Antihistoria de Un Luchador

Antihistoria de un luchador Clotario Blest 1823- 1990 Mónica Echeverría Santiago, 1993 Dedicatoria A Marcela Otero,

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Antihistoria de un luchador Clotario Blest 1823- 1990 Mónica Echeverría Santiago, 1993

Dedicatoria A

Marcela

Otero,

mi

amiga,

que

al

morir

me

legó

su

fuerza

exigiéndome terminar esta historia. A Fernando mi compañero, a mis hijos que aceptaron complacidos la pasión que me inspiró Clotario Blest. Agradecimientos a: M. Luz Lagarrigue Castillo Daniel Hernández González, María Luisa Pérez Walker, Jorge Barría Cerón, Felipe Tomic Errázuriz, Rafael Agustín Gumucio Vives, Carmen Yáñez Yañez, Ema Acevedo Fagalde, Magdalena Casanova Vidal, Jaime Castillo Velasco, José María Bulnes Aldunate y a todos los entrevistados que con su cultura, conocimiento y voluntad hicieron real esta historia. INTRODUCCIÓN ¿Por qué? Ciertos actos en nuestra vida son difíciles de explicar. ¿Por qué?, me han preguntado y yo misma me he planteado esta interrogante. ¿Por qué me impuse la tarea de contar la vida de Clotario Blest? ¿Qué tiene que ver este viejo contigo? ¿Lo conoces? ¿Trabajaste alguna vez con él? ¿Sabes quién es? ¡En lo que te metes! ¡Tiempo perdido, no eres la persona adecuada para hacerlo, otros lo han intentado y no fueron capaces!

Yo no conocía a Clotario Blest y sólo quedaba de mi juventud un recuerdo vago de haber escuchado su nombre como algo muy peligroso. ¡Don Clota! Para mucha gente era el mismísimo demonio: "¡Cloteó don Clota!", exclamaban jubilosos los periódicos de derecha cuando una huelga o un paro fracasaban, y hasta llegó a afirmarse que el verbo "clotear" derivaba de su nombre. Para otros era un viejo "cucú" (1), que tuvo cierta importancia en un momento de la vida política de Chile, pero que eso era el pasado. Otros lo consideraban un político honesto, un ingenuo, un líder, un loco, un individualista que quiso dirigir la clase obrera sin ningún principio político serio. Otros recordaban con nostalgia a este hombre que luchó sin tregua ni descanso con el fin de unificar a la clase trabajadora: "Los años que él presidió la CUT

(2)

fueron los más importantes de esa entidad."

capaz de paralizar todo el país en horas."

(4)

(3)

"El era

"Llegó a ser en un momento más

poderoso que el propio Presidente de la República." (5) "Nunca volvió la CUT a ser tan fuerte, tan unida." (6) Retornar al país de origen después de años de ausencia es siempre difícil, y yo regresaba a principios de 1978 después de cuatro años de exilio voluntario. La cordillera imponente siempre estaba allí, el olor del mar, la fruta, los árboles de mi infancia. Sin embargo, una gran tristeza me embargaba ante ese Chile que no parecía Chile. Me encontraba en plena dictadura triunfante, estable y soberbia detrás de sus armas. Una ciudad de aspecto limpio, paredes blancas, con un barrio alto lleno de edificios caracoles, tiendas y autos lujosos. ¡Impresionante! Pero uno rompía el cerco y allí estaban los barrios marginales de siempre, pobres, sucios y ahora mudos. Ese gran silencio que lo abarcaba todo, las paredes sin vida, las palabras que antes eran el pan de cada día, ahora prohibidas, peligrosas, las miradas huidizas, los hombres fantasmas. Viví durante Allende un Chile caótico: colas, desfiles, paros, paredes llenas de consignas, desorientación, desesperación, pero gritos, vida, agitación. Los obreros con sus banderas, sus canciones ¿Qué había sido de todo eso? o ¿es que esos años sólo eran un sueño o una pesadilla?

Llegó el 1º de mayo de 1978. Yo me quedé en casa. En el periódico del día siguiente salía una fotografía y un breve relato: Clotario Blest había salido a la calle a expresar su descontento, era un peligro para el orden público, se lo llevaban preso junto a otros estudiantes y revoltosos. Era un viejo flaco de larga barba blanca, al que metían a empujones dentro de un furgón de policía. Unos días después aparecía un reportaje sobre su vida en la revista Hoy. Lo leí con asombro. Ese hombre, esa vida debían conocerse y sus vivencias ser relatadas por él mismo. Después podía ser demasiado tarde. Por la revista me enteré de su dirección. Me dijeron que era hosco, difícil, desconfiado, que no me recibiría. ¡Yo pretendiendo meterme en ese lío, entrar a la casa de Clotario que estaba siempre vigilada, pasaría a ser sospechosa, la DINA (7) me detendría! Muy asustada, sola, una tarde cualquiera, llegué a casa de Clotario. Pocas veces he recorrido con detención ese barrio, el barrio entre Alameda y Diez de Julio. Crucé varias veces por las calles Copiapó, Eleuterio Ramírez, San Camilo, pasé por San Isidro frente a la comisaría, por la iglesia de Los Sacramentinos, casas chatas de un piso, calles sin árboles, muchos cites, residencias que quizá en un tiempo fueron hogares de una pequeña clase acomodada, ¿pero hoy? Por fin di con la calle Ricardo Santa Cruz 630

(8)

, una casa de un piso, gris, de dos

ventanas y un portón de madera con un gran afiche sobre los Derechos Humanos. No hay timbre por ningún lado, golpeo levemente, estoy por retirarme, golpeo más fuerte. Me presento, le digo que no me conoce, pero que yo tengo la intención de escribir un libro sobre su vida, las palabras me salen atropelladamente, estoy segura que me cerrará la puerta encima y ... -"Pase", me dice. No sonríe, tampoco es cordial, pero he entrado. Un pasillo que da a un patio, a la izquierda una especie de sala grande llena de muebles antiguos en muy mal estado: un sofá, un sillón, una mesa larga con objetos apilados y papeles. En la pared retratos: Luis Emilio Recabarren

(9)

con

una flor, Mahatma Gandhi y Martin Luther King, el Presidente Juan Antonio Ríos

acompañado por Clotario Blest, Salvador Allende (con la Inscripción de héroe y mártir). En un rincón perdido, Blest con Leónidas Breznev que lo condecora. Otra pared con citas de Tolstoi: "El reino de Dios está en nosotros mismos"; Niko Kazantsaki: "¡Cristo, hasta cuando te seguirán crucificando por el resto de los siglos!" y diplomas y banderines. Una gran cruz de madera tosca, una máquina de escribir muy antigua sobre una mesa desvanecida. El piso hace años que no se encera. Me senté en el sofá desteñido, Clotario Blest ante mí en el único sillón. "Otras veces han venido con la misma intención, pero después no vuelven. Mi vida no tiene ningún interés." (10) Conversamos. El hombre frente a mí de mirada clara, de frases cortas e inteligentes, de respuestas rápidas, me observa, dialoga. Desde ese día comenzó mi amistad con Clotario Blest. Le hice muchas entrevistas, lo acompañé a reuniones y charlas, tomé notas de sus discursos e intervenciones, asistí a la misa que un grupo de la "Iglesia Joven"

(11)

celebró en su

casa conmemorando los diez años de la "Toma de la Catedral", conversé con gran parte de sus amigos y adversarios, averigüé de su vida pasada y presente, siempre activa, sin temor a nada: "Es necesario vivir en peligro", me dice sonriente, "es la gran atracción de la vida." Y su pobreza. Los Traperos (12) le dan un plato diario de comida, nunca tuvo auto, ni siquiera bicicleta. Su casa inserta en ese barrio modesto. Sin duda lo que él exigía de sus dirigentes lo cumplió con creces: "Para ser dirigente de la clase trabajadora hay que ser honesto y parecerlo." (13) Y después de meses -que se hicieron años- de meterme en su vida, comprendí que hablar sobre Clotario Blest, describir sus luchas, fracasos y éxitos, era entregar una historia única y asombrosa. Ese hombrecito deaspecto frágil y humilde poseía la tenacidad y fuerza de un gigante. Su ideal de una clase obrera unida, de una patria en que los trabajadores desde el poder implantasen la justicia social, fue la palanca impulsora de sus actos. Nunca lo movió la ambición personal, ni el éxito y cuando le fue otorgado, lo ejerció con imaginación y fuerza,

pero también supo retirarse cuando no se sintió suficientemente apoyado. El poder nunca lo pervirtió. Su voz entonces se hizo más firme y sus palabras adquirieron un don profético, pero el hombre, Clotario, siguió su camino a pie, solitario y pobre, comiendo su frugal plato de comida, sin vino, ni cigarro, ni mujeres, como ajeno a las tentaciones propias del género humano, como si careciera de un yo material. Sin embargo, como todo hombre, Clotario Blest tuvo sus debilidades: fue excesivamente confiado y demasiado franco. No supo adular ni esconder sus propósitos. Abierto y directo presentó un flanco fácil a sus enemigos. Le faltó en los grandes momentos, no audacia, pero sí sutileza, táctica. No se dio cuenta de las intrigas e intenciones de otros, de las ambiciones y ansias de poder intrínsecas a todo ser humano, a todo partido político. Para él, el único enemigo que existía, después de tantas experiencias y decepciones, era el capitalismo, la oligarquía económica, como clase, como tendencia política, no los hombres que la dirigen: "No podemos odiar a las personas, a las doctrinas sí." (14) Un Presidente lo desarmó con una mentira y no captó jamás la traición, ni creyó en la falsedad del compañero que se decía su amigo. Fue ingenuo. Lo engañaron muchas veces. Sin embargo, eso no disminuye sus grandes méritos de forjador y líder incuestionable de la clase trabajadora chilena. Luis Emilio Recabarren da los primeros pasos, Clotario Blest, su discípulo, hace crecer y fructificar la semilla plantada, dándole forma y haciéndola producir frutos. Fue vehemente, altivo y violento, sin auspiciar jamás la violencia armada, pero comprendiendo que la pasividad es un signo de derrota: "Quienes niegan al pueblo el derecho a defenderse violentamente de la violencia patronal o estatal cuando reclama pan y justicia, debieran leer aquel pasaje del Evangelio de San Mateo, capítulo X, versículos 34 y 35: 'No penséis que vine a meter paz sobre la tierra, no vine a meter paz, sino espada'." (15) Muchas veces tuvo la intención de pertenecer a un partido político y muchos fueron los partidos que quisieron ganarlo como adepto, pero su rebeldía innata y su peculiar forma de disentir hacían de él un militante díscolo e imposible de

controlar. Quizá él era conciente de eso y por tal motivo renunciaba antes de formalizar su inscripción. En los movimientos políticos que ayudó a crear duró poco: "Los partidos políticos son teóricos, no son como la doctrina de Cristo que abarca a todo el hombre, íntegramente." (16) Consideró a varios hombres como sus maestros: Fernando Vives

(17)

, Luis Emilio

Recabarren, Ernesto Che Guevara, Mahatma Gandhi y Martin Luther King. Pero por encima de todos ellos emergía la figura y la palabra del que alumbró todos sus actos: Cristo: "La revolución de Cristo fue la más grande del mundo." (18) Desde que recibió su título de bachiller, a los 18 años, Clotario Blest dedicó su vida a la lucha social. Al comienzo fueron reuniones, seminarios, lecturas. A los pocos años le vemos participando activamente en la Casa del Pueblo

(19)

y poco

después presidiendo Germen (20) y dirigiendo una revista de la clase trabajadora. Más adelante fundará ADIP (21) y en seguida la ANEF (22) que marcará la entrada de los empleados fiscales en la lucha laboral. Su actividad culminará en febrero del año 1953 con la fundación de la CUT, organización poderosa y combativa que dirigirá como presidente durante nueve años. Cuando en el año 1962 debe renunciar a la presidencia de la CUT, su popularidad y fuerza es todavía inmensa; sin embargo prefiere retirarse humillado a ser causa de la división de los trabajadores. Durante los años siguientes su acción se radicaliza, y se acerca más al anarquismo y a la extrema izquierda, impulsando la formación de grupos revolucionarios como el MFR (23) y el MIR (24), a quienes ayudó clandestinamente aunque discrepara de ellos en alguno de sus métodos- durante la dictadura; no dejó sin embargo de asesorar a la ANEF y de participar y cooperar en cualquier causa que sirviera de ayuda en la lucha por lograr la justicia social. Después del golpe militar y de haber sufrido el allanamiento de su casa, la destrucción de sus libros y folletos y de uno de sus escritos al que dedicó mas tiempo llamado La historia del martirologio de la clase obrera chilena, vuelve a salir a combate. Organiza entonces, "La Liga por la Paz" y preside el "Comité de Defensa de los Derechos Humanos" y el "Comité de Defensa de los Derechos

Sindicales". En las tardes, da cursos a empleados, obreros y estudiantes en la ANEF, en la Pastoral Obrera, en sindicatos de la Parroquia Universitaria. Los familiares de los detenidos-desaparecidos, presos y ejecutados, sesionan una vez por semana en su casa. En el aniversario del asesinato de uno de sus maestros, Mahatma Gandhi, Clotario prepara frente a su estatua una manifestación para revindicar el camino de la no violencia activa. Blest y algunos seguidores fueron detenidos con gran despliegue policíaco acusados de "agitadores". Un día 1º de mayo, a pesar de la prohibición del gobierno, estaba en la calle, junto a los pocos que salieron a exponer sus derechos y a pedir libertad. Ese día fue detenido y golpeado. Para él eso no fue una sorpresa, 26 veces había sido encarcelado antes, sólo que ahora tenía 78 años. Durante los años siguientes aún más viejo y deteriorado- sacó fuerzas para marchar cinco kilómetros, por un cerro del valle central hacia los hornos de Lonquén en los que se habían descubierto quince esqueletos de detenidos-desaparecidos. Ver a dotado encabezando esa marcha, precedido por una inmensa cruz de tronco que llevaba uno de sus discípulos, y una gran muchedumbre que lo seguía en silencio, fue uno de los momentos más sobrecogedores de mi vida. En abril de 1979, Blest se encadena a la reja del Ministerio de Justicia junto a 67 mujeres de familiares de detenidos-desaparecidos. Ese día todas las mujeres fueron encarceladas, un carabinero se acercó a Clotario y le dijo: -"A usted no lo tocamos porque es una reliquia de los trabajadores"; Clotario protestó indignado. También lo recuerdo en la Plaza Almagro, frente al busto de Luis Emilio Recabarren, conmemorando el 30º aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. Se desata la represión, las bombas lacrimógenas, todos arrancan y Clotario permanece solo, arriba de un banco, continuando su discurso, como si nada sucediera. En 1984, cada vez más delgado y caminando con esfuerzo, organiza "La Jornada por la Vida" en medio de un ambiente convulsionado de protestas y atentados contra la dictadura. En esa Jornada en que se juntaron miles de personas con una

flor y velas como símbolo de vida, Clotario abrió la marcha, encendió la primera vela y habló sobre el significado de la paz y la fraternidad entre los hombres. Su catolicismo, tan poco dogmático y que no demostraba mayor respeto por la jerarquía eclesiástica, le creó innumerables problemas con las autoridades de la Iglesia. Fue acusado de comunista, de ateo, de querer dividir la Iglesia. A principios de siglo, su posición y su lenguaje causaron escándalo. "Esta actitud", me explicó, "no iba dirigida contra la doctrina de la Iglesia Católica, sino en contra de sus métodos, estructuras y procedimientos que le han identificado, ante el pueblo y la masa trabajadora, en acciones y contubernios con el régimen capitalista y sus personeros."

(25)

"La Iglesia

debe abandonar la pompa, el Vaticano debe ser vendido..." (26) Al avanzar en la narración de esta biografía, sentí que la personalidad de mi protagonista se tornaba inexplicable si, junto a sus actos y palabras, no aparecía el contorno que lo acompañaba: la sociedad y política que le dio origen; los cambios que iba sufriendo la ciudad, el país; la personalidad de la novia descartada; la familia que le dio vida; la Iglesia que lo formó; los amigos y enemigos que lo rodearon; los animales que consolaron su vejez solitaria. Y, poco a poco, lo que debía ser una simple narración de su vida se transformó -sin que yo me diera cuenta- en la historia de más de un siglo del país. Pero, ¿era esto lo que comúnmente se llama "historia"? La personalidad de los Presidentes de Chile, las acciones de los políticos, los trabajadores con sus huelgas y las represiones que caían sobre ellos, adquirían, bajo la visión de Clotario Blest, un contexto tan inédito e irreverente que me entró la duda si eso era "historia" tal y como se entiende tradicionalmente. Y después de meditarlo pensé que el término apropiado era el de antihistoria. Anti como lo opuesto, como lo que es, pero no se cuenta. Quizá porque es más cómodo no verlo y creer que no existe. Sin embargo, allí está, es real. Pido perdón por esta antihistoria que sé herirá a muchos. Destrozar ídolos presentes en calles y estatuas- no fue mi intención. Mostrar la otra cara de los

hechos fue una necesidad impuesta por el protagonista y para mí significó un parto difícil. Pero no hacerlo habría sido tergiversar el pensamiento de mi héroe. La antihistoria, como la antipoesía y tantos anti, son nuestros. La sinrazón de lo razonable suele producir dolor, pero develarla debe enriquecernos y ayudarnos a crecer. En este siglo y medio que describo no estará, por lo tanto, sólo presente la biografía

de

Clotario

Blest,

sino

también

el

surgimiento,

formación,

enfrentamientos, luchas y derrotas de la clase trabajadora chilena, generalmente omitida por la historiografía oficial vigente. Por último espero que estas páginas y el ejemplo del personaje que las alientan, ayuden a combatir la corrupción y a implantar la justicia, lucha a la cual Clotario Blest entregó su vida, fuerza y sueños. ¿Cómo? La estructura de este libro podría estar basada en la recopilación de las entrevistas que le hice a Clotario Blest. Durante años conversé con él interrogándolo sobre las diferentes etapas de su vida y del acontecer del presente. Sin embargo, a pesar del orden cronológico que quise darle a las entrevistas y de lo sinceras que fueron sus respuestas, existían a través de ellas demasiados vacíos. Clotario no siempre contestaba a mis preguntas y si lo hacía se saltaba épocas y sucesos, las fechas no coincidían, los acontecimientos se mezclaba sin orden ni consecuencia. El hombre estaba allí, pero la historia no se comprendía. Entrevisté enseguida a sus compañeros -los pocos que todavía viven- y allí choqué con errores y ambigüedades. La mayoría de ellos querían ser protagonistas o poseían tendencias políticas diferentes que naturalmente caían en contradicciones entre ellos y las ideas de Blest. Era fácil entregar las entrevistas tal cual. Resultaba simple recopilar artículos y crónicas. Pero, ¿sería esa la verdadera biografía de Clotario Blest? ¿No era mi deber escudriñar su origen, el ambiente que lo rodeó, la historia política pasada y presente que caminó junto a

él? ¿No daría todo este contexto más realidad y proximidad a su vida? Me decidí por esta segunda forma. En cada etapa de la vida de Blest presentaré, por lo tanto, el ambiente político y social que lo va marcando y su entrega y su desafío a los gobernantes. También estarán presentes los libros y pensadores que guiaron sus pasos. Citaré, además, las ideas de sus adversarios y entrevistas hechas a sus detractores. Comprendo lo difícil que es a veces permanecer imparcial, sobre todo cuando se admira y ama al protagonista como yo llegué a querer a Clotario Blest a medida que lo iba conociendo e identificándome con él. Es natural que así sea. Cuando he sentido, sin embargo, que me estoy dejando llevar por las ideas de mi héroe me he detenido y lo he hecho callar para que sus adversarios tengan derecho a réplica. Los que todavía están vivos irán con sus palabras, los otros -exiliados o muertos- a través de cartas o artículos de los periódicos de la época. En general he seguido en el libro un orden cronológico y he empleado un lenguaje simple y directo, pensando que este libro no va solamente dirigido a un erudito, sino también a un empleado u obrero, tal cual lo fue Clotario Blest. Los actos de Clotario, sus artículos, discursos y ensayos, no fueron obras de un intelectual. Lo que le impulsó a tomar decisiones, a sacrificarse, a condenar y perdonar, fue obra de la pasión y emoción que siempre guió sus pasos. Al entrevistarlo, varias veces cortó su narración con un pensamiento nacido al calor del recuerdo que los hechos le producían. Ellos irán dando el subtítulo a los diferentes capítulos del libro. Las entrevistas de Blest son, casi todas, hechas entre los años 1978 y 1980. Escribí la primera parte de este libro durante esos años y lo natural habría sido mostrarle estos capítulos a él, pero la investigación me había arrastrado a conocer demasiadas cosas que Clotario no me había contado y que yo sabía eran un secreto que él mantenía guardado con recelo. El origen bastardo de su padre, el nombre y personalidad de su novia o sus debilidades y errores igualmente

necesarios para completar y comprender su figura humana. No me atreví a mostrarle lo escrito y distancié mis visitas. No hablé más del tema con él y, hasta yo misma, creí haberlo olvidado. Pero no fue así. Cuando supe de su enfermedad y próxima muerte fui a verlo y asistí entre la multitud a su entierro. Y, entonces, sólo entonces, me sentí con la libertad que quería para continuar esta biografía y antihistoria que me penaba. Creo que hice bien, pues sin esos aspectos ocultos, el lector no podría calar a fondo la asombrosa personalidad de Clotario Blest ni comprender su tenaz e incansable lucha por implantar sus principios. Tan sólo espero que desde el más allá, Clotario acepte mi actitud. Por otra parte esta pausa voluntaria -entre los años 1981 y 1990-me permitió releer el texto con otra mirada, corregirlo, aclararlo. Durante los ochos primeros capítulos había trabajado sola. Luego de la muerte de Clotario tuve la oportunidad de conocer al historiador Oscar Ortiz, el joven que asistió y acompañó a Blest durante sus últimos diecisiete años. Sin su ayuda, no habría podido jamás terminar mi narración. Oscar conoció mejor que yo a Clotario, heredó sus libros, cartas y archivos -que puso a mi disposición-, y mantiene contacto permanente con el mundo sindical. Los vacíos y dudas podían ahora ser aclarados y enriquecidos. Me acompañaba en mi tarea final alguien que admiraba a Clotario Blest tanto como yo. Mónica

Echeverría

julio, 1993 Post factum Las fechas 1823 - 1990 del subtítulo no son un disparate. Son parte de la antihistoria y de lo que no es lo común. La gente no nace precisamente en el año de su nacimiento cronológico. Puede nacer antes, o después, a veces nunca. En ocasiones es tal el peso de la historia, que una persona empieza a formarse antes de existir, y en otras se descubre mucho después...

M.E.

INDICE INTRODUCCIÓN ¿Por qué? | ¿Cómo? I: SU ORIGEN El abuelo. Funda, dirige y acusa. El político. La familia . Su origen bastardo. II: LOS PADRES, LA INFANCIA El Santiago en que crecí. Mi madre, sólo mi madre. III: EL SEMINARIO La herencia histórica. La opinión de Blest. La vida en el seminario. Su verdadero padre. IV: DIFÍCIL DECISIÓN El poder de la Iglesia. Se declara la guerra entre la Iglesia y el Estado. La paz trae la separación. No seré rebaño de la Iglesia. V: PRIMEROS PASOS El ejemplo de Recabarren. Los partidos políticos. Las primeras organizaciones. Al fin un empleo, ¿y la Universidad? VI: ACCIÓN SOCIAL

El surco | Partido Popular | La Casa del Pueblo, eje de la acción social cristiana | Dios no existe | Jesús Obrero versus Cristo Rey | Un cristiano de base | Organizar la juventud obrera | Enfrentamiento con la jerarquía católica | Los católicos no somos derechistas | Cómo puede la Iglesia conservar el poder | No puedo ni debo casarme | La novia descartada | Ni mujeres, ni farra. VII: GERMEN El cristiano debe incorporarse a la política | El compañero emprende otro camino | Germen, precursora | Los símbolos | En busca de la unidad cristiana marxista | El Partido Conservador no es patrimonio de los católicos | Ni los partidos políticos ni la Iglesia interpretan al pueblo | El derecho de propiedad | ¿El monstruo comunista? | El Frente Popular | Se conquista un aliado | Irrumpe el fascismo | Blest cuestiona la posición pro-fascista de la Iglesia | Germen convence al Nuncio | El Movimiento Nacional Socialista | Formulo mi mensaje católico | Misión cumplida. VIII: BÚSQUEDA Círculos de estudio: "Blest era tan diferente a nosotros" | Discrepancia, rebeldía | La historia pesa | Opina Clotario | Triunfo y dificultades del nuevo líder | Carlos Ibáñez se convierte en dictador | La caída de Ibáñez | Mi lucha era contra la Iglesia tradicional | Liga Social de Chile | La breve experiencia de un gobierno socialista | Partido Social Sindicalista | Partido Corporativo Popular | Nace la Falange Nacional | Otro circulo de estudios | Opiniones sobre el origen de da Falange Nacional | Por qué Clotario no perteneció a la Falange | La muerte del padre maestro. IX: EL EMPLEADO FISCAL Más que un empleado | La influencia del puerto de San Antonio en la formación política de Blest | Regreso a Santiago. X: LA EXPERIENCIA DA FRUTOS: ANEF

Antecedentes históricos en que se funda la ANEF | La industrialización nace sin ideología | Principios y primeros pasos de la ANEF | Periodo presidencial de Juan Antonio Ríos | La ANEF madura | El uso y no abuso del poder | Entrevista a Tucapel Jiménez | Discurso de Clotario Blest en el XXXVIII Aniversario de la ANEF, 1981. XI: UNIDAD, UNIDAD La trágica muerte de Ramona Parra | Debemos reestablecer la unidad perdida | Nacimiento de la JUNECH | La revolución de la "chaucha" | Todos los empleados contra el gabinete de Concentración Nacional | El gabinete de Sensibilidad Social | Blest se encandila con los países socialistas del Este | El período presidencial de González Videla | La Ley Maldita | El auto-secuestro de Colliguay | Un paso mas. XII: CUT: LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD Los sueños se hacen realidad | Congreso Constituyente | Elección y resultados del Congreso | El acontecer politice ayuda al nacimiento de la CUT | Por qué Blest es elegido dirigente | Presidencia de Carlos Ibáñez del Campo | Las aspiraciones de la CUT en marcha | Fin de la luna de miel | El enfrentamiento con el ministro Jorge Prat | Estado de Sitio | El fallido Golpe de Estado de influencia peronista | La huelga más exitosa contra el gobierno de Chile | Ni la represión ni la apatía deben desunir y restar fuerzas | Primera fractura de la CUT | Las principales ciudades de Chile enfrentan violentamente a las autoridades | Su vida de relegado en Molina | De regreso a la lucha, es oficialmente acusado de marxista | Ultimas exigencias de Blest al presidente Ibáñez | La muerte de la madre | La CUT voz ética de la Izquierda | Se avecina una lucha diferente | El gobierno de Jorge Alessandri, 19581964 | Clotario se enfrenta con sus aliados los comunistas y socialistas | Últimos esfuerzos de Blest para darle a la CUT un lugar protagónico | ¿Llegó la hora de la toma del poder? | Fundamentos de la traición | La agonía de un líder | Manuel Bustos, diecisiete años después. XIII: NO DEBEN INMOVILIZARME

Todavía tengo mucho que entregar | Blest y la guerrilla latinoamericana | El patio de los cogoteros | Ambiente político pre eleccionario | El gobierno de Frei | Blest se afirma en sus principios insurreccionales | Blest llama a formar el MIR | Blest le dobla la mano a Stroessner | En plena insurrección | Rompimiento con el MIR . XIV: IGLESIA JOVEN Antecedentes históricos, políticos y religiosos | El líder de la Iglesia Joven | Nace la Iglesia Joven en Chile | La toma de la Catedral | Manifiesto de la Iglesia Joven | Demos el ejemplo | Un nuevo escándalo | La huelga de Saba | Comienza la desintegración | Ultimo año de la Iglesia Joven | Diez años después en el aniversario de la toma de la Catedral. XV: EL INÚTIL 4 y 5 de septiembre de 1970 | Los sesenta días de incertidumbre | Año de las utopías y realizaciones | Ayúdenos a ayudarle | Este es un gobierno de mierda, pero es mío | Mucho ruido y pocas nueces | La improvisación se paga y Blest sigue su camino | El paro de octubre | El fin de una experiencia no realizada | Mientras Chile se radicaliza, Clotario se hace trapero | Los creadores no logran evitar la calda | El diálogo fallido | El cerco se cierra. XVI: EN PLENA TIRANÍA ¿Se justificaba un golpe de Estado? | Martes, 11 de septiembre | Bajo la bota de la dictadura | Los años de la DINA | Pensadores y creadores, ciudadanos sin espacio | Los brazos de la DINA traspasan la frontera | Llegó la hora de la "no violencia activa" | Disolución de la DINA y su reemplazo por la CNI | El salvavidas de la dictadura | Pese a todo, la oposición comienza a dar la cara | El zorro se come al lobo | Los políticos y la Iglesia, a su manera, se rebelan | La vejez se enfrenta al silencio | Acontecimientos del año 1979 y el Premio de La Paz | Cuestionario a Clotario Blest | El discípulo descarriado | El año del plebiscito | Soplan vientos contrarios | Un viejo amor no se olvida ni se deja | Intentos fracasados de la

oposición | La fuerza silenciada de la mujer irrumpe | Comienzan las protestas | La táctica de la "dictablanda" | Todo fue una mascarada | La dictadura culebreando se aprovecha de la desorientación opositora | La espontánea reactivación de las protestas | El año decisivo | Asamblea de la Civilidad | Así fue el Paro General | El atentado que cambió el rumbo de la historia. XVII: El Ocaso La muerte es aceptable, la enfermedad la torna vejatoria | El canto del cisne | Pinochet cae en su trampa | Un cristiano no claudicar | El año del calvario | El homo politicus se resiste a morir | Desfalleciente asiste a dos actos simbólicos de su ser | La muerte | El funeral | El otro funera

SU ORIGEN "El hombre nace con una vocación determinada que la mayoría de las veces

se

hereda

de

los

ancestros.

De

mi

padre

no

tengo

nada que decir, pero sí de mi abuelo..." (1) Nuestros antepasados suelen ser una carga y a muchos de ellos nos agradaría enterrarlos en el olvido. Sin embargo, el hombre huérfano, a quien el destino y la sociedad le destruyó la familia, que no posee un nombre con raíces, hojas y ramas, se siente desamparado y desnudo como si para marchar en la vida. con paso seguro, se necesitara tener presente el origen, la fuente que nos nutre, la vertiente que nos produjo. Y, por último también, qué alivio es, ame nuestras debilidades y vicios, poseer el pariente a quien se culpa de ser la causa de nuestros errores. En varias entrevistas procuré que Clotario hablara de su familia, de sus antepasados. Respecto de su padre, se negó rotundamente a conversar y lo poco que supe de él, fue sacado a la fuerza como si quisiera borrarlo de su yo, negarle

existencia y realidad. Su actitud frente a su madre fue distinta. Su cara se ilumina de ternura y nostalgia ante su nombre, pero tampoco le agrada hablar de ella. Comprendí que prefería no tocar el tema, que sentía que cometía una deslealtad como si su imagen pudiera deteriorarse, como si él fuese incapaz de describirla y contar cómo fue y, por último, porque a él, -y sólo a él-, le es permitido sentirla y evocarla. En cambio, de su abuelo, Guillermo Cunningham Blest, se expresa con naturalidad a través de varias entrevistas. En varias oportunidades, y a veces sin que viniera al caso, Clotario lo menciona con cariño y admiración. De este abuelo está orgulloso, sabe que lleva su sangre, le agradece su apellido, siente que está vinculado a él en su espíritu de lucha, en su desapego al dinero, en su preocupación por el bienestar de sus semejantes. EL ABUELO "En 1821, la Academia de Jacobo IV de la Universidad de Edimburgo en Escocia, concedía a un joven irlandés el título de Doctor en Medicina. Ese joven era Guillermo Cunningham Blest que contaba en ese entonces con 22 años de edad. Después de ejercer un año la medicina en Gran Bretaña. Guillermo decide emprender un largo viaje a las Indias, con el objeto de visitar a sus hermanos, el uno comerciante lleno de actividades e iniciativas en Valparaíso: el otro. médico como él. que se había destacado por el acierto con que había curado al Virrey Abascal en Perú. El doctor Cunningham Blest llega a Chile, país que será su patria, el mismo año de la abdicación de 0'Higgins." (2) Chile en esa época acababa de consolidar su independencia, después de años de lucha contra los españoles y de reyertas internas y había logrado cierta paz que le haría posible emprender la tarea de la construcción y organización civil y cultural del

país.

Pero

todavía

quedaba

todo

por

hacer

en

la

naciente República (1820-1830) a la que llegaba ese joven médico con la idea de pasar una corta temporada y donde se quedaría para siempre, formando una larga familia, dejando una obra importante.

A este ancestro de Clotario le tocó vivir el gobierno constitucional autoritario de José Joaquín Prieto, la tregua de Manuel Bulnes. el gobierno férreo de Manuel Montt y el más liberal de su sucesor, José Joaquín Pérez. La consolidación de la vida política, gracias al acertado gobierno de estos mandatarios, provocará el desarrollo de las ideas, de las ciencias y de la literatura. El doctor Cunningham Blest, -que pocos años después de su llegada perderá el apellido materno Cunningham conservando sólo el paterno Blest-, convivirá con Mariano Egaña, Andrés Bello, José Victorino Lastarria. Su cultura científica, muy superior a la de los médicos de este país, unida a su espíritu batallador, lo situarán un poco después de su llegada, en un marco de crítica, frente a !a deplorable situación de la ciencia médica chilena, causada por la falta de instrucción y por la degradación económica y social del gremio. Su primer folleto se tituló Observaciones sobre el estado de la medicina en Chile , que contenía un plan de mejoramiento de esta ciencia. En este folleto, escrito tres años después de su ingreso al país, acusará a la sociedad y al gobierno de la época de mirar "a la medicina como un mero arte y a sus profesores, como miembros inferiores de la sociedad, lo que demuestra nuestra propia ignorancia y coloca nuestras opiniones en oposición con las ideas del mundo entero". (3) Guillermo Blest se instaló a vivir en Santiago, que contaba en ese entonces con alrededor de 80.000 habitantes, y cuya sociedad, dividida políticamente en pelucones y pipiolos, abría sus salones a todo extranjero procedente de Inglaterra o Francia, que trajera nuevas ideas. Benjamín Vicuña Mackenna nos entrega su retrato: "Su arrogante figura no podía pasar inadvertida, llamaba la atención desde el tiempo en que visitaba a los enfermos en sus primeros años a caballo, protegido en los veranos por un ancho plumero de colores a guisa de quitasol, en su elegante birlocho". Dos años después de su llegada se casó con María de la Luz Gana y López, perteneciente a la rica oligarquía, cuñada de Manuel Blanco Encalada y del general José Ignacio Zenteno, todos de gran influencia política. Las familias Gana, Blanco Encalada y Zenteno apoyarán a Blest en sus atrevidas

polémicas y lo ayudarán en su carrera política. En 1828 escribe un artículo Sobre las causas más comunes de las enfermedades que se padecen en Chile . En ese ensayo habla de lo nula que es la policía sanitaria, de los estragos del alcoholismo y es, en cierto modo, el precursor de la medicina social. Sus escritos desatan polémicas y réplicas airadas, sin embargo, su clientela aumentó y fue elegido presidente de la Sociedad Médica y un año después, Inspector General de Medicina. FUNDA, DIRIGE Y ACUSA En 1833 el Dr. Guillermo Blest funda la Escuela de Medicina y durante dieciocho años es profesor de Patología y de Clínica Médica. En la lección inaugural dice que está "conmovido por un sentimiento de gratitud hacia el gobierno que me ha proporcionado los medios de llenar mis anhelos y de que mi nombre figure en la futura historia". Recibe como honorario mensual por su labor docente, en 1838, sesenta y seis pesos. Era un sueldo de hambre. En 1851, agobiado por las exigencias de sus enfermos y por tener que proveer las necesidades de una numerosa familia, se retira del profesorado. Sin embargo, sigue colaborando al progreso de la medicina: escribe un tratado, Elementos de Patología y Terapéutica , y continúan sus polémicas en diarios y revistas de la época sobre la naturaleza del trabajo médico, sobre temas científicos y sociales. Comprendemos, al leer estos artículos, por qué su nieto Clotario se siente identificado con él un siglo más tarde. Acusa también a los médicos que se aprovechan de la ignorancia del pueblo, recetándoles medicinas que más parecen pócimas. Pedirá leyes justas y abrirá los ojos ante la imperiosa necesidad de una medicina social. Clotario, con igual fuerza y vehemencia, en otra época y situación política, luchará por los mismos principios de su antepasado: la redención social. Vale la pena citar algunos párrafos de estos artículos del doctor Guillermo Blest, especialmente los dirigidos contra el doctor Passamán, muy en boga en esa

época, escéptico y desconfiado ante cualquier innovación, en oposición al doctor Blest, pragmático y científico. Blest argumenta: "Un facultativo en medicina para ganar, por ejemplo diez pesos diarios, se halla en la obligación de visitar a veinte enfermos en el día. Este número de visitas, agregando el tiempo que se pierde de una casa a otra, ocupa su atención desde temprano en la mañana hasta la noche, llegando a su casa oprimido y fatigado de su duro trabajo y anhelando sólo el descanso. Al día siguiente repite lo mismo, dedicando la energía de su entendimiento y su fuerza física a una tarea tan mal recompensada. Por esta causa las obras de valor de la medicina quedan sin abrirse por hombres condenados a tanta labor, y no les es posible aprovecharse de los descubrimientos modernos que se hacen diariamente sobre varios ramos de la medicina. Si los médicos no son versados, si no cultivan con celo la ciencia médica, debe atribuirse a las leyes que autorizan y determinan la cuota con que deben remunerarse sus visitas que les obliga al trabajo de esclavos para ganar una miserable subsistencia, sacrificando las horas que deben emplear en el estudio y la contemplación. Esto es una deshonra vergonzosa en el siglo presente". (4) Otras veces Blest apuntaba: "Las calles aparecen en tan reprensible abandono, que es imposible marchar por sus veredas sin tropezar con asquerosas suciedades y sin cubrir con ambas manos o con pañuelos los canales de respiración..." La polémica entre ambos médicos continuaba cada vez en forma más virulenta. Passamán se burlaba del rigor científico de Blest que lo convertía en rata de biblioteca, incapaz de curar ninguna enfermedad. Blest le replicaba, riéndose de sus recetas habituales: "Si tal sistema se quiere imponer como ley los boticarios tendrán que llenar sus tiendas con raíces y hojas de malva y los médicos tendrán que limitar sus medios curativos a fomentos y sanguijuelas". (5)

Al ser nombrado Diego Portales biministro de estado con amplios poderes, se dio como vencedor de esta polémica al doctor Blest. El poderoso ministro Portales lo había elegido como su médico particular. Passamán perdió pronto su prestigio. En una conferencia sobre historia de la medicina chilena dictada por el profesor Arturo Mardones Acosta, dice éste: "A nuestro juicio, el siglo XIX en que vivió y enseñó Blest, es una época de esplendor de la medicina en Inglaterra y en Francia. El doctor Blest, conocedor de esta obra, es el que en Chile la impulsa, la ordena y la difunde. Legó, además, a las instituciones docentes del país, la libertad de pensamiento y la tolerancia religiosa". (6) EL POLÍTICO Guillermo Blest fue también un hombre político. Sin duda, la influencia de la familia de su mujer, tradicional y conservadora, lo impulsó a trabajar activamente en la candidatura para presidente de la república de José Joaquín Prieto, connotado pelucón. A los treinta y dos años fue designado diputado "a dedo", como era la norma en esa época. Sin embargo, cuando tenía cuarenta y seis años, se vio envuelto en un acontecimiento que causó escándalo entre la rancia oligarquía y la sociedad que lo admiraba. Los pipiolos se habían vuelto ruidosos. La juventud los seguía con admiración. Lastarria y Bilbao contaban con muchos seguidores. Los prácticos pelucones afrontaban con su realismo burlón y escéptico los impulsos soñadores de la generación liberal. Pero llegó un momento en que las ideas de las barriadas de París ya no parecieron un simple juego propio de la juventud. Los pelucones se sintieron directamente atacados, los escritos de José Victorino Lastarria fueron prohibidos, Francisco Bilbao fue perseguido. Según Jaime Eyzaguirre en su libro Fisonomía Histórica de Chile , hasta el mismo Andrés Bello, cuyo espíritu ponderado cuajaba con la vieja aristocracia, se fastidió con el freno que significaba dicha actitud, lo que lo hace exclamar que: "casi no hay proyecto útil que como demande alguna contracción y trabajo, no se impugne al instante con la antigua cantinela de "país naciente", "teorías impracticables", "no tenemos hombres", etc., objeción, que si en alguna materia vale algo, en las más es un

bostezo de pereza que injuria a Chile y daña a sus intereses vitales". A pesar de las palabras de Bello, las persecuciones contra los pipiólos continuaron. El juicio contra Bilbao fue convocado en la plaza. El jurado después de escuchar la acusación y las palabras del acusado, que no tenía más de veintiún años, ordenó quemar públicamente su libro, Sociabilidad Chilena. El doctor Blest, a poca distancia observaba; súbitamente ordenó que se le sirviera un vaso de vino al joven acusado que tenía un aspecto fatigado y desfalleciente, según su propia expresión. Eso bastó para desatar los gritos y aplausos de sus partidarios. Después la víctima, es paseada en triunfo "en medio del vitoreo en que participa activamente el doctor Blest". Y según otros testigos, hasta le facilitó su birlocho para que se retirara. ¿Qué hacía allí el respetable representante de la aristocracia pelucona, apoyando las ideas subversivas de unos estudiantes locos? Era un escándalo. En una sesión del Consejo de la Universidad, el señor Mariano Egaña propone castigar con suspensión al doctor Blest por "la activa participación que tomó en el vitoreo a Bilbao el día del juicio" que condenaba al autor de La Sociabilidad Chilena. El Consejo acordó declarar que el catedrático "queda suspendido de sus funciones como profesor de medicina". Blest se defiende con una insolente carta dirigida al Consejo Universitario. Don Andrés Bello es llamado como arbitro y luego de escuchar a las partes dio su veredicto: "el doctor Blest seguirá, como siempre, desempeñando su cátedra". El escándalo se acalló, pero para la sociedad pelucona algo se había trizado: el doctor Blest, a quien había ayudado y protegido, considerándolo uno de ellos, los había traicionado, no se podía ya confiar en él. Poco tiempo después, Blest renunciará definitivamente al magisterio. En carta de renuncia presentada al Consejo de la Universidad aduce: "que los apremios económicos, debido a su numerosa familia, le hacen imposible continuar en su

tarea". ¡Quién sabe si la actitud de los miembros del Consejo y la atmósfera creada en su contra fue la causa primordial de su renuncia! LA FAMILIA De su matrimonio con María de la Luz Gana tuvo once hijos, de los cuales sólo siete llegaron a adultos. Algunos ocuparon puestos políticos y otros, como Guillermo y Alberto, son conocidos por su obra literaria. Los biógrafos cuentan que durante los meses de verano, el doctor Blest partía a trabajar a las minas de cobre cercanas a los baños termales de Cauquenes. Año tras año, la bulliciosa y alegre caravana de sus hijos cabalgaba por los empinados y tortuosos senderos del Cachapoal. Un día ocurrió una tragedia horrorosa: la hija menor, de cinco años, sufrió un accidente. Cayó en los talleres de la fundición de la mina, muriendo quemada. La madre no se repuso nunca de este drama. Murió joven aún, en el año 1851. Viudo y a cargo de numerosa familia, Guillermo Blest continuó viviendo en el solar de los Gana, fastuosa mansión que quedaba ubicada en la Alameda frente al cerro Santa Lucía. Ejerció la medicina privada hasta sus últimos años. A los sesenta y dos, fue elegido Senador suplente de la República y publicó su último folleto sobre la viruela, que asombra, según los críticos de la época, por su vasta documentación. Al paso del doctor Blest, los funcionarios de los hospitales, profesores, monjas, enfermeras, lo saludan con respeto. Compró una casa en calle Dieciocho donde pasó sus últimos días, salvo sus estancias veraniegas en San Bernardo donde murió el 7 de febrero de 1884. Augusto Orrego Luco, el profesor más joven de esa época en la Escuela de Medicina, pronunció un discurso en el cementerio: "Represento a la Escuela de Medicina que él fundó, al profesorado del que fue su primer maestro y a la Facultad de la que fue su primer decano". El periódico El Ferrocarril dirá: "Hombre abierto a las grandes ideas y partidario de las doctrinas liberales y progresistas, tanto por impulso de raza como por convicción, figuró siempre entre los espíritus más avanzados en materia de ciencias o de instituciones". (7) SU ORIGEN BASTARDO

Durante la primera entrevista que sostengo con Clotario Blest, le pregunto por su abuelo. "Pasemos a la sala del lado, me dice. Allí tengo los retratos de varios de mis antepasados, -me señala uno grande- éste, es la copia de un original que doné a la Escuela de Medicina". El retrato representa a un hombre apuesto, de frondosos bigotes, hombros anchos y mirada dulce. Existe un contraste entre los rasgos decididos y esa mirada tierna. Sus ojos, que sin duda han sido celestes, se asemejan a los de Clotario, tiernos, transparentes. Su abuelo era irlandés, de Sligo, me cuenta. Era protestante. Y agrega que se casó en primeras nupcias con Luz Gana, de la aristocracia y luego, en segundas nupcias, con doña Carmen Ugarte Plaza de los Reyes, su abuela. Ella no pertenecía a la oligarquía, pero tenía un buen pasar y era joven y hermosa. El tenía setenta y dos años y aunque era médico, decano y fundador de la Escuela de Medicina, no tenía fortuna personal. "Usted sabe, los médicos de la época eran mal remunerados y por lo general mi abuelo no cobraba. Durante su primer matrimonio vivió en casa de los Gana, un palacete, que ocupó durante su viudez. Al conocer su segundo matrimonio, la familia Gana lo echó de la casa. ¡Hasta dónde puede llegar la crueldad de esa gente cuando hieren su orgullo! Mis abuelos se casaron. El permiso llegó de Roma, pues él era protestante y ella, católica. El certificado de matrimonio se encuentra en la Iglesia de San Lázaro. Yo tengo una copia de él. En la Escuela de Medicina inauguraron su retrato, acto al que fui invitado. En ese entonces era rector de la Universidad de Chile, Gómez Millas. El retrato lo había regalado yo, su único nieto vivo. Cuando subí al proscenio señalé que sólo diría dos palabras: Señalando el retrato dije: 'Este es mi abuelo, casado legalmente con mi abuela Carmen Ugarte, a quien los Blest Gana siempre negaron...' Mi abuela no era de su clase, por eso nunca la recibieron, siempre la despreciaron. Tuvieron tres hijos. Mi padre era medio hermano de los aristócratas Guillermo, el poeta, y de Alberto el novelista, los Blest Gana. Alberto criticó a su clase, especialmente en una novela que ocurre en París, Los Trasplantados". Agrega: "de él tengo un retrato". Lo muestra. Es un retrato pequeño, en marco de plata y está en la mesa de trabajo diario, en la sala donde cuelgan los "maestros" y recuerdos más

queridos de Clotario. Prosigue: "yo no conocí a mi abuelo, había muerto cuando yo nací. Tampoco conocí a ninguno de mis tíos" (8) -¿Cómo se explica usted, le pregunto, que en ninguna de sus biografías mencionen este segundo matrimonio de su abuelo? "Eso se explica -me contesta- por el poder que tienen ciertas familias en Chile y el servilismo a ese poder que tienen ciertos biógrafos". Quise comprobar la veracidad de lo expuesto por Clotario y me fui a la iglesia de San Lázaro. Allí, efectivamente, estaba el certificado de matrimonio del doctor Guillermo Cunningham Blest con Carmen Ugarte, sin acto litúrgico, que data del año 1879. Más tarde, hojeando una biografía sobre Alberto Blest Gana escrita por Raúl Silva Castro, en la que dedica varios capítulos a su padre, Guillermo Blest, en su apéndice me encontré con algunos datos relacionados con el tema. En 1869, en la parroquia de San Lázaro, aparece el nacimiento de una hija de Guillermo Blest y Carmen Ugarte, llamada Zoila Rosa. Enseguida en la misma parroquia, en la partida 265, Libro 12 de Matrimonios, el acta de matrimonio, previa dispensa y sin acto litúrgico del año 1879. Y, por último, una cita de un consejo que se efectuó en la Universidad al morir el doctor Blest, en el año 1884. "Al morir el doctor Blest, se dio cuenta en el Consejo Universitario por el decano Barros Arana, que había dejado dos hijos menores que vivían con su madre, de muy escasos bienes de fortuna y que, atendiendo a los importantes y numerosos servicios prestados al país por el respetable padre de esos niños, parecía justo que se les facilitaran los medios de instrucción". El Consejo les concedió becas en el Instituto Nacional. (9) Estos dos niños eran Ricardo (futuro padre de Clotario) y Arturo, muerto en plena juventud. La verdad es que si no fuera por la versión de Clotario, poco o nada se sabría del amor que sintió Guillermo Blest, ya viejo, por la joven Carmen Ugarte. ¿Cuándo la conoció? ¿Fue un amor de largos años? ¿Decidió casarse con ella cuando ya

habían nacido sus hijos y se sentía próximo a la muerte? ¿Vivió realmente con Carmen Ugarte o prefirió guardar celosamente su secreto ante el escándalo que formaría su familia? Nada sabemos al respecto. La versión de Clotario es probable que sea la de la abuela o bien de su madre para justificar el desprecio, para ellos incalificable, que demostraron sus parientes ricos y poderosos, frente a esta familia Blest y sus descendientes, pobres y olvidados, a los que llamaron "huachos". En cualquier caso, no queda ningún Blest de esa rama a quien interrogar. Murieron todos jóvenes. LOS PADRES, LA INFANCIA "No teníamos nunca plata, vivíamos de plata prestada..." Más de sesenta años habían transcurrido desde la llegada de Guillermo C. Blest a Chile, en 1823, hasta su muerte acaecida en 1884. Durante ese período, Chile se había fortalecido y crecido. La República aparecía consolidada. Después del triunfo de la Guerra del Pacífico, que permite la anexión de ricas provincias mineras, comenzó el salitre a producir un bienestar inesperado que repercutía positivamente en la vida socioeconómica del país. En el sur, se había mal logrado la "pacificación" de la Araucanía y la región de la Frontera. Después de más de cien años de lucha, el territorio comenzaba a poblarse y a cultivarse, "Iquique, Concepción y Valparaíso adquirían aspecto de ciudades importantes. Sin embargo, Santiago era la ciudad que sufría más cambios. En 1865 tres ciudades tenían una población casi idéntica: Copiapó:..13.300; La Serena: 13.500; y Concepción: 13.900. Valparaíso contaba con 70.400 y Santiago se empinaba por sobre los 115.000 habitantes. Veinte años más tarde, el ritmo de crecimiento de Santiago comienza a hacerse vertiginoso. De 190.000 habitantes en 1889 subirá a más de 250.000 en la década siguiente y en 1907 se eleva a las 300.000 personas". (1) EL SANTIAGO EN QUE CRECI

Clotario Blest remonta sus recuerdos de "el Santiago en que crecí" a los años en que la capital de Chile se urbaniza. Don Benjamín Vicuña Mackenna, gran figura pública, hombre muy culto, diplomático, historiador, alcalde de lujo de la ciudad traza avenidas, demuele viejas casas y hermosea el Cerro Santa Lucía, con sus fuentes y terrazas. Se remodela, con un diseño francés, a la Plaza de Armas. Se construye el Portal Fernández Concha, se inaugura la Quinta Normal. De fines del siglo XIX y principios del XX serán la mayoría de los palacios y grandes casas particulares. Se construye el edificio del Congreso Nacional. Se remodela el Correo Central, del Mercado Municipal y se diseña el Parque Cousiño. Todo ello refleja un nuevo estilo de alta burguesía lleno de suntuosidad y refinamiento. Adquieren auge las recepciones y bailes. Los periódicos de la época dan testimonio de ello. Don Ramón Subercaseaux en sus Memorias de 80 años , nos entrega la descripción de dos casas. Primero, la de su primera infancia, correspondiente al modelo de antaño en la calle Catedral: "Era de las pocas casas de balcón corrido. La mayoría de las casas de Santiago de esa época era de un piso, al nivel del suelo, de adobe. El único lujo era el de las rejas de hierro historiadas y empinadas que protegían la ventana del centro que correspondía al salón. Las casas blanqueadas por fuera no tenían ningún adorno. Los tres patios, un salón, una sala de espera y los dormitorios, uno tras otro. El pavimento de la calle era muy malo, la cuneta iba por el medio, de suerte que dos coches andando en sentido opuesto podían toparse por lo alto". (2) Y luego la segunda: "En 1859 nos mudamos a la casa nueva de Huérfanos. Un niño me contó, en el colegio, que le habían dicho que las tejas de mi casa eran de oro y de plata. No era para tanto, pero, sin duda era hermosísima: la fachada, trabajada en alto estilo, según las reglas de Vetruvio y Vignola, arquitectos de la nueva escuela francesa e italiana. El pórtico y el primer patio, con sus grandes baldosas de mármol blanco y los tres salones decorados por Filastre, un artista llegado para terminar el Teatro Municipal, eran en realidad, suntuosos, sobre todo las estatuas y muebles traídos de Europa..." "Para la fiesta de inauguración hubo

un gran baile en la noche, del cual recuerdo la magnitud de los vestidos de las señoras puestos sobre crinolina, la orquesta..." (3) El enriquecimiento progresivo, el poder político, los largos viajes al extranjero, hacen que estas familias se sientan superiores y miren despectivamente a los que no poseen nada ni pertenecen a su clase y ha hecho su irrupción, también, la llamada clase media, que más tarde jugará un rol importante dentro del marco sociopolítico y económico de Chile. "La política educacional desplegada por los gobiernos de los decenios y el sostenido impulso industrial del gobierno de Pérez, que multiplica talleres o pequeñas fábricas y crea nuevos establecimientos comerciales, hacen aflorar este nuevo sector social, mal delimitado y sin pasado histórico, como el europeo. Esta clase, con aspiraciones y sin medios económicos, trataba de superarse y surgir llenando los empleos que desechaba la aristocracia: la administración pública, el ejército, el profesorado. Juan Enrique Concha observa sobre dicho grupo: "tiene la pasión de la instrucción, de la empleomanía, de los títulos profesionales y de la política". (4) La migración laboral de campesinos hacia los centros urbanos, a los centros salitreros en el norte, buscando trabajo y mejores salarios, hace crecer en forma desproporcionada a la fuerza obrera disponible, necesitada, y que vive en condiciones misérrimas. En 1a capital del país, se multiplican los barrios en que el gran negocio rentista es del de las nuevas cites o conventillos que se suman a los ranchos. Estas viviendas miserables se alzaban de preferencia al sur de la Alameda y al norte del Mapocho. "Desde el lugar llamado Cancha de los Monos, la actual Avenida Matta, cesaba todo pavimento y faroles de alumbrado público. El servicio municipal se desentendía de todo. Comenzaban entonces. los barrios de ranchos oscuros, miserables y hediondos a lo largo de la calle San Diego. De estas chozas viles, donde había trozos de tapia sin tejas, asomaban niños vestidos de andrajos". (5) "En habitaciones insalubres y oscuras, sin agua potable ni desagües, se hacinaban hombres, mujeres y niños, fáciles víctimas de tifus

exantemático, tuberculosis o epidemias de cólera y viruelas, como las de 1865,1872, 1889. El jefe de la familia trabajaba en el taller o en la industria y la mujer realizaba labores de costura o lavado". (6) El cuadro de las desigualdades aberrantes se acentúa y el reducido costo de la mano de obra y la casi inexistente regulación del trabajo. mantienen a los obreros sumidos en la miseria y la desesperanza. MI MADRE, SOLO MI MADRE Ricardo Blest Ugarte, padre de Clotario, nació en Santiago en 1871. Sólo en 1879 su padre, don Guillermo Cunningham Blest se casó con su madre y lo reconoció, como a sus dos otros hijos. Zoila Rosa y Arturo, como hijos legítimos. De Zoila nada se sabe. "Posiblemente murió antes que yo naciera", señala Clotario. De Arturo se sabe que murió joven. Ricardo, después de terminar sus estudios en el Instituto Nacional, como muchos jóvenes de su clase, siguió la carrera de las armas. Cuando se casó con Leopoldina Riffo Bustos, era oficial. (7) "De mi padre supe poco. No lo quise nunca...maltrataba a mi madre. No quiero hablar de eso. Yo era muy pequeño, pero me di cuenta. Con mi hermano mayor era cariñoso, pero no conmigo, él sabía que yo defendía a mi madre...como él era Blest y mi madre Riffo...yo la prefería a ella. Murió de un ataque cerebral cuando yo tenía siete años...debe haber tenido treinta y cinco. Pero basta, no lo toquemos. Yo amé a mi madre por sobre todas las cosas" (8) A pesar de mi empeño de inquirir más sobre el padre de Clotario, fue inútil. El se alteraba si lo mencionaba y cambiaba bruscamente de tema. Vi su retrato colgado en la sala de los rezagados, un joven delgado, de facciones finas, de pelo castaño oscuro, vestido de militar. No tiene, sin duda, la apariencia fuerte e imponente de su padre irlandés. "La madre de Clotario, Leopoldina Riffo Bustos, nació en 1873, en Chillan Viejo. Estudió en la Escuela Normal de Santiago y ejerció como profesora primaria en

diferentes escuelas. Pronto es nombrada directora del Liceo de Quirihue. Sin embargo, de casada siempre vivió en Santiago, ejerciendo su profesión en diferentes escuelas. Jubiló durante la primera administración de Ibáñez. De su matrimonio con Ricardo Blest nacieron en Santiago tres hijos: Fernando, Clotario y Leopoldina. Clotario Blest Riffo nació el 17 de noviembre de 1899. La madre tuvo que trabajar arduamente para poder alimentar a sus tres hijos. Incluso atendió una escuela nocturna para adultos. En 1912 formó parte de la directiva de una asociación de profesores primarios destinada a obtener reivindicaciones. Ella fue la tesorera. Más tarde aparece como la pro-secretaria ad-honorem de un organismo precursor de la medicina social, el "Servicio Médico Escolar", atendido por la primera mujer titulada de médico en Chile, Eloísa Díaz. Cuando en 1920, los cesantes del salitre invadieron la capital con sus mujeres y niños, Leopoldina, junto a otras maestras, se hizo cargo de un albergue para niños, prestándoles ayuda escolar y médica" (9) A los maestros primarios de esa época "se les consideraba despectivamente y se solía decir que cualquier hijo de vecino podía enseñar a leer, escribir y contar. Su situación económica era pésima ya que para los efectos de fijación de sueldo eran los últimos en los escalafones de la administración pública. En esas condiciones se creó la primera Sociedad de Profesores de la Instrucción Primaria, el 1º de mayo de 1915. Su primer objetivo fue obtener una ley de instrucción primaria obligatoria, conseguida en 1920. Los principales promotores de este movimiento gremial del profesorado primario fueron: Víctor Troncoso, Isabel Kirman, Sofía de Villalobos, Carmen Mandujano, Leopoldina Riffo".(10) Los recuerdos de Clotario se adentran a su niñez: Dice: "Mi madre nos sacaba a pasear por la Alameda de las Delicias los días domingo. Nos entreteníamos con mis hermanos tirando piedras a la acequia o con botecitos de papel. Algunas veces nos cruzábamos con el presidente de la República, Pedro Montt, que paseaba rodeado por su corte" (11)

"La primera escuela donde ejerció mi madre, creo que fue la 84, ubicada en calle Brasil. De esa época recuerdo el terremoto. ¡Cómo se movió la casa! Si a mi madre la nombraban en otra escuela nos mudábamos. Vivíamos en el tercer patio, al fondo. Fue también directora de la Escuela Elemental o Primaria 25 ó 26 en la calle Independencia y en la que queda en la Alameda, 18 y tanto. Recibía un sueldo miserable que no alcanzaba para nada. Vivíamos de préstamos. Sin embargo afrontó nuestra educación como pudo. Cuando estaba desesperada, recurría a los prestamistas o las llamadas "agencias", en las que empeñaba útiles o ropas a cambio de dinero. Nunca podré olvidar unos golpes muy fuertes en nuestra puerta, que indicaban la presencia de un cobrador impaciente por alguna cuenta atrasada. Yo me acercaba a la puerta y corría el cerrojo para asegurarme que no pudiera entrar. Esos cobradores fueron los "cucos" de mi niñez. ¡Cómo los odiaba!" (12) "Sin embargo, mi madre nunca se quejaba, nunca se quejó. Era muy católica y rezaba el rosario con nosotros, todas las tardes. Pero no era una beata típica de la época. Le preocupaban también los problemas sociales inherentes a su gremio. Organizó reuniones de maestros semi clandestinas en que se discutía acaloradamente su situación económica. A mí me utilizaban de loro" para avisar si venía un inspector". (13) -¿Visitaba a sus parientes, los Blest Gana? -"Nunca". -Pero, ¿sabían que existían, sus nombres, sus casas? -"No hablábamos de ellos. Sólo una vez, recuerdo, que mi madre me señaló uno de sus palacetes: "allí viven tus primos, me dijo, pero a nosotros nos miran en menos porque somos pobres, nos consideran de otra clase" (14) -Me llama la atención el nombre "Clotario". ¿Por qué le pusieron así? ¿Algún santo?

-"No existen santos Clotario ni existirán. Yo tenía un tío que se llamaba Clotario Riffo Bustos, hermano de mi madre. El fue mi padrino. Era médico en Chillán; murió joven. Operaba gratuitamente a los pobres y atendiendo tanto tuberculoso desamparado, se contagió". Inquiero: -¿Por qué le pusieron a él ese nombre? -"No sé, seguramente que fue por el rey Clotario, padre de Clodoveo. Son nombres raros, lo mismo que el de mi madre, Leopoldina. Yo no he conocido ninguna Leopoldina. Yo también me llamo Leopoldo, Clotario Leopoldo". -¿De qué origen es el apellido Riffo? -"En el sur hay muchos Riffo. Mi abuela era de Quirihue, Chillan. En realidad mi apellido Riffo no es tal. Es un misterio de familia. Usted sabe, antiguamente cuando había hijos naturales le ponían el apellido de la madre y no del padre. De allí viene mi apellido Riffo, que se origina en Argentina". (15) Durante otra entrevista, le digo que me extraña no ver retratos de su madre. Clotario me dice: "Mi madre quemó todos sus retratos antes de morir. Este -lo ha ido a buscar al dormitorio- lo encontré por casualidad". Es una fotografía de su madre, con marco de plata, cuando tenía treinta años. morena, de rasgos corrientes, de-cara simpática. Le pregunto si era bella. Me contesta: -"¡Bella! Para los hijos todas las madres son bellas. ¡La hice sufrir tanto! Ella siempre esperándome, aquí, en este sillón y yo en la cárcel". (16) En la celebración de los ochenta años de Clotario y la exposición gráfica sobre su vida que realizó la ANEF (Asociación de Empleados Fiscales), vi otra fotografía de su madre; aparece en auto, sentada al lado de su hijo. Se ve muy viejita y delgada. -¿Cómo fueron sus primeros años escolares?

-"Fui a la escuela pública. Un día el profesor reunió a todos los alumnos en el patío. -Que salga Clotario Blest- dijo. Cuando yo me presenté, me preguntó: ¿Por qué anda con los zapatos rotos? -Porque soy pobre, le contesté. El me replicó: yo no acepto en esta escuela niños con zapatos rotos. Saqúese los zapatos y muéstreselos al resto de los alumnos. Todos Sos compañeros irrumpieron en una carcajada y me gritaron: "¡zapato roto! ¡zapato roto!". (17) Esta humillación pública a un niño de siete años, me recuerda la de otra niña. Lucila-Gabriela, una década antes en la escuela de Vicuña, cuando la directora la acusa de un robo del cual no es culpable y sus compañeras a la salida le lanzan piedras gritándole: ¡ladrona!, ¡ladrona!. Quizás el destino y la personalidad de estas dos grandes figuras hubiese sido diferente, sin ese estigma lapidario que marcó para siempre sus conductas. -¿Que recuerdos tiene de sus hermanos? -"Yo era el segundo y el más apegado a mi madre. Des aspecto, quizá, era el más frágil, pero ya ve usted, los dos por motivos diferentes murieron jóvenes". -¿Cómo ocurrió eso? -"Mi hermano mayor, Fernando, era muy sensible, un poeta, pero quiso ser militar. Un poeta militar ¡habráse visto! No pudo acostumbrarse...Se drogaba, era morfinómano. Se suicidó a los veinticinco años en Punta Arenas. ¡Cuánto sufrió mi madre! Ocurrírsele a mi hermano meterse a milico. Se envenenó. Cuando agonizaba, llamó a un sacerdote. Mi hermano era un místico. Le mostraban un crucifijo y se ponía a llorar". -¿Y su hermana? -"Leopoldina era la más pequeña, la regalona. Siguiendo el ejemplo de mi madre estudió para normalista y se tituló. Pero no ejerció nunca porque entró a monja en el Buen Pastor. Eran monjas de claustro, muy estrictas. Sólo podíamos conversar

con ella a través de una reja por la que aparecía tapada con un tul negro. Como la vida en el convento es muy rigurosa y dura, enfermó, según creo, de reumatismo al corazón. Cuando se la llevaron al hospital, exigió irse a la sala común. Yo era en ese entonces empleado público y podía afrontar ese gasto, pero ella rehusó. El doctor Droguet del Fierro la atendió con mucho cariño. Sin embargo, murió a los treinta años, en el hospital San Vicente. Pidió agonizar al lado de sus hermanos, los pobres y desamparados" (18) En esa época, trabajaba en el hospital el doctor Antonio Morales Delpiano, homeópata. Conoció a la familia Blest y desde entonces fue su médico. Ese médico me dice: "Yo no atendí personalmente a Leopoldina, pero pasé a visitarla muchas veces en la sala. Allí conocí a la madre de Clotario y me hice amigo de ellos. Leopoldina era muy joven, pero padecía de una lesión incurable al corazón. Ella sabía que iba a morir y estaba resignada. Era muy piadosa. Después de su muerte, fui a darle el pésame a su madre a la casa, la misma donde vive hoy Clotario. En esa época estaba más ordenada y todo parecía menos viejo y deteriorado que hoy. Cuando fui, la madre estaba sola. Dentro de todo su drama, se mantenía entera. Fue siempre muy creyente y la religión le ayudó a soportar todas las penas. No creo que ella tuviera parientes o amigos. Siempre que me llamaba por alguna enfermedad estaba sólo con Julia, la vieja empleada, que era mayor que ella y que más que sirviente era una amiga".(19) Algo parece haber marcado para siempre al niño Clotario, el niño que no quiere recordar a su padre. La pobreza de esos años, la piedad y la entereza de la madre. Varias veces vuelve a contarme la anécdota de los "zapatos rotos" y sus relatos de la infancia siempre terminan con un juicio sobre la actitud de la madre: "afrontó nuestra educación con un sueldo miserable", "ella nunca se quejaba","¡cómo sufrió la pobre!". Y por último, la muerte trágica y prematura de sus hermanos...

EL SEMINARIO "La

juventud

Nosotros

actual

nos

es

criamos

superior hipócritas,

a

la nuestra.

le

teníamos

demasiado miedo y respeto a los mayores" (1) En 1909, Clotario termina su educación primaria. Su hermano Fernando ha conseguido ingresar a la Escuela Militar. El seguirá sus estudios en el Seminario Pontificio. Pero el ingreso allí no es fácil. Clotario logra entrar gracias a la influencia de un pariente poderoso: "No todos mis parientes ricos eran egoístas. Los Valdés Cuevas me consiguieron una beca que me permitió terminar con éxito mis estudios. Ellos creyeron, sin duda, que estaban ayudando a formar un futuro sacerdote conservador y tradicionalista. ¡Cómo se habrán arrepentido más tarde, de haber ayudado a un subversivo!" (2) Nueve años permanecerá Clotario en el internado del Seminario, ajeno a la historia nacional e internacional de esa época. Época llena de acontecimientos y crisis que repercutieron más adelante en el mundo políticoen que le tocará actuar. LA HERENCIA HISTÓRICA Europa, luego de la "Belle Epoque", del positivismo del hombre racionalista, laico, seguro y feliz, sufrirá el drama de la primera guerra mundial (1914-1918), que destruirá el mito del hombre que dirige su destino, y que cambiará la vida económica y social del mundo. En Chile, después de los gobiernos de Santa María y de Balmaceda, liberales y progresistas, estalla la guerra civil. Los gobiernos de Jorge Montt (1891-1896), Federico Errázuriz (1896-1901),Germán Riesco (1901-1906), Pedro Montt (19061910), Ramón Barros Luco (1910-1915) y Juan Luis Sanfuentes (1915-1920), sólo sirvieron para acentuar el descontento y el pesimismo de las clases oprimidas. Los

ministerios se sucedían uno tras otro, continuaba la pugna entre los grupos extremos, los radicales y los conservadores, que hacían resaltar la inconsistencia de los grupos liberales que luchaban por mantener un difícil equilibrio en el centro. Pero, detrás de esta aparente pugna de diferentes partidos, una sola clase social: la burguesía, que luchaba por el poder "A la muerte de Pedro Montt y en vísperas del centenario de la independencia, la idea de vivir una crisis, no sólo política sino fundamentalmente moral, es el tópico que se agudiza con particular fuerza, vicios y deformaciones" (3). Don Enrique MacIver exclama: "Me parece que no somos felices, es un malestar que se extiende a todos. La energía por la lucha por la vida se ha tornado en laxitud; la confianza, en temor; las expectativas en decepciones". Alberto Edwards, en 1912, sintetizaba con fría amargura: "En 1905 éramos más felices que hoy. Entonces creíamos en un hombre, ahora ya no creemos en ninguno". El libro de Alejandro Venegas Carús, (Doctor Valdés Cange) Sinceridad, Chile íntimo en 1910, es un testimonio acusatorio, crudo y valeroso: "Los partidos políticos están en decadencia y corrompidos, de la misma manera que el sistema electoral vigente". "Las terribles condiciones de vida de las masas laboriosas, en el sur, los abusos de la colonización...En el norte, la pampa desolada y explotada por magnates y capitales: ricos y pobres; esto es, explotadores y explotados. Los que no somos ricos ni menesterosos y aparentemente formamos el estado llano, somos gente de tránsito, salida del campo de los explotados y en camino para el de los opulentos...Esta trágica realidad explica el estallido de los primeros movimientos obreros, tan duramente oprimidos. Tres veces han pedido seguridades para su vida y sus hijos y tres veces se les ha respondido fusilándoseles del modo más salvaje. Las matanzas de Taltal, Antofagasta e Iquique, han demostrado a los 60.000 obreros que producen la principal riqueza del país, que no deben esperar nada del gobierno, porque está formado por explotadores del pueblo, que hacen causa común con sus duros señores, los dueños del salitre". (4) Abraham Konig, escribe en sus Memorias, en 1913:

"Existe el más completo desorden político. La omnipresencia presidencial fundada en la impotencia de los partidos..." y en 1915: "La candidatura de Sanfuentes está fundada en el asesinato y en el fraude". Agrega más adelante: "Las desgracias de 1891 han sido buenas para nada; sobrevivimos el tiempo de don Jorge Montt. De manera que el país no ha avanzado nada o muy poco. Los ministros se suceden como relámpagos. Suben hombres mal preparados. No hay marina mercante, no hay marina militar, no hay puertos. Todo se hace por y para extranjeros". Luis Emilio Recabarren, el principal dirigente de la clase trabajadora de esa época, fundador del Partido Obrero Socialista (1910), atacaba el sistema basado en la oligarquía, "que sabía amparar muy bien la propiedad privada y el gran capital, pero que se mostraba indiferente ante las penurias del obrero". (5) Otro estudioso de principios radicalmente opuestos, Julio Philippi Bhil, observaba en 1917 la notable incomprensión gubernativa hacia los problemas sociales, que tan palpables eran en la región salitrera: "Las autoridades se inclinan a ver en toda huelga un acto de subversión y a dar a los huelguistas el tratamiento consiguiente". LA OPINIÓN DE BLEST Clotario Blest en el borrador sobreviviente de su libro El martirologio de la clase obrera chilena, señala: "las matanzas de obreros de esos años, fueron en 1903 (11 al 13 de mayo), causadas por la gran huelga de los marítimos de Valparaíso. Es el verdadero inicio de las luchas organizadas por la redención social. Más de treinta muertos, numerosos heridos, gran cantidad de detenidos. Es presidente Germán Riesco; intendente, José Alberto Bravo. En el año 1905 (20 al 25 de octubre), estalla la lucha del pueblo contra los impuestos al ganado. Durante cuarenta y ocho horas Santiago permanece en poder de los huelguistas. Se lucha

en las calles. Surgen las 'guardias blancas'. Más de un centenar de muertos, incontables heridos. Presidente; Germán Riesco. Prefecto de Policía, Joaquín Prieto Concha. Intendente, Luis Larraín Cotapos. Secretario del Intendente, Enrique Cousiño Ortúzar. Ministro del Interior, Miguel Cruchaga". En el año 1906 (febrero), se efectúa una manifestación en la Plaza Colón de Antofagasta, por el malestar económico y un planteamiento de pliego de peticiones. Diez muertos y numerosos heridos. Presidente, Pedro Montt. Intendente, Daniel Santelices. En el año 1907 (21 de diciembre), se organiza en la escuela de Santa María de Iquique una protesta de obreros del salitre con sus mujeres e hijos. Son ametralladas 2.500 personas, miles de heridos y centenares de fusilados en tierra o a bordo de los barcos. Gobierna el país, Pedro Montt. Ministro del Interior es Rafael Sotomayor. Intendente de Tarapacá es Carlos Eastman. A pesar del horror de este crimen: 2.500 obreros muertos con sus mujeres e hijos, los periódicos de Santiago apenas destacan la noticia. Ningún político alza su voz en el Senado para enrostrar este crimen al gobierno. Sin embargo, años más tarde, (1915), en vísperas de las elecciones presidenciales, el asesinato de un elector liberal importante, Guillermo Eyzaguirre, conmueve a la opinión pública. Se escriben infinidad de artículos de prensa. En el entierro se pronuncian airados discursos. Las figuras políticas más prominentes y la sociedad se divide en bandos agitados. El muerto era uno de ellos y su asesinato significaba perder un voto para su candidato". (6) LA VIDA EN EL SEMINARIO Clotario Blest nunca supo de estos acontecimientos durante su época de estudiante. Su vida transcurría tranquila en el internado, una casona grande, con chacra, parrones, árboles frutales y piscina. Quedaba ubicada en Providencia, donde está actualmente la Iglesia de los Angeles Custodios. Era una zona sub urbana, que veía aparecer los comienzos del avance de Santiago hacia el oriente. A pesar que el Seminario Pontificio no era considerado un colegio aristocrático, la instrucción era buena y eficaz. Clotario recuerda esa época con nostalgia y cariño:

"el director era Gilberto Fuenzalida Guzmán, un hombre conservador, pero bueno. Nunca tuve problemas con él. Yo era buen alumno y piadoso". -¿Lo presionaron para que fuera cura? -"Si lo hicieron nunca me di cuenta. Quizá vieron en mí un rebelde. Yo era un alumno inquieto. Me gustaba la música y la pintura. En esa época creían que yo iba a ser artista. Me saqué varios premios de dibujo y pintura. El profesor presentó alguna de mis obras en exposiciones" (7) Con cierta razón Clotario dice que lo consideraban rebelde. En 1913, en el libro Recuerdos (8) aparece vinculado a una curiosa manifestación de protesta y rebeldía estudiantil, protagonizada por el llamado "Curso de los Federados", que correspondía al segundo de humanidades de la sección eclesiástica. Todo el curso acuerda darse sus propias preguntas en el examen de historia medieval, no respondiendo a las preguntas del profesor Fuenzalida Guzmán. Sorprendidos en su rebelde acuerdo, todos los miembros "federados" fueron castigados en Punta de Tralca. Se les dio ese nombre, asociándolos a la acción revolucionaria de la FECH, federación de estudiantes de aquellos días. -¿Recuerda a algún compañero o profesor en especial? -"De mis compañeros de curso no recuerdo el nombre de ninguno. No sé que habrá sido de ellos. De mis profesores, eran todos curas -Imagínese que tuve como maestro nada menos que a don José María Caro para el curso de latín, por el año 1910, y después, durante las vacaciones en Punta de Tralca, en la casa que tenía el Seminario, llegó a damos una charla el padre Femando Vives, que fue mi maestro más querido y admirado. Debe haber sido por el año 1914, por que acababa de regresar de un destierro en Córdoba. Usted sabe, Femando Vives Solar fue muy perseguido por sus ideas y durante años no le permitieron vivir en Chile. El padre Vives simpatizó inmediatamente conmigo, tenía gran criterio pedagógico, fue el primero que mostró la injusticia social y me enseñó la verdadera labor apostólica. Después yo iba a verlo a San Ignacio donde me

incorporó a sus grupos de trabajo. Eramos muchos. No existía en él ningún afán de propaganda. Nos decía: 'Ustedes deben abrir los ojos a la realidad del mundo, del mundo de los explotados, de los pobres'. La derecha lo detestaba; el partido Conservador, el partido de la aristocracia, no lo dejaba tranquilo". (9) Fernando Vives, S.J. fue varias veces a darles charlas a los jóvenes seminaristas. En 1916 le regala un libro a Clotario, del jesuita Goycolea, con la siguiente dedicatoria: "A mi querido amigo Clotario Blest, para que en el curso de la lectura de este libro y durante su vida, vea que se puede y debe juntar una exquisita sensibilidad de alma con gran firmeza de carácter. Santiago, octubre de 1916". Don Santiago Tapia director del Instituto de Difusión Social y sacerdote, me cuenta algo sobre lo que era la vida en el Seminario Pontificio: "Yo no fui compañero de Clotario, él es mayor que yo, sin embargo no cambió el estilo de vida ni la instrucción durante esa época. Tuvimos el mismo director, don Gilberto Fuenzalida, un ultra conservador. A los diez años a los niños los dividían en los de la Sección Eclesiástica y en los de la Sección Seglar. Clotario y yo pertenecíamos a la Sección Eclesiástica. Casi todos los de esa sección fuimos sacerdotes. Clotario fue la excepción. Nos dieron una formación humanística profunda con ocho años de latín. La vida era alegre, con deportes, academias literarias, se fomentaba la creación personal, concursos de poesía, teatro. Por supuesto todo estaba dirigido para formar un hombre religioso, un futuro sacerdote". (10) Clotario no describe ni se extiende sobre su vida de estudiante. Sólo dice: "en este establecimiento estudié los cursos preparatorios que eran cuatro, más cinco años de humanidades, al término de los cuales di mi examen de bachillerato en la Universidad de Chile, recibiendo mi diploma en enero de 1918" -¿Puede contarme usted, alguna anécdota de esa época? -El primer lunes de cada mes teníamos permiso para salir. Yo aprovechaba las tardes de ese día para visitar a Fernando Vives. Varios alumnos hacían lo mismo. Esto llegó a oídos del rector Fuenzalida y los alumnos fueron disgregados. (11)

SU VERDADERO PADRE ¿Quién fue Fernando Vives y por qué ejerció tanta influencia en el joven Clotario? Fernando Vives nació en Santiago, en 1871, siendo ordenado sacerdote jesuita en España en 1908. En Chile, desde 1909 a 1911, organiza los Círculos de Estudios Sociales y funda los Sindicatos de Choferes y los de Empleadas de la Aguja. Por presiones del Partido Conservador debe alejarse del país durante 1912 y 1913. En 1914 vuelve a Chile donde dirige centros de estudio para obreros. Es invitado por don José María Caro, en 1916 a la primera semana social de Iquique. Nuevamente debe partir al destierro a España, que se prolonga entre 1918 hasta fines de 1931. Regresa a Chile y funda la Liga Social y apoya la República Socialista de 1932. Muere en Santiago el 21 de septiembre de 1935. El padre Vives en una carta que le dirige al estudiante Clotario le dice: "ya sabe usted que es para mí un hijo muy querido, casi puedo decir, mi lado flaco"

(12)

En

otra carta, años más tarde le escribe: "yo me alegro mucho del movimiento de esa juventud que usted preside; estamos en una época de renovación de valores y conviene situarse a la vanguardia del movimiento aprovechando la inmensa flexibilidad de la Iglesia que "unum est necesarium" y todo lo demás es accidental y de ocasión: regímenes de gobierno, partidos políticos, etc. La juventud es la única que puede reaccionar fácilmente y acomodarse a las circunstancias. Dada la situación del mundo y de Chile, en completa evolución, sería inmensamente funesto obstinarse en querer conservar las costumbres de los tiempos de paz, que por otra parte, los católicos no supieron aprovechar y querer vencer al enemigo con armas y métodos anticuados. La juventud es la única que puede romper moldes envejecidos, pero necesita expertos directores que la comprendan, la estimulen y la moderen." (13) Clotario relata: "El padre Vives reunía a varios jóvenes y conversábamos de amigo a amigo, nunca nos presionaba y tenía tanto sentido pedagógico y apostólico que decía: 'ustedes deben trabajar para la redención de los pobres para que no sean explotados, pero sin hacer proselitismos. Jamás a nadie díganle que vaya a la

Iglesia. Tienen que llegar a la Iglesia de Cristo y a su doctrina a través del ejemplo de ustedes' Desgraciadamente estuvo tan poco con nosotros. La derecha lo detestaba y usaba su influencia para expatriarlo. Pasaba muchos años fuera. Pero cada vez que regresaba, seguíamos de nuevo. El fue el hombre que me señaló el camino, mi primer maestro, el que me hizo comprender la injusticia social y el verdadero y único deber cristiano: la entrega total a sus semejantes sin esperar ninguna recompensa. Al morir me legó su cruz (me la muestra) Me acompaña siempre." (14) El retrato de Fernando Vives, del Abate Pierre, junto al del Che Guevara y de Luis Emilio Recabarren, acompañan a Clotario en forma permanente en su sala de trabajo. Sin duda, Femando Vives fue para el joven Clotario, el padre perdido y añorado, el guía que le abrió las puertas hacia la labor de toda su vida futura.

DIFÍCIL DECISIÓN "En

esta

época

"mansedumbre",

la

Iglesia

"humildad",

impregnaba "respeto",

el

alma

de los

"resignación",

¿y

cristianos de el

amor

fraterno basado en la justicia, dónde debíamos buscarlo?" (1) Clotario Blest es un flamante bachiller y tiene 19 años. Ha llegado la hora que decida su futuro. Después de nueve años de educación en el Seminario Pontificio y habiendo sido un alumno eclesiástico, lo lógico es que se decida por la profesión religiosa. Su instrucción, fuera del pequeño conato de rebeldía, parece satisfacerlo. Es un joven estudioso, sensible, piadoso y místico. Su maestro, Fernando Vives, también lo cree así. Su madre está encantada. Las aspiraciones de sus parientes conservadores que le otorgaron la beca se realizan. Clotario relata: "A principios de 1918 partí al Seminario de Concepción acompañado por mi ex rector, don Gilberto Fuenzalida. Me sentía atraído por el sacerdocio. Permanecí allí dos años bajo las órdenes de don Alfredo Cifuentes Gómez, futuro obispo. Pero algo debe haber en mí de rebelde e inconformista. Un año después de haber llegado, participé en una huelga y en marchas de protestas contra el establecimiento, apoyando a los alumnos penquistas que consideraban que el Rector tenía preferencias por los alumnos de la capital y discriminaba contra ellos. Después, para completar mis estudios de teología, estuve un tiempo

en el Seminario de La Serena. El rector era monseñor Larraín Cotapos. En La Serena decidí que no tenía vocación religiosa. Regresé a Santiago." (2) Para tratar de comprender las dudas religiosas y dificultades presentes y futuras que tuvo Clotario con las autoridades eclesiásticas, debemos recoger algunos datos sobre la historia de la Iglesia Católica en Chile. EL PODER DE LA IGLESIA Desde el establecimiento de la Capitanía General de Chile por la Corona Española, la Iglesia Católica fue la única iglesia presente en Chile. Durante la Colonia, el poder de la Iglesia fue inmenso. Y sólo existió en el siglo XVIII un problema parcial, el de la expulsión de los jesuitas en 1767 durante el reinado de Carlos III. Superada esta crisis más adelante, el Estado Independiente de Chile no ofreció mayores cambios en su relación con la Iglesia: el partido pelucón reemplazó a los reyes y ambos se repartieron amigablemente el poder político y económico del país. Sólo en el gobierno de 0'Higgins, el Director Supremo, tachado de masón, se presentó una dificultad, cuando se fundó el Cementerio General de Santiago y se prohibió el entierro de cadáveres dentro y alrededor de las iglesias. El clero indignado, ante este abuso frente a su autoridad, hizo manifestaciones iracundas y se declaró enemigo de 0'Higgins. Los gobiernos posteriores, desde Diego Portales, superaron estos problemas y llegaron a un acuerdo con la Iglesia Católica. No existía separación de la Iglesia y el Estado y los intereses de ambos se confundían en la marcha política del país. "Pero, poco a poco, durante la administración de Bulnes, el desenvolvimiento de la cultura general y la influencia extranjera, fueron introduciendo ideas menos sumisas a la religión del Estado y hasta hubo un diario, El Mercurio, que un día se atrevió a hablar de tolerancia religiosa. Esto produjo un gran escándalo y entonces fue fundada, bajo la protección del Arzobispado, La Revista Católica (1843), para atender a la defensa de la Iglesia, amagada por corrientes subversivas. Pronto Bilbao y Lastarria, en sus escritos del año 1844, confirmaron los temores del

Clero. Pero, estos hechos, si bien nimios, bastaron para demostrar que el espíritu religioso se debilitaba. Así, por ejemplo, era costumbre que los "serenos" o guardianes nocturnos, al gritar las horas y el estado de la atmósfera, añadieran un "Ave María Purísima". La Intendencia de Santiago mandó a suprimir esta fórmula, cambiándola por un "¡Viva Chile!". También era costumbre que en la solemne procesión de "Corpus" las banderas de los batallones fuesen tendidas en el suelo para que por encima pasase el sacerdote que llevaba la Custodia. Esta práctica fue así mismo prohibida. Ambas innovaciones dieron origen a enojosas publicaciones en las que los gobernantes fueron presentados como herejes". (3) Don Rafael Valentín Valdivieso no sólo combatió las reformas comenzadas en el gobierno de Bulnes, sino también el espíritu laico e innovador de los presidentes Montt (1851-1861), Pérez (1861-1871), Errázuriz (1871-1876) y Pinto (1876-1881). Pero, a pesar del ardor y la vehemencia con que la Iglesia defiende sus privilegios, ella fue perdiendo paulatinamente su poder político. Y eso no era sólo un hecho particular en Chile. El Papa Pío IX, consagrado el año 1849, ante el avance de las ideas revolucionarias y la proclamación de la República en Roma (1849), lanza el Syllabus (1865), cuyos anatemas, juntándose al dogma de la infabilidad del Papa (1871), abrieron un abismo entre la Iglesia y la ciencia y las doctrinas políticas afianzadas en el siglo XIX. En 1870, después de proclamada la unidad italiana, los dominios pontificios son anexados y el Papa se proclama prisionero en el Vaticano. El dominio temporal estaba perdido, ahora debía redoblarse el trabajo para conservar el poder espiritual en todas las naciones. SE DECLARA LA GUERRA ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO En Chile la lucha entre el liberalismo y el catolicismo se organiza en términos precisos y permanentes. El Partido Radical se suma, más adelante, a la batalla. En 1865 se establece cierta tolerancia hacia los cultos privados. En 1871 se dispone que haya en los cementerios una sección para los disidentes. En 1875, se dictó la Ley Orgánica de Tribunales que abolía el fuero eclesiástico en los juicios civiles y criminales. Durante la administración de Errázuriz se debatieron también

con gran calor cuestiones relativas a la libertad de la enseñanza y la autorización a los colegios particulares para conferir certificados y títulos válidos ante la Universidad y el decreto de la no obligatoriedad de la enseñanza de religión en los colegios del Estado. Durante la presidencia de Pinto el gobierno tuvo que resolver problemas más urgentes como la guerra del Pacífico, pero antes que se desatara el conflicto las relaciones con el Vaticano estaban a punto de romperse. Después de la muerte del altivo e intransigente arzobispo Valdivieso, el gobierno de Chile propuso como candidato al canónigo don Francisco de Paula Taforó, más abierto y comprensivo hacia las nuevas ideas. Pero ante la campaña difamatoria lanzada por el Partido Conservador y el clero ultramontano, el Vaticano, con mucha sabiduría, optó por suspender momentáneamente todo nombramiento. Finalizada la guerra de Chile contra Bolivia y Perú, el gobierno de Santa María (1881-1886) vuelve a insistir ante la Santa Sede por el nombramiento de Taforó. El Vaticano lo rechaza y el gobierno rompe relaciones. La lucha se tornó, entonces, implacable y Santa María aprovechó el clima anticlerical para unir a grupos disímiles a favor de su gobierno y sacar de la jurisdicción de la Iglesia los cementerios, obtener la dictación de la ley de matrimonio civil, crear el Registro Civil, quitando así a los párrocos su ingerencia en la certificación de nacimientos, matrimonios y defunciones. Como era de esperarlo, estas reformas provocaron una reacción violentísima de los católicos. El clero las estigmatizó e incitó a sus fieles a desobedecerlas como sacrílegas. Se obstaculizó el establecimiento del Registro Civil. Carlos Walker Martínez exclamaba: "No debe ningún católico inscribirse, porque esta ley no es otra cosa que la creación de un pozo de sanguijuelas del fisco y avispero de conciencias dañadas". Se rechazó el matrimonio civil. Desde Roma, el Syllabus lo condena: "Según las luces de la razón y de la fe, no existe allí matrimonio, sino una unión ilegítima y criminal, reconocida, sin embargo, por la ley como verdadero matrimonio, pero que no debe llamarse más que "concubinato legal". Y Pío IX había dicho en su alocución de septiembre de 1852: "A los ojos del pueblo católico, esas personas no pueden tener el honroso nombre de esposos: son únicamente sujetos entregados al vicio amparados y protegidos por la autoridad pública". La campaña contra la ley de

cementerios laicos llegó a revestir caracteres trágicos y macabros. Se excomulgó a los congresales que la dictaban y se aconsejó a los fíeles que no inhumaran los restos mortales de sus deudos en los cementerios fiscales y que aun desenterraran los huesos de los que yacían en esos cementerios. Este tiroteo entre la potestad civil y eclesiástica llevó la excitación a su grado máximo: "Los ataúdes se llenaban con piedras, mientras los cadáveres eran enterrados a escondidas en los conventos e iglesias. Se sacaban los restos en altas horas de la noche o a través de los tejados. Estas fúnebres tramoyas daban a lugar a escenas trágicas y cómicas y a choques diarios con la fuerza armada, que se veía en la obligación de vigilar los domicilios de las familias que pretendían burlar la ley, deshacer acompañamientos, abrir ataúdes y descubrir cadáveres en puntos clandestinos que eran arrancados a la fuerza de manos de sus familiares". (4) Sin embargo. Santa María, que comprendía el valor político que aún tenía la subsistencia del patronato, inició, poco antes de dejar el poder, contactos confidenciales con la Santa Sede a fin de solucionar los problemas creados y buscar un candidato de transacción para el arzobispado de Santiago. Estas gestiones, concluidas por el presidente Balmaceda (1886-1891), permitieron la designación en dicha arquidiócesis de Mariano Casanova. Sin embargo, al término de la presidencia de Balmaceda, la participación del Clero y del Partido Conservador en la guerra civil despertó nuevamente las odiosidades. Pero ese mismo año, 1891, un nuevo Papa, León XIII, lanza su encíclica Rerum Novarum sobre la cuestión social y el deber de los católicos frente a ella. Rerum Novarum, que en Chile no fue divulgada oficialmente por los periódicos católicos ni fue tema de las prédicas en las iglesias, sirvió, a pesar de todo, para que ciertos católicos de espíritu cristiano, y descontentos con el dominio del Partido Conservador sobre la Iglesia, se trazaran un nuevo camino. El comienzo del siglo se caracteriza por cierta calma aparente. Después que algunos católicos, que seguían con atención el pensamiento social de clérigos y laicos europeos -Ketteller, Mermillod, Le Pley, La Tour du Pin y Taparelli- se sintieron tocados, se instituyó la Fundación León XIII para adquirir terrenos y

construir casas para obreros. Idénticos fines tuvo la institución "Sofía Concha" y la "Unión Social de Orden y Trabajo" creada en Valparaíso por Juana Ross de Edwards. En 1894 se entregaban las primeras casas para trabajadores ubicadas a los pies del cerro San Cristóbal. Paralelamente ciertos curas agrupaban a los obreros: Asociación de Artesanos San José, Sociedad de Artesanos La Unión, Círculos de Obreros de Santo Domingo, Sociedad Sagrada Familia, patronatos de Lourdes y Santa Filomena, etc. A pesar de estos esfuerzos, a fines de siglo, la relación de la Iglesia con los sectores modestos se había debilitado. Así se desprende de la experiencia de Abdón Cifuentes y Ramón Ángel Jara con los Círculos Obreros que comenzaron a funcionar en 1878 y al término del siglo estaban en franca extinción. Incluso las cofradías religiosas -de tan hondo arraigo popular en el siglo pasadodesaparecerían paulatinamente. LA PAZ TRAE LA SEPARACIÓN Para que no se repitiera la guerra abierta entre las tendencias laicas del gobierno y las religiosas del Partido Conservador, debía darse un paso más: la separación de la Iglesia y el Estado. Para conseguir esto el gobierno debía dialogar con un representante de la Iglesia comprensivo ante los cambios sociales y amigo de los políticos liberales. Después de la muerte en 1918 de don Juan Ignacio González, cuarto arzobispo de Santiago, los políticos y eclesiásticos se movieron a todo nivel para lograr sus propósitos. Por una parte, Arturo Alessandri, Ministro del Interior y senador por Tarapacá, por la otra el Partido Conservador y los obispos candidatos. El Gobierno preconizaba, en la terna que habría que enviarse al Papa, el primer lugar para don Crescente Errázuriz Valdivieso. Errázuriz fue inmediatamente rechazado por el Partido Conservador y por la iglesia tradicional. No podía agradarles, sin duda, un obispo historiador que había proclamado desde hacía 40 años que "el clero debía abstenerse de apoyar a un político, aunque fuese del Partido Conservador", ante la Opinión de los contrarios, que declaraban "que no se puede ser católico sin ser conservador". Era, por lo tanto, fundamental

para el ministro Alessandri, frente a la elección de Presidente de la República en la que él sería candidato el año 1920, contar con Monseñor Errázuriz como el arzobispo de Santiago. Un hombre que en sus pastorales decía: "el encarecimiento de la vida, la falta de recursos y a menudo el desconocimiento de las necesidades del pueblo, dan derecho a éste para presentar justas reclamaciones....Sometidos a ímprobas faenas; en algunas partes con escasísimo salario...casi siempre teniendo por habitación chozas miserables, olvidados en sus enfermedades; tratados, en fin, no como hermanos ni como hombres cuyos servicios se están recibiendo. Tal estado de cosas debe cesar". (5) Más adelante agregaría: "el pueblo no pide, exige amenazador, instantáneo remedio a los males que padece". No es de extrañar el escándalo que estas palabras produjeron en ese tiempo. Fue muy atacado, entre otros, por el ex-rector de Clotario, en ese tiempo obispo de Concepción, don Gilberto Fuenzalida. Sin embargo, triunfaron las nuevas ideas y don Crescente Errázuriz fue nombrado arzobispo de Santiago en 1919. Y su sabia dirección -que duró hasta 1931- le dio otra faz a la Iglesia de Chile. Esta es -en breve síntesis- la Iglesia que educó a Clotario y con la cual trabajará en estrecha colaboración durante su juventud. Las ideas de don Crescente fueron difícilmente aceptadas y aunque la separación de la Iglesia y el Estado se produjo honrosamente en 1925, el arzobispo que sucedió a don Crescente no tuvo ni su amplias tud ni su criterio. Tampoco, el Partido Conservador -acostumbrado a contar con el apoyo de la Iglesia para conseguir sus fines políticos-abandonará, sin lucha, a su aliado de tantos años. Cuando Clotario se aleja definitivamente de la vida del Seminario para enfrentarse a la vida civil, estamos en el año 1920. En Europa, la Revolución Rusa se afianza. Y después de años de lucha y esperanzas frustradas, los marxistas del mundo sienten que sus ideas se hacen realidad. Es la época de la ilusión y el optimismo de las clases trabajadoras. En Chile. Alessandri acaba de ser elegido Presidente. Por primera vez toma el poder un hombre de la clase media, que aunque formado por los viejos liberales de la clase aita, no es un alumno disciplinado. Su lenguaje

directo y populachero. sus promesas revolucionarias incendian a las masas que se sentían interpretadas. Clotario participa pasivamente en la elección de Alessandri. Sus primeras actuaciones como hombre libre, pero todavía influido por la educación religiosa, se desarrollaran bajo el amparo de la Iglesia. Una iglesia, cuyo obispo, Gilberto Fuenzalida, ex-rector de Clotario. exclama: "para ser católico hay que ser conservador". Otra iglesia, representada por el maestro Fernando Vives, que opina: "izquierdas y derechas no significan división en el campo religioso: ambas son tendencias económicas: las derechas, las mantenedoras del régimen pasado; las izquierdas, las propiciadoras de algún orden nuevo". NO SERÉ REBAÑO DE LA IGLESIA Clotario Blest -después de dos años de estudio de teología- ha decidido no pertenecer a los soldados de la Iglesia. Las puertas se le abrían grandes y protectoras. Sus inclinaciones místicas, su fe, parecían indicarle ese camino. Acepta el trabajo agotador, el voto de pobreza, la castidad obligatoria. Su vida futura lo probará. Sin embargo, ante el dilema de escoger la vida segura de un miembro de la Iglesia, prefiere la inseguridad, la lucha cotidiana económica, la batalla solitaria. Más adelante en su vida, numerosas veces lo veremos entregado en cuerpo y alma a un partido, pero tampoco aceptará militar en ninguno. -¿Por qué, don Clotario, no quiso ser cura? -"No sé, debe haber en mí un rebelde. No acepto fácilmente órdenes con las cuales no estoy de acuerdo". (6)

PRIMEROS PASOS "Me dominaba la inquietud por saber y actuar, pero debíamos sobrevivir". Clotario regresa a Santiago en 1921 y se reintegra a la vida familiar, junto a su madre que es todavía directora de escuela y a su hermana Leopoldina, Pola, como la llamaban familiarmente. Pola estudia en la Escuela Normalista; Femando, el mayor, sigue la carrera militar. Clotario habría deseado entrar a la Universidad, pero los apremios económicos de la familia lo obligan a buscar un empleo. Mientras trata de encontrar algo estable, vende aceite de higuerillas en las farmacias. "Ese fue mi primer empleo. Recorría, a veces, todo Santiago, tratando de que me compraran mi mercancía. Después de tanto esfuerzo lo que sacaba era una miseria". EL EJEMPLO DE RECABARREN -"Las tardes las tenía libres y fue en esa época cuando conocí a Luis Emilio Recabarren. El no sabía quién era yo, éramos muchos los que asistíamos a sus charlas y conferencias cuando viajaba a Santiago".

