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Audre Lorde (18 de febrero de 1934 – 17 de noviembre de 1992) Carbón (“Coal”, 1962) . “Yo” es el negro completo, algo ha

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Audre Lorde (18 de febrero de 1934 – 17 de noviembre de 1992) Carbón (“Coal”, 1962) . “Yo” es el negro completo, algo hablado del interior de la Tierra. Hay muchas clases de “abierto” – como un diamante se vuelve en nudo de llama, como un sonido se vuelve a una palabra, coloreado por quien-paga-cuál para hablar. . Algunas palabras son abiertas como un diamante sobre ventanas de cristal, cantando en alto dentro del choque pasajero del sol. También hay palabras como apuestas grapadas en un libro perforado (cómpralo, fírmalo, y despedázalo) y pase-lo-que-pase anhela todas las oportunidades; queda el boleto, y un diente extraído (incorrectamente) con un borde desigual. Unas palabras viven en mi garganta, engendrandas como culebras. Otros conocen el sol, buscando como gitanos sobre mi lengua para explotar a través de mis labios – como gorriones jóvenes que brotan de su cáscara. Hay ciertas palabras que me importunan. . “Amor” es una palabra – y una otra clase de “abierto”. Así como un diamante se vuelve en nudo de llama, yo soy “Negro” – porque me origino del interior de la tierra. Ahora: agarra mi palabra – como una joya – en la luz abierta. ... Libro de cuentos en la mesa de la cocina (“Story books on a kitchen table”, 1970) . La matriz dolorosa de mi madre escupió algo: yo. Escupió “yo” en su arnés incómodo de desesperanza, en sus engaños, donde la ira me concibió (una segunda vez), perforando mis ojos, como flechas señaladas por su pesadilla de la “ella” que yo no me volvía.

. Y ella, yendo, dejó en su lugar unas doncellas de hierro que me protegieran; y mi comida fuera la leche arrugada de leyenda donde yo, envuelta de pesadillas, vagabundeaba a través de las habitaciones aisladas de la tarde. Las pesadillas llegaron de los Libros de las Hadas en colores de Naranja y Rojo y Amarillo, Púrpura y Azul y Verde. En esos libros las brujas blancas gobernaron la mesa vacía de la cocina; y ellas ni lloraron ni ofrecieron de oro a nadie – nunca – y ningún encantamiento cálido por la madre desaparecida de una niña negra. ... Generación II (“Generation II”, 1971) . Una chica negra – que iba en / crecía en la deseada mujer para quién su madre había rezado – está caminando sola y tiene miedo de sus iras – ambas iras. ... La revolución es una forma de cambio social (“Revolution is one form of social change”, 1968) . Cuando el Jefe está ocupado haciendo “niggers”, pues no importa cual es tu tono. . Si se agota un color específico, siempre el Jefe puede cambiar a tamaño; y cuando ha eliminado los grandes pues cambiará hacia el sexo que es – seamos realistas – donde comenzó Todo.

... Una planta de alcantarilla crece en Harlem o Yo mismo, soy una extranjera aquí – ¿Cuándo parte el próximo cisne? (“A sewerplant grows in Harlem or I’m a stranger here myself – When does the next swan leave?”, 1969) . ¿Cómo está hecho la palabra hecho carne hecho acero hecho mierda por embutirla dentro Sin Salida como una bomba casera hasta que explota y se unta y está hecho real – contra nuestras ventanas ya sucias – o por purgarla en una fuente verbal? . Mientras tanto, los “Ellos” editoriales – que no son menos potentes – se preparan para asfixiar a los “Nosotros” reales con un flujo manufacturado de todo nuestra mierda no verbal. . ¿Te has levantado durante la noche, estallando de comprensión, y el mundo se disuelve hacia un oído escuchando (y puedes verter en ese oído todo lo que sabías antes de despertarte) pero descubriste que todos los oídos estuvieron dormidos o quizás anestesiados por un sueño de palabras; porque, como estás gritando en esos oídos – una y otra vez – nada se mueve y la mente que has alcanzar no es una mente que funciona? . Por favor, que cuelgues pues marques de nuevo el número de malasuerte… Cuelga, (por favor), pues muere. La mente que has contactado no es una mente operativa. Por favor, que cuelgues pues mueras – de nuevo. . Hablar con alguna gente es como hablar a un váter. ... Rock Amor-Duro #II (“Hard Rock Love #II”, 1971)

