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C.U. CENTRO UNIVERSITARIO “TUXTEPEC” A.C. BATEMS S.R.E. 2003578 BACHILLERES UNIVERSIDAD POSGRADOS CONVENIO: UPAV Univers

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C.U. CENTRO UNIVERSITARIO “TUXTEPEC” A.C. BATEMS S.R.E. 2003578 BACHILLERES UNIVERSIDAD POSGRADOS CONVENIO: UPAV Universidad Popular Autónoma de Veracruz, GACETA OFICIAL No. 236 CCT 300SU0002F CLAVE 30MSU9074J DGP 30-00225

ANTOLOGÍA ÉTICA Y VALORES 1er. CUATRIMESTRE

ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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UNIDAD 1.- INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA Y LOS VALORES 1.1 LA ÉTICA Y SU CAMPO DE ESTUDIO Etimológicamente la palabra ética se deriva de la palabra griega “ethĭcus” que significa: costumbre, modo de proceder. Se le confunde impropiamente con la moral (del latín “mores”, costumbre). También se le ha llamado “Filosofía moral.” La ética es la disciplina que estudia la moral, distingue lo bueno de lo no tan bueno, y determina como debemos actuar. Por lo tanto, la ética es la ciencia del comportamiento moral del individuo. La moral son reglas y normas por las que se rige la conducta de un ser humano, en relación con la sociedad y consigo mismo. Se le considera una ciencia normativa, ya que se ocupa de las normas de conducta humana. La ética trata de dar explicación en forma objetiva a la conducta moral, se ve en la necesidad de recurrir a otros campos del saber, es decir la moral no se explica por sí misma: requiere del auxilio de otras disciplinas del conocimiento a fin de que sus explicaciones tengan cierta importancia, como productos de investigaciones y reflexiones interdisciplinarias. Todo tipo de conocimiento científico- social que aspire a tal, debe tener una metodología de investigación, abierta al conjunto multidisciplinario, dialógico, inclusive, polémico que requiere la ética. Normalmente este término se asocia con las cosas buenas; y también con los principios religiosos y los valores que la sociedad está dispuesta a respetar. Basado en esta definición de términos, podemos deducir, que un Código de Ética es el conjunto de normas o principios que orientan la conducta de los servidores en todas las ramas sociales sean personales o profesionales. La teoría que se sustente acerca de la moral no solo influye sobre nuestra conducta individual, sino también en el comportamiento de la sociedad y la estructura de sus instituciones. Para explicar las relaciones entre lo teórico y lo práctico, se encuentran los siguientes niveles de ética: LA ÉTICA TEÓRICA: Propiamente tal, se encarga de determinar cuáles opiniones o creencias morales son válidas. Una creencia moral es válida cuando se ha probado que cumple con la función de garantizar la felicidad individual y la armonía social, también cuando evita sufrimiento individual y el daño social. LA ÉTICA CRÍTICA (FILOSÓFICA-CIENTÍFICA): También se preocupa del análisis lógico y epistemológico de los principios éticos. Ante todo la ética busca explicar, fundamenta, plantear y resolver problemas en torno a la moral. Elabora hipótesis y teorías sobre la moral, propone conceptos, explica categorías relativas a la experiencia moral. Ante los hechos morales, la

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Ética crítica no se limita a registrarlos o describirlos, los trasciende buscando principios generales, elaborando conceptos, hipótesis y teorías. Su tarea fundamental consiste, en base a una fundamentación teórica, guiar la conducta para decidir cuál es la decisión mejor entre las posibles de realizar en una situación concreta. Es decir, indica cual es el deber y porqué. Para ello, se estudian los valores y las mejores formas de solucionar los problemas morales de la convivencia humana. Trata de ajustar la conducta a ciertos principios éticos que son fruto de la reflexión y de la fundamentación teórica. 1.2 APROXIMACIONES CONCEPTUALES AL MUNDO DE LOS VALORES VALORES: Se considera Valor a aquellas cualidades o características de los objetos, de las acciones o las instituciones atribuidas y preferidas, seleccionadas o elegidas de manera libre, consciente, que sirven al individuo para ofertar sus comportamientos y acciones en la satisfacción de determinadas necesidades. Los valores son agregados a las características físicas, tangibles del objeto; es decir, son atribuidos al objeto por un individuo o un grupo social, modificando -a partir de esa atribución- su comportamiento y actitudes hacia el objeto en cuestión. Se puede decir que la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal, e incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto en todo su ámbito.