-¿Qué puede decirme sobre él? -"Para mí, Recabarren es el líder más importante que ha producido la clase trabajadora chilena. Y en esa época fue el único a quien el León (1) nunca engañó. Creo sí, que no lo comprendieron y lo dejaron solo''. -¿Cómo fue eso? -"El año 1924 cuando llamó a un mitin en contra de la Junta Militar, no fue nadie. Imagínese, al llamado de Recabarren, fueron sólo 50 personas, entre las que estaba yo. El se abrumó tanto que en la noche se suicidó. Nosotros creíamos al principio que lo habían muerto y tanto es así que se le hizo un entierro público muy grande. Yo fui a cuidar la casa en que se realizaba el velatorio, un sindicato a un costado del TeatroMunicipal, donde creo estuvo la Tercera Bomba. A ese local se llevó el ataúd. Y, entonces, llegó una orden del gobierno en que se prohibía el entierro público. Temiendo que pudieran allanamos escondimos el cadáver en la alcantarilla, pusimos un andarivel y dejamos colgando el ataúd. Llegaron los pacos y no encontraron nada y se fueron. Cuando partieron sacamos el cajón y se le hizo un entierro colosal. En esos años se le avisaba al pueblo horas antes y todos venían. El entierro fue hermoso e impresionante". (2) Después de pasar años encerrado, bajo la vigilancia estrecha de la Iglesia, Clotario parte a escuchar la palabra de Recabarren y se siente subyugado por las ideas y la personalidad del líder. Líder considerado por los católicos y conservadores de esa época como un vulgar agitador de ideas foráneas y peligrosas. La opinión actual de Clotario Blest sobre Recabarren puede tener quizá el peso de los años, del veredicto histórico o el de la propia y difícil experiencia en la lucha sindical. Sin embargo, algo de la personalidad y de las ideas del revolucionario Recabarren debe haber tocado al joven Clotario, insatisfecho e inexperto de entonces, porque es de los pocos que acuden a su llamado la víspera de su suicidio en 1924 y está presente en su velorio } en su entierro. En el Informativo CODEHS (3) aparece un artículo en "Homenaje al gran

Líder de la clase trabajadora, Luis Emilio Recabarren en el 55º aniversario de su trágico fallecimiento" firmado por el propio Clotario, que dice así: "El 19 de diciembre de este año conmemoramos el 55º aniversario del trágico fallecimiento de LUIS EMILIO RECABARREN. Su moral se agiganta a medida que transcurren los años. Es, sin lugar a dudas, el másgrande y genuino representante de la clase trabajadora chilena y del pueblo de Chile. Sus enseñanzas unidas a la acción lo transformó en el faro luminoso que orientaba y dirigía la lucha de los obreros y campesinos de esa época del país. Es necesario que siquiera en esta fecha la juventud contemporánea oiga algo de su vida y de sus enseñanzas tan distantes por el tiempo, pero plenamente vigentes". Luego de hacer una descripción de la agitada vida de este líder aparecen, como puntos más importantes, la fundación de la FOCH (Federación Obrera de Chile) que luego se afiliará a la Internacional Roja de Moscú, dando nacimiento en 1922 al Partido Comunista. Termina su homenaje con su opinión sobre el suicidio de su maestro: "cuando la oficialidad joven da un golpe de Estado, expulsando del poder al Presidente Arturo Alessandri, Recabarren reacciona en contra de los militares. Sus opiniones se estrellan con gran parte de los sectores sociales progresistas y del Partido Comunista, que veían en esta acción una manifestación de respaldo a las leyes sociales que durante años habían impulsado los organismos gremiales. Sin embargo, Recabarren, insiste que detrás de esta aparente cooperación a los trabajadores, existía el peligro de una dictadura militar. Esto ocasiona una amonestación y una virulenta campaña en su contra por su propio partido. Pese a ello, Recabarren apelando a su prestigio "cita a una concentración a realizarse en la Alameda, al pie de la estatua de 0'Higgins". Después de una intensa propaganda, sólo concurrieron a la concentración no más de 50 personas entre las cuales se encontraba el que escribe estas líneas.

Recabarren profundamente afectado por este fracaso, se trasladó al local de los tranviarios, donde se realizó un acto de protesta contra el régimen militar. Al otro día, 19 de diciembre, Recabarren se suicidaba en una casita en calle Santa Filomena 195. Este fue el trágico fin de una vida ejemplar del más grande de los dirigentes de la clase trabajadora chilena. Seguramente que este fracaso de la concentración que significaba, a la vez, un olvido y un rechazo a su convocatoria, influyó decididamente en la dolorosa determinación de auto eliminarse, al verse solo, pobre y abandonado por lo que había sido en su vida lo más preciado y querido, la clase trabajadora chilena y del mundo. Yo pude comprobar lo que afirmo, pues lo seguí a corta distancia cuando se alejaba del sitio antes indicado, y pude ver físicamente su dolor y su angustia. Estas modestas líneas dedicadas con emocionado recuerdo y entrañable cariño al GRAN LUIS EMILIO RECABARREN pueden servir, quizá para que concentremos todas nuestras fuerzas, al margen de todo sectarismo, sea este cual sea, para liberar a nuestra patria del yugo ominoso que la oprime y para que nuestras finalidades inmediatas determinadas en la Gran Jomada Nacional e Internacional de Navidad 1979, sean una realidad en el más breve lapso posible. Para ello necesitamos antes que nada UNIDAD por sobre toda mezquina ambición o sectarismo. Porque bien sabemos y más de una vez lo hemos constatado en nuestra vida que el PUEBLO UNIDO ES INVENCIBLE y sin hacer funcionar metralletas o cualquiera de estos elementos que cubren la cobardía de quienes los manejan". LOS PARTIDOS POLÍTICOS En 1917 los partidos políticos chilenos eran los siguientes: Liberal Doctrinario, partido de Gobierno o de Centro, que sustenta el Estado laico; Radical, partido progresista, anti-religioso, que intenta combatir las pretensiones políticas de la Iglesia; Conservador, clerical, al servicio del Catolicismo; Liberal Democrático

(agrupa a ex-balmacedistas) y el Nacional (ex monttvarista); Demócrata, fundado para la defensa de los Derechos de los Proletarios; el Obrero Socialista (programa muy semejante al de los Demócratas) formado por grupos de artesanos. Es interesante comparar las fuerzas políticas de la época con las existentes a la muerte de Recabarren, en que se comprueba la fuerza y pujanza que van adquiriendo los partidos de ideas socialistas. LAS PRIMERAS ORGANIZACIONES "Las primeras manifestaciones orgánicas del movimiento laboral fueron las sociedades de socorros mutuos, compuestas principalmente de artesanos o de obreros con características técnicas semi artesanales, como talleres de calzado, imprenta, etc. En estas instituciones sociales de tipo primario es probablemente que se generaron los primeros intentos de organización sindical, estimulados por las nacientes tendencias ideológicas obreras como el anarco sindicalismo y el socialismo, representado este último a comienzos del siglo por el Partido Demócrata y más adelante por el Partido Obrero Socialista que desde 1921 pasará a llamarse Comunista. Los trabajadores manuales son los que inician la constitución de los primeros sindicatos y de éstos los que laboran en los puertos son los principales promotores. Concretamente los estibadores, los lancheros, cargadores, wincheros o grueros en los puertos del norte son los que organizan gremios que al federarse dan vida a un tipo de sindicato general: la mancomunal, llamada confederación en Valparaíso y federación en la región del carbón. Estos organismos laborales hacen propaganda y logran organizar núcleos en diferentes oficinas salitreras y en la casi totalidad de los obreros de las minas del carbón de Lota y Coronel. En la capital y Valparaíso emergen uniones y federaciones de vida efímera, pero constantemente reorganizados en talleres de imprenta, calzado, tranviarios y estucadores. En una etapa de formación de una organización de tipo coalición en torno de problemas laborales, sin dirección ni organización definida que se expresa en huelgas multitudinarias, espontáneas las más de las veces y reprimidas en forma violenta por la fuerza pública. Sin embargo, la organización echa raíces, de suerte que los 100.000 organizados en 1924 comprenden el

grueso de los asalariados de las oficinas salitreras, minas del carbón, empresas del calzado, impresores, tranvías y grupos dispersos en la construcción y fábricas. Se consolida la organización en los marítimos que engrosan después sus filas con los tripulantes y los ferroviarios de maestranza, vías y obras dependientes de la única empresa del Estado de la época". "En los años 20 existen dos importantes instituciones laborales de trabajadores: la Federación Obrera de Chile (FOCH) y los Obreros Industriales del Mundo (IWW), "Industrial Workers of the World". La IWW se divide en 1926 entre los que eran partidarios del sindicalismo industrial y aquéllos que estimaban que la organización por oficio o profesión era la adecuada. Esta era, en líneas generales, el panorama de la estructura laboral, al promulgarse las leyes del Trabajo y de la Seguridad Social en 1924" (4) La FOCH celebra su primera Convención Nacional en 1911 y el progreso organizativo de los trabajadores a partir de esta Convención es indiscutible. Los principios de la FOCH, adherida a la Internacional Roja de los sindicatos, son la supresión total de la explotación del hombre por el hombre, aboliendo la causa fundamental que la genera, es decir, la propiedad privada de los medios de producción. En consecuencia, su lucha tenderá siempre a conseguir la socialización de los medios de producción, a fin de imponer una forma de convivencia social donde el trabajo sea la principal fuente de vida, instaurando el lema: "El que no trabaja no come". La FOCH sufrirá un golpe interno con la muerte de Luis Emilio Recabarren, que deja un vacío difícil de llenar, dadas sus cualidades innatas de dirigente obrero. "La trágica muerte de Recabarren señala el principio del reflujo y retroceso del poderoso movimiento obrero, que la larga dictadura de Ibáñez hará todavía más evidente. Pero una nueva generación revolucionaria tomará la bandera y el legado de Recabarren en los comienzos de la década de 1930 y reestructurará el movimiento sindical y político de las clases trabajadoras nacionales. El ejemplo y la lección de Recabarren le iluminarán el camino." (5)

La IWW o Trabajadores Industriales del Mundo nació en Estados Unidos en 1904 y tuvo gran arraigo en grandes sectores obreros del país del Norte y fue conocida internacionalmente por la represión que sufrieron de parte de las autoridades por su actitud contraria a la guerra. Esta tendencia que tuvo amplio apoyo por parte de los anarquistas chilenos, que fueron desde principios de siglo los pioneros de la organización obrera, especialmente en la capital y los puertos, prendió con fuerza en Chile. Los marineros de la marina mercante norteamericana se encargaron de difundir los principios de la IWW y los núcleos anarquistas chilenos organizaron bajo

sus

banderas

un

poderoso

movimiento

sindical

que,

aunque

cuantitativamente era pequeño, poseía gran capacidad de combate. La IWW se declara una organización revolucionaria: "los enemigos de los Trabajadores son: el Capital, el Gobierno y el Clero. Contra ellos se dirigirá especialmente nuestra propaganda, así en la calle, en el taller y en nuestras propias familias. Respecto a los medios de lucha proclamamos la huelga general, la huelga parcial, el boycot y el sabotaje". El gobierno fue implacable en su persecución contra la IWW, apresando a sus dirigentes y sometiendo a la organización a largos procesos. Sin embargo la IWW fue durante muchos años una organización fuerte y organizada que luchó sin tregua por la clase trabajadora. Clotario Blest conocerá íntimamente a varios dirigentes de la IWW y aunque en ese tiempo, 1922 y 1930. se vio envuelto en discusiones y foros callejeros con ellos, siempre habla con simpatía de "mis amigos los anarquistas", "nos pasábamos entonces peleando por si Dios existe o no, imagínese que hoy día eso nos preocupara..." (6) Cuando Clotario esté solo y los partidos políticos lo acusen de traidor y lo echen al olvido (1961-1990), los que lo defenderán y tenderán la mano serán los anarquistas. AL FIN UN EMPLEO, ¿Y LA UNIVERSIDAD? Después de un período corto en que Clotario vende aceite de higuerillas, consigue otro empleo esporádico como escribiente del abogado Otero. Finalmente en 1922, gracias a las recomendaciones de uno de sus parientes ricos, don Francisco Hunneus Gana, importante político, entra al Servicio de Tesorerías. En julio de 1922 comienza su vida de empleado público como ayudante del Pagador de las

Escuelas Primarias. "El sueldo era poco, en fin, de algo servía, pero su inquietud continuaba, quería saber más y decidí entrar a un curso de Leyes que funcionaba en las tardes. Desgraciadamente sólo alcancé a cursar hasta el tercer año, porque se prohibió a los Empleados Fiscales seguir otra actividad fuera de la administrativa. Esta absurda teoría la sostenía, con mucho énfasis, el Ministro de Hacienda, don Samuel Claro Lastarria, que era un momio de la peor especie" (7) Clotario tuvo que abandonar sus estudios de leyes. Sin embargo, sus inquietudes continuaban y como los cursos de Filosofía no eran controlados; considerándolos quizá como un pasatiempo de intelectuales, ingresa sin mayores problemas como alumno a los cursos Superiores de Filosofía de la Universidad Católica. Después de tres años de estudio los alumnos viajaban a la Argentina para recibir el título de Doctor. Clotario se quedó sin el doctorado, porque no tuvo dinero para costearse el pasaje. "Por último ingresé a un curso de Química Superior que se dictaba en la Universidad Libre cuyo rector era el doctor Moore y que funcionaba en el interior de la Quinta Normal. Con esto terminaron mis andanzas escolares." (8) Clotario es Empleado Fiscal y en las tardes estudia. Sus inquietudes son muy diversas: por una parte, le interesan las leyes y la filosofía, pero también siente curiosidad por la química. Trabaja y estudia, pero la semilla del padre Vives y las palabras de Recabarren siguen latentes. El debe transformar esa semilla en fruto, esas palabras en hechos.

ACCIÓN SOCIAL "El que se mete a redentor sabe que debe morir crucificado"

Clotario Blest comienza su labor social bajo el ámbito de la Iglesia. Para el obrero, el hecho de que Clotario fuera empleado fiscal, significa un burgués de cuello y corbata, y si su patrón era la Iglesia, su desconfianza aumentaba: "¡La Iglesia, protectora de la oligarquía, dominada por los partidos conservadores, opuesta a sus luchas e ideales...!" Bartolomé Ramírez, hijo de obrero y compañero de actividades de Clotario durante todos esos años, me expresa: "Nosotros, para las grandes masas obreras del Norte, dirigidas por la FOCH o para los fuertes grupos anarco-sindicalistas que dominaban la capital y Valparaíso, no éramos más que unos "beatitos" que no sabían nada sobre luchas sindicales, que no teníamos mártires. Ellos ya habían pasado por la prueba de fuego. Entonces, usted comprende, uno era un gato y la tarea se hacía difícil." (1) En su búsqueda, Clotario, parece tantear por varios lados, buscando afanosamente. Trabaja, estudia, escucha. Pero para su inquietud eso no basta, él debe verter su conocimiento en acción. EL SURCO Poco sabe de sindicatos, de legislación social. Decide, entonces, ingresar al Círculo de Estudios "El Surco" dirigido por el padre Guillermo Viviani Contreras, sacerdote, que en esa época tenía gran influencia en la juventud católica y que era mirado con recelo por la autoridad eclesiástica por sus ideas sociales de avanzada. Este Círculo se había fundado a fines de 1921 y su proyecto era "formar la conciencia social cristiana" y organizar sindicatos, luchando por una legislación en favor de las "clases trabajadoras". En su fundación aparecen, además del presbítero Viviani, Domingo Aguayo, Francisco Bórquez, Enrique Cañas, Francisco Castillo, Jorge Castro, Ricardo Hischfeld, Onías León, Raúl Ravanal, Ernesto Rojas y Enrique Rojo. Para pertenecer al Círculo se requería "ser de reconocida independencia de carácter, llevar vida moral y cristiana, ser sincero y audaz, ni los zalameros o arribistas podrán jamás pertenecer al Círculo, y tener unamarcada inclinación

a servir a los pobres y humildes" según indicaba el Libro de Actas. Clotario fue aceptado como socio activo. La jerarquía decidió cautelosamente apagar las actividades de "El Surco" y trasladar al padre Viviani a Barón, en Valparaíso, como párroco. El Círculo de Estudios no reanudará sus actividades hasta el regreso de su director en mayo de 1925. En calidad de secretario del Círculo, Blest tomará actas de las discusiones del grupo en torno a la sociedad chilena y a las ideologías imperantes. En el análisis de la sociedad, "El Surco" declara la deshonestidad de la clase alta por el lujo desmedido en que vive, por la incomprensión del sentimiento verdadero de caridad y el errado modo de ejercitarla. Criticalas fiestas sociales con fines caritativos, pero que en ningún momento corresponden a la práctica de la verdadera caridad cristiana. Hace presente la influencia que la clase alta ejerce en la política del país y su doctrina liberal-económica que estima perjudicial. Denuncia la evolución de la aristocracia hacia la plutocracia. La rancia aristocracia poseedora de las haciendas y la nueva aristocracia que posee las industrias y el alto comercio. Y termina analizando los dos verdaderos ejércitos de la clase alta: los empleados y asalariados a sus órdenes, puesto que de ella dependen. La clase media, la instruida del país, que conserva en sus manos la Educación, cuyas ideas políticas son en su mayoría, las del Partido Radical y Demócrata, en cuanto a su situación social, es la menos organizada, debido a que muchos de sus miembros no tienen interés en servir a la clase a la que pertenecen y, algunos, la niegan. Se cita como ejemplo el fracaso de la tentativa de organizar esta clase en una Federación hace algún tiempo. El presbítero Viviani observa: "la clase media está formada por diversos grupos, algunos intelectuales, otros pequeños industriales o comerciantes, etc. y aún alguno que otro millonario. Por eso es difícil precisar sus límites, pero sus características principales son: aspiración al gobierno del país; dominio en la instrucción y el no recurrir al trabajo de sus manos. La clase baja se distingue

porque su trabajo es manual y se divide en obreros que laboran en las industrias, en el campo o en las minas. En la mayoría de ellos domina el analfabetismo y el no conocimiento de la religión. En el aspecto económico son instrumentos de producción y se hallan en estado misérrimo. En el aspecto político, en las minas son demócratas o comunistas; en las ciudades, anarquistas o comunistas y, en el campo, son del color político del patrón". Refiriéndose a los campesinos, hace notar que "pese a sus malas habitaciones y bajo salario, los patrones les entregan ciertas concesiones y protección, siendo algunas veces éstas un nuevo modo de abusar de su trabajo". El señor Viviani Sostiene que "hay que acercarse al obrero que convenientemente preparados se transformarán en auxiliares utilísimos". (2) PARTIDO POPULAR En esa misma época, Clotario, militará en el Partido Popular, fundado por Bartolomé Palacios Silva, diputado y organizador del Sindicato de Distribuidores de Leche en el que también había participado el sacerdote Viviani y que se había oficializado como partido en 1921. El Partido Popular sacará su periódico El Sindicalista, representante de la Gran Confederación Sindical del Trabajo, organismo creado por el mismo señor Viviani. Clotario escribirá sus primeros artículos en este periódico. Chile comenzaba en 1925 a regirse por una nueva Constitución Política y el Partido Popular había decidido presentar un candidato a diputado para las elecciones parlamentarias del 22 de noviembre de ese año. Clotario Blest fue propuesto como pre candidato, pero finalmente el candidato fue Luis González que recibió el apoyo de comunas rurales de Maipú, Barrancas y Providencia. González no salió elegido. La verdad es que el Partido Popular era un partido nuevo y muy poco conocido. Los dos grandes bloques políticos de la época eran, por una parte, los "Partidos Unidos" integrados por conservadores, liberales de todo tipo y radicales; y por otra parte, una alianza del Partido Demócrata, el

Comité de Asalariados y el Partido Comunista. Al igual que en la anterior elección presidencial el triunfo fue para los "Partidos Unidos". Una gran excepción fue el triunfo del comunista Manuel Hidalgo en Tarapacá y Antofagasta. Clotario Blest, en su artículo Pobre Pueblo, indica que deben formularse los fundamentos del orden democrático a través de la organización sindical y política de los trabajadores. "Ahí radica, dice él, la posibilidad de reemplazar (en las luchas cívicas) a los profanadores de la democracia actual raquítica y enferma". "La nueva etapa de la Constitución Política no tendría ninguna trascendencia si el proletariado no es capaz de cambiar las reglas del juego individualista y liberal" "Los politiqueros y arribistas corrompidos de la época actual escalarán de nuevo con cínica impudicia las gradas del Templo de las leyes y haciendo escarnio de aquellas masas proletarias, de que se dicen ser sus redentores, les arrojarán desde la altura un carcomido hueso diciéndoles, entre el aplauso de sus histriones; ¡pobres imbéciles! creísteis en nuestras promesas, pues bien, entreteneos mientras tanto con eso que os hemos dado, no merecéis otra cosa, sois demasiado ingenuos" Y termina: "Compañeros todos en el trabajo y en el dolor: poned fe en vuestras almas, fuego en vuestras obras y venceremos". (3) Como observamos, desde sus primeros contactos con los trabajadores, Clotario Blest, sostendrá que ellos y sólo ellos, los trabajadores. serán los que deben forjarse sus propias leyes y para ello deben poseer el poder. El Círculo de Estudios "El Surco" servirá para que Clotario satisfaga sus inquietudes sobre algunos aspectos de los problemas sociales de la época. El periódico El Sindicalista acogerá sus primeros artículos. Sin embargo, tanto El Sindicalista como el Partido Popular se irán apagando poco a poco y no contaron nunca con muchos adeptos. A pesar de la admiración que sintió Clotario en esos años por el padre Viviani, sus relaciones con él terminaron en forma violenta y brusca: "después de años de trabajar con él en plena armonía y de ser nuestro consejero y guía, en 1927 cuando comienza la dictadura de Ibáñez y es nombrado Capellán de la Casa de Ejercicios de San Juan Bautista y funcionario del Gobierno

en la Inspección General del Trabajo, Viviani adhiere abiertamente al fascismo. Yo presidía, por ese entonces, la Unión de Centros de la Juventud Católica y pedí públicamente su condena. Lo expulsamos de nuestra organización. Usted comprende, no podíamos aceptar en nuestras filas a un partidario de Mussolini" (4) LA CASA DEL PUEBLO, EJE DE LA ACCIÓN SOCIAL CRISTIANA Entre 1922 y 1927 Clotario Blest se vincula a la Casa del Pueblo. La Casa del Pueblo era una casona grande que años antes una señora había donado a la Iglesia para que hiciera acción social. Estaba situada en el barrio de La Vega, en la calle Salas 208, esquina de Andrés Bello. El obispo de la arquidiócesis de Santiago, era don Miguel Claro Vásquez que designó a Guillermo Viviani como su director. Aprobados sus estatutos por el arzobispo Juan Ignacio González Eyzaguirre, él personalmente la bendijo el día de su inauguración el 1º de octubre de 1917. Al año de su fundación ya albergaba a 14 organizaciones obreras y a una academia científica. Su finalidad, según los estatutos, era propagar el sindicalismo y organizar y educar a los obreros para que lucharan por mejorar su situación laboral. Consideraba a la organización de los trabajadores como "la palanca más poderosa de la democracia". Dependía directamente de la Iglesia y dentro de sus profesores, además de Viviani que era el alma de la institución, había muchos laicos, muchos de los cuales pertenecían al Partido Conservador. Junto a las charlas sobre sindicalismo y acción social se comentaba el Evangelio y se daban cursos de moral y de religión. Clotario se sintió inmediatamente atraído por el plan de acción y de estudios de la Casa del Pueblo. Nos relata: "ahí se daban charlas, cursos de artesanías, se tenían reuniones. En esa época la clase trabajadora era mandada por los anarquistas quienes iban a nuestras reuniones con tribuna libre. Nosotros hablábamos en la calle, como los bautistas y así íbamos abriendo la brecha hacia el cristianismo que fue muy beneficiosa. Las charlas eran de tipo social, cultural, sindicalista. Se daban en las tardes. Los domingos asistían muchos anarquistas, recuerdo a los que más opinaban: Alberto Bellafé y Triviño".

DIOS NO EXISTE "Los foros eran al aire libre, en la plaza de Artesanos, en la Quinta Normal, en la Alameda. Con los anarquistas no existieron nunca problemas graves. Bellafé y Triviño eran grandes dirigentes. La única vez en que llegamos a la violencia fue cuando hicimos ese acto en que se discutió la existencia de Dios, en el que el doctor Lois, que era diputado y ateo, fue a defender la tesis: "Dios no existe" y monseñor Silva Santiago, que fue después obispo, la tesis: "Dios existe". La polémica se fue enardeciendo y también los gritos de uno y otro lado y al final las cosas llegaron a la violencia. La existencia de Dios se defendió a golpes; cosas de la juventud. Pero lo curioso es que en esos años eso despertaba interés. ¿Quién iría a una charla sobre eso ahora? Nadie. De manera que eso es lo interesante, el ambiente que existía en la época de adversión a la Iglesia. La culpa la tenía la Iglesia, porque cooperaba con el Partido Conservador, con El Diario Ilustrado, vocero de la reacción. Esa fue nuestra gran guerra, contra la tesis 'el que no es conservador no es católico'. Así de sencillo. Al final esa batalla la perdimos, pero eso fue varios años después. También hicimos una campaña contra el pope Julio, un cura renegado, que era llamado así porque no era político, pero sí tenía gran popularidad y muchos seguidores y la pelotera fue tan grande y el estadio viejo y las graderías de madera, total se rompieron y quedó mucha gente herida. Entonces dijeron que fue castigo de Dios y yo les dije que Dios no necesitaba castigar de esa forma. Después el pope Julio se retractó y yo reivindiqué su memoria". -¿Cómo fue su participación en La Casa Del Pueblo? -"Al comienzo asistía a las clases, más adelante ayudaba en la organización de sindicatos y estuve a cargo de diferentes cursos. También, por supuesto, participaba en los foros. Varios curas ayudaban: Guillermo Viviani que era el director, el obispo Labbé, el obispo Sotomayor y varios señores de la aristocracia; recuerdo a Jaime Larraín García Moreno. Dentro de los laicos el de mente más despejada e inteligente era Emilio Tizzoni que fue diputado conservador".

JESÚS OBRERO VERSUS CRISTO REY -¿Por qué se produjo la ruptura con La Casa del Pueblo? -"Nos retiramos por la clausura de la capillita Jesús Obrero. Los que dirigían quisieron ponerle Cristo Rey, nosotros nos opusimos. Jesús fue un obrero, su padre carpintero, su madre lavandera, todos obreros. A qué venía ese nombre de Cristo Rey. Nosotros debíamos demostrarle al obrero chileno que Jesús había sido como ellos, pero ellos no entendían eso. Seguramente había influencia conservadora, yo no lo recuerdo, era tan poco político en esa época". -¿Recuerda algún hecho importante durante su participación en La Casa del Pueblo? -"Después de algunos años organizativos salimos a la calle con 5.000 obreros y desfilamos en la procesión del Carmen con nuestros estandartes y consignas de los diversos sindicatos. Esto era algo increíble en una fiesta religiosa. Pero el hecho más importante fue cuando condenamos públicamente a unos obreros que fueron a quebrar una huelga en el salitre, porque en esos años existían unos "sindicatos blancos" que eran dirigidos por señores momios y el obispo Edwards. Los del "sindicato blanco" quisieron quebrar la huelga de los "sindicatos rojos". Nosotros formamos E! Tribunal del Pueblo y condenamos a los sindicatos blancos, formados por obreros vendidos a sus patrones y sin sentido de clase. Hay que trabajar codo a codo con la clase trabajadora". (5) UN CRISTIANO DE BASE El que participó en esos años muy próximo a Clotario Blest fue Bartolomé Ramírez Azocar. Es importante conocer algo de la biografía de este luchador, hoy olvidado. Bartolomé Ramírez nació en 1904 en La Viñita, barrio de la Recoleta de Santiago. La Viñita fue donada por Inés de Suárez para hacer una ermita a la Virgen de Montserrat. Alrededor de la ermita se formó un barrio muy modesto de obreros y artesanos. El padre de Bartolomé era uno de esos obreros: "Fui a las escuelas

Maristas y seguí estudiando por mi cuenta. Yo nací beato por mi padre, él me llevaba a la ermita y se pasaba horas hincado conmigo al lado: adolescente, entré a trabajar en la parroquia y como dependiente en una tienda de cristalería. No recibía sueldo, sólo comisión sobre la venta. A veces estaba de pie más de diez horas, no nos permitían descansar y ya existía la ley de la silla, pero nadie la cumplía. El italiano dueño del negocio, nos obligaba a ir los domingos. Entonces yo luché por la aplicación del descanso dominical. Y un domingo en que se me subió la sangre a la cabeza llamé por el mismo teléfono a la comisaría para que cerraran el negocio. Por supuesto me despidieron inmediatamente. Así. sufriendo y viendo por mis propios ojos la injusticia, me fui metiendo en la lucha social. no porque fuera agitador: yo venía saliendo de las faldas de mi mamá". -¿Cuándo entró a La Casa del Pueblo? -El año 1921, de 17 años. Habíamos oído hablar en el barrio de un cura que estaba organizando a los trabajadores. Así que partí para allá. En el diario también había sabido de conferencias de tipo social. Y cuando llegué me encontré con varios sindicatos funcionando. El sindicato de Canteros y Marmolistas, el sindicato de Vidrieros, de Pintores y estaba en gestación el sindicato de Agujas (de mujeres que cosían). Yo no pertenecía a ningún partido, pero inmediatamente me incorporé. Allí conocí a Clotario que quizás se había incorporado unos meses antes. -¿Cómo era La Casa del Pueblo? -Era una casa grande con corredores de piedra y pilares de cinco por cinco y bases de piedra cuadrada. El patio era de huevillos. Y salas que daban a los corredores por todos lados. Unas salas las ocupaban unos sindicatos y otros, otras; y en las más grandes eran las charlas. La gracia es que esta donación que cayó en manos del obispo Miguel Claro fue entregada a un cura revolucionario. Viviani, que venía llegando de Europa de estudiar en el colegio Pío Latino y de una gira de estudios sociales por Francia, España y Bélgica. En Bélgica se adentró en el conocimiento v funcionamiento de los Círculos de estudio del padre

Rutten que fue lo que implantó en Chile. Viviani con su sinceridad y franqueza atrajo a los obreros. Los anarco-sindicalistas no faltaban nunca. Existía una rotativa, ellos venían a La Casa del Pueblo un domingo y nosotros íbamos a su sede en la calle Nataniel el domingo siguiente. Se discutía la existencia de Dios, porque ellos tenían ese problema y nos planteaban mucho eso y hacían cuestión de eso. Para ellos la existencia de Dios era una macana, como se dice, era pan comido y se enfrentaron con ese fraile que junto con estar con ellos en la lucha social y en los postulados de redención, creía en esa macana. Y oscuramente se dieron cuenta que ellos estaban equivocados en algo y que allí había un aspecto de la verdad que a ellos no se les había pasado por la mente, pues para ellos el problema estaba superado. Los debates eran violentos por la pasión religiosa y anti religiosa y al mismo tiempo nos hacíamos amigos en esta búsqueda de la verdad social. Pasé seis o siete años en La Casa del Pueblo. Puede ser que la ruptura se haya producido por el nombre de la capilla de Jesús Obrero y no de Cristo Rey como quisieron otros, pero no recuerdo. -¿Qué responsabilidades tenía usted? -Al comienzo era un alumno cualquiera. Después fui secretario de los Canteros y Marmolistas, porque ellos no podían escribir sus actas, no tenían instrucción, no sabían escribir. Me incorporé en las tareas de organizar sindicatos: teníamos en perspectiva el sindicato de empleados particulares y la lucha constante por fortalecer y consolidar los que existían y asesorarlos. El administrador era un obrero muy eficiente, Eloy Rosales, que después fue diputado conservador y se dio vuelta la chaqueta. -¿Participaban otros curas fuera de Viviani? -No. Viviani era el amo. En un período estuvo el cura Raúl Ferrada, profesor de sicología de la Universidad Católica, pero su paso fue efímero y su acción también. -¿Sacaban algunas revistas?

-Viviani sacaba algunos folletos pequeños. El era sociólogo. No sé de otros escritos de, o sobre, La Casa del Pueblo. Hay cosas que se han echado al olvido. Por ejemplo nadie nombra al obispo Miguel Claro que fue el que decidió la acción de La Casa del Pueblo. Tampoco se menciona nunca a Martín Rucker, obispo de Chillán, que se destacó por sus ideas de avanzada, en cambio quedan sonando otros pajarracos. Yo considero que La Casa del Pueblo es el punto de partida, el eje de la acción social cristiana, y no se ha tomado en consideración. -¿Cuántos alumnos había? -Yo conocí alrededor de 100 ó 150 personas. Todas las noches había actividad. los sindicatos iban a plantear sus problemas profesionales y los sábados y domingos se centraban en el estudio de pensamientos ideológicos y sociales. Allí se entendía por social cristiano la dedicación de los cristianos al aspecto social. -¿Eran partidarios de la huelga? -Si, en eso no discrepábamos ninguno. Se proyectaron huelgas y se apoyaron. Al comienzo participaban conservadores que después se marginaron, pero que nunca perdieron su influencia. De los líderes posteriores de !a Falange o Democracia Cristiana ninguno, ellos pasaban encerrados en su partido. ¿Políticos? Emilio Tizzoni, que fue después diputado. Lucho Pizarra Espoz, profesor de la Universidad Católica. Estefio Silva, obrero del sindicato de Vidrieros que fue después Consejero de la Caja de Seguro Obrero, y se formó en La Casa del Pueblo. Pero sin duda, el obrero más brillante que pasó por La Casa del Pueblo fue Juan Ignacio Valenzuela, del sindicato de Pintores, que fue un gran líder sindical. -¿Era fuerte el comunismo en esa época? -Estaba entrando. -¿Luis Emilio Recabarren?

-Al comienzo fue un muchacho como todos, más beato que otra cosa, pero en ese entonces ya era importante. El Partido Socialista no existía. A la masa la manejaban los comunistas y los anarco-sindicalistas. Nosotros entramos a disputarle el campo a los comunistas, que no eran tan fuertes en Santiago, y a los ácratas o anarquistas que mantenían el control de los gremios de la construcción y de la imprenta. Pero la pelea era desigual, ellos eran poderosos. Una vez, en la Avenida Matta esquina de San Diego, pretendíamos abrir tribuna pública y nos corrieron a peñascazo limpio. Habíamos invadido un barrio comunista: Avenida Matta y San Diego eran de ellos. -¿Qué sectores de la ciudad eran de ellos y cuáles de ustedes? -Es que esto que existe hoy no tiene nada que ver. La Iglesia de entonces estaba recogida en la sacristía. De la época en que la Iglesia era dueña de la calle se había pasado a otra etapa en que la calle la dominaban las turbas, el pueblo que se movía y expresaba. -¿Por qué se marginó de La Casa del Pueblo? -Para tener más independencia política y religiosa. Discrepábamos con las ideas que querían imponernos. Es posible que las dificultades culminaran con el nombre de la capilla, pero los problemas venían arrastrándose desde mucho antes. Los que se marginaron fueron todos jóvenes y combativos. Sin duda el líder fue Clotario Blest, a quien admirábamos por su espíritu de trabajo y sus ideas cristianas. (6) La partida del grupo disidente de La Casa del Pueblo coincidió con el alejamiento del padre Viviani de su dirección. En ese entonces, Viviani estaba confinado a Barrancas y su labor de párroco no le permitió tomar parte en la reyerta final, que posiblemente con su concurso habría podido solucionarse. ORGANIZAR LA JUVENTUD OBRERA

Paralelamente a su actividad en La Casa del Pueblo, Clotario Blest participa en la Unión de Centros de la Juventud Católica. La Unión de Centros, fundada el 8 de noviembre de 1920, tenía por objeto organizar a la juventud obrera y de empleados. Es decir, era una réplica a nivel obrero y popular de la aristocrática Asociación Nacional de Estudiantes Católicos (ANEC), fundada en 1915. (7) Clotario Blest se entregará con alma y cuerpo a la Unión de Centros y cinco años después de haberse incorporado, en 1922, será elegido presidente. La jerarquía eclesiástica pretendía que ambas organizaciones marcharan de acuerdo, sin embargo, y a pesar de todos los esfuerzos de Monseñor Rafael Edwards, ambas organizaciones tomaron rumbos diferentes. La ANEC formada por jóvenes estudiantes, la mayoría de la Universidad Católica e hijos todos de familias conservadoras, perseguía en el fondo un objetivo político: ser la vanguardia del Partido Conservador; la Unión de Centros de la Juventud Católica se declaró apolítica, sin odios ni cegueras, "una asociación cristiana que responda a los valores profundos del ser humano". (8) Clotario Blest relata; "la Unión de Centros funcionaba en la calle Bandera 657, entre Catedral y Santo Domingo, en los altos de la Federación de Obras Católicas. Pero los principales centros juveniles se agrupaban en las parroquias de la Estampa, Lo Negrete, San Miguel, Santa Filomena, Corazón de María, todos barrios populares. Después nos extendimos a provincias, pero siempre tratando de captar los obreros de los lugares más desamparados y populosos. El diputado Ricardo Valenzuela, tan bueno, nos ayudó mucho, especialmente, en la organización de los empleados. Con la jerarquía eclesiástica tuvimos muchos problemas, en particular con Rafael Edwards, pero no nos condenaron" (9) "Dentro de las parroquias formábamos círculos de estudios que no eran otra cosa que la reunión de no más de siete amigos o compañeros que semanalmente se juntaban después del trabajo a leer y comentar el Evangelio y a conversar y tomar resoluciones sobre los acontecimientos que agitaban al país y al mundo. Esta juventud no se intelectualizaba, sino que se enfervorizaba con las palabras de Cristo y 'actuaba'.

ENFRENTAMIENTO CON LA JERARQUÍA CATÓLICA "A pesar que según las disposiciones eclesiásticas, el Evangelio no podía leerse ni menos comentarse sin la presencia física de un sacerdote, nosotros procedíamos sin esta licencia, lo que en más de una ocasión nos significó severas reprimendas en secreto de la confesión. De todas estas amonestaciones y recriminaciones sacerdotales y episcopales, nos consolábamos en Cristo, quien hablaba a nuestros corazones juveniles en estas reuniones fraternales. La jerarquía eclesiástica de aquella época se oponía en forma directa o indirecta a nuestra acción renovadora de las prácticas cristianas y a nuestra acción dentro del cambio substancial del régimen de explotación humana" (10) "Los Centros tenían su propia directiva y nunca rechazamos a nadie, aunque no fueran católicos. Con el obispo Zottele, protestante, mantuvimos una gran amistad, y en la lucha por la paz nos relacionamos con varios jóvenes comunistas, entre otros con Ricardo Fonseca, futuro dirigente del partido Comunista, con quien colaboramos en los llamados 'Centros Anti-Guerreros'. (11) En 1927 Clotario dirige la Unión de Centros y tanta fue su actividad y el fervor y abnegación con que se entregó a su labor que llegó a movilizar a 10.000 obreros y estudiantes, contando los de la capital y provincia. También organizó Bolsas de Trabajo para ayudar a los trabajadores con problemas económicos o cesantes. Para la aprobación definitiva de los estatutos tuvo que dar una gran lucha, no con don Crescente Errázuriz que no tuvo inconvenientes en aceptarlos, sino con el obispo auxiliar de Santiago y director de toda la Acción Social del Arzobispado, monseñor Rafael Edwards Salas. del que Clotario tanto nos ha hablado. Las cartas de Clotario a monseñor Edwards eran respetuosas: "Ilustrísimo Señor: Tengo el alto honor de presentar a la consideración de S.S. los Estatutos de la Unión de Centros de la Juventud Católica, a fin de que si S.S. como representante de la Autoridad Eclesiástica, estima que las prescripciones en ellos contenidas, guardan en todo conformidad con el espíritu de nuestra Santa

Madre la Iglesia Católica y puedan, por lo tanto, servir de norma de conducta a la Institución Juvenil Católica, que inmerecidamente presido, se sirva darles su aprobación. Anticipando a S.S. que en todo nos someteremos incondicionalmente a su resolución. Con nuestra más respetuosa consideración se despide su afino. en Ntro. Señor Jesucristo. Clotario Blest. Presidente de la U. de C. de la J.C." (12) Sin embargo, pese a que Clotario Blest afirma que se someterá "incondicionalmente a su resolución" y que afirma "guardar en todo conformidad con el espíritu de nuestra Santa Madre Iglesia", cuando monseñor Edwards declaró que algunos artículos de los estatutos debían modificarse y otros eliminarse, como por ejemplo, el 4º por declarar su independencia ante las otras instituciones de la Iglesia, Clotario reaccionó airadamente y presentó su renuncia en una convención el 14 de julio de 1927. Monseñor Edwards, quizá comprendiendo que sin la dirección de Clotario y con la renuncia de toda la directiva que adhirió a su presidente, la Unión de Centros perdería su empuje, reconsideró sus críticas y escribió una cariñosa carta a Clotario: "Mi querido Clotario: He recibido una carta firmada por Ud. y otros miembros de la mesa directiva de la Unión de Centros en que me hacen saber que han hecho la renuncia indeclinable de sus cargos. Me agregan que esta renuncia la han hecho "en vista de no estar de acuerdo" conmigo "en la marcha que debe seguir nuestra institución". No sé en qué consiste este desacuerdo. Yo deseo para la Unión de Centros la mayor prosperidad, el mayor desarrollo y, sobre todo, la mayor intensidad de vida espiritual. Quiero que ella marche en armonía, y en forma autónoma, con las demás instituciones católicas y especialmente con la Asociación de Estudiantes y Jóvenes Católicos. Deseo que ambas organizaciones -conservando su ser propio- formen una sola juventud y que esta juventud sea como un Ejército o como la vanguardia de un Ejército a las órdenes de la Iglesia,

para conservar y reconquistar las posiciones de la civilización cristiana. He combatido hasta lograr que a la Unión de Centros le sea reconocida su situación de organización de juventud. No veo cuál de estos puntos esté o pueda estar en desacuerdo. Tal vez el desacuerdo no esté en la marcha que debe seguir, sino en la que ha seguido..." "ahora respecto del Congreso mi pensamiento es este: Autorizado por el limo. Reverendo Señor Arzobispo un congreso de juventud católica, la Unión de Centros no debe quedarse fuera... Pero si quiere abstenerse, se abstiene. Las responsabilidades no caerían en tal caso sobre mi". "Y aquí pondría punto final, si no necesitara desahogarme del dolor que me causa la actitud de Ud. y sus compañeros: he hecho todos los sacrificios (Dios sabe cuan grande han sido algunos de ellos) que he podido por el progreso de la Unión de Centros; no esperaba que me trataran en una forma que ofende mi dignidad y hiere mi amistad. Pero yo ofrezco este sacrificio al Señor por la causa de la juventud católica que me es tan querida. Mi deseo es que, en homenaje a la causa de Dios, todo sea olvidado. Espero que Ud. busque cuanto antes una oportunidad para conversar conmigo, solo o con sus compañeros de la mesa directiva. Disponga de su affmo.amigo y Capellán Rafael Edwards" (13) LOS CATÓLICOS NO SOMOS DERECHISTAS Esta carta no sólo indica criterios diferentes respecto a la independencia y autonomía que Clotario exige en los estatutos, sino también una discrepancia absoluta con la idea de monseñor Edwards de mezclar en un solo congreso a las dos grandes agrupaciones: la ANEC, universitaria y derechista, y la Unión de Centros, popular y apolítica. Pese a todo, los estatutos, tal cual los proponía Clotario Blest, fueron aprobados, con el beneplácito de monseñor Edwards, el 30 de agosto de 1927. Clotario continuó dirigiendo la Unión de Centros hasta 1935 en que se retiró.

Bartolomé Ramírez nos relata sus andanzas con la Unión de Centros: "Íbamos a las parroquias y formábamos un Centro de Estudios. En la parroquia Negrete, por ejemplo, que me tocó a mí, llegué allí y formé un Centro y al poco tiempo me nombraron presidente; entonces, además de la sección estudios, formé la sección "acción". -¿Qué acción? -Había acción netamente religiosa y también acción social, una tarea de captación. Después de unos meses, el cura párroco de Negrete me echó. -¿Por qué lo echó? -Era un curita de campo, de esa mentalidad, y que se hablara de ideologías, de los tratados de sociología católicos, por ejemplo, la Escuela de Lovaina, las semanas sociales de España. Todo eso lo estudiábamos, leíamos y discutíamos. Eran las ideas sociales de la época, del padre Lagrange, Maritain no sonaba. El maestro supremo de toda esta acción fue un cura modesto italiano, Luis Sturzzo (fundador de la Democracia Cristiana en el mundo) y en Alemania el obispo Ketteler. Bueno, todas estas ideas le parecieron peligrosas al curita y nos echó. En cambio el cura de la Estampa, Germán Gamboa, con el cual trabajé muchos años y que también "ira un cura modesto de campo nos aceptó, quizá por su bondad, y allí hicimos mucha labor. Y después que la Unión de Centros tenía su directiva y marchaba bien, nos íbamos a otro barrio y a otra parroquia. Era una labor gigantesca: meterse en las parroquias, interesar y organizar a los empleados y obreros. Creo que sin ese fraile "sui generis" llamado Clotario habría sido imposible. También influimos en las mujeres, a través de Teresa Ossandón. que era de nuestras ideas, pero el obispo Edwards trataba de manejarla, hasta que se la llevó de monja v se acabó su labor activa. El obispo mató una iniciativa tan valiosa. El obispo Edwards era un venerable reaccionario, pero no dejó de ser tolerante con nosotros que éramos muy lanzados, y qué no hacíamos y decíamos, y por último aprobó los estatutos, que le contaré tuvimos serias dudas de que fueran aprobados. Pedíamos cierta autonomía v la Iglesia sentía que las ideas que

inculcábamos de justicia social podrían volverse peligrosas. Cuando salíamos en la procesión del Carmen, y éramos muchos, nos colocábamos bien lejos de la ANEC para que no fueran a confundirnos con esos pijes. (14) Según el padre Fernández Pradel S.J., sin duda. existían dificultades para toda "acción social" discrepancias entre la jerarquía eclesiástica tradicional y ciertos obispos y sacerdotes: "el obispo Lezaeta. culto y orientado, apoyó la penetración en los Sindicatos e Industrias y patrocinó la acción en ellos. Fernando Vives que regresó a Chile en 1931 y continuó su extraordinaria labor en la juventud. Más adelante el obispo Manuel Larraín. La juventud católica sentía que la Iglesia no respondía a los anhelos de justicia social que ellos propiciaban, pero continuaban siendo creyentes. De allí que cualquier obispo o sacerdote que los guiara contaba inmediatamente con entusiastas seguidores". (15) COMO PUEDE LA IGLESIA CONSERVAR EL PODER También en el partido Conservador de la época, tan íntimamente ligado a la Iglesia, existían dos puntos de vista diversos: -los que consideran que la Iglesia no debe inmiscuirse en la política, renunciando a influir en la administración y a extraer ventajas del presupuesto: que le conviene evitar conflictos que exacerban los ánimos y aumentan los odios; que la lucha abierta entre el liberalismo v el catolicismo no hace sino acarrear conflictos, dificultades, persecuciones: que por este motivo los católicos deben retraerse y no arrastrar sus creencias a la arena candente, relegándolas al fondo inviolable de su alma y demostrándolas sólo en el ejercicio privado del culto. Estos mismos opinaban que el partido Conservador debe abandonar sus inclinaciones sectarias y apartarse un poco del clero, con lo cual ya no provocaría la acción refleja del radicalismo y se ahuyentarían las luchas religiosas de la política. Opuestos a ellos y en mucho mayor número han estado los que consideran inconveniente la actitud pacífica de la Iglesia, pues ésta precipitaría su decadencia. Creen que el día en que la Iglesia dejara de intervenir en la política y abandonar el campo de la administración, renunciando al presupuesto del culto, se

debilitaría y quedaría a merced de sus enemigos. No desconocen que la lucha irrita al adversario, engendra odios y persecuciones; pero en cambio, enardece los sentimientos piadosos, provoca solidaridad y pone en acción todas las energías del catolicismo, atrayendo en caso necesario la intervención de Dios. Sostienen que sólo el poder temporal, o sea, la ingerencia en el Gobierno, a la vez que la posesión de la riqueza y de las fuerzas sociales, pueden resguardar a la Iglesia en forma bien segura, prolongando su existencia y estabilizando su dominio: colocando en sus manos el único medio de reprimir a las multitudes para coartar la temida expansión del liberalismo...." (16) NO PUEDO NI DEBO CASARME Durante el período que Clotario Blest dirige la Unión de Centros de la Juventud Católica, conoce a Teresa Ossandón Guzmán, dirigente de la Acción Católica que también pertenecía a la Unión de Centros. Posiblemente a través de la labor común nació entre ambos jóvenes el compañerismo y el amor. En varias entrevistas a lo largo de su vida los periodistas han interrogado a Clotario sobre el por qué de su soltería. El, negándose siempre a dar el nombre de su novia, ha contestado: "estuve de novio cuando era joven, pero no me casé porque el trabajo de 'acción social' era tan absorbente que apenas teníamos tiempo de vernos. De común acuerdo, entonces rompimos nuestro noviazgo y juramos ante Dios permanecer solteros. Como ve, yo soy un viudo del amor". En un folleto entregado a los trabajadores sobre su vida y actuación sindical, Clotario expresa: "algunos periodistas, con justificada curiosidad me han preguntado en más de una vez, el fenómeno de mi soltería. A pesar de ser una pregunta un tanto indiscreta, no he trepidado en contestarla en los siguientes términos, cuya veracidad puede ser testificada por mis compañeros de aquellos años, que aún viven. La primera fue la soledad de mi madre a quien prometí no abandonar jamás, y en segundo término por cuanto la joven con la cual debía casarme, por el año 1925, era al mismo tiempo dirigente de la Juventud Femenina y yo era dirigente de la Unión de Centros de la Juventud Católica, por cuya razón no

teníamos tiempo para alternar y nos veíamos tarde mal y nunca. En vista de esto y de común acuerdo resolvimos no contraer matrimonio y dedicarnos íntegra y totalmente a nuestra labor apostólica, con la promesa hecha ante Jesús, de no casarnos durante nuestra vida. Ella cumplió su promesa ingresando a las Monjas Carmelitas en cuyo convento murió como una santa, y el que escribe estas líneas no ha hecho otra cosa que cumplir fielmente tan sagrado juramento, dedicando su vida a la lucha por la justicia social" El suicidio del hermano dos años antes, la partida de la hermana al convento del Buen Pastor, la soledad de la madre tienen que haber repercutido en el joven Clotario. Después del breve noviazgo, su madre llenará su vida sentimental y será "el gran amor". Quizá desde su niñez, el niño sin padre, se preparaba a llenar su corazón con la pequeña madre fuerte y trabajadora. Pero los dramáticos acontecimientos familiares de esos años precipitaron el torrente de sus emociones, que posiblemente bajo otras circunstancias habrían seguido otro curso. LA NOVIA DESCARTADA La novia secreta de Clotario Blest nació en Santiago en 1902. Su padre, Carlos Ossandón Barros, de la oligarquía chilena, era ahijado de María Luisa Mac-Clure, esposa de Agustín Edwards, uno de los hombres más ricos y poderosos de Chile. La protección de su madrina que le legó parte de su fortuna, y que le permitió crear la primera oficina de corretaje de propiedades, acrecentó su patrimonio personal. Su madre, Teresa Guzmán Cruz, una mujer muy piadosa, dedicó parte de su vida a fundar parroquias y a tejer chombas para los pobres. Don Carlos y doña Teresa tuvieron ocho hijos, siendo Teresa la segunda de esa larga familia. La infancia de "Teresa, conocida como Tita, transcurrió tranquila entre sus estudios y sus largos veraneos en el exclusivo balneario de Zapallar. Desde los quince años se destacó corno eximia tenista obteniendo el título de campeona nacional que mantendría durante seis años. Paralelamente, desarrollaba la actividad literaria con artículos para el diario La Unión de Santiago, referentes a

anécdotas sobre su veraneo. Más adelante. estas primeras incursiones en literatura se transformarán, bajo el seudónimo de Pepita Peralta, en varios libros que publica entre los años 1921 y 1950 y cuyas composiciones varían desde una biografía del poeta Becquer hasta numerosos temas íntimos y religiosos. Sin embargo, la verdadera vocación de Teresa parece no haber sido la literatura; pues donde ella entregó su vital y religiosa personalidad fue en la creación y dirección de uno de los movimientos femeninos más activos del campo católico: la Asociación de la Juventud Católica Femenina de Chile (AJCF). Su inspirador fue el Obispo Monseñor Rafael Edwards Salas, quien comprendió la necesidad urgente de fomentar un movimiento católico que atenuara el éxito de la pujante organización femenina laica, auspiciada por la educadora radical Amanda Labarca. "En un lapso de quince años, la AJCF logró contar con más de mil centros, más de treinta mil socias que impartían la enseñanza religiosa en más de un millar de catequesis. Contaba además la asociación con hogares en Santiago para la socias de provincia que necesitaban viajar a la capital, tiendas para vender sus labores femeninas, bibliotecas religiosas para las socias, coros para el canto litúrgico. Pero, lo más importante consistía en la formación religiosa y moral de sus socias que en su mayoría Dios destinaba a futuras esposas y madres de familia." (17) Una de sus amigas de la época relata: "Teresita era el alma de nuestra asociación. Cuando daba alguna charla, nosotras la escuchábamos en sepulcral silencio y sus órdenes eran acatadas inmediatamente. Nuestro uniforme de trabajo era una boina blanca y una falda plisada oscura que nos llegaba casi hasta el tobillo. Muchas de nosotras de regreso a casa abandonábamos presurosas nuestro uniforme. pues sabíamos que con esa vestimenta no atraeríamos a ningún joven, nos pintábamos y con ropa de colores asistíamos a fiestas y bailes. La tarea de la AJCF había terminado, ahora debíamos conquistar un novio y casarnos pronto. Creo que Teresa hasta dormía con esa ropa y nunca se preocupó de su arreglo personal. La respetábamos, pero la considerábamos entre santa y monja,

totalmente diferente a nosotras. Imagínese que cuando viajaba a provincia lo hacía en tercera clase y se alojaba en las pensiones más humildes." (18) Presumiblemente, durante esa época debe haber conocido al joven Clotario Blest, dirigente de la Unión de Centros de la Juventud Católica. Quizás la ferviente e impulsiva Teresa, compenetrada por el mismo fervor místico de ese joven llamó su atención y creó entre ellos lazos afectivos. Nadie en esa época sospechó del romance entre los novios Teresa y Clotario. El retrato que se encontró de Teresa, después de la muerte de Blest en uno de sus baúles, muestra a una niña muy delgada sin ninguno de los atractivos físicos que pudiesen haber hecho suspirar a los jóvenes de esos años. Después de veinticinco años al frente de la AJCE Teresa decide fundar las Misiones de Jesús. En 1946, comienza el apostolado de esta congregación femenina dedicada a difundir el Evangelio en lugares apartados en que no llegaba ningún sacerdote. "El Cardenal José María Caro recordará las andanzas de Teresa cuando recorría a caballo los villorios cordilleranos alojándose en rucas o a la intemperie." (19) Hasta 1967 dura la vida misionera de Teresa. En ese año, por orden del Arzobispado son disueltas las misioneras de Jesús por no contar con ochenta afiliadas. En seguida, durante cinco años, vive con su hermano sacerdote Arturo, párroco de Santa Rosa de Los Andes. Convaleciente de una operación de cataratas y úlceras, ingresa en 1973 a la orden de Religiosas Carmelitas Descalzas de Los Andes. Varios años hace su noviciado como portera del convento a cargo de las peticiones y testimonios de milagros de Sor Teresa de Los Andes. En ese período vivió en una celda estrecha y sin ventanas hasta que fue admitida como monja en 1978. Durante el viaje a Chile del Papa Juan Pablo II, la ahora madre Sor Teresa del Sagrado Corazón, fue la que entregó a Su Santidad la recopilación de hechos que permitió la iniciación del proceso de beatificación y posterior canonización de Sor Teresa de Los Andes. Su muerte se produjo el 8 de diciembre de 1988.

NI MUJERES, NI FARRA Sus amigos y compañeros comentan la soltería y la vida austera de su amigo. Bartolomé Ramírez dice: "nosotros le hacíamos bromas pesadas e insistentes sobre su soltería, sobre mujeres y el matrimonio. Como éramos amigos del alma nunca se enojó. Nosotros creíamos que se iba a casar. El noviazgo fue en esos años en que trabajábamos en los Centros de la Juventud; a la novia la conocí fugazmente, no me acuerdo mucho de ella. Después si tuvo algún amorío no lo supimos, era tan reservado. Yo creo que debiera haberse casado, por su bien, el hombre no puede estar solo si tiene que hacer una tarea. El reemplazó a la esposa por la madre, pero cuando murió ella...Nosotros sesionábamos en casa de la madre de Clotario; ella nos atendía muy bien y la hermana Pola era dije, hubiéramos querido intimar con ella, pero la tenían como secuestrada, apenas la veíamos. Poco después supimos que se había hecho monja. La madre se mostraba muy atenta, pero debe haber sido dominante, por eso marcó a Clotario y él era proclive a ser dominado." Luis Quiroga Jiménez relata: "yo conocí a Clotario cuando él tenía 48 años y le diré que fue un hijo excepcional. Su madre era una persona agradable, de mediana estatura, más bien gorda. Cuando lo iba a dejar después de una sesión, me decía que lo cuidara, que tratara que no se metiera en tantas cosas. Sin duda que era un hijo único y regalón. Ella vivía preocupada de él. Existía entre ambos un amor inmenso y compartido. Tenían una empleada que era más vieja que la madre, a la que él mismo cuidó hasta hace poco, porque estaba impedida, con el mismo cariño y abnegación que a la madre. El hace sus compras, su comida. La parte afectiva. usted ya la conoce. Porqué no se casó, eso sucedió mucho antes que yo lo conociera. Me he preguntado porqué no se hizo cura. El ha sido una especie de sacerdote en lo social, entregó su vida a una causa. Pero quizá, cuando entra al sacerdocio se quiere eludir de los problemas del mundo y él no quiso eludirlos. ¿Dónde sirvió mejor a la causa? Quizá se planteó esa pregunta. Nunca se supo de ningún amorío. Yo soy bueno para la farra, me gusta la tanda, revolverla, comer bien. Y un día lo invité a un "cocimiento" a la casa de un

compadre. Don clotario, le dije, aquí hay que tomar vino, por que si no...No me contestó, yo no tomo más que agua mineral. En la noche, por supuesto, la guata se le puso como tambor y al otro día llegó a la CUT diciendo que yo lo había enfermado. Mire que tomar agua con cocimiento, eso es un sacrilegio. Yo nunca podría decir que vi a Clotario en nada raro, ni con mujeres, ni con farras, nada, nada..." (20) Tucapel Jiménez expresa: "fue siempre un dirigente con una disciplina extraordinaria, aún para llegar temprano a su casa y para eso hay que tener personalidad. Un hombre de vida exageradamente ordenada, porque lo más tarde que se iba de una reunión eran las nueve o nueve y media. No debía preocupar a su madre y ella vivía con el temor que lo tomaran preso y si no llegaba le afectaba los nervios y para él era muy importante que su madre no sufriera. Una vocación por su madre increíble''. "Su personalidad se lleva muchos enemigos, porque es muy tenaz y todos los trabajos le gustaba hacerlos en determinados plazos y como nosotros no somos profesionales y como él es soltero, una soltería muy respetable, pero, entonces, el compromiso que tiene cualquier dirigente con su mujer, su polola. Eso don Clotario no lo entendía y no lo perdonaba. Primero el gremio y después los compromisos personales y el gremio para él absorbía todo el horario. Y si no se cumplía, él se ponía muy duro y peleaba." (21) Santiago Pereira dice: "lo conocí en ia época de la ANEF, el año 50 y más adelante en la CUT. Después de las reuniones lo iba a dejar a su casa y cuando caía preso me entregaba las llaves de su caja de fondos y yo le administraba sus platas y le entregaba el dinero a su madre y le pagaba las contribuciones etc. -No se preocupe, lo va a ver mucha gente. La preocupación de don Clotario era su madre y la de su madre, él. Yo los tranquilizaba a los dos. Creo que la madre era de gran personalidad. además, y esto es curioso, yo diría un poco reaccionaria. Me decía: "esto le pasa a Clotario por meterse con rotos". Ella sufría mucho con los riesgos, persecuciones y prisiones de su hijo. Era muy piadosa, una señora muy ancianita y sobria. Se notaba una persona culta, más que una mujer de pueblo. Yo creo que a don Clotario lo retaba y le llamaba la atención y que él vivía

muy subordinado a ella. El levantaba las sesiones a las nueve, pues no podía llegar después de las nueve y media y nosotros partíamos al trote a pie desde San Francisco, donde estaba la pérgola. frente a la iglesia, que era el local de la ANEF y donde funcionaba la CUT, hasta su casa en Santa Cruz. Cuando conversaba conmigo me decía que yo tenía condiciones, pero que yo no debía dedicar mi vida al sindicalismo, porque tenía familia y la labor sindical era demasiado ingrata y agregaba: "el que se mete a redentor sabe que debe morir crucificado", frase que usa mucho y justificadamente, pero con cierto orgullo Recibió tantas ingratitudes y como es un hombre sensible, a quien fácilmente se le caen las lágrimas y no sólo ahora que sería justificable por sus años, pero siempre. Cuando estaba preso tenía momentos de verdadera desesperación, como crisis, pero hacia afuera aparecía como duro. Su imagen era de duro e inmutable, pero él sufría con la soledad y la ha vivido."

GERMEN "Para transformar el mundo hay que llegar al primitivo cristianismo." (1) Desde la publicación de Rerum Novarum por el Papa León XIII en 1891, la Iglesia incorpora a su quehacer el problema obrero. León XIII, inquieto ante la situación del trabajador amenazado por la fuerza del capitalismo liberal, plantea que el sistema liberal es un sistema "Vergonzoso" e "inhumano" y sostiene que el salario no puede fijarse sólo de acuerdo a la "libre" voluntad del patrón. También destaca el papel del Estado: "la autoridad pública debe tener cuidado del bienestar de la clase proletaria, de lo contrario violará la justicia" "Los católicos deben ayudar al obrero a organizarse."

Como en muchos países católicos europeos y de América Latina. algunos católicos conservadores de fines de siglo, atendiendo las palabras del Papa, se preocuparon de mejorar la situación del obrero. Don Melchor Concha y Toro instituye la "Fundación León XIII", para adquirir terrenos y construir casas para obreros. El resultado fueron numerosos cites: callejón con cuartos a ambos lados, que a la larga se transformaron en un lucrativo negocio para los herederos de los Concha que sacaban una buena renta con los alquileres. Abdón Cifuentes y Ramón Ángel Jara fundan "Círculos de Obreros" dirigidos por ellos y otros con el fin de acrecentar la base popular del partido Conservador más que de entregar la instrucción necesaria al obrero para organizarse y defenderse de la explotación del sistema imperante. Proliferan también las "cofradías", los "patronatos" e instituciones benéficas que tratan de paliar la miseria, pero la interpretación de la encíclica por la minoría poderosa tergiversa el verdadero contenido de las palabras del Papa que se traduce sólo en una acción caritativa, autoritaria y paternalista. En 1931 el Papa Pío XI publica su encíclica Quadragésimo Anno. El mundo estaba convulsionado: Había pasado la Primera Guerra Mundial y la depresión de 1929; aparecía el fenómeno del imperialismo, del socialismo y del fascismo. Pío XI condena el capitalismo liberal y el socialismo marxista y señala que la sociedad no puede basarse en la lucha de clases, ni en el libre juego de la competencia que olvida el carácter social y moral del mundo económico, que ha creado "enormes poderes y una prepotencia económica despótica en manos de unos pocos". Esta realidad es el fruto de la "Libertad infinita de los competidores que sólo dejó supervivientes a los más poderosos". El Papa, al referirse a los sindicatos, adhiere a los postulados corporativistas. En Chile Quadragésimo Anno encontró muchas dificultades para su publicación. Durante quince días monseñor Rafael Edwards, el presbítero Samuel Díaz Ossa y el padre Fernández Pradel insistieron sin cejar anteEl Diario Ilustrado para que publicara el texto del documento pontificio, pero ni la intervención del arzobispo

monseñor Horacio Campillo logró vencer la resistencia. Uno de los dirigentes del diario a modo de explicación, expresó que la encíclica no se publicaría pues "era necesario proteger a los católicos de las imprudencias del Papa." (2) Sólo al año siguiente y gracias a la presión de Fernando Vives se hizo una edición completa del texto y pudo ser conocida en los círculos católicos. EL CRISTIANO DEBE INCORPORARSE A LA POLÍTICA Entre los años 1928 y 1942 Clotario Blest continuará su labor social cristiana. Pero ahora su personalidad pesa y gravita y su tarea sobrepasará el ámbito social para penetrar en lo político. Muchas son las instituciones y partidos que ayudará a nacer y florecer: Germen, la Liga Social, el partido Social Sindicalista, el partido Corporativo Popular, los Círculos de Estudios. De todos ellos el movimiento "Germen" (3) que él organiza en 1928 con otros disidentes de la Casa del Pueblo, entre los que se contaban Bartolomé Ramírez, Alberto Jerez del Pino, Ricardo Herrera Oliva, Pedro Badella y Ernesto Rojas Taborga

(4)

será el más claro

exponente de su pensamiento. Nos detendremos en su análisis. Las palabras de su revista -también llamada Germen - irán relatando los acontecimientos, acusando a los falsos católicos amparados en el capitalismo, señalando a los trabajadores sus derechos, a los cristianos su labor. El fascismo naciente y pujante será atacado, la posición de los republicanos españoles defendida. Clotario Blest hace suyas las encíclicas Rerum Novarum y Quadragésimo Anno y resucita el mensaje de santos olvidados y la palabra revolucionaria de Cristo en el Evangelio. Como nos relata Bartolomé Ramírez, "un grupo de jóvenes inquietos decidimos desligarnos de la autoridad eclesiástica, con la cual no estábamos siempre de acuerdo, y fundar un grupo nuevo." Los miembros de Germen, me dice Clotario, nunca fueron más de quince.

-¿Por qué lo llamaron Germen? "Germen significa "fuente o surgimiento". Queríamos que nuestro grupo fuera "fuente" de los verdaderos principios cristianos y "surgimiento" de la lucha del trabajador por sus derechos. Nuestro símbolo fue la hoz, el martillo y la cruz. La hoz y el martillo, símbolos del trabajador agrícola e industrial, presididos por la cruz. Pero ¿por qué los comunistas iban a ser los únicos representantes de los trabajadores? " (5) Cuando Clotario Blest funda "Germen", Chile sufría la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Para los organizadores la actividad se tornaba difícil. "Nos reuníamos en casa de mi madre y sacábamos en mimeógrafo pequeños folletos. Dábamos también algunas charlas, pero sobre todo nos dedicábamos a leer, a estudiar y a dialogar. Cuando cayó la dictadura en 1931, hecho en el que todos nosotros participamos ayudando a los partidarios de la libertad en las luchas callejeras, comenzamos a actuar abiertamente y sacamos a la luz pública nuestra revista Germen. El director era Bartolomé Ramírez; los editoriales los escribía yo." (6) EL COMPAÑERO EMPRENDE OTRO CAMINO Interrogo a Bartolomé Ramírez: -¿Cuál fue el motivo de la creación de "Germen"? -Independizarnos de la Iglesia y aún de Viviani para poder manejar nosotros un movimiento independiente con nuestras ideas sobre la acción social. Clotario y yo juntamos un pequeño grupo. Nos conocíamos bien, habíamos trabajado juntos en la Casa del Pueblo y en la Unión de Centros. Así nació el movimiento Social Cristiano Germen. Y tratamos de financiarnos, porque éramos todos unos infelices. Teníamos la casa de la madre de Clotario y funcionábamos en la Alameda abajo donde ella era directora de una escuela en el segundo piso. Volvíamos como a la una de la mañana. Alberto Jerez, constructor, dibujó nuestro

emblema. Juntábamos plata a base de cuotas. Emilio Tizzoni nos ayudó en un comienzo. Cuando hicimos un congreso también asistió Julio Santa María. Nos llamábamos "compañeros" y repartíamos el periódico nosotros mismos. Lo sacábamos una vez al mes. Escribíamos Clotario y yo. -¿Por qué se acabó Germen? -Terminó por culpa mía. Yo soy violento y existían discrepancias que se venían gestando desde hacía años entre Clotario y yo. En parte tenía la culpa la diferente extracción social existente entre los dos. Yo soy hijo del pueblo. Usted sabe, nuestros orígenes, un conglomerado de indios, testarudos, difíciles, sin educación. Clotario se formó en el Seminario, hijo de una maestra de escuela. Bueno, a él lo nombraron tesorero en San Antonio. Usted sabe que era empleado fiscal. Eso fue en 1934 y él nos dijo que podíamos sesionar allá, pero esto fue en teoría, porque no podíamos ir por problemas económicos y de trabajo. Se perdió el contacto con Blest. Entonces el grupo me comisionó para que fuera a ver lo que pasaba, porque nos formulábamos muchas conjeturas, pensábamos que los marxistas se lo habían pescado. Y yo parto a San Antonio. Conversamos largo, fuimos a comer juntos. Yo me cuestionaba: ¿lo atrapó el medio social o qué pasa? ¿problemas de mujeres?, eso no debía interferir en el grupo. No, dije, aquí tiene que haber acción marxista. Y, poco a poco, me fui dando cuenta que su relación con los gremios marítimos era intensa y de repente aparece un diploma que estos gremios le habían otorgado. Volví desorientado. Y durante los tres años que permaneció en el puerto las relaciones fueron difíciles. El mandaba las editoriales y artículos para la revista y su voto cuando debía tomarse alguna decisión, pero ya no existía el diálogo fraternal. Cuando la Tesorería lo traslada nuevamente a Santiago en 1937 y se reabren las sesiones del grupo, las palabras van y vienen y a mí me baja la indiada y digo: -el delegado de San Antonio no ha hecho más que recibir diplomas de gremios que no controlamos nosotros y no ha dado cuenta de su labor con estos gremios. El dijo que yo hablaba así por envidia. Esta pelea entre dos hermanos mayores produjo gran desconcierto y pesimismo entre todos los demás. Algunos jóvenes salieron llorando de la sesión. Y Germen nunca fue lo mismo y

poco a poco se fue extinguiendo. Años después, conversando con antiguos miembros de Germen, me decían, que ellos presentían que iba a estallar la divergencia entre Clotario y yo. Pero yo no lo creía. A él lo consideraba el líder, con más formación intelectual, con más tiempo y recursos de toda índole." (7) A pesar del altercado de los dos compañeros y dirigentes, Germen continuó vivo tres años más. Y algunos de los artículos de su revista más interesantes y originales fueron de esa época: lo mismo que los ataques contra el fascismo y las cartas públicas defendiendo a los republicanos españoles que aparecen firmados por Blest y Ramírez. Sin embargo, después de Germen los dos amigos, unidos por sus ideales cristianos y por años de trabajo en común, emprenderán caminos diferentes. Clotario Blest. al tomar contacto en San Antonio con los gremios marítimos dirigidos por el partido Comunista, conoció en la labor común el espíritu luchador y de trabajo de los comunistas, los valoró y fueron amigos. Para Bartolomé Ramírez, en cambio, los marxistas serán "el enemigo" y su filiación posterior al partido Demócrata Cristiano lo alejará definitivamente del campo de Blest. Ramírez será un hombre sometido a la disciplina de un partido político. Blest de espíritu independiente se dedicará a la lucha de clases prescindiendo de toda directiva partidista. GERMEN, PRECURSORA ¿Cuál es la importancia de Germen? ¿Dónde radica su originalidad? Al leer sus postulados, al interpretar su símbolo, al recorrer la palabra escrita de sus editoriales y artículos comprenderemos cómo los ideales de este pequeño grupo dirigido por Clotario Blest- dan una nueva perspectiva a la Iglesia Católica, al cristianismo, a los movimientos de masas. Y no sólo se trata de ideales, Germen entrega también una plataforma de lucha señalando el enemigo y sus contradicciones, urgiendo a acciones claras y definidas. Pasarán muchos años antes que la Iglesia Católica adopte - a través de Medellín, de Puebla y de algunos obispos y sacerdotes - la actitud valiente y renovadora de Blest. Es verdad que las encíclicas Rerum Novarum y Quadragésimo Anno sirvieron de sustento y defensa

a los postulados de Germen, pero Blest es el intérprete y forjador de un nuevo esquema que sobrepasa y profundiza las palabras de los papas. Por lo demás sus citas de santos y del Evangelio le dan a las encíclicas, transformadas en originales pensamientos, una base cristiana difícilmente superable. Y, por último, para los marxistas -que sólo ahora último han comprendido la relación y la discrepancia entre ellos y el cristianismo - Germen tiene un alcance profetice que lo transforma en un catecismo indispensable para la lucha futura de los trabajadores, especialmente aquí, en Iberoamérica. LOS SÍMBOLOS En casi todos los números de la revista Germen aparece una interpretación del símbolo la hoz, el martillo y la cruz. Citaremos algunas de estas interpretaciones: "Nuestro símbolo representa el trabajo. Significa el esfuerzo de las labores fabriles y campesinas, presididos por el supremo ideal, el ideal cristiano. Esto es lo que deseamos, que todas las esferas del trabajo humano se inspiren en El. Los símbolos del trabajo representan para nosotros la expresión del supremo mandato de la vida y la cruz que está descansando en ellos, el emblema más noble del mayor de los valores espirituales que ha conocido la humanidad." Otras veces expresa: "Símbolo del más alto idealismo y de la más hermosa realidad. Pone alas en la materia, para impedir que el hombre se empotre en ella y pierda la perspectiva superior y hace al espíritu contemplar de cerca la vida presente con sus necesidades y cruda realidad.

Trabajo y espíritu. Trabajo mirado desde un punto de vista superior y espíritu lastrado por la realidad humana integral, que le impide desorbitarse y gastar sus vuelos en desesperadas e inútiles vueltas por el vacío." Y para terminar: "El signo que muestra los fundamentos de la vida material, el trabajo del campo y de la industria y ondeando sobre ellos como un pendón ensangrentado y luminoso: la cruz de Cristo. El trabajo esforzado y bienhechor, base de la vida física y verdadera, y base también de un sentido sano de la realidad. El crucificado santificó con sus manos el trabajo material y la mayoría de los años de su corta vida, trabajó tesoneramente en el taller. Después sobre esta base humana y real laboró la gigantesca construcción de sus verdades sublimes y lanzó a la humanidad su grito de fraternidad, de paz, de justicia y de perfección." En el siglo XIX el liberalismo parecía ser la respuesta ideal contra los principios conservadores. Sin embargo, en Chile, después de años los gobiernos liberales y positivistas, son cuestionados. Continúa la pobreza, pero ha surgido una clase media pujante y el proletariado pretende organizarse. Emergen además las ideas marxistas que proponen otro camino, otras soluciones. Ha triunfado la Revolución Rusa y el partido Comunista prende cada día más en las masas postergadas del proletariado chileno. Clotario Blest admira a Luis Emilio Recabarren, pero es ante todo un cristiano. ¿Cómo puede él, empeñado en la lucha social a favor de los trabajadores, unir los ideales propuestos por Recabarren y sus propios principios? La Iglesia Católica que lo ha formado -continúa por tradición apoyando a los conservadores y el liberalismo, capitalista y ateo, es la antítesis para él de los verdaderos postulados del cristianismo. El símbolo de Germen: la cruz, la hoz y el martillo es el intento de

unir en una sola bandera de lucha el símbolo de los comunistas con el de los cristianos. Si los principios marxistas no olvidan el alma y la fuerza del espíritu, están en lo justo, parece señalar el emblema de Germen y sus interpretaciones. Se comprende el escándalo que produjo tal posición y lo cerca que estuvo Blest de ser excomulgado por la autoridad de la Iglesia. EN BUSCA DE LA UNIDAD CRISTIANA-MARXISTA ¿Quiénes son los que apoyan tales principios? A lo largo de varios artículos de la revista Germen se van definiendo. "SOMOS católicos; más allá de la órbita propia de su acción (la religiosa y moral) la autoridad eclesiástica NO puede ni debe legislar, ni menos establecer, aunque sea implícitamente, dogmas o enseñanzas con el carácter de definitivos. Quedan por consiguiente, los católicos, en libertad de acción para aceptar, dentro por supuesto de la moral cristiana, aquellas doctrinas económicas-sociales que encuentran más lógicas y razonables y que puedan cumplir en forma más perfecta con el supremo mandato de Cristo del amor fraterno. NO SOMOS NI SOCIALISTAS NI COMUNISTAS. No es el caso discutir en este artículo las doctrinas socialistas en materias económicas en la mayoría de las cuales estamos de acuerdo, sino su raíz filosófica y su finalidad última, que son esencialmente materialistas en contraposición a las nuestras, que son esencialmente espirituales; así en el primer artículo declaramos que el hombre se compone de espíritu y materia, existiendo por lo tanto, una constante participación de las fuerzas espirituales en el concurso de los acontecimientos históricos, no constituyendo así una superestructura sino que la estructura misma de la sociedad humana. No aceptamos el determinismo histórico desde el momento que para nosotros no existen dogmas políticos ni económicos...SOMOS CRISTIANOS SOCIALES; con esto queremos indicar que los principios económico-sociales de nuestro programa están informados por el espíritu de la doctrina de Cristo y vienen a ser las deducciones naturales y lógicas de los postulados evangélicos sobre la JUSTICIA y la CARIDAD cristianas... Inspirados en este espíritu evangélico, que es amor, tolerancia y abnegación, actuamos los miembros del grupo Germen, decididos a romper definitiva y radicalmente, los

torpes lazos que inconsistentemente han amarrado a los católicos al criminal régimen capitalista en que vivimos, régimen de explotación y escarnio de la sagrada personalidad humana." (8) En otro artículo, la revista Germen expresa: "Somos los individuos que con una base religiosa sólida, la que prestan los principios cristianos, vamos al terreno económico-social en busca decidida de una nueva ordenación de las cosas y de un cambio radical en la apreciación de muchas. Queremos que, a la brevedad y sin contemplaciones de ninguna especie, se devuelva a los hombres el uso de todos sus derechos y el respeto a su dignidad. Que la sociedad dé a cada uno lo que le corresponde y, un mínimum, de lo que necesita, pues dentro del criterio de la fraternidad cristiana es absolutamente inadmisible la situación oprobiosa por la que atraviesan los trabajadores en nuestros días. Vamos a la conquista de todas las reivindicaciones con la resolución inquebrantable de luchar por ellas hasta su consecución. Buscamos el orden nuevo de la sociedad y para ello contamos con las más sólidas y seguras bases mezquinas y llenas del egoísmo que nos ha arrastrado a la ruina presente. Buscamos en los sublimes y generosos principios de Cristo, los cimientos preciosos y sólidos en qué basar la organización futura de la sociedad. ¿Está usted resuelto a luchar por la justicia social? ¡Venga a nuestras filas! ¿Busca una sociedad de hermanos? ¡Venga a dar con nosotros la gran cruzada por la redención y la libertad!" (9) Para emprender "la gran cruzada", Germen pide la unidad de la clase trabajadora y culpa a los partidos de izquierda de la desunión existente: "Esta muchedumbre y el papel de impotentes, lo estamos representando nosotros, con la diferencia de que se nos hace levantar la torre del bienestar, de la holgura y del regalo, a unos cuantos señores que unidos del brazo, nos explotan y nos mantienen en la servidumbre y el desamparo y nosotros somos incapaces de hacer la menor cosa y morimos de necesidad y de miseria, mientras hasta el último esfuerzo de nuestros brazos da vida y felicidad a nuestros tiranos. ¡Despertemos trabajadores a la realidad y seamos conscientes del papel que nos corresponde! Dejemos la desunión sin renunciar a nuestra personalidad ni nuestros credos, porque no es

necesario. Unámonos en los puntos en que necesitamos de la unión para impedir que el yugo ominoso de la esclavitud nos amarre a su coyunda siniestra. Hagamos un esfuerzo común para libertarnos y una vez que podamos comer todos del maná de los libres, entonces veamos cuál sistema es mejor y cuál debemos implantar para nuestra felicidad". "La acción revuelta, confusa y contradictoria de las izquierdas. es índice cierto de falta de alma. de carencia de un espíritu de izquierda, que oriente todas las fuerzas dispersas y tan nulas por ello mismo. La gran masa se revuelve y se anula a sí misma, como un gigante torpe y ciego que con inmensas manotadas se despedaza sin tocar a nadie." (10)Clotario Blest y su grupo pide la unidad, pero rechazan todos los partidos políticos existentes: "el grupo Germen declara públicamente que nada tiene que ver con el Partido Social Cristiano ni con ningún partido político..." (11) EL PARTIDO CONSERVADOR NO ES PATRIMONIO DE LOS CATÓLICOS En seguida ataca a El Diario Ilustrado porque insiste en que los católicos deben pertenecer al Partido Conservador. "Pero ahora cabe preguntarse: ¿es realmente el partido Conservador un partido político católico? Y contesta rotundamente y a plena conciencia, NO. Nadie que tenga dos dedos de frente puede negar que el régimen en que vivimos es un régimen de economía liberal, o sea. basado en la explotación del hombre por el hombre: no otra cosa es la libre concurrencia en la que el más fuerte devora al más débil y en la que la "usura" es el medio único de hacer dinero. Pues bien, la prensa conservadora y sus dignos dirigentes nos recuerdan a cada momento que dicho partido y sus hombres son e1 más fuerte sostén del flamante "ORDEN" actual. Su mismo Presidente, en época no muy lejana, nos hacía una calurosa defensa del régimen capitalista y. con petulancia propia sólo de él. trataba de ilusos a León XIII y Pío XI. El catolicismo no puede seguir tolerando el yugo abusivo y la explotación doctrinaria del partido Conservador y la Autoridad Eclesiástica, a ejemplo del recordado Arzobispo Errázuriz. debe definitivamente deslindar los campos y proclamar muy alto, que nada tiene de común con ningún partido político determinado, ni menos con aquellos partidos que contrariando la base fundamental del Cristianismo, la

"fraternidad" humana, usa de los hombres o como meros instrumentos o como bestias de carga." (12) NI LOS PARTIDOS POLÍTICOS NI LA IGLESIA INTERPRETAN AL PUEBLO Recién caída la dictadura de Carlos Ibáñez, en un editorial de Germen de agosto de 1931, Clotario Blest describe "La hora presente": "Caída la torpe dictadura militar que aprisionaba con tenazas de hierro las conciencias de los hombres de este suelo, y restablecido el imperio de la Libertad, ha sufrido la masa social, una recia y honda conmoción psicológica producida, por aquella necesaria fermentación de las ideas que trabajando libremente en el individuo irradia su dinamismo al exterior transformando las ideas en acción y los sentimientos en principios y normas de conducta colectiva". Blest, preocupado por esta necesidad de acción que presiente en las masas, increpa a los partidos políticos y a la Iglesia: "Existe en los políticos una carencia absoluta de orientaciones definidas tanto en el campo social como en lo político, en la intelectualidad como en la no intelectualidad. Los políticos, ese conglomerado de ambiciosos arribistas, llegan de nuevo ofreciendo al pueblo todo ese cúmulo de mentiras y podredumbres que han dado en llamar 'programas' y 'manifiestos'. Pero la muy triste experiencia de su larga explotación por estos mismos elementos ha llevado a la conciencia proletaria al más completo y duro escepticismo. Deben convencerse los políticos que el pueblo no les cree nada, absolutamente nada y se engañan lastimosamente si piensan lo contrario." En otro artículo de la misma fecha, llamado Religión y Política se expresa: "debemos establecer como principio básico la siguiente proposición: prescindencia absoluta del clero católico en la política activa de los partidos y mucho más aún, tratándose de partidos como los actuales que significan, en su esencia, explotación obrera y en sus procedimientos, pedestales de caudillos amorales... Si el hijo del hombre hubiera obrado con criterio partidarista o político, nada le hubiera impedido proclamarse caudillo de algunas fracciones ideológicas que dividían en su tiempo al pueblo judío. Con los fariseos o guardadores de la ley

mosaica, habría llegado a ser Pontífice Máximo y con los "nacionalistas" y "celótes" el Libertador del Pueblo de la tiranía romana. No fue ni lo uno ni lo otro. Del fondo de su alma nació aquella exclamación cuyo eco no se ha apagado en el mundo cristiano: TENGO COMPASIÓN DE LAS MULTITUDES. De aquellas multitudes que tienen hambre y sed de justicia social. He aquí, la única misión grande y noble del clero católico. Su estricto cumplimiento es necesario si quiere ser respetado y obedecido; de lo contrario no respondemos de su suerte. Los castigos sociales que inexorablemente le sobrevendrán ya los han palpado países como México, España y otros. La nueva autoridad eclesiástica debe ser la eficaz y verdadera fiscalizadora del procedimiento de sus subordinados, pues, ella es la responsable directa y única de la futura suerte de la Religión y sus ministros en los acontecimientos sociales que por ley misma del progreso de los pueblos, se impondrán tarde o temprano en nuestro país." EL DERECHO DE PROPIEDAD ¿.Cuál es el concepto de propiedad del grupo Germen? En varios artículos lo aclara: "AFIRMAMOS: que el derecho de propiedad privada sobre las cosas de "uso y consumo" es de derecho natural, pues. se contunde en la realidad con el precepto fundamental de la naturaleza humana, cual es, el derecho a la vida. NEGAMOS: que la ampliación de este derecho a cosas que no sean estrictamente necesarias para la conservación de la vida, sea de derecho natural. El derecho de propiedad privada e individual sobre la "tierra". NO es de derecho natural, pues, sólo ha sido dada al hombre en "usufructo", debiendo primaria y esencialmente subvenir a las necesidades de todos los hombres. Esta finalidad no podrá cumplirse satisfactoriamente sino por medio de la "colectivización" ya sea a base familiar o profesional." (13) En otro artículo del mismo número se plantea El derecho de la herencia '. "La sed de posesiones y acumulación de bienes tiene su piedra angular en el derecho de la herencia. La constitución y perpetuación de familias fuertes, tiene en este derecho su sostén, ya que con el amontonamiento sucesivo

de las riquezas conquistadas por sus miembros en el transcurso de sus generaciones, va formando castas privilegiadas y poderosas que ahondan cada vez más las diferencias sociales". Para dar fuerza y credibilidad a estos principios, Germen, se apoya en la palabra de los Santos Padres. Citaremos algunas: San Basilio: "Los rebaños pacen en un mismo monte; muchos caballos pastan en un mismo campo; en suma, cada animal cede a los demás el uso del alimento necesario: lo que es de muchos lo poseemos solos". San Juan Crisóstomo: "Tu alma no es tuya. ¿y va a ser tuyo el dinero? No digas, pues, gasto lo que es mío, disfruto de lo que es mío. No gastas lo tuyo, sino lo ajeno, pues tus riquezas son comunes y pertenecen también a tu hermano, como es común el sol, el aire, la tierra y todo lo demás." (14) ¿EL MONSTRUO COMUNISTA? Germen fue numerosas veces tachado por sus contrincantes como comunista. Clotario Blest y su grupo fijan su posición: "Dentro de las enormes fauces del monstruo comunista hay mucha más comprensión de los principios cristianos y mucho más cristianismo que en todos los aspavientos y declamaciones históricas de tanto asesino de los principios cristianos. Y es por esto que no miramos con pavor el avance comunista, sino que miramos con terror la incomprensión y ceguedad de los católicos". "La lucha social para nosotros no debe revestir otro significado que el de los principios espirituales y los materiales. No permitamos que se ahogue toda luz entre el lodazal siniestro de una revolución totalmente enemiga y abandonada de nosotros. Pongamos pie firme en las avanzadas sociales, en las avanzadas reales y clavemos con seguridad la bandera de Cristo..." (15) EL FRENTE POPULAR En 1938 dos conflictos - uno interno y propio de Chile, y otro externo, que analizaremos más adelante, pero también de gran repercusión en América Latina harán que se pronuncie con vehemencia a favor de sus ideales.

