tienes 15 años...” Hombre1: Señorita Wilson... M: Sí, si perdone estaba... eh... calculando la fecha aproximada del pago a la constructora. (no me lo creo ni yo, calculando... si calculando sus medidas...) La pobre Maca no veía el momento de irse al hotel, y para colmo después de la comida la invitaron a una copa en un selecto club de la ciudad, querían proponerle la construcción de un complejo de ocio para adultos, algo innovador alejado de la idea del típico centro comercial con videoclubs y casinos que predominaba por la zona M: “No si ya sabía yo cuando me desperté que este día iba a ser complicado...” Trató de concentrase al máximo, mientras más atención pusiera en esas propuestas, antes saldría de allí Era casi la hora de cenar cuando por fin el coche la recogió para llevarla de nuevo al hotel en dos días tenía una nueva reunión pero ahora eso pasaba a segundo plano, le dolía la cabeza, en realidad llevaba casi 24 horas sin dormir, estaba agotada, tan solo deseaba llegar darse un baño caliente y meterse en la cama, tenía hambre pero era más la necesidad que su cuerpo tenía de sueño El trayecto hacia el hotel, era largo, cerró los ojos y trató de relajarse Mientras ella había estado ocupada con sus reuniones, en el hotel la atractiva piloto no había parado, nada más llegar bajó a comer, descansó un poco y bajó a la piscina, era como estar en el paraíso tenía unos días y desde luego los iba a disfrutar al máximo. Más tarde le apetecieron unos masajes relajantes, los necesitaba, últimamente estaba demasiado estresada con el trabajo, un baño relajante y lista para cenar

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Maca entraba en el hotel con gesto cansado, nada más verla, la recepcionista la llamó Recepcionista: Señorita Wilson... M: Sí, James dígame Recepcionista: Han dejado esto aquí para usted (entregándole unas cartas y un pequeño paquete) M: Gracias, ¿algo más? Recepcionista: Sí, llamó la señorita Silvia, que la llame, es importante, al parecer no era capaz de localizarla en el móvil M: Ay el móvil, ni siquiera lo encendí, bueno gracias James Recepcionista: No hay de qué... si desea alguna cosa... ¿la cena quizás en su habitación? M: No de momento no, creo que bajaré al comedor, de todas formas ahora lo pensaré Recepcionista: Bien señorita Wilson, buenas noches M: Buenas noches Justo al otro lado de la recepción... E: ¡Ay madre de mi vida! ¡Que es una Wilson! Si ya decía yo que era una pija... ahora si que me cae mal, la dueña... Recepcionista: ¿Desea alguna cosa señorita? (dirigiéndose a Esther) Pero Esther se alejaba alucinando hasta el ascensor, sin acordarse para nada de lo que había ido a pedir a recepción M: Es casi como si tuviesen un radar (iba hablando para ella misma mientras caminaba hacia el ascensor) he llegado hace unas horas y ya toda la ciudad parece enterarse de que estoy aquí, bueno toda la ciudad no, solo los que necesitan que invirtamos en sus negocios. Una cena, otra cena, una subasta... nada a la basura, uy y esta, una invitación para el último estreno de Nicole Kidman, mira esta lo mismo me la guardo Trataba ahora de abrir ahora el paquete que le había dado el recepcionista, tan distraída iba que casi choca con alguien que esperaba también el ascensor M: Oh ¡Sorry! Un gemido de fastidio hizo que levantara la cabeza de su tarea E: Uffff ¿pero es que tienes que estar en todos lados? Ahora no me dirás que has llegado antes al antes que yo ¿no? M: No, no (le dio un vuelco el corazón) Esther entró en el ascensor; Maca se había quedado en la puerta sin pronunciar palabra E: ¿Subes? O vamos a tener que estar aquí esperando a que la señorita se decida... bueno (al ver que no contestaba) tu misma. Ciaooo Pulsó el botón y las puertas se cerraron hasta las mismísimas narices de Maca, hecho que la hizo reaccionar

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M: ¡Pero será borde la tía, y chula! Ay creo que ahora me gusta más... E: Joder... me he pasado ¿no? Pobrecilla, la he vuelto a dejar ahí patinando... bueno y que, se lo merece, por pija y por chula M: (Yendo hacia otro ascensor) Pero ¿es que todo me tiene que tocar a mí? ¡Que hice yo ayer para que el destino se vengue de mí de esta manera! Mira paso, voy a darme una buena ducha, ceno y a descansar, ¡necesito dormir! Ambas en su habitación se ducharon, Esther se vistió con unos vaqueros ajustados y un top, se maquilló ligeramente, el hotel ofrecía diversos espectáculos nocturnos, estaba algo cansada pero puesto que no tenía que madrugar al día siguiente iba sin ninguna prisa, estaría bien divertirse un poco Maca después de la ducha caliente se vio sin ganas de nada, no le apetecía moverse, le pesaban los párpados, ni siquiera tenía hambre, pero tras pensarlo un rato decidió bajar a cenar, ya tendría tiempo al día siguiente de descansar Se vistió de manera elegante pero informal, unos pantalones blancos, sueltos, un top azul, se recogió el pelo dejando algunos mechones sueltos, un brochazo por aquí otro por allá y su cara antes cansada, se mostraba ahora resplandeciente Iba a salir de la habitación cuando recordó que debía llamar a Silvia M: Joder, casi se me olvida, estará echando humos Sin perdida de tiempo de tiempo marcó su número Silvia: Ya era hora ¿no? ¿Tan ocupada está la señorita Wilson que no tiene ni 5 minutos para llamar a su hermana? M: Perdona cariño, se me fue el santo al cielo, he estado todo el día liada con la reunión Silvia: ¿Y que tal fue? ¿Has conseguido camelártelos? Porque mira que son duros de pelar los australianos estos, con como cocodrilo dandi este o como se diga M: Sí, bueno más o menos, he tenido algunos problemas con el permiso de obras, pero que ya está todo más o menos resuelto, de todas formas volvemos a reunirnos pasado mañana y ya os contaré en Madrid la propuesta que me han hecho de construir un centro de ocio Silvia: Bueno pues ya nos contarás, oye que te cuento que tengo que irme que he quedado, que... ha venido Alicia... M: ¿Alicia? ¿Y que quiere esa ahora? Silvia: No sé Maca, pero insistía mucho en que tenía que verte y me pidió tu número de teléfono M: (exaltada) No se lo habrás dado ¿no? Silvia: No, no, le dije que no estabas en España que yo le daba el recado y ya la llamarías tú cuando vinieses M: Uff que pesadilla... paso Silvia no quiero saber absolutamente nada de ella Silvia: No te imaginas cuanto me alegro de escucharte decir eso hermanita M: Más me alegro yo, ni te lo imaginas... Silvia: Oye... ¿y ese cambio de actitud?

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M: Nada simplemente me he dado cuenta de que existen más peces en el mar... Silvia: Ahhhhhhh a ver cuenta ¿quien es la pescadilla? M: Nadie, absolutamente nadie Silvia: Vengaaaaaaaa ¡no seas mala! M: ¿Tú no tenías que irte? Pues ale que llegas tarde, ya hablamos vale cariño. Un besitooooooo Silvia: ¡Maca!, será jodía (con el teléfono en la mano) pues no va y me cuelga... pues mañana se lo saco, vamos que si se lo saco Maca se quedó riéndose, aún no sabía el nombre de la pescadilla, pero bueno al menos iba a intentar averiguarlo, si no conseguía nada... al menos intentaría resarcirse de los dos últimos cortes que le había pegado Esther bajó al comedor, muerta de hambre, verdaderamente estaba disfrutando de la estancia, siempre que volaba se alojaba en buenos hoteles, su compañía aérea no racaneaba con eso, pero esta vez... alojarse en un Wilson no era ninguna tontería, estaba considerado como una de las cadenas de hoteles más importantes del mundo, más caros y por su puesto más lujosos, bien, ella estaba allí ¿no? Iba a aprovecharlo Nada más entrar un camarero la condujo hacia una mesa elegantemente puesta, le entregó la carta y preguntó qué deseaba beber Mientras esperaba su bebida estudió minuciosamente la carta, tenía tanta hambre que se comería un toro, asombrada comprobó la cantidad de platos que ofrecían de todas las nacionalidades E: Claro, aquí viene gente de muchos países, es lógico, la cocina de este hotel debe ser inmensa... Más asombrada se quedó cuando vio una amplia parte de la carta dedicada a la cocina española E: ¡Guau! Comida, ¡comida de verdad! Se le alegró la cara, se pasaba el día volando de un sitio a otro, y los pocos días que pasaba en casa no los dedicaba precisamente a cocinar, además tampoco es que se le diera especialmente bien... Maca volvió a mirarse al espejo, estaba perfecta, no es que estuviera segura de encontrársela allí, pero bueno había que intentarlo, tampoco esperaba en el caso de verla que fuera a recibirla con dos besos y un abrazo, con lo borde que había demostrado ser... Cogió aire y entró, paseó sus ojos rápidamente por la estancia y suspiró aliviada, si, estaba allí, se fijó en ella, iba preciosa los vaqueros que llevaba se ajustaban como una segunda piel a su cuerpo, se la veía concentrada en la carta, Maca sonrió, iba a acercarse a ella cuando un camarero se le acercó Camarero: Buenas noches Señorita Wilson, ¿me acompaña por favor?

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M: Buena noches, sí gracias (que oportuno el chaval...) Maca lo siguió, por suerte el camarero le indicó que tomara asiento en una mesa muy cerquita de Esther. Cuando este se marchó en busca de la bebida Maca se dedicó cuidadosamente a observarla, en ese momento hablaba con el camarero, Maca se lo pensó un rato, pero finalmente con decisión se levantó y se acercó a la mesa de Esther, se plantó delante para sorpresa de la piloto que casi se atraganta al beber M: ¿Puedo? (sin esperar respuesta se sentó) Esther reaccionó con rapidez E: Eres la dueña ¿no? Supongo que puedes sentarte donde te plazca M: Vaya si que corren rápido las noticias, está visto que no puedo ir de incógnito, bien de todas formas me presentaré, me llamo Maca, te lo digo para que puedas llamarme por mi nombre y no por la roba taxis A Esther le hizo gracia el comentario, pero se mantuvo firme aguantando la sonrisa que osaba salir de sus labios M: ¿Y tú te llamas? Por que a mí me gustaría llamarte por tu nombre y no seguir llamándote... E: ¿Qué pasa que ya tengo mote? M: No me has dejado terminar, tranquila, te llamaba la chica del pañuelo rojo Otra sonrisa estuvo a punto de escapársele E. Esther, me llamo Esther M: Bueno pues ya que nos conocemos, ¿me permitirías invitarte a cenar? Creo que no hemos tenido muy buen comienzo E: Querrás decir que tú no has tenido muy buen comienzo, empezaste tú M: Tú tampoco te has portado muy bien cuando nos hemos vuelto a encontrar ¿no? E: ¿Y que querías? Llego tarde a mi trabajo por tú culpa, simplemente porque te crees la reina del mundo y piensas que todo está a tu disposición, sinceramente es lo mínimo que te mereces M: ¿Qué yo me creo que? Perdona guapa yo no me creo absolutamente nada, ya te pedí disculpas ¿que más quieres? E: Nada, a decir verdad no quiero nada, tú me has pedido disculpas, pues disculpas aceptadas, creo que mejor me voy. Perdone (dirigiéndose al camarero) ¿pueden subir mi cena a la habitación? Camarero: Sí señorita como no E: Gracias (dirigiéndose después a Maca) Buenas noches señorita Wilson Maca ni siquiera respondió, se quedó observando como Esther salía a toda prisa M: (“Es una pieza un tanto resbaladiza... creo que tendré que cambiar el cebo...”) E: Lo que hay que ver, ¡las hay creídas! (iba relatando) Esta se cree que puede venir a sentarse en la mesa de una como si tal cosa y encima piensa que por su cara bonita se me

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va a mí a olvidar lo del taxi, que no es ya por ese hecho en si, es que no soporto a la gente que se cree que puede pisotear a los demás como si tal cosa Algunos clientes se quedaban mirándola divertidos al verla hablando sola y con cara de enfado, pero ella seguía como si tal cosa E: Aunque... bueno ha venido a pedirme perdón, pobrecilla... dos veces... me he pasado ¿no? con lo guapa que venía... hubiera estado bien cenar con ella... Ayyy no, Esther ¡que te pierdes! Maca, por cierto que su nombre suena bien... ayyy ¡qué no coño! Maca, borde y pija, y no nos gustan las chicas ¡entendido Esther! Al llegar al ascensor estuvo a punto de darse la vuelta E: Y si vuelvo y me disculpo... bah, no venga Esthercita que nos conocemos Esperaba al ascensor mirando distraída el ir y venir de la gente se fijó especialmente en un chico al que su superior con un gesto de reprimenda abrochaba correctamente el último botón de la chaqueta, sonrió ante la cara de fastidio del chaval Y lleva esto a la habitación de la señorita Wilson oyó decir, la 802 E: ¿La 802? Pero si esa está al lado de la mía! Encima vecinas... ays... Subió a su habitación a esperar que le subieran su cena, estaba muerta de hambre Mientras tanto, Maca cenaba tranquilamente M: Desde luego que ni se piense que esto se va a quedar así, ¡será estúpida! ¿Quién se ha creído que es? Pues esa me oye eh, ¡vamos que me oye! Terminó de cenar y se dirigió a recepción M: James por favor necesito ver el libro de registro James: Claro señorita Wilson, en seguida Maca cogió el libro y ojeó los últimos registros M: García; Esther... aquí está... 804... jajajajaja cerquita sí señor, bien cerquita Esther devoraba su cena en la habitación, tenía mucha hambre y ya era tarde, no dejaba de pensar que había sido un poco estúpida, al fin y al cabo le había pedido disculpas, no quería pensar nada más, le atraía eso estaba más que claro, pero... Además estaba pesando cosas que a lo mejor nada tenían que ver con la realidad, nada podía asegurarle que Maca se sintiera atraída por ella, si echaba mano de la probabilidad eran realmente pocas No pudo evitar recordar sus relaciones pasadas, con los hombres no le había ido nada bien, todo lo contrario, en ellos nunca encontraba todo aquello que anhelaba y con las

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mujeres... tuvo una única experiencia y bien sabía Dios que con ella se sintió plena, única, especial... su cara se entristeció al recordarlo y rápidamente apartó esos pensamientos de su cabeza E: ¿Y si me disculpo? Por lo menos me quedaré más a gusto, no la conozco de nada pero bueno tampoco me gusta la situación, días tontos los tenemos todos ¿no? Maca por su parte se había echado en la cama, había puesto música, por su cabeza rondaba la idea de ir a hablar con Esther, estaba molesta, había tratado de disculparse por dos veces y ninguna de las dos lo había conseguido, total no era para tanto se decía, es dura de pelar Se entretuvo pensando en sus ojos, la habían impactado, tenía una mirada profunda, muy dulce aunque trataba de disimularlo, su voz, suave y melodiosa M: Ay Maquita... te pones a pensar en tonterías, te crees que cada chica que te gusta se va a fijar en ti... y tú que eres especialista en heteros sin fronteras... ¿Y si voy a verla? total somos adultas ¿no? Tuvimos un encontronazo pero en realidad ¿fue para tanto?, bueno ella la pobre... aysssss, no sé, no sé... Esther se levantó del sillón en que llevaba un buen rato sentada, despacio caminó hasta la puerta de su habitación y se asomó, no había nadie. Salió con cuidado de que su puerta no se cerrara y pronto se vio frente a la habitación 802 Sus nudillos casi inconscientemente fueron a golpear la puerta, y justo antes de que lo hicieran se pararon en el aire E: No... creo que no es buena idea Volvió sobre sus propios pasos y sin hacer ruido entró de nuevo en su habitación Apenas unos segundos después la puerta de la habitación 802 se abría, una esbelta figura vestida con chándal azul se asomaba y decididamente se plantaba en la puerta continua a la suya Se paró y tomó aire, estuvo unos instantes pensando ensayando unas palabras más que estudiadas Justo cuando iba a llamar pareció pensarlo nuevamente M: No... esto no va a salir bien... Volvió a su habitación y suspirando se tendió en la cama E: ¿Será lo mejor? no sé... ¡joder! ¡Por que coño estoy tan nerviosa! ¡Ni que me fuera a comer! no... no caería esa breva... ay dios ¡que estoy diciendo! Estás mal Esther

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muyyyyyy mal, a ti eso de volar te está atrofiando las neuronas... claro tanta presión... pasa lo que pasa... el cerebro... que ya no... Estaba apoyada en la puerta de espaldas hablando consigo misma en voz alta, cualquiera que la hubiera visto se hubiera doblado de la risa, porque hablaba como con unos gestos que parecía tener a otra Esther delante E: Aysssssss, si es que yo me tenía que hacer egosexual, ¿quien me iba a querer más que yo misma? Nadie verdad, muack, muack, muack (dándose besos a ella misma en las manos) ¡ay cuanto te quiero Esthercita! muackkkkkk De pronto se echó a reír, un ataque de risa de esos tontos que te dejan floja E: pufffff como me lo paso yo sola jajja, estoy loca, ¡rematadamente loca! Venga vamos a pasar de todo y nos vamos a tomar ¡una copaza! A ver que tenemos por aquí... (abriendo el minibar) mmmmm joder con los Wilson, ¡si que saben! ¡un brugal con cola! y de Maca... paso, pero es que es ¡tannn mona! Mientras tanto en la habitación de al lado... M: ¿Voy o no voy? ser o no ser... pero mira que soy tonta eh, lo más que puede pasar es que me pegue otro corte ¿no? sí porque lo que yo estoy pensando... ey ey ey Maca no alucines eh que ya nos conocemos... no creo que no voy... Mejor me voy un ratito a la terraza que me de el aire y se me pase el sofoco Salió fuera, la terraza era enorme, el centro estaba ocupado por una mesa y cuatro sillas de mimbre, en un lateral dos hamacas para poder tomar el sol, Maca se acercó a la barandilla, desde allí podía contemplarse toda la ciudad, el puente de la bahía de Sydney lucía majestuoso, a lo lejos se veían las luces de los barquitos como si de pequeñas luciérnagas se tratase, cerró los ojos y dejó que la suave brisa de la noche le acariciara la cara. Esther tomaba su copa despacio sentada en un sillón, sumida en sus propios pensamientos, estaba cansada había sido un día agotador, decidió meterse en la cama en cuanto se la terminara, no tenía sueño pero le vendría bien descansar, el día siguiente quería dedicarlo a conocer la ciudad lo que le supondría andar mucho Tenía calor fue a poner el aire acondicionado, pero pensó que sería mejor abrir un poco la puerta de la terraza, dormir con el aire puesto hacía que se pusiera mal con la garganta Abrió la puerta fue recibida por una brisa fresca que la invitaba a salir fuera, así que cogiendo su copa encendió la luz y salió, vio las sillas y se sentó, se estaba bien allí Maca miraba pensativa al horizonte, cuando algo la sobresaltó, una luz que se encendía cerca suyo

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M: Ay, joder ¡qué susto! (No le hizo mucho caso, hasta que de pronto pegó un respingo) M: ¡Esa es la habitación de Esther! Se puso nerviosa, pensando que ella estaba allí a muy pocos metros. Despacio se acercó al borde de la barandilla que quedaba más próximo a la terraza de la habitación de Esther, apartó intentando no hacer ruido unas plantas que además del muro separaban las dos habitaciones y miró, su corazón empezó a latir muy deprisa a la vez que la respiración se quedaba cortada, estaba allí sentada bebiendo de un vaso Se quedó observando durante un rato, fijándose en cada detalle del cuerpo de la piloto, estudiándola, le parecía realmente preciosa. Estaba tan absorta contemplándola que sus manos olvidaron sujetar correctamente la planta que le permitía tener aquella visión con lo cual una pequeña ramita se soltó y fue a darle cerca del ojo M: ¡auss! Consciente del ruido que había hecho soltó rápidamente la planta y se echó al suelo Pudo oír como una silla hacía ruido al ser movida, y unos pasos que se acercaban en la dirección en que ella se encontraba M: Mierda, ¡me ha escuchado! Esther se acercó hasta el sitio del que provenía el ruido, apartó las plantas y miró al otro lado, no había nadie, iba a darse la vuelta cuando una lucecita se encendió en su cerebro E: ¡Anda! si esa es la habitación de Maca... La curiosidad pudo con ella, vio que la puerta de la terraza estaba abierta, las cortinas recogidas E: ¿Se la verá desde aquí? (decidió averiguarlo) Mientras tanto Maca permanecía sentada en el suelo, en esa posición no la podía ver, esperó unos minutos, no se atrevía a levantarse, si Esther estaba allí la vería Después de un tiempo prudencial se levantó. Esther escuchó algo moverse, y apartó algo más las plantas, Maca desde el otro lado hizo lo mismo, parecía no haber nadie, y las apartó un poco más, asomó la cabeza y... E y M: ¡Ahhhhhhhhhh! Dos gritos de sorpresa se escucharon a la vez Se vinieron abajo las plantas de las dos terrazas, del sustos las dos se habían echado hacia atrás llevándose todo lo que encontraron a su paso, Maca con sillas incluidas M: Ay ay... que caída más tonta... ¡auuuuu! (intentando salir del revoltijo formado por las sillas, las hojas de macetas y la tierra)

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M: ayy coñooooo (intentando asomar la cabeza) Desde el otro lado E: Ay madre míaaaa, puagggg (escupiendo la tierra que tenía en la boca) ahhh que me pincho lechesssss Esther intentando levantarse resbaló y se cayó de culo E: Ayyyyyy ay ay ayyyyy mi culitooooo M: ¿Estás bien?(apareciendo con el pelo revuelto por su lado de la terraza) E: Ahhhh, joder. ¡Tú que pretendes matarme de un susto! M: Ya sé que no estoy en mi mejor momento, pero tan fea tan fea... no estoy ¿no? E: (“Fea... no creo que sea posible que tú estés fea nunca”) Ufffff, que coño hacías ahí ¡me has dado un susto de muerte! M: ¿Yo? ¿y tú? a ver si te piensas que yo no me he asustado E: Perdona, pero pregunté yo primero M: Pregunté yo primero pregunté yo primero... (en tono de cachondeito) E: Tú eres un poquito... a ver como decirlo... ¿chula? M: Y tú eres un poquito... a ver como decirlo... ¿borde? E: Ay mira niña que paso de ti, yo hago en la terraza de mi habitación lo que me da la gana M: Pues yo en la terraza de MI HOTEL (recalcándolo mucho) ¡hago lo que me da la gana! E: ¡Chula! M: ¡Borde! E: ¡Pija! M: ¡Estúpida! Seguían con toda suerte de insultos cuando la única planta que quedaba en pie, cayó dándoles a las dos en la cara M y E: Ahhhhhhhhh M: Ay... que daño... E: Me he quedado sin nariz... Las dos se miraron, tenían unas pintas un tanto peculiares, con el pelo desordenado, manchadas de tierra y ambas frotándose la zona dañada de la cara. Sin poderlo evitar se echaron a reír E: Ay ay que me meo jajajajjaa M: Y yo y yo jajajajjajaa E: Estamos un poco idas ¿no? M: ¿Sólo un poco? yo creo que mucho jajajaja Cuando consiguieron parar de reír ninguna sabía que decir E: Bueno... (intentando romper el hielo) habrá que recoger todo este desastre ¿no? M: No da igual, llamamos a recepción y que lo limpien E: Sí mejor será... pues yo voy para dentro entonces...

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Maca intentó hablar pero no sabía como hacer M: (venga tonta di algo)... Esther... E: (dándose la vuelta) ¿Sí? M: Que... no se me gustaría que aclaráramos lo que ha pasado hoy... E: Sí ya... creo que ninguna de las dos nos hemos comportado como adultas ¿no? M: Creo que no... eh... ¿quieres entrar a tomar algo? E: No sé... M: Por favor... E: Sí... venga está bien... pero... voy a ducharme antes... M: Sí claro, yo también, menudas pintas E: Sí... sonriendo nerviosa M: Bueno pues venga ahora nos vemos E: Hasta ahora Las dos se ducharon rápidamente, y esperaron pacientemente a que limpiaran, mientras lo hacían las dos permanecían en la terraza, dedicándose miradas furtivas, estaban nerviosas, las dos, aunque ninguna sabía que la otra lo estaba E: Bueno pues ya está, ¿voy o estás cansada? M: No, no ven, te espero aquí (sentándose) E: Ok, pero oye Maca M: ¿Sí? E: Vienes a abrirme o tengo que tirar la puerta abajo M: Ays (sonriendo avergonzada) voy, voy Salí a abrir la puerta con un leve cosquilleo en el estómago M: Ayss Maca, a ver si espabilas... ¡hija es que tienes los huevos de dos yemas! En ese instante alguien golpeó la puerta Esther golpeó suavemente la puerta con una mano un tanto temblorosa, sentía los nervios en la boca del estómago, sin saber o quizás sin querer saber razón, y precisamente la razón se acercaba a abrir, podía escuchar sus pasos lentos pero firmes. Se colocó bien el pelo y cerró los ojos con fuerza un instante como para darse ánimos Maca cuando oyó que llamaba a la puerta sintió que el corazón le daba un vuelco, se acercó despacio hablando consigo misma M: Vamos Maquita no lo estropees eh... Abrió la puerta y se encontró a una Esther preciosa, sonriendo tímidamente E: Hola... M: (sonriendo también) Hola otra vez... pasa Maca dejó que Esther pasara delante, sintió una suave fragancia a su paso, olía deliciosamente

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M: ¿Vamos a la terraza? E: Sí, como quieras. Pero esta vez no tires nada eh, que ya he tenido bastante M: (riendo) No, no, yo también he tenido bastante por esta noche, ¿te apetece tomar algo? E: mmmm depende, ¿qué me ofreces? M: Lo que tú pidas... (“joder que qué le ofrezco... ay...”) E: (“Lo que yo pida... si tú supieras...”) Pues... ron con cola, es lo que estaba tomando antes de tu asalto jejej Maca preparó las bebidas y salió fuera, Esther apoyada en la barandilla contemplaba las maravillosas vistas de la ciudad por la noche M: ... Ya están listas E: (girándose y sonriendo) Gracias Maca M: No, gracias a ti por haber venido Curiosamente y en contra de lo que ambas pensaban no se sentían para nada incómodas, quizás si con un poco de timidez pero nada más E: Oye Maca... M: Sí, dime E: Que de verdad que siento todo lo que ha pasado hoy... he estado un poco borde... bueno un mucho... y que de verdad que lo siento, yo... yo no suelo ser así M: Ya, tranquila Esther, yo tampoco suelo ser así, además todo empezó por mi culpa E: Ya Maca, pero tu quisiste disculparte y yo no te dejé hacerlo M: De verdad que da igual, ninguna de las dos nos hemos estado acertadas, ¿firmamos la paz y todo olvidado? E: Trato hecho M: Bueno pues empezamos ¿ok? E: ¿Como? M: Sí verás, como hemos olvidado todo lo que ha pasado hoy resulta que no nos conocemos de nada, así que estás ahora en mi habitación pero yo no se ni quien eres ni porqué estás aquí E: Uy a ti te ha afectado un poquito el golpe de antes... jajajaja M: Que no, que no, ya verás, venga ven aquí E: ¿Eh? M: Que vengas aquí chiquilla (tomándola de la mano) E: Voy... (dios que escalofrío) M: Sal fuera E: Pero Maca... M: ¿Maca?, pero si yo no te he dicho mi nombre aún, venga tú sal fuera y llama a la puerta ok E: Definitivamente estás loca... jajaja, a ver voy fuera, y llamo M: Eso es, venga fueraaaaa E: Jaja, madre mía... toc toc M: Ahora mismo salgo ¡un momento! (abriendo la puerta) hola buenas noches, ¿querías algo?

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E: (ehhh con cara de pocker mmmm y pensando como meterse en el juego) Pues, sí, verá soy su vecina, y me he dicho, pues voy a conocer a alguien por aquí me he fijado en tu puerta... y aquí estoy M: Ah estupendo, yo me llamo Maca, pasa, pasa E: mmmmm Yo Esther M: Encantada Esther Se acercó para darle dos besos M: (“Que bien huele...”) Bueno pasa a la terraza, y siéntate, en fin Esther, y ¿qué te trae por aquí? E: Pues verás, soy piloto, tenía unos días libres pero me llamaron de mi compañía aérea para pedirme el favor de hacer un vuelo hasta aquí, así que lo hice, a cambio de algo por supuesto, así que tengo 4 días aquí y luego me darán 5 para mí cuando llegue a Madrid M: Ah interesante, así que piloto ¿no? E: Sí, y tú ¿a qué te dedicas? M: Pues yo dirijo una empresa, Wison S.A dedicada a la construcción de centros turísticos y hoteles, este es uno de ellos Las dos charlaban animadamente, atrás habían quedado los pequeños incidentes de la mañana, Maca se levantó a servir otra copa, iba a ser una noche muy larga... Las horas se les estaban pasando sin darse cuenta, lo que en principio comenzó siendo una típica conversación sobre sus actividades diarias, terminó convirtiéndose en una autentica charla acerca de ellas mismas, su personalidad, sus gustos, sus intereses, más o menos su forma de ver la vida, una de estas veces en las que se nota que realmente conectas con otra persona, en las que se dicen muchas cosas y otras tantas quedan por decir porque no hay tiempo material, un tema lleva a otro y a otro, si uno es interesante el otro es más. Era una de esas veces en las que sin saber porqué podían abrirse a otra persona que no conocían, de esas en las que descubrían cosas de la otra pero también de si mismas Escuchaban opiniones, puntos de vista diferentes, enriquecedores, que las hacían pensar sobre cosas que quizás pasaban por alto, llegando al fondo de la cuestión. Y eso era algo que no se podía hacer con todo el mundo E: Mira ¿sabes que? M: Dime E: Me gusta tu forma de pensar en ese aspecto, siempre intento ver más allá, no quedarme solo en lo superficial, es decir, intento ver el mensaje de cada cosa que veo, que escucho, de un libro, una película, una canción, la otra tarde estuve viendo con una amiga Million Dolar baby, ¿la has visto? M: Sí, sí E: Pues cuando terminó yo me quedé un tanto frustrada y ¿sabes porqué? M: A ver dime E: Pues no fue por la película, por el final ni nada de eso, fue porque no la pude comentar, cuando le pregunté a mi amiga sobre que le había parecido me contestó... ufff pobrecilla que putada ¿no? y ahí se quedó M: Ya, entiendo E: A ver tú que sacas de esa película

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M: Pues.. yo me quedaría, con el afán de superación, como hay que luchar por conseguir los sueños a pesar de los obstáculos, trabajar duro, porque después si no lo consigues siempre tendrás la satisfacción de haberlo intentado, y otra cosa que me impactó fue el retrato psicológico de los personajes E: ¿Qué piensas del entrenador? M: Que era una persona que se había encerrado en si mismo, a solas con su dolor, y con un carácter agrio, no porque fuera así, sino porque era la barrera que el mismo había creado para protegerse E: ¿Ves? a eso me refiero, yo me siento bastante frustrada cuando no puedo expresar todas estas cosas M: Sí te entiendo Esther, en eso y muchas cosas, es lo mismo que escuchar una canción, una obra... ¿Conoces a Debussy? E: Sí claro M: ¿El Arabesque? E: Sí... (sonriendo melancólica) M: ¿Qué te trasmite? E: Uffff es como estar en un bosque sobre la hierba, sentirse casi como un niño, corriendo, mientras sientes como el viento te da en la cara, cerrar los ojos y sentir todo lo bello de la naturaleza, sonreír pícaramente, ver aparecer a la persona que quieres, parece jugar al escondite, te guiña un ojo y corre, y tu corres detrás hasta que la ves aparecer, te da la mano fuerte y seguir juntos... M: Sí.. me alegro de haberte conocido Esther en serio, no hay muchas personas como tú E: No, no seas boba... tú si que eres un encanto M: No que va... aunque... ¿todavía piensas que soy una chula? E: Jejeje no, no, te acabo de conocer ¿recuerdas? M: Jajaja recuerdo E: A veces tenemos impresiones equivocadas M: Sí dímelo a mí... Las dos se sonrieron, y quedaron calladas por primera vez en toda la noche, sin embargo no era un silencio incómodo, se sentían a gusto, en paz, notando en la cara la brisa fresca de la noche con olor a mar Al cabo de un rato Esther habló E: Son... casi las 6 de la mañana.. habrá que ir a dormir ¿no? M: ¿Ya son las 6? se me ha pasado la noche volando E: Sí jeje a mí también, ya queda poco para dormir, mañana pensaba madrugar M: ¿Madrugar? ¿Y vas a tener cuerpo? E: Eso espero quería visitar la cuidad M: Es preciosa, te encantará E: Oye Maca..., tú la conoces bastante bien ¿no? M: Sí vengo varias veces al año E: ¿Quieres... venirte conmigo mañana, bueno si te apetece y no tienes nada que hacer? M: ¿Quieres que vaya contigo? E: Sí, a mí me gustaría M: Pues... no la verdad que no tengo nada que hacer, acepto tu propuesta E: Gracias Maca M: A ti por proponérmelo E: Bueno debería irme ya... no vamos a dormir nada... ¿a qué hora te parece bien?

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M: mmmm ¿tú eres dormilona? E: Un poco... M: Decide tú la hora entonces E: ¿Las diez y media te parece bien? M: Perfecto, desayunamos y luego te enseño lo que tu quieras E: Pues entonces me voy que hay poquito tiempo para dormir M: Venga te acompaño En la puerta Esther se detuvo un momento E: Maca que de verdad gracias por todo me lo he pasado muy bien esta noche M: Gracias a ti de verdad Las dos sonrieron E: Pues... buenas noches M: Buenas noches guapa Esther se acercó a Maca y le dio un beso en la mejilla E: Hasta mañana, que descanses M: Hasta mañana... Maca entró y cerró la puerta, caminó despacio hacia la cama se dejó caer. La mejilla le ardía justo en el lugar en el que Esther la había besado M: Dios... es perfecta... Mientras tanto Esther también tumbada en la cama acariciaba suavemente sus labios... E: Uffffffffff Al contrario de lo que le solía pasar a menudo, esa mañana cuando sonó el despertador, Esther se tiró literalmente de la cama, había dormido apenas cuatro horas pero su sueño fue profundo y relajado, se desperezó y cantando a pleno pulmón corrió a la ducha Hoy me he levantado dando un salto mortal ¡He echado un par de huevos a mi sartén! Dando volteretas he llegado al baño Uuuuuuuuu Me he duchado y he despilfarrado el gel (tirándolo por toda la pared) Porque hooyyyyy ¡algo me dice! ¡QUE VOY A PASÁRMELO BIEN! Yeahhhhhhhhhhh Salió se puso su albornoz una toalla en la cabeza y fue bailando hacia la cama, ahora con cambio de tema ¡Salí de la ducha con la sonrisa puesta!

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Hoy me he levantado contenta de verdad El sol de la mañana brilla en mi cara Y una brisa me fresca me ayuda a despertar Bailaba como las locas por toda la habitación adaptando la letra de la canción como le venía en gana Saltaaaaaaaaa, salta conmigooooooooo, saltaaaaaaaaaaa (8mientras iba pegando saltitos por toda la habitación) Voy por mi camino sin preocupacionnnnnnnnnn Hoy estoy alegre y tengo ganas de saltar Saltaaaaaaaaaaaaaaa, (de un gran salto aterrizó encima de la cama) Saltaaaaaaaaa Saltaaaaaaaaaaaaaaaaaa, agggggggggggggggggghhhhhhhhhhhhhh , pummmmmmm E: Ay ay ay que lecheeeeee (había aterrizado de cabeza en el suelo) ayyyyyy que me he mataooooooo, con lo joven que soyyyyyy, ayyyyyyyyy pobrecita yoooooo, uy ¿y todos estos pajaritos? Pío, pío, pío que monossssssssss, son de coloressssssssss Mientras Esther intentaba cazar pajaritos Maca bailaba por su habitación sosteniendo sus vaqueros como si bailara con una chica M: Ay hija que planita te veo por arriba ¡qué te vamos a tener que poner silicona! Cuando decidió que ya había tenido suficiente baile, se vistió, los vaqueros bailarines, calzado cómodo para poder patear la cuidad y una camiseta ajustada Se miró al espejo M: mmmm, Divina de la muerte Todavía era temprano, así que decidió que primero bajaría a recepción antes de recoger a Esther, quería comentar algunas cosas con respecto al hotel Salió toda happy canturreando alegremente, arregló el asunto y sin dejar de sonreír en ningún momento, volvió a su habitación para coger el bolso y llamar a Esther para desayunar Al salir del ascensor un empleado sujetó la puerta Empleado: Buenos días señorita Wilson. ¿Qué tal se encuentra hoy? M: Muy buenos días, buenísimos. Me encuentro genial Empleado: Me alegro mucho señorita, que pase un buen día M: ¡Gracias guapísimo! El pobre chico se quedó flipando, casi babeando mientras miraba como la chica entraba en su habitación

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Se plantó ante la puerta de Esther, se colocó bien el pelo, respiró profundamente y llamó. Esperó nerviosamente que esta abriera Enseguida se oyó un "¡voy!" y unos pasos que se acercaban, hasta que por fin la muralla que la separaba de ese encanto de niña se quebró, entonces encontró de nuevo esos ojos llenos de vida y dulzura que la estaban cautivando, y sus labios en un gesto involuntario, se curvaron hacia arriba mostrando una bella sonrisa. Esther también sonrió tímidamente mientras la contemplaba, no pudo evitar pensar que estaba preciosa M: Buenos días (casi en un susurro) E: Buenos días... Durante unos segundos solo se escuchó el silencio, hasta que Maca reaccionó M: ¿Qué tal dormiste? E: Mmmm como un bebé M ¿No tienes sueño entonces? E: Nop, nada, nada de sueño, he dormido pocas horas pero las he aprovechado bien, ¡lo que tengo es un hambre! M: Ah ¿sí? (sonriendo pícaramente) pues yo también, así que venga, a desayunar que nos espera un día duro Entre bromas bajaron a desayunar E: Bufff, ¡tengo un hambre! ¡me comería un toro! M: Pues eso va a ser difícil, como no quieras un canguro... también dicen que los cocodrilos están buenos E: ¡Ay no! quita, quita, yo prefiero typical spanish M: Ah ¿sí? pues a sus órdenes (guiñándole un ojo) En ese momento llegó un camarero, y en dos minutos les dejó la mesa preparada. Esther miraba a Maca asombrada E: ¡Joder Maca! ¡Cómo se nota que el hotel es tuyo! M: ¿Sí verdad? la comida española es la mejor del mundo Esther y a mí me gusta comer bien, así que cuando voy fuera, me gusta tener lo mejor de los dos sitios, del país donde esté, y lo mejor de España E: Anda tú si que sabes... M: Ya te digo... (atacando una tostada con manteca colorá) Cuando terminaron, un coche las estaba esperando a la entrada del hotel E: Menos mal que ahora vamos en coche, no me puedo mover... M: No me extraña jaja, si todavía no sé como no has reventado, ¡qué manera de comer! E: (sonrojándose) Es que comer... es uno de mis vicios... confesables... M: Vaya... eso entonces me hace suponer que también tienes otros vicios... llamémosles... inconfesables... E: Claro que sí, ¿tú no?

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M: Sí claro, por supuesto, pero ahora... estábamos hablando de ti, y a mí me gustaría saber cuales son... E: No Maca... la misma palabra lo dice I-N-C-O-N-F-E-S-A-B-L-E-S M: ¡Jo! (haciendo pucheritos) yo quería saberlos... E: Se siente... (“ay madre, como me siga hablando con ese tono de voz a mí me da algo...”) Por suerte para Esther, el chofer las interrumpió al preguntar hacia donde las llevaba. Maca habló unos instantes con él. Esther escuchaba atenta la conversación E: Y ese sitio al que vamos a ir después de la vuelta en coche ¿qué es? M: Ya lo veras... yo solo sé, que te va a gustar... E: (“Como siga hablándome así me mata, seguro que me mata...”) Avanzaban no muy deprisa para que las chicas pudieran ir viendo un poco la ciudad. Esther iba alucinando E: ¡Que bonito Maca! ¡yo quiero verlo todo! M: Jajaja tranquila Esther, veremos todo lo que tú quieras ver E: Sí, sí, sí, ¡sí! M: (“Que mona... parece una niña el día de Reyes...”) Oye y tú siendo piloto, conocerás muchos sitios ¿no?, ¿Cómo que no conoces Sydney? E: Pues... verás, en la compañía tenemos asignadas rutas de vuelo y cambian cada cierto tiempo, desde que yo llevo, me han tocado dos rutas europeas y dos americanas, por eso esto apenas lo conozco M: ¿Es la primera vez que vienes aquí? E: La segunda, aunque en realidad la primera vez era novata, casi en prácticas aún, y solo me quedé una noche, ni siquiera salimos del hotel Maca la miró alucinada E: Tranquila... jajaja ¡qué el avión no estaba a mi cargo! M: ¡Ah menos mal! Maca se quedó pensando mientras Esther la observaba E: ¡Ey! ¿Qué piensas? M: Pues que... E: ¿Que? M: Creo que voy a denunciar a tu compañía aérea E: Anda, y eso ¿por qué? M: ¡Porque nos podíamos haber matao! ¡La primera vez que vienes aquí y sin conocerte el camino! ¿y si te chocas con una montaña? bueno o te equivocas y acabamos en otro sitio, aunque eso es lo menos grave, pero vete tú a saber... seguro que no llevabas ni mapa E: Ah bueno, en eso no hay problema, el camino viene bien señalizado, lleva una aerovía muy buena, esta lleno de carteles que ponen Sydney de frente y algunos que te dicen que hay montañas delante y que te cojas un desvío

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La contestación de Esther fue tan seria que Maca la miró y apenas tardó unos segundos en echarse a reír, al poco Esther la imitó E: ¡Estás loca! M: Jaja no lo sabes tú bien...

Puente de Sydney M: Ven, mira, ese es el edificio, más alto del país la Torre Centerpoint

Esther prácticamente se echó encima de Maca para ver por su ventanilla, provocando que esta quedara casi sin aliento al sentir encima suyo el calor que provenía del cuerpo de Esther, no obstante decidió aprovechar el momento M: ¿Ves la última planta? E: Sí, sí, recostándose aún más sobre ella M: Pues ahí, hay un restaurante (“uff que sofoco”) muy elegante, pero muy tranquilo, me gustaría llevarte allí. Además, ¿Sabes qué? E: Dime (más interesada aparentemente en las visitas que en las palabras de Maca) M: Es giratorio, y si escoges un buen lugar, cerca de los ventanales puedes contemplar toda la ciudad sin moverte E: ¿Giratorio? Que mareo ¿no? M Que va mujer, el movimiento es casi imperceptible, solo se nota cuanto al mirar por la ventana se ve algo distinto a lo que había un rato antes E: Debe estar bien sí M: Entonces... ¿te apetecería ir esta noche?

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E: Si es contigo por supuesto Se incorporó lentamente y le guiño el ojo, Maca sintió que casi se mareaba M: (“¡Ay que ha sido eso!”) E: (“¿Que acabo de hacer?, para Esther ¡que te pierdes!”) Ninguna de las dos habló durante un rato, hasta que Maca pidió al conductor que parase el coche M: Primera parada el Ópera House E: ¡Que pasada Maca! M: Venga vamos a verlo ¡no te quedes ahí con la boca abierta! El edificio era realmente hermoso, con sus blancos y brillantes caparazones alineados como velas al viento, listo para entrar en el puerto, haciéndolo brillar aún más si cabe los arcos metálicos que en el se reflejaban del puente del puerto. Completaba el bello conjunto el azul centelleante del agua salpicado por pequeños botes que cruzaban de un lado a otro

Contrataron un guía para poder verlo por dentro, la visita duró algo más de media hora M: Qué, ¿te ha gustado? E: ¡Me ha encantado Maca! a ver una última foto aquí porfa M: jajaj, Esther no has parado de hacer fotos E: Anda solo una más porfa porfa porfaaaaa Maca tomó la cámara de las manos de Esther e hizo una foto de esta con el edificio al fondo, luego fue Esther quien le hizo una foto a ella, y por último una de las dos juntas con una sonrisa radiante que un turista tuvo la amabilidad de hacerles M: Bueno señorita, usted dirá, ¿The Royal botanic gardens o un paseo por el puente viendo inmensos mercadillos callejeros? E: Mmmm, el paseo, luego vemos el jardín botánico y comemos, ¿te parece bien? M: Me parece perfecto E: ¡Pues venga vamos! ¡Que no tenemos todo el día! M: Jajaja ¡serás capulla! Esther se giró y le sacó la lengua

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En el puente de 503 metros de largo el movimiento de automóviles y personas era constante, tenía dos vías férreas, ocho carriles para coches, carriles para ciclistas y paseos peatonales con miles de tenderetes en los que se podían comprar infinidad de cosas E: ¿Y luego me quejo yo de Madrid? si tuviera que ir con el coche por aquí me volvería loca M: Por eso te traje andando ¿no?, anda ven aquí vamos a ver los puestos Había puestos de muchas clases, personas de todas las razas posibles y aborígenes vendiendo sus productos, bisutería, ropa, obras de arte, comida... Maca ya lo había visto varias veces, pero Esther lo miraba todo con curiosidad, iba parándose en cada puesto que encontraban E: Jo Maca ¡me lo llevaría todo, mira, mira! Esther se había parado en el puestecillo de un aborigen y señalaba unos colgantes que parecían ser enormes colmillos, Esther preguntó al hombre en inglés esperando ser comprendida El hombre comprendió y en perfecto inglés les explicó que eran auténticos colmillos de cocodrilo, les estuvo hablando también sobre las diversas clases de grandes reptiles que había en el país, el marino que es el más peligroso de los que existen en la actualidad y el de agua dulce, menos peligroso para el ser humano También les contó que existía la creencia popular de que si llevaban un colmillo del animal al cuello, este les serviría como amuleto contra tus ataques

Esther le pidió dos, pagó y tras despedirse siguió adelante M: ¿Para que has comprado eso? E: Pues porque quiero ir a la playa M: ¿Y no hubiera sido mejor un bikini? Eso te va a tapar poco (“pero vamos, por mí encantada”) E: (sin contestarle a la pregunta) ¿Y si me ataca un cocodrilo? M: Jajaja venga Esther tranquila, en la playa no hay cocodrilos, están más adentro E: Y eso ¿cómo lo sabes, eh? a lo mejor alguno tiene hambre y se le antoja comer y se pasa un rato por la playa a comer carne extranjera por la cosa de variar el menú y tal M: Psss que va ¿en la playa deberías preocuparte por los tiburones? E: ¡¿Tiburones!?

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M: Sí, ¿recuerdas la película? E: Sí claro... M: Pues el tiburón era australian... Esther abrió los ojos como platos E: ¡Ahora vengo! M: ¡Pero donde vas loca! E: ¡A comprar un colmillo de tiburón! Maca se quedó riendo y al poco la vio aparecer con carita compungida M: ¿Qué, y el colmillo? E: No... de tiburón no tiene... M: Ohhh ahora no vas a poder ir a la playa... porque cuando te estés bañando... ¡vendrá un tiburón y te comerá! Al decir esto Maca abrió cuanto pudo la boca y se tiró a hacerle cosquillas a Esther M: ¡Cuidadoooo que te come el tiburónnnnnn! E: Ay no, no Maca jajajaj, cosquillas ¡no! ayyyyy, para, ¡para porfi! Las dos acabaron muertas de risa y observadas por la gente que tenían alrededor M: ¡Anda tira! E: Mira que eres mala ¡eh! M: ¡Malísima! más que un tiburón (“ya me gustaría a mí serlo contigo...”) E: Sí, sí... (“ya quisiera yo que fueras tú mi tiburón particular...”) Continuaron con su paseo, el tiempo era espléndido e invitaba a ello, compraban recuerdos aquí y allá, al final acabaron cargadas de bolsas M: ¿Estás cansada? si te apetece nos sentamos un rato a tomar algo E: No, no, solo tengo un poco de sed pero me apetece seguir paseando un rato, ¿y a ti? M: Por mí, bien, vamos a comprar algo para beber, ¿qué te apetece? E: mmmm (tras echar una ojeada a los puestos cercanos) ¡un helado! Se acercaron las dos a mirar, tenían toda clase de helados imaginables E: ¡Ay Maca esto es mi perdición! ¡me quedaría aquí comiendo y comiendo y comiendo todo el día! M: Pues yo prefiero comer otras cosas... no es por nada... E: Ah sí... y que es lo que te gusta comer a ti eh pillina... M: Pues... No pudo contestar porque el dependiente en ese instante les preguntó que les ponía Maca la miró con cara de... se siente... E: Aysssss joooo

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M: Anda pide E: Pues no sé que pedir... ¿tú cual prefieres? M: Yo... mirando el mostrador, pues... ¡nata con nueces de Macadamia! E: ¿Nueces de que? M: Macadamia Esther, son originarias de aquí, y están buenísimas (“no tanto como tú pero...”) E: No sé Maca yo creo que me voy a pedir uno de tres chocolates y stracciatella, pero me dejas probar el tuyo eh M: ¡Ah no! ¡El mío es mío! E: ¡Anda porfaaaa y yo te doy del mío! M: Valeeeeeee Les pusieron dos grandes tarrinas, Esther evidentemente pidió la más grande que encontró, casi medio kilo, iba más contenta que un niño con zapatos nuevos M: Yo no voy a poder con todo esto eh E: ahh noohhhh pueszz yo mehh lo coomoo no thee procupehgeees M: Esther ¡qué te vas a atragantar! E: Que no tranqui, a ver trae que pruebe el tuyo Maca se lo ofreció y Esther que decididamente hundió su cucharilla y tomó un gran pedazo que saboreó con gusto E: Que bueno Macaaaaaaa, ¡yo quiero más! M: No, no, no, no, ¡qué tu tienes el tuyo eh bonita! E: jo por fiiiiiiiii, ¡el que te sobre para mí! M: Ay que ver como me convences ¡eh! jajaj anda toma otro poco Maca cogió su propia cucharilla y le fue a dar un poco a Esther cuando fue a inclinarse Maca sonrió con malicia y le llenó toda la cara E: ¡Serás capulla! (mientras se limpiaba la cara) te vas a enterar Preparó su cucharilla y salió corriendo detrás de Maca que había salido como un rayo paseo alante M: Vale, vale Esther, me rindo, me rindo, ¡tú ganas! E: jajajajaj Maca estaba sin aliento del carrerón que se había dado huyendo de Esther y su helada venganza, se había apoyando en un banco y en ese momento intentaba recuperar la respiración normal E: Estás mayor... jajaja desde luego una carrerita y mira como te pones, que te va a dar algo hija M: Sí... es que correr no es mi deporte precisamente, prefiero otro que me canso menos y disfruto más... E: jajaj si que no sabes tú nada eh... M: Yo no he dicho que deporte es Esther, eres de mal pensada... E: ¿Yo? A mi que me registren yo no estoy pensando nada... a saber lo que piensas tú...

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M: Pues lo mismo que tuuuuuuuuu Esther se había sentado en el banco y se acercaba cada vez más a Maca E: Oye... (en tono insinuante) que... M: ¿Sí? E: ¡Que te debo una! Sin más le llenó la cara de helado y se separó convenientemente para impedir represalias M: ¡Que capulla! Pero está bueno eh, (apartando con su dedo el helado y llevándolo a la boca en un gesto más que sensual) E: (“joder... no hagas eso...”) M: Que sepas.. mmm que rico... que... mmmmm, que al final me las pagarás... mmmmm delicioso... E: ¿Sí? (“por mí cuando quieras...”) M: Venga ¿seguimos con el paseo? E: Si ya te has recuperado de la carrerita... M: Sip, toy perfecta, me recupero pronto E: (“Sí, ya veo que estás perfecta...”) Pues vamos entonces Continuaron con su paseo y con alguna que otra compra, más tarde fueron a comer a un restaurante desde el que se contemplaba toda la bahía de Sydney y de paso aprovecharon un poco para descansar. Tras la comida visitaron el jardín botánico, estaba allí cerca. Les encantó a las dos, había muchas variedades de plantas exóticas, recorrer los jardines era un auténtico placer para los sentidos

Terminaron la tarde con una visita al barrio chino, visitando las pintorescas tiendecitas y paseando tranquilamente Cuando por fin llegaron al hotel subieron directamente a la habitación de Maca, Esther se tiró en la cama E: Ufffffff ¡estoy muerta! Menuda panzada de andar.. no siento las piernas... M: (Tumbándose a su lado) Yo tampoco... no estoy acostumbrada a andar tanto... E: Oye, habrá que arreglarse pronto ¿no? A que hora vamos a ir a cenar M: Sip E: Maca si estás cansada ya vamos mañana a mi me da igual eh M: A mí también Esther, pero vamos como tú quieras... E: También podíamos quedarnos a cenar aquí tranquilitas ¿no? M: ¿Quieres? (incorporándose rápidamente) E: Pues claro tonta

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M: Genial, pues entonces llamo y que nos la traigan aquí a la terracita así cenamos tranquilamente y podemos charlar sin que nadie nos moleste E: Pues perfecto, ¿encargas tú la cena? M: Claro que sí E: Pues voy a ducharme, quedamos... ¿en una hora más o menos? M: Sí, sí E: (Se levantó) Ahora te veo preciosa Le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación Maca se había quedado en la cama, con la mano apoyada justo donde Esther la besó M: (Dando una voltereta) Ay diossssssssssssssssssssss Maca se quedó pensativa durante un rato, tratando de asimilar todo un cúmulo de sentimientos que estaban surgiendo con la rapidez de un tornado en su interior, como siempre que lo necesitaba corrió en busca de su diario para plasmar en un papel en blanco todo lo que llevaba dentro Rebuscó en su maleta sin encontrarlo por ningún lado, hasta que por fin cayó en la cuenta de que con las prisas se lo había dejado en casa, de modo que sacó de su maletín unos folios y sin más comenzó a vaciar su alma de cada pensamiento, de cada sentimiento Cuando terminó lo releyó varias veces se quedó pensando, hasta que una llamada de teléfono la sacó de su ensimismamiento. Era uno de sus socios comentándole algo urgente. La llamada se demoró más de lo que Maca hubiese querido pero no podía dejarlo, miraba el reloj con angustia pues la hora en la que había quedado con Esther se aproximaba y ni siquiera se había duchado. Colgó el teléfono justo en el momento en que llamaban a la puerta M: Ay pasa, pasa E: Pero Maca ¿todavía estás así? M: Perdona Esther me han llamado por un asunto urgente de trabajo y ya ves hasta ahora. Pero me ducho en 5 minutos eh, sírvete algo y espérame que de verdad que no tardo nada E: De acuerdo, oye ¿qué has pedido para cenar? Me muero de hambre M: Joderrrrrrr, madre mía, ¡si no he llamado! E: Jaja estás loca Maca M: Lo siento Esther de verdad es que tuve que atender la llamada... E: Tranquila que no pasa nada no te preocupes, mientras te duchas nos la traen Maca pidió la cena y entró corriendo a ducharse, mientras Esther se sirvió una copa mientras la esperaba. Al apoyar el vaso en la mesa, apartó unos papeles, pensó que serían del trabajo de Maca, pero la escritura a mano le llamó la atención, no pudo evitar leerlos, arriba del todo la fecha del día, de ese mismo día Mirando hacia el pasado, Tropecé contigo, En un solo segundo vi tus ojos, Y te encontré, me encontré a mi misma

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Mirando hacia tus labios, Encontré tus besos, Mirando solo mirándonos, Nos fundimos en abrazos, Tocando tu mano, Palpitaba mi corazón, Mirando hacia tu cuerpo, Encontré el deseo, Tocando tu piel, ardía mi cuerpo, Mirándote, mirándote... no me cansaría... Mirando hacia el presente, Oigo tu voz, Y vuelve a Palpitar mi corazón, Oigo tus risas, Y me llenan de ilusión, Veo tus frases, Y soy esclava de tus palabras, Palabras, palabras... que no me canso de leer... Te toco es mis pensamientos, Pensamientos con tu olor, con tu cuerpo, con tu ser... Pensamientos que se lleva el aire, Para que se encuentren con tus sueños, Y sueño que te acuerdes de mí, Y de mis besos Mirando hacia el futuro, Te sigo sintiendo, Y “para que olvidarte si sigues aquí conmigo”, Busco tu mano en mi cama todas las noches, Y la quiero encontrar, Porque ya no me preocupa el caminar, Porque tus estas ahí... Quiero encontrar tu mano... Para cogerla con fuerza y no dejarte escapar... Estas en cada amanecer, anochecer... Simplemente estas en mi, Y cada noche miro la luna, Pensando que tú también la miras, Y le hablo, le cuento, y le susurró al oído... Y la luna escucha mi secreto, él secreto de esta locura, Cuando digo que te quiero... Terminó de leerlos y sintió, como una extraña sensación se había apoderado de ella

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E: Maca ¿escribe poemas? no me había dicho nada... y que te va a decir Esther, si hace apenas dos días que la conoces ufff, pero de verdad... no sé... se la ve ahí tan segura de si misma, toda una empresaria, quizás sea todavía más fascinante de lo que parece Lo leyó de nuevo deteniéndose en cada palabra sintiendo como una vaga sensación de tristeza la recorría. ¿Cuánto tiempo hacía que no se conmovía de esa manera? Deseó que cada una de esas palabras hubieran sido escritas pensando en ella, ser la dueña de esos pensamientos la protagonista del sueño, sentirse amada de esa forma... El ruido proveniente del baño la hizo volver a la realidad, despacio se levantó y con su copa en la mano salió a la terraza. Se apoyó en la barandilla y contempló la inmensa ciudad salpicada de pequeñas lucecitas que parpadeaban sin cesar E: Venga, aterriza Esther, seguramente esas palabras ya tengan dueño y además... Maca... ella... es una mujer... que posibilidades tienes de que sea como tu ¿eh? te estás dejando llevar y apenas la conoces, baja de una vez de esa nube... porque te vas a caer... Sintió movimiento en la habitación y se giró, Maca recogía la ropa que anteriormente había dejado sobre la cama. Esther atontada la miraba, estaba preciosa, llevaba unos pantalones blancos de lino y una camiseta cortita de color rojo que dejaba ver su ombligo sin dificultad cuando había cualquier movimiento Tras recoger Maca se acercó a la terraza M: Bueno ya estoy, ¿he tardado mucho? Esther seguía con cara de tonta mirándola M: Esther... E: Ay perdona Maca, dime, dime (“es que está para comérsela...”) M: Jejej te decía que si he tardado mucho E: Ah no, no tranquila, ha sido cortito, además comparado con lo que suelo tardar yo... M: ¿Tú tardas mucho? E: ¡Muchísimo! mientras me ducho, me seco me arreglo el pelo, decido que ponerme... vamos que todo el mundo se desespera conmigo jejej M: jaja pues hoy no has tardado tanto has llegado puntual E: mmmm sip hoy he sido buena (sonrisa profidén) además me interesaba... tenía que verte... tenía hambre jaja M: Ya, ya veo que has sido buena, pues tranquila que ya no tardará mucho la cena. ¿Qué estás tomando? E: Píña colada, ¿te preparo una? M: Si eres tan amable... E: Faltaría más preciosa, yo te preparo todo lo que tu me pidas M: ¿Todo, todo? E: Claro... todo-todo... (“si tu supieras...”) M: (“Ay... esta noche va a ser todavía más larga que la de ayer...”) Maca le sonrió y se dio la vuelta mientras Esther preparaba dentro las bebidas

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Enseguida llegó el camarero con una suculenta cena, Maca se había tomado la libertad de pedir de todo, aun no conocía muy bien los gustos de Esther E: Ay Maca (mientras atacaba un plato de jamón ibérico) tú si que sabes, y esto que pasa ¿qué te lo traes tú en la maleta cuando vienes de viaje? M: jaja que va Esther, simplemente quiero que se note que esta cadena de hoteles es española, de todas formas, no te pienses tú que el jamoncito se lo ponemos a cualquiera eh... E: jajaja, bueno mientras me lo pueda comer yo... pero que bueno estáaaaaaa M: Ya ya, pero come tranquila que no me apetecería llevarte medio ahogada al hospital... E: Vale, vale Durante la cena estuvieron hablando de todo un poco, de las compras, de todo lo que habían hecho y de lo que verían en los días siguientes ya que Maca propuso a Esther seguir visitando la ciudad y los alrededores y esta aceptó encantada Cuando Esther consiguió acabar con casi toda la comida se recostaron tranquilamente en un balancín que allí había para tomar el postre M: Parece increíble que aún te quepa el helado Esther E: mmm es que es mi debilidad no lo puedo remediar M: Ya... Justo en ese momento las dos levantaron la cabeza, un avión pasaba a poca altura, sus lucecitas de colores se veían parpadeando M: Mira ahí va uno de tus compañeros, trabajando el pobrecillo a estas horas... E: Sí jeje, yo estoy bastante mejor aquí (con una enorme sonrisa) M: Oye Esther, ¿cómo es que decidiste hacerte piloto? Si se puede preguntar claro E: Sí, si por supuesto, a ver... lo cierto es que de pequeña eso de volar me atraía mucho, siempre estaba jugando a que era superman M: jajaja ¿superman? ¿Y por qué no la mujer maravilla? E: Es que esa me caía mal jejeje, yo superman, así que andaba todo el día con una capa roja que me hizo mi madre con unas telas viejas que encontró, dando saltos y buscando sitios cada vez más altos para tirarme y ver si con mi capa mágica conseguía volar... M: ¿Y qué, lo conseguías? E: Bueno... durante unos segundos antes de caerme... podemos decir que sí... pero claro... luego puedes imaginarte el porrazo... M: Ya, ya me imagino jjeje E: El último vuelo sin motor que hice fue desde el tejado de la casa de los vecinos, y el resultado, un esguince de tobillo y la muñeca rota, así que decidí que la próxima vez que volara sería en un avión. Así que eso hice, con mucho esfuerzo por parte de mis padres, empecé a recibir cuando pude clases, era increíble sentir el mundo a tus pies, esa sensación de libertad absoluta, de control, me fascinaba ponerme al mando de aquel aparato y pensar que era un pájaro, atravesar las nubes... Mis padres se empeñaron en que estudiara y lo hice, estudié informática pero a la vez ingresé en una escuela de pilotos... y tras mucho esfuerzo... pues bueno ya me ves... M: Vaya, y ¿no es mucha presión tener a tu cargo un aparato con tantas personas dentro que dependen de ti?

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E: Sí lo es Maca, a veces lo pienso y me da vértigo, pero trato de sacármelo de la cabeza porque entonces sería incapaz. Me imagino que voy en mi pequeña avioneta sola, y a mí me funciona M: ¿Tienes una avioneta? E: Sí tengo una pequeñita, en un aeródromo cerca de Madrid, si eres buena y quieres un día te doy un paseo ¿ok? M: Sí, me encantaría, pero de piruetas y esas cosas ni se te ocurra eh que me muero E: Vale prometido M: ¿Sabes una cosa? E: Dime M: Hacía tiempo que no conocía una persona como tú. Y la verdad me gustaría conocerte más, te propongo una cosa ¿vale? E: Tú dirás M: Te propongo un juego para conocernos, ¿qué me dices? E: Que sí (“pero tú crees que te diría que no a algo...”) M: Pues verás es muy sencillito, yo te hago una pregunta, tú contestas rápidamente y sin pensar y yo hago lo mismo, luego tú haces la pregunta y la que contesta primero soy yo ¿ok? E: Entendido jeje, pero a ver que vas a preguntar eh M: De eso se trata jaja pero lo importante es contestar rápido eh E: Sip M: Venga empiezo Tu nombre completo E: Esther García Baeza M: Macarena Wilson Fernández E: Fecha de nacimiento M: 21 de abril del 75 E: 17 de marzo del 74 M: Un color E: Azul M: Azul E: Un número M: 2 E: 7 M: Un perfume E: Jadore M: Light Blue de Dolce & Gabbana M: Bebida sin alcohol preferida E: Agua M: Agua E: Último libro que has leído M: Pasión India E: Veinte poemas de amor y una canción desesperada, por cuarta vez... Maca no pudo evitar sonreír ante la respuesta, ella misma había perdido la cuenta de las veces que lo había leído M: Una pasión E: Volar M: El mar E: Un deseo

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M: Enamorarme E: Ser feliz (“eso es que no está con nadie ¿no?”) M: Un olor E: La primavera M: El de un bebé E: mm Tú comida preferida M: jajaj ¡Siempre pensando en lo mismo Esther! E: ¡Venga contesta! M: ¡Huevos fritos con patatas! E: Yo también que ricos M: jajja. Tú frase preferida E. En esta vida las cosas pasan por algo M: No hay peor nostalgia que la añoranza de lo que nunca pasó E: Algo que odies M: La hipocresía E: La mentira M: La persona en la que más confías E: En mi madre M: En mi misma E: Algo por lo que luchar M: El amor E: Estoy de acuerdo M: Tu momento favorito E: Aquí y ahora M: ... de acuerdo... E: Tu mejor amiga M: Cruz E: Ana M: ¿El día o la noche? E: Ambos M: Ey eso no vale, tienes que decidir E: Ambos M: Jo, yo la noche E: Tu mejor experiencia M: La primera vez que monté a caballo E: La primera vez que monté en un avión M: ¿Que coleccionas? E: Mmm no te rías... bolígrafos gastados M: jeje no tranqui, yo años.. ya van 29 E: ¿De que tienes miedo? M: De volver a sufrir por amor E: (casi en un susurro...) Yo... también... M: ¿Lloras fácilmente? E: Depende de con quien esté M: Yo si estoy sola sí, si no... E: ¿Alguna manía? M: Pues sí solo una cuando me preparo un bocadillo tengo que darle en primer muerdo en la cocina antes de llevármelo al comedor jajaja E: Estás loca, yo creo que manías ninguna, no sé... M: ¿Eres ordenada?

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E: No... soy un auténtico desastre M: Yo sí, mucho E: ¿Que has soñado esta noche? M: ¡Pasa palabra! E: No, no, no, eso no vale, aquí hay que mojarse, así que ¡ya estás contestando! M: ¡Que no Esther que no puedo! E: ¡Contesta! o no respondo ehhhhh M: Jo bueno, era un sueño... ejem... un tanto erótico E: Ah ¿sí? Y con quien M: Eyy eso son dos pregunta y me toca a mí E: Cachisssss M: ¿Te preocupa lo que piensen de ti? E: Pues si la persona me importa sí, me preocupa, si no realmente me da igual M: Bueno sí más o menos como yo E: ¿Con quien soñaste? M: No sé, no pude verle la cara E: ¡Eres una tramposa! M: ¡Por qué si te estoy diciendo la verdad! Venga que me toca. ¿Que te excita más? E: uy uy esto va cogiendo tonillo mmmm la voz, una voz sensual y sugerente M: La mirada, me excita mucho una mirada penetrante E: ¿Cómo sería tu cama ideal? M: Pues... grande, con sábanas de seda y sobre ella el amor de mi vida, conmigo claro E: No esta mal, pues la mía... no tan grande, pero lo demás igual que tú M: ¿Cómo creas un ambiente sensual? E: Pues... con poca iluminación, unas velitas... un perfume embriagador... M: Vale estoy de acuerdo aunque creo que lo sensual lo pone una misma E: ¿El amor para ti tiene fecha de caducidad? M: No, yo creo en el amor eterno E: No M: ¿Que harías por amor? E: Haría todo por amor pero hasta cierto límite M: Yo lo haría todo, menos perder mi dignidad E: ¿Eres romántica? M: Demasiado diría yo E: Yo también muchísimo M: ¿Amor sin sexo, o sexo sin amor? E: Amor sin sexo M: Sexo con amor E: Eyyyyy ¡pero será la tía tramposa! tienes que elegir una M: ahhhh aquí las reglas las pongo yo jajaja tú preguntas yo contesto E: ¡Que tía! (dándole un pequeño guantazo en el brazo) E: ¿Te tirarías por un acantilado? M: Si hay agua por supuesto, y si no la hay pero es por una buena causa E: Yo sí pero en parapente jajaja M: ¿Qué tiene que hacer una persona para conquistarte? E: Quererme como soy M: Yo pienso igual... E: Como te gustan los hombres M: No me gustan los hombres E: (con el pulso disparado) Creo que a mí tampoco...

