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Apunte para ayudar a la lectura de: «Ética: conceptos y problemas» de Ricardo Maliandi La ética es la tematización del ethos   

En otras palabras es una reflexión sobre el fenómeno de la moralidad Por tanto la ética es una forma de auto observación El ethos comprende toda esfuerzo por esclarecerlo, con lo cual la ética, reflexión sobre el ethos es por esto mismo, reflexión sobre si misma

Ética y moral   

Ética deriva del vocablo griego ethos y moral del latino mos que es la traducción de aquel. Etimológicamente, pues son lo mismo. Convencionalmente se tiende a ver en la ética la tematización (la disciplina) y en la moral, lo tematizado (por ejemplo, las costumbres, los códigos de normas, etc.) No es lo mismo un moralista, un predicador de normas, que un investigador de tales normas, esforzado en fundamentarlas

¿Qué es el ethos? 



Ethos que puede traducirse por costumbre, se usa hoy para aludir al conjunto de actitudes, convenciones, creencias morales y formas de conducta, ya sea de una persona individual o de un grupo social o étnico. El ethos abarca todo nuestro obrar, con sus diversísimas variantes, pero también las creencias sobre este obrar y las actitudes con que se lo asume o se lo impugna. Es decir el ethos es un fenómeno cultural, el conjunto de normas que se dan de hecho: la facticidad normativa. Esta facticidad normativa dependerá evidentemente de la época y la sociedad que estemos analizando

¿Qué hay que hacer? Y ¿Por qué?  

Si según la época, la sociedad, el grupo étnico, el ethos es diferente, surge la pregunta: ¿Qué se debe hacer y por qué? Con esta pregunta se inicia la ética filosófica que intenta fundamentar las normas. Es decir encontrar un fundamento, un suelo, este fundamento ha cambiado también a lo largo de la historia

Algunas respuestas Eudemonismo:  Teoría que sostiene que el fin de la acción humana es la felicidad, entendida ésta como la mejor vida que puede vivir el hombre; eudaimonía es, por lo mismo, la «vida buena», y se refiere a la calidad sustancial de la vida, no a una simple característica o propiedad de la misma Aristóteles es uno de sus principales representantes

Todos los seres vivos buscan el placer  

Hedonismo: del griego, hedoné, placer, gozo «El placer es el principio y el fin de la vida feliz», afirmaba el filósofo griego Epicuro (341-270 a.C.), pero no entendía el placer como placer inmediato, sino como placer estable y ausencia de dolor. Por ello los epicúreos destacaban los placeres estáticos, aquellos que proporcionan la ataraxia o tranquilidad de ánimo. De ahí surge la necesidad decalcular la acción en función de la consecución del máximo placer, que no se identifica con el máximo placer actual, ya que un placer momentáneo puede, quizás, conducir posteriormente a mayor dolor, e inversamente, un dolor actual (como el sufrido en una intervención quirúrgica), puede conducir a un mayor placer futuro.

Utilitarismo: el hedonismo de la modernidad 

Desarrollado inicialmente en Inglaterra en los siglos XVIII y XIX, que establece que «bueno es aquello que promueve la felicidad» y a la vez que «el mayor bien es la mayor felicidad para el mayor número posible de personas». Como ética teleológica que es, aplica el principio de valorar las acciones humanas no por lo que son en sí mismas, sino por las consecuencias que producen (ética consecuencialista, también llamada finalista). Las consecuencias de las acciones se valoran, y en su caso se prescriben, según la cantidad de felicidad que aportan para el mayor número posible. Para valorar la cantidad de felicidad o placer, hay que recurrir a un cálculo utilitarista. Se destacan en esta corriente Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873).