Por primera vez en la historia política chilena, un bloque de izquierda, llamado "Frente Popular", presenta un candidato a la presidencia de la República. "Conviene recordar que la formación de este "Frente" obedeció a directivas emanadas del VII Congreso Internacional Comunista (1935), que recomendaba la concertación de acciones comunes entre comunistas y partidos democráticos burgueses contra los movimientos fascistas, en auge en ese periodo. La estrecha victoria del candidato del Frente Popular, el radical, don Pedro Aguirre Cerda, contra el candidato de la coalición de los partidos Liberal y Conservador, don Gustavo Ross, dejó a Chile sumido en una difícil crisis política. La derecha continuaba con mayoría en el Congreso, lo que impedía al Ejecutivo desarrollar su programa de avanzada social. Por otra parte, dentro del Frente Popular existían varias tendencias, desde la marxista de socialistas y comunistas, hasta las "progresistas" del partido Radical que defendía los intereses de la nueva clase media con aspiraciones burguesas. Tan pronto inició el presidente Pedro Aguirre Cerda sus funciones se manifestaron los disímiles objetivos de los componentes del Frente Popular. Mientras los socialistas eran partidarios de una redistribución de los ingresos en favor de los obreros industriales, los radicales propiciaban un aumento del producto nacional, mediante la expansión del sector manufacturero." (16) El gobierno de Aguirre Cerda fue víctima en 1939 de un complot, dirigido por el general Ariosto Herrera con la complicidad de derechistas. El complot fue sofocado, pero continuaron los problemas de Aguirre Cerda que ahora hubo de hacer frente a sus propios aliados, socialistas y comunistas, que se transformaron en adversarios a su gobierno. El llamado Frente Popular se disolvió y el gobierno del presidente Aguirre Cerda pasó a manos del partido Radical que le impuso totalmente su sello. Germen adhirió totalmente a la candidatura de Pedro Aguirre y sus miembros participaron en manifestaciones y marchas a favor del Frente Popular. A los pocos meses de haber asumido la presidencia Pedro Aguirre Cerda, Germen, en el periódico Trabajo escribe un interesante artículo, titulado Denuncia en nombre de la moral cristiana: "El grupo Social-Cristiano Germen en su última sesión tomó por unanimidad el siguiente acuerdo:

1.- Condenar a nombre de la moral cristiana el espíritu de obstrucción cerrado y sistemático con que las derechas se oponen a la labor del Ejecutivo y señalar a sus jefes y mentores como únicos culpables de posibles acontecimientos que pudieran perturbar la paz de la República; 2.- Manifestar públicamente la profunda satisfacción con que la masa católico del país ve la tolerancia y respeto del Gobierno hacia las creencias religiosas; 3.- Hacer un fervoroso llamado a todas las tendencias y agrupaciones sociales y políticas que integran la izquierda, hacia una real y efectiva unión, la que debe traducirse en una estrecha colaboración en el cumplimiento inmediato de un programa mínimo de bienestar popular; 4.- Manifestar la importancia capital que tiene para la formación de las futuras generaciones que han de mantener y defender este régimen de justicia social, la organización de las juventudes en un solo haz que el gobierno propicia y para cuya definitiva marcha pronto se llamará a un magno Congreso de Juventudes; 5.- Denunciar a la izquierda el peligro latente que significa mantener por más tiempo un régimen de politiquería estéril y de miseria moral y material a) pueblo, ambiente propicio para la generación y triunfo del fascismo: y 6.- Hacer un llamado a todos los hombres de buena voluntad, a fin de constituir una UNIÓN SAGRADA, contra la guerra civil a que pretenden arrastrar al país una derecha obcecada y amoral..." Públicamente Germen no sólo apoya al nuevo gobierno, sino que denuncia el peligro que se avecina. El golpe militar derechista de Ariosto Herrera probará cuánta razón tenían: por su parte, la división de la izquierda, que más adelante será un hecho irremediable, contribuirá, al fracaso del programa de avanzada social en el cual tantos habían puesto su esperanza. SE CONQUISTA UN ALIADO

Es también interesante, en relación a los mismos hechos, la carta que el grupo Cristiano-Social Germen envía al recién llegado nuncio apostólico monseñor Aldo Laghi: "Llega Monseñor a nuestro país en momentos excepcionalmente difíciles para la Iglesia Católica, pero confiamos en que su reconocido talento y prudencia, su verdadera y exacta comprensión de las causas que han motivado esta trágica posición - no tanto de la Iglesia misma cuanto de sus más altas autoridades - hará fecunda su labor de auténtico cristianismo para todos los chilenos y muy especialmente para los que más lo necesitan, los pobres y despreciados del mundo. Exmo. Monseñor, no seríamos sinceros para con nosotros mismos ni para V.E. si ya desde luego no le indicáramos aunque sea muy someramente, las causas a que antes hemos hecho alusión. Un mal profundo y daños inmensos han acarreado a la Iglesia chilena las complacencias y concomitancias de sus autoridades para con el partido político denominado Conservador. Este partido, representante exclusivo de la clase adinerada y aristocrática de nuestro país, se ha abrogado por sí y ante sí la representación y tutela de la Iglesia Católica, sin que las autoridades de ésta hayan demostrado - no tanto con sus palabras cuanto con su conducta - el repudio público y expreso a este estado de cosas que contradicen absolutamente las claras prescripciones de la Santa Sede en ese sentido. Los errores económicos, políticos y sociales, las actitudes anticristianas, las ambiciones desmedidas de sus dirigentes, los ataques continuos y enconados hacia los partidos populares, han hecho del Partido Conservador la entidad política más odiada del pueblo y más repudiada por la opinión pública consciente. Este estado de descomposición en este partido político que hasta el momento aparece ante el país como el portaestandarte de la Iglesia Católica, ha llegado hasta tal punto que sus mejores elementos, la juventud, lo ha abandonado asqueada de

tanta mentira y de tanto tráfico efectuado con los santos intereses espirituales de la Iglesia. Este odio popular hacia ese partido político ha repercutido lógicamente en la Iglesia Católica. No es nuestro pueblo el que se ha alejado de la Iglesia, es la Iglesia chilena la que se alejado del pueblo haciendo causa común con sus enemigos. Esta campaña política del clero y de su autoridad máxima ha culminado en estos últimos tiempos en la elección presidencial, atacando en forma injusta y con un apasionamiento del todo anticristiano al que en ese período era sólo candidato del Frente Popular. Los dirigentes del Frente Popular, Monseñor, y especialmente el Exmo. Señor Presidente electo don Pedro Aguirre Cerda, han hecho declaraciones terminantes y precisas..." (17) Esta carta - hoy incompleta, por que se ha perdido la última parte -indica como Blest y su grupo, tratan de atraer la atención del representante del Papa sobre la actitud de la Iglesia Católica chilena, según él, poco cristiana, errada y de fatales consecuencias. Monseñor Laghi fue a lo largo de su estadía en Chile un aliado importante para todos los grupos cristianos de ideas renovadoras. IRRUMPE EL FASCISMO Durante el decenio de 1930 a 1940 surgen en Europa con ímpetu avasallador las doctrinas fascistas. En 1936 estalla la guerra civil española, preámbulo de lo que sería algunos años después la Segunda GuerraMundial y campo de experimentación de las dos tendencias mundiales en pugna. Se baten en España, por un lado los llamados "republicanos", apoyado por los países de tendencia democrática y materialmente por los marxistas. Por otra parte los llamados "nacionalistas", y más adelante "franquistas", apoyados por los gobiernos de tendencias totalitarias y materialmente por la Italia fascista y la Alemania nazi. Desde comienzos del gobierno republicano, los chilenos siguieron con gran interés la evolución de esta experiencia española de gobierno democrático seudo

socialista. Cuando estalla la guerra civil los chilenos también tomaron partido y se inclinaron por uno u otro lado. Los conservadores, su periódico El Diario Ilustrado y la jerarquía eclesiástica dieron sin reserva su apoyo a los franquistas. La izquierda y sus medios de comunicación defendían apasionadamente a los republicanos. Con el triunfo de Pedro Aguirre Cerda, el gobierno invitó a la trasmisión del mando a representantes del gobierno republicano. Los españoles mandaron una Embajada Extraordinaria presidida por el gran dirigente socialista Indalecio Prieto y Tuero, que dos días después visitó a Pedro Aguirre Cerda y en seguida pronunció un discurso en el Estadio Nacional ante cerca de treinta mil personas. La derecha desató inmediatamente una campaña en su contra desde la Cámara de Diputados y El Diario Ilustrado. El grupo Social Cristiano Germen salió en su defensa expresando entre otras cosas: "...el pensamiento y sentir de los cristianos sociales de Chile y de un numeroso grupo de católicos de otras tendencias cuyo número crece de día en día expresando su repudio ante la campana de calumnias y diatribas desatada en la Cámara por los elementos derechistas y desde otras tribunas de igual o aproximado tinte, que: 1.- Los tales elementos no representan en absoluto el pensamiento cristiano de los chilenos, ni mucho menos el de los sociales-cristianos. cuya doctrina basada íntegramente en los Evangelios es en todo antagónica a la tendencia y postulados de las derechas. 2.- Reiterar su solidaridad con el heroico pueblo español y reafirmar su fe inquebrantable en el triunfo de la Causa de la Justicia y la Democracia... 3.- Significando en nuestro país un motivo permanente de desorden y subversión del Gobierno constituido y al orden existente la permanencia de representantes oficiales de los facciosos españoles, solicitar al señor Ministro del Interior la aplicación de la ley de residencia contra tales elementos.

4.- Por el mismo motivo anterior, solicitar del Gobierno proceda inmediatamente a la disolución de las milicias falangistas extranjeras. 5.- Por razones de ética cristiana solicitar del Exmo. señor Nuncio Apostólico. cuyas primeras medidas están demostrando en él todo un carácter, prohíba terminantemente que en anuarios, revistas y periódicos católicos aparezcan sacrílegamente entremezclados artículos o motivos laudatorios a tiranos y caudillos o a la causa que ellos representan y que son repudiados por el pueblo de Chile..." (18) BLEST CUESTIONA LA POSICIÓN PRO-FASCISTA DE LA IGLESIA En la misma época Clotario Blest en nombre de Germen le mandó una carta pública de adhesión al Embajador de España en Chile, don Rodrigo Soriano: "Nos hemos impuesto por la prensa de su justa y airada protesta ante las diatribas de El Diario Ilustrado en contra de la Embajada Especial que nos envía la auténtica España a la Trasmisión del Mando. Nosotros como católicos protestamos de la actitud de esa prensa que mezquinamente se ha escudado siempre tras el nombre de "católica" para lanzar calumnias y vituperios en contra de lo que política o socialmente no le es grato o no le conviene económicamente. Damos a Su Excelencia la seguridad absoluta que esa voz no es la voz de los católicos ni menos nos representa a nosotros los sociales cristianos que siempre hemos estado y estamos incondicionalmente por la España Leal..." (19) Don Rodrigo Soriano. Embajador de España, contestó en estos términos: "...Las sagradas enseñanza? de Cristo tan fácilmente olvidadas o tergiversadas, según las pasiones humanas no pueden perecer, y es grato encontrar corazones como los de Uds. animados del amor a la verdad y a la justicia, que lo es también del desheredado de la fortuna y del perseguido -como lo fue Cristo- por defender a los pobres de la tiranía de los llamados poderosos..." (20) Pocos meses después toda la frontera española estuvo controlada por los nacionalistas y Francia y Gran Bretaña reconocieron oficialmente a Franco. La guerra civil terminó el 31 de marzo de 1939 y el 1º de abril, Estados Unidos

reconoció oficialmente al régimen franquista. Clotario Blest escribe su segunda y más dramática carta al Embajador Soriano, expresando la solidaridad del grupo Germen cuando "se consuma el criminal atentado de arrebatar al pueblo español su libertad democrática..." (21) Es también interesante la actitud de Clotario Blest, como secretario general de Germen, ante la utilización de las ideas fascistas por ciertos grupos católicos en Chile. Pero para comprender el súbito éxito de esta doctrina debemos echar un vistazo al panorama político y social de Chile en esos años. Por una parte la caída de la dictadura del general Ibáñez en 1931 y la consecuente apertura civilista plantea una crisis en los tradicionales partidos políticos chilenos. Para los católicos el partido Conservador había sido su "Partido", pero la actitud ambigua de muchos de sus líderes ante el dictador y sus postulados añejos y cerrados ante las exigencias de las encíclicas y de los nuevos filósofos católicos lo hacían aparecer para muchos como un partido ajeno al movimiento histórico que se vivía. Por otra parte, la grave crisis económica de esos años suscita la más palpable demostración de la insuficiencia del capitalismo. La Unión Soviética aparece, entonces, como un modelo digno de imitarse, sobre todo en lo que se refiere a la "economía planeada". El partido Comunista sale de la clandestinidad y rápidamente reorganiza sus fuerzas y comienza a aplicar una estrategia de extraordinaria agresividad. Los múltiples partidos socialistas deciden aprovechar también la crisis para fusionarse y fundar en 1933, el partido Socialista de Chile que comienza a tener gran popularidad. Ante estas fuerzas políticas que cada día se acrecientan, el antiguo y fuerte partido Conservador que aglutinaba antes a todos los católicos no ofrece la misma cohesión. Fuera del grupo social cristiano que no deja de atacarlo, su juventud, antes obediente y servil, se muestra subversiva y a través de su periódico Lircay plantea nuevos postulados más de acuerdo con las inquietudes sociales de un pueblo que comienza a exigir reivindicaciones.

Ante el avance peligroso del marxismo, para otros católicos - también descontentos con el partido Conservador - las ideas de estos nuevos cristianos parecieron excesivamente teñidas hacia la izquierda. Y fue en Europa y en los movimientos fascistas en boga donde se consideraron interpretados: doctrinas nuevas, populares, fuertes, el ideal para hacer frente al comunismo. Clotario Blest en un artículo de la revista Germen aparecido en octubre de 1933 declara: "Los sistemas fascistas a cuyos sones marciales hierven las juventudes superficiales y estúpidas se fundan en la esclavitud de los hombres a principios políticos y sociales discutibles y atentatorios a la personalidad. Ellos prosperan debido a la falta absoluta de sentido cristiano y de dignidad humana, en esta cultura que se ha dado en llamar cristiana. Los católicos que prestan sus esfuerzos a tales empresas o son cobardes cómplices de ellas, o son nuevos Caifases y corrompidos fariseos que aman la vida aún podrida y todas sus regalías, más que los principios de que hacen alarde en público." GERMEN CONVENCE AL NUNCIO En enero del mismo año, había llegado a Chile un sacerdote redentorista italiano, Santiago Salza, quien venía de su país a dar una serie de conferencias de propaganda fascista. Este sacerdote era capellán militar y había participado en la Primera Guerra Mundial como capitán de los "Ardite" donde había perdido el brazo izquierdo. Su primera conferencia la dio en Valparaíso en el Salón de Honor del Colegio Salesiano. Al día siguiente, dio otra conferencia en el Teatro Imperio de Santiago sobre "Fascismo y Cristianismo". De vuelta a Valparaíso nuevamente pronuncia otra conferencia en el Colegio Salesiano, dedicada a las mujeres. Clotario escribe una carta pública al Nuncio Apostólico Ettore Felice en la cual denuncia a "este agente del fascismo": "Nuestro grupo Germen, Exmo. Monseñor, se hace un deber manifestar su profunda extrañeza y escándalo al contemplar mancomunados en forma sacrílega el poder espiritual de la Sagrada Persona del Pontífice, al poder material de un dictador que ha atropellado ante la faz del mundo entero todas las libertades y los sagrados principios del Derecho

Humano... Estos actos públicos e internacionales de concomitancias del poder espiritual de la Iglesia Católica con el régimen fascista, acarrea sobre la Iglesia el descrédito y el odio de nuestro pueblo y en su nombre estampamos en ésta, con todo respeto, pero a la vez con toda sinceridad y fuerzas de nuestras almas de católicos, nuestra más enérgica y formal protesta en contra de este agente del fascismo, y esperamos confiados que S.S. desautorice la representación del Vaticano que este señor se abroga..." (22) Pocos días después de esta carta el sacerdote Santiago Salza abandonó el país. EL MOVIMIENTO NACIONAL SOCIALISTA Pero más importancia que estas esporádicas manifestaciones de tendencia fascista tuvo para la vida política y social el Movimiento Nacional Socialista de Chile. Este Movimiento comenzó a organizarse a partir de 1931 y su impulsor fue Jorge González von Marees gran admirador del nazismo alemán. En abril de 1932 quedó oficialmente constituido. La personalidad carismática de González von Marées, la férrea organización y el uso de la violencia física contra los adversarios, hicieron del nazismo chileno un movimiento temible para los tradicionales partidos ajenos a esas tácticas políticas. Por otra parte fue innegable el atractivo que ejerció en jóvenes de sectores medios y aún obreros. Por otra parte, se reconocían como grupo explícitamente católico: "Somos por sobre todo católicos y anti-bolcheviques. Reconocemos la unidad del pueblo dentro del catolicismo y la perduración del régimen republicano, con el exterminio implacable del comunismo." (23) FORMULO MI MENSAJE CATÓLICO Para el grupo Germen preocupado en ese instante de apoyar la candidatura de Pedro Aguirre Cerda y de proclamar la incongruencia de los postulados realmente cristianos con los principios del candidato Gustavo Ross, ésta fue la oportunidad

para escribir una carta dirigida al director del periódico Frente Popular (14-X-1938) titulada Los católicos y los fascistas: "Afirmar la identidad entre estos dos conceptos es acusar una ignorancia absoluta de la doctrina de Cristo y de sus preceptos fundamentales. Creemos que no hay derecho para explotar una falsedad de esta naturaleza" En seguida entra a explicar: "El fascismo es un sistema "totalitario", esto es, absorbe y toma para sí, todas las dificultades e iniciativas humanas; el individuo pertenece al Estado y sólo al Estado. El Estado es un fin, el individuo un "medio"...El fascismo, como toda otra doctrina totalitaria, deifica el Estado hasta el punto de hacer desaparecer todo otro valor humano. Por el contrario, el catolicismo y la filosofía cristiana, sostiene y afirman lo siguiente: el individuo es el fin de la Sociedad y el Estado, y la finalidad de éstos es propender a su perfeccionamiento moral y material. El Estado es para el individuo y no éste para aquel...Lo espiritual en el hombre escapa al Estado. Su conciencia y su razón no pueden ser esclavos de un régimen político determinado, sólo se deben a Dios de quien emanan y a quien tienden como último fin. El Estado no puede ni debe tener jamás atribuciones totalitarias sobre el hombre. En él existe algo muy superior a las fuerzas materiales que pretenden sojuzgarlos y hoy como ayer, en esta lucha milenaria, triunfará el espíritu. El fascismo preconiza la violencia como sistema y método político: "Violencia suprema lex". De allí su tendencia a militarizarlo todo, convirtiendo sus países en inmensos cuarteles dispuestos a hacer valer la "fuerza bruta" sobre el "derecho" y "justicia"...La Iglesia Católica, por el contrario, preconiza y utiliza como únicas armas honestas y posibles para sus hijos en la lucha que estos deben empeñar por la formación de un humanismo teocéntrico, el "amor" y la "fraternidad"...Y termina Clotario su declaración diciendo: "del antagonismo de principios y medios entre la Iglesia de Cristo y el fascismo o nazismo (en el fondo son idénticos) nace esa inconvivencia de ambos en cualquiera sociedad civil y la persecución sistemática y brutal de los personeros de estos gobiernos a los miembros de la Iglesia. Creo, señor Director, que esta sumaria exposición de doctrinas y métodos, ha demostrado lo absurdo y falta de sentido de aquella declaración "somos

católicos y fascistas" y nos atrevemos a rogar a los ex-nazistas del Manifiesto que hemos comentado, no sigan en su campaña de hacer adeptos por medios vedados y falsos. La doctrina de Cristo se merece algo de más respeto y consideración..." (24) MISIÓN CUMPLIDA En 1938 Germen se extingue y el pequeño grupo de sus adictos emprende rumbos diferentes. Algunos entrarán a la Falange Nacional

(25)

o posteriormente a

la Democracia Cristiana; otros se dedicarán a la labor pastoral en su parroquia o simplemente a su profesión. Clotario Blest me expresa: "ciertos movimientos se acaban porque ya no tiene sentido su existencia. La Iglesia Católica no estaba, como antes, incondicionalmente al servicio del partido Conservador; monseñor Caro, Arzobispo de Santiago era de extracción popular y campesina, un hombre humilde, comprensivo. ¡Por fin no teníamos un miembro de la aristocracia en ese puesto! Creo también que la juventud se había abierto hacia ciertos valores esenciales del cristianismo. Sólo faltaba que el trabajador, que por su vida misma vivía más cerca de Cristo, comprendiera el verdadero alcance de su doctrina. Pero la injusticia social y la miseria económica no se lo permitían. Yo mismo - como empleado fiscal - palpaba día a día el estado en que nos tenían los gobiernos derechistas y la necesidad de organizarse se hacía urgente..." (26) Pero antes de pasar a la etapa propiamente de acción organizativa de la clase laboral, debemos detenernos en las diversas otras asociaciones, ligas y partidos que, durante estos mismos años, contaron con Blest. Situaciones en que actuó con el mismo fervor que puso en todas sus decisiones.

BÚSQUEDA

"Destruir a Cristo Rey para resucitar a Jesús obrero." (1) Durante los diez años de la existencia de Germen, Clotario Blest es el pensador que da a conocer su filosofía. Sus artículos son breves y simples, pero tras esa simpleza, Blest está empeñado en un gran combate: destruir la caricatura de Cristo, revelar su verdadera imagen; señalar a los culpables de esta seudo religiosidad, de esta recreación de Cristo, producto al servicio de la burguesía, aceptada y aplaudida por la jerarquía eclesiástica. Junto a su labor de periodista acusador, Clotario Blest siente que debe aclarar su posición política y durante este mismo período la búsqueda será afanosa, múltiple y compleja: ahondar en sí mismo, cavar, rastrear, ver dónde está la maleza, dónde la flor y el árbol para poder, en seguida, regar y sembrar. CÍRCULOS DE ESTUDIO: "BLEST ERA TAN DIFERENTE A NOSOTROS." En pleno período de la dictadura de Ibáñez llega a Chile de regreso de Lovaina, monseñor Oscar Larson. Este sacerdote culto y refinado traía a la Iglesia vientos renovadores. Julio Santa María Santa Cruz, en esos años estudiante de medicina de la Universidad de Chile, nos relata cómo se desarrollaban esos "círculos" y nos entrega un retrato del joven dotarlo de esa época. "Cuando yo entré a la Universidad de Chile en 1927 existía una Asociación de Estudiantes Católicos, pero su actividad mayor era la organización de la Fiesta de Primavera y no pasaba nada más. Entonces apareció don Osear Larson y nos comenzó a atraer a una Academia que había fundado muchos años antes el doctor Eduardo Cruz Coke, y los estudiantes de medicina invitamos a alumnos de otras facultades. Se organizaron, entonces, sesiones de estudio que culminaron en los Círculos de Estudios Sociales que se desarrollaban en la Alameda 1340, a los cuales asistían también algunas personas mayores. A Larson lo secundaban los padres José Fernández Pradel, Francisco Vives y Manuel Ferrada. El tema central era lo social y lo religioso. Ninguno de nosotros pertenecíamos a partidos políticos. Por lo demás, no había lucha política por la

dictadura de Ibáñez. Conocí a Clotario allí, en esos Círculos de Estudio. Inmediatamente me llamó la atención su transparencia, su honradez; cómo pretendía él aplicar la doctrina social. Yo creo que él mismo no se daba cuenta de la influencia que irradiaba, aunque comprendíamos que él actuaba en otros medios que nosotros. -¿Qué leían? -Santo Tomás, la filosofía francesa: Peguy, Maritain, La Rebelión de las masas de Ortega y Gasset y El Prometeo encadenado de Rodó. Las charlas o discursos de esa época se iniciaban o terminaban con una cita de Rodó. -¿Participaba Clotario en las discusiones o foros? -Si, pero en otra forma. Cuando se hablaba de los problemas de los obreros, nosotros lo hacíamos en abstracto, de manera intelectual. Cuando Clotario nos hablaba de la dignidad del obrero era porque le había dado la mano, y entonces era su corazón el que se expresaba. El se metía en sindicatos y a nosotros los futuros médicos- nos pedía que colaboráramos con él, dando asistencia médica. Es curioso, nosotros luchábamos por remediar la miseria, pero en contra del estatus. -¿Recuerda a algunos de los que participaban? -A varios que tenían en común la preocupación social, pero que después emprendieron rutas muy diferentes: Arturo Droguet, que terminó en el Partido Conservador; Jaime Larraín en el Partido Agrario Laborista; Julio Phillippi, cercano a los nazistas. Otros, incluyéndome, nos dedicamos sobre todo a nuestra profesión. Creo que Clotario fue el único que se dedicó al problema sindical; desde entonces hasta ahora no cambió nunca su línea. En esa época lo escuchábamos con curiosidad e interés, ¡era tan diferente a nosotros! El quería una juventud que se comprometiera y nosotros éramos tan aburguesados, sin duda por el ambiente en que habíamos nacido. Le encontrábamos razón en sus ideas, pero nada más.

Y aunque yo participé en otras andanzas con Clotario, cuando él se metió de lleno en las luchas sociales, se alejó definitivamente de sus compañeros de esos años. -¿Cómo era el ambiente universitario? -Habría que distinguir entre la Universidad de Chile y la Universidad Católica. En la Católica estudiaban los hijos de los conservadores y existía poca inquietud: estudiar una profesión, sacar un título, nada más. Don Carlos Casanueva imponía su sello. En la Universidad de Chile se daban todas las tendencias políticas. Existían dos grupos marxistas: el socialista y el comunista. Se hablaba de Luis Emilio Recabarren, pero el estudiantado de esa época era de un marxismo de escritorio. Las directivas de estudiantes se alternaban entre las fuerzas de izquierda y de derecha. Existían, además, los grupos amorfos; los llamábamos futbolistas, porque corrían de un lado para otro. Yo fui compañero de Salvador Allende. De repente salía Allende presidente o Roberto Alvarado o Francisco Beca de Renovación y Avance..." (2) Bartolomé Ramírez tiene otro punto de vista de lo que él llama los Círculos de Estudio. Ramírez no tuvo el privilegio como Blest de asistir a los seminarios de monseñor Larson, pero también participó en otra clase de Círculos de Estudios que organizó junto a Clotario Blest en las parroquias de los barrios obreros. Interrogo a Bartolomé al respecto: -¿Por qué se formaron estos Círculos de Estudio? -En Germen discutíamos entre nosotros todas estas nuevas ideas sobre las futuras acciones sociales de la Iglesia y leíamos con interés a los nuevos pensadores cristianos. Entonces a Clotario se le ocurrió formar "Círculos para Obreros" y nada más apropiado para eso que utilizar los locales de las parroquias. Es así como ciertos compañeros de Germen -recuerdo a Ricardo Guerrero y a Ernesto Rojas Taborga, Clotario y yo- nos repartimos las parroquias y allí íbamos dos veces por semana en las tardes, después que nos habíamos desocupado del trabajo diario, a entregarles nuestro conocimiento a los jóvenes obreros y

analizábamos junto a ellos las ideas de la Escuela de Lovaina, la Semana Social de España, los principios del padre Lagrange, del obispo Ketteller. Y así captábamos muchos jóvenes trabajadores a los cuales exigíamos acciones dentro de los sindicatos. -¿Los párrocos estaban de acuerdo? -La mayoría eran curas de extracción campesina, humildes y muy incultos, esos no se daban cuenta de nada, pero con una minoría tuvimos problemas y nos echaron, encontraron peligrosos nuestros cursos. -¿Cuánto tiempo estuvieron dedicados a esa tarea? -No recuerdo bien, quizá dos o tres años. Era un trabajo ingrato y fatigoso, debíamos partir a lugares alejados después de la jornada de trabajo y si no hubiera sido por el entusiasmo de Clotario no habríamos tenido perseverancia." (3) Ramírez no sabe o no recuerda nada sobre los Círculos de Estudio creados por monseñor Larson. Pero, no cabe duda que Clotario se nutrió de ellos y quiso verter sus nuevos conocimientos e inquietudes en el medio obrero. Gracias a la "Unión de Centros" tenía los contactos necesarios en las parroquias populares y fue allí, junto a sus amigos de Germen, donde fundó otros Círculos de Estudio, del mismo estilo, pero con otros participantes. Ambos se ignoraron. Recordemos la posición de Clotario frente a la ANEC en la cual participaban los aristocráticos jóvenes del Círculo de Estudio de la Universidad de Chile que tenían por insignia una banda blanca con la inscripción "Cristo Rey", mientras la Unión de Centros ostentaba una banda con la inscripción de "Jesús Obrero". DISCREPANCIA, REBELDÍA La dictadura de Ibáñez impuso en todo ese período un paréntesis en la agitada vida política chilena. Los dirigentes sindicales revolucionarios son deportados a las islas de Pascua, Más Afuera y Juan Fernández, algunos son "fondeados" (4). El

dictador Ibáñez crea una confederación sindical (CRAC), manejada por él. La Universidad, reconocida como un foco bullente, permanece muda. Los partidos políticos de izquierda son perseguidos y la libre expresión amordazada. Pero a falta de expresión libre y política, los universitarios vertían sus inquietudes en "asociaciones", "seminarios", "círculos" y "discusiones" y la dictadura no lograba, pese a la represión, matar el pensamiento, la discrepancia, la rebeldía. Y Clotario, conciente de la importancia de las nuevas ideas sociales que florecían en el ámbito católico, pretendía ponerlas al servicio de los obreros. Era una manera de demostrarle a la clase trabajadora que también ciertos católicos querían remediar la injusticia reinante y que Jesús Obrero estaba junto a ellos. La caída de Ibáñez en 1931 levantó la cuarentena que pesaba sobre las actividades políticas y Larson que hasta ese período había ejercido sin problemas su papel de guía de estudiantes, se enfrentó con fuertes presiones. Por una parte las de Rafael Luis Gumucio Vergara de regreso del exilio y presidente del partido Conservador que llamó a los estudiantes de los "Círculos de Estudio" a cerrar filas en el partido. Larson acompañó a los jóvenes a una visita a Gumucio. Abrumó al dirigente conservador con preguntas. ¿Cómo podrían ser aplicadas las encíclicas papales en Chile? ¿Cuáles eran los problemas de la universidad? ¿Cuál era la situación de la Marina Mercante? Gumucio solamente dio respuestas esquemáticas. Cuando la reunión había terminado, Larson encaró a sus jóvenes amigos: "Ya ven qué bien están informados los políticos sobre los problemas sociales. ¿Eso es lo que quieren ser? No, ustedes deben pasar más tiempo estudiando y preparándose..." Y, por otra parte, la presión del arzobispo Campillo que en 1934 pidió a Larson que guiara a los jóvenes católicos a las filas conservadoras. Larson se resistió. Los miembros de la Acción Católica tenían prohibido meterse en política, le recordó al arzobispo. Campillo insistió. El sacerdote rehusó. Finalmente Larson pidió ser transferido a Perú para evitar un choque con su superior

(5)

. Sin su

promotor principal y quizá, también, porque la vida política del país permitía ahora

acciones abiertas, los Círculos de Estudio se fueron extinguiendo. En 1935 ya no existían. LA HISTORIA PESA Para comprender las inquietudes sociales del Chile de ese entonces debemos tratar de explicar algunos hechos históricos que cambiaron radicalmente el panorama político del país y remontarnos al pasado próximo con Clotario y al pasado más lejano con los historiadores. Clotario Blest comenzó su vida de ciudadano alrededor de 1920 al regresar de sus años enclaustrado de seminarista en provincia y enfrentarse a la capital en plena efervescencia. Me expresa: "¡Ah, el León de Tarapacá! Todos estábamos locos por él. Yo venía llegando del Seminario y no entendía nada de política, pero Alessandri prometía justicia y leyes sociales y le daba la mano a todo el mundo; no era como esos oligarcas a los que estábamos acostumbrados: Sanfuentes o Barros Borgoño, el adversario de Alessandri, esos aristócratas que creían ensuciarse las manos si le estiraban la mano a un obrero. Y cantábamos "Cielito Lindo": ¡ay, ay ,ay, ay, Barros Borgoño apróntate que Alessandri, cielito lindo, te baje el moño! Y a los gritos de las multitudes contra sus opositores de "pijes unionistas" o de "canalla dorado", Alessandri extendía los brazos y exclamaba: "Mi adorada chusma", lo mismo que Perón años más tarde: "Mis descamisados". Ofendían al pueblo, por supuesto, pero ellos no se daban cuenta..." (6) los historiadores indican: "La señorial distancia del Sanfuentes candidato. o la frialdad de Barros Borgoño. sugerían decisiones adoptadas en círculos

restringidos e inaccesibles. Ambos eran. en buenas cuentas, representantes de la "oligarquía" que había dirigido sin éxito el país. En cambio el candidato Alessandri. que daba la mano. abrazaba, se emocionaba hasta las lágrimas cuando se mezclaba al pueblo doliente, era un fenómeno absolutamente inédito. El nexo afectivo entre Alessandri y sus partidarios, reconocido por sus más tenaces adversarios, fue decisivo en el surgimiento del mesianismo que caracterizó la campaña, y que marcó un hito en la tendencia hacia la movilización de masas por obra de un caudillo." (7) Alberto Edwards. historiador de origen aristocrático, analiza las causas de la decadencia de su clase y el porqué del fracaso y pérdida final del poder político. En su libro La Fronda Aristocrática, escribe: "En ninguna de las horas de peligro o lucha, ni en 1859 ni en 1891 ni en 1920 nuestra fronda aristocrática supo actuar con mentalidad visionaria. La viejas aristocracias europeas ennoblecieron la espada, porque eran clases guerreras y políticas. La burguesía chilena, con su desdén israelita por todo lo que no es oro o lo produce. con la cortedad mercantil de su visión social, ha estado muy dispuesta a no ver en los militares sino "asalariados de uniforme". Este v otros fenómenos análogos muestran a las claras que nuestra aristocracia, aún la más feudal y campesina, debió sus blasones, no a las cruzadas, sino al mostrador." (8) Un Presidente que quiso actuar contra los intereses pequeños de "mostrador" de que habla Edwards y que pretendió gobernar con visión social e histórica. José Manuel Balmaceda. fue derrocado en 1891 por su misma clase que prefirió su comodidad presente, aunque fuera a costa de destruir las instituciones y entregar el país en manos extranjeras, a embarcarse en la epopeya de forjar una gran nación. Edwards agrega: "Las aristocracias son por esencia conservadoras, porque representan el régimen de los satisfechos". "En 1891, por primera vez en 60 años, un gobierno fue derribado en Chile por la violencia: pero la forma en que se produjo el acontecimiento, le daba más bien los caracteres de una restauración de la legitimidad tradicional. Los vencedores se esforzaron en demostrar que habían intentado combatir una tentativa de usurpación, y que, frustrada esa

tentativa, todo quedaba como antes. El elemento aristocrático y oligárquico del viejo Chile llegó a la Edad de Oro de su predominio: por 30 años iba a dominar sin control. De allí la prolongación de esa suave anarquía de salón en que la política se había transformado en un deporte más para amenizar la vida y distraer los ocios de algunos magnates opulentos. Parecía prudente dejar de lado "por ahora", todo lo que pudiera dividir o perturbar, todo lo que significaba renovación o lucha de intereses. Los Presidentes de esa época exclamaban: "Yo no soy una amenaza para nadie", o "No hay sino dos clases de problema en política: los que se resuelven solos y los que no tienen solución." (9) OPINA CLOTARIO -"Yo nací y viví mi infancia y primera juventud con el peso de todos estos señores encopetados que eran dueños y señores de este país. Es verdad que se paseaban sin guardias por la Alameda, pero quién se habría atrevido a levantarles la voz". -¿Cuándo comenzó a sentirse un cambio en la estructura del poder? -"Para mí el poder de la oligarquía se trizó con el Presidente Juan Luis Sanfuentes (1915-1920). Es que sabe que durante este período la influencia de la Revolución Rusa comienza a sentirse. Circulaba la "Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado". Yo seguía pegado a las sotanas de los curas, pero mi curiosidad y rebeldía me llevaron a conocerla y seguir de lejos las andanzas de Recabarren". -¿Y qué pasó con los partidos más de izquierda? -"Quizá lo más interesante es que los radicales, tan preocupados hasta entonces en la lucha contra la Iglesia, se plegaron a la ludia de clases. Se fundará la Federación de la Clase Media y la Federación de Estudiantes que aglutinan a focos de oposición".

-Y qué sucedía con el Partido Liberal? -"Bueno, como sucede en los partidos que fueron de avanzada, se rompió en dos tendencias en las elecciones del año 20, la "tradicional" que apoyada por los conservadores proclamó de candidato a Luis Barros Borgoño y pasó a llamarse "Unión Nacional" y la "personalista" que proclamó a un hombre de clase media carismático y apasionado, Arturo Alessandri Palma". -¿Cómo fue esa campaña? -"No participé directamente, era tan joven e ingenuo, pero asistí a concentraciones y escuché uno que otro discurso del llamado León de Tarapacá que encendía a las masas con un lenguaje popular y directo". TRIUNFO Y DIFICULTADES DEL NUEVO LÍDER Alessandri, un hombre de clase media, de origen italiano, y abogado, entra muy joven al Partido Liberal. Y como todos los jóvenes de su clase con ambiciones políticas, se busca unos padrinos poderosos. Los de Alessandri fueron Lazcano y Fernández Concha, crema de la oligarquía. Pero el discípulo les resulta díscolo. "Alessandri tino su candidatura con los colores de una revolución sin armas. Declaró abiertamente la guerra a todas las fórmulas del pasado, y aún a los principios tradicionales del orden burgués. Era un programa de rebelión y protesta más bien que constructivo. La clase media desdeñada y sin esperanzas de poder político y la triste situación económica del proletariado, contribuyeron al triunfo." (10) Alessandri, apoyado por la Alianza Liberal, el Partido Radical, los partidos de izquierda y masas independientes, gana por escaso margen la elección. Sin embargo, desde el comienzo de su gobierno, Alessandri tuvo muchas dificultades. Los partidos vencidos, formados por la gente de derecha, tenían verdadero miedo a las ideas sostenidas por el nuevo mandatario. La voz de orden era que había que oponerse a ellas, valiéndose de todos los medios posibles para

evitar que se transformaran en leyes y para eso contaban con una mayoría en el parlamento." (11) A este problema político agreguemos la crisis económica, posterior a la Primera Guerra Mundial que repercutió con fuerza en Chile con el agravante del descubrimiento del salitre sintético que destruía la primera riqueza de Chile, el salitre natural. En 1924, 60.000 obreros cesantes invadían la capital. Después de cuatro años en el poder, Alessandri no lograba dominar el parlamento; el pueblo se sentía cansado de esperar la anhelada justicia y decepcionado comenzó a demostrar su descontento, descontento que se extendió a los militares: la oficialidad había permanecido impaga por varios meses. Todos estos hechos permitieron que se gestara el golpe militar del 5 de septiembre. La oficialidad joven subió a las tribunas del Senado e hicieron sonar sus sables; "el ruido de sables", como se le llamó, bastó para que los "honorables" se asustaran y aprobaran las nuevas leyes sociales y todo se derrumbó rápidamente. El día 8 renunció el Presidente de la República, el día 9 se le concedió licencia, el día 11 se clausuró el Congreso Nacional y Alessandri partió al destierro. El pueblo permaneció mudo, los partidos políticos, inactivos. Clotario me dice: "Alessandri en esa época cumplió, envió una cantidad de proyectos de leyes sociales que el Congreso archivó y que seguían archivados el año 24. Sí, Alessandri propició esas leyes, pero más adelante propició muchas masacres de trabajadores. Allí lo tienen retratado de cuerpo entero. Era un ambicioso inconsistente. Un garabatero; las cosas que me dijo a mi, para que le digo..." "El año 24 asaltó el poder la juventud militar que se hizo muy simpática al comienzo, con el fin que se aprobaran los proyectos sociales que había enviado Alessandri y que el Congreso rechazaba desde hacía cuatro años." (12) La tradición democrática de Chile fue rota en 1891, pero el saldo de esa revolución dejó un Jefe de Estado, dos generales y diez mil hombres muertos. Restablecida la democracia y sólo 33 años después volvía a romperse la vida constitucional de Chile. Sin embargo, esta segunda revuelta presentó características diferentes: no hubo ni un muerto, no se disparó ni una bala y los militares "progresistas" - y no la derecha - aparecen como los vencedores. Interrogo a Clotario al respecto:

-¿Eran progresistas los militares? -"Los militares nunca son progresistas. Lo hacían por ambición o resentimiento, acicateados por otros y esos fueron los que sacaron las uñas, entre otros, Carlitos Ibáñez que se hizo presente al poco tiempo..." (13) Según Alberto Edwards, también tuvo culpa el propio Alessandri en los acontecimientos: "Las mismas condiciones psicológicas del Presidente de la República, contribuyeron a agravar la situación. Su alma era la de un tribuno, la de un luchador, la de un hombre de protesta. Aún como Jefe de Estado continuaba siendo como un caudillo de oposición. Combatía más que gobernaba." (14) Producido el golpe militar, una junta de gobierno presidida por el general Luis Altamirano se hizo cargo del país. Esta junta amorfa atacada por pocos, pero defendida casi por nadie, no fue de larga duración: el 25 de enero de 1925, las fuerzas de la Alianza Liberal y del alessandrismo tomaron el poder y Alessandri regresó del destierro y fue recibido triunfalmente por el pueblo en Santiago. Clotario recuerda: "Fue un recibimiento apoteósico. Toda la Alameda estaba llena de tribunas, desde la Estación hasta la Moneda. Nosotros, los empleados de Tesorería, pusimos un arco inmenso con un león; el pueblo estaba delirante, el mismo pueblo que lo dejó irse sin chistar y que poco tiempo después volvería a desdeñarlo." (15) Este gobierno de facto se distinguió del anterior por su gran actividad renovadora: se dictó una nueva Constitución de carácter presidencial con independencia de los poderes del estado, conforme a la doctrina de Montesquieu, tal como la habían defendido Victorino Lastarria y, más tarde, José Manuel Balmaceda. A pesar de la resistencia de los partidos tradicionales, el pensamiento de Alessandri logró imponerse, y el país consagró en un plebiscito y por gran mayoría, la nueva Constitución.

Sin embargo, tras esa aparente adhesión a Alessandri, promotor de los cambios sociales, se movían otras aspiraciones, otros protagonistas, manejados con mucha astucia por el Ministro de Guerra Carlos Ibáñez. Ningún político le dio al comienzo importancia a este oscuro y taciturno mayor del Ejército que con suma habilidad fue, poco a poco, ascendiendo y que desde el año 1924 era el que poseía verdaderamente el poder. Las Fuerzas Armadas, olvidadas en sus cuarteles, mal remuneradas y despreciadas socialmente, sintieron que había llegado la hora de las reivindicaciones y ungieron como líder al ahora coronel y Ministro de Guerra, Ibáñez. También tuvo influencia en todos los acontecimientos futuros, lo que sucedía en el extranjero: las ideas de Mussolini en Italia y las de Primo de Rivera en España. El sindicalismo de estado y el corporativismo eran muy conocidos y populares en Chile. Hasta el padre Viviani, maestro de Clotario Blest, se había dejado llevar por las tendencias corporativistas. Y los sectores medios se fueron convenciendo que ni la dictación de leyes o la nueva Constitución sería garantía suficiente: se necesitaban nuevas organizaciones que sustituyeran a las existentes y un "gobierno fuerte", capaz de hacer respetar lo que no eran más que palabras escritas. Poco antes del período electoral, Alessandri se vio forzado, una vez más a renunciar, después de designar a Barros Borgoño como vicepresidente de la República. En las elecciones de diciembre de 1925 fue elegido el candidato de la derecha, Emiliano Figueroa Larraín. Este hombre fue "el canto del cisne" de la decadente oligarquía; incapaz, elegante y ponderado carecía de todas las condiciones necesarias para una época de crisis. Presionado por Carlos Ibáñez, el ahora todopoderoso ministro del Interior, el presidente Figueroa se retiró silenciosamente. "En realidad, Chile, desde el 5 de septiembre de 1924, vivió al margen de preceptos legales. Se guardaron las formas democráticas, pero se atropello el requisito fundamental, relativo a las garantías constitucionales establecidas para la libertad individual y de prensa. La fuerza estaba representada por un solo hombre. Los procedimientos ilegales que él adoptó fueron aceptados y tolerados por la opinión pública, por el Congreso y por el Poder Judicial. Y tan resignado se estuvo en todo, que en 1927, el veredicto popular ratificó abrumadoramente los hechos y

llevó a ese mismo hombre a la Presidencia de la República." (16) El 22 de Julio de 1927, el Coronel Ibáñez fue proclamado por el Congreso Pleno como Presidente de la República. Había sido elegido por abrumadora mayoría, el 82% sobre su contrincante, el comunista Elías Laferte. CARLOS IBÁÑEZ SE CONVIERTE EN DICTADOR Carlos Ibáñez, desde que tuvo el poder, como ministro primero y como presidente, después, ejerció medidas de fuerza contra la oposición: prestigiados parlamentarios fueron deportados, entre otros, el presidente del partido Conservador, Rafael Luis Gumucio; muchos fueron los relegados y detenidos. Se censuró a la prensa y se allanaron locales y domicilios. El ex-presidente Alessandri en una ocasión dijo: "Fue así como el gobierno de Ibáñez me trató a puntapiés. Eso sí que, derrocar a Ibáñez fue mi constante aspiración, después del vejamen inaudito y cruel a que fue sometida mi familia, incluso mi mujer, a quien sacaron a empujones de la cama." (17) Reducido el Congreso a labores meramente consultivas, los senadores y diputados que permanecieron en el país se sometieron dócilmente al dictador e hicieron abstracción de las medidas represivas aplicadas a afiliados de sus mismos partidos. Todos ellos, por miedo o por servilismo, prestaron el más completo respaldo a los propósitos de Ibáñez. Sin embargo, a los cuatro años de haber sido elegido, Ibáñez sería derrocado. Sólo mencionaremos aquí los principales hechos que acarrearon su fracaso, algunos debidos a causas externas, otros propios de las debilidades del gobernante. La gran depresión mundial repercutió en Chile en 1930 y hundió al país en una crisis económica. Para enfrentarla el gobierno aumentó las contribuciones, redujo las plantas de empleados públicos y el monto de las jubilaciones, pero ante la imposibilidad de obtener nuevos créditos en el extranjero, estas medidas fueron totalmente insuficientes y sólo acarrearon impopularidad que el elemento

universitario, intelectual y profesional, aprovechó para crear un clima favorable a sus ideas libertarias. A los problemas económicos habría que añadir el descontento por las medidas represivas que se traducían en detenciones arbitrarias, deportaciones, delaciones, espionajes. El Presidente Ibáñez, durante su período popular no supo o no pudo agrupar a los sectores que lo apoyaban, ahora se encontraba solo. Y los tradicionales partidos de derecha, ante la debilidad del gobierno y el descontento de las masas se pasaron a la oposición. Los desterrados también completaban y desde el exterior llegaban miles de panfletos; las agencias noticiosas publicaban un cable firmado por el depuesto presidente Alessandri y los senadores Ladislao Errázuriz y José Maza en que le pedían a Ibáñez que renunciara. LA CAÍDA DE IBÁÑEZ Los hechos se precipitan: "El 21 de julio de 1931 renunció el gabinete y al día siguiente los estudiantes universitarios iniciaron una huelga indefinida. El 23, los obreros de Antofagasta acordaron un paro general, tras un gran comicio en que se escuchaban insistentes gritos en pro de la "civilidad". Manifestaciones similares se efectuaron en Valparaíso y Concepción, en tanto que el 24, en la que se efectuó en Santiago, fue muerto un estudiante de medicina y, poco más tarde, otras cuatro personas. Si bien el nuevo Ministro del Interior, Carlos Frodden, y el comandante en jefe de la plaza, general Bartolomé Blanche, creían poder aplacar la conmoción, ella se agravó con la muerte de un profesor por la fuerza pública. Médicos, ingenieros, profesores y personal de los servicios de asistencia social, declararon entonces una huelga de brazos caídos, en tanto que el comercio cerraba sus puertas. El 26 de julio, Ibáñez optó por delegar el mando en el presidente del Senado, Pedro Opazo Letelier, y emprendió el camino al destierro." (18) -Don Clotario, ¿podría usted darme su opinión sobre este período?

-Como le dije anteriormente, al comienzo los militares se hicieron simpáticos: la aprobación de leyes sociales, la nueva Constitución de 1925 se debió a presiones ejercidas por ellos contra los partidos de la derecha que se oponían a todo lo que significara algún cambio favorable al pueblo y contrario a sus intereses. También el Código del Trabajo se gestó en la época de Ibáñez, aunque entró a regir después que fue derrocado. Yo era muy joven en esos años y trabajaba en las parroquias, en la Unión de Centros, en la Casa del Pueblo; también estudiaba. Recuerdo que había muchas manifestaciones en contra del régimen de Ibáñez. Cayó por la fuerza del pueblo, no por un golpe militar. Se usó una táctica de no violencia curiosa y tremenda. A cualquier parte que entraran militares, la gente se iba. Entraban al teatro y la gente se salía; se subían a un tranvía, se bajaba la gente. De manera que fue una guerra silenciosa que los mató. Hasta tal punto que cuando cayó Ibáñez, los carabineros estuvieron escondidos un mes, no podían salir a la calle, porque los mataban. Yo, desgraciadamente, vi una vez cómo charqueaban a un "paco", quedaron pedazos. Ese era el odio que existía. Y eso que la tiranía no fue tan tremenda como ésta. Ibáñez, a pesar de lo tirano, no era tan estúpido como éste; dejaba salir a la gente a la calle que hicieran manifestaciones. Decía: "El pueblo debe tener una válvula de escape, si no esa válvula se me revienta". Fue una guerra moral la que lo destruyó." (19) MI LUCHA ERA CONTRA LA IGLESIA TRADICIONAL Clotario Blest en esos años no tenía contacto con los partidos políticos. Su interés era conocer y dar a conocer la doctrina social cristiana. Su lucha era contra la iglesia tradicional, la que había olvidado, dominada por el Partido Conservador, su labor junto al pueblo: "Atacábamos a El Diario Ilustrado, vocero de la oligarquía, que en nombre de la Iglesia se dedicaba a defender a los poderosos y a silenciar el verdadero contenido de los Evangelios". (20) Su opinión respecto al derrocamiento de Ibáñez es la de un romántico marginado de los conciliábulos. Para él fue "la fuerza del pueblo" la que derrocó a la dictadura. No ve a la derecha movilizada impulsando a los estudiantes y profesionales ni a los partidos de izquierda cooperando en el gran paro final. No está conciente que el golpe contra

Ibáñez, al que él se sumó al final en manifestaciones callejeras, fue fraguado por los mismos que él combatía y que ellos mismos serían, como verdaderos triunfadores, los que colocarían en la presidencia de la República al radical Juan Esteban Montero. LIGA SOCIAL DE CHILE En septiembre de 1931 regresa a Chile después de un destierro de casi 14 años, el padre adoptivo y maestro de Clotario, el jesuita Fernando Vives. "Quizá, de no haberse proclamado la República en España y ella, expulsado a la Compañía, el Padre Vives no hubiese vuelto a ver el dulce suelo natal...el país que el ya sexagenario jesuita encontraba al volver de su largo destierro, estaba más avanzado que el que dejara en las postrimerías de la "república veneciana" bajo el gobierno del marrullero don Juan Luis Sanfuentes. Se habían dictado las primeras leyes sociales y las apasionadas disensiones político-religiosas no estaban olvidadas pero pertenecían ya al pasado." (21) Las opiniones de Fernando Vives sobre el Chile de su regreso están expresadas en una carta dirigida a Alberto Hurtado, su discípulo, seminarista en ese entonces en Lovaina: "La situación actual de Chile es caótica: en lo político gobiernan tres partidos que no tienen arraigo en el pueblo: conservadores, liberales y radicales; la gran masa, con principios económicos bien definidos, está del otro lado. El Partido Conservador es un conglomerado de añejeces, ambiciones e ignorancias; la juventud católica que vale mucho más que antes, o está al margen del partido o en actitud de formar uno nuevo; no he conocido un solo joven decente, y suben a centenares los que han pasado por mi aposento, que manifiesten simpatías conservadoras. La parte económica no puede ser peor, sólo las inmensas riquezas de nuestro suelo la podrán defender de una bancarrota. La dictadura de Ibáñez ha sido mucho más funesta de lo que yo en mi pensamiento había creído. La parte social, aparentemente, es lo peor de la realidad. El comunismo no está organizado y sus manifestaciones son esporádicas; el mal principal está en el

número de cesantes, que es, en relación, mayor que el de Inglaterra. El horizonte empieza a abrirse y creo que la situación mejorará." (22) Inmediatamente después de su llegada, Fernando Vives toma contacto con Clotario y junto a otros intelectuales y profesionales como Clarence Findlayson, Jaime Eyzaguirre, Julio Philippi, Jaime Larraín García Moreno y algunos otros cristianos interesados en la acción social funda la Liga Social de Chile. La Liga era partidaria de una economía corporativa, organizada sobre la base de profesiones: "La profesión está organizada sobre bases legítimas cuando se halla subordinada al interés general, cuando procede como uno de los elementos constitutivos en la organización de la sociedad, y cuando se halla alineada con otras entidades." "El cristianismo animaría las nuevas asociaciones procurando la disciplina, la moralidad y la solidaridad que finalizarán con la actual anarquía moral, política, económica e intelectual." (23) Según la Liga, el Estado realizaría la cooperación económica reemplazando la competencia característica del sistema liberal capitalista que imperaba en Chile: "Como social-católicos, declaramos que el Estado tiene un positivo rol que jugar en la vida económica (del país). Debería intervenir por los medios legales para proteger la vida humana, asegurar la justicia...para proteger las legítimas iniciativas sociales y, especialmente, para procurar la elevación de las clases menos favorecidas..." (24) Varios de los principios de Germen fueron aplicados a la Liga y allí se ve la influencia de Blest. Por ejemplo, se aceptaba el derecho a la propiedad privada porque se le consideraba una ley natural; sin embargo se propiciaba la propiedad colectiva de la tierra. También, tanto Germen como la Liga, pretendían mantener una total independencia frente a los partidos políticos existentes. LA BREVE EXPERIENCIA DE UN GOBIERNO SOCIALISTA Sin embargo, cuando el 4 de junio de 1932 un movimiento militar al mando del Coronel Marmaduque Grove echó por tierra el débil gobierno de Montero, y fue sustituido por una junta compuesta por Arturo Puga, General en retiro, Carlos Dávila y Eugenio Malte, proclamándose la "República Socialista"; Clotario Blest y

el Padre Vives, no dudaron en manifestar su apoyo solidario al nuevo gobierno. Esta actitud de Clotario provocó reacciones airadas de otros miembros de la Liga Social y rompió su unidad, Blest presentó su renuncia a la dirección. Clotario nos relata: "Como presidente de la Liga Social fui a ofrecer mi adhesión al nuevo gobierno socialista, a Marmaduque Grove, Carlos Dávila, Eugenio Matte y Oscar Schnake, porque el programa de gobierno que ellos ofrecían estaba de acuerdo con nuestros ideales sociales. Fernando Vives, vestido de civil, para que no lo reconocieran nos acompañó hasta la puerta de La Moneda. Al señor Matte le manifesté nuestra preocupación por la posible persecución a la Iglesia Católica de la que se hablaba, pero él me dijo que eso era completamente falso y sólo rumores de grupos reaccionarios asustados porque temían perder sus privilegios. Estuve doce días en La Moneda, participando en la defensa del gobierno, junto a obreros y estudiantes. Marmaduque Grove era sano y limpio, no digo lo mismo de Dávila. Alessandri le ofreció su adhesión a Grove y después le dio una puñalada." (25) Entrevisto a Florentino Mateluna, un viejo empleado de imprenta que conoce a Clotario desde hace 53 años. En la década de 1930, Florentino Mateluna trabajaba como obrero en la Imprenta Güttenberg, más adelante lo haría en la imprenta El Escudo, en El Diario Ilustrado y en los talleres en que se imprimió Lircay, primer periódico que dio a conocer las ideas disidentes del partido conservador. "Nunca me afilié a ningún partido político -me expresa. Mis ideales estuvieron siempre basados en el cristianismo y en la necesidad de luchar por la justicia social. Durante los años de la Unión de Centros, Clotario me presentó al Padre Vives y ambos me convencieron para que me incorporara a la Liga Social. En la Liga existían tres grupos: Uno presidido por Jaime Larraín, el hombre de más edad y que también colaboraba económicamente. En segundo lugar, otro grupo que se había adherido a través de Clotario, formado por empleados y hombres de trabajo, al cual pertenecía yo. Y un tercer grupo de universitarios de la ANEC: Gustavo Fernández del Río, Jaime Eyzaguirre, Julio Phillippi y grupos fundadores de la próxima Falange, como Ignacio Palma, Bernardo Leighton,

Manuel, Arturo y Jaime Atria, Antonio Cifuentes, Fernando Cifuentes, Clemente Pérez Pérez, Clemente Pérez Zañartu, etc. Fernando Vives es el único hombre con sotana. La Liga Social pasó por varias pruebas de fuego, creo que la peor fue la causada por la República Socialista. -¿Qué fue lo que pasó? -El mismo 4 de junio de 1932 yo me encuentro con Clotario en la calle y con un caballero viejote con anteojos que al principio no reconocí y que era el Padre Vives sin sotana. Se les permitió a los religiosos que estuvieran vestidos de civil, había mucho pánico, creían que venía algo como en México; no creo que Vives tuviera miedo, más bien, creo, quería pasar desapercibido, porque andaba recolectando gente para una reunión en su celda. No recurrió a Jaime Larraín que había sido el primer presidente y los que llegaron fue el grupo de Clotario, Carlos Contreras Sepúlveda, un muchacho Torres, unas siete personas de la Unión de Centros, un sacerdote Osear Larson. -¿Qué se acordó? -Nombrar una comisión que en nombre de la Liga presentara un pliego de 12 puntos en que se pedía respeto a las ideas religiosas, no persecución a los católicos y otras medidas de justicia social de acuerdo a los principios de la Liga. Fue una comisión a La Moneda encabezada por Clotario; Fernando Vives los acompañó hasta la puerta. No los recibió la Junta, pero conversaron con Matte y Schnake que les aseguraron que no existiría persecución religiosa y que coincidían en sus anhelos y que imprimirían el espíritu de la Liga en el futuro gobierno, pues no eran antagónicos. Al otro día los diarios publican la adhesión de los católicos al gobierno y se arma la escandalera tremenda que quiebra la Liga Social. Bernardo Leighton se puso anti Vives y lo atacó en una publicación universitaria. Después del fracaso de la República Socialista, hubo una convención universitaria en el teatro de los Padres Franceses; allí el grupo Falangista le rindió un homenaje a Francisco Vives y otro

grupo defendió a Fernando Vives. Recuerdo en este último grupo a Tomás Allende, a Julio Phillippi, a Jaime Eyzaguirre, a Alfredo Bowen, al doctor Roberto Barahona. Después del 4 de junio, Jaime Larraín no volvió nunca a la Liga. Los ánimos se habían calmado un poco y Fernando Vives trató de unirnos de nuevo, pero en una reunión se produjo un careo entre Clotario Blest y Alfredo Bowen, más politiquero, que terminó con la renuncia definitiva de Clotario y la elección de Bowen de presidente y la Liga quedó en manos de Bowen, Philippi, Eyzaguirre, Clemente Pérez Pérez. Con la muerte de Vives se acabó definitivamente." (26) Se ha sostenido numerosas veces que Fernando Vives no aceptaba los partidos políticos y que a sus discípulos les aconsejaba lo que en esa época se llamaba abstencionismo: "Manteneos limpios de la política", insistía. Sin embargo, su actitud frente a la República Socialista desmiente esta afirmación. Ni por un momento dudó allí Vives en participar, cooperar y defender al naciente gobierno socialista. Lo que el padre Vives no deseaba, parece, es que sus discípulos entraran al Partido Conservador que era, por lo demás, el camino natural, pasada la adolescencia, de los jóvenes católicos de ese entonces: "ese conglomerado de fósiles, ambiciosos e ignorantes", le expresaba en una carta a Alberto Hurtado, refiriéndose a los conservadores. Su compromiso y alianza con el Partido Socialista, siempre que respetara las ideas católicas, concordaba con sus enseñanzas, con sus escondidos anhelos. Fue lógica, también, la reacción contraria de muchos de los militantes de la Liga que sólo, como expresa Julio Santa María, practicaban un intelectualismo de izquierda, pero que jamás, como lo probaron sus vidas futuras, adquirirían un verdadero compromiso en la lucha de clases. Jaime Larraín de la vieja aristocracia se interesaba por establecer una cierta justicia social, siempre que fuera controlada por la derecha; era el sucesor de Melchor Concha y Toro o de Abdón Cifuentes. Jaime Eyzaguirre y Julio Philippi, admiradores del corporativismo, posteriormente demostrarían su adhesión al fascismo de Franco o al nazismo alemán. Por último, la gran mayoría de los militantes de la Liga, fundarían y serían la vanguardia del futuro partido Demócrata Cristiano. Ahora comprendemos por qué

Fernando Vives legó su cruz al morir a Clotario Blest, el único de sus discípulos que creyó en un gobierno del pueblo para el pueblo con el sentido moral y cristiano que Vives quiso darle. PARTIDO SOCIAL SINDICALISTA Tres días después de la proclamación de la República Socialista, el 7 de junio de 1932, se fundó el Partido Social Sindicalista (PSS). El origen de este nuevo partido es la consecuencia natural del movimiento social cristiano que venía aflorando desde los años 1920. La Casa del Pueblo, la Unión de Centros, Germen, la Liga Social, aglutinaban a grupos cristianos descontentos con el partido Conservador y ansiosos de apresar la realidad social contenida en los Evangelios. Ahora que el país ha recobrado la libertad sienten que ha llegado la hora de actuar en la vida política. Carlos Vergara Bravo (1893-1973), abogado, profesor y destacado intelectual social cristiano será el gestor de este partido el que apenas alcanzará a durar un año. La presión de la Jerarquía católica en contra del naciente partido será tan fuerte que sus líderes se vieron obligados a renunciar. El PSS planteaba la abolición del capitalismo, la expropiación de fundos y su cultivo por sindicatos de agricultores, la socialización de la industria pesada, el comercio y los bancos, el término de la conscripción militar, etc. Carlos Vergara era un ferviente admirador de Ketteller que postulaba a un corporativismo cristiano, contra el individualismo liberal y el totalitarismo del Estado, contenida en su obra más importante: La Cuestión Obrera y el Cristianismo, publicada en 1864. "El PSS generosamente condimentaba su literatura con términos marxistas. Pero favorecía al socialismo, no al comunismo, como antídoto contra el capitalismo. Este sentimiento se refleja en su concepción económica: Todos deberían contribuir de acuerdo con su capacidad; todos deberían beneficiarse de acuerdo con sus necesidades. La toma de las decisiones estaría en manos de un pequeño grupo, cada uno de cuyos miembros representaría un sindicato, negocio, región o

religión. No habría dictadura, ni una oligarquía, o gobierno de las masas o de las clases, sino "comunidades autónomas" en la forma de un estado corporativo." (27) "Los fines sociales del PSS eran menos claros que su esquema gubernamental. El partido acentuaba una familia fuerte y trabajo obligatorio (de los capaces) como a los pilares de la organización social." (28) El PSS sacó un periódico llamado Idea Nueva , en 1932. Los dirigentes más importantes fueron: Carlos Vergara, secretario general del movimiento, Julio Santa María, Clotario Blest, que aportó cierto apoyo popular, Ignacio Palma. El grupo Germen adhirió al nuevo partido. El Partido Social Sindicalista nunca obtuvo una banca en el Congreso ni tampoco alcanzó a gravitar en la vida política de la época. Para Clotario significó un nuevo amigo; me dice: "Allí conocí y aprecié al gran hombre que fue Carlos Vergara; el me regaló su libro Un Espíritu Nuevo, un Orden Nuevo, una Nueva Cultura con esta dedicatoria; me la muestra: "Al buen amigo Clotario, un recuerdo de la jornada del año anterior". El libro de Carlos Vergara fue publicado en 1933. PARTIDO CORPORATIVO POPULAR La influencia de la Iglesia, en su afán por apoyar al partido Conservador, fue la causa del fracaso del Partido Social Sindicalista. El descontento contra la Jerarquía Eclesiástica aumentaba y la autoridad seguía insistiendo en que todos sus fieles debían pertenecer al Partido Conservador y que la creación de otros partidos no haría más que destruir la unión política de los católicos del país. "En el hecho, a la muerte del arzobispo don Crescente Errázuriz había vuelto a predominar el criterio que tan fogosamente sustentaba el obispo de Concepción. monseñor Gilberto Fuenzalida que en su circular, sobre la conciencia del deber político, acusaba a los que se abstenían de militar en "el partido católico", de una inconsciencia verdaderamente inexplicable y de un desconocimiento absoluto de sus más sagradas obligaciones". "En su última conferencia anual de 1933, los obispos resolvieron establecer la obligación que tenían los católicos de militar en

el partido Conservador. Sin embargo, el nuncio Monseñor Ettore Felici, obtuvo que esa resolución no se publicara sin un pronunciamiento de la Santa Sede. Los obispos creyeron que el Vaticano no los desautorizaría. Fue grande su extrañeza y decepción cuando de vuelta de Roma el Nuncio trajo consigo la respuesta negativa. La lamosa carta del cardenal Pacelli establecía con toda claridad y sin apelación que "un partido político, aunque se proponga inspirarse en la doctrina de la Iglesia y defender sus derechos, no puede arrogarse la representación de todos los fieles, ya que su programa concreto no podrá tener nunca un valor absoluto para todos, y sus actuaciones prácticas están sujetas a error". Por lo mismo, concluía, "debe dejarse a los fieles la libertad que les compete como ciudadanos, de constituir particulares agrupaciones políticas, y militar en ellas, siempre que éstas den suficientes garantías de respeto a los derechos de la Iglesia y de las almas". Esta carta confirmaba lo que va había ordenado a su clero el arzobispo don Crescente Errázuriz en la discutida pastoral de 1922: "Es evidente que la Iglesia no puede vincularse a la actividad de un partido político sin comprometer su carácter sobrenatural y la universalidad de su misión..." Antes que monseñor Felici llegara de Roma con el original de la carta del cardenal Pacelli, pero diez días después que éste la firmara, se constituyó en Santiago un partido Corporativo Popular, a cuya gestación, evidentemente, no podía ser ajeno el padre Vives, que debió tener noticia anticipada del contenido de la carta, directamente desde Roma. Con ella, el triunfo era del jesuita de la Liga Social, la Vanguardia Obrera y otras obras que, por los "abstencionistas" resultaban indirectamente anticonservadoras. La aparición del nuevo partido equivalía a una abierta declaración de guerra." (29) "El 29 de junio de 1934 se realizó el primer congreso social-cristiano de Chile. Al encuentro acudieron los representantes de Germen, la Liga, el PSS y grupos cristianos más pequeños, tales como el partido Social Cristiano (no tiene ninguna relación con el actual partido Demócrata Cristiano), Acción Integral, y la Unión Nacional. Bartolomé Palacios y el catedrático Carlos Vergara, dominaban el Congreso. Tenían sus miradas fijas en un solo propósito: la formación de un fuerte

partido Social Cristiano. ¿Por qué? Principalmente por el peligro que Roma accediera al pedido de los católicos tradicionales. Temerosos de que el Papa pudiera acceder. Vergara y Palacios se apresuraron a fundar un segundo partido predominante católico, compuesto por social-cristianos, para presentarse al Vaticano con un "fait accompli". Los delegados asintieron. El Congreso fundó un partido Popular Corporativo (PCP), que asimiló la mayoría de los grupos participantes. Encabezados por el profesor Vergara, el PCP se fundaba sobre los preceptos que eran virtualmente idénticos a los que afirmaba el partido Sindicalista. Los ocho puntos que dominaban el programa del partido, resumían los objetivos de la mayoría de los grupos social-cristianos de este período. Son los siguientes: 1.- Rechazo tanto del individualismo como del socialismo. 2.- Énfasis sobre la familia como grupo social básico, anterior al gobierno. 3.- Responsabilidad familiar en lo educacional, con el Estado jugando solamente un papel regulador supervisor. 4.- Acento sobre la función social de la propiedad y sobre la necesidad de dividir los latifundios. 5.- Rechazo del capitalismo basado en la libre competencia y la recomendación de que los obreros participen en la dirección y que les sea permitido poseer acciones y participación en las ganancias. 6.- Fundación de un estado corporativo, en el cual los derechos políticos estén íntimamente relacionados con el pertenecer a una profesión o sindicato. 7.- La responsabilidad de la riqueza social pasa del Estado a la corporación. 8.- La lucha internacional contra el capitalismo a través de la organización mundial económica. También el respeto y protección de las minorías culturales, raciales y

lingüísticas en todas partes, empleando los fondos para el bienestar y la educación del pueblo." (30) "El partido Corporativo Popular, como el PSS. nunca obtuvo preeminencia política. Con todo sirvió como esponja que absorbió las varias ideas v propuestas de las organizaciones social-cristianas. La mayoría de los miembros del PCP se unieron más adelante a la Falange Nacional, precursora del partido Demócrata Cristiano: Clotario Blest y Bartolomé Ramírez que encabezaban el pequeño y combativo grupo Germen, fueron la excepción." (31) ¿Por qué - le pregunto a Blest y Ramírez -, no se incorporaron ustedes a la Falange Nacional? Clotario Blest me mira extrañado -Yo nunca he querido pertenecer a un partido político; si uno se amarra a ellos pierde la independencia necesaria para luchar por la clase trabajadora, debe obedecer a un partido y los partidos desean el poder político para ellos y no para las masas trabajadoras que, por lo demás en Chile, en su gran mayoría, no pertenecen a partido alguno. -Pero, ¿en esos años usted perteneció a algunos partidos políticos? -Eso fue sólo un cierto tiempo, ni lo recuerdo, era muy joven. (32) Interrogo a Bartolomé Ramírez: -"Cuando comenzó a sonar la Falange Nacional, debe haber sido por el año 37 ó 38 cuando era el presidente Manuel Carretón, fuimos Clotario Blest, Ernesto Rojas y yo, como delegados de Germen a proponerle a Carretón que nos uniéramos para formar una sola cosa, pero las ideas de él eran diferentes; si quieren ingresar aquí, nos dijo, ingresen. Nos pareció prepotente e insolente. No hubo acuerdo. Yo ingresé muy posteriormente al partido, cuando se llamaba Democracia Cristiana." (33)

NACE LA FALANGE NACIONAL El Partido Corporativo Popular sólo duró hasta 1938. Su fin se debió al creciente éxito de la Falange Nacional. Este nuevo partido que nació como un simple movimiento disidente dentro del partido Conservador, estaba dirigido por un grupo de jóvenes universitarios impregnados de ideas social-cristianas, conocedores de las encíclicas e intelectualmente brillantes. Desde la fundación del partido Conservador en 1870 existió en su seno una preocupación por la cuestión social aún antes de que se conocieran las encíclicas del Papa León XIII. Prueba de ello aparece en el diario El Ferrocarril, en editoriales y artículos del periodista y pensador Zorobabel Rodríguez. En las llamadas Convenciones de este partido aparecen las dos tendencias en pugna: la liberal económica con énfasis clerical y la social cristiana. Los nuevos jóvenes líderes serán los hijos de esta última tendencia cultural, reforzada ahora por las ideas del filósofo francés Jacques Maritain contenidas en su libro El humanismo integral, donde se sistematizan las doctrinas del nuevo movimiento. Inmediatamente después de la derrota de la dictadura de Ibáñez, los impugnadores iniciarían una guerra sorda contra la línea tradicional de su partido. Desde los años 1933 la lucha se iría acrecentando y después de las elecciones de 1938 en que el candidato de la derecha fue derrotado por el Frente Popular, las diferencias se acentuaron. Horacio Walker, presidente del partido, aunque nunca fue un entusiasta del candidato Ross, culpó a los jóvenes de la derrota. La causa, según él, de la pequeña diferencia de votos que habían dado el triunfo a la izquierda, se debía a la mala imagen que habían ayudado a crear del candidato y a la débil y casi nula colaboración que habían prestado para su triunfo. La junta ejecutiva del partido Conservador, ante lo que consideró una falta grave de disciplina, propuso la reorganización de sus huestes juveniles. La decisión no fue aceptada y la ruptura fue total. La juventud conservadora a través de su periódico Lircay y gracias a las giras y discursos de sus líderes: Ignacio Palma, Bernardo Leighton, Manuel Antonio

Garretón Walker, Radomiro Tomic y Eduardo Frei, contaban ya con miles de adherentes, no sólo en Santiago sino también en provincias; pero permanecieron dentro de la esfera de influencia del partido "padre". Desde la decisión de reorganización se rompían todos los puentes y la Falange Nacional pasaba a autodenominarse como un partido "por encima de las derechas y de las izquierdas", y su apoyo decidido al Frente Popular la alejó bruscamente de sus raíces conservadoras. La Iglesia, después de la elección de José María Caro como Arzobispo de Santiago en 1939, también abrazaba el programa social del nuevo gobierno, especialmente el proyecto del Presidente Aguirre Cerda en pro de un salario mínimo. Monseñor Caro escribía: "El Presidente Aguirre Cerda es un hombre valioso y está trabajando con intenciones loables. Sus deseos de emprender las reformas que beneficien...a las masas, son bien conocidas y muy dignas de alabanza. La Iglesia chilena se halla lista para ayudarlo con todo su poder. Yo conozco bien al Presidente, y sus obligaciones para con el pueblo lo preocupan constantemente...Es necesario dar al Presidente tiempo y ayudarlo con nuestra energía, en la difícil tarea de renovación que está llevando adelante." (34) Se comprende, entonces, que el Partido Corporativo Popular fuera absorbido por este nuevo y pujante partido que marchaba, además de acuerdo con la Iglesia. Clotario Blest, sin embargo, se sintió marginado de este nuevo movimiento compuesto, según sus palabras, "por pijes de la Universidad Católica y de la ANEC que nada sabían del pueblo y sus problemas." Su maestro Fernando Vives había muerto; quien sabe qué le habría él aconsejado. OTRO CÍRCULO DE ESTUDIOS Eduardo Long Alessandri conoció a Clotario Blest en unas reuniones filosóficas que se realizaban en la casa de Clotario en la calle Santa Cruz 630. Me dice: "En 1931 el hijo de Valenzuela Llanos me invitó a un Circulo de Estudios que se realizaba una vez por semana y de noche, en casa de don Clotario. Así llegué a este ambiente en que todos discutíamos apasionadamente y conviví dos o tres

años con este grupo hablando de filosofía, de catolicismo. Yo era ateo y Clotario defendía las tesis de Maritain. Las tendencias filosóficas políticas de esa época eran presentadas por algún exponente y después analizadas en acalorados debates muy entretenidos y que duraban hasta altas horas de la noche. Allí nos hicimos amigos con Clotario y aprendimos a respetarnos. Por eso hay tanto cariño y comprensión entre ambos, porque él siempre ha mantenido sus principios y yo también; a pesar de los años no hemos variado." (35) Le pido a Clotario que me relate algo al respecto: -"Yo había estudiado tres años filosofía y me interesaba exponer mis ideas, armar debate, escuchar a otros con diferente formación e ideas, a veces diametralmente opuestas a las mías. Asistían hasta quince personas. Recuerdo a un dirigente del partido Aprista, el que fundó Haya de la Torre, a algunos obispos protestantes, Zottele; a Finlayson, un gran metafísico que desgraciadamente se suicidó; a Mario Ciudad que fue secretario de Ibáñez; todos de diferentes sectores. Tratábamos temas filosóficos, especialmente el humanismo alrededor de Maritain. Me atraían las ideas de Maritain, pero no fui su discípulo, nunca me asimilé a sus seguidores, no formé parte de su doctrina, de su partido. Yo no quise teñirme políticamente, porque me alejaban entonces del sector propiamente sindical." (36) En su libro sobre Clotario Blest, Maximiliano Salinas divide este primer período de acción social de Blest en dos etapas. La primera, expresa Salinas, "va de 1920 a 1927 y se caracteriza por la participación de Clotario en la Unión de Centro de la Juventud Católica, la Casa del Pueblo, el Círculo de Estudio "El Surco", y la fugaz experiencia del Partido Popular. La orientación básica es la crítica del horizonte conservador y aristocrático de la Iglesia Católica a través del social-cristianismo en la línea del presbítero Guillermo Viviani y la experiencia central de "Cristo Obrero" en oposición a "Cristo Rey", en medios oficiales y jerárquicos. El segundo subperíodo corre entre 1928 a 1939 y está marcado por la participación de Clotario, ante todo, en el grupo Germen, y en menor medida en la Liga Social de Chile y las simpatías por las iniciativas políticas de Carlos Vergara Bravo, en el

partido Social Sindicalista y en el partido Corporativo Popular. La influencia del presbítero Viviani es tajantemente rechazada por fascista, y se vuelve a la influencia original del padre Vives Solar. La orientación básica, dada por el grupo Germen, es la presencia unitaria del cristianismo en medio de las luchas del proletariado, rechazando, al mismo tiempo, y enérgicamente, tanto las tendencias conservadoras como fascistas." (37) OPINIONES SOBRE EL ORIGEN DE LA FALANGE NACIONAL Salinas desea indicar con su reflexión sobre la Falange Nacional, las características de ese movimiento en sus inicios: extracción conservadora y su inspiración en experiencias fascistas. El marxismo continuaba penando a los jóvenes creadores de la Falange; debían buscar nuevas fórmulas para combatir al capitalismo, pero no podían inspirarse en el marxismo. De allí que las nuevas experiencias italianas y españolas les parecieron interesantes. Al regresar de Europa en 1934 tres miembros de la juventud conservadora, Manuel Garretón, Ignacio Palma y Jorge Rogers, tomaron el mando de la organización. Garretón había hablado de Mussolini como de "un gigante", y del fascismo como "el más interesante sistema para estudiar, el mayor intento de remediar los males del régimen democrático-liberal..." (38) Palma, un ingeniero, demostró gran inclinación hacia la organización y la eficiencia. Le correspondía, sin embargo, a Rogers, el desarrollar las nuevas actividades de la Falange: los jóvenes recibieron uniformes y se estructuraron en equipos, secciones y grupos. A la cabeza de cada grupo se hallaba un "brigadier". Se hallaría bajo un régimen de "instrucción física regular, y el desarrollo de su amor por la naturaleza por medio de viajes y salidas, una especie de tropa de boy scouts. El propósito era crear entre los jóvenes una robusta personalidad, un fuerte sentido de la dignidad humana, responsabilidad social y espíritu patriótico." (39) Más adelante, los falangistas y futuros demócrata-cristianos negarían toda influencia fascista italiana o española. Garretón cuestionaría los principios filosóficos en que se fundaba el sistema de Mussolini, ya que era "contrario a la

dignidad del ser humano." (40) Leighton en una entrevista a un periodista norteamericano, John Gunther, indicaría que la Falange chilena no tenía ninguna conexión con la Falange española, ya que los chilenos habían usado este nombre desde 1935, mucho antes que Franco y Serrano lo hiciesen. (41) Pero como lo indica Grayson, biógrafo y admirador de la Democracia Cristiana, "sería dejar demasiado lugar a la coincidencia el afirmar que la Falange española no ejerció ninguna influencia para la denominación de la organización chilena. Con el tiempo el emblema, una flecha roja cruzada por dos barras blancas, representaría el único rastro de la filtración del militarismo en la Falange." (42) POR QUÉ CLOTARIO NO PERTENECIÓ A LA FALANGE Clotario Blest, ligado a varios falangistas, en su preocupación social cristiana y su interés por Maritain, no se sintió, -como me lo indica textualmente-, atraído por este nuevo partido. Si analizamos el origen y formación de Clotario, encontraremos lógico que así fuera. El nunca formó parte del partido Conservador; al contrario, siempre lo combatió. Durante su infancia y juventud se alimentó con el desprecio a la oligarquía chilena, origen familiar de una gran mayoría de los nuevos líderes. Tampoco temía al marxismo con el cual compartía algunas ideas y muchas de sus acciones. Si, -como asegura Bartolomé Ramírez-, estuvo tentado por formar parte de la Falange, su breve diálogo con Manuel Garretón lo convenció de lo contrario. LA MUERTE DEL PADRE MAESTRO Una etapa de la vida de Clotario se cerrará para siempre con la muerte del que fuera su padre adoptivo y su maestro más querido v admirado, Fernando Vives. De ahora en adelante no tendrá a quien acudir para recibir consejos o aliento. Cuando Fernando Vives residía en el extranjero, la correspondencia entre ellos era casi semanal. Durante los últimos años de su estada en Chile, muchas tardes las pasaba Clotario en su celda. La preocupación primordial de este jesuita era la de formar futuros líderes impregnados de ideales cristianos. ¿Por qué, se preguntaba Fernando Vives, han de ser comunistas y socialistas quienes han de

enarbolar banderas que siempre debieran haber estado en manos de la Iglesia? No quería caudillos políticos sino apóstoles sociales. A Clotario lo conoció adolescente y en él encontró el terreno adecuado para sembrar la semilla del futuro apóstol. Desde su regreso ayudaba al joven árbol a fortificarse, a crecer. Al legarle su cruz, la víspera de su muerte, le entregaba también su fuerza y honestidad para que él, el hijo predilecto realizara lo que él como sacerdote no había logrado concluir: la tarea de transformar en acciones sus ideales. No se conserva ningún libro de Fernando Vives. Afortunadamente existen artículos suyos en el diario La Unión de Valparaíso donde escribió con el seudónimo de Jaime Edén entre 1932 y 1935. Gracias a la recopilación que hizo de ellos Francisco Javier Cid en un libro titulado: El Humanismo de Fernando Vives Solar, están todos a nuestro alcance. Títulos de estos artículos: Colaboración Inconsciente y de Clases , ¿Cristianos marxistas?. Capitalismo y Comunismo , Paradojas soviéticas , etc. En decenios se adelantaba Vives en los que serían los dilemas críticos de la Iglesia Católica. Plantea: "El régimen individualista capitalista ¿es enteramente antagónico del comunista? La sola pregunta parece una paradoja. Con todo, las dos tendencias están unidas por lazos comunes. Ambas provienen de un mismo punto de partida: el capital y el trabajo no podrán armonizarse si no se les concede un vínculo moral. Roto éste por la filosofía naturalista sobrevino el divorcio entre ambos, y la hipertrofia del capital trajo el capitalismo, como la hipertrofia del trabajo engendró el socialismo. Y así ambos, al repudiar la finalidad trascendental de la vida, no quieren que el poder espiritual influya en la vida pública y fundan la civilización exclusivamente en factores de orden temporal. Un segundo punto los une también. Utilizan ambos los medios técnicos. Hay que dominar la naturaleza cada vez más para proporcionar al hombre el mayor bienestar posible. Y así, buscando ese fin. capitalismo y comunismo utilizan la máquina, expresión concreta del tecnicismo generalizado. Aunque no parezca tan claro, también se encuentran hoy de acuerdo comunismo y capitalismo en el colectivismo de los fines. El capitalismo nació del liberalismo económico que veía en el lucro el estímulo suficiente para encontrar la armonía social. Pero como el resultado no fue el apetecido, se evolucionó al racionalismo

económico que consideró el bien de los grupos sociales sobre el bien particular, y por eso formó esos dos grandes trusts internacionales que han producido ¡a absorción del individuo en esas grandes masas de capital, y frente al internacionalismo teórico, se ha levantado el práctico del capitalismo. El error comunista no es otra cosa, pues es la reducción lógica del error capitalista. Ni el capitalismo ni el comunismo traen solución de la vida. Son ambos dos hermanos que no se conocen, se odian y, con todo, llevan en su sangre el germen morboso del padre común. Tanto el capitalismo como el comunismo suprimen de hecho la propiedad privada. El capitalismo la pone en manos de unos pocos, el comunismo la pone en manos del Estado. Prácticamente en uno y en otro, la masa no es propietaria. La solución cristiana está en el medio: diseminación de la propiedad en el mayor número posible, para el mayor bienestar y la mayor armonía llenando una verdadera función social. Respecto al hombre y la familia, en contra del concepto de lucro del capitalismo, en contra del concepto de masa del comunismo. Y, por encima de todo, la vuelta al espiritualismo para sanear este ambiente materialista que nos ahoga y que en tres siglos de influencia nos ha conducido a la más horrible de las tragedias." (43) En otro artículo expresa: "Es indiscutible que en su ensayo por industrializar a Rusia, el comunismo está estrechamente unido con el capitalismo occidental, unión monstruosa de fuerzas que se execran y que son la negación la una de la otra." (44) Y en varios artículos insiste: "Nuestra civilización, aunque originalmente inspirada en el cristianismo, está infectada ahora por elementos no cristianos. La miseria creciente de los pobres, el trabajo pesado de las mujeres y los niños, la carencia de una verdadera educación religiosa de la juventud, la degradada condición de los obreros, el notorio egoísmo de muchos capitalistas, el abuso de aquellos ricos que sólo buscan el placer, la desigual repartición de los cargos públicos, el impuesto que no cae justamente sobre las ganancias e industrias de los poseedores de los negocios..." "todas estas y otras formas de DESPOTISMO,

INJUSTICIA y ANARQUÍA, que forman el tema de la acusación socialista, exigen también una austera condenación de quienes profesan la fe católica." (45) Organizó círculos de estudio para profesionales, estudiantes, obreros. Crea la Liga Social, la Liga de Acción Sacerdotal, asesora la Unión de Trabajadores de la Construcción, la Acción Popular y otras entidades. Insiste: la Iglesia debe desmentir con los hechos la acusación de estar tradicionalmente coludida con los poderosos; debe anteponer la justicia a la caridad y ésta a su vez debe inspirar y perfeccionar la justicia; la función social de las riquezas y de la propiedad privada; la subdivisión de la tierra y otras reflexiones anticipadas 40 años a la Reforma Agraria, a los cristianos de izquierda y a los marxistas cristianos, a la colaboración y convergencia entre comunismo y capitalismo y otras cuestiones candentes de nuestra época. Los medios de comunicación de la época le fueron hostiles, según Javier Cid, más interesados en silenciar o tergiversar su pensamiento que en realzar su conducta. A juicio de sus censores el padre Vives cometió demasiadas "imprudencias" que le valieron reprimendas, destierro y el título de persona non grata para quienes, según sus palabras, "se sintieron mucho más turbados en sus bolsillos que en su conciencia." Dentro de todas las incomprensiones y enemistades creadas contra él, quizá una de las más dolorosas haya sido la de los jóvenes conservadores de los años 1930 que no comprendieron el alcance futuro de sus intenciones, de las cuales años después le estarían agradecidos. Momentáneamente sólo era el que entorpecía el flujo de los jóvenes al partido Conservador. Bernardo Leighton, contrario a Vives desde la participación de la Liga Social en el gobierno socialista, lo atacó duramente. Los golpes arreciaban: la jerarquía eclesiástica le quita el secretariado económico-social de la Acción Católica y la Liga de Acción Sacerdotal que fundó. Sus superiores suspenden una Semana Social del Clero que él había organizado. En el campo político, Rafael Gumucio escribe airados artículos en su contra. Según Alejandro Magnet, Vives y Gumucio eran dos adversarios que se merecían.

"Y como don Rafael Luis no era de los que mandaban anónimos ni iban con chismes, fue una tarde de aquellos años de apasionada pugna al cuarto del padre Vives. Salió pálido, golpeando el suelo con el bastón como si fuese a perforarlo. Uno de los jóvenes que esperaba hablar con Vives, entró entonces, y lo vio con el rostro amarillo, echado hacia atrás en el sillón, los ojos cerrados, el mentón tembloroso. Al ruido de los pasos, abrió los ojos y reconoció a uno de sus íntimos: -Todos los reformadores sociales, le dijo, mueren del hígado; yo también voy a morir del hígado." (46) Vives perdía el apoyo, que nunca fue muy entusiasta, del superior de los jesuitas y de la jerarquía eclesiástica; pero adquiría nuevos amigos, especialmente entre los dirigentes socialistas que acudían a su celda para intercambiar ideas. Una enfermedad al hígado fue, como él lo había pronosticado, la que lo llevó a la tumba. Una semana de dolores atroces y una tarde en un reposo más tranquilo, después de una dosis de morfina, el padre Fernando Vives murió en su cuarto de San Ignacio; era el 23 de septiembre de 1935. Clotario había permanecido a su lado todos estos días. Me dice: "Recibí su crucifijo de sus manos la tarde anterior. El entierro salió de la Iglesia de San Ignacio, la carroza con caballos esperaba en la puerta. Nosotros, sus amigos y toda esa juventud que lo admiraba y quería, retiramos los caballos y arrastramos la carroza hasta el Cementerio Católico. Después que murió sentí una gran soledad." (47) Pocos meses antes de morir, el 15 de mayo de 1935, Fernando Vives pronunció un discurso, cuya parte final encierra una declaración de principios: "En mi larga vida de actividades sociales, jamás he traicionado la causa del pueblo. Tendré derecho de acusar de calumniador al que pretendiese enrostrarme cualquier claudicación en favor de los ricos y patrones. Puedo decir con toda sinceridad las palabras del cardenal Manning: "amé a Cristo y así aprendí a amar al pueblo por el cual él murió." Pongo al mismo Dios por testigo de la declaración que os haré: sea colgado de un árbol de nuestras plazas, sea despedazado por las turbas

desenfrenadas, si me aparto alguna vez del servicio exclusivo del pueblo, a quien con mi voto me comprometí a servir el mismo día de mi ordenación sacerdotal. Tengo pues derecho a que me miréis con desconfianza..." (48) De todo lo que se dijo después de su muerte, quizá lo más significativo sean las palabras de su amigo Ricardo Latcham en esa época uno de los líderes de la juventud socialista: "El padre Vives ha muerto más que por la dolencia física que lo arrebató materialmente, por su pasión prolongada en busca del bien y la verdad. Quería unir a Cristo con el pueblo y hacer que reinara en las almas. No quería verlo alejado del corazón de los trabajadores ... El padre Vives vivía agonizando. Esto es, luchando y padeciendo a través de las incomprensiones, de las apostasías y de los desengaños. Pero también recibía consuelos indecibles y cosechaba éxitos frondosos y fecundos. Como el Cid, ganará batallas después de muerto. Sus discípulos y su espíritu no morirán. Quedaron modelando a nuevas generaciones, a hombres más comprensivos y más generosos. Su entierro fue un acto de solidaridad. Lo acompañaron largas columnas de jóvenes y obreros, de políticos y sacerdotes. Entre los que llegaron al cementerio el lunes pasado, habían muchos que le clavaron la cruz y le dieron de beber el vinagre del desaliento. Había en ese extraño y sugestivo entierro hombres de todas las tiendas y de los más apartados credos. Hombres de mundo, sacerdotes demacrados, políticos maestros de macuquería, jóvenes idealistas, viejos y macerados jesuitas, revolucionarios febriles, discípulos conmovidos. Se alzaban algunas cabezas acusadoras. Otras tímidas, muchas pensativas ... Los Libros Santos dicen que "el recuerdo del justo vivirá en la eternidad de la memoria". El recuerdo del Padre Vives será en Chile el estímulo ardiente de los que aman a Cristo y desean verlo imperando en las almas por el amor que no reconoce fronteras y que tiene por base el gran pueblo doliente y olvidado." (49) Entre esas largas columnas de estudiantes, obreros, políticos y sacerdotes que acompañaron a Fernando Vives en su último viaje, marchaba Clotario Blest. Su

marcha junto al jesuita revolucionario e idealista no se detendría más; su espíritu y su fuerza formaban parte de su ser.

EL EMPLEADO FISCAL "El dirigente gremial debe transformar sus principios en vida" (1) Recorrer la vida de Clotario Blest como empleado fiscal reviste un gran interés. Por una parte, su labor como empleado: cumplidor, puntual. "Creo que durante mis 32 años de servicio, no falté más de dos o tres días por enfermedad; la mayoría de las veces en que no asistí a mi trabajo fue por causas ajenas a mi voluntad: había sido detenido por razones políticas..." (2) Pero además del correcto y eficiente empleado, Blest era honesto, y esa intransigente honestidad a toda prueba, en la que varias veces arriesgó su puesto, es lo que marca un ejemplo para el resto de sus compañeros.

En este período, es también ciando Blest comienza su brillante carrera de organizador gremial, donde recurrió a los más diversos ingenios para crear asociativas entre los trabajadores con miras a su unidad final. MAS QUE UN EMPLEADO En 1921, Blest se vio obligado por la situación precaria de su hogar, a entrar a trabajar. "Una de mis tías ricas, Luz Blest, me recomendó a un conocido de Tesorería, y allí estuve cerca de un año, como un empleadito cualquiera, lavando vidrios, barriendo. En 1922, gracias al empeño de otro familiar, Don Francisco Hunneus Gana (3), ingresé formalmente al Servicio de Tesorería, como ayudante de pagador de las Escuelas Primarias" (4) En septiembre de 1929, es designado Tesorero Comunal de Providencia, y mientras ejercía sus funciones estuvo a punto de ser despedido. Estamos en pleno período de dictadura de Ibáñez, y el Almirante Carlos Fröden (5) es el Ministro del Interior. Blest descubre que el Ministro no ha pagado sus contribuciones y lo declara públicamente deudor moroso a través de los diarios del país. Se arma un gran escándalo y Blest es suspendido de su cargo. Escuchemos de boca de Clotario Blest los acontecimientos: "En 1931, siendo Ministro del Interior el Almirante Carlos Fröden, fui sancionado por la Jefatura de mi servicio por orden de dicho Ministro y suspendido de mi cargo, sin derecho a sueldo. Le contaré cual era mi delito: en aquellos años, los Tesoreros tenían la obligación perentoria de publicar en un diario de la ciudad o pueblo, la lista completa de los propietarios que no hubiesen pagado su contribución de Bienes Raíces antes del último día indicado por la Ley. Pues bien, es el caso que el señor Fröden tenía un hermoso chalet en la comuna, y llegado el último día del mes de mayo, fecha fatal para pagar las contribuciones de Bienes Raíces, el señor Fröden apareció como moroso; lógicamente que como Tesorero apliqué la ley al Ministro del Interior, y él salió en primer plano en el diario como deudor del Fisco.

Usted comprenderá que esto significó una escandalera mayúscula y ese mismo día me llamaron del Ministerio para pedirme explicaciones. El señor Fröden en cuanto me vio, montó en cólera y me trató de la peor manera, con insultos de grueso calibre, y llamó a su despacho al Tesorero Provincial, al Tesorero General y al Director de Impuestos Internos. Y este alto tribunal me suspendió del cargo por un mes. Cumplido mi castigo, me hice cargo nuevamente de mi puesto, y con gran extrañeza mía, a los pocos días aparece en mi oficina el secretario del señor Fröden, quien me expresa que el Ministro me manda toda clase de excusas, pues lo que ocurrió fue que el anterior secretario del Ministro no canceló la contribución, habiéndosele entregado el dinero para ello. ¿Qué se hizo este dinero? Hasta el momento nadie lo sabe..." (6) Durante estos primeros años de empleado, Clotario seguía sus cursos en la Universidad y sus pocas horas libres eran para la Casa del Pueblo, la Unión de Centros y posteriormente, Germen. LA INFLUENCIA DEL PUERTO DE SAN ANTONIO EN LA FORMACIÓN POLÍTICA DE BLEST En el mes de julio de 1934, recibe su tercer nombramiento: Tesorero Comunal de San Antonio. San Antonio era un puerto importante y lleno de actividades, y para Clotario su estadía allí fue rica en nuevas experiencias, tanto en el plano político como humano. Al llegar tomó contacto con los estibadores, el gremio más fuerte y politizado de la zona. Nos declara: "En el puerto de San Antonio fundé una escuela nocturna para los obreros portuarios y sus hijos. La escuela funcionaba en un local del liceo, cedido gratuitamente por el cura párroco don Abel García Huidobro, que era su director. La mayoría de estos hombres eran analfabetos y sus hijos entraban a trabajar a corta edad. Gracias a estos cursos aprendieron a leer y a escribir. Formé igualmente un club deportivo en Barrancas, que denominamos "Primero de Mayo", al que se incorporaron todos los hijos de los pescadores, lancheros y estibadores del puerto. Además, organizamos un conjunto artístico en este mismo barrio. A esta labor se agregaba la ayuda a los

reos de la cárcel; ¡no se imagina las veces que recurrí al Secretario del Juzgado, señor Rene García, para que intercediera en favor de los condenados!" (7) Muchas son las anécdotas de Clotario en San Antonio, y a él le agrada recordarlas, parece feliz con sus nuevos amigos y su relación con el gremio portuario le abre perspectivas sobre la mentalidad, la fuerza y las tácticas utilizadas por el obrero politizado. Estos sindicatos eran dirigidos por los comunistas, sin embargo, el católico Clotario parece no haber tenido nunca ningún problema con ellos. La amistad y respeto de los estibadores por Clotario fue inmensa y quedó demostrada en la manifestación que le brindaron cuando fue trasladado a Santiago. Su compañero de Germen, Bartolomé Ramírez, insiste en que durante ese período, Blest fue cautivado por los comunistas. Clotario replica que su amistad con los obreros no tuvo ninguna connotación política. Rebelde e independiente como es, será difícil hacer de él un comunista más. Aunque innumerables veces sus enemigos lo acusaron de comunista, jamás perteneció al partido. "Amigo, compañero de lucha y de ruta, de acuerdo; camarada dócil y obediente, NO. El ser militante me habría quitado fuerza ante la mayoría de los independientes" (8) A pesar de la inocencia política proclamada por Clotario, los derechistas de la zona comenzaron a mirarlo con malos ojos. ¿Quién era y qué pretendía este empleadito de cuello y corbata que se decía católico, pero que no frecuentaba más que a los rotos, aspirando educarlos y cultivarlos? Sobre todo después de la última y hábil jugada que Clotario les había tendido, más valía deshacerse de él a la brevedad posible. En una entrevista, Blest narra el episodio: "En el año 1937 se me trasladó a Santiago bajo presión y ese cambio fue dirigido por el poderoso latifundista de esa región, Manuel Cruzat Vicuña, alto jerarca del Partido Conservador, quien me acusaba de intervención electoral en beneficio del Frente Popular. Mi "delito" consistió en dar facilidades, como integrante de la Junta Inscriptora Electoral, para que se inscribieran los obreros portuarios, ya que estos días no lo podía hacer porque la Junta funcionaba sólo ocho días al mes, desde las 12 del día hasta las 4 de la tarde, y los obreros terminaban su horario de

trabajo a las 18 y 19 horas. Yo había averiguado que la Junta inscriptora estaba autorizada para sesionar hasta el momento que terminara la "cola" de las personas que acudían a inscribirse. El tremendo "delito" consistió en que, de acuerdo con el Notario, que era otro miembro de la Junta, buscamos una treta para que a las 4 de la tarde hubiera "cola", con el objeto de seguir inscribiendo. La maniobra tuvo pleno éxito y fue así como en las elecciones municipales que siguieron a estas inscripciones, la derecha en San Antonio perdió su fácil mayoría y posteriormente contribuyó con gran número de votos al triunfo del Frente Popular: Pedro Aguirre Cerda" (9) A pesar de sus múltiples compromisos, unos meses antes de su traslado a Santiago, Blest participa en la fundación de otra entidad: la "Sociedad Protectora de Animales" de San Antonio. -¿Por qué, don Clotario, esta sociedad tan ajena a sus preocupaciones diarias? le pregunto. -"En esa época se usaba mucho la carreta con bueyes y estos sufridos animales eran castigados con picanas con clavos. Considero que esta crueldad, que desgraciadamente aún existe, es un abuso contra un animal indefenso. Quise llamar la atención contra esa práctica inhumana" (10) Clotario degradado, pasaba a ser Jefe de la Sección Pensiones, y debió trasladarse a Santiago. En abril de 1937, antes de partir, recibe un gran homenaje de despedida. Clotario conserva dos recuerdos de este acto público: un diploma colgado en un gran marco en la pared de su sala de estar, que dice: "Sincero homenaje de admiración y respeto al gran filántropo y cultor social del puerto de San Antonio, por sus relevantes dotes de altruismo, abnegación y profundo amor a sus semejantes". Y una carta de homenaje del gran compañero y amigo de Luis Emilio Recabarren, Luis Víctor Cruz que expresa en algunos acápites: "Contrario, por convicción, a esta clase de manifestaciones a ésta me he adherido, salvando mis escrúpulos, porque tiene una significación distinta, porque es una de esas raras y justísimas manifestaciones a un hombre que si la psicología no le ha dado

ya ese adjetivo, se lo daré yo en esta ocasión: es una manifestación al hombre integral, modesto, bueno, inteligente, abnegado, recto. Sobre todo recto, como una varilla de acero que se quiebra, pero no se dobla..." (11) REGRESO A SANTIAGO Clotario llega de regreso a Santiago con nuevas ideas para emprender la lucha. Sin embargo, un acontecimiento político de esa época marcará a Clotario Blest y en varias de sus entrevistas me lo relata. Fue "la masacre del Seguro Obrero": "Arturo Alessandri Palma, que era Presidente, tuvo que hacer frente a un conato subversivo de un grupo de nazistas dirigido por González von Marees. Yo iba caminando, como todos los días, a mi lugar de trabajo y observé que un grupo de muchachos habían ocupado la Universidad, y como llegó un regimiento para sacarlos y destruyeron la puerta con una granada, debieron salir con los brazos en alto, rendidos. Yo los seguí mientras los llevaban por Morandé 80 y allí estaba el León. Yo estaba muy lejos del fascismo, los muchachos eran nazis. González von Marees, como todos los jefes, se había quedado en un auto a 15 cuadras de distancia y por radio daba las órdenes a los estudiantes, y él, por supuesto, muy bien gracias. Pasaron los universitarios rendidos, y el León, que estaba con el Director General de Carabineros -Amagada, creo- y otros dos o tres más, gritó a todo pulmón: "Mátenlos a todos". Yo lo escuché y lo vi, así es que a mí no me engañen. Después lo negaron. Los metieron al Seguro y los mataron a todos, quedando sólo dos o tres vivos que contaron. No porque fueran nazistas nosotros los íbamos a odiar de esa forma, y a la gente rendida no se le mata, indefensos como estaban." Clotario, que es testigo ocular de este luctuoso episodio, por laborar en el edificio de la Tesorería, que estaba ubicado donde hoy se encuentra la Plaza Bulnes, ratificará este testimonio al historiador Leopoldo Castedo (12), agregando: "Lo único que sé es que los nazistas eran enemigos nuestros y nos hicieron muchas barbaridades. Llegaban a nuestras reuniones y nos agarraban a chicotazos con

cinturones. Eran muy locos, concretamente. No obstante, yo, como cristiano, tenía que estar con ellos en el momento del sufrimiento." En esa agitada época como siempre, Clotario deseaba apresurar el paso del tiempo y se estrellaba contra una clase media insegura y llena de prejuicios. Por esto resultó una tarea muy difícil para él poder sacarlos de su apatía y que los empleados comprendieran la fuerza que significaría su organización. La clase media chilena carecía de espíritu de clase, su ambición se limitaba a lograr ser burgués gozar de los privilegios de la clase alta, la oligarquía, dueña del dinero y del poder político y económico. "Mire, usted no podrá creerlo, pero el problema que tuve al formar estas agrupaciones fue el término "trabajadores" con que yo los mencionaba y que ellos se negaban a aceptar." (13) Por los diversos artículos aparecidos en Germen hasta 1938, antes citados, vemos como Clotario Blest comienza a preocuparse de la problemática política partidista. Cómo ataca a los partidos de derecha y como critica a los partidos de izquierda por su sectarismo y falta de cohesión. "Debemos mantenernos exclusivamente en el campo gremialista y defender a nuestros compañeros, sin importarnos su etiqueta política." (14) El principal escollo era una ley dictada en tiempos de Alessandri de 1934. El Código del Trabajo y el Estatuto Administrativo prohibían a los empleados fiscales formar sindicatos. Sin embargo, la Constitución permitía, como a todo ciudadano, formar asociaciones. "Me di cuenta de cuan mal pagado estaba el personal de la administración pública. ¡Cómo los defiendo!, pensé. Eran alrededor de 300 mil. Fundé, entonces, clubes deportivos y culturales en todos los servicios. Los jefes, al comienzo estaban encantados, pero después se dieron cuenta que en los clubes se discutían problemas gremiales. Todos los empleados asistían a charlas sociales y técnicas.

