Auguste Comte

Auguste Comte, Discurso sobre el espíritu Positivo Madrid, Alianza 2000 Primera parte Superioridad mental del espíritu p

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Auguste Comte, Discurso sobre el espíritu Positivo Madrid, Alianza 2000 Primera parte Superioridad mental del espíritu positivo Capítulo I Ley de la evolución intelectual de la humanidad o ley de los tres estados Comte realiza una unidad de lo humano y lo social, la unidad de la historia humana como un todo. Según el autor, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana en general. Estos tres estados sociales son diferentes y se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual (El espíritu humano pasa por tres fases o estadios para darle explicación a los fenómenos): el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo. El primero es un estado preparatorio, el segundo transitorio respecto al tercero, que es el definitivo. Es decir el primero es un punto de partida necesario para la inteligencia humana; el segundo está destinado únicamente a servir como etapa de transición y el tercero es su estado fijo y definitivo. Esto es lo que llama Ley de la Evolución Intelectual o Ley de los Tres Estados. Estados Teológico o ficticio Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo. En este estado, predomina la imaginación, y corresponde a la infancia de la humanidad. Es también, la disposición primaria de la mente. Hay en él tres fases distintas: Fetichismo: en que se personifican las cosas y se les atribuye un poder mágico o divino. Politeísmo: en que la animación es retirada de las cosas materiales para trasladarla a una serie de divinidades, cada una de las cuales presenta un grupo de poderes: las aguas, los ríos, los bosques, etc. Es decir, la explicación de las cosas se da mediante la utilización de muchos dioses. Monoteísmo: la fase superior, en que todos esos poderes divinos quedan reunidos y concentrados en uno llamado Dios. Es decir, el hombre busca las causas últimas y explicativas de la naturaleza en fuerzas sobrenaturales o divinas, primero a través del fetichismo y, más tarde, del politeísmo y el monoteísmo. Estado Metafísico o abstracto En este estado se busca el por qué y la explicación de la naturaleza en las cosas mismas, a través de entidades abstractas, inmutables y necesarias. Se cuestiona la racionalidad teológica y lo sobrenatural es reemplazado por entidades abstractas radicadas en las cosas mismas (formas, esencias, etc.) que explican su por qué y determinan su naturaleza. El conocimiento consistiría en asignar a cada fenómeno su entidad correspondiente. Es esencialmente crítico, y de transición, Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. En él se siguen buscando los conocimientos absolutos. La metafísica intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Pero para ello no recurren a agentes sobrenaturales, sino a entidades abstractas que le confieren su 1

nombre de ontología. Una especie de crisis de pubertad en el espíritu humano, antes de llegar a la adultez. Continúa el predominio de la imaginación sobre la razón. Estado Positivo o real: Aquí la explicación de las cosas se dará en base a la existencia de leyes universales establecidas a través de la ciencia, del método científico. En él la imaginación queda subordinada a la observación. El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. No causas ni principios de las esencias o sustancias. En este estado el hombre no busca saber qué son las cosas, sino que mediante la experiencia y la observación trata de explicar cómo se comportan, describiéndolas e intentando deducir sus leyes generales, útiles para prever, controlar y dominar la naturaleza (y la sociedad) en provecho de la humanidad. “la regla fundamental, que toda proposición que no puede reducirse al mero enunciado de un hecho, no puede ofrecer ningún sentido real e inteligible” Comte, considerado el padre del Positivismo, toma este último estado como el más importante y trascendental a la hora de entender el comportamiento humano y a la sociedad. Se planteará que el estudio de los fenómenos, en lugar de ser absoluto, debe permanecer siempre relativo a nuestra organización y situación. El verdadero espíritu positivo consiste en ver para prever, en estudiar lo que es a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales. Es decir, se enfocará a estudiar el mundo humano regido por leyes de los fenómenos en las ciencias naturales. La sociología establecerá leyes de la sociedad que regirán el comportamiento social. Se utilizará un método científico basado en la observación, experimentación y comparación de sociedades para entender los cambios que en ella se producen. El carácter esencial del nuevo espíritu filosófico consiste en sustituir lo relativo a lo absoluto, a un tiempo científico y lógico. El positivismo va apareciendo en las diversas disciplinas científicas (matemática, física, química, biología, etc.), y finalmente se impondrá en el ámbito político, para constituir una ciencia positiva de la sociedad (la sociología), la cual deberá comprender la totalidad de la evolución histórica, y no solamente un elemento aislado. Capítulo III Atributos correlativos del espíritu positivo y del buen sentido I. de la palabra positivo: sus diversas acepciones resumen los atributos del verdadero espíritu filosófico Se encarga de describir el espíritu positivo, señala que las variadas acepciones de la palabra positivo describen sus atributos. Enumera cinco significaciones de la palabra positivo: En primer lugar parte de su acepción más antigua, que plantea que la palabra positivo designa lo real, en oposición a lo quimérico. Es decir, lo real será lo observable en contraposición con la postura de la imaginación. En segundo lugar postula el significado de lo positivo como lo útil en comparación con lo inútil. Lo útil será todo aquello que permita al mejoramiento de la vida individual y colectiva, mientras que lo inútil remitirá a lo estéril, a la mera curiosidad. La tercera distinción del término positivo que describe Comte es plantearlo como la certeza, diferenciado de la indecisión. Lo certero será lo cierto, es decir, lo que es objeto de un 2

asentimiento universal del individuo como de toda la humanidad. Por su parte, considerará a lo indeciso como aquello que ha sido objeto de una discusión interminable (ej: las disputas metafísicas. Lo que es disolvente) Una cuarta acepción ve la palabra positivo como lo preciso, opuesto a lo vago. Lo preciso será el conocimiento científico porque es compatible con la naturaleza y de carácter riguroso. Lo vago entonces será aquello que sus argumentos se apoyen en una autoridad sobrenatural, confuso y ambiguo. La ultima definición que Comte tiene en cuenta es el significado de lo positivo, como positivo en cuanto a ordenado, organizado en contraposición con lo negativo, entendido como desordenado, sin posibilidad de armar, lo disolvente de la metafísica por ejemplo. Aquí entonces, se plantea que el espíritu positivo se afirma contra el estado metafísico. Es una perfección. Esta ley de los 3 estados expuesta al comienzo, es una ley de desarrollo de conocimiento científico. Cada estadio representa una superación del estadio anterior. El positivo será el definitivo de la razón humana. La única manera de hacer ciencia para este postulado es a través de los modelos de la ciencia natural, el modelo positivo, que puede aplicarse a lo social. Ésta es una caracterización de la ciencia del siglo XIX. Otro carácter esencial del concepto positivo es entre lo absoluto como la búsqueda de las causas, que son inaccesibles al hombre, y lo relativo que es la búsqueda de las leyes o relaciones constantes entre fenómenos que el hombre puede conocer.

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