Kant: el fundamento de la moral es la autonomía de los hombres 

Para Immanuel Kant (1724-1804): No hay mérito alguno en escoger lo correcto a menos que sea posible escoger lo incorrecto. Una criatura determinada a elegir perpetuamente lo bello, bueno y verdadero no tiene mérito moral. El hombre es hombre únicamente porque elije. La naturaleza se rige por la ley de la causalidad, las cosas siguen rigurosamente cierto esquema preestablecido de causa y efecto. El hombre en cambio es libre de



elegir lo que desea. Esto, la voluntad, es lo que distingue a los seres humanos de los objetos de la naturaleza. Los hombres deben determinar sus propias vidas, cortar con las determinaciones ajenas. No es posible que los fines u objetivos que persigue el hombre estén fuera de nosotros –ya sea en la naturaleza o en Dios-, ya que si así lo estuvieran, y si su intensidad determinara nuestras acciones seriamos esclavos de ellos. No seriamos autónomos, (del griego formado por, autós, sí mismo y nómos, ley: que vive según su propia ley o se gobierna por su propia ley) no nos daríamos la ley a nosotros mismos, sino que seriamos heterónomos, la ley nos vendría de afuera, de Dios, la naturaleza, el gobernante, la tradición.  Los seres racionales son fines en sí mismos, tienen un valor absoluto y no pueden ser tratados como simples medios, esta idea constituye el fundamento de la dignidad humana, que es a su vez el fundamento de los derechos humanos

Kant: ¿Qué es Ilustración? 



« La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude!¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración.» «La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo. […] Como la mayoría de los hombres (y entre ellos la totalidad del bello sexo) tienen por muy peligroso el paso a la mayoría de edad, fuera de ser penoso, aquellos tutores ya se han cuidado muy amablemente de tomar sobre sí semejante superintendencia. Después de haber atontado sus reses domesticadas, de modo que estas pacíficas criaturas no osan dar un solo paso fuera de las andaderas en que están metidas, les mostraron el riesgo que las amenaza si intentan marchar solas. »

Ética del diálogo 

Herederos de Kant, desde los años setenta, Karl-Otto Apel (1922) y Jürgen Habermas (1929), reconocen que la razón humana es dialógica, por lo cual no se puede decidir que normas son morales si no es a través de un diálogo

que se celebre entre todos los afectados por ellas y que llegue a la convicción por parte de todos de que las normas son correctas

Dos tipos de racionalidad 

Para la ética del discurso, se puede distinguir entre una racionalidad comunicativa de que hace uso quien considera a los afectados por una norma como interlocutores perfectamente legitimados para exponer sus intereses y para ser tenidos en cuenta de modo significativo en la decisión final, de modo que la meta del diálogo es llegar a un acuerdo que satisfaga los intereses de todos los afectados por ella; y la racionalidad estratégica, de que hace uso quien considera a los demás interlocutores como medios para sus propios fines y se plantea el dialogo, por tanto, como un juego, en el que trata de intuir qué jugadas pueden hacer los demás para preparar la suya y ganarles.

Éticas teleológicas 

Las éticas teleológica o consecualistas se estructuran en torno a fines (y en este caso un ejemplo podría ser el eudemonismo de Aristóteles),o en torno a la consideración de las consecuencias de la acción (por ejemplo el utilitarismo) Este define la finalidad como utilidad, y ésta, como «el mayor bien para el mayor número posible de personas», para lo que es necesario, mediante el cálculo utilitarista valorar la cantidad de placer y de dolor, de felicidad e infelicidad, de satisfacción e insatisfacción. El único criterio racional de que disponemos para apreciar la moralidad de un acto es la consideración de las consecuencias que se derivan de él para la felicidad humana. Responden a un tipo de actitud moral, consistente en otorgar mayor importancia a las consecuencias (efectivas o previsibles) que a los principios.

Éticas deontológicas 



Responde a la actitud de quien piensa o siente que tal o cual línea de acción debe seguirse por cuestión de principios. Es una actitud moral basada en la convicción de que el único criterio valido para el obrar moral se encuentra en la dignidad humana y en la justicia. Ser inmoral equivale a ser injusto. Importa, pues, saber que se ha obrado con justicia, y, en todo caso, «con buenas intenciones», independientemente de las consecuencias que se deriven de tal obrar. La ética kantiana es el modelo de las teorías deontológicas. Se estructura en torno al principio de actuar conforme al deber, que la conciencia humana -la razón práctica- se impone a sí misma mediante el imperativo categórico: «obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal». Kant sostiene que ésta es la única ética racional digna del ser humano, que no prescribe nada concreto, nada material por tanto, y que sólo impone un motivo formal a la voluntad, válido para todo