La tesis que se sustentaba era: "mens sana in corpore sano"; para ser buen empleado hay que alimentarse bien y para eso se necesitaba un buen sueldo o salario. Y luchamos para eso. El Ministro Pablo Ramírez, primer Contralor de la República, y de mucha cultura, me dijo: Mire, sé que esta fundando clubes con otras intenciones, yo voy a "morir pollo", siga adelante. Era muy diablazo Formé entonces un inocente "Club Cultural Deportivo Tesorería", que tuvo gran éxito. Y luego las otras reparticiones públicas siguieron el ejemplo. Se hacía deporte, mucho deporte. Pero la palabrita "cultural" permitía dar charlas, y los charlistas pasaban, naturalmente, del deporte al problema económico." (15) Estos clubes, como decía un artículo de su reglamento, contaban con una rama deportiva, una sección cultural y otra de asistencia social. Al principio formó parte de la "Liga Bancaria de Deportes", pero más adelante se independiza y se crea una federación deportiva de los trabajadores del Estado, y así como en enero de 1938, nace la ADIP (Asociación Deportiva de Instituciones Públicas), que Clotario dirigirá como presidente hasta más o menos 1941 La ADIP no ha sido suficientemente valorizada. Tucapel Jiménez como muchos otros dirigentes laborales, la consideraba esencial en su formación posterior como sindicalista comprometido. Tucapel, alumno, amigo y a veces adversario de Blest. La dictadura de Pinochet lo sintió tan peligroso para su estabilidad que en el año 1982, lo asesinó en un crimen todavía no aclarado. Tucapel nos dirá: "Yo conocí a don Clotario en la primera asamblea que hubo de empleados fiscales (1934, en el Teatro Splendid). Yo tenía una mentalidad muy joven, no entendía el sindicalismo y sólo me atraía el deporte, y por ese conducto conocí la tragedia de los trabajadores. Entonces me encontré con que los jugadores no tenían como comprarse zapatos, medias, porque el sueldo no les alcanzaba para entregar recursos a esta rama. Decidí entonces continuar atendiendo el deporte, pero luchar por las reivindicaciones de los trabajadores, y llegué a la ANEF como un simple soldado, y don Clotario me distinguió." (16)

Para Clotario, ADIP señala el comienzo de su tarea. Prendidas en su mameluco, lleva tres insignias, que me muestra: "aquí están mis tres grandes obras: la ADIP, pequeña y humilde, pero que fue la antesala y el primer instrumento que tuve en mis manos para forjar el gran movimiento gremialista del país; esta otra es la ANEF (Asociación de Empleados Fiscales), su hija; y ésta es la CUT (Central Unica de Trabajadores), en la que culminó mi labor como organizador." (17) Poco después, Clotario fundará la Asociación de Empleados de Tesorería (AET), que se lanza en campaña de reivindicaciones económicas y edita una revista: Momento. Poco después, pero más importante que la AET, organiza la Federación de Trabajadores del Estado (FTE), en la que Blest fusiona a sindicatos y asociaciones. Duró desde 1939 a 1940 y contó con 15 sindicatos que fueron: Obreros y Empleados del Instituto Bacteriológico, Empleados Sanitarios, Comité de Identificación y Pasaportes, Obreros de Pavimentación de Comunas Rurales, Obreros de Alcantarillado Fiscal, Caja de Previsión y Retiro de los FF.CC. del Estado, Caja de la Colonización Agrícola, Caja del Seguro Obligatorio, Empleados Secundarios de la Administración Pública, Personal de Aprovisionamiento del Estado, Personal del Registro Civil, Obreros del Ministerio de Agricultura, y Asociación de Alcantarillado de Santiago. La Federación tuvo corta vida, continuó entonces colaborando en ADIP como Director Cultural, sin dejar de lado sus grandes aspiraciones.

LA EXPERIENCIA DA FRUTOS: ANEF "Yo podía actuar con independencia, porque no te prendía velas a ningún partido político" (1) La edad oscura de la administración pública terminó para siempre en el año 1943. Hasta entonces la situación de los empleados públicos era dramática: rentas demasiado bajas; impotencia ante los atropellos al escalafón; abuso de los jefes arribistas que se convertían en dioses para sus subordinados; angustiosa falta de un estatuto administrativo que pusiera orden al caos, y por último, trabajadores que asumen una resignada actitud de sometidos. El terror, el temor a las persecuciones y a las cárceles, impiden cualquier movimiento de defensa. Parecía que no había esperanza". (2) Por fin, el 5 de mayo de 1943, se comenzó a poner término a esta situación. En un segundo piso de la calle Esmeralda 878 de Santiago, se reunieron los representantes de diez Servicios del Estado (3) que acordaron fundar la Agrupación de Empleados Fiscales (ANEF). Todas estas agrupaciones de empleados eligieron a Clotario Blest como su presidente. Durante muchos años Clotario Blest dirigirá la ANEF, y sólo renunciará cuando, absorbido por los problemas de la CUT, de la cual es presidente, se siente incapaz de dirigir ambas asociaciones. En 1958 se retira y pasa a integrar la comisión técnica de la ANEF, cargo que ocupa hasta el año 1980. Hoy día ANEF es uno de los gremios más poderosos y combativos de la vida sindical chilena.

Clotario relata: "En el año 1943 unimos a todos los gremios en la ANEF Durante 15 años yo dirigí la ANEE y no se ha destruido ni se va a destruir. Estuve varias veces preso en ese tiempo." (4) "Pienso que a través de la vida de la ANEF se operó un cambio fundamental en los trabajadores del Estado y se lograron conquistas que les dieron otro sentido a sus vidas..." "Fue largo y trabajoso modificar la mentalidad burguesa y arribista que caracterizaba a este gremio, pero la mayoría, me parece, se ha librado de estas taras, sobre todo de la vanidad que caracterizó a muchos. Los chilenos somos así. Antes, a los empleados no les gustaba que los calificaran de "trabajadores". Y los obreros preferían el término de "operarios". Poco a poco se fue adquiriendo una conciencia de clase" (5) ANTECEDENTES HISTÓRICOS EN QUE SE FUNDA LA ANEF Cuando la ANEF se transforma en realidad, el corto período del Frente Popular acaba de terminar y el Presidente Pedro Aguirre Cerda, que lo encabeza, ha muerto prematuramente. "El Frente Popular, puede decirse, falleció con anterioridad al malogrado Presidente. Los comunistas vivían durante estos años en perpetua pugna con el socialismo de Schnacke y de Grove; los radicales comenzaban a dividirse entre "Riístas" y "Gonzalistas". Los ejemplos europeos de Francia y España caían ahogados, el uno en el exaltado nacionalismo francés, y el otro en la sangre de la revolución franquista. Por otro lado, la guerra europea polarizaba a la humanidad en dos sectores predominantes: el fascismo y la democracia." (6) El período de Pedro Aguirre Cerda se suele mencionar como "una gran obra, iniciada pero no concluida. Existió en esos años el ideal de llevar al pueblo al poder, pero los graves acontecimientos internacionales influenciaron en tal forma la política nacional, que Chile dejó de ser "neutral" y se entregó por entero a la causa de los aliados, vendiendo su mayor riqueza, el cobre, a precios irrisorios. A

la larga, esa alianza significaría una mayor dependencia de Estados Unidos, pero en esa época, la izquierda exclamaba: "¡Cómo puede plantearse la nacionalización del cobre cuando nuestro hermano del Norte está convertido en el gran defensor de la democracia continental! Tampoco se habla de reforma agraria, sino de colonización agraria. Sin embargo, en ese período se solucionó en parte el problema de las reducciones indígenas, adjudicando hijuelas a los mapuches; se aumentaron las matrículas en colegios primarios, liceos y universidades; se construyeron hospitales; se bajó el precio del pan; se creó el Instituto de Información Campesina..." (7) Pero sin duda, la gran obra del Gobierno de Aguirre Cerda fue la creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), que haría de Chile un país industrial. El economista Aníbal Pinto, en un artículo titulado Los altibajos económicos, analiza muy bien las diferentes etapas que son propias del Chile de esos años. "Hasta 1930, la economía chilena evoluciona bajo el patrón clásico del "desarrollo hacia afuera", esto es, un progreso basado en la explotación y venta de unos pocos productos básicos: la plata, el salitre y el cobre. Prosperidad que dura hasta 1930 y cuya historia es siempre la misma: descubrimiento de algún recurso nacional pródigo; explotación rudimentaria; su agotamiento y desaparición de la economía. La razón es clara: los grupos dirigentes y propietarios, en lugar de "sembrar el auge" y capitalizar parte importante de las rentas para mantener las innovaciones técnicas y ampliar la plataforma de sustentación del sistema, desviaron las riquezas hacia la satisfacción de sus apetitos de consumo. Don Enrique Molina dice: "Somos primitivos para producir y civilizados para consumir." (8) LA INDUSTRIALIZACIÓN NACE SIN IDEOLOGÍA "Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Chile no pudo continuar trayendo los bienes a que estaba acostumbrado, debíamos, por lo tanto, producirlos. La industrialización del país nació sin ideología, fue una imposición de las circunstancias. Su centro de origen fue un grupo de ingenieros y funcionarios de

Aguirre Cerda. Los logros de la CORFO son inmensos hasta 1956. El crecimiento industrial fue dinámico, pero anárquico, y aunque el Estado se erigió en agente principal del desarrollo y bienestar, todos los diferentes gobiernos de estos años fueron impotentes para llevar a cabo una reforma profunda del sistema de ingresos públicos. En estas condiciones era inevitable recurrir a los expedientes inflacionarios, que en el fondo son un modo de cargar sobre los más débiles el peso del financiamiento fiscal. Este factor, unido al énfasis de favorecer a grupos minoritarios, impidió atender las inversiones básicas que requería un desenvolvimiento expansivo: transporte, puertos. La política escapista de controlar precios y tolerar monopolios, generalmente extranjeros, son algunos de los obstáculos que detuvieron el proceso de crecimiento y desarrollaron la inflación." (9) La inflación, flagelo que será para Clotario Blest: "la herida que desangra al trabajador y le impide llevar una vida digna" (10), de la cual, según él, es culpable el gobierno, gobierno al que combatirá con todo el poder que le dan las organizaciones que preside. PRINCIPIOS Y PRIMEROS PASOS DE LA ANEF En el discurso de inauguración de la ANEF, Clotario expresa, después de ser elegido presidente: "Nos hemos asociado para buscar nuestro perfeccionamiento económico, cultural y social." "Nuestro movimiento es gremialista, no somos políticos; la justicia social y la confraternidad humana son las bases de la ANEF." "Buscamos el perfeccionamiento moral de nuestros asociados, basados en principios de honradez, disciplina y sacrificio." (11) "Este primer directorio dedicó fundamentalmente su acción a organizar cuadros con todos los empleados y obreros fiscales del país, y es así como en breve plazo quedaron constituidos los Consejos Provinciales de la ANEF en todas las provincias, desde Iquique a Punta Arenas, al igual que se constituían asociaciones en todos los servicios de la Administración Pública. Paralelamente a esta acción

organizativa, se entró a estudiar y resolver los problemas de carácter socioeconómico más apremiantes que afectaban a los servicios del Estado, y a preparar la Primera Convención Nacional de la organización, que le daría su espaldarazo definitivo. Todas estas actividades de la ANEF eran seguidas con profundo interés por el gobierno y la opinión pública, ya que a ellas se les daba un carácter combativo y de absoluta independencia gremial. Quien recorra la prensa de aquella época, podrá comprobar nuestra categórica afirmación." (12) Antes de cumplir un año, la ANEF lograba su primera conquista social: obtiene, el 10 de enero de 1944, un aumento de sueldos del 10% sobre los sueldos base de $13.500 y más y del 12% sobre los sueldos menores a esa cantidad, a través de la ley Nº 7.753. Cuatro meses después, entre el 5 y el 7 de mayo de 1944, se realiza, con sorpresivo éxito para todos, la Primera Convención Nacional. Mucho público unitario, con gran espíritu gremialista y luchador, repleta el Teatro Maipo. El objetivo de este congreso es trazar las acciones futuras del gremio, con el objeto de conseguir remuneraciones justas para ellos y sus cargas familiares. Se plantea enseguida: 1º.- Establecer un efectivo intercambio intelectual por medio de la fundación de una cátedra de Administración Pública en la Universidad Interamericana. 2º.- Realizar un Congreso de los Empleados Fiscales del continente latinoamericano. Esta preocupación por la integración entre gremios afines del continente, queda manifestada cuando es elegido Pedro Ugalde, del Servicio de Impuestos Internos, como delegado al Primer Congreso de los Empleados Fiscales, a realizarse un año después en Cuba.

Clotario Blest pronuncia el discurso de apertura: "El éxito alcanzado ha superado las mejores expectativas, pues se ha conseguido la unidad completa y en la mayor armonía; se han estudiado y resuelto nuestros problemas." (13) Blest escribirá años después: "Este primer evento nacional del gremio consolidó así su existencia y unidad y fue un promisor augurio de sus éxitos posteriores, al alcanzar para obreros y empleados del sector público, condiciones más humanas y dignas." (14) Semanas después, el Presidente de la República, Juan Antonio Ríos, le da un substancial apoyo cuando logra promulgar un decreto del Ministerio del Interior sobre "el Estatuto Administrativo de los Funcionarios del Estado", en 1944. Clotario Blest describe así su primera relación directa con un Presidente de la República: "Nos mandó llamar, pues estaban listos los estatutos de la ANEE Cita entonces al Ministro de Hacienda, Roberto Wachholtz que le dice: "Antes de firmarlo, entréguenselo a los gremios estatales para que lo revisen. Así pudimos nosotros poner las observaciones; el Presidente las aceptó. El decreto 2.500 se dictó en junio de 1944." Este mandatario tuvo la habilidad de no enfrentarse nunca directamente con la ANEF, lo que hace exclamar a Blest: "Juan Antonio Ríos practicaba la democracia, pues llamaba a los trabajadores a conversar con él y arreglaba los problemas sobre la marcha, conversando." (15) Este estatuto significó un enorme beneficio al gremio estatal, pues estableció la asignación familiar, el pago de horas extraordinarias diurnas, nocturnas y de días festivos, aumento de feriados anuales de acuerdo a los servicios, etc. Durante 1945, la ANEF obtiene nuevas conquistas sociales. En septiembre se logra la dictación del estatuto orgánico de los funcionarios de la administración civil, que entre otras cosas permite aumentar la asignación familiar en un 5% a partir del cuarto hijo. Otra ley, la No 8.283, del 24 de septiembre, fija la planta del

personal de los diversos servicios de la administración pública, lo que significó un aumento en un promedio del 30% en los sueldos. PERÍODO PRESIDENCIAL DE JUAN ANTONIO RÍOS Según Ricardo Boizard (Picotón): "El ideal supremo de Ríos no era democrático ni totalitario, ni siquiera radical, era solamente llegar a la Presidencia de la República. La Presidencia era su acicate y su doctrina. Ahora, sin ser democrático ni comunista, entraba en la Moneda por el atajo de una guerra mundial que cualquiera diría que estalló para que se consumiera, en el ajedrez provincial, una misteriosa jugada maestra que dejó momentáneamente fuera de combate a su rival, Gabriel González Videla. La situación política de Chile cambió fundamentalmente con la llegada de Ríos al poder. Desde luego, el Partido Radical dejó de conjugar su destino de izquierdismo y cedió a los intereses que unían a su próspera clase media con la derecha tradicional. González Videla, representante radical de la izquierda, aceptaba una tregua, vigilante, en la Embajada de Brasil. Desde lejos comprendía que llegaría su hora. La oportunidad, en efecto, no se dejó esperar: un cáncer gástrico iría en pocos meses consumiendo al Presidente. Así como el terremoto había brindado a Pedro Aguirre Cerda una cierta tranquilidad para gobernar, así también la enfermedad entregaba a Ríos un período de calma. Sin embargo a los pocos meses postrado en cama tuvo que ceder el poder a su vicepresidente, amigo y radical: Alfredo Duhalde. Y comenzó de nuevo, al borde mismo del lecho de muerte de Ríos y alentada por la actuación de González Videla, la vieja reyerta entre izquierda y derecha. El problema hizo crisis en la masacre de la Plaza Bulnes." (16) "El Gobierno de Juan Antonio Ríos lo sintetizó él en: "gobernar es producir'", y a pesar de su corta duración, sus aciertos como gobernante fueron numerosos. En la administración del país puede citarse la ley 7.747 (Clotario Blest presentó el proyecto), en que se racionaliza la Administración Pública, sin producir cesantía y

que perduró hasta el gobierno de la dictadura militar. Las normas para erradicar el analfabetismo, la creación de la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales y -después, en 1944- Hospitalarios; la creación de la Empresa de Transportes Colectivos del Estado, el Código Orgánico de los Tribunales de Justicia y la aplicación de la reforma constitucional de 1943, que reserva al Jefe del Estado la división política o administrativa del país y otorga atribuciones especiales a la Contraloría de la República. En el orden económico, Ríos crea la Compañía de Acero del Pacífico, la que dará después vida a Huachipato, en la bahía de San Vicente; la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) que construye las plantas de Pilmaiquén, Abanico, Sauzal. Los Molles, Los Cipreces y Calafquén. La electricidad llega a todo el país. Se comienzan oficialmente las investigaciones petroleras en Magallanes y en diciembre de 1945 surge el petróleo en Cerro Manantiales. Ríos lleva a Chile a ser el tercer país más industrializado de Latinoamérica, después de México y Argentina." (17) Desde el punto de vista internacional, a Ríos le tocó enfrentar el conflicto bélico. Chile permaneció hasta abril de 1945, neutral, pese a las presiones de las grandes potencias. Sin embargo, después de asistir a la Conferencia de Chapultepec, conjuntamente con 19 países americanos, rompe relaciones con Alemania, Japón e Italia y se formaliza el estado de guerra con Japón, en razón de haber sido apresado en Tokio el embajador chileno Armando Labra. En agosto de ese mismo año, Chile aprueba en el Congreso la Carta de las Naciones Unidas. Como era la tradición, el gobierno recibe, desde comienzos del conflicto, a miles de exiliados judíos. La Guerra Mundial, desde su inicio, desorganizó la producción agrícola, minera e industrial del país. Al poco tiempo se hizo sentir la carencia de algunas materias primas que paralizaron manufacturas, como igualmente se produjo una semiparalización de la construcción y crisis en los ferrocarriles y en la industria metalúrgica. Cuando Estados Unidos entra en la guerra, la neutralidad de los

países latinoamericanos implícitamente termina y el costo es grande. No se notó mayormente en esa época. Nuestras ciudades no fueron bombardeadas; nuestros hijos no se dejaron matar, pero el desangramiento que significó la entrega de nuestras materias primas a precios irrisorios, repercutió en una crisis económica de la cual muchos países latinoamericanos todavía, 50 años después, no logran reponerse. Sobre todo si analizamos que por nuestro sacrificio no recibimos ningún premio y, en cambio, Alemania y Japón, los enemigos, fueron agraciados con planes económicos que al poco tiempo los harían prósperos. "Chile por su principal riqueza básica, el cobre, de indiscutible valor estratégico, tuvo que aceptar un precio muy inferior al del mercado internacional, lo que le significó un menor ingreso de alrededor de US $ 500.000.000." (18) Clotario Blest, en diferentes entrevistas, habla de la miseria e injusticia social de esos años. "Durante los años de la Guerra Mundial se hicieron sentir algunas escaseces. La bencina para los automóviles estaba restringida y muchos productos que importábamos escaseaban, pero los ricos continuaron con su mismo estándar de vida, sin tanto viaje al extranjero en grandes transatlánticos, por supuesto. Los sueldos de los empleados públicos apenas alcanzaban para "parar la olla"." (19) Sin embargo, ningún político de esa época, fuera de derecha o izquierda, tuvo la visión de señalar la dependencia casi total en la que caímos al participar en un conflicto mundial del cual no éramos responsables y cuyo costo, en vez de asegurar la democracia y justicia social en nuestro continente, nos hundiría en un tercer mundo totalmente dependiente, del cual algunos países latinoamericanos habíamos logrado salir y otros soñábamos con hacerlo. El continente al sur de Río Bravo, en la gran repartija de los vencedores, fue entregado a Estados Unidos, que no tuvo desde entonces ninguna potencia rival que le discutiera la política gubernamental, económica o militar que debía regir en esos países. LA ANEF MADURA

Paralelamente al acontecer histórico, Clotario escribe un interesante artículo sobre el gremialismo: "Este tiene dos funciones que cumplir: la primera, relativa a elevar el nivel cultural de la masa; la segunda, la que tiende a liberarla económicamente." Concluye diciendo: "Vale decir que el gremialismo está llamado a desempeñar en la vida, funciones de orden universal y particular o concretas. En este sentido, puede decirse que el gremialismo no es sino un aspecto de la política científica, sociología aplicada" (20) En lo laboral, Blest es nombrado jefe de la Sección Egresos de la Tesorería General de República, en abril de 1934. En la cuenta anual que rinde al término de su tercer período como presidente de la ANEF, en mayo de 1946, formula una ácida crítica a quienes privilegian la opción partidista: "mientras los más representativos organismos de larga tradición social se dividen por mezquinos intereses del momento, nuestra colectividad da ejemplo a los trabajadores manuales, empleados particulares y profesores, de lo que es capaz una institución que sabe guardar incólume su UNIDAD, sobreponiéndose a los vaivenes circunstanciales de la política. El secreto de este fenómeno es el haber sabido mantenerse exclusivamente en el campo "gremialista" y haber sabido defender a nuestros compañeros sin importamos la etiqueta de su filiación ideológica." (21) Semanas después, la ANEF funda la llamada Sociedad Cooperativa El País Ltda., Banco de los Empleados de Chile, institución que tenía por objeto el mejoramiento de la condición social y material de sus asociados. La existencia de este organismo cooperativo fue autorizada por decreto del Ministerio de Economía y Comercio Nº 614, del 5 de julio de 1946. Debemos destacar el nombre del señor Alberto Baltra como uno de los principales impulsores de esta importante iniciativa, y que en esa época era Subsecretario de dicho Ministerio. Esta primera y única experiencia de la ANEF, sufrió un lamentable descalabro, no debido a la dirección que se le dio, sino que a los errores y vacíos de la anterior Ley de Cooperativas, que permitía la acumulación indiscriminada e indefinida de poderes en una sola persona para las elecciones de miembros de su Consejo; esto permitió que un pequeño grupo de comerciantes que actuaba dentro de ella, se apoderara de su

dirección, dándole un giro que no se compadecía con el carácter exclusivamente social y "no comercial" de la institución." (22) Cuando se realiza la Segunda Convención de la ANEF, en mayo de 1947, del total de funcionarios del país, 21.526 - excluyendo al magisterio - pertenecían a esa organización 20.014. Clotario Blest es reelegido presidente nacional de la ANEF e integrante de la "comisión formada por el Gobierno para estudiar la nueva reestructuración de la administración pública." (23) Las principales resoluciones aprobadas por dicha Convención son: "1) Nacionalización de las fuentes de materias primas del suelo y subsuelo, así como de los Servicios de Utilidad Pública. 2) Revisión de todas las concesiones que entregan las riquezas nacionales a capitales extranjeros. 3) Reforma agraria y mejoramiento de las condiciones de vida de la población en general y de los campesinos en particular; inmediata realización del censo agropecuario. 4) Formulación de un plan general y coordinación de construcción de habitaciones para toda la población. 5) Creación del Banco del Estado, con una adecuada orientación del crédito que tienda a estabilizar el signo monetario, el control de emisiones y el aumento efectivo de la producción." Estas conclusiones alcanzan a diez, todas de capital importancia. La décima conclusión la copiaremos por ser fundamental para la buena y correcta marcha del Presupuesto Nacional: "inclusión de todas las entradas y de todos los gastos del Estado, fiscales, semifiscales. de empresas u organismos de administración autónoma, en un solo presupuesto universal que permita la intervención nacional y sistemática del Estado en las actividades nacionales." (24)

La memoria presentada por Clotario Blest a la Convención, destaca el gran aporte brindado por ANEF a la formulación de la Junta Nacional de Empleados de Chile. Además, resalta la infinidad de mejoras sociales conquistadas por la agrupación, sin necesidad de haber apelado a la huelga. Ese año. la ANEF consigue exhibir nuevos logros sociales a sus asociados, como la Ley Nº 8.742. que concede un subsidio por una sola oportunidad, y la Ley Nº 8.926, del 22 de noviembre de 1947, que otorga una gratificación de un mes de sueldo. Casi al terminar el año 1948, la ANEF, por boca de Blest, disconforme con el proyecto de reajuste de sueldos a los empleados fiscales, acusa al Ministro de Hacienda de entonces, Jorge Alessandri, de "tratar de equilibrar el presupuesto de la nación al precio del hambre y de la miseria de los empleados fiscales." (25) Estas declaraciones acarrean violentos ataques de algunos congresales de la derecha. Los trabajadores, en cambio agradecen a Clotario Blest, y le dan su más entusiasta solidaridad ante esos juicios descalificadores. Durante ese año- la ANEF obtiene a favor de su gremio las siguientes leyes: Nº 9.260 y Nº 9.281, que ordena pagar horas extraordinarias de trabajo al personal de los Servicios que no gozaran de ese beneficio. Al cumplirse el sexto aniversario del organismo gremial de los empleados estatales, Clotario Blest denunciará la dramática realidad de su sector: "Existen más de 10 mil funcionarios que ganan menos del salario vital fijado para los empleados particulares de Santiago. De éstos, más de un 90% son casados, con dos o tres hijos. Sobre estas bases de inmoralidad, porque es inmoral el patrón que hace cumplir una ley a los demás y no es capaz de cumplirla él mismo, sobre estas bases de hambre y miseria, no es posible realizar una reestructuración de la administración pública." (26)

Durante 1949, la ANEF sigue conquistando leyes que favorecen a los fiscales. Así, la ley Nº 9.311, del 4 de febrero, que aumentó los sueldos en un 20%, más la asignación familiar y el desahucio y la Ley Nº 9.546 del 24 de diciembre, que da una bonificación navideña de un mes de sueldo. Habiendo sido recién designado Tesorero Comunal de San Miguel, Clotario resulta reelegido presidente nacional de la ANEF, dentro del marco de la Tercera Convención de los Empleados Fiscales, que se realizó en Concepción durante los días 30 de agosto al 3 de septiembre de 1950. A ella asistieron los Ministros de Hacienda y de Obras Públicas, señores Carlos Vial Espantoso y Ernesto Merino, respectivamente, lo que demuestra la importancia nacional del evento. En esta Convención se aprobaron diversas conclusiones referentes al proceso inflacionario que empezaba a azotar el país en forma implacable, y que incide fundamentalmente en la pérdida del poder adquisitivo de sueldos y salarios. En ese documento se solicitó al Gobierno: a) Detención general de precios: b) Dictación de medidas y disposiciones que sancionen severamente el delito económico; c) Control efectivo y real de los créditos, orientándolos exclusivamente hacia las actividades de la producción; d) Modificar, para estos efectos, la estructura orgánico-administrativa del Banco Central de Chile y de la Caja Nacional de Ahorros; e) Dictación de la ley de probidad administrativa; f) Coordinación y unificación de todos los organismos estatales que se refieren a finanzas, economía y comercio; g) Racionalización de la administración pública sobre bases estrictamente técnicas y científicas, al margen de toda acción política;

h) Formación de grandes cooperativas nacionales de producción y consumo. Para llevar adelante este plan, solicitan la cooperación de todas las centrales gremiales, especialmente la JUNECH." (27) EL USO Y NO ABUSO DEL PODER Al fundar la ANEF y dirigirla, Blest, adquiere por primera vez PODER. Un PODER que no se traducirá en un cambio en su vida cotidiana. Continuará viviendo en su misma casa, acompañado por su madre y su vieja sirviente. No tendrá automóvil con chofer para movilizarse y ,en general, caminará a pie desde su casa a la sede de ANEF. Cuando tenga que viajar a provincia no utilizará más que el tren y en tercera clase. No se adjudicará una remuneración adicional por su cargo de presidente y continuará recibiendo su sueldo de tesorero comunal. Pero de él dependerán miles de empleados que seguirán sus órdenes y acatarán huelgas cada vez que su presidente, Blest, admirado y carismático se lo indique. Será recibido en audiencia especial por el Presidente de la República. Los ministros lo respetan y lo temen. Su fotografía aparece en diarios y revistas. Su voz se escucha en la radio. Con el tiempo ese PODER irá creciendo, pero Clotario no claudicará jamás de sus principios. -Don Clotario, durante ese período, ¿continuó siendo católico observante? -Yo acompañaba a mi madre a misa los domingos. A ella eso le daba tanto gusto, pero dejé de ser un siervo de la Iglesia. Mi tarea era tan absorbente que... -¿Y los partidos políticos -a los cuales pertenecían la mayoría de sus empleadosno trataban de influenciarlo? -Si, por supuesto, pero yo nunca tomé contacto con ellos. No me lo perdonaron nunca. Por último, pero eso fue muchos años después, urdieron mi caída y me derrotaron.

-De eso hablaremos más adelante, sin embargo, en ese entonces, usted parece tener trazado su camino. -Sólo un sendero, pero que funcionaba. ¡Cuántas leyes, cuántos reajustes económicos!, cuántas garantías se lograron que desunidos por partidos o creencias religiosas jamás habríamos obtenido! -¿Cómo se sentía cuando lograba derrocar un ministerio o doblarle la mano al gobierno? -Era una estrategia del uso del PODER con las masas movilizadas con el único fin de lograr nuestros objetivos de justicia y equidad social. El uso y no el abuso del PODER que desgraciadamente es tan propio del ser humano. -¿A quién, fuera de usted, debo yo entrevistar como dirigente de la ANEF? -Con muchos me he peleado y estoy en franco desacuerdo, (se queda pensando un rato) Milenko Mihovilovic es mi amigo y bien intencionado, pero creo que Tucapel Jiménez -aunque también ha tenido diferencias conmigo- sería el más apropiado. Es un hombre honesto y ahora está viendo más claro. (28) ENTREVISTA A TUCAPEL JIMÉNEZ Como un homenaje póstumo a este compañero de Blest que fue vilmente asesinado por la dictadura de Pinochet y cuyo crimen, en los momentos en que esto se escribe, todavía no se aclara, entrego esta entrevista. Desgraciadamente, no profundicé, el interrogatorio, especialmente sobre las ideas propias de Tucapel Jiménez, presidente de la ANEF, ni sus planes futuros. Difícil era creer en ese entonces que sus ideas unitarias de empleados y obreros opositores al régimen de Pinochet le acarrearía una trágica muerte. El 25 de febrero de 1982, cuatro años después de la entrevista. Tucapel Jiménez se aprestaba a reunirse con el presidente de la CUT. Manuel Bustos, para concretar un programa de oposición, pero no llegó a la cita. Su cuerpo fue encontrado en el camino a Lampa (cerca del

aeropuerto internacional) con cinco impactos de bala, degollado y con una herida punzante en la muñeca derecha. "-¿Cuándo y cómo conoció usted a don Clotario? -Lo conocí en la primera asamblea de empleados fiscales que fue en el teatro Splendid en 1943. Yo era muy joven, no entendía nada sobre sindicalismo y sólo me atraía el deporte, pero en esa asamblea también se habló del drama de los trabajadores. Como le decía, yo fui por novedad, para curiosear de qué se trataba eso de la unidad de los trabajadores y qué se iba a plantear allí. Dirigía la reunión Clotario Blest. Me impresionó por su firme resolución de unir a los trabajadores en cuerpo colegiado. El fue el orador principal, con un lleno impresionante del teatro. Y eso era una hazaña, porque reunir a la clase media es difícil: es muy cómoda y cada vez que tiene un problema quiere que se lo resuelvan al minuto. No es como el obrero que enfrenta una situación difícil, una huelga y no espera retribución inmediata. Si nos va mal, piensan, en la próxima nos irá mejor. La clase media, en cambio, si se les descuentan uno o dos días nos fusilan y le hablo de fusilamientos de antes no de ahora. La empresa de don Clotario era una hazaña muy difícil y por eso lo admire no sólo yo, sino todos los trabajadores, hasta los más duros. -La personalidad de don Clotario, ¿dejó alguna huella en usted? -Yo soy de su escuela y siento una profunda admiración por él. porque es un hombre que ha entregado todo a la clase trabajadora, sin esperar retribución. Con esa mentalidad muchos de nosotros lo seguimos. Nunca pensando ser regidores, diputados o senadores que creo es eso lo que echa a perder al dirigente gremial. Le quita su independencia, su representatividad y el deseo de trabajar. Ya no trabaja por una vocación sindicalista, sino partidista y eso se lo dice un militante radical como yo, pero que cuando se trata de un problema gremial eso es lo primordial. Don Clotario tuvo esa virtud, y la ha mantenido hasta ahora, de trabajar con todo el mundo y se ha llevado triunfos y fracasos. Fracasos amargos, pero que no lo destruyen, yo creo que ese temple ha sido el que nos ha llevado a

nosotros a redoblar los esfuerzos en los fracasos, no desorientarnos, no pretender dar por concluida una misión. -¿Cómo han sido sus relaciones con las autoridades? -El trabajador está en una posición difícil, las autoridades son contrarias a nosotros. Siempre se nos tilda que somos anti gobierno, pero nadie se fija que el patrón es el Estado, el Presidente de la República, el Ministro de Hacienda. Entonces, evidentemente, las relaciones con ellos no han sido buenas en múltiples oportunidades. Han habido enfrentamientos, pero siempre han sido por objetivos concretos en que se busca un mayor bienestar para los trabajadores. -¿Cuándo comenzó a trabajar con don Clotario? -El año 1943 estaba a cargo del deporte, como un simple soldado y don Clotario me distinguió y poco a poco me fui metiendo en la lucha por las reivindicaciones. aportando ideas y un contingente de compañeros. Yo representaba a doscientos. pero en los teatros y concentraciones ellos iban con sus familias. Al comienzo. como éramos todos jóvenes y llenos de vitalidad repartíamos las citaciones y noticias para diarios y revistas. Trabajábamos hasta las 11 ó 12 de la noche y don Clotario nos exigía disciplina y entrega total. -¿Estuvo alguna vez preso con él? -No. pero los que estábamos libre lo íbamos a ver todos los días y recibíamos sus instrucciones y las repartíamos. También fuimos a Molina durante su relegación -¿Y siempre fueron cordiales sus relaciones con don Clotario? -En la ANEF siempre lo apoyamos en las buenas y en las malas. Cuando sufrió el desconocimiento de los obreros y políticos, tan injusto, en que le tiraron monedas y le gritaron vendido en el escenario del teatro Caupolicán, nosotros fuimos el único gremio que después le rindió un homenaje. Porque a los dirigentes gremiales siempre nos acusan de estar vendidos. A mi me lo han dicho cien veces

o más. En la ANEF tuvo, por supuesto momentos de jaleo, pero de allí a enrostrarlo públicamente no. -Pero debe haber sido difícil estar bajo sus órdenes -Sí, su personalidad tan fuerte y decidida le acarreó muchos enemigos. Las tareas le gustaba hacerlas en determinados plazos y como nosotros no éramos profesionales y él era soltero, una soltería muy respetable, pero entonces el compromiso que tiene cualquier dirigente con su mujer, su polola, eso don Clotario no lo entendía ni lo perdonaba. Primero el gremio y después los compromisos personales y el gremio para él le absorbía todo su horario. Y si no se cumplía, se ponía muy duro y peleaba. Pero en la ANEF todos esos problemas, aun los políticos no dieron para una lucha interna. En la CUT, en cambio, lo encajonaron y le quitaron el mando. -Durante la Unidad Popular, ¿don Clotario jugó algún papel importante? -No tuvo ningún cargo oficial, pero su opinión pesaba mucho. Después de la mitad del mandato criticaba a la U.P., su falta de línea clara, algunas de sus decisiones. Nosotros fuimos opositores desde el comienzo. En la huelga de los camioneros, don Clotario quiso servir de mediador, no se la pudo. Porque esa era una huelga política y había que enfrentarla políticamente. En la ANEF tuvimos varias huelgas de ese estilo. -¿Y cuál fue la reacción de don Clotario cuando usted integró la delegación a la OIT en representación del gobierno militar? -Por favor no me mal interprete, yo no fui a defender la dictadura. Integré esa delegación para salvar a la ANEF, mi temor era que fueran a disolverla, como lo hicieron con tantas instituciones. Pero, don Clotario no lo entendió así, y durante varios años no quiso pisar la ANEF y me quitó la palabra. Gracias a Milenko Mihovilovic hemos logrado volver a entendernos. El año pasado fue el único orador de nuestra celebración. Yo no hablé. Siempre para nosotros él será primera

figura. Ahora presiento que vamos a tener diferendos, me da la impresión. No creo que sus opiniones hagan cambiar el curso de nuestros actos, pero su pensamiento pesa." (29) DISCURSO DE CLOTARIO BLEST, POCOS MESES ANTES DEL ASESINATO DE TUCAPEL JIMÉNEZ EN EL XXXVIII ANIVERSARIO DE LA ANEF, EL AÑO 1981. "Este año hemos conmemorado solemnemente el XXXVIII aniversario de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, cuya finalidad esencial es, según lo establece su Declaración de Principios y Estatutos aprobados en mayo de 1943. "Coordinar la acción de las instituciones afiliadas en pro de un mejoramiento económico-social de los empleados fiscales." Esta misma Declaración establece que: La ANEF tendrá un carácter esencialmente gremialista, o sea, que su constitución, reglamento y procedimientos, deberán inspirarse invariablemente hacia un ideal de máximo perfeccionamiento cultural y técnico de sus elementos y de su justa remuneración de acuerdo con el costo de la vida y cargas familiares. Después de 38 años de lucha permanente por alcanzar estos elementales derechos humanos, los trabajadores del Estado y de todo el país no sólo no han avanzado sino que se encuentran en mucho peores condiciones socioeconómicas y culturales y ello a pesar de todos los esfuerzos realizados permanentemente por sus dirigentes de hoy y de ayer. Ante este fenómeno real y que no necesita explicación alguna de tipo teórico debemos enfrentarnos a su estudio en contacto directo con las bases de las instituciones y sindicatos o gremios. ¿Por qué hoy se han exonerado de sus cargos a dirigentes de la prestancia moral de Tucapel Jiménez, presidente de la ANEF, y a otros connotados dirigentes del país, sin que haya habido una respuesta traducida en acciones y no solo en literatura de declaraciones? Hecho incomprensible frente a tales atropellos y abuso. Todos sabemos y tenemos conciencia de que estos

compañeros y muchos otros han sido sacrificados por ser leales e intachablemente honrados en su acción gremial. Este aniversario conmemorado con diversos actos nos encuentra en este período de implacable dictadura y violencia sin parangón en la historia de nuestra patria, lo puedo afirmar después de sesenta años de lucha permanente por suprimir esta explotación del hombre por el hombre. Debemos tomar resoluciones y actuar en conformidad a nuestros principios que hemos jurado cumplir y lo debemos hacer en forma valiente y sin subterfugios o cobardes entregas a la Junta Militar que ejerce en la actualidad las funciones de gobierno basados en una Constitución prefabricada y arbitrariamente aplicada. La ANEF fue fundada para alcanzar su sagrada trilogía "LIBERTAD, JUSTICIA, FRATERNIDAD", principios sin los cuales jamás podremos crear esa nueva sociedad humana sin explotadores ni explotados; la auténtica DEMOCRACIA DEL PROLETARIADO. Que este aniversario sea el inicio de esta jornada memorable. Sí, estas son mis palabras y convicciones después de sesenta años de permanente lucha contra la avaricia, la explotación, la hipocresía, el arribismo y la politiquería, dirigidas a las bases en general. Las que debo dirigir a los dirigentes se condensan en el Decálogo del Hombre Nuevo que me permito presentarles, junto a mi saludo en este aniversario tan querido para todos nosotros."

UNIDAD, UNIDAD "¡Cómo no van a ser capaces de unirse ustedes, que son los explotados." (1) En el orden personal, Blest comienza a efectuar los primeros pasos en torno a la búsqueda de la aglutinación de los trabajadores. En octubre de ese año 1945, la

ANEF, por intermedio de una comisión presidida por Clotario, accede a trabajar en conjunto con la CTCH, que dirige el senador Salvador Ocampo. También, impulsa la formación del Comando Unico de los Trabajadores Civiles del Estado, que era representado por Blest en nombre de la ANEF y por Alejandro Ríos Valdivia en representación de la Federación de Educadores de Chile. (2) Ante el recrudecimiento de la especulación en los precios y otras acciones en desmedro de los intereses de los asalariados. Clotario Blest logra concretar la Central Nacional de Defensa de los Consumidores (CENADECO), a principios de 1946. (3) En un manifiesto que se lanza al país, dice: "Resueltos a poner término a la difícil situación en que viven las masas laboriosas del país, por la acción especulativa de los acaparadores y grandes trust monopolistas, por la acción antipatriótica de los latifundistas que se niegan a hacer producir la tierra en forma adecuada; por la falta de medidas prácticas y eficaces del Gobierno para planificar la economía nacional y poner atajo a los lanzamientos y especulación desenfrenada de que es víctima el pueblo, los asalariados de Chile, los obreros y empleados, las organizaciones mutualistas y populares, han creado la Central Nacional de Defensa de los Consumidores -CENADECO." Terminaba expresándose: "Sólo una acción enérgica y decidida del pueblo hará posible cambiar el curso de este anormal estado de cosas." (4) Días después, la CENADECO efectúa su primera concentración pública, donde convergen obreros y empleados. En esta ocasión, Blest pronuncia un encendido discurso, donde da a conocer a la gran concurrencia, aterradoras cifras respecto al costo de la vida. Al destacar el significado de la UNIDAD entre los empleados estatales, dice: "La clase media ha comprendido que sólo con la unidad en la organización gremial lograráconquistas económico-sociales" (5) LA TRÁGICA MUERTE DE RAMONA PARRA Desgraciadamente, el 29 de enero, un trágico episodio callejero redundará fatalmente en el movimiento sindical chileno. "Ese día se hizo una gran

concentración para protestar contra el gobierno del señor Alfredo Duhalde, por la cancelación de la personalidad jurídica de unos sindicatos del salitre. Duhalde había reemplazado al Presidente Ríos, por su grave enfermedad, que seis meses después le costaría la vida. El Vicepresidente Duhalde no tenía su buen criterio. Bueno, se llenó la Plaza Bulnes y el Gobierno ordenó que se disolviera la manifestación a punta de palos, patadas y balazos. En el tiroteo murieron 10 trabajadores, Ramona Parra entre ellos. La Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH) se reunió esa noche para decidir si se hacía un paro en señal de protesta. Y los partidos que tenían el predominio de la CTCH, el Comunista y el Socialista, no llegaron a un acuerdo. Y la única organización se dividió en dos: una, comandada por el comunista Bernardo Araya (hoy no sabemos donde está, desapareció con su señora) y la otra, por el socialista Bernardo Ibáñez. Y esta masacre contra trabajadores que nos debiera haber unido, concluyó en una disputa que causó grave daño a la clase trabajadora y muy buen provecho a la oligarquía económica." (6) Según Ricardo Boizard: "En el centro de la ciudad comenzaron a reunirse columnas y columnas de manifestantes, cuyos dirigentes no habían obtenido el permiso de las autoridades. En medio de esa polémica, de pronto saltó una piedra de la multitud y el Gobierno, enfurecido y atónito, creyó del caso reprimir. De pronto, cuando nadie lo esperaba, los fusiles de Carabineros empezaron a vomitar un fuego asesino sobre elpueblo. ¿Por qué se había producido esa catástrofe? ¿Quién la desató y quién fue incapaz de detenerla? Es posible que ninguna de estas preguntas tenga respuesta, pero de lo que no cabía duda es que la tendencia derechista del mandatario radical había dominado incontrolablemente su serenidad. En la tarde de ese día y pocos minutos después de la masacre, el ministro falangista Eduardo Frei presentaba su renuncia indeclinable."

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DEBEMOS RESTABLECER LA UNIDAD PERDIDA Ante estas vicisitudes, dotarlo inventará diversas fórmulas de avenimiento para restablecer la unidad sindical. "El 1º de mayo de 1946, yo mandé un saludo a las

dos CTCH. Esta era una guerra muy trágica que producía la división. En el saludo les decía que la ANEE se ponía a disposición para provocar la unidad. Y durante años luché para que esta unidad se produjera."

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Estas cartas no tuvieron ningún

eco en la CTCH. Al mes siguiente, Clotario Blest protesta por la clausura que el Gobierno de Duhalde realiza contra el diario comunista El Siglo y por la aplicación de la ley de residentes contra los comunistas extranjeros, especialmente españoles. Lamenta profundamente, además. la muerte de dos obreros en el Sauzal (Rancagua) a mano de los comunistas de la CTCH-Araya. "Porque la batalla entre el PS y el PC llegó a ser sangrienta. Las asambleas terminaban a puñetazos y puñaladas. Me acuerdo que una vez iba saliendo de una asamblea, con el presidente de los panificadores, el compañero Torres, y le llegó un balazo por la espalda. Murió ahí, a mi lado." (9) El 22 de noviembre, en una concentración que realiza el Comando Unico de los Empleados Civiles, Blest reiterará que las condiciones de los funcionarios del Estado continúan muy por debajo del costo de la vida, por lo cual pide que los empleados civiles del Fisco emprendan nuevas acciones de lucha. Durante el primer trimestre de 1947, Clotario impulsa una violenta embestida contra los "especuladores" por medio de la CENADECO. El 12 de enero resuelve apoyar toda medida contra la "especulación" y, además, participar en el homenaje que se le tributará a las víctimas de la Plaza Bulnes. Clotario Blest, al observar el dramático cuadro económico del proceso inflacionario y la dura represión en contra de una parte del movimiento social, profundizará sus esfuerzos unitarios, que comienzan a dar resultados al término de 1948. Durante noviembre, los gremios particulares y semi-fiscales ya habían manifestado su descontento por la desvalorización de la moneda, pues significaba un alza en los precios de los artículos de primera necesidad.

NACIMIENTO DE LA JUNECH Semanas después, Blest vería concretar sus desvelos unitarios, cuando en diciembre de 1948 se daba nacimiento a la Junta Nacional de Empleados de Chile (JUNECH), que aglutinaría a ANEF, CEPCH Y ANES (semi-fiscales). También integraría esta entidad la FEDACH, la Asociación Nacional de Empleados Municipales, la Federación Industrial Ferroviaria de Chile y la Asociación de Empleados Administrativos de la Beneficencia. El motor de esta acción fue "aunar y coordinar todos los esfuerzos en pro de las finalidades que son comunes a los empleados y asalariados en general" y que "sintetiza en sus postulados las aspiraciones económicas y sociales de las que impropiamente se han dado en llamar 'la clase media chilena.' A principios de agosto de 1949, la JUNECH realiza una importante concentración en el Teatro Caupolicán, donde se sacan seis conclusiones que, fuera de referirse a cuestiones de seguridad social y de defensa del derecho sindical, llama a conformar un "amplio movimiento popular en contra del alza constante del costo de la vida, fortaleciendo una política en defensa del consumidor", y exhorta en el punto principal a "luchar por la unidad de los asalariados del país sobre la base de una concepción gremialista estrictamente ajena e independiente a todo partido, que permita la realización de las justas y postergadas reivindicaciones sociales y económicas." (10) LA REVOLUCIÓN DE LA "CHAUCHA" El vigor y combatividad de estos organismos queda de manifiesto a mediados del mismo mes, cuando Clotario dirigirá exitosamente la "Revolución de la Chaucha". Esta revuelta se desató ante una imprevista alza de la locomoción colectiva (de 20 centavos). Los estudiantes protestarán violentamente en las calles de Santiago, volcando e incendiando vehículos de la locomoción. A estas manifestaciones se sumarán los empleados y obreros representados por la JUNECH, quienes paralizarán sus labores en apoyo de estas reivindicaciones.

"Pero los sucesos de agosto de 1949 fueron sólo un síntoma del descontento popular. Los que juzgaron superficialmente estos hechos, tenían polvo en los ojos: no quisieron o no desearon comprender que los desfiles del pueblo, el volcamiento de los microbuses, la protesta materializada y engrandecida en el limpio gritar de la juventud, significaba el repudio a una medida injusta e intolerable. En torno a esta jornada opositora de lucha, el movimiento social alcanzó una fase importante al formarse el Comité Unido de Obreros, Empleados y Estudiantes. Días después culmina la llamada "Revolución de la Chaucha", con la conquista para los estudiantes de la tarifa escolar y la exigencia por parte del Comité Unido de Obreros, Empleados y Estudiantes, de un memorial que pedía: "la derogación de la ley de facultades extraordinarias, la revisión de todas las alzas que se hubieran producido a contar del 1º de enero de dicho año, la representación de una formal protesta por la represión policial y la libertad de todos los detenidos por los incidentes." (11) TODOS LOS EMPLEADOS CONTRA EL GABINETE DE CONCENTRACIÓN NACIONAL Meses después, los empleados estatales y particulares, aglutinados en la JUNECH, lograron una victoria gremial más, al derribar, por medio de una huelga de 12 días, en el verano de 1950, al denominado Gabinete de Concentración Nacional, que trató de implantar por medio de una ley, la congelación de sueldos y salarios, de la que era autor el Ministro de Hacienda, Jorge Alessandri. Durante esta huelga de enero y febrero de 1950, se dice: "Clotario Blest. el talentoso y fogueado presidente de la ANEF, junto a su fogueado e inquieto secretario general, Hugo Pinto, busca fórmulas de arreglo al conflicto ante los presidentes de las Cámaras y el Presidente de la República."

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El 23 de marzo de 1950, la JUNECH realizará una gran asamblea de análisis de los fructíferos resultados de la huelga del verano: "Blest, líder de los empleados fiscales, en brillante intervención, comenzó haciendo un análisis completo de la

organización denominada Junta Nacional de Empleados de Chile (JUNECH). que recibió el espaldarazo de la fama y efectividad durante los sucesos de agosto de 1949, que originó la persecución de sus dirigentes, tachados de subversivos, conspiradores y vendidos al oro de Moscú. (Incluso se habló con ánimo ligero de "Complot de los Judíos", aludiendo a los apellidos de algunos dirigentes de la JUNECH: Maass, Waiss, Blest, Budnevic). También expuso, con énfasis y sin circunloquios, las aspiraciones de los empleados fiscales y terminó propiciando la unidad de todos los asalariados." Y agregará: "La huelga de los empleados fue un ejemplo heroico de virilidad, al dar el primer grito de alerta al país; fueron los gremios los que derribaron una bastilla que parecía inexpugnable." EL GABINETE DE SENSIBILIDAD SOCIAL Después de expresar su esperanza en que el nuevo gabinete, ahora llamado de "sensibilidad social" y que había asumido el 27 de febrero, respondiera en otra forma a las exigencias populares, Clotario añade, aludiendo a los capitalistas: "La plutocracia, la alta banca, ya está suficientemente enriquecida. No queremos seguir en la parte delgada del embudo. Si hay sacrificios que hacer para remediar la situación, hay que mirar hacia los capitalistas que han hecho las utilidades. Cuando hablamos así, no hablamos por nosotros mismos, sino que por los miles de empleados que representamos."

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Las casi 10 mil personas reunidas en la ocasión, acuerdan auspiciar las siguientes conclusiones: Reafirmar los ocho puntos del manifiesto del 18 de marzo, que son los que se pasan a enumerar: "1.- Elaboración de un plan integral destinado a detener la inflación. 2.- Reajuste general y uniformidad de sueldos y salarios, a fin de nivelarlos con el alza del costo de la vida. 3.- Uniformidad de los diferentes sistemas de previsión y representación directa de los empleados en los consejos de las cajas respectivas.

4.- Elaboración de un plan de viviendas baratas, con vista a hacer a cada asalariado propietario de un bien raíz. 5.- Amplio derecho a la agremiación y sindicalización de todos los sectores asalariados, contemplando el fuero de los dirigentes. 6.- Derogación de todas las leyes que restringen las libertades de reunión, organización y huelga. 7.- Propender a una efectiva estabilidad de los funcionarios. 8.- Prestar su apoyo solidario a los movimientos pendientes de los gremios, a fin de obtener una solución rápida. Además, la concentración de la JUNECH acuerda: a. Declarar que no tolerará el uso de procedimientos represivos o vejatorios con que se pretende atemorizar a los asalariados para que acepten soluciones injustas. b. Hacer un llamado a la clase obrera para que conquiste su unidad por sobre los intereses políticos que la dividen. c. Propiciar un gran movimiento nacional contra el alza del costo de la vida y la especulación. d. Luchar por la reincorporación inmediata a su trabajo de todos los empleados víctimas de la leyes represivas " (14) La actividad de la JUNECH durante 1950 fue muy intensa constructiva. A la declaración suscrita en abril, como contestación d los ataques vertidos en su contra, esa entidad dirá apelando a los 300 mil trabajadores de todo Chile que agrupa: "Nosotros no hemos amenazado a nadie. Amenazan solamente los que se

sienten débiles, y nosotros tenemos conciencia de nuestra unidad y de nuestra fuerza." (15) En la Plaza de la Constitución, el 12 de mayo, Clotario Blest pronuncia un apasionado discurso en el cual critica la política liberal del gobierno de González Videla: "Estamos atravesando por un período que nos acongoja el alma, por la suerte del país. Las clases asalariadas se ven desposeídas y abandonadas por quienes llegaron al parlamento por ellas. La JUNECH quiere que las autoridades oigan la voz de justicia que reclama el pueblo."

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Semanas después, reiterará su exhortación a combatir la carestía de la vida y el proceso inflacionario: "Debemos emprender una campaña por la estabilización de los precios. Que no se nos venga a imponer un ahorro obligatorio, dejando cancha, tiro y lado, a los que especulan sin freno. Los empleados y obreros estamos dispuestos a constituir un solo frente para transformar a este país, de hacienda de latifundistas y especuladores, en un país de los trabajadores."

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BLEST SE ENCANDILA CON LOS PAÍSES SOCIALISTAS DEL ESTE Un mes antes, en abril, Blest es invitado, junto a empresarios y trabajadores, por la Confederación Económica Mundial de la URSS. Permanece en la Unión Soviética alrededor de veinte días y otros cuatro en Checoslovaquia. En Moscú, sede de la conferencia, pronuncia un discurso contra el armamentismo y el imperialismo norteamericano y a favor de la paz: "Chile es víctima, como todos los países subdesarrollados, de los grandes monopolios de intercambio. Nuestras grandes riquezas, el cobre y el salitre, son controladas y dirigidas desde el exterior. Por eso, a fin de romper el monopolio actual sobre su comercio, Chile está interesado en que los intercambios se abran camino en el mundo y deje de haber para ellos barreras y obstáculos." "Apoyo la proposición de la Conferencia: la disminución de los gastos militares y la utilización de las sumas invertidas en ellos para el equipamiento de instituciones sociales, culturales y otras, destinadas a la elevación del nivel de vida." (18) Después de la conferencia visita Kiev y Leningrado.

Al regresar da conferencias y entrevistas en diarios y revistas en que expresa su admiración por la justicia social lograda, tanto en la Unión Soviética como en Checoslovaquia. También declara que después de asistir a las ceremonias de Semana Santa en Moscú éstas se realizan con mucho mayor fervor que en Chile. Ante estas últimas declaraciones la juventud del PAL (19) pide su excomunión. Los periódicos de derecha hacen mofa de su actitud y en algunas caricaturas, Blest, aparece con un crucifijo en una mano y en la otra la hoz y el martillo y Clotario con la mirada en blanco como en un dilema. Blest es también invitado por la ASICH (20) dirigida por el padre Alberto Hurtado Cruchaga para que dé una conferencia. Al llegar, acompañado por un grupo de las juventudes comunistas, se percata que las primeras filas están ocupadas por rusos blancos cuya finalidad es crear un ambiente hostil al conferencista. Blest, ante esta situación se retira y declara: "Yo no he venido a polemizar, sino a contar la experiencia socialista." Paralelamente el diario Tribuna Sindical, órgano informativo de la ASICH denuncia a Clotario como "Un agente del comunismo."

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De la imagen espiritual del cristiano apegado a las parroquias, Blest fue adquiriendo una imagen de revolucionario comunista. Y no se trataba sólo de su personalidad y lenguaje, sino también de su aspecto físico, ahora, de camisa abierta y sin corbata y un jockey que le regalaron en Moscú. En este viaje conoce a Mao Tse Tung que le obsequia unas palomitas de la paz que aún conserva. También tiene la oportunidad de conversar con Ho Chi Min que lo invita a Vietnam para que observe la lucha desigual de su país contra los franceses. En esa oportunidad toma contacto con el filósofo, matemático y pacifista, Bertrand Russel con el cual mantiene relaciones epistolares hasta la muerte de este. Al finalizar 1950, por iniciativa de la JUNECH, "Clotario Blest formará y presidirá un importante organismo de unidad y lucha de los trabajadores. denominado Comando Contra la Especulación y las Alzas" (22). A este comando se integraron la Federación de Estudiantes de Chile, sector comunista; la Confederación General

de Trabajadores (FECH), la Confederación de Trabajadores de Chile, sector comunista, la Confederación General de Trabajadores (CGT) y el MUNT, ambos de filiación anarquista; JUNECH, la Alianza Femenina, Federación de Pensionados y Jubilados en Retiro y la Confederación Mutualista. "Fundé esta organización, que nada tenía que ver con la política. Como se atacaba un problema que era común para todos, fueron llegando de distintos partidos, y en el contacto se dieron cuenta de que no éramos enemigos" (23) "Además, el principal objetivo que buscábamos era consolidar acciones de este tipo, para transitar hacia la edificación de una Central Unitaria de Obreros y Empleados." (24) EL PERÍODO PRESIDENCIAL DE GONZÁLEZ VIDELA Según Clotario Blest,"es muy difícil ejercer el poder y no claudicar en sus principios, sobre todo cuando esos principios dañan el capitalismo. Así fue, sin duda, el caso del representante radical que a través de su vida pública numerosas veces había sido detenido por defender los ideales del pueblo y que a los pocos meses de ser elegido Presidente de la República, se transformó en enemigo de sus partidarios". Después de la muerte del Presidente Ríos, en junio de 1946, "los partidos Liberal, Conservador y Agrario-Laborista intentaron designar un candidato único de derecha. La imposibilidad fue señal del ocaso de las agrupaciones tradicionales, incapaces incluso de llegar a acuerdos tácticos, por la preponderancia de los personalismos y de las oligarquías partidistas. Mientras tanto, en la izquierda, la candidatura de González Videla, portadora de un agresivo programa de justicia social y de desarrollo industrial, recibió el apoyo de radicales y comunistas. A las elecciones de septiembre llegaron, por los motivos anteriormente expresados, divididos los partidos de derecha: Cruz Coke, proclamado por los conservadores, y Femando Alessandri por los liberales. Los socialistas llevaron como candidato a Bernardo Ibáñez. No fue, pues, sorpresa el triunfo de Gabriel

González Videla, no obstante que los partidos de izquierda, con excepción de los comunistas. estaban ya dando muestras de sufrir graves crisis internas."

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González Videla inició su presidencia en medio de una gran euforia popular. Los ministros desfilan en carroza, en una los comunistas, en otra los radicales y liberales. El Presidente llama a ese gabinete el del "equilibrio inestable". Para no decepcionar a sus electores del pueblo, una vez por semana se abrían las puertas de la Moneda a las llamadas "audiencias populares", y a ella acudían mujeres que pedían máquinas de coser, obreros cesantes, ancianas que solicitaban asilo, pordioseros que alargaban la mano. El Presidente escuchaba, sonreía y prometía. Sin embargo, este período de simbiosis extraña de derecha e izquierda sería de corta duración. La "guerra fría" se había desatado en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos. Para el Departamento de Estado, este juego peligroso, con los comunistas ocupando altos cargos, debía terminar. González Videla acató rápidamente las órdenes del imperialismo norteamericano. A fines de julio de 1947, después de ocho meses de ese forzado idilio, el Presidente pronunció un encendido discurso en que notificó a los comunistas que debían marcharse. Y no sólo se irían los ministros comunistas, sino también los funcionarios comunistas y hasta los españoles comunistas. Todo sería reemplazado por un "Gobierno de Concentración Nacional" en que el Partido Radical compartiría el poder con los liberales y conservadores, una fracción del Partido Socialista y con las FF.AA. representadas en el Ministerio del Interior por el Almirante Inmanuel Hölger. LA LEY MALDITA La mayoría en el Parlamento le permitió al Presidente González Videla aplicar facultades extraordinarias y dictar la famosa "Ley de Defensa de la Democracia" (26), que contó igualmente con el apoyo de un sector socialista acaudillado por Bernardo Ibáñez y Juan Bautista Rossetti.

En lo sustantivo, la ley prohíbe la existencia del Partido Comunista, ordena a la Dirección del Registro Electoral la cancelación de las inscripciones de los electores del mismo; determina los delitos contra la seguridad interior del Estado y contra el orden público: el de la subversión, y establece un procedimiento judicial expedito para el rápido juzgamiento de los infractores a sus disposiciones. En lo que se refiere a materias sindicales, la Ley de Defensa de la Democracia configura a una serie de delitos contra el orden público, estableciéndose sanciones contra aquellas personas que: "Organicen o estimulen paros, huelgas con violación de las disposiciones legales que los rigen, y produzcan o puedan producir alteraciones del orden público o perturbación en los servicios de utilidad pública o de funcionamiento legal obligatorio o daño a cualquiera de las industrias vitales." La Ley continúa categóricamente en sus preceptos: "No podrán declararse huelgas ni suspender sus labores, en ningún caso, los funcionarios, empleados u obreros fiscales, municipales, de organismos del Estado, de las empresas fiscales de administración autónoma, de instituciones semi-fiscales. Tampoco podrán hacerlo los empleados u obreros de empresas particulares que tengan a su cargo servicios de utilidad pública. Los que estimulen, promuevan o sostengan dichas huelga o suspensiones de labores, incurrirán en la misma sanción contemplada en este artículo, sin perjuicio de declararse la vacancia de inmediato del empleo o función, o de poner término al respectivo contrato de trabajo. Los conflictos del trabajo que se susciten en las empresas o instituciones particulares a que se refiere esta disposición, se someterán, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 40, inciso 1º de la Ley Nº 7.295 en primera instancia, al arbitraje obligatorio de un tribunal de tres miembros que tendrá carácter de arbitro arbitrador y que será integrado por un representante de los empleados u obreros, por otro de las instituciones o empresas afectadas y por una persona designada en cada caso por el Presidente de la República.

Otras disposiciones castigan el sabotaje, el sistema de trabajo lento o actos ilegales que puedan entorpecer el normal funcionamiento de las industrias vitales del país. Completa la ley sus disposiciones con un título que se denomina "De la Protección del Régimen Democrático en los Sindicatos y demás Organismos del Trabajo". En síntesis, se establece en estos preceptos legales que modifican el Código del Trabajo, la prohibición de pertenecer a los sindicatos y, desde luego, ejercer funciones directivas a los sancionados por la ley y excluidos de los registros electorales. También establece disposiciones sobre finanzas sindicales, estableciendo acción popular por la denuncia de las malversaciones de fondos y otros controles por parte de los funcionarios del Trabajo"

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Para aplicar estas medidas, González Videla llamó a un contingente de 4.500 reservistas del Ejército, que mantuvieron el orden. Clotario Blest, inmediatamente promulgada la ley, a la que él siempre llamó "la ley maldita", se propuso derogarla, por lo cual fue varias veces encarcelado. Santiago Pereira nos relata la oposición marcada que tuvo el Gobierno de González Videla: "A don Clotario no le agradó la persecución implacable contra los comunistas y muchas veces lo vi tomar parte en discusiones y peleas contra los radicales, que terminaban golpeándose con las sillas. Era un período violento."

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Jorge Barría dice de él: "Don Clotario era un hombre de izquierda progresista. Yo le tenía reservas porque defendía demasiado a los comunistas, que en esa época estaban fuera de la ley y en una campaña llamada Pro Paz de Estocolmo, entre el 48 y el 50. Don Clotario, como Presidente de la ANEF, pertenecía a los grupos más combativos contra el Gobierno."

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Sobre el Gobierno de González Videla, que duró hasta septiembre de 1952, se indica como positivo el continuado desarrollo industrial, gracias a la ayuda de

créditos externos proporcionados en especial por el BID y el Export-Import Bank de Washington. Se da vida y función definitiva a Huachipato y a la Compañía de Acero del Pacífico (CAP) y ENDESA. En lo cultural, se crea la Universidad Técnica del Estado. Sin embargo, para los trabajadores y Clotario Blest, "éste fue un gobierno netamente derechista que salió con los votos de la izquierda, a la que González Videla engañó, un "momio" superficial que se pasó abrazando y bailando, y sobre todo preocupado de su ciudad natal. La Serena, en la que hizo plazas y edificios con el dinero de todos."

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EL AUTO-SECUESTRO DE COLLIGUAY Clotario se refiere al hecho: "En agosto de 1952, un compañero muy inteligente (Edgardo Maass), quizás llevado por su juventud, cometió una locura de nefastas consecuencias para el movimiento de los trabajadores. Se trató del famoso 'autosecuestro de Colliguay'. Esto sucedió así: dos dirigentes connotados, uno empleado, Maass, y otro obrero, Domiciano Soto, después de haber participado en la exitosa 'Marcha contra el Hambre', desaparecieron, horas después, desde sus casas. Inmediatamente se culpó al Gobierno de este secuestro y comenzó una gran movilización que culminaría en un paro nacional. González Videla estaba muy asustado; me mandó llamar y me dijo que no existía tal secuestro, que era un tongo y que me invitaba a visitar las cárceles; me juraba que Maass y Soto no habían sido detenidos y que se lo dijera a mis compañeros. No le creí al Presidente. En eso llegó un periodista de izquierda y me dice que hay una gran fiesta en casa de Soto. Eso no podía ser. Así que detuve por 24 horas la asamblea en que se resolvía el paro general y comencé a investigar. Durante esas horas descubrimos que los dirigentes estaban en Colliguay, buenos y sanos, jugando rayuela. Fue espantoso. Por mucho que ellos dieran explicaciones en cuanto a que con eso se pretendía darle un golpe mortal a González Videla, no nos cupo dudas que habían sido mal aconsejados por los nazis. Este hecho, que dejaba en ridículo y como mentirosos a destacados dirigentes, provocó una gran decepción en la masa de empleados y obreros y malogró por un tiempo la Unidad "

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Clotario relatará lo que aconteció después, sobre este episodio: "desgraciadamente, todo este enorme esfuerzo tuvo un triste epílogo en el famoso caso Colliguay, en el que algunos destacados dirigentes de este comando cayeron en injustificados renuncios ante la clase trabajadora, lo que significó la caída vertical del gran movimiento unitario." (32) UN PASO MAS A pesar de esta situación adversa, Clotario, gracias a su tenacidad y a los trabajadores que creían en su líder y lo sabían honesto, logra articular un Comité de Unidad de Obreros y Empleados, que había sido fundado meses antes. Esta entidad, bajo la dirección de Clotario, jugará un decisivo rol en 1952. Por primera vez, desde 1946, se conmemoró el 1º de Mayo en forma unitaria en una gran concentración, cuyo espíritu se expresa en consignas voceadas ese día: "Trabajadores de Chile: impulsad la lucha por vuestra unidad sindical. Por la libertad y derogación de las leyes represivas, en especial de la Ley de Defensa de la Democracia. Contra las alzas y la especulación. Por la libertad de todos los presos por cuestiones sociales y la reincorporación de todos los trabajadores exonerados. Contra el imperialismo y la guerra. Por el sindicalismo y la libertad. ¡Viva la unidad sindical! ¡Viva la lucha mancomunada de obreros, campesinos, empleados y estudiantes! ¡Viva la liberación de los trabajadores! "

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Clotario rememorará esa ocasión: "Pedí a todos los sectores políticos que hiciéramos una sola concentración en la Plaza Bulnes. Ese 1º de mayo se juntaron todos los trabajadores en la Plaza, con srs diferentes banderas. Había 50 mil personas. Al ofrecer el acto, les hice la siguiente pregunta: ¿Quieren o no quieren Unidad? y todos gritaron: ¡Unidad, Unidad, Unidad! Aproveché el momento y volviéndome a los dirigentes que estaban sentados conmigo en la tribuna, les dije: vamos a formar una comisión de 35 compañeros, que prepare un congreso de donde salga un solo organismo de los trabajadores. Al calor del momento, elegimos a los compañeros. La Comisión se llamó "Comité de Unidad''

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Esta "Comisión de los 35" (35) aprobó también la plataforma de lucha de 7 puntos: "La unidad sindical de todos los trabajadores, la derogación de las leyes represivas, la libertad de todos los presos y relegados por cuestiones políticas o sindicales, por salarios y sueldos de acuerdo al costo de la vida, contra la especulación y las alzas, por la seguridad social de los trabajadores de la ciudad y del campo, por la nacionalización del cobre y la reforma agraria, por la paz y la independencia nacional" (36) El Congreso que surgió de ese acto. programado para junio de 1953, se adelantó a febrero de ese año (37). -¿Cómo se sintió usted don Clotario después de ese acto? -"Le diré la verdad, por fin sentí que mis desvelos se transformarían en realidad, pero tantas veces me había hecho esa ilusión que estaba inquieto, pero lleno de esperanzas."

CUT: LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD "La historia de las luchas de la clase trabajadora -ignorada por la mayoría de los historiadores clásicos- es la verdadera historia patria." (1) Por fin, a los 52 años, Clotario Blest transforma su anhelo en realidad: empleados y obreros unidos en una gran Central que cobija a todos los asalariados de Chile.

El Congreso Constituyente se realiza entre el 12 y el 15 de febrero de 1953, en el Teatro Coliseo. La convocatoria a este acto es suscrita por federaciones representadas por 2.355 delegados que expresan a 300.000 sindicalizados.

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Al término del Congreso, el 15 de febrero, nace oficialmente la Central Unica de Trabajadores (CUT) y Clotario Blest es designado su presidente. La alegría popular se manifiesta en poemas y canciones que Clotario conserva en su archivo: "Del doce al quince'e febrero se efectuó en la capital un gran congreso sindical del empleado y obrero nuestro gran proletariado sigue su senda ascendente luchando siempre valiente la aspereza ha superado librando un fiero combate fuerte dando a los rastreros a traidores y amarillos unióse enorme y sencillo del doce al quince'e febrero." (3) "Si Recabarren viviera qué feliz se sentiría después de tanta porfía ya se unió la clase obrera. Este doce de febrero a la Central vio nacer por eso Clotario Blest oído por Chile entero en un discurso sincero proclamó con voz entera

en la asamblea primera en el teatro Coliseo inaugurado el torneo Ya se unió la clase obrera." (4) "Que exista un mundo de trabajo e igualdad, respeto y dignidad, que exista amor justicia y comprensión sin distinción..." (5) CONGRESO CONSTITUYENTE La Comisión Nacional, obra de Clotario, denominada también Comisión de los Treinta y Cinco, llamaba a las innumerables organizaciones sindicales a ser una sola, y convence a sus integrantes que sus discrepancias son insignificantes ante la fuerza que pueden adquirir todos juntos. Enseguida, esta Comisión reafirma la independencia y autonomía frente a cualquier tutelaje de partidos políticos y de gobiernos de turno. Esta Comisión presentó al futuro congreso los siguientes puntos: Declaración de Principios, Estatutos y Programa de Reivindicaciones. Meses después, en febrero de 1953, se inauguran las deliberaciones sindicales. Al acto asisten el Ministro del Interior. Guillermo del Pedregal, y Clodomiro Almeyda, Ministro del Trabajo del gobierno de Ibáñez. Almeyda en su alocución manifiesta que su ha anulado la Circular González Cerani, análoga a la Circular Hölger Letelier (6). También se compromete a reorganizar el Ministerio del Trabajo, con el fin de abordar con más celeridad los conflictos del ramo. Además, asisten al congreso los representantes de la rama interamericana de la Conferencia Internacional de Sindicatos Libres (ORIT) y la Confederación de Trabajadores deAmérica Latina (CTAL).

Los grandes temas que se discuten son: 1.- Organización y objetivos de la Central Unica: a) Declaración de Principios y Finalidades. b) Estatutos y Reglamentos c) Finanzas y Cotizaciones d) Métodos de lucha y Propaganda e) Nombre de la Central Unica 2.- Reivindicaciones: a) Sueldos y Salarios; Escala Móvil; Participación de Utilidades b) Derecho de Organización y Huelga de los Trabajadores c) Seguridad social, previsión, salud pública. d) Educación, cultura y capacitación técnica. 3.- Problemas Nacionales: a) Rescate de las materias primas y desarrollo industrial. b) Reforma Agraria y situación de los campesinos. c) Viviendas, servicios públicos y cooperativas. d) Situación de la mujer y de la juventud trabajadora e) Derechos sindicales y libertades públicas. 4.- Problemas internacionales: a) Capitalismo y Estado. Imperialismo y Liberación Nacional. b) La Guerra y la Paz. c) Relaciones Comerciales. d) La Central Unica y las Internacionales de Trabajadores En lo concerniente a la declaración de principios, es aprobado lo siguiente:

"El régimen capitalista actual fundado en la propiedad privada de la tierra, de los instrumentos y medios de producción y en la explotación del hombre por el hombre, que divide a la sociedad en clases antagónicas, explotados y explotadores, debe ser sustituido por un régimen económico social que liquide la propiedad privada hasta llegar a la sociedad sin clases, en la que se asegure al hombre y a la humanidad su pleno desarrollo. Frente al régimen capitalista, la Central Unica de Trabajadores realizará una acción reivindicacionista encuadrada dentro de los principios y métodos de lucha de clases". Se establece enseguida, los organismos que compondrán la CUT: Congreso, Consejo Directivo Nacional, Comunales o Locales y en la base, Sindicatos, Asociaciones o Uniones. Sobre las relaciones internacionales, se resuelve mantener relaciones fraternales con todas las centrales extranjeras, sin adherir a ninguna de ellas En lo que respecta al programa de acción inmediata, se decide: "La Central Unica de Trabajadores condensa los numerosos problemas enunciados en la convocatoria del Congreso Constituyente, como los debates de comisiones y reuniones plenarias realizados durante los cuatro días. El programa en lo económico impulsa la obtención de mejores condiciones de trabajo y vida para los asalariados, con remuneraciones en relación al costo de la vida y estabilización de los precios de las subsistencias y de la vivienda, acción complementada con la revalorización de la moneda, petición destinada a aumentar el valor adquisitivo de los salarios. La Central luchará por el pleno empleo y por el establecimiento por parte del Estado de un seguro de cesantía; el principio de "a igual trabajo igual salario" regirá su actividad para proteger las ocupaciones de la mujer y del joven. La elaboración de un plan nacional de habitaciones populares deberá ser preocupación preferente de la institución.

El programa en el orden social plantea la defensa del régimen democrático para perfeccionar y consolidar la organización obrera. Estima que la planificación de la economía, la limitación de las utilidades de las grandes empresas, la reforma agraria, deben ser los medios para estimular el desarrollo del país. Se plantea la reforma de las leyes del trabajo, que se termine de una vez por todas con la división de empleados y obreros; la sindicalización y el reconocimiento del derecho a sindicalizarse de los trabajadores estatales. También se solicita representación de la Central a los diversos consejos de las instituciones de seguridad social como la participación del trabajo organizado en las empresas en que tenga ingerencia el Estado. En lo educacional y cultural, la Central promoverá el fomento a la educación pública gratuita, la aprobación de una ley de alfabetización nacional, la creación de escuelas industriales y de universidades populares; la preocupación por la salud pública y su mejoramiento y expansión. Por último, se aprobaron numerosas resoluciones sobre problemas particulares de federaciones, sindicatos y poblaciones que reflejan la enorme gama de asuntos que se discutió en el Congreso Constituyente."

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ELECCIÓN Y RESULTADOS DEL CONGRESO En la última sesión plenaria se procedió a efectuar la elección de la Directiva Nacional en votación secreta. La lista que encabezaba Blest estaba integrada por sindicalistas de los Partidos Comunista, Socialistas de Chile, Radical y Falange (más tarde Democracia Cristiana), eligió a 23 miembros del Consejo. Las restantes listas eran cuatro, representando a grupos ibañistas y socialistas populares, que eligieron 9, y los anarco-sindicalistas, a 3 miembros. (8) "En suma, el Congreso Constituyente es un éxito en lo que dice relación con la asistencia de la inmensa mayoría de los organismos sindicales. La presencia de todas las tendencias ideológicas existentes en el campo del trabajo organizado, la confrontación de sus puntos de vista y la concordancia en las directivas básicas de la futura acción de la Central es un signo auspicioso." (9)

Clotario Blest recordará, años después, que su labor fue muy difícil y apremiante para solidificar la unidad. "El trabajo producto de la constituyente, se concretó en los siguientes puntos: 1) Organización de la CUT en todas las provincias. 2) Campaña para alcanzar reivindicaciones relacionadas a la plataforma de lucha. 3) Relaciones internacionales. 4) Defensa de dirigentes y sus bases frente a la represión. 5) Sindicalización campesina y modificaciones sustanciales del Código del Trabajo. 6) Organización de todos los trabajadores en sindicatos y gremios. Como método de lucha se adoptó la acción directa, sin llegar a convenir relaciones, ni con el gobierno ni con los patrones. También se resolvió que toda acción futura sería sin tuición política partidista." (10) En otro artículo, Blest expresa: "Este fructífero resultado de seis años de lucha, alcanza su más amplia coronación en el Congreso Constituyente que, se debió, no a determinadas personas o dirigentes, sino a la decidida voluntad de la clase trabajadora de llegar a esta unidad, voluntad y aspiración que fue leal y honradamente interpretada por sus dirigentes en todo momento. Hubo, evidentemente dificultades, pero todas ellas fueron ampliamente superadas por la actitud y conducta antisectaria y plenamente unitaria de sus dirigentes."

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EL ACONTECER POLÍTICO AYUDA AL NACIMIENTO DE LA CUT La instauración de la nueva Central Sindical marcará el término de un ciclo de más de siete años en que los rasgos más sobresalientes de la realidad sindical fueron la dispersión del movimiento obrero, las persecuciones administrativas y judiciales del mismo, las violentas pugnas entre fracciones de trabajadores y la

incorporación de nuevos contingentes sindicales a las luchas sociales. Otra característica especial de esa época, es el desplazamiento que sufre el sector obrero o manual en el liderazgo del movimiento social y reivindicativo, como había sido usual hasta fines del siglo pasado, en organismos como la FOCH o CTCH. Son en cambio, en 1953, los trabajadores de cuello y corbata quienes reactivaron e impulsaron la nueva instancia laboral, con Clotario Blest a la cabeza como líder. El vigoroso movimiento gremial de la década de los cuarenta, que había demostrado su eficacia en innumerables movilizaciones sociales, observaba a principios de 1953 un enorme fortalecimiento, producto del 48% del electorado que obtuvo el candidato Ibáñez, que prácticamente desplazó a los partidos políticos, especialmente los de signo izquierdista. Como reacción obvia, ante este nuevo escenario, los diferentes partidos de izquierda optan por traspasar sus actividades al desarticulado campo sindical, desde donde se ejerce una fuerte oposición al gobierno de Ibáñez, por el temor a que éste se transforme en una dictadura. Un testigo de ese entonces, el hoy detenido-desaparecido Bernardo Araya, dirá: "Sabíamos, nosotros los comunistas, que Ibáñez podía hacerse dictador. Tenía una corriente de adherentes al interior de las Fuerzas Armadas, como posteriormente quedó establecido con la Línea Recta. Por eso nos abocamos a reagrupar al sindicalismo, como para hacerlo una gran muralla anti-golpista." (12) Rene Montero, ex secretario de Ibáñez del Campo, reconoce que el terreno sindical es "donde más vulnerable está el ibañismo, pues en el resto de las actividades sociales nuestro control es absoluto."

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Los propios anarquistas, en un recuerdo de la "Masacre de Chicago", aceptan la presencia de las tendencias partidarias en el seno gremial, advirtiendo el desdibujamiento que sufre la organización sindical, por privilegiar lo político, como sucedió posteriormente: "Pese a que, por estrategia y táctica, la politocracia se ha definido como la de los trabajadores explotados y que nuestra defensa es la organización sindical,

pensamos que no debemos desechar esta hipócrita alianza entre sindicalismo y partidismo. Tratemos de construir alguna línea obrera clasista, mientras los partidos curen sus heridas, por el golpe propinado por las fuerzas populistas del ex dictador." (14) A nuestro entender, este elemento sociológico denominado ''ibañismo", será el desencadenante del nuevo reacomodo que experimentará el campo social chileno, luego de casi veinte años de virtuales oligarquías de partidos. PORQUE BLEST ES ELEGIDO DIRIGENTE Alfredo Molina Lavín, por entonces subsecretario del Frente del Pueblo, organismo que en alianza con socialistas, comunistas e independientes, alzó la candidatura presidencial de Salvador Allende en 1952, expresa que "apenas instituido Ibáñez como Presidente de Chile, comenzamos una ronda de negociaciones con diferentes personeros políticos y sindicales, con miras a buscar la mejor fórmula doctrinaria que tuviera la naciente Central Sindical. Recuerdo, luego de varios días de interminables pláticas, cuando alguien - me parece Long - dijo: necesitamos un hombre que dé garantías al espectro ideológico sindical. Por eso propongo a esta reunión el nombre de Clotario Blest, como el mejor para esta misión de aglutinación entre los trabajadores, por ser un factor de unidad." "Meses después, al fundarse la CUT, no había otro dirigente que como Clotario Blest contara con la simpatía de la inmensa mayoría de los trabajadores, cualquiera fuera su tendencia política o filosófica. Pienso personalmente más allá de las licitas divergencias, que Blest supo dejar de lado lo que dividía y tener en cuenta lo que unía." (15) Clotario entiende que ir apoyado por fuerzas partidarias no significa subordinarse a sus direcciones. Su único norte es la defensa de todos los asalariados. Por ello, asevera con mucho orgullo: "Nunca fui instrumentalizado por ningún partido o grupo; al contrario, yo utilicé conscientemente a los partidos políticos,

especialmente a los socialistas y comunistas, para la unidad. Mi olfato sindical me lo indicó." (16) En cambio, el dirigente comunista Juan Vargas Puebla opina: "la dirección de la CUT, desde su inicio, fue producto del acuerdo político, tanto de la mayoría como de la minoría. Su presidencia fue el triunfo de las fuerzas mayoritarias unitarias que pugnaban por una Central independiente de los patrones, del gobierno y de los partidos políticos." (17) Blest profundizará este enunciado, cuando escribe: "De este principio se deduce lógicamente que la CUT no es ni puede ser un partido político, ni formar parte de una combinación de partidos, tal cual hoy existen y se estructuran. De aquí que la CUT no obedece ni se somete a consignas o acuerdos determinados por estos partidos políticos que la integran; nuestros sindicatos y gremios no pueden actuar en ellos sino en función de los intereses sindicales y gremiales. A ningún miembro de la CUT le es permitido traer al tapete de la discusión sindical o de sus asambleas o locales gremiales, discusiones de carácter sectario encaminadas a romper la unidad de la clase trabajadora y realizar labor proselitista contraria a los principios sindicales de la más amplia y cordial unidad". "Evidentemente que esto no significa -continúa escribiendo en este largo artículoque nuestros trabajadores deben despojarse o renunciar a sus ideologías o doctrinas políticas al incorporarse a la acción sindical o gremial. Todos nuestros compañeros tienen derecho a pertenecer al partido político de sus afecciones y en él actuar como mejor lo estimen conveniente, pero este compañero trabajador debe saber que esta condición de político no le da el derecho a pretender que el sindicato o gremio deba estar controlado por elementos de su exclusivo color político, o callar como cómplice los errores de sus correligionarios y hasta pretender defenderlos o disminuir sus faltas contra el gremio o la colectividad." Esta conducta para la acción, en que lo sindical predomina sobre lo partidista, lleva a que "en un momento, todos los de la CUT estaban contra el Gobierno, donde Clotario ocupa el lugar de portavoz", entre los años 1953 y 1956.

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Durante los años señalados, antes que los partidos se recuperen electoralmente, la oposición política de Chile la lideró la CUT y Blest fue el jefe de la oposición. Fue la época en que la CUT fue más fuerte, donde doblegó al Congreso. Después vino la formación del FRAP (20) el año 1957. en que comunistas y socialistas fueron los que dirigieron a la oposición con un criterio más "parlamentarista." (21) PRESIDENCIA DE CARLOS IBÁÑEZ DEL CAMPO En los últimos meses de la administración de González Videla. se desarrolló un pesimista clima político-social y de rechazo a los partidos, en especial al Radical, ya que muchos de sus miembros tuvieron activa participación en los caudales públicos e influencias en el poder. Los anhelos de regeneración se volcaron entonces hacia la persona del ex dictador Carlos Ibáñez del Campo, quien, prometiendo "barrer la inmoralidad administrativa", resultó elegido como Presidente de la República en noviembre de 1952. "Viejo ya, rodeado de nietos y de flores en su apartado retiro de Dublé Almeyda, el general Ibáñez vio llegar de improviso la popularidad que tantas veces le fuera infiel. Enfrentado en la lucha presidencial al eminente radical don Pedro Enrique Alfonso, comenzó a encarnar la desesperación reinante. Es verdad que lo jurídico se llamaba Alfonso, pero la desesperación se definía Ibáñez, y los desesperados lo hicieron triunfar. Ibáñez es la figura más compleja de la política chilena. Su carácter parece haber sido modelado con líneas cruzadas, y no hay manera de encajarlo en una definición completa. Muchos piensan que era un militar enérgico; sin embargo, hay en él algunos rasgos de ternura y flaqueza verdaderamente desoladores. Muchos lo acusan de escasa virilidad; sin embargo, jamás hubo una mano más diestra para dirigir un destino tan confuso. Muchos le creen dictatorial, y fue quizás el militar más apegado a las fórmulas constitucionalistas. Muchos lo culpan de su excesivo respeto por la ley, pero es el revolucionario más realista que hemos

tenido. A veces, la derecha lo creyó el instrumentos de sus designios, y nadie puede definir a Ibáñez como un derechista. Por momentos la izquierda le consideró afiliado a sus preceptos, y ¿quién podría confundir a Ibáñez con un agitador común? En el fondo, para Ibáñez no existía la política ni las doctrinas. Existía un puesto de mando que es necesario conquistar a todo trance. Conquistar con éste o aquél, no importa; llegado al poder, éste y aquél desaparecen y sólo queda su mano gobernando el timón. Cuando en la tarde de su triunfo las muchedumbres se agolpaban en La Moneda y le hacían sentir esa tremenda emoción del hombre que resucita después de veinte años de encontrarse sepultado, no daba él la sensación de Lázaro, pálido y enjuto: daba más bien la del que tiene un billete reservado y espera su turno. El gobierno de Ibáñez, pues, fue un trasunto de su extraña y evasiva personalidad: ni democrático ni revolucionario; ni defensor de privilegios ni atentatorio de derechos; ni negro ni blanco; ni de derecha ni de izquierda. Fue un gobierno sin programa fijo y sin apellido. Ibáñez gobernó en la misma orfandad política en que había vivido. Si bien el Partido Agrario Laborista parecía ser su base principal, él no hacía nunca caso de las directivas agrarias en la organización de sus gabinetes. Llevaba siempre consigo una libreta en que anotaba nombres de futuros ministros, y en las frecuentes y repetidas crisis que él mismo provocaba, sacaba su libreta, ponía distraídamente su dedo sobre un nombre, y ya está: un señor improvisado y sin más títulos que el capricho del Presidente, llegaba a jurar. Hemos oído, por ejemplo, que el Almirante Olsen, que fue Ministro de Relaciones, llegó a ese cargo porque Ibáñez, un día en que le dio audiencia, lo encontró con facha de diplomático." (22)

La victoria de Ibáñez fue una demostración palpable de las limitaciones de los partidos organizados según los cánones tradicionales, incapaces de valorar el real grado de politización alcanzado por los sectores de bajos ingresos. La crisis económica, entretanto, no menguaba. Desde mediados de la década del cincuenta, comenzaron a hacerse evidentes en las economías latinoamericanas las fallas estructurales del modelo socioeconómico surgido tras la crisis de 1930. En Chile, los primeros signos se empezaron a manifestar en 1953, como consecuencia de una contracción del comercio exterior, que perdió el impulso que le había dado la guerra de Corea. Como un síntoma de los complejos problemas de la estructura económica social, aparecía la inflación desbordándose de sus marcos históricos. La fuerte alza del costo de la vida, que de un 56,2% en 1952, siguió con un 71,1% en el año siguiente, pasando luego al 83,8% en 1954 y a un 86% en el 56, tuvo como causales, entre otras, la fuerte expansión del gasto público, que sólo era financiado parcialmente por nuevos ingresos tributarios, y los serios problemas que existieron en el comercio exterior. Con la pérdida del impulso dado al comercio exterior por la guerra de Corea, escribe el historiador Sergio Villalobos, más la caída del precio del cobre y la contracción que afectó a la economía norteamericana, la débil situación chilena se hizo crítica en 1953, año en que precisamente se calculaba que el cuarenta por ciento de la renta nacional debería destinarse a los gastos del Estado. El proceso inflacionario que se desató adquirió caracteres extraordinariamente agudos. Como de costumbre, los déficits presupuestarios llevaban a nuevas emisiones, a la postergación de obligaciones y a otras perturbadoras prácticas financieras. A esto se unía una política cambiaría lamentable. (23) La inoperancia de activar algún plan de recuperación por parte del Presidente Ibáñez, se debió a la nula intención de cohesionar a la heterogénea masa popular que le dio el triunfo.