. Escúchame, Hermano, te amo, t’amo-t’amo-t’amo, entiéndeme / cávame una tumba de un otro color. Estamos ambos echado / mintiendo uno al lado de otro en el mismo lugar donde tú me pusiste; abajo y más hondo todavía. Somos una soledad no resuelto por llorar; somos ciudades saqueadas no reconstruidas por consignas, por punzadas retóricas que fuerza una cerradura que siempre ha sido abierta. . “Ser Negra No Es Bella”, baby. Bel amor, chico bello – hazlo otra vez. Lo que es es no estar exprimida / chingada doble, al mismo tiempo de arriba y del lado. ... Poema de Amor (“Love poem”, 1971) . Habla, Tierra, y bendígame con lo que es más rico; haga el cielo desacelerar la miel de mis caderas: rígidas como las montañas, extendido sobre un valle, forjado por la boca de la lluvia. . Y lo entendí cuando entré en ella que fui el viento alto en sus bosques, dedos huecos susurrando sonido. Una miel fluía de la copa rajada;

Estuve empalada en una lanza de lenguas, en las puntas de sus mamas, en su ombligo. Y mi aliento aullaba dentro de sus entradas vía pulmones de dolor. . Avara / ávida como gaviotas argénteas o como un chamaco, me balanceo por lo alto / sobre la Tierra sin parar. ... Ruptura (“Separation”, 1972) . Menguan las estrellas; no me premiarán, aun en mi triunfo. . Es posible en autodefensa darle un balazo a un hombre pues todavía notar que su sangre roja adorna la nieve. ... Ahora (“Now”, 1973) . Fuerza / Poder de Mujer es Fuerza / Poder de Negro es Fuerza / Poder del Ser Humano es siempre sentir. Late mi corazón mientras se abiertan mis ojos, mientras se mueven mis manos, mientras cuenta mi boca. . Yo soy ¿eres tú? . Lista. ...

Memorial III: de una cabina telefónica en la avenida Broadway (“Memorial III: from a phone booth on Broadway”, 1973) . Alguna vez un rato pone al revés y el día entero se derrumba a una búsqueda urgente por una cabina telefónica que funciona. Porque presto-presto debo telefonearte – tú que no has hablado dentro de mi cabeza hace más de un año. Si este teléfono timbraría bastante largo, empujado sobre mi oreja, florecerás en sonido; contestarás, debes contestar; contéstame-contéstame-contéstame, maldición. Contesta, por favor, contesta. Es la última vez que yo te llamaré. Nunca jamás. ... Versiones españoles del inglés: Alexander Best ... Audre Geraldine Lorde (18/02/1934 – 17/11/1992) fue una poetaensayista-activista afroamericana. Ella se identificaba como “una poeta-guerrera-madre lesbiana negra”; pugnaba por no reducirse a una de aquellas identidades, sino reafirmarlas como fuente de fuerza. Planteó, entre otras ideas, que el racismo, el clasismo, el sexismo y la homofobia son cuatro tipos de ceguera nacidos de la misma raíz: la imposibilidad de reconocer el concepto de diferencia en cuanto fuerza humana dinámica. ..... EL PODER La diferencia entre la poesía y la retórica es estar

preparado para matarte tú mismo en vez que a tus hijos. Estoy atrapada en un desierto hecho de heridas a bala todavía abiertas y un niño muerto arrastra su rostro negro y destrozado más allá del horizonte donde acaban mis sueños la sangre de sus mejillas y de sus hombros perforados es el único líquido a kilómetros a lo redonda y mi estómago se revuelve al imaginar el gusto que tendrá, mientras mi boca dividida en dos labios resecos sin tener una lealtad o una razón para ello , está sedienta de su sangre húmeda mientras naufragan en la blancura del desierto donde estoy perdida sin imaginación ni magia posible tratando de convertir todo este odio y esta destrucción en un poder tratando de curar con besos a mi hijo agónico pero, nadie, salvo el sol limpiará sus huesos con rapidez. El policía que, en Queens, derribó con un disparo al chico de diez años estaba a su lado, con sus zapatos bañados con la sangre de él y una voz dijo: "Muere, pequeño hijo de puta" y hay videos que prueban esto. En el juicio el policía dijo que fue en defensa propia: "No reparé en el tamaño ni en ninguna otra cosa salvo en el color." Y hay videos que prueban esto también. Hoy día, ese hombre blanco, de treinta y siete años, con trece de servicio ha sido puesto libertad por once hombres blancos que dijeron que estaban satisfechos porque se había hecho justicia y una mujer negra que dijo: "Me convencieron". Esto es: ellos arrastraron su cuerpo de mujer negra, de un metro veinticinco de estatura, por sobre los carbones ardientes de cuatro siglos de aprobación del macho blanco hasta que ella renunció al único poder real que alguna vez tuvo y decoró con cemento su propia cuna para construir allí un cementerio para nuestros hijos. No he sido capaz de palpar la destrucción dentro de mí. Pero a menos que aprenda a usar