hombre y para cualquier ocasión (universal y necesario): no hay intereses ni egoísmos, sino sólo la buena voluntad de actuar de acuerdo con el deber. A esta ética llama Kant «formal» y «autónoma», mientras que considera que las restantes son «materiales» y «heterónomas», por cuanto en ellas la voluntad humana se determina a obrar por motivos prácticos.  Max Weber (1864-1920) llama al deontologismo: «ética de la convicción» y al consecuencialismo: «ética de la responsabilidad» para este autor ambas posiciones son inconciliables. La ética de la convicción es para él, propia de Kant, pero también del Sermón de la montaña, cuando dice que «no hay que resistir el mal con la fuerza». La ética de la responsabilidad, en cambio propone asumir la responsabilidad hacia el futuro, y es, sostiene Weber, la única que cabe al político profesional. Esa responsabilidad incluye la necesidad de resistir al mal con la fuerza, para evitar que el mal triunfe. Para Weber, hay un contraste abismal entre actuar según la máxima de una u otra forma de ética. Sin embargo, actualmente hay numerosos intentos de desarrollar formas de fundamentación que concilien ambas posiciones.

La ética discursiva es: 

Deontológica porque no se ocupa directamente de la felicidad ni de las consecuencias, sino de mostrar cómo la razón humana ofrece un procedimiento para decidir qué normas son moralmente correctas: entablar un diálogo entre todos los afectados por ellas que culmine en un acuerdo, no motivado por razones externas al diálogo mismo, sino porque todos están convencidos de la racionalidad de la solución. Ahora bien, la ética discursiva reconoce expresamente que cuando aplicamos este procedimiento en los diálogos concretos es preciso tener en cuenta las consecuencias de dar por correcta una norma u otra. Es decir es una ética deontológica que exige tener en cuenta las consecuencias en el momento de su aplicación.

Las dicotomías del ethos   

Dicotomía deonto-axiológica Dicotomía axiológica Estas dos son intraética

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Mientras que la Dicotomía onto-deóntica Es extraética

La dicotomía deonto-axiológica 

Una de las caras o puertas de entrada al ethos es lo deóntico o normativo, la otra lo valorativo o axiológico.



Lo normativo alude a cómo debemos obrar; lo axiológico da pautas de juicio o evaluación de los actos y de las personas que los realizan.  La ética de Kant es un claro ejemplo de ética del deber y la de Max Scheler (1874-1928) un de ética de los valores. 

Max Scheler, en directa oposición al formalismo kantiano, trata los valores como cualidades a priori de las cosas, independientes por tanto de la experiencia humana, y verdadero contenido material de la ética. Para Scheler, los valores son objetivos y universales, y son los fundamentos del aprecio o de la desaprobación que producen en nosotros. Están ordenados jerárquicamente: desde lo agradable-desagradable, lo noble-vulgar, y los valores espirituales (bello-feo, justo-injusto, verdadero-falso), hasta lo sagrado-profano.



La dicotomía deonto-axiológica marca algunos problemas éticos, como: ¿qué debemos hacer? Y ¿qué es lo valioso en sí mismo? O ¿Necesito saber qué es lo «bueno» para saber qué debo hacerlo, o por el contrario tengo que haber aclarado mi deber para derivar de allí el concepto de lo «bueno»?

La fundamentación de las normas   

Es el problema central de la ética normativa La norma dice qué se debe hacer, la ética pregunta por qué se lo debe hacer. El problema de la fundamentación de las normas reside, en que él remite a algúnfundamento último, es decir, algo que no puede ser fundado a su vez, pero: ¿existe algo así?

Imperativo categórico 

Un imperativo (del latín imperativum, obligatorio) puede ser para Kant, hipotético o categórico. Los hipotéticos responden a la forma lógica: «Si…entonces» Si quieres aprobar el parcial –por ejemplo- debes estudiar. Los objetivos propuestos por el imperativo hipotético tienen por característica común la heteronimia. Los imperativos hipotéticos mueven a la voluntad. Pero la mueven con vistas a algo ajeno al sujeto. Se trata pues de una voluntad para de una voluntad condicionada, pero para Kant, los objetos han de estar regidos por la voluntad del sujeto, no a la inversa. La Razón establece las reglas para deducir lo particular de lo universal, siendo lo Incondicionado su Principio supremo. Si la acción ha de ser pues racional, no puede estar determinada por nada ajeno a la razón misma. Sabemos que una acción es buena o mala por suforma, o sea: no por el objeto que la voluntad se propone realizar, sino por la plena adecuación a una legislación universal. Con independencia de todo contenido, la ley moral manda incondicionadamente mediante el imperativo categórico.