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Sus ojos se clavaron en los de la otra y solo pudo escucharse el... silencio... Silencio... La mirada de Esther denotaba una profunda tristeza tras la última pregunta. Le había salido casi sin pensarla, aún no se explicaba como pudo hacerla, a sabiendas de que tenía que decir la verdad La confusión y la sorpresa se mezclaban en su mente. Durante esos eternos segundos en su cabeza golpeaba como un martillo la respuesta de Maca. “no me gustan los hombres” y su propia respuesta la asustaba aún más, haciendo que saliera de su interior todo el dolor que llevaba guardado desde hacía tanto tiempo, tan guardado en lo más profundo, tan enterrado que ahora cuando este intentaba con todas su fuerzas alcanzar una salida no hacía más que desgarrar una a una las cicatrices que con tanto esfuerzo había intentado curar. Una lágrima comenzó a deslizarse suavemente por su mejilla Maca la miraba seria, conmovida y preocupada, no sabía que pasaba en ese momento por su cabeza pero la extraña conexión que se había creado entre las dos en tan breve espacio de tiempo la hizo entenderla a la perfección sin la necesidad de palabras, pues a veces el lenguaje está mucho más allá de estas Despacio se acercó a ella y con un gesto de inmensa ternura recogió las lágrimas que silenciosas caían por su rostro, la acarició suavemente y por fin se decidió a hablar M: Esther... ¿qué ocurre mi niña? ¿Que te pasa? Pero Esther no contestaba, su mirada se había clavado en el suelo, perdida, y nada hacia prever que su punto de mira fuera a ser sustituido por otro Maca acarició su pelo durante unos instantes intentando tranquilizarla y quizás demostrar con ese gesto de cariño que podía confiar en ella Poco a poco la respiración agitada de Esther se fue calmando ayudada por la suavidad de los gestos de Maca y tímidamente levantó su mirada que se encontró con unos preciosos ojos color avellana que la miraban con dulzura M: Ey... (sonriéndole con cariño) ¿Qué es lo que te pasa a ti tragona? E: Maca yo... yo... (comenzando de nuevo a llorar silenciosamente) M: Venga cielo no pasa nada... ¿quieres que hablemos? Yo sé que apenas nos conocemos pero puedes confiar en mí tranquila... De nuevo Esther era incapaz de hablar M: ¿Quieres un vaso de agua? Maca hizo el gesto de levantarse pero Esther la sujetó E: No Maca, no he hablado de esto nunca con nadie pero... quiero contártelo, no sé porqué pero creo que tú sí podrás entenderme...

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M: Claro que sí... Maca la besó suavemente en la frente y tomó sus manos dispuesta a ser el recipiente en el que Esther vaciara su alma Esther tomó aliento, le costaba un enorme esfuerzo sacar todo aquello que la estaba comiendo por dentro, se sorprendía a si misma la situación, ya que tan solo unos momentos antes la atracción que sentía por Maca aún siendo una mujer no le había preocupado en absoluto. No sabía por donde empezar, ni como ordenar sus ideas pero la suave presión de las manos de Maca sobre las suyas le dieron la fuerza suficiente E: Maca yo... lo primero no quiero que pienses que soy una tonta por esto... M: Oye... yo no voy a pensar eso Esther... te voy a escuchar pero solo si tú quieres, no tienes que contarme nada que no desees... confía en mi ¿vale? Esther asintió, volvió a tomar aire y casi en susurros comenzó a hablar E: La verdad ni siquiera sé por qué te he hecho esa pregunta, bueno quizás sí, porque realmente no esperaba esa respuesta y al escucharte... no se como ni porqué pero contesté, no lo pensé y creo que con eso he abierto mi caja de Pandora M: Ya, ya me imagino que no es fácil para ti ¿no? E: No Maca yo... lo he pasado muy mal... no he tenido mucha suerte en el amor y tengo miles de dudas, miles de temores... supongo que las experiencias te acaban marcando y luego no tienes fuerzas para seguir porque piensas que todo será igual. A mí con los hombres... nunca me ha ido bien siempre fui a dar con los que no me convenían los que me prometían la luna y al final siempre se iban, acabé quemada y durante un tiempo no quise saber nada de ellos M: ¿Y ahora crees que no te gustan? E: Quisiera creer eso, pero lo sé Maca... Volvió a bajar la mirada sintiendo como sus ojos volvían a anegarse en lágrimas M: Vamos tranquila... Esther suspiró por enésima vez y haciendo un esfuerzo sobrehumano consiguió seguir E: A mí... me dan miedo las mujeres Maca mucho miedo Maca la miraba confusa, sin saber que decir sin entender el porqué, esperó que siguiera hablando para poder comprender todo aquello E: Supongo que te resultará extraño, pero tengo mis razones... uffff... hace unos años... comenzaron mis dudas, tenía una relación con un chico, un compañero de trabajo, pero no iba bien, llegó un momento en el que no me sentía atraída por él, pero en cambio empecé a sentir cosas por una chica, ella era azafata de vuelo, no pasó nada, ni siquiera lo supo, pero eso me hizo darme cuenta de que algo había cambiando en mí, y a él lo dejé, poco tiempo después... apareció otra chica, una compañera nueva, tampoco te quiero aburrir con los detalles, pero con ella sí que pasó, me enamoré Maca, me enamoré como una estúpida, y eso fue mi perdición, al principio todo iba perfecto, estaba pendiente de mí me mimaba, pero poco a poco fue cambiando, discutíamos constantemente, era

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celosa, unos celos compulsivos, me controlaba, pero yo no era capaz de darme cuenta, dicen que el amor te ciega y es cierto, llegó un momento en que mi dignidad estaba por los suelos, me maltrataba psicológicamente... y un día llegó la gota que colmó el vaso, me engañó... (sus lágrimas volvían a fluir incontroladamente) quise darle una sorpresa, fui a comprarle flores, ella tenía supuestamente un vuelo y cuando fui a su casa... estaba en la cama con otra, ¡con otra joder! Y yo allí mirando como una gilipoyas, salí corriendo y ni siquiera se molestó en salir detrás mía, no me llamó y cuando fui a hablar con ella para decirle que todo había acabado... (el llanto apenas la dejaba hablar haciendo que su cuerpo se estremeciera) M: Tranquila... E: Me insultó Maca, se puso como una fiera diciéndome que no pensara que la iba a dejar, me chillaba y... me pegó... (su voz apenas le salía del cuerpo) me dio una paliza y casi me mata... Ya no era capaz de seguir hablando, lloraba descontroladamente y Maca impotente de rabia se acercó y con toda la ternura posible la abrazó, dejando que se desahogara en sus brazos... M: Ya, ya mi niña... tranquila ya pasó... shhhh, no pasa nada, estoy aquí... La mecía como si fuera un bebé, acariciando su cara y su pelo, transmitiéndole palabras de aliento sin la necesidad de pronunciarlas. Esther poco a poco fue calmándose, sintiéndose protegida por el calor que le brindaba aquella desconocida a la que había abierto su corazón sin saber por qué M: shhhhhh tranquila... Maca volvió a limpiar sus lágrimas una vez más y le sonrió, gesto que Esther agradeció profundamente M: Ven anda vamos dentro, aquí empieza a hacer frío Entraron las dos y Maca hizo que se recostara en la cama M: ¿Quieres seguir hablando? E: Sí... quiero saber de ti, tus experiencias, no sé, como lo supiste... Ahora estaba más tranquila, escuchaba a Maca y le hacía preguntas, esta le contó a grandes rasgos todo su historial amoroso, como estuvo a punto de casarse y dejarlo todo por una chica que acabó partiéndole el corazón, y otra serie de historias que tampoco habían acabado bien M: Ves como yo tampoco he tenido suerte ¡boba! Pero no por eso dejo de pensar que un día podré ser feliz y enamorarme de alguien que me quiera como me merezco E: No sé Maca, yo no estoy tan segura... M: Esther, las cosas no son siempre iguales, cada persona es diferente, cada situación, y sé que lo has pasado realmente mal, y es lógico que tengas miedo, pero... mira yo siempre he creído en una frase de Dickens que dice... “Cada fracaso enseña al hombre lo que debe aprender” aprende de ellos para no volver a cometer los mismos errores, para que tengas claro todo aquello que no quieres

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E: Lo sé Maca pero es tan difícil... M: ¿Quieres que te cuente un cuento? E: ¿Un cuento? M: Sí escúchame ¿vale?. Sergio era un niño apasionado del circo lo que más le gustaba del mundo eran los elefantes, un día el circo llegó a su ciudad y el estaba feliz, iba a verlo todos los días. En ese circo había un elefante, y Sergio disfrutaba enormemente cuando realizaba su número. Una tarde tras la función uno de los empleados del circo que lo había estado observando, le permitió ir a ver al elefante. Sergio iba muy feliz, pero cuando lo vio su cara se transformó en una de auténtica tristeza, el animal estaba atado a un poste, pero lo que más le sorprendió es que no hacía ningún intento por soltarse. Sergio extrañado preguntó, ¿por qué este elefante es capaz de mover cosas tan pesadas en el escenario y no es capaz de soltarse de este simple poste?. El empleado levantó los hombros queriendo decir que no lo sabía M: ¿Quieres tu saber por qué Esther? E: Sí... M: Ese elefante se había criado allí, cuando era pequeñito y lo ataban, tiraba sin cesar del poste pero nunca conseguía soltarse, se esforzaba una y otra vez sin ningún resultado... hasta que un día... se cansó y no volvió a intentarlo. El elefante ya era grande y fuerte pero jamás volvió a intentarlo... M: Comprendes lo que quiero decir ¿verdad? E: Sí... M: Siempre hay que intentarlo, Esther, por más veces que nos caigamos siempre hay que levantarse porque un día llegará en el que cuando estés a punto de volver a caer sentirás que unos brazos fuertes te sostienen y entonces darás por buenas todas tus penas y todo tu sufrimiento E: Creo que tienes razón Maca... gracias por escucharme no te imaginas cuanto te lo agradezco M: No hay de que mi niña no tienes que dármelas Esther le apretó con fuerza la mano y le dedicó una sonrisa que hizo que Maca se estremeciera E: ufff me duele la cabeza... del sofocón supongo M: Anda espera que te voy a preparar un vaso de leche con una pastilla ¿ok? Maca se levantó y se acercó al minibar, por suerte tenía leche, buscó la pastilla aunque le costó, estaba escondida en el fondo de su bolso y volvió a la habitación M: Toma Esther, ahora te tomas esto y mañana estás como nueva. Esther... Maca se acercó a ella y sonrió, se había quedado dormida agotada por el llanto. Se acostó a su lado y la tapó, pasó contemplándola unos minutos estudiando su rostro sin perder un solo detalle, apagó la luz, besó su frente dulcemente y la estrechó contra su cuerpo M: Felices sueños princesa...

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El sueño de Esther fue intranquilo durante las primeras horas de la noche, por una parte se sentía totalmente liberada, hablar la había beneficiado mucho más de lo que ella misma creía, el peso de la carga que arrastraba ya no era tan grande. Por otra parte había puesto en libertad los fantasmas de su pasado, habían salido al exterior tras un encierro de varios años en lo más profundo de su ser y ahora pretendían acosarla. Se movía nerviosamente en la cama murmurando palabras incompresibles fruto de alguna pesadilla Maca dormía a su lado poco profundamente, notó como Esther se movía, como hablaba entrecortadamente, se acercó aún más a ella y tal como había hecho a lo largo de la noche comenzó a acariciarla con mucha suavidad hasta que la respiración de Esther volvía a ser acompasada y su sueño parecía ser más tranquilo Maca la observaba pensando en todo lo sucedido aquella noche, casi se sentía culpable por haber empezado con aquel tonto juego, por el matiz que tomaron las preguntas, aunque al mismo tiempo sabía que lo ocurrido aunque al principio doloroso, era algo que Esther necesitaba desde hacía mucho tiempo, sacar toda la angustia de su interior, sus miedos, sus dudas, sabía por propia experiencia que dejar heridas abiertas del pasado suponían enfrentar un futuro arrastrando una enfermedad que acaba pasando factura Sintió deseos de protegerla por siempre, de demostrarle lo equivocada que estaba con respecto al amor, ella creía en él, aun no habiéndolo conocido jamás, pues ahora más que nunca estaba segura de nunca amó ni la amaron, pues dar sin recibir y recibir sin dar no se puede considerar amor en estado puro, deseó ser ella quien la llenara de mimos, de cariño de ternura... apenas la conocía, pero su intuición le decía que nunca había conocido a alguien así, aun más nunca volvería a conocer a otra persona tan especial Otro movimiento de Esther la hizo volver de nuevo a la realidad, sabía que estaba intranquila, la abrazó más intensamente y susurró en su oído M: No temas mi niña estoy aquí, contigo... El sueño acabó venciéndola aún así como si tuviera dentro de ella un reloj cada poco rato abría los ojos para ver si Esther estaba bien. Parecía más tranquila aunque se aferraba a Maca con fuerza como si temiera perder la protección que ese abrazo le estaba ofreciendo Aún no había amanecido cuando Esther despertó, estaba desorientada y su primera reacción fue de pánico al sentir su cuerpo amarrado al de otra persona, esta sensación desapareció rápidamente al notar el suave olor que el cabello de Maca desprendía, la hizo sentirse segura. No sabía que hacía allí, recordó la conversación que mantuvieron horas antes, los malos momentos pasados, sus lágrimas pero lo que con más viveza se mostraba en su mente era el recuerdo de unas manos dulces recogiendo sus lágrimas, el calor de un abrazo, y las palabras que atravesaban su corazón llegando muy dentro de ella, en un lugar donde no recordaba que nadie hubiese entrado nunca Una de sus manos estaba enlazada a la de Maca que a su vez la abrazaba haciendo recostar su cabeza en su pecho, deseó estar allí para siempre en aquel lugar cálido donde no había sitio el miedo. Sorprendida comprobó como dos situaciones iguales aparentemente pueden resultar tan distintas, sus últimos abrazos con ella... eran tan fríos

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como el hielo, falsos, carentes de emoción, de sentimiento, llenos de miedos irracionales y este abrazo que ahora sentía era justamente lo contrario Aspirando de nuevo el embriagador aroma que toda ella despedía y tras dejar una leve caricia en su mano cerró sus ojos A su lado Maca esbozó una leve sonrisa y tras depositar un silencioso beso en su cabello se sumergió con ella en el mágico mundo de los sueños El sol que entraba de lleno a través del gran ventanal fue lo que la hizo despertarse, no sabía que hora era pero seguramente serían más de las diez, intentó no moverse mucho para no despertar a Esther que parecía dormir en ese momento mejor que en toda la noche Se acomodó como pudo y se dedicó a disfrutar del momento, sabía de sobra que no tenía nada con ella, pero le apetecía pensar que sí, que ella era la princesa de su cuento, y era extraño solo dos días y esa chica había hecho que en su interior brotaran toda una serie de sentimientos que creía marchitos Esther comenzó a removerse, se desperezaba casi como un osito, hecho que provocó que Maca soltara unas risillas M: Buenos días preciosa... E. mmmmm buenos días... M: ¿Qué tal has dormido? E: Bien... mmm ¿cómo acabé quedándome aquí? M: Te quedaste dormida y me dio pena despertarte E: Maca... gracias de verdad, nunca nadie se había portado tan bien conmigo M: No pasa nada bobita para eso estoy, siempre que lo necesites puedes acudir a mi de ¿acuerdo? E: De acuerdo (sonriendo dulcemente) M: (“Ay por la mañana con esa carita de dormida está aún mas guapa...”) Las dos seguían abrazadas, realmente ninguna deseaba que ese contacto se rompiera, pero tampoco tenía mucho sentido prolongarlo más. Así que Maca le dio un besito en la frente y se levantó M: Voy al baño y de paso encargo el desayuno ¿ok? ¿Tienes hambre? E: Siii mucha M: Pues ahora mismo pedimos un superdesayuno especial para la tragona de Esther E: Oyeeeeee (tirándole la almohada) que tampoco como tanto Maca le sacó la lengua y entró al baño E: Ays (escondiendo la cabeza entre las sábanas que aún conservaban en calor y el aroma de Maca)

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E: Oyegh Macahg (mientras masticaba a dos carrillos una tostada) ¿quhe vasss a hased hoy? M: puezzzzz jaja anda traga, no lo sé Esther ¿por? E: No, te lo decía... porque... a mí me apetecería ir un rato a la playa y si no tienes nada que hacer he pensando que a lo mejor... te gustaría acompañarme M: Pues tengo una reunión de trabajo, el tema ese del centro de ocio no sé si te lo comenté, y seguramente me llamen para lo de la construcción del hotel el tema ese de los permisos que nos traen de cabeza E: Ah... pues entonces... M: Si quieres vamos mañana ¿vale? E: Sí claro... Maca la miró su carita se había quedado tristona, pero ella se estaba aguantando las ganas de reír hasta que ya no pudo más M: Jajajajjaja E: ¿Que te hace tanta gracia? (mientras la miraba confundida) Maca no podía parar de reír hasta que estuvo a punto de ahogarse con su tostada E: Ey eyyy San Blas, San Blas ¡qué se ahoga este animal! M: Oyeee animal serás túuuuu (mientras tosía) E: Anda bebe agua (acercándole un vaso) ¿mejor? M: Sí, sí gracias (dándole de nuevo otro ataque de risa) E: Desde luego tú estás mal de la cabeza eh... ¿qué tengo monos en la cara o algo? Esperó pacientemente hasta que dejó de reírse E: A ver que pasa graciosilla... M: jejej nada boba, es que se te ha quedado una carilla cuando te he dicho que no puedo ir... E: (Sonrojándose) No es que... me apetecía bajar un rato contigo... ¿por eso te ríes? M: (“Ays que mona...”) es que se te ha quedado una carita jiji, pero... que si puedo ir tontaaaaa E: ¿Sí? ¿De verdad? M: Siiii, la reunión la tengo esta tarde, bueno tarde noche, para cenar E: ¡Entonces podemos ir al a playa! Si quieres claro... M: Pues claro que quiero, no me perdería por nada del mundo ver como sales corriendo de los tiburones y de los cocodrilos jaja E: Te has levantado graciosilla eh (tirándole un trozo de pan) M: Muy graciosilla ¡sí! E: ¿Y la reunión esa durará mucho? M: No sé, espero que no porque son un auténtico coñazo E: Verás es que yo había pensado invitarte a cenar, pero como veo que no va a poder ser... si no llegas muy cansada pues a lo mejor quieres salir a tomar algo M: ¡Hecho! E: ¿De verdad? M: Claro Esther, a mí me gusta mucho estar contigo E: Jeje, a mí también... M: Pues venga ¡qué se nos va la mañana! ¡Ve a cambiarte!

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E: Voy, voy, no tardo nada ¿vale? Maca quedó sonriendo mientras Esther salía a toda prisa M: (“Ayss y ¡cómo paso yo todo el día viéndola en bikini! ¡Que tortura!”) Maca no tardó mucho en prepararse, y en seguida fue a buscar a Esther. Cuando le abrió la puerta de su habitación casi se queda sin respiración M: (“Ay dios mío... no quiero ni pensar cuando esté en bikini...”) ¿Ya estás lista? E: Casi, casi, pasa un momento Mientras Esther iba de un lado a otro de la habitación terminando de guardar sus cosas en una mochila, Maca no le quitaba ojo de encima, llevaba un vestido cortito que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, anudado a su cuello podía ver las cuerdas de un bikini de color amarillo E: Estoy lista ¿nos vamos? Maca... ¡Maca! ¡Niña que estás en babia! M: Sí, sí, perdona Esther, vamos Caminaban las dos juntas hacia el ascensor, Esther también estaba impresionada y miraba de reojo a Maca que llevaba una faldita corta y un top ajustado, Esther dejó que Maca la adelantara unos pasos para poder admirarla a gusto E: (“Cómo decía mi abuelo... ¡Santísimo Cristo de las Miserias! ¿Y yo voy a aguantar todo el día con una visión así? pufffffffffff”) Cuando estaban en recepción Esther recordó que había olvidado algo en la habitación E: Ay Maca espera, espera que se me olvida una cosa, ahora subo ¿vale? Le dio su mochila y salió disparada M: Jejejej está loca Esther volvió a los pocos minutos llevando algo en la mano, tomó la mochila de las manos de Maca y lo guardó En seguida llegaron a la playa privada del hotel, y eligieron unas hamacas cerquita del agua, pidieron unas bebidas que amablemente les sirvió un camarero. Esther se quitó su vestido mientras era observaba por una Maca con los ojos como platos E: Venga (mientras guardaba su ropa), ¿qué piensas estar todo el día vestida? M: No, no... Bajo la atenta pero disimulada mirada de Esther también se quitó su ropa con movimientos nerviosos Estuvieron hablando un rato mientras tomaban su bebida, más tarde decidieron darse un baño para tomar el sol. Maca ya se dirigía al agua, cuando Esther la llamo

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E: Oye Maca espera, ¿me puedes dar antes un poco de crema? (agitando el bote ante su cara) no quiero quemarme y aquí el sol aprieta de lo lindo Maca se acercó a ella, se había puesto nerviosa de repente, con las manos temblorosas tomó cogió el bote y se junto a Esther que ya bajaba los tirantes de su bikini M: (“No si ya sabía yo que esto iba a ser una tortura...”) Con las manos temblorosas comenzó a embadurnar su suave piel con la crema, al principio con movimientos torpes y rápidos no queriendo prolongar el contacto más tiempo de la cuenta. Estaba nerviosa, sentía sus mejillas enrojecidas y el pulso acelerado M: (“Pero seré tonta, llevo tres días deseando tocarla y ahora que puedo mira como me pongo!”) Retiró con cuidado la tiranta del bikini de Esther como si quemara, Y esta comenzó a reír M: ¿De qué te ríes? E: Jaja joder Maca que parece que me estás limpiando, tu pasa el pronto y yo el paño jajajja, pensaba que se te iba a dar mejor eso de dar un masaje eh M: Ah pero ¿es que estoy dándote un masaje? Yo pensaba que te estaba dando crema para que no te quemases E: Sí mujer... pero ya que te pones... que más te da darme un masajito, anda... que me duele la espalda... M: ¡Pero tendrá morro la tía! Y que me vas a dar a cambio eh, porque a mí eso de trabajar gratis no me gusta nada E: Que mala persona... que sepas que eso es ser una ¡interesada Macarena!¡ Las cosas se hacen por cariño por amistad por caridad humana! ¡Y me parece a mí muy mal que a una pobre chica que le duele la espalda y necesita además cremita para no quemarse le quieras pedir algo a cambio! M: Jajaja bla bla blaaaaaaa conmigo no valen los chantajes emocionales bonita, yo te doy, tú me das... E: Joer, no si se nota que eres empresaria hija, desde luego... está bien... te devuelvo el masaje... M: Jajajajaja trato hecho. Venga colócate bien que vas a ver tú ahora lo que es una sesión de masaje Wilson E: Pufffffff Maca se sentó sobre sus piernas, si quería un masaje de verdad ahora iba a saber lo que era bueno M: Quítate el bikini E: ¿Que? M: ¡Que te quites el bikini! E: ¡Que dices estás loca! M: Esther, estás boca abajo, no va a verte nadie, no seas tonta que si no te lo quitas te lo voy a manchar

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Esther se quitó la parte superior del bikini muerta de la vergüenza y se lo dio a Maca, que lo colocó en la tumbona de al lado y volvió a coger el bote. Despacio fue dejando caer sobre los hombros y la espalda pequeños chorritos Comenzó por el cuello, para ir bajando hasta los hombros despacio haciendo que todo el cuerpo de Esther se estremeciera al notar el primer contacto, ejercía una suave presión en los puntos clave y sonreía maliciosamente al notar como el suave vello de su nuca se erizaba Continuó por la espalda, con movimientos circulares, un movimiento circular hacia un lado y hacia otro, notando la suavidad de su piel, su calor, su temperatura, notando su piel en cada segundo Esther sentía las manos de Maca por su espalda, ufffffffff, sentía tanto que para ella las manos eran puro fuego, Esther empezó a sentir como en su interior se encendía una llama, y Maca con sus movimientos circulares y con solo ver su espalda desnuda se imaginaba todo su cuerpo, un cuerpo perfecto, y pensaba que piel más suave, que bonita es, es preciosa y mira que gracia tiene pequeños lunares... y su imaginación se desvió, pensando en como podría besar cada lunar de la espalda de Esther, besar, y besar, y con su lengua recorrer cada forma de esos lunares, y en su lengua se plasmaran cada figura de los lunares de Esther... poco a poco iba bajando por la espalda de forma suave pero en el interior de Maca se quemaba, ella pensaba que calor ufffffff, y se decía a ella misma como siga tocando no respondo de mis actos, porque las manos se me van solas, un impulso que no puedo controlar, un impulso, un impulso, por dios, jamás sentí esto. En cambio Esther pensaba como me siga tocando así, me va tener que apagar este calor que tengo; las dos estaban cardiacas, sentían cada latido de su corazón, latidos que impulsaban amor, felicidad, fuego, pasión interior, interior que ardía, en cada movimiento que Maca hacía sobre la espalda de Esther, latían sus corazones de forma tan rápida, que en cada latir, un suspiro, suspiro por el cuerpo y deseo de la otra, deseo de amarse de tenerse la una con la otra y hacerse la una de la otra, Maca acariciaba el cuerpo de Esther pensando: “Voy a desnudar tu alma, beso a beso, Hasta sentir que tu cuerpo se derrama como lluvia sobre mí, Por el borde de tu espalda voy a dibujar mi amor, Sin ocultar esta pasión, Cada latido de tu corazón, Cada suspiro tuyo mi pertenecerá, Cuando seas mía ya lo veras niña, Todas las noches serán buenas para hacerte el amor, Cuando seas mía en cada sueño voy a estar yo, Te voy a hacer buscar, pedir, rogar mi calor Voy a desojar tus sueños, Como la más bella flor (rosa amarilla), Voy a vivir para siempre como esclava de tu voz, Desde el arco de tu ser, Hasta tu dulce intimidad, Caricias voy a sembrar, Cada latido de tu corazón, cada suspiro, me pertenecerá niña,

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Y todas las noches, te voy a hacer, buscar, rogar, pedir, mi calor, Suplicaras que te ame más, y en mis brazos volarás, y hasta el cielo llegarás, Te empaparás de mí, y cuando seas mía lo comprobarás” Ninguna de las dos podía más, Esther suspiró casi imperceptiblemente cuando las manos de Maca bajaban hacia su trasero, la estaba torturando de una forma inexplicable, pero lo peor vino cuando Maca casi sin poder hablar le pidió que se diera la vuelta y sin mediar una sola palabra más se sentó encima para dar el mismo trato a su vientre, sus brazos y su pecho Esther sentía su piel tan abrasada que creía tener al sol justo encima suya, su respiración hacía ya un buen rato que había dejado de ser discreta, su cuerpo se había revelado y no podía controlarlo Maca rozaba ahora con sus dedos muy cerca del pecho, mirándola directamente a los ojos, con una mirada más parecida al fuego que a cualquier otra cosa, y decidió parar justo cuando su mano estaba a punto de pararse sobre su erecto pezón porque si seguía estaba segura de que no iba a poder controlar el seguir más allá Lentamente deslizó sus manos sobre los brazos de Esther y se levantó, Esther cerró los ojos y suspiró agotada, no tenía fuerzas una extraña debilidad controlaba cada uno de sus miembros, aún más esa sensación se extendía muy dentro de ella y entendió que algo había cambiado Maca consciente de la situación extendió su mano hacia ella invitando a que se levantara, cosa que Esther consiguió con gran esfuerzo. Ni siquiera se dio cuenta de que estaba desnuda de cintura para arriba y se dejó guiar por Maca hasta el agua Si alguien hubiera medido la temperatura de las aguas del océano hubiera comprobado sin duda como aumentaba varios grados. Maca rápidamente soltó la mano de Esther, sentía que la quemaba y que con su contacto algo parecido a corrientes eléctricas atravesaban su cuerpo, se zambulló en el agua rogando poder calmar un poco todo el fuego que la invadía Esther aún no había podido recuperase, seguía temblando descontroladamente, sentía sus piernas de gelatina, su vello erizado y su corazón palpitar desbocado. Más aún, cuando Maca salió a la superficie del agua cual sirena de piel brillante. En ese instante sus pulmones olvidaron llenarse de aire para respirar, incluso su sangre parecía haber dejado de circular por sus venas. Toda ella era un ser lleno de nerviosismo e inquietud al no poder hacer nada ante la magnitud de sentimientos que la abordaban. Dejó que la frescura del agua poco a poco calmara el ardor de su piel y cerró los ojos dejándose mecer por el suave movimiento de las olas Aún así ambas intentaban aparentar normalidad a sabiendas de que la situación anterior las había descolocado por completo haciendo que las cosas entre ellas empezaran a cambiar en ese mismo momento, aunque aún no podían imaginar hasta que punto Tras un rato el agua fría consiguió despejar la mente de Maca que dándose cuenta de la situación intentó relajar al máximo el ambiente

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M: Vamos cobardica, ¡quieres meter ya la cabeza bajo el agua! (salpicándola) E: Ay Maca dame mi tiempo que a mi al principio me cuesta Maca nadó hacia ella y sin previo aviso de un tirón hizo que se sumergiera E: Puaffff, pero serás mala (pegando un salto y tratando de cogerla) Al dar el salto su pecho quedó completamente fuera del agua, quedando justo a la altura de la mirada de Maca que no sabía dónde meterse E: Ayss (agachándose para taparse) joder Maca no me hagas estas cosas que mira como estoy. Voy a salir a ponerme el bikini. Que vergüenza... M: Jaja, ¿te da vergüenza? E: ¡No te rías! Claro como tú lo llevas puesto... M: Por mí no hay problema, me lo quito en un momento eh E: No hay huevos M: ¿Que no? Bajo la alucinada mirada de Esther, salió del agua, se quitó la parte superior del bikini y volvió a entrar tan campante, dejando a Esther con la boca abierta M: ¿Qué me lo quitaba o no? A mi no me da vergüenza Esther, además aquí no me conoce nadie ni tampoco creo que nadie se vaya a fijar en mí E: (“No claro la gente no pero yo... ¡madre mía de mi vida!”) Comenzaron a jugar en el agua, intentando hundirse la una a la otra, rozando sus cuerpos a veces intencionadamente, con descaro, siendo las dos conscientes de que algo había surgido ya entre ellas, a pesar de haberse conocido hacía tan poco tiempo. Se perseguían, se salpicaban, se tocaban y disfrutaban como dos niñas pequeñas la primera vez que ven el mar Esther pilló por enésima vez a Maca que gustosamente se dejaba coger, aunque por supuesto trataba de disimularlo E: ¡Te pillé! M: Sí, me has cogido ¿y ahora? Pero Esther no respondía, había quedado hipnotizada en los ojos de Maca a la vez que sentía la dulce presión de unos pechos desnudos rozando los suyos Maca en seguida se contagió con la misma sensación, y despacio, a cámara lenta sus labios como si tuvieran vida propia se acercaron hasta llegar a rozarse. En ese mismo momento totalmente desprevenidas una ola las tiró provocando que Esther saliera tosiendo y escupiendo agua M: Ey mi niña ¿estás bien? (mirándola preocupada) E: Sí, sí (sin parar de toser) M: Ven vamos fuera Sosteniéndola delicadamente de la cintura salieron del agua M: Venga, siéntate y respira, tranquila...

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Esther sin parar de toser se sentó e intentó respirar, poco a poco se fue pasando M: ¿Estás bien? E: Sí, sí... ufff que mal ratito Maca, no podía respirar M: Ya... (sonriéndole cariñosamente) casi dejas esto sin agua eh E: Tonta... Las dos se miraron tímidamente, casi sin saber que decir, conscientes ambas de lo que había estado a punto de pasar momentos antes de no ser por la oportuna ola E: (“Unos segundos más... solo unos segundos más... nos habíamos rozado... De verdad que no sé lo que me está pasando, no es posible, son tres días, solo tres días, no puedo sentir esto en tan poco tiempo, me está rompiendo todos mis esquemas y lo malo es que deseo que siga haciéndolo... es tan especial... me gusta, me gusta mucho... hacía tanto que no sentí algo así... no Esther no... juraste no volver a sentir nada por una mujer... si pero ella... no es cualquier mujer... ¡ay dios! ¡Por favor que se ponga una maldita camiseta!” mientras sus ojos ajenos a su voluntad apenas podían alejarse del torso descubierto de Maca) M: (“Me mira... me está mirando... ¿habrá sentido lo mismo que yo? Si no nos hubiera tirado la ola no creo que hubiera podido contenerme... todavía siento que me arden los labios... solo ha sido un pequeño contacto y me queman... Maca, Maca... que te estás perdiendo... es poco tiempo para sentir esto...”) Su conciencia no dejaba de martillearle la cabeza M: (“Sí ya lo sé joder, ¡cállate ya! Pero yo quiero perderme, quiero dejarme llevar, ¿y si es ella? ¿Y si es la mujer de mis sueños? Cuándo llega, llega ¿no? ¿Por qué no iba a ser? Nadie nunca me hizo estremecerme así con solo mirarme, ni siquiera... no, no, al menos no tan pronto, ¿y si fuera una señal? Tengo que intentarlo, pero despacio, con tranquilidad, no es algo pasajero, lo sé, algo se ha despertado dentro de mí, y lo ha despertado ella... y por dios, ¡donde está su vestido! Las dos se habían tumbado de nuevo y silenciosas dejaban vagar sus pensamientos, estaba más que claro que todo aquello no estaba siento un simple juego Maca continuaba mirándola de reojo, paseando su vista por cada una de las curvas de Esther, que dormitaba con los brazos subidos, sus manos agarrando el borde de la tumbona lo que hacía que sus pechos se alzaran desafiantes y la pierna derecha ligeramente flexionada. De su cabello caían gotitas de agua que paseaban libres por los hombros, el pecho y quedaban retenidas en su vientre liso para envidia de Maca que hubiera matado por ser una de esas gotas en ese mismo instante Esther tenía los ojos cerrados, justamente para evitar todo eso que estaba sintiendo Maca, ojos que no ven... pensaba... pero no había contado con que a veces la mente es mucho más poderosa y por más que trataba de evitarlo no podía apartar de su pensamiento la imagen de Maca entrando en el agua semidesnuda, su cuerpo mojado, incluso sin esforzarse demasiado el tacto de su piel mientras jugaban en el agua, y el roce casi eléctrico de sus labios. Las imágenes se repetían una y otra vez, sin descanso, torturándola y haciendo que su deseo aumentara velozmente

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Abrió los ojos con la esperanza de alejar de su cabeza esa visión que la mataba, pero no esperaba que encontraría muy cerca de ella la causa de su trastorno que la miraba ya descaradamente M: (Sintiéndose pillada como un niño en plena travesura) Eh... miraba... si estabas despierta, tengo hambre... ¿te apetece comer? E: Sí, si, a mí también me están sonando ya las tripas jejeje M: Pues vamos, te voy a llevar a un sitio chulísimo, ¡ponen un cocodrilo frito que está para chuparse los dedos de los pies! E: Ahhhh ¡qué asco! pues si esperas que coma eso espérate sentada porque de pie te vas a cansar eh M: Jaja venga boba ¡te echo una carrera! E: Eso no vale (mientras se ponía su vestido) Comieron tranquilamente, tomaron café y más tarde volvieron un rato a la playa, no mucho tiempo, ya que Maca tenía que irse pronto para asistir a su reunión y a su cena de negocios Quedaron en verse después de la cena, un coche pasaría a buscar a Esther para llevarla al puerto deportivo Esther cenó en su habitación tranquilamente, se duchó y tras una hora de dudas sobre que ponerse se sentó a esperar. Mientras Maca soportaba estoicamente una aburrida cena en la que las más de las veces su pensamiento se desviaba hacía algo completamente distinto Por fin llegó la hora y una Esther muy nerviosa sin saber realmente por qué se montó en el coche deseando el momento de verla. Al llegar Maca ya la estaba esperando, solo verla a través de la ventanilla le hizo perder el aliento, llevaba un vestido color azul, en tono pastel, un pronunciado escote dejaba adivinar al comienzo de sus pechos, le llegaba bajo la rodilla haciendo si cabe sus piernas aún más interminables. Unas sandalias de tacón del mismo tono del vestido completaban el atuendo Realmente nerviosa bajó del coche y se plantó ante una Maca que sin ningún reparo la miró de arriba a abajo, una sonrisa maliciosa la hizo comprender que ella también estaba perfecta Se saludaron con un beso que Maca muy intencionadamente depositó muy cerca de la comisura de sus labios M: Estás muy guapa E: Gracias... tú también... (haciendo verdaderos esfuerzos para que las palabras salieran de su boca) ¿qué tal la cena? M: Aburrida, muy aburrida, es lo que peor llevo de mi trabajo, estaba deseando salir para verte (“¡tomaaaa sutileza! joder Maca no la cagues!”) necesitaba hablar español ya jeje (intentando arreglarlo) E: (Sonriendo tímidamente “¿quería verme? ufff ¡no sabe ella las ganas que tenía de verla yo!”) ya normal, a mí también acaba cansándome hablar tanto tiempo en inglés M: Bueno pero dejemos de hablar de trabajo, ahora vamos a divertirnos que la noche es joven

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E: Tienes toda la razón Pasaron gran parte de la noche, tomando copas y bailando, lo estaban pasando realmente bien, y riendo mucho cuando los chicos se acercaban para intentar ligar con ellas Acababan de dar largas a dos típicos australianos con toda la pinta de cocodrilo dandi salieron riendo a más no poder de un pub M: Jajaja ¿has visto la cara que se le ha quedado cuando le has dicho que era tu chica? E: Sí jajaja ¡casi le da algo! M: Jajaja de verdad hacía tiempo que no me reía tanto (apoyándose en la pared) E: Yo también jajaja pobrecillos M: Yo ya no vuelvo a entrar ahí no loca ¡eh! E: No, no yo tampoco, además Maca no puedo más ¡estoy muerta! M: Ya yo también son las... (mirando su reloj) casi las 5 de la mañana, ¿nos vamos? E: Sí mejor será... M: ¿Te apetece ir dando un paseo por la playa? el hotel no está lejos y hace buena temperatura E: Sí claro, además así me quito estos tacones que me están matando M: Pues vamos entonces Las dos se alejaron de la zona de marcha y bajaron hacia la playa, estaba desierta y tenuemente iluminada por la luna, no se oía más que el sonido de las olas al romper en la orilla, se descalzaron y comenzaron a caminar Se relajaron y por un largo rato ninguna de las dos habló Caminaban despacio dejándose acariciar por la suave brisa de la noche y disfrutando de su mutua compañía. Se había creado un silencio cómodo entre las dos, uno de esos momentos en los que no es necesario decir nada. Maca se había acercado a la orilla permitiendo que la espuma del mar lamiera sus pies M: ¿Sabes? (rompiendo el silencio) antes solía pasear a menudo por la playa, sobre todo de noche, me gustaba hacerlo así, sin gente, tan solo la luna, el mar y yo... E: ¿Y por qué ya no lo haces? M: No lo sé, supongo que la falta de tiempo, el trabajo... o... E: Que Maca M: (Mirando melancólica al horizonte) Hacerlo me hacía soñar Esther y hubo un tiempo en que no quería hacerlo E: Eso no es malo Maca, la vida se compone de pequeños sueños por los que vamos luchando, una persona sin sueños, es una persona muerta M: Ahora lo sé Esther, pero antes eso me hacía daño, soñar con algo que no podía tener, o lo que es peor, algo que tenía pero no era como pintaba en mis sueños E: Ya... te entiendo. Tu también has sufrido mucho ¿verdad? M: Sí... por eso dejé de pasear a la orilla del mar, eso es lo único en el mundo capaz de tranquilizarme, de relajarme pero sobre todo de hacerme pensar, sin interferencias, y yo no quería hacerlo, a veces no tener tiempo para pararte a pensar hace olvidar los problemas, o al menos no ser plenamente consciente de lo que no está pasando E: Algo me dice que ya no lo sientes así ¿no?

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M: Cierto... hace tiempo que me di cuenta de que hay que ser valiente, afrontar las cosas como vengan y plantarles cara, cuando se quiere algo hay que luchar y eso es lo que intento hacer cada día E: Me gusta escucharte hablar así Maca, me siento a gusto contigo, me haces pensar... Maca le sonrió con dulzura M: Yo también me siento muy bien a tu lado Esther, y de verdad que me alegro mucho de haberte robado ese taxi, si no, no nos hubiéramos conocido E: Jejeje yo también me alegro M: Ya no te pareceré una chula insoportable ¿no? E: No, no para nada ¿y yo a ti una borde repelente? M: ¡En absoluto! E: Menos mal, porque eso no me estaba dejando dormir por las noches eh M: ¡Serás tonta! (pellizcándole cariñosamente el brazo) Se acercaban al hotel, ya podían verlo desde lejos M: Ya casi estamos llegando E: Sí... M: Oye... E: Dime guapa M: ¿Estás muy cansada? E: No ya estoy mejor ¿por qué? M: Porque... había pensado que si te apetece podíamos sentarlos un rato para hablar... y bueno visto la hora que es... me encantaría ver amanecer aquí... pero si estás cansada nos vamos E: No, no, me apetece mucho M: ¿En serio? E: Claro que sí M: Espera Maca se acercó a las tumbonas y cogió la colchoneta de una de ellas M: Así no nos llenaremos de arena Esther sonriendo se sentó a su lado De nuevo se hizo el silencio mientras contemplaban el horizonte suavemente iluminado por la luz de la luna M: ¿Que piensas? E: mmm Que me siento pequeña M: ¿Pequeña? E: Sí... bajo el cielo, cuajado de estrellas y la inmensidad del mar... pero me gusta, me gusta esta sensación sobre todo al estar aquí contigo... M: A mí también... Poco a poco sus cuerpos se iban acercando sin que ninguna de las dos fuera consciente, una extraña magia las iba envolviendo, la luna las estaba hechizando como solo ella sabe

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hacerlo, lentamente sus manos se juntaron, sus dedos se enlazaron y finalmente sus miradas irremediablemente acabaron cruzándose. El mundo se paró y al sonido del mar se unió el de dos corazones latiendo furiosos, al borde del colapso mientras sus labios atraídos como las mareas por la luna se unieron en un dulce beso que las llevó, por unos instantes, al bello mundo donde los sueños se hacen realidad Sus labios, perfectamente acoplados habían iniciado una danza dulce y sensual que las estaba transportando hacia un nuevo mundo de sensaciones que ninguna de las dos creía haber sentido antes Maca temblaba al sentir el suave abrazo que le brindaba Esther, se derretía por momentos al notar la calidez de su boca, de su aliento quemándola sin remedio, nublando su razón, haciéndola desear que ese beso no acabara nunca y fundirse en ella. Pudo comprobar por la intensidad de los latidos de Esther que ésta estaba entregada a ella por completo, por la profundidad de su beso, su delicadeza, su ternura. Esther había abandonado su cuerpo y su mente a aquel beso que tanto había deseado desde el momento en que la vio, aún sin saberlo Había atrapado sus labios y entreabiertos, acariciándolos con mimo, saboreándolos, los recorría con su lengua, impregnándose de su sabor, deseando más y más, acertadamente mordió su labio inferior levemente provocando que la piel de Maca se erizara y todo su cuerpo se estremeciera Su beso poco a poco fue perdiendo intensidad para ganar en ternura y cuando sus labios se separaron con extrema lentitud quedaron abrazadas, las frentes juntas mientras el sol comenzaba a asomar por el horizonte, iluminando débilmente a dos personas que empiezan a sentir como se enciende en ellas la llama del amor Sin decir una sola palabra enlazaron sus manos las dos habían decidido perderse en el abismo de sus cuerpos Tomadas de la mano se dirigieron al hotel, Maca condujo a Esther por una zona que no conocía, una entrada privada, pero igualmente llegaron a su habitación. Nerviosas, excitadas, conscientes de que lo que iba a suceder entre ellas era deseado pero a la vez temido Cuando cerraron la puerta de la habitación sus ojos se cruzaron nuevamente, una sensación extraña las atravesó, había algo nuevo, distinto en sus miradas. El silencio, el ambiente y miles de mariposas revoloteando en sus estómagos hizo todo aún más extraño, y sin saber como ni porqué sus labios volvieron a sellarse en un beso suave que terminó de descolocarlas Tras ese beso, se separaron un poco, se observaron con timidez pero incomprensiblemente para ellas volvieron a acercarse. Esta vez, Maca cogió la dulce carita de Esther con sus manos, antes de darse un beso mucho más profundo, donde sus lenguas se encontraron y se saborearon, las manos de Maca acariciaban la espalda de esa chica que la estaba haciendo perder la razón, subían al cuello a su pelo... Esther de vez en cuando abría los ojos, temerosa de que al abrirlos no la encontrara. Sus cuerpos temblaban, era algo nuevo e incomprensible para las dos pero inexplicablemente delicioso

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En medio de sus deliciosos besos Maca introdujo su mano bajo la camisa de Esther, temblando, la acarició con extrema lentitud, recreándose en la suavidad de su piel que parecía llamarla a gritos. Despacio casi pidiéndole permiso comenzó a desabrocharla y mirándola de nuevo intensamente a los ojos deslizó la camisa sensualmente hacia el suelo. Esa mirada las afectó mucho más que todo lo sucedido anteriormente y presa de una pasión casi desesperada, Maca la tumbó en la cama y comenzó a besar el cuello, la barbilla, la nariz, la frente, el pelo, pero era irresistible volver a esos labios en los que se deleitaba, que necesitaba como una droga Maca dirigió ahora sus manos hacia los pechos que asomaban desafiantes bajo el sujetador, y con las yemas de sus dedos los acarició, casi imperceptiblemente, apenas rozándolos, provocando con ello que Esther se estremeciera y de su boca brotara un gemido que sin remedio penetró en la mente de Maca aumentando si eso era posible su deseo mil veces más Desabrochó su sujetador y quedó completamente alucinada ante la vista que se ofrecía a sus ojos, unos pechos duros y excitados que sin perdida de tiempo se apresuró a lamer, a saborear, a recorrer con sus dedos y sus manos. Notó la respiración de Esther sumamente acelerada, lo que la invitó a seguir sin descanso perdiéndose sin remedio, cayendo en un precipicio de locura y pasión. Continuó bajando delicadamente recorriendo todo su cuerpo con maestría, deteniéndose en su vientre jugando con su ombligo... besándola desesperadamente. Para sorpresa de Maca, Esther se hizo por unos instantes dueña de la situación, ella ardía por tocar su piel y con una mirada pícara se deshizo en unos instantes del vestido de Maca que arrojó lejos Cegada por el deseo continuó desnudándola deteniéndose a besar cada zona de piel que quedaba al descubierto Maca no quiso ser menos y en poco tiempo las dos reptaban por la cama completamente desnudas nublada su razón por una pasión irrefrenable Con cada roce, cada caricia de su piel desnuda, brotaban chispas, la electricidad las recorría haciéndolas presas de miles de sensaciones a cada cual más placentera. Maca recorría cada poro de la piel de Esther, deteniéndose una eternidad. Quería grabar a fuego en su cabeza, cada rincón, cada lunar... Tiernamente iba dejando húmedos besos en cada milímetro cuadrado de su cuerpo, llenándose de su esencia, de su aroma, volvió a empezar por el cuello, lamiéndolo despacio, recreándose torturando a una Esther que hacía tiempo había abandonado el mundo real, bajaba a sus pechos que mordía cambiando la intensidad. Dejándose guiar por el ritmo de los gemidos de aquella diosa le imponía Su vientre a continuación, jugando con su ombligo sobre el que su lengua hacía movimientos circulares. Rozó su centro de placer haciendo que el corazón de Esther latiera desbocado, pero para desesperación de esta, pasó de largo, centrándose en sus ingles y recorriendo sus largas piernas Esther nuevamente no pudo más, y dándose la vuelta quedó sobre Maca, necesitaba besarla, sentirla, amarla mucho más que el aire que respiraba

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Se embriagó de toda ella mimándola, conociéndola entera, aprendiéndola de memoria, hasta un punto en el cual ninguna de ellas podía aguantar más Sus cuerpos encajaron como las piezas de un puzzle, sus centros íntimamente ligados y a la vez que compartían un beso mágico se dejaron arrastrar por el placer más intenso que nunca habían conocido Aún así querían más, se necesitaban rabiosamente, lo deseaban más que nada, sin apenas descanso volvieron a amarse, saboreando ahora su dulce intimidad, sintiendo una vez más como el placer partía sus cuerpos en dos, y las dejaba al borde de la extenuación Permanecieron abrazadas, simplemente mirándose, comprobando que ni siquiera tenían que hablar, sus ojos lo decían todo, sus caricias hablaban por si mismas, sus besos pronunciaban sus más profundos deseos Dejaron que el sueño poco a poco las venciera, transportándolas a un mundo no muy distinto del que disfrutaban en ese momento, el mundo del amor y los sueños Dormían plácidamente, en paz consigo mismas, como hacía mucho tiempo que no estaban, permanecían abrazadas, dándose calor mutuamente Un pequeño movimiento de Maca, hizo que Esther despertara, ella no se movió. Le encantaba esa sensación de estar totalmente unidas, tenerla tan cerca y por fin sentir que había sido suya. La estrechó aún más entre sus brazos y besó con ternura su frente y sus labios. Cerró nuevamente los ojos y unos segundos después Maca los abrió y sonrió Había pasado el mediodía hacía ya rato cuando Maca despertó, Esther continuaba dormida abrazada a ella, se quedó un buen rato contemplándola, recordado cada momento que habían vivido la noche anterior, deseando con todas sus fuerzas que fuera la primera de muchas otras noches a su lado Estaba preciosa mientras dormía, Maca acarició con suavidad su carita y su pelo intentando no despertarla con ello, le hubiera apetecido besarla, pero decidió esperar Un rato después Esther comenzó a removerse y a refunfuñar, Maca la observaba divertida y lo primero que Esther encontró al abrir sus ojillos cargados de sueño fue una preciosa sonrisa y una intensa mirada que la hicieron estremecer M: Buenos días princesa E: Hola... M: ¿Has dormido bien? E: Mejor imposible Maca se acercó a sus labios y la besó con toda la delicadeza de la que fue capaz. Al separarse de ella notó algo extraño en Esther M: ¿Que pasa mi niña? E: Nada M: No Esther, algo te pasa, te lo noto

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E: Que no es nada boba M: Esther por favor... E: (Con un audible suspiro) Es que... uffff no sé Maca, no sé que esperar de ti ahora, después de todo lo que ha pasado... Maca cogió y su mano y le dio un pequeño beso M: Esther... para mí ha sido muy especial E: Sí ya, ha sido... te entiendo... M: Calla... (depositando un dedo en sus labios para que no siguiera hablando) ha sido especial, diferente, no había vivido nunca algo así, y no, no ha sido una noche si es lo que estás pensando, no quiero que se quede en una noche Esther, me gustaría que fuera la primera, y que mi última noche contigo fuera la última de mi vida. No sé que piensas, a lo mejor me estoy precipitando, pero es lo que siento, sé que hace apenas unos días que nos conocemos, pero algo me dice que no me equivoco, quiero intentarlo contigo, despacio, poco a poco... Esther la miraba mientras una lágrima se deslizaba silenciosa por su rostro M: Que me dices... Como única respuesta Esther la besó, poniendo en ese beso toda su alma E: Que yo quiero exactamente lo mismo Se abrazaron y ajenas al tiempo se amaron hasta caer de nuevo rendidas Hacía ya tiempo que los últimos rayos del sol habían desaparecido tras el gran ventanal de la habitación. Yacían en la cama, agotadas pero felices, mirándose. Esther tenía una mano apoyada en la cadera de Maca, y ésta acariciaba con cariño su mejilla Llevaban un buen rato así, simplemente disfrutando del momento y de su mutua compañía Esther llevó su mano a la cara, y tomando la de Maca, con extrema delicadeza la llevó a sus labios y la besó. Maca le dedicó una preciosa sonrisa E: ¿Sabes? Lo primero que me llamó la atención de ti fueron tus ojos, tan grandes y expresivos y tan dulces, no sé si lo sabías pero hipnotizan, pero tu sonrisa es casi tan bonita M: (Sonriéndole de nuevo) A mí me pasó lo mismo, cuando ocurrió lo del taxi, no me fijé en ti, pero luego... cuando te vi en el avión y tú me miraste... ufff pensé nunca había visto unos ojos como los tuyos E: ¿Sí? M: Sí... pasé todo el viaje intranquila y al bajar ya cuando volví a verte... tu mirada mata niña... E: Tonta, eso es que tú no te has mirado a ti misma M: Me basta con mirarte a ti E: Bobita... Oye... hay una cosa que no te he preguntando y me muero de la curiosidad ¿qué estabas haciendo la otra noche en la terraza?

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M: Jajaja, ¿tú que crees? E: No sé, dímelo tú M: Pues... un rato antes había mirado el libro de registro para ver cual era tu habitación, así averigüé que estaba justo al lado de la mía, intenté ir a hablar contigo pero me eché atrás cuando estaba a punto de llamar y luego decidí salir a tomar un poco el aire. Vi luz... E Jajaja, así que espiándome eh M: ¡Siii! me declaro culpable jajaja E: Yo también intenté venir a verte... y también me arrepentí en el último segundo... M: Que mala... (pellizcándola juguetona) es curioso ¿verdad? E: El que mi niña M: Toda esta situación, peleándonos como dos niñas pequeñas y en el fondo deseando vernos E: Si que lo es, porque aunque te dije que no, yo me moría por cenar contigo esa noche, y cada vez que te decía alguna bordería de las mías, luego me sentía fatal M: No si en el fondo eso de que las cosas suceden por algo tiene razón E: Sí yo también lo creo... Quedaron pensativas nuevamente, analizando todo lo que les había pasado en tan poco tiempo, intentando asimilar como iban a cambiar sus vidas si su historia seguía adelante E: Maca... M: Dime cielo E: ¿Tú crees que esto va a salir bien? Maca suspiró y pensó muy bien lo que quería decirle M: Yo sí lo creo Esther, y aunque te parezca que no, soy consciente de que apenas nos conocemos, y que quizás hayamos empezado todo demasiado rápido, pero yo no he hecho nada que no quisiera y tú tampoco ¡verdad! E: No... M: A veces las cosas surgen así, y no creo que ahora debamos ir ni muy lentamente, ni tampoco deprisa, simplemente a nuestro ritmo, haciendo lo que deseemos en cada momento. Pienso que lo mejor es seguir conociéndonos, hacer cosas juntas, hablar mucho... sin agobios, sin darle demasiadas vueltas y lo demás vendrá solo. Yo ahora solo tengo una cosa clara Esther, me gustas mucho, me encanta estar contigo, me encanta como eres, como me tratas, que me haces reír, me escuchas... Algo me hace estar segura, no me preguntes qué es porque no lo sé E: Yo quiero lo mismo Maca, nadie me había hecho sentir como lo haces tú, especial... pero por mucho que intente que no sea así me da miedo... M: Ey... mírame, yo también tengo miedo Esther, igual que tú, sé que tienes miedo de volver a pasarlo mal, pero es un riesgo que hay que correr, si no lo haces, nunca tendrás nada y puedes perder la oportunidad de ser feliz. Yo no soy ella Esther, no soy como ella, recuérdalo... E: Lo sé... por eso estoy dispuesta a hacerlo, aunque necesitaba escucharte, que me dijeras todo esto M: Ya mi niña, te voy conociendo... yo voy a dar todo de mi Esther, no lo dudes E: No dudo de ti Maca M: Ni yo de ti cariño, sé que todo va a salir bien, lo sé

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De nuevo volvieron a besarse, con ternura, con cariño, seguras ahora de que las dos deseaban lo mismo, que compartían el mismo sueño, la misma ilusión en un futuro juntas Decidieron darse una ducha e ir a cenar, no comían nada desde la noche anterior y estaban muertas de hambre, sobre todo Esther, cuyo estómago le pedía a gritos un poco de atención Maca se duchó y vistió rápidamente, fue a buscar a Esther que terminaba de arreglarse y corría de un lado a otro para no hacerla esperar E: Joder, ¿donde habré puesto los pendientes? (buscándolos por todas partes) Maca la miraba divertida desde un sillón M: ¿Cuales buscas? E: Unos de plata con una piedrita negra M: ¿Estos? (cogiendo unos que estaban sobre una silla) E: Ay sí, gracias cariño (acercándose a cogerlos) Al alargar su mano para que Maca se los diera, esta retiró la suya E: Ey, dámelos ¿no? M: No, no... E: Pero si son míos, anda no seas mala M: No, no... (negando con la cabeza) E: mmm (empezando a comprender de que iba el juego) ¿qué tengo que hacer para que me los des? M: No sé... proponme algo que me convenza y a lo mejor te los doy... E: Te invito a cenar M: uffff con eso no me vas a convencer eh yo no me conformo con cualquier cosita... E: y... (acercándose peligrosamente) si te doy... (mientras apartaba un mechón de pelo de su cara) un besito... M: (Escalofrío) Ah... puede... no sé, tú prueba a ver que pasa Esther puso sus manos en la cintura de su niña y casi a cámara lenta fue aproximándose a sus labios, los rozó ligeramente con su nariz, después con sus propios labios, provocando la desesperación de Maca por no poder fundirse en ellos. Se retiró unos centímetros y la contempló, había cerrado los ojos, y su gesto era de deseo e impaciencia. Decidió complacerla y con sensualidad atrapó sus labios dejándose llevar. Cuando se despegaron a Maca le temblaban las piernas M: uffff E: ¿Me los he ganado? M: Por supuesto... (entregándole uno) E: ¡Ey! ¡Que son dos! M: Sí, ya lo sé... (le guiñó un ojo) E: Jajaja, eres muy lista eh, en fin... tendré que ganarme el otro... que sacrificio... Y sus labios sin tantos preliminares se sumergió en esa dulce boquita que ansiosa la esperaba

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Cuando por fin consiguieron salir de la habitación fueron a cenar, decidieron hacerlo en un restaurante en la playa, y luego tomar unas copas. Esther más que comer devoraba M: Cariño, te va a sentar mal E: No, no tranquila, si más bien me está sentando genial, ¡tenía un hambre! M: Ya, ya te veo... E: ¿Vamos a ir mañana a cenar al barrio chino? me apetecería mucho M: Sí claro cielo, ¡ay no! ¡Si yo me voy mañana Esther! E: (Se le cayó el tenedor) Es verdad... no... no me acordaba M. Yo tampoco... E: ¿Y no puedes quedarte un día más? M: No cielo, tengo que estar por la mañana en Madrid E: Ya... pues entonces... nada, yo también me voy M: ¿Qué? E: Que me voy contigo M: Pero... Esther tú tienes un día más de vacaciones E: Y lo seguiré teniendo, pero allí, luego tengo 5 días más, a menos claro está que no quieras que me vaya contigo... M: ¡Que dices! ¡claro que quiero! E: Pues hecho, mañana nos vamos las dos M: Gracias mi niña E: No hay que darlas tontita, por cierto, ¿tienes mucho trabajo esta semana? M: Cuando llegue tengo una reunión importante, pero luego me las arreglaré para aprovechar los días libres contigo. Me debes un paseo en avioneta eh E: Sí.. te encantará, ya verás Se dieron un leve piquito y siguieron disfrutando de su magnífica cena Continuaron cenando tranquilamente, charlando de sus cosas y de todo lo que pensaban hacer cuando estuvieran de nuevo en Madrid E: ¿Y tienes que irte a Tokio? M: Sí la semana que viene, mi hermana Silvia, que ya te la presentaré está allí ahora, el mercado asiático lo tenemos poco explotado y queremos montar algo allí a ver que tal va E: Seguro que bien, ¡si son los mejores hoteles del mundo! M: Pelota... E: ¡Que no! ¡en serio! ¡es la primera vez que en un hotel de otro país como jamón ibérico! M: Jajaja claro tú siempre pensando en comer... E: Pues sí... no te lo voy a negar... ahh... ¿vas a terminarte el postre? M: Jajaja no, toma glotona ya no puedo más Esther atacó rápidamente lo que quedaba de la copa helada de Maca E: mmmm ¡qué rico! M: A mí me gustas más tú... E: (sonrojándose) ¡Maca... no me digas esas cosas que me suben los colores! M: Es la verdad... (sacándole la lengua)

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Después de la cena fueron a tomar unas copas a la zona de marcha, como la noche anterior se rieron mucho intentando despegarse a los moscones, y cuando Maca les decía que estaban juntas Esther no podía contener las carcajadas E: Maca vámonos por favor que me va a dar algo ¡no puedo mas! M: Ahora no les estoy mintiendo ¿no? estamos juntas... E: Sí, sí ahora tienes toda la razón, (besándola ante la pasmada mirada de varios de los moscones) Maca sonrió ampliamente y pasando una mano por la cintura de su niña salieron del local. Igualmente fueron caminando por la playa, dando un paseo M: ¿Sabes? anoche a esta misma ahora estaba muerta de los nervios E: ¿Sí? M: Sí... me apetecía un montón abrazarte como ahora y darte un beso (dándole uno) E: Pues te confieso que yo me moría porque lo hicieras M: Ah sí... ¿y tú porqué no te lanzaste a hacerlo? E: Por qué va a ser Maca, me hubiera muerto de la vergüenza, a mí estas cosas... siempre me han costado mucho y si me llegas a rechazar... creo que me tiro al mar con cocodrilos y todo M: uffff menuda pérdida... pero ya no te va a costar más eh, que ya no tienes que ligar con nadie E: No, no, tú no te preocupes que con mis amantes ya no me da corte y contigo tampoco M: ¡Cómo que tus amantes! (comenzando a hacerle cosquillas) E: ¡Ay para, para! Vale, vale, los dejo a todos, solo tú ¡eh! M: Más te vale monada Continuaron su paseo cogidas de la mano, parándose de vez en cuando para besarse y abrazarse como cualquier pareja de enamoradas. Al poco rato vieron el hotel M: ¿Te apetece que nos quedemos otro ratito aquí? E: Si me prometes que me besarás... Maca sonrió y volvió coger otra colchoneta para sentarse cerquita del agua Llevaban más de una hora abrazadas, besándose con toda la ternura del mundo, contemplando el horizonte tenuemente iluminado por la luz de la luna cuando Esther se abrazó más fuertemente a Maca estremecida por la brisa fresca de la noche M: ¿Tienes frío cariño? E: Un poquito, pero si me abrazas fuerte se me pasa Maca la estrechó contra ella y la acarició suavemente M: Venga vámonos ya, no quiero que te pongas malita Se levantaron y caminaron hacia el hotel

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Una vez allí Esther fue a su habitación a coger su pijama para dormir con Maca, cuando llegó a la habitación de esta la encontró metida en la cama, rápidamente se acostó a su lado M: mmmm (besándola tiernamente) Ya te echaba de menos... E: Y yo a ti... Se acurrucaron muy juntas mientras se acariciaban dulcemente, a los pocos minutos Esther comprobó que la respiración de su niña se había acompasado y era lenta y profunda, se había dormido agotada por el cansancio del día. Con cuidado la arropó bien y la apretó cuanto pudo contra su cuerpo, dejando antes un breve beso en sus labios E: Buenas noches mi cielo Con una sonrisa se dejó vencer por el sueño Un sonido que en principio no logró identificar la despertó, la habitación a oscuras en principio la descolocó, aunque la suave presión de un brazo alrededor de su cintura le hizo tomar conciencia de la situación. El teléfono seguía sonando, reaccionó deprisa y descolgó, no quería que su niña se despertara, aunque tampoco era muy probable, Esther no había movido un solo músculo Atendió la llamada y tras unos minutos hablando, colgó con cara de fastidio. Miró su reloj, aun era pronto, podía permitirse el lujo de quedarse en la cama unos minutos más Esther dormía profundamente abrazada a ella, Maca la contempló unos instantes y se entretuvo acariciando su pelo. Muy a su pesar y tras darle un suave beso en la frente la apartó con cuidado y se levantó. Se duchó, se vistió y bajó a desayunar, dejó sus papeles arriba, cuando desayunara subiría a por ellos y de paso vería si por una remota casualidad Esther se había despertado Tras el desayuno volvió en busca de sus cosas, pero no tuvo suerte, Esther dormía ahora abrazada a la almohada. Se sentó un momento a escribir algo en un papel y tras besarla con cuidado nuevamente salió de la habitación Aproximadamente una hora después, Esther abrió los ojos, y se dio la vuelta con una enorme sonrisa que desapareció al no ver a su niña con ella, aunque encontró otra cosa, un sobre con una rosa roja encima. Cogió la rosa y la acercó a su cara, dejándose invadir por el delicioso olor, seguidamente tomó el sobre y lo abrió Buenos días mi niña: ¿Sabes que estás preciosa cuando duermes? No quise despertarte esta mañana, parecías un angelito durmiendo. Me han llamado, tengo una reunión, pero no te preocupes no me llevará mucho tiempo, dos, tres horas como mucho. Cuando te despiertes llama a recepción, he dejado encargado el desayuno para ti, seguro que tienes hambre glotona. (sonrisita de Esther). He pensado que podíamos bajar un rato a la playa y comer allí, ¿quieres? Si te apetece espérame allí Estoy deseando estar contigo otra vez

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Un besito princesa PD: Me encanta despertarme a tu lado Esther releyó la nota varias veces, se sentía feliz, radiante. Colocó la rosa en un pequeño florero, llamó a recepción y mientras esperaba fue al baño a ducharse. Estaba deseando que pasara el tiempo para verla otra vez Esther desayunó y se vistió tranquilamente, estaba deseando que pasara el tiempo para poder verla. Sonrió al ver la ropa de su niña perfectamente colocada sobre una silla, cogió una camiseta, olía a ella, le encantaba su perfume. Con cuidado volvió a colocarla sobre la silla, escribió una nota, recogió sus cosas y bajó a la playa a esperarla Al llegar se tumbó al sol, el día estaba radiante, perfecto para una jornada playera, se echó crema protectora, sonrojándose mientras lo hacía al recordar el masaje que Maca le dio hacía tan solo dos días, y que había sido el culpable de desencadenar todas esas sensaciones y deseos que supusieron el comiendo de su historia Tomando el sol y pensando en ella, se durmió Mientras tanto en la otra punta de la ciudad, Maca se aburría soberanamente y no dejaba de mirar el reloj, aquel día las agujas parecían moverse más lentamente que de costumbre. No dejaba de pensar en su niña, en que estaría haciendo, si se acordaría de ella. No veía el momento de salir de allí para verla, darle un beso... Suspiró con alivio cuando la reunión terminó, y salió como alma que lleva el diablo ya que escuchó algunos comentarios acerca de comer fuera para seguir hablando sobre el proyecto. Si la invitaban no podría negarse, por tanto ni siquiera les dio esa posibilidad La circulación a esa hora era insufrible, pero con un poco de paciencia consiguieron llegar al hotel. Sin detenerse en recepción, Maca subió a su habitación, no se sorprendió para nada de no encontrarla allí, imagino que la estaría esperando en la playa Vio algo encima de la mesa y se acercó era una nota de su niña, la leyó con una sonrisilla tonta en su cara “Hola preciosa” Gracias por tu nota y la rosa, me ha encantado, a mí también me gusta mucho despertarme a tu lado aunque hoy... no estabas... así que me la debes ¡eh! He bajado a la playa, te espero, no tardes mucho eh, ya te estoy echando de menos Un besito para mi niña Apresuradamente Maca se cambió, preparó sus cosas y bajó a la playa, desde lejos la distinguió y casi se queda sin aliento al verla, parecía que le había gustado eso del top less porque ahí estaba sin la parte superior de su bikini. Al acercarse comprobó que dormía, la contempló con una sonrisa tierna, en ese momento estaba para comérsela

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Con cuidado de no hacer ruido se colocó detrás suya, le acarició la cara, provocando que Esther despertara y sin darle tiempo a volverse tapó sus ojos, con la voz más sensual que pudo poner le susurró M: mmm quien soy... E: (Sonriendo al escuchar a su niña) Mmmm no sé... ¿quien puedes ser? M: A ver piensa... E: A ver... mi amante caribeña no puedes ser porque se marchó ayer, la top model tampoco, porque estuve con ella esta mañana... el bombero... creo que está apagando un incendio... pues no caigo... a saber con tantos amantes... Maca no lo pudo resistir M: ¡Pero bueno! ¡Que amantes! ¡Te parece bonito! E: (Aguantándose la risa) ¡Ay claro como no había pensado yo en ti! Como eres la nueva se me olvida... M: ¡Pero serás mala! (fingiendo enfado) E: Jajajjaa, anda ven aquí celosona Sin darle tiempo a contestar agarró sus manos y la hizo tumbarse sobre ella, rápidamente atrapó sus labios entre los suyos y los besó con avidez E: (Suspirando) Te he echado de menos... M: Pufff y yo a ti... Volvieron a besarse intensamente, hasta sentir como el calor se apoderaba de sus cuerpos M: Esther... vamos al agua... (consciente de que no estaban solas) me va a dar algo... Cogidas de la mano, entraron en el agua y allí se besaron hasta que apenas pudieron distinguir cuales eran sus labios y cuales las de la otra Tras su tarde en la playa, llegó la hora de preparar de nuevo las maletas y marcharse, realmente a ninguna de las dos le apetecía, pero no quedaba más remedio que volver al mundo real. De todas formas estaban contentas, se iban juntas, estaban juntas... tenían todo el tiempo del mundo para conocerse más, para vivir nuevos momentos, disfrutar y hacer crecer esa pequeña llama que ahora ardía en sus corazones A las 8 en punto las recogía un coche para llevarlas al aeropuerto E: Me da pena irme de aquí, lo he pasado muy bien, ¿a ti no? M: Pues la verdad que sí que me da pena, no me apetece en absoluto volver a Madrid, al trabajo... puffff, aunque... voy contigo y eso hace que todo sea de diferente color Esther sonrió y acarició su mano E: A mí me pasa igual, creo que nunca he dejado unas vacaciones atrás tan contenta. De todas formas siempre podremos volver aquí ¿no? M: Claro cariño, volveremos siempre que tú quieras, de hecho (riendo) celebraremos aquí nuestras bodas de oro, ¿te parece bien?