Los valores se fundan en dos puntos: 1.- Un sujeto dotado de necesidad de motivación 2.- Un objeto, una persona, una actitud, algo, en fin, capaz de satisfacer o atender la exigencia del sujeto. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad, o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Hablar de valores humanos significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las realidades humanas, y que no debe oprimirse a ningún otro valor terreno, dinero, estado o ideología, por ello los valores están presentes en toda la sociedad humana

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LA sociedad exige un comportamiento digno en todos los que participan de ella, pero cada persona se convierte en un promotor de valores, por la manera en que vive y se conduce. Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacía la transformación social y la realización de la persona.

VALORES UNIVERSALES Son el conjunto de normas de convivencia validas en un tiempo y época determinada. Se consideran como valores universales, los siguientes: • LIBERTAD: Es obrar con libre albedrío. Es hacer lo que uno desea, pero sin dañar a nadie. La libertad física es limitada. Sólo el pensamiento es infinitamente libre. • JUSTICIA: Es dar a cada quien lo que se merece, según sus obras. • RESPETO: Es una consideración especial hacia las personas en razón de reconocer sus cualidades, superioridad, méritos o valor personal. • TOLERANCIA: Actitud abierta hacia posturas u opiniones diferentes de la propia. • RESPONSABILIDAD: Es la obligación de responder por los actos que uno ejecuta, sin que nadie te obligue. • AMOR: Es un principio de unión entre los elementos que forman el Universo. Manifestación de los hombres hacia el bien y la belleza absoluta. • BONDAD: Es una cualidad considerada por la voluntad como un fin deseable tendiente a lo bueno. • HONRADEZ: Es la cualidad que nos hace proceder con rectitud e integridad. • CONFIANZA: Actitud de esperanza hacia una persona o cosa. Sentimiento de seguridad en uno mismo. Acto de fe. • SOLIDARIDAD: Es una responsabilidad mutua contraída por varias personas, que nos permite comprometernos de manera circunstancial a la causa de otros. • VERDAD: Es la conformidad o acuerdo de lo que se dice, con lo que se siente, se piensa y se hace. • VALENTÍA: Es la cualidad que nos permite enfrentar con valor todos los actos de nuestra vida. • PAZ: Es el acto de unión o concordia que permite la convivencia armoniosa entre los miembros de una sociedad o familia. • AMISTAD: Es el afecto o estimación entre las personas que les permite establecer vínculos de convivencia más estrechos. • FRATERNIDAD: Es la unión y buena correspondencia entre los hombres. • HONOR: Es el sentimiento profundo de la propia dignidad moral del hombre.

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1.3 LA DIMENSIÓN ÉTICO-AXIOLÓGICA: CONFIGURADORA DE SUJETOS SOCIALES Desde una perspectiva, hablar de enseñanza de la ética, de los valores, implica promover un profundo respeto por los derechos humanos, por la naturaleza, por el propio ser. Es abrir espacios para aprender a valorar, a elaborar juicios morales, a construir convicciones éticas, a practicar valores de modo crítico y comprometido lo cual implica rechazar toda actitud, comportamiento y acción que agreda a la dignidad humana y luchar contra los mismos. Es propiciar en los estudiantes actitudes constructivas que contribuyan a mejorar nuestra sociedad. Con el término configuradora, se intenta significar cómo la ética y valores se constituyen en un medio ineludible para la formación humana, para el cambio personal-social. Despiertan la vida interior, el eros. Hacen posibles los procesos de reflexión, de toma de conciencia, de compromiso, razones por las cuales son elementos constitutivos de todo educativo. La configuración implica procesos que paulatinamente van bosquejando rasgos, formas, características a través de una dinámica de interrelación, de interacciones. Los sujetos se constituyen en un entramado sociocultural, caracterizado por contradicciones, incertidumbre, inseguridad y conflictos. Los sujetos no son esencias. Van siendo, se van configurando históricamente, en contextos peculiares, por mediados por la realidad cercana y distante. Están, condicionados, pero no determinados de modo fatal. El sujeto social, en términos de Zemelman (1996), el actor social según Tourain (1997), es aquel que por procesos de formación, dinamiza sus aptitudes cognitivas, sociales, éticas para transformarlas en capacidades críticas, generadoras de propuestas que coadyuven al desarrollo de sí mismos, de los demás, de la sociedad. La dinámica sociocultural y científico-tecnológica se desenvuelve a ritmos inesperados y en doble sentido: está generando avances, crecimiento, progreso y a su vez, grandes problemas como guerras, terrorismos, violencia, más pobreza, injusticia, inequidad, desempleo, corrupción, marginaciones y destrucción. Estos problemas no sólo son peligros., Mardones (1999) considera que vivimos en una sociedad de “riesgo”, porque muchos de los peligros son incontrolables y ante los mismos se refuerzan actitudes de desconfianza, de miedo, de inseguridad, de temor y agresión.