"Con esta actitud, el ibañismo comenzó a devorarse a si mismo, dividiéndose en una infinidad de grupos que pasaron a la oposición ante los desaires del General. Sólo seis meses después de la elección, al renovarse el Gobierno, el ibañismo empezó a desvanecerse, y aunque obtuvo cerca del cincuenta por ciento de los votos, no logró una mayoría en ninguna de las cámaras"

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Desde entonces, el ibañismo, cuya existencia obedecía sólo a la magnética personalidad del caudillo, comenzó a experimentar sucesivas derrotas, que culminaron con su casi desaparición en las elecciones parlamentarias de 1957. LAS ASPIRACIONES DE LA CUT EN MARCHA A pocos días de creada la entidad sindical, el Gobierno designa como secretario de Estado en la cartera del Trabajo, al miembro del Consejo Directivo Nacional de la CUT, Leandro Moreno, quien además era dirigente máximo de la Confederación de Obreros Molineros. Ante esta designación, la Directiva Nacional, en conformidad a sus principios y estatutos, resuelve expulsar a Moreno de la CUT, dejando establecido que "mantendrá con el nuevo Ministro las relaciones que corresponden a una Central de clases que busca con independencia la solución de los conflictos y la defensa de los intereses de la clase trabajadora." Esta disposición de diálogo con el Ejecutivo en la búsqueda de arreglos sociales, dura hasta octubre de 1953, cuando el nuevo Ministro del Interior, Contraalmirante Jorge Araos, denuncia que la CUT es una "institución ilegal", y da las instrucciones a los funcionarios públicos de negarles cualquier ayuda en la tramitación y gestiones de negociaciones colectivas. La primera concentración pública organizada por la CUT, el 12 de marzo, en la capital, a la que asiste el Presidente de la República, Carlos Ibáñez, intendentes y gobernadores, marcaría la tónica de esta "luna de miel". La conmemoración del día de los trabajadores, en mayo de 1953, sirve para que Clotario pida, como lo había hecho en el mitin de marzo, el "respeto a los

organismos sindicales, que son víctimas de persecuciones por parte de sectores patronales y oligárquicos." También insiste en la denuncia contra los empresarios. La reorganización ministerial, realizada como medio de encarar el proceso inflacionario, lleva a que el nuevo Ministro de Hacienda, el socialista popular Felipe Herrera, dé a conocer un paquete de medidas económicas, siendo las más importante: la dictación de un listado de 250 productos de primera necesidad que congelan sus precios; el establecimiento, por decreto con fuerza de ley del salario mínimo para el obrero agrícola, la asignación familiar de todos los obreros y la indemnización por años de servicios. La Central Unica de Trabajadores, pese a considerar positivo el ajuste económico, encontrará débiles las medidas tomadas para llevarlo a cabo. Pide, por lo tanto, ante las autoridades de Gobierno, la aprobación del petitorio económico que había sido elaborado por ellos, realizando una gran campaña de agitación, como la concentración del 10 de septiembre, que concluyó intempestivamente al renunciar el ministro que promovía el "Plan Económico". "La reestructuración del Ministerio y los que le suceden posteriormente, significan un cambio en la orientación política y económica del Poder Ejecutivo, debido a la presencia de personeros pertenecientes al grupo "estanquero", que dirige Jorge Prat Echaurren. (25) Meses antes, en octubre de 1953, ante una invitación de la Liga de los Derechos Humanos de Argentina extendida a la CUT, para que interceda ante el Presidente Perón por la libertad de los presos políticos anti-peronistas, emprende un viaje a Buenos Aires con seis dirigentes sindicales. Clotario me narra esta experiencia: -"Cuando el avión hizo escala en Mendoza nos metieron a todos en un calabozo. Al juez le daba con que yo era comunista. Apunte, le dijo al secretario: Clotario Blest es comunista. Como protesta por el maltrato y el vejamen comenzamos una

huelga de hambre. Estuvimos ocho días en huelga y la noticia trascendió. El Cónsul de Chile, el chico Moreno, se portó muy bien, no quiso separarse del grupo por temor a que nos pasara algo. Cuando, por fin, nos liberaron, al subir al avión yo grité un ¡Viva Chile! con tan mala suerte que el avión retomó a Mendoza por fallas técnicas, los compañeros en Chile me esperaban con un mitin de bienvenida."(26) A fines de 1953, como premonición a lo que ocurriría tiempo después, con ocasión de las festividades de Pascua y Año Nuevo, Blest dirige una carta al Directorio Nacional de la CUT, donde luego de representar algunas duras observaciones sobre la marcha de la Central Sindical, termina instando a "mantener el espíritu ecuánime y conciliador de todas las corrientes ideológicas que se suscribieron en el seno del Consejo directivo." (27) Entre los problemas más importantes para los trabajadores a principios de 1954 en el orden económico, está la aspiración por el salario vital para el sector obrero, reajustable en consonancia con el costo de la vida. También la abolición del trato privilegiado que se hacía para algunos servidores del Estado -Carabineros y Fuerzas Armadas- en relación a los trabajadores civiles. En lo político, la CUT comienza un plan de movilización que durará seis años, que busca la derogación de la ley de Defensa de la Democracia. El Gobierno, entretanto, irá desplegando una actitud represiva e intolerante contra la entidad Central de Trabajadores, especialmente contra Clotario. FIN DE LA LUNA DE MIEL Las respetuosas relaciones entre Gobierno y CUT comenzaban a deteriorarse. El 12 de febrero de 1954, una delegación del Comando de Servidores del Estado, presidida por Blest. luego de aguardar más de cuatro horas al Ministro de Hacienda, con quien se iba a hablar sobre la respuesta gubernamental al proyecto presentado un mes antes, debe retirarse al no ser recibida por el titular de la cartera. La delegación sufre este desaire en silencio, pero su dignidad está herida.

Para un nuevo 1º de Mayo y ante miles de trabajadores, Clotario Blest pronuncia en la Plaza Artesanos un encendido discurso contra el Gobierno: "Camaradas, el panorama del país es demasiado trágico; hombres ineptos e irresponsables nos han llevado a esta situación. La clase trabajadora, con su admirable intuición, ya sabe como descubrir a todos los traidores y a aquellos que venden a la patria. Están en la Moneda el Presidente y los Ministros. Hay, camaradas, muchos traidores a la Patria en el Congreso Nacional."... (28) "La clase trabajadora es la única que puede castigar implacablemente a los que le han traicionado, y darse para sí una justicia social integral." (29) Días después, el Gobierno interpone ante los Tribunales de Justicia, una querella contra Clotario, por "proferir injurias a S.E.", que le vale su ingreso por primera vez a la Cárcel Pública. La denuncia la efectúa el Ministro del Interior, Contraalmirante Jorge Araos. Esta situación provoca un clima de gran expectación e inquietud entre las filas de los trabajadores, lo que intranquiliza al Ejecutivo, que adopta extraordinarias medidas de seguridad a través de Carabineros e Investigaciones, por temor a eventuales desórdenes. Los poetas populares también se hacen presentes: "Cuarteta: Don Clotario, hombre de acción que se encuentra detenido delincuente nunca ha sido no merece su prisión. Glosa: Un luchador muy conciente siempre don Clotario ha sido hoy se encuentra recluido

por hablar claro y valiente es un deber no carente de profunda comprensión visitarlo en su prisión donde se encuentra detenido porque es y siempre ha sido don Clotario hombre de acción. Su viejita, acongojada ruega a Dios que pronto salga por su hijo ella se amarga y se halla triste y postrada de esta ancianita amargada su sustento siempre ha sido. Yo en mi corazón anido junto al pueblo el gran deseo que deje de ser reo que se encuentra detenido. La CUT, los gremios y todos deben ir a visitarlo y su afecto demostrarlo con esmero de ese modo. El siempre ha sido estimado y no hay que echarlo al olvido pues ejemplo siempre ha sido de hombre leal y valiente que por su fervor creciente delincuente nunca ha sido. Con su palabra elocuente en favor del proletariado

ha luchado don Clotario con ideal puro y ferviente este hombre tan vehemente y de noble corazón sufre con resignación el cadalso inmerecido como digno siempre ha sido no merece prisión. Despedida: Que torne pronto a su hogar le deseo a don Clotario para que así su calvario ya se pueda disipar. Cuando vuelva ha de estrechar con dulzura y sin demora a su viejita que adora siendo de ella su sostén así pedimos le den libertad en buena hora."

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-¿Recuerda cómo fue su encarcelamiento? -"Yo estaba enfermo de úlceras, según el médico, porque se me olvidó alimentarme ese 1º de Mayo, y ... bueno, eran tantas las dificultades de ese momento. Rafael Retamal fue el magistrado que sustanció el proceso en mi contra. Yo declaré. Y me pasa un periódico, La Ultima Hora, donde expresa: "Este es un accidente en la vida de los dirigentes gremiales, es un honor tal acusación. Me mantengo íntegro -se lee en el amarillento papel que Blest conserva como un preciado tesoro- en esta lucha que ha sido el centro de mi vida. Mantengo, ahora más que nunca, mi posición de luchador gremial. Espero que la clase trabajadora también sepa conservar su espíritu unitario y su combatividad."

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Frente a este hecho, la CUT se dispone realizar un paro general nacional para el 17 de mayo. "Pese a que el día anterior -asevera Clotario- fui dejado en libertad, con el propósito evidente de quebrar el paro, éste se hizo. El resultado fue completamente exitoso." (32) Faltando horas para que la paralización general del país termine, Blest, en un magno acto, expresa: "Este paro y acto de hoy, es protesta y sentimiento de un pueblo, es la expresión de la pobre mujer, madres de pecho que no tienen cómo alimentar a sus hijos. Estos actos son un sentimiento de venganza ante la injusticia y los atropellos, y estos actos se realizan en todo el país; es el repudio y es un grito de fe, de esperanza y unidad. Esto me recuerda, cuando muchacho salía a la calle a pelear por las reivindicaciones de los trabajadores y me insta a volver a luchar por nuestros derechos."... "Seguramente, aquí hay soplones y huincha magnética imprimiendo mi discurso, pero yo vuelvo a repetir que en Chile hay miseria y sufrimiento de un pueblo, por la incapacidad del Gobierno. No temo caer bajo la ley de Defensa de la Democracia como reincidente. Bien debe saber el Gobierno que yo no hago otra cosa que traducir los sentimientos del pueblo. Se me ha arrastrado a los tribunales y a la cárcel pública por injuriar e incitar a la revuelta, salvo que así se llame a quien dice la verdad. Yo he llamado traidores a los traidores y por eso se me ha condenado." (33) Entre el Presidente de la República y el presidente de la CUT se desencadena una violenta discusión pública que los periódicos de la época reproducen en grandes titulares: -"Debería estar en la cárcel por desconocer sus deberes con la Patria" -"La patria no sólo es patrimonio de los que sustentan el poder, los indefensos son la gran mayoría y tienen derechos que no deben desconocerse." -"Hay ciertas personas que han perdido todo respeto a las tradiciones y trasgreden el orden público.".

-"Lamento profundamente el fallo del Ministro Retamal de absolver a un agitador. Por la salud del país, yo lo mantendría encarcelado." -"Este país está gobernado por nazis incrustados. Repudio con asco estas leyes antidemocráticas que violan la justicia y los derechos humanos, como las que motivaron mi encarcelamiento." (34) Durante todo el año 1954 se mantiene la tirantez entre los movimientos sociales y el Estado. En relación con la detención de Blest y de los obreros que adhirieron a la huelga ya mencionada, el Consejo Directivo Nacional de la CUT inicia en junio las gestiones para la tramitación de una ley de amnistía. Clotario se opone: "No deseo ninguna amnistía, pues no he cometido ningún delito. Creo que expresar la verdad es obligación de todo ser humano. Debemos, en cambio, luchar con toda energía para que el gobierno reconozca el derecho a huelga y tanto yo como los obreros estamos haciendo uso de un derecho legítimo."

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Entre el 19 y el 22 de mayo de 1954, se realiza la Primera Conferencia Nacional de la CUT, que se convocó en reemplazo del Primer Congreso, que debió haberse efectuado en febrero de ese mismo año y que por múltiples razones no se realizó. En dicha Conferencia, Blest dio un informe que no mereció objeciones. Sugiere, además, que se llame a un Congreso para enero del año siguiente, en el cual se ratificará la plataforma de lucha y se llamará a una Asamblea Nacional de las Fuerzas del Trabajo, como un medio de ampliar los grupos que apoyarán los planteamientos de la Central. Paralelamente, ante la invasión de Guatemala apoyada por Estados Unidos contra el Gobierno progresista de Jacobo Arbenz, la CUT llama a un paro y marcha. El desfile, que se realizó en Santiago, estuvo encabezado por Blest, Neruda, Frei y Allende, el 24 de junio de 1954. El 11 de julio, en la Conferencia de Parlamentarios y Personalidades de América Latina, Clotario Blest cierra el acto.

Al mes siguiente, el mundialmente conocido escritor soviético Uya Ehrenburg, invitado a celebrar los cincuenta años del poeta Pablo Neruda, es detenido al bajarse del avión y le confiscan su equipaje. Ante este atropello, el mundo cultural y la CUT protestan airadamente, acusando a la policía de actuar "al margen de las autoridades nacionales." (36) Dos días después, el Ministro del Interior da explicaciones oficiales, devolviéndole sus valijas, lo que le permite asistir al homenaje. Blest habla en nombre de la clase trabajadora. Dentro de la CUT, comienzan a manifestarse minoritariamente censores a las actuaciones de Clotario, especialmente en su relación con el Gobierno. Sin embargo, el Consejo respalda plenamente a su presidente frente a "las maniobras y esfuerzos divisionistas de elementos reconocidos como incondicionales de la oligarquía e imperialismo o de franca tendencia totalitaria o personalista."

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EL ENFRENTAMIENTO CON EL MINISTRO JORGE PRAT El nuevo Ministro de Hacienda, Jorge Prat, estudia un enérgico plan de choque para mejorar la economía. Sin embargo, la agitación social continúa. "Ese año se produjeron 231 huelgas de importancia." (38) El cobre, el salitre y parte del carbón llevaban meses detenidas las faenas. La CUT decide presentar una fórmula de solución al conflicto cuprífero ante los Ministros del Interior, Abdón Parra, y del Trabajo, Ignacio Cousiño. Los ministros la recusan e increpan a Blest, culpándolo de ser el causante de la gran tensión reinante. Clotario abandona el Palacio de Gobierno y declara: "No soy niño chico para soportar que me reten", dando por cancelada la negociación. (39) Al estudiar el nuevo plan económico-social de Prat, la CUT se muestra totalmente contraria; especialmente inaceptables le parecen las medidas que limitan los reajustes a las remuneraciones de los trabajadores por dos años y la supresión, por el mismo período, del derecho a huelga. Esta actitud confrontacional contra el poder gubernamental, desata una persecución laboral que se dirige especialmente

contra su presidente, Clotario Blest. Sin embargo, al leer los periódicos de esa época, algunos insisten en que existió cierta amistad entre el Ministro Prat y Clotario. Al entrevistarlo, lo interrogo sobre ese punto: -¿No ofreció usted la colaboración de la CUT al Ministro, como lo indica el vespertino La Segunda ? -"Jamás ofrecí nada. La palabra colaboración no fue pronunciada y no debe serlo por ningún dirigente responsable. Para nosotros, la causa de los trabajadores es sagrada y en el plano humano está por encima de nuestra propia vida. Mal podríamos entregar nuestro aporte a los oportunistas de la inconsistencia y a personeros que, aunque muy respetables, no pertenecen a nuestra clase y cuya mentalidad económica, social y política nos es ajena y adversa." -¿Entonces el Ministro Prat nunca le agradó? -"Nunca. Jorge Prat fue el culpable de que me echaran de la administración pública. Yo era presidente de la ANEF y de la CUT; él me mandó llamar y me dijo: '¿usted es un empleado fiscal o es presidente de la CUT?'. 'Ministro - le contesté -, no hay ninguna ley que lo prohíba'. 'Es cierto - respondió -, pero yo lo haré trasladar al norte, así no podré continuar siendo dirigente'. Tuve que presentar mi renuncia. Prat decía que uno de sus méritos era el de haber echado a un 'roto alzado'. Años después, en 1962, encarcelado por atribuírseme, injustamente, actos terroristas, me visitó cuando ya no era ministro y me pidió perdón. Yo lo perdoné de inmediato." (40) En relación con su expulsión de la administración pública: "Único cargo remunerado que yo tenía; la CUT solidarizó conmigo y reiteró su confianza en su presidente." (41) El 12 de septiembre, con motivo del sobreseimiento que le devolvió la libertad, se realiza un homenaje en su honor y una comida en la quinta El Rosedal. Entre los asistentes se destacaban: Elías Lafferte, Pablo Neruda, Salvador Allende y

Eduardo Frei. Clotario, en su discurso de agradecimiento, señala: "Mi única ambición, mi único camino en la vida, es la lucha por los trabajadores. No espero nada; sólo aspiro, al final de la vida, morir sacrificado como mi Maestro, Cristo... Lucharé tesoneramente contra la injusticia social para quebrar la prepotencia de los capitalistas..." (42) ESTADO DE SITIO Ante las imposibilidades de quebrar las huelgas existentes y para abortar el paro nacional que se preparaba para los primeros días de octubre, y conseguir aplicar sin oposición verbal ni activa el plan Prat, el gobierno decide decretar, en uso de sus atribuciones constitucionales en caso de "conmoción interna", el 30 de septiembre, el Estado de Sitio, que incluye la clausura de sesiones extraordinarias del Congreso Nacional. Este Estado de Excepción desata una oleada de detenciones y relegaciones en los ámbitos sindicales, estudiantiles y periodísticos. Diez partidos políticos deciden, entonces, en conjunto con la CUT y la FECH, formar el Comité de Acción Parlamentaria y Sindical, con el fin de rechazar este decreto. La CUT emite, pocos días después, una declaración pública en que sostiene que no existe en el país "conmoción interna" y que el "estado de sitio" no tiene, por lo tanto, base legal; lo que sí hay es un "estado de protesta nacional". La finalidad única del Gobierno es lograr la promulgación de lo que el Ejecutivo llama "rectificación económica" y que nosotros denominamos "hambre para los trabajadores". Al final del comunicado llama a las asociaciones sindicales y gremiales a defender las libertades públicas y el sistema democrático del país. El 15 de octubre de 1954, el Ministro del Interior, general Abdón Parra, cita intempestivamente a la directiva de la CUT a su despacho. "Esta cita terminó en las puertas de La Moneda con mi detención." (43) -¿Por qué esta invitación terminó tan violentamente? -"El ministro quería saber si nuestra declaración reflejaba exactamente la opinión de la CUT sobre el Estado de Sitio. Yo le repliqué: sí, señor, ese texto

corresponde al sentir de las 14 federaciones y ese es nuestro sentir y ese es nuestro pensamiento. El se levantó y dio por terminada la conversación, diciendo: -No tenemos nada más que hablar. Buenas tardes". -¿Cuánto tiempo estuvo preso? -"Sólo horas. Fuimos llevados a Investigaciones y, como no existía. según la ley, ánimo de injuriar, fuimos declarados libres en conjunto con los compañeros. Yo insistí en que no cederíamos un palmo en nuestra firme actitud."

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El Comité de Acción Parlamentaria Sindical organiza diferentes actividades de protesta, manifestaciones y marchas. La más importante es la marcha "Por la Libertad y Contra la Miseria y la Cesantía", que reunió a 50.000 personas. El 13 de diciembre el Congreso determinó la "Inconstitucionalidad del Estado de Sitio", que acarrea la caída del Ministro Prat y de su plan. La disputa entre el dirigente sindical Clotario Blest y el Ministro Prat adquirió una vehemencia que los diarios de la época reprodujeron a grandes titulares: Lo que dijo Jorge Prat: "Al dejar el cargo de Ministro de Hacienda, con que me honrara S.E., creo justo tener la oportunidad de detenerme en algunos principios fundamentales que inspiraron mi gestión económica y que, en mi concepto, deben seguir inspirando cualquier política que pretenda defensa de los intereses del pueblo por la única vía propia, que es la estabilidad económica. En primer lugar, estimé y estimo incompatible con la conducción seria y patriótica de los intereses económicos del Estado, la subordinación del Ejecutivo a los poderes abusivos de un dirigentismo gremial que no comprendía su alta función. De allí que me viera precisado a tratar de poner término a la indisciplina administrativa e incluso a hacer salir de la Administración a un subordinado alzado, así fuere este presidente de la ANEE y de la CUT, y de allí que debiera cerrar mis oídos y las puertas del Ministerio a aquellos grupos dirigentes que

estimaban que era aún posible seguir tratando con el Ejecutivo sobre la base de los ultimátum y de las amenazas de huelga por cualquier motivo."

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Clotario Blest "despide" al ex Ministro de Hacienda. En una violenta réplica el líder gremial el 5 de enero, dirigió a los directores de los diarios la siguiente carta: "Sr. Director: Ruego a Ud. se sirva a publicar las siguientes líneas, a manera de breve contestación a las alusiones que hace a mi persona el ex Ministro de Hacienda, Sr. Jorge Prat Echaurren, en la declaración oficial que entregó a la prensa y que aparece en los diarios de hoy. No me detendré a analizar algunos pintorescos términos de este ex Ministro, que le son usuales, pero que demuestran su ignorancia del castellano, a pesar de tener tantos millones, confirmando así aquel adagio que dice: "Quod natura non dat; Salamanca non prestat". No es la primera vez que tenemos la "insolencia" de llamar la atención del ex Ministro sobre estos errores y hoy volvemos a decirle que los términos "dirigentismo" y "dirigentistas" no son vocablos castizos y el término "alzado" que me da, tampoco tiene el sentido que él ha pretendido darle y que, según entiendo, es el de "roto alzado" que usan mucho los latifundistas como él. El ex Secretario de Estado de los "sacrificios compartidos" ha estimado como la obra cumbre de su Ministerio el 'haber hecho salir de la Administración Pública al Presidente de la CUT y de la ANEF', sin dar su nombre, no sé si por cobardía o vergüenza. Para este señor, obsesionado por el especial criterio que tiene sobre el concepto de "autoridad", que confunde con el de "lacayismo" y muy especialmente dejándose arrastrar por su típica mentalidad "nazi", no contaba para nada el "proceso inflacionista" ni el "déficit presupuestario", ni el hambre y la miseria del pueblo. Lo fundamental para él era hacer salir de la Administración Pública al presidente de la CUT y de la ANEF Pero debo aclararle un pequeño error al señor

Prat. El suscrito salió del servicio de Tesorerías por rechazar someterse a sus caprichos y venganzas, lo que es muy distinto a lo por él afirmado y de lo que tanto se pavonea como un escolar cualquiera. Tengo la satisfacción de haber sido uno de los que ha contribuido a que el señor Prat saliera del Ministerio de Hacienda, librando así al país de una pesadilla y a los trabajadores de su peor verdugo. Desgraciadamente, el daño que ha causado a la Nación será muy difícil de reparar, a pesar de sus pretensiones de querer dar normas al nuevo Ministro que ha de sucederle en dicha Cartera de Estado. Agradezco anticipadamente a Ud. la publicación de estas líneas en legítima defensa de mi gratuito detractor. Saluda muy atentamente a Ud., su afmo. (Fdo.) CLOTARIO BLEST RIFFO."

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La situación de emergencia del país se normaliza a principios de enero de 1955, cuando el Gobierno promulga la amnistía para todos los procesados por la huelga de mayo de 1954. EL FALLIDO GOLPE DE ESTADO DE INFLUENCIA PERONISTA La desaparición de la escena política del grupo de tecnócratas de orientación autoritaria y nacionalista que aglutinaba Jorge Prat, explica tal vez la aceptación por parte del Presidente Ibáñez de un grupo formado en su mayoría por oficiales del Ejército y de la Aviación que buscaba la implantación de una dictadura militarpopulista denominada "Línea Recta."

(47)

El Presidente se reúne secretamente con

los conspiradores, pero el alto mando militar, que sabe del cónclave del 25 de febrero de 1955, protesta y estima "un grave desquiciamiento institucional" y se produce un severo conflicto entre la comandancia y el Presidente, que se da por finiquitado con la renuncia de los generales Enrique Franco y Oscar Herrera y el juicio y retiro de todos los implicados.

Esto "significó la muerte del movimiento, porque Ibáñez se vio obligado a quitarle su apoyo debido a la oposición del acuerdo de generales que sometió a juicio y pasó a retiro a todos los implicados." (48) Clotario Blest nos relata como fue tentado por los conspiradores que le ofrecieron la dirección del plan: "Una noche, creo que de primavera, tocaron insistentemente la puerta. Creyendo que podría ser la policía, me levanté presuroso para no levantar a mi madre que estaba enferma. Al abrir, me encontré con un compañero que conocía que me invitó a subir al auto. Mientras dábamos vueltas por la ciudad, una persona que se identificó como militar, me ofreció la Presidencia de Chile, a cambio de que la CUT apoyara un golpe militar. Mire señor -le dije-, ni yo ni mis compañeros estamos dispuestos a aventuras, terminemos el paseo, por favor. Después me enteré que el militar que habló conmigo era un coronel en retiro, Oscar Squella." (49) Antecedentes sobre golpes militares frustrados existían desde el año 1948, todos del mismo estilo, inspirados por los movimientos nazi y el populismo exitoso de Perón, que pretendían implantar en todo el cono sur de Latinoamérica dictaduras nacionalistas antiyanquis. Alejandro Magnet en su libro Nuestros vecinos justicialistas, explica detalladamente estos hechos. "Desde 1948, cuando la administración González Videla aún no cumplía dos años, abortó un complot militar -llamado pintorescamente "de las patitas de chancho"-, inspirado por las aspiraciones peronistas para constituir un bloque de naciones. Pocos años después, otro intento golpista, dirigido por una logia secreta "Los Cóndores", formado por elementos nazis, estuvo cercano al éxito. El complot de Colliguay, que gracias a la intervención de Blest descubrió el escondite de Maass y Soto que de haberse demorado y no esclarecido el autosecuestro, habría provocado un paro nacional y la tensión necesaria para el golpe. El proceso posterior a que estos hechos dieron lugar reveló el nombre y los hilos de una trama tejida por numerosos conspiradores. "Los Cóndores", fundado en 1945, estuvo dirigido por Guillermo Izquierdo Araya y contó con el apoyo del ACHA

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y de la cancillería

argentina, que hacía de cabeza. La prolongación del grupo "Los Cóndores" dio

vida a la Acción Chileno Argentina, que con una fachada legal actuaba para "Los Cóndores"." (51) Dentro de este mismo contexto de anuencia a ciertos sectores militares, las autoridades militares crean la Oficina de Coordinación Sindical y Gremial, dirigida por el Capitán de la Armada Nacional y edecán de Ibáñez , Jorge Ibarra Castro. Clotario no trepida en acusar de divisionista a esta entidad "ya que el pueblo y la clase trabajadora no necesitan tutores uniformados y se basta a sí misma para triunfar en esta guerra a muerte contra la oligarquía económica, sus incondicionales y gobiernos que lo amparan."

(52)

LA HUELGA MAS EXITOSA CONTRA EL GOBIERNO DE CHILE En abril de 1955, Clotario Blest intuía un posible cisma sindical. Dentro de la CUT afloraban cada vez con más fuerza dos tendencias tácticas y estrategias opuestas que a la larga fueron las que precipitaron la renuncia obligada de Blest a la presidencia de la Central Sindical. Por una parte, el sector reformista o legalista, que sostenía que las críticas al Gobierno debían hacerse dentro de los marcos democráticos del país. A esta tesis adherían comunistas, socialistas de Chile, falangistas y radicales. A la otra, que se denominó insurreccional y revolucionaria, se plegaban los anarquistas, socialistas populares y trotskistas, que auspiciaban la necesidad de cambios de la estructura social y desechaba la lucha reivindicativa por limitada y reformista. Clotario, ante el peligro de la ruptura de la unidad, logra que la directiva sea la que decida. Esto se refiere puntualmente, según el historiador Jorge Barría, al dilema "huelga general por días determinados, o huelga general indefinida con marcado carácter insurreccional."

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En el acto oficial del 1º de Mayo de 1955, convocado paralelamente al acto de la CUT por una Federación Nacional de Trabajadores Independientes, el Presidente Carlos Ibáñez acusa a la CUT y a sus dirigentes como "traidores a la patria, politiqueros y al servicio del comunismo."

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El 31 de mayo, la Central Sindical suscribe un convenio con la conjunción Centrista y de Izquierda, en virtud del cual estos sectores se comprometen a impulsar, por vía parlamentaria, una serie de iniciativas que culminarían con: Derogación de la Ley de Defensa de la Democracia, modificación de la ley campesina, salario vital obrero reajustable, etc. El Consejo de Federaciones, reunido días después, estima insuficiente el acuerdo antes citado, resolviendo llevar a cabo una masiva demostración de protesta social, representada en un paro nacional de "advertencia". Días antes, el 4 de julio, la directiva de la CUT, encabezada por Clotario, entrega en memorándum de 12 puntos (55) que los trabajadores consideraban esenciales para lograr la libertad y justicia social que el país necesitaba. El documento fue entregado en el Ministerio del Trabajo a su ministro, el general Eduardo Yáñez. El 6 de julio se realiza en la Plaza Artesanos una concentración en que no sólo asisten los sectores sindicalizados, sino también los estudiantes, los políticos de izquierda y personalidades intelectuales. Ahí se decide, dentro de una gran efervescencia, llevar a cabo el paro nacional, cuya duración no se fija, en espera de los acontecimientos. Hasta ese momento el gobierno no había dado respuesta a las exigencias presentadas. El 7 de julio de 1955, a las cero horas, se dio por iniciada la paralización acordada. La huelga general se desarrolló con la participación de los trabajadores asalariados, a los que se sumaron los comerciantes minoristas con el cierre de sus negocios, los estudiantes no asisten a clases y todos los medios de comunicación radial y escrita se pliegan a la protesta. Las oficinas públicas y servicios de administración autónoma debieron cerrar sus puertas por ausencia de personal. Los ferrocarriles y el transporte en general paralizaron. Los cines, restaurantes y bombas bencineras asumieron igual actitud. La Dirección de Carabineros reconoció que el 90% de las actividades del país no funcionaban. Chile parecía un país fantasma. El Gobierno, encerrado en La Moneda, decreta acuartelamiento en primer grado, las tropas y tanques salen a las calles y toman posición en lugares estratégicos. Dos tanques apuntan al local de la CUT en la Alameda con Londres.

En este país paralizado no se produjo ninguna acción violenta, la gente disciplinadamente acató la orden de permanecer en sus hogares. Las tropas se retiran a las 16 horas. ¿A quién debía defenderse? ¿Qué edificios habían sido ocupados? ¿Cómo ejercer la represión en un país sin habitantes, silencioso y pacífico? A las 19 horas de una tarde de invierno muy fría, en el local de la CUT se reúne el Consejo Directivo y los presidentes de las Federaciones Nacionales. Después de evaluar y aquilatar el éxito de la huelga, estalla una violenta discusión entre los que desean prolongar la huelga con el fin de derribar el gobierno, y el sector legalista, que insiste en que el paro es sólo de advertencia para lograr mejoras económicas. Después de tres horas en que ambas facciones insisten en sus posiciones, Clotario ofrece una salida digna para ambos: se dará término a la huelga, dándole al gobierno 10 días de tregua para dar respuesta al memorándum; en caso contrario se iniciará otro paro, esta vez indefinido. El 11 de julio, el Presidente Ibáñez llama a la CUT para dialogar. Clotario narra así lo sucedido: "Ibáñez estaba alarmado: El paro demuestra que ustedes cuentan con el apoyo de la opinión pública; ¿qué quieren? Si desean el Gobierno, se los entrego, pero no a los partidos políticos, -nos dijo el Presidente. Yo sentí que hacemos cargo del Gobierno en ese instante era una irresponsabilidad, habían demasiados partidos en pugna que malograrían esta experiencia. Le contesté: - No, Presidente, no hemos venido a hacernos cargo del Gobierno, a usted le corresponde solucionar los problemas de la clase trabajadora y le propongo nombrar comisiones con mayoría de la CUT, para que en un plazo máximo de un mes, elaboren proyectos que no necesiten pasar por el Congreso. -Conforme, -nos dijo Ibáñez,- pero como ustedes han puesto todas las condiciones, yo voy a poner una sola: durante un mes no debe haber ninguna huelga para poder trabajar con tranquilidad." (56) Según el historiador Luis Vítale, los hechos sucedieron así: "Ibáñez no ofreció el gobierno a la CUT. sino colgar en la Plaza de Armas a los seis políticos oligarcas

de apellidos vinosos que ellos señalaran. Al presentar Clotario la moción del Presidente, fue descartada por amplia mayoría de las Federaciones."

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"Pocos días antes del plazo acordado y cuando las comisiones tenían sus trabajos listos - nos cuenta don Clotario -, llega a buscarnos el auto de la Presidencia; querían hablar urgente conmigo. Ibáñez me señala un periódico en el cual aparece el inicio de una huelga en un servicio público y da por terminado el convenio aduciendo falta de cumplimiento de nuestra parte a lo acordado. -Pero entonces, ¿la CUT no controlaba todos los sindicatos? -Sí, así lo creíamos, pero esta huelga había sido secretamente provocada por el mismo Gobierno, a través del presidente de un servicio público. Poco después, como si nada, me invitan a integrar la comitiva oficial a Bolivia, que yo rechacé, sin comentario." (58) Ante la decepción general, estallan huelgas en diferentes servicios estatales al margen de la dirección de la CUT. Se desencadena la represión y los afectados recurren a diferentes mediadores, entre otros, al Cardenal José María Caro. Frente al problema, la CUT resuelve un paro general de solidaridad para el 5 de septiembre (59). La cancelación de este paro se debe a la mediación de Francisco Cuevas Mackenna, vicepresidente de la Sociedad Nacional de Minería y amigo personal del jefe de Estado. Según el historiador Jorge Barría, "la mayoría de la directiva de la CUT tomó esa decisión "porque estimó" que no estaban las condiciones dadas para realizar una paralización de faenas inmediata. "

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Lo que

en realidad sucedía era que la CUT perdía credibilidad por no concretar las aspiraciones de la mayoría. Blest comprende la situación pero acata la resolución impuesta por los partidos. Luis Vitale dirá: "la suspensión se logró mediante un acuerdo secreto entre Cuevas Mackenna y los comunistas Chacón Corona y Volodia Teiltelboim." (61) De ahí la congoja de Blest cuando en una asamblea a la cual es citado en San Miguel el mismo 5 de septiembre, es abucheado y los asistentes le arrojan monedas, gritándole traidor.

Pese a que el líder perdía cierta popularidad, en el ámbito internacional su figura continúa agrandándose. Organiza y se destaca en la Conferencia Latinoamericana por las Libertades, del 2 al 15 de agosto de 1955, cuyo objetivo era: "luchar por los derechos humanos en América Latina, especialmente los derechos individuales, políticos y sindicales; la liberación de los presos políticos y el respeto a la democracia y soberanía popular amenazados por regímenes dictatoriales." (62) poco antes había sido nombrado miembro del Consejo Mundial de la Paz. Clotario, ante este honor, en una carta de agradecimiento expresa: "...Nuestra clase trabajadora sabrá hacer honor a la distinción que se le ha conferido por tan alto cuerpo mundial de artífices de la paz y redoblará sus esfuerzos cooperando con esa directiva..."

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En el plano interno, el Gobierno, al estimar que la calma pública no está restablecida, solicita al parlamento el otorgamiento de una ley de facultades extraordinarias, la cual es rechazada. Ante esto, el Ejecutivo decreta el Estado de Sitio para las cinco provincias más importantes y clausura la legislatura extraordinaria del Congreso. La inflación, que se empinaba sobre el 80%, obligó al gobierno a contratar la asesoría técnica de la misión norteamericana Klein-Saks (64), experta en finanzas, para intentar corregir la política económica y detener el descalabro financiero. Sus recomendaciones fueron la racionalización y reorganización de la administración pública, una política de créditos, remuneraciones limitadas, supresión de los subsidios y la eliminación del control de precios. Pero las medidas propuestas por dicha misión no surtieron los efectos esperados, porque aún cuando se controló momentáneamente la inflación, no pudieron aplicarse todas sus proposiciones debido a una nueva ola de "agitación social" que, dirigida por la CUT, debía culminar con un paro nacional indefinido el 9 de enero de 1956. El Gobierno, al sentirse débil, decreta el Estado de Sitio en todo el país por 60 días. Los locales gremiales son allanados y sus miembros relegados a diferentes lugares del país y los dirigentes de la CUT son, además, demandados por los

tribunales de justicia, como infractores a la Ley de Defensa de la Democracia. La CUT, desde la clandestinidad, lanza un llamado destinado a "obtener por medio de la unidad y el combate, la libertad de los presos sindicales y políticos..."

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Las

medidas decretadas por el Gobierno le permiten aplicar las proposiciones contenidas en la misión Klein-Saks. Clotario es detenido en su casa y llevado a los tribunales, después de ser interrogado se le traslada a la Cárcel Pública, donde permanecerá, junto a otros dirigentes, 5 meses. Blest aprovechará estos meses de reclusión para escribir y leer. Sus cartas públicas y artículos son ampliamente difundidos por los diarios de izquierda y las revistas gremiales. Después de algunos días de reclusión, Clotario - meditando sobre el fracaso del paro nacional - envía una carta pública a los trabajadores, en que se deja traslucir su preocupación por la existencia de fuerzas subterráneas que se movieron traidoramente para quebrar la organización. Para el tercer aniversario de la CUT, el 2 de febrero, reitera la vigencia de esta entidad como "fuerza liberadora de la clase trabajadora." En la manifestación del 1º de Mayo de 1956 se lee un mensaje de su líder encarcelado: "Las reservas creadoras y combativas de nuestra clase trabajadora son inagotables e invencibles, y en este 1º de Mayo debemos reafirmarlas para alcanzar el triunfo." (66) En un tono más personal, conmovido por su experiencia cotidiana en la cárcel, escribe una serie de artículos titulados: La Vida Carcelaria. (67) La solidaridad hacia el luchador encarcelado se manifiesta desde el exterior, con protestas ante las embajadas y a través de innumerables telegramas exigiendo su libertad. En el país, recibe diariamente un amplio apoyo personal y regalos que, aún hoy día conserva, como un chamanto chilote que lo acompañará hasta su muerte. Entre los libros que le obsequian y que más lo impactaron -enriqueciendo su personalidad- podríamos mencionar: Cristo de nuevo crucificado, de Nikos Kazantzakis: Los Traperos de Emaús, del abate Pierre, que más adelante pasó a ser su amigo y en sus viajes a Chile conversó largamente con él: y por

último. Ergocracia, de Victor Krüger, austríaco que abrió para Blest y otros dirigentes de la CUT un nuevo planteamiento económico.

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Después de 110 días de reclusión, el 3 de mayo, Clotario, obtiene su libertad. NI LA REPRESIÓN NI LA APATÍA DEBEN DESUNIR Y RESTAR FUERZAS Inmediatamente Blest planteará la completa revisión, tanto de los métodos de lucha como de una reestructuración profunda de la Central Sindical. En el vespertino Ultima Hora (69), declara que "una gran apatía embarga a la clase trabajadora ligada a la CUT que motiva a que su líder emprenda una maratónica tarea: reorganizar a la fuerza sindical dispersa." Con este fin llama a una concentración para protestar contra las alzas de los precios y las medidas antiinflacionarias implantadas por el Gobierno, que se realiza el 17 de junio de 1956, con relativo éxito. Semanas después, la CUT continúa tratando de recuperar su impulso perdido, cuando presta su solidaridad activa con los huelguistas de los bancos privados y denuncia al Gobierno posibles fines "dictatoriales". Esta acción genera que Clotario Blest sea nuevamente detenido el 31 de agosto en compañía de varios consejeros durante un corto período, acusados de "instigar la subversión al orden público". En esa oportunidad, Blest, quien permanece de cuidado por una úlcera sangrante duodenal, es arrestado domiciliariamente, debiendo recurrir el juez instructor a interrogarlo a su lecho de enfermo. Dos agentes de seguridad son designados en su casa para evitar cualquier intento de fuga. Los policías rodean su cama. La madre de Blest, Leopoldina, que no se separaba de su lado, increpa duramente a los agentes de investigaciones y los echa de la pieza. Su enojo debe haber sido tan convincente que los detectives salen de su dormitorio y permanecen de pie en la puerta. Clotario Blest se refiere con orgullo al hecho: "usted ve como era mi madre, a pesar de ser mujer humilde, tenía carácter fuerte y no aceptaba injusticias." (70) La sede de la CUT, sufre igualmente los rigores de la represión, cuando es allanada en dos oportunidades.

Durante la víspera de las festividades patrias, mientras se desarrollaba una huelga de los trabajadores del salitre en contra de la Compañía Anglo-Lautaro, se produce un violento enfrentamiento entre carabineros y los huelguistas, dejando un saldo de dos muertos y veinticinco trabajadores heridos. Apenas conocidos los hechos, el presidente de la CUT hace llegar su mas encendida protesta "por este ataque a mansalva a mis compañeros del salitre, que una vez más han regado con su generosa sangre las pampas del salitre en defensa de la Justicia y la Verdad." (71) Frente al giro que tomaban los acontecimientos por las medidas coercitivas por parte del Ejecutivo, la CUT junto a los partidos de centro e izquierda y con el apoyo incondicional de la Federación de Estudiantes (FECH), comienza gradualmente a dinamizar la campaña contra la carestía, que meses después se manifestaron en el Martes Rojo", y en un gigantesco mitin en la Plaza Artesanos. Refiriéndose a la masacre de la Oficina Salitrera, Blest dirá: "Los verdaderos responsables de ese crimen no son los carabineros, sino los gobernantes, cuyo delito aún permanece impune." Añade más adelante: "Después que asumió el poder el señor Ibáñez, se ha preocupado de perseguir a los dirigentes sindicales y a los trabajadores en general. Al actual Presidente de la República lo tenemos en La Moneda rodeado de Volpones como un gobernador romano: "basta de Nepotismo y Cesarismo"." (72) PRIMERA FRACTURA DE LA CUT En el verano de 1957, dentro del marco de La Segunda Conferencia Nacional, que se realiza entre los días 15 al 17 de febrero, en reemplazo del congreso nacional, se produce la primera fractura seria de la CUT, al retirarse de ella los sectores sindicales anarco-sindicalistas. El problema surgió cuando se discutió cómo enfrentar para los meses futuros la estrategia y la táctica del sindicalismo. Para los grupos afines a los partidos políticos de izquierda, la CUT debía marchar de acuerdo al Frente de Acción Popular (FRAP), que apoyaba electoralmente a Salvador Allende. En cambio, la corriente representada por los anarquistas

preconizaba que el único medio para obtener éxito en las reivindicaciones sociales, era la "acción directa" traducida en la huelga general revolucionaria, y desestimaba, naturalmente, toda acción parlamentaria o interpartidaria. Al ser votada esta tesis, la mayoría de los delegados pertenecientes a tiendas partidarias, no aceptaron que el campo político fuera reemplazado por un movimiento exclusivamente sindicalista. El resultado, al ser adverso a los anarquistas, motiva el retiro de tres de sus consejeros. (73) Los anarcos resuelven entonces, echar las bases de un "movimiento de recuperacionismo sindical", que tenga como finalidad "el mantener el espíritu de la Declaración de Principios de nuestra Central Única de Trabajadores que estipula que nuestra acción será sobre los partidos políticos, y no a través de ellos."

(74)

En

respuesta a esta actitud, el Consejo Directivo, presidido por Clotario Blest procede a separar de sus cargos a los mencionados consejeros y denuncia sus actividades como divisionistas. Meses después, al profundizarse la crisis, el grueso del sector anarco-sindicalista se desafilia de la organización central sindical. Clotario, frente al litigio doctrinario producido, expresa su posición en un lúcido y valiente artículo titulado: La CUT y los partidos políticos (75), donde en lo sustancial es plenamente coincidente con los anarco sindicalistas en lo que respecta al proyecto de sociedad, pero no comparte en cambio su apartidismo, pues entiende que ellos (los de extracción popular), están formados por asalariados y necesitan ser atraídos y no rechazados, para lo cual sugiere que los partidos de izquierda "renueven sus programas y métodos de lucha. Que de metafísicos se transformen en prácticos, pero de una objetividad dirigida no por apetitos electorales o de cualquier otra índole, sino por ideales, desterrando el economismo puro que va matando todo esfuerzo y sacrificio."

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Otra de las conclusiones que emanan de esta Conferencia es la de realizar el Primer Congreso Nacional Ordinario, que debió ser diferido por las circunstancias represivas que vivió la CUT el año anterior para el mes de agosto de 1957. En lo concerniente a la larga "plataforma de lucha", se destaca la exigencia de la

derogación de la "Ley Maldita", entre otras cosas. Los hechos producidos, sumados a la poca receptividad que encuentra la CUT a una manifestación en pro de las libertades públicas, hará que un nuevo protagonista social emerja. LAS PRINCIPALES CIUDADES DE CHILE ENFRENTAN VIOLENTAMENTE A LAS AUTORIDADES Ante la lentitud de decisiones inmediatas, la FECH adquiere liderazgo del descontento mayoritario envolviendo a obreros e independientes en acciones insurreccionales en contra de la situación imperante. El 28 de marzo de 1957, los estudiantes universitarios convocan a una vasta movilización contra la cesantía y el alza del costo de la vida. La cesantía había alcanzado a un 8% como promedio. La movilización se inició con un desfile en la capital que fue disuelto y exacerba los ánimos. En los días posteriores se producen toda clase de escaramuzas, la policía interviene y una estudiante cae herida de muerte. En las horas siguientes se declara una huelga general universitaria a través de todo el país. La CUT apoya moralmente a los estudiantes. "Las cosas se agravaron con hechos sucedidos en el puerto de Valparaíso, donde el estudiantado en masa salió a la calle e impidió el tránsito en los vehículos colectivos y los apedreó. Se producen sangrientos encuentros entre la policía y estudiantes en que hubo un fuerte saldo de heridos. Naturalmente que los estudiantes usaron como armas las piedras y la policía usó bastones, sables y culatazos. Se produjo un muerto y las acciones tomaron un ritmo grave. La población rodeó un cuartel para rescatar sus presos y heridos y tuvo que intervenir fuerzas de marinería para impedir una masacre. Los carabineros fueron retirados y patrullaron las calles Fuerzas Armadas del Ejército y Marina, pero las acciones continuaron. Paralelamente en Concepción e importantes ciudades del sur, se empezaron a desarrollar iguales acciones con saldos de muertos y heridos. Santiago se convirtió en un campo de batalla día y noche. Se declaró Estado de Sitio en 20 provincias..." (77)

"En Santiago los obreros de la construcción lanzaban piedras contra la policía desde los edificios, los jóvenes formaban barricadas en diversos puntos de la ciudad que descentralizaban la lucha. Los grupos de combate se comunicaban señales preestablecidas a través de golpes en los postes de alumbrado público. Ante la impotencia de Carabineros, Ibáñez llamó al Ejército y los tanques invadieron las calles, pero los obreros, ágiles en inventar nuevas tácticas de lucha, derramaban aceite que habían sacado de negocios vecinos y los tanques se resbalaban y giraban en redondo. También fueron expropiados numerosos locales de armas con las cuales, obreros y estudiantes, enfrentaron durante dos días al ejército." (78) Clotario Blest rememora esos días: "Los estudiantes y trabajadores se exponían sin control a una lucha desigual de elementos armados hasta los dientes contra niños sin preparación guerrera. Me presenté, entonces, ante la FECH, donde les propuse que tomáramos el control. Se acordó realizar una asamblea entre la CUT y la FECH en un local sindical que lamentablemente fue detectado por la policía secreta siendo detenidos todos los asistentes a medida que iban llegando. Yo fui incomunicado en Investigaciones durante dos días y dos noches. La noche del 2 de abril, mientras escuchaba el tableteo de las ametralladoras me dijeron que si sucedía algo grave y yo trataba de escapar me matarían." (79) El Estado de Sitio es aplicado con pleno vigor. Patrullas de Fuerzas Armadas vigilan las calles bala en boca. El Parlamento, con mayoría derechista, otorga al Gobierno Facultades Extraordinarias, mediante las cuales tiene poderes legales para apresar y reprimir violentamente cualquiera actividad opositora. Sin embargo, el gobierno se siente obligado a derogar el alza de tarifas de la locomoción, mientras una comisión revisa los costos. Blest expresa: "Pese a que la CUT no dirigió directamente ninguno de estos sucesos, el gobierno de Ibáñez consideró que la directiva de nuestra entidad había infringido las disposiciones de la Ley de Defensa de la Democracia, siendo

relegados por 3 años Clotario Blest, presidente; Baudilio Casanova, secretario general y Juan Vargas, tesorero a diferentes lugares de la geografía chilena "

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SU VIDA DE RELEGADO EN MOLINA El 28 de abril en el llamado "tren de los curados"

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Clotario, escoltado por dos

carabineros a los cuales tuvo que pagarles el billete de tren, es trasladado a Molina. La localidad de Molina situada en el valle central de Chile era un lugar de unos diez mil habitantes. Su población de origen campesino está estrechamente ligada al cultivo de la vid. Al llegar, el cura párroco le ofrece un cuarto en la iglesia que ocupará unos días. Algunos agricultores de la zona también le ofrecen albergue, sin embargo, Clotario, prefiere alquilar una pieza en una pensión. Durante los cinco meses que duró su relegación, Blest, desplegó una rica actividad social y cultural. Recordando, cómo veinte años atrás el deporte había servido de anzuelo para agrupar a los trabajadores, decide crear un club deportivo-cultural que tiene gran éxito entre los campesinos

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y que aún treinta y

dos años después se mantiene y en noviembre de 1980 le rindió a Clotario un homenaje. En el plano religioso, encabeza varias procesiones que el párroco, excesivamente conservador, acepta a regañadientes. La popularidad que adquiere entre los habitantes, lo hace acreedor del título: "Huésped Ilustre de la ciudad" que le es entregado en una ceremonia pública por el gobernador, Diego Silva Lastra. (83) "Ya perdí la cuenta de la infinidad de ahijados que recibí en esa época. Además desempeñé entre las mujeres el rol de un virtual componedor matrimonial, porque los problemas conyugales entre el campesinado eran serios." (84) Al estar desvinculado de la fatigosa actividad de la CUT, dedica gran tiempo al estudio de textos de filosofía y a meditaciones éticas. Especialmente sus estudios se centraron en la vida de Gandhi, en los Hechos de los Apóstoles, en escritos de Alberto Schweitzer y en el libro Fenómeno Humano del jesuita Theilhard de Chardin.

Esta situación de tranquilidad es alterada cuando un individuo no identificado le dice que su madre ha sufrido un síncope que le ha costado la vida. Blest, enloquecido parte a pie a Santiago. En el camino es recogido por un joven comerciante que llama a Santiago para adquirir noticias, enterándose que la misma sucia maniobra se hizo con la madre de Clotario, quien al creer que su hijo había muerto sufre un grave deterioro en su quebrantada salud, lo que producirá su deceso, pocos meses después. La gravedad de doña Leopoldina, generará que la ANEF y la CUT iniciaran una gran campaña pro amnistía a Clotario Blest, que logra su objetivo el 20 de agosto. Blest es trasladado a Santiago y en pleno gabinete presidencial es informado por el presidente que ha sido amnistiado. "Ibáñez en presencia del Ministro del Trabajo y de la directiva de la ANEF, luego de estrecharle la mano, mientras los fogonazos de los reporteros, alteraban la ceremonia, le dijo ceremoniosamente: "-¿cómo le ha ido en su veraneo, Clotario?" "-Pero si usted, Presidente, sabe que me tuvo cinco meses relegado". A lo que Ibáñez contestó: "-No me diga que lo ha pasado mal si allí hay tan buenos vinos..." (85) DE REGRESO A LA LUCHA, ES OFICIALMENTE ACUSADO DE MARXISTA Clotario Blest fue reelecto en su período de relegación, como presidente de la CUT entre el 15 y 18 de agosto de 1957 durante el Primer Congreso Nacional Ordinario, por un lapso de dos años. Sin embargo, al hacerse cargo de su puesto, debe enfrentar una nueva crisis: la marginación del Partido Demócrata Cristiano de la CUT. El problema había estallado durante los días del Congreso por no estar de acuerdo con la "Carta Constitutiva de la Central Sindical", [FALTA, en la edición de LOM] sidente subrogante, incapaz de detener el cisma, eleva la moción, aclamada por los asistentes donde sugiere que sólo Blest puede evitar la desunión. Blest plantea que se modifique la declaración de principios, pero que se mantenga su espíritu, con lo cual los cuatro consejeros disidentes se reincorporan a la directiva

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El origen de este cisma -superado momentáneamente- venía arrastrándose desde mucho antes. Desde las declaraciones de Blest a su regreso de Moscú, comentadas en los capítulos anteriores, comenzó el cuestionamiento a su militancia católica. El Padre Hurtado era partidario de las centrales sindicales ideológicas y Blest consideraba que debía existir una sola central en que coexistieran en su interior cualquiera tendencia filosófica. El Padre Hurtado no creía en la lucha de clases, Blest la consideraba una realidad. El Padre Hurtado, de origen oligárquico, jesuita y obediente a la jerarquía eclesiástica tenía que chocar con un Blest de origen proletario, no militante y rebelde ante la jerarquía de la Iglesia. Y, por último, para el Padre Hurtado su apostolado fue la caridad, mientras que para Blest fue la lucha contra la injusticia social. En dos artículos aparecidos en el periódico Tribuna Sindical, órgano de prensa de la ASICH, fundada por Alberto Hurtado en el año 1947, aparecen claramente estas dos posiciones. Augusto Cárdenas, presidente sindical de la entidad, declara: -No nos someteremos a la Central del señor Blest con su declaración de principios marxista y su entreguismo político, a los cuales se sacrifican las legítimas aspiraciones de los trabajadores..." "...Es evidente que la posición totalitaria del presidente de la C.U.T. está por la dictadura sindical. No aceptamos su monopolio..." (87) Meses después, otro artículo decía: "...La CUT sostiene la liquidación del régimen de propiedad privada, la expropiación de las empresas sin indemnización, la creación de un Estado Socialista, (vale decir propietario de todo y con partido único) y patrocina el método de la lucha de clases dirigido a la conquista del poder político y la huelga como expresión máxima del sindicalismo descrito en su plataforma de lucha."

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Blest responde: "La lucha de clases es un hecho...hay que reconocer trincheras. ¿En qué trinchera debemos estar los católicos? ¡En la del pueblo, junto a los trabajadores!" (89) Para los católicos tradicionales no existirá más que San Alberto, para los católicos revolucionarios San Clotario.

En setiembre, el descarrilamiento de un tren minero en Lota, que causa la muerte de varios trabajadores suscita un grave incidente entre Clotario y un sector de la Iglesia. Sobre este suceso interrogo a Clotario: -¿Es verdad don Clotario que la Iglesia pidió su excomunión por su posición en contra de los ejecutivos de la mina? -"Así fue. Yo fui al entierro de las víctimas, donde estaban todas las autoridades y al hablar, como presidente de la CUT, dije: '¡Compañeros Trabajadores, los causantes morales de la tragedia están aquí presentes, porque se trata de un problema técnico, ya que un convoy ferroviario no puede llevar carga humana y material.' -Pero eso no es causa de excomunión -"Eso pienso yo, pero existía en mi contra, de un sector de la Iglesia, toda una campaña. El vicario Miguel Ángel Alvear que reemplazaba al Obispo de Concepción se puso a recoger firmas, pidiendo mi excomunión, donde se recolectaron casi 5 mil. Monseñor Caro me mandó llamar y me preguntó qué había dicho, pues le había llegado una petición para excomulgarme. Yo le conté todo. El me expresó: 'Voy a echar al canasto esta solicitud y siga adelante".

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ULTIMAS EXIGENCIAS DE BLEST AL PRESIDENTE IBÁÑEZ El 8 de octubre de 1957, el Consejo Directivo de la Central Única de Trabajadores, sostiene una entrevista cor; el Presidente de la República, donde Blest encabezando la delegación le entrega el petitorio político sindical, aprobado en su Congreso. El pliego de peticiones consistía en cinco puntos: 1º- Modificación de la Ley General de Elecciones, para introducir en ella la cédula única. 2º- Que el Registro Civil, sea el único garante de las inscripciones.

3º- Derogación de la Ley Maldita. 4º- Ley Amplia de Amnistía para delitos sociales y políticos, hasta la fecha de su promulgación. 5º- Anulación del Decreto Koch-Yáñez." (91) En el transcurso del coloquio, Clotario solicita, la conveniencia de indultar a los consejeros Vargas y Casanova, relegados en la misma época de Blest, como un homenaje del Estado de Chile a los doce años de la fundación de la ONU. Clotario insiste en que los principios de la ONU se basan en la no persecución de ningún individuo por sus ideas, única forma de lograr la fraternidad entre los hombres. Una semana después, Ibáñez levanta la sanción a los relegados aludidos, acallándose así la campaña que algunos sectores extra-sindicales habían lanzado contra Blest a quien acusaban de "conversar con el Presidente, mientras sus compañeros siguen relegados". Como los cinco puntos del petitorio no se concretaban, Clotario Blest le envía una carta al Presidente Ibáñez, que en su parte final decía: "Sólo si Ud. cumple las exigencias de la CUT, se logrará el restablecimiento pleno de los derechos ciudadanos y la libertad democrática y sindical. Me permito recordarle que a través de una carta del 24 de octubre, Ud. se comprometió a dar en la brevedad posible, satisfacer nuestros anhelos." (92) Semanas después insiste: "Es profundamente lamentable que usted se resista a cumplir su palabra de honor, hecho insólito en la historia del país y profundamente desquiciador para la moral de un pueblo que necesita el ejemplo de los de 'arriba'. Añade más adelante: "No creo que haya firmado esta carta con el propósito deliberado de engañamos, pues sería una ofensa demasiado grave que inferiría con su alta investidura." Terminaba expresando: "Aún mantengo la esperanza, pese a que me juzgue ingenuo, de que vuestra excelencia cumplirá las promesas estampadas en la carta a que me he referido." (93)

LA MUERTE DE LA MADRE Para un hombre como Blest, cuya única imagen de la mujer había sido su madre, el deterioro físico de esa imagen idealizada fue dramático. Doña Leopoldina, pequeña y dominante había vivido sus últimos treinta años dedicada a su único hijo vivo, Clotario. Ella se molestaba con la entrega total a la lucha de los trabajadores en que estaba empeñado su hijo, considerándola inútil y sobre todo peligrosa. No le interesaban los vaivenes políticos partidistas y sólo le preocupaba la felicidad y realización de su vástago, pero sin riesgos: que no llegara tarde al hogar, que comiera lo suficiente, que sus camisas estuvieran limpias, sus libros ordenados. Para Clotario su madre era la víctima de una familia oligarca que la había humillado desde su infancia. Una maestra primaria, mal pagada, que con gran esfuerzo había logrado darle educación suficiente a sus tres hijos, fuerte, tierna y dulce. Después de la crisis de hemiplejía, cuando Clotario estaba relegado, la mujer fuerte se fue, poco a poco, apagando. A los 87 años, un ataque cerebral le causó la muerte. Me extrañó cuando lo visité no encontrar entre los numerosos retratos que estaban en su sala, ninguno de su madre. Ante mi extrañeza me respondió: "Mi madre no se expone a la vista de todos los que salen y entran de esta casa." (94) Después de la muerte de Clotario, cuando tuve acceso a su habitación, me encontré con un gran retrato colgado al muro, de Leopoldina. Aparecía como de 45 años, distinguida, pequeña y robusta con una mantilla que le cubría parte del cabello oscuro. En la mesa velador una copia chica que fue la que acompañó siempre a Blest en sus largas estadías en la cárcel o relegación. Durante los períodos críticos de la ANEF o de la CUT, las reuniones de noche se realizaban en casa de Clotario. La madre recibía a la directiva amablemente y se retiraba en silencio a sus habitaciones. Sólo cuando asistía una mujer, Rosalía Figueroa, consejera de la CUT, la madre se sentaba a su lado y no se movía hasta

que ella se retiraba. Su hijo podía recibir a quien quisiera, la casa estaba abierta para todos, pero una mujer sin marido y a esas horas... Clotario, a los 58 años, vivía con su madre y una sirvienta de muchos años, llamada Julia. Entre las dos velaban por sus bienestar. La madre le preparaba sus comidas y no le permitía en las noches atravesar el patio para ir al baño, junto a la cama le colocaba una bacinica y en invierno, además un brasero. Le tejía sus chombas y de sus propias manos recibía todas las mañanas sus mudas limpias y su desayuno que tomaba en cama. A la hora de almuerzo, Blest, regresaba a su casa a servirse una cazuela de ave o un pastel de choclo, sus guisos preferidos. Enseguida volvía a sus actividades que se prolongaban hasta las nueve de la noche. Leopoldina, su madre, en las tardes hincada en su reclinatorio, que todavía existe, rezaba el rosario. Los días domingo los dos iban a misa a la parroquia de San Isidro. La madre fallece el 4 de enero de 1958. A su entierro lo acompañan numerosos compañeros de la ANEE y de la CUT, el Presidente Ibáñez manda a su edecán. Según sus amigos, el líder estaba deshecho. Colocaron el ataúd de doña Leopoldina en la tumba familiar del Cementerio General junto a sus otros dos hijos, Fernando y Pola, y abajo su marido, Ricardo. Al pie de la tumba, Blest renueva su juramento de lealtad y entrega absoluta a la causa sagrada de los trabajadores. (95) Las condolencias que recibe son numerosas, tanto del extranjero, como nacionales. Entre ellas cabe destacarse la de la Federación Sindical Mundial, la de los Exiliados Españoles con sede en Sao Paulo, la del Cardenal José María Caro, la de los poetas Pablo Neruda y Pablo de Rokha, la del escultor Samuel Román. La muerte de su progenitora, no sólo significó para Clotario un dolor intenso, del cual nunca logró reponerse totalmente, sino que también un cambio significativo en su vida hogareña. Aunque, Julia, trató de reemplazar a la madre, Clotario murmuraba, ella cocina muy mal. El dejó de comer, comenzó a enflaquecer rápidamente y la misa dominguera fue reemplazada por la visita a los presos.

Según Clotario, en esa forma cumplía mejor el mensaje de Cristo.

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Por unos

años continuó poniéndose su temo oscuro y sus camisas blancas abiertas, pero, desde 1964, después de salir del patio de los cogoteros, sólo se colocaría su mameluco azul que usaba tanto para reuniones de trabajo, como en grandes reuniones y ceremonias y aún en fiestas de embajadas. Al morir, Julia, en el año 1978, su plato de comida consistió en un plato de sopa con legumbres que a mediodía le llevaban los Hermanitos de Emaús; antes de dormirse, unas galletas, una fruta, un vaso de leche. Desde 1952 era naturista. Largo tiempo duró el duelo de Clotario, durante 5 años no dejó nunca los fines de semana de ir al cementerio y permanecer largas horas en silencio ante los restos de su madre. Pero semejante estado anímico no lo inhibió ni le quitó fuerzas para continuar la gran tarea que se había impuesto.

(97)

LA CUT VOZ ÉTICA DE LA IZQUIERDA Tres días después de la caída del dictador venezolano. Marcos Pérez Jiménez, el 26 de enero de 1958, Blest organiza una gran manifestación pública, donde expresa: "Por fin, un dictador ha caído, la verdad de los pueblos se impone."

(98)

Al celebrar la CUT su quinto aniversario, Blest desenmascara públicamente al Movimiento de Recuperación Sindical, (99) como infiltrado por la policía política del gobierno que causa luchas internas con el fin de dividir la entidad y por ese motivo acusa directamente a Héctor Duran como: "un sujeto que viene desde hace mucho tiempo trabajando para la policía. Una vez lo sorprendimos entregando a un reportero de La Nación acuerdos confidenciales, además una vez que fuimos detenidos a la salida de La Moneda, los agentes no apresaron a Duran." (100) La intuición de Clotario, años después fue confirmada cuando Duran aparece dirigiendo desde una radio de la ultraderecha, la insurrección contra el Presidente Allende y cuando es nombrado posteriormente por la dictadura, agregado cultural en Miami y en seguida acusado como uno de los sospechosos de ser contacto de los asesinos de Orlando Letelier.

La proximidad de las elecciones presidenciales, el 4 de septiembre de 1958, motiva a la CUT en marzo, a la formación de un frente unido de acción llamado Frente Unido de Acción en Defensa de los Trabajadores que estaría integrado por la D.C., el FRAP. el PANAPO y la CUT. Esta proposición encuentra buen eco en el presidente del FRAP, Salvador Allende, que en carta respuesta del 5 de marzo dice: "Concordamos plenamente en la necesidad imperiosa de aglutinar a todos los sectores que resisten la política económica y social del actual Gobierno y de coordinar su acción en defensa de los intereses de los trabajadores, del pueblo y del país..." "Sugerimos, también, se incorporen los estudiantes, que siempre han estado junto a los trabajadores."

(101)

Blest, durante una de nuestras entrevistas, y mientras me entrega la carta de Allende ya citada, me expresa: "Toda esta buena disposición del FRAP no pasa de ser más que un volador de luces ya que no se concretizó absolutamente nada. Seguramente los partidos políticos, no quisieron estar al servicio de los trabajadores como debiera ser, en contraposición de los trabajadores al servicio de los partidos " (102) A pesar de que un voraz incendio destruye la sede de la CUT, dos días después, el 2 de abril, se realiza un gran desfile en oposición al Gobierno. En el plano internacional, Clotario preside un comité pro independencia argelina en que denuncia a los colonialistas franceses, y pide el retiro del embajador de Chile en Cuba "por trasgredirse diariamente los más elementales derechos humanos del pueblo cubano en manos de los esbirros del tirano Batista."

(103)

otra parte elogia la política de paz de la URSS, presidida por Nikita Krushev.

Por

(104)

SE AVECINA UNA LUCHA DIFERENTE Durante la conmemoración del 1º de Mayo, Blest, insiste en que no se trata de una fiesta sino de una protesta del oprimido contra su opresor, añadiendo que el

momento político que vive el país, pre-eleccionario, exige que "la clase trabajadora debe actuar a través de los organismos políticos de acuerdo a sus convicciones y simpatías y apoyar a los que los interpretan."

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Blest, con olfato político, y ante

el fracaso anterior de un solo candidato de centro izquierda, se ve en la obligación de dar libertad de acción a sus afiliados que se dividen en tres candidatos: Eduardo Frei, demócrata cristiano, Luis Bossay, radical y Salvador Allende, apoyado por una coalición llamada FRAP y que tenía la mayor posibilidad de ganar la elección presidencial. Sin embargo, a dos meses de la elección se proclama a un quinto candidato, Antonio Raúl Zamorano, llamado popularmente el cura de Catapilco, que según recientes investigaciones históricas fue fabricado desde La Moneda por Ibáñez y Volpone(106) y que con los 40.000 votos que le resta a Allende le dará el triunfo a Jorge Alessandri, representante de los empresarios y la derecha. Pese a la tensión política de esos momentos, Blest, se da tiempo en julio de viajar a Buenos Aires para participar en la Conferencia Democrática de América Latina. En Chile también inaugura la Semana de la Paz. Semanas antes de la elección presidencial, la CUT entra en una etapa de receso, siendo Clotario uno de los pocos que continúa preocupado de los pequeños conflictos laborales. El resultado final del cómputo eleccionario da a Alessandri una mayoría relativa. El Congreso debe decidir entonces entre los dos candidatos con más votos, o sea, Alessandri y Allende. Blest formula una declaración pública: "Consideramos que tratándose de un candidato que representa a la clase explotada en contra de otro que interpreta a los explotadores, es deber de la CUT darle el triunfo a Allende, aunque no tenga la mayoría, pues es el candidato que nos da más garantías." (107) A pesar de las intenciones de Blest, el Congreso con los votos de conservadores, liberales, radicales y demócrata cristianos, confirmó -como era tradición en Chilea la mayoría relativa y proclamó a Jorge Alessandri, Presidente de la República.

Clotario Blest. pocos meses antes y en plena efervescencia electoral, presintiendo el triunfo del candidato-empresario, advierte en varios discursos el peligro que significa la toma del poder por ese grupo social: "La derecha económica es más hábil que la izquierda chilena y el gobierne que impondrá, pondrá en marcha nuevos métodos para atajar la lucha de los obreros. No habrá carcelazos ni relegaciones, ni brutalidades como las del gobierno de Ibáñez, sino que se actuará en forma sibilina para destruir la unidad de la clase asalariada. Esa será su gran arma y por eso, si no hay unidad serrinos destruidos."

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"La persecución que va

a venir será hábil y planificada..." (109) "El gobierno usará una política de ablandamiento contra la que habrá que estar preparados " (110) EL GOBIERNO DE JORGE ALESSANDRI, 1958-1964 El nuevo gobernante de 62 años, es recibido en general con grandes esperanzas. ¡ Un economista que reactivará la producción y detendrá la inflación, mal endémico del país! ¡Se trata de un demócrata, exiliado junto a su familia por Ibáñez, hijo de un líder, el León Arturo Alessandri! El pueblo, con su mala memoria olvida que Jorge Alessandri, diez años antes había sido Ministro de Hacienda de González Videla y que por su injusta distribución del erario nacional provocó huelgas y paros dirigidos por Blest, que precipitaron su renuncia. ¡Austero, solterón, alejado de todo lo que significara lujo y ostentación!. Hombre de pocas palabras, para muchos el símbolo del padre o del patrón. Con su largo sobretodo, su sombrero calabrés y su bufanda, camina a pie diariamente desde su departamento hasta el palacio presidencial, acompañado sólo de su guardaespaldas y algún amigo. Su figura se impone y nadie se atreve a levantarle la voz ni a fumar en su presencia. No se le conocen amores oficiales, pero se susurra que cultiva un intenso amor platónico. Ninguna de las debilidades o placeres típicos de los hombres de su clase parecen ser de su agrado. Durante el primer año, Alessandri se abocó principalmente a frenar la inflación e intentar una racionalización de la administración. Apelando a la economía liberal moderada, su Ministro de Hacienda, Roberto Vergara, popularmente conocido

como "el Ruca", impulsa un programa tendiente a estabilizar el presupuesto, logrando el control de la inflación como se desprende en estos índices: 1959: 33% de inflación. 1960: 5,4% de inflación. 1961: 9,7% de inflación. Con el apoyo del sector empresarial, Vergara pudo absorber el costo originado por el reajuste de sueldos y en el sector viviendas y obras públicas inició un relativo auge económico. Un duro golpe fue el violento sismo del 21 de mayo de 1960, que azoló el Sur del país, entre Concepción y Puerto Montt, con una secuela de muertos y millonarias pérdidas materiales, que sumados a gravísimos desaciertos monetarios, motiva que un tercio de los electores le retiren su apoyo. El Presidente Alessandri, ante esta situación, decide llamar, a fines de 1961, a los radicales a formar parte de su Ministerio. Con ellos impulsa diversas medidas de reforma social, como la reforma agraria, pero que no logran frenar la agitación política. Las reformas aludidas fueron impuestas por la intervención de los Estados Unidos a través de la Alianza para el Progreso lanzada por el Presidente Kennedy. El fracaso de la revolución de los gerentes que pretendía cambios anti-estatistas y en pro de la empresa privada, considerada el motor del desarrollo, tuvo éxito mientras se contuvo la inflación y el tipo de cambios. Pero la repentina devaluación del peso sepultó los éxitos. La crisis, rodeada de un ambiente de especulación y corrupción, terminó desprestigiar al equipo económico del ejecutivo y enterró la experiencia de cambios de corte liberal. Este desprestigio se hizo notorio en las elecciones municipales de 1963 que dan al Partido Demócrata Cristiano la primera mayoría con un 22,7% de los votos, desplazando al Partido Radical al segundo lugar con 21,6% de los sufragios. Los partidos de izquierda, lograron un aumento significativo.

Para terminar el análisis no podemos dejar de mencionar los logros más importantes del Gobierno del Presidente Jorge Alessandri: -Creación de mil escuelas primarias, 40 liceos y 39 institutos de enseñanza profesional. -Fundación de Entel (Empresa Nacional de Telecomunicaciones). -Canalización del río Lauca. -Decreto Ley de Fomento de la Construcción. -Fomento de la producción petrolera. -Inicio de la reforma agraria y constitución de la CORA (Corporación de Reforma Agraria). CLOTARIO SE ENFRENTA CON SUS ALIADOS LOS COMUNISTAS Y SOCIALISTAS Apenas Jorge Alessandri se hace cargo de la primera magistratura de la nación, la CUT celebra dos entrevistas con el Ejecutivo, en que insiste en sus reivindicaciones económicas. No recibe respuesta En cambio, Clotario Blest es atacado públicamente por el ex-secretario privado del Presidente Ibáñez, Rene Montero, que lo acusa de ser el portavoz del Partido Comunista. Días antes, el 4 de diciembre de 1958, fallece el Cardenal José María Caro. Con su muerte, Clotario pierde la comprensión y el aliento en su lucha del más importante representante de la Iglesia Católica. Aprovechando el sexto aniversario de la CUT, en febrero de 1959, se desarrolla la Tercera Conferencia Nacional en que se critica la política continuista de Alessandri. Por lo tanto se decide un frente con el FRAP y la D.C. para rechazar en el Parlamento los proyectos económicos. Al cerrarse el evento, Blest dice: "Nuestra paciencia se está acabando. Hemos sido demasiado pasivos. Nuestra acción fundamental es la destrucción del régimen capitalista...Por lo tanto la CUT debe dejar de lado las tediosas esperas en las oficinas de los ministerios, donde

sólo se nos tramita-Y debe recuperarse nuestra antigua forma de lucha, la acción directa..." (111) Este planteamiento recibe un inmediato rechazo por parte de los partidos comunistas y socialistas, quines no cesarán de oponerse drásticamente a la posición de Clotario. A dos días de concluida la conferencia, el órgano del Partido Socialista La Ultima Hora acusa en un artículo bajo el seudónimo de "Espartaco", a Blest: "De una oscuridad y un primitivismo extraordinario. En realidad, él ha contribuido en grado muy importante a confundir el mundo de la política y de los gremios, entre otras razones porque siempre ha sido embrujado por la idea ingenua de que las organizaciones de los trabajadores pueden tener una influencia directa y hasta rectora. Esto, en general, y sobre todo en las condiciones chilenas, es pura utopía y sólo siembra confusión." (112) Blest replica: "Partidos políticos completos prostituyen el mandato recibido de sus modestos electores, que son los trabajadores, obreros y campesinos, para entregarse a una verdadera bacanal presupuestaria en beneficio exclusivo de los correligionarios con el olvido de la clase trabajadora y el pueblo en general. La CUT, debe, por lo tanto, asumir su rol de fiscalizadora y rectora de los representantes de su clase en el Congreso o en cualquier organismo público." (113) Meses después, el Partido Comunista se suma a los detractores de Clotario, cuando Bernardo Araya, destacado dirigente comunista, en su informe al pleno lo acusa de "personalista", agregando que la CUT no podía ser un ente rectora de la sociedad, debido a que "por su composición heterogénea llegan a ella, no sólo ideologías del proletariado, sino también las corrientes del pensamiento de la pequeña burguesía y de la oligarquía."

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A principios de 1959, el Gobierno arrecia sus ataques contra Clotario Blest a través del subsecretario del Interior, Jaime Silva, y del propio Presidente, que insisten en motejar a la CUT como marxista. O sea por un lado Blest era acusado por la derecha de ser portavoz del comunismo y por otra parte los comunistas

habían decidido librarse de este líder que no militaba en sus filas y al que no podían dominar. Blest atacado por dos fuegos, habría requerido de una fuerza sobrenatural para conservar su poder. Desgraciadamente, Clotario en su lucha sin cuartel contra el capitalismo, no percibió la conspiración en su contra que se incubaba en su misma entidad, considerándose imprescindible y el único capaz de aglutinar diversas ideologías de los asalariados. Desde ese instante, su suerte estaba echada. Poseer la dirección de la CUT fue la meta de los comunistas. Los demás partidos aceptaban complacidos ese juego, suponiendo que pronto a ellos les tocaría su tumo. Clotario Blest, como presidente de la CUT, tenía sus días contados. La derecha contemplaba complacida el fin del poder de su peor enemigo. Quizás por ese ambiente de intrigas y tensiones internas, durante el resto del año no se realizan grandes movilizaciones. En el Segundo Congreso Nacional, celebrado en la primera semana de diciembre, Blest logra sortear con éxito las elecciones y es ratificado como presidente. Sin embargo, la atmósfera en su contra cunde, los demócrata cristianos y radicales deciden abstenerse del proceso eleccionario por: "Existir en la directiva de la CUT planteamientos que atentan contra la libertad de pensamiento filosófico y religioso que les son propios."

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Lo

más importante de las resoluciones de este Segundo Congreso fueron: "a) La presentación de pliegos únicos de reivindicaciones por ramas de actividades que serían asumidas como propias por los demás gremios, y el b) Apoyo a la triunfante revolución cubana." ÚLTIMOS ESFUERZOS DE BLEST PARA DARLE A LA CUT UN LUGAR PROTAGÓNICO En 1960, el 8 de enero, Clotario, en representación de la CUT, asiste a Sao Paulo, Brasil, a la Conferencia Pro-Amnistía de los Presos Políticos y Exiliados de España en la cual determinan la formación de una comisión investigadora de la ONU de los Derechos Humanos en la Península Ibérica.

Los métodos de lucha de acción directa, propugnadas por Blest desde tiempo atrás, comienzan a ponerse en práctica a contar del séptimo aniversario de la CUT, cuando en la tribuna del Teatro Princesa efectúa una fuerte crítica a sus consejeros, por estar sólo preocupados de las elecciones municipales de marzo, abandonando la defensa sindical: "Lo que necesitamos ahora, para enfrentar la política de congelación de sueldos del gobierno, es una solidaridad de hechos. Toda huelga por aumentos de salarios debe ser respaldada por todos los gremios, y si el sector patronal insiste, todos unidos deben ir al paro nacional."

(116)

Una semana después, el presidente de la entidad sindical organiza la marcha de los reajustes. En esa oportunidad expresa: "El gran acto de protesta de hoy es sólo el comienzo de acciones de mayor envergadura que conduzcan a quebrar la soberbia y prepotencia de industriales, gerentes, empresarios, banqueros y monopolios nacionales y extranjeros. Por esto, compañeros, muy cerca está el día en que los trabajadores arrasemos con el clan de los gerentes que nos gobiernan. Los echaremos a patadas." (117) Ante la visita del Presidente de Estados Unidos Dwight Eisenhower, a fines de febrero, en el que es recibido con grandes honores por las autoridades y a los que se pliega la izquierda parlamentaria, Blest elabora una original protesta. Sólo un reducido número de dirigentes anarquistas, trotskistas, socialistas disidentes e independientes se adhieren a la acción. Cuando la comitiva pasa por el frontis de la CUT, miles de volantes caen sobre el auto descubierto del poderoso visitante. Simultáneamente se despliega a lo largo del edificio de tres pisos un lienzo con la imagen de Fidel Castro. Inmediatamente un fuerte contingente de efectivos policiales y agentes norteamericanos armados rodean el inmueble. Blest cuenta: "Nosotros teníamos todo cerrado herméticamente con el fin de resistir el asalto policial, inclusive teníamos comida para varios días, ya que nuestra protesta debía durar los días que Eisenhower permaneciera en el país. Lamentablemente, como la CUT colindaba con la parroquia de San Francisco, las fuerzas represivas lograron entrar debido a que los frailes les facilitaron una larga escalera que permitió nuestra detención y tuve que enfrentar una querella del Ejecutivo."

(118)

Semanas después, Clotario solidariza con la huelga de los mineros del carbón de Lota. Encabeza, por ese motivo, bajo fuerte lluvia, la combativa marcha de los mineros a pie durante 40 kilómetros. Al cruzar el puente Bío-Bío un destacamento militar detiene la columna. Ante la inminencia de una masacre, Blest, premunido de un megáfono, les pide a los mineros -recurriendo a una acción no violenta- que permanezcan sentados mientras él dialoga con el capitán a cargo del destacamento. Después de unos minutos, Clotario subido en el techo de un jeep se dirige a los mineros: "Compañeros, les comunico que después de haber conversado con los militares, ellos han aceptado que crucemos el puente y realicemos nuestra concentración en Concepción. Así como ellos se comprometieron, por su uniforme y la patria, a no disolvemos, nosotros como trabajadores debemos dar nuestra palabra que no cometeremos ningún desorden ni vandalismo. ¿Les parece?" Los interpelados contestaron al unísono: "De acuerdo don Clota."

(119)

Horas después finalizaba la

apoteósica marcha sin ningún incidente. Durante todo el año 1960 las huelgas cunden a lo largo del territorio nacional y se extienden a los diversos gremios. La CUT pasa de nuevo a ser el líder del descontento popular. Sin embargo cuando Blest convoca a un paro general, el 17 de mayo, en contra del imperialismo norteamericano por el bloqueo a que es sometida Cuba, la adhesión es escasa. Se comprueba con este hecho que al pueblo sólo le interesa movilizarse por sus reivindicaciones económicas. Este revés no le impide a Clotario continuar la lucha a nivel continental. En la segunda semana de julio asiste a la conferencia sindical que se efectúa en Caracas y donde se aprueba un boicot contra el dictador dominicano Trujillo. Desde la capital venezolana, Blest vuela, el 22 de julio, a Cuba donde es invitado al Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes, que se realizará en el Teatro

Blanquita de La Habana el 28 de julio. "El amplio local estaba lleno de un público entusiasta, con numerosas delegaciones de variados continentes, entre los invitados se destacan el ex presidente guatemalteco Jacobo Albernz y Vicente Lombardo, máximo dirigente gremial mexicano. El certamen lo inaugura el Ministro de Industria Ernesto "Che" Guevara, quien agradece a los participantes su presencia en la Cuba Revolucionaria. El dirigente chileno que siguió en el uso de la palabra expuso que "todos nuestros pueblo tienen aspiraciones comunes, todos padecen hambre y perciben salarios que no alcanzan para una vida humana digna. Esta lucha no es sola de Cuba, es la de toda América..."

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"Es hermoso

el ejemplo de espíritu de sacrificio del pueblo de Cuba, no es una clase sino de todas las clases para levantar a los trabajadores-Hay que crear una verdadera democracia, un nuevo modo de vivir. ¡Juventud latinoamericana, de aquí debe nacer el grito de Libertad de todos los pueblos de América! ¡No retrocedan, vosotros sois la vanguardia, el dique que debe atajar a la ignominia del Norte!"

(121)

Durante este encuentro nace entre Clotario y el Che una profunda amistad. "El primer día del Congreso, el Che Guevara dijo: Les presento al más joven de los delegados. Era un personaje tan vital y lleno de humor. Le acompañé a varias charlas que le dio a los campesinos. Mantuvimos largas conversaciones. Me di cuenta que era un hombre cautivante que a todos nos impregnaba de sus ideales y de espíritu de lucha. También me di cuenta de su desilusión ante el excesivo acercamiento exclusivo a la URSS. Comprendí más adelante, el por qué de sus viajes a los países africanos y asiáticos pidiendo su colaboración con el fin de crear una asociación entre los países del tercer mundo contra los imperialismos. Admiré además su rechazo a la opulencia y su amor hacia los pobres. Al hablar del "hombre nuevo" comprendí su similitud con las palabras de Cristo."

(122)

-Pero ¿cómo, don Clotario, siendo usted un seguidor de Gandhi admira a un guerrillero como el Che?

-"Recuerde usted que Gandhi en su lucha independentista dijo: 'Entre un violento y un cobarde me quedo con el violento." Por lo demás Cristo usó la violencia cuando expulsó a los mercaderes del templo". -"Estamos de acuerdo en que tanto Gandhi como Cristo aceptaron la violencia en casos extremos, pero el Che no creyó más que en la violencia como método para ganar la lucha". -"Son temperamentos así, no podemos juzgarlos negativamente. Sobre eso están sus grandes ideales sobre la redención del hombre, de los explotados. En sus convicciones fundamentales estamos de acuerdo, no así en los medios utilizados en que diferimos. Es un argumento perfectamente escolástico. Fui y continúo siendo uno de sus grandes admiradores. Pudo ser un hombre inmensamente rico, sin embargo no aceptó honores y se marchó de Cuba. Creo que en ese sentido obró mejor que tantos cristianos que se golpean el pecho y van a misa."

(123)

Durante su permanencia en la isla, Blest recibe la visita de un grupo de disidentes encabezados por Castor Moscú, antiguo anarcosindicalista tabaquero, que le entrega la lista de combatientes revolucionarios que a pesar de sus méritos están presos, con el fin que Blest apele por ellos ante Fidel Castro. Clotario entrega la petición a la Confederación de Trabajadores Cubanos que lo declaran "persona no grata". Al enterarse de este hecho, Blest determina regresar a Chile, el "Che" lo convence de no hacerlo. Años después, sin la influencia de Guevara, presumiblemente este suceso será una de las causas que le impedirá repetir su visita al país. Pese a este escollo, Clotario firma un acuerdo cultural entre la CUT y la Confederación de Trabajadores y recorre la isla conociendo el testimonio de los guajiros. Toma contacto además con varios dirigentes tercer mundistas anti colonialistas. El 16 de agosto retorna a Chile, constituyendo los días siguientes el Comité de Solidaridad con la Revolución Cubana. (124) ¿LLEGÓ LA HORA DE LA TOMA DEL PODER?

Imbuido de un nuevo espíritu, Blest, con motivo de las fiestas patrias de 1960 manda una circular donde expresa: "Los triunfos, si es que así pudiéramos llamarlos, de carácter local o parcial, son totalmente ilusorios ya que se mantienen las estructuras capitalistas de nuestra sociedad. El pueblo no desea esta lucha esporádica parcelada y sin fruto alguno, sino que anhela un cambio sustancial y fundamental..." (125) Por eso no llama la atención cuando en el marco de una gran concentración el 3 de noviembre del mismo año, expresa: "...La clase trabajadora debe despertar de este letargo, los obreros, empleados y campesinos deben despertar de este sueño soporífico para levantarse en armas y derribar a este gobierno. El pueblo debe darse cuenta que con los puños crispados estamos dispuestos a los sacrificios y a la lucha callejera que dé el triunfo a la clase trabajadora chilena... Alessandri y los partidos que lo acompañan se han mantenido en el poder hasta este momento debido a nuestra pasividad y cobardía. Desde esta tarde seremos capaces de enfrentarnos a las fuerzas al servicio de la reacción..." (126) Demostrando, además, la fuerte influencia del ejemplo cubano agrega: "El heroico pueblo cubano ha sido capaz de enfrentar al imperialismo norteamericano. Nosotros, los chilenos, debemos responder a este llamado y ser capaces de tener nuestra Sierra Maestra. Cuando el pueblo se lanza a la calle nadie lo detiene. Estamos convencidos que todos los trabajadores de Chile, todos unidos en un Paro General derrotaremos a este gobierno..." (127) Enseguida, Blest llama a una marcha hacia el centro de Santiago: Compañeros, comencemos nuestra acción combativa ahora mismo, avanzando por las plazas y calles, demostrando nuestro valor y de lo que somos capaces..."

(128)

El gobierno previendo la dimensión que adquiría la manifestación lanza un fuerte dispositivo de seguridad en resguardo del sector céntrico. Clotario, acogiendo la sugerencia del consejero Luis Vítale, instruye a los participantes de las columnas que a medida que se acerquen las barreras policiales, comiencen a trotar y serpenteando desorienten y quiebren el cerco. En parte la táctica tiene éxito, sin embargo, Blest cae brutalmente golpeado. Los trabajadores a duras penas

rescatan de manos de Carabineros a su presidente. Las fuerzas policiales retroceden atolondradamente disparando a mansalva contra los manifestantes, resultando dos muertos y treinta y cinco heridos. Interrogado, al día siguiente por la prensa, Blest dirá: "En una batalla tiene que caer alguien y ese también podía haber sido yo. Era un desfile de hombres y no de curas ni de monjas...El gobierno no ha entendido la razón y entonces ha llegado la hora de que lo hagamos por la fuerza. Pelearemos para ver quién le quiebra la mano a quién, pues en las innumerables entrevistas que he tenido con el Presidente no se ha sacado nada a favor de los trabajadores." (129) Reunida la CUT en forma extraordinaria, se acuerda realizar un paro nacional para el 7 de noviembre, día fijado para el sepelio de los dos trabajadores asesinados. La paralización es completa. Sin embargo, en el propio cortejo, Blest, sostiene una agria discusión con algunos dirigentes de la CUT que querían acatar el recorrido ordenado por el Ministerio del Interior y Clotario, que insistía en que sólo los trabajadores decidían por qué calles pasaría el entierro. Blest gana esta discusión, lo que significó escaramuzas entre los adherentes a Clotario y los comunistas y una fracción del Partido Socialista, además de sufrir ROMPIENDO EL CERCO POLICIAL la represión de los carabineros. Como principal orador en el cementerio, el presidente de la CUT, en tono exaltado dice: "Al rendir un postrer homenaje a los compañeros asesinados y en su nombre exclamamos: No descansaremos hasta derrocar este gobierno maldito para el pueblo. Santiago será la Sierra Maestra que aplastará a la reacción y al Señor Alessandri y sus corifeos-La detención de un sólo dirigente, tiene que significar un paro indefinido que se prolongará hasta que salga en libertad-Los dirigentes sindicales nos reuniremos inmediatamente para decidir si el paro de hoy continúa. Por eso quisiera saber la opinión de los trabajadores aquí presentes." (130) ¡Paro indefinido, paro indefinido!, grita la multitud, según testimoniaron los diarios de la época.

Clotario consideraba que la huelga general debía mantenerse, pues había que aprovechar de inmediato la toma de ofensiva de los asalariados, luego de años de inactividad. Dieciocho años después, en una entrevista, Blest me aporta más antecedentes: "Yo era partidario que en ese instante se mandara una comisión con un petitorio al Presidente Alessandri y que nadie se moviera hasta recibir la respuesta. Desafortunadamente los partidos de izquierda no aceptaron mi planteamiento, por lo cual se termina el paro sin aprovechar la gran oportunidad de triunfar." (131) El 22 de noviembre es nuevamente encarcelado y trasladado al anexo Capuchinos donde permanece hasta el 5 de diciembre, cuan do sale en libertad bajo fianza. Desde la cárcel manda un saludo a la Tercera Conferencia Nacional de la CUT: "...Nuestro destino depende directamente del Fondo Monetario Internacional y de los grandes monopolios. La clase trabajadora se ha sentido frustrada, engañada y pisoteada por nuestra actitud indefinida y carente de coraje ante las embestidas de la oligarquía económica. La CUT es la única capaz de liberarnos de nuestra actual servidumbre para lograr la transformación sustancial de la estructura social y económica de nuestra sociedad..." (132) Como su postura no encontraba adeptos entre las cúpulas partidarias, más interesadas en tener buenas relaciones con las autoridades, Blest crea al interior de la CUT el movimiento "3 de Noviembre" como reivindicación a la movilización social ya aludida, que tenía como finalidad "levantar el espíritu de los trabajadores, cansados de políticas blandas y de medias tintas y con el fin de impulsar la revolución..." (133) Durante el año 1961 su llamado a la revolución lo hace aparecer como golpista. Clotario se defiende: "Entiendo por "golpismo" el que una minoría, sin significación social, se apodera del gobierno de un país por la violencia. Lo que nosotros entendemos por "revolución" es imponer lo que la mayoría del país anhela: eliminar un gobierno que no interpreta sus aspiraciones que han sido traicionadas..." (134) Percibiendo el desgaste que ha sufrido Jorge Alessandri, Blest

se prepara para dar la estocada final. Comienza su oportunidad cuando el 19 de marzo logra imponer dentro del Ampliado de Federaciones el "Pliego Unico". El combate ahora abarcaba a obreros, campesinos y empleados del sector público. De esta manera las exigencias económicas tenían por fin beneficiar a todos los asalariados. En el último Primero de Mayo que le tocará presidir, insta a los asistentes a que comiencen a prepararse para el gran paro que "transformará a Chile en un país de los trabajadores..." (135) FUNDAMENTOS DE LA TRAICIÓN En junio de 1961, nace la Asociación de Apoyo a la Revolución China, cuyos inspiradores son el poeta Pablo de Rokha y Clotario Blest. Este paso emprendido por el sindicalista fue tal vez el detonante por el cual el sector más importante de la izquierda, semanas después hizo sentir su ruptura con Blest. El conflicto chino-soviético fue una de las más grandes fisuras que padeció el mundo socialista, ya que generó violentos quiebres dentro de los partidos marxista-leninistas, al extremo de llevar a ambas posiciones a luchas físicas. Los pro-chinos, con Mao Tse Tung a la cabeza, proclamaban que los movimientos sociales debían comenzar la lucha sin cuartel contra el bloque capitalista, y repudiaban la actitud soviética de buscar la coexistencia pacífica con ellos, por considerarla entreguista. Con motivo del tercer aniversario de la revolución cubana, el 26 de julio, el movimiento "3 de Noviembre" que Blest dirige, manda una circular a diversos grupos pro insurreccionales, negando la vía electoral y exhortándolos a aglutinarse en un "frente común". En agosto la ebullición social aumenta. Importantes gremios como el de los ferroviarios, los siderúrgicos y otros, se declaran en huelga, acordando la CUT un "paro general" por 48 horas, el 29 de agosto. Clotario recuerda: "Cinco horas antes

del inicio del Paro, soy citado a una asamblea de federaciones. Extrañado ante esta citación en que sólo asistían las bases de los partidos políticos contrarios a mí, les dije: -Espero que esta reunión sólo sea informativa sobre la marcha del Paro. Uno de los asistentes con mucha preocupación me contesta: -Los aquí reunidos hemos venido a pedir la suspensión del Paro. Yo replico: -Compañeros, sólo faltan horas para cumplir lo acordado, cómo le aviso a todo el país, mucha gente va a quedar botada y expuesta a toda clase de represiones. Me responden: -No se preocupe, nuestro secretario general, Luis Figueroa, dará cuenta por cadena nacional de esta anulación. Les manifiesto la poca seriedad que encierra esta medida. Al insistir ellos les presento mi renuncia y me retiro."

(136)

Pocas horas

después, Luis Figueroa, pasando por alto la renuncia de Blest. informaba al país que condiciones adversas hacían imposible el Paro. Clotario Blest, en carta pública difundida por toda la prensa da a conocer su renuncia y los motivos de esta: "Mi más absoluta y total disconformidad con esta resolución (de suspensión del paro), pues estimo que este paro nacional debió mantenerse de todas maneras, por razones obvias de la más elemental solidaridad y honradez gremial para con nuestros compañeros..." "Una acción directa masiva de los trabajadores y la posición que transa con el "actual régimen de legalismo y pseuda democracia, burguesa y corrompida en que se debate el país y sus..... En seguida, reafirma su posición de que la CUT debe asumir "el papel que le corresponde como rectoría,...y vanguardia del pueblo trabajador..." capaz de "arrollar y aplastar definitivamente a la oligarquía económica y terrateniente que hoy como siempre en nuestra Patria, ha gobernado a su antojo y amaño para su exclusivo provecho.". Por el contrario, una CUT legalista y economista sólo ha de dilatar "indefinidamente esta larga agonía de la clase trabajadora."

(137)

A la semana siguiente de su renuncia, Clotario Blest al dirigirse al correo para despachar su correspondencia, se encontró por casualidad con el Presidente de la República Jorge Alessandri que caminaba, como siempre, hacia La Moneda.

"-¿Cómo fue su diálogo con el Presidente, don Clotario?" -"Me saludó afectuosamente y en seguida me dijo con cierta ironía: -Como ve, Clotario, yo continúo siendo Presidente de Chile y usted es un don nadie. -Sí, le contesté, pero eso es a base de una traición. Recuerde, me respondió: en la guerra y en el amor todo es válido."

(138)

Para tratar de comprender esta actitud de los comunistas, aparentemente traidora, tendríamos que situarnos en el contexto histórico de la post guerra y de la posición que adopta el movimiento mundial de los partidos comunistas después del acuerdo con los aliados llamado Yalta (febrero de 1945). Durante esta cita cumbre de los jefes triunfadores de la Segunda Guerra Mundial: Roosevelt, Stalin, Churchill y De Gaulle limitan sus esferas de influencia en el mundo. A la URSS le corresponderá Europa del Este y parte del Asia. América Latina estaría sujeta a la tutela de Norte América. Un paro general exitoso, como era lo que pretendía Blest, desestabilizaría las relaciones del gobierno chileno con Estados Unidos. Para Luis Figueroa, el segundo hombre de la CUT y fiel militante comunista, la estrategia de Blest transgredía el acuerdo entre Stalin y Roosevelt. Es muy posible que ésa haya sido la razón de fondo de lo que Clotario Blest llamaba la traición de los comunistas. No sólo se trataba, como creyó él, de un golpe sucio para apoderarse del poder total de la CUT, sino también una maniobra exigida desde la Unión Soviética para tranquilizar a los aliados y cumplir lo acordado en Yalta. esa fue la explicación -ante ese fallido paro y la renuncia impuesta a Blest- que dieron públicamente trosquistas, anarquistas y maoístas. El historiador Jorge Barría, refiriéndose al episodio me dice: "Clotario era pragmático, si daba una pelea era para ganarla. Las explicaciones que dio Figueroa sobre los motivos de la cancelación de esta huelga general no convencieron a nadie. Tanto es así que muchos gremios no acataron la orden. En cuanto a la renuncia de Blest, ésta fue ilegal, ni las Federaciones podían aceptarla sino ante un congreso de la CUT. El Partido Socialista, que es mi partido, al

principio iba a defenderlo, pero después llegó a un acuerdo con los comunistas y lo sacrificaron." (139) Rigoberto Muñoz, secretario general de la ANEF, desde la época de Clotario hasta nuestros días, da su versión: "Al retirarse en agosto de 1961, contaba con el apoyo de la mayoría, pero en vez de exigir un congreso extraordinario, opta por recluirse un año en su casa, esperando tranquilamente la fecha normal del congreso ordinario en agosto de 1962. Quizás esta actitud fue por orgullo o dignidad, pero el hecho fue que al ausentarse tanto tiempo le permitió a los comunistas y otros partidos adquirir más adeptos y preparar tácticas para enfrentarlo." (140) Entre el 1º y el 5 de agosto de 1962, se realiza el cuarto congreso de la CUT. Los cuatro primeros días Clotario no asiste, el quinto día presionado por los sectores de ultra izquierda (MFR) decide ir. Sentado en las galerías, espera que lo llamen para explicar su renuncia. Al subir al escenario, Blest es recibido con una rechifla y gritos de "¡Viejo, viejo!" Después de unos minutos de gran desorden, Clotario exclama: "No es un delito ser viejo, es un diploma de honor..." No alcanza a decir nada más, su voz es acallada por una lluvia de monedas que caen encima y alrededor de él. Entre los abucheos se escucha: "¡agente de la CIA", "¡fanático, traidor a la clase obrera!" Después de unos minutos, Clotario se dirige al público: "La unidad es la mejor arma de los trabajadores, no seré yo quien le ponga obstáculos a la clase trabajadora. En nombre de esa unidad no plantearé ante ustedes los fundamentos de mi renuncia." En mayo de 1966, Blest explica cuáles fueron esos fundamentos: "La revolución debe constituirse en las siguientes fases: 1º.- Sustitución del Parlamento por la Asamblea del Pueblo, organizado por sus propias bases. 2º.- Nuevo Código del Trabajo, dictado por ellos mismos. 3º.- Una nueva CUT, descentralizada, representativa y antiburocrática."