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E: Jajaja, ¿tanto tiempo voy a tener que aguantarte? ¡Que cruz! M: Pues sí, ¡tanto tiempo! ¡Y si no te gusta te aguantas! E: Jajaj, no, no me gusta. Me encanta... (acercándose para besarla suavemente) El viaje en avión no resultó para Maca nada pesado, al contrario de lo que le sucedió en el vuelo anterior, cuando tuvo el encontronazo con Esther. Ambas comentaban la diferencia entre uno y otro, y así entre charla y charla y alguna que otra cabezada tomaron tierra en Madrid Al llegar cogieron un taxi, que dejó a Esther en su casa, Maca se bajó con ella E: Maca de verdad mi niña, que no hace falta que me acompañes a casa, tienes que descansar, tú mañana madrugas y tienes que adaptarte otra vez al cambio de hora M: Da igual Esther, no me importa, ahora cojo otro taxi y ya está E: Claro y te vas tú sola a casa, ¿y si te pasa algo? M: ¿Que me va a pasar tontita? E: Que no, que no, ahora mismo cojo el coche y te llevo M: No hace falta cielo, no te preocupes ¿sí? En realidad ninguna de las dos tenía ganas de separarse, Maca vio un taxi venir e hizo intento de llamarlo, pero Esther fue más rápida que ella E: No, no Maca que no te puedes ir M: ¿Por qué? E: mmmm seguro... que no tienes nada de comer en casa, ¿a qué no? M: Pues ahora que lo dices... creo que no tengo nada E: ¿Ves? anda sube conmigo y preparo algo Maca sonrió, sabía que las dos lo estaban deseando y no dijo nada más, siguió a Esther y entraron en el portal M: Bueno y ¿tú que tienes para cenar? E: mmmm Pues no sé, pero creo que tengo la nevera vacía M: Jajjajaa, estás loca E: Ahora pedimos algo, y si no... te como a ti y listo M: Esa si que es una buena cena, muy buena cena... (dejando un mordisquito en su cuello) E: Claro... ¿te ofrecería yo a ti algo malo? Entre risas y besos entraron en el piso de Esther, las dos sabían que sería de nuevo una noche larga y placentera para las dos Con un suspiro de fastidio apagó el despertador, no le apetecía en absoluto tener que ir a trabajar y mucho menos aún separarse de su niña que dormía plácidamente a su lado. Con cuidado de no despertarla la apartó suavemente, la miró con ternura y dejó un pequeño beso en su frente. Se levantó, se duchó y fue a la cocina a prepararse un café. Mientras lo tomaba, observaba pensativa la cocina y una parte del salón que podía verse desde allí, era muy de Esther, todo limpio pero con un ligero desorden, todo lo contrario a ella, casi una maniática del orden

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Apresuradamente terminó su café, no quería despertarla pero tenía que decirle que se iba y proponerle quedar por la tarde. Con cuidado se sentó en la cama y se tendió a su lado, dormía como un bebé abrazada a la almohada M: Esther... cariño... E: mmm no un ratito más porfa... M: Cielo... E: Un poquito solo un poquito... Maca sonrió divertida M: Cariño... que tienes un vuelo... E: ¡Que! ¡Que hora es! ¡Que llego tarde! M: Jajajjaja E: Ayyyyyyyyy, ¡pero serás mala! Jooooooo M: Jaja tontita... E: Y tú mala, ¡eres muy mala! M: Bueno un poquito nada más E: ¿Ya te vas? M: Sí cariño, tengo reunión a primera hora E: Yo no quiero que te vayas... M: Ni yo mi niña... pero luego nos vemos, si quieres claro... E: Claro que quiero boba M: ¿Comemos juntas si termino pronto? E: Claro, ¿no sabes a que hora vas a terminar? M: Pues no tengo ni idea, pero espero que antes de comer sí de todas formas te llamo a media mañana y te lo digo ¿vale? E: Perfecto M: Oye, dejo aquí mis cosas y ya las recojo luego, ¿te importa? E: No claro que no, no te preocupes M: Pues entonces me voy ya, voy a ver si pillo un taxi abajo E: Ahora te va a ser difícil, llévate mi coche M: No, no, pillo un taxi y si no cojo el metro, me da tiempo a llegar E: Pero tonta, coge mi coche que llegas antes M: ¿Y si te hace falta? E: Yo no voy a salir, bueno saldré a hacer la compra pero aquí al lado, no lo necesito M: ¿Seguro? E: Seguro. Las llaves, están en la en el cajón del mueble de la entrada, creo... y si no, en el salón al lado de la tele o en el bolso azul ese de ahí (señalando) M: Jaja, vamos que no tienes ni idea de donde están ¿no? E: Pues no jajaj, pero vamos al final siempre las encuentro Al final las llaves estaban en el cajón de la mesilla de Esther E: Toma, esta es la llave de la cochera, es un golf gris Se despidieron con un beso y Maca bajó en busca del coche. En poco más de 15 minutos, llegó a la oficina, iba canturreando, mientras aparcaba su hermana Silvia llegó, Maca la saludó con la mano y esperó que esta aparcara

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M: Hola preciosa (dándole un beso) ¿qué tal todo? Su hermana la miró de arriba abajo Silvia: A ver, quien es ella, en que lugar se enamoró de ti, a que dedica el tiempo libre, D.N.I M: (Interrumpiéndola) Ey ey ey para el carro, a que vienen tantas preguntas, y sobre todo de ese tipo Silvia: Pues... Primero: Traes una sonrisa de oreja a oreja, y eso en ti tan temprano no es normal, y... te brillan los ojos. Segundo: Ese coche no es tuyo, y preveo por el muñequito que lleva que es de una chica. Y tercero, ese no es tu perfume, y no te has cambiado a otro, no huele tanto de hecho, hay un perfume mezclado con el tuyo. Es evidente hermanita M: Tú estás mal, ¡muy mal! Silvia: ¡Venga confiesa! M: No tengo nada que confesar, absolutamente nada... Hablando las dos llegaron a la recepción M y Silvia: Buenos días Teresita T: Buenos días chicas M: ¿Qué tal? Que elegante vienes hoy Teresa, ¿es tu aniversario? Que chaqueta más mona T: Sí ¿verdad? Me la compré el otro día, ¡había unas cosas divinas!, mi cuñada se compró un vestido precioso Teresa de repente paró de hablar y se fijó en Maca extrañada T: ¿A ti que te pasa? M: ¿A mí? T: Sí, a ti te pasa algo, ¿tan contenta a primera hora de la mañana, y ponerte a hablar de ropa? Tú te has enamorado Silvia: ¿Ves? Lo que yo digo Teresita M: Que manía las dos, por qué no iba a estar contenta, el sol brilla, hace un día precioso, los pajaritos cantan... Silvia y T: Se ha enamorado M: Bueno chicas ¡me voy a trabajar! Teresa y Silvia se miraron con complicidad Silvia: La que se lo saque primera, invita al desayuno toda la semana T: Trato hecho Maca entró en su despacho con una amplia sonrisa, sabía que las dos no pararían hasta sacárselo pero prefería hacerlas sufrir un poco, sobre todo a Teresita que era una cotilla sin remedio. Se puso a preparar sus papeles, tenían reunión en media hora y debía preparar todo lo que había traído de Sydney

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Mientras tanto Teresita y Silvia no dejaban de comentar Silvia: Pues venía en un coche que no es suyo y... olía a otro perfume T: Lo que yo te diga, si trae una carita que parece que le ha tocado el gordo de Navidad Silvia: O la gorda ¿no? jajajaja Pero vamos que se lo saco y tanto que se lo saco, ahora mismo voy a hacerle un tercer grado, tengo media hora veremos si mis métodos siguen siendo tan eficaces como siempre... T: Ah pues yo voy contigo eh, vamos esto no me lo pierdo yo ni por todo el oro del mundo, y de paso te gano la apuesta hija que está la cosa fatal últimamente, entre los estudios de los niños, el coche de mi marido, y el frigorífico que lo hemos tenido que cambiar... que no que no, que está la vida por las nubes porque hay que ver chica lo que han subido los precios, desde que está el euro, vamos que antes salías con 5000 pesetas y se estiraban más que un chicle y ahora... 50 euros es que se van en un suspiro Silvia: Teresita... T: Ayer mismamente, salí con mi marido a hacer la compra y que llevaba cuatro cosas eh Silvia: Teresita... T: Cuándo fuimos a pagar, ¡qué escándalo! Silvia: ¡Teresa! T: Ay (sobresaltándose) hija por dios ¡que me vas a matar de un susto! Silvia: No cambiarás nunca... bueno voy para adentro... T: Venga sí yo voy contigo, ¡yo esto no me lo pierdo! Justo en ese momento entraba alguien y se dirigía al mostrador de Teresita cuya cara de fastidio fue más que evidente Silvia: Jajaj se siente... con jamón ibérico Teresa, mi tostada con ibérico Mientras Maca revisaba sus papeles, su hermana se sentó sobre la mesa cruzó los brazos y se limitó a observarla sin decir absolutamente nada. Maca seguía a lo suyo pero por el rabillo del ojo se estaba dando cuenta de cómo Silvia la miraba fijamente. Optó por callarse, sabía que su hermanita no tardaría mucho en bombardearla a preguntas. Como había supuesto no duró ni 5 minutos Silvia: Bueno que Maquita, ¿escupes o no? M: ¿Yo? No tengo nada que escupir cariño, no sé la perra que os ha entrado hoy a las dos Silvia: A ver a ver... ¿tú piensas que yo me acabo de caer del guindo? Que te conozco niña, mejor de lo que tú te crees M: (Sonriendo disimuladamente) Dame el portátil por favor Silvia: (Acercándose a la mesa) Te lo doy con la condición de que me digas al menos su nombre M: ¡Pero que pesada! ¡Que no hay nombre! Silvia: No me digas que la pobrecita no tiene ni identidad... que palo ¿no? M: Anda déjate ya de tonterías y ayúdame Silvia: Anda por fa cuéntamelo... yo creía que confiabas en mi... porfa porfa porfaaaaaaaa M: Que noooo, ¡no seas pesada! Silvia: Ves, eso es que no me lo quieres contar, no que no haya nada que contar M: ¡Silvia! Jajaja ¡para ya! Silvia: ¡Jo!

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Justo en ese momento entraba Teresita T: Uf que pesado el hombre, bueno que ¿le has sacado algo ya? (mirando a Silvia) Silvia: Ni una palabra, se niega T: Ay menos mal, entonces no me he perdido nada. Pero ahora que estoy yo aquí si nos lo vas a contar ¿verdad bonita? M: Pero bueno, ¡esto que es! Si parece que estoy en una comisaría, ¡sois dos cotillas que lo sepáis y no pienso decir una palabra! T: Pero eso es que si hay palabras que decir ¿no? Silvia: Claroooooo ¡lo que vengo diciendo yo hace una hora! M: Ahhhhhhhh ¡me ponéis de los nervios! T y Silvia: ¡Pues habla! En ese momento sonó el móvil de Maca, lo sacó de su bolsillo y mientras lo leía una sonrisa iluminó su cara ”No puedo dormir... te echo de menos... ¿y si voy a raptarte y te traigo aquí conmigo? Un besito cielo, Ven pronto” Las dos se iban acercando cada vez más, para ver si podían leer el mensaje M: Eyyyy ¡pero bueno! ¡Esto es lo último! ¿A vosotras por qué no os fichan para el Salsa Rosa? Seríais perfectas Silvia: Es suyo ¿eh? ¿Que te dice? T: Anda Maca léelo ¿no? Total que te cuesta M: ¡Sois lo peor! (apartándose a un rincón mientras reía para contestar) "Yo tb te echo de menos princesa, cierra los ojitos y piensa que estoy ahí a tu lado abrazándote, Ya queda menos. Un besito dulce” Decepcionadas Teresita y Silvia volvieron a sus tareas. La reunión se hizo algo pesada, algo muy habitual para Maca en esos últimos días. Cuando por fin acabó cogió su móvil y se apartó para hacer una llamada Silvia la observaba atenta E: ¡Hola mi niña! M: ¡Hola cielo! ¿Cómo está mi princesita? E: Echándote de menos, ¿cuando vienes? M: mmm ¿te parece que te recoja en media hora? E: ¿En serio puedes venir? M: Claro cariño, ya terminé E: ¿Entonces nos vamos a comer? M: A comer y donde tú quieras E: ¿A que hora tienes que volver? M: A ninguna, me he tomado la tarde libre E: ¿De verdad? M: Soy la jefa ¿no? E: Pues sí...

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M: Venga preciosa, te recojo ¿vale? ponte guapa, bueno si puedes porque más que ya lo eres... E: Pufff no me digas esas cosas que me sonrojo... M: Vale, ahora te veo. Un besito E: Un beso M: Dirigiéndose a la puerta M: Peque, me voy, ya no vuelvo esta tarde Silvia: Habéis quedado eh... venga dime al menos como se llama... M: Si te portas bien te lo digo mañana Silvia: Aysss si no fuera porque te quiero ¡te mataba! M: Yo también te quiero. Chao hermanita Al salir Teresa la llamó T: Maca, Maca M: Dime Teresa T: ¿Te vas a comer? M: Sí T: ¿Nos tomamos luego un café? M: Lo siento Teresa, ya no vuelvo hasta mañana T: Ah... y qué, has quedado para comer supongo M: ¡Hasta mañana Teresitaaaaaa! T: Puffff pero que no hay forma oye... Maca salió riendo hacia el aparcamiento, se lo acabaría contando pero era divertido verlas todo el día detrás suya intentando sonsacarla Se montó en el coche y volvió a sonreír, costumbre esa de sonreír tanto que llevaba pocos días practicando tan asiduamente, pero no tenía otra opción, en ese coche se notaba su presencia, su aroma, casi como si estuviera allí Sin pérdida de tiempo se dirigió a casa de Esther. Cuando llegó, esta ya la estaba esperando, se sentó a su lado y la saludó con un dulce beso M: mmm Esta si que es la mejor manera de acabar una dura jornada laboral, por algo tenía yo tantas ganas de salir de allí E: Y yo de que salieras, te he echado mucho, mucho de menos... M: Yo mas... Volvieron a besarse, esta vez intensamente M: Bueno (separándose de ella porque empezaba a sentir calor) ¿a donde le apetece ir a mi tragona preferida? E: Me da igual, tengo tanta hambre que me comeré cualquier cosa que me pongan M: Tú como siempre ¿no? ¿Llevas tú el coche? E: No, prefiero que lo lleves tú si no te importa, así... puedo mirarte tranquilamente M: Tú si que sabes eh...

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E: Ya te digo... (guiñándole un ojo) Al final acabaron de tapeo por el centro de la capital E: Bueno cuéntame que tal tu día aparte de estar echándome de menos, ¿qué has hecho? M: Pues... tuve la reunión esa que te dije sobre el proyecto de Sidney, y bien va adelante sin problemas, por lo demás me he reído mucho E: ¿Y eso? M: Mi hermana Silvia, ya te hablé de ella y Teresa, no han dejado de darme la lata en todo el día, mi hermana me vio llegar con tu coche... y bueno que han estado toda la mañana intentando interrogarme E: ¿Por lo del coche? M: Y por la sonrisa de tonta que llevo en la cara desde que te he conocido... dicen que se me nota E: ¿Que se te nota a ti eh? M: Pues que va a ser, que he conocido a la chica más maravillosa del mundo E: ¿Sí? entonces debo tener yo esa misma cara porque a mí me ha pasado lo mismo (mientras le cogía la mano y le daba un beso) M: Sabes, mi hermana es que es increíble, hasta me ha dicho que llevaba mezclado con el mío otro perfume E: Jaja, que lista, esa vale para detective privado M: Y que lo digas, pero la peor ha sido Teresita, está que se sube por las paredes E: ¿Quién es Teresita? M: Pues digamos que algo así como mi secretaria E: ¿Algo así como tu secretaria? M: Sí más o menos Esther frunció el ceño M: ¿Y esa carita? E: No me gustan las secretarias... M: Pues a mi Teresa me encanta... Esther volvió a mirarla con cara de pocos amigos M: Jaja esa mirada ¿es de celos? E: ¿Celos yo? estaría bonito... M: Ay tontita mía, que Teresa tiene 50 años, marido y tres hijos jajaja E: Ah bueno, entonces ya me cae mejor M: Ahora sí eh... E: Bueno pero a ver ¿qué querían saber exactamente? M: Quien eras tú E: ¿Y que les has dicho? M: Nada, absolutamente nada, les he dicho que no eras nadie Esther volvió a fruncir el ceño E: ¿No soy nadie? pensaba que sí... Maca ya no podía aguantar la risa

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M: Aysss ven aquí cosita mía (dejando un suave beso en sus labios) Como no vas a ser tú nadie, si eres lo mejor del mundo, solo quiero hacer sufrir un poquito a ese par de chismosas. Hasta han apostado a ver cual de las dos me lo sacaba primero E: Jajja como eres, y ¿qué han apostado? M: El desayuno de toda la semana creo E: ¿Y cuanto vas a esperar para contárselo? M: Pues a este ritmo creo que no podré tardar mucho porque la intriga seguro que acaba con ellas. Además, yo tampoco puedo estar mucho tiempo callada y no decir que eres lo más lindo del mundo E: Ays... tú si que eres bonita... Pasaron el resto de la tarde, paseando y charlando tranquilamente, por la noche mientras cenaban Maca recibió una llamada de Silvia, anunciándole que a la mañana siguiente salían hacia Valencia para otra reunión importante, cosa que la fastidió profundamente, pero al menos consiguió animarse un poco al saber que estarían de vuelta inmediatamente después de la reunión Un par de horas más tarde, Esther dejaba a Maca en su casa, no dormirían juntas esa noche ya que Maca tenía que levantarse casi de madrugada E: ¿Te veré mañana?... (con carita de pena) M: Claro cariño, en cuanto vuelva te llamo y te recojo, ¿quieres? E: Pues claro que quiero, si fuera por mí pasaría todo el día a tu lado M: Yo también... E: ¿Te acordarás de mí? M: A todas horas, (atrayéndola hacia su pecho) no voy a dejar de pensar ni un solo segundo en ti Permanecieron un rato abrazadas, sintiéndose y sin ninguna gana de separarse, hasta que Esther se separó de ella no sin antes besarla E: Anda ve a dormir que no te quedan muchas horas M: Ya... te llamo mañana ¿vale? E: De acuerdo mi niña Volvieron a besarse con dulzura y Maca se bajó del coche para entrar en el portal. Esther esperaba en el coche hasta que entrara, cuando Maca lo hizo le tiró un beso al que Esther correspondió con otro y puso rumbo a su casa, le acompañaba una sonrisa y unas ganas locas de tenerla de nuevo a su lado Para no perder la costumbre, al sonar el despertador, como cada mañana maldijo en silencio a quien quiera que fuese el que había inventado aquel odioso aparato, y suplicó que llegara el sábado de una vez. Casi como un zombi fue a darse una ducha y prepararse un café cargado que consiguiera despertarla. Mientras lo tomaba miraba por la ventana las calles salpicadas de luces de Madrid, todavía faltaba más algo más de una hora para que amaneciese. Rápidamente terminó de vestirse y tras revisar por última vez que llevaba todo lo necesario salió de casa y en su coche se dirigió al aeropuerto

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Cuando llegó, Silvia ya la estaba esperando con un café en la mano y leyendo el periódico Silvia: Te ha costado levantarte ¿eh? (tras echarle una rápida ojeada) M: Ni te lo imaginas. Me quería morir cuando me ha sonado el despertador Silvia: Ya... te acostaste tarde ¿no? M: Bueno tanto como tarde tampoco, pero tampoco puedo decir que fuera temprano Silvia: Claro... que, no querías dejarla tan pronto ¿no? M: Pufffff, cariño que es muy temprano eh, no vayamos a empezar como ayer que ya nos conocemos Silvia: Bueno como quieras, de todas maneras te lo voy a sacar igual... Maca sonrió, sabía que acabaría sonsacándola, pero al menos se daría el gusto de fastidiarla un ratito más M: Anda tráeme un café, el que me he tomado antes ya me terminó de hacer efecto Silvia: Eso hija tu empieza mandando que se te da muy bien M: Anda calla y tráemelo Silvia: Ayssssss Cuando subieron al avión Maca tardó de dormir un poco pero su hermana no la dejaba Silvia: Venga cuéntamelo ya ¿no? M: Pero mira que eres pesadita Silvia: Porfaaaaaaaaaaaaaa M: ¡Que no!, déjame dormir un ratito Silvia: Tú verás pero como no me lo cuentes no te voy a dejar en paz... M: Diossss ¡por qué todo me pasa a mí en esta vida! Silvia: Venga ¿cómo se llama? M: Esther, se llama Esther. Y ahora déjame dormir ¿de acuerdo? Silvia: Sí hombre, ¡ahora no te dejo dormir ni de coña! M: Pufff (como hablándole al cielo) dame paciencia porque la mato. Está bien... Le contó con detalle como había sido todo, como y cuando se conocieron. Silvia la escuchaba con la boca abierta de la sorpresa M: Y bueno eso es todo Silvia: ¿Que eso es todo? ¡Madre mía de mi vida! M: Pues sí, y ahora ¿me vas a dejar dormir un poquito? Silvia: Ni de coña, (disponiéndose a acribillarla a preguntas) Pero, ¿estáis juntas? ¿la conoces hace 5 días y estáis juntas? M: Pues sí, estamos juntas Silvia: ¿Pero tú te has vuelto loca o algo así? M: Sí creo que me estoy volviendo loca pero por minutos Silvia: Maca cariño, ¿tú te lo has pensado bien? no... no os conocéis M: Ya sé que puede parecer que nos hemos precipitado Silvia, pero es que... no sé nunca me había pasado nada igual, es especial, puedo notarlo, y es lógico que pienses que no nos conocemos que todo es producto de una atracción, pero no es así, en estos días se más cosas de ella que las que llegué a saber de Alicia en dos años. Es dulce, sensible, cariñosa, tierna, inteligente, me hace reír, es atenta conmigo, a veces como una niña

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pequeña, pero muy madura, no sé como explicarlo es como si de pronto hubiésemos conectado de una manera intensa, simplemente me mira y me hace estremecer, me dan ganas de cuidarla de quererla, de protegerla. Cuando veas sus ojos su sonrisa verás que todo lo que te estoy diciendo es cierto Silvia: Bueno visto así... lo único que no quiero es que vuelvas a pasarlo mal Maca no quiero volverte a ver sufrir como te he visto antes M: Lo sé... pero sé que es diferente, lo sé, no me preguntes como pero lo sé. Ahora estoy segura de que no me equivoco, que Esther es la persona que llevo esperando toda mi vida Silvia: Ojalá cariño, porque te mereces ser muy feliz, y la verdad que tienes una carita... M: ¿Tanto se me nota? Silvia: Ni te lo imaginas, te brillan los ojos M: Es que... es increíble de verdad Silvia: Bueno y cuando al voy a conocer eh M: No sé, yo hablo con ella esta tarde si le parece bien podemos salir este fin de semana a cenar por ahí. Te va a encantar hermanita verás como sí Silvia: Si te encanta a ti, seguro Justo en ese momento el móvil de Maca, ese aparatejo al que tan poco caso había hecho hasta entonces. Volvió a sonreír mientras leía el mensaje M: Mira (mostrándoselo a Silvia) “Buenos días mi niña, seguro que ya estarás en el avión, dile a mi colega que pilote bien eh, que lleva la cosita más linda del mundo ahí. Pasa un buen día y piensa en mí tanto como lo hago yo. Un dulce besito para mi princesa” Silvia: Pufffff, a ver espera que saque una sábana que estás babeando M: ¡Tonta! (dándole un empujón) ves, es un cielo Silvia: Eso parece. Me alegro mucho nena, seguro que ahora te irá todo bien M: Gracias pequeñaja Silvia: Oye, y eso de su colega M: Ah, es piloto Silvia: ¿Piloto? M: Siii, vamos a tener que cambiar de compañía aérea ¿eh? Silvia: Jajajaja bueno... que remedio ¿no? una cuñada piloto, no está mal no, ¡anda! ¡ahora podremos tener una taxista del aire que nos lleve donde queramos! M: Jaja serás... Silvia le sonrió y le dio un fuerte abrazo a su hermana, contenta de que por fin empezaran a irle las cosas mejor Silvia: Oye... cuando lleguemos esta tarde tendremos que llamar al samur M: ¿Y eso porqué? Silvia: Teresita... le va a dar un soponcio cuando se entere de que me lo has contado a mi primero Las dos rieron pensando como la pobre Teresita se tomaría de mal no ser ella la primera en enterarse de un cotilleo

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Las semanas pasaban, tranquilas, sin sobresaltos, consolidando una relación que se hacía más fuerte cada día, haciendo que el amor se instalara seguro y fuerte en sus corazones. Las dos habían cambiado, el carácter reservado y resentido de Maca se había transformado, ahora irradiaba alegría por cada poro de su piel, una sonrisa perenne la acompañaba a todas horas y aquella extraña sensación de vacío que la rondaba hacía meses, simplemente ya no estaba. No era la única, Esther poco a poco había superado sus miedos, sus temores y toda la tristeza que llevaba dentro. Se sentía en una nube, segura al sentirse querida, mimada, protegida y el amor de su niña era lo que le daba fuerzas para vivir cada día intensamente No podían verse tanto como querían, a veces el trabajo de Esther las obligaba a separarse por unos días, otras los constantes viajes de Maca, pero intentaban cuadrarlo de la mejor forma posible para aprovechar cada momento. Ya conocían a sus respectivas amistades habían formado un grupito con el que lo pasaban en grande Esther había pasado varios días en Alemania, y ahora tenía 3 días libres que pasar enteritos con su niña, que a su vez había estado adelantando trabajo para poder pasarlos sin tener que preocuparse. Se encontraban en casa de Maca que se arreglaba lo más rápido que podía E: (Desde el salón) ¿Cariño te queda mucho? M: No ya casi estoy cielo, solo me falta peinarme E: Venga date prisa que estas están a punto de llegar M: Voy, voy no tardo Mientras Esther se entretenía enredando en el equipo de música Maca salía de la habitación poniéndose los pendientes M: Ya estoy mi vida Esther se dio la vuelta y casi se cae E: ¡Diossssssssssss! Ufffff, creo... que necesito aire... (haciendo como que se ahogaba) Maca la miraba divertida M: Estás bien cariño... E: No... acabo de tener una aparición divina. Una diosa... M: ¿Una diosa? (mientras se acercaba para besarla) E: Sí... una auténtica diosa... Maca la besaba con pasión, mientras Esther aprovechaba para acariciar todo aquello que se ponía a su alcance. Sus respiraciones se empezaban a acelerar E: (Soltándose de sus labios) Para, para... por favor mmm M: ¿Quieres que pare? (volviendo a besarla) E: ¡Sí... digo no! Ayyyyy eres mala... sintiendo de nuevo los labios atrapados por de nuevo por su chica

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Justo en ese momento sonó en timbre, Maca se separó de Esther y fue a abrir M: Que sepas que te ha salvado la campana, pero esta noche, no te salva a ti ni un terremoto Esther le sacó la lengua mientras intentaba inútilmente serenarse abanicándose con una revista Cuando abrió un coro de risas le dio los buenos días M: Pasad un momento chicas, estoy en 5 minutos Una a una dieron un beso a Maca y fueron después a saludar a Esther E: ¡Hola chicas! ¡Que preparadas! Silvia: ¡Claro! Ya tenía yo ganas de pasar un día todas juntas por ahí C: Pues anda que yo... estas cosas las deberíamos hacer más veces ¡eh! M: Oye ¿y Eva y Laura? Ana: Ahora suben, están mirando no sé qué del coche E: Sí, sí del coche... Esas dos se están dando el lote ahí abajo (si, si Eva y Laurita son novias) M: Pues bien que hacen ¿no? Yo si pudiera ahora mismo también me lo daba E: Jaja y yo, ¿Habéis visto lo guapísima que va hoy mi nena? C: Pa comérsela, ten cuidado Esther a ver si te la voy a quitar... E: Ni de coña jajajja, tú con Vilches que ya tienes bastante eh bonita C: Ya, ya Esther, pero no le quedan tan bien los vaqueros como a Maca Todas reían mientras Laura y Eva llegaban cogidas de la mano Ana: Hombre parejita, ya estabais tardando, que, ¿nos vamos? M: Venga, ¿apetecen cañas y tapitas? L: Clarooooo, ¡tengo un hambre! Fueron todas a coger el coche dispuestas a pasárselo en grande juntas M: ¿Tú tienes hambre? E: Cariño yo siempre tengo hambre ¿por? M: No por nada... para que no te pases, que el postre... lo tengo preparado para esta noche... Iban las 7 tan contentas en el monovolumen de Silvia, cantando a pleno pulmón, riendo y hablando de mil cosas todas a la vez, Silvia conducía aunque sin saber muy bien a donde, simplemente iba guiando el coche por las direcciones permitidas, hasta que al cabo de casi media hora, Esther cuyo estómago cantaba casi algo más que todas sus amigas juntas le pegó una voz E: ¡Cuñada! ¡Pero se puede saber donde vamos! ¡Que tengo hambre! Silvia: ¡Y yo que sé! ¡A mi nadie me ha dicho donde vamos! E: A ver chicas un poquito de silencio ¡por favor!

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Ninguna le hacía caso, Laura y Eva se estaban besando, Maca y Ana se estaban pegando y Cruz cantaba algo totalmente distinto de lo que iba sonando en el coche, vamos cada una a su bola sin hacer caso a Esther y su estómago que berreaba más que Leonardo Dantés hasta que a la pobre se le acabó la paciencia E: ¡SILENCIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡A callarse coño! Todas la miraron con cara de alucinadas, parecía la mismísima niña del exorcista M: Esta tiene hambre (susurrando muy bajito al oído de Ana) si la conoceré yo... Ana: ¿Y siempre se pone así? Que miedo ¿no? M: Dímelo a mí... E: ¡Pero os queréis callar pandilla de cotorras y hacerme caso! Por fin todas se callaron y la miraron dispuesta a atender E: ¡Menos mal! Sois peores que los niños pequeños, a ver sugerencias, ¿donde vamos? ¡Porque yo tengo hambre! L: Ya, ya se nota... E: ¡Venga que donde vamos! M: A Chueca Ana: No, no, que luego me entran todas las tías, al barrio de Salamanca C: A la Sierra ¡qué se come muy bien! Silvia: No, no, no, al centro, ¡vamos al centro! L: Sí hombreeeeee, no mejor vámonos a las tasquitas esas que están por la Plaza Mayor Eva: Pues yo también prefiero el centro eh E: O sea que no nos ponemos de acuerdo ¿no? Pues nada, decido yo C: Pero que morro la tía, ¡esto se hace por votación! E: Que no leches, que hoy voy mandar yo, ¡y si no haberos puesto de acuerdo! Nos vamos al centro y luego a tomar café ya veremos donde, y después a Chueca Ana: Ni de coña, ¡yo no voy! Que la última vez casi me viola una tía que parecía un armario empotrao Eva: Jaja tranquila cariño que si te pasa eso ya te rescatamos nosotras E: Desde luego... como sois eh... Cuando consiguieron aparcar y decidir un sitio donde entrar, después de casi tres cuartos de hora más Esther se subía ya por las paredes, en cuanto la carta de tapas llegó a su poder, no tardó ni 3 minutos en pedirse prácticamente todo lo que se ofrecía en el local Silvia: Hermanita, ¿pero esta siempre come así? M: Sí... es como un pozo sin fondo Silvia: Vas a tener que echar horas extras eh jajaja seguro que con su sueldo no le da para mantener llena la nevera M: Ya... pero es tan mona... Silvia: Ya, ya... anda límpiate la baba E: ¿Que baba? (para no perder la costumbre tenía las parabólicas activadas) Ana: Las que suelta tu chica por ti, ¿o no lo estás viendo? E: Lógico si es que hay que estar ciega para no estar loca por mí... M: ¿Pero serás creída? E: Jaja anda ven aquí (acercándola y plantándole un beso de campeonato)

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C: ohhhhhhhhh, (aplaudiendo) ¡vivan las novias! Mientras al pobre camarero, con su calva y su barriga y aspecto de haberse quedado parado en los años 40 casi le da un infarto al ver a las dos chicas besándose y de la impresión tiró una bandeja que traía con varias tapas para Esther E: ¡Pero hombre de Dios! ¡No lo tire que estoy muerta de hambre! Las chicas no paraban de reír, se lo estaban pasando en grande, y eso que el día no había hecho más que comenzar Tenían el local revolucionado, todo el mundo pendiente de la pequeña mesa del fondo, tal era el escándalo que estaban formando El pobre camarero, ya más o menos recuperado del susto aún seguía poniéndose rojo cada vez que llevaba algo a la mesa, porque cuando Maca y Esther no se prodigaban algún beso o caricia, eran Laura y Eva que se cortaban todavía menos C: Ay chicas por favor parad ya, ¿no veis que a ese pobre hombre le va a dar algo? Eva: Que va mujer, si así se alegra la vista el pobre hombre, yo creo que está a falta... lo mismo esta noche le da una alegría a su mujer L: Pero que brutita eres cariño... E: Jaja yo estoy con Eva, que se alegre la vista, ¡si se le nota en la cara! M: Oye perdona guapa (haciendo como que la regañaba) que aquí la única que se tiene que alegrar la vista contigo soy yo ¡eh! Silvia: ¡Haya paz! y terminad ya de comer que yo si que tengo ganas de alegrarme la vista que yo... si que estoy a dos velas E: Por que tú quieres guapa... que si no fueras mi cuñada... M: Que si no fuera tu cuñada que ¡eh! E: No nada, nada... que ya le buscaría yo un apañito... Cuando por fin terminaron de comer, más bien cuando terminó Esther que casi acaba con las existencias del restaurante, decidieron ir a tomar un café a un bar en Chueca, al pub de una amiga de Laura Esta vez no tardaron tanto y en poco tiempo Silvia consiguió aparcar bastante cerca. Entre risas y bromas hicieron a pie el pequeño trayecto que quedaba hacia el pub Maca abría la marcha con Ana cantando bastante mal por cierto, por lo que todas reían a carcajadas Silvia que iba con Esther se acercó y le dio un beso en la mejilla Silvia: Gracias E: ¿Gracias? ¿Por qué? Silvia: Por hacerla feliz, mi hermana es otra desde que está contigo, y bueno no te había dicho nada hasta ahora... E: No tienes que darme las gracias Silvia, yo no hago nada Silvia: Sí que lo haces, la quieres, la cuidas te preocupas por ella... yo solo sé que nunca antes la había visto de esta manera, y me gusta el cambio

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E: Bueno, ella hace lo mismo conmigo, porque yo tampoco soy la misma Silvia: Quiérela mucho ¿vale? quiero verla siempre con esa sonrisa en la cara E: Lo haré no te preocupes Las dos se abrazaron y Maca que las había visto se acercó dando saltitos M: ¡Pero bueno! ¿Aquí que pasa? ¡A ver si mi hermana me va a quitar a mi novia! Silvia: ¡Cachis! ya nos pilló Esther, está visto que nuestra historia no va a poder ser... Sin más cada una estampó un sonoro beso en la mejilla de Maca La mayor parte de la tarde la pasaron tomando café y algún que otro licor, una vueltita por Chueca, viendo tiendas y haciendo un poco de tiempo hasta la hora de cenar, que por supuesto Esther no perdonó Continuaron con unas copas en un par de pubs tranquilos, hasta que ya bien entrada la noche, decidieron ir a bailar. La que más y la que menos llevaba alguna copita de más encima. Entraron en uno que habían inaugurado unos días antes, solo para chicas, cosa que no gustó a Ana y menos a Silvia que prefería ir a cualquier otro pub donde pudiera tener la esperanza de que algún hetero se hubiera colado Silvia: Esto es deprimente... chicas y más chicas, ¿cómo pretendéis que conozca a un buen chico, me case y todas esas cosas que se espera de mí? Ana: Eso, eso, ¿cómo vamos a echar formalidad aquí? porque seguro que en este sitio no aparece el hombre de mi vida, y veréis como alguna me quiere meter mano, ¡que ya lo estoy viendo! L: Pues que queréis que os diga... a mí... (mirando a su alrededor) esto me parece el paraíso, bueno... (al sentir que su chica la taladraba con la mirada) me refiero que aquí con mi niña... pues... eso... Eva: Sí, sí, ya sabemos... M: Anda (en medio de un ataque de risa) voy pedir algo. ¿Te vienes Esther? E: Sí, sí, voy, lo de siempre ¿no chicas? Mientras las dos iban a la barra a pedir, las demás se quedaron bailando en la pista E: ¿Has visto como te miraba esa camarera? cuando la chica se alejó para ponerles las bebidas M: Sí, pero eso es de pura envidia por tener a mi lado una chica tan guapa como tú E: Seguro... si te comía con la mirada M: Bueno y a mí que, la que me interesa que me coma, con la mirada y con otras cosas... eres tú... E: Jaja ¡ay calla! no me digas esas cosas que... no respondo eh M: Mejor... Maca iba a besarla cuando la camarera las interrumpió poniéndoles las bebidas M: Pufff que mala suerte... E: Jajaj lo siento mi amor, otra vez será M: Si tú descuídate, que a la mínima me lanzo a tu cuello

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E: Vale... por mí cuando quieras... (guiñándole un ojo) Volvieron a la pista con sus amigas que ya bailaban como locas y cantaban a voz en grito las canciones que iban poniendo Cuando pusieron una de las canciones preferidas de Maca, a Esther casi se le salen los ojos de las órbitas, mientras la miraba contonear sus caderas al ritmo de la música, y esta sabedora del efecto que estaba provocando en su chica, acentuaba sus movimientos más exageradamente, se acercó a Esther, para provocarla y poco a poco fue pegando su cuerpo hasta rodear con los brazos su cintura y hacer que esta se moviera de igual forma, hasta casi parecer que era un solo cuerpo que se movía sensualmente Esther temblaba, podía notar su aliento cerca, el latido de su corazón desenfrenado por el simple hecho de sentirla, de tocarla. Maca despacio besó su cuello lo que provocó un gemido de Esther, que fue callado por la suavidad de unos labios cálidos sobre los suyos y no se separaron hasta mucho después de haber terminado la canción Se habían encerrado una vez más en su mundo y no salieron de él hasta escuchar las estruendosas carcajadas de sus amigas Silvia y Ana venían corriendo con las caras desencajadas Silvia: Ves, ves si lo que nosotras decíamos, ¡casi nos violan dos tías en el servicio! Ana: Joder ¡qué vienen por ahí! ¡yo me voy! C: Jajaja ¡pero si son monísimas! Ana: Pues quédatelas tú ¡bonita! Las dos chicas se acercaron Chica1: Ah estáis aquí, os estábamos esperando en la barra Ana: Sí ya es que... Silvia: Es que... no estaban esperando nuestras amigas, ya... ya nos íbamos ¿verdad chicas? L: Sí ya, pero bueno si queréis tomar algo con ellas nos quedamos otro ratito ¿no? Maca, Esther, Cruz, Laura y Eva apenas podían controlar la risa y las otras dos les dirigían miradas asesinas Chica2: Bueno pues yo voy a pedir algo, esperáis aquí ¿no? Sin esperar respuesta se dirigió a la barra, Ana que supuestamente era la elegida por la que fue por las bebidas, se dirigió a Maca en un cuchicheo Ana: Yo me piro eh, dile que me he puesto enferma o que se me ha muerto el gato, o lo que te dé la gana pero yo ¡me voy! M: Pero Ana cariño, no puedes irte ¿y si es el amor de tu vida? Justo en ese mismo momento se acercó la otra, hecho que impidió que Ana pudiera salir por patas, y momentos después aparecía su pretendienta con las bebidas

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Las chicas no paraban de reírse viendo como Ana y Silvia trataban de salir de la situación, y solo pusieron remedio cuando sonó una canción lenta que con la que a las dos pobrecillas trataron de meter mano Con una rápida actuación de Esther salieron del local, todas casi sin poder sostenerse no solo por el alcohol, sino que las carcajadas no las dejaban ni caminar Silvia y Ana iban en apariencia muy enfadadas hasta que las pobres no pudieron hacer otra cosa que partirse de risa también Silvia: Desde luego... mira que sois cabronas ¡eh!, ¡que hasta que no me ha metido mano no me habéis rescatado! Ana: Pues tú no te quejes, que a mí me ha mordido el cuello (pasándose la mano y comprobando que había una marca de dientes) M: Jajaja pues ¡ha sido buenísimo! ¡dios! no me he reído más en mi vida, mañana venimos otra vez eh Silvia y Ana: ¡Ni de coña! Como aún no era demasiado tarde, decidieron entrar en otro pub, por suerte pudieron estar tranquilas, sin que nadie se acercará en plan ataque Maca y Esther bailaban juntas, dándose ocasionales besos, sin darse cuenta de que alguien las miraba con mucho interés desde la otra punta del local Al cabo de un rato Esther y Maca venían cogidas de la mano de pedir otra copa, cuando la persona que llevaba rato observándolas se cruzó en su camino e hizo que se pararan. El gesto de la cara de Maca cambió, su sonrisa desapareció para transformarse en otro de profundo fastidio Alguien: Vaya Maca, que calladito te lo tenías ¿no? ¿No vas a presentarme a tu nuevo rollo? Maca se quedó callada, apretando casi con rabia la mano de Esther, mientras tanto, Silvia que había presenciado la escena desde lejos, sintió una oleada de calor y rabia y dejó caer al suelo el vaso que sostenía L: Que pasa Silvia ¿quien es esa? Silvia: ¡Joder!, su ex Laura, es Alicia, su ex... Alicia: ¿No dices nada Maca? Bueno pues entonces me presentaré yo (acercándose a Esther) soy Alicia... una muy buena amiga de Maca Se acercaba a darle dos besos cuando Maca de un empujón apartó a Esther M: Ni la toques, ¿de acuerdo? no le pongas ni un dedo encima si no quieres que te parta la cara Alicia: Te has vuelto muy arisca cariño, tú solías ser más cariñosa o ya no te acuerdas de las noches que hemos pasado tú y yo... M: Pues no, ya ves, tengo mala memoria, o será que lo que no me interesa lo olvido

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E: Maca... venga déjalo vámonos Alicia: Ah, pero si tu rollito sabe hablar... M: No es mi rollo Alicia, es mi novia y procura no faltarle el respeto delante mía ¿entendido? Alicia: Jaja, ¿tu novia? pobrecilla, ¿le has hecho creer eso? le vas a dar un disgusto Maca, lo tuyo no son las relaciones serias M: Quizás es que contigo no era posible ¿no? o a lo mejor no tienes ni puta idea de como soy yo Alicia: No decías eso cuando te acostabas conmigo, quizás si probáramos otra vez... a lo mejor a tu rollito no le importa M: Vete a la mierda Alicia, y pasa de mí, me das asco Alicia: mmmm me encanta cuando te pones así... me das un morbo... Esther, estaba ya al límite de su aguante, no tanto por lo que decía esa imbécil, sino porque sabía que Maca lo había pasado muy mal con esa relación. No sabía si decirle algo o dejar que Maca la pusiera en su sitio Alicia: No sé tal vez si quedamos... Esther ya no pudo más E: ¿No te estás enterando bonita? ¿Por qué no te largas y te vas a joder a otra parte? Alicia: Tú te callas mosquita que contigo no va E: Conmigo si va, porque da la casualidad de que estás hablando de mi novia, y ten cuidado a ver si la ostia te la voy a meter yo Maca no pudo evitar sonreír M: ¿Has entendido bien? así que mejor te piras y me olvidas de acuerdo, es que no quiero saber nada de ti Alicia Alicia: Me iré si me da la gana, y tú sabes de sobra que te tendré cuando quiera M: Ni en tus sueños... De repente Maca y para asombro de Esther, se volvió a Alicia y acarició su cara... M: Aunque pensándolo bien... quizás... quizás tienes razón y no podamos acabar así... déjame un segundito vale... quiero prepararte algo, no te vayas... (le tiró un beso y desapareció de la vista de las dos) Unos segundos después volvía toda sonriente M: Alicia cariño... escucha bien quiero dedicarte algo... La música comenzaba a sonar, y nada más hacerlo la cara de Alicia empezó a cambiar de color [Mi mundo sin ti (Soraya Arnelas).mp3] M: ¿Te está quedando clarito? Pues nada, ¡hasta nunca!

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Maca hizo un gesto y las demás se acercaron a ellas M: ¿Nos vamos chicas? Silvia: Claro (dejando caer el contenido de un vaso sobre el vestido de Alicia) uys lo siento... Salió como Maca con un gesto de satisfacción en la cara y cantando a voz en grito POR MI TE PUEDES IR AL CUERNO! Caminaban hacia el coche agarradas fuertemente de la mano, los sentimientos se agolpaban en el interior de Maca de forma contradictoria, por una parte en tan solo unos minutos, había revivido todo lo malo de su relación con Alicia, todo el sufrimiento y muy a su pesar le provocaba una rabia infinita cuando lo que de verdad hubiera deseado es que verla no le produjera otra cosa que indiferencia. Por otra parte se sentía bien, por su reacción, por ser capaz de tratarla tal y como se merecía, de mandarla al cuerno. Sonrió al notar como Esther apretaba su mano aún con más fuerza, si no hubiera sido por ella probablemente hubiera vuelto a caer en el juego de Alicia, pero ahora todo era diferente, estaba su niña, la persona que le había enseñado el verdadero significado de la palabra amar, y ahora estaba segura de que ni un ejército de Alicias conseguiría nunca separarla de ella, de esa persona que llevaba tanto tiempo esperando, soñando aun antes de ponerle rostro Esther de alguna manera también daba vueltas en su cabeza a lo sucedido, no dejaba de ver la imagen de aquella chica, físicamente perfecta, morena, con unos ojos enormes y un cuerpo de infarto, no pudo evitar compararse, y si bien ella no estaba nada mal, se daba cuenta de que al lado de ella no tenía mucho que hacer. Aún así la mano de Maca enlazada a la suya conseguía darle tranquilidad, estaba con ella, además le había dejado claro unos minutos antes que no era un simple rollo, ni una amiga, que era su novia, y había estado a punto de partirle la cara a la otra por ella. Consiguió tranquilizarse un poco, aunque una sombra de inquietud la seguía acompañando Silvia las fue dejando una a una en sus casas, después del incidente con Alicia, el cansancio de haber estado todo el día fuera de casa y el alcohol ingerido, ya pocas ganas quedaban de juerga Las últimas en llegar fueron Esther y Maca, pasarían la noche en el piso de esta última M: Silvia podías quedarte ya aquí es una tontería que te vayas, así comes con nosotras Silvia: No Maca, prefiero llegar a casa, ducharme y cuando me despierte estar ya allí, tengo algunas cosas que hacer mañana M: Bueno como quieras... quedamos mañana para cenar ¿no? Silvia: Sí, yo os llamo Esther se despidió de Silvia con un beso, cuando Maca fue a hacer lo mismo, su hermana disimuladamente y aprovechando que Esther no miraba le preguntó si estaba bien. Maca asintió y le hizo un gesto de ya hablaremos

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Mientras Silvia se alejaba con el coche las dos entraron en el portal y silenciosamente subieron en el ascensor hasta la última planta Al entrar en el piso, Esther suspiró con alivio, se quitó los tacones que la estaban matando y los lanzó lejos, se sentó en el sofá, se echó hacia atrás y cerró los ojos, Maca la miraba desde la puerta del salón Cuando Esther abrió los ojos la encontró mirándola fijamente M: ¿Qué te pasa? E: No nada... solo estoy un poco cansada, y los pies... me duelen... M: Ya... has venido muy seria todo el camino E: Bueno tú también... M: Sí... el fin de la noche ha sido un poco ajetreado E: Sí... (agachando la cabeza cabizbaja) M: Esther... E: Dime... M: Que gracias por defenderme delante de ella E: Tranquila, me estaba tocando la moral no aguantaba más M: Sí... a mi también, me crispa los nervios solo mencionarla, y verla ya... Esther volvió a entristecerse, Maca sabía que algo rondaba por su cabeza, así que fue hacia el sofá y se sentó a su lado M: ¿Me vas a contar que te pasa? E: No me pasa nada tonta, de verdad solo estoy cansada, no hemos parado en todo el día Maca volvió a quedarse en silencio, estuvieron así durante algunos minutos, hasta que Esther volvió a hablar E: Alicia... es muy guapa Maca la miró sorprendida M: Bueno... solo es fachada, como persona no tiene nada más que ofrecer, y tampoco es miss universo eh E: Vamos Maca es una tía diez, es muy guapa y tiene un cuerpo de escándalo Maca comprendió por donde iban los tiros M: Me vas a contar ya que pasa Esther, ¿a qué viene eso de si es guapa o deja de serlo? E: No sé... antes al verla... se me pasó por la cabeza porqué te fijaste, en mí, yo no tengo nada que ver con ella, soy de lo más normal Maca sonrió con una ternura inmensa al notar a su niña insegura, dudar de si misma e intentó hablarle con todo el cariño del mundo M: Ven aquí (cogiéndola de la mano) claro que no tienes nada que ver con ella cariño, tú eres, dulce, sincera, no me engañarías nunca, ni me manipularías, sé que no seré para ti un simple entretenimiento, un trofeo que lucir antes los demás, ni seré la última opción

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de tu lista. Tú me lo das todo, y ella solo me daba momentos, los que le apetecían, solo quería mi cuerpo pero nada más, lo demás le sobraba Una lágrima se deslizaba por los ojos de Esther E: Pero... ella es tan guapa, tan... alta tan... todo M: ¡Esther! A mi un físico no es lo que me importa ¿me entiendes? y tú no tienes nada que envidiarle, pero mírate mi amor, si eres preciosa... E: No... no lo soy M: Sí lo eres, la más bonita, ¿pero tú te has visto mi amor? Anda ven (dirigiéndose hacia un espejo) tienes una carita preciosa, unos ojos que con solo mirarme me derriten, una sonrisa que mata... y un cuerpo que me vuelve loca E: Si tú lo dices... M: Claro que lo digo. Tú eres mi reina. ¿Sabes? Hace tiempo leí un poema, ahora no recuerdo de quien es, pero lo buscaré, decía algo así como: Puede que no seas la más alta, ni la más guapa, ni la mejor, ni que tus cualidades sean perfectas, pero para mí eres todo eso, porque yo te elegí, porque eres mi reina. ¿Así que no quiero escucharte eso nunca más de acuerdo? Esther la miraba sin saber que decir M: ¿De acuerdo? E: Sí... Pero Esther no conseguía quedarse tranquila, había algo que aún la turbaba y Maca lo notó al sentirla temblar entre sus brazos M: Ey... todavía te preocupa algo ¿verdad? E: Sí... (atreviéndose a preguntar) ¿por qué has estado tan seria todo el camino? Maca suspiró y tras pensar unos segundos comenzó a hablar M: Me hizo mucho daño Esther, muchísimo, me engañó y sé que debería sentir indiferencia, pero no es así, no porque sienta nada por ella ni mucho menos, ¡pero me dio miedo verla! E: ¿Por qué? M: Porque es una manipuladora, siempre consigue lo que se propone, y aunque nunca me ha querido en el fondo no soporta verme con nadie, es como si pensara que soy de su propiedad, y cuando te miró... sentí rabia, pánico de que hiciera algo que a ti te pudiera hacer daño, alguna mentira, algo que contara que te hiciera dudar de mí, hace meses que no me molesta, pero al verme contigo... pensé que volvería a querer entrar en mi vida de alguna manera, para volver a joderme la vida Las lagrimas comenzaban también a deslizarse por el rostro de Maca E: No, no llores mi amor, yo te quiero, eres lo más importante de mi vida, y no voy a permitir que nada ni nadie nos haga daño M: Yo... yo también te quiero... más de lo que te imaginas E: Lo sé.. ven aquí anda

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Se fundieron en un abrazo que duró varios minutos, se sentían bien, segura de que sus sentimientos eran fuertes y nada podría con ellos E: Oye... M: Que cariño E: Tengo hambre... M: Jajajja ves por eso también me encantas, siempre me haces reír Esther la besó con dulzura M: Anda ven, a ver que encontramos en la cocina Fueron juntas a la cocina, Esther, ni corta ni perezosa, y debido al hambre, trasteó un poco hasta que dio con lo que necesitaba, eran casi las 7 de la mañana, pero eso no le iba a impedir darse una buena comilona M: Vamos no me lo puedo creer, ¿ahora te vas a poner a hacer eso?, ¿no te basta con un sándwich? E: Pues no, que he tenido mucho desgaste hoy, y tengo que alimentarme bien que estoy en edad de crecer M: Pues como no sea a lo ancho... E: ¡Me estás llamando gorda! M: No, no, ¡Dios me libre! Estás estupenda cariño E: Ah creía... ¿te preparo algo a ti mi amor? M: Un sándwich, yo con eso me apaño E: Vale tu misma Mientras tanto Esther, se preparaba una hamburguesa completa y unas patatas M: Desde luego.. es que tienes valor... ponerse a estas horas a hacer todo eso... E: ¡Tengo mucha hambre! Y tú sabes que si no como no rindo M: Ya, ya... no si por mí puedes vaciarme la nevera, mañana se vuelve a llenar y listo Cuando por fin Esther terminó de cocinar se sentaron a comer E: Y luego cuando nos levantemos ¿qué vamos a hacer? M: ¿Y quién te ha dicho que nos vayamos a levantar? E: Ah ¿qué piensas pasarte todo el día metida en la cama? M: ¿Por qué no? ¿Tienes algún plan mejor? E: No... la verdad que no... (dándose cuenta de la mirada pícara de Maca) bueno, voy a comerme algo de postre y nos vamos a la camita ¿sí? M: No deja, deja, vete tú a la cama, cámbiate, que ahora te llevo yo algo de postre, así te lo comes allí tranquilita E: Vale, si mejor, que me siento incómoda, me van a explotar los vaqueros Mientras Esther entraba en el baño, Maca se quedó trasteando en la cocina, tras un rato allí fue al otro baño, cuando estuvo segura de que Esther ya estaba en la habitación, apagó la luz y como mucho sigilo fue hacia allí

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Esther ya estaba metida en la cama, cuando la vio aparecer, faltó muy poquito para que se cayera de la impresión, Maca iba en ropa interior, se había recogido el pelo de forma que un mechón travieso se escapara y cubriera parcialmente su cara, traía algo en la mano M: Aquí estoy mi amor, quieres tu postre... Esther sintió como una oleada de calor recorría su cuerpo, Maca la miraba adoptando una pose extremadamente sensual, casi lasciva, pasando su lengua por los labios, intentando provocarla, cosa que sin duda había conseguido desde el primer momento M: ¿No me vas a decir nada?, si no lo quieres... me voy... E: ¡No, no, no, no! Lo quiero, lo quiero M: ¿Seguro? A ver si va a ser demasiado para ti... E: Seguro, seguro Maca se acercó a la cama y se sentó alejada de Esther, esta hizo el gesto de abalanzarse a ella M: No, no... tú ahora te vas a estar ahí quietecita si no quieres quedarte sin tu postre... E: puffff Con una lentitud desesperante, Maca comenzó a quitar el envoltorio de un helado M: mmm Es el que a ti te gusta ¿no? De vainilla y chocolate Sin más lo mordió haciendo que el chocolate crujiera en su boca M: Está buenísimo... Comenzó a succionar el helado, alternando la lengua, los labios y ocasionales muerdos. Esther se iba sofocando cada vez más, hasta que le fue casi imposible estarse quieta y tirándose literalmente de la cama, se puso de rodillas frente a ella M: No, no... eso no vale... si quieres que te de, tienes que ser buena y hacer todo lo que yo te diga... E: Jo Maca por favor... dame un poquito... M: Pero solo un poquito eh... Maca le acercó el helado, y cuando Esther iba a probarlo lo retiró, así hasta tres veces E: Jo... Maca sonreía maliciosamente, hasta que por fin decidió apiadarse de ella, y le ofreció, pero justo cuando iba a darle, lo lamió y ofreció su lengua que Esther golosamente aceptó, hasta no dejar ni rastro del helado E: Más quiero más... M: ¿Quieres más? E: Sí quiero más, lo quiero todo M: Muy bien...

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Maca dejó el helado encima del envoltorio, y la besó profundamente, haciendo que el corazón de Esther empezara a latir desbocadamente Despacio, mientras la seguía besando fue sacando la camisetita de su pijama hasta dejar sus pechos descubiertos, se aproximó para besarlos, casi rozarlos, haciendo que su niña comenzara a gemir Esther aprovechó para desabrochar su sujetador, necesitaba sentir su piel, tenerla cerca M: Mi amor... creo que te has manchado... E: ¿Donde? M: Aquí... Maca cogió el helado y directamente lo aplicó a uno de sus pechos, haciendo que Esther se estremeciera al contactar el cremoso líquido con su piel caliente M: Voy a tener... que limpiarte Sin más su lengua juguetona abarcó todo su pezón, que fue lamido, mordido y besado hasta que no dejar ni rastro del delicioso helado E: Pues creo... que el otro también está algo manchado ¿no? (hablando entre gemidos) M: mmm creo que sí... Esta vez Maca dio un mordisco al helado y pasó a dar el mismo trato al otro pecho de Esther, provocando un endurecimiento en su pezón que casi le dolía pero a la vez le estaba dando un placer intenso y placentero que amenazaba con llevarla al borde de la locura Una vez llegadas a este punto, la cordura las abandonó para caer en una vorágine de sensaciones, haciéndolas perder el control por completo Maca directamente aplicó todo el helado por su pecho desnudo, y se dedicó a devorarla, Esther arqueaba su cuerpo presa del placer, emitiendo débiles suspiros, ante ese contraste frío calor, el helado se derretía apenas tocar su piel ardiente, pero era apresuradamente lamido por Maca, que en décimas de segundo no dejaba rastro Esther necesitaba besarla ansiosamente, sentirla, con un movimiento la acercó a su boca, antes pudo ver el deseo pintado en las pupilas de Maca, en unos ojos ardientes, cegados de deseo. Se besaron con hambre, Esther no quería desaprovechar nada del dulce manjar que le ofrecían esos labios con sabor a vainilla y chocolate. Pero Maca quería más necesitaba darle más, volverla loca, con esfuerzo se separó de ella, y comenzó a besar todo su cuerpo, pringó toda su cara que apresuradamente dejó totalmente limpia a base de besos y suaves lametazos, su lengua comenzó a reptar lentamente por el resto de su cuerpo, embadurnado previamente, besó sus brazos, nuevamente se recreó en su pecho, y comenzó a basar por el dulce sendero de su vientre. Su ombligo, fue besado, lamido y saboreado hasta la saciedad. Pronto sus manos juguetonas se deshicieron del tanga de Esther, pero queriéndola hacer sufrir un poquito más, su centro de placer fue de momento

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olvidado, y pasó a recorrer sus piernas, hasta que no quedó un solo milímetro que no hubiera saboreado Como pudo hizo que Esther se diera la vuelta, se sentó sobre ella y provocó miles de escalofríos al deshacer sobre su piel lo poco que quedaba del helado, que fue extendiendo con sus manos por la espalda y las nalgas con un atrevido masaje, que pronto dejo lugar a su boca que ansiosa la recorrió entera E: Maca, no... no puedo más... Maca sonrió con malicia, le hubiera gustado torturarla un poquito más, pero sabía que Esther no sería capaz de resistir mucho, así que volvió a hacer que se diera la vuelta, y tras besarla intensamente, cogió rápidamente otro helado. Sin demorarse más lo mordió, y aplicó su boca directamente a su sexo, cosa que provocó un intenso gemido de Esther, que comenzó a retorcerse como una culebra, mientras sentía la boca helada de Maca, abriéndose paso a través de sus labios, succionándola, mordiéndola y lamiéndola como si le fuera la vida en ello. Cuando sintió que el orgasmo de Esther estaba a punto de atravesarla, aplicó directamente el helado, Esther se agitó y unos segundos después mientras la lengua de Maca la penetraba, alcanzó un orgasmo que estremeció su cuerpo por completo provocándole violentos espasmos, pero Maca no paró, continuó con su lengua incansable hasta que unos minutos más tarde, volvía a sacudirse con la llegada de otro orgasmo tan salvaje como el anterior Esther había quedado completamente agotada, pero aún le quedaban fuerzas para devolverle a su chica todo el placer que esta le había dado, sin esperar a recuperarse, se situó sobre ella, y la besó con intensidad, deseosa de llevarla a los límites del placer Reparó en todo lo que Maca había llevado a la habitación momentos antes, no iba mal preparada, y con lo que había allí pretendía volverla loca, encontró un bote de chocolate, nata, caramelo líquido y bombones Sin perder un segundo más embadurnó todo su cuerpo que fue lamido, besado, mordido succionado, sin dejar olvidado un solo rincón. El cuerpo de Maca se sacudía ante aquella tortura que la estaba haciendo transportarse a otra dimensión hasta que su cuerpo no pudo más y explotó en un orgasmo que la dejó al borde de la inconsciencia Cuando consiguió recuperarse su chica la besó con ternura, sonrió, pues esa deliciosa boquita, iba acompañada de un bombón de chocolate blanco, sus preferidos Abrazadas y con el dulce sabor del chocolate en sus labios, se dejaron vencer por el sueño Eran ya casi las cinco de la tarde cuando Esther abrió los ojos, casi no se podía mover, por una parte Maca estaba prácticamente sobre ella, y por otra, estaba pegada a las sábanas y a su cuerpo, debido a la mezcla de helado, nata chocolate, caramelo y otros fluidos, distintos pero no menos deliciosos Intentó mover a Maca pero esta se limitó a murmurar en sueños, y visto que no tenía éxito se dedicó a mirar como su pequeña dormía. Estaba preciosa toda pringadita, tenía el

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pelo revuelto, un poco pegajoso del chocolate, también en los labios aparecía un pequeño churrete, caramelo quizás. Suavemente la besó, le costó apartar sus labios de ella, sabía deliciosa. Despacio siguió besando todo lo que encontraba a su paso, a pesar de su complicada postura Maca pareció comenzar a despertarse, abrió los ojos y lo primero que vio fue la preciosa sonrisa de su niña E: Buenos días caramelito, o buenas tardes mejor M: Hola princesa... (intentando estirar su cuerpo) me siento... pegajosa E: Normal... si estamos rebozadas en dulce M: Pero te gustó ¿no? E: Me encantó... de por sí eres dulce pero así toda pringadita... mmmm una delicia Les costó trabajo moverse, la piel la tenían pegada la una a la otra M: Sabes (besándola con ternura) es una buena manera esta de pegarte a mí E: Pues la verdad que sí, a mí... me encanta M: Jej sabes a chocolate, a ver, que tengo hambre... Esther sonrió y se dejó limpiar enterita, ya que Maca no dejó un solo poro de su piel por recorrer, luego fue Maca la que recibió tales placeres. Volvieron a acabar exhaustas, rendidas pero felices, el cansancio las hizo dormir de nuevo Casi anochecía cuando volvieron a despertar, esta vez no pudieron entretenerse tanto, ya que habían quedado en ir a cenar E: mmmm Voy a la ducha ¿vale mi amor? M: Claro cariño, frótate bien eh que estás toda pegajosa E: Y por qué no lo haces tú... (de camino ya hacia la ducha) yo a lo mejor... no llego a todas partes... El deseo volvió a encenderse en la mirada de Maca que con gusto acudió junto a su niña, deseosa de limpiarla muy, muy, muy bien... M: Desde luego... (entrando en la ducha) eres mala eh... me provocas... y nunca sé negarme... E: ¿Y no te gusta que te provoque así? M: ¿La verdad? me encanta... me vuelves loca... E: Tú si que me vuelves loca... La besó con ansia, deseosa de sentir su cuerpo de nuevo, de hacerla suya de provocarle mil sensaciones hacerle perder la razón y de paso perderla ella también, si es que no la había perdido ya hacía mucho tiempo Quiso tratarla con mimo, con toda la dulzura del mundo. Con delicadeza fue mojando todo su cuerpo, recogiendo con su lengua cada gota que se deslizaba de él, por toda su cara, su cuello en el que perdió la noción del tiempo, y poco a poco bajando hacia sus pechos, el dulce sendero de su vientre, sus piernas, y su espalda, hasta embriagarse de ella

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Maca suspiraba entrecortadamente, pegándose a su princesa cada vez más, queriendo fundirse con su piel para siempre Esther, extendió sobre sus manos el gel y procedió a darle un sensual masaje por todo su cuerpo, un masaje lento, cargado de erotismo, donde sus manos resbalaban sin complejos por la húmeda piel, provocando que Maca temblara, y casi no fuera capaz de mantener el equilibrio. Sus manos se enlazaban, ahora Maca también era partícipe, deslizando sus dedos por el resbaladizo cuerpo de Esther. Las respiraciones estaban aceleradas al máximo, la excitación al límite, y los instintos las llevaron al buscar el placer de la persona que amaban El placer no tardó mucho en desgarrarlas, haciendo que cayeran pesadamente sobre la fría pared de la ducha respirando la una sobre la otra, y dejando que el vapor agua caliente las envolviera dando la sensación de que una nube las cubría en el cielo de su amor Aunque procuraban coincidir tanto como les era posible, en algunas ocasiones cuadrar sus horarios era extremadamente complicado, tanto que había semanas que no llegaban a coincidir. Intentaban llevarlo como buenamente podían, aun así se les hacía realmente duro. Contaban los días que faltaban para verse, los minutos, casi los segundos. Compensaban la ausencia gastando auténticas fortunas en teléfono, y ese bendito internet que además les permitía verse por webcam con el inconveniente eso sí, de verse y no poder tocarse, abrazarse, o darse un simple beso Su buen humor, y la esperanza siempre puesta en el reencuentro era lo que las ayudaba en esos momentos en que la ausencia dolía casi como cuchillos clavándose en la carne Tras algo más de una semana sin verse, por fin lo harían esa tarde. Maca estaba en Madrid, solo hacía dos días que había llegado de Londres ciudad en la cual preparaban nuevos proyectos, mientras que Esther había pasado cuatro en Alemania Mientras esperaba la hora de la llegada del vuelo de Esther, Maca andaba en su oficina de un lado para otro, sin parar de mirar el reloj que para no perder la costumbre siempre que deseaba algo parecía moverse perezosamente Estaba con Teresita, preparando la agenda para la siguiente semana, pero no conseguía concentrarse en absoluto T: Maca hija, ¿quieres parar un rato tranquila y hacerme caso? a este paso va a llegar la hora de comer y no acabamos eh M: Ya, ya, lo siento Teresa, es que tengo la cabeza en otra parte T: Ya... en las nubes ¿no? M: Pues sí... nunca mejor dicho T: ¿A que hora llega? M: A las 5, pero hasta las 6 más o menos no termina, papeleos y no se que historias con la tripulación la verdad T: Tienes ganas de verla ¿eh? porque menuda semanita que llevas guapa... M: Jjaja ¿estoy muy insoportable?