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EL SER HUMANO. PONTENCIALIDAD AXIOLÓGICA La reflexividad y reciprocidad son condiciones humanas constitutivas. Es la fuente de aptitudes y posibilidades para su despliegue mental, afectivo, social, cultural, ético. Por lo mismo, el ser humano puede pensar, examinar, apreciar, preferir, optar, decidir, y actuar. Es el ser de la racionalidad de la valoración, y valorar es deliberar, evaluar, priorizar, jerarquizar. El ser humano siempre estará decidiendo y actuando. La indiferencia, la pasividad, el conformismo son manifestaciones de crisis de la condición humana. La eticidad es característica ontológica del ser humano “por la cual este es moral en su ser mismo y existe siempre moralmente, sea cual sea la moral particular que le rija, incluso en la inmoralidad, pues no existe propiamente en lo humano una literal a-moralidad (González J., 1997). Al respecto, señala Cortina (2000, p. 18): “No hay ningún ser humano que pueda situarse más allá del bien y el mal moral, sino que todos somos inevitablemente morales”. En este marco, también, todo proceso educativo está asignado por la necesaria eticidad humana de la cual no puede evadirse educando alguno. Para Freud (1973-1975), el ser humano está dotado de fuerzas constructivas y negativas. El thánatos lo inclina al odio, a la agresión, a la destrucción, a la muerte. No sólo atenta contra los otros, genera autodestrucción. El Eros es la fuerza del amor, de la vida, es fuente de valores.

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2.2. LA VOLUNTAD Y LIBERTAD HUMANA

