Aportes Del Marxismo (1)

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APORTES DEL MARXISMO EN ANTROPOLOGÍA Introducción. El Marxismo es una corriente teórica que desde sus inicios en los años de 1840 con Karl Marx y Federico Engels implico un conjunto de movimientos políticos, sociales, económicos y filosóficos. Desde entonces hasta hoy el Marxismo sigue vigente pese a los giros y ataques que ha sufrido, y se ha convertido en una corriente teórica de gran pertinencia para el actual mundo en que vivimos. A continuación pretendo remarcar aquellos elementos que ha aportado el marxismo y que hoy día se han convertido en importantes elementos para el análisis de nuestra sociedad, no sin antes hacer una pequeña introducción acerca del Marxismo. El marxismo es una corriente teórica que comprende aspectos económicos, sociológicos, políticos y sociales teniendo por pilar la obra de Karl Marx, filósofo y periodista, revolucionario alemán de origen judío que trabajo en colaboración con Friedrich Engels también filósofo y revolucionario, quien también aporto a este conjunto de teoría. Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de las corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término de socialismo utópico. La visión a futuro del marxismo es una sociedad sin clases sociales donde se anulé la propiedad privada, y sea la producción social y los medios de producción socialmente compartidos. El elemento que caracteriza al Marxismo de otros pensamientos es su concepción materialista de la historia que comprende al desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, ya que son estas las que determinan el curso del desarrollo socio-histórico. Si bien el Marxismo tuvo una época de gran auge hoy día ya se ha visto desprestigiada y atacada por las actuales corrientes contemporáneas y posmodernas que han traído consigo una gran indiferencia hacia aspectos de gran relevancia y pertinencia que el Marxismo ha aportado, tales como la importancia de la política, el sentido histórico, el enfoque de clases sociales y la comunidad. ¿Porque la corriente teórica marxista es de

gran pertinencia para la actualidad?, es la pregunta a la que se pretende dar respuesta en el presente ensayo. Aportes del Marxismo Una de las primeras y más obvias características del teoría marxista es le enfoque integrador con el que se analiza la sociedad, este enfoque integrador dio pauta a diversos estudios de enfoque marxista, que abarcaran el conjunto de la vida social, surgiendo así estudios de economía política, estudios en donde las industria culturales y artísticas son objeto de análisis, los movimientos sociales y políticos también se volvieron materia de estudio, o bien estudios en donde aspectos sociales como el parentesco se vuelven los pilares de los sistemas políticos en sociedades no capitalistas. Este enfoque marxista abrió las puertas a una gran cantidad de estudios en donde lo más importante es la visión integral y totalizadora que permitiera ver la complejidad de la vida social y de los cuales también han surgido criticas acerca del papel de la política en la actualidad. El hincapié en las relaciones de producción es otro aporte del marxismo y es uno de los parteaguas para entender el actual orden social, la forma en cómo actualmente se efectúan las jornadas de trabajo, la relación hombre y medios de producción, las relaciones contractuales en los actuales empleos o bien la valorización de mercancías y el dinero en el mercado, tienen sus alcances más allá de los ámbitos productivos y de comercialización, trastocando la organización familiar, comunitaria e incluso nacional del país. El actual modelo económico que se efectúa en el país ha tenido tal desarrollo que ha venido influyendo y transformando a todo un Estado en sus diversos ámbitos y a distintos niveles, ya sea en el ámbito jurídico o cultura, o bien en las mecánicas familiares o productivas de alguna comunidad. Sin embrago las actuales circunstancias no son más que el producto de un proceso de desarrollo especifico; Las relaciones sociales son relaciones materiales si ellas dominan el proceso de producción material y de reproducción, y no se originan a partir de aquello que dominan, sino de las propiedades sociales del sistema previo de reproducción considerado como un todo. (FRIEDMAN J. 1975).