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T: Bueno de todo un poco, pero te entiendo... el amor... si a mí me pasaba igual con mi Paco, mira, cuando éramos novios nos veíamos cada quince días, y con suerte, porque yo estaba aquí en Madrid y él en Murcia, claro ni había móviles ni internet ni nada de las modernidades estas de hoy en día, y yo lo pasaba de mal, 3 años estuvimos así, y uno de ellos de casados, había veces... M: Ya, ya Teresita (cortándola viendo venir sus habituales monólogos) perdona que te interrumpa, la reunión con Andrade es el miércoles ¿no? T: Sí, a las 11, pero bueno que lo que te decía, había veces... Maca suspiró resignada, cuando esa mujer empezaba a hablar no había nada que consiguiera pararla Cuando por fin llegó la hora, se encamino felizmente al aeropuerto, tenía que entrar por un sitio diferente al de los viajeros, así que nada más aparcar se dirigió hacia la entrada reservada al personal Había una chica en recepción M: Hola buenas tardes Chica: Hola, buenas tardes, ¿qué desea? M: Soy Macarena Wilson, estoy esperando a la comandante García, ¿sabe si ha terminado ya? Chica: Un momento por favor (disponiéndose a realizar una llamada) Tras hablar unos instantes se dirigió de nuevo a Maca Chica: La está esperando señorita, la segunda puerta a la derecha, (mostrándole un pasillo) M: Gracias Maca se dirigió al pasillo y al llegar a la puerta llamó, desde dentro la invitaron a entrar, abrió la puerta y una enorme sonrisa iluminó su rostro, allí estaba Esther, recogiendo unos papeles que dejó rápidamente en cuanto vio a su chica M: Hola... E: Hola mi amor... Maca se acercó lentamente, pero al parecer Esther tenía prisa porque se acercó y la abrazó con fuerza E: mmmmm como te echaba de menos... M: Y yo... (depositando un tierno beso en sus labios) mucho, mucho mi vida E: Sí pero yo más eh (acariciando su rostro suavemente) Dejaron pasar unos minutos así abrazadas, hasta que Esther se separó de ella E: ¿Me cambio y nos vamos? M: Sí, pero, pero no te cambies E: Es solo un momento cariño, no tardo nada M: Ya pero es que... (mirada pícara)

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E: Es que... ¿qué? M: Que me pones un montón con el uniforme... comandante... Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Esther M: Creo que... daría mucho juego ¿no?... aunque si quieres cámbiate... (dándose la vuelta con intención de salir) E: Venga vámonos, a mi casa que está más cerca (cogiéndola de la mano y tirando de ella) Maca sonrió maliciosamente, y se dejó llevar sabía que les esperaba una tarde de lo más movidita Salieron del aeropuerto entre risas y bromas, deseosas de llegar cuanto antes a casa y recuperar los largos días que llevaban sin verse Soportaron estoicamente los atascos de la capital, aprovechando para hablar sobre sus respectivos viajes y escuchar un poco de música. Cuando por fin consiguieron llegar, entre las dos subieron el equipaje de Esther E: (Dejándose caer con un suspiro en el sofá) uffff no veía el momento de llegar. Hogar... dulce hogar... no veas como echaba de menos tirarme aquí M: Vaya... y yo que creía que lo que más echabas de menos era a mí.. y resulta que es al sofá... que decepción... E: Ya cariño, a ti también. Pero el sofá... (riendo ante el gesto fruncido de Maca) el sofá... no es nada sin ti, anda ven aquí tontita Tiró de ella hasta tumbarla sobre su cuerpo E: Ves, ahora está muchísimo mejor(aproximando sus labios a los de su chica) mmm (tras besarla) sin comparación Dejaron pasar un largo rato dedicadas al simple placer de besarse, hasta que más tarde decidieron cenar Maca se cambió y fue a la cocina a preparar la cena mientras Esther se daba una ducha. Al tiempo que vigilaba el horno en el que se cocinaban unos deliciosos canelones, hacía una ensalada, después puso la mesa. Ya estaba casi todo listo cuando Esther apareció en la cocina E: mmm que bien huele... me muero de hambre M: Mejor sabrá, aunque... (acercándose a ella) tú hueles mucho mejor E: Ey ey quietecita, (al notar un suave muerdo en la base de su cuello) que el postre viene luego eh, antes hay que comer que yo tengo que reponer fuerzas M: Jaja tragona, si come, come, más te vale que las cojas que te va a hacer falta E: Pues... come tú también a ver si la que va a estar falta de fuerzas vas a ser tú Esther salió de la cocina tras dale una palmadita en el culo a su nena y guiñarle un ojo pícaramente. Maca movió la cabeza como diciendo que no había quien pudiera con ella.

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Los canelones ya estaban listos, así que llevó todo a la mesa y tras servir un buen vino se pusieron a comer La cena transcurrió tranquila, estuvieron hablando de todo un poco y al terminar, sentadas en el sofá vieron las fotos del último viaje de Esther. Maca se ofreció a recoger la cocina así que Esther fue a la habitación a esperarla Una vez que Maca terminó entró en el baño y tras unos minutos fue a la habitación. Encontró la puerta cerrada, y un pequeño papel encajado a la altura de sus ojos, con curiosidad lo cogió “Entra y siéntate en la silla, cierra los ojos y no hagas preguntas” Al entrar encontró una silla justo en medio de la habitación, a Esther no se la veía por ninguna parte, pudo observar también antes de sentarse que había velas encendidas por todos lados, intrigada y ya excitada imaginando lo que venía, se sentó cerró los ojos y esperó unos instantes, estaba nerviosa [Goodnight moon (Shivaree).mp3] A los pocos segundos las primeras notas de una canción comenzaron a sonar y notó que estaba allí detrás suya. Continuó con los ojos cerrados pero al sentir un húmedo beso en su cuello el instinto pudo más que ella y los abrió, casi a cámara lenta vio como Esther se situaba justo delante suya, creyó que no podría volverlos a cerrar nunca más. Estaba imponente, se había vuelto a poner su uniforme de piloto, pero se veía completamente diferente a como la había visto por la tarde Tenía la chaqueta desabrochada, dejando ver una camisa blanca semitransparente que a su vez dejaba adivinar un sujetador de encajes, la corbata anudada al cuello, completaban el atuendo una falda bastante más corta de lo que podía recordar, unas medias con liguero y unos zapatos con un tacón de vértigo, y como no, la gorra. Maca sentía que el aire no llegaba a sus pulmones, y creyó desfallecer cuando Esther le susurró al oído E: No decías que te ponía mi uniforme... pues aquí me tienes... Maca intentó tocarla, pero Esther se alejó con una sonrisa pícara E: No, no mi amor... simplemente observa y disfruta Comenzó a contonearse al ritmo de la canción, con movimientos suaves, sexys, eróticos, los ojos clavados en su chica que la miraba extasiada, mordiéndose los labios y conteniéndose por tirarse a su cuello sin más Esther se movía, se acercaba y se alejaba tarareaba la canción mientras su cuerpo parecía moverse por inercia There´s a blade by the bed And a phone in my hand A dog on the floor And some cash on the nightstand

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When I´m all alone the dreaming stops And I just can´t stand What should I do I´m just a little baby What if the lights go out And maybe and then the wind just starts to moan Outside the door he followed me home So goodnight moon I want the sun If it´s not here soon I might be done No it won?t be too soon ´til I say goodnight moon Despacio comenzó a desabrochar su chaqueta botón por botón, excitándose por el simple hecho de ver la cara de Maca ardiendo de deseo, pero dispuesta a darla una noche de placer que no podría olvidar en su vida Los botones de la chaqueta fueron desabrochados uno a uno, permitiendo incluso que Maca desabrochara uno de ellos, pero sin dejarle tocarla, hecho que fue una tortura para las dos, pero Esther tenia que seguir no sabía si podría aguantar hasta el final pero al menos no se dejaría tocar tan pronto Se alejó de ella, y dejó que su chaqueta cayera al suelo, ahora Maca si pudo apreciar toda la voluptuosidad del cuerpo de Esther, su cintura y sus caderas perfectamente marcadas, el contorno de sus pechos cuyos pezones desafiantes intentaban traspasar las capas de ropa Esther le dirigió una mirada felina, movía sus caderas y de nuevo volvió a acercarse a ella, esta vez para susurrarle al oído la canción y aprovechar para lamer suavemente su oreja, lo que provocó un intenso estremecimiento en Maca que ahogadamente dejó escapar un suspiro, se moría por ser ella la que la despojada de toda la ropa Esther adivinando sus intenciones la detuvo con un movimiento de cabeza, de nuevo se acercó, y sensualmente movía su trasero invitándola a desabrochar la cremallera de su falda, Maca lo hizo sin pérdida de tiempo, a la vez que furtivamente acariciaba su cintura mientras la falda al igual que la chaqueta anteriormente caía al suelo y era apartada elegantemente por Esther Ahora si que casi se muere de la impresión, las piernas enfundadas en unas medias negras, unos ligueros a juego con el tanga y con el sujetador la camisa blanca y esa corbata... habría dado media vida por tirar de ella y encontrarse con los labios de esa diosa que la estaban volviendo loca La canción terminó, pero seguidamente comenzó otra, que hizo que los movimientos de Esther fueran mucho más atrevidos, felinos, salvajes, contoneaba todo su cuerpo casi como una profesional, agachándose a la vez que aflojaba el nudo de la corbata y desabrochaba el primer botón de la camisa para volver a incorporarse, acariciaba su cuerpo, con movimientos lentos y estudiados

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[Tema 2.mp3] Con atrevimiento se apoyó en la silla y levantó una pierna, dejándola completamente estirada, y al bajarla la dejó entre las piernas de Maca a la que besó profundamente, pero nuevamente no la dejó seguir Maca estaba ya desesperada, ardía desde el mismo instante que la vio, necesitaba tocarla, sentirla, tenía que esforzarse cada vez más para estarse allí quietecita, aunque no tardó mucho tiempo en moverse de allí, Esther la tomó de la mano e hizo que se sentara en la cama, cuando Maca se sentó, cogió la silla y la usó como si fuera la barra de una sala de streptease, agarrada a ella, subía y bajaba su cuerpo, se sentaba a horcajadas, y le lanzaba lascivas miradas que hacían que Maca casi se mareara Terminaba la canción, de nuevo comenzaba otra más que conocida y que ni pintada para la ocasión, Esther sonrió maliciosamente arrojó sus zapatos lejos subió su pierna sobre la silla y ahora si comenzó a deslizar las medias por sus piernas, cuando las dos estuvieron fuera, se acercó bailando y se las tiró a Maca a la cara, que las apartó rápidamente para no perderse detalle de lo que hacía su chica [Nueve Semanas y Media.mp3] Seguidamente Esther, se quitó la gorra agitando su cabeza para hacer que su melena cayera sensualmente sobres sus hombros, hubiese querido tardar mucho más pero ella misma se daba cuenta de que estaba al límite del aguante, se moría por que Maca la tocara, por tocarla ella así que tomándola nuevamente de la mano hizo que se levantara y volvió a besarla, agarradas por la cintura se provocaban la una a la otra dejaban que sus manos se deslizaran por sus cuerpos. Esther lentamente fue despojando a Maca de su ropa hasta dejarla en braguitas, cuando lo hubo conseguido hizo que se sentara nuevamente y ella misma fue despojándose de su camisa, botón a botón enseñando poco a poco la suave piel que Maca estaba loca por saborear cuando por fin cayó esta prenda Maca emitió un sonoro gemido, estaba allí con un conjunto de ropa interior que quitaba el hipo, y con la corbata de la que Maca se apresuró a tirar para hacer que Esther cayera sobre su cuerpo, ya ni siquiera escuchaban la canción que sonaba, les daba igual, había llegado el momento de entregarse la una a la otra y rabiosa por sentirla no pudo esperar un segundo más para atacar, casi con violencia devoró esos labios que parecían llamarla a gritos, los lamió y saboreó, los mordió una y otra vez un reguero de besos siguió por sus hombros y su cuello que succionó con fruición dejando marcas visibles pero en ese momento no le importó, solo sabía que la deseaba con todas sus fuerzas, siguió besando y lamiendo sus pechos, deshaciéndose impaciente del sujetador que arrojó lejos, continuó saboreando su vientre, jugando con su ombligo pasando después a sus piernas recorriendo cada milímetro cuadrado subiendo y bajando, hasta llegar a su pubis cubierto aún con ese excitante tanga que consiguió bajar con su boca provocando que los gemidos de Esther subieran de tono notablemente, para finalmente perderse en el interior de la persona que amaba, recorriéndolo entero con sus labios con su lengua que se retorcía furiosa y no paró hasta sentir los violentos espasmos de su chica tras haber alcanzado un placer casi inhumano, aún así siguió sin retirarse, pues seguía sedienta de aquel maravilloso néctar del que consiguió beber hasta tres veces

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Cuando Esther llegó al límite de sus fuerzas Maca la cubrió de besos hasta llegar a su boca y dejó que su princesa recuperara el aliento, cosa que no tardó mucho en suceder ya que Esther también necesitaba amarla tanto como respirar Incorporándose rápidamente de nuevo la besó con ansia, Maca sintió su corazón desbocado al ser besada de aquella manera por su princesa, parecía que le iba la vida en ello, deslizó la lengua por sus labios, el cuello y el pecho, entreteniéndose en los duros pezones que torturó a base de morder miles de veces, dejó que sus manos acariciaran su tornos desnudo y fueran sustituidas más tarde por la corbata que aún llevaba anudada al cuello, prenda con la que recorrió su cara, cuello y su pecho, el pubis y la piernas y tras hacer que Maca se diera la vuelta la espalda y el trasero en el que alternaba caricias y excitantes muerdos que estaban haciendo que Maca alcanzara unas cotas de humedad como no recordaba antes, así estuvo hasta que Maca con un ronco gemido le pidió que por favor acabara con aquella tortura Esther sonrió solo necesitaba torturarla un poco más, hizo que se diera la vuelta y subiendo sus brazos los ató con la corbata al cabecero de la cama, ahora estaba totalmente expuesta a lo que ella quisiera, Volvió a recorrerla entera, sin dejar un solo rincón de su cuerpo por besar lamer o morder, y cuando comprobó que la excitación de Maca llegó a un punto que ya le era insoportable, se sumergió en su dulce intimidad hasta conseguir que gritara de placer y quedara casi sin sentido Cuando Maca quedó saciada, desató sus manos y la besó con toda la ternura del mundo, se abrazaron sonriendo tímidamente y entre besos, caricias y tiernas palabras se dejaron vencer por el sueño Cuando despertó, lo primero que vio fue a una Maca que la contemplaba sonriente, radiante. Estaba de lado con el pelo revuelto y la sábana enredada entre sus piernas E: Buenos días pequeña leona (revolviendo aún más su pelo) M: Buenos días gran leona, que tú no te has visto la melena ¿no? E: Pues no, pero si tú estás así... miedo me da mirarme en un espejo M: Pues estás preciosa E: Ah sí... M: Sí, estás para comerte... E: mmm de modo que mi fierecilla se ha levantado con hambre no... M: Sí... así que ten cuidado no vaya a ser que te devore y no deje de ti ni los huesos... E: uuuu que miedo... M: Tontita... (acariciando levemente su rostro) E: Bueno y digo yo... que... no me has dado ni un beso de buenos días... M: Pues es verdad... estoy perdiendo las buenas costumbres E: Ya te digo... M: Tendré que enmendarme... Despacio se acercó a ella y poniéndose encima comenzó a besarla, con ternura sin prisas, depositó sobre sus labios, un beso, dos, tres... hasta terminar en uno intenso y apasionado E: mmm no sé que tienen tus labios, pero me encantan, creo que me pasaría el resto de mi vida besándote

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M: (Dándole otro más) Yo haría exactamente lo mismo Tras pasar un buen rato dedicadas al placer de besarse se levantaron, directas a la ducha y a tomar un buen desayuno que les hiciera reponerse de la intensa noche Cuando Maca entró al baño, encontró a Esther examinándose detenidamente ante el espejo con el gesto fruncido M: ¿Que te pasa cariño? E: puffff mira que pelos, es verdad que parezco una leona, ni liso ni rizado, no hay quien lo dome... estoy hecha un desastre, y mira, las cartucheras, y el culazo que estoy echando... de verdad que no se como te puedo gustar... M: Pero ¿tú eres tonta niña? E: Sí tonta... dentro de nada seguro que me dejas por una empresaria de esas con las que tú te juntas con un cuerpazo divino de la muerte... M: Esther... no digas más tonterías, si tú eres preciosa cariño, la cosita más linda del mundo E: Que no Maca... M: Vamos a ver, ¿esto a que viene? E: Jo es que me estoy mirando... y hoy no me gusto M: Pues te puedo asegurar que a mí me encantas... que eres una auténtica preciosidad, que me vuelves loca, ¡si anoche casi me matas! Y además te quiero bobita E: ¿Y me seguirás queriendo cuando el culo no me quepa en la silla y tenga los pelos igual que la bruja Lola? Maca comenzó a reír M: ¡Claro mi vida! Te voy a querer siempre, porque para mí eres la más bella del mundo y lo mejor de mi vida E: ¿Seguro, seguro? M: Seguro Maca abrazó a Esther por detrás, de modo que quedaron las dos reflejadas en el espeJo M: ¿Sabes que? Estos días estuve leyendo mucho, recuerdas aquel poema que dije que buscaría, ¿aquel que hablaba de que tú eras mi reina? E: Sí... M: Lo encontré es de Neruda, ¿quieres oírlo? E: Claro cielo Maca la abrazó firmemente pero con suavidad y acercando su boca al oído de su niña comenzó a recitarlo Yo te he nombrado reina Hay más altas que tú, más altas Hay más puras que tú, más puras Hay más bellas que tú, hay más bellas Pero tú eres la reina

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Cuando vas por las calles nadie te reconoce Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira La alfombra de oro rojo que pisas donde pasas, la alfombra que no existe Y cuando asomas suenan todos los ríos de mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo Sólo tu y yo, sólo tu y yo, amor mío, lo escuchamos Yo te he nombrado reina Hay más altas que tú, más altas Hay más puras que tú, más puras Hay más bellas que tú, hay más bellas Pero tú eres la reina Cuando vas por las calles nadie te reconoce Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira La alfombra de oro rojo que pisas donde pasas, la alfombra que no existe Y cuando asomas suenan todos los ríos de mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo Sólo tu y yo, sólo tu y yo, amor mío, lo escuchamos Un intenso escalofrío recorría la espalda de Esther mientras la escuchaba, mientras sentía su cálido aliento susurrando tan bellas palabras. Cuando se hizo el silencio Maca hizo que se girara y depositó un delicado beso sobre sus labios M: Te quiero mi reina E: Y yo mi amor, no sabes cuanto... Tras un reconfortante desayuno salieron de compras, había que reponer la despensa de Esther que para no perder la costumbre estaba completamente vacía. En el super cada una

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tiró por su lado, mientras Maca llenaba el carro con comida sana, Esther se perdía en la sección de chucherías y chocolates, procurando que no faltara ni una sola de sus preferidas. Maca se acercaba a la caja para pagar cuando la vio llegar con una sonrisa de oreja a oreja, tan feliz como una niña con zapatos nuevos M: ¡Pero Esther! (mirando alucinada el carro a rebosar) ¡estás loca! ¿donde vas con todo eso? E: Pues a pagar, donde voy a ir... M: Pero cariño, te va a dar algo... E: No, no te preocupes, estoy acostumbrada si no me ha dado antes... además no llevo tantas cosas M: ¿Que no llevas tantas cosas? Maca echó una rápida ojeada a la compra de Esther, coca colas, chocolates varios, patatas, fritos, chetos, doritos, frutos secos, batidos, dulces... M: Tú eso de la vida sana te lo tomas muy a pecho eh... E: Sí me gusta cuidarme M: Ya veo... E: Además, para eso de la comida sana ya estás tú ¿no? (observando el carro de Maca, lleno de fruta, verduras, carne, pescado, pasta...) M: Pues sí menos mal... E: Somos... como el ying y el yang, nos complementamos M: Sí, sí, pero sigo pensando que te has pasado E: Pues verás como tú también caes luego, y no te pienso dar eh La cajera atendía divertida a la conversación de la pareja mientras les cobraba Cajera: (Dirigiéndose a Maca) No creo que puedas convencerla, desde que compra aquí siempre carga con lo mismo E: ¿Ves? Y todavía no me he muerto Maca reía, en el fondo le encantaba que Esther fuera así, tan niña algunas veces, tan adulta otras Cargadas de bolsa fueron a casa, tras arreglarla un poco comieron y se sentaron a ver una película en el sofá E: ¿Te apetece hacer luego algo? M: No sé... la verdad, ¿y a ti? E: Me da igual, aunque sinceramente (mientras se recostaba sobre el pecho de Maca) no me importaría quedarme aquí toda la tarde, acurrucadita contigo viendo la tele pero si tú quieres salimos y hacemos algo M: No, no, me apetece estar contigo así, (acariciando su pelo) hacía mucho tiempo que no teníamos una tarde para pasarla las dos solas y tranquilas Tal y como habían decidido pasaron la tarde cómodamente viendo películas, charlando y prodigándose mimos y caricias constantemente, envueltas en una manta, la una sobre la otra disfrutaban de su mutua compañía

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Casi anochecía cuando el teléfono interrumpió la película que en ese momento estaban viendo E: ¿Sí? Hola Sergio ¿qué tal? No, no me han dicho nada aún. ¿Seguro? ¿En diez días? ¡Pero eso es fantástico! ¿Y Victoria también? Ufffffff ¡qué ganas! No, no, estoy con Maca, si hasta el jueves. De acuerdo sí, sí, te llamo entonces. Vale de tu parte. Dale un beso a Victoria. Otro para ti. Chao Maca la miraba expectante M: ¿Y? E: Era Sergio... que nos han concedido el curso de rescate en alta montaña... M: ¿El de Suiza? E: Siiiiiiiiiiiiiiiiiii M: ¡Pero eso es genial! ¡Enhorabuena cariño! (abrazándola) E: Madre mía, pero tú sabes lo que es esto, ahí solo va la élite, Maca, los mejores pilotos, ¡no me lo creo! M: Pero mi amor, si es que tú ¡eres la mejor del mundo! E: uffffffff que nervios. Viene también su mujer Victoria. ¡Que me voy a Suiza! (Moviéndose agitada en el sofá) M: Siiiiiiiiiiii, mi amor, me alegro mucho de verdad E: Gracias cielo, me hacía una ilusión ir M: Ya, ya lo sé cariño. ¿Y cuando os vais? E: En diez días, dura dos semanas. Oye, (dándole vueltas rápidamente a la cabeza) ¿tú no tenías que ir a Milán dentro de dos semanas? M: Sí, tengo que ver a Luca E: Y... ¿porqué no te vienes luego unos días conmigo? La sede del curso está en Berna, no queda muy lejos de Milán... M: (Sonriendo maliciosamente) Podría surgir algún problema... que me retuviera unos días allí sí... E: Entonces... te vienes... M: Me voy E: Ahhhhhhhhhhh (tirándose sobre ella) te quiero, te quiero, te quiero, te quierooooooooooo M: Jajajjja estás locaaaaaaaaaa E: Siiiiiiiii, ¡pero por ti! E: Maca cariño... vas a llegar tarde... venga abre los ojitos mi vida Maca se resistía a despertar, estaba tan a gusto, tan calentita en la cama abrazada a su niña... E: Venga nena que tienes que ir a trabajar... Maca se acurrucó aun más al tibio cuerpo de su chica y emitió una serie de ruiditos incompresibles, en pocos segundos volvió a dormirse. Esther sonreía divertida, casi siempre era al revés, era Maca la que tenía que luchar cada mañana para conseguir que ella se levantase. La verdad que no era tarea fácil, y la mayoría de las veces había que

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emplear la violencia para que una Esther casi zombi pusiera los pies en el suelo. Mientras tanto Maca continuaba resistiendo E: Maca mi niña... vamos... (a la vez que le daba tiernos besitos) que son las 7 Por fin Maca consiguió reaccionar M: No.. no quiero... tengo sueño... (con esa vocecita mimosa que se le pone a más de una al despertar) E: Ya mi amor, luego te duermes un poquito por la tarde pero ahora tienes que irte M: Jooo (haciendo pucheritos) llama y di que estoy enferma E: Jaja, cariño, ¿y a quien llamo? ¡Tú eres tu propia jefa! M: No sé, a Teresita, diles que estoy muy malita, que ya voy otro día Se daba la vuelta y desaparecía bajo la manta E: ¡Ey! ¡no te duermas! (metiéndose también bajo la manta) Esther se pegó a ella cuanto pudo, en el fondo estaba disfrutando de ese costoso despertar de Maca, le encantaba verla así medio dormida y refunfuñando, como una osita gruñona Con cariño la abrazó y a base de mimitos intentó que despertara del todo E: Venga dormilona que te voy a preparar un buen desayuno ¿sí? M: No... yo quiero dormir... es de noche... E: Ya mi cielo, mañana duermes hasta la hora que tú quieras pero tienes que irte, además tienes que dejar todo preparado para poder pasar unos días conmigo Ese comentario pareció espabilarla M: Ufffff pues me voy a levantar por eso que si no... E: Pues vamos a la ducha, que voy a hacer café Maca se duchó rápidamente, aún le sobraron algunos minutos que aprovechó para desayunar con su chica M: ¿Y tú por qué te has levantado tan pronto? ¿te ha picado algún bicho? E: Jajaj sí, tuuuuuu, es que quiero ir a hacer algunas compras y dejar todo listo para el lunes, así ya no tengo que preocuparme por nada y puedo dedicarte el fin de semana a ti y solamente a ti... M: mmm me gusta la idea E: A mí más, así que ¡andando al curro! Porque y te lo digo ahora, ni se te ocurra venir con un solo papel eh, nada de papeles, ni llamadas, ni nada relacionado con el trabajo ¿ok? M: ¡A sus ordenes mi comandante! E: Jajaja ¡payasa! Maca recogió sus cosas, se despidió de su niña con un beso y se dirigió muy a su pesar a su oficina, mientras Esther tras darse una ducha salía de casa para ultimar los preparativos de su viaje a Suiza

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Habían pasado un fin de semana perfecto, con momentos puramente apasionados, otros llenos de ternura y sus ratitos de juerga pues habían salido todas juntas el sábado Pero había llegado el lunes y una Esther emocionada corría de un lado para otro, revisando su equipaje, cuidando de que no le faltara ni un detalle M: (Que la miraba sentada en el sofá) Cariño te veo un poquito... como llamarlo, nerviosa... E: Jajaja. Un poco ¿no? no veas las ganas que tengo de empezar ese curso, ¡es el culmen de la aviación Maca! uffffff M: Ya, ya, que peligro tienes... a ver ven aquí (haciendo que se sentara sobre ella) prométeme que vas a tener mucho, mucho cuidado eh y que no vas a hacer ninguna tontería E: Claro que no bobita, no tienes que preocuparte por nada M: ¿Seguro? E: Seguro M: Y que te vas a abrigar eh E: Sí mamiiiiiii, sabes cuando vengas te voy a llevar a esquiar y a navegar por el lago de Zurich, te va a encantar, alquilan unas barquitas, las llaman pedalos M: Pues estoy deseando E: Tú ya tienes el billete de avión ¿no? M: Sí, sí, super-Teresita se encargó de todo, de los billetes y del coche de alquiler en Milán E: Perfecto, bueno, ¿nos vamos? M: Venga, ¿llevas todo? E: Sí, creo que no se me olvida nada Las dos juntas salieron hacia el aeropuerto, se despidieron cariñosamente con un sinfín de arrumacos besos y caricias M: Llámame en cuanto llegues ¿vale? y ten cuidado cariño E: Sí, no te preocupes cielo, te llamo y tengo cuidado, y tú se buena esta semana eh no te olvides de mí M: Tonta... eso nunca Maca se quedó hasta que vio como el vuelo de Esther se perdía en la lejanía Esther llegaba sin contratiempos al aeropuerto de Zurich, el vuelo había sido rápido y tranquilo, sin prisas se dirigió a la terminal para recoger su equipaje, Sergio ya estaba allí con su mujer hacía dos días, irían a recogerla pero aún tardarían un poco tenían algunos asuntos que solucionar Mientras esperaba fue a tomarse un café y aprovechó para llamar a Maca M: Hola preciosa E: Hola cariño M: ¿Ya has llegado?

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E: Sí ahora mismo, acabo de recoger las maletas y estoy tomándome un café M: Y que tal el vuelo, ¿bien? E: Sí, sí, tranquilito, aproveché para dormir un poco que después del fin de semana... M: Ya... yo tengo un sueño que me muero... oye ¿ya están ahí Victoria y Sergio? E: No, me han llamado que están solucionando unos asuntillos, pero que no tardan más de media hora. Hoy vamos a pasar la tarde en Zurich y después nos vamos a Berna, empezamos mañana a las 9, pero de momento no sé más, ahora me enteraré de todos los detalles. ¿Sabes? (mirando por la ventana) me encantaría que estuvieras aquí, está nevando... M: Uffff a mí... bueno antes de que nos demos cuenta estamos juntas otra vez, además el tiempo con el curso se te va a pasar volando E: Sí jaja, nunca mejor dicho Una voz de fondo se oía Macaaaaa, vamos date prisa M: Cariño, Teresita me reclama... te llamo esta noche ¿sí? E: Vale cielo luego hablamos M: Pórtate bien eh E: Sí mamiiiii M: Te quiero E: Yo más M: Te quiero E: Yo sí que te quiero T: Macaaaaa ¡qué no llegamos! M: Voy voyyyyyy E: Jajaja anda vete que la tienes histérica M. Un beso mi amor E: Otro para ti M: Chao Esther colgó sonriente el teléfono, apuró su café y a los pocos minutos vio llegar a Sergio con Victoria Sergio: Esthercitaaaaa E: Chicosssss ¡qué ganas de veros! Victoria: Y nosotros, madre mía ¡qué guapa estás! Se dieron un fuerte abrazo Sergio: Joder Esther, ¡estás guapísima! Te sienta bien esto del amor eh E: No lo sabes tu bien jajja Victoria: ¿Qué tal Maca? E: Preciosa, como siempre, me dijo que os diera recuerdos Fueron hablando de camino al coche, contándose las novedades y hablando sobre el curso. Estuvieron toda la tarde visitando la ciudad y ya al atardecer pusieron rumbo a Berna, al hotel en el que se alojarían durante las dos semanas

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Esther estaba muy cansada, de dio ducha caliente y se metió en la cama con el teléfono en la mano para esperar la llamada de su chica antes de dormir No hacía más de cinco minutos que se había acostado cuando el teléfono comenzó a sonar E: mmm. Que casualidad, justo ahora estaba pensando en ti M: Ah ¿sí? ¿Y que pensabas? E: Mejor no te lo digo que luego te pones nerviosa M: Sí, mejor será... ejem, ejem... E: Ays... M: Jaja mi bobita... bueno, cuéntame, ¿qué tal la tarde? E: Pues muy bien, estuvimos comiendo en un restaurante a orillas del lago, tengo que llevarte allí Maca, ¡es precioso! Nos sentamos en una terraza acristalada y mientras comes se ven las barquitas pasar M: uuffff que gusto, y yo comiendo con Teresita... E: Jajaja bueno Teresita también tiene su puntito ¿no? M: ¡Claro, claro! E: Va, no te mosquees cariño estoy planeando un montón de cosas para cuando vengas, ah y ¿sabes que he tomado esta tarde? Calentito... cremoso... con nata... M: ¡No! E: Siiiiiiiiii! M: ¡Chocolate suizo! E: Siiiiiiiiiii M: Ahhhhhhhh ¡pero porqué me cuentas eso! Eres muy malaaaaaaa E: mmm estaba más bueno... una taza enorme... con mucha nata... M: Ayyy pero mira que eres... ahora me voy a quedar con las ganas... E: Ohh mi niña pobrecita... bueno tú no te preocupes mi amor, en cuento estés aquí te compro todo el chocolate del mundo M: Más te vale eh E: Prometido M: ¿Estás cansadita? (al escuchar un bostezo de Esther) E: Un poco, es que no hemos parado en todo el día, pero es más cansancio que sueño M: ¿A que hora empezáis mañana? E: A las 9, he quedado con los chicos a las 8 para desayunar y luego nos vamos al aeropuerto, Sergio me dio el programa esta mañana, las primeras clases son teóricas, después nos trasladan a un pueblecito de montaña cerca de aquí, que es donde está el centro especializado. Pero bueno ya te iré contando a ver que tal M: Ok mi amor, pues entonces a dormir ya, que mañana estés bien descansada E: Sí cielo, ¡oye! M: Dime E: ¿Mañana que haces? M: Pues tranquilito, vienen los arquitectos, vamos a ver el diseño para el proyecto de París E: ¿Va Jesús? M: Sip E: Ah pues entonces encima te lo pasas bien, dale recueros de mi parte eh M: Vale yo se los doy E: Maca M: Dime mi vida

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E: Que te quiero... te echo de menos... M: Y yo a ti princesa, no te imaginas cuanto... E: Sabes, me gustaría poder hacer magia y que con un movimiento pudiera tenerte aquí conmigo y abrazarte... besarte... M: A mí también... creo que no hay un momento del día en que te eche tanto de menos como la noche E: (Suspiro) M: ¿Hacemos una cosa? E: ¿El que? M: Vamos a escuchar música juntas ¿vale? (estirando la mano cogió el mp3 de la mesilla de noche) voy a poner una canción y quiero que cierres los ojitos y te imagines que estamos las dos juntas que te estoy abrazando, que te acaricio y te quedas dormida entre mis brazos ¿de acuerdo? E: Sí... Maca buscó rápidamente una canción, uno de los auriculares se lo puso ella misma y el otro lo pegó al móvil [Solo quiero amanecer (Vega).mp3] M: Dulces sueños mi niña E: Dulces sueños. Te quiero. Una mañana fría pero despejada recibió a una Esther somnolienta cuando se asomó a la puerta del hotel. Un coche estaba esperándolos para llevarlos al aeropuerto. Una vez allí una azafata, les enseño las instalaciones, y después los condujo a un edificio anexo al principal, acondicionado para impartir cursos y conferencias, donde se les entregó la documentación del curso y un programa detallado de todas las actividades Como pudieron comprobar había gente de todas nacionalidades, sin duda los mejores pilotos del mundo, Esther se sentía pequeñita, sin duda había oído hablar de muchos de ellos y casi le da un infarto cuando en una esquina charlando reconoció a Jorge Benassi y Andrea Trieste, dos famosos pilotos Italianos con un curriculum impresionante E: ¡Sergio! ¿Tú has visto quien está allí? Sergio: ¿Donde? ¡Joder! (Al darse cuenta de quienes eran los situados al fondo) Bennassi y Trieste, ¡qué fuerte! Si ellos hacen este curso... ¡que pintamos nosotros aquí! E: jajaja pues no lo sé la verdad, pero al menos podemos verlos volar, tiene que ser impresionante Victoria: ¿Que tiene que ser impresionante Esther? Victoria había estado saludando a un conocido y no se había dado cuenta de nada E: Pues ver volar a esos dos del fondo Victoria: ¿A quienes? Joderrrrrrrrrr, ¡pero esos que hacen aquí! Vendrán de profesores ¿no? Sergio: Pues yo creo que no porque la azafata les acaba de entregar la documentación del curso y acaban de firmar el parte de asistencia...

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Victoria: Que fuerte... oye... y que bueno está él ¿no? (dirigiéndose a Esther) ¿has visto que culito tiene? E: Pues sí no está nada mal, pero sintiendo mucho contradecirte, creo que ella está mucho mejor... menudo cuerpazo... Sergio: Pero esto que esssssss, desde luego... ¿os parecen bonitos esos comentarios aquí delante mía? E: Ah eso díselo a tu señora, yo puedo decirlos tranquilamente Sergio: ¡De eso nada señorítaaaaa que aquí hago yo las veces de Maca! E: Jajajja madre mía que control, pero sigo opinando que está buenísima Victoria: Estoy de acuerdo... bueno vale, (mirando a Sergio) solo él tranquilo... que no me voy a cambiar de acera, aunque... Esther tiene razón eh... E: Jajaja, cállate anda, no sea que a este le dé un pasmo Entre risas pasaron al gran salón en el que se impartiría el curso. Pasaron una mañana entretenida aunque de momento los temas no eran muy interesantes para el gusto de Esther, ansiosa por pasar a la práctica y dejar de escuchar sobre la mecánica de aviones helicópteros y avionetas, aunque comprendía que esto también era importante Mientras tanto en Madrid, Maca había pasado toda la mañana reunida con un grupo de arquitectos diseñando el que sería su nuevo proyecto en París, acabó agotada pues le costó bastante encontrar lo que quería exactamente Estaba a punto de salir a comer cuando Teresita la avisó de que tenía visita con voz cantarina y los pocos segundos Ana y Cruz entraban en el despacho de Maca Ana: ¡Sorpresa! M: ¡Pero bueno! Acercándose a besarlas, ¿qué hacéis vosotras aquí? C: Pues ya ves chica (abrazando a su amiga) que hemos decidido sacarte un poco para que te dé el aire, que nos ha dicho un pajarito que estabas un poco tristona M: A mi hermana la mato, ¡te juro que la mato! Ana: Va tonta, pobrecilla, pero ya que estamos aquí no nos irás a decir que no te vienes con nosotras a comer ¿no? M: Mmmmm ¿invitáis? C: Clarooooooooo Se dirigieron a un pequeño restaurante que conocía Cruz, tranquilo y en el que se comía muy bien M: Bueno y a todo esto que no os he preguntado, ¿cómo os habéis encontrado vosotras dos? Ana: En el hospital, fui con mi madre a recoger el resultado de sus análisis, nos tomamos un café y decidimos venir a comer contigo M: Pues me habéis pillado de milagro, he estado a punto de irme con Jesús pero lo llamaron y tuvo que irse C: Mejor, así pasamos una tarde de chicas, a ver Macarrilla que es lo que te pasa a ti M: Nada tonta, si va todo bien C: Maca...

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M: En serio Cruz, si no es nada, solo que me cuesta la vida separarme de ella... pero bueno la semana que viene me voy unos días a Suiza, ya lo he arreglado todo para poder pasar unos días juntas Ana: Sí ya me dijo Silvia que habías hecho un apaño M: Sí, hay que aprovechar ahora porque luego empezamos en Paris y tendré que pasar allí casi todo el mes, y a Esther cuando vuelva de Suiza le toca la ruta Americana, con lo cual si nos vemos un fin de semana tendremos suerte... C: Ya... y eso es lo que te agobia ¿no? M: Sí... cada vez me cuesta más... Ana: Es normal Maca, tenéis unos trabajos que os obligan a pasar demasiado tiempo fuera, a las dos, si al menos solo fuera una... pero cuando ella viene tú vas M: Sí ya... si yo se que esto tiene que ser así, pero no puedo evitar echarla tanto de menos, cuando estamos juntas se pasa el tiempo en un suspiro y antes de darnos cuenta ya andamos cada una por un lado C: ¿Se lo has comentado a Esther? M: Bueno en parte, tampoco quiero agobiarla, yo sé que también le cuesta y no quiero que me vea mal Ana: No sé Maca, quizás deberíais hablarlo e intentar en la medida de lo posible hacer algo en el trabajo que os permitiera pasar más tiempo juntas M: Sí, yo podría viajar menos eso es cierto pero no quiero pedirle que cambie las rutas, le encanta volar Ana, tú lo sabes Ana: Sí lo sé Maca, pero cuando se está en pareja a veces hay que sacrificar ciertas cosas, no dejarlas ni mucho menos, ya me entiendes ¿no? M: Sí claro. Y no sé he pensado... (se quedaba callada) C: El que cielo M: Es que no sé si es demasiado pronto pero... me gustaría pedirle que viviéramos juntas... C: ¡Pero eso es fantástico! ¿Y cuando se lo vas a pedir? M: pufffff en Suiza... le he estado dando muchas vueltas, cada vez que estamos juntas nos pasamos el día de un piso a otro, que si se me ha olvidado esto que si necesito lo otro, un jaleo... y aparte de eso... que me gustaría vivir con ella, en nuestra propia casa, decorarla juntas... no sé si pensaréis que estoy loca porque quizás todo esto haya ido demasiado deprisa... pero es que cada vez tengo más claro que quiero vivir el resto de mi vida con ella... Ana: Y ella contigo, yo conozco a Esther de toda la vida Maca, desde que éramos pequeñitas, la he visto sufrir mucho y créeme, desde que está contigo es otra persona, nunca la había visto tan feliz, tan ilusionada, y ten por seguro que te adora, no creo que estés loca ni mucho menos, las cosas hay que hacerlas cuando se sienten, da igual que llevéis un mes que 10 años, creo que es lo mejor que podéis hacer M: ¿Y tú, Cruz, que opinas? C: Exactamente igual cariño yo también te conozco de toda la vida y nunca te había visto como ahora, así que no seas tonta, habla con ella, intentad trabajar un poquito menos y pídele vivir juntas, seguro que ella también lo está deseando M: ¿Estáis seguras? Como me diga que no... Ana: Jajaj ¡pues claro que no te va a decir que no! ¡Pero si está loquita por ti! No se que le das chica pero la tienes... M: Jajajaja anda exagerá Ana: Que sí, que sí, porque es mi amiga y estaría feo pero vamos que un chollito como tú... si un día lo dejáis te vienes conmigo eh C: Que dicessssssss, esta es mía guapa, así que tú a la cola

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M: Jajajajaj desde luego ¡estáis como cabras! Pero en el fondo os quiero Ana: Jaja y nosotras a ti, pero en el fondo eh muy en el fondo así que no te emociones Maca sonrió ahora se sentía más tranquila y deseando ver a su niña, esperaba con ansiedad e momento de pedirle que empezaran su vida en común compartiendo mucho más aun de lo que ya compartían Los días pasaban para Maca con una lentitud exasperante, no veía el momento de irse a Suiza y poder estar con su niña. Estaba nerviosa, dándole mil vueltas en la cabeza a la forma en que le pediría que se fuera vivir con ella M: Y si se lo pido en una cena romántica... no, va a parecer que le estoy pidiendo que se case conmigo... no mejor no. ¿En la cama después de hacer el amor? En ese momento... seguro que me dice que sí... jejeje, no tampoco, si a mí me pide algo en ese momento sería capaz de venderle mi alma al diablo. Y dando un paseo romántico por el lago... ¡Ay Madre! Silvia que entraba en ese momento en el despacho de su hermana se quedó observando divertida como Maca se paseaba nerviosamente de un lado para toro, hablando sola, gesticulando y mordiéndose las uñas Silvia: Ejem M: Joder. Que susto me has dado, ¿tú no sabes llamar a la puerta antes de entrar bonita? Silvia: Pues sí, me lo enseñaron de pequeña pero contigo no M: Que suerte la mía... Silvia: Ja ja ja... bueno, ¿a ver a que le estás dando tantas vueltas como para estar hablando sola con cara de tonta? M: ¿Yo? a nada Silvia: Ya claro... venga guapa que ya nos conocemos hace unos cuantos años... M: Que no Silvia, que no es nada, solo pensaba en voz alta Silvia: Maca... M: Pero si tú ya lo sabes, no sé para que preguntas Silvia: Pues sí... estás acojonada por lo de pedirle a Esther que os vayáis a vivir juntas ¿verdad? M: Bingo... aunque más bien, por el cómo, cuando y donde pedírselo Silvia: Vaya tontería, ni que fueras a pedirle que se casara contigo M: Ya, pero es un paso importante, supone un compromiso mucho más fuerte Silvia: Sí Maca, pero prácticamente ya vivís juntas, cuando no estáis en su casa estáis en la tuya, solo se trata de mudar unas cuantas cosas, y decidir en cual de los dos pisos os quedáis, bueno a no ser que queráis uno entre las dos M: No sé, a mi no me importaría pero... Silvia: Pero nada Maca, por parte de Esther seguro que tampoco, ella te quiere y que yo sepa no tiene ningún miedo al compromiso si es lo que estás pensando, así que deja de decir tonterías, cuando estés allí se lo pides y punto, que verás como encuentras el momento sin problemas M: ¿Tú crees? Silvia: Estoy segura. aynss (dándole un abrazo) que tontita se ha puesto desde que se ha enamorado...

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Por otra parte Esther también echaba mucho de menos a su chica, y estaba deseando verla, aún así el curso la tenía muy entretenida, lo estaba disfrutando, así que los días no se hacían pesados, las noches era lo que no conseguía llevar del todo bien. Habían terminado la parte teórica y hacía tres días que se habían trasladado al centro especializado. El curso les estaba gustando mucho por ahora, habían conocido nuevas técnicas de rescate, instrumentos de comunicación por satélite tan sofisticados que parecía increíble, y los nuevos aviones... Esther rabiaba por pilotar uno. Ya habían realizado un primer vuelo de reconocimiento por la zona, lo que aumentaba sus ganas de verse en el aire, bajo ese manto blanco entre los escarpados picos de los Alpes Una mañana, después de la hora de comer, y mientras esperaban para comenzar de nuevo Victoria, Sergio y Esther tomaban tranquilamente un café comentado entusiasmados las actividades que realizarían en dos días, por fin harían un simulacro de vuelo, cada uno podría pilotar su propio avión, casi no veían que llegara el momento. Mientras Sergio comentaba exaltado con Victoria alguna de las peculiaridades de las modernas avionetas Esther se levantó en busca de otro café, no había dormido bien esa noche y necesitaba una dosis de cafeína que la mantuviera despierta. Estaba sirviéndose uno cuando notó que una mano se apoyaba en su cintura. Se volvió pensando que sería uno de los chicos y la sonrisa que mostraba se le congeló al instante Alguien: Hola Esther, vaya parece que no te hace mucha ilusión verme... E: Hola... Steven... solo me ha sorprendido verte... nada más Steven: Francamente no esperaba encontrarte por aquí, pero realmente me alegro de verte E: Sí yo también... Steven. Nunca has sido buena mintiendo Esther... en fin... estás muy guapa, mucho más que antes... E: Gracias, lo mismo te digo Steven: Por lo que veo. Has conseguido ser una gran piloto, siempre supe que llegarías a serlo E: Sí, no me va mal no puedo quejarme Steven: Esther no hace falta que seas tan seca conmigo, lo pasado, pasado está ¿no? Ha pasado mucho tiempo, ya que nos hemos encontrado quizás podríamos cenar y hablar como dos buenos amigos E: No creo que sea una buena idea Steven, como tú dices, lo pasado, pasado está, dejémoslo así Steven: Sigues poniéndomelo tan difícil como entonces ¿eh? Desde la mesa los chicos observaban la escena con cara de pocos amigos E: Oye tengo que irme ya... ya nos vemos por aquí ¿ok? Steven: Vamos Esther, por los viejos tiempos... volviendo a cogerla por la cintura, quien sabe ¿no? Esther se apartó con brusquedad E: ¡No me toques! Y déjate de hipocresía tú y yo no podemos ser amigos Steven: ¿Por qué no? Nos llevábamos bien, fue una pena que aquella estúpida se metiera entre nosotros

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E: Steven por favor me tengo que ir Steven: Ya no sigues con ella por lo que tengo entendido... E: Sí, estás bien informado Steven: Entonces, ¿cual es el problema? Solo te estoy invitando a cenar, sin compromiso, luego ya se verá... E: No se va a ver nada, ya nos vemos por aquí, venga adiós Steven: Ey ey espera, no tengas tanta prisa... que pasa tienes algún amiguito que no te deje cenar conmigo, alguna amiguita tal vez... E: Anda déjame en paz Steven: Ohh sí que tienes... de todas formas no creo que le importe, solo una cena Esther E: Te he dicho que no, y seguro que sí le importa, a mi novia no le gusta que me acerque a cierto tipo de... de personas no demasiado recomendables, y desde luego a mí tampoco. Lo dicho, ya nos vemos por aquí Mientras Esther se acercaba a la mesa con sus amigos el se quedó observando con una maliciosa sonrisa en el rostro Sergio y Victoria la esperaban preocupados, conocían la vieja historia Victoria: Que quería Esther... E: puffff nada bueno Victoria, temo que va a darme la lata y nos queda más de una semana aquí Victoria: Bueno tranquila por tú cara veo que ya le has dejado las cosas claras de todas formas si tienes problemas entre Sergio y yo le paramos los pies E: Ojalá no haga falta... al menos estará en control aéreo, supongo que sigue haciendo lo mismo que entonces, sería una putada que tuviera que volar con nosotros Sergio: Tranquila, si hay algún problema ya nos encargamos nosotros de él Camino del hotel Esther iba más seria de lo habitual, no le había gustado en absoluto ver a Steven, ya no tanto por lo que el había supuesto en su vida, sino por los recuerdos que este despertó en tan solo unos segundos. Recuerdos que ella había enterrado en lo más profundo de su mente, con la intención de que no vieran la luz nunca más Nunca tuvo una relación con él, ni siquiera el más mínimo tonteo por su parte, él era quien la buscaba, quien no la dejaba respirar, persiguiéndola allá donde iba, fue él, furioso tras un nuevo rechazo suyo quien propagó a voz en grito que Esther era lesbiana y estaba liada con una compañera. Él quien malmetía a su ex, provocándole unos celos casi enfermizos, estropeando aún si cabe su ya deteriorada relación. Por suerte poco después él desapareció de su vida, y ella también, aun así, era algo que definitivamente quería enterrar. Cuando conoció a Maca, prácticamente desnudó su alma contándole aquello que la atormentaba, pero ya... ya no quería saber nada de eso, ahora no, era feliz, feliz como nunca había sido. Una tímida sonrisa asomó a su rostro al pensar en ella, mientras la tuviera a su lado todo estaría bien Victoria observaba a Esther por el espejo retrovisor, ella conocía la historia y todo lo que Esther había sufrido

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Victoria: Vas muy calladita, ¿qué pasa Esther? E: No nada Victoria: Esther... E: Estoy bien Victoria, solo me ha sorprendido verlo, me ha hecho recordar cosas Victoria: Ya, ya lo sé, pero tranquila ¿vale? No te va a molestar más y si intenta algo ya nos encargamos nosotros Sergio: Sí, tú no te preocupes guapa, si se acerca le meto una patada en los... que lo quedo impotente para el resto de su vida E: Jajaja, ok ok, entonces no me preocupo Victoria: Oye... (intentando quitarle hierro al asunto) a ti... eso de tener parejas "normales" no te iba mucho ¿no? E: Jaja no, es que a mí me iba el masoquismo hija Sergio: No ya... menos mal que Maca es otra cosa hija porque... Victoria: Sí... pobre Maca ¿no? ahora es ella la que ha ido a dar con esta... cosa extraña... E: ¡Pero serás capulla! (dándole un guantacillo en la cabeza) Victoria: ¡Ay! (sonreía satisfecha al verla reír) (Solo esperaba que Steven no les diera ningún problema) Maca cerró tras si la puerta de la casa, se descalzó y con un gemido de alivio tiró allí mismo los malditos zapatos de tacón, colgó la chaqueta de mala manera y quejándose del dolor de pies entró en el salón. El sofá parecía llamarla a gritos, pero no quiso sentarse, si lo hacía no sería capaz de moverse de allí ni para ir a la cama Había tenido un día horrible, varias reuniones, problemas con algunos permisos en el proyecto de París alguna que otra discusión acalorada por teléfono y un continúo dolor de cabeza que no la había abandonado en todo el día. Para rematar la faena al llegar a casa no estaría su niña que sin duda la recibiría con una gran sonrisa y con un beso que haría que todos los problemas desaparecieran de un plumazo Trató de consolarse pensando que solo serían unos días más, que antes de que se diera cuenta estaría a su lado. Con un suspiro se dirigió al baño, quizás una ducha caliente le vendría bien, o mejor aún un baño de espuma. Sin pérdida de tiempo abrió el grifo para que la gran bañera comenzara a llenarse. Suspiró nuevamente una vez dentro del agua, al sentir como sus agarrotados músculos comenzaban a relajarse, cerró los ojos e intentó dejar su mente en blanco Casi llegó a dormirse, el agua el enfriarse fue quien se lo impidió, salió presurosa del baño pues comenzaba a tener frío, se puso un chándal y fue a la cocina, tenía hambre aunque no muchas ganas de cocinar, se preparó un par de sandwiches y alguna otra cosa para picar y se sentó a ver la tele Una vez cenada y harta de pelearse con el mando para encontrar algo decente que ver, decidió irse a la cama a leer un rato, así haría tiempo antes de llamar a Esther, que seguramente según pensó estuviera cenando en ese momento A muchos kilómetros de distancia, Esther cenaba con sus amigos, como había pasado en el coche, no estaba especialmente habladora, los chicos no quisieron presionarla, pues ambos sabían que aún continuaba un poco tocada por la sorpresa del día. Una vez

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terminada la cena, Esther se retiró, lo que más le apetecía del mundo era hablar con su niña Tardó poco en meterse en la cama y mientras esperaba que sonara el teléfono pensó si contarle a Maca que había visto a Steven, en un principio pensó en no hacerlo pues no quería que se preocupara, pero en seguida desechó la idea, ella mentía fatal y de todas formas Maca enseguida notaría que algo le ocurría. Mientras estaba sumida en sus pensamientos el teléfono comenzó a sonar, el nombre de su chica parpadeaba en la pantalla, rápidamente lo cogió E: Hola mi amor... M: Hola mi vida. ¿Que tal estás? E: Bien cariño, echándote mucho de menos... M: Yo también nena, estaba deseando hablar contigo, he tenido un día horrible E: ¡Por qué cariño, ¿qué ha pasado? M: En realidad, nada, demasiado trabajo no he parado en todo el día, reuniones, papeleo, problemas con permisos... bueno ya sabes lo de siempre y... que te echo de menos... E: Y yo... M: ¿Y tu día que tal? E: Bien, bien, ya en dos días comenzamos con los simulacros, así que estoy contenta (sin demasiado convencimiento) M: ¿Que te pasa Esther? E: ... M: Cariño... tienes la voz triste E: Sí... no sabía si contártelo pero... M: Esther que pasa, no me asustes E: No, no tranquila, no me ha pasado nada, es que verás... Le contó con detalles su encuentro con Steven mientras Maca la escuchaba atenta M: Pero cariño ¿tú estás bien? E: Que sí cielo, tranquila M: No, no estoy tranquila, mira mañana mismo dejo todo arreglado aquí y me voy parA allá E: Que no Maca, que no pasa nada, simplemente me sorprendí y me hizo recordar cosas, pero no tienes de que preocuparte, Sergio y Victoria están conmigo así que no creo que se me acerque, de todas manera me da igual, tan solo es un pesado y ya me da igual lo que pueda decir, contigo no me va a causar problemas y del armario ya salí hace tiempo, así que si vuelve a gritar que soy lesbiana en medio de la gente que lo haga lo más que puedo hacer es darle la razón orgullosamente M: ¿Seguro? E: Que si mi amor, además ya dentro de nada estás aquí, si nos quedan ¡4 días! ¿A que hora sale tu avión para Italia? M: El jueves, a las 3 de la tarde, esta mañana hablé con Luca me irá a recoger, y luego ya a verte a ti, ufff me muero de ganas... E: Y yo de que vengas... no me gusta nada dormir solita... M: Ni a mí... ¿sabes que tengo puesto tu pijama? E: jaja ¿mi pijama? pero si te estará corto Maca M: Bueno un poco, pero huele a ti... E: Ay mi niña... si es que te comía a besos

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M: Pues anda que yo a ti... Estuvieron durante un buen rato dándose mimitos hasta que se despidieron para dormir, Esther no tardó mucho en a hacerlo, no sabía que tenía esa mujer pero conseguía que olvidara sus problemas como por arte de magia Maca sin embargo tardó más en hacerlo y tuvo un sueño intranquilo durante toda la noche, sabía que su niña estaba bien, que no tenía nada que temer pero no se sentiría tranquila hasta que la tuviera a su lado Por fin llegó el día en el que Maca tenía programado su viaje a Italia, andaba como las locas de un lado a otro preparando la maleta, no veía el momento de montarse en el avión, y aunque aún tardaría dos días más en verla sentía que ya estaba prácticamente a su lado. Con cuidado metió en el fondo de la maleta un pequeño paquetito que tenía preparado para su niña. Revisó todo nuevamente antes de meter la maleta en el coche, pasaría por la oficina y luego Silvia la llevaría al aeropuerto Era de noche aún cuando atravesaba un Madrid desierto camino del trabajo, tenía que dejar algunas cosas listas para poder marcharse tranquilamente sin ninguna preocupación. Con la música a toda pastilla y cantando alegremente llegó y se puso manos a la obra Esther ese día estaba también emocionada, tenían su primer simulacro y no veía el momento de tener los mandos del magnifico aparato entre sus manos, además su niña esa misma tarde se pondría en camino ya apenas quedaban 48 horas para tenerla entre sus brazos Estaban dando las últimas instrucciones para el simulacro, ya se había preparado y caminaba contenta hacía el hangar revisando los papeles de su avioneta, según el código internacional de vuelo era el hotel, bravo, lima, alfa, eco. Cuando una voz conocida pero para ella desagradable la detuvo Steven: Que Esther, ¿preparada para el vuelo? Se volvió con cara de tremendo fastidio y se encontró con un Steven que la miraba desafiante E: Ahora no Steven, tengo prisa Steven: Vaya... ¿no quieres hablar conmigo preciosa? E: (Que se había parado con los brazos en jarra) No Steven, no quiero, y ahora si me permites tengo cosas que hacer, si tú te aburres no es problema mío Steven: Mm no has cambiando nada, me encantan las mujeres con carácter E: Que bien... ya tenemos algo en común (apretando aún más el paso) Steven: Vamos Esther... solo quiero charlar un rato contigo, nada más no creo que te esté pidiendo tanto ¿no? E: (Cada vez más enfadada) A ver, tú cual es la parte que no entiendes guapo ¡te he dicho que no que me dejes en paz!

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Esther continuaba caminando todo lo deprisa que le permitían sus piernas, mientras antes llegara, antes podría deshacerse de él. Pensó en Sergio y en Victoria, a los que había correspondido un turno anterior al suyo y maldijo su mala suerte Steven: ¿Quedamos esta noche para cenar? E: No Steven: ¿Mañana? E: ¡No! Steven: Pues entonces el sábado ¿de acuerdo? luego salimos a bailar un rato... tomamos unas copas... y más tarde... quien sabe... E: (Resoplando con tremendo fastidio) ¡Ni de coña! Steven: ¿Por qué? ¿tienes otros planes el sábado? E: ¡A ti que te importa! Steven: Tienes planes eh... venga cuéntame, ¿con quien has quedado? yo hablo con él y le digo que tienes un nuevo plan mucho más interesante Esther estaba al límite de su paciencia, sabía que seguir hablándole era peor, pero la sacaba de quicio, no lo podía remediar E: ¿Pero tú eres imbécil? Tío ¡qué me olvides! Que no quiero verte, ni hablar contigo, ni nada de nada, ¿entiendes? así que déjate ya de gilipoyeces que estás perdiendo el tiempo Steven: No lo creo... en el fondo siempre te he gustado... lo único que pasa es que te gusta hacerte la dura, y eso a mí... me encanta... E: Jaja sí claro, claro Steven: Te recojo el sábado sobre las diez, ¿ok? y ponte guapa... más guapa aún quiero decir... E: (Murmurando por lo bajo) Espérate sentado que de pie te vas a cansar... Steven: ¿Decías? E: ¿Yo? Nada, ya te he dicho cuanto tenía que decirte Steven: Entonces haré la reserva del restaurante esta noche, ¿te apetece alguno en particular o me dejas que te sorprenda? E: (Sin poder contenerse más) jajajajajaj, no si en el fondo eres hasta gracioso Steven: Si siempre se me ha dado bien hacer reír a las chicas, es otra de mis numerosas virtudes... bueno y volviendo al tema, a las diez ¿vale? E: Tú puedes ir a cenar a la hora que te de la gana, si quieres cansarte entonces espérame Steven: Vaya Esther... no me digas que no vas a posponer tu cita por mí... E: uffff Pues no, porque resulta que mi cita es mi novia, como comprenderás... Steven: Ay Esthercita... otra vez con esa absurda idea de que te gustan las mujeres... E: Pues sí, ya ves, desde que me hiciste salir del armario... por cierto es algo que siempre te agradeceré Steven: Eso es porque nunca has estado conmigo... no sabes lo que es un hombre de verdad. Si tú quieres... yo te quito esas tonterías de la cabeza... (agarrándola de la cintura de modo insinuante) Plasssssssss un tremendo tortazo se estrelló en la cara de Steven E: No te vuelvas a acercar a mí, procura entenderlo de una vez porque si no vas a ser tú el que va a tener problemas, y ahora si me disculpas... tengo una práctica que hacer Steven: Eso será si yo te doy vía libre... E: ¿Como?

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Steven: Estoy en la torre de control... yo dirigiré tu vuelo (se alejó guiñándole un ojo) E: ¡Mierda! Las diez; la mañana se le estaba haciendo eterna, tenía que estar en el aeropuerto sobre las dos, no había más que mirar impaciente el reloj de la pared, mientras sostenía con una mano una taza de café y con la otra revisaba un montón de papeles. Mientras echaba una nueva ojeada al reloj sonrió recordando a su chica, seguro que ya estaba montada en esa avioneta que tantas ganas tenía de probar, ya por la noche se enteraría de la aventura, seguro que estaría como loca contándole los pormenores del vuelo. Intentó concentrarse, tenía que dejar todo terminado si quería marcharse tranquila Esther una vez en el hangar se dirigió hacia el avión que le habían asignado, tenía muy claro lo que tenía que hacer. Primero reconocimiento de la zona, tenían un radio de acción, en segundo lugar, búsqueda de objetivos, debía coordinarse con sus compañeros para ello, en caso de localizar el objetivo, debía anunciar su posición por radio, marcar el lugar y tomar decisiones, es decir que grupo debía acudir al lugar y como hacerlo. Una vez tomadas las decisiones desde control recibiría órdenes, retirada o la colaboración dirigida en el proceso del rescate Con decisión subió a la avioneta, se sentía pletórica, conocía exactamente su funcionamiento, se preparó y se dispuso a recibir órdenes E: Hotel, bravo, lima, alfa, eco, solicitando permiso para despegar Torre de control: Permiso concedido, pista 3, siga el rumbo establecido El rugido de los potentes motores inundó la pista y lentamente fue avanzado, adquiriendo velocidad paulatinamente, hasta despegar. Dedicó unos segundos a pensar en su niña, una costumbre recién adquirida para después concentrarse por completo en los mandos del aparato y perderse de vista entre los nevados picos de los Alpes Por fin estaba en su elemento, surcando el aire, atravesando las nubes con una sensación total del libertad, amaba volar, era su gran pasión, el sueño que siempre tuvo y por el que tanto había luchado, llegaba a sentirse poderosa como si pudiera dominar el mundo que ahora se encontraba bajo sus pies, pero a la vez se sentía pequeña e insignificante un pequeño ser más ante tanta grandiosidad Volaba a gran altura haciendo un primer reconocimiento del terreno, marcando su perímetro no distinguía más que un enorme manto blanco salpicado en ocasiones de trocitos amarronados, informó por radio de que se disponía a buscar objetivos y dio su posición exacta Entre tanto, en la torre de control se coordinaban los movimientos de unas pocas avionetas. Un chico joven, anotaba exactamente la posición del hotel, bravo, lima alfa, eco Chico: Hotel, bravo, lima, alfa, eco, marque rumbo 3 grados noroeste, y colóquese en paralelo con hotel, bravo, yanki, oscar, kilo E: Aquí lima, alfa, eco, mensaje recibido

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Steven observaba atento como el chico en prácticas se desenvolvía perfectamente ante la difícil tarea Steven: Bien, por ahora lo haces muy bien, sigue así Chico: Gracias señor Esther introducía las nuevas coordenadas y en pocos minutos formaba en paralelo con su compañero, el piloto era un chico argentino muy simpático al que había conocido en el curso, Héctor H: Yanki, oscar, kilo a lima alfa eco, ¿me respondes? E: Aquí lima, alfa, eco respondiendo H: ¿Algún objetivo Esther? E: Nada por el momento voy a descender 60 metros ¿me acompañas? H: Contigo hasta la luna ¡bonita! E: Vamos zalamero no me tires los trastos que estoy comprometida H: Que suerte tienen algunas... che, al menos me la presentarás ¿no? E: Claro guapo E: Voy a descender sígueme H: Entendido, Esther, creo que se está formando una tormenta desciende solo 50 metros, te sigo por tu izquierda E: Recibido, procedo a realización de maniobra Era común este tipo de charlas entre los pilotos, Esther con una sonrisa comenzó la maniobra En la torre de control Steven asistía atento a la conversación de los pilotos con gesto de fastidio, anotó algo en un papel y ordenó al chico que desviara las avioneta de Esther y Héctor Chico: Señor, dos aviones siguen ese rumbo, y han sido desviados se está formando una tormenta en esa zona Steven: Haz lo que te digo, observando el radar y el ordenador central, la tormenta se desplaza al sudeste, tendrán tiempo de sobra de localizar los objetivos Chico: Disculpe señor pero... Steven: Haz lo que te digo y no discutas una orden, ¿eres el comandante acaso? Chico: No señor, como ordene En la avioneta Esther recibía una nueva comunicación Torre Control: Hotel, bravo, lima, alfa, eco responda E: Aquí lima, alfa, eco, respondiendo Torre Control: Establezca nuevo rumbo 5 grados dirección sudeste. Confirme rumbo E: Confirmando rumbo, 5 grados sudeste Torre Control: Mantenga velocidad y altura y espere instrucciones E: Recibido

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Volvió a introducir las nuevas coordenadas, manteniendo velocidad y altura, comenzaba a llover, ya sabía la rapidez con que una tormenta se formaba en los Alpes, solo esperaba que no fuera tan fuerte como para tener que volver a la base La lluvia aumentaba en intensidad a mediad que la avioneta se dirigía hacia la dirección que le habían indicado. Tuvo que descender bastantes metros, pues la visibilidad cada vez era peor Escuchó por radio el anuncio de que Héctor localizaba uno de los objetivos y era requerido para marcar su posición Confirmó la suya y siguió adelante, a los pocos minutos, distinguió otro de los objetivos, así lo comunicó por radio y continuó con el mismo rumbo Steven controlaba atento la avioneta por radar Chico: Señor, si me disculpa... va directa hacia la tormenta... Steven: Lo sé, solo quiero que localice el cuarto objetivo y la desviaré Chico: No le dará tiempo señor... Steven: ¿Otra vez queriendo enseñarme novato? Mientras tanto Esther cada vez tenía más problemas para ver, la avioneta era victima de turbulencias cada vez más violentas, aunque de momento era controlable, sin embargo sabía que con esas condiciones meteorológicas era imposible localizar el resto de objetivos E: Hotel, bravo, lima, alfa eco, a torre de control Torre Control: Aquí torre de control a la escucha E: Solicito vuelta a la base, me dirijo hacia el centro de una tormenta Torre Control: Continué su rumbo, localizará un objetivo en aproximadamente dos minutos, seguidamente marque coordenadas 7 grados noroeste E: Negativo, señor no hay visibilidad, solicito cambio de rumbo urgente Torre Control: Denegado, la ruta de cambio está en uso, continúe hasta recibir órdenes E: Solicito ruta alternativa señor Esther comenzaba a preocuparse, sabía que tenía que salir de allí cuanto antes, se estaba metiendo en una tormenta eléctrica E: Hotel, bravo, lima, alfa, eco, a torre de control, solicito ruta alternativa urgente Chico: ¡Señor! ¡No podrá sacarla! (levantándose asustado de la silla) Steven: Cállate imbécil, (sudaba copiosamente al ver como se le había complicado la situación y cogió el mando) Steven: Esther, soy Steven, 3 grados noroeste E: Steven joder, sácame de aquí ¡que coño haces! Steven: Haz lo que te digo, ¡márcalo! Ester se apresuraba a hacerlo, el avión comenzó a zozobrar en medio de los relámpagos hasta que fue rozado por uno, haciendo que el aparato perdiera el suministro eléctrico Steven: Joder ¡la hemos perdido!