La voluntad es una facultad de naturaleza espiritual, cuyo acto es la inclinación apetitiva hacia un bien comprendido por la inteligencia. Como hemos hecho referencia en la introducción, el hombre tiene voluntad que equivale a afirmar que es capaz de percibir los valores y hacerlos propios. De esta manera no podemos desligar los valores de las personas. Las cosas están “revestidas de valor” en medida en que merecen nuestra estiman, nos agradan, nos resultan útiles, bellas, amables, verdaderas, etc. Naturaleza y objeto de la voluntad: El objeto de la voluntad es el bien captado por el intelecto; pero para que la voluntad tienda hacia algo, no requiere que eso sea verdaderamente bueno en realidad, sino que sea aprehendido bajo la razón de bien. Por eso, el fin de la voluntad es el bien, o lo que aparece como bien. La voluntad es una facultad distinta del apetito sensitivo, pues por ésta sólo se podrán querer cosas para satisfacer deseos orgánicos. En cambio, el objeto formal de la voluntad es el ente como bueno. Además, hay que señalar que aunque la voluntad se dirija al bien universal no se dirige a éste en tanto que abstracto, sino en cuanto totalidad real y concreta del bien; mas como dicha totalidad de bien no se puede tener presente, se dirige al bien concreto y real que la inteligencia capta. Por eso, el horizonte volitivo del hombre es inagotable, insaturable y sólo podría ser saturado alcanzando su último fin. La voluntad es la primera entre las fuerzas motrices de los seres que tienen entendimiento: ella aplica todas las potencias del acto, pues entendemos porque queremos, imaginamos porque queremos y así las otras facultades. Cuando la voluntad llega a poseer la totalidad del bien (Dios), toda su energía concupiscible, toda se ansia, desaparece, y queda en el reposo y la quietud de la volición del bien, que recibe el nombre de felicidad. La libertad es un “don”, pero también una “tarea”, un qué hacer. Ser libres es estar liberándose continuamente. Libertad, en general, significa “ausencia de constricción”, estar exento de coacción. Pero la coacción puede depender de diferentes causas, por eso se puede distinguir distintos tipos de libertad, que se pueden reducir a dos formas principales: Libertad exterior e Interior. Lo más inmediato que se viene a la mente cuando se nos consulta el significado de libertad, es que esta existe cuando un hombre hace lo que quiere, o sea, es él quien tiene la facultad interior para decidir y moverse. ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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Esta libertad deja de existir cuando hay algo, o alguien, que no nos permite realizar nuestra voluntad. También ocurre esto cuando en una determinada circunstancia opera un modo de pensar distinto al nuestro. Aquí no se nos comprende y so nos refuta. Es decir, se nos impone otra ideología. Esto puede ocurrir en cualquier tipo de ambiente y con cualquier tipo de relación; la sociedad, el ambiente profesional, la familia, el colegio, etc. Aquí somos consumidos por la maza y debemos acomodarnos al resto; comenzamos a perder toda autonomía hasta el punto en que perdemos no sólo la voluntad exterior, sino que también la interior. Además, en todo ambiente tenemos un superior, a quien debemos aceptar sea como sea. Todo esto es un ejemplo de no libertad y, de algún modo, todos participamos de él. Por esto, solo seremos completamente libres cuanto seamos dueños de nuestros movimientos y resoluciones; es muy importante luchar por esta libertad, para que siempre mantengamos firme nuestros sueños, nuestras ideas, etc. No podemos aflojar ni desviarnos en este camino, solo así encontraremos la libertad exterior tan preciosa que nos hace genuinos y auténticos. Por otro lado, supongamos que existe un hecho, o algún objeto, al cual todos miren y comenten, declarando lo magnífico. Un cierta persona sería víctima de “semejante libertad” si considera lo alabado por el resto como un fracaso, pero no tiene la fuerza interior para expresar su desacuerdo con la mayoría. Es decir, la maza lo detiene y no lo deja expresarse, se limita su libertad al no atreverse a manifestar sus convicciones frente al grupo. Por fuera puede parecer tan libre como un pájaro, pero un su interior, es un esclavo de la opinión pública. Es decir, depende de su libertad en el vecino. También ocurre esto cuando en un grupo existe un líder, o una camarilla, a la cual todo el resto está sometido y nadie se atreve a expresar su propia libertad. Para estos casos se podría decir que existe libertad absoluta, solo cuando se rompe con la opresión de la masa o de aquel líder. Es muy difícil y se requiere de mucha autoestima para expresar aquello que motiva nuestra voluntad. Incluso, se puede apreciar falta de libertad una amistad, en donde uno someta al otro. Aquí, seríamos testigos de una esclavitud más que una amistad. El amigo sumiso va perdiendo su independencia y cuando intenta recuperar su libertad, es considerado infiel.