Así también, el enfoque que utiliza el marxismo para entender el devenir de la sociedad, se basa en la idea de proceso, esta categoría ha sido de gran utilidad para entender a la sociedad y su desarrollo, puesto que contiene implícitamente la idea de reproducción social, la cual ha sido uno de los elementos que conlleva a integrar los diversos aspectos que dan pie a la reproducción social y que por ende también se vuelven objetos de estudio para el marxismo, ejemplos de ello son el desarrollo tecnológico de los medios de producción o bien la propiedad de la tierra, puesto que son medios para la reproducción social, su estudio es pertinente sin dejar de lado su relación con el conjunto. Otro de los aportes de este enfoque marxista es que la idea de progreso rompe con la arraigada dicotomía entre los estudios diacrónicos y sincrónicos que en última instancia pueden llegar a sesgar la realidad social. Ya que comúnmente “La evolución se reduce así a algo que ocurre entre estadios, en vez de presentarse como el resultado de procesos que son inherentes a las formas sociales mismas” (FRIEDMAN J. 1975). Precisamente el rompimiento con la idea evolucionista de progreso no sólo permitió que la teoría marxista abarcara el concepto mucho más adecuado de proceso, si no que a su vez permitió romper con la idea determinista de desarrollo, al dar cuenta de que una sociedad podría tener diferentes y múltiples formas de organización y reproducción social. “*…+ el funcionamiento de un sistema social especifico genera varios tipos diferentes de transformación en el tiempo.” (FRIEDMAN J. 1975). Estos diferentes tipos de organización y reproducción social que pueden llegar a gestarse, también alberga la idea “formas políticas” puesto que forman parte de los elementos que permiten la reproducción social y son un elemento organizativo dentro de la sociedad. Es por ello que el marxismo le da una gran importancia a la política, ya que además es el medio por el cual los individuos toman partido dentro de la sociedad, ya sea a partir un tipo de organización familiar o civil o bien a partir de una determinada organización económica. El enfoque en los procesos socio-históricos y en las formas sociales, ha permitido un análisis más completo de la sociedad actual y su precedente, es por ello que uno de los

temas al que se le ha dado más importancia en la obra de Marx y que sigue siendo un tema central en los demás estudios marxistas, son las formas que preceden a la aparición del capital y por ende el propio modo de producción capitalista. Los cambios y transformaciones que han presentado a lo largo de la historia las organizaciones e instituciones tales como el trabajo, permiten ver cómo las instituciones y su organización ha variado según las condiciones de producción y reproducción social, ejemplo de ello es el trabajo mismo, que con la creciente valorización de los valores de cambio en comparación con los valores de uso, la trasformación de la propiedad de la tierra de forma comunitaria a una forma privada y la mercantilización de la mano de obra, que es en sí una apropiación real de las condiciones objetivas de la vida a través del proceso de trabajo, han sido elementos que le han dado sentido al actual modo de producción y que han ido de la mano junto con otros procesos; como el individualismo, el mercantilismo, la globalización y el proyecto político neoliberal. Su relación con las condiciones objetivas del trabajo es mediada por su existencia como miembro de la comunidad; por otro lado, la existencia efectiva de la comunidad está determinada por la forma determinada de su propiedad de las condiciones objetivas del trabajo. (MARX K. 1857).

La capacidad de individuo en cuanto a sus condiciones objetivas también tiene lugar -en el marxismo- dentro de la producción, esta es una de las razones por las que la producción dejo de ser un elemento puramente económico para convertirse en uno principalmente social, “*…+ cuando se habla de producción se está hablando siempre de producción en un estadio determinado del desarrollo social, de la producción de individuos en sociedad.” (MARX K. 1857), a partir del cual, el hombre tiene un papel fundamental, puesto que la producción es posible sólo y únicamente a partir del hombre, la importancia de este en cualquier modo de producción es elemental, puesto que el mismo capital es producto del trabajo del hombre, siendo el capital mismo “trabajo pasado objetivado”. La producción fue una categoría no sólo para el análisis de los procesos históricos, sino que también permitió el análisis de muchos otros fenómenos culturales en los que esta

interviene; tal como la ciencia o el arte, junto a esta categoría aparecieron otras dos que comúnmente habían sido olvidadas; la distribución y el consumo, Marx dedico parte de su obra para tratar estos elementos puesto que considero a estas tres categorías en una estrecha relación; […] en la producción los miembros de la sociedad hacen que los productos de la naturaleza resulten apropiados a las necesidades humanas (los elaboran, los conforman); la distribución determina la proporción en que el individuo participa de estos productos; el cambio le aporta los productos particulares por los que él desea cambiar la cuota que le ha correspondido a través de la distribución; finalmente, en el consumo los productos se convierten en objetos de disfrute, de apropiación individual. (MARX K. 1857).