(141)

LA AGONÍA DE UN LÍDER La versión de Luis Vítale, que era generalísimo de la lista del MFR que buscaba la reelección de Blest, expresa: "Al darme cuenta que Clotario había abandonado el Caupolicán, yo, muy preocupado y asediado por el recuerdo del suicidio de Recabarren, corro a su casa. Golpeo durante largo rato la puerta teniendo como única respuesta los ladridos del perro. Por fin se abre bruscamente el portón y aparece Clotario muy descompuesto con el revólver en la mano. Me dice: Me ha salvado la vida." (142) A Oscar Ortiz, su amigo y su colaborador de sus últimos años le confidenció: "Llegué a mi casa dispuesto a suicidarme, saqué el revólver de la caja fuerte, era un revólver cargado de recuerdos, pues con él se suicidó mi hermano. Al irme a pegar un tiro vi colgado en el muro la imagen de Cristo crucificado y pensé: Si Cristo fue capaz de sufrir la agonía de la crucifixión, ¿por qué yo no?" (143) Santiago Pereira, amigo desde los principios de la ANEF en que ocupó el cargo de secretario general, nos cuenta: "Al día siguiente de la vejación sufrida por Clotario en el Caupolicán fui a verlo a su casa para ofrecerle mi solidaridad. Al no encontrarlo y por insinuación de los vecinos, me dirigí al cementerio, efectivamente estaba allí, frente a la tumba de su madre con la cabeza inclinada, abrumado. Al saludarlo me dijo: Ella es la única que puede comprender mi desaliento, la injusticia de que he sido víctima."

(144)

Cinco años después en un semanario, Blest, ante la pregunta: "-¿Qué sintió cuando le tiraron monedas al escenario?", respondió: "-Lo hacían sin saber que horas antes yo había hipotecado mi casa para pagar el teatro. Fue un golpe terrible que pudo terminar en suicidio, como le sucedió a Recabarren. Mi obligada renuncia a la CUT se debió a que nunca tuve respaldo de un partido político. Soy cristiano, no necesito otra etiqueta. Quizás me faltó ambición. En varias ocasiones me ofrecieron diputaciones y senaturías. Siempre las rechacé, porque me habría visto obligado a pagar favores. Nunca recibí ni un centavo por mi acción gremial." (145) "La única voz pública que en esos días salió en mi defensa fue la del

director y periodista del diario El Clarín, que en una editorial proclamó mi inocencia y lealtad a la causa de los trabajadores."

(146)

"Años después este mismo

periodista, insistió en la carencia en la CUT de líderes como yo, sin sectarismos y honestos." (147) Hoy, no existe dudas sobre la injusticia que se cometió en ese entonces, de acusar a Blest como "vendido". Pocas veces se ha visto en la historia chilena la figura de un líder tan ajeno al dinero. Jamás aceptó sueldo por su trabajo como presidente en la ANEF o de la CUT. Nunca tuvo un auto propio, su respuesta ante este hecho insólito, que le hacía perder tiempo y le causaba toda clase de molestias fue que "mientras los obreros no tuvieran oportunidad de comprarse un auto, su presidente tampoco debía poseerlo."

(148)

Su casa, fue heredada de su

madre, gracias a la jubilación de ella como maestra. Sus muebles fueron legados por su padre. Tampoco gastó dinero en darse buena vida. Su austeridad y pobreza nunca fue discutida. El tirarle monedas y los insultos de "vendido" que recibió en el tercer congreso de la CUT, se debió a una maniobra politiquera al que fue arrastrado un público manipulado por pasiones políticas del momento. MANUEL BUSTOS, DIECISIETE AÑOS DESPUÉS "-¿Cuándo conoció a don Clotario? -Lo conocí el año 1975 personalmente, pero sí sabía de su actividad sindical y el papel que jugó en la organización de la CUT y de la ANEF. Cuando me inserté en el movimiento sindical quise averiguar sobre su origen y el porqué existían tantos prejuicios en relación a la influencia del marxismo. Me encontré, entonces, que quien la fundó fue Clotario Blest un eminente cristiano que sintió que la única manera de unir a los trabajadores era al margen de ideologías partidistas, aunque lo político fuera lo esencial, no debían entregarse a ningún partido. A mí se me clarificó que los errores en que incurrió la CUT no eran culpa de Blest, sino de las organizaciones que tomaron el poder y degeneraron su sentido. Su doctrina está claramente expresada en discursos, artículos y entrevistas.

Algunos dicen que es un lastre, pero al leerlo me di cuenta que eran opiniones interesadas. Cuando conversé con él, la lucidez de su pensamiento me reafirmó su condición de líder. -¿Cómo consideraba usted que fue la actuación de Clotario como presidente de la CUT? -Por una parte quiero dejar muy en claro que encuentro inaceptable la forma en que lo echaron. Por otro lado me parece que él no planteó claramente lo que él pretendía: un organismo sindical con política propia que se incrustara en la sociedad para transformarla. Los problemas laborales de esa época fueron tan intensos y reivindicativos que absorbieron los grandes ideales de Clotario Blest. -Y, actualmente en plena dictadura, ¿considera usted que dada la persecución, división y miedo existente, puede Blest ayudar a la reconstrucción del sindicalismo? -Es cierto que él no está en la actividad sindical, pero es igualmente respetado y los dirigentes io estiman. Si él se suma a nuestra lucha y proclama públicamente y nos incita a la unión, con su figura, prestigio y experiencia podría lograrlo. Yo no tengo la autoridad suficiente para hacerlo, pero él sí. Nosotros vamos a pedirle que lo haga, pues tiene un papel histórico que jugar. Debe ser el puente de la unión de los distintos estratos: marxistas, cristianos etc. Debe hacerse conciencia en algunos dirigentes como: Tucapel, Vogel. Otros no nos interesan como Hernol Flores y Guillermo Medina, porque pensamos que ellos son irrecuperables. La organización sindical futura no debe repetir la misma equivocación en que cayó al final la CUT: su excesiva politización y en manos de un solo partido. - ¿Pero usted no es militante de la Democracia Cristiana? -Si, pero de allí a que el partido imponga sus ideas en la conducción no, pues eso causa la división. En una organización sindical están todas las corrientes de pensamiento y si se piensa - que por muy politizado que sea este país - la gran

mayoría del pueblo trabajador no son políticos, estaremos actuando en la dirección adecuada."

NO DEBEN INMOVILIZARME "Las utopías parecen imposibles, pero luchar por ellas es nuestro deber." TODAVÍA TENGO MUCHO QUE ENTREGAR En agosto de 1961, Clotario Blest presentó su renuncia a la CUT. En su oficina no quedó de él más que una vieja máquina de escribir "Underwood", una mesa, dos sillas y uno que otro objeto sin importancia. No se preocupó de retirar nada. Sólo volvería a pisar los locales de la CUT, remozados y en otro lugar, cuando en 1966 le rinden un homenaje y lo declaran presidente honorario. Su cargo fue ocupado momentáneamente por el vicepresidente Juan Campos, comunista. Después del retiro definitivo de Clotario, en el marco del Tercer Congreso, se realiza la renovación de la directiva. Para el acceso a la presidencia, socialistas y comunistas habían llegado a un acuerdo de ocupar rotativamente por dos años la dirección máxima. Primero asume un socialista. Oscar Núñez y en seguida Luis Figueroa, comunista. Desde entonces el acuerdo pasó al olvido. Para el golpe militar, Luis Figueroa continuaba siendo, además de ministro de Estado, presidente de la CUT.

Desde su casa, y pasados los días más críticos de su depresión, Blest vuelve a adquirir fuerza y decide romper con los grupos de izquierda tradicional. Se relaciona, enseguida, con los maoístas, trotzquistas, comunistas y socialistas disidentes, anarquistas e independientes dispersos. Después de dos meses de discusión interna, Blest, cree que ha llegado el momento de fundar el M.F.R. (Movimiento de Fuerza Revolucionario), primer intento de aglutinar, conservando su autonomía, a las tendencias insurreccionales del país. Años después, en una crónica de Hernán Millas titulada La historia secreta del MIR escribe: "Desde 1960 se reunían ideólogos marxistas que encabezaban pequeños grupos revolucionarios que se consideraban a la izquierda de la izquierda. Se habló de los revolucionarios de café. Cada cual se sentía desengañado o frustrado con los partidos tradicionales de la izquierda. Llegaron a ser siete grupos. En el Movimiento de Fuerza Revolucionaria estaba como caudillo el católico fundador de la CUT, Clotario Blest. En la VanguardiaRevolucionaria Marxista, el doctor Enrique Sepúlveda y el ingeniero Moisés Benados. En la Oposición Socialista, el librero Gonzalo Villalón y el abogado Oscar Waiss." (1) Fundamentando su posición, el MFR señala su carácter insurreccional para la conquista de un gobierno popular en Chile,"la única vía viable". "Como lo demuestra la historia de Chile la oligarquía va a defender a sangre y fuego sus posiciones económicas y políticas de clase." (2) No hay duda que este movimiento rebasaba los marcos de los partidos políticos tradicionales al expresar: "No creemos además que la democracia se salva con una cataplasma tipo guatemalteco como lo acabamos de comprobar con el golpe militar dirigido por el imperialismo norteamericano contra el Presidente Jacobo Arbenz o con una fórmula democratacristiana o con programas izquierdizantes tímidos que se detienen ante la muralla China de la constitución de 1925." (3) Su programa inmediato planteaba: "reforma agraria integral, disolución del Ejército, formación de milicias sindicales, autogestión de las unidades productivas y socialización de la sociedad." (4)

Entre los principales directivos de este nuevo conglomerado de izquierda, fuera de Blest que lo presidía, debemos mencionar a los trotzquistas Luis Vítale y Enrique Sepúlveda y al zapatero anarcosindicalista, Ernesto Miranda. La admiración que despierta el proceso revolucionario cubano, como lo hemos mencionado en capítulos anteriores, produce durante el año 1962 la ruptura con los fuerzas tradicionales de centro y de izquierda, y el diálogo sólo será restablecido parcialmente por Blest, después del golpe militar de 1973. Sin embargo, antes de su ruptura definitiva con la CUT y de los lamentables sucesos del Caupolicán y poco después de fundar el MFR, Clotario mandó una carta al jefe del departamento sindical del Partido Socialista Oscar Núñez en que trata de atraer a este partido hacia sus nuevas posiciones políticas. Esta carta nunca recibió respuesta.(5) También con ocasión del décimosegundo congreso del Partido Comunista, Blest envió un saludo, el que es repudiado con los siguientes términos: "Su movimiento sólo sirve para amparar a agentes de la CIA y de la policía chilena." (6) Blest reacciona emplazando al Partido Comunista a que dé a conocer los fundamentos de su acusación y si no lo hacen, agrega, quedarán como unos embusteros y calumniadores. Ante la no reacción de este partido, Clotario los denuncia como provocadores y mentirosos. No es de extrañar entonces que con ocasión del Tercer Congreso de la CUT, narrado anteriormente, los partidos Socialista y Comunista se declaren contrarios a este naciente movimiento. BLEST Y LA GUERRILLA LATINOAMERICANA Si bien el fenómeno político de la insurgencia armada existía ya desde las décadas de 1940 a 1960 en África y Asia, en nuestro continente sólo se generalizó esta forma de lucha después del triunfo de Fidel Castro contra el dictador Fulgencio Batista. Esta epopeya de un grupo de civiles mal armados contra un ejército profesional fue recibido con gran entusiasmo por todos los sectores progresistas del continente. Los partidos de izquierda tradicionales y los

movimientos marginales e independientes, defraudados por la lentitud y la esterilidad de la lucha dentro de los marcos institucionales, deciden que la esperanza revolucionaria sólo se logrará rompiendo los esquemas establecidos y enfrentando con armas el poder. Clotario Blest, pasa a ser líder de esta posición cuando en julio de 1962, antes del congreso de la CUT, forma el "Comité Latinoamericano por la Guerrilla", siendo su primer objetivo emitir "Bonos Solidarios", que tenían por fin promover la compra de plasma sanguíneo y elementos de primeros auxilios para las columnas guerrilleras que combatían. Sin embargo, a pesar de ser él la cabeza de esta corriente, al pronunciar el discurso que ponía en marcha esta campaña en la librería Victoria, se nota la aprensión que tiene el viejo político, sobre la posibilidad de triunfo que ofrece esta opción, para casi todos los países latinoamericanos. Expresa: "...La guerrilla no debe ser un foco aislado encerrada en la montaña o en el clandestinaje. Temo que la guerrilla, como se está planteando, va a ser aniquilada en la forma más salvaje. Ella debe contactarse con las luchas sociales, si no quieren que resulte una aventura. Si en Cuba tuvo un desenlace feliz, fue porque el elemento obrero, al no contar con organismos sociales que acogieran sus reivindicaciones, pasó a incorporarse a las huestes de Castro, enriqueciendo así la base social del Movimiento 26 de Julio. Hay que encontrar, por lo tanto, la combinación exacta entre el movimiento social organizado y el grupo armado. Mientras la oligarquía económica continúe imponiendo la injusticia social en nuestra patria, nosotros debemos, desde hoy mismo, manifestar nuestra solidaridad activa, con los que luchan por los mismos ideales." (7) Días después, hablando en homenaje al tercer aniversario del triunfo de la guerrilla cubana, reiterará: "...Cuando la guerrilla sólo ha captado pequeños estamentos, sean estos rurales o urbanos, ellos se transforman en bandoleros o en círculos de conspiradores que sólo buscan asonadas violentas." (8) Al expresar esta idea , Blest recibió una gran rechifla.

Estas son las primeras fisuras entre los veteranos líderes, como Blest, Miranda, Sepúlveda, Vitale, Valenzuela, Waiss y las generaciones revolucionarias nuevas. Los jóvenes, como siempre, más impetuosos, juzgaron a los viejos como fuera de época, ignorando su experiencia y sabiduría de años de lucha. EL PATIO DE LOS COCOTEROS A pesar de las divergencias existentes, Blest, continúa jugándose por la causa cubana. A fines de julio de 1962 el MFR lanza a circulación un folleto titulado: Contra el Sectarismo de Fidel Castro (9), cuyo prólogo es de Clotario. En octubre, habiendo renunciado por presión del Partido Comunista a la presidencia del Comité de Solidaridad con Cuba, asiste, sin embargo, a las manifestaciones callejeras de apoyo a la isla caribeña que sufría un bloqueo económico y militar por Estados Unidos. El 25 del mismo mes, Clotario, es detenido en Alameda con Dieciocho. Los carabineros lo llevan a la comisaría. De pronto surge una orden del gobierno: Blest debe ser internado en la cárcel pública y recluido en el patio de los cogoteros. Ese lugar era famoso por ser el sitio en que se encerraban a los reos más peligrosos, condenados por sus asesinatos sanguinarios. Ni los gendarmes se atrevían a circular por esa galería. Interrogo a Clotario sobre ese suceso: "-¿Es verdad, don Clotario. que por defender a la revolución cubana a usted lo encerraron junto a los criminales más peligrosos?" -"Si, así fue. El secretario del Presidente Alessandri, hizo que me echaran a ese sitio, con la intención que me mataran. Cuando llegué vi iodo tétrico. Al otro día, con gran sorpresa mía, se presentó el jefe de ellos y con amabilidad me trasladó a una celda única, donde dio instrucciones para que me llevaran la comida y prohibió que se dijeran palabras groseras delante de mí". "-¿Cómo fue su relación con los cogoteros durante esos 15 días que permaneció allí"?"

-"Me impresionó la calidad humana de esos hombres. Tuve largas conversaciones con ellos. ¿Por qué se habían convertido en cogoteros? Ninguno de ellos había tenido hogar, ni había recibido afecto. Siempre desde chicos habían sido perseguidos, eran producto de la miseria. ¡Cómo culparlos!. Cuando me presenté, delante del juez Eyzaguirre le dije: - Si hubiera sido uno de ellos habría sido mucho peor. - Durante todo el tiempo que estuve allí, nadie supo de mí, ni siquiera el director de Gendarmería, Diego Silva Lastra. Cuando se enteró, él mismo me trasladó a otra dependencia de la cárcel, al anexo Capuchinos. Entonces pasé a despedirme de mis compañeros y les pregunté: -¿Por qué me han tratado así? 'Me respondieron': -Nosotros sabemos quien es usted y además nos ha enseñado que todos somos hermanos. Por eso lo hemos tratado como un hermano. ¡Qué ejemplo recibí, durante este tiempo!. El amor al prójimo lo aprendí en el patio de los cogoteros y no en las grandes doctrinas, ni en los majestuosos palacios. En la cárcel comprobé que en todos los hombres, por mucho que hayan caído, existe una chispa noble que nadie sabe aprovechar. Fueron días amargos, pero no guardo rencor a mis perseguidores." (10) La ANEF, que en esos años, era presidida por Tucapel Jiménez, se hace cargo de la defensa de su fundador, logrando a principios de febrero de l963 su liberación. El proceso contra Blest, caratulado como: "Subversión al Orden Establecido", fue quizás el más problemático que enfrentó en su vida judicial. El estallido de varias bombas durante la primavera de 1962, que costó la vida a unos de sus portadores, efectuado por el Movimiento Social Progresista, (11) grupo adscrito al MFR, genera que el gobierno responsabilice directamente a Blest en su calidad de presidente del MFR, "de instigador social", "agente del castrismo cubanista" y de "terrorista". La represión, se hizo extensiva al consejo ejecutivo, a sus periódicos y sedes. Al revisar la prensa de ese período, sea de derecha o de izquierda, encontramos que las opiniones contra Blest son vitriólicas, coincidiendo ambos sectores en tildarlo desde "peligroso terrorista", pasando por "falso redentor", hasta llegar a "demente senil", frase esta última expresada por el Subsecretario del Interior,

Jaime Silva. Clotario Blest me dice: "Si no fuera por la ANEF, en especial por Tucapel, mi suerte habría sido terrible. Estaba condenado irresistiblemente a diez años de prisión. A mi se me culpaba de ser autor intelectual del bombazo. ¡Qué paradojal, ¡yo que siempre he abogado por la no-violencia activa!. En cambio, los verdaderos culpables, como Julio Stuardo, Ricardo Lagos y Jorge Arrate, dirigentes del grupo que había colocado la bomba, sólo eran citados a declarar ante el juez instructor." (12) Blest, continúa en su campaña en favor del MFR. Poco después de su liberación, en marzo de 1963, Clotario inicia una gira por el territorio chileno, dando a conocer los postulados del MFR. En su visita a Concepción conoce a Miguel Enríquez, Luciano Cruz y Edgardo Enríquez, según él: "Muchachos íntegros, honrados y valientes, pero que andaban en las nubes, pues creían que en 24 horas cambiarían el mundo." (13) Para Blest, el MFR, no sólo representaba una tesis nueva de la izquierda, sino que también debía preparar, gracias a nuevas organizaciones, el plan que haría exitosa la insurrección. Por tal motivo, durante la convención de la ANEF, celebrada en mayo de ese año, presenta a consideración de la asamblea su teoría, sobre la seguridad social. (14) La proximidad del proceso electoral presidencial a realizarse el año siguiente, produce al interior de la izquierda chilena profundos debates sobre su candidato. Si bien el nombre de Salvador Allende, conocido ya por sus anteriores campañas parecía como el más seguro, desde principios de 1963 el Partido Comunista, con la intención de conquistar al Partido Demócrata Cristiano, comenzó una silenciosa maniobra con el fin de desplazar a Allende por Baltazar Castro, Senador socialista, a quien este partido sentía más cercano. Al enterarse Allende que la candidatura, de Castro estaba por materializarse convoca a su despacho a la directivadel MFR; Blest, Miranda, Valenzuela, Sepúlveda y Vítale. Durante el coloquio, Allende les expresa que bajo ninguna circunstancia dejará de ser candidato y por tal motivo les pide lo apoyen. Blest le replica que el MFR no tiene impedimentos en cooperar

electoralmente, pero sólo si Allende se compromete a cumplir el programa del MFR. La proposición es aceptada y se resuelve formar un equipo pro-candidatura, independiente. (15) En conocimiento de este pacto, el FRAP, ante el peligro que encierra la influencia de este movimiento que no dominaban, proclama candidato presidencial a Salvador Allende. Desde ese momento, el acuerdo entre Blest y Allende, pasó al olvido. Entre octubre y diciembre, Clotario asiste a diversos eventos que efectúan los bloques ultra izquierdistas (16) Durante este período, en compañía de otras personalidades, estructura el Instituto Chino de Cultura en el cual hace clases de Sindicalismo, Filosofía. Organización Social, Latín. Permanece de profesor hasta el año 1973. Poco tiempo después de la fundación del Instituto, el gobierno de la República Popular China lo invita a visitar el país. Blest rehúsa: "Si bien no tenía el impedimento para viajar que era dejar sola a mi madre, no acepté porque en ese momento varios de mis amigos tenían problemas policiales. Recuerdo que mi buen amigo, Vítale, estaba relegado. Abandonarlos habría sido una traición y deslealtad." (17) La lucha por la libertad de sus compañeros será uno de sus grandes desvelos del año 1964. Dos eran las posiciones que fundamentalmente se enfrentaron: Los abstencionistas (anarquistas, maoístas y algunos independientes) y los electoralistas (trotzquistas. socialistas disidentes y un fuerte núcleo de independientes), que a pesar de reconocer la falacia de los procesos electorales, optan por participar en la elección, pensando en la posibilidad del triunfo de Salvador Allende. Clotario, se suscribe a la última tesis pero se margina de la campaña presidencial. En la revista Aquí Está fundamenta su criterio al respecto: "Tengo una posición revolucionaria que los partidos de izquierda no aceptan en su integridad. La de ellos es diferida, condicionada a lo que puede venir. Nosotros tenemos una posición revolucionaria integral." (18)

En los meses siguientes, en cambio, dedica gran parte de su actividad a la cooperación con el llamado "Enlace Político" de la guerrilla latinoamericana bajo el seudónimo del "abuelo". Su vieja casa es sitio obligado de los emisarios de la guerrilla de Venezuela, Perú, Uruguay, etc., que viajan a nuestro país en busca de infraestructura de apoyo. En el transcurso del año, Blest, es detenido fugazmente innumerables veces, por apoyar manifestaciones callejeras de estudiantes secundarios y universitarios, huelguistas de Correos, de Ferrocarriles, etc. AMBIENTE POLÍTICO PRE ELECCIONARIO "A sólo siete meses de la elección presidencial, se llevó a efecto una elección complementaria para la diputación de Cuneó y sus resultados tuvieron consecuencias espectaculares: El FRAP postuló al socialista Osear Naranjo, que no tenía trayectoria política; el Partido Demócrata Cristiano presentó a Mario Fuenzalida; el Frente Democrático llevó al conservador Rodolfo Ramírez. Las predicciones hacían prever un triunfo derechista por ser Curicó un tradicional baluarte del conservadurismo. La izquierda inició una intensa campaña que deparó una gran sorpresa: ganó con un 39%, de los votos seguida por los conservadores que llegaron al 32,5% y por los demócrata cristianos que llegaron a un 27,5%. Este hecho, que pasó a denominarse el "naranjazo", significó un duro golpe, tanto para el radicalismo como para la derecha. Cundió el desconcierto, y el radicalismo, encabezado por Bossay, se sumo al allendismo. La derecha en masa se decidió por el apoyo a Frei, considerando su triunfo como el mal menor. Así se fue perfilando una confrontación electoral que para algunos implicaba decidir entre la democracia y el comunismo. Al respecto se realizó una costosa campaña en que a través de la prensa ponía énfasis en los sucesos cubanos y en el aplastamiento, a sangre y fuego, de los levantamientos populares de Hungría y Checoeslovaquia por los soviéticos con el aplauso de los comunistas." (19) A pocos días del "naranjazo", el diario comunista El Siglo, refiriéndose al revés sufrido por los partidos de gobierno titulaba su portada: "La Derecha se deja crecer

la Nariz" aludiendo a la nariz larga de Frei. Semanas después, retirada la candidatura del abanderado del gobierno, Julio Duran, se inicia la campaña a dos bandos: Eduardo Frei de la Democracia Cristiana apoyada por la derecha. Y Salvador Allende, representante del FRAP y una fracción de la extrema izquierda. (20) Las características de este período estuvieron marcadas por la llamada "Campaña del Terror", que usó toda clase de presiones sicológicas con el fin de asustar a la población de los "cambios" propuestos por la candidatura del FRAP. Entre los ardides utilizados -fuera de los anteriormente mencionados por el historiador Gonzalo Izquierdo- para desprestigiar al adversario, podríamos citar la invitación cursada a Juana Castro, hermana del líder cubano exiliada en Miami, que recorrió el territorio pronunciando discursos apasionados contra el régimen de su hermano. También a 48 horas antes de la elección fue trasmitido un encendido discurso de doña Juanita que causó tal impacto que llevó al Presidente Alessandri a romper inmediatamente relaciones con Cuba. "Esta concertada campaña anticomunista tuvo sus toques humorísticos, un impactante cartel, impreso por el partido liberal, mostraba a Santa Claus y a un robusto soldado ruso golpeando en lados opuestos una puerta. El cartel preguntaba ¡Chileno!¿A quién quieres en tu puerta esta Navidad? Otro, que representaba al Pensador de Rodin, prometía: ¡Libertad de pensamiento con Frei!, implicando que tal libertad no sería posible con Allende." (21) La izquierda fue incapaz de hacer frente a esta propaganda, provocada contra todo lo que pareciera "progreso". Salvador Allende fue transformado en un ogro que destruía la familia, la propiedad y cuyo propósito último sería llevarse a los niños chilenos a Cuba. "Para las elecciones de 1964, los Estados Unidos canalizaron hacia Chile (a partir de 1962) por intermedio de la CIA unos 4 millones de dólares." (22) En esta atmósfera inquietante llegó el día de la elección, que como era tradicional en Chile, se desarrolló tranquilamente. Los resultados fueron los siguientes:

Eduardo Frei, 1.409.012 votos con un 55,6%. Salvador Allende, 977.902 votos con el 38,6 % y pese a su retiro, Julio Duran el 4,9%. Según el mismo historiador, anteriormente mencionado, el triunfo de Eduardo Frei se debió a que presentó "un programa en algunos aspectos similares al del FRAP, pero con un marcado énfasis en las vías constitucionales y legales de acción. Su programa básico, bajo el lema: "La Revolución en Libertad", incluía la reforma del agro, la promoción popular, la chilenización del cobre, la construcción de 60.000 viviendas y reformas educacionales", "Por lo demás hay que reconocer que este proceso estuvo íntimamente vinculado al carisma de un líder: Frei, era en verdad un triunfador. El pueblo chileno seguía necesitando la presencia de un líder." (23) Por primera vez en la historia de Chile un candidato triunfaba con tan amplia mayoría. Cuáles fueron las razones de la victoria tan sin precedentes de Frei "Se pueden sugerir cuatro factores: la tremenda campaña anticomunista dirigida contra el FRAP y su candidato; el gran apoyo a Frei de los votos femeninos: la perfecta organización de las secretarías de Frei; y el programa del candidato demócrata cristiano." (24) EL GOBIERNO DE FREI Este gobierno podría dividirse en dos etapas: a)1964 a 1967; b)1967 a 1970. La primera se caracteriza por el apoyo de la gran mayoría de la ciudadanía chilena, numérica y socialmente hablando. "Aunque se ha dicho que ello se debió al mal menor elegido por la derecha, la verdad que ese apoyo aumentó en las elecciones parlamentarias de seis meses después. La explicación de esto es sencilla: Frei pidió al pueblo un parlamento que le permitiera gobernar, porque el primer paquete de las leyes que envió fue rechazado ipso facto, tanto por la derecha como por la izquierda; en consecuencia, las elecciones ratificaron la voluntad de que Frei dispusiese de las herramientas para gobernar. Estos dos triunfos tan resonantes tuvieron, sin embargo, un efecto negativo; el PDC adquirió una visión desproporcionada de su propio poder; se convenció de que, habiendo ganado

solo, podía gobernar a solas; y algunos funcionarios transformaron esta confianza, en una forma de arrogancia política." (25) Las "vigas maestras" del gobierno demócrata cristiano fueron: la Reforma Agraria, que se fundamentaban en una justa distribución de la tierra, impidiendo la existencia del latifundio y fomentando otros tipos de sociedades económicas. Esta ley estableció los asentamientos, sociedades entre el gobierno (CORA) y los campesinos, para preparar durante tres años la asignación de propiedad definitiva. A cargo de esta misión estuvo INDAP, dirigida por Jacques Chonchol. La Chilenización del Cobre, que consistía en la adquisición gradual por el Estado chileno del 51% de la gran minería del cobre. "Los dos pilares básicos le fueron saboteados al gobierno por lado y lado: contra la Reforma Agraria se levantó la derecha, que consiguió dilatar la ley hasta mediados de 1967; contra la Chilenización del Cobre, la izquierda puso dificultades que impidieron que el proceso se concretara hasta 1968." (26) La tercera viga, llamada Promoción Popular bajo la responsabilidad de Sergio Ossa Pretot, buscaba incorporar activamente la participación del pueblo a través de la ampliación de la base sindical, del impulso de juntas de vecinos, centros de madres, cooperativas y fomento de un 20% de la sindicalización campesina, a un 100%. En la segunda etapa, de 1967 a 1970, estas reformas comienzan a naufragar como consecuencia del alto grado de agitación social. "Lo cierto que la Democracia Cristiana había creado expectativas, que durante el final de su gobierno se convirtieron en exigencias inmediatas a las cuales el gobierno no pudo dar respuestas, situación que los llevó a recurrir a la represión. Así la huelga de El Salvador, en 1966, dejó como saldo 7 muertos y decenas de heridos; luego, en 1969. los enfrentamientos de Puerto Montt culminaron con la muerte de 8 personas \ más de cien heridos. Las huelgas se extendieron a sectores estudiantiles, del profesorado. obreros y principalmente campesinos." (27) A estos problemas debemos agregar el acuartelamiento del general Roberto Viaux, en el regimiento Tacna, en Octubre de 1969 con el propósito de lograr mejor remuneraciones y la modernización de los equipos militares. Este movimiento

militar, llamado Tacnazo se solucionó pacíficamente, cuando el gobierno cedió a las peticiones de los rebeldes los que posteriormente fueron destituidos y juzgados. Pocos días después se realizó la primera huelga del poder judicial chileno, también por causas económicas. Otra característica de esta segunda etapa fue la explosión, a nivel cultural, de manifestaciones anti-burguesas, cuyos síntomas venían gestándose desde los años de 1950, debido a las influencias de las juventudes norteamericanas y europeas y al agotamiento de las tradiciones burguesas chilenas. El pelo largo, los bluejeans, la minifalda. el bikini, la música juvenil, la disminución de los tabúes sexuales fueron algunos de los rasgos de esta rebelión. Sin embargo, el mayor impacto cultural fueron "las tomas" por los estudiantes universitarios de sus sedes exigiendo reformas. El movimiento estudiantil que comenzó en el más arcaico de los centros superiores de enseñanza. la Universidad Católica, dependiente del Vaticano, protegida y auspiciada por el Partido Conservador, se extendió rápidamente a las demás universidades estatales. Su finalidad fue romper con las caducas estructuras propias de las viejas universidades europeas en las cuales se había inspirado. Los estudiantes exigían participación en la elección de sus autoridades, una universidad pluralista y al servicio de los grandes problemas propios del país. Tan fuerte y organizado fue este movimiento que El Vaticano tuvo que ceder ante sus presiones y las del Cardenal Silva Henríquez, que sirvió como mediador. El gobierno, por otra parte, aceptó, inquieto y sorprendido por la mayoría juvenil organizada y partidaria de cambios sociales rápidos. Su líder fue el estudiante de Medicina. Miguel Ángel Solar. Todos estos hechos repercutieron en el partido del Presidente Frei, que sufrió un alejamiento de su mayoritario sector juvenil y un brusco descenso electoral en las parlamentarias de marzo de 1969, de cerca de un 10%, en tanto la derecha e izquierda aumentaban su representación. Más adelante, en mayo, los rebeldes demócrata cristianos echaron las bases de un nuevo partido, el MAPU ( Movimiento de Acción Popular Unitario) cercano a los partidos marxistas,

encabezado por uno de los fundadores y líderes de la Falange y posterior Democracia Cristiana, Rafael Agustín Gumucio. Llegado el año 1970, todo el país comenzó a vivir un frenético clima electoral y de gran ebullición social como nunca se había visto antes: bloqueo de caminos por parte de terratenientes, asesinato de un representante de CORA al entrar a expropiar un fundo en Linares, asalto a bancos, atentados dinamiteros, etc. y huelgas que estallaban a lo largo de todo el país, tanto provocadas por la derecha como por la izquierda. BLEST SE AFIRMA EN SUS PRINCIPIOS INSURRECCIONALES Clotario, educado en el Seminario y posteriormente formado políticamente por el sindicalismo cristiano, cuya sede eran las parroquias donde comparte su labor social con varios de los líderes de la Falange, no quiso, sin embargo, militar en sus filas. Décadas después, cuando estos mismos jóvenes, dirigentes de la Democracia Cristiana y ahora en el poder, lo invitan a integrarse a su proyecto histórico, Blest se niega, lo descalifica y pasa a formar parte de la oposición radicalizada. En vísperas de la Navidad de 1964, durante una romería que realiza el MFR, a la tumba de Luis Emilio Recabarren, Blest asevera: "La tan mentada Revolución en Libertad sólo será un nuevo chiste para el sufrido pueblo trabajador...No tengo dudas que este gobierno terminará no siendo ni demócrata ni menos cristiano...Creo que no existe el más leve propósito de escuchar al humilde. Conozco a esta gente, especialmente a sus fundadores, que siempre andaban pegados a las sotanas del clero aristocrático. Sé de sus mentalidades que son de soberbia y de sectarismo. Esta conducta va a llevar al país a un desastre descomunal." (28) En el período estival de 1965, comienza a investigar y a reunir datos de todo lo concerniente al campo sindical, para iniciar posteriormente la escritura de un

ensayo: Martirologio de la Clase Trabajadora Chilena, que alcanzó en sus originales a tener cerca de 1500 páginas. Esta magna obra, semanas antes de ser editada, durante septiembre de 1973, fue requisada y desaparecida, posiblemente quemada, durante un allanamiento sufrido en su hogar días después del golpe. En abril de 1965, debido al desembarco por parte de marinos norteamericanos que sufre la República Dominicana para derrocar el gobierno izquierdista del literato JuanBoch, Blest alza su voz anti colonialista y encabeza diversas marchas de repudio. BLEST LLAMA A FORMAR EL MIR Dos meses después, el 18 de junio, como presidente del MFR, suscribe una convocatoria (29) a toda la izquierda disidente de los partidos populares. Entre el 14 y el 15 de agosto, se realiza el Congreso Constituyente del nuevo referente, llamado Izquierda Revolucionaria, en el local de los anarquistas, ubicado en la calle San Francisco 264. Blest, preside el evento: "Aquí estamos todos los que nos hemos cabreado con la obligación de cada seis años entregar nuestro voto para terminar frustrados..Debemos entender los que somos la izquierda revolucionaria, marxistas, anarquistas y cristianos que sólo la transformación de las estructuras sociales y políticas, a base de la acción directa, permitirá la libertad y la desaparición de la explotación económica, que divide la sociedad entre ricos y pobres." (30). La nueva colectividad toma el nombre de MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), siendo elegido Blest como integrante de su Comité Central, pese a su pedido de sólo obtener un puesto sin importancia en la lucha. El doctor Enrique Sepúlveda asume como su primer secretario general. El resto de la directiva, entre otros, estuvo formada por: Humberto Valenzuela, Ernesto Miranda, Luis Vitale, Oscar Waiss, Miguel Enríquez, Luciano Cruz, Bautista Van Schouwen, Edgardo Enríquez. Sus postulados más importantes fueron: Reforma Agraria Integral; formación de un gobierno obrero; socialización, por medio de cooperativas y entidades estatales del sistema económico, financiero y privado. En lo internacional, acusar a Estados Unidos y a la Unión Soviética como imperialistas. Exhortar y luchar por la unión de los pueblos pobres. (31)

En el terreno sindical, Clotario se hace cargo en octubre de la Comisión Técnica de la ANEF, la cual dirigirá hasta 1982. Durante los últimos meses del año, a pedido de varios sindicatos que estaban en huelga, desempeña el papel de mediador ante el Ministro del Interior Bernardo Leighton. El ministro declara que los obreros en huelga pueden hablar con él directamente, negándose a recibir a Blest. Esta actitud produce el retiro del despacho ministerial de toda la delegación sindical. El 12 de febrero del 1966, durante la celebración del aniversario de la CUT, Clotario asiste y es homenajeado junto a otros dirigentes por el presidente Luis Figueroa. Pese a ser requerido para que hablara, Clotario prefirió guardar silencio. Así lo recordó cuando yo lo entrevisté años después: "Opté por permanecer mudo, temiendo que mi boca me traicionara, había sufrido demasiado por lo que me habían hecho en el Caupolicán. Además estaban en el escenario los mismos que me habían traicionado. La invitación me la cursaron los trabajadores ligados a las federaciones y por eso acepté ir." (32) Estando en huelga los mineros de El Salvador y mientras celebraban una asamblea en su sindicato, el 7 de marzo, fueron bruscamente interrumpidos por un contingente militar que les exigió abandonar el lugar por trasgredir el Estado de Emergencia. Al no acatar la orden, los militares dispararon dejando trabajadores muertos y decenas de heridos. El suceso conmociona a la opinión pública del país. El ex presidente de la CUT, dos días después expresa: "Hasta cuándo continuaremos viendo correr sangre proletaria a manos de los soldados. El gobierno de Freí debe asumir su responsabilidad, pues no hacerlo será un gesto de cobardía. Señor Frei no olvide usted que hace veinte años atrás usted renunció al Ministerio de Obras Públicas, por que no quiso ser cómplice de la masacre de la Plaza Bulnes. Debe por tanto, reestructurar su gabinete, pues en el hay varios reaccionarios y derechistas, como Thayer y Carmona." (33)

El primero de mayo, como era tradicional, la CUT solicita la Plaza Bulnes para la conmemoración del día de los trabajadores. El gobierno niega la autorización alegando que en ese sitio le ha sido otorgado al Comando Nacional de Trabajadores presidido por el diputado demócrata cristiano Santiago Pereira al cual asistirá el Presidente Frei. Blest denuncia el hecho como peligroso al crearse un paralelismo sindical, que vulnera la unidad sindical y que está impulsado desde la propia Moneda "...que desgraciadamente secunda servilmente mi viejo amigo Chago Pereira." (34) La CUT deberá realizar su acto, como lo fue durante todos los años del gobierno de Frei, en los márgenes del río Mapocho. Iniciado el invierno, Clotario, acusa en una revista al Ministro del Trabajo y Previsión Social, William Thayer de limitar el derecho de huelga al aprobar la intervención militar en los conflictos laborales del cemento y el cobre. (35) BLEST LE DOBLA LA MANO A STROESSNER A fines de septiembre, la CUT le encarga a Clotario la difícil misión de interceder ante el dictador paraguayo por la liberación de más de cien presos políticos. Viaja con ese propósito el 24 de septiembre a Asunción. "Apenas llegado al aeropuerto, me sorprendí del recibimiento, no se me revisó ninguna maleta. El propio jefe de aduana me saludó y me dio la bienvenida por mi llegada al Paraguay. Cuando horas después me recibió el dictador me llevé otra sorpresa. ¿Cómo está usted, don Clotario?, -me dijo. A usted lo ubico mucho, tanto por mi compadre Perón, como por mi desaparecido amigo Ibáñez. Sé que usted, es un sindicalista cristiano que le da garantías a todo el mundo. Por eso estoy encantado de conocerlo, ¿Qué se le ofrece? Yo le dije: -Vengo, Presidente, mandado por la organización sindical de mi país, para solicitarle la liberación de un grupo de personas que llevan más de veinte años encarcelados y para mí la libertad es el más sagrado derecho del hombre. -Muy bien-, me contestó Stroessner, -los voy a liberar con la condición que se marchen del país y no regresen más. Creo, don Clotario, que su viaje no fue en balde,- mientras me abraza efusivamente." (36) Blest viajó con los ex cautivos hasta Uruguay, donde abordaron otro avión con destino a Europa. Blest

regresó a Chile y dio por cumplida su misión, soñando que le había doblado la mano a un dictador. EN PLENA INSURRECCIÓN Durante los últimos meses del año, Clotario, estrecha, sus lazos de amistad con el grupo proveniente de la Universidad de Concepción, especialmente con Luciano Cruz y Miguel Enríquez. Como prueba de esa amistad. Blest, escribe una misiva de presentación y recomendación a los sindicatos chinos para Enríquez que viaja hacia ese país: "El infrascrito ex-presidente de la Central Unica de Trabajadores de Chile (CUT), se permite presentarles al compañero Miguel Enríquez Espinoza, integrante de una comisión que visitará la República Popular China. Me permito solicitar con todo afecto a mis compañeros trabajadores de ese país hermano, para nosotros los revolucionarios profundamente respetado y querido, tengan la bondad de dar al compañero Enríquez todas las facilidades para imponerse a fondo de los adelantos y conquistas sociales del pueblo chino. El compañero Enríquez: es miembro del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de nuestra patria, organismo al cual pertenezco y a cuya dirección, como el compañero Enríquez, pertenezco desde su fundación." (37) En febrero de 1967, junto a varios cristianos revolucionarios que participaban individualmente en la orgánica del MIR, forma el Movimiento Revolucionario Camilo Torres que se adhiere como corriente cristiana a la estructura mirista. Meses después, Blest se reúne en su casa con varios líderes sindicales latinoamericanos, el más importante de los cuales es Juan Lechín, presidente de la Confederación Obrera Boliviana. Esta mini-cumbre sindical decide intercambiar ideas y experiencias con el fin de apoyarse mutuamente cuando sea necesario. Lechín, que viajaba clandestinamente, fue detenido en la frontera con Bolivia, lo que hizo desistir a Blest de ir a Bolivia y tomar contacto con los guerrilleros. (38) En una asamblea efectuada en el Teatro San Diego, Clotario pronuncia un discurso en que llama a integrarse activa y pasivamente a la lucha en Bolivia. El

Movimiento Camilo Torres da cuenta de la recolección de víveres y medicamentos. Esta actitud le vale que sea requerido, junto a Sergio Zorrilla, Enrique Sepúlveda y otros por el Sub-Secretario del Interior Enrique Krauss que los acusa de fomentar la lucha armada. Pese a no ser encarcelados, les impiden salir del país y Blest es vigilado constantemente. Días después en una marcha de apoyo a los estudiantes en Concepción es detenido por 48 horas. Para el aniversario de la revolución soviética, la CUT lo designa como su representante en las festividades a realizarse en Moscú. Junto a los más importantes líderes de la izquierda mundial. Clotario en la tribuna de honor presencia el desfile de la Plaza Roja. Es entrevistado por radio Moscú: "Hablé sin ninguna restricción sobre mi posición como cristiano en las transformaciones sociales. Se extrañaron mucho de que un cristiano se expresara como yo. Les dije que no era un lenguaje inventado por mí, pues Jesús lo había dicho en el Nuevo Testamento, que les regalé."Al término de la visita. Blest fue condecorado por Brezhnev, foto que Clotario guardaba muy escondida. En seguida visita varios países del área socialista y termina su viaje en Roma. "Llegué hasta las puertas del Vaticano, ante tanta pompa y boato, decidí regresar. La Iglesia debe abandonar la ostentación. El Vaticano debe ser vendido y el papa debe vivir en una casuchita cualquiera, allí sí que se redimiría el mundo con el ejemplo. Cristo no necesita de iglesias monumentales de mármol, la Iglesia necesita de monumentos dentro de nosotros." (39) Inmediatamente después de su regreso de Moscú, el 7 de diciembre, se realiza en la Sala Chile, sede del Partido Socialista de San Miguel, el Tercer Congreso del MIR. Cuando Enrique Sepúlveda, secretario general comienza a dar lectura a su informe en el que describía el crecimiento del movimiento, gracias a nuevos adeptos dentro del terreno sindical y estudiantil, por lo cual él consideraba que la acción armada debía postergarse hasta que se conquistara una mayor fuerza, especialmente en el ámbito de los trabajadores, fue abucheado por los sectores juveniles presentes. Clotario Blest se sube en ese momento al escenario y pide respeto para el expositor, añadiendo que el compartía la tesis del secretario

general, pues "estimaba que la revolución en Chile debía hacerse a través de las organizaciones de la clase trabajadora: sindicatos y gremios y que sólo, accidentalmente, podría establecerse los focos guerrilleros que exigían las juventudes, sino seria un simple aventurerismo." (40) Los estudiantes que eran mayoría en la sala, le replican violentamente a Blest: "Ustedes están siguiendo el mismo camino que el aburguesamiento revolucionario, no podemos seguir esperando es preciso emprender la acción directa de inmediato." (41) Ante estas dos posiciones diferentes, Miguel Enríquez llama a votación. La tesis de los jóvenes triunfa. La vieja guardia: Humberto Valenzuela, Enrique Sepúlveda, Ernesto Miranda, Oscar Waiss, Clotario Blest y sus partidarios, predominantemente cuadros sindicales, se retiran de la sala, renunciando a la militancia oficial del MIR. (42) Marco Antonio Enríquez, hermano de Miguel y Edgardo en una entrevista en París del año 1980, me declaró lo siguiente: "Enrique Sepúlveda estuvo siempre en desacuerdo con Miguel. Me decía: Yo siempre quisiera estar sujetándole los suspensores al compañero. Con estas ideas vamos a la catástrofe, pues sólo lograremos la implantación de una dictadura militar. Como usted ve, Sepúlveda fue un Casandra. Sepúlveda y sus aliados quedaron muy frustrados. Para Sepúlveda, Miguel fue su sepulturero político." (43) Jorge Barría, el historiador socialista, me expresó: "Creo que los jóvenes del MIR cometieron un grave error al marginar a los viejos. Al no vincularse con el pasado de este país perdieron la experiencia y la sabiduría que todo movimiento político nuevo necesita." (44) Luis Quiroga, militante demócrata cristiano y antiguo dirigente de la CUT opinando sobre este punto, me dice: "La idea de constituir el MIR fue de don Clotario. Todo partió en Santiago, donde en conjunto con otras personas, especialmente sindicalistas echaron los fundamentos de ese movimiento revolucionario. Lamentablemente, un tiempo después los jóvenes universitarios de Concepción no estuvieron de acuerdo con algunas concepciones de los viejos sindicalistas y los

marginaron. Pienso que ese paso, sin compartir en absoluto su ideario político fue suicida, pues desde ese momento el MIR inauguró la lucha armada callejera, que años después sería el argumento central para la justificación del golpe militar". (45) Luis Vitale, que estaba presente en el acto y que no solidarizó con su correligionario Enrique Sepúlveda, quizás porque era mucho más Joven, nos dice: "No se produjo en ese momento ninguna división grave con la partida de los viejos. Se fueron en silencio y no formaron otro movimiento. A mediados del 1969, ante las próximas elecciones presidenciales, surge en el MIR otro quiebre, quizás más numeroso que el primero entre dos estrategias políticas. La presentada por Enríquez, Pascal, Cruz, etc., que se negaban a participar en la campaña electoral de la Unidad Popular, ni apoyar al Gobierno de Allende si era elegido, y los contrarios a esta tesis, a la cual yo me adherí, que considerábamos que debíamos estar presentes en esta lucha. El Comité Central impuso su teoría de "rebelión total" y nosotros nos excluíamos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. " (46) Meses después el MIR emprendía la lucha armada urbana, especialmente asaltos a bancos y bombazos a lugares claves del Estado y el poder económico. El Ministro del Interior, Leighton, los llamó "los bomberos locos". El Gobierno a través de un exhorto los declaró "prófugos y rebeldes de la justicia". Advertía, además, que "cualquier persona que les dé asilo será juzgada como cómplice y encubridora". Clotario Blest comenta en una revista: "No podría atacarlos porque son perseguidos, pero creo que lo que hacen es una insensatez. Arriesgan sus vidas por un método que pudo tener justificación en Rusia hace 60 años. Aún que asaltasen todos los bancos del país, el régimen continuará igual y la represión peor." (47) Durante los primeros meses de 1968, la figura de Blest vuelve a adquirir notoriedad pública al participar en varias marchas por la paz en Vietnam. En febrero de ese año pronuncia un sentido discurso a los campesinos agrupados en la CORA, donde los insta a que sólo con derechos cívicos podrán edificar la fraternidad humana basada en la no violencia activa.

El 5 de abril es asesinado en Estados Unidos el gran luchador pacifista, Martin Luther King, que acongoja profundamente a Blest:"Luther King, Gandhi y Cristo forman la sagrada trilogía de Libertad, Justicia y Fraternidad", dirá años después. Desde ese momento, hasta su muerte, todos los años en el aniversario de ese doloroso hecho, Clotario hará una romería a la plaza que lleva su nombre.

IGLESIA JOVEN "Por una Iglesia junto al pueblo y su lucha."

Desde la década de 1960 en toda Latino-américa comenzó a explotar el descontento contra la posición de la Iglesia Católica en relación a su posición social. Esta rebelión fue adquiriendo, poco a poco. más fuerza y adeptos. Libros, folletos, volantes y prédicas de sacerdotes crearon gran preocupación en la Jerarquía Eclesiástica. En Colombia la prensa clasificó este hecho como: "La Rebelión de las Sotanas"; en Argentina fue tildado de "Sacerdotes Rebeldes"; en México de "Cristianos Díscolos" y en Chile se autodenominaron "Iglesia Joven". Aunque en los demás países no tuvo nombre propio, su presencia y acciones fueron notorias. Hasta en Europa y Estados Unidos estas inquietudes tuvieron eco. Paulo VI desde El Vaticano exclamaba: "La iglesia está atravesando un período de autodestrucción. Confío en que Jesucristo llevará a su barca por buen rumbo" "Parece existir un fermento carismático en la actitud de los católicos."

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Los adherentes respondían: "Hay un Dios que matar y un Dios que seguir y buscar." (2) "Es un grito de angustia, de respuesta a una Iglesia que oprime y aplasta." (3) "La pobreza, la libertad, el servicio, la comprensión abierta y audaz son los valores que deben cambiar el rostro de la Iglesia."

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"La Iglesia Católica, a través de los tiempos (excepto en los primeros siglos de nuestra era) ha estado coludida e identificada con los ricos y poderosos y hoy también lo está" (5) "El objetivo de la Iglesia es unir a los cristianos que ante todo quieren vivir el Evangelio junto a sus hermanos de oprimidos."

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Durante tres años que duró el movimiento llamado "Iglesia Joven" en Chile, muchos fueron los manifiestos, declaraciones y documentos y aún revistas que tratan de definir, explicar y aclarar lo que se consideró en ese tiempo como una revolución dentro de la Iglesia.

El Cardenal Raúl Silva Henríquez, defendiéndose ante los ataques de la iglesia tradicional y de la derecha expresaba en el canal nueve de televisión: "La crisis por la que atravesamos no es vital, sino de crecimiento. Existen disensiones dentro de marcos básicos, no luchas de fondo." En sus Memorias, recopiladas por Ascanio Cavallo en el diario La Época de febrero de 1991, el Cardenal dice: "Tuve una opinión dura respecto a la acción de la "Toma de la Catedral". Sin embargo, y porque ellos, representaron la emergencia de fuerzas descontroladas en nuestra Iglesia, también vi en su acto la señal de nuestros defectos: No hemos sido humildes, pues creíamos que nuestra Iglesia era la mejor de todas."

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El movimiento Iglesia Joven nace oficialmente el 11 de agosto de 1968 cuando un grupo de sacerdotes y laicos se toman la Catedral. Dentro del grupo de laicos, todos jóvenes no mayores de 30 años, se destacaba un viejo de pelo blanco: Clotario Blest. "-¿Por qué participó usted en ese acto? ¿No significaba eso una rebelión abierta contra la Jerarquía Eclesiástica?" -"Participé porque queríamos una Iglesia para el pueblo, como en el Evangelio, viviendo en pobreza su sencillez y sus luchas. Esta actitud no fue dirigida contra la doctrina de la Iglesia Católica, sistematizada en sus dogmas milenarios, sino que en contra de métodos, estructuras y procedimientos que la han identificado ante el pueblo y la masa trabajadora, en acciones comunes y contubernio con el régimen capitalista y sus personeros. La Iglesia Joven no tuvo una larga vida, sólo tres años, pero nuestras acciones, nuestros artículos y discursos tuvieron repercusión, eco, y se divulgaron nuestras intenciones. Hasta el Cardenal comenzó a darse cuenta, vea usted, hoy día como encabeza la Vicaría de la Solidaridad en su lucha contra la tiranía."

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS, POLÍTICOS Y RELIGIOSOS

El escritor brasileño, radicado en París, Michael Lowy, explicando el origen de la filosofía de la Teología de la Liberación, indica: "El marxismo ha sido constantemente reinterpretado en Latinoamérica a partir de las tradiciones culturales indígenas y africanas, más las creencias religiosas de) pueblo. Los héroes Tupac Amaru, Martí y Sandino son raíces vivas de nuestro continente. En los años 20, el que sintetiza todas estas corrientes es José Carlos Mariátegui, el filósofo peruano que, sin duda, es el más grande pensador marxista latinoamericano: original, auténtico, un marxista romántico latinoamericano."

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Las postrimerías de la década de 1960 estuvieron marcadas por un signo especial: aires renovadores contra las viejas estructuras soplaban en todas partes, tanto al este como al oeste. Europa, Norteamérica y Asia se estremecían con estos aires. El mundo socialista, sería protagonista de una lucha incansable contra el dogmatismo y burocratismo, como aconteció en China y Checoeslovaquia. América Latina estará conmovida y expectante con la Revolución Cubana y la Alianza para el Progreso. La Iglesia Católica no podía quedar al margen de estos signos de cambio. Será el Concilio Vaticano II el encargado de modernizar a la Iglesia de Cristo. El Papa Juan XXIII declara: "Hay que abrir las ventanas para que entre aire fresco." En Chile, sin embargo, la Iglesia Católica no activa la nueva política pastoral acorde a las circunstancias históricas, pese a que el Sínodo de Santiago celebrado en 1967 se comprometió a implementarlo a corto plazo. Esta situación, sumado el hecho de la desmoralización que ha producido en amplios sectores estudiantiles, obreros y campesinos la "Revolución en Libertad" y la cercanía del Congreso Eucarístico de Bogotá, motivará la aparición de un movimiento explosivo y polémico que buscará el rejuvenecimiento de la Iglesia mediante un nuevo modelo, desprendido de la cultura tradicional y ligado a las luchas populares. Esta corriente reformadora católica, estuvo influenciada por los escritos del uruguayo Juan Carlos Zaffanov, del teólogo belga Joseph Comblin. También por las publicaciones Vísperas y Onis del Perú que eran comentadas y

analizadas por vastos grupos de cristianos. Dos figuras históricas, trágicamente muertas en esos años, pasarán a ser los líderes simbólicos del movimiento, el comandante-médico Ernesto Che Guevara y el sacerdote-guerrillero colombiano Camilo Torres. La revista del movimiento que se editaba en la casa de Clotario pasará a llamarse: Hombre Nuevo (10) y la imagen del Che presidirá la portada del primer número. Camilo Torres, será para los sacerdotes jóvenes de izquierda el mártir y héroe cuya vida y mensaje hay que imitar. EL LÍDER DE LA IGLESIA JOVEN La "rebelión de las sotanas" en América Latina fue encabezada por el colombiano Camilo Torres Restrepo, que se convirtió en el líder de todas las izquierdas de su país, desde comunistas pekineses hasta católicos reformistas. Es un sociólogo de 37 años, con formación en la Universidad de Lovaina en Bruselas y, catedrático de la Universidad de Colombia. Desde su tribuna en el aula, y ante cualquier auditorio, nunca ocultó sus ataques a los sectores conservantistas de su país, exclamando que "un verdadero cristiano debe colaborar con todos aquellos revolucionarios que se proponen cambiar las actuales estructuras sociales injustas y opresoras". Después de múltiples entredichos con la jerarquía eclesiástica colombiana, el padre Torres decidió pedir ser relevado de sus obligaciones sacerdotales. "En la estructura actual de la Iglesia, se me ha hecho imposible continuar el ejercicio de mi sacerdocio en los aspectos del culto. Sin embargo, el sacerdocio cristiano no consiste únicamente en la celebración de los ritos externos. La misa, que es el objetivo final de la acción sacerdotal, es una acción esencialmente comunitaria. Pero la comunidad cristiana no puede ofrecer en forma auténtica el sacrificio si antes no ha realizado, en forma efectiva, el precepto del amor al prójimo. "Yo opté por el cristianismo por considerar que en él encontraba la forma más pura de servir a mi prójimo. Fui elegido por Cristo para ser sacerdote eternamente,

motivado por el deseo de entregarme, tiempocompleto, al amor de mis semejantes. "Estimo que la lucha revolucionaria es una lucha cristiana y sacerdotal. Solamente por ella, en las circunstancias concretas de nuestra patria, podemos realizar el amor que los hombres deben tener a sus prójimos." En su Plataforma Latinoamericana de Acción Popular, que él diera a conocer en mayo de 1965 en Bogotá, propugna la necesidad de tomarse el poder político como medida indispensable para que sean las mayorías quienes produzcan las decisiones políticas, ya que no puede esperarse que las actuales minorías que lo detentan "tomen decisiones que afecten sus propios intereses ni los intereses extranjeros a los cuales estén ligadas". (11) Si mientras vistió la sotana el padre Torres Restrepo hizo erizarse de horror a la jerarquía eclesiástica colombiana, sus actuaciones posteriores lo convirtieron en un proscrito a quien la prensa de su país llamó "cura comunista" o "idiota útil al comunismo". Sus superiores. temerosos de su influencia demoledora, lo fueron alejando poco a poco de sus funciones sacerdotales, para que no interviniera en la política activa. Fue enviado a estudiar a Bélgica. Cuando regresó en mayo de 1965, fue recibido por una multitud de estudiantes ante los cuales lanzó su programa revolucionario: "Los partidos políticos al dividir la sociedad colombiana verticalmente y al agrupar en las luchas electorales a la clase popular en fracciones antagónicas por sentimiemos y tradiciones opuestos, impidieron la formación de un partido de clase. La ausencia de este partido aseguraba los privilegios sobre la clase mayoritaria y popular. La exigencia del conformismo es el instrumento de control más eficaz de una clase privilegiada minoritaria sobre una clase mayoritaria desvalida." (12) A fines de junio de 1965, cambió la sotana por un traje negro y una camisa del mismo color, sin corbata, y se lanzó a la política activa. Dio conferencias en

sindicatos, centros estudiantil; y en todo lugar donde se solicitara su presencia. Sacó un periódico, Frente Unido, que su propia madre salió a vocear a las calles, convertida en una prosélita suya más. El 8 de noviembre desapareció misteriosamente de Bogotá. Se sospechaba que hubiera ido definitivamente a las guerrillas, en las montañas, pero nadie lo sabía con certeza, hasta que el 8 de enero del año siguiente comenzó a llegar a los periódicos bogotanos y a diversas personalidades políticas una circular firmada por el ex sacerdote Camilo Torres y dos dirigentes del Ejército de Liberación Nacional, Fabio Vásquez Castaño y Víctor Medina Morón. Cada carta iba acompañada de una foto donde aparecían los tres firmantes en tenida de milicianos. "Todo revolucionario sincero tiene que reconocer la vía armada como la única que queda -decía en una de sus partes-. Sin embargo, el pueblo espera que los jefes. con su ejemplo y con su presencia, den la voz de combate. Todos los colombianos patriotas debemos ponernos en pie de guerra -continuaba amenazadoramente-. Poco a poco irán surgiendo jefes guerrilleros experimentados en todos los rincones del país. Mientras tanto, debemos estar alertas. Debemos recoger armas y municiones, Buscar entrenamiento guerrillero. Conversar con los más íntimos. Reunir ropas, drogas y provisiones para prepararnos a una lucha prolongada." Y concluía con el grito de guerra: "¡Ni un paso atrás....! ¡Liberación o muerte!" Fue muerto en combate y enterrado por orden del Ejército, y nadie sabe donde yace su cadáver. Sin embargo, su deceso trajo el florecimiento de un fuerte movimiento de católicos de avanzada. El nuevo cabecilla pasó a ser un franciscano de 26 años; Eduardo Aranjo Trujillo. (13) NACE LA IGLESIA JOVEN EN CHILE A cargo de la Iglesia Católica en Chile estaba el Cardenal Raúl Silva Henríquez que había sido un ferviente partidario de las reformas que impusieron en el

Concilio Vaticano II. Sin embargo, deberá enfrentarse en Chile a graves problemas doctrinarios que estuvieron a punto de producir un cisma en los católicos. Desde el Concilio se nota claramente la posiciones de dos tendencias. En Chile el enfrentamiento estalla por la visita que efectuará el sucesor del Papa Juan XXIII, Paulo VI a Colombia. Por primera vez un Papa llega a territorio latinoamericano. "¿A qué viene el Papa? ¿A bendecir la miseria, el dolor? ¿A predicar la paciencia en la injusticia? ¿O viene como otro Cristo, a denunciar la injusticia bajo todas sus formas, a comprometerse con los pobres que sufren, a gritar a los ricos la verdad del evangelio? Si esto último hiciera, y así lo esperamos todos los cristianos de América Latina, lo matarían como otro Camilo Torres o por lo menos lo harían callar." (14) Estas interrogantes expresadas en una carta pública por el sacerdote español, párroco de una barriada en Santiago, Paulino García, encuentra un gran apoyo en un grupo de religiosos, estudiantes y sindicalistas, provenientes de la Juventud Obrera Católica. Semanas después de este conglomerado pasa a denominarse, "Iglesia Joven". El Cardenal presintiendo el conflicto que podía desatar la falta de respeto a la autoridad papal por parte de este grupo, ordena a sus vicarios que convenza a los disidentes de la inconveniencia de sus palabras. El llamado del prelado es rehusado en una franca actitud de rebeldía. No es extraño, pues, que en ese clima haya surgido otro grupo que también buscó en los obispos el chivo expiatorio para las dificultades que surgían en la Iglesia. Así, a fines de julio, la Sociedad de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TEP), más conocida con el nombre de "Fiducia", difundió una declaración titulada: Reverente y filial mensaje a su Santidad el Papa Paulo VI. (15) Patricio Larraín, presidente de Fiducia, entrevistado explica su posición: "El mensaje que haremos al llegar a su Santidad, es el denunciar como el comunismo desarrolla actividades en Chile, para transformar a una nación católica en una vil colonia de Moscú, Pekín o La Habana: manifestando por esto, públicamente y con toda energía la execración del comunismo, porque el sistema en que se apoya es

ateo, materialista y amoral; porque su régimen social totalitario niega la familia, la propiedad individual y la legitimidad de una armoniosa jerarquía de clases." (16) Acusaba esta declaración, además, a la revista Mensaje, al "Centro Belarmino" y a "Desal", pidiendo con rapidez que sea eliminada enteramente la acción eclesiástica y laica pro-comunista. "Hasta entonces, "Fiducia" no era conocida más que por la edición clandestina de un libro llamado: Frei el Kerensky chileno, escrito por el abogado brasileño Favio Xavier da Silveira." (17) Este movimiento formado por una centena de jóvenes de extracción universitaria y acomodada, cuyos inspiradores vivían en Brasil, se distinguían por su indumentaria medieval: traje negro, pañuelos amarillos y un gran escapulario de la Virgen de Fátima. De pelo muy corto, haciendo contraste con el largo cabello de moda en la juventud de la época, se colocaban en las esquinas de las arterias principales, voceando sus consignas y repartiendo panfletos. Ninguna mujer integraba el grupo y entre sus postulados estaba el de castidad. Según el Cardenal, "el comunicado de "Fiducia" se imprimió como inserción en varios diarios y revistas y se distribuyó a través de todo el país. El Obispo Alfredo Cifuentes, que ya estaba jubilado, fue el único que le dio cierto reconocimiento. por medio de una carta. Para despejar equívocos, mi Obispo Auxiliar Fernando Ariztía, emitió una declaración condenando la actitud de este grupo, afirmando que conversaría con los miembros de la TFP si así lo deseaban. Pero estos replicaron con un agresivo comunicado en que sostenían que la iglesia de Santiago se cerraba al diálogo..." (18) En ese invierno la Iglesia Joven inicia sus actividades públicas al realizar una estruendosa protesta en contra de la construcción del Templo Votivo de Maipú, al que consideraban un lujo que provocaba inútilmente a las clases desposeídas. LA TOMA DE LA CATEDRAL

La ocupación del principal templo de la capital de Chile por más de 200 personas, entre sacerdotes y laicos, dirigidos por Clotario Blest el 11 de agosto de 1968 fue la acción de más impacto que realizó la Iglesia Joven. Semanas antes Blest reunió en su casa a los responsables de los diversos componentes de este movimiento con el fin de diseñar el plan de la ocupación de la Catedral. La idea era causar tal impacto en la sociedad que los medios de comunicación no pudieran silenciarlo. Clotario que era el único viejo de los llamados Iglesia Joven, nos relata el episodio: "Como nuestra posición no trascendía y como no contábamos con radios, televisión o periódicos que dieran a conocer nuestros ideales de una Iglesia junto al pueblo y sus luchas, decidimos tomarnos La Catedral, símbolo de la Iglesia. Tramamos la acción detalladamente, para no fracasar en nuestro intento. Decidimos por lo tanto, que un grupo de cincuenta personas entrarían a las oficinas parroquiales el día anterior, cerca de las seis de la tarde. Los canónigos, que sabían de nuestros propósitos, creyeron que la toma se había reducido a esas oficinas, así que cuando después de dos horas de charla se despidieron, los canónigos quedaron complacidos. Lo que no se imaginaron es que 20 de los 50, sigilosamente, se escondieron en una escalera interior de un entrepiso. La operación "Toma de la Catedral" había comenzado. En la madrugada llegamos los demás y como sabíamos que el templo estaría rodeado de policías, inventamos una pelea entre cuatro muchachos en la plaza. El incidente, como era obvio, atrajo a los carabineros que en gran número trataron de disolver el pugilato. Aprovechamos ese momento para ingresar tranquilamente a la Catedral." (19) El periodista Fernando Reyes Matta añade otras anécdotas sobre este hecho: "Hace dos semanas dos turistas españolas llegaron a la Catedral. Manifestaron su curiosidad por verlo todo, hasta los patios interiores. Allí se desmayó una de ellas, las condujeron hasta las oficinas interiores para que se repusieran. Pero ni el desmayo ni las turistas eran reales. Se trataba de dos monjas que cumplían el primer paso de la operación "toma de la catedral". Su objetivo era hacer un plano

del edificio. Este plano fue fundamental para que un grupo de laicos se tomara la Catedral. provocando el mayor remezón registrado en la historia de la Iglesia chilena." (20) Luis Torres Acuña, hoy rector de la Universidad Arcis y en ese entonces un joven estudiante de segundo año de Periodismo de la Universidad Católica, me entrega su testimonio: "Yo tenía una sólida formación católica, había estado interno en el Liceo Alemán de Los Angeles, regido por curas muy estrictos. Cuando regresé a Santiago pertenecí al Movimiento Juvenil Cristiano, inspirado en Michel Quois: "La oración que vale es la que uno construye"; "Debemos acercarnos al hombre cotidiano". Para mi la misa había perdido autenticidad, me sentaba en la última fila y criticaba la frivolidad, el mecanicismo y ramplonería del rito. Escribía el diario mural de mi parroquia y allí exponía mis dudas y disgustos. El año anterior, junto a otros dos estudiantes, fuimos los encargados de tomarnos la Facultad de Periodismo, cuando se impuso la reforma universitaria liderada por Miguel Ángel Solar. Quizás por todos estos antecedentes fui seleccionado para la acción previa, los "adelantados" que debíamos ser 20, pero sólo se presentaron 19, que facilitarían, al abrir las puertas por dentro, la entrada de los 200 que se tomarían al amanecer la Catedral. Todo fue programado con anticipación. Cuando nos despedimos de los canónigos, ellos se quedaron tranquilos. Lo que no supieron es que 19 permanecimos escondidos en el entrepiso. Patricio Hevia era nuestro guía, estábamos todos como poseídos por esta misión que considerábamos trascendental. En círculo y en voz baja nos fuimos presentando, yo dije: Soy Luis Torres, estudiante de la Universidad Católica, calzo 41. Después nos dividimos las tareas, algunos limaron las cadenas de las rejas, otros colocaron cera en las bisagras de las puertas para evitar todo ruido. Atravesamos el patio y así llegamos a la sacristía. Al entrar, en pleno silencio sonaron ruidosamente unas campanadas, creímos que nos habían descubierto y estaban alertando a los demás curas, nos tranquilizamos cuando nos dimos cuenta que era un reloj antiguo que indicaba las dos de la madrugada. Al prender nuestras linternas nos enfrentamos con los inmensos retratos de los deanes que con su mirada severa parecían criticar nuestra violación de ese lugar sagrado. ¡Por fin entramos al

templo!. Dentro de dos horas, o sea a las cuatro, entreabríamos las grandes puertas, para que 200 se tomaran el símbolo de esta iglesia que amábamos tanto, pero que considerábamos equivocada. Eramos ahora sus redentores, yo me fui a dormir encima del altar, coloqué mis pies junto al cáliz y mi cabeza en la parte baja. Sentí una gran liberación: El mundo debía cambiar; la iglesia al servicio de los pobres, para los pobres... Me dormí"... (21) Inmediatamente después del ingreso a la catedral, se extendió entre las dos torres un lienzo que decía: "Por una Iglesia junto al pueblo y sus luchas". La noticia se extendió rápidamente y una multitud acudió a la Plaza de Armas frente al templo, mientras se distribuían folletos: Manifiesto de la Iglesia Joven y Por una Iglesia servidora del Pueblo. "Fiducia" no tardó en reaccionar, gritando: ¡Sacrílegos! ¡Herejes! ¡Agentes comunistas! El público tomaba posiciones y se armaron grandes polémicas. Los sacerdotes, monjas y laicos que habían ingresado tapiaron las puertas y se juntaron en lo que llamaron una jornada de reflexión: misas, canciones, debates y meditaciones llenaron las horas de la ocupación. Según los diarios El Clarín, El Siglo y La Ultima Hora : "A pesar de las dificultades para ingresar al templo, asistimos a cuatro misas que oficiaron los sacerdotes: Diego Palma, Paulino García y Francisco Guzmán, poco habituales. Estas se realizaron en el medio de la nave, en vez de las hostias se comulgó con tres panes partidos y tres copas de vino. Acompañaba a la liturgia el llamado "Oratorio para el Pueblo" cantado por los hijos de Violeta Parra, Ángel e Isabel, de raíces folclóricas. Las letanías usuales se cambiaron por: Te pedimos, Señor, por todos aquellos hermanos nuestros que han muerto en las lucha por la libertad de América Latina, recordándose al Che Guevara y Camilo Torres, coreado por un "escúchanos. Señor, te rogamos". En la tarde todos los ocupantes se retiraron pacíficamente, bajo fuerte custodia policial." (22) Luis Torres me señala: "Las misas se sucedían, las oraciones, los cantos y también los discursos. Algunos como el de Germán Cortés, seminarista y

posteriormente dirigente del MIR muerto en un enfrentamiento en 1978 y se quedó para siempre con el apodo de "el cura", me sobrecogió: el sentido de la pobreza, de la entrega a los pobres de espíritu. Lo recuerdo exaltado, chascón, le temblaba la mandíbula, le brillaban los ojos. Otro que me pareció sincero, fue un estudiante de la Universidad de Chile, Ricardo Halabi, se expresaba con tanta humildad y sencillez. Varios, en cambio, aprovecharon la ocasión para lanzar discursos políticos, Oscar Guillermo Garretón fue uno de ésos, tan sociólogo, frío y poco espiritual. No hablaba con el corazón, sólo quena lucirse, no comprendía el signo profético y desinteresado de nuestra misión. Las palabras de esos discursos que yo califiqué de políticos perseguían un fin personal, el poder. Algo me sucedió allí, se me apretó el alma. Después no fui a ninguna reunión, no formé parte del movimiento y a muchos de ellos no los vi nunca más. Cuando abandonamos la Catedral, los compañeros del exterior nos hicieron una fila para protegernos de la violencia de los adversarios. Recuerdo a don Bernardo Leighton: "¡Tranquilos, tranquilos, estamos aquí, estamos bien!" (23) Clotario Blest, al salir de la catedral le declara a un periodista: -"La Iglesia Joven no toca el dogma, no ataca la doctrina, pero si está en contra de la estructura de la Iglesia que tiene 20 siglos y no se ha modificado". -¿Y, usted, considera que ahora es el momento? -"La humanidad vive un período de transición: la familia, la moral, el sexo, el marxismo, la Iglesia. No negamos la infabilidad del Papa cuando hable ex-cátedra, pero es falible en todas las demás materias, como en el caso de la píldora en que no tenemos la obligación de creerle". -¿Qué persiguen? -"Que la Iglesia Católica sea verdaderamente cristiana, que abandone el boato, las riquezas que nada tienen que ver con Cristo, que no tenía donde reclinar la cabeza. Es una contradicción y un grave pecado estar junto a los ricos y a los

poderosos. Por eso le pedimos a la Iglesia que se defina en defensa del oprimido, que se arriesgue a perder su situación de privilegio. Se debe vivir en contacto directo con la miseria, el alcoholismo, la prostitución, los sueldos de hambre. Por esto insistimos la Iglesia no debe servir a la escandalosa división de clases. Sus colegios que educan a la aristocracia chilena, son una institución que contradice al Evangelio, contribuyendo a formar miembros de la clase burguesas, donde no existe sensibilidad ni sentimientos de solidaridad efectiva frente a la miseria, donde el interés individual y del grupo prima". -¿Creen que lograrán sus objetivos? -"Por supuesto. No estamos haciendo un show ni una barbaridad. Es una actitud irreversible. No vamos a retroceder, sino a avanzar para purificar a la Iglesia de todas sus taras materiales a fin de que retorne al primitivo cristianismo." (24) Por otra parte, reunidos en el episcopado, los siete Vicarios de Santiago entre los que se encontraba, Rafael Maroto Pérez, (25) declaraban que lamentaban y condenaban "profundamente la forma en que se ha procedido, reñida absolutamente con el espíritu del Evangelio." (26) Al día siguiente, el Cardenal informa a la prensa, que ha resuelto suspender "A divinis" a los siete sacerdotes que participaron en la ocupación: Francisco Guzmán, Andrés Opazo, Diego Palma, Paulino García, Carlos Langue, Ignacio Vergara y Gonzalo Aguirre, dando a conocer una declaración donde señala "se ha profanado a nuestra Iglesia Católica, se ha profanado, además, hermosas tradiciones de nuestra patria en materia religiosa", añadiendo que tal acción ha "llevado a un grupo de laicos, estudiantes y obreros, ha efectuar uno de los actos más tristes de la historia eclesiástica de Chile..."

(27)

Enterándose los sacerdotes sancionados de la medida tomada en su contra, elevan una carta al Cardenal Raúl Silva Henríquez, donde explican que jamás pretendieron herir a su persona, solicitándole, además, continuar con el ejercicio

de su ministerio y disculpándose sinceramente si es que habían ofendido a la Iglesia de Santiago. "En los días siguientes, el Obispo Carlos González asumió la tarea de hablar uno por uno con los sacerdotes suspendidos. Según parece, los convenció de escribirme una carta pidiéndome perdón para reconsiderar la medida. Acepté las disculpas y levanté la suspensión." (28) A pesar de que el Cardenal declara en sus memorias, en una carta a la prensa de la época firmada por los sancionados, se deja establecido que este perdón no significó en absoluto un arrepentimiento o claudicación a la toma de la Catedral o a su ideario: "La ocupación de la iglesia y la declaración fundamental son dos elementos inseparables, de los cuales nos hacemos responsables, pues nuestra conciencia nos urgió a hacerla. A esto no renunciamos, ni el Cardenal nos pidió que lo hiciéramos." (29) El sacerdote Andrés Opazo que participó en la Toma de la Catedral y fue el redactor del manifiesto que explicaba el sentido de la acción, me entrega 25 años después -y cuando ya abandonó el sacerdocio- su testimonio que él titula: Sobre la Toma de la Catedral. "Los hechos, cuando son mirados a la distancia o por espectadores externos, tienden a ser vistos como determinados por una cierta lógica que los vuelve comprensibles. Ellos son interpretados de acuerdo a visiones más amplias del acontecer. La Toma de la Catedral, que fue un hecho impactante, dio mucho que hablar. Para ser comprensible, debía ser enmarcado dentro de una lógica asumida como tal. Por ello, se lo percibió como parte de un "plan" o de un designio inspirado en diferentes motivos. No obstante, para los que allí intervinieron como actores fue otra cosa: un gesto espontáneo, sin muchos antecedentes previos, y sin desenlaces posteriores. Yo participé desde la primera reunión y escribí el documento de proclama, que cuando lo leí hace un tiempo me impactó por lo válido de las convicciones y por el

candor con que se exponen. Era sacerdote de una congregación religiosa y estaba sometido al voto de la obediencia. Me sentí obligado a revelar el secreto a mis superiores antes de los hechos. Era una cuestión de conciencia y sabía que, como tal, sería asumida por ellos. Y así fue, ellos me dijeron que si pensaba que debía participar (en algo que por supuesto ellos no compartían para nada) y lo creía mi deber de religioso, que lo hiciera. Lo dejaban a mi criterio. Las interpretaciones que he escuchado, formuladas con total convencimiento. son de dos tipos. Una es de carácter político. De acuerdo a ella. la toma obedecía a una estrategia bien elaborada. Se pretendía abrir espacios a la izquierda para personas religiosas, honestas y comprometidas, que adherían, casi por inercia, a la Democracia Cristiana. Desde este punto de vista fue una maniobra genial. A mí me han felicitado, en el seno de la izquierda, por nuestra supuesta perspicacia política. En la toma participaron efectivamente muchos militantes de la D.C. Algunos de ellos buscaban bases de mayor apoyo para separarse del Partido, este grupo pasó al poco tiempo al MAPU. Yo no puedo dudar que esta lógica pueda haber guiado la participación de algunos en la toma. Pero de lo que estoy seguro, es que esta perspectiva jamás existió en los que la idearon, planearon y condujeron la Toma de la Cátedra!. Nunca analizamos los hechos desde una perspectiva partidista ni instrumental. Eramos mucho más ingenuos de lo que podía imaginarse el analista que reconstituye las cosas a posteriori. La otra lógica es de tipo institucional, es una interpretación eclesiástica, de acuerdo a esta visión, la Toma de la Catedral fue una iniciativa promovida por un grupo de curas atolondrados y desesperados. Eran curas disconformes con la institución eclesiástica, que deseaban que ésta asumiera papeles más radicales en lo social, que buscaban mayor liderazgo y figuración. Pero sobre todo, habían otras motivaciones ocultas. Detrás de los bombos y platillos, y como medio de legitimación ante su auditorio joven y deseoso de cambios, tales curas pretendían esconder su deseo íntimo de renunciar al celibato y dejar el sacerdocio. O sea. existían motivos espúreos para tomarse la Catedral. Esta es una lógica eclesiástica, un tanto defensiva. Es natural que la autoridad de una institución

como la Iglesia delimite responsabilidades corporativas, y apele a la explicación del "mal funcionario", que induce a error de sus seguidores, fieles buenos, sencillos, pero engañados. De hecho, la mayoría de los sacerdotes que participamos en la toma, abandonamos después el sacerdocio. Pero una cosa no tenía nada que ver con la otra. La decisión de pedir la dispensa a los compromisos sacerdotales es, quizás, el momento más crítico vivido por un ex sacerdote. Se ponen en juego cosas muy profundas, que se viven en la esfera de lo más íntimo. Pero, cualquiera que sea la opinión al respecto, los hechos se dieron de forma muy distinta. La iniciativa provino de laicos, no de sacerdotes. Un grupo de laicos empujó todo y los sacerdotes estuvimos de acuerdo y los acompañamos. En mi caso personal, sentía que estábamos tramando una locura que nos ponía en situaciones muy difíciles, que ojalá a nadie se le hubiese ocurrido tal insensatez, que íbamos a experimentar el rechazo de gente a la que queríamos. Pero estábamos muy identificados con nuestras comunidades; ellas nos demandaban acompañamiento en un gesto ambiguo, pero sentido como muy importante para expresar una forma nueva de ver la Fe y el compromiso cristiano. No digo con esto que participé a regañadientes. Me convencí que había que hacerlo, teníamos razones para arriesgar, en una época de cambios, en que se creía en el futuro como una novedad, como un renacimiento de la sociedad y de la Iglesia. La idea surgió en una reunión, un domingo en la mañana, en un local de una parroquia de la comuna de La Granja. Había salido con anterioridad un artículo firmado por un sacerdote español, que no era de esa parroquia que protestaba por la venida del Papa Paulo VI a Colombia. Los que estábamos coincidíamos en que la venida del Papa a Colombia era un respaldo a la Iglesia más conservadora del continente, que preparaba un Congreso Eucarístico estridente, que sacralizaba a autoridades civiles y eclesiásticas insensibles a la pobreza, amantes del lujo y la ostentación. Para la preparación del Congreso y para la venida del Papa, se había maquillado la cara, se había lavado la suciedad y escondido la pobreza. Se había encerrado a los niños de la calle de Bogotá, los gamines, que viven en pandillas y se drogan con el tubo de escape de los automóviles. Un año antes había muerto Camilo Torres, el sacerdote que al ver todos los caminos cerrados para promover

un cambio social, se había visto forzado a sumarse a la guerrilla. Era considerado un traidor. El Cardenal Arzobispo de Bogotá, representaba al catolicismo tradicional, legitimador de una sociedad injusta que se dice cristiana, y se identifica con los de arriba y opera a través del poder. Pensábamos que una venida del Papa a América Latina, debería significar un respaldo a los sacerdotes que trabajaban con los pobres, que llevaban una vida de compromiso total. Había muchos de éstos, eran los tiempos del Concilio y se preparaba Medellín. A nuestro juicio, el Papa daba la espalda a esta realidad. En cambio aparecía bendiciendo la forma de catolicismo que para nosotros era un contra testimonio. La discusión y el intercambio de ideas debía terminar en la pregunta del millón: ¿Qué hacer? A un dirigente poblacional de La Granja se le ocurrió una idea: ¡Tomémonos la Catedral! Fue dicho como una broma. Pero al rato resurgió el tema: ¿Por qué no? El único antecedente que existía entonces era la toma de la Universidad Católica. Pero un año después, en esa reunión de La Granja, no estaban esos universitarios, aunque algunos de ellos se sumaron después a la iniciativa. Se tomó el acuerdo dentro del mayor sigilo; se repartieron responsabilidades y se crearon tres comisiones, la que organizaba la entrada a la Catedral, la de prensa y la de redacción del texto. Se fijó como fecha el domingo 4 de agosto, quince días después. Se citó a una reunión del grupo para el domingo siguiente, a fin de revisar el avance de las comisiones. Se trabajó en la mayor clandestinidad. Pero no todo estuvo listo, y se postergó para el domingo siguiente, el 11 de agosto. Entramos a la Catedral como a las cuatro de la madrugada. El gesto fue un típico acto espontáneo. Causó una gran conmoción, en la gente y en nosotros mismos. Entramos y salimos ordenadamente, pese a que se dijo después que adentro había tenido lugar una verdadera orgía y que se escribieron en la paredes consignas comunistas. Nosotros no habíamos pensado nada más que en tomarnos la Catedral. No habíamos preparado nada para el día siguiente. Pero tuvimos que reunimos. Llegaban telegramas de adhesión. Se pedía continuidad, respuesta a lo hecho, y se pensó en la organización de un movimiento. Allí comenzaron las tensiones y discrepancias. Aparecieron muchos

que veían la oportunidad soñada de fundación de un partido cristiano de izquierda. No la Izquierda Cristiana que vino después. En la D.C. se peleaban entre "oficialistas", "chascones" y "terceristas". La mayoría de los que habíamos estado en la Catedral no entendíamos mucho de estas cosas, pues éramos pobladores, militantes de la JOC y estudiantes, más algunos profesionales jóvenes. Eramos muy ingenuos y peleábamos con los politizados. La mayoría veíamos la toma en una dimensión principalmente intra-eclesial, pero preñada de repercusiones políticas. Pero otros no compartían este criterio. La cosa terminó con la expulsión de los que encabezaban una línea más política. Y los que quedamos no supimos qué hacer con el movimiento. Lo que siguió fue una cadena de errores garrafales, como la protesta en la ordenación episcopal de don Ismael Errázuriz, excelente pastor y hombre bondadoso. Eramos tan principistas que protestábamos porque no había sido elegido por el pueblo cristiano y se consagraba en la Iglesia de El Bosque, la más elegante de Santiago. Si se quiere catalogar la Toma de la Catedral, puede decirse que fue algo profético y no político, al menos desde el punto de vista de las intenciones (aunque la profecía posee un contenido político, al denunciar un orden entendido contra la voluntad de Dios, y anunciar un reino distinto). En esto nos encontrábamos muchos cristianos que sentíamos del mismo modo. Y entre nosotros apareció un profeta mucho mayor. Nos acompañó don Clotario Blest. Desconozco la forma en que se unió al movimiento, pero recuerdo que desde el comienzo, él dijo estar enteramente con la "Iglesia Joven", y se ponía a su disposición para asumir las tareas que se le encomendaran. La prensa se fijó en él, por su trayectoria y por ser un líder entre una serie de desconocidos. También se fijó en otro participante que figuró en el movimiento estudiantil y estuvo en la toma de la Universidad Católica. Se pensó que eran los jefes del movimiento. Después fuimos testigos del odio que un sector le tenía a don Clotario, cuando los fornidos jóvenes de familias distinguidas se ensañaron a golpes contra él. Don Clotario nunca estuvo en la dirección del movimiento. Con su generosidad característica nos ofreció su casa para las reuniones. Allí nos dimos cita durante

casi un año, los días jueves en la noche, un grupo que nos ocupábamos de un movimiento que buscaba angustiosamente una definición. No teníamos lugar para encéntranos. No pasó nada importante, fuera de conocer a don Clotario en su vida diaria, a la anciana mayor que él que había en la casa, a su perro "el Momio", a su viejo catre, sus fotos, sus recortes de diarios y sus recuerdos. La Toma de la Catedral valió sólo como un gesto espontáneo y profético."

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Aunque en esos momentos, para los sectores progresistas, las medidas disciplinarias contra los sacerdotes y los términos usados para descalificar lo sucedido fueron consideradas excesivamente duros, decenios después en sus memorias el Cardenal, retirado de sus funciones, expresa: quizás nuestro diálogo no ha sido suficiente, tal vez no hemos sabido darnos a nuestros sacerdotes y a nuestro pueblo en la medida que hoy se necesita."

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Clotario en una entrevista,

diez años después comenta: "Esta acción, pese a la ira que provocó en nuestras cúpulas, tuvo una gran repercusión que era lo que buscábamos, se divulgó nuestro pensamiento y el Cardenal fue tocado. Por ejemplo, poco tiempo después, vendió su elegante mansión de la calle Lota y se fue a vivir a una casa más modesta en un barrio menos ostentoso. Creó, también, la Vicaría Obrera y pidió austeridad en la conducta del Clero y por último, no debemos olvidarlo, dio comienzo con su ejemplo, al traspasar a los campesinos, los fundos que poseía la Iglesia a la Reforma Agraria." (32) Los fundamentos de la "Toma de la Catedral", difundidos públicamente, tuvo para muchos cristianos la fuerza de un despertar del Evangelio y de un reencuentro con el primitivo cristianismo. MANIFIESTO DE LA IGLESIA JOVEN Queremos volver a ser una iglesia del pueblo, como en el Evangelio, viviendo su pobreza, su sencillez y sus luchas.

POR ESO DECIMOS: -NO a una iglesia esclava de estructuras de compromiso social. -SI a una iglesia libre, servidora de los hombres. -NO a una iglesia comprometida con el poder y la riqueza. -SI a una iglesia que, por su fe en Jesucristo y en el hombre, se arriesga a ser pobre. -NO a un esquema jerárquico impuesto al pueblo cristiano. -SI a pastores nacidos del pueblo y que buscan con él. -NO a una iglesia que tiene miedo a afrontar la historia. -SI a una iglesia valiente que se compromete en la lucha por la auténtica liberación del pueblo. QUEREMOS una Iglesia fiel a la VERDAD DEL EVANGELIO DENUNCIANDO: -La violencia provocada por los ricos y poderosos. -La explotación del hombre por el sistema inicuo del lucro. -El imperialismo internacional del dinero. -El engaño de una falsa democracia manejada por unos pocos. -La sumisión de las conciencias a través de los monopolios, propietarios de los medios de información. -La segregación racial, cultural y económica. -La instrumentalización de la educación en favor de las clases dirigentes. -La división del pueblo para consagrar su dominación. DEMOS EL EJEMPLO Pero los "Fundamentos" no debían ser meras palabras. La Iglesia Joven debía transformarlos en acciones. Con este fin, decide llamar a su primera jornada, para estructurar, sin títulos ni burocracias y en forma pragmática, su futuro. Entre los días 7 y 8 de septiembre este movimiento efectúa su asamblea. Asisten distintos grupos y comunidades. Después de arduas discusiones se aprueba el

documento final concerniente a su doctrina y organización interna, en cuyo diseño a Blest le cupo una activísima labor. La Iglesia Joven es proclamada como un movimiento de Iglesia, que aspira a construir el reino de la fraternidad, auspiciado por Cristo desde la liberación del hombre. Este objetivo de liberación no busca la toma del poder, pues eso lo transformaría en un partido político. Desea, en cambio, que cada miembro asuma un compromiso personal para vivirlo en comunidad. Sus acciones se dividieron en cuatro tipos: a) De denuncia, b) De concientización, c) De capacitación y d) De acciones públicas. Todas estas acciones son optativas, pero deben cumplirse aunque signifiquen un riesgo y sacrificio personal. Para que el movimiento sea efectivo debe contar con cierta estructura. Las ideas generales al respecto son: a) Federativo. b) Flexible y ágil. c) No institucionalizarse. d) Secretariado general con capacidad organizativa. e) Coordinación a nivel nacional. f) Existencia de una cabeza visible con carácter rotativo. La jornada terminó con una misa al aire libre a la hora del crepúsculo. Los miembros que se habían enfrentado acaloradamente, se sientan en círculo compartiendo el pan y el vino, se abrazan y entonan sus canciones de raíz folclórica. Durante la gira que realiza por el país la reina Isabel II de Inglaterra, en el mes de noviembre, la Iglesia Joven emite una declaración donde critica los lugares que ha recorrido, proponiendo, en cambio que vaya "al verdadero Chile y a su auténtico pueblo, donde se muere de hambre, un Chile que vive en poblaciones subhumanas, un Chile donde mueren miles de niños antes de cumplir un año, un

Chile donde la cesantía crece a diario en forma alarmante... a la reina la hacen admirar los bellos jardines de los ricos que se riegan con el agua que escasea en los barrios pobres. Esa es la realidad de Chile."

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En vísperas de la Navidad, Clotario Blest, en la compañía de otras personas efectúa "sentadas" frente a las principales tiendas de la capital, en señal de protesta por "transformar la Natividad de Jesús, surgida desde un humilde pesebre en una gran feria de ventas donde los mercaderes reinan sin contrapeso."

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En la temporada veraniega de 1969, integrantes de la Iglesia Joven, en la cual se destaca Blest, se insertan en diversas poblaciones y barrios obreros, para así poder "vivir el auténtico cristianismo." (35) El 9 de marzo de ese año, después de conocerse la masacre de diez pobladores en Puerto Montt, diversas organizaciones sociales expresan su repudio al hecho, siendo detenido por un par de días Clotario, cuando encabezaba manifestaciones callejeras. La última semana de ese mes, la Iglesia Joven realiza su Segunda Jornada. Su evaluación fue la siguiente: "a) Predominio del sentimentalismo y ausencia de metas racionales, b) Búsqueda anhelante del mundo popular que llevó a muchos integrantes a mezclarse en él artificialmente, c) Ausencia de una auténtica integración entre las comunidades obreras y las de estudiantes, profesionales y empleados, d) Confusión entre lo eclesial y lo político, e) Por evitar la institucionalización se creó una estructura demasiado flexible que inhibió la acción orgánica,

f) Comité ejecutivo que entró en fuertes conflictos por existir en él varias tendencias, e) Un coordinador que burocratizó las decisiones, h) Insistir en la unidad con los hermanos no creyentes y los marxistas " término de este cónclave se elige un nuevo comité directivo,

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Al

en el que no figura

Blest. Interrogado años después Hugo Cancino, exiliado en Dinamarca, dice: "Nunca, Clotario quiso aceptar un cargo en nuestro movimiento, pues consideraba que estos debían ser ocupados por gente joven. A pesar de nuestra insistencia él nunca varió su postura. Sin embargo, él era el símbolo de la Iglesia Joven, era nuestro maestro." (38) El 14 de abril llega al país el reformador Obispo de Recife, Helder Cámara. Blest y miembros de la Iglesia Joven lo saludan con pancartas desde la terraza del aeropuerto y sostienen posteriormente con él varios encuentros, en que le expresan que su paso por Chile reafirma el compromiso de una construcción de una Iglesia Junto al Pueblo y se decide mantener una estrecha relación entre ambos. Pocos días después apoyan la huelga de los trabajadores del Hospital J.J. Aguirre, donde Blest sirve de mediador. El primero de mayo, celebrado en la Plaza Bulnes, la Iglesia Joven declara: "los cristianos hemos estado marginados de la lucha del proletariado, ahora exigimos el puesto de mayor sacrificio que nos corresponde."(39) Clotario Blest en un manifiesto que entrega a la opinión pública expresa lo que para él es "el hombre nuevo": "El hombre nuevo deberá ser sólido fundamento de la nueva sociedad humana, basada en la verdad, la libertad, la justicia y la fraternidad universal" -Qué dice Cristo sobre "el hombre nuevo"

San Mateo IX-16 "Nadie pone remiendo de paño nuevo en un vestido viejo, porque aquel pedazo entero tira del vestido y se hace peor la rotura." IX-17: "Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, de otra manera, los cueros revientan, y el vino se derrama, y los cueros se pierden, si no que el vino nuevo se echa en cueros nuevos y así ambos se conservan." -En la carta que dirigiera San Pablo a los Efesios IV-22-23 y 24, expresa: "A despojaros del hombre viejo, según el cual fue vuestra antigua conversión que se vicia según los deseos del error. Renovaos pues, en el espíritu de vuestro entendimiento, y vestíos del hombre nuevo, que fue creado según Dios en Justicia, y en santidad de verdad." -Qué dice Lenin del Hombre Nuevo. En su libro Estado y Revolución, expresa: "La revolución no debe consistir en que la nueva clase gobierne o dirija por medio de la vieja maquinaria estatal, sino que tras haberla destruido, dirija y gobierne por medio de hombres nuevos." "Se puede lograr romper una institución de un sólo golpe, pero queda en cada habitante el hombre viejo." La doctrina del Che Guevara sobre el hombre nuevo la condensamos en el siguiente decálogo, extractado de sus discursos y escritos: El Hombre Nuevo es: I. El que se forja en la vida diaria, elevando sus principios de Libertad, Justicia y Fraternidad, a la categoría de ideales o centro de acción de toda nuestra vida; II. El que abre camino hacia la cima y no se detiene jamás; III. Es el capaz de sentirse y alzarse contra la injusticia, la violación de los Derechos Humanos y la explotación del hombre por el hombre, donde quiera que se cometa y quien sea el que lo haga;

IV. Es el que está guiado en toda su vida por grandes sentimientos de amor sin acepción de personas; V. Es el que huye de todo dogmatismo hueco y actitudes sectarias o prepotentes; VI. Es el capaz de renunciar voluntariamente a una vida cómoda o aburguesada y pagar en cualquier momento su cuota de sacrificio, aún el de su propia vida; VII. Es el que une a un espíritu apasionado una mente realista, capaz de tomar las decisiones más dolorosas, sin desmayar un sólo instante; VIII. El que lo da todo en la vida, sin esperar retribución alguna que no sea la crucifixión; IX. Es el que todos los días lucha, para que ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, predicando, más que con palabras, con el ejemplo permanente de una vida austera llevada con humildad y sencillez, propias de las almas grandes y heroicas. X. Es el mejor entre los buenos. (40) UN NUEVO ESCÁNDALO El Obispo Ismael Errázuriz, debía ser consagrado en la iglesia El Bosque. Según el Cardenal: "Su consagración se preparaba con verdadero fervor, pero el día de la ceremonia se hizo presente un grupo de la Iglesia Joven que interrumpió el ritual y el jefe del grupo, Leonardo Jeffs, en voz alta pidió que el pueblo católico, participara en la elección de los obispos. La interrupción originó, una verdadera batahola, porque un grupo de laicos reaccionó con indignación y sacó a empujones y golpes a los manifestantes."