la diferencia entre la poesía y la retórica mi poder también se corromperá como molde envenenado, se volverá flojo e inservible como un alambre suelto y un día tomaré mi enchufe rabioso y lo conectaré al lugar más cercano, violaré a una mujer blanca de ochenta y cinco años quien es a su vez madre de alguien y mientras la golpeo hasta dejarla sin sentido y le prendo fuego a su cama un coro griego estará cantando una canción con ritmo del vals: "Pobrecita. Ella nunca hirió a un alma. ¡Qué bestias son los negros!". "Poder" es un poema escrito acerca de Clifford Glover, un niño negro de diez años de edad, quien recibió un disparo de un policía. Posteriormente, el policía fue absuelto por un jurado donde uno de los miembros era una mujer negra".

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QUIÉN DIJO QUE ERA SIMPLE

Tiene tantas raíces el árbol de la rabia que a veces las ramas se quiebran antes de dar frutos. Sentadas en Nedicks las mujeres se reúnen antes de marchar hablando de las problemáticas muchachas que contratan para quedar libres. Un empleado casi blanco posterga a un hermano que espera para atenderlas primero y las damas no advierten ni rechazan los placeres más sutiles de su esclavitud. Pero yo que estoy limitada por mi espejo además de por mi cama veo causas en el color además de en el sexo y me siento aquí preguntándome cuál de mis yo sobrevivirá a todas estas liberaciones.

***** MUJER

Sueño con un lugar entre tus pechos para construir mi casa como un refugio donde siembro en tu cuerpo una cosecha infinita donde la roca más común es piedra de la luna y ópalo ébano que da leche a todos mis deseos y tu noche cae sobre mí como una lluvia que nutre.

***** GENERACIÓN II Una chica negra convirtiéndose en la mujer que su madre deseaba y por la cual rezaba camina sola y con miedo de ambas iras.

***** MEMORIAL II Genevieve qué estás viendo en mi espejo esta mañana asomándote como un pájaro hambriento desde atrás de mis ojos estás buscando la forma de una chica a quien me parezco cada vez menos o recuerdas que nunca pude aceptar tu cara agonizante no te conozco ahora seguramente tu visión se mantuvo más fuerte que la mía Genevieve decime por dónde pasean las chicas muertas después de su verano quisiera poder verte de nuevo lejos de mí -hasta

como un pájaro volando hacia el sol tus ojos me están cegando Genevieve.

***** ¿QUIÉN DIJO QUE ERA SIMPLE? Tiene tantas raíces el árbol de la rabia que a veces las ramas se quiebran antes de dar frutos. Sentadas en Nedicks las mujeres se reúnen antes de marchar hablando de las problemáticas muchachas que contratan para quedar libres. Un empleado casi blanco posterga a un hermano que espera para atenderlas primero y las damas no advierten ni rechazan los placeres más sutiles de su esclavitud. Pero yo que estoy limitada por mi espejo además de por mi cama veo causas en el color además de en el sexo y me siento aquí preguntándome cuál de mis yo sobrevivirá a todas estas liberaciones. ***** LA DONCELLA Una vez, yo fui mortal junto a un océano que tenía los nombres de la noche pero el primer hombre vino con su trineo de fuego impulsado por el sol Fui transportada hasta el hueco lunar para una virgen condenada a iluminar un mundo árido de mañanas interminables que espantan a la misma luna Por dondequiera que corrí en busca de algún camino a casa la mañana había bifurcado

los ríos horrendos que anidan evaporantes en el lecho espumoso de mi madre mar. El tiempo forzó la luna hasta empreñarla y me encontraron mortal junto a un cráter recitando la mar de nombres de la noche.

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EL UNICORNIO NEGRO

El unicornio negro es codicioso. El unicornio negro es impaciente. "El unicornio negro se equivocó por una sombra o un símbolo y tomado a través de un país frío donde la niebla pintó burlas de mi furia. No está en su regazo, donde descansa el cuerno pero en el fondo en su moonpit cada vez mayor. El unicornio negro está inquieto el unicornio negro es implacable el unicornio negro no es libre.