Además remarco la dimensión socio-histórica de cada una de estas categorías, explicando que estas responden a un proceso específico y particular de desarrollo de fuerzas productivas, exponiendo la necesidad de abordarlas de forma crítica para el completo estudio de la sociedad, ya que la producción no sólo se basa en como el hombre produce sus medios de vida para sobrevivir sino que incluye la forma en como los hombres producen sus formas jurídicas, políticas, artísticas

o bien educativas, para adquirir

determinada conciencia de la realidad en que viven, de ahí la importancia de la frase “No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. (MARX K. 1857). Esta apropiación de la naturaleza a la que llamamos producción, está inscrita en una red de relaciones sociales que a su vez genera sus propias instituciones sociales, es por ello que hoy día gran parte de la economía capitalista se ha apoyado en la reforma y creación de aparatos jurídicos y políticos, e incluso culturales, que la sustenten. Estas instituciones no son más que relaciones sociales que se gestan como una necesidad ante un determinado modo de producción; “En la producción social de la vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.” (MARX K. 1857).

El marxismo, no sólo ha promovido una visión integral de otras sociedades -como comúnmente se pretende en los tradicionales sistemas académicos- , sino que da pie, a una visión crítica de nuestra propia y actual sociedad. El análisis histórico que sustenta la metodología marxista, se convierte también en un medio para el autoanálisis del conjunto de nosotros como sociedad ya sea en lo que respecta a lo económico, lo político o lo cultural, etc. Una de las propuestas marxistas es precisamente concientizarnos acerca de nuestro papel en la sociedad y analizar nuestra producción y acción en ella, es por ello que uno de los intereses de los recientes teóricos marxistas es el analizar nuestra actual producción y satisfacción de necesidades, en relación al momento histórico en que vivimos, lo anterior como parte de una toma de conciencia y recordatorio hacia nuestra capacidad de acción política. La capacidad de conciencia histórica se retoma en el método de la economía política, puesto que implica observar y analizar las propias categorías que utilizamos, teniendo en cuenta que estas son producto del sujeto y por ende son dadas tanto es la realidad pero también en la mente del individuo, por lo que expresan determinadas formas de ser que no dejan de ser objeto de estudio y materia de análisis. Lo que permite situar al investigador no arriba, ni aislado de la investigación social, sino como parte de la realidad social que se plantea investigar. La relevancia de la política en el conjunto de la realidad social es uno de los legados de Marx y surge en oposición a la teoría política tradicional de bases epistemológicas positivistas, Marx va ir en contra de la incongruente separación de la vida política y los ámbitos de la vida social, es decir de la escisión de los aspectos políticos de los aspectos económicos, sociales y culturales. Este giro le dio a la política una forma diferente de pensarla, ya no sólo como una esfera aislada de la realidad social, sino en conjunto con otros aspectos: económicos, culturales y sociales etc., identificándose como una práctica común en el conjunto de la vida social, de hecho el método de la economía política tiene como fin analizar lo real y lo concreto de la sociedad, puesto que lo que lo caracteriza es esta visión holística y múltiple de la realidad; “Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones”. (MARX K. 1857).

Una visión crítica y la toma de conciencia política va de la mano con la teoría marxista, cuando analizamos los aportes marxistas se muestra a la política como una condición de toma de decisiones y posicionamiento con influencia en nuestra forma de actuar en diversos ámbitos de la vida en sociedad, es por ello que los actuales estudios marxistas centran su interés en aspectos tales como las industrias culturales y la producción científica puesto que implican y tienen insertos un posicionamiento político en el momento en que se decide qué es lo adecuado, permitido y/o facilitado para satisfacer nuestras necesidades de diversa índole, ejemplo de ello es la forma en que satisfacemos nuestra necesidad de divertimiento o bien cuando se decide qué educación es necesaria y/o correcta para determinada sociedad o grupo social, o “Qué tipo de pensamiento nuevo exige esta nueva era” (EAGLETON, T. 2004) puesto que implican un posicionamiento frente a un particular modelo de desarrollo, como el capitalismo, implicando formas de pensar y valorizar las cosas o personas, implicando una forma de enfrentar y vivir la actual realidad. “Satisfagamos nuestros sentidos y nos complazcamos con tan poca mala conciencia como sea posible. *…] no sólo consumiremos más, sino que también identificaremos nuestra propia satisfacción con la supervivencia del sistema.” (EAGLETON, T. 2004). Lo anterior se explica con la intención de retornar la importancia del marxismo en la revalorización de la política ante de la misma, hoy día podemos notar un gran descontento de parte de la sociedad por los sistemas políticos que nos norman, así como por sus ejecutores, -como diputados, senadores, presidentes y ex presidentes etc.,- trayendo consigo una creciente desconfianza acerca de la eficacia y utilidad ya no sólo del sistema político que tenemos y ejercemos, sino de la misma política, “el destino del siglo es la política y la tragedia del siglo es la política” (BADIOU A. 2000) Se ha rebasado el discurso moral y normativo, cayendo en una desilusión que ha esparcido por la sociedad, las luchas pérdidas y demandas ignoradas sólo han servido a la gente para darle la espalda al aparato político, y en el intento de algunos por ocupar una postura radical respecto a esta situación se han dejado atrás elementos que daban sentido y cohesión a la sociedad tal como la moral, los límites, la tradición tergiversado