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2.3. ÉTICA INDIVIDUAL Y ÉTICA SOCIAL La ética individual o privada trata de las normas propias, de las acciones de un ser humano cuyos efectos directos recaen sobre sí mismo y sus posesiones y no afectan a los demás. La ética individual permite todo y no obliga a nada: toda acción o inacción de un individuo cuyos efectos recaen exclusivamente sobre su propiedad es legítima. Cada individuo puede asumir las normas personales de comportamiento que considere adecuadas para alcanzar la felicidad. La sabiduría espiritual acerca del bienestar íntimo es una cuestión de conciencia de tipo persuasivo, no puede convertirse en ley social, y debe tener en cuenta la enorme complejidad y las diferencias subjetivas entre los seres humanos. El ser humano actúa porque cree que el resultado de su acción será beneficioso según su valoración particular. Utilizando sus limitados conocimientos y capacidades, la persona intenta prever a priori las posibles consecuencias deseables e indeseables de su acción. Toda acción tiene un coste, el valor de aquello a lo que el actor debe renunciar para alcanzar su meta, y puede tener consecuencias no deseadas. El actor asume los inconvenientes, las consecuencias previstas no deseadas, porque juzga más valiosos los objetivos a conseguir, las consecuencias previstas deseadas. La persona no actúa si considera que los costes son excesivos. La persona siempre persigue objetivos valiosos y nunca actúa para perjudicarse conscientemente a sí misma. Toda acción humana está afectada de incertidumbre y riesgo, y puede tener consecuencias imprevistas, deseadas y no deseadas. La acción tiene una duración temporal y las valoraciones subjetivas del actor pueden cambiar durante la misma: en algunos casos, lo que a priori se juzgaba de forma positiva (negativa), a posteriori se evalúa de forma negativa (positiva). El ser humano es flexible y puede aprender de sus éxitos y de sus fracasos si toma sus propias decisiones y asume las consecuencias de sus actos. Si la persona no puede acertar o equivocarse, si otros toman las decisiones, el aprendizaje es imposible: el ser humano no puede desarrollarse si se impide su funcionamiento adecuado. Si un ser humano cree que otra persona puede dañarse a sí misma como consecuencia de una acción, puede intentar convencerle de ello, pero no puede coaccionarla ni usar la violencia en su contra. A menudo las personas intentan controlar el comportamiento ajeno con la excusa de que es por su propio bien cuando la motivación real es el interés particular de quien juzga al otro. El intervencionista entrometido intenta vivir vidas ajenas en lugar de concentrarse en la suya propia (tal vez huyendo de sus fracasos personales), suele ser un inmaduro inconsciente de la complejidad de la vida que desconoce que las motivaciones de los otros pueden ser diferentes de las suyas. Ninguna persona está legitimada para interferir por la fuerza con respecto a acciones pacíficas de otra persona, ya sea para obligar o para prohibir. El propio actor es quien normalmente mejor conoce sus deseos, capacidades y ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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limitaciones. Es imposible conocer a priori si la valoración final de un actor será positiva o negativa. El despotismo paternalista, siempre contrario a la ética, es sistemáticamente ignorante y violento: se disfraza de buena sin tenciones irrelevantes (y frecuentemente falsas) y presume de un conocimiento superior que en realidad no posee .Los déspotas asumen que la mayoría de la gente no sabe lo que le conviene y no puede actuar de forma autónoma, y en realidad el déspota es el ignorante más arrogante. Un