***** LA TRANSFORMACIÓN DEL SILENCIO EN LENGUAJE Y EN ACCIÓN (ponencia)

Muchas veces pienso que tengo que decir las cosas que me resultan más importantes, verbalizarlas, compartirlas, aún a riesgo de que sean rechazadas o malentendidas. Es que el hecho de decirlas me hace bien, más allá de cualquier otro efecto. Yo estoy acá como poeta Negra lesbiana, y sobre el significado de todo esto descansa el hecho de estar aún viva, cosa que pudo no haber sido. Hace menos de dos meses, dos médicos -un hombre y una mujer- me

dijeron que debía hacerme una operación de mama y que había entre un 60 y un 80 por ciento de posibilidad de que el tumor fuera maligno. Entre esas palabras y la operación, hubo tres semanas de agonía en las que tuve que reorganizar involuntariamente toda mi vida. La operación ya pasó y el tumor era benigno. Pero durante esas tres semanas, tuve que volver sobre mí misma y sobre mi vida con una severa y urgente lucidez que me ha dejado aún temblando, pero mucho más fuerte. Es una situación a la que se ven enfrentadas muchas mujeres, tal vez algunas de ustedes hoy. Las cosas que experimenté en ese período me han ayudado a comprender mucho de lo que siento sobre la transformación del silencio en lenguaje y en acción. Al tomar forzosamente conciencia de mi propia mortalidad, de lo que deseaba y quería de mi vida, durara lo que durara, las prioridades y las omisiones brillaron bajo una luz despiadada, y de lo que más me arrepentí fue de mis silencios. ¿Qué es lo que me daba tanto miedo? Cuestionar y decir lo que pensaba podía ocasionarme dolor, o la muerte. Pero todas sufrimos de tantas maneras todo el tiempo, sin que por ello el dolor disminuya o desaparezca. La muerte no es más que el silencio final. Y puede llegar rápidamente, ahora mismo, más allá de que yo haya dicho lo que necesitaba decir. Sólo me había traicionado a mí misma en esos pequeños silencios, pensando que algún día iba a hablar, o esperando que otras hablaran. Y empecé a reconocer una fuente de poder dentro de mí al darme cuenta que no debía tener miedo, que la fuerza estaba en aprender a ver el miedo desde otra perspectiva. Yo iba a morir tarde o temprano, hubiera hablado o no. Mis silencios no me habían protegido. Tampoco las protegerá a ustedes. Pero cada palabra que había dicho, cada intento que había hecho de hablar sobre las verdades que aún persigo, me acercó a otra mujer, y juntas examinamos las palabras adecuadas para el mundo en que creíamos, más allá de nuestras diferencias. Y fue la preocupación y el cuidado de todas esas mujeres lo que me dió fuerzas y me permitió analizar la esencia de mi vida. Las mujeres que me ayudaron durante esa etapa fueron Negras y blancas, viejas y jóvenes, lesbianas, bisexuales y heterosexuales, pero todas compartíamos la lucha contra la tiranía del silencio. Todas ellas me dieron la fuerza y la compañía sin las cuales no habría sobrevivido intacta. En esas semanas de miedo agudo -en la guerra todas peleamos, sutilmente o no, conscientemente o no, contra las fuerzas de la muerte- comprendí que yo no era sólo una víctima, sino también una guerrera. ¿Qué palabras les faltan todavía? ¿Qué necesitan decir? ¿Qué tiranías tragan cada día y tratan de hacer suyas, hasta asfixiarse y morir por ellas, siempre en silencio? Tal vez para algunas ustedes hoy, aquí, yo represento uno de sus miedos. Porque soy mujer, porque soy Negra, porque soy lesbiana, porque soy yo misma -una poeta guerrera Negra haciendo su trabajo-les pregunto: ¿Están ustedes haciendo el suyo? Y por supuesto que tengo miedo, porque la transformación del silencio en lenguaje y en acción es un acto de auto-revelación, y eso siempre parece estar lleno de peligros. Pero mi hija, cuando le hablé de nuestro tema y de mis dificultades, me dijo: "Háblales de cómo nunca eres una persona entera si guardas silencio, porque siempre está ese pedacito dentro tuyo que quiere salir, y si sigues ignorándolo se vuelve cada vez más irritado y furioso, y si nunca lo dejas salir un día dice '¡basta!' y te da un puñetazo en la boca desde adentro". En aras del silencio, cada una de nosotras desvía la mirada de sus propios miedos -miedo al desprecio, a la censura, a la condena, o al reconocimiento, al desafío, al aniquilamiento. Pero