otros elementos como la libertad, la identidad, la normatividad etc. para el beneficio de unos cuantos. La política hoy se ve como el medio por el cual unos pierden mucho y otras ganan igual de tanto, se le conoce como el sistema que fracaso para dar voz a aquellas demandas en beneficio de la mayor parte de la sociedad y en donde el consenso encontró su fin. Para el grueso de la sociedad frases como participación ciudadana, solidaridad política, revolución social, entre otras, suenan más a un discurso y se generalizan las campañas que pregonan el desacredito de la política. “El prejuicio posmoderno ante las normas, las unidades y los consensos es un prejuicio catastrófico en el aspecto político” (EAGLETON, T. 2004). Esta visión en torno a la política no deja de ser uno más de los efectos de un desarrollo histórico capitalista en el que la aglomeración no implica colectividad, en donde hay un extremo aislamiento y que por ende la capacidad de organización y de solidaridad en la sociedad está debilitada. La visión del individuo que en un primer momento fue para muchos intelectuales el pilar sobre el que se construiría la democracia y la libertad es ahora el pilar en donde descansan una diversidad de individualismos narcisistas que a través de las construcciones, la comercialización y divulgación industrial, científica y cultural, sólo creen en su derecho a ser, por encima, acosta o sin siquiera tomar en cuenta al otro estando lejos de llegar a la libertad que predican y más bien se acercan más al libertinaje y la intolerancia, por lo que no se ha dado lugar para verdaderos actos políticos; “Los que ya sabemos es que es un acto que tiene que ser libre en su forma y en su contenido, algo que crea tiempo y espacio.” (BADIOU A. 2000). Entre la gente se generan discusiones a partir de concepciones erróneas pero principalmente desesperanzadas de "lo que es hacer política" sustentándose en la realidad que se vive a diario en México y el mundo, “acostumbrándose” a hablar de la política a partir de lo que vive y ve en su vida diaria, resumiéndola en frases como “todos los políticos son iguales” “nadie ve por la gente” “la política es puro negocio” etc., y en donde quedan al descubierto las concepciones que se han gestado de la política y llegando a considerar a esta como la única política existente negando así otras alternativas y desechando las ideas de consenso y la representatividad. Los métodos a través de los