político es un déspota que se impone por la fuerza y el engaño, no un líder o guía a quien la gente sigue y obedece voluntariamente. No es ético obligar a una persona a realizar una acción alegando que es en su propio beneficio, ni prohibir a una persona realizar una acción alegando que es para evitarle un daño. Si una persona quiere corregir las acciones de otra, puede intentarlo mediante la persuasión, pero no mediante la violencia. Si una persona duda acerca de qué es mejor para su propio interés, puede consultar a otra que considere más experta para pedirle consejo. No existe ninguna forma a priori de determinar quién es un experto adecuado. En la sociedad libre, las personas tienden a acudir a aquellos expertos más capaces cuyo asesoramiento resulta mejor. Es absurdo afirmar que es mejor para las personas ser guiados por la fuerza en contra de su voluntad, lo cual tiende a producir individuos ignorantes, pasivos e incapaces de decidir por sí mismos. Si una persona asume que está legitimado para controlar la vida de otro cualquiera, por simetría debería aceptar ser controlado por otro La ética social o pública trata de las acciones de un ser humano cuyos efectos directos recaen sobre la propiedad ajena. Abarca las normas de comportamiento en convivencia, frente a los demás. La ética social permite toda relación beneficiosa para las partes, prohíbe toda relación perjudicial para al menos una parte, y solamente obliga al cumplimiento de los contratos libremente pactados. Un ser humano puede participar o no en una relación libremente, de acuerdo a su voluntad, con su propiedad privada respetada, o coaccionado, en contra de su voluntad, con su propiedad privada agredida. Una persona se relaciona o se abstiene de hacerlo voluntariamente cuando percibe un beneficio en su decisión. Si una persona es forzada a relacionarse o se le impide violentamente una relación, necesariamente sufre una pérdida, ya que lo que haría voluntariamente es lo contrario de lo que se ve obligada a hacer. Sólo en una relación voluntaria todos los participantes resultan beneficiados y ninguno resulta perjudicado. En toda relación violenta al menos una parte resulta perjudicada. En una situación binaria, la víctima es perjudicada por la agresión del criminal. En una situación ternaria, una tercera persona puede perjudicar a otras dos forzando o impidiendo una relación contra la voluntad de ambas partes. La regla de oro de hacer a los demás lo que uno quiere que le hagan, y no hacer a los demás lo que uno no quiere que le hagan es absurda y su popularidad demuestra la generalización de la ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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ignorancia ética. Parece proponer simetría en las relaciones entre personas, pero ignorando quelas preferencias de las personas pueden ser muy diferentes, y lo que uno quiere otro puede odiarlo y viceversa. La regla más correcta es no hacer a los demás lo que ellos no quieren que les hagan, y hacer voluntariamente a los demás lo que ellos quieren que les hagan. El origen de la moral es social, ya que las normar morales, cuya función es regular la conducta de los individuos y sus relaciones, derivan de la sociedad, que intenta así garantizar su supervivencia. El hombre es un ser social, pues su vida se desarrolla dentro de la sociedad a la que pertenece, la cual le enseña todo lo que necesita para vivir y le da los valores para gobernar su vida. Decimos, pues, que una sociedad hace moralmente al hombre en tanto que los individuos no crean su moral a partir de la nada ni escogen sus normas morales con total libertad, sino que todo individuo se educa bajo la influencia del modelo de conducta que prevalece en su sociedad.