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Torre Control: Hotel, bravo, lima, alfa, eco, ¡responda! Torre Control: Hotel, bravo, lima, alfa, eco, ¡responda! Steven: ¡Maldita sea! Torre Control: Hotel, bravo, lima, alfa, eco, ¡responda! Steven miraba horrorizado el radar, que ahora se mostraba en blanco, exactamente igual que la radio, muda, esperando una respuesta que no llegaba Silvia: ¿Tienes todo listo? M: Absolutamente todo, no me falta ni un detalle (con una enorme sonrisa) Silvia: ¿La sorpresita también? M: Por supuesto, eso no se me podía olvidar... Silvia: Aynsss desde luego que bonito es el amor... unas tanto y otras tan poco... M: Anda tonta, con lo que tú vales... Silvia: Pues hija, valdré mucho pero aquí me ves más sola que la una M: Pero eso es porque los hombres son tontos cariño, si no saben ver lo que tienen delante, cámbiate de acera, a lo mejor... Silvia: Pues lo estoy pensando eh, jajajaja si me retengo es porque entonces a mamá nos la cargamos definitivamente M: Jajaja si yo creo que no soportaría que su hija pequeña también saliera del armario, le da un infarto fijo Silvia: O algo peor... M: ufffff mirando el reloj por enésima vez en la mañana, se me está haciendo el día eterno de verdad Silvia: Si ya no falta nada tonta, media horita y nos vamos M: Sí... y luego dos días para verla... creo que no lo voy a soportar... Silvia: ¡Pues claro que sí que lo soportas! En el hotel de Milán... con Luca paseándote por la ciudad.. vamos me cambiaba por ti sin pensármelo T: ¿Por quien te cambiabas? M: Hola Teresita Silvia: ¿Yo? por esta, dos diítas en Milán a todo tren y luego vacaciones románticas con su amor T: Ya te digo... es que las hay con suerte... mi marido no me lleva a mi de vacaciones desde... pufffff ni me acuerdo M: Teresa, te pasaste el mes de agosto en la playa... T: Pues menudo mes... Paco todo el día en el chiringuito, mis hijos... que no les vi ni el pelo... más tirá que una colilla hija, menos mal que teníamos vecinas aparentes y nos juntábamos en la playa que si no... Silvia: Al menos cambiaste de aires T: Sí, eso sí... y por cierto, ¿cuando volvéis? M: En teoría dos días después de que acabe el curso, pero solo en teoría... T: ¿Cómo que solo en teoría? Maca y Silvia reían M: Va, te lo cuento pero no te vayas de la lengua ¿eh? ¡He alquilado una casita en un pueblecito perdido en la montaña, en Grindelwald, rodeado de montaña, y de rebaños de vacas suizas! T: Jjajaja y Esther no lo sabe ¿no?

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M: No claro, es una sorpresa estaremos tres días y nos venimos T: Desde luego que bien vivimos... M: Para algo soy la jefa ¿no Teresita? T: No claro... Silvia: Os apetece un café M: Sí... a ver si da la una de una vez... Silvia sirvió los cafés y se sentaron a hablar un rato cuando sonó el teléfono, Maca se acercó hasta el inalámbrico, atravesó el despacho y descolgó M: ¿Sí? Voz: ¿Macarena Fernández Wilson? M: Sí, soy yo Escuchó atenta unos instantes, su rostro empezó a palidecer, sus piernas temblaron. La taza que sostenía en sus manos se le cayó, estrellándose contra el suelo en mil pedazos Teresa y Silvia se acercaron corriendo hacia ella asustadas Silvia: Maca, Maca ¡qué pasa! Pero Maca no respondía se había quedado allí en medio casi en estado de shock Silvia: Maca por dios ¡qué pasa! Lentamente se dejó caer hasta acabar sentada en el suelo T: Voy... voy a llamar a un médico... Silvia intentaba por todos los medios que Maca reaccionara, tras unos minutos angustiosos, las miró a las dos Con un hilo de voz, temblorosa y tan pálida como un muerto consiguió articular unas pocas palabras M: Esther... su... su avión se ha estrellado... no... no la encuentran... Steven se paseaba de un lado para otro nervioso, casi histérico, había provocado un accidente, no sabía si mortal o no, pero desde luego le iba a traer muy graves consecuencias, a no ser que el maldito avión no apareciera, entonces la caja negra no podría ser recuperada y nunca sabrían la verdad. “¡Mierda, mierda! Solamente buscaba ponerla en una situación comprometida, para que ella tuviera que agradecérselo, ¿cómo podía haber sido tan estúpido?” Esperaba ansioso al coordinador del grupo de rescate, tenía que mentir, no le quedaba más remedio... Solo esperaba que el maldito chico que lo acompañaba no abriera la boca, se lo había quedado más que claro, por su bien no iba a hablar

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Mientras tanto en Madrid, Teresa intentaba inútilmente que Maca tomara una tila, había pasado de un estado de shock a gritar histérica, en ese momento simplemente tenía la mirada perdida en el vacío, tan pálida como un cadáver, y temblando espasmódicamente. Tenía un único pensamiento, Esther, Esther, rogaba a Dios silenciosamente que no le arrebatara lo que más quería en este mundo. Silvia entró de nuevo en el despacho con tan mal color de cara como su hermana, con voz temblorosa se acercó a ella Silvia: Maca cariño... el vuelo sale a las 5 Maca se limitó a asentir mecánicamente T: ¿Has tenido algún problema para conseguir los pasajes? Silvia: No, tratándose de Esther ha sido fácil, he reservado uno para Maca otro para mí para el hermano de Esther y para Ana T: ¿Que te ha dicho ella? Silvia: Imagínate yo creo que al principio no se lo creía T: ¿Y su hermano? Silvia: Ufffff pues... estaba su madre delante cuando lo he llamado, está destrozado T: Pero su madre ¿lo sabe? Silvia: No, no, me ha dicho que es mejor que no se entere, la mujer de Víctor se la va a llevar al campo, dice que allí no tienen televisión así que no se enterará, al menos de momento, según... (temblando al pronunciar estas palabras) según lo que pase Teresa Silvia se acercó de nuevo a Maca Silvia: Mi niña... tomate la tila, te va a venir bien... M: No, no quiero Silvia, no me entra Silvia: Maca, ella va a estar bien, estoy segura, no le va a pasar nada M: ¡Y porqué no la encuentran entonces! Silvia: Es difícil cariño, pero la encontrarán ya verás, es una gran piloto, tú lo sabes M: Dios Silvia, (comenzando a llorar de nuevo) no... no puede pasarle nada, a mi niña no, no, ¡no! Silvia: Shsssss ya, ya... tranquila (abrazándola) la van a encontrar Maca shssssss ----- ------ ----- ------Muy lejos de allí en una hondonada cubierta de nieve yacía el avión siniestrado, la tormenta había pasado a ser una auténtica ventisca, nevaba copiosamente, en el interior el cuerpo de Esther atrapado entre un amasijo de hierros no presentaba aparentemente señales de vida ----- ------ ----- ------En toda su vida había hecho un viaje tan largo como ese, apenas llevaba una hora pero le parecían días, aquel maldito cacharro parecía no avanzar, deseaba llegar más que cualquier otra cosa en este mundo, aunque al mismo tiempo sentía auténtico terror a posar los pies en tierra y que alguien le comunicara que no la habían encontrado, o algo peor, que su niña... no, no quería pensarlo, su niña tenía que estar bien, tenía que estarlo, no podían arrebatarle su razón de vivir, ahora no, ahora que por fin era feliz, que había encontrado a la mitad de su ser, ahora que todas sus ilusiones se estaban haciendo

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realidad, que tenían miles de planes para llevar a cabo juntas. Rogaba interiormente con todas sus fuerzas, con toda su fe que a su pequeña no le hubiera pasado nada Silvia la observaba preocupada, sabía que si a Esther le hubiera pasado algo Maca no podría soportarlo, no era justo, no dejaba de pensar que nadie se merece pasarlo mal pero Maca... había sufrido tanto... Agarraba con fuerza su mano intentando transmitirle toda la seguridad posible, todo su apoyo y sobre todo la esperanza de encontrarla con vida Ana al otro lado del pasillo, con la mirada perdida no dejaba de pensar en Esther, era su mejor amiga, su confidente, su hermana, habían vivido tantas cosas juntas... “Tienes que estar bien Esther, por ti, por Maca, por nosotras. tienes que estar bien...” Completaba la escena su hermano, Víctor, intentando mantenerse entero sin conseguirlo, a su mente venía una y otra vez el rostro de su hermana, los recuerdos vividos junto a ella, pensaba en su madre, su madre... no soportaría perder a su niña... El avión por fin tomó tierra en el aeropuerto de Zurich y temerosos y en silencio caminaron hacia la terminal para recoger sus equipajes. Maca con la mirada buscaba a Victoria, sabía que les iría a recoger, tenía miedo de verla y recibir una noticia que le arrebatara de golpe todos sus sueños Por fin la vio, Maca se quedó allí de pie, quieta, como si sus piernas no la obedecieran, con un temor casi irracional recorriendo cada milímetro de su cuerpo Victoria se acercó a ella, sin mediar palabra la abrazó con todas sus fuerzas, y Maca presintió que todo había acabado para ella M: ¿Y... Esther? (consiguiendo sin saber como que las palabras salieran de su boca) Victoria: Aún no la han encontrado cariño M: (Comenzando a llorar) Pero como ha sido Victoria, Esther no puede haber tenido un accidente así como así ¡joder! Victoria: Había tormenta Maca, perdió el control de la avioneta M: Pero ¿porqué no la encuentran? Tienen que saber la zona ¿no? ¡Alguien tiene que controlar los vuelos! Victoria: Sí pero al parecer perdieron el contacto y no sabemos que dirección tomó, están barriendo el área en que se cree que pudo caer el aparato M: ¡Y porqué no la sacaron de allí antes! Victoria: No lo se Maca, el controlador dice que le dio la orden de salir pero Esther no quiso M: ¡Qué! ¡Eso no puede ser Victoria! Esther no es imbécil, tú lo sabes, cuando recibe una orden la cumple ¡coño! Victoria: Sí, Maca pero quiso seguir, tenía un objetivo cerca y... M: ¡No, no, no! ¡Eso es imposible! Víctor: Venga Maca tranquila M: ¡No me puedo tranquilizar! ¡Es mi novia la que está sabe Dios donde y como! Victoria: Vamos Maca, la están buscando, la van a encontrar, hay varios equipos de rescate, y están estudiando la posición del radar en la torre de control M: ¿Cuantos equipos hay? Victoria: Tres M: Pues que haya más

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Victoria: Maca, con tres es suficiente hay de sobra para abarcara todo el área M: Me da igual si es cuestión de dinero pago lo que haga falta, pero ¡quiero que haya todo un ejército buscándola si es necesario! Victoria: Mejor vamos a la base, allí te lo explicarán todo ----- ------ ----- ------Mientras tanto en el avión siniestrado, perdido entre las cumbres nevadas, Esther abría lentamente los ojos, completamente desorientada, solo veía oscuras sombras proyectándose ante ella Tardó unos minutos en darse cuenta de donde estaba, apenas podía enfocar la vista, sentía algo viscoso en su cara, probablemente sangre pensó, pero lo peor era un dolor punzante y agudo en el pecho. Intentó moverse y al hacerlo chilló de dolor, al sentir como si un centenar de cuchillos se le clavaran en el pecho, estaba aprisionada, volvió a intentarlo esta vez con las piernas para darse cuenta aterrorizada de que no le respondían y una de ellas estaba colocada en una posición extraña al tener el hueso quebrado Un profundo pánico se apoderó de ella, estaba atrapada gravemente herida y no veía como iba a poder salir de allí pues con cada movimiento que hacía parecía encajarse más entre ese amasijo de hierros No obstante intentó respirar aunque dificultosamente y guardar la calma, sabía que tenía que hacerlo, trabajosamente intentó separar los hierros con sus manos, provocándose cortes y sin apenas conseguir nada, el dolor cada vez era más intenso, y el esfuerzo realizado poco a poco debilitaba sus fuerzas. Comenzó a marearse, la vista se le nubló nuevamente y pocos minutos después volvía a quedar sin sentido ----- ------ ----- ------Maca, Ana, Víctor, Silvia y Victoria llegaban a la base desde la que se coordinaba la búsqueda de Esther Victoria: Voy a intentar averiguar algo, esperadme aquí M: Yo voy contigo Victoria: No Maca, solo puede pasar personal autorizado, vengo enseguida M: Pero Victoria... Víctor: Maca, déjala ir, ella sabe lo que hace M: ¡Joder Víctor! Silvia: Venga ven aquí (cogiéndola de la mano) Enseguida viene no te preocupes Esperaban impacientes mientras contemplaban el ir y venir de personas a todo correr, cosa que les ponía más nerviosos aún si eso era posible. La base era un hervidero de gente, coches, ambulancias y aviones que despegaban continuamente. Pero Victoria no aparecía, pasaban los minutos y nada, nadie les decía nada, los nervios cada vez eran más. Maca se paseaba nerviosa mirando al cielo, como si esperara que de pronto su niña apareciera, se bajara de una avioneta con toda la tranquilidad del mundo y viniera a abrazarla

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Tras unos 20 minutos de angustiosa espera, vieron a Sergio acercarse, con andar ligero y el semblante muy serio. Saludó a todos y antes de que nadie le preguntara les informó Sergio: Aún no sabemos nada, supongo que Victoria os ha contado que hay tres equipos buscándola, 2 están peinando la zona por la que se cree que se perdió y hay otro barriendo un área más amplia. No hemos podido localizarla por radio, pero es normal, puede haber sufrido daños con el impacto. De momento son las únicas novedades que puedo ofreceros, bueno aparte de que mañana probablemente se incorpore un equipo nuevo M: ¿Mañana? ¿y por qué no hoy? Sergio: Apenas queda una hora de luz Maca, se va a hacer un nuevo reconocimiento y volverán mañana en cuanto amanezca Víctor y Ana: ¡Como! M: Sergio ¡no me digas que esta noche no van a buscar! Sergio: No Maca, por la noche es imposible, con seguridad habría un accidente y de todas formas sería inútil no verían absolutamente nada. Mañana en cuanto amanezca volverán a salir M: ¡Pero! Silvia: Tiene razón Maca no pueden hacer otra cosa M: ¡Joder! ¡Pero que coño pasa! ¡Tiene que haber alguna forma! ¡Algo! ¡Puede estar herida o sabe dios como! Sergio: Maca de verdad tranquila, estamos haciendo todo lo que podemos, confía en nosotros M: ¡Y una mierda! ¡Cómo queréis que esté tranquila cuando es mi novia la que se ha estrellado con un maldito avión y no sé si está viva o está muerta o si estará herida o yo que sé! Sergio: Eyyy... (acercándose a ella) Maca todos estamos preocupados y queremos a Esther, no queremos que le pase nada malo, pero tienes que ser fuerte y confiar en nosotros ¿vale? yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano, te lo prometo Maca suspiró contemplando el horizonte por el que el sol empezaba a esconderse, suplicando que su niña estuviera bien, que tuviera fuerzas para aguantar esa noche y a la vez rogando por tener ella las suficientes para poder soportar esas largas horas de angustia hasta que la luz del nuevo día le devolviera la esperanza de poder encontrarla Esperó hasta que el último de los aviones tomó tierra, con la inútil esperanza de que trajeran noticias de ella, pero sabía que era imposible, nadie iba a llegar diciendo nada, cualquier cosa que ocurriera se sabría por radio rápidamente, sin embargo tenía que aferrarse a algo, una pequeña luz, cualquier cosa que le diera las suficientes fuerzas para aguantar Apenas habían pasado unas horas del accidente y ya la angustia que sentía le aprisionaba el pecho de tal forma que no podía respirar, en su cabeza la veía una y otra vez herida, pidiendo ayuda sin que nadie acudiera, sola terriblemente sola en medio de ninguna parte. Si hubiera podido estar con ella... hubiera dado todo lo que tenía por estar a su lado, por saber que estaba bien Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Ana se dirigió a ella Ana: Maca cariño, venga que nos vamos al hotel

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M: Yo no quiero irme prefiero quedarme aquí Ana: Aquí no puedes quedarte mi niña, nos vamos, cenas algo y te vas a la cama, mañana antes de que amanezca estamos aquí otra vez M: No Ana de verdad, prefiero quedarme, aquí me siento más cerca de ella por favor Victoria que presenciaba la conversación se acercó a ellas Victoria: Maca, aquí no te puedes quedar, además necesitas descansar, mañana va a ser un día largo y duro M: Por favor... Victoria: Maca... M: Y si logra ponerse en contacto por radio y... Victoria: (interrumpiéndola) Hay un equipo en control que pasará la noche intentando localizarla, si eso ocurre en menos de un minuto nos llamarán, pero ahora tienes que venir e intentar descansar, tienes que hacerlo Maca, tienes que estar bien, Esther te necesita bien Maca suspiró resignada y los siguió hasta el coche. No quiso cenar, tan solo accedió antes de acostarse a tomar un poco de leche al sentir en ella clavados los ojos llorosos de su hermana Ya en la cama toda la tensión del día salió de ella en forma de silenciosas lágrimas, no conseguía sacársela de la cabeza, rogaba silenciosamente que la encontraran pronto, que estuviera bien, pedía a Dios que si era necesario cambiara su vida por la de ella, no le importaba ninguna otra cosa. Si solo pudiera ver su sonrisa una vez más... sentiría que su vida había valido la pena En la cama de al lado Silvia impotente entre la penumbra de la habitación contemplaba el cuerpo de su hermana agitándose calladamente a causa del llanto, no sabía que decirle, como poder consolarla y mitigar aunque fuera un poco su dolor. Cuando no pudo soportarlo más se levantó y sin decir nada se acostó a su lado, con todo el cariño del mundo la estrechó contra su cuerpo, Maca se aferró con fuerza a ella agradecida y dejó que sus lágrimas fluyeran con libertad hasta que varias horas después un sueño ligero y poco reparador la invadió Eran poco más de las 5 de la mañana cuando decidió levantarse de la cama, había dormido poco y mal, un fuerte dolor de cabeza le dio los buenos días, prometiendo acompañarla durante el resto de la jornada. Con cuidado de no despertar a su hermana, abrió la puerta del balcón y salió al exterior. Una brisa helada la hizo estremecer, pero ni siquiera hizo amago de volver a entrar. Se apoyó en la barandilla y dejó que su mirada se perdiera en la lejanía, entre los nevados picos alpinos tenuemente iluminados por la luz de la luna, pensando que entre aquellas montañas estaba lo que más quería en este mundo Así dejó pasar el tiempo a la espera de que con la salida del sol, volvieran a renacer las esperanzas de encontrarla No se dio cuenta de que la puerta del balcón se había abierto hasta que notó como Silvia la envolvía en una manta

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Silvia: Anda entra, vas a coger frío Maca se dejó guiar hasta el interior de la habitación Silvia: Estás helada, (frotándola con la manta para que entrara en calor) ¿cuanto tiempo llevas ahí? M: No lo sé, no podía dormir Silvia: ¿Y porqué no me llamas tonta? M: No quería despertarte, además tampoco me puedes hacer nada y tienes que descansar Silvia: Puedo estar a tu lado Maca M: Ya... Silvia: Maca, la van a encontrar M: Dios te oiga Silvia... Dios te oiga ----- ------ ----- ------Se sentía casi congelada, dolorida y mareada, hacía más de dos horas que forcejeaba intentando liberarse de esos malditos hierros, apenas tenía fuerzas pero no dejaba de intentarlo, sabiendo que si no lograba salir de allí moriría sin remedio, con su pierna sana fue apartando uno a uno hasta que consiguió sacarlas, y sacando fuerzas de donde no las tenía dejó deslizar el resto de su cuerpo hacia el fondo. Paró durante unos minutos intentando calmar su respiración y conteniendo gritos de dolor trepó hasta la parte trasera del avión. El dolor en el pecho hizo que volviera a marearse, a punto del desmayo buscó como pudo el kit de supervivencia obligatorio en todo avión, contenía algunas medicinas, comida, agua y unas pocas mantas Lo primero que hizo fue beber un poco, sabía que se estaba deshidratando, sin fuerzas para nada más se envolvió en las mantas y quedó en estado de semiinconsciencia ----- ------ ----- ------Con la luz del nuevo día los equipos de rescate comenzaban una nueva jornada, el rugido de los motores invadía de nuevo el cielo, de momento despejado, quizás pensaron todos, hoy la encontrarían Ya en la base Maca paseaba nerviosamente de un lado para otro, mirando preocupada al cielo que poco a poco iba oscureciéndose. Por el momento no había noticias, habían recorrido la zona una y otra vez y no observaban el más mínimo rastro del avión siniestrado. La comunicación por radio tampoco había dado resultados aunque no por ello dejaban de intentarlo Sergio había salido con los equipos de rescate y Victoria andaba yendo y viniendo de la torre de control para ver si había alguna novedad, mientras el resto del grupo esperaba en una pequeña sala A mediodía, Victoria fue a buscarlos para comer algo Victoria: Nos han preparado algo para comer ¿vamos? Silvia: Sí, venga, nos sentará bien

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Víctor y Ana se encaminaron hacia el comedor, seguidos de Victoria y Silvia, pero Maca no se movió Silvia: Venga Maca, ven a comer algo M: No tengo ganas de comer nada, id vosotros Al escucharlas hablar Víctor se dio la vuelta Víctor: Ahora os alcanzamos (con un gesto de cabeza les indicó que siguieran adelante) Su cuñado se sentó a su lado Víctor: Maca, así no puedes seguir, ¿desde cuando no comes? ¿Desde ayer? ¿Anteayer por la noche? M: Estoy bien Víctor, esta mañana me tomé un café Víctor: ¿Y con un café piensas que vas a aguantar?, no seas tonta tienes que comer algo M: No me apetece de verdad, no me entra Víctor: Ya lo sé Maca, pero tienes que hacer el esfuerzo, vas a caer enferma, no comes, ni duermes y el café perdona que te diga no te hace mucho bien M: Me mantiene con las ideas claras Víctor: Ya pero no te alimenta, anda no seas tonta, come aunque sea un poco M: Víctor no puedo, me da asco solo pensar en la comida Víctor: ¡Por el amor de Dios Macarena! ¡Así solo vas a conseguir que te de una lipotimia! Vamos a ver, no te voy a pedir que te des un atracón pero un poquito si tienes que comer ¿eh? Lo tienes que hacer por Esther, cuando la encontremos tienes que estar fuerte para cuidar de ella. Además... si no comes y adelgazas... a Esther no le vas a gustar... ¡qué luego dice que no tiene donde agarrar! M: (Consiguiendo sonreír por primera vez desde el accidente de Esther) Tonto Víctor: ¿Comemos un poquito? M: Bueno, pero un poquito solo ¿eh? Víctor: Pues venga vámonos, que como tardemos mucho seguro que Ana acaba con todo Aunque no sin esfuerzo consiguió comer un poco, Victoria les dejó de nuevo en cuanto terminaron de comer prometiéndoles bajar en seguida para comentarles cualquier novedad que se produjese Con otro café en la mano, Maca se sentó ante un gran ventanal observando el ir y venir de aviones que continuamente se producía. Estaba absorta en sus pensamientos cuando sintió que alguien a su lado la observaba. Levantó la vista y se encontró con un hombre joven, de treinta y pocos años, rubio y alto Hombre: ¿Macarena? M: Sí, ¿quien eres? Hombre: Soy Steven, un amigo de Esther Maca lo miró extremadamente sorprendida, ¿un amigo de Esther?. Bueno quizás, lo que había pasado era lo suficientemente importante como para limar asperezas Al ver el gesto de sorpresa de Maca, Steven continuó hablando

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Steven: ¿Damos un paseo? Y de paso te invito a un café, uno en condiciones, este de la máquina no es demasiado bueno Maca no sabía que hacer pero picada por la curiosidad aceptó Mientras caminaban Maca intrigada por la conducta de Steven comenzó a hacerle preguntas M: ¿Y como es que sabes quien soy? Steven: Esther me hablaba mucho de ti, me dijo que eras su mejor amiga M: Su... mejor amiga Steven: Sí, me contó que ibas a venir a pasar unos días y que ya te conocería cuando saliéramos a cenar M: ¿Ibais a ir a cenar? Steven: Sí, y eso que Esther era dura de pelar ¿eh? Mi trabajo me costó, pero en el fondo... donde hubo fuego ya se sabe... Bueno supongo que ella te contaría que estuvimos... juntos, y al vernos esto días... M: ¿Al veros estos días? Steven: Bueno ya sabes... estábamos ahí tonteando... incluso habíamos hecho una apuesta, si conseguía encontrar todos los objetivos pagaba yo, si no pagaba ella y teníamos reserva en uno de los mejores restaurantes pero... supongo que si es tu amiga la conocerás, se empeñó... y no me hizo caso, por más que lo intenté no hubo medios de sacarla de la tormenta... M: (Ardiendo de rabia) ¿Tú eras el controlador del vuelo de Esther? Steven: Sí claro, ayer por la mañana me tocaba a mí, y ojalá no hubiera sido mi turno, quizás ella no se hubiera picado tanto, no sé... era una gran chica... M: Hablas como si no fuera a aparecer, como si hubiera muerto Steven: Eh... no, no, no me malinterpretes, el primero que quiere que esté bien soy yo por supuesto Maca se estaba muriendo de ganas de cruzarle la cara de un bofetón, pero consiguió aguantar, lo que Esther le había contado de él, era totalmente diferente, confiaba plenamente en ella. Lo que no sabía era lo que él pretendía, ¿qué intentaba contándole todo eso? Sin duda cuando apareciera Esther él quedaría en ridículo, ¿o acaso intentaba ocultar algo? Él había sido su controlador, quizás sabía algo que no le convenía contar M: Sí ya me lo imagino, y no sé, la verdad, ¿no recuerdas nada? Quizás consiguió decirte algo antes del accidente, su posición, cualquier cosa que nos ayudara a localizarla Steven: No, nada, le ordené varias veces el cambio de rumbo, pero había visto un objetivo y toda su obsesión era marcarlo, intenté sacarla como pude pero ya habíamos perdido la comunicación por radio. Ese era el pequeño defecto de Esther, cuando estaba a punto de conseguir algo siempre actuaba por su cuenta, nunca le ha gustado recibir órdenes cuando estaba a punto de conseguir la gloria Maca ya no pudo contenerse más M: ¿¡Pero como se puede ser tan cínico!? Steven: ¿Como?

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M: ¡Que no estás diciendo una puta verdad! Esther jamás desobedecía una orden y lo sabes perfectamente y no sé por qué me estás contando esa tontería de la cena, cuando ¡ella no te puede ni ver! ¿O te crees que no me lo había contado? Steven: ¿Contarte que Macarena? M: ¡Todo! Tú nunca has tenido nada con ella, ni lo ibas a tener, ¿qué intentas ocultar con esa falsa preocupación por ella? Steven: jajajaj ¿Así qué es cierto? M: ¿Es cierto el que? Steven: Esther me contó que estabas enamorada de ella y no conseguía deshacerse de ti, esperaba que cuando nos vieras juntos te dieras cuenta de que ella no es una jodida bollera como tú M: ¿Eso es lo que te jode?¿ Que esté conmigo? No tienes ni puta idea, y cuando la encontremos vas a tener más de un problema Steven: ¿Tan segura estás de que va a aparecer? M: Yo estoy completamente segura de que va a aparecer, quizás si tú no lo deseas es porque tienes miedo ¿no? ¿De que tienes miedo Steven? ¿De que cuente la verdad? ¿Que cuente que el accidente ha sido por tu culpa? Steven: Jajajja yo no tengo ningún miedo, a mí me da exactamente igual, no hay ninguna prueba de lo que estás diciendo M: Quizás en el control no quedó ninguna, pero ¿crees que dirás lo mismo cuando se recupere la caja negra? La cara de Steven se tornó de color amarillo M: Vaya no me he equivocado ¿no? No quieres que aparezca porque sabes que lo que ahí se escuche no va a ser nada bueno para ti ¿verdad?, sabes perfectamente donde se produjo el accidente estoy segura Steven: Yo no se nada (con el miedo reflejado en sus ojos) si quieres encontrar a tu puta novia bollera os las apañáis como podáis (dando media vuelta para marcharse) M: Steven El controlador se dio la vuelta M: Te juro que la voy a encontrar, aunque sea lo último que haga en esta vida, reza porque no haya muerto, porque si no oigo de sus labios lo que pasó, voy a dejarme la piel en encontrar esa caja negra, y ese día vas a desear no haber nacido ----- ------ ----- ------Mientras esa conversación se producía, Esther trataba como podía de mantenerse despierta, se sentía helada de frío, y el dolor martilleaba su cuerpo constantemente, había intentado moverse para llegar a la cabina e intentar utilizar la radio, pero le suponía demasiado esfuerzo, agotaba ahora procuraba descansar para hacer un nuevo intento más tarde Podía ver como la luz se colaba a través de las rendijas abiertas del avión y eso en parte la tranquilizaba, aún era de día, y seguramente estuvieran buscándola, pero pronto la noche llegaría y volvería a sentirse sola, terriblemente sola. Las lágrimas comenzaron a escapar de sus ojos amargamente

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E: ¿Dónde estás Maca? ----- ------ ----- ------Corría tan deprisa como podía, tenía que ver a Victoria cuanto antes, quizás hubiera una posibilidad de encontrarla, ahora lo tenía muy claro, estaban buscando en el lugar equivocado Casi sin aliento llegó donde estaban los chicos, Ana fue la primera que la vio llegar Ana: ¿¡Dónde estabas!? Estábamos preocupados Maca M: (Sin responderle) Victoria, tengo que ver a Victoria, ¿donde está? Ana: No sé, supongo que habrá ido a ver si hay alguna noticia M: Ana tengo que encontrarla. Salió de nuevo corriendo Los demás enseguida se acercaron donde estaba Ana Silvia: ¿Que pasa Ana? Ana: No sé, ha venido con la lengua fuera, preguntando por Victoria no me ha dicho nada y ha salido corriendo a buscarla Víctor: ¿Pero por qué? ¿No te ha dicho nada? Ana: absolutamente nada, pero venía muy nerviosa yo creo que lo mejor será ir a buscarla a ver si nos enteramos de algo Maca corría como alma que lleva el diablo, llegó a la torre de control y subió las escaleras de tres en tres, allí se encontró a Victoria hablando con un compañero M: ¡Victoria! (jadeando) Victoria: ¡Que pasa Maca! M: Tengo que hablar contigo, ¡es importante! Victoria: Tranquila, ven siéntate, ¿quieres tomar algo? M: ¡No, no! Escúchame ¡es importante! Victoria: Maca me estás asustando ¿qué pasa? M: He hablado con Steven, ¡sabe algo! Victoria: ¿Con... Steven? M: ¡Sí! ¡Vino a verme! Victoria: ¿Steven a verte a ti? ¿Y que quería? M: No lo sé Victoria, pero vino, primero me estuvo hablando de Esther, decía que habían quedado para cenar que estaban juntos... que... Victoria: (Interrumpiéndola) ¡Eso es mentira Maca! M: Ya, ya lo sé, estaba intentando que le creyera, pero eso da igual, lo importante es lo que vino después Le contó con detalles toda la conversación M: Él sabe donde se produjo el accidente Victoria, tenías que ver la cara que se le puso, ¡estoy segura! Victoria: Maca, ya contábamos con eso M: ¡Qué! ¿Lo sabíais y no estáis haciendo nada?

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Victoria: Maca hemos hecho todo lo que hemos podido, hemos hablado con él y con el otro controlador, pero no hay ninguna prueba de lo que me estás contando M: Victoria ¡joder! ¡No me vengas con esas! ¡Algo se podrá hacer! ¡Estamos perdiendo el tiempo coño! No están buscando donde se ha perdido Victoria: Maca están peinando toda la zona, según lo que sabemos Esther había marcado ya varios objetivos, no se había salido de la zona de prácticas, además en el momento en que se perdió pudo seguir cualquier rumbo, lo están haciendo bien, tranquila M: ¡Tranquila, tranquila, tranquila! ¡Como coño voy a estar tranquila! ¡Y más con lo que sé ahora! En ese momento llegaban los demás Victoria: Maca por favor, confía en nosotros M: ¡No puedo Victoria! ¡Es que es Esther la que se ha estrellado! ¡Tú que harías si hubiera sido Sergio! Victoria: Maca por favor... solo te puedo pedir que confíes en nosotros Llorando a lágrima viva salió de la estancia, Ana hizo amagos de seguirla Victoria: Déjala Ana, creo que necesita estar un rato sola Ana: ¿Pero que es lo que ha pasado? Victoria se quedó contándoselo mientras Maca se alejaba de allí, necesitaba estar sola un rato Caminó hasta salir de la base durante algo más de media hora y ya cansada se sentó en el borde de un pequeño camino que salía de la carretera desde el que se contemplaban las montañas en todo su esplendor. Una vez allí dejó que las lagrimas fluyeran libres en un intento de descargar toda la angustia que se acumulaba en su interior y simplemente, pensó en ella Tres, días, habían pasado tres días más, y aunque nadie decía nada, iban poco a poco perdiendo las esperanzas de encontrarla, y más aún con vida En las caras cansadas de todos, se reflejaba el desánimo y la angustia por la que estaban pasando, especialmente Maca, que parecía un cadáver andante, había perdido varios kilos, y en su rostro se marcaban unas profundas ojeras, fruto del cansancio, la desesperación y varios días sin conseguir dormir más que unos pocos minutos A la preocupación de todos, se sumaba el estado en que la veían, no conseguían de ninguna manera hacerla dormir ni comer, y si alguna vez, a base de paciencia, alguno de ellos conseguía que se llevara algo a la boca, la frustración enseguida hacía acto de presencia, pues poco después de haber ingerido el alimento lo vomitaba Aquel día Silvia no había conseguido que comiera nada, decidió desistir y dejarla un rato ya lo volvería a intentar más tarde. Desanimada se fue a hablar un rato con Víctor que sentado en el suelo daba vueltas insistentemente a un vaso de café entre sus manos con la mirada ausente

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Levantó la vista al ver que la chica se sentaba a su lado Víctor: ¿Has conseguido que coma algo? Silvia: No... por más que he insistido no ha habido forma Víctor: (Meneando la cabeza) Va a caer enferma... no creo que resista mucho más así Silvia: Lo sé Víctor, pero es que ya no sé que hacer con ella (comenzando a llorar) Víctor: Eh... venga no llores, tranquila (abrazándola) Pero ya apenas sabía que decirle, el también estaba al límite de sus fuerzas, las esperanzas de encontrar a su hermana lo abandonaban y además estaba Maca, y su madre... ¿cómo se lo iba a decir? Silvia: Ya... ya se me pasa, no te preocupes Víctor: uffffff Silvia: ¿Has hablado con tu madre? Víctor: Sí... y espero que se haya tragado el cuento porque... casi no me salían las palabras Silvia: ¿Que le has dicho? Víctor: Pues antes de que ella pudiera preguntar, le dije que Esther me había mandado un e-mail, contándome que estaba con Maca en un pueblecito de las montañas pasando unos días y que allí no tenían cobertura, que en cuanto volvieran a Zurich la llamaba Silvia: ¿Y crees que ha colado? Víctor: Mi mujer dice que sí, lo que no sé es cuanto podré prolongar mi "viaje de negocios" y la ausencia de Esther claro, de momento tengo tres o cuatro días de margen Silvia: Puede que para entonces ya la hayan encontrado... Víctor: ¿Tú crees? Silvia: No lo sé Víctor, si te soy sincera, cada vez lo veo menos probable, Y lo que más miedo me da es lo que pueden encontrar cuando aparezca el avión Víctor: Yo prefiero no pensarlo Silvia ----- ------ ------Pasaba la mayor parte del tiempo semiinconsciente, cada vez más débil, los días y las noches se sucedían sin que apenas apreciara la diferencia Haciendo un esfuerzo sobre humano, había logrado acomodarse lo máximo posible, quizás el instinto de supervivencia era más fuerte que el dolor Consiguió mover el asiento del copiloto que se había desprendido debido al fuerte choque, al menos allí sentada conseguía mitigar al menos levemente el dolor del pecho y respirar un poco mejor En otro de sus momentos de lucidez pudo llegar hasta la radio y conectando los cables partidos hizo que funcionara, sin embargo el profundo agujero en el que había caído le impedía obtener comunicación alguna Envuelta en las mantas, se mantenía constantemente a base de pequeños tragos de agua, leche en polvo y otros preparados a base de vitaminas que había en el kit de supervivencia

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Dentro de ella, sentía que su vida poco a poco se apagaba, si no lo había hecho ya era por un único pensamiento que la hacía resistir y agarrarse al fino hilo que la separaba de la oscuridad, su niña, su princesa. su Maca ------- -------- ------El sol brillaba alto en el cielo, Maca con su inseparable taza de café en las manos, contemplaba el ir y venir de aviones que acudían a repostar ¿Cómo era posible que una persona pudiera cambiar tanto en tan pocos días? Más delgada, demacrada, temblorosa, más desesperada de lo que jamás pensó que pudiera llegar a estar un ser humano Sabía que el tiempo se agotaba, que cada minuto jugaba en su contra, cada segundo Le había dado muchas vueltas, era su única posibilidad, y aunque antes ya lo había intentado sin éxito, había llegado el momento de jugar su última carta Había sido una noche de locura, los había convencido aún no sabía como, pero algo en su interior le decía que era su única posibilidad En un principio pensó en Steven, estaba dispuesta a cualquier cosa, a rogar, suplicar, amenazar, el soborno, lo que fuera... imaginaba que ese hombre sin escrúpulos se vendería por una buena cantidad de dinero. Pero no había vuelto a verlo, preguntó a todo aquel que encontró, pero nadie lo había visto, ni sabía nada de él No le quedó más remedio que averiguar por su cuenta donde podía encontrarlo A la primera que vio, fue a Ana, que extremadamente sorprendida y confusa accedió a lo que Maca le estaba pidiendo. Era incapaz de negarle nada a esos ojos que volvían a irradiar un brillo especial llenos de esperanza Jugaron a los espías, sin esperarlo y tras no pocas dificultades, habían encontrado ciertos datos que no esperaban. ¿Michael Spencer? ¿Había otro controlador con Steven? A partir de ahí emprendieron una frenética carrera contrarreloj Eran las 5 de la mañana, y Sergio anonadado, aún en pijama escuchaba estupefacto las explicaciones de Maca M: (Con un mapa extendido sobre la mesa) Tiene que ser así Sergio. Esther había localizados los objetivos, seis, siete y ocho, pero Steven la desvió hasta el doce, justo dentro de una de las tormentas, ésta (marcándola en el mapa) una vez aquí, a ver que se le echaba encima, volvió a desviarla pero Esther ya no pudo hacer nada, porque otro frente se acercaba justo por aquí, por el este Sergio: Entonces... M: Sí, Sergio, ahí perdieron la comunicación por radio, la única vía posible (volviendo a señalar) era esta de aquí, lo que nos indica que el avión debió caer en esta zona. Es un área de diez kilómetros fuera de la zona de prácticas Sergio: Pero Maca, la zona de búsqueda se abrió en 5 kilómetros más de perímetro M: Efectivamente, y eso nos deja otros cinco de margen, tiene que estar aquí, no queda más remedio

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Sergio se quedó pensativo unos minutos Sergio: Dios mío... debo estar loco, pero creo que es la única posibilidad, pero... no entiendo una cosa Maca, ¿cómo has deducido todo esto? M: Eh... Sergio: ¿Steven? M: No... Sergio: ¡Ay Madre! Michael... M: (se miraba las manos haciéndose la remolona) Sergio: ¡Chicos! ¿Que habéis hecho?, Esta información es confidencial Víctor: Era... Sergio: ¡Joder! ¿habéis estado jugando a detectives aquí? Pero, pero... ¿cómo os ha dicho todo eso? No, no... (observando sus caras de pocker) ¿Cuanto? Víctor: Nada... Sergio: ¡¿Maca?! M: 50.000 euros... (en un susurro) Sergio: ¡Joder! M: Sergio, tú sabes que vendería mi alma con tal de encontrarla Sergio: Lo sé, lo sé... mira, mejor será que no siga preguntando, no quiero saber más de la cuenta, voy a prepararlo todo, no sé, algo me inventaré M: ¡Gracias, gracias, gracias! (abrazándola) Sergio: Solo espero que tengáis razón porque si no... ¡qué Dios nos pille confesaos! Aún era de noche, en poco más de media hora amanecería. Algo dentro de ella le decía que la iban a encontrar. No sabía que era, pero una extraña sensación la había acompañado toda la noche, casi como si pudiera sentirla. Salió al balcón, a respirar un poco, el aire helado le vendría bien. A lo lejos, como desdibujadas, se perfilaban las siluetas de los escarpados picos M: Un poco más mi vida, solo aguanta un poco más, pronto estaré contigo No fue tarea fácil para Sergio organizar la búsqueda en una nueva zona. Tuvo que rogar y hacer muchas llamadas, pero al final consiguió que uno de los equipos se desplazara. Sabía que era su última oportunidad, pues ya había escuchado que si en un día más no se encontraba nada, se suspendería la búsqueda, era lo más lógico puesto que las posibilidades de encontrar supervivientes en esa zona, tras un accidente y con las condiciones climáticas tan extremas se hacían casi imposibles Nada más salir el sol, la base volvió a cobrar vida, el rugido atronador de los motores lo inundó todo, y pronto se perdieron en la lejanía Maca los vio alejarse con el corazón encogido, consciente de que si no lograban encontrarla debería ir haciéndose a la idea de que la había perdido para siempre Terriblemente cansada se dejó caer en un rincón dispuesta a contemplar el lento paso de las horas mientras pensaba en su pequeña, en esa sonrisa que la hacía derretir, en su mirada... poco a poco se perdió en sus pensamientos ajena a lo que ocurría a su alrededor

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E: ¡Pero ayúdame! Maca reía a más no poder al verla en esa cómica situación M: Jajajaaja Esther... jjajaja ¡parece mentira que puedas dominar un avión y no seas capaz de mantenerte en pie sobre unos simples patines! jajajaja E: Que graciosa... (mientras intentaba levantarse sin conseguirlo) M: Ay, ay ¡qué me meo! E: ¡Maca! M: Anda ven... (dándole la mano) E: ufffff yo no vuelvo ¡eh! M: ¡Pero si ha sido muy divertido! E: Claro... para ti... M: Jo no te ha gustado... (acercándose zalamera) E: Pues nooooooooo, ¡si seguro que tengo el culo como un picasso! M: Ay mi culitooo (dándole una palmadita) E: ¡Ays! Pues ya no te quiero ¡ea! M: ¿No me quieres? E: ¡No! M: Y si te doy un besito... E: ¡Tampoco! M: ¿Y si te doy un besito y te invito a comer? E: mmmm ¿en el italiano? M: Donde tú quieras... E: Bueno entonces me lo pensaré... pero a ver primero ese beso... M: Ven aquí... Sus pensamientos se vieron interrumpidos por alguien que la llamaba Maca... M: (levantándose como un resorte) ¡Cruz! C: Hola cariño... M: ¡Cruz, Cruz! (lanzándose a sus brazos y comenzando a llorar) C: Ya, ya tranquila mi niña, estoy aquí... C: Ya, ya estoy aquí cariño, shhhhh tranquila... M: Como... (entre sollozos) te he echado de menos Cruz C: Y yo a ti mi niña... pero no pude venir antes, la niña ha estado ingresada M: Ya, ya me lo dijo Silvia, ¿cómo está mi ahijada? C: Bien, bien, solo era una bronquitis, pero ya está mejor, está su padre con ella M: ¿Y Vilches? C: Está bien Maca, te manda muchos recuerdos. Pero bueno, ¿tú como estás? M: Mal Cruz, muy mal, yo... yo... (llorando de nuevo) no sé que voy a hacer si la pierdo, Cruz, no lo sé... C: Ven, siéntate. Tiene que tener fe cielo, he estado hablando con Silvia, seguro que la encuentran y cuando lo hagan ya me ocupo yo de ella para dejártela como nueva M: Sí.. mi matasanos favorita... C: Anda vamos a dar un paseo y hablamos un rato ¿quieres? M: Sí...

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Maca al ponerse en pie sintió como se le doblaban las piernas, Cruz la sujetó antes de que cayera C: ¡Maca! ¿Estás bien? M: Sí, sí, solo fue un pequeño mareo, creo que me levanté demasiado deprisa C: A ver, mírame... M: Cruz... estoy bien C: ¡Calla! (examinando sus pupilas) ¿Desde cuando no comes? M: Cruz de verdad, tú también no por favor, estoy bien, ahora no... C: Ahora sí Maca, tienes que cuidarte, bastante preocupación tenemos ya con lo de Esther como para que tú encima te pongas enferma, anda ven que te voy a examinar M: ¡Dios! C: Calla y ven La reconoció detenidamente, tomándose su tiempo C: Bueno ya está (guardado las cosas en su maletín) M: ¿Y doctora? ¿Me queda mucho tiempo? C: No tienes nada Maca, bueno nada que no se cure con un poco de comida y unas horas durmiendo (poniéndose ahora seria) Así no puedes seguir, tienes la tensión por la nubes, de tanto café supongo aparte de la preocupación y estás muy floja, tienes que descansar y comer algo, si no vas a caerte redonda M: Ya lo sé Cruz, pero es que no me entra nada, en cuanto intento comer algo me sienta mal y lo vomito C: Pues tienes que hacerlo, solo un poquito, venga, aunque sea un sandwich y un zumo... M: Es que... C: Por favor... M: Está bien lo intentare... C: Pues vamos a la cafetería que te vigile, no me fío de ti... El equipo de rescate coordinado por Victoria llevaba toda la mañana inspeccionando la nueva zona, aún sin resultados y ya comenzaban a desesperarse A1: Águila 1 a hotel, bravo, lima, alfa, eco, ¿me recibe? Nadie respondía Victoria: Joder, con tanta tormenta habrá quedado sepultado bajo la nieve, y seguramente la radio ni funcione, eso si está viva... A pesar de todo seguían intentándolo Piloto: Víctor, ¿ves aquella cumbre? Victoria: Sí Piloto: ¿Aquel montículo de nieve?, ¿Tú crees que...? Victoria: No lo sé acércate más A1: Águila 1 a hotel, bravo, lima, alfa, eco, ¿Me recibe? Piloto: No puedo acercarme mucho más Victoria: ¡Calla!

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Se oyó por el receptor un débil sonido, Eco, eco, eco... Victoria: (Muy excitado) ¿Has oído?, ¡Intenta volar más cerca! A1: Águila 1 a hotel, bravo, lima, alfa, eco, ¿Me recibe? Pasados unos segundos que parecieron tan largos como días una voz muy débil contestó por el aparato Lima, alfa, eco contestando, ayúdenme Victoria: ¡Esther, Esther! De nuevo silencio E: ¿Victoria? no... La comunicación se cortaba Victoria: ¡Vamos a por ti, tranquila! E: Víctor... estoy... un agujero... Se volvía a cortar E: Cumbre (apenas audible) Victoria: Aguanta Esther, enseguida te sacamos La comunicación una vez más se volvía a cortar Victoria muy nerviosa, se puso en contacto rápidamente con la torre de control, era urgente poner en marcha al equipo de rescate de alpinistas, era la única forma de acceder al lugar donde estaba Esther Mientras tanto, en la cafetería, Atentamente observada por Cruz, Maca intentaba sin mucho éxito tragar el zumo. En ese momento Silvia entraba corriendo como una exhalación Silvia: ¡Maca, Maca! Maca y Cruz se volvieron asustadas a mirar Silvia: La... la han encontrado. ¡Está viva! Está viva, esta viva, está viva, se lo repetía una y otra vez casi como si no pudiera creérselo mientras corría hacia la torre de control. En ese momento la debilidad de su cuerpo por falta de alimento que tan solo hacía un instante provocó que sus piernas se doblaran, no le suponían impedimento alguno para volar, más que correr. Subió las escaleras de tres en tres, Cruz y Silvia que venían detrás eran incapaces de seguirla. Cuando llegó con la lengua fuera, encontró a Víctor y Ana que ya bajaban muy nerviosos M: ¿Dónde está? ¿Cuándo la traen?

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Víctor: Ey tranquila, con una enorme sonrisa, van a buscarla cariño M: ¿Pero no la han encontrado ya? Víctor: Sí, sí, pero ahora tienen que sacarla Maca, están preparando el equipo de alpinistas M: Pero, ¿donde está, está bien? Víctor: No lo sabemos Maca, al parecer por lo que ha dicho Sergio, está donde tú habías supuesto, pero el avión ha caído en un agujero bastante profundo, y como esté... pues se supone que si ha contestado significa que aunque esté herida al menos no debe estar demasiado mal M: Pero... Victoria: (Llegando en ese momento) Tranquila mi niña, Sergio está allí y dentro de nada te la va a traer ¿sí? Maca asintió muy nerviosa, era la mejor noticia que había escuchando en su vida, lo que más había deseado, estaba viva, viva cuando ya casi se había hecho a la idea de no volver a verla más, de pasar el resto de su existencia sin ella, sin su luz, pasar a oscuras año tras año hasta que su marchito corazón se hubiera rendido. Hubiera dado todo lo que tenía, hasta su propia vida justamente por lo que acababa de escuchar. Sin embargo los nervios continuaban comiéndosela por dentro, necesitaba verla ya, comprobar que estaba bien, mirarla un solo instante a los ojos para decirle cuanto la amaba, que todo iba a salir bien. Porque le daba pánico pensar que aunque la hubiesen encontrado fuera demasiado tarde que sus heridas fueran demasiado graves que... Desde el gran ventanal vio como un gran helicóptero se elevaba en el aire con un ruido ensordecedor, lo observó mientras se alejaba, deseando con todas sus fuerzas que no tardara en volver con su niña Poco después todos bajaron a pie de pista para esperarla, una pista llena de agitación y movimiento, pues en cuanto se supo que Esther había sido encontrada se pusieron en marcha sin perder un solo minuto todos los efectivos para el rescate. Las ambulancias silenciosas aun, hacían notar su presencia con sus intermitentes destellos de luz, preparadas para recibirla en cuanto llegara, y provocando recelosas miradas de Maca Los minutos, como para todo aquel que espera, pasaban lentos, sus ojos estaban puestos en el cielo esperando oír en cualquier momento aquel bendito ruido de pájaro metálico que la traería de vuelta En la cumbre las cosas no estaban siendo del todo fáciles, tras localizar el avión la dura tarea de los alpinistas consistía en llegar hasta Esther, trabajo realmente complicado, pues al agujero era realmente profundo y la nieve se desmoronaba bajo sus pies. Tras casi dos horas consiguieron llegar hasta ella, allí encontraron a una Esther, en muy malas condiciones, casi congelada, con cortes y heridas por todas partes, y una respiración irregular y costosa. Rápidamente la abrigaron y fue inmovilizada en una camilla que fue subida con extremo cuidado Fue introducida rápidamente en el helicóptero y examinada por el equipo médico mientras ponían rumbo a la base en la que todos estaban ya desesperados Tres horas después de haber sido localizada llegaba un nuevo mensaje a la base que Victoria se apresuró a comunicar

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Victoria: ¡Chicos! ¡Vienen de camino! M: Victoria ¿cómo está?, ¿Está bien? Victoria: Está viva Maca, pero no sé más, la llevan directamente al hospital de Zurich M: ¿Al hospital? pero... las ambulancias están aquí... Una especie de flash pasó por su mente a la velocidad del rayo M: ¿Qué le pasa?, Está... está muy mal ¿verdad?, es eso, ¡que le pasa! Victoria: Maca no lo sé, pero es lo mejor, pueden llegar al hospital directamente M: Victoria por favor, ¡no me mientas! ¡Que le pasa! Victoria: No lo sé Maca, de verdad, solo sé que está hipotérmica, es lo único que me han dicho, no se nada más Silvia: Maca tranquila, mejor vamos al hospital, allí nos enteraremos de todo Sin pérdida de tiempo subieron a los coches que la base había puesto a su disposición M: (Mordiéndose las uñas por la impaciencia) Victoria, ¿no puede ir un poco más deprisa? Victoria: Va todo lo rápido que puede cariño, ya casi estamos, probablemente lleguemos incluso antes que ellos C: Maca en cuanto estemos allí me informaré de todo, una amiga de Vilches trabaja en ese hospital, pero ahora tienes que intentar tranquilizarte Maca, Esther no te puede ver así, ¿de acuerdo? Divisaban ya el hospital, cuando por la ventanilla del coche vieron el helicóptero. Víctor y Maca estuvieron a punto de tirarse del coche en marcha, nada más entrar en el aparcamiento bajaron y a toda velocidad corrieron hacia el helipuerto. Mientras tanto Cruz corría en sentido contrario hacia la puerta de urgencias Ansiosos miraban como el aparato tomaba tierra mansamente y contuvieron la respiración mientras la portezuela se abría. Dos enfermeras salieron y justo detrás asomaba la camilla, con una Esther llena de gomas y cables Maca, a pesar de la oposición de las enfermeras consiguió hacerse paso hasta su pequeña No podría nunca describir lo que en ese momento sintió, las palabras fueron incapaces de salir de su boca, tan solo silenciosas lágrimas se deslizaban por su rostro. Con extremo cuidado tomó la mano de su niña entre las suyas. Esther, casi inconsciente la sintió, notó como el calor volvía a su cuerpo. Con un enorme esfuerzo entornó los ojos y los clavó en los de la persona que más quería en este mundo. Consiguió apretar aunque levemente la mano temblorosa que sujetaba la suya. Algo parecido a una sonrisa asomó a sus labios antes de quedar de nuevo inconsciente En el quirófano... Médico1: Necesitamos más suero caliente hay que subirle la temperatura ¡cómo sea! Enfermera: Sigue en 34,5º

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Médico2: En cuanto le suba la temperatura (observando la placa de torax) hay que abrir, una costilla está rozando el pulmón izquierdo y este presiona el corazón Médico1: ¿Y la pierna? Médico2: Esto es más urgente, la pierna puede esperar, ¿está de acuerdo doctora Gándara? Cruz, que había conseguido entrar en el quirófano gracias a la amiga de Vilches trabajaba muy concentrada en la operación C: Totalmente, en cuanto llegue a 35,5º podremos abrir Médico2: ¿Que grado de congelación presenta en las extremidades inferiores? Médico1: Es leve, en principio no se prevén problemas de circulación En la sala de espera, los chicos paseaban nerviosos. Maca se había apoderado de un paquete de cigarrillos y fumaba uno tras otro compulsivamente en una pequeña sala contigua habilitada para fumadores. Ana la miraba desde la puerta Ana: Esa porquería te va a matar Acercándose a ella le quitó el cigarro y se lo llevó a los labios, aspiró con fruición y dejó que el humo escapara de su boca lentamente M: ¿Y a ti no? Ana: Sí, también (dándole otra calada) M: ¿No están tardando mucho? Ana miró el reloj, llevaban más de dos horas dentro Ana: Supongo que es normal. Cruz está con ella Maca, no dejará que le pase nada Su conversación se vio interrumpida al ver pasar a todo correr a dos enfermeras hacia el quirófano. No pudieron ver nada, las puertas se cerraron tras ellas rápidamente C: ¡Carga a 360! ¡Fuera! Habían pasado 5 angustiosas horas cuando la puerta del quirófano se abrió y una Cruz totalmente agotada, salía caminando lentamente junto a otra doctora Todos se avanzaron hacia ellas, sin saber realmente si querían escuchar las noticias que traían La doctora Borg cedió amablemente la palabra a Cruz C: Tranquilos, está bien, saldrá adelante Un profundo alivio les invadió, Maca sintió como toda la tensión de su cuerpo se evaporaba y una extraña debilidad se apoderaba de ella, Comenzó a marearse y sin mediar palabra salió de la habitación

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Cruz se disculpó y mientras la otra doctora les explicaba los pormenores del estado de Esther salió en busca de Maca La encontró fuera del hospital, apoyada sobre una pared con los ojos cerrados. Cruz se situó a su lado C: Que pasa cariño, ¿estás bien? M: (Asintiendo) Sí, (cogiendo aire) ¿De verdad está bien Cruz? C: Sí mi niña, no te voy a mentir, casi la perdemos, pero es fuerte, muy fuerte, ha aguantado como una campeona, ahora solo necesita descansar mucho y tenerte a su lado, dentro de poco estará como nueva Maca se quedó en silencio C: ¿Que pasa cielo? (con cara de preocupación) Cruz se acercó a ella, Maca congestionada respiraba agitadamente C: Maca respira, ¡vamos! estás hiperventilando, así despacio De pronto la respiración de Maca rompió en un violento llanto C: Así mi niña, así... (la abrazaba con ternura) Maca abrazada a su amiga, lloraba desconsolada, descargando por fin toda la angustia y la presión acumuladas durante tantos días C: Ya cariño, ya pasó, todo está bien ahora Ahora que sabían que Esther se pondría bien, todos parecían haberse relajado, siendo conscientes por primera vez del cansancio que acumulaban tras seis días sin apenas dormir No podrían verla hasta el día siguiente, así que decidieron ir a descansar, Les habían reservado habitaciones en un hotel muy próximo al hospital Tras cenar en la cafetería, Silvia fue a buscar a Maca que más calmada charlaba con Cruz y la doctora Borg Silvia: Perdonad, Maca, cariño, nos vamos al hotel M: Vale, mañana nos vemos entonces Silvia: ¿Como? tú te vienes con nosotros M: No, no, yo me quedo, prefiero pasar la noche aquí por si pasa cualquier cosa C: Maca es una tontería que te quedes, Esther está controlada y no vas a poder verla, además necesitas descansar M: Estoy bien Cruz, estaré mucho mejor aquí que en el hotel C: Pero mírate cielo, estás que no puedes más, hoy tienes que descansar, Esther va a necesitar muchos cuidados y tienes que estar fuerte M:... No Cruz, si pasa algo y no estoy, yo...

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C: No va a pasar nada, además el hotel está a cinco minutos de aquí, se tarda más en subir a la última planta desde aquí que en venir desde el hotel Doctora Borg (Angie): Bueno, a ver te propongo una cosa La doctora Borg (Angie) sabía por Cruz cuanto había sufrido Maca Angie: Si te doy 5 minutos para verla, eso si a través de los cristales, ¿te irás a descansar? M: ¿Puedo verla? Angie: Si tú te vas a dormir yo te dejo verla, pero solo 5 minutos, está prohibida la entrada a todo aquel que no sea personal sanitario, pero bueno, en este caso haré una excepción M: Sí, sí, lo prometo (con una amplia sonrisa) Angie: Anda, ven que te prepare Entró con Cruz y Angie en la sala de médicos, donde se puso un pijama, desde allí se dirigieron a la U.C.I Antes de entrar Cruz creyó necesario hablar con ella C: Maca, lo que vas a ver no es agradable, Esther tiene muchas heridas, está conectada a un respirador M: (Interrumpiéndola) Ya lo supongo Cruz, no te preocupes, estaré bien Maca entró en la U.C.I muy despacio, se acercó al cristal, allí estaba su pequeña, tal y como había dicho Cruz, cubierta de heridas y extremadamente pálida, su pecho subía y bajaba pausadamente, al compás de un monótono pitido aparte de esto, una pantalla con su línea zigzagueante eran lo único que demostraban que Esther seguía aferrada a la vida Maca apoyó sus manos en el cristal, la única barrera que las separaba, para ella era casi como si pudiera tocarla, así dejo pasar los minutos, hasta que sintió una mano apoyada en su hombro M: Ni así puede dejar de estar guapa ¿verdad? (sin esperar respuesta) C: Cariño, tenemos que irnos, te espero fuera ¿sí? Maca se acercó cuanto pudo al cristal M: Hasta mañana mi amor, no olvides que te quiero No es que durmiera en exceso, pero al menos pudo descansar un poco, aún así a las ocho de la mañana estaba en pie. Tomó un ligero desayuno y tras dejar una nota a su hermana salió hacia el hospital Sabía que las visitas no comenzaban hasta las once y que de todos modos, Esther no habría salido de la U.C.I pero intentaría buscar a Angie, para poder preguntarle por ella Tras buscar durante un rato, al fin la encontró en la cafetería, la doctora había tenido guardia y no acabaría su turno hasta la noche

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M: Hola Angie Angie: Hola Maca, ¿qué tal? ¿has descansado? M: Sí un poco Angie: ¿Un café? M: Sí gracias Maca no pudo con la impaciencia y le preguntó mientras le servía el café M: ¿Cómo está? Angie: Mejor Maca, de madrugada se le retiró la ventilación artificial, sus pulmones han respondido bien aunque sigue con oxígeno, por lo demás evoluciona tal y como esperábamos M: (respirando aliviada) ¿Cuándo podré verla? Angie: Si todo sigue bien a primera hora de esta tarde la trasladaremos a una habitación de planta M: ¿Y está consciente? Angie: No, está sedada, le iremos quitando la sedación poco a poco, esta noche despertará Continuaron hablando un rato, cu ando llegaron Ana, Silvia, Víctor y Cruz, Angie se despidió de ellos, pues tenía trabajo que hacer El día pasó más o menos aburrido, al menos salieron un rato a la hora de comer a un restaurante un par de calles más abajo. Maca no quería alejarse demasiado del hospital. Por la tarde la cafetería los acompañó en su tediosa espera Eran las ocho, cuando un enfermero les comunicó el traslado de Esther a planta. Sin pérdida de tiempo cogieron el ascensor para esperar el momento de poder verla. Maca estaba muy nerviosa, necesitaba decirle tantas cosas... C: Venga tranquila... M: uffff C: ¿Hacemos una cosa? M: ¿El que? C: Dejamos que pasen ellos primero y luego entras tú tranquilamente, sin prisas M: Sí creo que será mejor... a ver si me calmo un poco... Uno por uno fueron entrando, sin demorarse más que unos pocos minutos Esther continuaba durmiendo. Poco después se despidieron de Maca a la que ni un terremoto hubiera logrado apartar de allí esa noche C: Venga, toda tuya cariño Entró en la habitación temblorosa, sin hacer ruido, como una madre que teme despertar a su bebé. Desde la puerta la observó, ya no impresionaba tanto al tener tan solo conectado el oxígeno

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Despacio se acercó, ahora si podía tocarla sin aquel maldito cristal de por medio, sentir su respiración... Por unos instantes simplemente la miró, la veía tan frágil... que casi temía hacerle daño si la tocaba. Sus ganas de sentirla pudieron con los miedos, con suavidad dejó un beso en su frente y tomó su mano entre la suya. Un escalofrío recorrió su piel, ¿Cuántas veces había pensado que no volvería a tocarla? Con extremo cuidado se sentó a su lado M: Mi niña... no te imaginas el susto que me has dado... todo tienes que hacerlo a lo grande eh... (acariciaba su mano con ternura) si te hubiera pasado algo yo... no sé que habría hecho mi amor, te quiero tanto... tanto mi vida... no te lo puedes ni imaginar. Nunca pensé que se pudiera sufrir así por alguien. Que me has hecho ¿eh? Pero no podría vivir sin ti... Los monitores comenzaron a pitar, una Esther aturdida abría lentamente los ojos, provocando el alocado bombear del corazón de Maca M: Hola mi cielo... Esther intentaba quitarse la mascarilla de oxígeno M: No, no mi amor, no intentes hablar Dos lágrimas brotaban silenciosas de los ojos de Esther M: Ya pasó todo mi amor (secando sus lágrimas) Te quiero... Esther en un esfuerzo consiguió quitarse la mascarilla, en un susurro casi inaudible consiguió decir algo E: Y yo a ti... El fuerte dolor en el pecho la había vuelto a despertar, cuando esto sucedía una enfermera acudía rápidamente para suministrarle un calmante a través de la vía, pero esta vez permanecía sin quejarse, lo que estaba viendo hacía que casi se le olvidara el dolor Maca dormía profundamente sentada en el sillón, junto a la cama de Esther. La observó detenidamente, disfrutando de una visión que pensó que jamás volvería a tener, aunque de pronto en una mueca torció su gesto. Se fijó en lo delgada que estaba, se notaba que había perdido varios kilos, esa camiseta que ella tan bien conocía le sobraba por todos lados. Siguió paseando su mirada por el rostro de su niña, pálido y surcado de profundas ojeras y en ese momento comprendió cuanto había sufrido Ella misma recordó su agonía, no habían sido muchos sus momentos de lucidez, cosa que agradecía pero los pocos que había tenido habían sido una auténtica tortura, no tanto por el frío y el dolor de su cuerpo, ni por haberse sentido muerta de miedo en medio de la nada, sino por pensar en ella, por pensar que no fuera a verla nunca más, oír esa preciosa risa, perderse en sus ojos, besarla tocarla...