En Kant, entonces el imperativo categórico es el criterio de la moralidad de una acción; la manera como la razón se impone a la voluntad de una forma incondicional y necesaria, en contra de cualquier deseo meramente subjetivo. Expresa el deber que ha de cumplirse por sí mismo, y no para conseguir alguna otra finalidad (en este caso, sería un imperativo hipotético o condicionado). Es la ley de la razón práctica, que no prescribe nada en concreto que hacer, sino sólo la manera, la forma, cómo se ha de actuar. En la ética kantiana aparecen diversas formulaciones del imperativo categórico

Imperativo categórico: Definiciones kantianas 



Cuando pienso un imperativo hipotético en general no sé lo que contiene hasta que me es dada su condición, pero si pienso un imperativo categórico enseguida sé qué contiene. En efecto, puesto que el imperativo no contiene, aparte de la ley, más que la necesidad de la máxima de adecuarse a esa ley, y ésta no se encuentra limitada por ninguna condición, no queda entonces nada más que la universalidad de una ley general a la que ha de adecuarse la máxima de la acción, y esa adecuación es lo único que propiamente representa el imperativo como necesario. Por consiguiente, sólo hay un imperativo categórico, y dice así: obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal.

Imperativo categórico: Definiciones kantianas 

Puesto que la universalidad de la ley por la que suceden determinados efectos constituye lo que se llama naturaleza en su sentido más amplio (atendiendo a la forma), es decir, la existencia de las cosas en cuanto que están determinadas por leyes universales, resulta que el imperativo universal del deber acepta esta otra formulación: obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza.

Imperativo categórico: Definiciones kantianas 

La naturaleza racional existe como fin en sí misma. Así se representa necesariamente el hombre su propia existencia, y en este sentido dicha existencia es un principio subjetivo de las acciones humanas. Pero también se representa así su existencia todo ser racional, justamente a consecuencia del mismo fundamento racional que tiene valor para mí, por lo que es, pues, al mismo tiempo, un principio objetivo del cual, como fundamento práctico supremo que es, han de poder derivarse todas las leyes de la voluntad. El imperativo práctico será entonces como sigue: obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio.

Imperativo categórico: Definiciones kantianas 

Por consiguiente, todo ser racional debe obrar como si fuera por sus máximas un miembro legislador en el reino universal de los fines. El principio formal de tales máximas es: obra como si tu máxima debiera servir al mismo tiempo de ley universal para todos los seres racionales. Un reino de los fines sólo es posible, pues, por analogía con un reino de la naturaleza; aquél, según máximas, es decir, reglas que se pone a sí mismo; éste, según leyes de causas eficientes mecánicas. No obstante, al conjunto de la naturaleza, aunque es considerada una máquina, se le da el nombre de reino de la naturaleza en cuanto que tiene referencia a los seres racionales como fines suyos. Tal reino de los fines sería realmente realizado por máximas, cuya regla prescribe el imperativo categórico a todos los seres racionales, si tales máximas fueran seguidas universalmente. Ahora bien, aunque el ser racional no puede contar con que, porque él mismo siga puntualmente esa máxima, por eso mismo los demás habrán de ser fieles a la misma; aunque tampoco puede contar con que el reino de la naturaleza y la ordenación finalista que contiene (y en la que él mismo está incluido) habrán de coincidir con un posible reino de los fines realizado por él mismo y satisfacer así su esperanza de felicidad, etc., sin embargo, la ley que dicta obra siguiendo las máximas de un miembro legislador en un posible reino de fines, conserva toda su fuerza porque manda categóricamente. Y aquí justamente está la paradoja: en que solamente la dignidad del hombre como naturaleza racional, sin considerar ningún otro fin o provecho a conseguir por ella, es decir, sólo el respeto por una pura idea debe servir, no obstante, como ineludible precepto de la voluntad, y precisamente en esta independencia de la máxima con respecto a todos los demás estímulos consiste su grandeza, así como la dignidad de todo sujeto racional consiste en ser miembro legislador en un reino de fines, puesto que, de otro modo, tendría que representarse solamente como sometido a la ley natural de sus necesidades.