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UNIDAD III.- ÉTICA Y CIENCIA 3.1. ÉTICA, CIENCIA Y AMBIENTE: REFLEXIONES TEÓRICAS Las relaciones entre ciencia, ética y ecologismo no están exentas de paradojas y de contradicciones,cuando no de virulentas polémicas y enfrentamientos. Abordaremos inicialmente está contradicciones por pares en primer lugar la relación entre ciencia y ética. Originalmente la tríada medieval compuesta por el Bonun, el pulchrum y el verum (bondad/ ética, belleza/ estética y verdad/ciencia), constituían una unidad indisoluble. La irrupción del nominalismo de Occam, del racionalismo de Locke y del escepticismo de Hume destruyó tal unidad. El racionalismo cartesiano y la cultura analítica y atomista del mecanicismo consagró tal divorcio sobre la base de los principios de separación analítica. La distinción kantiana entre razón práctica y razón teórica acabo edificó una arquitectónica del saber centrada en esta división entre el conocimiento científico exento ya de todo valor moral y de toda dimensión estética y ética (valores en sí mismo positivos, auto justificación trascendental, subjetivismo. En el pensamiento moderno está prohibido transgredir estas fronteras y especialmente la que divide la valoración ética de la descripción científica. De esta forma hemos obtenido una "ciencia sin conciencia y una "conciencia sin ciencia " (sin apoyo ontológica solo psicológica o jurídica. Todo lo demás es o "falacia naturalista" (deducir leyes morales de leyes científicas) o teología (deducir leyes científicas de leyes morales. La relación pues entre ciencia y ética ha sido, y en gran medida sigue siendo, de divorcio y de incomunicación. Hay entre la lógica moral y la lógica científica una relación de inconmensurabilidad que hace teóricamente imposible cualquier reducción (o traducción) de enunciados de una a otra o el encuentro en cualquier territorio común de diálogo y debata. Veamos el otro par, el compuesto por ciencia y ecologismo. Aquí tenemos que detallar, en primer lugar, la existencia de una situación paradójica por la cual por un lado todo el discurso ecologista proviene de datos obtenidos y respaldados científicamente (los ecologistas perciben la crisis ecológica con ojos científicos), incluso la denominación de origen está tomada prestad de una ciencia la "ecología". Por vez primera una ideología política y social reciben su denominación de una ciencia Por otro lado el discurso ecologista se distancia y se enfrentan a la ciencia a la hora de establecer las responsabilidades y las culpas de la crisis ecológica (el cientifismo, el racionalismo, el mecanicismo, la racionalidad científico-técnica) y en muchos casos ignora, cuando no desprecia, el papel de la ciencia a la hora de configurar alternativas a esta misma crisis. Podemos decir que hay una percepción racional de la crisis ecológica pero una alternativa irracional o ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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acientífica a la misma. Tal paradoja ha sido interiorizada por el ecologismo hasta el grado que muchos discursos ecologistas utilizan las nociones entresacadas de la meteorología, la botánica, la geología, la zoología o la química para denunciar y demostrar los efectos catastróficos de la cultura científica y racionalista a la que impugnan por falsa (la vida no es así) y por dañina (sus efectos son destructivos. Esta interiorización ha llevado a abrazar las explicaciones más inusitadas bajo los paraguas de un supuesto y malentendido holismo, del esoterismo orientalistas, del energetismo ilusorio o de las imposibles experiencias extrasensoriales (sí hay experiencia hay algún tipo de sensibilidad, si no hay ninguna sensibilidad entonces no hay experiencia; Podrá haber, a lo sumo, experiencia paranormal, fuera de las normas cognitivas admitidas. El budismo, la el chamanismo, las intuiciones místicas o el hinduismo no son instrumentos más ciertos y más buenos, como parece creer la ecología profunda, que la geología, la botánica o la química orgánica para construir un sistema y una cultura sostenible y ecológica. Bien es cierto que esto no ocurre en todo el discurso ecologistas, ni se da con igual magnitud en todo los discursos. Pero también es cierto que de una manera u otra esta paradoja atraviesa, en un grado mayor o menor, todo discurso alternativo sobre la crisis ecológica que pueda ser identificado con el ecologismo social y político. Por tanto, tiene por un lado una relación inexistente entre ética y ciencia, y por otro lado, una comunicación confusa y contradictoria entre ecologismo y ciencia. ¿Es esto realmente así? Me propongo demostrar aquí dos cuestiones a este respecto: una, que el supuesto divorcio entre ciencia y moral es falso y que lo que sí existe es un muro de separación (descontrol) de la ciencia con respeto a una ética pública y democrática. Y dos, que no hay ninguna contradicción fundamental entre ecologismo y ciencia sino una confusión, lo que provoca la contradicción fenomenológica, entre una versión ideológica (paradigma científico) el mecanicismo y un uso determinado la tecnociencia y el ecologismo. Pero la ciencia no es solo mecanicista y no es solo tecnociencia. La alianza entre la ciencia y la ecología es tan evidente como necesaria, pero tal alianza no depende solo de afinidades epistemológicas u ontológicas sino de opciones éticas que deben gobernar la investigación científica y la aplicación técnica. Como se podráver las líneas de disolución del divorcio ética-ciencia y de las contradicciones entre ciencia y ecología soncomplementarias en el proyecto de un mejor diseño de las utilidades sociales y ambientales de la ciencia. ¿Por qué hay valores en la ciencia y por qué hay ciencia en los valores? Toda actividad humana consciente y social, medida por alguna forma de leguaje natural o artificial, es gobernada por ideas y reglas sobre lo justo, lo bueno, lo deseable, lo legítimo. La actividad científica está cargada de estos componentes de tipo inter-subjetivo o social, que sirven para motivar la acción, organizar la percepción, seleccionar los datos relevantes de la realidad externa, impulsar programas, definir metas y resultados, bendecir objetivos, etc. ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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Incluso la misma ciencia cuenta con reglas epistemológicas que le diferencian de la brujería o la religión. La definición de lo verdadero o de lo correcto remite genealógicamente a ideas morales. Los mismos sentimientos son siempre sentimientos morales. Todo esto sin recurrir a la historia empírica de los conceptos y los métodos científicos cargados de influencias externas de tipo social y moral como muy bien nos detalla la historia social de la ciencia.