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El rostro que tenía delante mostraba el mismo sufrimiento el mismo dolor y pensar que su pequeña hubiera pasado por eso le hacía encoger el alma Trató de incorporarse para verla mejor pero un dolor agudo atravesó su pecho haciéndola emitir un grito apagado pero suficiente para que Maca despertara sobresaltada M: ¡Esther! ¿Que pasa cariño? ¿te duele? Esther no pudo contestar contraída de dolor M: Tranquila mi amor voy a llamar a una enfermera (dirigiéndose rápidamente a la puerta) E: ¡No! (provocando que Maca se diese la vuelta asustada) M: Esther ¿qué pasa cielo? E: Ven... (muy débilmente) Se había quitado la mascarilla y respiraba con dificultad M: ¿Que mi amor? E: Siéntate aquí (esforzándose para hablar) M: Mi vida, no te quites la mascarilla no debes hacer esfuerzos (acariciándola dulcemente) E: Estoy bien (se paraba a menudo a coger aire) ¿Cuantos días han sido? M: Seis E: Cuéntame todo por favor M: Cariño, ya habrá tiempo, ahora tienes que descansar, tienes que ponerte bien para poder volver pronto a casa E: ¿Tú como estás? M: Feliz, mi amor, feliz de tenerte a mi lado de nuevo E: Tienes mala cara (se puso de nuevo la mascarilla, le faltaba el aire) M: Eso es de dormir sin ti ya sabes que cuando no me abrazas me cuesta coger el sueño E: Maca... M: Cielo de verdad tienes que descansar, ven (poniéndole de nuevo la mascarilla) ahora duerme que mañana vendrán todos a verte y ya sabes como son... querrán que les cuentes tu aventura E: (sonriendo levemente) Me duele mucho M: Ahora vienen a ponerte algo. Voy a llamar a la enfermera Se dirigía de nuevo a la puerta cuando Esther la volvió a llamar E: Maca... M: Que mi niña E: Dame un beso Maca se acercó a la cama y con extremo cuidado depositó un tierno beso en los labios de su princesa E: Te quiero M: Y yo a ti mi amor. Duerme cielo, descansa E: ¿Te quedas conmigo?

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M: Claro que sí, para siempre Apoyada en la ventana, hacía ya rato que contemplaba como el cielo oscuro de la noche iba tornando en claridad. La habitación se iba inundando de una suave luz de tonos anaranjados Por primera vez en la noche, Esther dormía tranquila, el dolor la había despertado varias veces, por lo que tuvieron que administrarle analgésicos más fuertes. Ahora Maca intentaba relajarse perdida en el bello amanecer alpino. Se sentía tremendamente cansada, el sillón donde había pasado gran parte de la noche no era para nada cómodo, le dolían todos los músculos de su cuerpo, pero nada de eso le importaba en ese momento, mirar hacia esa cama y encontrarla plácidamente dormida compensaba su cansancio, su sueño y todo lo que había sufrido Durante unos instantes pasaron por su cabeza los momentos que había vivido, más que realidad le parecía una pesadilla, un mal sueño del que acababa de despertar Cuando el sol ya había salido, Maca se volvió a acercar a la cama, su pequeña parecía un ángel, con cuidado de no despertarla tomó su mano, acariciándola suavemente. Dejó que pasara el tiempo simplemente mirándola, maravillada de tener a una personita así a su lado, y asombrada por el hecho de quererla de esa manera, como jamás pensó que se podría querer Bajó al mundo real cuando notó que la puerta se abría, Angie y Cruz venían a ver a la enferma Angie: Hola Maca, ¿qué tal? M: Bien, bien, ahora duerme C: ¿Y tú como estás? M: Bien cariño, un poco cansada pero bien, no te preocupes. ¿Tenéis que despertarla? C: Sí cielo, hay que hacerle las curas y llevarla a hacer algunas pruebas, meramente rutinario, no hay de que preocuparse M: Esther cariño... Esther había trabajosamente los ojos M: Tienen que curarte mi vida E: Tengo sueño... M: Luego duermes mi niña Entre Cruz y Angie la estuvieron examinando, todo parecía ir bien, seguidamente entró una enfermera que estuvo curando la cicatriz del pecho C: Pues esto ya está, así que ahora señorita a descansar E: Tengo hambre... Angie: Jaja eso es señal de que te estás mejor eh, luego te traerán algo, pero todavía no puedes comer sólido E: Voy a tener que poner una queja eh...

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M: No te preocupes cariño que en cuanto lleguemos a casa yo te dejaré comer todo lo que quieras E: ¿Todo, todo? también... C: Ejem... Sí decididamente estás mejor (riendo con las demás) Angie: Chicas yo me voy, luego paso a verte Esther C: Pues ahora a dormir, mientras yo me llevo un momentito a tu chica ¿vale? E: De acuerdo... y dale algo de comer, se me ha quedado en los huesos... C: Eso está hecho M: No tardo ¿vale cariño? ¡Intenta dormir un poco y no te quites la mascarilla! Tras darle un beso salió de la habitación con Cruz M: ¿Que pasa? C: ¿Tiene que pasar algo? M: Ya nos conocemos Cruz C: Ya veo... Ha venido la policía, querían hablar con Esther, pero Angie les ha convencido de que aún no podía recibir visitas, también querían hablar contigo M: ¿Y? C: Angie tiene buena mano, ha ido Víctor a comisaría, al parecer todo lo que supusiste era cierto, Esther no tuvo la culpa, encontraron la caja negra y han detenido al chico que estaba con él de prácticas M: ¿Al chaval? ¡pero si él no tuvo la culpa! C: Ya, han asegurado que no le pasará nada M: ¿Y Steven? C: Ese es el problema, no lo encuentran M: ¡Que! ¡No me jodas Cruz! C: Tranquila, al parecer ha salido del país, según su visado está en Alemania, él es de allí, no creo que tarden mucho en encontrarlo M: Pues eso espero porque de ese tío se puede esperar cualquier cosa, yo por el momento no me pienso alejarme de Esther ni un minuto mientras no aparezca C: Por eso no hay problema no la dejaremos sola M: ¿Te vas a quedar un rato aquí? C: Sí, voy a ver a Angie quiero estar presente en las pruebas de Esther M: Cruz ¿de verdad está todo bien? C: Sí tontita, anda ve un rato con ella, luego a las 11 vendrán los chicos y tú te vas a descansar un poco que falta te hace Maca volvió a la habitación, Esther aún no dormía M: Ya estoy aquí cariño E: ¿Pasa algo? M: No mi amor, todo está bien, te estás recuperando y pronto vamos a volver a casa E: ¿Por qué tengo la impresión de que hay cosas que no me quieres contar? M: Cariño ya hablaremos de verdad, ahora lo único que importa es que te pongas bien ¿si? intenta dormir un poco antes de que te lleven a hacer las pruebas E: Está bien... pero dame la mano... M: Claro mi vida, y venga ponte ya la mascarilla que me voy a tener que enfadar E: Maca... M: Que cariño E: Que te quiero, me daba mucho miedo no verte más (comenzando a llorar)

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M: shhhhh ey... yo también mi amor, pero ahora estás aquí, estamos juntas, no nos vamos a separar más E: ¿Me lo prometes? M: Te lo prometo princesa En seguida se llevaron a Esther para hacerle las pruebas, hecho que Maca aprovechó para ir a tomar un café que consiguiera despertarla. Salía del ascensor cuando se encontró a Víctor; Ana y Silvia Silvia: Hola mi niña, ¿Y Esther? M: Bien, bien, la han llevado a hacer unas pruebas, pero está mejor ya tiene hasta hambre (sonriendo) Ana: Y tú ¿cómo estás? M: Un poco cansada, pero bien, ¿os venís a tomar un café? Tardarán un rato aún Víctor: Sí, así te comento, supongo que ya te ha contado Cruz M: Me lo acaba de decir, vamos y dentro me cuentas Mientras tomaban el café Víctor le estuvo contando su charla con la policía. Habían estado analizando la caja negra de la avioneta siniestrada y comprobado como Steven había modificado el rumbo de Esther consciente de que la conducía directa a la tormenta. Lo acusaban de intento de homicidio y habían ordenado su detención, al no encontrarlo y comprobar que había abandonado el país, se había dictado una orden de búsqueda internacional M: Víctor a mí me preocupa que intente hacer algo en contra de Esther... Víctor: No tienes de que preocuparte Maca, Esther en realidad no es una testigo como tal, en este caso la grabación es aceptada por un juez en un tribunal, de todas formas, se controlan las entradas y salidas del país, y han puesto vigilancia en la puerta del hospital por si acaso, pero ya te digo que no hay que preocuparse de nada, solo de que Esther se recupere. Y de que tú descanses que tienes una carita... M: Yo estoy bien, un pelotazo y como nueva Silvia: Pues tendrá que ser un pelotazo gigante ¿no? M: Que graciosa... bueno ¿y tú? ¿Cuándo vuelves a Madrid? Silvia: Pues esta tarde, en cuanto vea a tu chica, alguien tiene que trabajar para manteneros ahora a las dos ¿no? M: Sí, porqué yo desde luego voy a tardar en aparecer por la empresa, ¿y tú, Anita? Ana: ¿Yo? Sin prisas, además si Silvia se va, quien va a cuidar de ti ¿eh? Víctor: Anda ¿y para que está su cuñado? Ana: Tú no sabes hombre (dándole una palmada en el brazo) Víctor: Desde luego... Continuaron charlando y al poco apareció Cruz C: Bueno ya está, en unos 15 minutos podéis entrar a verla Víctor: ¿Cómo está? C: Va respondiendo bien, esta tarde probablemente le quiten el oxígeno, aunque hay que tener cuidado de que no hable demasiado ni se mueva, las costillas tienen que ir soldando y lo va a pasar mal M: Bueno ya me encargo yo de que se porte bien C: Y de ti quien se encarga ¿eh?

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M: Sé cuidarme solita Cruz, no empecemos Víctor: Ya hablaremos de eso Al poco rato Ana, Silvia y Víctor subieron a verla Víctor: (Abriendo la puerta) Eyyy, ¿cómo está mi duendecillo? E: Gordo... chicas... Ana: Ey mi niña... ¿cómo estás cariño? E: Bien... deseando irme de aquí Silvia: Pues todavía te quedan unos días eh E: pufffff no me lo recuerdes... Víctor: Anda no te quites la mascarilla que te van a reñir, a ti y a nosotros por hacerte hablar Ana y Silvia estuvieron un rato con ella y al poco rato se despidieron, Ana iba a llevar a Silvia al aeropuerto Víctor: Bueno duendecillo, nos han quedado solitos eh E: Víctor... Víctor: Dime pequeña E: ¿Que pasó? Víctor: De eso no tiene que preocuparte ahora Esther, solo de ponerte bien E: (Con gesto enfadado) Todos decís lo mismo pero yo tengo que saber que pasó Víctor: ¿No recuerdas nada? E: Cosas sueltas, pero no logro poner nada en pie, recuerdo que había una tormenta que no pude controlar la avioneta, y después los ratos en los que estaba despierta, sé que pensaba en Maca, pero todo está borroso Víctor: Pues ya irás recordando, no te preocupes ahora ¿sí? Solo intenta descansar E: Oye... Víctor: Dime mi niña E: Mamá ¿lo sabe? Víctor: No, no, piensa que estás con Maca en un pueblecito y que no tienes cobertura, mañana la llamamos. Y ahora intenta dormir un poco E: Solo una cosa más... Víctor: A ver dime cotorra E: Maca... ¿cómo ha estado?... Víctor: (Suspirando) E: Se le ve en la cara, no me ocultéis más cosas por favor Víctor: Está bien... pues mal, Esther, te quiere mucho ¿sabes? no ha dormido ni comido nada en estos días, nos ha llegado a preocupar de verdad E: ¡Joder! (Empezando a llorar) Víctor: ¿Ves? Es mejor que hablemos más adelante Esther E: No, no tranquilo, si ya lo he notado, está muy delgada (parando a respirar) tiene ojeras... ¿Me prometes una cosa? Víctor: A ver... E: Llévatela a descansar, aunque no quiera Víctor: Es muy cabezota Esther, no sé si... E: Lo intentamos, entre los dos... Víctor: Está bien...

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En ese momento entraba Maca M: (Sonriendo) ¿Cómo está mi niña? ¡Eyyy ponte la mascarilla! E: Bien... M: ¿Te duele mucho? (acercándose a ella y destapando, con la sábana, el lugar de la cicatriz) E: No, bueno un poco, pero puedo aguantar. Oye Maca M: Dime mi amor E: Ve un rato a descansar, yo estoy bien M: No cariño prefiero quedarme aquí contigo E: De verdad yo estoy bien y esta noche no has dormido nada M: No, no seas boba, tú duerme y no te preocupes por mí E: Maca por favor... Víctor: (Interrumpiendo) Esther tiene razón Maca, tienes que descansar un poco ya me quedo yo M: ufffffff ya salieron los hermanitos, que nooooo E: Pues como no descanses, yo me voy a preocupar más... y no me voy a poner buena M: Bueno ya veremos, y tú ahora a dormir, deja ya de hablar, y por el amor de dios, ¡ponte la mascarilla! Víctor: Bueno pareja, yo voy a por otro café, en seguida subo Maca se sentó al lado de su niña y tomando su mano esperó pacientemente a que esta volviera dormirse Cuando Víctor entró al poco rato las encontró a las dos aún unidas de la mano durmiendo plácidamente Por la tarde Esther empeoró, se despertó con la boca seca, le costaba respirar y le dolía mucho la cabeza, con esfuerzo consiguió girarse, ahogando un gemido de dolor en su pecho, se quitó la mascarilla y buscó a Maca con la mirada, ella estaba allí sentada leyendo tranquilamente una revista E: Ca... Cariño M: Ey, ¿qué te pasa? (asustada por la terrible palidez de su niña) E: No sé, me duele la cabeza y tengo mucho calor M: ¿Calor? (posando la mano en su frente) Dios si estás ardiendo. Voy a llamar a Cruz Maca salió corriendo y recorrió todo el hospital a una velocidad de infarto. Encontró a la cirujana sentada en la cafetería junto con Angie. Sin decir nada agarró a Cruz del brazo y la arrastró corriendo hasta la habitación de Esther, seguidas de una Angie algo extrañada por lo que estaba pasando C: Esther cariño, ¿qué? (no entendía lo que sucedía y miró a la otra doctora) Angie: A ver, Esther mírame (la enferma lo hizo con mucho esfuerzo) M: Tiene fiebre y dice que le duele la cabeza C: Veamos a cuanto asciende (comprobando la temperatura) Joder, tiene 40. ¿Cómo es posible? Angie: No lo sé, no pasamos nada por alto. Esther, ¿te duele mucho la cabeza? E: Ahh.. sss... Ssssí

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C: Cariño ¿te cuesta respirar? E: (sólo pudo asentir con la cabeza antes de caer sin conocimiento) C: Vamos a hacerle unas pruebas. ¿Te encargas de prepararlo Angie? Angie: Claro (saliendo de la habitación) M: ¿Qué le pasa Cruz? C: No te preocupes, se pondrá bien M: No me trates como si fuera gilipollas (tremendamente alterada). ¿Qué coño pasa? C: No lo sé, Maca. De verdad que no, pero te prometo que lo voy a averiguar. Se pondrá bien M: Joder (hundiendo su cara en sus manos) C: Maca (levantando su cabeza para que la mirase) Se va a poner bien, te lo prometo Maca asentía sin terminar de creérselo. Sentía como un miedo encogía su alma de nuevo haciendo que volviera al infierno de las dudas, del temor de perder a lo más importante de su vida. No podía imaginarse una vida sin ella, sabía que si a su niña le pasaba algo, ella iría detrás por la pena Los minutos iban pasando y aún no sabían qué le pasaba a Esther. Cada segundo que pasaba era una eternidad para Maca que daba vueltas por la habitación desesperada pues no podía hacer nada para calmar el dolor de su niña. Daría su vida por ser ella la que estuviera sufriendo, ¿por qué tenían que pasar cosas así? Ana la miraba sentada en el sofá. No sabía qué hacer para que su amiga se encontrase mejor; pero... ¿cómo estar mejor cuando la persona más importante de tu vida se encuentra entre la vida y la muerte? La puerta se abrió dejando paso a una Cruz con un semblante demasiado serio M: ¿Qué pasa? (la cirujana guardaba silencio, no sabía cómo decirle aquello) Cruz por Dios, dime algo. No me tengas así C: Lo siento, cariño; pero tenemos que volver a operar a Esther M: ¿Por qué?¿Qué tiene? (asustándose cada vez más) C: Una de las costillas se le ha desplazado otra vez y ha vuelto a dañar un pulmón. Ya estamos preparando el quirófano, sólo quería que lo supieras (dejando a las dos mujeres en la habitación) M: Joder, joder, joder (no hacía más que repetir la misma palabra hasta que golpeó la pared con fuerza) Ana: Cariño, lo último que necesita ahora es que te rompas la mano M: Ana, no puedo perderla. Sin ella me muero (llorando descontroladamente) me muero Ana: Ssshhh (abrazándola) Tranquila Así estuvieron durante la operación tan complicada, demasiadas horas para pensar que hacían que el alma de Maca se rompiera en mil pedazos. No podía imaginarse la vida sin ella, pero no... tenía que ponerse bien para poder pasar toda la vida juntas y ser felices. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y eso era lo único que le quedaba ya Ana la acunaba como si fuese una niña pequeña, tratando de fingir una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir. Sabía que si a Esther le pasaba algo, su amiga terminaría de hundirse en un pozo en el que probablemente no conseguiría salir

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El reloj parecía haberse parado, ya habían perdido la cuenta de las horas que llevaban dentro de ese maldito quirófano. Maca continuaba aferrada a Ana como si la vida le fuera en ello, se estaba quedando sin fuerzas mientras sus lágrimas calladas seguían surcando su rostro. En esos momentos, sólo podía pensar en que no quizás no podría volver a ver su sonrisa, aquel simple gesto que llenaba su alma de paz Víctor paseaba perdido de una punta a otra del pasillo repitiendo los mismos movimientos una y otra vez y con más miedo en el cuerpo del que nunca antes había sentido y recorría su cuerpo con demasiada fuerza. Cuando estaba a punto de volver a la habitación vio cómo las puertas del quirófano se abrían dejando paso a una camilla en la que iba un cuerpo que casi no reconocía. El rostro de su hermana estaba demasiado pálido y eso le asustaba. Siguió a la camilla y entró detrás Aquella habitación se volvió demasiado silenciosa, nadie de los presentes se atrevía a hablar. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos, cada cual más triste que el anterior Al cabo de una hora, Ana se acercó a Víctor para que la acompañara a la cafetería. Lo mejor que podían hacer era esperar y sabía que a Maca le gustaría estar a solas con su niña. Víctor no dijo nada, se dejó llevar sin darse prácticamente ni cuenta de ello Así que allí estaba, una mujer sumida en un mar de dudas y temores; temblando por el torrente de emociones que sentía. Con cuidado se acercó a la cama para sentarse en uno de los bordes y tomar de la mano a su pequeña M: Mi amor, lucha por favor. Te necesito, no me dejes; ya no sabría vivir sin ti. Te amo demasiado, no me dejes sola El llanto le impedía seguir hablando, sentía un nudo en la garganta y no se sentía con fuerzas de luchar más E: “¿Por qué lloras? (pensaba sin poder abrir los ojos) Cariño, no llores, me parte el alma sentirte así. Estoy bien, pronto nos iremos de aquí, te lo prometo mi vida” Y así pasó el tiempo, cada una deseaba lo mismo pero estaban cansadas. ¿Cuánto más debe sufrir alguien para poder ser feliz? C: Maca cariño... Maca levantó su mirada llorosa para encontrar con la de su amiga extremadamente preocupada C: Tienes que salir un momento M: Que... ¿qué le vas a hacer? C: Voy a comprobar si todo va bien, enseguida salgo ¿vale? Maca salió de la habitación arrastrando los pies, mientras Cruz volvía a examinarla, la operación había sido complicada, Esther se había vuelto a parar y si estaba viva no había otra explicación que un milagro

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Cruz comprobó los monitores y el oxigeno, todo parecía ir bien, no obstante las siguientes horas eran cruciales, rogaba no tener que volver a operar pues estaba segura de que no resistiría una tercera operación Cuando salió al pasillo encontró a Maca sentada en el suelo con la cabeza gacha, se acercó y se sentó a su lado, por un momento no supo que decir M: Está muy mal ¿verdad? C: Es fuerte mi niña, tienes que tener fe M: Cruz yo... yo no sé que voy a hacer si la pierdo, no puedo más (volviendo a derrumbarse) C: Shhhh, ya, ya... (abriendo sus brazos para que su amiga se refugiara en ellos) M: ¿Por qué a nosotras Cruz? ¿Que hemos hecho para que nos pase esto? C: Nada cariño, nada, se va a poner bien, os queréis demasiado como para que le pase nada malo M: (se limpió las lágrimas) Como le pase algo... ¡te juro por Dios que voy a matar a ese cabrón! C: No pienses en eso ahora ¿sí? Tú estás a su lado, eso le dará fuerzas para seguir adelante M: Ufffff Estuvieron un rato en silencio dejando que los minutos pasaran, cada uno contaba, era una carrera en contra del tiempo una lucha entre la vida y el tiempo Las horas continuaron lentamente, el estado de Esther no había cambiado, ni para bien ni para mal, al menos pensaban no había empeorado, ya era algo Maca no se había separado de ella en toda la noche, solo salía de la habitación cuando era examinada por los médicos o entraba una enfermera para cambiarle el suero Estaba en el pasillo con un café al que daba vueltas con la cucharilla mecánicamente cuando vio como la puerta del ascensor se abría, se quedó a cuadros cuando vio a su hermana salir de allí y dirigirse corriendo hacia ella Silvia: ¡¡¡Maca!!! M: Que... ¡qué haces aquí! (tirándose a sus brazos) Silvia: ¿Que voy a hacer cariño? ¿Cómo iba a dejarte sola? M: Pero... ¡tú estabas en Madrid! Silvia: Sí.. pero Víctor me llamó nada más llegar, ni siquiera había recogido las maletas, tomé el siguiente avión que salía M: Estás loca... (sin conseguir que sus lágrimas volvieran a escaparse) Silvia: No pasa nada tontita... como... ¿cómo está? M: Mal Silvia, sigue igual, Dios, estoy muerta de miedo Silvia: Saldrá de esta Maca, yo estoy segura... Su conversación se vio interrumpida cuando Cruz y Angie seguidas de una enfermera salieron de una sala contigua y entraron a todo correr en la habitación de Esther

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Maca se quedó paralizada de terror, casi sin respiración, las piernas le temblaban y su rostro aparecía desencajado Víctor y Ana corrieron hacia ellas con el mismo gesto de pánico en sus caras. Con los ojos fijos en aquella puerta permanecieron hasta que minutos después esta se abrió, Angie apareció y suspiró Angie: Ya... ya pasó, ha salido adelante, está despierta Víctor, Ana y Silvia no pudieron contener un grito de júbilo y corrieron a abrazarse a Maca que continuaba sin moverse, casi sin creer que lo que acababa de escuchar fuera cierto Cruz salía también de la habitación con una gran sonrisa C: Pregunta por ti M: (muy nerviosa) ¿Puedo verla? C: Claro boba, a que esperas M: ¿No os importa? (mirando a los demás) V: ¡Anda corre! Maca entró presurosa en la habitación, su corazón parecía querer salirse de su pecho y justo en el momento en que la vio palpitaba tan violentamente que casi podía escucharse fuera. Se quedó mirándola, estaba muy pálida pero en ese momento la vio más bonita que nunca M: Mi amor... mi vida... E: (Esther muy cansada ni siquiera tenía fuerzas para hablar) M: No, no hables mi cielo Pasó un rato acariciando su pelo, su frente, sus mejillas sin poder despegar la mirada de la persona que más amaba M: No vuelvas a darme un susto así ¿eh? E: (sonreía mirándola también) M: No puedes imaginarte lo que me has hecho pasar. Creía que te perdía y yo no puedo vivir sin ti, ya no sé cómo hacerlo ni quiero saberlo. Yo sólo quiero pasar contigo el resto de mi vida amándote, haciéndote feliz, regalándote esas rosas que te encantan para que me sonrías y así poder serlo yo E: (una tímida lágrima resbalaba por su mejilla y Maca se apresuraba a limpiársela) M: No llores mi vida. Todo ya pasó, no pienso dejarte sola nunca más; pero no creas que no voy a cobrarme todas mis atenciones no, no, ni por un momento pienses eso ¿eh? (amenazándola en broma con un dedo) E: (sonreía plenamente) M: Eso es, veo que lo has entendido. Tendrás que sonreírme cada día para demostrarme que esto es real, que tengo la inmensa suerte de tenerte conmigo. Regálame esas sonrisas que consiguen que mi alma se llene de paz y felicidad, mírame con esos ojos de los que hasta el sol siente envidia por su luz, bésame cada día con esos labios que sacian mi sed. No me dejes nunca, mi amor; porque yo sólo existo cuando tú estás conmigo. Te amo mi niña (besando dulcemente su frente)

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E: (cerrando sus ojos para sentir ese beso hasta en lo más profundo de sí misma, quería que todo su ser se impregnara del amor que Maca le profesaba. No sabía por qué la merecía, pero nadie conseguiría separarla de ella) Al cabo de unos minutos, ambas cayeron dormidas, agotadas aferradas fuertemente de la mano. A veces la vida nos pone pruebas que parecen imposibles, pero el verdadero amor siempre las supera Habían pasado varios días, y Esther, aunque lentamente iba recuperándose poco a poco, la última operación la había dejado muy débil pero los cuidados y mimos que recibía le estaban haciendo mucho bien Maca desde entonces casi no se había separado un segundo de ella, habían sido incapaces de convencerla, lo habían intentado de todas las maneras dialogando, amenazando, enfadándose con ella... pero no había forma. Tan solo pudieron conseguir y mediante una encerrona que pasara una tarde durmiendo en el hotel y para eso Cruz tuvo que encerrarla por dentro en la habitación Se la seguía viendo cansada y ojerosa, comía por obligación y dormía poco y mal, pero estar con su niña la compensaba con creces No podía quitarse de la cabeza la tarde en que Esther se encontró tan mal, su pálido rostro, su respiración dificultosa y la angustia vivida durante su operación. Le daba exactamente igual todo lo demás, ya tendría tiempo de descansar, ahora solo importaba estar a su lado Esther dormía tranquila mientras ella la observaba, sonrió, le había costado que durmiera, llevaba todo el día protestando, tenía hambre y aún no podía comer sólidos, le dolía bastante el pecho y le picaba la escayola de la pierna, pero eso era una muestra de que se iba recuperando. Supuso que tardaría aún en despertar así que bajó a tomar un café, Víctor había bajado hacía un rato, ahora solo estaban ellos dos, Ana y Silvia ya habían vuelto a Madrid muy a su pesar, no sin antes comprobar que Esther evolucionaba bien Cuando al rato volvió a la habitación la encontró despierta M: Hola mi amor, ¿ya te despertaste? E: Sí... me han venido a poner una inyección M: Y te dolió... E: Sí... M: Jo, mi niña, a ver donde te duele a ti E: En el culín... M: Aysss pues vamos a tener que curártelo eh E: Mala... M: Malísima Esther comenzó a removerse en la cama M: ¿Te duele cariño? E: Me molestan los puntos, jo Maca, ¿cuando voy a salir de aquí? Estoy cansada ya

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M: Ya lo sé cielo, pero todavía no podemos irnos, la operación está muy reciente aún. De todas formas tengo que hablar con Angie por si hubiera la posibilidad de trasladarte allí al Central, pero vamos de momento no creo E: Ya... es que me gustaría estar en Madrid, sería casi como estar en casa, y tú descansarías más M: Yo estoy bien mi vida por mí no te preocupes E: No Maca, tú no estás bien, no duermes y comes poco, ¿por qué no duermes esta noche en el hotel? M: Prefiero quedarme contigo E: Si yo quiero que estés conmigo nena, pero es que te vas a poner malita si sigues así... M: No, me pongo malita si no estoy a tu lado, además con los sustos que me das, ¡cómo para dejarte sola! E: ¡Si yo ya estoy casi bien! M: Pero solo casi. Así que duérmete que tienes que descansar E: No tengo sueño... me aburro... M: ¿Y que hacemos? E: ¿Me lees un poco? M: Claro cariño, ¿qué libro quieres? E: mmmm uno de miedo, el de Stephen King que me trajo Ana M: ¡Pero si luego te cagas! E: Ya... pero tú me das la mano M: Mira que sabes... E: Sí soy lista M: Demasiado... a ver... (cogiendo el libro) E: Oye Maca M: Dime mi amor E: ¿Te he dicho hoy que te quiero? M: Pues... no... E: Pues te quiero, te quiero mucho, mucho, mucho, mucho M: Mmmm ¿mucho, mucho? E: Muchísimooooooo M: Y yo a ti también princesa, millones, billones ¡trillones! Después de algo más de dos semanas todo estaba listo para el traslado de Esther, le habían quitado ya casi todos los puntos de la herida del pecho, aún así le quedaba una larga recuperación por delante, las costillas aún tardarían en soldar, tendrían que ingresarla en el Central, allí volverían a operarla de nuevo para quitar uno de los clavos de su pierna. Víctor había regresado a Madrid, uno de los motivos era su madre, a la que no habían tenido más remedio que contar la verdad, aunque estaba ya más tranquila pues hablaba cada día con Esther Sobre Steven aun no se sabía nada, Esther por fin había recordado, fue una mañana, de repente, Maca no tuvo otra opción que contarle todo ante la insistencia de su niña, y aunque Esther no decía nada, había comenzado a tener pesadillas por las noches recordando el accidente Cruz desde Madrid preparaba el traslado de Esther, tan solo un día mas y podrían volver a casa

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E: Estoy deseando que llegue mañana... M: Tienes ganas de volver eh... E: Pues sí... estoy cansada de este hospital, de que tú no descanses bien, de ver siempre a las enfermeras estas que me hablan en francés... ¿aquí no hay nadie que hable en cristiano? M: Pero cariño, ¡si tu dominas 4 idiomas! E: Ya... pero ya me cansé... oye, ¿tú has recogido ya las cosas del hotel? M: Sí cariño, ya está la maleta hecha, los pasaportes en regla, todo listo para irnos de aquí E: Al final no te voy a enseñar el lago... ni iremos a esquiar... M: Bueno, no pasa nada, podemos volver en otra ocasión y hacemos todo lo que tenemos pendiente E: Mmmm me parece que prefiero estar una temporada sin venir por aquí... solo me da pena lo del lago M: Ya, a mí también (recordando que tenía pendiente algo, y una pequeña sorpresa para ella) E: ¿A que hora nos vamos mañana? M: Pues sobre las 8 pasan a verte así que lo que tarden en darnos el alta cariño, de todas formas para no tardar mucho, en cuanto cenes te voy a lavar y quedarte limpita, así no habrá que entretenerse mañana En cuanto terminó de cenar, Maca trajo todos los utensilios necesarios para lavarla, ya que Esther no podía moverse de la cama aún para entrar en el baño y darse una ducha Maca le quitó el camisón a su niña con cuidado de no hacerle daño, mojó la esponja en el agua jabonosa y comenzó a pasarla lentamente por su cuello, Esther cerró los ojos ante tan placentera situación al sentir esa suave caricia, no tardó demasiado en volverlos a abrir, porque la mano de Maca ya no se movía, lo que vio al abrirlos hizo que su cuerpo se encendiera casi con violencia. Maca tenía los ojos clavados en su pecho desnudo y en un gesto inconsciente se mordía sensualmente el labio inferior. Sabía que no debía, pero no podía evitar desearla y sus ojos no querían apartarse de aquella maravillosa visión E: ¿Te gusta lo que ves? (con voz ronca por le deseo) M: Yo... (mirándola a los ojos) E: Tú... M: Sí, me encanta E: Tienes que terminar de lavarme M: Ehh sí claro Maca volvió a tomar la esponja y comenzó a pasarla por el pecho de Esther. Lo hacía de una forma muy suave que las torturaba a ambas. Después dejó que su mano fuera bajando por aquel vientre plano que tantas veces había disfrutado, pero lo peor llegó cuando tuvo que lavar la entrepierna de su niña. Su mano empezó a temblar consiguiendo que la esponja se resbalase y tuviese un pleno contacto con aquella zona húmeda y caliente. Miró a los ojos de su pequeña y vio el mismo fuego que a ella la estaba consumiendo E: Uff Maca... no sé si fue buena idea M: Creo que no... me está matando no poder hacerte mía (volviendo a tomar la esponja y terminando de jabonarla)

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E: Pronto cariño M: Eso espero (comenzando a secarla) o habrá sequía de las duchas frías que voy a tener que darme E: ¿Sabes? M: Dime cariño E: Me muero por verte Maca entendió a la primera y, aunque no tenía muy claro si hacía lo correcto, se dispuso a cumplir los deseos de su niña Uno a uno fue desabrochando los botones de su camisa sin apartar la vista del rostro excitado de Esther. Ésta no perdía detalle de cada centímetro de piel que quedaba al descubierto y dejó que su mano acariciara con suma delicadeza uno de aquellos senos tan maravillosos mientras se mordía el labio inferior E: Será mejor que lo dejemos cariño (dando una última caricia al lunar que la volvía loca) M: Sí, porque me temo que si no paramos me tiro encima tuya, y no quisiera volver a mandarte al quirófano... Maca volvió a vestirse y ayudó a que Esther lo hiciera. Sabía que un poco más y se habría olvidado de todo, no sabía que le pasaba con aquella mujer pero era verla y ardía en el mismo infierno por poseerla Tal y como estaba planeado, Esther fue traslada a Madrid e ingresó en el Central, casi les parecía mentira estar de nuevo allí, se sentían ya en casa. Las caras conocidas y el cariño de todo les estaban haciendo mucho bien a las dos. El encuentro con su madre, fue especialmente emotivo Esther terminaba de recuperarse lentamente, aunque aún le quedaba un largo tiempo de reposo por delante y Maca por fin pudo descansar, aunque no quería dejarla sola, fue obligada a ir a dormir a casa, casi durmió 24 horas del tirón Cuatro días después de su llegada por fin le daban el alta, tendría que volver en una semana para hacerse una revisión, pero por lo demás estaba perfectamente, eso sí, no podría moverse de la cama de momento, las costillas tenían que terminar de soldar, y con la pierna escayolada poco más podía hacer Le advirtieron bien que no dejara de tomar el tratamiento que le habían mandado y que por nada del mundo se moviera En: Maca hija, ¿por qué no os venís a casa? Allí estaréis mejor, os hago la comida... y tú no tienes que cargar con todo M: No de verdad Encarna, yo te lo agradezco, pero de verdad que me apetece estar ya en casa, yo ahora puedo apañármelas bien, voy a trabajar allí con el ordenador y además Esther tiene todas sus cosas En: Ya hija pero... solo sería por unos días, hasta que Esther pueda moverse un poco más y así tú descansas, si mírate estás en los huesos, seguro que no me coméis nada E: Mamá no seas pesada... En: Ay hijas ¡cómo sois! Las dos igual de cabezotas

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M: De verdad Encarna no te preocupes de nada, además, vas a venir a vernos todos los días ¿no? Y yo por lo menos no voy a rechazar esas comidas tan ricas que tú haces... En: (sonrojándose) Anda calla zalamera, desde luego... de todas formas os sigo diciendo que por unos días que vengáis... Víctor: Jaja, anda mamá, déjalas en paz, es lógico que quieran estar las dos solas... tú sabes... E: ¡¡Víctor!! ¿Ya te vale no? Cuando tuvieron el alta en la mano una ambulancia trasladó a Esther a casa, se quedarían en su piso, Maca pensó que era lo mejor, ya que allí estaban todas sus cosas y sería mucho más cómodo, no habría problemas con ropas, su madre vivía relativamente, cerca y tendría a mano sus libros, cds, y como no, su play station... todo sería poco para entretenerse durante el largo tiempo que le quedaba en cama Durante toda la tarde no dejaron de visitarlas, Víctor con su mujer y sus hijos, Laura y Eva, Silvia y Teresita, Cruz y Vilches, Ana, y como no su madre a la que Víctor tuvo que sacar prácticamente a empujones de allí Maca cerró la puerta tras prometer a su suegra por enésima vez que la llamarían si necesitaban algo y se dejó caer contra la pared suspirando aliviada M: uffffff, menuda tardecita... E: ¡Maca! M: ¡Voy cariño! E: ¿Ya se han ido todos? M: Sí.. por fin... me encanta tenerlos aquí, pero necesitaba un poco de tranquilidad E: ¿Se ha puesto muy pesada mi madre? M: Mmmm un poquito... (sonriendo) pero es normal, se preocupa por su niña E: Y por ti... de hecho... yo creo que te quiere más a ti que a mí ¿eh? M: Jajaja la verdad es que es un encanto la mujer, es la mejor suegra que he tenido hasta ahora E: ¿Cómo que hasta ahora? ¿Que pasa que piensas en tener otra? M: Bueno... eso nunca se sabe... (guiñándole un ojo) E: ¡Serás capulla! M: Ya, pero me quieres... E: No sé yo eh... M: Bueno, voy a darme una duchita, me pongo el pijama y preparo algo de cenar, ¿qué te apetece? E: Pues no sé, no tengo mucha hambre M: ¿Y eso? Que raro ¿no? E: Mmmmm (echando una mirada disimulada a la mesita de noche) M: ¡Esther! ¡Te has comido todos los pasteles! E: Bueno todos no... Eva también comió... M: Desde luego... como no tenga cuidado contigo ¡acabarás cayéndote de la cama! ¡Por los dos lados! E: Ya, pero tu me vas a querer igual ¿no? M: Claro que sí mi amor E: Ay mi niñaaaa M: Bueno, tragona, voy a la ducha ¿sí? Y vete pensando que quieres cenar, que te tienes que tomar las pastillas

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Tras la ducha, Maca se metió en la cocina, preparó unos sandwiches, ella tampoco tenía muchas ganas de comer. Se sentó en la cama con su niña y cenaron tranquilamente viendo la tele M: Bueno señorita, ahora a tomarse las pastillas, al baño y a dormir E: Jo, no tengo sueño Maca M: Pues da igual, pero tienes que descansar E: ¿Vas a dormir conmigo? M: No cariño... te puedo hacer daño si me muevo E: Pues no te muevas M: Ya mi amor mientras esté despierta no, pero cuando me duerma... sin querer te puedo dar en el pecho cielo E: Jo... M: Anda vamos al baño, antes de que te des cuenta te habrás puesto buena y volveremos a dormir juntitas El trayecto hasta el baño no fue nada fácil, Esther veía las estrellas cada vez que se movía cuando volvió a la cama le caían gruesos lagrimones M: Uffff ¿te duele mucho mi amor? (muy preocupada) E: Ssii... siii... (sin poder contener el llanto) M: Ya, ya está mi vida... (limpiando sus lágrimas) tómate esto (dándole un poco de agua con las pastillas) te aliviará E: Maca... M: Dime mi amor E: ¿Te puedes quedar conmigo hasta que me duerma? M: Claro mi vida, anda cierra los ojitos que en seguida se te pasa el dolor Poco a poco el dolor fue remitiendo, siempre ocurría igual, mientras estaba en reposo apenas le dolía, lo malo era cuando tenía que moverse para algo, entonces era insoportable El sueño la fue rindiendo, mientras Maca, tumbada junto a ella acariciaba con ternura su carita, cuando comprobó que estaba dormida, dejó un suave beso en su frente, la tapó y con mucho sigilo salió de la habitación Maca estuvo un rato recogiendo cosas, apenas si había tenido tiempo de organizarse cuando llegaron de Suiza, colocó algunas de sus ropas y otros objetos que había cogido de su piso, lo más imprescindible, ya terminaría al día siguiente. Cansada se sentó un rato a ver la tele con una copita en la mano para relajarse un poco Le empezaba a entrar sueño, así que decidió irse a la cama, no sin antes pasar a ver a su pequeña que dormía tranquila Se metió en la cama, tardó un poco en dormir, se sentía rara, no dejaba de recordar el último mes vivido, probablemente el peor de su vida. Comenzaba a abandonarse a los brazos de Morfeo cuando despertó sobresaltada, unos gritos salían de la habitación de Esther

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E: ¡¡No!! ¡¡No!! ¡¡¡¡¡Maca!!!!!! ¡¡¡¡¡Maca!!!!! Prácticamente se tiró de la cama M: Esther ¡cariño! ¡Que pasa mi vida! (entrando precipitadamente en la habitación) E: Maca, ¡¡¡Maca!!! (con los ojos muy abiertos medio incorporada en la cama) M: Ya, ya mi vida, solo fue un sueño, tranquila... venga échate te vas a hacer daño E: (llorando) Abrázame M: Shhhhh ya, ya mi amor... Estuvo un rato acariciándola dejando pequeños besitos en su pelo mientras Esther se iba tranquilizando M: ¿Que pasó mi amor? E: (sollozando) Estaba muy oscuro... y te llamaba y no venías... y... (sollozando con mas fuerza) Steven... estaba allí, quería hacerme daño... M: Shhhh ya, ya mi reina, nadie te va a hacer daño, yo estoy aquí contigo, no te voy a dejar sola E: Me... me lo prometes M: Claro que sí mi vida, siempre voy a estar a tu lado E: Maca... M: Dime mi niña E: No.. no me dejes sola hoy, duerme conmigo M: Claro cielo, venga intenta dormir Tardó un rato en volver a conciliar el sueño, aunque bastante menos que Maca, que preocupada la observaba a través de la penumbra de la habitación M: Duerme tranquila mi amor, yo estoy contigo, no dejaré que te pase nada nunca más La noche pasó sin más incidentes, al final pudieron dormir las dos, aunque Maca despertaba a menudo, debido al temor de moverse y hacerle daño Maca despertó la primera, sonrió, Esther no había soltado su mano en toda la noche, le preocupaba la pesadilla de la noche anterior, hasta entonces que ella supiera no había dado muestras de temor alguno por lo sucedido, pero sabía que por algún lado tenía que salir, incluso por ella misma sentía miedo, con tanto ajetreo no había tenido tiempo de pararse a pensar en lo sucedido, en lo cerca que había estado de perderla para siempre, en aquel desgraciado... no respiraría tranquila hasta que lo hubieran cogido Se entretuvo mirándola un rato, le daba pena despertarla aunque debía hacerlo para que pudiera tomar sus pastillas. Cuando no pudo esperar más se dio la vuelta con cuidado y suavemente intentó que abriera los ojos M: Esther... cariño... abre los ojitos mi vida... E: (moviéndose sin querer despertar) No... M: Venga mi amor... tienes que tomarte las pastillas E: No Maca... tengo sueño... M: Luego te duermes otra vez, venga cariño

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E: Jooooo Poco a poco consiguió ir abriendo los ojos E: Eres mala... tengo sueño... M: Ya mi niña, pero tienes que tomarte las pastillas, te tengo que curar la herida y lavarte, así que desayunas y ya después de duermes E: Oye Maca... M: Que mi amor E: Lo siento... M: ¿Que sientes que? E: Lo de anoche... M: Esther, no seas tonta cariño, fue solo una pesadilla E: Ya pero... seguro que tú no has dormido bien M: Claro que dormí bien, donde voy a dormir mejor que al lado de mi niña eh E: Sí ya pero... M: Pero que, boba E: Que ahora tienes que estar pendiente de mi todo el día, y no puedes hacer nada... M: Esther no digas tonterías, a mi me encanta cuidarte y estar contigo, y darte mimitos... además, ¿tú no me has cuidado a mi cuando yo he estado malita? ¿Recuerdas mi gripe? E: Sí... M: ¿Y a ti te supuso esfuerzo? E: Que va, al contrario M: Entonces ¿por qué iba a suponérmelo a mí? E: Ya, pero es distinto Maca, tú llevas mucho tiempo sin dormir, sin comer, preocupada... M: Pero eso es porque te quiero mi vida, mi amor, pensé que no iba a verte más, que te había perdido, pero no fue así y para mí ahora tenerte aquí y cuidarte es el mejor regalo que podía tener E: ¿De verdad? M: Pues claro que si cosita, así que deja de pensar eso eh, y venga que hay que desayunar y te tienes que lavar E: Mmmm eso de lavarme te gusta eh pillina... M: (sonrojándose) ¿a mí? E: Sí... que te veo la carita que me pones... M: A ver cariño, una es humana... y le ponen carne fresca por delante y... E: Ah muy bonito, así que para ti soy carne fresca... M: Ejem... no te digo lo que eres para mí que te da un síncope y te mandan otra vez al hospital E: Serás... M: Tu amante bandida (saliendo muerta de risa de la habitación) tú espera que te cures que ya verás ya... E: No tienes remedio... (riendo también mientras la veía salir) aysssssssss La recuperación iba lenta, aún así se notaba su mejoría, lo más fastidiosos era el dolor en el pecho, pero ya conseguía sin demasiadas dificultades incorporarse en la cama, aunque no ponerse de pie, pues sus brazos eran incapaces de sostener su peso sin que eso repercutiera en las costillas rotas

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Su estado de ánimo también iba mejorando, estar en casa, con su familia y sus amigos había sido un cambio muy positivo, sobre todo estar con su niña, que se desvivía por ella, y para que negarlo a ella le encantaba que la mimase y la cuidase, que la tratara con tanta dulzura, con tanto cariño, siempre pendiente de ella, anticipándose a cualquier necesidad incluso mucho antes de que esta la sintiera Lo que no llevaba nada bien, era no poder salir a la calle, aunque Maca estaba casi siempre con ella charlando, veían películas o haciendo cualquier otra cosa, había momentos en los que se aburría mucho. Maca aunque no había vuelto a la oficina, había comenzado a trabajar en casa, Esther había insistido mucho en que fuera al menos un rato por las mañanas, pero Maca no quería ni oír hablar de ello, prefería estar en casa con su niña y salir solo para lo necesario, ya habría tiempo de volver, de momento estando en casa, a través de internet, podía apañárselas muy bien Era estos ratos, a veces bastante largos en los que Esther se aburría, algunas veces estaba su madre o venía alguien a verla, pero cuando estaba sola se le hacían eternos Una de esas tardes Maca intentaba ponerse a trabajar un poco, aunque sin mucho éxito E: Macaaaaaaaaaaa M: Voyyyyyyyyyyyy (entrando en la habitación) que te pasa ¿eh? E: Que... anda tráeme algún libro, ya he terminado este M: ¿Y cual quieres? E: No sé, da igual, alguno que tú hayas leído y que esté bien M: (Volvía con el libro) ¿Este te parece bien? E: Sí gracias cariño M: Bueno pues voy a seguir, lee un poco que te distraigas Y Esther se sumergía en un libro de intriga que parecía bastante interesante A los diez minutos... E: Macaaaaaaaaaaaaa M: Queeeeeeeee E: Vennnnnnnnn M: A ver que te pasa E: Que... no me apetece leer, ¿me pones una peli? M: Claro mi amor, a ver (mostrándole una cajita donde había muchos dvd) elige E: Mmmm esta M: La ponía en el dvd (toma el mando) E: Gracias cariño Maca volvía a su trabajo, en pocos minutos volvía a estar concentrada en la pantalla de ordenador E: Macaaaaaaaaaaaaaaaaa M: La madre que la trajo... Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeee E: ¿Puedes venir? M: Voyyyyyyyyyyyyyy

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Entrando por tercera vez en la habitación M: Pero cariño ¿qué te pasa esta tarde? E: ¿Que me aburro? M: ¿No te gusta la película? E: Sí... pero es que es de pena y me entran ganas de llorar... M: ¿Te pongo otra? E: No, no, mejor un poco de música así animadilla, donde está mi mp3 M: (abriendo el cajón de la mesilla) Toma E: Has metido... M: Sí, los cds que pediste están dentro ya, y ya aproveché y tienes otros que seguramente te gusten también E: Ay gracias mi vida, eres un sol M: Ya lo sé... anda, que ya pronto termino y me vengo contigo ¿vale? E: Be acuerdo No habían pasado más de 5 minutos cuando Esther volvía a llamarla E: Macaaaaaaaaaaaaaaaaa M: Ay ¡yo la mato! (Levantándose y entrando por enésima vez en la habitación) pero cariño ¿qué te pasa hoy? E: No sé... que me aburro, ¿me pones la play? M: Te pongo la play... Le acercó el mando y la enchufó M: Toma, el mando, y el aparatito lo vamos a poner aquí a tu ladito ¡eh!. Y... aquí tienes los juegos (poniendo varios sobre la cama) Y... (pensando unos instantes) el mando de la tele, y si me vas a llamar para pedirme el ordenador, lo estoy usando yo, luego te lo devuelvo. Y espera ahora vengo A los pocos instantes volvía M: Un zumo, un batido, galletas de chocolate, una bolsa de patatas y ya hasta la cena no hay nada más, ¿ok? E: (sorprendida) sí... M: ¿Necesita algo más la marquesa? (medio riéndose) E: No... creo que no. M: Pues ahora mi niña me va a dejar terminar ¿vale? E: Sí claro, claro Maca volvía a enfrascarse delante del ordenador, pero no duró demasiado, una voz procedente de la habitación se dejaba oír de nuevo en la habitación E: Macaaaaaaaaaaaaaaa M: Ay ¡¡¡¡¡¡¡yo la mato!!!!!!! M: ¿Que quiereeeeeeessssssss? (Sin levantarse) E: ¿Puedes venir? M: Cariño, estoy ocupada, ¿es importante?

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E: Siiiiiiiiiiiiiiiiii M: ¿No te puedes esperar un rato? E: Noooooooooooooo M: Ay dame paciencia señorrrrrrrrr E: Venga vennnnnnnnnnnn M: A ver, y ahora que tripa se te ha roto ¿eh? E: Es que... M: Cariño, tienes la play, libros, el mp3, el dvd, la tele... E: Es que me falta una cosa... M: ¿Más cacharros? E: No... M: ¿Entonces? E: Es que... hace exactamente 2 horas y 27 minutos que no me das un beso... A Maca se cayeron encima todos los palos del chozo M: Ay mi niña... y yo aquí riñéndola... E: (con carita de pena) ¿Me lo vas a dar? M: Mmmm si me lo pides así... E: Es que me debes dos horas de besitos... M: ¿Sí? A mi no me gusta tener deudas... E: Pues... M: (acercándose con cuidado) ¿Y a cuanto me sale el minuto? E: Pues depende... o uno largo o muchos cortitos... M: Entonces... tendré que empezar a pagar ¿no? Que luego los intereses... E: ¿Y a que esperas? M: Eso digo yo Y sin mediar más palabras se sumergió en esa boca que la llamaba a gritos Bajo un silencio absoluto, solo profanado por el monótono tic tac de un reloj, su cuerpo se agitaba cubierto de sudor, estaba oscuro, demasiado oscuro. A su alrededor una inmensa negrura se extendía cubriéndolo todo. Sentía dolor, como si su cuerpo estuviera siendo atravesado por miles de cuchillos que provocaban heridas cada vez más profundas, pero eso no era lo peor, lo realmente malo era el miedo, un miedo irracional, quizás ni ese calificativo valiese, terror, pavor, pánico... Sí, aunque quizás esas palabras aún se quedaban cortas. Pero miedo ¿a qué? ¿A la oscuridad? ¿Al dolor? No, a la soledad, estar en medio de la nada, perdida, sin esperanzas, sola, terriblemente sola Despertó con la sensación de que no entraba aire en sus pulmones, el corazón latía con furia. Quiso gritar pero la voz no salía de su cuerpo, intentó respirar profundamente y poco a poco el oxígeno comenzó a extenderse de nuevo por su cuerpo Con miedo miró a su alrededor, la tenue luz que entraba procedente de la calle era suficiente para ver aunque desdibujados los contornos de los muebles de su habitación. Estaba en casa, a salvo, eso consiguió tranquilizarla aunque solo en parte. De todas formas no movió un solo músculo, dejo pasar el tiempo, intentó no pensar en nada, quería dormir de nuevo, pero temía volver a soñar, volver a soñar lo mismo una vez más

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No supo en que momento sus sentidos perdieron contacto con la realidad, al cabo de más de dos horas, Morfeo comenzaba a ganar la batalla que llevaban librando uno con el otro desde hacía rato. De lo que si fue consciente fue de aquella sombra que silenciosa se deslizaba reflejada en el cristal de la ventana junto a su cama, permanecía unos instantes en el quicio de la puerta y desaparecía. Una extraña sensación se apoderó de ella. Después de eso Morfeo se retiró derrotado, aquella noche había perdido Como cada mañana, Maca le llevaba el desayuno a la cama junto con la medicación. Entró en la habitación oscura y procurando no hacer demasiado ruido subió la persiana E: Buenos días M: Uy ¿estabas despierta? E: Sí... M: ¿Y eso? (acercándose para darle un beso) E: Me desperté pronto hoy M: ¿No has dormido bien cariño? E: Regular M: ¿Por qué mi amor? ¿Te dolía el pecho? E: Ehh... un poco sí (mintiendo descaradamente) M: ¿Y por qué no me llamas bobita? E: Podía aguantar, de todas formas no quería despertarte M: Pues eso no me gusta eh, si te duele esta noche me llamas E: Ya cariño, pero no puedes hacer nada, y tú también tienes que descansar M: Eso da igual Esther, me llamas y punto E: Vale, vale... M: Anda mi amor, desayuna que te puedas tomar las pastillas, hoy es un poco más tarde Esther dificultosamente se incorporó y aunque no tenía mucha hambre se lo tomó todo M: Así me gusta, ahora te lavo y te duermes un ratito ¿sí? E: (asintiendo) Oye Maca... M: Que mi vida E: ¿Cuándo vas a volver a dormir conmigo? Te echo de menos por las noches M: Y yo a ti cielo, pero todavía es pronto, te puedo hacer daño E: Pero si no te mueves tanto M: Ya Esther, pero te puedo dar en la pierna o en el pecho e inconscientemente seguro que intento abrazarte mi amor E: Ya... jo, Maca, estoy cansada ya, quiero ponerme bien (con gesto de fastidio) M: Poco a poco mi amor, estás mejorando muy deprisa, antes de que te des cuenta estarás bien del todo E: Pues.. a mi se me está haciendo eterno M: Solo tienes que tener un poco de paciencia cariño E: Ya... Cuando la hubo lavado, Maca se metió en la ducha M: Oye cariño (mientras entraba en la habitación secándose el pelo con una toalla) E: Dime

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M: Voy a ir un momento a la oficina a recoger unos documentos que necesito, viene Ana a quedarse contigo ¿sí? E: Maca no hace falta, puedo quedarme sola M: Ya, pero yo prefiero que estés acompañada, por si necesitas ir al baño o cualquier cosa E: Acabo de ir, aguantaré hasta que vengas M: Bueno pero yo prefiero que no estés sola, además ¿no te apetece estar un rato con Anita? E: Sí.. sí que me apetece M: Pues en diez minutos está aquí Efectivamente al poco rato llegaba Ana M: (abriendo la puerta) Hola preciosa, ¿qué tal? Ana: Hola mi niña, bien, bien, ¿y la enfermita? M: En la habitación, hoy creo que se ha levantado con el pie izquierdo Ana: ¿Por qué? ¿Que le pasa? M: No ha dormido bien y ya está agobiada de estar en la cama Ana: Es normal Maca, lleva mucho tiempo ya, y lo que le queda... M: Ya si yo la entiendo pero... Ana: Bueno a ver si consigo que se anime un poco Las dos entraron en la habitación Ana: Eyy ¡qué pasa gordi! E: Hola petardilla jejeje Ana: Que pasa que estás de bajón ¿eh? E: (cara de pocker) Ana: Eso lo arreglo yo ahora mismo M: Jaja, bueno chicas, yo me voy, no creo que tarde mucho Ana: Lo que tú quieras, ale, vete, vete que ya nos quedamos nosotras dos aquí cotilleando M: Desde luego... (se acercó para besar a su niña) no tardo mi amor E: Vale, no te preocupes M: Que seáis buenas ¡eh! Ana: Sí mamaaaaa, anda vete pesadaaaaaa M: Chaooo Ana: Bueno... pues estamos solas E: Sí... Ana: Que te pasa a ti bicho? E: Nada Ana, que me aburro mucho Ana: Pero cariño si todos los días tienes visitas, y Maca está siempre pendiente de ti E: Sí... mi niña pobrecita, le doy más la lata... pero, es que estoy cansada de estar todo el día aquí metida, tengo unas ganas locas de salir a la calle Ana: Esther, todavía no puede ser, te tienes que curar que has estado muy malita cielo E: Ya, ya, pero no puedo evitarlo Ana... Ana: Un poquito de paciencia bichito E: Que remedio... Ana: Sí, que remedio, venga y ahora me cuentas lo otro

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E: ¿Que? Ana: Lo otro que te pasa E: ¿Que otro? Ana: Tú ya lo sabes, así que venga canta E: Pero ¿qué dices loca? Ana: ¿Que qué digo? , vamos a ver niña, ¿tú crees que me chupo el dedo? Esther que hace ya muchos años que nos conocemos, no me vengas con milongas, tú tienes algo más aparte del aburrimiento, así que escupe E: Joder, ¡qué asco de tía! Ana: Venga... canta... E: (se quedó en silencio con la mirada perdida) Ana: Esther cariño (preocupada) ¿qué pasa? E: Uffffff no duermo bien Ana, no dejo de tener pesadillas cada noche, siempre lo mismo, me veo allí sola a oscuras y me muero de miedo, otras veces le veo a él, pero lo curioso es que a quien quiere dañar no es a mí, es a Maca, cada vez son peores... Ana: Ya... ¿y lo has hablado con Maca? E: No, no quiero que se preocupe más Ana, bastante tiene con cuidarme y con lo mal que lo pasó y... Ana: ¿Y? E: Que ella tampoco está bien Ana, alguna noche me he despertado y la he oído quejarse en sueños, además lleva varios días que apenas duerme Ana: ¿Cómo lo sabes? E: Porque viene a verme, se queda en la puerta mirándome, a oscuras, durante mucho tiempo Ana: Esther, es mejor que habléis, ha sido una experiencia muy dura para las dos, quizás necesitéis ayuda para superarlo E: Lo sé, ojalá pudiera cerrar los ojos y al despertar me diera cuenta de que solo ha sido un mal sueño, que nada ha pasado Ana: Pronto Esther, pronto Entró rápidamente en la oficina, esperando que con un poco de suerte su hermana aún no hubiera salido para desayunar. Teresa no estaba, seguramente habría salido a hacer alguna gestión, pensó Encontró a Silvia poniéndose la chaqueta Silvia: Uy pues ya estaba a punto de salir M: Me lo imaginé por eso he subido corriendo Silvia: ¿Qué tal cariño? (acercándose para darle un beso) M: Bien, bien (tratando de sonar convincente) Silvia: ¿Seguro? Traes mala cara M: Es que no he dormido muy bien Silvia: ¿Ha pasado mala noche Esther? M: Algo así... Silvia: ¿Qué pasa Maca? M: ... Silvia: ¿No me lo vas a contar? M: Sí, pero con un café porfa, lo necesito Silvia: Pues yo he quedado con Cruz para desayunar, sale ahora de la guardia

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M: Pues venga vamos Se encontraron con la cirujana y fueron a la cafetería de siempre para poder estar tranquilas en un reservado Silvia: ¿Por qué no duermes bien, cariño? M: No lo sé, siempre se me repite la misma pesadilla C: Cuéntanosla M: Veréis. Estoy en el despacho y recibo una llamada diciéndome que Esther ha tenido un accidente. Salgo corriendo por la puerta y, de pronto, me encuentro en una especie de túnel y por más que corro no consigo salir de él. Al poco tiempo, empiezo a escuchar voces que no distingo y después me parece escuchar la de mi niña. Vuelvo a ponerme a correr pero nunca la encuentro y... (no pudo seguir, tenía un nudo en la garganta) Silvia: Cariño (abrazándola) Tranquila, ya pasó. No sigas si no quieres M: Es sólo que cuando consigo encontrarla está... (ni siquiera era capaz de decirlo) Tengo tanto miedo a perderla C: Mírame, Maca (levantando su barbilla) No vas a perderla, se pondrá bien y estaréis juntas siempre Silvia: Eso es. Nada puede separaros porque el amor verdadero es eterno. Además, enseguida estaréis haciendo todas esas cosas que os gustan y esto sólo habrá sido un mal sueño M: Tenéis razón. Gracias chicas (besando la mejilla a cada una) C: ¿Lo has hablado con ella? M: No quiero preocuparla. Aunque... Silvia: ¿Qué? M: Creo que ella también tiene las suyas propias, duerme mal y se la oye hablar en sueños, a veces cuando voy a verla está empapada en sudor y agitada C: Tenéis que hablarlo. Necesitáis el apoyo que siempre os habéis dado M: No sé... C: Maca, sabes que es lo mejor M: Ya, ya... si tenéis razón... luego en casa lo intentaré, aunque sé que no va a querer contarme nada, la conozco... y no sé si revivir las pesadillas le hará mal o bien Silvia: Verás como sí tontita, tú sabes como hacerlo M: Eso espero... Estuvieron hablando de temas banales que consiguieron que Maca se olvidara por unos momentos de todo aquello que la atormentaba Después de salir de la cafetería pasó por la oficina de nuevo para recoger los documentos, se despidió de su hermana y se fue a casa, había decidido hablar con ella, no tenía sentido retrasarlo mucho más, quizás les viniese bien a las dos desahogarse Maca llegó dispuesta a hablar con Esther, sin embargo tuvo que posponer sus planes para más tarde, ya que en casa estaba su suegra y llegaron más visitas a lo largo de la tarde Era casi la hora de cenar cuando Maca volvió de llevar a Encarna a su casa M: (Abriendo la puerta) Esther cariño ¡ya estoy aquí! E: ¡¡Vale!!