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Blest nos da su versión: "En esa

ceremonia que era presidida por el Cardenal Raúl Silva Henríquez, estaban presentes todos los obispos de Chile y los más empingorotadas personalidades de la oligarquía. No se olvide que era la familia Errázuriz; cuando un sacerdote se disponía a leer la bula papal que consagraba obispo a este hijo de la aristocracia,

nosotros que nos habíamos sentado en un sector de la iglesia, nos pusimos a hacer ruido con pies y manos, lo cual permitió que el compañero Jeffs se levantara y comenzara a leer el "Manifiesto" en que expresábamos nuestra oposición a tal designación, pues lo considerábamos una prueba más de centralismo y autoritarismo papal. De repente al otro lado de la iglesia un grupo de muchachos, que dijeron pertenecer a "Fiducia", nos agredieron a puntapiés y puñetazos. A mí me golpeó violentamente Ossa Bulnes, dejándome el rostro sangrante. Lo increíble, que ningún obispo de los que estaban tan compungidos en el altar, hicieron algo por impedir esta golpiza. Los partidarios de la Iglesia Joven trataron de defenderme produciéndose una gran "pelotera" con los "fiducianos" (42) El Manifiesto escuchado sólo en parte por los feligreses, decía lo siguiente: "El Movimiento Iglesia Joven ve con tristeza como no podemos participar en la designación de nuestros pastores. Dependemos de los designios autoritarios del Papado y sus representantes. ¡Qué lejos de la Iglesia Primitiva! No pretendemos cuestionar la persona de Ismael Errázuriz y él lo sabe. Pretendemos, eso sí, que cambie nuestra Iglesia, pues cambiando ella, será verdadera luz para todos. ¿Podríamos decir que la parroquia El Bosque es significativa de las comunidades de Santiago? ¿Podríamos decir que las familias aquí reunidas representan proporcionalmente a todos los sectores sociales a quienes tendría que servir como obispo don Ismael? ¿Cuántos obreros, cesantes, vendedores ambulantes, modestos empleados, están presentes, junto a su pastor en esta ceremonia? Esperamos que la jerarquía chilena, aquí reunida, no se muestre sorda y muda de este nuevo clamor y dolor." (43) Pese a que el clero no dictó sentencia contra la Iglesia Joven, algunos obispos, como Jorge Medina, rechazaron con indignación "este día de triste recuerdo" que sólo busca publicidad pues "los malos productos, al igual que las malas causas, necesitan de muy buena propaganda." LA HUELGA DE SABA

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Una noticia ocupó las primeras páginas de los diarios: "Un incendio destruye completamente la industria electrónica Saba". Se inculpaba del hecho a los trabajadores que se encontraban en huelga y que tenían ocupado el edificio. Por este hecho son detenidos 34 trabajadores. Durante nueve meses ellos permanecen encarcelados, sin que les abra el proceso correspondiente. Esto motiva que once mujeres de los obreros inicien una huelga de hambre en los jardines del Congreso Nacional en abril de 1969. Después de algunas semanas, varias comenzaron a sufrir desmayos y se temió por sus vidas. El cura Rafael Maroto oficia una misa en el lugar, teniendo por "altar una estufa que sirve para darles calor a las ayunantes. El sacerdote les dice: "¡Ojalá esta acción haga meditar a los cristianos!". Los médicos aconsejan que sean hospitalizadas, pero ellas se niegan y declaran que seguirán hasta "las últimas consecuencias."

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Son muchas las organizaciones sociales que solidarizan con esta causa, pero el Movimiento Iglesia Joven es, sin duda, el que mayor apoyo presta, quedándose su directiva y gran parte de sus miembros días y noches acompañándolas. Su declaración pública expresa: "En esta hora que los hijos del pueblo están siendo vejados y explotados es deber de los cristianos estar junto al pueblo." Mandaron además cartas a los partidos políticos, a los obispos y a la CUT, en que les piden que intervengan. Especialmente emotiva fue una jornada religiosa, dirigida por la Iglesia Joven en que se canta: "Yo busco por el mundo un rato de amistad" que culminó con las palabras de Blest: "Los Tribunales de Chile están definitivamente entregados a la oligarquía. No ejercitan la justicia, sino la injusticia. Pero lo que más nos inquieta es la pasividad de los dirigentes sindicales. En otra época, esta situación habría producido un paro, por lo menos, de los trabajadores de la capital. Tanto los marxistas. como los verdaderos cristianos deben despercudirse y tomar el papel que les corresponde." (46) Este esfuerzo desplegado por la Iglesia Joven y Clotario surte efecto en los meses siguientes cuando el gobierno de Frei presiona a los Tribunales de Justicia para que agilicen los procesos, y se logra la libertad provisional de los inculpados.

El Presidente Allende, recién electo, un año después, otorga la amnistía, archivándose el caso. "-¿Es cierto, don Clotario, que esta medida fue solicitada por usted? -Efectivamente. En una ocasión en que transitaba por la calle, siento que alguien me bota el jockey. Al mirar al causante me encuentro con que el Senador Allende había sido el gracioso. Entonces Salvador, recurriendo a ese humor que tenía, me dice: - Sé que lo ofendí con esa broma, perdóneme y acepte en desagravio venir a almorzar conmigo al Senado. De no aceptarlo, don Clotario, me sentiría muy mal, pues he ofendido a una persona mayor y respetable como usted. -¿Y qué temas trataron durante el almuerzo? -Hablamos de diferentes cosas, pero yo hice hincapié, especialmente sobre el drama de Saba. El me contestó: -Si soy Presidente de Chile me comprometo a decretar la amnistía completa a los afectados y me estrechó la mano. Cumplió, era un hombre de palabra." (47) COMIENZA LA DESINTEGRACIÓN Dos hechos mantienen todavía la unión de la Iglesia Joven. A mediados de junio, con motivo de la compra de una lujosa mansión en el barrio alto de Santiago, que servirá de residencia y oficina del señor Arzobispo don Carlos Martini, embajador del Estado del Vaticano ante el gobierno de Chile, emiten una declaración pública condenando "el lujo y ostentación", "verdadero vejamen al pueblo, a Cristo y a la Iglesia". "Dicha actitud es contraria a lo establecido por Paulo VI y el Concilio Vaticano II: "El deber de todos los cristianos es no permitir escándalos parecidos, para que los pasos falsos sean rectificados en el futuro inmediato."

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En el campo internacional, durante el mismo mes, este movimiento sale en defensa pública de cinco sacerdotes peruanos, entre estos, Gustavo Gutiérrez, actual ideólogo de la Teología de la Liberación, amonestados por el Nuncio en

Lima, Romualdo Caubori, por "Fomentar posturas no adecuadas a la revelación de Dios." En el plano interno, a un año de la próxima elección a Presidente de la República, Chile vive un ambiente de confrontación, tanto ideológica como en la práctica, sumada a una creciente ebullición social. El Partido Demócrata Cristiano, a pesar de tener el poder exclusivo, vive un cuestionamiento interno que lo llevará a un enfrentamiento entre los llamados "rebeldes" y los "oficialistas". La crisis culmina a mediados del año 1969, cuando el sector opositor, ante la imposibilidad de imponer una vía no capitalista de tinte comunitario y de apertura hacia la izquierda, rompe con el gobierno y su partido, formando el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). Los mismos signos de división se observan en el Partido Radical: Los que se inclinan hacia la derecha, liderados por Julio Duran y los simpatizantes con la izquierda, encabezados por Carlos Morales Abarzúa y Luis Bossay. Los partidos de izquierda, ante el revés del partido de gobierno, aprovechan la crisis de sus adversarios para formar una alianza entre marxistas y no marxistas, que conformarán la Unidad Popular. La derecha en abierta guerra contra sus recientes aliados que habían traicionado sus intereses económicos, decide llevar un candidato propio. Ante este panorama, no había duda que el proceso eleccionario se hará a tres bandas; la derecha, el centro y la izquierda. Ese año se caracterizará por la búsqueda e imposición de los futuros candidatos. La Iglesia Joven frente a estos dilemas que alteran también a sus miembros y hacen peligrar su cohesión, recurre a Clotario para que arbitre el conflicto. Finalmente, y en base a un documento que elabora el mediador aceptado por todos, se declara: a) La organización es ajena a toda acción política partidista;

b) Frente a la lucha de clases, la Iglesia Joven forma parte de la clase explotada y se identifica con su lucha; c) Se reconoce que sólo las organizaciones gremiales unificadas serán la única representación auténtica; d) Si bien respeta a todos los partidos políticos no se identifica con ninguno. Estos conceptos, despiertan tal entusiasmo en algunos núcleos de pobladores y jóvenes que ellos deciden proclamar a Clotario Blest pre-candidato a la presidencia de la República. Según Hugo Cancino, del directorio de la Iglesia Joven: "Como en ese momento los sectores progresistas, tanto de la Democracia Cristiana como del Radicalismo y la coalición comunista-socialista debatían estérilmente sobre su programa y candidato, y la derecha ya estaba trabajando, un grupo creyó que el mejor representante de la izquierda, incluyéndola un sector de la D.C., era Blest. Con este motivo durante todo un mes se realizó toda clase de propaganda callejera, no sólo en la capital, sino también en provincia. Al enterarse, algunos personeros del Partido Socialista y del MAPU, vieron con buenos ojos esta iniciativa y adhirieron. Sin duda era una buena carta de triunfo para la izquierda. Para este grupo iba a ser la ocasión de cambiar a Allende por un rostro nuevo".

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-¿Es verdad don Clotario que el año 1969 usted se presentó como pre-candidato a la presidencia? -Sin que yo me hubiera percatado, un grupo de la Iglesia Joven decidió, sin consultar a la directiva, nominarme pre-candidato de la izquierda. Yo me enteré por una trasmisión radial de Hernández Parker. De inmediato llamé a estos ilusos, diciéndoles que era absurdo y que yo no estaba arterioesclerótico. ULTIMO AÑO DE LA IGLESIA JOVEN

Dentro del clima de efervescencia creciente del período eleccionario de 1970, la Iglesia Joven realiza sus últimas acciones y publica los tres últimos boletines del Hombre Nuevo. La atmósfera política exacerbada pide a todos los chilenos una definición en la difícil encrucijada que vive el país. Cada persona debía entregarse a la lucha social que se avecinaba. Semana a semana, los activos miembros de la Iglesia Joven, se retiran de sus filas no por discrepar de sus creencias, sino por el momento tan especial que afecta a Chile. ¿Las críticas a la izquierda no restarían votos al triunfo de la Unidad Popular? El último número de El Hombre Nuevo fue redactado en su totalidad por un Blest solitario. Sin embargo, a principios de ese año la visita a Chile del dictador argentino, Juan Carlos Onganía, genera una enérgica protesta de la Iglesia Joven. Una carta pública lanzada a los medios de comunicación expresa el 7 de enero: "...Su amplia solidaridad fraterna y de clase con todos los trabajadores y perseguidos de ese país hermano...." En el mes de febrero, el presidente de la entidad Leonardo Jeffs se retira por razones laborales que lo trasladan al Norte y asume su vicepresidente Hugo Cancino. Durante ese período nace el "Comité de los Sin Casa", que en años posteriores, por su crecimiento y activismo, será objeto de múltiples ataques de la derecha. El gobierno de la U.P, incapaz de controlar las llamadas "tomas", y la oposición -ante el miedo de perder sus terrenos urbanos- culpará al gobierno de Allende de no proteger el derecho de propiedad. La primera acción de este comité fue la ocupación y levantamiento del "Campamento 26 de Enero", situado en unas tierras agrícolas abandonadas al sur de Santiago que posteriormente se llamará "Población La Bandera". El liderazgo del Comité de los Sin Casa será asumida por el poblador y militante del MIR, Víctor Toro, que contará con el apoyo entusiasta de la Iglesia Joven. Clotario Blest ejercerá la vicepresidencia.

Estas "tomas" se caracterizaban por familias completas de pobladores que, generalmente de noche, a pie, y en carretones trasladaban sus míseros enseres, acompañados por sus quiltros y gatos y se instalaban en carpas improvisadas de cualquier material. Al tomar posesión del sitio izaban la bandera de Chile y después de una asamblea general elegían a su directiva interna. La mayoría de los "Sin Casa" eran de origen campesino que habían llegado a la capital, atraídos por la industrialización y mejores expectativas económicas. Paradojalmente, durante la presidencia de Blest en la CUT y sin que él lo promoviera, se efectuaron las primeras y más bulladas ocupaciones de tierra: La Victoria (1957) y la José María Caro (1959). La diferencia que existía entre una época y otra es que las de 1970 se organizaban de acuerdo a tácticas militares, siendo el jefe del campamento denominado "Comandante". El movimiento Iglesia Joven, en cambio, no compartía esta visión jerárquica directa. Muchas veces adherentes de una u otra posición se tranzaron en fuertes discusiones que Blest lograba apaciguar. En abril de 1978 conversando sobre este tema dice: -"Pienso, quizás por mi larga experiencia, que violentos y no violentos pueden existir. -¿Pero era difícil lograr el consenso? -Las diversas posiciones están unidas por erradicar la injusticia social, violentos y no violentos pueden trabajar juntos. - Cuál de los dos caminos consideraba usted más efectivo? Los pobladores son los que deben decidir. Es ejemplo y la honestidad de los dirigentes, creo yo, será el norte que inclinará la balanza hacia una u otra forma de lucha.

-Y para Ud., don Clotario, ¿quienes se acercaron más a estos valores los miristas o la Iglesia Joven? Los miristas; porque ellos supieron mantener una línea de rectitud - 'Honestidad política ejemplar. No fueron tentados como le sucedió a la Iglesia Joven, que apenas inaugurado el gobierno de Allende se plegaron incondicionalmente al Poder, olvidando sus compromisos inmediatos. Los miristas continuaron en la causa. -¿De qué manera? -Fuera de vivir con ellos , los miristas médicos atendían gratis a los pobladores. El ejemplo vale más que cualquier discurso". El 21 de julio, un grupo de personalidades de izquierda y la Iglesia Joven, crean el Comité de los Derechos Humanos (CODEHS) cuyo objetivo era proteger a los perseguidos políticos por el Estado. Grandes personalidades formaron parte del Directorio (50) que eligió por unanimidad a Blest de presidente. En su declaración constitutiva declara: "Los Derechos Humanos son una conquista del progreso de la Humanidad y su defensa es tarea de todos los seres humanos, aspirando por ello a movilizar a los trabajadores en esta lucha, pues son ellos los más interesados en su respeto." (51) Entre los dos conceptos de Derechos Humanos existentes, el proclamado en diciembre de 1948, de tendencia liberal e individualista, y el de Argel de 1964 que restringe la defensa de los derechos humanos sólo al proletariado, excluyendo a la burguesía. Clotario Blest propone una tercera tendencia, que defiende el derecho de vida a todo ser humano, siendo el de los trabajadores el más importante. En años posteriores durante la dictadura militar, esta posición relativamente confusa, lo alejará de la "Comisión Chilena de Derechos Humanos" creada por Jaime Castillo Velasco y del "Codepu" (Comité de los Derechos del Pueblo). Durante las semanas previas al 4 de septiembre, día de la elección, Blest manifiesta su escepticismo sobre los programas presentados por los tres

candidatos: "Tengo bastante experiencia social y sé fehacientemente que cualquiera que gane, no solucionará el problema que padecen los asalariados: la permanencia de una oligarquía económica explotadora. Sólo su desaparición como clase permitirá el advenimiento de la sociedad ideal; libertad, justicia y fraternidad." (52) Esta tesis de Clotario explica la contradicción en que entra Blest con la mayoría de los miembros de la Iglesia Joven, que sí creían en el programa y éxito de la Unidad Popular. Al asumir Salvador Allende la presidencia, la Iglesia Joven realiza una asamblea donde el sector predominante opta por retirarse del movimiento y Blest como su guía deja en libertad de acción a sus militantes. En una entrevista realizada nueve años después, Clotario me expresa: "La Iglesia Joven no tuvo larga vida, pero mantuvimos publicaciones mensuales que se redactaban en mi casa, editadas en mimeógrafo. Creo que el movimiento sirvió para que el pueblo trabajador entendiera que el mensaje cristiano es tan revolucionario como lo es el marxista o anarquista. Sabe usted, ¿por qué Cristo fue crucificado? Nadie quiere asumirlo. Cristo fue ejecutado por el delito de subversión. Comprende cuánta importancia tiene esto. No podemos permanecer, si somos cristianos indiferentes y pasivos ante la injusticia social imperante." (53) Sólo después del Golpe de Estado, Blest, volvió a encontrarse con sus compañeros de entonces. Nuevamente, Clotario Blest, artífice de proyectos políticos originales que marcaron la vida política del país, quedaba solo. Las legendarias batallas a las cuales él se entregó con alma y cuerpo para lograr la unidad de los trabajadores, que culminó en la CUT, y sus ocho años de luchas posteriores, más los cuatro años del MFR, sumadas a los tres del MIR y a los dos años de la Iglesia Joven, terminan todas por marginar a su líder. A los setenta años, Blest, cierra el portón de su casa y acompañado por un perro, "el Momio", y sus numerosos gatos, se sienta a reflexionar. Ahora todos parecen considerarlo un inútil. DIEZ AÑOS DESPUÉS EN EL ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA CATEDRAL

Hoy, en plena dictadura, se cumplen diez años de la toma de la Catedral por un grupo de jóvenes y algunos sacerdotes y monjas que se agruparon por algún tiempo en el movimiento llamado Iglesia Joven. Clotario Blest el único viejo del grupo fue uno de sus impulsores. En su casa se mimeografió el boletín mensual y se hacían reuniones. Blest también participó en la toma de la Catedral. En la última entrevista que le había hecho, me contó que se realizaría una misa en su casa para celebrar el aniversario. Yo le pedí permiso para asistir. Me dirijo a su casa a las seis de la tarde, me acompaña Ximena Prieto, fotógrafa. Nuestra intención es grabar la ceremonia y sacar algunas fotografías. Es una tarde lluviosa y fría. Cuando llegamos hay sólo seis personas, escondemos la grabadora, los focos y máquina fotográfica. Nos miran un poco extrañados, don Clotario no nos presenta a nadie. Alguien nos pregunta si también nosotros participamos en la toma. Nos sentimos como intrusas, yo contesto bajito que sí. Miran a mi compañera. ¡Pero usted debe haber sido una niña! No, estaba en la Universidad, contesta. Nos sentamos, nos sonríen. Entran dos personas más. La misa se realiza en el salón de don Clotario entre sus muebles destartalados, con las paredes cubiertas de sus viejas fotografías: Luis Emilio Recabarren, el padre Vives, el Che, Allende, el abate Pierre. Una inmensa cruz de madera colgada al fondo, al lado un banderín regalado por los presos comunes y más banderines y diplomas entregados por sindicatos. Hace mucho frío. Nos sentamos alrededor de la mesa. Comenzamos a conocer a algunos. El padre Ignacio Vergara enciende una vela, dando comienzo a la misa. Hablan del sentido que tuvo la toma de la Catedral, de su significado hace diez años, de cómo ese hecho, para algunos, marcó un cambio en su vida espiritual y material, de los ausentes. La mayoría han tenido que salir del país, algunos están desaparecidos, otros muertos. Son casi todos jóvenes, el padre Aldunate, que se ve mayor, no participó en la toma y es el que más pregunta. Don Clotario con su larga barba blanca se ve muy viejo y casi no habla, sólo breves palabras: "Queríamos llamar la atención sobre el deber de la Iglesia con el pueblo, eso es lo que queríamos." Otro dice: "El viaje de Pablo VI a Colombia con toda esa pompa, nos chocó, con la toma de la

Catedral pretendíamos demostrar nuestro disgusto, lo alejado que era ese lujo y ceremonial del verdadero cristianismo." Otro agrega: "Viajar al tercer mundo, a nuestra América con todo ese ceremonial ostentoso, propio de la riqueza." Don Clotario replica: "Queríamos tener eco y que nuestras ideas repercutieran, la Iglesia pobre dando su ejemplo, junto al pueblo, no con los ricos y sus palacios." Leonardo Jeffs, concluye: "Tergiversaron nuestras intenciones y crearon un escándalo". Al llegar el momento de la comunión todos recibimos un pedazo de pan de una fuente de madera que los indios guaraníes habían regalado a Blest, cuando fue a liberar a los presos políticos en Paraguay. El vaso de vino circuló de mano en mano, mi compañera fotógrafa estaba angustiada, según ella no se había confesado hacía años y estaba cometiendo un pecado mortal al recibir la carne y sangre de Cristo en estado impuro. Yo le susurraba que para todos los presentes sus pecados eran veniales y que no podía rechazar la fraternal convivencia. Al terminar la ceremonia los padres Vergara y Aldunate le pidieron a Clotario que nos contara algunas anécdotas. Yo señale una calavera que estaba en la mesa y le pregunté por qué la conservaba: "Esa es la cabeza de un gato, y gracias a ella ahora estoy vivo. ¿Cómo es eso, don Clotario, replican todos. - Poco después del golpe, una tarde un fuerte contingente de militares allanaron mi casa insultándome, me envolvieron en una bandera cubana que me habían obsequiado en la isla y me hicieron marchar a paso de ganso en círculo por el patio. En seguida comenzaron a cavar hoyos buscando armas. Yo creí que había llegado mi último momento, pues yo había enterrado una cantidad de armas que una monjita uruguaya, Hilda Elena Meikle, me había entregado dos días después del golpe. Yo la conocía pues pertenecía a la Iglesia Joven y le di albergue por una noche. Por precaución encima de las armas puse tierra y encima el esqueleto de un gato. En su búsqueda dieron con el lugar y triunfantes y extrañados me preguntaron: ¿Qué es esto? Yo les respondí: Huesos de un gallo. - Esto no parece un gallo, sino un perro. Y en que era un perro o un gallo o un gato la discusión acalorada se prolongó y los militares no continuaron excavando. Ustedes comprenderán que si

hubiesen continuado removiendo la tierra me fusilan inmediatamente. Por eso la cabeza de ese gatito está puesta en un lugar privilegiado." La conversación continúa por un rato sobre el momento trágico que vivimos. Recuerdos sobre hechos y personajes que intervinieron en la Iglesia Joven. En especial se rememora al seminarista Félix de la Jara, asesinado el año 1974 por una jauría de perros entrenados, como le narraron a Blest en secreto. Se ha oscurecido, continúa lloviendo. Ha llegado la hora de retirarse. Nos damos un abrazo. Una gran tristeza y desesperanza nos embarga a todos. ¡Hasta el próximo aniversario, si las circunstancias lo permiten! Salimos de a uno, la casa debe estar vigilada.

EL INÚTIL "Nosotros los simples mortales debemos vivir en constante y terrible soledad" (1) 4 Y 5 DE SEPTIEMBRE DE 1970

El 4 de septiembre, día de la elección, Clotario decide no votar. Tampoco lo hacen sus amigos anarquistas. Los miristas, si bien no llamaron a la abstención, se marginan del proceso eleccionario. "-¿Por qué, don Clotario, no fue a votar? -Yo no creía que pudiera tener éxito la aplicación del socialismo basado en las estructuras de un régimen burgués"

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Bajo una gran tensión pero en plena calma, la ciudadanía, después de votar en forma ejemplar, se retiró a sus hogares a escuchar los cómputos. Se preveía que los resultados finales, dándole el triunfo al ganador, serían estrechos. La expectación crecía y el gobierno no entregaba el cómputo final. A las 10 P.M., Radomiro Tomic que obtenía el tercer lugar, desde su comando hace una declaración pública al país, dejando entrever que Allende es el vencedor: "El pueblo chileno ha expresado su voluntad. No me corresponder criticarla, sino acatarla. Eso es lo que hago con lealtad democrática."

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El general Camilo

Valenzuela, jefe deplaza, reconociendo el triunfo de Allende autoriza a las 23:45 manifestaciones. Una gran multitud se congrega, a los gritos y consignas de la U.P, se suman las de las juventudes demócratas cristianas: "Allende Presidente, Tomic está presente", "El uno y el tres, juntos esta vez". A la una de la mañana, desde los balcones de la Federación de Estudiantes de Chile, Allende hace uso de la palabra: "Aquí declaro solemnemente que respetaré los derechos de todos los ciudadanos, pero también declaro y quiero que lo sepan definitivamente, que al llegar a La Moneda y siendo el pueblo gobierno, cumpliremos el compromiso histórico que hemos contraído de convertir en realidad el programa que nos hemos trazado. Les digo, no tenemos ni podríamos tener ningún propósito pequeño de venganza. Sería disminuir la victoria alcanzada. Pero de ninguna manera vamos a claudicar o comerciar el programa de la Unidad Popular que fue la bandera de combate del pueblo. No seré un Presidente más. Seré el primer Presidente del primer gobierno auténticamente popular, democrático y nacional de la historia de Chile. Nuestra revolución, por

tanto, no implica arrasar, sino edificar; destruir, sino construir y el pueblo chileno está preparado para esta tarea en esta hora transcendental de nuestra vida." La multitud eufórica aplaude, salta, grita, se abraza. Los Quilapayún y Víctor Jara entonan sus canciones. El pueblo baila y corea: Aquí va todo el pueblo de Chile Aquí va la Unidad Popular campesinos, estudiantes y obreros compañeros de nuestro cantar Venceremos, venceremos con Allende en septiembre ha de ser Venceremos, venceremos la Unidad Popular al poder. Mientras tanto, en el barrio alto de la capital, los pavos y champagne que estaban preparados para festejar el seguro triunfo, se guardan sigilosamente. En todo el sector reina un gran silencio. Detrás de ventanas cerradas y cortinas gruesas, la burguesía aterrada transforma sus consignas en contra de la izquierda en realidad: "Los upelientos, marxistas y comunistas se tomaron el poder. Sus casas serán saqueadas, sus tierras y empresas confiscadas..."

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Sólo a las dos y media de la madrugada serán entregados por el ministerio del Interior los resultados oficiales y finales; de un total de 3.539.747 votantes: Allende

1.070.334

con el 36.30%

Alessandri

1.031.159

con el 34.90%

Tomic

821.801

con el 16.52%

En blanco

20.021

con el 0.20%

Nulos

11.002

con el 0.60%

Al no contar ningún candidato con mayoría absoluta, la contienda entre los dos primeros debía ser decidida por el Congreso Pleno: "De modo que la pieza clave

pasaba a ser la Democracia Cristiana, cuyos parlamentarios quedaban en posición de decidir. El mismo día 5, el candidato de la D.C.. Radomiro Tomic. desde su posición de tercero, adelantó un paso. Fue a ver a Allende a su casa. "-Salvador, mientras más duras son las batallas, más grandes son los éxitos. -Este es un gesto de hombría, de virilidad profunda, que consolida una amistad de veinte años." (5) La tradición histórica de Chile, a través de sus largos años de democracia, era que el candidato con primera mayoría relativa fuera siempre confirmado por el Congreso como Presidente de Chile. Pese a ello, "Los partidos de derecha que había apoyado a Jorge Alessandri declararon que la elección no estaba concluida aún y llamaron a la unión de las fuerzas democráticas, entendiendo por ello a los antimarxistas." (6) LOS SESENTA DÍAS DE INCERTIDUMBRE El lunes, 7 de septiembre, primer día hábil, se produce el retiro masivo de capitales de los bancos y la bolsa baja en un 48,7%. Ante la gravedad de la situación, Allende se reúne con el Presidente Freí para proponerle que tome medidas. Sin embargo, si es que se tomaron medidas, éstas no surtieron efecto. Largas caravanas de autos, cargadas de enseres y niños cruzaron durante semanas la cordillera. Los "momios" preferían escapar a otro país más seguro que enfrentar al "terror rojo". Sus casas quedaban entregadas a corredores de propiedades que las vendían a precios irrisoriamente bajos. El 9 de septiembre, la derecha política, aprovechándose del desconcierto general, idea una fórmula política: si el Congreso Pleno vota por Alessandri, éste renunciaría para dar paso a una segunda elección, a la cual no se presentaría. Esto era un claro mensaje a la D.C. y en particular al Presidente Frei, ofreciéndole otros seis años de gobierno. Allende replicó violentamente a estas maniobras días después: "No habrá una empresa, una industria, una tienda, una escuela, un

hospital o fundo que funcione, como primera manifestación de nuestra fuerza. Todos los trabajadores están esperando las órdenes de la U.P."

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Mientras tanto, la D.C. debate el ofrecimiento de la derecha, rechazándolo el 14 de septiembre, decidiendo apoyar a Allende en el Congreso, previo a la promulgación de un estatuto de garantías, que se redactaría entre ambas posiciones. El 23 se dirige al país por radio y televisión, el Ministro de Hacienda Andrés Zaldívar: "Hasta el 3 de septiembre la economía chilena se desenvolvía en plena normalidad, pero con posterioridad a esta fecha el proceso económico se ha visto alterado, anulando los efectos positivos..."

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El 25 de septiembre Clotario Blest obsesionado, como siempre, por los encarcelados aprovecha la visita semestral que efectúa el Presidente de la Corte Suprema a los presos para apoyar, mezclado entre ellos, la denuncia de atropellos y maltratos que sufren. El 30 de septiembre, después de una difícil negociación, la D.C. y la U.P. llegan a un acuerdo sobre el estatuto de garantías que consistió, en sus aspectos más importantes en: asegurar la libertad de reunión, de enseñanza, de trabajo y de seguridad social y dar rango constitucional a los partidos políticos. Declaraba, además que las Fuerzas Armadas y de Carabineros tenían el uso exclusivo de la fuerza pública. Ante esta realidad, los sectores de la ultra-derecha recurren a diversos actos de terrorismo durante todo el mes de octubre, siendo el más grave el que sufre el comandante en jefe del Ejército, Rene Schneider, que le costará la vida y en el cual, se supo más adelante, estaba involucrada la CIA. Los propósitos eran claros: al desaparecer este general constitucionalista, se daban las oportunidades para un golpe de Estado. Clotario, ajeno a todas estas movidas políticas, el 8 de octubre, para conmemorar el tercer aniversario de la muerte del Che Guevara, organiza un acto en el salón

de honor de la Universidad de Chile. Víctor Toro, presidente del Comité de los Sin Casa, modera la asamblea. Blest, como vice-presidente, está a la diestra. En la mitad del acto, la fuerza policial rodea la Universidad exigiendo la entrega de Toro, pues sobre él pendía una orden de detención. Blest se enfrenta con la fuerza pública y les expresa que Toro no será entregado, que se permita la salida de mujeres y niños y que el acto continuará. En un ambiente tenso, Clotario le pide al público que entone canciones, con el fin, me dice, de apaciguar los ánimos. Entre medio de canciones, Víctor Toro es sacado furtivamente del recinto. Los carabineros, respetando la autonomía universitaria, no desalojan a los ocupantes. Este hecho que sucedió durante el mes en que el Parlamento todavía no confirmaba a Allende como Presidente, generó toda clase de comentarios de prensa. El diario El Siglo, vocero del Partido Comunista, tildó esta acción Como "una provocación de la derecha para sabotear la asunción de Allende." El Mercurio, portavoz derechista, llamó a Blest, "agitador de ultraizquierda, que prepara a las masas para tomarse el poder ilegalmente." La coalición triunfante de la U.P. también censura a Blest y lo margina de las ceremonias oficiales. El 24 de octubre el Congreso Pleno procedió a votar. Allende obtuvo 153 sufragios, hubo 7 en blanco y 35 parlamentarios del Partido Nacional votaron por Alessandri. El Presidente del Senado, Tomás Pablo, proclamó entonces como nuevo Presidente de la República a Salvador Allende. El 3 de noviembre, Allende es ungido en el Parlamento con la banda presidencial. La ceremonia contó con más de un centenar de invitados extranjeros y un millar de invitados nacionales. En seguida el Presidente y sus invitados se dirigieron a la Catedral para celebrar el Te Deum ecuménico de acción de gracias con el cual las iglesias, a pedido del cardenal Raúl Silva Henríquez, se adherían a la legitimidad del nuevo gobierno. Clotario Blest no fue invitado a ninguna de estas ceremonias, quizás como castigo por ser considerado un "agitador". Esa misma tarde, desde la plaza Italia hasta la Estación Central en la Alameda, se realizan fiesta populares.

El día 4 se efectúa la Parada Militar. Al anochecer, Allende ofrece junto a su esposa, una recepción en los salones. "-Don Clotario, ¿se sintió usted vejado al no ser invitado a las ceremonias de la toma de mando? -Yo me había preparado para ir con mi ropa habitual, el mameluco, demostrando así que la pobreza existía en Chile. Le confesaré, de todos modos, que me llamó la atención, y para bien, que Allende y sus ministros no aceptaran la tradicional carroza ni el frac. Allí se notó un cambio que aunque fuera de imagen, era positivo. Frei y sus ministros en carroza y de frac; Allende y su gabinete en auto y de temo y corbata. Yo permanecí en mi casa y no participé ni siquiera del júbilo popular callejero." (9) AÑO DE LAS UTOPIAS Y LAS REALIZACIONES Para el presidente Allende la realización de su gobierno debía basarse en: "Definir y poner en práctica como la vía chilena al socialismo, un modelo nuevo de estado, de economía y de sociedad, centrado en el hombre, sus necesidades y aspiraciones. Para eso es preciso el coraje de los que osaron repensar el mundo como un proyecto al servicio del hombre. No existen experiencias anteriores que podamos usar como modelo, tenemos que desarrollar la teoría y la práctica de la ruptura con el subdesarrollo como para la creación socialista... "El principio de la legalidad rige hoy en Chile..." "En el régimen de transición al socialismo, las normas jurídicas responderán a las necesidades de un pueblo esforzado en edificar una nueva sociedad. Pero legalidad habrá." Poco después que Allende se hiciera cargo de la presidencia, Clotario Blest en nombre del CODEHS, elabora un memorándum que envía al ejecutivo, pidiendo "una ley de amnistía para los más de 40 presos políticos que purgan sus penas sólo por haber sustentado grandes ideales de libertad y justicia social."

(10)

En los

días siguientes el gobierno decreta la libertad del primer grupo de presos políticos.

El 12 de noviembre, la cancillería anuncia el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, interrumpidas desde agosto de 1964. Y en la elección de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, triunfa la lista de la Unidad Popular sobre la Democracia Cristiana que había mantenido una mayoría los últimos años. El 1º de diciembre, el Presidente Allende firma desde los balcones de la Intendencia de Concepción, el decreto de expropiación de la principal industria textil (Paños Bellavista Tomé). El discurso del mandatario terminaba con las siguientes palabras: "Este decreto de expropiación es el primero que firmo y creo que no será el último." El 7 de diciembre el Presidente de la República y el de la CUT, Luis Figueroa, establecen un acuerdo en que la CUT se obliga a respaldar las medidas del gobierno durante los próximos 14 meses y a no ejercer presiones por mejoras de salario. Blest, ante este acuerdo, despacha una carta al Consejo Directivo de la Central Sindical, donde puntualiza: "...Semejante paso sólo conducirá a la destrucción de la unidad sindical, que tanto esfuerzo le costó a los trabajadores..." "...No deben olvidar, que el sindicalismo debe siempre permanecer al margen de cualquier sectarismo, sea ideológico o de cualquier gobierno de turno..."

(11)

Esta

carta no obtuvo respuesta. En vísperas de Navidad en la plaza de la Constitución, el mandatario lanza un proyecto de reforma constitucional destinado a nacionalizar las grandes minas de cobre. El 30 de ese mismo mes, Allende, por cadena de radio y televisión anuncia que el gobierno mandará al congreso un proyecto de ley para estatizar el sistema bancario. Al día siguiente se toma posesión de los yacimientos carboníferos de Lota y Schwager. A fines de enero de 1971 se efectúa el congreso del Partido Socialista, siendo desplazada la corriente moderada y reemplazado Aniceto Rodríguez, por Carlos Altamirano en la secretaría genera!. Hasta el golpe militar. Altamirano ejercerá "el

poder detrás del trono", acelerando y radicalizando el proceso político, transformándose en el hombre más odiado por la derecha. En esos mismos días. la Sociedad Nacional de Agricultura, feudo de los terratenientes, denuncia que desde el comienzo del gobierno de Allende se han ocupado ilegalmente más de 250 predios agrarios. Dentro de estos cien primeros días se establecen relaciones diplomáticas con China Popular. Corea del Norte. Vietnam del Norte, Nigeria. Mongolia, RDA. Sólo hemos indicado algunos de los hechos más importantes de estos tres primeros meses para demostrar el clima de cambios y urgencias que existían. Clotario Blest, pese a su soledad y a los pocos amigos íntimos que tenía es, ante todo, un hombre de acción y la pasividad no es propia de su personalidad. Su prestigiosa vida pasada y la influencia que todavía ejercía, sobre la clase trabajadora eran suficiente mérito para ocupar un cargo en el gobierno llamado del pueblo, quizás él también lo esperaba. -¿Le ofrecieron a usted algún puesto gubernamental? -"Yo no era un trepador y jamás habría pedido algo que no se me daba. Los partidos políticos que apoyaron a Allende eran muchos y las "pegas" se hacían pocas en esta repartija. Me daba asco ver, como hombres idealistas hasta ayer, cambiaban su manera de vivir tan bruscamente. Sin embargo, podría hacerle una confesión, me habría gustado ser director de prisiones. -¿Tenía confianza en el gobierno de la Unidad Popular? -La verdad es que no. Los mismos partidos que me habían traicionado, ahora dirigían todo. Creo que ellos tampoco me tenían confianza". En marzo se produce la primera fisura entre dos poderes del Estado: el Ejecutivo y el Judicial. Al inaugurarse el año judicial el ministro de Justicia no es invitado.

Los sectores de oposición recobrándose de su derrota comienzan a dar signos de recuperación. El complot del cobre es uno de ellos. En ese complot se trataba de crear artificialmente una baja de precios en el mercado internacional. Intentan además con dos acusaciones ante el Parlamento, la destitución de los ministros de Justicia y de el Trabajo. Mociones que no prosperaron porque la DC no las apoyó. AYÚDENOS A AYUDARLE Es interesante exponer la tesis política del ex candidato presidencial demócrata cristiano, Radomiro Tomic, contenida en una carta personal al presidente Salvador Allende, fechada el 3 de junio de 1971. Como se observará a través de los fragmentos de la misiva que exponemos, para Tomic con su mirada visionaria, la situación era preocupante y el porvenir dramático. Deseaba sinceramente el éxito de esta nueva e inédita experiencia de la Unidad Popular. "Mi estimado Salvador: "Nuestro compromiso es la franqueza. Estoy cada vez más preocupado por el riesgo creciente de que esta excepcional oportunidad de dar forma a un "segundo modelo histórico (democrático, revolucionario, pluralista) hacia el socialismo", tienda más y más al "primer modelo" tradicional: el del "enfrentamiento" y la violencia con su trágico cortejo de "sangre, sudor y lágrimas" ...¡y de riesgos muy serios sobre el desenlace (España, Grecia). Para iniciar el asunto en su forma mas concreta, te resumo mi opinión: El día en que el antagonismo entre gobierno y democracia cristiana haya llegado "al punto de no retorno" habrá dejado de ser viable en Chile el "segundo modelo". ...Dicho de otro modo: en esta fase de tu gobierno y dentro del marco constitucional que te sirve simultáneamente de respaldo y de cauce, la cuestión decisiva es dejar de ser minoría institucional y pasar a ser mayoría institucional. Aquí está la "contradicción principal" (para utilizar el lenguaje de algunos de los clásicos del marxismo) que condiciona decisivamente la posibilidad del "segundo modelo". Es ésta la condición indispensable para el éxito de la histórica y excepcional tarea de apoyarse en la vieja institucionalidad minoritaria y capitalista

vigente, para crear una nueva institucionalidad socialista, pluralista y de claro predominio popular... ¿Por qué entonces, en la práctica parece que ni la U.P. ni el gobierno ven la importancia trascendental que tiene? Y si lo ven, ¿por qué dejan perderse una y otra vez oportunidades preciosas que no podrán volver a "fabricarse" cuando se quiera? En la guerra y en la política, la oportunidad es decisiva para el éxito. Lo que hay que hacer, se hace a tiempo o no sirve... Esta es la realidad suprema en las relaciones entre el Gobierno y la Oposición en un país como el nuestro y en una etapa como la actual. Es una cuestión sobre la cual no cabe llamarse a engaños. Si el Gobierno de la UP prefiere a la DC en la oposición, la DC estará en la Oposición. Y dada la base fundamentalmente popular de la UP y la DC, las relaciones entre ambos serán rápidamente de intenso encono, hostilidad y animadversión... Te decía en Abril que el plazo útil para actuar "era de semanas y no de meses". Se han perdido ya demasiadas oportunidades... En cambio, el imperativo del antagonismo entre gobierno-oposición está aflorando de nuevo con renovada virulencia en el Senado, la Cámara la prensa diaria, las elecciones gremiales y sindicales, las reuniones internas del PDC y seguramente también en las de la U.P. Temo mucho que las elecciones complementarias por Valparaíso representen el "punto de no retorno". ...¿Qué hacer? En lo permanente, entenderse con el PDC no para transar el programa de tu gobierno sino para facilitar su cumplimiento en términos aceptables para ambos. Hacerlo cuanto antes, ojalá aprovechando la oportunidad que abre la elección de Valparaíso. Aunque hay otros puntos de interés fundamental, no alargo más esta carta. En todo caso, aquí va lo más urgente. Tu amigo Radomiro Tomic.

Nota del autor: esta carta no obtuvo respuesta. Solamente un llamado telefónico de Salvador Allende, confirmando haberla recibido."

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El 4 de abril se realizan las elecciones municipales, donde el bloque gubernamental obtiene el 50,87%, mientras la oposición totaliza el 49,13%. La DC, en un ampliado, puntualiza, poco después de las elecciones, su línea frente al gobierno: "Seremos una oposición que milita por los cambios y no negativa ni reaccionaria." Sin embargo el crimen, adjudicado a un comando ultraizquierdista, que le costará la vida al eminente político demócrata cristiano, Edmundo Pérez Zujovic, el 8 de junio, precipita a ese partido a una posición de franca rebeldía contra el gobierno. Ante el fuerte operativo lanzado por las fuerzas policiales y militares en busca de los culpables de los que todos exigían sus cabezas, la única voz que se escucha en defensa de la vida es la de Blest. Su solicitud ante el ministro del Interior José Tohá dice: "Preserve, por sobre todas las cosas, la vida de los posibles implicados en este horroroso crimen, pues es la única manera que la democracia funcione." A pesar de la exhortación de Clotario, los ejecutores fueron abatidos mientras huían. En el invierno de ese año, la conducta díscola de Blest, deteriora aún más sus relaciones con el gobierno de Allende. En julio, su intervención televisiva en el popular programa "A Esta Hora Se Improvisa", causa polémica. -¿Qué fue lo que originó el escándalo? -Creo que fueron mis apreciaciones sobre los nuevos ricos del gobierno. Para ser representante de este gobierno del pueblo, no sólo hay que ser honesto, sino que parecerlo, dije. El cambio de vida de varios políticos y dirigentes sindicales eran una bofetada en la cara de los asalariados. De una vida modesta pasaron a ser ricos, de una casa humilde se han trasladado a un barrio pudiente.

-¿Sufrió usted alguna represalia por sus opiniones? -En la noche bandas anónimas apedrearon mi casa y el diario comunista Puro Chile, me otorgó el "Huevo de Oro" (13) -¿Alguien le respondió en ese programa? -Le diré que la mayoría de los integrantes de ese programa eran contrarios al gobierno. Deben haberse sentido satisfechos con mis comentarios. Me trencé poco después en un altercado con Jaime Guzmán, posteriormente ideólogo de la dictadura militar, el cual con insolencia se dirigió a mí: -Mire, señor Blest, usted se pasa preocupado de la explotación del hombre por el hombre. Yo nunca he entendido qué es eso, explíquemelo. -Mire, señor Guzmán, le contesté, ¿usted ha sido alguna vez obrero? -No, nunca, me dijo. Entonces no va a entender jamás, le repliqué, dejándolo callado. Cuando salí del canal, Guzmán en un gesto de honestidad se acercó a mí y me dijo: -Don Clotario, excúseme, creo que fui un grosero. Fue un caballero pese a todo."

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Como paréntesis dentro de los fríos vínculos entre el gobierno y Clotario, se podría mencionar su declaración pública emitida días después de la nacionalización del cobre: "El paso que ha dado este gobierno constituye la auténtica independencia económica de este país." (15) En agosto Blest efectúa una larga visita a los campesinos del sur de Chile que mantienen bajo su control varios predios agrícolas. El ministerio del Interior lo amenaza con requerimiento judicial por el delito de "subversión del orden público". La trágica muerte, a mediados de ese mes, del dirigente mirista, Luciano Cruz precipita una fuerte disputa entre la ultraizquierda y los partidos de la U.P, fundamentalmente el Partido Comunista. La causa es la negativa de la CUT de cederle su sede para velar al dirigente mirista muerto. En esa ocasión Clotario logra, a través de su mediación, que se levante la restricción del velatorio público.

En septiembre, Blest es invitado a Perú por organismos sindicales que desean que conozca el Plan Inca (16), implementado por los militares. En Lima es recibido como huésped de honor. Después de las conceptuosas palabras del Primer Ministro, Clotario en su respuesta expresa: "...debo admitir como cristiano con criterio amplio que el gobierno militar de este lugar ha comenzado una hermosa experiencia social, donde los derechos de los trabajadores e indígenas son respetados en su totalidad..." "...hago votos para que el gobierno revolucionario peruano continúe en su senda de justicia social, y que el movimiento social peruano prosiga con su independencia de clase. Lamentablemente en mi patria el sindicalismo organizado, manifestado en la CUT, no coopera con los trabajadores y sólo ayuda a los que apoyan al gobierno de la U.P."

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En el intertanto, el gobierno ha tomado bajo su control las minas de cobre y el sistema de telecomunicaciones. El Ejecutivo, durante esos meses, pierde una elección extraordinaria en Valparaíso, frente a una oposición unida de la derecha y de la Democracia Cristiana, indicadora de un futuro cercano. Por otra parte el gobierno amplía su base al incorporar a sus filas sectores escindidos de la DC, denominados terceristas, que crean el Partido Izquierda Cristiana. El Partido Radical, integrante del gobierno, sufre también una división entre la corriente crítica al gobierno y la favorable. En el campo social la labor que mayor entusiasmo despierta entre la juventud es la de los "trabajos voluntarios", en que se demuestra dispuesta a ejecutar todas las tareas que le encomiendan las autoridades. Internacionalmente, el Eximbank, una de las entidades financieras más importantes, comienza a negar créditos a Chile. Pronto se sumarán a esta decisión otros bancos. "Sin duda esto obedecía a que el gobierno y sectores importantes de EE.UU. pusieron en juego enormes recursos para terminar con una experiencia amenazadora para el mundo hegemonizado por ellos."

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ESTE ES UN GOBIERNO DE MIERDA, PERO ES MÍO Al iniciarse el segundo año del gobierno de Allende, comienza a notarse el desabastecimiento. "El equipo económico en el poder lo adjudica a una mayor demanda, lo que causa más circulante que luego se agudiza al agotarse la provisión de dólares." (19) La derecha opina que la escasez es producto del mercado negro y de la desorganización económica, que afecta al aparato productivo como consecuencia de la ocupación de industrias y fundos. El 4 de noviembre, una fervorosa multitud celebra en el Estadio Nacional su primer aniversario en el poder. Allende en un discurso improvisado y entusiasta, da cuenta al pueblo de su primer año de gobierno: "Se me dijo: no van a poder llenar el Estadio. Se sostuvo que las galerías iban a estar desiertas; que no había carne, que la gente no iba a venir. Yo quisiera que nuestros adversarios y enemigos vieran este maravilloso espectáculo: un estadio repleto...En un proceso revolucionario es difícil construir; es más fácil destruir y desorganizar..." El anuncio más importante de su alocución es el envío al Congreso del proyecto de Cámara Unica. Clotario Blest esperó varios meses la respuesta a su carta-protesta, enviada a la CUT a principios del gobierno, por su pérdida de independencia. Decide, entonces formar un bloque sindical autónomo. -¿"Qué pretendía usted con la formación de otro frente? -Como fui ignorado en mis críticas, y para mí no existe organización sindical si es apéndice del gobierno, fundé el FRAS

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(Frente Revolucionario de Acción

Sindical), cuya tarea sería servir de freno a la posición entreguista de la directiva de la CUT. -¿Quiénes integraron este frente sindical? -Lo componían anarquistas, trotzquistas, miristas y varios sindicatos independientes. En lo humano contaba con antiguos compañeros de la CUT,

como el zapatero anarquista Ernesto Miranda, el obrero municipal Humberto Valenzuela, el profesor Luis Vítale. Ese factor nos permitió una buena acción sindical, inclusive editábamos un boletín mensual. Lamentablemente, matices en la estrategia a seguir, causaron al año nuestra desintegración". Entre el 27 y 28 de noviembre de 1971, tiene lugar el encuentro nacional de los sindicalistas revolucionarios que da como resultado la estructuración del Frente de Trabajadores Revolucionarios (FTR). Clotario lo preside. En esa oportunidad señala: "...Los trabajadores creen estar representados por el gobierno y esperan; pero es una espera incierta porque mientras el pueblo no llegue al poder, no hará otra cosa que dilatar el problema trágico de la clase trabajadora. Decir la verdad no es atacar, no es hacer oposición, no queremos traicionar al pueblo. Sería fácil convertirnos en aduladores, en pateros, pero eso no es tarea de revolucionarios. La misión de los revolucionarios es fortalecer los cuadros, robustecer el proceso..." "...La única forma de derrotar a la derecha es hacerla desaparecer. El FTR tiene importancia porque ha nacido en el momento justo, en el instante en que el proceso chileno necesita más que nunca del sacrificio joven y no de los "revolucionarios" que viven con dieta parlamentaria y con suculentos sueldos y privilegios de embajadores. Eso es traición." "Esta es la sexta revolución que tenemos en Chile, pero no han sido los trabajadores que han llegado al poder, son sus apoderados." (21) En ese mismo mes se produce la visita más controvertida del período: Fidel Castro, primer ministro de Cuba y jefe indiscutible de la revolución, llega por unos diez días a Chile, pero se queda un mes. No sólo la larga visita de Fidel Castro, ídolo de la izquierda chilena, agudiza los problemas demoledores con la oposición, sino también la importancia que ha adquirido la embajada de Cuba en Chile que, con sus 84 funcionarios, pasa a ser una poderosa agencia ideológica activa dentro del gobierno de la UP. La derecha murmuraba que las órdenes de Cuba se transmitían directamente a la oficina de la hija de Allende, Beatriz, casada con un alto miembro de la Seguridad Cubana, Luis Fernández de Oña.

Blest aprovecha la estadía del líder para conversar con él en la sede de la CUT. Clotario me cuenta: "Fidel no podía entender mi posición de defensa de los Derechos Humanos dentro de un proceso socialista como el de la UP. En el diálogo sobre ese punto, tuvimos opiniones diametralmente opuestas."

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La derecha ante la agudización del desabastecimiento, comienza lo que será de aquí para adelante su demostración pública de descontento: mujeres en las calles y desde sus casas tocando cacerolas vacías, produciendo un ruido estruendoso. Esos días de noviembre marchan por las calles céntricas miles de ellas golpeando sus utensilios de cocina. Durante el desfile se producen violentos enfrentamientos, dejando un saldo de 99 heridos de ambos lados, por lo cual la provincia de Santiago es declarada en Estado de Emergencia y varias radios silenciadas por incitar a la violencia. La Democracia Cristiana ante esta situación, rompe su tregua y pasa a apoyar la posición rupturista de la derecha, presentando una acusación parlamentaria contra el Ministro del Interior, José Tohá, a quien responsabiliza de no disolver los grupos armados. Semanas después el ministro Tohá queda suspendido automáticamente de su cargo por el Congreso. Una muchedumbre trata de presionar al Parlamento para que no se acuse a Tohá. Al pasar frente a La Moneda la multitud coreará insistentemente: "¡Este es un gobierno de mierda, pero es mi gobierno; ¡este es un gobierno de mierda, pero es mío!" Al transcurrir el tiempo esta consigna será uno de los lemas de los adeptos a la Unidad Popular. Al no contar con el apoyo del Parlamento, Allende para que no le doblen la mano, recurre, en los casos de ministros que caen bajo la acusación de "no confiables", al "enroque" (cambiar de ministerio al cuestionado). También apelaría a lo que llamó "resquicios legales" con el fin de conseguir las metas que la UP se había propuesto. Clotario Blest, entre tanto, no puede viajar como era su propósito, a Vietnam del Norte, donde había sido invitado por la central sindical de ese país, en conjunto con varios delegados de la UP. Blest reflexionando sobre ese suceso me

manifiesta: "Fui objetado por los partidos de izquierda, debido a que ellos consideraban que mi conducta política no era proclive en absoluto a la línea del gobierno de Allende. Por eso no pude viajar a ese país, pese a mi enorme interés de conocer de cerca la lucha de ese pueblo contra las tropas yanquis." (23) -¿Por qué era usted tan crítico al gobierno? -Sentía que las aspiraciones de los trabajadores se dilataban, no sólo por culpa de la oposición parlamentaria y de la derecha económica dirigida por el imperialismo, sino por una falta de un programa socioeconómico claro. Las discusiones de los partidos que apoyaban a Allende lo hacían avanzar y retroceder. Pagaron excesivas indemnizaciones a los empresarios y latifundistas, dinero que ellos mismos aprovecharon para derrocar a Allende. El último año fue un caos total. Allende tenía buenas intenciones pero su lucha final fue sólo para conservar el poder. Faltó, de parte de él, mano firme con sus propios partidarios que opinaban y actuaban de diferentes maneras."

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A principios de 1972, Clotario se dedica a recorrer el país dando a conocer el FTR. Su propósito era ganar adeptos para las próximas elecciones, por primera vez directas, de la CUT. En marzo el Frente Revolucionario de Acción Sindical decide presentarse a la elección con una lista que encabeza Blest, como presidente, y Ernesto Miranda como secretario general. Clotario está lleno de optimismo ante la respuesta masiva de los trabajadores. Sin embargo, un hecho extra sindical conspira contra el éxito final. -¿Qué fue don Clotario, lo que alteró su hipotético triunfo? -Creo que mi apoyo a la candidatura para rector de la Universidad de Chile de Luis Vitale, cuya elección debía realizarse en la misma fecha causó irritabilidad al MIR, ya que ellos llevaban de candidato a Andrés Pascal. Mi posición fue interpretada como agravio a Pascal. Como resultado se produjo el quiebre unitario del FTR y cada tendencia llevó su propio candidato lo que restó toda posibilidad de triunfo. En vista de ello renuncié a mi candidatura y al FTR.

La elección fue ganada nuevamente por el comunista Luis Figueroa, como vicepresidente y por estrecho margen, fue elegido Ernesto Vógel, demócrata cristiano. En marzo de 1972, el Partido Socialista - partido del presidente -se declara "Vanguardia Revolucionaria" y propone abandonar el programa de la UP "para avanzar rápidamente por la vía de los hechos". El presidente y otros partidos de la UP, en los cuales el peso de los comunistas era fuerte, se oponen a esta tesis, considerándola inaplicable a la democracia existente en Chile. Poco después, se produce el retiro del gabinete de los ministros del PIR (Partido de Izquierda Radical), retiro causado por el planteamiento de las tres áreas de la economía: privada, mixta y estatal, que no estaban claramente delimitadas. Este conflicto será uno de los mayores focos de tensión política sin resolverse hasta el Golpe Militar. Como se observa, el apoyo y entusiasmo por el experimento chileno de un socialismo en democracia decaía. Allende no contaba entre sus colaboradores con dos partidos: la poderosa Democracia Cristiana y el PIR y entre sus propios partidarios debía sufrir difíciles querellas. La inflación, que se había situado en un nivel muy bajo en 1971, escalaba rápidamente en un promedio de un 5% mensual. La pequeña clase media se plegaba abiertamente a la oposición. La popularidad de Allende se debilitaba día a día. Sin embargo, en el terreno internacional, Chile mantenía un gran prestigio, especialmente entre los países del tercer mundo. Esto se comprueba al ser elegido de sede de la Conferencia de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), organizada por la ONU. Para la ocasión se inaugura un nuevo e imponente edificio en pleno centro de Santiago, construido en tiempo récord con el fin de albergar a los delegados de todo el mundo. En la apertura de la reunión las palabras del Presidente Allende son recibidas con grandes aplausos: "...En nuestros países se va creando una resistencia cada día más fuerte a la dominación imperialista y también a la dominación clasista interna; un sano nacionalismo adquiere un renovado vigor." "...La experiencia, muchas veces dura, nos ha demostrado que,

para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo y para proporcionar a cada uno los medios que le garanticen una vida plena, es indispensable superar el régimen capitalista dependiente y avanzar por un nuevo camino. Ese nuevo camino es el socialismo que empezamos a construir..."(25) MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES Para Clotario Blest esta nueva revolución, llamada "vía chilena al socialismo" y popularmente de "vino tinto y empanadas" estaba condenada al fracaso. En una entrevista que le hace la revista Punto Final de esa época

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da una visión sobre

las revoluciones intentadas y fallidas de nuestro país. Según él, éstas fueron seis: "La primera fue el año 1920 con Arturo Alessandri. Fue una revolución fervorosa y entusiasta, pero carente de conciencia de clase, ya que se tomó como abanderado a un personajillo del Partido Liberal, cuya única meta era su incontenible ambición de mando. Entre otras felonías efectuadas por Alessandri contra el pueblo, se encuentra la masacre de Ranquil, La Coruña, San Gregorio y el Seguro Obrero. Aún recuerdo los acordes de "Cielito Lindo", que sonaban en todo el país como símbolo de redención y su "querida chusma" como llamaba al pueblo este demagogo. Pagamos duramente nuestra credulidad y digo "nuestra", porque todos fuimos alessandristas en aquellos años. A los únicos que no engañó fue a Luis Recabarren y a los anarquistas. La segunda revolución fue la que se produjo el año 32, al instaurarse la República Socialista de Marmaduque Grove, Eugenio Matte y Oscar Schnake. Tuvo la adhesión entusiasta del pueblo, pero al no contar con armas para defenderla cayó a los once días de haberse establecido en La Moneda. En resumen, fue una revolución fracasada que pasó sin pena ni gloria. El advenimiento al poder del Frente Popular, cuya base de gobierno eran los socialistas, comunistas y radicales y que se lleva a cabo en 1938, es la tercera revolución. Este gobierno realizó una política que no era "ni chicha ni limonada" (27) Totalmente al margen de las organizaciones sindicales.

La cuarta revolución fue la de Carlos Ibáñez del Campo, denominada la "revolución sin sangre" o "revolución de la escoba", del año 1952. Ibáñez llegó al poder por segunda vez con el fervor popular, creyendo los trabajadores que "barrería" con toda la mugre burguesa y politiquera. Pero más bien pretendió terminar con las organizaciones sindicales. Fracasó en su intento. Una vez más el pueblo fue traicionado. La llamada "revolución en libertad" que personificó el gobierno de Freí, fue la quinta revolución. Tuvo todos los elementos para cumplir con lo que prometió al pueblo. Nunca ningún gobierno tuvo una mayoría parlamentaria como la de él. Al igual que Alessandri en 1920, los trabajadores fueron burlados por estos seudoizquierdistas que usando etiquetas revolucionarias engañaron al pueblo. El sexto intento revolucionario es del gobierno de la Unidad Popular del año 1970. Su inicio ha sido plenamente promisorio. La atención del mundo entero se vuelca hacia esta experiencia inédita de aplicación del socialismo marxista, en libertad. En Chile, Allende cuenta con el fervoroso apoyo de los trabajadores. Desgraciadamente, no se consolida un proceso genuinamente revolucionario. Por ejemplo, yo le pedí a Allende, poco después de asumir, que llamara inmediatamente a una asamblea constituyente de trabajadores para que ellos directamente decidieran qué gobierno y qué constitución debía regir en Chile, incluyendo la elaboración de un nuevo Código del Trabajo.

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"-Pero don Clotario, realmente ahora no lo entiendo, ¿qué significa para usted una revolución exitosa? -Lo que pasa es que usted no me comprende. Claro, como ni es política, lo que yo propongo como revolución es un cambio sustancial en la estructura económica y política del país. Pero, por favor, no confunda esta posición con la del socialismo que se aplica en Europa del Este, Asia o Cuba. -¿Por qué no me aclara esta idea?

-La democracia en la que yo creo, no es la tradicional que conoce el mundo occidental, con sus tres poderes específicamente limitados, sino aquella en la que los asalariados organizados, por medio de la asamblea popular, generan sus políticas en beneficio de la gran mayoría del país. Es lo que dice la palabra griega: gobierno del pueblo, a través de los gremios y sindicatos. -Pero, ¿acaso no existen las asambleas populares en Cuba? -Esas son controladas por un partido y no son independientes, además tienen carácter netamente consultivo y con nulo poder resolutivo. -¿De dónde proviene esta concepción de política? -Del municipio libre de la Edad Media, conocido como la Guilda y también, sin duda, de los fundamentos anarquistas de principios de este siglo. -¿Pero Allende y los partidos que lo apoyaron, no plantearon en su programa, contenido en las cuarentas medidas, lo que usted dice? -Ese fue el error. Como lo demostró el tiempo, sin esta concepción, la derecha y el imperialismo no fueron destruidos sino sólo marginados del poder ejecutivo; pero mantuvieron toda su fuerza en el poder legislativo y judicial, y con su economía casi incólume. Esa fue la tragedia de esta última revolución que la llevó al fracaso." LA IMPROVISACIÓN SE PAGA Y BLEST SIGUE SU CAMINO En agosto de 1972 se aplica un nuevo modelo económico, dirigido por el ministro de economía Orlando Millas, comunista, que restringe en parte la emisión del circulante con el fin de detener la inflación y el desabastecimiento, opuesto al sustentado por el ministro anterior, Pedro Vuskovic, socialista, que produjo un mayor circulante sin preocuparse del respaldo financiero. El circulante creció 3255,3%. La crisis económica fue también producto de la brusca interrupción de préstamos extranjeros, del embargo que sufren bienes chilenos, como LAN (Línea

Aérea Nacional), CODELCO (Corporación del Cobre) y de la confiscación del cobre en puertos internacionales. Esta medidas fueron impuestas a Chile como represalia a la negativa -dictada por la Contraloría- del pago de las indemnizaciones a las grandes minas expropiadas. Meses antes, el CODEHS, dirigido por Clotario Blest, presenta ante los Tribunales de Justicia la denuncia de haberse "cometido graves torturas contra un grupo de personas, pertenecientes al Partido Nacional, mientras se encontraban detenidas en el cuartel de investigaciones." (29) Esta medida fue muy criticada por los partidos que apoyaban al gobierno. Semanas después Blest es detenido mientras marchaba con un grupo de ultraizquierda por el centro de Santiago, cuando pedía que el gobierno no expulsara a su país de origen a un grupo de guerrilleros argentinos, que se habían fugado espectacularmente del penal de Trelew y que buscaban asilo político en nuestro país. Durante todo el trienio de la Unidad Popular, Blest continuará su productiva labor en favor de la libertad de presos políticos de México, Brasil, Guatemala, Argentina, Uruguay, Perú, Haití, Cuba, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Estados Unidos. Esta gestión le valdrá que el CODEHS obtenga su afiliación como miembro de varios organismos internacionales de Derechos Humanos. En octubre de 1972, Blest recibe, a través de la embajada de Francia, una carta pública suscrita por varias personalidades mundiales, entre los cuales mencionamos a Jean Paúl Sartre, Simone de Beauvoir, Miguel Ángel Asturias, Costa Gavras, Luis Buñuel, Mario Moreno, Pablo Casals, Helder Cámara, Sergio Méndez, María viuda de Fleming, Kwame Nkrumah. Francisco Arrabal, Harold Wilson, Raúl Alfonsín, Leonel Brizóla, Ernesto Cardenal, entre otros, en que le piden su adhesión al llamado de la ONU para que se haga cargo de la defensa de los Derechos Humanos, "que son diariamente atropellados en los estados y oligarquías económicas." (30) Clotario, como único chileno, estampa su rúbrica. Este reconocimiento internacional lo refuerza en su tarea, en un momento de gran

decaimiento. Y este hecho le permitirá, inmediatamente después del Golpe Militar, ser avalado y su institución respetada como fuente de credibilidad por el mundo entero. Blest al agradecer su inclusión entre tan ilustres personalidades expresará: "...aunque mi país vive un proceso socialista, lucharé para que éste y cualquier socialismo respete a la persona humana por sobre todas las cosas y que su doctrina de la redención se aplique por convicción y no por imposición. Los principios morales son fundamentales en una nueva sociedad. Creo que no habrá socialismo sin cristianismo." (31) EL PARO DE OCTUBRE "En octubre los comerciantes, los transportistas y los mineros del cobre, lanzaron un paro general cuyos efectos desestabilizadores fueron tremendos. Años mas mide hubo ciertas comprobaciones de que en aquel famoso "paro de octubre" se infiltraron manos foráneas, proporcionando dinero para mantener la inactividad." A la tercera semana de paro el país había perdido 150 millones de dólares."

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La inflación, desatada por la disminución de! ingreso económico v el intento del gobierno de estatizar ciertas áreas del transporte v del comercio detallista, origina que empleados y trabajadores resuelvan iniciar un paro laboral como protesta contra la política económica de la U.P. Este sector opositor independiente de la derecha y de los empresarios, le pide a Blest que sea su portavoz ante el gobierno. Clotario acepta y comienza de inmediato a tomar contacto con el ministro del Trabajo y de Economía. -¿"Cómo le fue don Clotario en esas gestiones? -Inesperadamente, y cuando yo creía que había avanzado en el diálogo, se rompe todo contacto. Me dirijo entonces a la CUT para inquirir detalles y allí, ante mi consternación, me dicen que yo soy un instrumento de los momios y fascistas y que por lo tanto se ha congelado todo intento de acuerdo. Al bajar me esperaban

los compañeros, honestos hombres de trabajo, que cuando se enteraron de que habíamos sido desahuciados, rompieron para siempre con la U.P., de la cual, la mayoría eran partidarios. ¡Qué miopía y sectarismo el de esa gente de la CUT! Se hicieron de enemigos por su ceguera. -Parece que usted en esa época no era comprendido por nadie. -Usted dio en el clavo. Sabe, ese es el costo que deben pagar los espíritus independientes en procesos tan politizados. Mis intenciones eran consideradas infantiles". Salvador Allende, sintiendo la debilidad del gobierno al no lograr mantener el orden público, frente a los atentados provocados por sectores derechistas y la efervescencia social imperante, decide formar un gabinete en que se incluya a las Fuerzas Armadas. Como Ministro del Interior es designado el general Carlos Prats. Esta medida aquietó a las fuerzas golpistas de la oposición. La extrema izquierda la definió como "una claudicación inaceptable". En enero de 1973, Clotario, en una asamblea que realizan los trabajadores en los "Cordones Industriales"

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de la

zona sur de la capital, dice: "Designar a un general de ejército en una cartera tan importante, es ofender a la clase trabajadora que cree en este gobierno. Porque los obreros no olvidarán jamás que han sido efectivos militares los peores asesinos de los trabajadores, como ocurrió en la Escuela Santa María donde fueron masacrados más de 3.000 trabajadores.." "Este hecho abre camino para el golpe militar, pues el ingreso en el gabinete y en los mandos medios permite a las Fuerzas Armadas ir conociendo la mecánica interna del Estado."

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EL FIN DE UNA EXPERIENCIA NO REALIZADA Despertando gran expectación, el Presidente Allende ocupa, en diciembre de 1972, como representante del tercer mundo, la tribuna de las Naciones Unidas en Nueva York, donde acusa a las grandes transnacionales de actuar en contra de la

soberanía de los pueblos pequeños. Siguiendo su gira por México, Marruecos, Argelia, llega a Moscú donde pide ayuda económica y técnica. Confiaba en que los países socialistas, orgullosos de esta experiencia de un socialismo marxista, le otorgarían ayuda. La respuesta del primer ministro soviético fue lapidaria: "Apoyaremos sus ideas y pueden estar seguros que siempre vamos a estar junto a ustedes, estamos seguros de la victoria de Chile." (35) La cooperación económica nunca se concretó. Mientras tanto, en Chile la presencia de tres uniformados tranquiliza por un breve tiempo la convivencia social. Sin embargo, el desabastecimiento se acentúa, lo que impulsa al gobierno a decretar medidas de racionamiento. El Ministro de Hacienda, Fernando Flores, decreta un plan para evitar el mercado negro y regularizar la distribución de alimentos esenciales. Para el cumplimiento de dichas medidas se organiza al pueblo en torno a las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP) y se nombra al general de Aviación, Alberto Bachelet, a cargo de la Secretaría Nacional de Distribución. Los alimentos llegarían ahora a precios bajos a toda la población; para los comerciantes y especuladores era el fin de sus ganancias. A los politices opositores se les abría un nuevo frente. Frei, el ex Presidente de la República afirmaba: "Es una acción clara y definitiva para el control totalitario del país. El pueblo de Chile no puede tolerar que se le someta a esta dictadura sin regreso." Francisco Bulnes, Senador del Partido Nacional, añade: "En Chile se está cumpliendo la implementación de un régimen similar al de Cuba." (36) Para la clase media este plan no satisface sus niveles de consumo y las colas -producto del mercado negro- continuarán existiendo. La inflación se eleva durante el año 1972 al 163,4% Como paréntesis a este clima, el país olvida sus problemas de abastecimiento volcando su interés a las próximas elecciones legislativas que deben efectuarse en marzo de 1973. Sus resultados serán un virtual plebiscito entre los que desean continuar con el gobierno de la U.P. y los que los rechazan. El imperialismo, atento y optimista, pronostica el triunfo arrollador de los opositores. A pesar de estos

vaticinios y que la oposición saca la mayoría parlamentaria, el gobierno aumenta su cuota y sus adeptos en relación a septiembre de 1970. Eduardo Frei electo con gran mayoría senador, es nominado presidente del Senado. Clotario Blest no se involucra en esta gesta política, preocupado más del éxito de un plan económico integral y coherente. "-¿Por qué usted no le dio importancia a las elecciones del 4 de marzo? -Para mí resultaba inaudito que la enmienda social que necesitaba la economía nacional haya quedado atascada hasta conocerse los resultados eleccionarios. Semejante conducta, sólo demostraba el desprecio que sentían los dirigentes políticos hacia la masa trabajadora que buscaba denodadamente los medios para terminar con las colas y la escasez." (37) MIENTRAS CHILE SE RADICALIZA, CLOTARIO SE HACE TRAPERO Durante los primeros meses de ese año llega a Chile el abate Fierre, cura obrero francés, creador de los Traperos de Emaús. Clotario, que lo admiraba por su obra y que lo había conocido personalmente el año 1969, establece una gran amistad con el abate. Numerosas tardes, los dos viejos cristianos se juntaban y charlaban por largo rato. Al retornar a Francia luego de dos meses, el abate Fierre deja instrucciones precisas a sus hermanos de Emaús chilenos en relación con Clotario Blest, que eran: 1º Le mandarán, diariamente almuerzo. 2º Entregarán mensualmente leche, comida y ropa para que él lo reparta entre los necesitados. 3º Facilitarán papel, stencils y mimeógrafo cuando él lo requiera. 4º Posibilitarán la utilización de salas para reuniones o seminarios. 5º En caso de que su salud se quebrante se le prestara ayuda médica. Durante muchos años, se mantuvo una estrecha relación entre los Hermanos de Emaús y Blest, que sólo terminó cuando los Hermanos, que residían a tres cuadras de la casa de Clotario, se trasladaron al otro extremo de Santiago. Para los Hermanos de Emaús, el costo económico del traslado hasta la casa de Blest resulta excesivo. Al mostrarme Blest, el retrato del abate, colgado en la sala de estar de su casa, me expresa: "Fue uno de mis

grandes amigos. Compartimos un cristianismo al servicio de los necesitados. ¡Ojalá la ANEF y la CUT tuvieran el espíritu de sacrificio y la estructura fraterna que tienen ellos!" (38) El fracaso de la oposición en los últimos comicios electorales para lograr la mayoría necesaria para acusar constitucionalmente al Presidente y así obtener su renuncia, no detienen a los adversarios en sus propósitos de urdir nuevas estrategias. Una de ellas fue la acusación pública del decano de la facultad de Derecho de la Universidad Católica, Jaime del Valle, denunciando que los registros electorales estaban viciados intencionalmente por el gobierno. El rector de esa casa de estudios, Fernando Castillo Velasco, ordenó efectuar una acuciosa investigación al vice-rector, abogado Alfredo Etcheberry, que llegó a la conclusión que la acusación era falsa. Sin embargo, para la opinión pública primó la sensación de unos comicios fraudulentos. A mediados de ese mes se origina el único problema grave entre la Iglesia Católica y el gobierno, cuando se trata de aplicar por medio del ministerio de educación, la Escuela Nacional Unificada, cuya finalidad era "crear una educación que lleve a la construcción de una sociedad socialista." La derecha y la Iglesia Católica, a través del arzobispo de Valparaíso Emilio Tagle, se lanza en contra de lo que denominan "interferencia marxista en la educación". El cardenal Silva Henríquez, ante esta presión, conversa sobre el tema con el Presidente Allende: "Señor cardenal, si la Iglesia opina así, yo considero totalmente desafortunado este proyecto de la ENU. Esta ha sido una torpeza y yo me comprometo a que será postergado y en definitiva no se promulgará si no tiene el acuerdo más amplio." (39) A fines de marzo, decide Blest formar una escuela sindical, basado en los pensamientos de Gandhi, Luther King y Schweitzer. La escuela funcionaba en las salas de los Traperos de Emaús y en la propia casa de Clotario. "Preocupados por la situación cada vez más violenta del país en que todos nos veíamos arrastrados, comenzamos, con varios compañeros, a practicar y enseñar el método y el modo de vida no violento." (40)

Sin embargo, pese a que la mayoría de los actos de Clotario estuvieron dominados por un pensamiento de "no violencia activa", en varias ocasiones, sintió que no quedaba otro camino para enfrentar a la oligarquía económica, que la violencia. Quizás esto explique su solidaridad con los "Cordones Industriales", que eran fórmulas ideadas por la ultra-izquierda, de obreros armados que defenderían su industria si eran allanados. Su visita, durante los meses de la U.P., a los "Cordones Industriales" alentando a los obreros en su posición, indican su aprobación a la táctica desesperada de defensa, debido al estado en que se encontraba sumergido el país. Para los analistas internacionales la situación chilena, en abril de 1973, no tenía más que cinco alternativas. La primera y menos probable, una posible transacción entre el gobierno y la oposición. La segunda, la toma de la totalidad del poder por parte de la Unidad Popular. Una tercera alternativa, contrapuesta, sería un golpe exitoso de la extrema derecha (Patria y Libertad). La cuarta opción, un golpe militar. Finalmente una quinta posibilidad, la guerra civil (41) Para los seguidores de Allende, esta grave crisis de deterioro institucional se debía principalmente a la intervención del imperialismo norteamericano a través de la CIA. Años después, el informe Church (42), confirmó en parte esta aseveración. Según el informe, la llamada "Operación Encubierta", "gastó ocho millones de dólares en forma secreta entre los años 1970 y 1973. El objetivo de estas acciones era desestabilizar al gobierno por medio de: propaganda, apoyo a medios de comunicación, a partidos políticos y al sector privado y, por último, el esfuerzo directo para promover el golpe de estado. " (43)Para otro cientista político internacional, los trastornos sociopolíticos de esa época serían "producto de mala conducción económica y gubernamental." (44) En ese ambiente debía celebrarse el 1º de mayo, que como en los dos años anteriores se conmemoraría en la plaza de la Constitución. Acudió una gran masa de trabajadores notándose, sin embargo, dos grandes ausentes: el cardenal Silva Henríquez y Clotario Blest. "Contemplo con angustia -dirá el cardenal- la división que se ha creado en el mundo obrero donde son lanzados obreros contra obreros. Como obispo y pastor, debo ser más que nadie el centro de unidad de mi pueblo." (45)

-¿"Por qué, don Clotario, no asistió a ese Primero de Mayo? -Estaba enfermo. Asistí al de 1971 y 1972, aunque no ocupé los lugares oficiales reservados. Ese año durante el aniversario de la CUT, sí estuve con el Presidente Allende. Lo fui a esperar a la puerta del salón de actos del edificio Gabriela Mistral, que sirvió para el congreso de la UNCTAD. Lo llevé al pódium donde se sentó al lado mío. En esa oportunidad pronunció un hermoso discurso donde, señalándome a mí, dijo: "Este hombre es el que hizo crecer y dar frutos a la semilla sembrada por Recabarren."

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LOS CREADORES NO LOGRAN EVITAR LA CAÍDA Dentro del análisis más bien sombrío de esta época tan peculiar, los jóvenes y artistas, al margen de las querellas partidistas, se sentían protagonistas y vitales. Los pintores organizados en brigadas se expresaban en las calles, avenidas y tajamares del río Mapocho. La salas de teatro estaban repletas y crecía el teatro popular callejero. Nacían cada día nuevas canciones de raíces folklóricas y de inspiración rock-andina. Los grupos Quilapayún, Inti illimani y Los Jaivas eran coreados y aplaudidos por multitudes. La literatura, con la creación de la editorial estatal Quimantú, entregaba por primera vez en Chile novelas, poesía y ensayos al alcance de los más pobres. Si a esto agregamos los 14 diarios y 12 semanarios que se agotaban, se podría asegurar que nunca se había leído tanto en Chile. Sin embargo, la huelga de los mineros de El Teniente por espacio de 76 días exigiendo reivindicaciones económicas, conmueve al país. El gobierno declara "Estado de Emergencia". Clotario Blest rememora este hecho: "Esta huelga estuvo a punto de terminar en masacre. Las intenciones del gobierno eran atajar la marcha que viajaba, a punta de metralletas. Yo fui, al enterarme, a hablar con el Intendente de Santiago, Julio Stuardo, y le dije: - No haga ese disparate. Nosotros siempre hemos luchado contra esos métodos. Un obrero que caiga, sea quien sea, es un crimen. Felizmente, a pesar de que no me tomaban en cuenta, esa vez me hicieron caso." (47)

En junio, el enfrentamiento entre los poderes del estado se agudiza, cuando la Corte Suprema reclama ante el gobierno por el incumplimiento de las órdenes judiciales. También en las Fuerzas Militares se manifiesta una actitud rupturista. El día 29, el regimiento Blindado No 2 saca sus tropas y tanques a la calle. Hay muertos y heridos. El levantamiento es sofocado. El pueblo demuestra su alegría con una gran concentración en la Plaza de la Constitución. Más adelante se comprobó que el llamado "Tanquetazo" no fue más que un ejercicio previo para detectar la resistencia armada de la U.P. Allende está sentado sobre un polvorín. Los rumores sobre el inminente derrocamiento del Presidente se multiplican día a día. Poco después, Blest se encuentra con Allende: "Iba yo por la calle y pasó Allende rodeado de aduladores. - Mire, Clotario, me dijo, usted no ha ido nunca a La Moneda desde que soy Presidente. - Sí, Salvador, usted sabe que no me gusta llegar a las alturas. - Pero necesito hablar con usted, me contestó. Fui esa semana, estuvimos conversando en privado. Me declaró cosas bien tremendas: Yo necesitaba hablar con usted, para expresarle que el Presidente de la República ya no manda en este país. Los partidos políticos y sus dirigentes toman las decisiones, sin acatar mis órdenes. Yo me alarmé. - Eso no puede ser, le contesté, usted debe ponerse en sus cabales. - Ya no hay tiempo, me contestó. - Sé que si abdico me van a matar y si me quedo también lo harán. Pero vaya a hablar conmigo en la casa de Tomás Moro, porque quiero seguir conversando. Desgraciadamente, y a pesar de estar preocupado, no fui, lo cual me remuerde la conciencia. Debía haber ido, quizás si todavía podrían haberse tomado algunas medidas. Esa era la situación de Allende."

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EL DIALOGO FALLIDO Ante la urgencia, el 16 de julio, la Iglesia Católica, encabezada por el cardenal, solicita a los bandos institucionales en pugna "que den los pasos necesarios para crear las condiciones para un diálogo que haga posible un entendimiento." Pese a la resistencia que ofrecen algunos partidos de la U.P, especialmente el Socialista,

Allende acepta dialogar con el principal partido, la Democracia Cristiana -para buscar coincidencias de enfoque en los problemas nacionales." La D.C. acepta. La noche del 27 es asesinado por un comando derechista, el edecán naval del Presidente, Arturo Araya. Esa misma madrugada se desata una nueva huelga de camioneros. A la que, a los días siguientes, se sumarán los comerciantes, los profesionales, los empresarios y otros muchos gremios, y que sólo concluye el día del golpe de Estado. Durante los cuarenta días de esta huelga general se sucedieron más de 200 atentados dinamiteros que afectaron a torres eléctricas, gasoductos y líneas férreas en todo el país. El 30 de julio, luego de dos rondas de conversaciones, se da por fracasado el diálogo. En una carta al presidente de la D.C.. Patricio Aylwin, Allende escribe; "No deseo dramatizar, pero tengo el deber de recordarle las trascendentales responsabilidades que usted y yo tenemos, en los difíciles instantes que vive el país y las proyecciones históricas de nuestras decisiones. Por ello y por el interés supremo de Chile, debemos continuar en nuestras conversaciones. (49) A comienzos de agosto, frente a la paralización y violencia que sufre el país, el Presidente Allende llama a integrarse a su gabinete de "Seguridad Nacional" a los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y al director de Carabineros. Diez días después tres de los generales renuncian, manteniéndose sólo el del Ejército, Carlos Prats. El 21, un numeroso grupo de señoras de generales se congregan frente a su casa arrojándole plumas y gritándole traidor, acto que finaliza con la entrega de una carta pidiéndole su renuncia. Al día siguiente, Prats somete su puesto a votación en el consejo de generales, donde pierde por amplia mayoría. Su abdicación, según él, fue para impedir una división en el Ejército. "Allende, siguiendo la recomendación de Prats y respetando la prelación nombró comandante en Jefe a Augusto Pinochet. convencido de que este haría una depuración en el alto mando, para sacar a los "golpistas". Pero los días pasaron y la depuración no llegó." (50)

Los hechos se suceden vertiginosamente. La Cámara de Diputados, el 22 de agosto de 1973, por 81 votos contra 47, aprueba un acuerdo donde acusa al Presidente de violar la Constitución. Este hecho significó para los golpistas la bendición final para dar el golpe de Estado. Bernardo Leighton, entrevistado un año después dirá: "He cometido muchos errores en mi vida, pero el haberme sometido a la mayoría de mi partido y entregado mi voto sin expresar mi disidencia, me pesa enormemente. porque a pesar de todos los errores de la administración de Allende, fue un gobierno democrático."

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La última entrevista que Clotario entrega a la opinión pública pocos meses antes del golpe militar, es de la revista Qué Pasa del 30 de mayo de 1973. Estos son los fragmentos más interesantes: "-¿Cuál cree usted es la causa del mal que nos aqueja? -Los males son muchos, pero quizás el más importante es el del control de la inflación, de la cual se ha aprovechado la derecha. Si este proceso hubiese estado manejado por los trabajadores con un equipo de técnicos, se hubiesen sentido responsables de él, y las huelgas no hubiesen sido tan numerosas ni estallado con tanta facilidad. -¿Qué otros males podría mencionar? -El de la utilización de los medios de comunicación en la forma en que lo hace tanto la derecha, como la izquierda. Comprendo que Allende no quiera atacar la libertad de prensa si es un demócrata, pero la forma en que se miente sobre la vida privada es vergonzoso y soez. Eso es simplemente libertinaje que enardece y ciega. Me temo que esto nos arrastrará a consecuencias impredecibles. -¿Qué opina de los dirigentes políticos? -Son irresponsables. Echan a pelear a los jóvenes a la calle en un gesto de inconsciencia extrema. Que salgan ellos a la calle como lo hacíamos nosotros, arriesgando nuestro propio pellejo.

-¿Cree compatible marxismo y cristianismo? -Creo que el marxismo es una teoría socio-económica y no una filosofía. Cuando Marx comienza a filosofar la embarra. El cristianismo es una vivencia, una fe, una doctrina social. Sin embargo, creo que ambas se complementan." EL CERCO SE CIERRA Los golpistas tenían claro que si el pueblo se defendía con las armas, se declararía una guerra civil de características impredecibles. Para ellos lo esencial era desmantelar los posibles focos de resistencia, que se encontraban en las industrias, fábricas y fundos en los cuales se habían almacenado armas para evitar la caída del gobierno. Desde julio se empieza a aplicar con rigor la "ley de control de armas", que habían impulsado un año antes los senadores DC Juan de Dios Carmona y Juan Hamilton. Todos los lugares de posibles conflictos son allanados por las Fuerzas Armadas. En algunos casos, como el de la fábrica textil Sumar se producen enfrentamientos que dejan numerosos heridos. Poco a poco el mito de los obreros armados es sólo una ilusión. El país ofrece a fines de agosto una imagen de caos total. Los escolares y universitarios no asisten a clases por falta de locomoción. En cada esquina se aglomeran peatones desesperados por trasladarse de un lugar a otro. Clotario, ante la inminencia de un drama generalizado, decide ir a hablar con Arsenio Poupin, Ministro Secretario de gobierno, sobre el problema del transporte, le expresa: "Esta es un huelga ficticia, armada por la derecha económica, entregúeme este conflicto y yo me comprometo a solucionarlo en breve tiempo. Pero una vez más no me hicieron caso."

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Allende, durante esos mismos días decide construir un ministerio de su entera confianza, que dé garantías a todo el espectro político. Su primera intención es integrarlo con Fernando Castillo Velasco y Domingo Santa María, demócrata cristianos y con Carlos Briones, socialista. La directiva de la DC rechaza el beneplácito para sus dos militantes; los socialistas también tachan el

nombramiento de su afiliado, Carlos Briones, por no contar con la confianza de la tendencia de la directiva. Sin embargo, Briones acepta a título personal. Mientras Allende trata de contener por todos lados la crisis nacional, decide aclarar su relación con los partidos de su gobierno. Plantea así, a comienzos de septiembre, las siguientes proposiciones para que la U. P. se pronuncie: a) Conseguir un acuerdo con la DC, b) Formar un Gabinete de Seguridad Nacional con militares, c) Que le entreguen plenos poderes para tomar decisiones urgentes. Increíblemente la U.P. analizó durante tres días las propuestas y el 8 de septiembre entregó su respuesta: "No, a todo..." La presión para que el Presidente Allende abdique aumenta. Los parlamentarios demócrata cristianos resuelven, el 8 de setiembre, renunciar a sus cargos para así forzar a nuevas elecciones. Esa misma tarde, el general retirado Carlos Prats, según cuentan sus memorias Testimonio de un Soldado, le sugiere a Allende pida permiso constitucional por seis meses, para que la crisis la resuelva el Congreso. Al día siguiente, Altamirano agrava la situación a través de un discurso en el que reitera que hay que "avanzar sin transar". El 10 de septiembre tres partidos de la U.P.: Socialista, Mapu e Izquierda Cristiana, deciden separarse de la política oficial. "Decidimos dejar al Presidente Allende en libertad de acción para que él -sin ninguna presión- pudiese resolver la crisis." (53) En la tarde de ese último día de gobierno, Allende envía un mensaje a Aylwin, donde le anuncia que está dispuesto en un lapso de tres meses a promulgar la reforma de las tres áreas de la economía. La DC no acepta la oferta. Según su Ministro del Interior. Carlos Briones, esa noche, la última de su vida, Allende la dedicó a redactar un mensaje a la nación donde anunciaría, durante la inauguración de la estación televisiva de la Universidad Técnica, un plebiscito que tendría por objeto aclarar su futuro.

En palabras de Joan Garcés, asesor español y para muchos la eminencia gris del presidente Allende, éste le declaró: "El nueve de septiembre le informé al Comandante en Jefe Augusto Pinochet y al Inspector General Orlando Urbina que en las horas siguientes convocaría a un plebiscito. Los ojos de los generales se pusieron redondos como platos cuando supieron de mi intención". Según Garcés, "este llamado a plebiscito adelantó la fecha que los conjurados tenían fijada para la insurrección armada y motivó el definitivo apoyo de Pinochet al Golpe de Estado. Esta consulta popular de haber sido favorable al gobierno le habría permitido a Allende presentar una nueva constitución a la ciudadanía. Esto indica la visión de futuro que Allende tenía sobre el futuro de Chile hacia una República Democrática de Trabajadores". (54) Nunca sabremos si estas últimas determinaciones habrían logrado salvar el gobierno o sólo prolongar su agonía. Este socialismo en libertad tenía enemigos poderosos. Por una parte el gobierno norteamericano que a través del "Comité de los 40", presidido por Henry Kissinger, tenía como meta conducir al fracaso esta fórmula política. Por otra parte, el enemigo directo, la derecha económica y política del propio país. Para neutralizar ambas fuerzas secretamente coaligadas, los estrategas del gobierno de Allende pudieron haber programado un sutil, original y lento accionar que, por razones largas de explicar, no se produjo. La escuadra norteamericana, que desde la década de 1950 efectúa junto a la Armada chilena durante los meses de septiembre lo que se denomina la "Operación Unitas", esos días de 1973 permaneció en altamar, como un poder vigilante que encierra todo un símbolo. Muchos dirigentes políticos no alojaron esa noche del 10 de setiembre en sus casas, como medida de precaución. Otros directamente ligados a la asonada militar y que ya tenían asignadas sus tareas, se dirigieron a los lugares claves. El hombre común, se retiró a su hogar, algunos indiferentes, la mayoría

preocupados, pero ninguno imaginando que el día siguiente marcaría un cambio total en su destino. Clotario Blest, cuyo rechazo al mercado negro era público, pasó gran parte de esa tarde haciendo cola para conseguir su cuota de alimento, especialmente para darle de comer a su vieja sirviente inválida y al Momio, su perro, único amigo y compañero. Como de costumbre, se acostó temprano.

EN PLENA TIRANÍA "Es la peor época que ha vivido Chile, la más triste, la más sanguinaria, la más hipócrita y la más politiquera"

(1)

Han transcurrido siete años de dictadura. Estoy sentada, como hace un año, frente a Clotario. Hoy parece más cansado y viejo que otros días. Había olvidado que dentro de dos meses, mi amigo cumpliría 79 años. Sus ojos permanecen cerrados, su barba está descuidada. Me agradaría compartir un cigarrillo con él, o una taza de té o de café, pero con Clotario eso no se estila. Algunas veces suelo llegar con algo para comer juntos. Clotario me da unas "gracias" a secas y guarda celosamente los comestibles en la alacena. Quizás se le hace muy largo atravesar el inhóspito patio para llegar a lo que debe ser la cocina, tras unas tazas o platos. ¿Tendrá tazas? No sé como interrumpir el silencio. Hemos recorrido tanto camino juntos: su infancia y su juventud, sus luchas, triunfos y decepciones. Casi un siglo de historia. Repentinamente me clava la vista y golpea con fuerza la mesa. Comprendo que ha llegado el momento de hablar del presente: "¡Qué me perdone Cristo, pero no puedo resignarme a la actualidad de este país! A la Junta Militar y a sus sicarios no puedo tolerarlos ni perdonarlos. Han obrado

diabólicamente, porque han muerto a miles de seres humanos, quizás los mejores y en la forma más infame y eso no tiene perdón. Nunca Chile había pasado por una dictadura tan implacable y feroz como ésta. Ibáñez también fue un dictador, pero no se le puede comparar. No existieron fusilamientos masivos y clandestinos, no habían detenidos-desaparecidos, no se torturó a la gente. Y la tortura es peor que la muerte, pues se muere moralmente. -¿Usted se dio cuenta que venía un Golpe Militar? -Nunca me imaginé que vendría un golpe de esas características. Pensé en alguna intervención de tipo cívico militar, pero no lo que sucedió."

(2)

¿SE JUSTIFICABA UN GOLPE DE ESTADO? El jurista Hernán Montealegre es muy claro al analizar este punto: "Es necesario, ante todo, tener en cuenta que el 11 de septiembre de 1973 un Golpe Militar puso término a un gobierno constitucional. Las Fuerzas Armadas tomaron el poder, según expresa su declaración de principios de la fecha "para restaurar la institucionalidad quebrantada". Los militares, dieron el Golpe porque sentían que la institucionalidad se había quebrantado. ¿Pero que entendían por "quebrantamiento" de las instituciones democráticas? Aquí está la clave de toda la interpretación jurídica que aplicaron. Ciertamente, desde un punto de vista objetivo, las instituciones democráticas a la fecha no se habían agotado. Es efectivo que existía una situación de pugna entre los poderes del Estado, que la sociedad misma se encontraba en extremo polarizada ideológicamente y que la marcha de la economía había hecho crisis. Todo esto lo tenía presente el Presidente Allende cuando decidió la convocatoria de un plebiscito para el 13 de septiembre de 1973. Esta era la salida democrática y política a la crisis generalizada. Por otra parte, tampoco el Congreso había acusado constitucionalmente al Presidente, por lo que está doblemente claro que no existía el tal quebrantamiento institucional. Al revés,

habían claras salidas constitucionales pendientes. Las dos que se han mencionado: el plebiscito y la acusación constitucional, eran medidas extremas desde luego, pero estaban contempladas para situaciones límites como las que vivía Chile. Esto significaba claramente que la institucionalidad no estaba quebrantada, sino todo lo contrario. Quienes de verdad quebrantaron esta institucionalidad fueron precisamente las Fuerzas Armadas que no permitieron que la sociedad chilena resolviera su agudo problema por métodos democráticos, por tanto, lo de quebrantamiento de la institucionalidad no era más que un pretexto para dar un cruento Golpe de Estado que no tenía justificación. También resultó ser un mero pretexto la anunciada "restauración" de la democracia, porque lo que se instaló fue una dictadura que se aferró 17 años al poder y que bajo ropaje supuestamente democrático quiso prolongarse 8 años más. La restauración de la democracia consistía así, en el proyecto de implantar una dictadura por 25 años, la que el pueblo logró contener a los 17 años."