3.2 CIENCIA Y SOCIEDAD. UNA MIRADA DESDE LA ETICA

Ciencia y técnica no son saberes neutrales. No es raro encontrar en los dibujos animados y en las películas de aventuras la imagen del científico chiflado, unas veces al servido de una buena causa, y otras, en cambio, a las órdenes de ciertos personajes malvados empeñados en dominar el mundo entero según su capricho. Hasta cierto punto, esa imagen es una burda caricatura de lo que realmente hacen los hombres y mujeres que cultivan la ciencia, pero en el fondo refleja algunos elementos que sí se corresponden con la realidad. Por ejemplo: La ciencia y la tecnología poseen un enorme potencial que puede ser utilizado para fines muy diferentes, desde la producción de alimentos y la curación de enfermedades hasta la fabricación de sustancias altamente contaminantes y de armas de destrucción masiva. Las personas que se dedican a la investigación científica y técnica se ven obligadas a ofrecer sus servicios a las grandes empresas multinacionales (poder económico) y a los estados (poder político). De este modo, la utilización que finalmente se haga de sus descubrimientos se les escapa de las manos la mayor parte de las veces. La investigación científica requiere una gran especialización y un vocabulario propio, de modo que puede darse cierto distanciamiento entre la sociedad y los profesionales de la ciencia. En resumen, la actividad científica no está por encima del bien y del mal, sino que, como cualquier otra actividad humana, tiene una dimensión ética indudable, tanto en lo que se refiere a sus posibles aplicaciones industriales y bélicas como en lo referido a la propia mentalidad social. La relación mantenida entre la ciencia y la ética ha cambiado. A nuestra mirada, ambas aparecen como unidas en los orígenes del pensamiento racional griego; y hoy resulta todavía difícil distinguir lo propiamente ético o filosófico de lo estrictamente científico (con independencia de su validez actual) en las obras de pensadores como Aristóteles. Para aquellos primeros pensadores, sin embargo, tal distinción resultaba improcedente, puesto que vieron en la ciencia una actividad secundaria respecto ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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de la filosofía, la cual venía a ser una especia de ³ciencia de las ciencias´, es decir, un saber totalizador que abarcaba el ámbito entero de lo inteligible. Al menos, de lo inteligible en el orden de lo temporal, puesto que, en el Occidente cristianizado, la teología reinó sobre el conjunto de todos los saberes. Con todo, dicha independencia no deja de ser también relativa. El hecho mismo de la existencia y desarrollo de las ciencias plantea problemas de índole filosófica, tales como el de la posibilidad del conocimiento científico; o el de la adecuación entre las teorías científicas. 3.3. EDUCACIÓN DE LA MORAL 3.1 EDUCACION Y VALORES El ser humano tiene una naturaleza indeterminada. Las personas no están programadas sino que se ven obligadas a decidir continuamente sobre cómo y hacia dónde quieren dirigir su vida. El origen de lo moral está en la necesidad de decidir cómo se quiere vivir, a pesar de presiones sociales y los condicionamientos biológicos y culturales. Desde este convencimiento nuestro grupo de trabajo ha concebido la necesidad de indagar, analizar y presentar la siguiente monografía. El tema escogido es de palpitante actualidad, pues parte de la crisis que cómo país tercermundista padecemos es, precisamente, la falta de una práctica de valores, cuyas características de universalidad y homogeneidad persistente, redunden en una mejora en nuestra calidad de vida. La escuela, en ese sentido, juega un rol fundamental pues como agente reproductor y socializador de los valores presentes en la sociedad, se convierte en el espacio donde se puede empezar el cambio que tantas veces se ha pregonado pero que aún permanece como una utopía: Donde se produzca el tránsito de una sociedad autocrática, intolerante y dogmática a una sociedad democrática, tolerante y crítica. Desde este punto de vista la misión de la educación en valores debería consistir en la superación de la socialización de los mismos para fijarse objetivos próximos a la capacidad crítica, autonomía y racionalidad de la persona en situaciones de conflicto ético. ¿QUÉ SON LOS VALORES? El valor es tanto un bien que responde a necesidades humanas como un criterio que permite evaluar la bondad de nuestras acciones. Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten al hombre realizarse de alguna manera. El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho de existir, vale. Un mismo objeto (persona o ELABORÓ:MCA. NARCEDALIA MERINO ANDRADE

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cosa) puede poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un coche puede ser útil además de bello. El valor es pues captado como un bien, ya que se le identifica con lo bueno, con lo perfecto o con lo valioso. El mal es, entonces, la carencia o la ausencia de bien. Se llama mal al vacío, es decir, a lo que no existe. Por ejemplo, el agujero en el pantalón, es la falta o ausencia de tela. Existen dos tipos de bienes; los útiles y los no útiles: Un bien útil se busca porque proporciona otro bien, es el medio para llegar a un fin. Por ejemplo, si voy a comprar un coche para poder ir al trabajo (utilidad) busco un coche de buena marca, de buen precio, que me sirva para mi fin, ir al trabajo. Un bien no útil, por el contrario, es el que se busca por sí mismo. Por ejemplo, las personas son bienes no útiles, porque valen por sí mismas, por el hecho de existir como seres humanos, tienen dignidad y no pueden ser usadas por los demás .Los valores valen por sí mismos, se les conozca o no. Van más allá de las personas, es decir, trascienden, por lo que son y no por lo que se opine de ellos. Todos los valores se refieren a las necesidades o aspiraciones humanas. Las personas buscamos satisfacer dichas necesidades. Los valores físicos, como el afecto y la salud, así como los valores económicos, el poseer una existencia con un mínimo de confort, satisfacen en gran medida estas necesidades básicas

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