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M: Me voy a dar una ducha y enseguida voy ¿sí? E: ¡De acuerdo! En menos de 5 minutos Maca entraba en la habitación de Esther envuelta en una toalla M: Puff no sabes cómo necesitaba una ducha Mientras se secaba, Esther la miraba y comenzaba a sudar E: Ejem... cariño... es necesario que te vistas delante mía... M: (ruborizándose) Lo siento... (y se apresuraba a taparse) E: Jaja, ¿por qué te pones colorada mi amor? M: Anda y encima ¡se ríe de mí! E: Cielo es que me has puesto una carita... M: Y la que has puesto tú al decirme que no me vista delante tuya ¡que! E: A ver Maca que quieres, estoy aquí, cojita y acostada, sin poderme siquiera incorporar en condiciones, y vienes tú y ¡ala! Desnudita ante mis ojos, y yo... M: Tú ¿qué? E: ¡Maca! Leche, ¿qué pasa? ¿qué todo hay que explicártelo? M: Ajá (asintiendo con carita de pilla) E: Ahhhh, pues te libras porque estoy como estoy que si llego a estar bien... M: Que harías si llego a estar bien eh... (acercándose insinuante a la cama) E: Maca por favor... M: No venga dime E: Uffffff tú lo has querido... devorarte mi vida, hacerte el amor hasta que gritaras de placer y cayeras desmayada entre mis brazos A Maca se le cayó al suelo lo que tenía entre las manos E: Que pasa te puse nerviosa... M: No... oye.. cuando vamos al médico... E: El día 12 por... M: ¿Tú crees... que te darán el alta? E: Jajaja, eso espero cariño, porque como tarden mucho más creo que me voy a ¡volver loca! Y por dios ¡¡vístete que no soy de piedra!! M: Ni yo... (terminando de vestirse con resignación) Anda voy a preparar algo de cena Preparó unas cuantas cosas para picar y cenaron mientras veían la tele y charlaban animadamente, cuando terminaron Maca lo recogió todo y volvió a la habitación, no sabía como pero estaba dispuesta a hablar de una vez por todas con ella Cuando llegó de nuevo a la habitación encontró a Esther que mirándose las manos nerviosamente, había apagado la tele. La miró extrañada M: Esther ¿qué pasa cariño? E: Eh nada nada M: Seguro... E: Sí, sí... Maca se sentó junto a ella y por un rato ninguna de las dos dijo nada

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E y M: Maca, Esther E: Jejej tú primero M: No dime cielo E: Que no que no dime tú M: No venga M: Verás... E: Yo... E: Uys... venga no de verdad Maca dime tú M: Está bien si no, creo que no vamos a hablar en toda la noche E: (suspirando) Suéltalo M: Pues... la verdad que no se como empezar... pero... (se paró a tomar aire) creo... que ninguna de las dos estamos bien y no nos hemos parado a hablar E: Ya... yo Maca... es que sinceramente, no quiero agobiarte más, bastante tienes como estar pendiente de mí todo el día y de verdad que yo quiero que tú estés bien, por mí no te preocupes M: Vamos Esther como no quieres que me preocupe, tienes pesadillas cada noche, ¿o te crees que no me he dado cuenta? E: Tú también las tienes Maca M: ¿Cómo lo sabes? (muy sorprendida) E: Te oigo hablar en sueños y te veo cada vez que vienes a verme M: Ya... E: Maca... por favor quiero saber todo lo que pasó necesito saberlo o esto no va a acabar nunca M: Está bien... Maca le contó todo, desde que recibió la noticia de que había tenido un accidente, hasta que por fin dieron con ella, le contó con detalle la conversación con Steven y como había conseguido averiguar donde realmente se había estrellado el avión E: ¡¡¡Que!!! Pero Maca ¡¡estás loca!! ¡Eso es mucho dinero! M: ¡Y que más da Esther! E: No tuviste que hacer eso M: ¿Y que querías que hiciera Esther? ¿Resignarme a perderte cuando estaba en mi mano el poder hacer algo? Habría dado todo, todo lo que tengo, mi casa, mi empresa, ¡todo! Hasta mi último céntimo con tal de encontrarte, o no sabes ya que eres lo que más me importa en este mundo (las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos) E: Ya, ya... lo siento, perdóname... M: Esther si te hubiera pasado algo... yo no hubiera podido seguir adelante con mi vida, me hubiera muerto contigo E: Ya, ya lo sé mi amor, y no sabes como siento que hayas tenido que pasar por todo esto M: Ya da igual Esther, tú también lo pasaste mal, mucho peor E: Yo solo lo pasé mal por ti Maca, por pensar que no iba a volver a verte, creí volverme loca allí en medio de toda esa oscuridad M: Pero ya pasó ahora no vamos a volver a separarnos más, vamos a estar siempre juntas E: Lo sé De nuevo estuvieron un rato en silencio

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E: Maca... ¿puedo hacerte una pregunta? M: Claro E: ¿Que es lo que sueñas? M: Ufff, Maca le relató al igual que a sus amigas el sueño que constantemente se repetía, cuando terminó Esther tenía el rostro bañado en lágrimas E: ¿Cuando coño va a acabar todo esto Maca? Por que cada noche es peor, yo lo veo allí, y está todo oscuro, quiere hacerte daño y yo no puedo hacer nada, siento que me apago lentamente que no te vuelvo a ver... M: No lo sé cariño, pero juntas seguro que podremos salir de esto E: Ojalá pase pronto Maca, ojalá, quizás cuando cojan a ese cabrón podamos dormir tranquilas M: Lo cogerán Esther, tarde o temprano lo van a encontrar Permanecieron un buen rato abrazadas, la medicación de Esther comenzó a hacer efecto y sus ojos empezaron a cerrarse M: ¿Tienes sueño? E: Un poco... las pastillas... M: ¿Nos vamos a dormir? E: Sí pero... quédate conmigo por favor, no quiero que me dejes sola M: No voy a dejarte sola mi cielo, estoy pensado que voy a trasladarme de habitación, ¿quieres? Tendré cuidado de no moverme mucho para no hacerte daño E: Esther asintió y se agarró con fuerza a su niña, poco a poco sus ojos se fueron cerrando, al poco Maca dormía también Por primera vez en muchas noches, durmieron con la tranquilidad de que juntas no había nada que pudiera separarlas Las cosas parecían ir calmándose, la conversación les había hecho mucho bien, y aunque recuperarse del todo les iba a costar, al menos se tenían la una a la otra para apoyarse. Las pesadillas no eran tan frecuentes, quizá el hecho de dormir juntas influía Por otro lado, sus vidas también en parte recobraban la normalidad. Esther se encontraba cada vez más fuerte, y esperaba ansiosa que por fin le dieran el alta. Ya conseguía levantarse sola y caminar un poco con ayuda de las muletas Maca solía pasarte casi todas las mañanas por la oficina, y aunque prefería no dejar sola a Esther, había sido esta quien casi la había obligado, convencida de que la vuelta a la rutina le vendría bien, tanto para distraerse como para olvidarse de todo un poco El día que Esther volvió a pisar la calle, casi no se lo creía, sonreía feliz, a pesar de que la salida fuera para ir al hospital. Al menos suponía un cambio de aires, y tenía la esperanza de recibir buenas noticias Al poco de llegar al hospital Cruz las recibió y las invitó a tomar un café mientras esperaba que las llamaran de traumatología. No tardó mucho en llegar una enfermera y llevarse a Esther C: Sonia, cuando terminen avísame por favor

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Sonia: Sí claro, no te preocupes C: Bueno (dirigiéndose a Maca) tenemos un ratito, ¿qué tal todo? M: Mejor Cruz, todo se va normalizando, aunque bueno, aun no se puede decir que sea exactamente como antes C: Maca, poco a poco, lo que ha pasado no ha sido ninguna tontería M: Ya, ya, si paciencia no es lo que me falta precisamente C: Tú verás como antes de que te des cuenta están las cosas como antes, incluso mejor, se os ve mucho más unidas que nunca. Y ahora no vais a parar eh, que en cuanto a la cojita le quiten la escayola... no habrá quien la tenga en casa M: Ya... no hace falta que lo jures... C: Mira, yo creo que le voy a dar el alta, de todas formas no quiero asegurarte nada, vamos a esperar a examinarla y si está todo bien lo que tienes que hacer es llevártela por ahí, las dos solitas, desconectar de todo y disfrutar, veréis como se os quitan todos los males M: La verdad es que lo había pensado eh, que unos días en la playa... seguro que nos sientan estupendamente C: Claro boba, el sol, el mar, y sobre todo mucho amor M: Sí, sí... eso sobre todo jjajaja, ya casi no recuerdo la última vez que... ejem... C: Ay pillina... al final va a ser eso lo que os pasa... que no... y eso se nota eh, ya decía yo que estabas un poco arisca... M: ¡Cruz! (sonrojándose) C: ¡Que! si es la verdad... os hace falta a las dos, eso si con moderación, que la niña no se puede mover más de la cuenta, así que tú debajo M: ¡Cruz! desde luego ¡es que no tienes remedio! (haciendo intento de darle un guantazo, que la cirujana esquivó entre risas) Continuaron charlando un rato, pero en seguida llegó la enfermera Sonia: Cruz la he dejado en tu consulta C: Gracias Sonia Subieron a la consulta y allí estaba Esther, sonriendo ten feliz como una niña pequeña con su juguete nuevo E: (nada más verlas entrar) ¡Ya no tengo escayola! M: ¡Que bien cariño! E: ¡Sí! tengo que hacer rehabilitación pero puedo andar con las muletas, y tengo que darme con esta pomada, pincharme todos los días no sé que, y darme por la mañana y por la noche baños de agua fría y caliente C: Veo que te lo han explicado muy bien si señor, así que al pie de la letra eh M: ¿Y tenemos que venir todos los días a pincharte? C: No Maca, puedes hacerlo tú, incluso ella misma, no hace falta que vengáis al hospital para eso, pero bueno como tendréis que venir para la rehabilitación podéis aprovechar M: Mejor, no me gustan nada las agujas... C: Bueno señorita... ahora vamos a ver si estás bien del todo... La estuvo explorando detenidamente, hizo placas y todo cuanto consideró necesario, incluso bajó ella misma al laboratorio para que no tuvieran que esperar demasiado. Casi dos horas después Cruz subía con los resultados en la mano, se sentaba y leía cada papel detenidamente mientras Esther se revolvía nerviosa en la silla

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E: Mmm Cruz, ¡por dios! ¡suéltalo ya! C: Jajaja, (sin poder contenerse más) está todo perfecto E: ¿En serio? C: Totalmente en serio E: Ahhhhh (se abrazó a Maca) ya estoy bien, ¡se acabó el reposo! M: ¡¡¡Sí!!! (riendo feliz) C: Ey, ey, a ver escandalosas, ahora atendedme un momentín E: Me parece que vienen los "pero" C: Muy lista sí E: Ufff a ver dispara... C: No es para tanto gruñona, estás bien, la herida está perfectamente, las costillas soldadas y el pulmón casi en perfecto estado, pero... tienes que tomarte las cosas con calma, nada de excesos, puedes salir pasear... hacer vida normal pero de momento sin cansarte demasiado Y.. dormir mucho y comer bien M: No te preocupes que en comer bien te va a hacer caso, ¿verdad cariño? E: Que graciosa... C: No, en serio chicas, el pulmón está casi bien, pero hazme caso Esther, procura no cansarte, y no cojas nada de peso E: Ok, ok y ¿cuando puedo volver a trabajar? C: De momento vamos a hacerte otra revisión en un par de meses, así que ahora con tranquilidad, para entonces seguramente podrás volver al trabajo, pero ahora... ya sabes eh E: Que sí pesada C: Pues ale, ale, ¡largo de aquí!, a tomar el aire que falta os hace M: Vale... ya nos vamos... C: ¡Y sed buenas! E: Unos angelitos tranquila Caminaban ya por el pasillo cuando Cruz llamó a Maca C: ¡Maca! M: (dándose la vuelta) ¡Dime! C: No lo olvides, ¡debajo! M: (Riéndose y dándose la vuelta de nuevo) ¡La mato! E: Debajo, ¿qué es eso? M: Jaja nada, nada, cosas nuestras, anda vamos, que hoy tenemos el día enterito para nosotras solas M: ¿Qué te apetece hacer cariño? E: No sé, me da igual, cualquier cosa pero fuera de casa M: ¿Vas bien con las muletas? E: Sí, si no es la primera vez que las manejo, ya sabes que de pequeña era un bicho... y en casa ya las he cogido M: Ya, ya, es que había pensado, si te apetece claro, que nos vayamos al Retiro, a dar un paseo y a comer E: Ah, pues a mí me parece genial, pero... me llevarás antes a desayunar ¿no? te recuerdo que estoy en ayunas... M: Claro tragona, que si no te alimento bien luego Cruz me riñe

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Desayunaron y pasaron el resto de la mañana en el parque paseando, aunque se sentaban a menudo. Esther se cansaba muy rápido, algo normal teniendo en cuenta que llevaba más de dos meses sin hacer nada de ejercicio. Pero estaba muy animada, hablaba sin parar, y Maca la observaba contenta de verla así A mediodía se sentaron a comer en una terracita E: Ufff ¡qué calor! M: ¿Estás bien cariño?, ¿estás cansada? E: No, si estoy bien, solo que tenía el cuerpo dormido de tanto tiempo sin moverme, ahora supongo que me costara trabajo poner la máquina a punto M: Es normal cielo, de todas formas despacito eh que no hay prisa E: Que si bobita, no pretendo correr el maratón de aquí a un mes eh, prefiero tener fuerza para hacer... otras cositas... M: Ah ¿sí? ¿Cómo cuales?... E: Mmmm... ya te irás enterando, ahora vamos a comer que ¡tengo hambre! M: Vaya novedad... anda venga, desde luego es que eres un pozo sin fondo hija Después de comer se sentaron en el césped a la sobra de una arboleda, hacía demasiado calor para estar paseando E: ¡Estoy sudando! ahora me gustaría ser un pato de esos (mirando al estanque) así me podría dar un bañito para estar fresquita M: Un patito ya eres cariño E: ¡Ya! ¡pero sin agua! así no hay quien sea un pato en condiciones Maca M: Ay ¡mi pobre patito! (acercándose para darle besitos) ¿que hacemos entonces contigo? E: No sé... me podrías poner una piscina en casa ¿no? M: Pues sí, estaría bien, ¿qué te parece en el salón? E: Si no hay más remedio... M: ¿Y si te llevo a una grande, grande? E: Esas no me gustan, hay mucha gente, se tiran encima, salpican y yo... estoy malita M: Vaya... tienes razón... entonces si te llevo a una mucho más grande, con arena... olas... ¿te parecería mejor? E: (abriendo mucho los ojos) ¿A la playa? M: Ajá. ¿quieres? E: ¿Me estás diciendo que nos vayamos a la playa? M: Sí cielo, ¿qué dices? E: Pero ¿y tu trabajo? M: Por eso no hay que preocuparse, soy la jefa ¿no? E: Ya pero... M: Pero nada, ¿a ti te apetece o no? E: Pues ¡claro que me apetece! ¡a la playa! (tirándose encima de Maca y comenzando a besarla) M: Jajaja si sé que la respuesta va a ser así te lo digo antes eh E: Tonta (beso) ¿y cuando nos vamos, y donde? M: A una casita que tienen mis padres, ya verás te va a encantar, tiene una terraza enorme desde la que se ve el mar, y un jardincito con piscina E: ¿Y por qué no me has llevado allí antes? M: Pues no sé, pero a partir de ahora vamos a ir siempre que tú quieras

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E: Siii, ¿y cuando nos vamos? M: Pues he pensado que en un par de días. Tengo que dejar el papeleo arreglado y tú tienes una sesión de rehabilitación E: ¡Ay que ganas! M: Yo también tengo ganas mi amor, estoy deseando tenerte para mi solita E: Mmmm (besándola) eso... pinta muy, muy bien... M: Pues... mejor sabrá... M: ¿Vas bien cariño? E: Sí, sí (removiéndose en el asiento) no te preocupes M: Si quieres paro y te echo el asiento un poco más atrás E: No de verdad, voy bien todavía puedo aguantar un rato más sin estirar la pierna M: Pues cuando quieras me lo dices y paramos a tomar algo ¿sí? (mirándola) E: Sí, pero tú atiende a la carretera, que ahora que casi me he recuperado no me apetece pegarme el tortazo eh M: Tonta... anda cambia el cd que este ya me tiene aburrida E: ¿Quieres alguno en especial? M: No, da igual el que tú quieras Llevaban algo más de dos horas de viaje, por fin tenían unos días para ellas dos solas, y desde luego los iba a aprovechar. Esther de vez en cuando daba una cabezada, pero hacía rato que estaba despierta E: ¿Falta mucho? M: Cariño, me lo has preguntado hace diez minutos, eres igual que los niños pequeños ¿eh? E: Jo, es que tengo ganas de llegar ya, ¡me aburro! M: Ah te aburres, ¿te aburre ir en el coche, el paisaje, o te aburro yo? E: No, que quiero llegar ya, y tú... no hablas nada M: Pero si llevas casi todo el tiempo durmiendo, ¡si antes me dejaste hablando sola! E: Ya, pero ahora estoy despierta y no hablas M: Vale, vale está bien hablamos E: Sí, bueno, luego mejor ¡qué me voy a dormir un rato! M: ¡Ves! ¡Ays te mataba! E: Sí claro... y luego a ver que hacías tú sin mí... M: No ya... mira, vamos a parar y nos tomamos un café, a unos 15 minutos hay un sitio que está bastante bien, así podrás estirar las piernas un rato Tras tres horas de viaje y dos paradas más, llegaron a un pequeño pueblecito de la costa, Esther miraba alucinada por la ventanilla de coche E: Ufff Maca, esto es precioso M: ¿Te gusta? E: Sí... M: Pues todavía no has visto nada, esto es solo el pueblo, mañana te voy a llevar de ruta turística, quiero que conozcas algunos sitios que son especiales para mí E: ¿Venías mucho de pequeña?

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M: Sí, aunque antes teníamos otra casa, en el pueblo, hace unos 3 años mis padres la vendieron y compraron una nueva, ellos casi no vienen, así que puedo decir que es mía, de hecho está a mi nombre E: Jeje, me encanta tener una novia pija y rica M: Claro listilla... para lo que te conviene eh E: Claro... oye ¿y la casa está lejos del pueblo? M: No, a unos diez minutos andando, pero vamos a pasar por aquí para ir a comprar, no tenemos de nada E: Bueno... para comer hoy si que tenemos, o ¿te olvidaste ya del paquetón de comida que nos ha dado tu suegra? M: No, no, ha hecho una tortilla como para un ejército, y filetes, ¡casi un kilo! ¡Y un bizcocho de chocolate! E: ¿¿¿¿¡¡Un bizcocho!!???? ¿¿¿¡¡¡Y porqué no sé yo nada de ese bizcocho!!!??? M: Jaja pues para que no te lo comieras por el camino cielo, que ya te conocemos... E: (con cara de enfado) No, si... al final va a ser cierto... y dicen que no hay nada peor que una nuera y una suegra compinchadas... M: Jajajaja, anda tonta te quejarás de los mimitos que te damos E: Bueno... sí... eso no está mal M: Venga, es aquí, ¿te bajas a ayudarme? E: A ayudarte no, que estoy cojita, pero a vigilar lo que comprar sí, que luego me llenas el frigorífico de verduras y esas guarrerías M: ¿Guarrerías? ¡Si eso es lo que compras tú!, ¡chocolate y comida insana! E: Pero se disfruta más cielo M: Bueno compramos tus guarrerías pero de las mías también ¿ok? E: Vaaaaaleeeeee Tras hacer la compra Maca condujo hasta la casita, estaba muy cerquita del pueblo, justo enfrente de una preciosa playa de blanca arena E: Joder Maca, ¡¡esto si que es bonito!! M: (sonriendo) Me alegra que te guste mi niña. Venga baja, que voy a enseñártelo Esther bajó trabajosamente con sus muletas y siguió a Maca hacia el jardín M: Mira, aquí está la piscina, este es el jardín de atrás, delante hay otro, esa de ahí es la caseta de la depuradora, hay un baño y un cuartito donde se guardan las sombrillas y las hamacas para tomar el sol M: Y este (ayudando a Ester a subir los escalones) es el porche, me gusta comer aquí, bueno en realidad suelo hacer todas las comidas aquí. Incluso en invierno se cierra la cristalera y listo E: ¿Y porqué está abierta ahora? M: Llamé para decir que veníamos y lo arreglaron todo, lo limpian una vez por semana y cuidan el jardín E: ¡Y hay un balancín! M: Sí, han debido traerlo en estos días, lo encargué por catálogo, el que teníamos estaba ya muy viejo y lo habrán tirado E: ¡Ay mi niña! ¡Si es que estás en todo! M: Pues claro, así podemos estar las dos juntitas por la noche tomando algo, mirar las estrellas...

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E: Pufffff ¿por qué eres tan perfecta? M: No soy perfecta mi amor, solo te quiero, y quiero que estés bien conmigo E: Ya lo estoy cariño, estaría bien aunque en vez de en esta casa estuviera contigo en una tienda de campaña, me da igual, solo necesito estar contigo M: Mi niña... (dejando un suave beso en sus labios) E: Mmmm... Mejor sigue enseñándome esto... que si no... no pasamos del jardín... M: Jajjaa, bueno tranquila... yo voy a inaugurar contigo cada rincón de esta casa... E: Ufffffff, vamos sí, será mejor Riéndose las dos pasaron al interior de la casa M: Este es el salón... la cocina... el baño... y una habitación, esta la podemos usar nosotras, así no tienes que subir escaleras E: Sí, mejor, pero me enseñarás la parte de arriba ¿no? M: Claro, venga pero ten cuidado al subir Una vez arriba M: Otro baño... una habitación con dos camas, otra de matrimonio, y esta que es en la que me suelo quedar yo, tiene baño y la terraza que es más grande que la de las otras dos E: Ay Maca ¡yo quiero esta! Menuda terraza y ¡se ve el mar! M: Te gusta ¡eh! E: Siiiii, ¡me encanta! Maca vamos a quedarnos en esta ¡porfa! M: Cariño, a mí me da igual pero las escaleras... E: Da igual las subo bien, pero porfa... M: Vale... siempre te sales con la tuya... E: Ya... y sabes también una cosa... M: ¿Que? E: Que me voy a salir con la mía otra vez M: Ah ¿sí? ¿Y que pretendes ahora? E: Desayunar M: ¿Otra vez? Cariño has desayunado dos veces por el camino E: Ya... (con voz sensual) pero... aún no comí lo más importante, y sabes que el desayuno... es la comida más importante del día... M: Sí lo sé... y que te falta... E: (tirando las muletas) A ti... M: Mmmm creo que a mí también me está entando hambre... E: Shhhhhh pues come... y calla... Cayeron enlazadas en la cama en medio de frenéticos besos, ansiosas después de tanto tiempo, la ropa casi fue arrancada y desparramada de cualquier modo en la habitación, que empezaba a subir peligrosamente de temperatura a la vez que se inundaba de sonoros gemidos Esther reptaba por el cuerpo desnudo de su chica, besando cada parte de piel como si su vida dependiera de ello, cuando un molesto y estridente ruido se escuchó por toda la casa M: Esther... (con la respiración entrecortada) el timbre.. ahhh (al sentir la boca de su niña apoderándose de uno de sus pechos) Esther... E: Déjalo Maca, que suene, ahora no

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M: Uffff... para, para... es de la tienda, la comida... E: Da igual... ya vendrá luego... (volviendo a besarla ansiosamente) M: Cariño... Tengo que bajar a abrir... E: No, no.. ni se te ocurra... ahora no... M: Puffffff Esther... ahh... Para, para... E: No Maca no puedo... M: Te prometo (suspirando) que luego seré toda tuya E: Te quiero ahora... (volviendo a atacar) M: Mmmm (el timbre seguía sonando insistentemente) mi amor... si no abro... nos quedamos sin compra... y traen el chocolate... E: ¡¡¡El chocolate!!! ¡¡Corre!! ¡¡¡Abre esa puerta ahora mismo!!! M: ¡Dios! Esto es increíble, (poniéndose la ropa) ¡me cambia por el chocolate! E: ¿Tú no querías abrir la puerta? Pues ale, ale, ¡qué se me derrite! Bajó riendo a abrir la puerta a un desesperado chaval que estaba ya a punto de irse. Recogió la compra, colocó todo y rápidamente se dispuso a subir para cumplir su promesa Subía los escalones de tres en tres cuando el timbre volvió a sonar de nuevo. Con fastidio volvió para abrir la puerta, traían los nuevos muebles del jardín, lo había olvidado completamente Para cuando terminaron Esther ya bajaba cojeando las escaleras M: Ay lo siento cariño... han traído los muebles nuevos del jardín... E: Ya, ya me di cuenta... bueno no pasa nada, pero me vas a tener que compensar eh M: Mmmm por supuesto que sí (abrazándola) E: ¿Comemos ya? Tengo hambre M: Claro mi amor, ahora mismo preparo algo, ¿comemos aquí fuera? E: Sí, ¿y luego nos damos un bañito en la piscina? M: O bajamos a la playa, como tú quieras E: Perfecto M: Ve sentándote que ahora mismo salgo E: No tardes M: No tardo nada (tirándole un beso) Maca preparó la comida en un momento, echando mano a lo que tan amablemente su suegra les había preparado, hizo una ensalada, preparó las bebidas y salió al porche donde la esperaba Esther M: Listo, no he tardado mucho ¿no? E: No, no, y menos mal porque tengo un hambre... M: Tú siempre tienes hambre, no se como lo haces E: Sipgh (con un trozo de filete ya en la boca) M: Esther... que te vas a atragantar, no comas tan deprisa, nadie te va a quitar la comida del plato. Bueno, de la mano... porque lo que se dice plato... no es que estés usando E: A mí de pequeña siempre me decían que en el campo se come con la mano, sabe todo mejor M: Esto... no es el campo E: Pues la playa, lo mismo da, prueba tú, verás como está más rico. Venga...

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M: Menos mal que no me ve mi madre... si no le da algo... (cogiendo un filete con la mano también) E: ¿A que está más bueno? M: Pues que quieres que te diga, a mí me sabe igual E: Desde luego eres de un pijo... M: Ya, pero eso venía en el lote cuando te conquisté E: ¿Será cuando te conquisté yo a ti no? M: Perdona bonita, fuiste tú la que cayó rendida a mis pies E: Sí, claro ni en tus sueños guapa, le recuerdo señorita Wilson, que fue usted la que me espió por el balcón y la que pidió mis datos en recepción... porque estabas loquita por mí y no te hacía ni caso M: Pues claro, con eso lo estás diciendo todo, fui yo la que fue a por ti E: Ay ¡¡no me líes!! M: ¡Ves! M: No si yo no te lío... ¡¡Esther!! La ensalada al menos podías comerla con el tenedor ¿no? E: Vale, vale... ays ¡cómo es esta mujer! Terminaron de comer, y durante un rato Maca se dedicó a la rehabilitación de la pierna de su chica, baños fríos y calientes y después le puso la inyección M: ¿Vamos a la playa o nos quedamos en la piscina? E: Por mí nos quedamos y ya bajamos mañana pero como tu quieras M: Pues nos quedamos, ¿te apetece un bañito? E: Claro que hace mucho calor, además luego me pienso dormir un rato tirada en el césped M: Hay hamacas cielo E: Ya, pero me apetece en el suelo Se metieron las dos en el agua jugando como dos niñas pequeñas, echándose agua, tratando de cogerse la una a la otra y regalándose miles de besos y caricias. Así estuvieron más de una hora, hasta que Esther agotada se abrazó a Maca y dejó descansar la cabeza sobre su hombro M: ¿Estás cansadita mi amor? E: Un poquito M: Venga vamos a salirnos que tú tampoco te puedes cansar mucho, si no Cruz me va a echar la bronca Salieron del agua y Esther se tumbó a tomar el sol, Maca a su lado no tenía nada de sueño, se dedicó a acariciar suavemente la espalda de su chica con briznas de hierba mientras esta poco a poco iba adormeciéndose. Después de una hora Esther dormía placidamente. Maca sin embargo se levantó a preparar algunas cosas para más tarde, esa noche tenía que ser para las dos, además tenía que decirle algo, y darle el pequeño regalo llevaba tanto tiempo durmiendo en el fondo de un cajón Estuvo trasteando durante bastante rato, cuando volvió a la piscina Esther aún dormía, la contempló sonriendo, era increíble la cantidad de horas que podía dormir al cabo del día si la dejaban

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Con cuidado para que no despertara muy bruscamente se tumbó a su lado y le acarició con la yema de los dedos en la cara Esther, al sentir el contacto daba manotazos como si fuera una mosca la que la estuviera molestando E: No, no vete, pesada, déjame M: Ah ¿quieres que me vaya? E: ¿Eh? (abriendo los ojos) mmm estaba soñando... M: Hola... E: Hola mi amor... M: ¿Has dormido bien? E: Mmm sí como un bebé. ¿Cuanto he estado dormida? M: Algo más de dos horas E: Uffff estoy sudando M: ¿Vamos al agua un rato? E: Sí pero un ratito solo que tengo hambre M: Ays eres incorregible... Se estuvieron bañando hasta casi el anochecer, después fueron a ducharse M: ¡Esther! E: Dime (entrando en el baño) M: Ponte guapa eh, bueno más guapa quiero decir Maca se duchó rápidamente, en eso llevaba ventaja con respecto a Esther, que tenía que ir mucho más despacio por su pierna. Se puso un vestido de gasa blanco, informal pero elegante, un poco de espuma en el pelo que dejó que se secara con el aire tibio de la noche y rápidamente preparó la mesa Cuando Esther llegó se quedó con la boca abierta, la mesa estaba puesta elegantemente, con velas y una rosa sobre su plato una suave balada sonaba de fondo. Maca la esperaba de pie, con una copa de vino entre sus manos [Eterno (Luis Fonsi).mp3] Yo vagaba por la vida Preso de la soledad Perdido dentro de mí mismo Amando sin amar Despertar Significaba solo volver a llorar Muriéndome de adversidad A la espera del naufragio Un milagro sucedió Apareció mi amor Se acercó a ella le tendió otra copa y retiró su silla para que se sentara

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Esther también estaba preciosa, con un vestido similar al suyo pero de color azul, el pelo recogido dejando algunos mechones graciosamente sueltos y un ligero olor a perfume que penetró intensamente en los sentidos de Maca E: Ufff no me esperaba esto... es... precioso Maca M: Todo es poco para ti cariño, hoy quería que fuera una noche especial, solas tú y yo E: Gracias mi amor M: No, no tienes que darlas me apetecía mucho estar así contigo, es como si significara que todo lo malo ha pasado ya, que todo vuelve a la normalidad E: Ya pasó todo Maca, no quiero que pienses más en ello, estamos juntas a partir de ahora todo va a ir bien M: Lo sé, algo me lo dice dentro de mí, que dos personas se amen no ocurre todos los días ¿no crees? E: Seguro que no, además, no sé como amarán los demás pero yo a veces siento que el pecho me va a explotar cuando te miro, cuando te beso... M: Mi niña... a veces lo pienso y no me creo que todo esto sea real, ¿no te resulta absurda la manera en que nos conocimos? Eterno, mágico Como un sueño Como en un cuento Extendió su mano como un arcángel Y me rescato Es una en un millón Mi amor eterno E: Uffff por un taxi... quisimos coger el mismo taxi, cogimos el mismo vuelo, el mismo hotel, habitaciones contiguas. Es como demasiada casualidad ¿no? M: Quizás... E: ¿Tú crees en el destino? M: ¿La verdad? No lo sé, a veces pienso que sí, otras sin embargo... muchas de las cosas que nos suceden en realidad es porque las decidimos nosotros E: Sí pero otras... M: Ya... no sé, no sé si creer en el destino la suerte o el azar, supongo que será una mezcla de todo. Siempre he pensado que si te atropella un coche es porque no estabas mirando. Que unas veces lo que nos ocurre no tiene explicación y otras es fruto de una decisión nuestra, pero si tengo claro que las cosas en esta vida suceden por algo E: ¿Y tú por qué crees que sucedió lo nuestro? M: Pues... porque nos merecemos ser felices, porque yo llevaba toda mi vida buscándote, soñándote, creyendo en mi sueño y a veces los sueños se hacen realidad, no tengo otra explicación, solo que te encontré y que no voy a dejar que nada nos separe Desde entonces es mi único Motivo mi verdad Su cuerpo es mi refugio Sus besos son mi paz Como imaginar Que mi alma gemela Me iba a encontrar Cuando más me hacia falta

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Justo cuando en mi vida No quedaba una ilusión Apareció mi amor E: ¿Me lo prometes? M: Te lo prometo mi amor, nada ni nadie nos va a separar E: ¿Sabes que? M: Que E: Que te quiero Maca, como nunca he querido a nadie M: Y yo a ti princesa, más que a nada en este mundo Hasta el fin Del tiempo Cuando la luna No quiera nunca más salir Prometo Hoy y por siempre que será mi amor Eterno... La cena transcurrió tranquila, la conversación animada, dándose constantemente muestras de cariño Se sentaron en el balancín a tomar una copa, meciéndose suavemente, abrazadas muy juntas E: Creo que lo daría todo por pasar el resto de mi vida así contigo, porque se parara el tiempo en este mismo instante M: (acariciando su pelo) Yo también mi vida, pero no va a hacer falta, vamos a estar siempre así Sus ojos se encontraron y sus labios poco a poco se fueron acercando hasta fundirse en un tierno y largo beso, tras el que Maca la estrechó fuertemente contra su pecho y en silencio pasaron un largo rato contemplando las estrellas El plácido silencio fue interrumpido por Maca M: Esther... E: Dime M: ¿Quieres que demos un paseo por la playa?, igual que cuando nos conocimos, como la primera vez E: Claro mi amor M: ¿Puedes andar? E: Sí, no te preocupes, un poco sí, si me canso nos sentamos en la arena M: Vale, voy a coger unas toallas entonces y las llaves Entró presurosa en la casa cogió una mochila donde guardó dos toallas, las llaves y un pequeño paquetito y salió al jardín donde la esperaba Esther

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No pudieron pasear demasiado a Esther le costaba caminar por la arena, así que Maca extendió las toallas y se sentaron muy cerquita de la orilla La noche estaba preciosa, estrellada, el mar en calma tenuemente iluminado por la luz de la luna De nuevo se hizo el silencio entre ellas, disfrutaban simplemente con la cercanía de sus cuerpos en estrecho abrazo M: Esther... E: Dime mi amor M: Hace tiempo que quería decirte algo pero... con todo lo que pasó... pues no pudo ser además quería decírtelo en un momento especial como este... y bueno no sé... si tú... E: Maca cariño, tranquila, estás temblando M: Ufffff verás quería decirte... bueno más bien pedirte algo... o proponerte... E: Cielo, tranquila, dímelo no pasa nada M: Está bien... yo... yo quería proponerte que nos fuéramos a vivir juntas (diciéndolo del tirón) Esther se quedó callada M: (desconcertada) no... no sé que te parecerá a ti... yo lo había pensado porque al fin y al cabo estamos siempre juntas, bien en tu casa o en la mía y es un jaleo de ropa, de cosas... y... uffff bueno no, tampoco es eso Esther es que quiero vivir contigo, en nuestra casa hacer nuestra vida juntas... pero... si no quieres... E: Maca yo... M: No pasa nada si no quieres Esther, lo entiendo E: Maca... escúchame M: (se queda mirándola) E: Sí, quiero irme a vivir contigo, en nuestra propia casa, quiero compartirlo todo contigo M: (dos lágrimas asomaban a sus ojos) ¿De verdad? E: De verdad mi vida, quiero hacer todo contigo, yo también estoy cansada de andar de un sitio a otro, quiero formar un hogar a tu lado Se abrazaron con fuerza conteniendo las lágrimas M: Mi niña... mi pequeña... E: Te quiero mi cielo, más que a nada... M: (le sonrió con ternura) Pues ya que has dicho que sí, hay algo que quiero darte Cogió la mochila y sacó un pequeño paquete que le entregó Esther lo desenvolvió nerviosa, había una cajita que abrió presurosamente E: ¡¡¡Maca!!! ¡¡Es precioso!! M: ¿Te gusta? E: ¡¡¡Me encanta!!! El paquete contenía un llavero de plata con una M y una E entrelazadas

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M: Es para las llaves de nuestra casa E: Gracias mi amor... (dejando un beso en la comisura de los labios de su niña) Se abrazaron de nuevo con fuerza, Esther guardó el llavero en su cajita dentro de la mochila, y sin dejar que Maca dijera nada, comenzó a besarla tiernamente, dejando pequeños besos alrededor de sus labios, acarició sin prisas su cara, dejando besos después en las zonas que sus dedos iban tocando, poco a poco sus manos curiosas fueron bajando por su cuello que regó de sensuales besos La respiración de Maca lentamente se iba tornando más ruidosa, mucho más aún cuando sintió como los tirantes de su vestido se deslizaban por sus hombros. Esther con suavidad se dio la vuelta y con extremo cuidado hizo que Maca se tumbara sobre la toalla, para colocarse sobre ella La besaba con pasión con unas ansias desbordadas, llevaba desde por la mañana ardiendo por dentro y ese fuego salía por fin de su interior Tras saciarse con su cuello pronto no tuvo bastante, necesitaba más, quería más, beberla entera devorarla, sus manos curiosas se deslizaron por el interior de la tela, para encontrarse con unos pechos excitados, duros por el deseo Maca se retorcía de placer, era increíble lo que unas simples caricias podían hacer en ella, intentó quitarse el vestido quería sentir esa boca directamente sobre su piel, esas manos que sin duda estaban hechas expresamente para perderse sobre su cuerpo Trabajosamente consiguió quitarse el vestido que fue arrojado a la arena. Esther contempló su cuerpo casi desnudo antes de sumergirse en él, con pasmosa lentitud lo recorrió, primero con sus manos, luego fue su boca la sustituta, amasó sus pechos, dibujó sobre ellos los lamió, besó y mordió hasta conseguir que Maca gritara de placer. Volvió a su boca una vez más, bebió de ella como del néctar de la vida, pero aún no era suficiente, volvió a recorrerla entera, succionando su piel hasta casi quedarla marcada. Se recreó en su vientre, plano, perfecto, obvió su centro de placer para entretenerse una eternidad en las ingles, que acarició y besó hasta cansarse. El mismo trato recibieron sus piernas. Maca estaba al borde del colapso, necesitaba sentirla dentro de ella. Esther notándolo no quiso hacerla sufrir más en realidad ella lo necesitaba de la misma forma, quería hacerla suya, sentirla Con sensualidad deslizó su tanga por las piernas y fue arrojado igualmente a la arena. Volvió a su boca que besó con hambre contenida y paseando su lengua por el torso llegó a hasta su pubis, se sumergió en ella Maca se agitaba, estaba teniendo un placer casi inaguantable, se retorcía mientras la lengua de Esther hacía diabluras dentro de ella, lamía succionaba, mordía y besaba como una salvaje, pero con infinita ternura, una mezcla explosiva, hasta que Maca no pudo más y explotó con un intenso gemido. Quedó exhausta, Esther volvió de nuevo a su boca, una boca que sabía a la persona que más amaba y tras besarla sin darle tregua, atacó de nuevo. Un orgasmo tan intenso como el anterior la volvió a sacudir, pero esta vez en vez de extenuarla aumentó aun más su deseo de su niña

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Ahora fue Maca la que quedó sobre Esther, como pudo se deshizo de su vestido, para quedar los dos cuerpos unidos, sus pechos juntos besándose. Recorrió su piel provocando en Esther las mismas sensaciones que acababa de vivir ella, hasta llevarla al delirio Dos, hasta tres orgasmos hicieron su cuerpo convulsionarse preso del mayor placer, ese que solo puede proporcionar la persona que se ama Las dos quedaron tendidas en la arena, con sus cuerpos estrechamente enlazados, la marea había subido la espuma de mar acariciaba con ternura su piel, que había adquirido un sabor salado Y así juntas dejaron pasar el tiempo contempladas tan solo por las estrellas Tan solo cuando el agua las cubrió por completo Maca hizo amago de moverse, con cuidado se incorporó para situarse sobre Esther, sin dejar caer su peso, sosteniéndose con los brazos. Dejó un leve beso en sus húmedos labios respondido con una preciosa sonrisa y una caricia para retirar los cabellos que caían sobre su rostro tapándola M: Estamos empapadas... vámonos cielo no quiero que te pongas malita E: No, no quiero irme Maca M: Mi vida estás temblando E: Ya, pero no quiero irme, sabes ahora me gustaría parar el tiempo y tenerte así abrazada a mi para siempre junto al mar... M: Sería perfecto ¿verdad? E: Siempre es perfecto a tu lado (besándola) M: Mmmm sabes a mar E: Tú también, sabes muy bien toda saladita M: Y estás toda llena de arena E: Pues quítamela Sin mediar palabra Maca se levantó, cogió en brazos a su princesa y entró al agua, el mar estaba tranquilo. Con su niña aferrada a su cintura dejó que el agua las cubriera y relajara sus cuerpos Pasaron un buen rato así, mecidas por las pequeñas olas regalándose dulces besos, tiernas caricias Cuando salieron Maca la envolvió en la toalla, la estrechó contra su cuerpo para que entrara en calor. Se sentó en la arena e hizo que Esther se recostara sobre su pecho. Enlazadas de las manos disfrutaron del momento hasta que el sol comenzó a aparecer regalándoles el más bello amanecer

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Eran casi las tres de la tarde y seguían durmiendo, agotadas. Ya amanecía cuando habían llegado, si siquiera subieron a la habitación de arriba, la pasión había vuelto a cegarlas, pasaron gran parte de la mañana amándose, de la forma más tierna más dulce y apasionada a la vez, hasta que de puro cansancio se durmieron, desnudas, enlazadas Maca fue la primera en despertar, desorientada sus ojos tardaron unos instantes en hacerse a la tenue oscuridad de la habitación, hasta que se dio cuenta de donde estaba Trató de moverse pero no pudo, la cabeza de Esther reposaba sobre su vientre, colocada en una extraña postura. Sonrió y con cuidado trató de moverla, esa postura no debía ser nada buena para sus costillas. Trabajosamente consiguió darle la vuelta y ponerla a su altura. Esther refunfuñó un poco pero no se despertó, Maca tampoco hizo nada por despertarla, le gustaba mirarla mientras dormía, con esa carita de niña buena que se le ponía. Con ternura la acarició recordando todos los momentos vividos la noche anterior, la más especial que podía recordar, en la que habían decidido vivir juntas compartir todo, en la que se habían entregado la una a la otra, como si con eso hubieran puesto fin a una horrible pesadilla. Intentó no pensar en todo lo vivido, no recordar el asunto pendiente, ¿y si él aparecía otra vez? Como con un manotazo apartó esos pensamientos de su cabeza, no, ahora no, no era el momento de pensar en eso. Estaban juntas y estaban bien, no tenía de que preocuparse Decidió disfrutar de su niña, le hubiera apetecido despertarla pero sabía que tenía que descansar. Demasiado movimiento pensó, Cruz seguro que le echaría la bronca, aun no se encontraba bien del todo, así que la dejó dormir un rato más Se levantó y estuvo recogiendo la casa, limpiando la piscina y preparó algo de comer. Después fue a despertarla tenía que comer, tomarse la medicación y hacer la rehabilitación de la pierna Con cuidado se tumbó a su lado, Esther dormía ahora abrazada a la almohada M: Cariño... E: Mmmmmm M: Venga mi amor despierta E: Jo que tengo sueño... M: Pero cielo ya es muy tarde

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E: Mmmmm entornando los ojos (pues dame un beso) M: ¿Un besito quiere mi gordi? E: Muchosssss M: Muchos muchosssss (tirándose encima de ella y cubriéndola de besos) E: Ay para, para ¡¡qué me ahogas!! (riendo a carcajadas) M: Pues venga (beso) a levantarse (beso) que vamos a comer (beso) M: Voy a preparar las bebidas, en 5 minutos te quiero en la mesa ok Salió de la habitación y no había llegado a la cocina cuando Esther la llamó E: Macaaaaaaaa M: Queeeeee E: Vennnnnnnnn M: ¡¡Cariño ahora no puedo!! E: Porfaaaaaaa M: (volviendo a la habitación) A ver que te pasa E: Ayúdame a levantarme anda que tengo la pierna dormida M: ¡¡Ay mi niña!! ven que te ayudo Maca le tendió la mano para ayudarla a levantarse y se vio sorprendida cuando Esther de un tirón hizo que cayera tumbada sobre ella M: Que... ¿qué haces? E: Pues que... aún no he desayunado... y antes de comer hay que desayunar, ayer tampoco desayuné... así que... M: Así que ¿que...? E: Que te voy a comer enterita ahora mismo... Sin darle tiempo a decir nada más atrapó sus labios e hizo que se olvidara de todo lo demás Estaban disfrutando al máximo de sus días de vacaciones, la piscina la playa y pequeños paseos, procurando que Esther no se cansara en exceso Esa mañana habían ido a comer a un pequeño pueblecito apenas a unos kilómetros. Era precioso, situado en un pequeño acantilado sobre el mar y rodeados de calas de fina arena y aguas cristalinas El restaurante elegido por Maca asomaba al mar, sostenido por columnas daba la sensación de estar en el aire M: ¿Te gusta? E: Es una pasada Maca, pero esto no se caerá ¿no? M: No creo... de todas formas si nos caemos yo te agarro ¿si? lo que no te puedo asegurar es que no te coma un tiburón o un cocodrilo... E: Jajajaj que capulla ¿te acuerdas en Sydney? yo creo que no me bañé tranquila un solo día M: ¿Te daba miedo que apareciera un tiburón?

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E: ¡¡¡Anda pues claro!!! esa zona está plagada además he visto los documentales de la tele son enormesss, hace poco cuando estaba en la cama vi uno que me puso la piel de gallina, y pensar que yo me había bañado allí... M: En la zona de bañistas no pasa nada tonta E: Bueno yo por si las moscas cuando volvamos no pienso mojarme más que los pies M. Ah pero ¿vamos a volver? E: ¡¡¡Pues claro!!! habrá que celebrar allí las bodas de plata ¿no? M: Ufff para ese entonces... tendré... cuantos ¿55 años? ¡¡que horror!! E: ¿Por qué horror? M: ¡¡¡Seré vieja!!! E: Jajajaja pues yo te voy a querer viejita y todo M: Gracias cariño... es un consuelo... En ese momento sonó el móvil de Maca M: Es cruz. ¡¡Hola guapa!! C: Hola cariño, ¿qué tal estáis? M: Genial, lo estamos pasando muy bien hace muy buen tiempo y bueno con la niña... que te voy a contar C: Desde luego... que bien viven algunas M: Se intenta... y tú ¿cómo estás? C: Pues bueno... trabajando pero se sobrelleva M: ¿Y Vilches y la peque? C: Muy bien, la niña peque preciosa, dando los primeros pasitos M: Ohhhh en cuanto lleguemos nos pasamos a verla C: Ok, anda pásame a Esther que no tengo mucho tiempo tengo una operación en 15 minutos M: Venga guapa un beso C: Otro para ti E: ¡¡Que pasa bombón!! C: ¡Ey hola guapa! ¿Qué tal estás? E: Bien, bien C: ¿Te estás tomando los medicamentos y haciendo la rehabilitación? E: Sí, sí tranquila que Maca se está encargando de todo C: Así me gusta. Pues cielo yo tengo que dejaros solo preguntaba para ver como estabais E: Ok cielo, venga un besito a Vilches y a la niña C: Venga... ah oye ¡¡¡Esther!!! E: ¡¡¡Dime!! C: Dile a Maca... que siga arriba... E: Eh C: Tú díselo (riendo) E: Toma (dándole el móvil) oye Cielo, ¿qué cachondeito os traéis Cruz y tú con no sé que de arriba? M: Jajajajjaa, nada nada E: Jo, ¡yo quiero saberlo! M: No es nada tonta ya te enterarás

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Esther seguía insistiendo pero la llegada del camarero con la comida hizo que cerrara la boca al instante y dejara de hablar, pero la abriera inmediatamente para comer E: Mmm esto está de muerte... M: Está bueno eh E: Ya te digo... M: Oye cielo, estaba pensando... cuando lleguemos el martes... nos podíamos quedar en mi casa, así podemos buscar piso por allí, a ti te gusta esa zona ¿no? E: Sí, la verdad que no me importaría, aunque también había pensado no sé que te parecerá, cogernos algo fuera de Madrid, tipo chalet, pero bueno ¿si no quieres? M: ¿Tú querrías? E: Sí creo que se tarda menos en venir de fuera que en atraversar Madrid, se vive más tranquila... y podríamos tener piscina... M: Jaja te ha gustado eso de la piscinita eh... E: Puff me ha encantado M: Pues en cuanto lleguemos nos ponemos manos a la obra ¿ok? E; Perfecto; oye Maca M: Dime cielo E: Estoy deseando que tengamos nuestra casa M: Yo también cariño, no veo el día Como todo lo bueno, sus maravillosos días juntas también llegaban a su fin, lo habían pasado muy bien y les daba mucha pena tener que irse para volver a la rutina, sobre todo a Esther que aún le quedaban unos meses de baja Esther la última tarde, contemplaba eL mar desde la terraza de la habitación. Maca se acercó y la encontró pensativa, ausente, la abrazó por detrás y apoyó la barbilla en su hombro M: ¿Que te pasa cariño? E: Nada... solo que no me apetece irme, me gustaría quedarme todo el verano aquí M: Ya mi amor, pero ni siquiera ha empezado junio, tenemos mucho tiempo para volver, estas vacaciones si tú quieres la pasaremos aquí E: La verdad que me encantaría, esto es precioso M: Pues volveremos no te preocupes, en cuanto yo coja vacaciones nos venimos y también le podemos decir a Cruz que se venga unos días y a Anita y a Laura y Eva... E: Sí, seguro que les encanta esto M: No te pongas triste ¿sí? E: ¿Y tú vas a poder coger vacaciones? llevas un montón de tiempo casi sin trabajar Maca, Silvia tiene que estar saturada M: Para algo soy la jefa cariño, no pasa nada por delegar, además a Silvia la ayudan mucho E: Ya, pero la pobre también se merece unas vacaciones M: Y las tendrá cielo, la empresa va muy bien, acabamos de cerrar varios proyectos , así que ahora vamos a tomarnos las cosas con un poco de tranquilidad ya en octubre que tú estarás bien de todo nos pondremos a tope otra vez, hay varios proyectos ya pactados pero de momento hay unos meses de relativa calma E: Pues yo si quieres en casa te ayudo que me aburro un montón

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M: Ya cariño, pues tú me ayudas, además tenemos que buscar casa, y luego habrá que amueblarla... no vas a tener demasiado tiempo de aburrirte E: Ya eso si es verdad, me hace más ilusión... M: A mí también, vas a ver vamos a tener una casa preciosa E: Y un jardín enorme, y un perrito M: Todo lo que tú quieras cariño E: Y bañera de hidromasaje M: Sí, eso si que gusta E. Claro... eres tú muy lista... M: Jaja un poco, anda vamos a terminar de recoger que nos queda un viaje largo por delante Mientras Maca terminaba de cargar el coche sonó su móvil, era su hermana M: Hola cariño Silvia: Hola guapa, ¿qué tal estáis? M: Bien, bien, ya mismo salimos de camino a casa Silvia: Ah, y ¿a qué hora llegáis? M: Pues no sé, las 10 o las 11 Silvia: ¿Te podrías pasar por mi piso? M: Pues sí supongo ¿por qué? Silvia: Ehhh tengo que hablar contigo M: ¿Que pasa Silvia? (asustada por el tono de su hermana) Silvia: Pues... acaba de estar aquí Suárez M: ¿El abogado? Silvia: Sí M: ¿Y? Silvia: Han detenido a Steven Maca, estáis citadas para declarar las dos La noticia le cayó como un jarro de agua fría, tras despedirse de su hermana y prometerle que iría a verla sin falta al día siguiente se sentó al borde de la piscina. Por una parte se alegraba, ya no tendría el miedo de que él apareciera de repente para hacerle daño o sabe dios que, pero por otra parte, sería enfrentarse otra vez a todo lo sucedido, recordarlo , vivirlo de nuevo, no sabía si Esther estaba preparada para eso y ella... ella tampoco Mientras Maca estaba sumida en sus pensamientos Esther llegaba con su mochila al hombro E: Ya estoy lista cariño, ¿nos vamos? Maca... (al ver que no contestaba) M Dime E: Que ya estoy lista M: Sí, sí cariño, venga vamos E: ¿Que te pasa? M: Nada mi amor E: ¿Seguro? M: Sí cielo seguro E: Te noto rara M: No cariño, de verdad Esther no se quedó muy convencida, la conocía demasiado bien

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E: ¿De verdad me prometes que no te pasa nada? M: De verdad tontita, solo me pasa que te quiero (abrazándola y dejando un suave beso en sus labios) E: Yo también mi amor Se montaron en el coche y pusieron rumbo a Madrid M: (“Ya se lo contaré mañana cuando me entere de todo bien, no voy a preocuparla antes de tiempo” pensó) Llegaron del viaje muy cansadas y mucho más tarde de lo que pretendían, un camión accidentado las había tenido paradas en la autopista casi dos horas. Eran casi las dos de la mañana cuando entraban en casa de Esther, y las tres pasadas cuando agotadas por fin se iban a dormir No habían deshecho ni las maletas, tan solo cogieron lo que les hacía falta para la noche, tampoco hicieron nada de cenar, tan solo un vaso de leche, pero la rehabilitación de la pierna de Esther les había tomado bastante tiempo. La tenía agarrotada e hinchada del incómodo viaje, Maca la metió en la bañera y alternó baños de agua fría y caliente hasta que la hinchazón bajó considerablemente, le dio un masaje, le puso la inyección y en cuanto tomó la medicación se dejaron las dos caer con un suspiro en la cama M: Uffff no veía el momento de tumbarme... E: Mi niña... (acercándose para abrazarla) encima has tenido que conducir tú, en cuanto me ponga buena hacemos el viaje a medias M: (dedicándole una sonrisa) Si a mi no me importa conducir cariño, es más me gusta, pero lo de ese camión ha sido mortal 2 horas paradas y además el embotellamiento que se formó para salir de allí E: Normal con un solo carril... y además parando para que yo estirara las piernas... pues... M: No seas tonta, como si hubiera tenido que parar 100 veces lo que importa es que tú estés bien E: Gracias (dándole un besito) eres un cielo Esther se acurrucó sobre el pecho de Maca y en pocos minutos dormía profundamente, sin embargo a esta le iba a costar mucho más conciliar el sueño. Desde que venía en el coche no había dejado de darle vueltas a la conversación que había obtenido con su hermana aquella misma tarde. Debería estar contenta, y en realidad lo estaba, se sentía mucho más tranquila ahora que sabía que ese indeseable no les podía causar más daño y que acabaría en el lugar que merecía, pero por otro... le daba pánico que Esther tuviera que enfrentarse a él en un juicio y tener que revivir toda aquella pesadilla que tanto le estaba costando olvidar Suspiró deseando dormir y que al despertar hubiera pasado un año, para que verdaderamente todo quedara atrás. Acomodó a Esther lo más que pudo junto a ella y cayó en un sueño ligero y poco reparador

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A las 8 de la mañana sonó el despertador, que Maca se apresuró a apagar procurando que Esther no se despertara, había dormido fatal, apenas unas pocas horas y tenía un molesto dolor de cabeza Se levantó con cuidado puso la cafetera en marcha y entró a darse una ducha para despejarse cuando salió se tomó el café se vistió y viendo que Esther no se había despertado abrió el cajón de la mesilla para dejarle una nota. Se disponía a escribir cuando Esther se removió en la cama e instintivamente al notarse sola abrió los ojos E: Maca... M: shhh duerme cariño es temprano E: ¿Dónde vas? M: A la oficina, no tardaré mucho E: No te vayas... M: Tengo que ir mi vida, duerme que cuando llegue te preparo el desayuno Se acercó para besarla suavemente, la tapó con la sábana y antes de que Maca llegara al garaje volvía a dormir profundamente Maca salió presurosa hacia su oficina deseosa de enterarse cuanto antes de todo Aparcó y entró rápidamente en la oficina, Teresita más pendiente de quien entraba y salía que de otra cosa la llamó enseguida T: ¡¡Maca hija!! ¿Que tal? M: Hola Teresa, bien muy bien (acercándose para darle dos besos) T: ¿Lo habéis pasado bien en la playa? ¿Y Esther? M: Sí Teresa muy bien, nos hacían falta unos días de vacaciones, y Esther muy bien, se ha quedado durmiendo hicimos un viaje bastante pesado ayer T: Es que es un palizón hija cuando voy a algún sitio es lo que peor llevo, y eso que conduce siempre mi marido porque yo me pongo de los nervios, el verano pasado que se le antojó ir a los pirineos, uff que tute de coche ¡¡¡por dios!!! M: Sí ya, ya (cortándola antes de que no hubiera forma) oye, ¿ha llegado ya mi hermana? T: No, pero estará al caer. ¿Quieres un café mientras la esperas? M: Sí venga, hoy creo que voy a necesitarlo por litros o metido en vena... T: Bueno y cuéntame ¿no? ¿qué habéis hecho estos días? Teresita empezó a interrogar a Maca como era su costumbre, por suerte Silvia no tardó más de diez minutos en llegar y la rescató T: Vaya... (mientras veía a las dos chicas entrar en el despacho) siempre me quedo a medias... en fin... (mientras volvía a sumergirse en sus revistas del corazón) Mientras tanto en el despacho... Silvia: Que tal cariño, ¿lo habéis pasado bien? M: De lujo Silvia (mostrando una sonrisa traviesa) nos hacía mucha falta Silvia: Ya, ya... mejor no pregunto los detalles... ejem... M: Jajaja, sí mejor Silvia: ¿Y la niña?

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M: Durmiendo, no te imaginas el viajecito de ayer, nos acostamos a las tres de la mañana, así que está reventada, hoy hasta la hora de comer seguro que no da en si Silvia: Oye, ¿le dijiste algo? M: No... no quería preocuparla, cuando me entere de todo hablaré con ella... Silvia: Sé que será duro lo del juicio Maca, pero es lo mejor, quizás sea la forma de que toda esta pesadilla se acabe de una vez M: Ojalá no te puedes ni imaginar las ganas de tengo de que termine todo Silvia: Ya lo sé mi niña M: ¿A que hora llega Suárez? Silvia: Pues... (mirando su reloj) no creo que tarde ya mucho A los 15 minutos Teresa les comunicó que el abogado estaba allí, lo hicieron pasar, tras hora y media de reunión las dos hermanas lo despedían y se sentaban delante de un café. Maca estaba preocupada Al parecer lo habían arrestado cuando intentaba viajar a Estados Unidos con un pasaporte falso, hacía varias semanas ya que la policía le seguía la pista y seguro de que no tardarían mucho en encontrarlo decidió huir. Estaba en una cárcel en Berlín a la espera de que se celebrase el juicio Lo que no sorprendió demasiado a Maca es que Steven estaba acusado de varios delitos más en diferentes países entre ellos intento de violación, incomprensiblemente había logrado zafarse hasta ese momento Para el juicio no había fecha aún, pero el abogado aseguró que no se demoraría demasiado, se celebraría en Bruselas por el hecho de que los delitos se habían cometido en varios países. Les dijo también que se le había retirado la licencia de piloto. Se pedían para él 50 años de cárcel De momento no tenía mucha más información, quedó en que llamaría a Maca en cuanto tuviera noticias, había que preparar la acusación por el intento de homicidio de Esther M: (tras estar un rato en silencio) ¿Sabes? no me ha sorprendido demasiado que esté acusado de más delitos, solo lo vi un par de veces pero... daba la sensación de que estaba loco lo que no me puedo explicar es como ha logrado seguir trabajando, se supone que cuando ejerces un trabajo así investigan tu vida de arriba a abajo, al menos con Esther lo hicieron, tuvo que pasar por miles de pruebas, presentar un certificado como que no tenía antecedentes penales... no sé la verdad... Silvia: Ya pero bueno... las empresas privadas suelen obviar toda esa información, puede que esté loco pero ha demostrado ser muy inteligente M: Sí... uff no te imaginas las ganas que tengo de que todo esto termine Silvia: Pronto Maca, ya verás M: Bueno, prefiero no pensar en ello de momento, anda pásame los informes de Tokio, ya es hora de que yo también trabaje un poco ¿no? hace meses que no me ocupo del trabajo en condiciones Silvia: De eso nada, anda vete a casa a descansar un rato, luego despiertas a la marmotilla y a las tres os venís que os invito a comer M: Cielo te lo agradezco, de verdad, pero no es justo, llevas todo este tiempo haciéndote cargo tú casi de todo, ya es hora de que yo me ponga las pilas

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Silvia: Anda deja de decir tonterías, ya has visto que no hay ningún problema, mañana empiezas en serio, así que ahora largo, y no os retraséis que a esa hora estoy que me muero de hambre M: Vale, vale... bueno pues voy a casa entonces y desharé las maletas Silvia: Maca... ¿se lo vas a contar? M: Tendré que hacerlo, no sé cuando pero no puedo tardar Silvia: Ya... M: Bueno pues voy a casa, intentaré que se vaya despertando Silvia: Pues suerte para eso jajaja ¡¡ay!! Oyeeee (acordándose de pronto), ¿tú... no tienes nada que contarme? M: ¿Yo? Silvia: Sí... algo me comentaste... algo que le ibas a pedir a tu chica... M: Jeje. Sí... pues... Silvia: ¡Canta! M: Mmmm que... nos vas a tener que ayudar a buscar casa Silvia: ¡¡¡De verdad!!! M: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii Silvia: ¡¡Ay que bien!! (dándole un fuerte abrazo a su hermana) me alegro mucho cariño, de verdad M: Gracias peque la verdad que estamos muy contentas, Esther tiene un montón de planes, luego te lo contamos comiendo ¿si? Silvia: Sí, sí, venga pues ale vete a casa, nos vemos más tarde Maca fue a casa, como esperaba Esther seguía durmiendo a pierna suelta. Deshizo las maletas procurando no hacer ruido, puso la lavadora con la ropa sucia, recogió un poco el salón, bajó a hacer la compra y a la una y media decidió despertarla Entró sin hacer ruido en la habitación y en la penumbra la distinguió hecha un ovillo en la cama, no pudo resistirse y se tumbó a su lado, le encantaba tenerla así. La abrazó con cuidado y suspiró no le hacía gracia tener que comentarle la reunión de la mañana, Esther inconscientemente se apretó más a ella M: Mañana (decidió) es una tontería preocuparla antes de tiempo Habían pasado tres días desde la visita del abogado y Maca aún no había sido capaz de decírselo a Esther, no sabía como comenzar la conversación, como decírselo, temerosa de la reacción de Esther, varias veces había estado a punto pero siempre se echaba atrás en el último momento. Por una parte pensaba que a Esther le alegraría que por fin hubiese sido detenido, pero por otra tenía mucho miedo de su reacción, de que ahora que empezaban a calmarse las cosas volviera a revivir de nuevo su pesadilla, aunque realmente sabía que era algo inevitable, tarde o temprano eso tenía que llegar Esa mañana al salir de la oficina había quedado con Cruz para ir a comer, debía volver al trabajo después, así que no le daba tiempo de ir a casa. Cruz estaba al tanto de todo y comentaba con la empresaria el tema C: Yo creo que deberías decírselo ya Maca, es una tontería antes o después tiene que enterarse y es mejor que se vaya preparando para enfrentarse a en él en el juicio

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M: Ya lo sé Cruz, quizás yo le estoy dando más importancia de la que tiene y cuando se entere no le afecta tanto, pero es que no quiero que lo pase mal C: Ya lo sé, ya sé que tu preocupación es esa, pero eso es algo que no se puede evitar y también sé que harías cualquier cosas porque no tuviera que pasar por ello, pero las cosas son así Maca, tendrá que ir a ese juicio, tendrá que verlo y tendrá que declarar, y será duro, tiene que ponerse delante de la persona que intentó matarla, y no solo eso, sino que hizo todo lo posible para evitar que la encontraran, pero ella es fuerte y además tú estás con ella para apoyarla M: Sí, eso por supuesto yo voy a estar a su lado en todo pero... C: Pero tiene que pasarlo Maca, tú apóyala en todo y verás como no se hace tan cuesta arriba. Y habla con ella, no lo retrases más M: Tienes razón, supongo que retrasarlo más es una tontería, hablaré con ella esta noche C: Anda anima esa cara (al verla suspirar) y hablemos de algo más divertido, ¿cuando vais a empezar a buscar casa? M: (sonriendo algo más contenta) pues en cuanto Esther pueda caminar sin muletas porque ahora se cansa mucho y ya sabes que eso de buscar casa es un poco pesado C: Que me vas a contar a mí que yo no sepa (riendo) y ¿seguís con la idea de buscarla a las afueras? M: De momento si Esther se ha empeñado en una casa con jardín y piscina... C: Ya... y tú que no eres capaz de negarle nada... M: Que le voy a hacer... (sonrojándose) C: Jaja pues nada boba, desde luego quien te ha visto y quien te ve, lo que hace el amor eh... M: Jajajjaja Estuvieron charlando un rato más Maca quedó en ir a ver a su ahijada al día siguiente pues la pequeña cumplía un añito, se despidieron y cada una acudió a su trabajo de nuevo Maca terminó algunos asuntos pendientes y volvió a casa. Esther la esperaba medio dormida en el sofá, se despertó al oír la puerta M: Cariño ¡ya estoy en casa! E: Hola cielo, ¿qué tal el día? M: Echándote de menos (mientras se acercaba para darle un beso) E: Mmm que rico (susurrando) M: ¿Y el tuyo? E: Bueno un poco aburrido, pero me levanté tarde y he estado leyendo y viendo la tele M: ¿Te apetece salir a dar un paseo? E: Sí, bueno si no estás cansada M: No, no cielo estoy bien, además me apetece salir un ratito contigo E: Vale, pues entonces me cambio y nos vamos ¿sí? M: Venga te espero Esther se vistió y salieron a dar un paseo por un parque cercano, tomaron café y cuando se quisieron dar cuenta ya era casi la hora de cenar M: ¿Compramos algo para cenar? a mi no me apetece mucho cocinar E: Sí, sí, me apetece algo del italiano, ¿entramos? M: Perfecto, y ¿cogemos una peli para luego?

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E: Me he bajado algunas que querías ver de internet, las grabo mientras te duchas y luego eliges M: Desde luego estás en todo eh E: (guiñándole un ojo) Claro, cualquier cosa para mi niña Entraron en el restaurante y salieron con una enorme bolsa si por Esther hubiera sido, se habría pedido la carta entera. Al llegar a casa cenaron y pusieron le película mientras comían un exquisito tiramisú de postre, cuando terminaron la película ambas estaban abrazadas y Maca se enjugaba disimuladamente las lágrimas E: Ha sido preciosa ¿verdad? M: Sí, sí que lo ha sido E: A ti te ha encantado porque esas lagrimitas... M: ¿Qué lágrimas? E: Anda no disimules que te has pasado la mitad de la película llorando M: ¡Que va! E: Que siiiiiii, no te hagas la dura y admite que tú también te emocionas viendo estas cosas como todo hijo de vecino M: Bueno una también tiene sus sentimientos ¿eh? E: Pues claro tontita, si a me encanta (besándola tiernamente) Estuvieron un buen rato juntas en el sofá con la tele puesta pero sin hacerle caso, disfrutando de esos momentos. Maca permanecía ausente, sin querer había vuelto a recordar la conversación pendiente con Esther E: ¿Que te pasa cariño? (al notarla distraída) M: Nada cielo ¿por qué? E: Estás muy calladita M: Me gusta estar así contigo E: A mí también (mientras se abrazaba más a ella) Sabía que tenía que decírselo que no podía posponerlo más, abrió la boca varias veces, pero antes de que las palabras salieran cambiaba de opinión, por fin con esfuerzo se decidió M: Esther... E: ¿Dime mi amor? M: Verás yo... E: Dime M: Pues... Esther la miraba expectante M: Pues... que te quiero Esther, te quiero mucho E: Yo también mi vida M: Abrázame por favor Esther la miró y vio en sus ojos casi una súplica, la estrechó contra su pecho con fuerza, Maca se aferró a ella mientras no dejaba de pensar que era una tonta por no ser capaz de hablar con ella

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Maca no pasó muy buena noche, no hacía más que darle vueltas a la cabeza pensando y pensando y llegando a la conclusión que no podía dejar un solo día más sin decírselo. Miraba a Esther que apaciblemente dormía sobre su pecho y rogaba con todas sus fuerzas que no le afectara, que no lo pasara mal La mañana llegó, a pesar de ser sábado se levantó más temprano de lo habitual, así que se entretuvo limpiando un poco la casa, haciendo tiempo hasta que fuera una hora prudencial para despertar a su niña. Sin embargo para su sorpresa, poco antes de las once Esther apareció en el salón con frotándose los ojillos cargados de sueño E: Buenos días... M: Buenos días mi amor, que prontito te has levantado E: Me desperté y no estabas... M: Ya mi vida, es que no era capaz de dormir más E: ¿Por qué no me despertaste? M: Me daba penita cariño. Anda vente aquí conmigo un ratito Esther se acercó al sofá dondE estaba Maca sentada y se acurrucó junto a ella M: ¿Sigues teniendo sueño? (dándole un suave beso) E: Mmm un poquito, pero ya no quiero dormir más M: ¿Y eso? E: He visto que estaba el día bueno, me apetece hacer algo M: ¿Quieres que salgamos? E: Sí, estaría bien M: ¿Y que hacemos? E: No sé... ir de compras o algo así M: ¿Con tu patilla chunga? E: Mmmm sí, nos paramos a descansar, pero no me apetece estar en casa M: Bueno habría que ir a comprarle algo a María, no estaría bien presentarnos esta tarde en casa de Cruz con las manos vacías, además es mi ahijada E: Pues aprovechamos entonces ¡me encantan las tiendas de juguetes! M: Jajajaja ya lo sé en el fondo eres como una niña Pasaron la mañana de tiendas, comieron en un restaurante y llegada la hora de la fiesta de la pequeña María se presentaron en casa de Cruz y Vilches cargadas con un montón de paquetes, no pudieron resistirse a la tentación, las dos adoraban a la niña Pasaron una tarde muy entretenida ya era tarde cuando llegaron a casa, se pusieron el pijama y se sentaron un rato a ver la tele Maca estaba inquieta, había conseguido olvidarse un poco del tema durante la tarde, pero sabía que no podía retrasarlo más E: ¿Vemos una peli cariño? si no estás muy cansada M: Mmm verás Esther... yo... quería comentarte algo E: ¿Que pasa?