más que nada creo que le tememos a la visibilidad, sin la cual sin embargo, no podemos vivir verdaderamente. En este país en que la diferencia racial crea una constante, aunque no explícita, distorsión de la visión, las mujeres Negras hemos sido altamente visibles por un lado, mientras que por otro nos han hecho invisibles por la despersonalización del racismo. Aún dentro del movimiento de mujeres hemos tenido que luchar, y seguimos haciéndolo, por recuperar esa visibilidad que al mismo tiempo nos hace más vulnerables: la de ser Negras. Porque para sobrevivir en esta boca de dragón que llamamos América, hemos tenido que aprender esta primera lección, la más vital, y es que no se suponía que fuéramos a sobrevivir. No como seres humanos. Ni se suponía que fueran a sobrevivir la mayoría de ustedes, Negras o no. Y esa visibilidad que nos hace tan vulnerables, es también la fuente de nuestra mayor fortaleza. Porque la máquina va a tratar de triturarnos de cualquier manera, hayamos hablado o no. Podemos sentarnos en un rincón y enmudecer para siempre mientras nuestras hermanas y nuestras iguales son despreciadas, mientras nuestros hijos son deformados y destruidos, mientras nuestra tierra es envenenada; podemos quedarnos quietas en nuestros rincones seguros, calladas como botellas, y aún seguiremos teniendo miedo. En mi casa se celebra este año la fiesta de Kwanza, el festival Afro-americano de la cosecha, que comienza el día después de Navidad y dura siete días. Hay siete principios de Kwanza, uno para cada día. El primer principio es Umoja, que quiere decir unidad, la decisión de luchar por la unidad y mantenerla en nosotras mismas y en la comunidad. El principio de ayer, el segundo día, era Kujichagulia: la autodeterminación, la decisión de definirnos a nosotras mismas, de nombrarnos, de hablar por nosotras en vez de ser nombradas y expresadas por otros. Hoy es el tercer día de Kwanza, y el principio de hoy es Ujima: el trabajo colectivo y la responsabilidad, la decisión de construir y conservar juntas nuestras comunidades, de reconocer y resolver juntas nuestros problemas. Cada una de nosotras está hoy aquí porque de un modo u otro compartimos un compromiso con el lenguaje y con el poder del lenguaje, y con la recuperación de ese lenguaje que ha sido utilizado contra nosotras. En la transformación del silencio en lenguaje y en acción, es de una necesidad vital para nosotras establecer y examinar la función de esa transformación y reconocer su rol igualmente vital dentro de esa transformación. Para quienes escribimos, es necesario examinar no sólo la verdad de lo que hablamos sino la verdad del lenguaje en que lo decimos. Para otras, se trata de compartir y difundir aquellas palabras que significan tanto para nosotras. Pero en principio, para todas nosotras, es necesario enseñar con la vida y con las palabras esas verdades que creemos y que conocemos más allá del entendimiento. Porque sólo así sobreviviremos, participando en un proceso de vida creativo, continuo y en crecimiento. Y siempre se hará con miedo -a la visibilidad, a la dura luz del análisis, quizás al enjuiciamiento, al dolor, a la muerte. Pero, salvo la muerte, nosotras ya hemos pasado por todo eso y lo hemos hecho en silencio. Yo pienso todo el tiempo que si hubiera nacido muda, o si hubiera mantenido un juramento de silencio toda mi vida, igual habría sufrido, e igual moriría. Es bueno recordarlo, para no perder la perspectiva. Y cuando las palabras de las mujeres claman por ser oídas, cada una de nosotras debe reconocer su responsabilidad de sacar esas palabras afuera, leerlas, compartirlas y examinarlas en su pertinencia a la vida. No nos escondamos detrás de las falsas separaciones que nos han impuesto y que tan a menudo aceptamos como propias. Por ejemplo: "No puedo enseñar la literatura de las mujeres Negras porque su experiencia es diferente de la mía". Sin embargo,

¿cuántos años han estado enseñando Platón, Shakespeare y Proust? O: "Ella es una mujer blanca, así que ¿qué puede decirme a mí?" O: "Ella es lesbiana... ¿Qué va a decir mi marido, o mi jefe?" O aún: "Esta mujer escribe sobre sus hijos, y yo no soy madre." Y así todas las otras formas en que nos sustraemos unas de otras. Podemos aprender a trabajar y a hablar a pesar del miedo, de la misma manera en que aprendemos a trabajar y a hablar a pesar de estar cansadas. Hemos sido educadas para respetar más al miedo que a nuestra necesidad de lenguaje y definición, pero si esperamos en silencio a que llegue la valentía, el peso del silencio nos ahogará. El hecho de que estemos aquí y de que yo esté diciendo estas palabras, ya es un intento por quebrar el silencio y tender un puente sobre nuestras diferencias, porque no son las diferencias las que nos inmovilizan, sino el silencio. ¡Y quedan tantos silencios por romper!