que se ejerce actualmente la política partidista como es el caso del voto, están en crisis y están lejos de ser una opción de representatividad y consenso, “*…+ la crisis de la política en este fin de siglo es, antes que nada, la crisis de la idea de partido.” (BADIOU A. 2000).Esto es debido a que estos métodos y los propios partidos no comprenden una idea de emancipación, en la que la política no se piense únicamente a partir del Estado y por lo tanto no corresponda a la defensa de unos pocos interés, subordinando a la política al Estado; “Hay que comprender a la política de emancipación de una manera distinta que como una política de partido.” (BADIOU A. 2000). Cuando se piensa en organización regularme se hace a partir de los precedentes que nos difunden y nos presentan como ejemplos de organización política, sin embargo cuando la elección y la decisión se limita únicamente a estos medios sólo se menoscaba la capacidad del individuo por crear alternativas y por ende su capacidad de organización entonces “Tenemos que hablar directamente de la capacidad política de la gente y de cómo se organiza esta capacidad, con una lógica distinta de la lógica del poder”. (BADIOU A. 2000). ¿Qué pasa con la identidad de la sociedad en estos momentos? Es una pregunta que ronda en la mente no sólo de antropólogos, sino también en la de muchos especialistas de otras áreas de las ciencias sociales, el alcance de la teoría marxiana permiten mostrar la relación entre el contexto social en el que vivimos y la percepción y la acción de la sociedad respecto a sí misma, en este ambiente en el que la inestabilidad es clave para entender al capitalismo, también se vuelven igual de inestables los valores y las normas inherentes a cualquier sociedad. Sin embargo, una breve reflexión del discurso de la sociedad mexicana y su realidad permitirá demostrar que el descontento generalizado que se ha estado gestando en los últimos años proviene en sí de los instrumentos y medios con los cuales se ha ejercido la política, llevando entre los pies la reputación de la misma; el voto, las huelgas y marchas y algo más reciente las encuestas para la aprobación de medidas que afectan a gran parte de la sociedad, son ejercicios políticos que no sólo se han caracterizado como ineficaces sino que también pueden llegar a afectar el bienestar público. Si bien, entonces, lo que

está en crisis no es la política en sí misma, es decir como camino para dar solución a lo que nos aqueja, sino más bien los medios e instrumentos con los cuales asumimos dicho rol de seres políticos. Entonces lo urgente a solucionar y revalorizar es nuestra capacidad de ejercer dicha postura para lo cual es necesario preguntarnos ¿Qué es la política? y ¿Cómo hacer política? ambas preguntas son clave para la actualidad, y dichas interrogantes han sido trabajadas por algunos científicos marxistas han trabajado. Remitiéndome a los trabajos de Andrés Malraux quien dice que en el siglo XX la política sustituyo al destino, pretendiendo así dilucidar que quien ejerce la política tiene poder de decisión. Pero en ese caso qué sucede cuando desconocemos qué es y cómo hacer política o peor aun cuando vemos que se desecha a la política como un medio para cambiar ese "destino" al que se refiere Malraux.

Para Alain Badiuo, "un acto político crea tiempo y lugares, pero el problema es saber si actualmente nosotros queremos y si sabemos crear tiempo y espacios políticos". La política entonces es algo que se crea, o mejor dicho que nosotros creamos y no algo que existe únicamente de forma abstracta ni algo que ya este determinado y definido, y aún menos algo destinado a unos cuantos. Tiempo y lugares no sólo implica escoger el cuándo y el dónde, puesto que esto va más allá de esta elección obvia; significa que somos nosotros quienes creamos las condiciones para generar acciones políticas, y que a su vez somos nosotros quienes cambiamos y podemos reinventar nuestra participación política en el caso de que esta esté fallando y ya no sea operativa para nuestra realidad. Si indagamos en nuestra memoria histórica nos daremos cuenta de la estrecha relación que debe haber entre política, sociedad y contexto socio-histórico para que una acción sea realmente política, por ejemplo, en el estallido social de la Revolución Mexicana fue de las personas de donde surge optar por dar voz a las demandas de los trabajadores a través del derecho a huelga, en ese momento histórico la huelga fue un buen instrumento político para exigir demandas en torno a la mejora de las condiciones y la relación obreropatrón, dichas demandas urgían en una clase trabajadora obrera en crecimiento, y aunque no todas las demandas fueron satisfechas hubo significativos logros, sin embargo es