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Maca tragó saliva y respiró hondo M: Verás... cariño... (haciendo de nuevo una pausa) E: ¿Que pasa Maca? (comenzando a preocuparse por el gesto del rostro de su chica) M: Mmm hace unos días... me llamó mi hermana por teléfono, cuando estábamos en la playa, ¿te acuerdas? E: Sí claro ¿y? M: Pues... E: Maca me estás poniendo nerviosa, ¿qué pasa? M: La había llamado Suárez, nuestro abogado, quería hablar con nosotras y no nos había podido localizar Esther empezaba a intuir de que se trataba el tema M: Tuvimos una reunión, el lunes... y bueno... el caso... el caso es que han detenido a Steven Esther Esther se quedó muda por unos instantes M: (preocupándose) Mi amor ¿estás bien? E: (reaccionando) Sí cuéntame Maca le contó todo la conversación que habían tenido detalladamente, cuando terminó estudió detenidamente el rostro de Esther, intentando adivinar que es lo que pasaba por su cabeza en esos momentos E: ¿Por qué no me lo has dicho antes? (muy seria) M: No sé... Esther, me daba mucho miedo lo que pudieras pensar, no quiero que lo pases mal, que vuelvas a revivir todo aquello, aunque sé que no puedo hacer nada por evitarlo y yo... (comenzando a llorar) E: Ey... no llores mi amor... Esther la abrazó E: No te preocupes mi vida, si tú estás a mi lado no estaré mal M: Claro que estoy a tu lado, eso no lo dudes nunca. solo que no quiero que sufras, quiero que todo esto pase cuanto antes E: Y yo Maca, no sabes como me gustaría despertarme mañana y que todo hubiera pasado ya M: Uffffffffff E: Pero no te preocupes por mí ¿vale? yo estaré bien M: Sí me preocupo Esther, porque te quiero, y puedes estar segura de que lo pasaremos juntas, ese mal nacido pasará el resto de su vida en la cárcel y poco a poco lo olvidaremos todo E: Lo sé cariño, lo sé Esther abrazó a Maca haciéndola reposar en su pecho, dejando suaves caricias sobre su pelo hasta que a esta la invadió el sueño. Esther sabía perfectamente que su niña lo había pasado mal, que lo único que le importaba es que no sufriera. En silencio dio gracias a Dios por haberle dado ese regalo que era su pequeña

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Aún no se sabía cuando se iba a celebrar el juicio, pero sería aproximadamente en un mes. Suárez les advirtió de que sería largo y tedioso, los abogados de Steven iban a alegar trastornos mentales, con la idea de poder recluirlo durante un tiempo en un psiquiátrico con lo cual era probable que si esto sucediese saliera en pocos años De todas formas, se le juzgaría por varios delitos, intento de homicidio, intento de violación, desacato a la autoridad, falsificación de documentos oficiales, robo y varias compañías aéreas también presentaban acusaciones particulares. Debían preparar en juicio muy bien, Steven tenía dinero y podía contar con los mejores abogados pero como Maca alegaba, ella también los tenía Pasaban largas tardes preparando sus declaraciones, debían cuidarlo todo con el más mínimo detalle Esther empezaba a cansarse no veía el fin de aquella pesadilla por ningún lado. Una de aquellas tardes llegó a casa de muy mal humor, se metió en la ducha mientras Maca preparaba la cena intentando relajarse un poco M: ¡Cariño! ¡Ya está la cena lista! E: (entrando en el salón) No tengo hambre Maca M: Da igual Esther, tienes que cenar algo no has comido nada desde este mediodía E: Ya pero no tengo ganas M: Venga solo un poco ¿sí? E: ¡Joder! ¡Que no tengo hambre! ¡No seas pesada! Maca se quedó parada sin saber que decir E: Ufffffff lo... lo siento M: Da igual no pasa nada Maca se levantó de la mesa recogió los platos de la cena y sin contemplaciones tiró la comida a la basura. Se apoyó en la encimera intentando retener las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos sin conseguirlo Esther que la había seguido la observaba en silencio sintiendo en su pecho una gran sensación de culpabilidad E: Maca... Pero Maca lloraba con la cabeza baja, ya sin disimular sin ser capaz de contener los gruesos lagrimones que caían al suelo Esther se acercó y la abrazó y Maca explotó en un violento llanto E: Ya, ya mi vida... (empezando también a llorar) Lo... lo siento cariño, perdóname... Maca lloraba abrazada con fuerza a su niña

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M: Ahh ahhh ya... ya no sé que más hacer Esther, ¡¡no sé!! E: Nada Maca, nada, ya estás haciendo bastante, lo siento ¡¡lo siento!! Poco a poco se fueron calmando Esther condujo a Maca al salón, le preparó una tila y se sentó a su lado E: ¿Estás mejor? M: Sí gracias E: Maca de verdad que lo siento cariño, no... no debía contestarte así, esto está siendo muy duro para mí y tú no haces más que ayudarme y estar a mi lado, perdóname por favor (mientras comenzaba a llorar de nuevo) M: No llores Esther, de verdad que no pasa nada E: ¿Me perdonas entonces? M: Claro que sí tonta E: Mi niña... (limpiando sus lágrimas) en cuanto pase todo esto, te voy a secuestrar M: ¿Y donde me vas a llevar? E: Mmm a Australia, ¿te apetecería volver? M: Pues claro, allí fue donde nos conocimos E: Bueno en realidad fue aquí jiji ¡¡qué me quitaste el taxi!! M: Ey es que ¡era mío! (sonriendo de nuevo) E: (contenta al verla sonreír) Pero con una condición M: ¿Cual? E: Nada de tiburones ni cocodrilos ¿eh? M: ¿Y una cocodrila? E: Mmm bueno una cocodrila... sí, eso sí me gusta Los días seguían pasando a un ritmo frenético por fin se había fijado la fecha del juicio y Maca y Esther serían de las primeras testigos en declarar, estaban las dos muy nerviosas y sobre todo cansadas, Suárez las había hecho trabajar duro a fin de que no quedara ningún cabo suelto Esther llevaba dos noches sin dormir, presa del pánico de verse ante aquel ser despreciable, y las pocas horas que dormía estaban llenas de pesadillas, Maca intentaba que estuviera lo más tranquila posible, aunque ella misma era un manojo de nervios Y el día llegó, esa misma tarde cogerían un vuelo con destino a Bruselas, preparaban el equipaje, en unas cuantas horas el abogado pasaría a recogerlas Esther estaba pálida mientras preparaba su maleta El teléfono del salón sonó, Maca acudió a contestar M: ¿Diga? Suárez: ¿Maca? M: Sí soy yo Suárez: Soy Suárez, ¿estáis en casa? M: Sí, estamos preparando el equipaje Suárez: No os mováis de allí, tengo que hablar con vosotras M: ¿Que pasa? Suárez: Prefiero comentarlo con vosotras en persona, en media hora estoy allí

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Maca colgó el teléfono extrañada, ¿qué pasaría? E: (que entraba en ese momento en el salón) ¿Quien era cariño? M: Suárez, dice que tiene que comentarnos algo, viene para acá E: ¿Ya nos vamos? M: No lo sé, dijo que viene de camino Las dos se quedaron extrañadas pensando que habría podido ocurrir Al cabo de poco más de media hora Suárez llamaba a la puerta Suárez: Hola Maca M: Hola Alfredo, pasa, pasa E: (que no podía de la impaciencia) ¿Qué es lo que pasa? Suárez: Será mejor que os sentéis Las dos chicas se sentaron nerviosas Suárez: Veréis... me acaban de llamar, no va a haber juicio M y E: ¡¡¡¡Que!!!! ¿Y eso por qué? M: ¿Que coño ha alegado este cabrón ahora? Suárez: No ha alegado nada, ni va a poder hacerlo. Esta mañana ha habido una pelea en la prisión, a Steven le han dado una paliza, ha... muerto Muerto, estaba muerto, esas palabras resonaban en su cabeza una y otra vez, no había sido capaz de mover un sólo músculo o de articular una palabra desde que el abogado les había comunicado la noticia Permanecía sentada mientras Maca despedía a Suárez en la puerta. Cuando Maca volvió al salón Esther seguía en la misma postura M: Cariño... ¿estás bien? Pero Esther no contestó, no podía M: Esther... Por fin Esther reaccionó E: Me... me voy a dar una vuelta M: Venga sí, vamos, te vendrá bien que te dé el aire E: No, Maca, quiero ir sola, necesito pensar M: ¿No quieres que te acompañe? E: No, quiero estar sola Sin decir nada más, Esther cogió su chaqueta y salió a la calle, dejando a una Maca muy preocupada, pero sabiendo que era lo que en ese momento Esther necesitaba. Ella misma se había quedado descolocada, esperaba cualquier cosa menos eso. Aunque por otra parte

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no le extrañaba que Steven se hubiera metido en problemas, tenía un carácter tan arrogante... Se sentía aliviada, eso era cierto, ella nunca había deseado la muerte de nadie y quizás si se la deseó a Steven, pero le hubiera dado mayor satisfacción, verlo condenado a años de cárcel y que pagara por todo el daño que les había hecho. De todas formas ya no había vuelta atrás, las cosas eran como eran, quizás para ellas fuera lo mejor, evitar que Esther se enfrentara a él en el juicio y pasara por todo ese calvario Había llegado el momento de enterrar a los fantasmas y comenzar de verdad su vida juntas Tan sumida estaba en sus pensamientos que cuando se dio cuenta, habían pasado más de 4 horas desde que Esther salió En principio no se preocupó demasiado, la conocía bien, sabía que si no estaba en casa era porque lo necesitaba, pero cuando anocheció comenzó a preocuparse, empezaba a hacer frío y Esther solo llevaba una camiseta y la chaqueta muy fina A las once estaba ya que se subía por las paredes, no aguantó más, no era normal, cogió el teléfono y llamó al móvil de Esther. Una melodía sonaba en la habitación M: ¡Mierda! Esther no se había llevado el móvil. La preocupación de Maca era ya evidente. Comenzó a pasear nerviosa, preguntándose dónde podría estar Al cabo de un rato no pudo aguantar más cogió el casco y la chaqueta, dejó una nota por si Esther volvía y salió a buscarla Pasó más de una hora en la moto dando vueltas por todos los sitios que se le ocurrían, miró varias veces el móvil por si Esther había vuelto a casa y al ver la nota la llamaba, pero nada Ya no sabía que hacer. Eran más de las doce, las calles estaban ya desiertas, tenía verdadero miedo de que le hubiera pasado algo Decidió poco después volver a casa, ya decidiría que hacer, llamar a Ana quizás, a lo mejor sabía algo de ella. Pasaba en ese momento por el parque donde solía pasear con Esther por las tardes cuando algo llamó su atención, paró la moto y suspiró aliviada. Allí estaba sentada en un columpio balanceándose lentamente Aparcó la moto, ni siquiera se preocupó por buscar la entrada del parque, saltó la valla directamente y entró. Esther levantó la mirada y con solo eso la desarmó. No pudo hacer otra cosa que agacharse junto a ella, para ponerse a su altura. Esther no habló simplemente se limitó a mirarla y Maca supo todo lo que pasaba por su mente. Era rabia, miedo, alivio, todo mezclado Al cabo de un rato se levantaron y juntas se sentaron en un banco, pasaron horas hablando. Esther abrió su alma a Maca, ya era hora de terminar con la pesadilla de una

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vez, no valía de nada pensar más, simplemente todo había acabado era la hora de empezar El sol asomaba tímidamente por el horizonte como dándoles la bienvenida a su nueva vida E: Despierta, despierta, ¡¡¡¡¡¡¡¡despierta!!!!!!!!!!!! M: Ahhhhhhh ¡¡dios!! ¡¡que haces!! (mientras Esther saltaba sobre la cama) E: ¡Despierta! tenemos que recogerlo todo M: Esther ¡por tu madre! ¡¡¡Que son las 7 de la mañana!!! E: ¡¡¡Vamos dormilona!!! ¡¡¡a quien madruga Dios le ayuda!!! M: ¿Y Dios no dice nada de despertar a las personas con un poquito más de tacto? E: Noooooo, ¡¡¡vamos!!! (mientras seguía saltando) M: Ahhhhhhhhhhh (escondió la cabeza bajo la almohada) ¡¡¡y para de saltar!!! ¡a ver si ahora que estás bien te vas a desgraciar otra vez la pierna! E: ¡¡¡¡Vamosssssss!!!!!!! voy preparar el desayuno, te quiero lista en 5 minutos con el traje de faena Salió de la cama dando un salto y corrió a la cocina cantando a voz en grito. Maca se incorporó en la cama y no pudo evitar sonreír, le gustaba tanto verla así de feliz... Poco a poco Esther empezaba a ser la de siempre, todo había quedado por fin atrás, les había costado no lo iba a negar, pero juntas habían podido superarlo. Físicamente estaba casi del todo recuperada, no tardarían mucho en darle el alta definitiva y ahora tenían una nueva ilusión, por fin iban a tener su propia casa. El último mes lo habían pasado buscando una casita tal y como quería Esther, con un precioso jardín y una enorme piscina. Habían visto muchas pero por fin encontraron justamente lo que tenían pensado 1 semana antes... E: No sé Maca, esta... demasiadas escaleras ¿no? M: Bueno pero son cómodas E: Pero es que... hay que bajar para ir a la cochera, subir para ir al salón, más escalones para ir a la cocina... demasiado... M: ¡¡No seas vaga!! Es preciosa E: ¡¡Pero tiene muchas escaleras Maca!! M: ¿Y que más da? E: Ya pero es que... M: Es que... qué... E: A ver tesoro, ¿tú no piensas en nada? M: ¿En que tengo que pensar? E: Ayssssss pues en que va a ser, en los niños Maca, ¡en los niños! M: ¿Que niños? E: Pues ¡en que niños va a ser! ¡¡En los nuestros!! ¿No te has dado cuenta de que se nos van a matar con tanto escalón? ¡Cuándo empiecen a gatear los vamos a tener todo el día rodando! Maca la miró con los ojos vidriosos

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M: Esther... tú... ¿tú quieres tener hijos conmigo? E: Claro que sí mi amor, ¿por qué no iba a querer? M: No sé... nunca habíamos hablado del tema E: Ya... pero a mí me encantan los enanos y a ti también y sabes, me encantaría tener una Maquita, igualita a ti gateando por casa. ¡¡¡Y con los escalones se nos va a matar!!! M: Jajja (llorando y riendo a la vez) E: ¿Y por qué lloras tonta? M: ¡No sé! No sabía que querías tener hijos E: ¿Tú quieres? M: Sí claro que sí E: Yo también quiero cariño, quiero una casa contigo, una vida contigo, una familia contigo, lo quiero todo contigo Maca Maca lloraba y reía a la vez E: Anda no llores más bobita, y esta casa no nos la quedamos ¡¡eh!! Que no íbamos a ganar pa' tiritas Y por fin habían encontrado la casa de sus sueños. Una casa amplia y luminosa, sin apenas escaleras, tal y como quería Esther un enorme jardín y una piscina. Además estaba en una urbanización muy tranquila y lo que más les gustó, tenían vecinos, pero la casas estaban separadas, como decía Esther, era lo mejor, no le gustaba eso de que escucharan todo lo que hacía en su casa Así que empezaban ese mismo día con la mudanza, habían hecho algunos cambios en la casa pero ya estaba todo listo para trasladarse Maca no tuvo más remedio que levantarse, era aun muy temprano, pero Esther estaba tan ilusionada que no le importó, primero cogerían las cosas de su casa y más tarde empezarían en la de Esther E: ¿Esto te lo llevas o lo tiro? M: Esther, pero ¡cómo vas a tirar eso! ¡Son mis trofeos de hípica! E: ¿Y para que los quieres? M: ¡Y para que quieres tú tu colección de bolígrafos! E: ¡Pues para escribir! ¿Y esto? M: ¡¡¡Ni se te ocurra!!! E: Maca por dios ¡qué no vamos a caber en casa! M: ¡Pero si es muy grande!! Y así pasaron el resto de la mañana a la hora de comer, tenían casi todo metido ya en cajas M: Uffff estoy reventada, espero que estemos durante muchos años en esa casa porque yo no soportaría otra mudanza E: Venga exagerá si es muy divertido M: Divertido dice... ¡es un coñazo! E: Venga anda termina que te voy a dar una sorpresita ahora... M: Que sorpresa (incorporándose del sofá en el que estaba tirada) E: Mmm tú termina

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Terminaron con las cajas que tenían abiertas, comieron algo rápido y Maca se sentó a descansar un rato M: ¿Bueno a ver señorita, y mi sorpresa? E: Mmmm verás es que he pensado... que... tendríamos que despedirnos de este piso en condiciones... así que... (quitándose la camiseta mientras hablaba... lo que queda de tarde...) M: Ufffff comenzando a acalorarse... E: Vamos a hacer tú y yo... una fiestecita de despedida... Sin más se echó sobre Maca dispuesta a despedirse de su piso como Dios manda Y por fin estaban en su nueva casa, cuando el último de los camiones de la mudanza se hubo marchado y cerraron la puerta, ambas se miraron y un cosquilleo les subió por el estómago Su casa, era suya, de las dos. Ya no habría que formular esa estúpida pregunta. ¿en tu casa o en la mía? Ahora era un " vamos a casa", quizá una frase simple, pero para ellas llena de significado Una sonrisilla nerviosa se mostraba en sus caras M: Bueno pues... ya estamos aquí... E: Sí, y ahora la pregunta es... M y E: ¿Por donde empezamos? Las dos volvieron a mirarse y comenzaron a reír Lo cierto era que la casa era un auténtico desorden, aunque los muebles estaban cada uno en su sitio, había cajas por todos lados, y no solo cajas, bolsas, maletas... M: Puffffff ¿todo esto es nuestro? Hay como... ¡¡¡200 cajas!!! Seguro que se han equivocado y nos han metido aquí las cajas de otra gente E: Jajaj, me temo que no cariño (dijo riendo) a no ser... (señalando varias cajas) que se llamen igual que nosotras M: Ya... sería mucha coincidencia... E: Anda venga, que cuanto antes empecemos antes acabamos, y habrá que hacer de esto un sitio habitable digo yo... M: Jo... yo no tengo ganas... E: Ni yo mi amor, pero hay que hacerlo (inclinándose ante una de las cajas para cogerla) M: Ya, pero a mí... es que me apetece otra cosa mucho más... entretenida E: ¿Cómo? (leyendo distraída el papel que informaba sobre el contenido de la caja que había abierto) M: Que prefiero... (acercándose por detrás y soplando suavemente en su cuello) hacer... otras cosas... Cuando Esther sintió el aliento de Maca en su nuca dejó caer la caja al suelo E: ¡¡Ay!!

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M: Déjala... (ya atacaba su nuca sin piedad) E: Pero Maca... son tus CDs... (respirando entrecortadamente) M: Da igual... ven Y Esther no puedo poner un ápice de resistencia. De hecho, nunca era capaz, un solo roce y estaba perdida Maca apartó de un manotazo todo cuanto había en el sofá, y e hizo que Esther se recostara en él. Se inclinó ante ella, sin tocarla, sosteniendo el peso de su cuerpo sobre sus brazos y la contempló con deseo, casi con lujuria Esther se sabía indefensa, a merced de lo que Maca quisiera hacerle, se mordía el labio impaciente y excitada, hechizada ya por esos ojos de mirada felina que amenazaban con matarla de placer Maca comenzaba su juego, acercándose peligrosamente a la boca de su niña, quedándose a unos milímetros y haciendo que esta sintiera el calor abrasador de sus labios, pero sin dejar que los tocara. A la misma vez, dejaba caer su cuerpo acoplándolo al que tenía debajo con absoluta perfección, como los engranajes de una máquina. La sentía temblar impaciente, por sentirla, tocarla y perderse en ella. Pero continuaba con su juego torturador. Paseaba sus labios por todo su rostro, apenas rozando, apenas insinuando. Sus cabellos sueltos caían sobre ella queriendo participar también de las caricias Queriendo hacer que Ester llegara a suplicarle, se separó de ella sin que hubiera probado el dulce néctar que contenían sus labios, acción que fue acompañada de un profundo gemido de decepción por parte de su chica. Pero ni siquiera le doy tiempo a protestar más, cuando sintió que unas suaves manos se colaban bajo su camiseta y empezaban a explorar lo que allí se ocultaba. Las hábiles manos recorrían cada poro de su piel con maestría avanzando peligrosamente hacia sus pechos, que casi rompían el sujetador, deseosos de ser liberados de su prisión y ser mordidos, lamidos y succionados. Al parecer Maca debió pensar lo mismo cuando sus dedos rozaron la turgencia de sus pezones porque abandonó toda idea de juego sin poderse resistir y su boca ansiosa se apoderó de ellos haciendo que Esther se revolcara de placer hasta estar a punto de tirarla al suelo Ninguna de las dos pudo pensar nada más, sus bocas ansiosas se encontraron y se vieron transportadas al mismo abismo del placer; Esther se vio arrastrada hacia el cuerpo de su chica, sintiendo como sus brazos la arropaban, bajaban por su cuello y se escondían en su espalda, mientras iban perdiendo la ropa entre caricias. Todo estorbaba, todo aquello que las alejara un solo milímetro de la piel de la otra Empezaron un baile de seducción donde lo único que importaba era amarse, recorrer sus cuerpos con todo aquello que tenían a disposición. Maca ansiosa paseaba su lengua por todo el cuerpo de Esther impregnándose de su sabor, de su olor, del calor de su piel. Se recreó en sus pechos hasta dejarlos casi doloridos pero sumamente excitados, y siguió lamiendo su abdomen, pasando su sexo por alto aunque una incipiente humedad que ya manchaba el sofá la llamaba a gritos, besó sus muslos sus piernas, hasta que Esther que se revolvía como una serpiente tiró de ella y sin compasión hundió su cabeza en su parte más ardiente, la sujetó con fuerza hasta que una extraña debilidad acompaña de un fuerte grito de placer le hizo perder las fuerzas. Se sentía mareada pero el rostro de Maca que ascendía dejando besos por su cuerpo la encendió de nuevo,verla despeinada, como una

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leona salvaje y pringada de sus jugos fue suficiente para que el volcán que llevaba dentro volviera a entrar con fuerza en erupción Sus cuerpos volvieron a protagonizar una lucha feroz, sus centros encajaron con las piezas de un puzzle sus movimientos se acompasaron y medio de jadeos y profundos suspiros se dejaron llevar hasta que sus cuerpos volvieron a estallar en un tremendo orgasmo Abrazadas e íntimamente unidas se dejaron caer al suelo intentando recuperarse de la batalla de amor de la que acababan de ser protagonistas indiscutibles M: Mmm ¿sabes que? Preguntaba una Maca felizmente estirada sobre el cuerpo de Esther E: Dime mi amor M: Creo... que le estoy empezando a coger gustito a esto de las mudanzas... E: Jajajja, claro es que tú sabes mucho ¿no? M: No me dirás que hasta ahora no ha sido lo más divertido eh E: Bueno... la verdad que no ha estado mal M: ¡Cómo que no ha estado mal! (incorporándose y poniendo los brazos en jarra) E: Jajaj vale vale, ¡ha estado genial! Sabes... me encanta esa vena dominante y torturadora tuya M: Te gusta eh... E: Ummmm me encanta... aunque mira que llegas a desesperarme a veces M: Ya, pero luego, no dirás que no te recompenso con creces E: Es que si no me recompensaras, ¡¡¡¡sería para matarte!!!! Pasaron un buen rato dándose mimos y hablando de cómo colocarían las cosas, al cabo de una hora cuando ya se disponían a empezar, las sorprendió el sonido del timbre E: ¿Quién será? M: Pues no tengo ni idea... (recogiendo apresuradamente su ropa que estaba desperdigada por todo el salón y empezando a vestirse) El timbre seguía sonando insistentemente. Maca terminó de vestirse por el pasillo mientras Esther corría desnuda, ropa en mano hacia la habitación Miró por la mirilla y una sonrisa apareció en su cara M: Pero bueno... es que ni mudándose de casa se puede una librar de vosotras... L: ¿Con la pedazo de piscina que tenéis? Ni de coña nena, creo que vamos a ser vuestra peor pesadilla... M: Jajaj, anda pasad, pero no os asustéis que está todo desordenado Eva: Ya nos lo imaginábamos... M: ¡¡¡Esther!!! Están aquí Eva y Laura E: Voyyyyyyyyyy Y Esther salía de la habitación abrochándose el pantalón

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E: ¡¡Qué pasa chicas!! Habréis venido a ayudar ¿no? Porque si no... ¡¡ya os estáis largando!! Eva la miró y comenzó a reír Eva: Jajaja jajaja jajaja M: ¿Que pasa? ¿No vais ayudarnos? Eva: No, no si no es eso... Y Eva señala a Esther sin parar de reírse mientras que le daba un codazo a Laura que ataba cábalas rápidamente y más cuando miró el sofá por lo que se unía a las risas de su novia M: Pero bueno, ¿hay algo de lo que yo no me esté enterando? Las chicas no paraba de reír, y hasta que Laura no cogió el sujetador de Esther y se lo entregó con un... tienes la camisa de revés no lo entendieron M: ¡¡Pero seréis cabronas!! L: Sí, sí, mucho jajja, me parece que os hemos interrumpido jajajjaa M: Pues no... da la casualidad de que ya no había nada que interrumpir L: Vaya... y a mí que me hubiera gustado ver como estrenabais la casa... E: Claro tus ganas... (mientras se ponía el sujetador y la camisa) Eva: Maca por Dios. Dile a tu novia que no se cambie delante nuestra ¡¡que no somos de piedra!! M: ¿Que, envidia...? pues es mía eh E: ¡¡¡Seréis tontas!!! L: Es que no se puede estar tan buena Esthercita, creo que te vamos a proponer un trío, ¿aceptas? M: Eh, eh, eh ¿y yo que? Eva: Tú nos miras que da mas morbo M: ¿Y quedarme sin probar tu cuerpo serrano? Eva: Calla, cariño ¡qué se van a enterar estas dos de que tenemos un lío! Eso en privado... M: Da igual Eva, que se enteren ya no puedo resistirme másssssssss Y sin previo aviso Maca tiró a Eva al sofá L: Desde luego... no sé quien me manda a mi tener unas amigas tan locas... jajajajjaa Cuando por fin los ánimos se calmaron Esther y Maca les enseñaron la casa, la entrada y el salón ya lo habían visto, así que bajaron a la cochera, la cocina con una terracita para poder tender la ropa las una habitación de la planta baja y el baño En la planta alta había 4 habitaciones, una de ellas con baño y terraza, y otro baño más L: Joder chicas ¡¡¡menudo palacete!!! M: Siempre es mejor que sobre espacio a que falte Eva: ¿Y como lo vais a distribuir?

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M: Pues de momento, aquí abajo pondremos la habitación de despacho, y arriba la nuestra y bueno amueblaremos las otras cuando vengan los niños dios dirá Eva: ¿Y vais a abrir la buhardilla? M: De momento no, aunque en un futuro nos gustaría, habíamos pensado hacerla estilo americano, sin tabiques y toda de madera, pero no nos corre prisa Estuvieron hablando un rato más hasta la hora de comer, encargaron la comida y pasaron una entretenida sobremesa en el jardín charlando de sus cosas Después aunque las chicas no querían molestarlas estuvieron entre todas colocando el salón. Cuando bien entrada la noche Eva y Laura se fueron aquello iba adquiriendo el aspecto de un hogar Con paciencia y bastante trabajo consiguieron en unos días colocar todo en su sitio, les quedó una casa preciosa y pudieron disfrutar de la piscina lo que quedaba de verano. Pasaron también unos días en la casa que Maca tenía en la playa y casi sin darse cuenta el otoño comenzaba Ello también suponía más trabajo para Maca y Esther que seguía de baja, se aburría, aunque siempre encontraba algo que hacer. Lo que peor llevaba eran los viajes de Maca, aunque esta intentaba tener que hacerlo lo menos posible Sin duda lo mejor eran los fines de semana, estaban juntas, salían y muchas veces con sus amigas organizaban alguna cena o barbacoa en el jardín Sin embargo Esther no veía el día de tener el alta definitiva y poder volver al trabajo. Sus deseos parecieron cumplirse cuando un sábado por la mañana Cruz la llamó para darle cita en el hospital E: Cariño, si no puedes no hace falta que vengas, no pasa nada ( le decía mientras desayunaban) M: No, no, yo quiero ir contigo Esther, puedo llegar más tarde a la oficina E: ¿Seguro? De verdad que no pasa nada Maca M: Seguro. Es a las 9 ¿no? E: Sí, me ha dicho Cruz que esté a las nueve, que ella me llama en cuanto tenga un hueco M: Pues entonces, te llevo, y después desayunamos juntas E: Perfecto, quiero pasarme después por casa de mi madre, ¿me recoges tú cuando salgas? O bueno mejor, ¿comemos allí? M: Sí claro, pero, con una condición E: A ver cual... (imaginándola) M: Que me ponga un cocido de esos que a mí me gustan... E: Jajaja, ¡lo sabía! Voy a llamarla porque imagino que tendrá que comprar las cosas El lunes por la mañana temprano se montaron en el coche para ir al hospital, Esther estaba bastante nerviosa pensando en si conseguiría ya el alta, e inquieta se removía en el asiento Al llegar una enfermera avisó a Cruz y esta a los pocos minutos salía quitándose la bata

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C: Perdonad chicas, acabo de terminar una operación E: No pasa nada C: Que tal todo, ¿bien? M: Sí, sí, pero a ver si te pasas por casa que hace dos semanas que no te vemos el pelo C: Ya... las guardias... es que no doy abasto, entre la dirección de urgencias la casa... la niña... E: Sí y tu marido... C: Sí claro, eso es lo peor de todo jajajaa En ese momento sonaba el busca de Cruz C: Bufff ¿me perdonáis un momento? M: Claro (mirando como su amiga se alejaba corriendo) E: Está un poco estresada ¿no? M: ¿Un poco solo? Yo no sé como puede con todo la verdad, yo creo que si tuviera que llevar la mitad de que ella acabaría loca E: Pues tú no te quedas atrás Maca, diriges una empresa M: Pues también es verdad, pero es evidente que Cruz me gana E: Me da que sí... (observando a la cirujana que entraba a toda prisa en la habitación de un paciente) Parece un ratoncillo corriendo jijij M: Tú si que eres un ratoncillo E: Jaja, ¿pero no era un conejito? M: Mmm también, mi conejita C: Ya, ya estoy aquí, (anunciaba Cruz que llegaba jadeante) un problemilla con un paciente. Pero todo solucionado. ¿Vamos? E: Como usted diga doctora... C: Que graciosilla está hoy la niña eh... anda pasad M: ¿Yo puedo? C: Sí claro, es solo una revisión rutinaria. A ver, con permiso de tu chica Esther ve quitándote la ropa E: ¿Toda? C: Menos las braguitas toda M: Oyeeee ¿tú no te estás pasando? C: Tú te callas Wilson que la doctora aquí soy yo M: Que morro... C: Sí mucho pero cállate anda Cruz puso mucha atención mientras reconocía a Esther C: Parece que está todo bien, la respiración es normal creo que la lesión está completamente curada, de todas formas haremos una placa de tórax para asegurarnos E: Cruz y... ¿podré trabajar ya? C: Si la placa confirma lo que creo, te podré dar el alta E: O sea que podré volar sin problemas C: Sí, sí, sin ningún problema Esther, pero de todas formas conviene que al principio no hagas vuelos muy largos y si sintieras alguna molestia tendrás que venir a verme E: Sí, sí, tranquila Venga vamos a hacer la esa placa, ven conmigo

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Mientras las dos hablaban Maca permanecía en silencio C: Maca ¿nos esperas aquí? M: Sí claro Al cabo de poco más de 15 minutos aparecía una Esther radiante de alegría E: ¡¡¡Maca!!! (corriendo hacia ella) me han dado el alta, puedo volver al trabajo, ¿no es genial? M: Sí claro cariño (mientras la abrazaba) genial... Esther iba eufórica de camino a casa de su madre, en realidad no había parado de hablar emocionada mientras desayunaban juntas, sin percatarse de que Maca apenas había probado bocado E: ¡¡Es que me parece increíble!! ¡¡6 meses!! es que no veas las ganas que tengo de ponerme al mando de un avión Maca, de volver a volar. Mañana mismo voy a llamar al trabajo, para que me incluyan en los turnos de este mes, así puedo empezar el día 1 Maca le sonreía sin demasiada convicción, aparcó junto al portal de su suegra y se despidió con un breve beso y un nos vemos a la hora de comer Y mientras Esther hablaba con su madre ilusionada Maca pasaba toda la mañana trabajando o intentándolo ya que su mente estaba en otra parte A la hora de comer, Maca acudió puntual a casa de Encarna En: ¡Maca hija! que tempranito, te esperábamos un poco más tarde. Anda pasa que os pongo algo de picar mientras se termina de hacer la comida. Un cocido como Dios Manda, ¡¡sí señor!! M: No te preocupes Encarna, no tengo mucha hambre, puedo esperar a la comida En: Anda anda, vosotras y la manía de no engordar, siéntate que ahora mismo os pongo una cervecita Maca sonrió y fue a sentarse con Esther a la terraza E: Hola cariño, ven siéntate aquí, se está genial M: Sí, parece que el verano se resiste a irse E: Mejor así no me apetece nada que llegue el invierno, bueno ¿ue tal el trabajo? M: Bien, como siempre, mucho papeleo E: ¿Estás bien Maca? (un poco recelosa por el tono de voz de su chica y sus frases cortas) M: Sí, sí, me duele un poco la cabeza eso es todo E: Bueno en seguida se te pasa, verás el cocido que te ha hecho mi madre, como para resucitar a un muerto Maca volvió a sonreír, más por compromiso que otra cosa. En seguida llegó Encarna con las bebidas y algo de picar, y volvía a marchase para terminar la comida

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Maca la bebió en silencio mientras contemplaba el cielo despejado de Madrid. Mientras Esther la observaba extrañada Al poco rato las llamó Encarna para comer, Maca no tenía nada de hambre pero comió cuanto pudo por no molestar a su suegra. La comida no le estaba sentado demasiado bien, y menos aún cuando Esther volvía a hablar de su vuelta al trabajo En: Pero hija ¿seguro que tú ya estás bien para volver a subirte en un cacharro de esos? E: Claro que si mamá, si no Cruz no me hubiera dado del alta, pero no te preocupes, al principio haré rutas cortas y si me siento mal o cualquier cosa rara hablaré con Cruz En: Bueno hija no sé, si Cruz lo dice... pero ten mucho cuidado eh que tu accidente fue muy grave E: No te preocupes mamá que no va a pasar nada, de verdad Maca no aguantó más y disculpándose salió corriendo hacia el baño En: ¿Que le pasa? E: No sé, me dijo que le dolía un poco la cabeza... En: Anda ve a ver que tiene hija Esther se levantó presurosa y llamó a la puerta del baño E: Maca... cariño ¿estás bien? M: Sí Esther E: ¿Que te pasa? M: Nada, vuelve a la mesa E: Voy a entrar Maca Abrió la puerta del baño y se la encontró mojándose la nuca E: Maca, cariño ¿qué pasa? (preocupada) M: Nada Esther, es solo que me duele la cabeza E: A ver... (tocando su frente) M: No tengo fiebre E: Entonces... ¿quieres que vayamos al médico? M: No, estoy bien Esther (algo brusca) no me pasa nada, venga vamos a comer Volvieron a la mesa Maca no probó nada más y pasaron casi toda la tarde charlando con Encarna, aunque Esther estaba preocupada, Maca no hablaba mucho y parecía sumida en sus pensamientos Ya avanzada la tarde volvieron casa, se cambiaron y Esther fue a la cocina para hacer la cena E: Cielo, ¿qué te apetece cenar? M: Nada, no tengo hambre, creo que me voy a ir a la cama ya E: A ver Maca, ¿qué te pasa? llevas todo el día muy rara M: Nada ya te lo dije (en tono cortante) me duele la cabeza y necesito dormir

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Sin más se levantó le dio un breve beso y se fue a la habitación, dejando a una Esther con la palabra en la boca y bastante preocupada por la actitud de su novia Cuando Esther se despertó esa mañana, comprobó que Maca ya se había marchado al trabajo. No debía hacer mucho tiempo pues apenas si acababa de amanecer. Con un suspiro se levantó a bajar la persiana y se metió de nuevo en la cama, y aunque no le solía costar trabajo volverse a dormir, después de pasarse media hora dando vueltas en la cama decidió levantarse Cuando la noche anterior se acostó, Maca ya estaba dormida, así que los intentos de hablar con ella fueron en vano. Resignada se durmió esperando que al día siguiente estuviera de mejor humor. Pero eso ahora no lo tenía tan claro, si ella no estaba despierta cuando Maca se iba, siempre le dejaba una nota, pero aquella mañana en la mesilla no había más que el despertador y una foto de las dos Como no tenía nada mejor que hacer, estuvo limpiando y poniendo un poco de orden en la casa. Cuando terminó llamó a Maca al trabajo, pero no pudo ponerse, tenía una reunión, así hasta tres veces. Esther ya se estaba preocupando en serio, Maca siempre buscaba un hueco para llamarla De nuevo resignada comió y estuvo leyendo y viendo la televisión Ya era de noche cuando Maca abría la puerta y con cara de cansancio entraba al salón E: Maca, cariño, ¡me tenías preocupada! M: Lo siento Esther, he tenido mucho trabajo, no pude llamarte E: No pasa nada, ¿estás bien? M: Sí, solo cansada E: Pues anda ve a darte una ducha y ven a sentarte aquí conmigo Maca asintió y subió a su habitación para coger la ropa y meterse en la ducha, Esther mientras tanto la observaba subir, ya sin duda alguna de que a su novia le pasaba algo, ni siquiera le había dado un beso al llegar Al cabo de media hora volvió a bajar ya duchada E: ¿Te encuentras mejor? M: Sí me ha venido bien la ducha E: Pues siéntate aquí conmigo que te doy un masaje en el cuello, ¿quieres? M: No, lo siento Esther, tengo que terminar un informe para mañana, luego si eso ¿vale? Maca se sentó en la otra punta del salón abrió su portátil y comenzó a teclear febrilmente Esther la observaba con atención, sin saber que hacer, si intentar hablar con ella o si no. La experiencia le decía que era mejor que Maca fuera la que diera el primer paso, la conocía de sobra, lo que no sabía era cuanto podría aguantar ella, así, ya no por ella misma, sino porque sabía que su niña tenía algo

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Cuando las tripas de Esther comenzaron a rugir de hambre, se levantó y se acercó hasta su chica E: Cariño, abrazándola por detrás de la silla, ¿cenamos ya? yo tengo hambre M: Tengo que terminar esto Esther, cena tú si quieres ya picaré yo algo luego (sin prestar atención a sus caricias y ni tan mirarla siquiera) Esther ya no pudo contenerse más E: Maca, ¿me piensas contar que te pasa? Ahora si se volvió a mirarla M: Ya te lo he dicho Esther, no me pasa nada, estoy cansada y me gustaría acabar esto, así que si me dejas... E: No, no te voy a dejar Maca, llevas así desde ayer M: No todos los días se puede estar de bueno humor ¿no? E: No claro M: Pues ya está, ve a cenar si quieres y por favor déjame tranquila que pueda acabar esto, no es mucho pedir creo yo E: Es por lo de ayer ¿no? no te hizo ni gracia que Cruz, me diera el alta, ¿verdad? M: (cerrando el portátil con fuerza) Mira Esther déjate de tonterías y déjame en paz ¿sí? E: Sí, es por eso, que pasa que tienes algún problema con que vuelva a trabajar, ¿es eso? M: Esther, dejémoslo, por favor... E: No Maca, prefiero que me digas las cosas a la cara, ¿cual es el problema? Esta vez Maca se levantó M: ¿Quieres saber cual es el problema? E: Me gustaría M: Pues te lo diré, ¡qué no me gusta tu trabajo! no me gusta que te pases tanto tiempo fuera de casa, y verte de vez en cuando, ¡si coincidimos claro! E: Ah y ahora es por culpa de mi trabajo ¿verdad? ¿y el tuyo? ¿tú no viajas? ¡te recuerdo que también pasas muchos días fuera! El tono de voz iba subiendo M: ¡Yo viajo lo menos que puedo Esther! pero aún así sabes de sobra que muchas veces tengo que hacer esos viajes, ¡no los puedo evitar! E: Claro tú no los puedes evitar y yo sí ¿no? M: Podrías volar menos E: ¡Sabes que eso no puedo hacerlo Maca! M: ¿No puedes o no quieres? E: Pues mira ahora que lo dices no, ¡¡no quiero!! mi trabajo es muy importante para mí, es el sueño que siempre tuve, me parece muy egoísta que mi trabajo se pueda cuestionar y el tuyo no M: ¡Yo dirijo una gran empresa Esther! E: Claro... la gran señora Wilson, la empresaria de prestigio, su trabajo es el más importante, pero el de los demás... M: ¡Yo he luchado mucho por estar donde estoy!

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E: Y yo Maca ¡¡¡y yo!!! he trabajado mucho, ¡demasiado! yo no era una niña rica ¿sabes? tuve que llegar donde estoy a base de esfuerzo yo no tuve unos padres que me aportaron el capital para pagar mis estudios, fue todo a base de esfuerzo, de sudor, pero claro quizás tú de eso no sabes porque te lo dieron todo hecho M: ¡Y tú que sabes! ahora hay que compadecerse de ti Esther... E: Mira Maca, ¿sabes que te digo? que yo no voy a renunciar a mi sueño, a seguir con lo que me gusta, ni por ti, ni por nadie, ¿entendido? M: Claro... quizás entonces esta relación no tenga mucho sentido ¿no crees? E: Pues no lo sé Maca, pero no voy a ser yo la que se sacrifique de eso puedes estar segura M: Ya veo, ¿sabes? por mí puedes hacer lo que te dé la gana, pero yo me voy E: ¿Te vas? sí, no voy a desperdiciar mi tiempo en una persona que no se sacrifica por su pareja M: Y mi pareja ¿se sacrifica por mí? E: Dios... es que no me lo puedo creer M: Mira Esther que no quiero escucharte más, me voy E: No, no, tú puedes quedarte, la que se va soy yo, después de lo que he oído no quiero estar en esta casa ni un segundo más M: Muy bien, como quieras Esther Sin decir una palabra más, Esther cogió su bolso y salió de la casa dando un portazo El ruido del timbre hizo que se sobresaltara, se había quedado dormida viendo una película Rauda fue hacia la puerta, ¿quien podría ser a esas horas? Suspiró entre aliviada y asustada cuando comprobó quien se encontraba tras la puerta, y abrió rápidamente Ana: ¡Esther! ¿qué haces aquí a estas horas? E: ¿Puedo pasar? Ana: Vamos, eso ni se pregunta Esther entró y la luz del pasillo hizo que Ana viera un detalle en el que no se había fijado Ana: ¿Qué pasa? ¿has estado llorando? Esther en vez de contestar comenzó a llorar con fuerza, haciendo que Ana se preocupara Ana: Ey ¿qué pasa Esther? ¿Es Maca? ¿Le ha pasado algo a Maca? Esther negó con la cabeza, pero sin poder articular palabra Ana: Ven, anda siéntate y me cuentas Pero Esther no paraba de llorar Ana: (desconcertada) ¿Quieres una tila?

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Esther asintió y Ana fue a la cocina a prepararla bastante alterada por la repentina aparición de Esther en ese estado Mientras tanto en el salón Esther intentaba calmarse sin mucho éxito, en principio había pensado ir a casa de su madre, pero pensó que se preocuparía, así que se fue a su piso, por suerte tenía las llaves en el coche, pero después de varias horas allí sentada en el suelo, pues no había ni una mala silla, pensó que no era muy buena idea, así que sin saber que hacer reparó en Ana, ella siempre había sido su paño de lágrimas, así que se montón en el coche y cuando quiso darse cuenta estaba frente a su puerta Ana llegaba al poco rato con la tila en la mano Ana: Venga cielo, tómatela Esther agradecida daba pequeños sorbos mientras su amiga le acariciaba cariñosamente el pelo Ana: ¿Qué pasa Esther? ¿has discutido con Maca? Esther volvió a limitarse a un simple cabeceo Ana: ¿Ella sabe donde estás? E: No Ana: ¿Quieres que hablemos? Esther suspiró y por fin consiguió hablar E: No Ana, estoy muy cansada, solo quiero dormir, ¿te importa si me quedo algunos días contigo? Ana: No claro que no Esther Cuando terminó la tila Ana le prestó un pijama y Esther sin mediar palabra entró en su habitación Su amiga mientras tanto se quedaba bastante preocupada en el salón, no sabía que había pasado, pero la bronca debía haber sido fuerte, sabía que sus amigas se llevaban muy bien, que rara vez discutían... en fin se dijo, mejor esperar a mañana, sabía que Esther no tardaría mucho en contarle todo Ella misma se metió en la cama, pero no podía dormir. Se levantó varias veces para ir al baño y en una de esas ocasiones ya no pudo aguantar, más cogió su móvil y tras pensarlo un rato mandó dos mensajes Espero hacer lo correcto, se dijo antes de apagar la luz Dos móviles sonaban casi a la vez en sitios diferentes M1: Esther está en mi casa, está bien no te preocupes

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M2: Cruz, soy Ana, Esther y Maca han discutido aunque no sé porque, Esther está en mi casa. ¿Te puedes pasar a ver a Maca mañana? ah pero tú no sabes nada ¿de acuerdo? llámame cuando sepas algo. Un beso Con el nuevo día abrió lentamente los ojos, comprobando con tedio que le regalaba un fuerte dolor de cabeza. En un primer momento se sintió desorientada, sin saber muy bien donde estaba, hasta que un montón de escenas pasaron por su cabeza como si fuera el trailer de una película Pensó en no levantarse, seguir durmiendo, pero no dejaba de darle vueltas a la discusión del día anterior, breve, pero intenta, no comprendía como unas pocas palabras podían herir tanto Cuando se hartó de dar vueltas en la cama, se levantó, no sabría si Ana estaría en casa o tenía trabajo, pero al abrir la puerta el delicioso olor del café recién hecho le confirmó que seguía en casa. Fue al baño, se refrescó la cara y con gesto cansado entró en la cocina E: Buenos días... Ana: Hola mi niña, que tal, ¿has dormido bien? E: Regular... Ana: Ya imagino... ¿tienes hambre? tengo el desayuno casi listo E: No mucha, pero me vendría bien un a café, y una aspirina si tienes Ana: Claro que tengo, anda vete al salón que ahora mismo llevo todo esto para allá A los pocos minutos Ana aparecía con una enorme bandeja. Esther no tenía casi nada de hambre, pero intentó comer un poco para poder tomar la aspirina Ana: Bueno... (viendo que Esther no tenía muchas intenciones de hablar) ¿me vas a contar que ha pasado? Esther permaneció unos segundos pensativa y por fin se decidió a abrir la boca E: Maca y yo hemos discutido Ana: Mmm de eso no tenía duda, pero me falta saber por qué Y Esther le contó con todo detalle lo que había pasado desde que salió de la consulta de Cruz mientras Ana escuchaba atenta y sin interrumpirla E: Así que eso es todo, ya no quise escuchar más y me fui, a casa de mi madre no podía no quería disgustarla, en mi piso... no había ni una mala silla para sentarme y... Ana: Y decidiste venir a casa de tu mejor amiga, está claro E: Sí... no sabía que hacer... Ana: Hiciste bien Ana permaneció un par de minutos mirándola sin decir nada, mientras Esther esperaba casi encogida no sabiendo si le esperaba una buena bronca o todo el consuelo del mundo, con Ana siempre era así, a veces hasta la intimidaba, desde luego no podía negar que su profesión, la psicología, la ejercía con auténtica maestría

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E: Bueno ¿y que? Ana: Bueno ¿y que? solo se te ocurre decirme ¿bueno y que? E: No sé... que quieres que te diga... Ana: Desde luego es que parece mentira Esther, parece mentira E: Que parece mentira ¿el que? por Dios Ana, deja hablar conmigo como si fuera uno de esos niños tuyos del centro de menores y dime las cosas claras Ana: Ufff pues sí que te lo voy a decir, parece mentira que seas capaz de pilotar un cacharro de esos enormes que tengas inteligencia para eso y otras y perdona que te lo diga que la tengas para metértela en el culo E: ¡Joder! desde luego tus métodos no han sido nunca demasiado ortodoxos ¿no? Ana: No, puedo presumir de que no. Pero bueno al lío, ¿es que tú no te has dado cuenta de lo que le pasa? E: ¿Que no me he dado cuenta? de que me tengo que dar cuenta Ana, ¿de que un día para otro tengo la mejor novia del mundo, la más comprensiva y de repente me doy cuenta de que es una egoísta, machista y yo no sé que más? Ana: ¡¡Por Dios Esther piensa un poquito hija!! ¿de verdad no sabes lo que le pasa a Maca? E: No, no lo sé, así que déjate de historias y dime lo que según tú le pasa, lista Ana: Dame paciencia señor... (mirando al cielo) Esther, no te has parado a pensar has saltado sin más y ¿no te has dado cuenta de que eso en realidad una excusa de Maca? E: ¿Una excusa? para que, ¿para que lo dejemos? Ana: ¡Que bruta eres! no Esther no, es una excusa para que no vueles, Maca tiene pánico de que vueles Esther, de que pueda pasarte algo en un avión, de que tengas... otro accidente Esther casi derramó el café que tenía en la mano E: ¿Que? Ana: Está muerta de miedo tonta, mira Esther, lo que pasó con aquel accidente... de verdad por mucho que te contemos nunca podrás llegar a imaginar como estaba Maca, llegamos a pensar que se nos iba allí mismo, y estoy segura de que si no te hubieran encontrado Maca hubiera hecho cualquier locura Esther fue a abrir la boca Ana: No, no me interrumpas, ya sabemos que tú también tuviste tu parte, la peor sí, pero estamos intentando ponernos en lugar de Maca ¿de acuerdo? Esther asintió Ana: Ella, estoy segura de esto Esther, no quiere ni pensar que tengas que volver a subirte a un avión, que un día vuelvan a llamarla y le digan que has tenido un accidente que estés muerta. Te quiere demasiado y simplemente el miedo a perderte la hizo comportarse así E: Joder... la he cagado... Ana: Bueno en realidad la habéis cagado las dos, por que según lo que me has contado no os habéis dicho bonitas precisamente E: No Ana, me dijo unas cosas horribles, y yo... yo no puedo dejar de volar, es mi sueño y ella tiene que comprenderlo Ana: Veamos Esther, a Maca le encantan los caballos ¿verdad?

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E: Sí... Ana: Si ella tuviera un accidente que estuviera a punto de costarle la vida mientras cabalgaba... si decidiera volver a montar... ¿qué harías? E: La apoyaría Ana Ana: ¿Estás segura? o te daría pánico verla montar y que pudiera tener otra caída E: Bueno sí supongo que me daría miedo... aunque lo hablaría con ella, no sé Ana Ana: Pues Maca esta vez no ha sido capaz de hablarlo contigo, quizá se ha visto desbordada, quizá se acostumbró a tenerte en casa, donde sabe que estás a salvo porque estás con ella. Ahora está en tu mano hacerle ver que no tiene que pasarte nada, que tú también sientes miedo de que a ella pueda pasarle algo, pero que no podéis pasar la vida atadas al miedo porque entonces, no será vida E: Ya Ana, pero... cuando nos dijimos todo aquello... de nuestro trabajo me refiero, de los días fuera... yo... y sentí que lo mío no importaba, que bueno ahora que lo veo desde otro punto de vista supongo que lo dijo por su miedo pero... Ana: Mira voy a decirte una cosa Esther, esto ya es algo que tenéis que solucionar entre las dos. Cuando una pareja decide tener una relación, convivir como es vuestro caso y formar una familia, tiene que tener en cuenta que debe hacer ciertos sacrificios, porque ya no estás sola, ya tus decisiones no te afectan solo a ti, ahora sois dos, bueno de momento, porque cuando vengan los hijos todo se complica aún más. No se trata de renunciar a los sueños, tú puedes volar, y Maca dirigir su empresa, pero... sabes a lo que me refiero ¿verdad? E: Sí claro, llegar a un acuerdo. supongo que Maca tendrá que hacer algo para que el trabajo no le quite tantas horas y yo... yo lo mismo Ana: Eso ya veréis como lo solucionáis, pero tenlo en cuenta Esther, no renunciar a lo que uno le gusta, pero algo hay que sacrificar porque lo que ganas es mucho mayor y lo sabes. Y respecto a su miedo... ingéniatelas, busca la manera de demostrarle lo que supone volar para ti, hablad mucho, y no seáis tontas, nunca he visto una pareja como vosotras, de verdad que me dais envidia sana E: Anda tonta Ana: De verdad Esther, créeme y está muy orgullosa pocas personas se quieren como vosotras E: Ufffffff no sé como lo consigues pero hay que ver eh... Ana: Uuna es toda una profesional, y aparte te quiero boba E: Yo más Ana: Anda dame un abrazo cavernícola, que eres una cavernícola E: ¡¡Eso tú!! Ana: Jahaha, anda suéltame ya que voy a salir a hacer las compras, ¿te vienes o te vas a buscarla? E: No, me voy contigo, aunque ya sé que pasa, sigo enfadada con ella por no querer hablar conmigo, así que va a tener que venir a buscarme a mí Ana: Ahhhhhh ¡no puedo contigo!! venga pégate una ducha y coge de mi armario lo que quieras ¡¡y no tardes!! Mientras Esther se duchaba, Ana llamaba al Central y preguntaba por la doctora Cruz Gándara Hacia la hora de comer, Cruz aparcaba su coche enfrente de la casa de las chicas, por suerte había conseguido salir antes del trabajo, Ana la había informado de todo, y Cruz dedujo sin necesidad de que Ana le explicase nada lo que le pasaba a su amiga, ya había

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visto su cara dos días antes en el hospital, ahora venía lo más difícil, hacerle reconocer sus miedos, pero bueno eso con calma, de momento habría que hacerla hablar Se bajó del coche llamó al timbre y esperó, sabía que Maca estaba en casa porque cuando llamó a la oficina le habían informado de que ese día no había ido a trabajar Al poco tiempo Maca abría la puerta, no se sorprendió demasiado en el fondo ya la estaba esperando C: ¡Hola cielo! (dándole un beso) M: Hola Cruz, como tú por aquí, ¡qué sorpresa! C: Salí temprano de trabajar y como te prometí que vendría a veros... M: Sí claro... y que Ana no puede tener la boca callada ¿verdad? C: ¿Como? M: Anda no te hagas la remolona y pasa. Ah y ve poniendo la mesa, supongo que no habrás comido... Las dos sabían que les esperaba una larga tarde por delante M: No tengo nada preparado, tendrás que conformarte con algo de pasta (hablando desde la cocina) C: No te preocupes, tengo tanta hambre que sería capaz de comerte a ti... M: No creo que eso le gustase mucho a tu marido... C: Ni a tu mujer tampoco (tirándole una clara directa) Maca se hizo la tonta y continuó haciendo la comida, mientras su amiga ponía la mesa. Al cabo de poco más de media hora se sentaron a la mesa Estuvieron hablando de todo un poco, del trabajo, de la pequeña María... Cruz no quiso comentarle nada de momento. Hablarían mejor cómodamente sentadas en el sofá y con un buen café en las manos Cuando terminaron y recogieron la mesa, ya sentadas, Maca ni siquiera le dio tiempo a abordar la conversación, sacó ella misma el tema M: Bueno (cogiendo su taza de café) te ahorraré el pensar que decirme para empezar. ¿Qué sabes exactamente? C: Gracias por el detalle, pero no iba a andarme con rodeos, tenemos bastante confianza, creo que... (haciendo un inciso) ¿Cuántos años hace que nos conocemos, 27, 28 años? M: No sé, por esa época aun usaba chupete, pero sí, más o menos C: Entonces supongo que no esperas que a estas alturas me ande con rodeos M: No, y te lo agradezco además, así que me gustaría que me contaras que sabes C: Creo que lo importante es que me cuentes lo que te pasa a ti M: No es justo Cruz, tú seguro que sabes la versión de Esther, y no solo eso, la opinión de Ana también. Así que es probable que vengas con una idea ya preconcebida C: Que yo lo sepa, ¿te importa mucho? o ¿quizás hay algo que no has hecho bien? M: ¿Ves? ¿para que quieres saber más si ya me culpas? C: Yo no te culpo de nada, solo sé que has discutido con Esther, que ella está en casa de Ana, y... llamémosle... corazonada o pequeña intuición, de que hay algo que ronda por tu cabeza, pero nada nuevo, hace unos días que lo vengo pensando. Así que deja tu bordería,

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tu mala leche y tu cabezonería para otros, sabes que todo eso me lo paso yo por... bueno tú ya sabes por donde, así que ¡empieza a largar! M: Uffff ¿a veces no te soporto sabes? C: Yo a ti tampoco, así que estamos empatadas Maca no tuvo más remedio que contarle todo lo que había pasado con Esther hacía dos noches M: Y básicamente eso es todo (dijo terminando su relato) C: Ya... interesante... muy interesante... M: ¿Cómo? ¿te parece interesante? C: Pues sí, mucho, no te imaginas cuanto M: Y ¿qué es eso que te parece tan... interesante? ¿o es que pretendes quedarte conmigo? C: ¿Quieres saberlo? M: Si no te importa... (de modo irónico) C: No, claro que no, te lo diré, me parece interesantísima la forma en que eres capaz de darle la vuelta a la tortilla, y la capacidad que tienes para disfrazar tus miedos, aunque claro está, a mí no me la das. De todas formas ha sido un buen intento M: ¿Qué quieres decir con eso Cruz? C: No hace falta que te lo diga Maca, tú ya lo sabes. Lo único que pretendo es que lo hables conmigo, yo ya sé lo que te pasa, vi tu cara en el hospital el otro día Maca no pudo más, esas palabras fueron lo único que necesitó para derrumbarse, sus lágrimas empezaron a asomar, primero tímidamente, para después convertirse en profundos sollozos C: Vamos, ven aquí (abrazándola) M: (sin dejar de llorar) Es que tengo miedo Cruz, mucho miedo de perderla C: Eso no va a pasar boba M: Pero ¿y si pasa Cruz? ¿y si vuelve a pasar? y si esta vez... C: Ey... (cortándola) Vamos a ver Maca, lo que pasó esa vez fue un accidente, ella no tuvo la culpa, pero ya pasó M: Ya lo sé Cruz, pero yo no puedo remediarlo, no voy a poder evitar pensar que cada vez que se suba a un avión no voy a verla más C: Mira Maca, es normal que sientas miedo. Lo pasaste muy mal con su accidente, pero tienes que superarlo como lo está haciendo ella. No puedes pasarte el resto de tu vida pensando que pueda ocurrirle algo porque lo único que vas a conseguir es estar amargada. Tú no puedes pedirle a Esther que deje de volar, quizás ni tú ni yo entendamos que siente cuando se pone a los mandos de un avión, pero es su pasión, la que tú sientes por tu trabajo o yo por el mío. Y eso no sería justo M: Ya lo sé Cruz, pero... C: Pero nada Maca, yo no voy a decirte nada más, piénsalo, aunque creo que ya sabes lo que tienes que hacer M: Hablar con ella ¿no? C: Efectivamente M: No me apetece mucho, la verdad. Me dijo cosas muy fuertes C: Maca no pretendas que hoy te de la razón porque en esto no la tienes, debiste decirle las cosas claras desde el principio, aunque ya sé que es difícil, pero debiste hacerlo. También es cierto que Esther no estuvo muy fina que digamos, si hubiera insistido se habría dado cuenta de lo que te pasaba. Pero ya no hay vuelta atrás. Ah y otra cosa más te

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voy a decir. Sobre lo que os dijisteis... tendréis que llegar a un acuerdo. No voy a ir muy lejos, fíjate en Rodolfo y en mí, hay que sacrificar ciertas cosas Maca M: Ya... supongo que tienes razón Cruz C: La tengo créeme, y no seas tonta, habla con ella M: Ella... ¿está bien? C: Sí, un poco de bajón, pero Ana le dio su respectiva bronca, no te pienses que se ha librado M: Bueno, es un alivio... de todas formas hay que joderse con Anita y tú... C: Sí, pero que haríais sin nosotras... (lanzándole un cojín) M: Eso digo yo... Hacía ya rato que Cruz se había marchado, y Maca continuaba sentada en la silla del jardín, pensativa, dándole vueltas a lo mismo una y otra vez. Sabía que se había equivocado. Que no había sido la manera correcta de abordar el problema, y la sensación de culpabilidad la ahogaba. Por otra parte, se preguntaba si sería capaz de superar su miedo a perderla, porque solo era eso, miedo. Un temor casi irracional de perder lo que más amaba en el mundo Casi sin darse cuenta su mente voló años atrás, y su vida comenzó a proyectarse como una película. Se vio a si misma asustada cuando descubrió que le gustaban las chicas. Vio también sus primeros años de facultad, la felicidad de sus padres cuando eligió su carrera. Su primera chica que le rompió el corazón y pensó que no volvería a enamorarse. A partir de ahí todo se complicó. Sus padres se enteraron de que era lesbiana, y durante unos años apenas tuvo contacto con ellos. Tuvo que luchar mucho por estar donde estaba. Pedro Wilson hizo cuanto pudo por cerrarle puertas, era un hombre con poder, con muchas influencias, con contactos. Y ella tuvo muchos problemas para sacar su empresa adelante Luego llegó Alicia, de la que volvió nuevamente a enamorarse y le hizo tanto daño que dejó de creer en el amor. Hasta que llegó Esther, y su película que hasta entonces había sido en blanco y negro, se tornó en color. Ella le devolvió las ganas de vivir, la alegría, la fe en el amor. Le había devuelto la sonrisa, y un nuevo mundo por descubrir a su lado. Incluso había sido ella la que había hecho que la relación con sus padres mejorara. Se lo estaba dando todo, y no era justo que ella con sus miedo lo echara a perder El ruido de una moto al pasar por la calle la hizo volver de nuevo a la realidad. Sin darse cuenta se había quedado helada, ya era casi de noche y se apresuró a entrar en la casa. La chimenea estaba encendida, echó unos cuantos troncos al fuego y mientras intentaba entrar en calor, se quedó dormida, agotada tras dos noches sin dormir Cuando despertó sobresaltada en la chimenea apenas quedaban unas brasas. Miró su reloj y vio que eran las tres de la mañana. Se maldijo a si misma. Esther estaría durmiendo, así que no tendría más remedio que esperar hasta el día siguiente para hablar con ella. Con fastidio se levantó del sofá, volvió a echar leña en la chimenea e intentó dormir de nuevo Esa mañana, Esther se había despertado temprano, cosa rara en ella, pero no había dormido demasiado bien, no dejó de pensar en toda la noche en la conversación que había mantenido con Ana, y además estaba tan acostumbrada a dormir con Maca que cada vez le costaba más conciliar el sueño sin ella

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Pasó un rato más en la cama hasta que aburrida de dar vueltas se levantó. Antes incluso de ir a dar los buenos días a su amiga, pasó por el baño y se dio una ducha. Más despejada salía al rato en busca de un café que terminara de despertarla Abrió la puerta del salón y el buenos días con el que iba a saludar no llegó a pronunciarse Justo delante de ella, sentada en el sofá, se encontraba Maca, que se levantó a verla M: Hola Esther E: ¡Maca! ¿qué haces aquí? M: Yo... necesitaba verte... quería pedirte perdón (decía mientras unas tímidas lágrimas escapaban de sus ojos) Y Esther que estaba deseando verla, perdonarla y pedirle también perdón no pudo hacer otra cosa que acercarse a ella y abrazarla con todas sus fuerzas M: Lo siento Esther (entre lágrimas) lo siento E: Shhh, calla (llorando también) No pasa nada cariño, yo también siento mucho lo que te dije M: Ya, pero fue culpa mía Esther, por no decirte lo que me pasaba E: Ya da igual cielo, no pasa nada, venga no llores (limpiándole las lágrimas) M: Yo quiero contártelo Esther, aunque probablemente ya lo sepas E: Yo también quiero contarte cosas a ti, pero por favor no llores, no soporto verte así Maca asintió y esbozó una pequeña sonrisa que Esther agradeció con un dulce beso E: ¿Has desayunado? M: No, y la verdad es que tengo hambre E: ¿Que cenaste anoche? M: Mmmm nada, me quedé dormida en el sofá E: ¡Ves! ¡si es que tú y yo no podemos discutir, en cuanto te dejo sola no me comes nada! Maca volvió a sonreír E: Anda ven que te preparare algo, oye ¿y Ana? M: Me dijo algo del trabajo y que luego te llamaba E: Sí claro... si iba a venir a desayunar conmigo fuera... M: Parece mentira que no la conozcas... Desayunaron y decidieron ir a dar un paseo, la mañana aunque fría era soleada Maca parecía nerviosa, sin saber muy bien como empezar la conversación, como decirle todo aquello que sentía, nunca se le había dado bien eso de hablar de si misma, y mucho menos de sus miedos, de sus sentimientos más profundos Esther, una vez más comprendiendo el esfuerzo que esa conversación suponía para ella intentó echarle un cable

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E: Cariño... (rompiendo el silencio que había entre ellas) yo sé que esto no es fácil para ti... M: No, no lo es (interrumpiéndola) mira Esther esto tenemos que hablarlo, cuanto antes mejor, y si no te importa me gustaría que me dejaras hablar, decírtelo del tirón, porque sino, creo que no voy a poder E: Claro (asintiendo) M: Yo... yo quería decirte que no pensaba lo que decía, no quiero que dejes tu trabajo, ni creo que el mío sea más importante que el tuyo, todo lo que te dije fue sin pensar, debía haber hablado contigo, pero tenía miedo Esther y lo tengo, y de verdad que lo siento, no sabes cuanto (sollozando) pero es que cuando supe que volvías a trabajar... pensé que podría pasarte algo, y no... si te pasará algo no podría soportarlo E: Ey... ven aquí (abrazándola de nuevo) no va a pasarme nada mi niña M: Pero ¿y si te pasa? E: Maca yo también tengo miedo de que te pase algo a ti, ¿o crees que no? Pero cielo, así no podemos vivir, no podemos pasarnos la vida pensando que algo malo nos va a suceder, siempre con el miedo presente porque entonces no disfrutaremos lo que tenemos ahora M: Lo sé, pero a veces no lo puedo evitar E: Yo no quiero verte sufrir y siento lo que te dije porque mi trabajo no es más importante que tú y... M: (cortándola al imaginarse lo que iba a decirle) No Esther, nunca te permitiría que lo dejaras, no serías feliz E: Me faltaría algo, pero quiero que me escuches. He estado pensando estos días, Ana me hizo darle vueltas a la cabeza y algo si que dijimos el otro día que tenemos que cambiar. No podemos pasarnos la vida viéndonos solo de vez en cuando. Ayer llamé a Sergio y... bueno me ha ofrecido un puesto como instructora de vuelo. Aquí, Madrid. No tendría que viajar. Aún no he dado la respuesta porque quería comentarlo contigo, ¿qué opinas? M: ¿Es lo que tú quieres? ¿te gusta realmente? E: Sabes que sí, sino, hubiera seguido como piloto comercial, aunque hubiera reducido los turnos M: ¿Y cuando empezarías? E: A principios de año, por febrero o marzo, antes tengo que completar algunas horas de vuelo para poder acceder al puesto M: Entonces perfecto, porque yo había pensado algo pero necesito unos meses E: ¿El que? M: Voy a ceder la presidencia de la empresa a Silvia E: ¿Que? M: Tranquila, solo la presidencia, no las acciones, ella está de acuerdo, y apenas tendré que viajar, será menos responsabilidad para mí E: ¿Tú estás segura? M: Totalmente, no dejaré mi trabajo, pero quiero que lo más importante sea mi familia Tras estas palabras las dos se abrazaron susurrándose al oído un “Te quiero” que tanta falta les hacía Maca deshizo el abrazo para preguntar algo a Esther M: Solo quiero que me prometas algo E: Dime M: Que tendrás mucho cuidado

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E: Lo tendré, pero no quiero que te preocupes, no me pasará nada M: Bueno, no me fío yo mucho de esos cacharros ¿eh? E: Ya veo... oye... espera tengo una idea Se separó de ella unos metros y habló unos instantes por el móvil Cuando se vio allí montada no se lo podía creer, todo había sido demasiado rápido, estaba en el coche y de repente, casi sin darse cuenta estaba subida a aquel cacharro. Nunca le había dado miedo volar, pero eso era muy diferente, aun así solo necesitó una pregunta de Esther para verse donde a ahora estaba E: ¿Confías en mi? Y Maca lo había hecho. Temblando ligeramente observó como Esther se ponía a los mandos de aquel aparato le daba un tierno beso y acto seguido el atronador ruido del motor inundaba la pista del pequeño aeródromo El avión cogía velocidad y en pocos segundos tomaba altura, haciendo que todo allá abajo fuera haciéndose cada vez más y más pequeño Ante ellas aparecía la sierra nevada de Madrid, como si de un cuento de navidad de tratase Miró a Esther, concentrada y vio algo en su rostro que de pronto le hizo comprender por que ella amaba volar, porque ella lo sintió también Era la sensación de ser libre, de sentir que el universo estaba al alcance de la mano, ser como un pájaro atravesando las nubes y el viento Las dos se miraron y en ese justo momento, bajo el cielo, dejaron al descubierto sus corazones, sin más miedo, sin más dudas, sin más temores

FIN