importante considerar que la huelga como instrumento político fue efectivo principalmente porque las personas que se lo propusieron -que en su mayoría fueron obreros es decir la parte de la sociedad a directamente afectada- se encontraban en un momento histórico de pleno auge del capitalismo industrial en México en donde esta clase trabajadora tenían una gran relevancia para los intereses "nacionales", por lo que una huelga representaba un golpe directo a los interés del capital en crecimiento. Huelgas que surgieron de las propuestas e iniciativas en combinación con la pertinencia de estas respecto al momento histórico de entonces, representaron una acción política productiva. La ruptura de la que se habla en este ensayo, no sólo debe ser superada en el plano epistemológico, sino que es absolutamente necesario superarla en la vida cotidiana. La política no es sólo la acción que interrumpe la vida cotidiana para la reunión de diputados y senadores para discutir leyes y reformas, sino la acción constante y consiente (y otras veces no consciente) de que tomamos decisiones con impacto social a todo momento en nuestros día a día, tampoco existe una clase política, todos somos políticos y somos partícipes de las lo que pasa o no en nuestro país, directa e indirectamente ejercemos una posición política, pero está en la decisión de cada parte de la sociedad y del conjunto de ella el tipo de impacto que representara nuestra acción política como ejerció sociohistórico consiente. Conclusión El Marxismo ha contribuido en la Antropología tanto teórica como metodológicamente, teóricamente ha permitido compartir una visión integral de diferentes elementos y fenómenos de la realidad ya sean políticos, económicos, sociales, filosóficos o culturales, contribuyendo no ´solo a la Antropología sino al conjunto de las Ciencias Sociales. El estudio de la economía política, ha permitido el análisis de los diversos ámbitos de la producción social de la vida, a partir de un enfoque de relaciones sociales, poniendo a estas como la materia de la que se crean los diversos ámbitos de la realidad social y siendo el elemento rector para la vida en sociedad. El Marxismo también ha dado cabida a la

transformación y los cambios que se presenta en sociedad, por lo que es una teoría que no sólo se enfoca a elementos aislados e inconexos sino que permite analizar los procesos que conllevan a dichas transformaciones. A su vez, el enfoque de clases que le es característico ha permitido situar a la sociedad a partir de su relación con los medios de producción y dando cabida a las diferentes dimensiones que intervienen en este proceso, tales como el poder y la política. Empíricamente el Marxismo ha permitido en la Antropología una perspectiva de liberación que ha llegado a abarcar diferentes movimientos desde el movimiento liberador obrero, hasta el movimiento liberador indígena, por lo que es una teoría que responde y da voz a distintas situaciones socio-históricas. Metodológicamente podemos decir que el enfoque materialista del Marxismo permitió romper con muchos males evolucionistas e idealista tales como la idea de progreso y de evolución lineal, y su carácter dialectico permitió una visión y un análisis integrador y holístico que permite reconstruir toda una totalidad. Además en esta metodología es resaltable la capacidad de reconstrucción de teoría con sustento empírico en contraste con la justificación de hipótesis, debido a su carácter histórico y a la importancia de los datos empíricos arrojados por la realidad. Y por último, uno de los aportes más significativos e incluso polémicos del marxismo es que este conjunto teórico y metodológico se ha convertido en un aporte significativo para la reivindicar de la acción y el papel no sólo de la sociedad en general, sino de los mismo científicos e investigadores, puesto que los sitúa dentro de la realidad a estudiar y por ende dentro del campo de acción en materia de luchas sociales y políticas. BIBLIOGRAFÍA Karl Marx, “Prologo de la contribución a la crítica de la economía política”, en C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, tomo 1, Editorial Progreso, Moscú, 1974, pp. 516-520. K. Marx y F. Engels, La ideología alemana, Ediciones de Cultura Popular, México, capítulo I, pp. 1591. Karl Marx, “Formas que preceden a la producción capitalista” en K. Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundriesse) 1857-1858, Siglo XXI editores, México, 2005, pp. 433-479.

Lawrence Krader, “Introducción a las notas etnológicas de Marx”, en Nueva Antropología, vol. III, núm. 10, México, 1979. Jonathan Friedman, “Tribus, estados y transformaciones”, en Maurice Bloch (compilador), Análisis marxistas y antropología social, Editorial Anagrama, Barcelona, 1977, pp. 191-239. Héctor Díaz-Polanco, Elogio de la diversidad, Globalización, multiculturalismo y etnofagia, Juan Siglo XXI Editores, México, 2006. Theodor Adorno, Televisión y cultura de masas, Nombre Falso, Comunicación y sociología de la cultura, 23-02-2010, 23:21-3pm Alain Badiou, De un desastre oscuro. Sobre el fin de la verdad de Estado, Amorrortu editores, 2006. “Dos conferencias sobre Movimientos, partidos y Estado” en Memoria, No. 238, octubrenoviembre 2009. David Harvey, Breve historia del neoliberalismo, Akal, Madrid, 2007, cap. VI, pp. 167-200. Terry Eagleton, Después de la teoría, Editorial Debate, Barcelona, 2005, capítulos I, II, y III.