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MARTES, 11 DE SEPTIEMBRE A la una de la madrugada, Federico Willoughby recibió un llamado: "se soltó la lancha", clave que indicaba que la Armada se había sublevado. Una hora y media después el Ministro del Interior Carlos Briones y en seguida Carlos Altamirano, secretario general del Partido Socialista, le comunican al Presidente Allende que existen movimientos militares inusuales en que tropas de la provincia de Aconcagua se dirigían a Santiago. Orlando Letelier, Ministro de Defensa, recibe la misma noticia. Se contacta, entonces, con el general Hermán Brady, jefe de la guarnición de la capital, que le responde que no se preocupe, pues eso es habitual en vísperas de los desfiles militares del 18 de septiembre. A las 6:30 A.M., Alfredo Joignant, director de Investigaciones, le informa al Presidente que Valparaíso ha sido ocupado por tropas sublevadas de la marina. Allende le contesta: "Enseguida me voy a La Moneda". Se viste apresuradamente: una camiseta blanca de cuello subido, una chaqueta a cuadros, pantalones marengo y en el hombro se cuelga un fusil AKA, regalo de Fidel Castro.

Acompañado de sus GAP se dirige a toda velocidad a la sede de gobierno. Cuando llega a las 7:30 A.M. ve el edificio rodeado de tanquetas de carabineros leales. Poco a poco fueron llegando a La Moneda los médicos personales, algunos ministros y sus secretarios, periodistas, los edecanes. colaboradores, las dos hijas de Allende: Isabel y Beatriz, su secretaria privada, Miriam Contreras (la Payita) y los dos generales de Carabineros Sepúlveda y Urrutia. Mientras tanto, los golpistas llevaban a cabo la llamada "Operación Silencio", que consiste en allanar y acallar las radios adeptas a la Unidad Popular. Las únicas que desde las ocho de la mañana se mantienen en el aire son Radio Magallanes, propiedad del Partido Comunista, y la Sargento Candelaria, del MAPU. El primer bando militar, se difunde a las 8:30 A.M.. Informa: "Teniendo presente la crisis económica, social y moral que destruye al país; la incapacidad del gobierno para adoptar medidas que detengan el caos; el aumento de grupos armados y paramilitares que conducen a Chile a una guerra civil: las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran: que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile. Firman los comandantes en jefe, Augusto Pinochet (Ejército), José Toribio Merino (Armada), Gustavo Leigh (Fuerza Aérea), César Mendoza (Carabineros)." A este ultimátum, Allende responde desde el despacho presidencial: "Amigos míos...(ininteligible)...la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de radio Portales y Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron; soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino que se ha autodesignado, más el general Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno, que también se ha denominado director general de

Carabineros. Ante estos hechos, sólo cabe decir a los trabajadores: Yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengo la certeza que la semilla que entregáramos a las conciencias dignas de miles de miles de chilenos no podrá ser cegada definitivamente. Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos. El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerias y sus privilegios. Me dirijo a ustedes, sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios clasistas que defendieron también las ventajas de una sociedad capitalista. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición".(4) Dentro de La Moneda, Allende se ve muy seguro de sí mismo. Lleva puesto un casco. Los GAP y algunos detectives se distribuyen las pocas armas que hay. Las tanquetas, que hasta ese instante han custodiado el palacio gubernamental, se retiran. El general Sepúlveda, al mando, le expresa al Presidente que las tropas no le obedecen y sólo acatan órdenes radiales de los golpistas. Paralelamente, Allende es emplazado, advirtiéndole que un avión está a su disposición para sacarlo del país junto a su familia, y que si no se retira, La Moneda, será bombardeada por la Fuerza Aérea a las 11 A.M.. Clotario Blest al encender la radio a las 8 A.M. se da cuenta que existe un levantamiento militar. "-¿Qué hizo usted, don Clotario, cuando se dio cuenta del Golpe? - Al escuchar las noticias sospeché que algo grave sucedía y que mi deber era estar junto al Presidente dándole mi apoyo. Me dirigí entonces a pie a la casa de gobierno. Me crucé con mucha gente que apresuradamente regresaban a sus hogares y con patrullas militares por todos lados. Dos cuadras antes de llegar a mi

destino, un comerciante que bajaba la cortina de su negocio me dijo: Don Clotario, por favor escóndase aquí, pues más adelante lo van a matar. Yo continué mi marcha, pero casi frente a La Moneda una patrulla me atajó y me ordenó imperativamente regresar a mi casa."

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En La Moneda se responde al ataque exterior. Allende ha disparado varias veces, los GAP lo trasladan de una ventana a otra para que no presente un blanco fácil. En medio de los estampidos, el Presidente ordena que se quemen los documentos privados. Uno de sus edecanes, Badiola, llama desde el Ministerio de Defensa para informar que el bombardeo se ha diferido hasta el mediodía. El Presidente reúne a sus colaboradores incondicionales indicándoles que los libera de todo compromiso: "Los únicos que tienen la obligación de permanecer aquí son los miembros de mi escolta". Sólo unos pocos abandonan el edificio. En seguida, junta a las mujeres: sus dos hijas Beatriz e Isabel, Nancy de Barrios, las periodistas Modak, Tormo y Ahumada y su secretaria Miriam Contreras. Las mujeres se niegan a salir. Allende las persuade y las conduce hasta la puerta, despidiéndose de cada una con un abrazo. Miriam Contreras desobedece la orden y se escabulle hacia el interior de La Moneda. A las doce, aviones de guerra bombardean La Moneda, quedando prácticamente destruida por el ataque y el incendio que le sigue, arrojando un saldo de alrededor de diez muertos. Al alejarse los aviones, los militares lanzan por puertas y ventanas gases lacrimógenos. Los sobrevivientes semi ahogados comienzan a salir en una larga fila. Allende en dirección contraria pasa dándoles la mano a todos diciéndoles: "Compañeros, hay que rendirse, boten las armas. Les agradezco su presencia y solidaridad en esta hora." El Presidente ingresa al salón Independencia y se escucha por los que están próximos a la puerta: "Allende no se rinde milicos..." En seguida, detonaciones de una metralleta. El doctor Guijón, ahogado por las bombas lacrimógenas entra en busca de una máscara anti gases al salón y se enfrenta con una imagen dantesca: Allende sentado frente a su escritorio, el arma en una mano, sin cráneo de las cejas hacia

arriba. La masa encefálica ha volado. El doctor Guijón como un autómata le toma el pulso al cadáver y se queda sentado a su lado. Algunos rezagados al percatarse de lo sucedido gritan: ¡Murió el Presidente! El Intendente de Palacio, Enrique Huerta emite un ¡Viva Allende! La información de la muerte del Presidente, corre de boca en boca. La larga fila entona cada vez más fuerte la canción nacional y una voz anónima grita: "Allende no se morirá nunca" Las cuarenta o cincuenta personas rendidas, ven pasar a su lado a los bomberos con sus máscaras y mangueras y se enfrentan en seguida, con los militares que entraban, y a culatazos y con improperios los sacan de La Moneda. Simultáneamente se produce el ataque aéreo de la residencia particular de los presidentes de Chile y su posterior saqueo. Su esposa, Tencha, logra escapar ilesa y su chofer particular la traslada a la casa de un amigo. Horas más tarde el cadáver del Presidente es retirado de La Moneda por efectivos militares cubierto con un choapino boliviano. A las cinco de la tarde, la Jefatura de las Fuerzas Armadas, declara que la situación en el país está bajo control. Sólo quedan focos de resistencia aislados en algunos cordones industriales o poblaciones obreras. Al atardecer, todavía humeaban los restos de lo que había sido la casa de los presidentes de Chile. Según los estrategas militares, los bombardeos no eran necesarios, pero se hacía imprescindible aniquilar el símbolo de la democracia para que la nación comprendiera que una nueva autoridad se había impuesto. Años después, el general del aire y sucesor del miembro de la Junta Gustavo Leigh, Fernando Matthei, declararía: "Yo nunca habría bombardeado La Moneda." Clotario Blest, en su casa, siente poco antes de las seis de la tarde golpes en su puerta. Al abrir se enfrenta con una monja amiga, un cura y dos estudiantes. Le suplicaban que les diera albergue en su casa durante las 24 horas de restricción. La monja traía un bolso grande lleno de armas y granadas, que fueron las que Clotario enterró presuroso en el patio, como se narra en el capítulo de la "Toma de la Catedral".

La lluvia comienza a caer sobre Santiago. El toque de queda que ha empezado a las seis de la tarde, convierte a la capital en un gran desierto silencioso, sólo interrumpido por ráfagas de metralletas y el paso de camiones blindados que patrullan las calles. A las 22 horas en la Escuela Militar, jura el nuevo gobierno y gabinete. Una era de la historia de Chile ha terminado, una nueva etapa se inicia. BAJO LA BOTA DE LA DICTADURA Para consolidar su poder, la Junta Militar, presidida por Augusto Pinochet, toma como primera medida política la clausura del Congreso Nacional. Los partidos marxistas son declarados fuera de la ley y sus bienes son confiscados; los demás partidos, declarados en receso. Las municipalidades e intendencias son intervenidas. Sólo el Poder Judicial escapa a estas medidas. Muchos fueron los detenidos. Las cárceles y regimientos estaban saturados de prisioneros. En Santiago se abren dos campos de concentración: el Estadio Nacional y el Estadio Chile. A lo largo de todo el país se habilitaban nuevos centros de reclusión. Los principales dirigentes del gobierno depuesto son relegados a la isla Dawson; los jefes de los mandos medios, a la isla Quiriquina. La CUT es disuelta y su patrimonio arrebatado. Para los dictadores, Chile está en "Estado de Guerra", donde todo se justifica, aunque el enemigo permanezca invisible. "Se aplica la doctrina de "Seguridad Nacional" que fue el nombre que los militares dieron a su ideología que no fue defendida por lo que es. sino por lo que luchaba: una guerra permanente contra el marxismo. De ahí nace el concepto básico de enemigo interno. Esta doctrina desde mucho antes del Golpe, se había introducido en las Fuerzas Armadas chilenas, ideología que fue elaborada en Estados Unidos para América Latina y el Caribe, luego del triunfo de la Revolución Cubana."

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La Junta Militar declara

durante ese tiempo 200 muertos. La Iglesia eleva el número a 600, sin contar los numerosos detenidos-desaparecidos, más adelante se comprobará que fueron

muchos miles. Los que no han sido arrestados se esconden, mientras aguardan entrar a alguna embajada amiga como asilados, lo que varios logran como la familia del Presidente depuesto. "-Don Clotario, ¿no temió que después del Golpe lo detuvieran? -Recuerde que yo no ocupé ningún cargo durante la U.P.. Sentí además, desde el comienzo de este drama que mi deber era no esconderme ni asilarme, sino quedarme en Chile, ayudando a los perseguidos como pudiera y como lo manda Cristo. -¿Cambió su vida después del Golpe Militar? -Me hice una promesa al día siguiente: mientras durara esta tiranía no me cortaría más la barba. Los días domingo dejé de ir a misa, ocupé ese tiempo en visitar a los presos. Pienso que así cumplía mejor el Evangelio de Cristo, yendo a acompañar a estos pobres hombres y mujeres que habían padecido la tortura y el fracaso de sus ideales. Tomé además, debo confesarle, otra decisión que para mí fue la más difícil. No hablaría mal de ningún partido político derrotado. No hay que hacer leña del árbol caído, me dije."

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Pese a que Blest creía que no iba a ser detenido ni su casa allanada, el 24 de septiembre de 1973, siente a las tres de la tarde que le derriban la puerta de entrada y un fuerte contingente de uniformados lo agreden a golpes tirándolo a un rincón de la sala en que trabaja. "Me hicieron toda suerte de humillaciones, insistían en que yo tenía armas escondidas. Al no descubrir nada me robaron todo lo que pudieron: máquina de escribir, más de 500 libros, un mimeógrafo, un reloj de bolsillo, mi pensión de jubilado y hasta las camisas. Se retiraron después de dos horas, despidiéndose con toda clase de amenazas. No pudiendo reclamar de inmediato, "porque si hablai te cortamos el pescuezo", le escribí a la ANEF dándole cuenta de lo sucedido y el detalle de lo robado y esa nota la firmé ante notario. A pesar de eso nada apareció nunca. Por eso me he formado el más triste concepto de esa gente: además de asesinos esa gente es ladrona y mentirosa."

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El allanamiento descrito por Clotario Blest se repitió miles de veces a lo largo de todo Chile. Algunos, con menos suerte que Blest, fueron arrastrados a lugares desconocidos donde nunca más se supo de ellos. Durante esos primeros meses era usual formar grandes piras con toda clase de libros, la lectura fue considerada un enemigo más. También la xenofobia fue desatada contra cualquiera que tuviera un acento peculiar, especialmente latinoamericano: argentinos, brasileños, uruguayos, centroamericanos que habían escogido a Chile como tierra de asilo y que sí eran detectados, eran detenidos o muertos rápidamente. Los jóvenes afeitaron sus barbas y se cortaron sus melenas. A las mujeres, especialmente las colegialas, se les prohibió los pantalones y las mini faldas. La ciudadanía debía retornar a las costumbres propias de un país en orden y tradición. Estas últimas medidas que recordaban demasiado una era nazi, no tan lejana, fueron tan criticadas en el extranjero que la dictadura debió abolirlas. En el aspecto económico el diagnóstico del fracaso del gobierno anterior es unánime. La situación financiera era caótica: déficit fiscal superior a los 148 millones de escudos; déficit de las empresas social y mixta, 176 millones de escudos: incremento de más de 800 millones de dólares en la deuda externa y pérdidas por 290 millones de dólares por reservas. Durante los últimos tres años se produjo una baja generalizada de la producción industrial y agrícola y sólo había 41 millones de dólares disponibles el 11 de septiembre de 1973. Con asombro, desde el 14 de septiembre, en que el comercio reabre sus puertas, aparecen en venta todos los productos que se consideraban no existentes en Chile. Ahora cualquier ciudadano podía comprar lo que se le antojara, sólo que las mercancías habían triplicado su valor. El país emprende un período de ajuste económico. Se renegocia la deuda externa, se llega a un acuerdo con las grandes compañías del cobre para cancelar la deuda externa pendiente por la nacionalización, se comienza con una política restrictiva frente al gasto público, generando una alta tasa de desocupación y se inicia finalmente el proceso de privatización. De igual forma se toman las primeras

medidas para el cambio de estructura económica. Se pasa de una economía cerrada con precios fijos y bastante planificación, a otra abierta al comercio exterior con libertad de precios y regida por el mercado. A partir de entonces sólo será conveniente fomentar aquellas áreas que puedan competir con los precios internacionales. El gobierno militar insiste en que debe trabajarse con ahínco para la recuperación del país. Los partidarios del golpe donan sus joyas para la reconstrucción nacional. El Ministro del Interior, General Oscar Bonilla, semanas después, explica las razones de la toma del poder: "Muchos preguntan por qué las Fuerzas Armadas, tan respetuosas del poder civil y de la Constitución, y orgullosas de ser consideradas un ejemplo en el mundo, han cambiado esta línea de conducta. La respuesta es una sola: la situación . por la que atravesaba el país: un poder Ejecutivo que había excedido todas sus esferas de acción. Y en este panorama llegó el 11 de septiembre. El día en que las Fuerzas Armadas y Carabineros no soportaron más y asumieron el mando supremo del país. Buscamos siempre encontrar la fórmula para que fuera el poder civil el que resolviera la situación. Desgraciadamente, no ocurrió así. La Junta de Gobierno ha reiterado su deseo de no eternizarse en el poder. Sólo queremos que la nación vuelva a la normalidad, que se termine el odio, queremos llevar al país al resurgimiento económico, social y moral. Estas son nuestras metas; una vez cumplidas, con el apoyo de este noble pueblo chileno, el poder volverá a la autoridad civil. A los militares no nos gusta el poder." (9) Esta declaración del gobierno militar trataba de neutralizar un documento que circulaba clandestinamente en el interior del país y profusamente en el exterior, del 13 de septiembre, suscrito por 15 altas personalidades de la Democracia Cristiana encabezadas por Bernardo Leighton, Radomiro Tomic, Ignacio Palma y Renán Fuentealba (10). En su primera parte expresaba: "Condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente constitucional de Chile, Salvador Allende... Reiteramos nuestra convicción profunda de que dentro de los cauces democráticos habríamos podido evitar la implantación de un régimen totalitario, sin

necesidad de pagar el costo de vidas y los excesos en las soluciones de fuerza." En otra parte del documento exigían a la Junta Militar "la restitución del poder a la voluntad popular y el respeto a las libertades públicas..." Concluía: "Asumimos la responsabilidad de proseguir la lucha por los principios de la Democracia Cristiana y por la restitución de la democracia chilena..."

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Sin embargo, la dirección del Partido Demócrata Cristiano de ese período, presidida por Patricio Aylwin, expone la posición oficial del partido: "Los hechos que vive Chile son consecuencia del desastre económico, el caos institucional, la violencia armada y la crisis moral a que el gobierno depuesto condujo al país..." "Las Fuerzas Armadas y de Carabineros no buscaron el poder..." "Ellas han asumido para evitar los graves peligros de destrucción y totalitarismo que amenazaban a la nación chilena; devolverán el poder al pueblo para que libre y soberanamente decida el destino patrio..." "La Junta Militar interpreta el sentimiento general y merece la colaboración patriótica de todos los sectores..." (12) Semanas después, la Junta Militar recibía al Partido Demócrata Cristiano en la sede de gobierno. La finalidad de ese encuentro era de parte de la D.C. plantear la necesidad de que el receso político durara poco. Ante la queja, expresada por Pinochet, por la "Declaración de los 15", Aylwin asevera que "las opiniones de sus camaradas sólo son personales". Pero finalmente, lo que dio el espaldarazo a la dictadura fue la larga carta que envió Eduardo Frei al Presidente de la Unión Mundial de la Democracia Cristiana, Mariano Rumor, en que justifica el Golpe Militar y donde acota textualmente: "...es necesario que el país salga del caos, y en consecuencia, que el gobierno actual tenga éxito..." -"Don Clotario, ¿cuál es su opinión sobre la posición de la Democracia Cristiana después del Golpe?

-La "Declaración de los 15" demuestra que no todos los demócratas cristianos fueron partidarios del Golpe, de lo cual me alegré mucho. Desgraciadamente, pienso que la directiva del partido lo era. Si bien los desacuerdos entre la UP. y la DC se fueron acrecentando durante los años anteriores y que el descontento de sus numerosos militantes de la clase media ejercían una gran presión, no puedo explicarme la ceguera de parte de la directiva sobre lo que significaba avalar el drama de este Golpe de Estado. -¿Y cómo analiza usted la posición de Eduardo Frei? -Eso es todavía más grave. Frei, como Presidente del Senado debiera haber exigido el mando de la nación que le correspondía legalmente después de la muerte del Presidente Allende. El no haberlo hecho significó entregar en bandeja el país a los militares. -¿A qué atribuye esto? -Creo que dentro de la trayectoria política de Eduardo Frei afloraron dos personalidades diferentes. Antes de asumir la Presidencia de la República su conducta fue la de un gran humanista, cristiano y progresista. La llegada a las alturas lo transformó en otro hombre, prepotente y alejado de los sufrimientos del pueblo. Durante la UP actuó con excesivo resentimiento y sin ninguna visión política. Se rodeó además de aduladores que lo convencieron que el Golpe era necesario y que él a corto plazo recibiría el gobierno de parte de las Fuerzas Armadas. Sus ex-ministros de Defensa, Sergio Ossa y Juan de Dios Carmona, sirvieron de emisarios a través del General Arellano Starck entre los generales golpistas y él. Por esto creo que sabía claramente que venía la ruptura democrática. Eso explica sus declaraciones al exterior tratando de justificar lo injustificable. -Pero después de un tiempo ¿era posible no darse cuenta que la dictadura permanecería en el poder?

-Cuando se peca por soberbia es difícil aceptar haber errado. A Frei el afán de poder y su anticomunismo enfermizo no le permitieron actuar como el gran político que esperábamos todos. El camino que conduce al bien no es cómodo. Es un desafío al hombre, pero quedarse tranquilamente encerrado en sí mismo no libera. Debe haber sufrido mucho durante su larga agonía."

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Algunos dirigentes sindicales son muertos, otros, detenidos y la mayoría pierden sus fuentes de trabajo. Entre los sindicalistas que quedan hay bastante desconcierto, algunos de ellos inicialmente apoyan al gobierno en los días inmediatos y aún sirven de testigos a la dictadura en las comisiones investigadoras de la OIT. Los que colaboran son: Rigoberto Díaz, Ernesto Vogel, Tucapel Jiménez, Eduardo Ríos, Federico Mujica, entre otros. Pasado un tiempo confesarán ingenuidad política, presiones, y otros declararán que prestaron su colaboración al gobierno militar por el sectarismo de la Unidad Popular. En una ponencia que presentó en un seminario universitario el ex Ministro del Trabajo de la administración del presidente Eduardo Frei, William Thayer Arteaga, expone: "Fue evidente por la composición de las misiones oficiales y extraoficiales al extranjero y por la calidad de los que aceptaron altos puestos administrativos o diplomáticos; por la carta del ex presidente Frei a Mariano Rumor; por la concurrencia de dirigentes sindicales a la OIT en 1974; por la publicación de libros como los de Genaro Arriagada, Hernán Millas y Emilio Filippi y por muchos otros antecedentes, que el respaldo en Chile al gobierno de la Junta Militar fue inicialmente casi universal, salvo en las fuerzas que sustentaban la Unidad Popular..." "Muchos creyeron, sin mayor análisis, que la Junta Militar podía durar pocos días o meses, al cabo de los cuales entregaría el poder a las fuerzas políticos-civiles" "Una alternativa en que algunos pensaban era que Eduardo Frei, presidente del Senado, asumiera como vice presidente..." "Recuerdo haberle oído al ex presidente Frei que el pensaba inevitable por lo menos tres años de dictadura militar antes de que el país estuviera en condiciones de reasumir la democracia. Justo es decir que correspondió aproximadamente al tiempo en que

Frei se mantuvo prácticamente en silencio, antes de asumir una posición progresiva y públicamente adversa al gobierno de Pinochet"

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Este análisis de un importante militante democratacristiano y desde el Golpe Militar, asesor de la dictadura, coincide con Clotario Blest en su apreciación sobre la conducta de Eduardo Frei, y de varios dirigente, sindicales y muchos otros políticos que, años después, tomarán una posición contraria al gobierno militar. La dictadura emite tres decretos que producen la definitiva fragmentación del movimiento sindical: el 32, que modifica la ley de inamovilidad; el 198, que prohíbe las elecciones sindicales; y el 670, que congela la negociación colectiva sin participación efectiva de las bases. La Iglesia Católica fue la primera en Chile en emitir una declaración en contra del estado imperante. En síntesis declara: "Nos duele inmensamente y nos oprime la sangre que ha enrojecido nuestras calles, nuestras poblaciones y nuestras fábricas...Pedimos respeto por los caídos en la lucha...Pedimos moderación frente a los vencidos...Confiamos que los adelantos logrados por la clase obrera y campesina no serán desconocidos..." (15) Concluye con un llamado a la cordura que permita que Chile pueda volver muy pronto a la normalidad constitucional. Era el día 15 de septiembre. El 18, a pesar de la renuencia de muchos sacerdotes, que veían la realización del tradicional Te Deum, como una ceremonia que legitimaría el Golpe Militar, el Cardenal decide efectuarla, usando túnica púrpura en señal de duelo y transformar su homilía en una oración por la patria. Asisten los ex presidentes Alessandri, González Videla y Frei. Este último se retira sin haber saludado a los miembros de la Junta Militar. A fines de septiembre, tanto el Cardenal Raúl Silva Henríquez como Blest, visitan el Estadio Nacional. Para ambos el espectáculo de los detenidos apilados en estrechas celdas, algunos heridos y torturados, otros a la intemperie en las graderías del estadio, todos sin comida ni frazadas y custodiados por tropas militares y perros, les causa un impacto doloroso. Al Cardenal se le permitió hablar con algunos prisioneros. Clotario sólo pudo desde lejos sentir el dolor y la

desesperación de los cautivos. De ahí para adelante la misión del Cardenal se entrecruzará varias veces con la de Blest. Para ambos la lucha por los Derechos Humanos será su preocupación esencial. El Cardenal formará el Comité por la Paz, de carácter ecuménico en que todos los credos religiosos ofrecerán su cooperación concerniente a la asistencia jurídica, médica y alimentaria a los perseguidos. Clotario Blest, desde el comienzo, junto a varios de sus amigos, entregará su ayuda y experiencia al Comité, conservando simultáneamente la dirección del CODEHS (Comité de los Derechos Humanos), que sin ser oficialmente público, presta servicio, asilando o escondiendo a los fugitivos. Diez días después del golpe, el 21 de septiembre, fallece el insigne vate, Pablo Neruda. La noticia recorre el orbe: "El gran poeta no logra sobrevivir el drama de Chile". Aunque para la dictadura la muerte del artista -que tantas veces había vociferado contra la injusticia- significaba un enemigo menos, ella debía ahora encarar un funeral con asistencia de embajadores e ilustres personalidades extranjeras y no podía -como en el caso de Allende- ordenar un entierro clandestino. El nuevo gobierno estaba obligado a dar una imagen respetable. Se produce, entonces, la paradoja de que por un lado se decretan tres días de duelo nacional y, por otra parte, la casa del poeta, "La Chascona", es intencionalmente inundada y los asistentes al velatorio deben, para acercarse a su ataúd, entrar a una casa con puertas y ventanas destruidas y sortear el agua en que flotan los objetos más preciados del premio Nobel. Continua el desconcierto: se permite la asistencia de la multitud que acompaña al féretro, encabezada por su viuda Matilde Urrutia, los ex parlamentarios Tomic y Leighton, el sindicalista Clotario Blest, embajadores y emisarios extranjeros, pero la masa que desfila a lo largo de la Avenida La Paz está rodeada por fuerzas policiales armadas. Uno que otro grito interrumpe, sin embargo el silencio: "Se siente, se siente, Allende está presente", "Neruda, Neruda, el pueblo te saluda". Por primera vez, después de la sangrienta semana, los derrotados sienten que, pese a todo, todavía existen, me comentó Juvencio Valle, escritor y amigo personal de Neruda.

En diciembre, en vísperas de Navidad, Blest envía una carta personal a la Conferencia Episcopal y al ex Presidente Jorge Alessandri rogándoles que intercedan ante el General Pinochet, Presidente de la Junta, por la liberación de los presos políticos, a través de un decreto de amnistía. Aunque ambos destinatarios aseguraron a Clotario que habían cumplido su encargo, Blest nunca recibió respuesta de parte del gobierno militar. LOS AÑOS DE LA DINA La DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), fue creada en diciembre de 1973 y oficializada en junio de 1974. Se trataba de un organismo que aglutinaba en sus filas a miembros de los servicios secretos, de las cuatro ramas de las Fuerzas Armadas. Para la dictadura, su existencia fue explicada como "un medio eficaz para imponer y luego preservar la tranquilidad interna". Para la comisión "Verdad y Reconciliación" (16) fue el brazo ejecutor del terrorismo de estado. Su jefe, el general Manuel Contreras Sepúlveda, sólo recibía órdenes del General Augusto Pinochet. Sus medios económicos eran incalculables y su poder llegó a ser tan inmenso y secretos sus actos y tanta la impotencia y miedo de los jueces para sancionarla, que logró sembrar el terror en el país y aún en el exterior. A la DINA se le atribuyen los asesinatos del General Prats en Buenos Aires y el de Orlando Letelier en Washington, más el fallido atentado en Roma, que dejó malheridos al ex vicepresidente Bernardo Leighton y señora. Dentro de Chile sus crímenes son incontables. Fue disuelta en agosto de 1977, al descubrirse en Estados Unidos su participación en el crimen de Letelier. Durante esos años, Clotario dio refugio temporal en su casa a los miristas Miguel Enríquez y Hernán Aguiló; a los trostkistas Humberto Valenzuela y Carlos Sotomayor; a varios sacerdotes, entre otros a Rafael Maroto, y a numerosos exiliados latinoamericanos. -¿"Cómo fue su vida en esos años don Clotario?

-Comprendí que en esos momentos lo más importante era salvar vidas; los clandestinos sabían que fueran lo que fueran sus militancias, las puertas de mi casa permanecerían abiertas. A los que se desistieron en continuar la lucha en Chile los ayudé a asilarse en diferentes embajadas. -¿Tenía usted alguna influencia en las embajadas para lograr esos propósitos? -Las embajadas sabían quien era yo. A veces sólo bastaba una llamada telefónica para lograr los objetivos. Me hice especialmente amigo de Roberto Kozack del CIME (Comité Intergubernamental de Emigraciones Europeas) y gracias a su intervención logré sacar del país a muchos. -Usted también dirigió el CODEHS, ¿cómo funcionaba? -En mi casa y clandestinamente. Contaba con varios asesores voluntarios: Rosa Rubilar. Patricio Orellana, Luis Geldres, Oscar Ortiz, Angélica Cimbel y la asesoría de los abogados Eduardo Long, Raúl Elgueta, Jorge Barría y otros, cuya dedicación a la causa de los Derechos Humanos no era remunerada. Ver a toda esta gente, pese a los peligros que ofrecía y con ocho a doce horas diarias de trabajo, dedicadas a ese ideal, era para mí estimulante. Nos juntábamos a las 8 A.M. evaluando los casos y tareas urgentes. Algunos partían enseguida a la cárcel, a embajadas y al Comité por la Paz. Los más arriesgados y de más confianza ayudaban a trasladar a otros alojamientos a los clandestinos o servían de enlace entre ellos. Las tardes las dedicábamos a escribir un informe sobre violaciones a los Derechos Humanos. Semanalmente lo transformábamos en un boletín. Al comienzo sólo entregábamos información de la región metropolitana, más adelante lo hicimos extensivo a provincias". En un documento de FASIC, Violaciones a los Derechos Humanos e Información, se menciona: "En este período empiezan a aparecer informes confidenciales que entregaba CODEHS, presidido por el antiguo líder y patriarca del movimiento sindical chileno, Clotario Blest. Publicaba un informe mensual que se reproducía en veinte o treinta ejemplares, una docena de los cuales era enviado al exterior.

Esta información tenía un carácter artesanal, pero era exacta. Paradojalmente, el grupo que preparaba el informe nunca fue identificado por la DINA y sus miembros no sufrieron persecuciones directas."

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Aunque el boletín del CODEHS no fue detectado por la DINA, la casa de Clotario era allanada periódicamente. Lo que parece irritaba a la DINA eran los escritos, que según la coyuntura, aparecían pegados en las ventanas que daban a la calle. Algunos de ellos que acompañaban a la Declaración de Derechos Humanos expresaban: "Si durante el Toque de Queda secuestran a chilenos ¿quiénes son los que circulan a esas horas?";"Hoy, 11 de septiembre, día de duelo nacional por las miles de victimas";" 1º de mayo fecha histórica de los trabajadores y no de fiesta con el tirano en el Diego Portales":"21 de diciembre, conmemoración de la masacre de Santa María, donde los "heroicos soldados chilenos" asesinan a más de tres mil obreros": "No cabe duda que Tucapel fue mandado a asesinar por el tirano por miedo a la unidad". Manos anónimas agregan inscripciones transformándose el frontis de su casa en un verdadero diario mural. Los allanamientos tenían por objeto destruir los carteles y amenazar a Blest con castigos drásticos, entre otros, con la expulsión del país, que para Clotario era la peor sanción. Sin embargo, al otro día, las ventanas volvían a aparecer con nuevas consignas y emplazamientos. En vísperas del 1º de mayo de 1974. el Cardenal Silva Henríquez forma la Vicaría Pastoral Obrera que dirigirá el sacerdote Alfonso Baeza. La Fiesta del Trabajo de ese año se celebra en la catedral. bajo el lema "José el carpintero". Algunos dirigentes sindicales, rompiendo el cerco policial que rodeaba el templo, asisten al acto litúrgico. Entre otros recordamos a: Héctor Cuevas de la Construcción. comunista: Alamiro Guzmán de la Federación Minera, comunista: Manuel Jiménez, del Cuero y Calzado, socialista: Teresa Carvajal por los Pensionados, comunista: el radical Edmundo Lillo por la Federación de Empleados del Comercio: y los ex dirigentes Ernesto Miranda. Lino Morales y Clotario Blest. A

esta ceremonia no concurrieron más de sesenta personas, varios de ellos leyeron pasajes bíblicos, mientras la homilía estuvo a cargo del presbítero Alfonso Baeza. Al retirarse se escucharon gritos anónimos en contra de la dictadura, los que desataron la represión. Paralelamente y a la misma hora, la Junta de Gobierno, conmemoraba esta fecha en el edificio, ahora nominado Diego Portales. como lo haría cada año hasta el final de la dictadura. Los únicos oradores fueron: el General Pinochet y el Presidente de la CUT provincial de Santiago. Manuel Rodríguez, demócrata cristiano. Destacaba entre la asistencia, Tucapel Jiménez. Eduardo Ríos. Federico Mujica y Ernesto Vögel. entre los cuatro mil asistentes. Para el Día Internacional del Trabajo del año siguiente, algunos sindicatos deciden conmemorar esa fecha en la sede de la Federación de la Construcción, con todos los riesgos que ese lugar significa. Sólo hicieron uso de la palabra Héctor Cuevas y Clotario Blest. En 1976, el 1º de mayo se celebró en el sindicato Pizarreño. Para esa ocasión fueron invitados sindicalistas extranjeros. Cerró el acto Blest. En la asamblea del 1º de mayo de 1977 -que se efectuó nuevamente en el sindicato de la construcción, pero ahora en una sala pequeña para el numeroso público asistente- se determina constituir una comisión organizadora que tenga como finalidad preparar un 1º de mayo combatiente y callejero para 1978. Clotario es elegido coordinador general de esa comisión, de la cual forman parte cuarenta personas de diferentes tendencias políticas y estudiantes. El marco socioeconómico-político permitía creer que dentro del régimen -igualmente dictatorial y represivo - las frustraciones de un sector de la sociedad, coronaría con éxito este llamado masivo y público. A comienzos de 1975 tres hechos reflejan un grave problema económico: el precio del cobre cae abruptamente, el ritmo inflacionario sigue alto y hay un aumento vertiginoso de la tasa de desempleo, producto de la reducción del personal en el

sector público. Se produce entonces un déficit en la balanza de pagos, lo que obliga a tomar medidas drásticas. En abril jura como Ministro de Hacienda Jorge Cauas, que recibe facultades extraordinarias y está encargado de preparar, en un plazo de diez años, un plan de recuperación económica. El equipo queda constituido por Sergio de Castro, Ministro de Economía, Pablo Barahona, Presidente del Banco Central y Roberto Kelly, Ministro de Odeplan. Con estos auto denominados "técnicos" se inicia la era de los "Chicago Boys", que marcarían la economía neo liberal inspirada por el profesor norteamericano Milton Friedman. La aplicación de esta receta es la política de "shock", que pone freno al gasto público para bajar en forma rápida la inflación y que establece una escala arancelaria para la apertura a los mercados externos. Esto significa una avalancha de productos importados que sustituyen con rapidez a los nacionales. En 1976 se reanuda el pago de la deuda externa. El año 1977 marca la recuperación y crecimiento de la economía chilena. A fines de ese año, por presiones de la DINA, la Iglesia Católica se ve en la obligación de disolver el Comité pro Paz. El cardenal decide inmediatamente formar otra organización similar, bajo su directa tuición en las dependencias de la catedral, la Vicaría de la Solidaridad. La vicaría prestaría servicios impagables a todos los perseguidos, contando para ello con departamentos jurídicos, de asistencia social y médica. Sus archivos fueron los que sirvieron, principalmente, de base para la futura Comisión Verdad y Reconciliación. Donde la represión se mostró implacable fue en las regiones campesinas. Muchos de los comprometidos con la Reforma Agraria fueron asesinados y donde se habían instituido asentamientos y Centros de Reforma Agraria, sus integrantes fueron detenidos y de algunos nunca más se supo. Esto aconteció con humildes campesinos de Paine, Lonquén y Valdivia, entre otros lugares. Desde 1974 la dictadura comienza a devolver las tierras a los propietarios antiguos.

El Ministerio del Trabajo, desde el año 1976 es asumido por los llamados "sectores duros" que encabeza el Ministro Sergio Fernández, sustituyendo al General de Aviación, Nicanor Díaz Estrada, que había demostrado interés por fortalecer la tendencia cooperativista entre los trabajadores. Esta tendencia alcanzó a elaborar un ante proyecto del Código del Trabajo, de Previsión y de la Empresa. Fernández inmediatamente archiva este proyecto, lo que provoca el distanciamiento de Tucapel Jiménez, Eduardo Ríos y Federico Mujica del gobierno militar y la posterior formación del "Grupo de los Diez", que sin ser francamente opositor, deja de defender la política laboral reinante. PENSADORES Y CREADORES, CIUDADANOS SIN ESPACIO Sin duda para el régimen dictatorial, había que destruir a corto plazo no sólo los ámbitos políticos partidistas, sino también los espacios de libertad y crítica que significaban las universidades y todo quehacer artístico. Aún las formas de enfrentar el amor y la fraternidad expresadas en atuendos peculiares, propios de una época innovadora, fueron aplastados. La universidad, centro de crítica y análisis, intranquilizaba al nuevo orden. A las pocas semanas del Golpe las universidades a lo largo de todo Chile fueron intervenidas. Sus rectores, destituidos y encarcelados. Su reemplazo en la dirección por miembros de las Fuerzas Armadas destruyó su tradicional autonomía. La purga se extendió a profesores y estudiantes. Las únicas universidades que podían haberse defendido de este golpe eran las llamadas "Católicas", sin embargo también fueron intervenidas y el poder de la derecha totalitaria se hizo presente, destituyendo a sus rectores y persiguiendo a profesores, estudiantes y personal administrativo. El Cardenal Raúl Silva Henríquez ostentaba el cargo de Gran Canciller de la Universidad Católica de Chile. Desgraciadamente el Cardenal, que contaba con el apoyo del Vaticano, no se atrevió a hacer frente a esa medida, demostrando una debilidad y un temor que no tuvo en otras circunstancias.

Los focos de formación artística, claramente izquierdistas como eran Bellas Artes y el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH), fueron aniquilados y sus artistas perseguidos. De las librerías y bibliotecas fue retirada la literatura considerada progresista. Se dio la paradoja que hasta la poesía del Nobel de Literatura, Pablo Neruda, fuera considerada subversiva. La editorial Quimantú y los estudios de Chile Films fueron quemados con todo su patrimonio. Los pocos grupos teatrales que escaparon a esta inquisición pasaron a ser estrictamente vigilados y sus espectáculos sólo autorizados después de una odiosa censura. Víctor Jara, el popular cantautor fue asesinado en el Estadio Chile, Los Jaivas fueron detenidos y posteriormente expulsados del país, los Quilapayún e Inti Illimani, que casualmente estaban fuera de Chile, se les impidió el reingreso, viéndose obligados a vivir en el extranjero. Dejaron de ofrecer sus conciertos los cantantes Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez, Piero y Silvio Rodríguez, que por sus mensajes fueron acusados de rememorar anhelos y situaciones anteriores. Sus canciones, como la de muchos otros, dejaron de escucharse en radios y televisión. Al cine se le impusieron las mismas reglas. Sólo películas sin ningún contenido social y político fueron autorizadas. La mediocre teleserie "Simplemente María" pasó a ser el opio de una masa silenciosa y sobrecogida. La televisión, antes en manos de universidades renovadas, como el canal 9 y el 13, pasaron a ser, junto al canal estatal, el principal medio propagandístico del régimen militar. La educación primaria y secundaria también sufrió cambios. Durante los primeros años de la dictadura se prohibió en el ramo de Historia profundizar toda época denominada "Revolución" (Francesa, Rusa o Industrial). En literatura varios autores fueron objetados. Entre ellos, Cortázar y el Premio Nobel Gabriel García Márquez. En las escuelas, liceos y colegios particulares se iniciaba el día de estudios con los alumnos formados escuchando la Canción Nacional mientras se izaba la bandera patria. En el patio cantaban la Canción Nacional a la cual se exigió se incluyera aquella estrofa relativa a "los valientes soldados..." Hasta la vida nocturna tan bullente en años anteriores dejó de existir, pues el toque de queda no permitía transeúntes después de la medianoche. Tampoco

dentro de los hogares un cumpleaños o fiesta de bodas podía llevarse a cabo sin permiso policial. La libertad de que gozaba la juventud, alejada de restricciones religiosas y tradicionales, fue considerada una gravísima transgresión, culpable de la "degeneración" propia del régimen anterior. Los chilenos de esos años sólo preocupados de sobrevivir fueron, poco a poco, aceptando como normal este panorama gris, impuesto por el gobierno. El nuevo modelo económico trascendía a lo cultural. El pueblo y la juventud en especial, estaban inundados por exóticos y baratos productos de Taiwán que se transformarían en padrones de éxito, fáciles de lograr. ¿Y dónde están los entusiastas seguidores de Salvador Allende? ¿Y dónde están los militantes que se jugaban la vida por mantener vigente la revolución en democracia? En esa época, se supo que el MIR, como grupo político, fue el único que tomó una decisión clara de acuerdo al momento histórico que se vivía, optando por crear la resistencia dentro del país. A todos sus miembros se les dio la orden de no asilarse, lo que a la larga significó la muerte de casi todos sus dirigentes. Para los demás partidos integrantes de la Unidad Popular, no existieron órdenes precisas de las cúpulas a los militantes. Cada cual eligió su propio comportamiento. Por ejemplo, Víctor Jara, el cantautor, y Ociel Núñez, el dirigente estudiantil, encabezaron la resistencia al Golpe Militar en la Universidad Técnica. Otros, en cambio, se replegaron a sus casas y muchos se asilaron. Carlos Altamirano, Secretario General del Partido Socialista y tan cercano a las ideas ultraizquierdistas del MIR, sólo logró permanecer dos meses en Chile, viéndose obligado a salir clandestinamente al extranjero. Luis Corvalán, Secretario General del Partido Comunista, fue detenido en una población en las semanas siguientes del Golpe Militar. Poco después las directivas oficiales del Partido Comunista y Socialista se trasladaron a Moscú y a Berlín del Este. Para la mayoría de los fervientes adeptos de la Unidad Popular que no poseían cargos oficiales, incluyendo los viejos políticos y luchadores, llenos de

experiencias en derrotas y victorias, la desatada conducta represiva de los vencedores fue una sorpresa. Todos ellos, aún el propio Blest, no imaginaron la forma en que fueron tratados los caídos. Sus primeras reacciones fueron de espanto, en seguida cayó sobre ellos el terror que, afectándolos de una u otra manera, los sumergió en años de silencio. LOS BRAZOS DE LA DINA TRASPASAN LA FRONTERA En el país remaba la tranquilidad, pero los ataques al General Pinochet y sus colaboradores se acrecentaban en el exterior. La tiranía no lograba dormir tranquila, acallar la crítica por los Derechos Humanos violados y la dificultad de créditos económicos que ellas acarreaban incitaban a una rápida y drástica actuación. Silenciar a las personalidades políticas exiliadas, que mantenían la llama de la oposición, se tornaba primordial para la DINA. El General Carlos Prats, exiliado en Buenos Aires, simbolizaba a los militares constitucionalistas. No sólo era escuchado y por su intachable pasado respetado en todas partes, sino que también podía transformarse en un futuro líder que aglutinara a militares democráticos y a toda la oposición interna y externa. Eliminarlo era urgente. El 30 de septiembre de 1974 una bomba colocada en su automóvil estalla provocando la muerte de Prats y su señora. Bernardo Leighton, fundador de la Falange y posterior Democracia Cristiana, ex Vicepresidente de la República, ex ministro de Estado y parlamentario por varios períodos, era reconocido como una personalidad honesta y pluralista. Su actitud de condena por lo sucedido días después del Golpe, lo marca como otra figura considerada altamente peligrosa por la tiranía. El 5 de octubre de 1975, a pocos metros de su departamento en Roma, es baleado a quemarropa junto a su esposa. Después de varias operaciones y meses de hospitalización, ambos logran sobrevivir, pero el combativo político nunca podrá recuperarse totalmente. Orlando Letelier, ex Ministro de Allende, ex Embajador en Estados Unidos y funcionario del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) era un socialista

moderado, ampliamente conocido en círculos internacionales políticos y financieros. Su intervención en La Haya pidiendo el congelamiento de créditos a favor de Chile lo transforma en otro personaje altamente peligroso, se le quita la nacionalidad. El 21 de septiembre de 1976 el auto en que se dirigía a su oficina estalla en pleno corazón de Washington, muriendo él y su secretaria norteamericana. Su asesinato causó gran escándalo, quizás porque había sido ejecutado en la capital de los Estados Unidos. El brazo internacional de la DINA también pretendió aniquilar a Carlos Altamirano en Alemania y a Andrés Pascal en México, aunque sin éxito. Hoy día estos crímenes están aclarados y algunos de los culpables, enjuiciados. En todos ellos, como autores directos o intelectuales aparece la DINA. En su momento estos crímenes fueron atribuidos por el gobierno a pugnas entre grupos de izquierda, versión que gran parte de la sociedad chilena admitió como veraz. LLEGÓ LA HORA DE LA "NO VIOLENCIA ACTIVA" Durante esos años de violencia institucionalizada, Clotario Blest vuelve a refugiarse en sus maestros de la "no violencia activa". Es cuando más medita sobre los escritos de Gandhi, cuando más se empapa de la vida y verbo de Martin Luther King y cuando los Evangelios, especialmente Los Hechos de los Apóstoles, pasan a ser su diaria lectura antes de dormirse. Apilados alrededor de su cama se encontraban Mis experiencias con la verdad. Mi socialismo. Independencia de la India y discursos y artículos de Gandhi. Los viajeros de la libertad, ¿Por qué no podemos esperar?, ¿Hacia dónde vamos, caos o comunidad?, de Luther King. Del antropólogo y filósofo belga Theilhard de Chardin, El fenómeno humano. Mundo y Dios al encuentro. Cartas de viaje, La evolución desfigurada. Toma la Biblia y saca de ella un papel, al leérmelo, dice: "Lo escribí cuando me tachaban de extremista, escuche usted: "Conozco tus obras, no eres frío ni hirviente. ¡Ojalá fueras frío o hirviente! Pero porque eres tibio, y no hirviente ni frío, voy a vomitarte de mi boca. Estas son las palabras de San Juan en el Apocalipsis III, 15".

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Después de fundar en su casa la "Agrupación de familiares de detenidosdesaparecidos" en noviembre de 1976, Blest ejecuta en junio de 1977, su primera acción pública de no violencia activa, ocupando junto a mujeres de esa entidad la CEPAL (Comisión Económica para América Latina). Durante más de diez días se prolonga la "toma" y "el ayuno". La acción recibe una gran cobertura nacional e internacional, dándose a conocer los casos dramáticos de estas mujeres cuyos maridos e hijos son hasta hoy día detenidos-desaparecidos. Para comprender lo que significaba arriesgarse en esos años, aunque se tratara de "no violencia activa", debemos recordar que el miedo dominaba a todos los chilenos. Clotario fue el primero que, con sólo un mínimo grupo de 5 a 10 personas, comienza a romper la apatía de la mayoría de los ciudadanos. En agosto de 1977 con seis familiares de exiliados llevando pancartas y tirando panfletos, lee en voz alta frente a La Moneda la Declaración de los Derechos Humanos relacionada con los apátridas. La represión se descarga a los pocos segundos, Blest y sus seguidores son golpeados, mojados y algunos detenidos. En octubre lleva a cabo otra protesta frente a los Tribunales, exigiendo a la justicia que acoja los recursos de amparo en favor de los perseguidos. El Día Internacional de los Derechos Humanos pronuncia, subido en un banco de la Plaza Artesanos, un breve discurso sobre el sentido y significado de ese aniversario. Para el trigésimo aniversario del asesinato de Gandhi organiza en la Plaza de la India un homenaje a su memoria. A su llamado sólo acuden cuatro personas. Blest como si se hallara frente a una multitud enfatiza: "La voz potente del apóstol se ha silenciado. Su cuerpo yace guardado como en una tumba. Pero jamás una tumba ha podido encerrar un pensamiento. Y el alma invisible de Gandhi sigue animando el inmenso cuerpo de la humanidad: Paz, No violencia activa y sufrimiento..." (19) No alcanzó a decir nada más, cincuenta carabineros suspenden

violentamente el acto y Clotario Blest y sus tres compañeros son llevados detenidos. El 19 de abril de 1978 se firma el decreto de amnistía, redactado por la Ministro de Justicia Mónica Madariaga, en el cual "personas que habían cometido delitos simples o calificados, secuestros, lesiones, hurtos, violaciones de domicilio, apremios ilegítimos y que no hubiesen sido sorprendidos por la justicia, están amnistiados." Esta normativa mereció el aplauso de la prensa de diferentes países, de líderes políticos y de instituciones religiosas. La amnistía permitió que el 20 de abril fueran liberados 97 presos políticos. Sin embargo, numerosos juristas y abogados y el sindicalista Clotario Blest, señalaron que esta ley favorecía fundamentalmente a los agentes de la DINA y de la CNI que cometieron precisamente miles de esos delitos. Los familiares de los detenidos-desaparecidos inquietos por el silencio e impunidad que cubría el destino de sus seres queridos, pidieron una entrevista con el Ministro del Interior Sergio Fernández, con el fin de explicarle personalmente el drama de los cientos de hogares chilenos que no sabían la suerte de sus familiares y con el propósito de hacerle saber su desacuerdo por los sobreseimientos y reiterarle su afán irrenunciable de llegar a la verdad. El ministro no otorgó ninguna audiencia. Ante esto, el 22 de mayo de 1978, la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos decidió efectuar una huelga de hambre indefinida. En ella participarían 69 familiares distribuidos en tres parroquias: Jesús Obrero, Don Bosco y La Estampa. En los días posteriores se plegaron a este ayuno diversos grupos de Derechos Humanos que ocuparon dependencias de organismos internacionales: Unicef. Cruz Roja. OIT y varias otras iglesias de barrios. Explican este gesto: "Pedimos que las autoridades de gobierno cumplan de una vez por todo el compromiso adquirido, dando a conocer el paradero de los detenidos." A los pocos días de esta exhortación, las federaciones sindicales. estudiantes, sacerdotes, religiosas y artistas, no sólo ocupan parroquias a lo largo del país,

sino que también se expresan en las calles. Y rápidamente esta protesta se extiende al exterior, donde centenares de huelguistas se pliegan al ayuno en 21 países europeos y americanos. El senador Edward Kennedy visita a los huelguistas en Ginebra. El secretario del Partido Socialista francés. François Mitterand y el ex Presidente de México, Luis Echeverría hacen declaraciones públicas apoyando a los familiares. La primera actitud de la Iglesia Católica, ante las tomas de las parroquias es "no considerar como profanación estas acciones, pues las familias de detenidosdesaparecidos tienen legítimo derecho de pedir a las autoridades competentes. información esclarecedora sobre el destino de sus seres queridos." Ante la bola de nieve que parecía crecer, los medios de comunicación oficialista comenzaron a darle cobertura y algunos, por primera vez desde el Golpe Militar, reconocieron que existían detenidos-desaparecidos y que debía aclararse su paradero. El gobierno militar comienza por negar el conflicto y en seguida desvirtuarlo, deslegitimarlo y tratar infructuosamente de aislarlo. Clotario Blest organiza el cuartel general de esta "acción no violenta" en su casa. Todos los comunicados a la prensa nacional e internacional, los contactos con la Iglesia y los organismos de Derechos Humanos, las acciones a seguir y el estado físico de los ayunantes se estudian y proyectan allí. Al cuarto día de iniciada la huelga, 66 elementos del auto denominado "Grupo de Unidad Católica" procedieron a tomarse la Catedral metropolitana, donde leyeron una proclama de apoyo al gobierno militar. Al retirarse el grupo, a uno de ellos se le cayó una credencial que lo identificaba como agente de la CNI (Ex DINA). Después de 15 días y en medio de una gran efervescencia pública y cuando algunos ayunantes están al borde de la muerte, la Iglesia decide tomar contacto con el gobierno militar, el cual a través de el Ministro del Interior se compromete a

efectuar una investigación. El Comité Permanente del Episcopado insta a poner fin a la huelga de hambre. Al día siguiente los ayunantes acatan la orden de la Iglesia expresando: "Aceptamos, basados en la palabra de la Iglesia, suspender este movimiento..." Una semana después y pese a la llegada a Chile de una comisión de abogados católicos y de la Comisión Allana de la ONU que apoyan las demandas de las víctimas, el ministro Fernández sin mayor explicación declara: "No tenemos antecedentes que comprueben la detención de estas personas y por lo tanto rechazamos la sugerencia de que ellos puedan estar detenidos ocultamente por las autoridades..." Clotario Blest ante esta fracasada acción no violenta me declara: "Cuando estábamos por doblar la mano al tirano, la jerarquía eclesiástica que al comienzo apoyaba a las víctimas termina por ser dominada por los sectores conservadores que vuelven a dejar desamparados a los necesitados, dándole la mano a la dictadura." (20) Esta decisión jerárquica de la Iglesia fue impuesta pese a las palabras del teólogo jesuita José Aldunate, que frente al planteamiento del Nuncio Apostólico Angelo Sodano: "No matar y no matarse también", respondió: "...El privarse de alimento con daño eventual para la salud, y aún tal vez peligro para la vida, parecería ser una acción irracional y aún inmoral y suicida. Pero si dado el contexto de circunstancias, resulta ser el medio proporcional -tal vez el único remanente- para obtener fines necesarios...entonces, la huelga de hambre, aún la indefinida, adquiere el carácter de un sacrificio meritorio y de un don en aras del amor."

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Un día de invierno lluvioso de 1987 voy a casa de Clotario para preguntar por su salud, pues me habían contado que estaba enfermo. Al entrar a su casa me recibe Oscar Ortiz, su acompañante, que me indica que puedo pasar al dormitorio del enfermo. Por primera vez lograba conocer la intimidad del patriarca. Yace sentado en una cama de bronce antigua, su cabeza apoyada en una almohada, su cuerpo tapado por una sábana blanca y unos ponchos mapuches. Al lado de su cama una mesa de velador circular, encima de ella una radio pequeña, una lámpara ordinaria

y cantidades de libros. Los que no caben en la mesa rodean su cama, junto a periódicos y revistas nacionales e internacionales. En su cabecera un crucifijo. En las paredes numerosos retratos de sus familiares y fotografías de diversa épocas en las que él aparece acompañado por los Presidentes Allende, Ríos, González Videla e Ibáñez en actos públicos, y otras de diversos dirigentes sindicales participando en eventos laborales. Al poco rato de estar sentada conversando frente a Clotario, sus cuatro gatos que dormían sobre su cama deciden acercarse a conocer la nueva visita. Algunos afilan sus uñas en mi sillón, otros se restriegan contra mis piernas. Más de una pulga se pasea ahora en mi cuerpo. Al sospechar Blest mi incomodidad me dice: "No se moleste son criaturas de Dios, cuando pican están demostrando su amistad." -Don Clotario, ¿cuáles son sus escritos favoritos? -A lo largo de mi vida he cambiado mucho mis lecturas, ahora, le diría que me basta releer y reflexionar sobre el pensamiento de Gandhi, el discípulo más cercano a Cristo, aunque nunca fue un conocedor de los Evangelios ni un militante cristiano, pero ambos tuvieron la genialidad de extraer su misticismo de la contemplación para entregarlo al servicio de la sociedad, ambos fueron hombres de acción que supieron identificarse con la manera de ser de los humildes. Tengo subrayadas algunas de las sentencias de Gandhi que hoy día me sirven de inspiración para combatir la tiranía que nos domina. Mientras busca el folleto, me dice: -No olvidemos que Gandhi hizo héroes de barro; a veces me pregunto si no nos hemos vuelto barro de nuevo. Me lee: "Ningún hombre reverencia su religión, si no reverencia también las religiones de los demás". "Vivir en el pasado para el futuro, abarcando lo mejor del pasado". "La vida significa lucha" -Pero también en su mesa de velador veo a muchos otros autores. -Sí, estos son de Luther King, que sin duda se nutrió de Gandhi. Escuche usted: "Quien cree en la no violencia tiene profunda fe en el futuro". "Hoy la opción no es

entre violencia y no violencia, sino entre no violencia y existencia, porque todo aquel que toma la espada perecerá de espada." -Y ese que tiene abierto y marcado con un lápiz, ¿de quién es? -De un sacerdote católico de este siglo, antropólogo y filósofo, perseguido por varios sectores de cristianos. Se trata de Teilliard de Chardin que contra el creacionismo bíblico desarrolla el evolucionismo cristiano. Es el que se esfuerza por interpretar la fe cristiana con mentalidad moderna, se trata por último de una nueva cultura. Creo que sus ideas pueden ser el fundamento del socialismo en el tercer mundo más que el marxismo. He escrito varios artículos sobre ese tema que he enviado para su publicación a la revista jesuita Mensaje. Pero parece que ellos son menos tolerantes y fraternos que lo que yo creía, pues el director de la revista, Renato Hevia, me los ha rechazado sin explicación."

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DISOLUCIÓN DE LA DINA Y SU REEMPLAZO POR LA CNI La crisis que acarreó la caída de la DINA y su director Manuel Contreras venía gestándose desde 1976 cuando la FACH retira a sus hombres de la entidad y meses después lo hace la Armada y Carabineros. Pero lo que precipita su final es la presión que ejerce el Departamento de Estado desde Washington el que acusa a la DINA como cómplice en el asesinato de Orlando Letelier. Es también posible que la invitación a Pinochet a la capital norteamericana para suscribir los "acuerdos Carter-Torrijos" (23) se haya condicionado al término de la existencia de la DINA. A la insistencia del gabinete presidencial (y del General Sergio Covarrubias, personalmente en que la figura de Contreras era inconveniente) se sumaba la protesta de muchos oficiales que consideraban inoportuno que Contreras dependiera directamente de Pinochet.

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El país atravesaba por una fase crítica. Townley, agente de la DINA, había sido identificado. Contreras tenía sus días contados: "Desconfiaba de un gabinete

dominado por los Chicago Boys y por hombres de negocios que cederían fácilmente a la presión norteamericana. Necesitaba protegerse con urgencia. En un avión LAN que salía hacia Punta Arenas Contreras embarco 23 maletas. Un poderoso archivo de carpetas con el nombre de altos funcionarios había sido puesto a salvo y embarcado en el carguero alemán "Badenstein", rumbo a Europa." (25) En reemplazo de la DINA, Pinochet crea en agosto de 1977 la CNI (Central Nacional de Inteligencia), que durante tres meses se mantendrá bajo el mando de Contreras. A fines de noviembre es nombrado en su cargo el General (R) Odlanier Mena, su enemigo y crítico. Contreras es ascendido a General y destinado al Comando de Ingenieros. Los nombres de los dos servicios secretos y sus directores habían cambiado, sin embargo, no eran muchas sus diferencias. La CNI estaba también bajo el control directo de Pinochet y sus funciones eran similares. Pero, sin duda, la CNI suavizó los métodos represivos, institucionalizándolos con normas jurídicas: los arrestos fueron individualizados; la permanencia de ellos fue de 20 días; los lugares secretos de la DINA fueron revelados, pero el ingreso a esos lugares de detención fue prohibido, aún al Poder Judicial. La tortura continuó siendo un hábito que también utilizaban las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas e Investigaciones. Varios muertos de esos años son producto de torturas excesivas. La CNI -pese a varios cambios en su directiva- continuó vigente con toda su infraestructura y sus casas de interrogatorio y tortura hasta enero de 1990 cuando parte de sus integrantes pasaron a formar parte del DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército). EL SALVAVIDAS DE LA DICTADURA A fines del año 1977 la ONU vuelve a condenar en forma abrumadora al gobierno de Chile por el "incumplimiento de las promesas hechas para mejorar la situación de los Derechos Humanos". Para Pinochet esto significó un golpe inesperado que, sumado al caso Letelier, hacía tambalear su régimen. Ideó entonces, pese a la oposición de alguno de sus colaboradores, un plebiscito que plantearía: "Frente a

la agresión internacional desatada en contra de nuestra patria, respaldo al Presidente Pinochet en su defensa a la dignidad de Chile y reafirmo la legitimidad del gobierno de la República para encabezar soberanamente el proceso de institucionalización del país: Sí- No." Dentro de la gran masa silenciosa se alzan ante este emplazamiento tres voces: la de la Iglesia Católica que considera que sin registros electorales vigentes la consulta popular no ofrece garantías; la del líder sindical Clotario Blest que exhorta junto a un grupo de partidos de izquierda, a la abstención, "porque nunca un plebiscito en dictadura deja de ser ganado por el tirano"; y el líder de la Democracia Cristiana, Eduardo Frei, que llama a participar, pero votando NO. El 4 de enero de 1978 se efectúan los comicios, arrojando el siguiente resultado: SI

4.012.025

75.00%

NO

1.092.226

20.24%

244.921

4.76%

NULOS Total escrutado:

8.349.172

-"Don Clotario, ¿qué significa para usted esta especie de plebiscito? -Una jugarreta del tirano que era más astuto que lo que muchos pensamos. Como usted se habrá dado cuenta consiguió lo que quería, un tapabocas a todas las críticas del exterior. -¿Y la actitud de Eduardo Frei? -Un medias tintas, que por un lado avalaba esta farsa y que por otra parte lo hacía aparecer como opositor. Yo cuando supe que iba a llamar al NO, fui personalmente a verlo para que me explicara tamaña monstruosidad. Me lanzó un largo y latoso discurso, yo le contesté: -"Nuestra obligación es no colaborar con la tiranía, el abstenerse es una acción no violenta pero que indicará dentro y fuera del país que somos muchos los que no aceptamos lo que está sucediendo. Frei

me respondió: -'En una coyuntura como esta hay que actuar con habilidad política y no con idealismos'. Ante esto me retiré y le di un portazo en la puerta. La abstención nunca fue contabilizada y el resultado final fue el que yo más me temía: un espaldarazo a Pinochet y largos años más de crímenes e impunidades." (26) PESE A TODO, LA OPOSICIÓN COMIENZA A DAR LA CARA Para celebrar su aniversario el 12 de febrero de 1978, la CUT organiza en el auditorium Don Bosco una asamblea a la cual asisten 500 personas. Por primera vez, siendo la CUT ilegal, decide desafiar públicamente a las autoridades. Pronuncian encendidos discursos Santiago Pereira, Eduardo Long y Clotario Blest que cierra el acto. En las puertas del teatro fueron disueltos cuando pretendían iniciar una marcha callejera. En marzo estos mismos oradores deciden fundar el CODES (Comité de Defensa de los Derechos Sindicales). En casa de Clotario se redacta la declaración: "...Las flagrantes violaciones a los derechos sindicales y gremiales han sido discriminatorias, pues sólo han afectado al sector laboral y en ninguna forma al sector empresarial y patronal..." "...No aceptamos las disoluciones y cancelaciones de personalidad jurídica..." "...el CODES luchará por la justicia y la verdad dentro del ámbito sindical..." A la larga este comité ayudó a reorganizar al sindicalismo perseguido y desunido. La dictadura para ocultar el quiebre del movimiento sindical organiza la UNTRACH (Unión nacional de trabajadores de Chile), siendo sus dirigente, entre otros, Bernardino Castillo, Rene Sotolichio y Hernol Flores. Esta entidad servirá de apoyo al gobierno militar cuando el movimiento sindical internacional declare un boicot total contra el gobierno chileno. Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, las organizaciones femeninas deciden pronunciarse en la calle. Clotario Blest fue el

único invitado hombre. Ese día logran copar algunas calles céntricas donde son reprimidas con carros lanza aguas y bombas lacrimógenas. Para conmemorar el 1º de mayo de 1978, Blest, a quien se le había encomendado el año anterior organizar una acción masiva callejera, comenzó meses antes a reunirse con el FUT (Frente Unitario de Trabajadores), la ANEF y la Coordinadora Sindical, CEPCH (Confederación de Empleados Particulares de Chile) y algunos veteranos dirigentes como Tucapel Jiménez, Ernesto Vögel, Elías Mallea y otros, más pobladores, estudiantes y grupos de Derechos Humanos quienes planifican la estrategia a seguir. Son invitados numerosos dirigentes sindicales y periodistas extranjeros. Grupos de abogados y médicos permanecen alertas en la Vicaría, en parroquias y en algunos sindicatos para prestar ayuda a heridos y presentar recursos de amparo en favor de los posibles detenidos. La dictadura previendo la magnitud de la protesta acuartela a las Fuerzas Armadas. Los carabineros pasan a controlar el centro de Santiago y los militares la periferia. Pese a todo la manifestación se tornó incontrolable. Las diferentes columnas pujando por llegar a la Plaza Almagro, punto del encuentro, rompieron los cercos policíacos. Se calcula que unas 5.000 personas salieron a la calle ese día, logrando llegar a la plaza sólo 400. Varios fueron los heridos, muchos los detenidos y más de 60 los relegados a lugares inhóspitos del país. Clotario fue uno de los detenidos, estaba feliz. Por primera vez 5.000 personas habían logrado superar el miedo y desaliento. Muchos otros ahora se sentirían estimulados a seguir ese ejemplo. Ese mismo mes el gobierno militar dicta la llamada "Ley de Amnistía" que prescribe todo delito político desde el 11 de setiembre de 1973 hasta mayo de 1978. La intención era clara, la ley no permitía juzgar ni condenar los crímenes de la dictadura. EL ZORRO SE COME EL LOBO Una Junta compuesta por los cuatro Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas fue la que desde el 11 de septiembre de 1973 tomó el mando del país. Siendo el General Pinochet, representante del Ejército, la fuerza más antigua y

poderosa, a él le correspondió ejercer la Presidencia del Estado durante el primer año. El acuerdo entre los cuatro miembros era que cada año se alternarían el poder. Desde el comienzo el General Gustavo Leigh se destacó como el miembro de la Junta más duro y de mayor personalidad. Al finalizar el primer año, el acuerdo de rotación no se llevó a cabo, proclamándose el General Pinochet Presidente de la República. Este gesto de Pinochet marca el inicio del distanciamiento con Leigh que a través de los años se acentuó. "La disputa por la consulta abrió la última fisura entre el General Pinochet y el Comandante en Jefe de la FACH. Pese a que ambos sabían que después de eso nada sería igual, el General Leigh se proponía insistir en la necesidad de dar pasos sustantivos en la nueva institucionalidad que se habían comprometido a crear." (27) En abril de 1978 algunos mandos de la FACH deciden dar un golpe de fuerza basado en las simpatías y popularidad que acaparaba Leigh. Ellos creían que la Armada y Carabineros reaccionarían con relativa pasividad, de acuerdo en derrocar el poder omnímodo de Pinochet. La fecha tentativa se fijó para el 1º de mayo, pero el plan fue detectado por el ex jefe de la DINA, Manuel Contreras, que lo hizo abortar. Desde ese momento Pinochet y su camarilla, encabezada por Manuel Contreras, Jaime Guzmán, Sergio Fernández y Mónica Madariaga, arman la estrategia para destituir a Leigh, lo cual se concretó el 24 de julio. Leigh, sorprendido en su oficina, se sintió aislado y sin ninguna posibilidad de comunicarse hacia el exterior. Por lo demás todos los puntos claves de la Fuerza Aérea habían sido rodeados por efectivos del Ejército. A pesar de la lealtad de 21 de sus generales, Pinochet ya había conquistado a su reemplazante, el General de Aviación Femando Matthei, que juró al mediodía como nuevo miembro de la Junta. Leigh, demudado se retiró en silencio a su casa. Días después de estos sucesos, me dirijo a la casa de Clotario.

-¿"Qué opina usted sobre la caída de Leigh? -Puedo confesarle que me tomó hasta cierto punto de sorpresa la actitud de Leigh, pues yo creía que era él más astuto y valiente. Al comienzo de la tiranía, Leigh era la voz cantante de la Junta y el más implacable. Pinochet tartamudeaba y no sabía expresarse, lo que nos hacía creer que era un huaso rústico y de pocas luces. Leigh, en cambio, hablaba fluidamente y con voz segura y autoritaria. Sin embargo, la apariencia engaña y Leigh, como todos nosotros, desestimó la influencia que ejercía el siniestro y hábil Manuel Contreras en la conducta de Pinochet. Esto nos demuestra que el zorro es capaz de ganarle al lobo. -¿No cree que Pinochet ha engañado a los viejos y experimentados políticos? -El tiene la típica personalidad del traidor rastrero. Para lograr sus propósitos no trepida en mentir. Vea usted como engañó a Frei, a Allende, a su compañero de armas, Carlos Prats, y ahora a este tenebroso colega. Con lo acontecido, Pinochet se ha vuelto el único dueño del país. Los otros tres miembros de la Junta, para no caer en desgracia, no se atreverán nunca a estar en desacuerdo con él. -Me comentaron algunos integrantes del CODEHS que el equipo de Leigh había tomado contacto con usted meses antes. -Efectivamente, algunos compañeros de la ANEF me invitaron a una reunión en la oficina de un connotado abogado. Allí me insinuaron que se preparaba un golpe contra Pinochet por parte de la Fuerza Aérea y me preguntaron si yo estaría dispuesto a apoyarlos, ofreciéndome a cambio un alto puesto en el futuro gobierno. -¿Qué les contestó usted? -Les dije que ya en al año 1956 el movimiento Línea Recta me había hecho la misma proposición y yo me había negado rotundamente, porque ustedes comprenderán, agregué, que no estoy dispuesto a participar en ninguna aventura

golpista dirigida por uniformados, pues no creo en los ideales democráticos de ellos. Pese a mi negativa volvieron a insistir semanas después, varias veces."

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LOS POLÍTICOS Y LA IGLESIA, A SU MANERA, SE REBELAN En agosto de 1978 un grupo de juristas encabezados por Manuel Sanhueza, Patricio Aylwin, Alejandro Silva Bascuñan, entre otros, deciden fundar el "Grupo de los veinticuatro", cuyo objetivo sería redactar una Constitución elaborada por un amplio espectro social y político. Ellos consideraban que la forma de neutralizar a la Constitución que secretamente se redactaba en el gobierno dictatorial y que sin duda estaba hecha para servirle, era escribir otra que fuera útil a un régimen democrático. En el año 1980 este grupo dio por finalizado este proyecto que, sin embargo, pese a estar completo, no pudo divulgarse y fue enterrado por el dictador. La Iglesia Católica organiza para noviembre de ese año un simposio internacional sobre los Derechos Humanos, cuyo lema es: "Todo hombre tiene derecho a ser Persona" y que debe realizarse en la Catedral. Participan 45 delegados de diferentes países. La responsabilidad de ese acontecimiento recayó en la Vicaría de la Solidaridad, que después de un accidentado comienzo había llegado a construir un extenso y complejo aparato de asistencia, al cual acudían cientos de personas diariamente. Si el área jurídica era la más notoria, el área de ayuda social era aún más amplia: 300 comedores infantiles, 50 bolsas de cesantes y 130 talleres de subsistencia estaban bajo su tutoría. Los servicios de seguridad del gobierno estimaban que sus zonas más sensibles, particularmente las de documentación, equivalían a un auténtico sistema de inteligencia. Los militares y también los funcionarios civiles del gobierno creían ver en la Vicaría el germen de la resistencia. Pero el simposio por los Derechos Humanos significaba una verdadera provocación desestabilizadora. Sin embargo, la dictadura tuvo que permitir el acto para no agravar las tensas y difíciles relaciones con la Iglesia, sobre todo ahora que el Papa serviría pronto de mediador ante el conflicto con Argentina.

Los ataques contra el Cardenal arreciaron aún dentro de la curia. El acto tuvo un éxito total. Miles de personas llenaron el templo y la Plaza de Armas, siguiendo con emoción la Cantata a los Derechos Humanos, escrita por el padre Esteban Gumucio, con música de Waldo Guarello y recitada por el actor Roberto Parada. Cuatro días duró este simposio que sacudió el ambiente social y político. Dos figuras fueron las más aplaudidas: el Cardenal Raúl Silva Henríquez y el sindicalista Clotario Blest. La prensa desató su furia contra ambos a base de caricaturas y artículos. El Mercurio del 2 de diciembre escribió: "El marxismo indirectamente está recurriendo a dos venerables ancianos: Blest y Silva Henríquez en la tarea de desprestigiar al gobierno." Pese al optimismo del gobierno militar al sentir derrotados a los viejos y tradicionales políticos y a que el plan económico tenía éxito, la oposición levantaba ahora a dos líderes inusuales. "-¿Qué sintió usted al ser vitoreado por esa multitud? -Me emocioné hasta las lágrimas, pues pese a todos mis fracasos, la gente ahora me comprendía y amaba. -¿A qué atribuye ese homenaje al Cardenal y a usted? -Quizás a que ambos no buscábamos provecho personal y a que sabían que podían contar con nosotros todos los perseguidos sin discriminación."

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Aprovechando esa coyuntura y la visita de connotadas personalidades internacionales, un grupo de abogados, encabezados por Jaime Castillo, recién retornado del exilio, deciden estructurar un organismo laico de Defensa de los Derechos Humanos. Para tal fin suscriben un llamado para sensibilizar a la opinión pública sobre la violación de los Derechos Humanos en Chile. Firman esta declaración, entre otros, Juvencio Valle, escritor; Jorge Millas, filósofo, Ana González, actriz, Joaquín Luco, científico; Mila Oyarzún, escritora y políticos de diferentes tendencias, como Jaime Castillo, Adolfo Zaldívar, Gonzalo Taborga; Germán Molina, Raimundo Valenzuela, Andrés Domínguez; Pascual Barraza, Máximo Pacheco y Clotario Blest, sindicalista. El 25 de noviembre de 1978

suscriben en la CEPAL su acta constitutiva. El 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, dan comienzo a sus actividades. La idea era complementar la intensa labor de la Vicaría. Por ejemplo, tomarían a su cargo la defensa de los detenidos en provincias y las agrupaciones de familiares de Presos Políticos, Detenidos-Desaparecidos, Exiliados y posteriormente retornados que funcionarían definitivamente en su sede. Como Presidente fue elegido Jaime Castillo y como Vicepresidente, Máximo Pacheco. En ese momento esta institución no contaba con ayuda económica alguna, todos sus miembros trabajaban por idealismo. Más adelante llegarían recursos. La figura prestigiosa de Jaime Castillo no sólo aglutinó a muchos a su alrededor, sino que también sirvió de aval para el necesario reconocimiento del extranjero. A Clotario la creación de esta institución, llamada Comisión Chilena de los Derechos Humanos, le causa al comienzo sorpresa. ¿No existía desde 1970 el denominado Comité de Defensa de los Derechos Humanos dirigido por él? Al ser invitado a participar creyó que había llegado el momento de agrandar y fortalecer su CODEHS, pero al poco andar se dio cuenta de que los que presidían la nueva entidad no tenían tal intención. Por este motivo escribió una carta a Jaime Castillo exigiéndole explicaciones. Castillo le contestó pidiéndole excusas. Entre ambos se produjeron varios intercambios epistolares, que no lograron apaciguar el resentimiento de Blest y que marginó totalmente al sindicalista del quehacer de esa comisión. Al entrevistar a Jaime Castillo, me expresa: "Yo no sabía de la existencia del CODEHS ni creo que tampoco lo supiera la directiva. Hice lo posible por zanjar el malentendido, pero todo fue inútil."

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Clotario Blest interpreta el

suceso así: "Considero que la directiva de la llamada Comisión Chilena de los Derechos Humanos actuó con una falta total de respeto hacia mi organización. Ellos optaron por un abanico político restringido, pues marginaron a una parte de los socialistas, a los comunistas, a los miristas, anarquistas y a otros de su dirección como si no fueran ellos los más perseguidos. Yo actuaba con un criterio de movimiento social. A mi directiva pertenecían todas las corrientes de pensamiento como Santiago Pereira, DC; Eduardo Long, socialista; Rafael Maroto,

mirista; Pedro Gaete, mapucista; Raúl Elgueta, radical; Luis Geldres, IC y Alberto Núñez, trozquista." (31) La Comisión Chilena de los Derechos Humanos, a través de los años de la dictadura fue adquiriendo cada vez más importancia y sin duda jugó un papel esencial en la defensa de los perseguidos y en el desprestigio de la tiranía. El CODEHS, en la misma sala destartalada de la casa de Clotario, continuó su labor, pero cada vez con menos integrantes. Hasta los fieles redactores del boletín se trasladaron a otras entidades. Blest, tozudo como siempre pese a sus 80 años, advertía: "Aunque quede yo solo, continuaré con mi tarea." (32) En relación a este conflicto que le causó tanto resentimiento a Clotario Blest, entrevisto el año 1992 a Rosa Rubilar colaboradora del CODEHS, una de sus discípulas más queridas y en la actualidad funcionaría de la Comisión Chilena de los Derechos Humanos: -"Rosita, te he conocido siempre trabajando en los Derechos Humanos, pero según don Clotario, tú fuiste una de sus principales colaboradoras en los momentos más difíciles de la existencia del CODEHS, ¿podrías tú explicarme tu alejamiento de esa entidad? -Creo que por primera vez voy a romper mi silencio -estamos ahora en democracia, ¿no es cierto?- sobre hechos y decisiones que para mí fueron muy traumáticos. -¿Por qué? -En el año 1976 yo estaba desesperada. Mi compañero era Octavio Boettinger Vera, detenido-desaparecido desde enero de ese año. Estaba sola con dos niños y aterrada. En ese momento don Clotario me abrió su puerta sin preguntarme nada. Tuvo confianza en mí. Creo que si no es por él yo me habría suicidado. -¿Cómo era trabajar con él?

-No era fácil. Era muy exigente, pero al mismo tiempo nos imponía una mística y un coraje que no hubiésemos tenido sin su influencia. Era tan especial, estaba poseído por lo que yo llamaría una soberbia modesta; nadie podía competir con él en sacrificio, entrega y pobreza. No aceptaba que faltara nunca, ni siquiera cuando murió mi madre lo encontró justificable. Me dijo: -¿Por qué no me mandó los artículos para el boletín? Pero cuando caí presa me fue a ver. -¿Y cuál fue el motivo de su partida del CODEHS para integrarse a la nueva Comisión de Derechos Humanos? -Sentí que se trataba de una organización amplia, en el interior del país y no clandestina. Esto para mí era muy importante. Había, además, en su directiva militantes del Partido Demócrata Cristiano eso significaba una posición política fuerte. -¿Pero tú le advertiste a don Clotario que te ibas? -Es verdad es que no me atreví. El creía que todo su personal del CODEHS se integraría a la Comisión. Cuando vio que no era así se sintió incomprendido y herido. Yo fui, junto a Patricio Orellana, quienes llevamos los boletines y archivos del CODEHS a la nueva institución, sin quizás realizar que don Clotario no comprendía nuestra actitud, motivada por buscar más seguridad. Los de la Comisión no leyeron los boletines y documentos que nos llevamos. Pensábamos entonces que don Clotario no tenía visión política, pues consideraba traidores a los de la UP que se juntaban con la DC. -Y después de esa conducta tuya, ¿volviste a ver a Blest? -Una tarde en el día de su cumpleaños fui a saludarlo. El mismo me abrió y me dijo que no tenía nada que hablar conmigo y me cerró la puerta. Pasados muchos años pienso que don Clotario tuvo razón cuando nos aconsejaba a los de la Unidad Popular que no cooperáramos con la Democracia Cristiana, pues pese a

nuestros muertos, torturados y desaparecidos, ellos se han adjudicado todo el éxito en la derrota de la dictadura". (33) LA VEJEZ SE ENFRENTA AL SILENCIO Clotario Blest. un hombre con tanta capacidad de amor y ternura, sólo tenía en ese tiempo dos seres con quién compartir sus afectos: la vieja nana ahora centenaria, a quien cuidaba con esmero y su perro el Momio que lo acompañaba a cobrar su pensión y en las noches se acurrucaba a sus pies. Ambos morirían con pocas semanas de diferencia. En su hogar, ahora, no le quedaba más que las palomas que pernoctaban en su techo y bajaban al patio a comer las migajas de su pan y los gatos marginales que intuyendo la partida del regalón se introdujeron a la casa en busca de calor humano. Durante varias semanas, Clotario se sumió en una gran tristeza: "Se fueron, me dice, Julia que era como tener en parte a mi madre; se me fue "el Momio" que conocía todas mis desventuras de la CUT. Es como enterrar una fase de mi vida". (34) Pero no sólo partieron ellos, dos meses después fallecieron el zapatero anarquista Ernesto Miranda y el obrero municipal Humberto Valenzuela, trozquistas que fueron sus viejos y leales hermanos de lucha desde la época de la JUNECH, la CUT, el MIR, el FRAS y ahora del CODEHS. "¿Con quién recordar esas etapas de mi vida? La vejez es la etapa más dolorosa de la existencia y no me refiero a los achaques propios de los años, sino a ese silencio que nos envuelve y aísla del resto del mundo.". (35) Quizás al percibir el desamparo de ese viejo tan solitario. Oscar Ortiz, estudiante de historia, sintió que su deber era entregarle la amistad y solidaridad de la cual Blest carecía. Abandonó sus estudios y dedicó la mayor parte de su tiempo a ayudarlo. Puso a disposición de Clotario su destartalado auto sirviendo de chofer hasta que su coche no caminó más. Lo acompañaba a las cárceles, a embajadas, a sindicatos, a manifestaciones callejeras y en viajes a provincia y a México

cuando fue invitado en 1982. Se hizo popular la imagen del viejo barbudo con su mameluco azul escoltado por un joven chascón de jeans y camiseta. A pesar de la informalidad física de estos dos personajes tan peculiares, ninguna embajada ni visita oficial dejó de recibirlos. A Oscar, que conocía desde la década de 1970 a Blest, habiendo participado en la redacción de boletines del FRAS y del CODEHS, le fue fácil insertarse en su vida cotidiana: cocinaba, limpiaba la casa y redactaba cartas y discursos. "En esa época -me relata Oscar Ortiz- me sucedió algo desagradable y para mí sorpresivo. En una de la reuniones del Comando de Trabajadores en que yo asistía como representante de Blest, voté en contra de una declaración pública que me pareció contraria al pensamiento de mi maestro. Al aceptarse mi moción de censura un grupo de dirigentes sindicales me gritaron: ¡Cómo le hacen caso al maricón oficial de Clotario! Ante tal imputación yo quedé consternado y opté por retirarme en silencio. De regreso a casa le conté a don Clotario el episodio. El, con su habitual gesto de indignación, se pescó la barba con la mano y retorciéndosela me contestó: a usted le duele esa acusación que sólo me había causado extrañeza. Entonces agregó: "mire Ortiz el hecho de que yo no me haya casado y de que no participe en farras con mujeres ha servido para que todos los mal intencionados me declaren homosexual. Esto es una forma de terrorismo moral que utilizan como táctica para destruir al enemigo. A mí eso me tiene sin cuidado." Y añadió: "si los perros ladran es señal que caminamos." Los dos no hablamos más del asunto." (36) En el año 1984, otro muchacho, Francisco Díaz, amigo desde la niñez de Ortiz también pasó a llenar el vacío de la vida afectiva de Blest. Ambos lograron en parte reemplazar a los hijos que Clotario no tuvo. ACONTECIMIENTOS DEL AÑO 1979 Y EL PREMIO DE LA PAZ El inicio de ese año estuvo marcado por el inminente estallido bélico entre Chile y Argentina. A horas de comenzar la guerra, la intervención del Cardenal Antonio

Samoré, enviado especial del Papa Juan Pablo II, logra calmar los ánimos al proponer al Vaticano servir de arbitro entre los contendores. Los problemas limítrofes con el Perú significan, pocas semanas después, el congelamiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Clotario Blest durante ese tiempo participa activamente en la creación de la Liga por la Paz que tenía como objetivo movilizar a la opinión pública a favor de la paz. Durante semanas, Blest y los adeptos de la Liga se manifestarán en desfiles callejeros. En ese mismo verano explota públicamente el conflicto entre el gobierno militar y algunos grupos sindicales opositores. Desde 1974 los sindicatos perseguidos se empeñan en reagruparse. En 1975 se reactiva el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), heredero de la Asociación Sindical Chilena (ASICH), fundada por el padre Hurtado en 1947 al alero de la Iglesia Católica. Tal vez por ser una organización avalada por la jerarquía eclesiástica, la dictadura permitió parcialmente su existencia. Su dirigente era Carlos Frez, DC, y agrupaba a trabajadores portuarios, de movilización colectiva, obras públicas y organizaciones económicas populares. En el año 1977 se constituye la Coordinadora Nacional Sindical dirigida por Manuel Bustos, que también contaba con varios dirigentes comunistas. Estos dos organismos junto al grupo de los Diez ya mencionado, logran que la ORIT (Organización Regional Internacional del Trabajo) y filial de la CIOSL (Confederación Internacional de Sindicatos Libres), declare un boicot de carga y descarga de todo producto desde y hacia Chile de los puertos y aeropuertos internacionales a contar del 30 de enero de 1979. Esta medida se llevaría a efecto mientras la dictadura no restableciera los derechos sindicales básicos, como: derecho a huelga, negociación colectiva y tripartita y elección directa de los dirigentes sindicales. El boicot fue considerado por el gobierno de suma gravedad

para una economía que iniciaba el período de exportaciones no tradicionales que cada día adquiría mayor auge. La dictadura decide entonces cambiar al Ministro del Trabajo Vasco Costa por José Piñera, a quién se le encomienda buscar una solución. Antes de que el boicot comience a aplicarse, viaja sorpresivamente a Chile, Peter Grace, representante de la OIRT, empresario e inversionista en Chile y amigo de Pinochet, con quien llega a un acuerdo; se postergará el boicot por seis meses con el compromiso de que el gobierno dicte una nueva ley laboral. El 1º de julio, inspirado en las ideas neo-liberales del ministro Piñera, aparece el llamado Plan Laboral, que como expresó en ese momento Blest "es un negociado a espalda de los trabajadores y un plan laboral nefasto que sólo favorece a los capitalistas criollos y a las multinacionales."

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En vísperas de la Navidad de 1978, un hecho conmoverá profundamente al país y lo mantendrá impactado durante todo el verano de 1979. Por primera vez en Chile se encuentran los cadáveres de quince detenidos-desaparecidos. Hasta ese momento, la opinión pública se negaba a admitir la veracidad de múltiples denuncias de familiares, abogados, organismos de derechos humanos y personeros de las iglesias sobre víctimas de la represión de las cuales nada se sabía. Gracias a la intervención del Cardenal Silva Henríquez se presenta ante los Tribunales de Justicia una denuncia firmada por el abogado Máximo Pacheco, la Vicaría de la Solidaridad y el Obispo Auxiliar de Santiago Enrique Alvear que pide la designación de un Ministro en Visita para que investigue una mina abandonada cerca de Lonquén. En los hornos de esa mina son encontradas las osamentas correspondientes a cinco miembros de la familia Maureira, a tres de la familia Hernández, a tres de la familia Astudillo y a cuatro lugareños más, todos campesinos.

Ante estos acontecimientos, Clotario Blest y la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos llaman a una concentración para el 20 de enero en el teatro Caupolicán. Al ser rechazado el permiso, se reúnen en la Plaza Almagro. Blest acompañado de la viuda de Pablo Neruda, pronuncia un vibrante discurso. La policía los disuelve y 50 de los asistentes son detenidos. El 25 de febrero de 1979 la AFDD llama a una romería que comienza en la parroquia de Lonquén, después de una misa que oficia Cristian Precht, Vicario de la Solidaridad. Desde allí: "1.500 personas peregrinan 5 kilómetros que los llevan hasta los hornos de la mina. Encabezaba la marcha el viejo Clotario Blest, precedido por una inmensa cruz de troncos que carga su discípulo Oscar Ortiz, seguido de una muchedumbre." Cristian Precht rememora: "En una mañana muy impresionante de dolor y oración, emergió sobre los hornos la figura inconfundible de Clotario Blest. Espontáneamente se hizo silencio y entonces se escuchó la voz inconfundible del profeta: "no busquen entre los muertos a los que están vivos. Levanten su mirada a los cielos e invoquen al Dios que acoge y hace justicia." Y a continuación hizo brotar el padrenuestro en los labios de esa asamblea doliente que entre las cenizas buscaba la esperanza." (38) Dos meses después, en vista de que la investigación de Lonquén no avanza y de que los cuerpos de las víctimas no han sido entregados a sus deudos, un grupo de 63 mujeres, integrantes de la Agrupación de Detenidos-Desaparecidos, junto a Clotario Blest, deciden encadenarse a las rejas del ex Congreso Nacional. La acción acompañada del grito: ¡Por la vida, por la paz que nos digan dónde están!, dura 50 minutos, el tiempo que demora el rompimiento de los candados por Carabineros. En seguida, las mujeres son golpeadas y arrastradas al furgón. Pese a la indignación de Blest de no recibir el mismo trato, un oficial lo interrumpe: "-A usted tenemos la orden de no tocarlo, pues es una reliquia de los trabajadores." El vespertino La Segunda informa: "Una concertada acción callejera destinada a crear clima de agitación, previo al 1º de mayo, tuvo lugar esta mañana en el

centro. Lo demuestra la presencia del ex sindicalista y antiguo agitador, Clotario Blest, desesperado porque los carabineros no lo quisieron detener."

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Pasan los meses y continúa el caso sin novedades. El 3 de septiembre se declara una masiva huelga de hambre que se interrumpe cuando el gobierno militar anuncia la entrega de los cuerpos. En la iglesia Recoleta Franciscana la espera es en vano. Los cadáveres, se anuncia, han sido clandestinamente enterrados por orden del Fiscal Militar. Ante la indignación de la multitud presente se forma espontáneamente una marcha que atraviesa el centro de Santiago. Como siempre, Clotario está presente. Los responsables de esta masacre son, después de meses de investigación, identificados y declarados culpables. Pertenecen a la Fuerza de Carabineros de Isla de Maipo. La Justicia Militar los declara libres, amparándose en la Ley de Amnistía. Por su actuación destacada en todo este dramático acontecimiento, SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) que preside el Nobel de la Paz, el argentino Pérez Esquivel, le otorga al sindicalista Clotario Blest el Premio de la Paz en octubre de 1979. Llega la fecha conflictiva para la tiranía: la conmemoración del 1º de mayo, ahora de 1979. Después de ser negado el permiso de reunión en la Plaza Aguirre Cerda, los convocantes, encabezados por Blest, pese a la reticencia de algunos sindicalistas, deciden tomarse el sector céntrico y desde allí marchar a la sede de la ANEF como punto de encuentro. El gobierno militar acuartela a las Fuerzas Armadas, suspende el servicio del metro, restringe el paso de vehículos y ordena red de radios obligatoria. Clotario sale caminando desde su casa al centro. Los que circulaban al reconocerlo comienzan a desfilar detrás de él. Así se dirige al lugar acordado. Al encontrar Blest la ANEF rodeada por Fuerzas de Carabineros, continúa su andar hacia la Basílica de El Salvador. Se llena el templo y varias cuadras aledañas. En los escaños del templo toma la palabra un delegado extranjero y Tucapel Jiménez, Eduardo Ríos y por último Clotario Blest. Cuando

en medio de su discurso expresa: "Este acto de protesta demuestra que es posible derribar a la tiranía. Somos capaces los trabajadores y estudiantes, con una huelga general propia de la no violencia activa, de paralizar al país. Yo los exhorto a..." (40), bombas lacrimógenas comienzan a caer sobre la multitud. No se escucha nada más. La gente huye refugiándose dentro de la iglesia, la presión de esa masa descontrolada provoca en el recinto la caída de vidrios, puertas e imágenes sacras. Pese a la intervención ante las autoridades de obispos y sacerdotes presentes, continúa en la calle el apaleo y las detenciones arbitrarias. Las cifras oficiales al atardecer darán 150 heridos y 350 detenidos. Pocos días antes del Día del Trabajo, Blest recibe una orden del Ministerio del Interior en que se le comunica la prohibición de ingresar a cárceles chilenas. Para Clotario esto significa un golpe bajo. Para él visitar a los presos era cumplir un mandamiento que sustituyó al de la misa dominical. "-¿Porqué cree usted sucedió esto? -Sospecho que se debió a una arenga que pronuncié veinte días antes en el patio de la Penitenciaría, en la cual exhortaba a los presos a que se sumaran al movimiento de los trabajadores, para que el 1º de mayo próximo fuera combativo y el inicio de acciones unitarias que definitivamente derrocaran a la tiranía. Apelé de esta decisión a la Ministra de Justicia Mónica Madariaga que me indico que las órdenes venían de sus superiores "

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Tres años duró este castigo que sólo fue levantado gracias a la intervención de la Comunidad Europea. Para señalar la importancia que había adquirido la figura de Clotario Blest durante ese año, transcribimos un cuestionario que le formula el diario El Mercurio, vocero de la dictadura, sobre los personajes políticos y de la cultura más importantes de la historia de Chile. Cuestionario a Clotario Blest

"INFLUENCIAS POSITIVAS. 1. Luis Emilio Recabarren; fue el que creó el movimiento sindical y gremial de la clase trabajadora en el país. 2. Camilo Henríquez: gran periodista e ideólogo. 3. Francisco Bilbao: organizador de la clase trabajadora en un sentido mutualista. 4. Fermín Vivaceta: uno de los grandes iniciadores del movimiento mutualista en Chile. 5. Bernardo 0'Higgins y José Miguel Carrera: iniciadores de la República. 6. Cardenales José María Caro y Raúl Silva Henríquez: orientadores de la Iglesia hacia el pueblo. 7. Andrés Bello: por su labor en educación. 8. Padre Fernando Vives Solar: luchador del movimiento gremial y sindical de la clase trabajadora entre los años 20 y 35. 9. Benjamín Vicuña Mackenna: por razones obvias. 10. Carlos Vergara Bravo: profesor universitario y orientador de la juventud entre los años 50 y 70. 11. Salvador Allende: aunque en política cometió grandes errores, tuvo a la vez grandes aciertos. INFLUENCIAS NEGATIVAS: 14. Carlos Ibáñez: porque estableció la tiranía en Chile y persiguió a la clase trabajadora.

15. Gabriel González Videla: autor de la Ley de Defensa de la Democracia y perseguidor de la clase trabajadora. 16. Gustavo Ross Santa María: gran amparador de los monopolios y de las empresas internacionales. 17. Augusto Pinochet, José Toribio Merino, Gustavo Leigh y César Mendoza: establecieron la autocracia en el país."

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Los periódicos de ese año y hasta fines de 1980, como se comprueba en editoriales y crónicas, no dejaron de fustigar los hechos y pensamientos de Blest pidiendo la aplicación de castigos drásticos. EL DISCÍPULO DESCARRIADO Desde 1973 Oscar Ortiz mantenía con una mujer una relación. secreta para Clotario Blest. Según Ortiz, desde 1973 hasta 1975 la relación entre Claudia y él fue a una gran amistad de compañeros de universidad. Pero, poco a poco, el compañerismo se transformó en amor y la pareja sintió que después de cuatro años había llegado el momento de casarse. Tímidamente, me relata Oscar, insinué a mi maestro que deseaba contraer un compromiso permanente con la que consideraba el amor de mi vida. La reacción de Clotario Blest fue inusitada y explosiva: "Yo creía contar con la amistad incondicional de un seguidor de Cristo, pero veo que me he equivocado. Porque sepa usted, Ortiz, que los que dedican su vida a la causa de la justicia no claudican. Si usted pretende casarse y formar una familia, mejor retírese. Pero, don Clotario -le respondió Ortiz- yo no he pensado en abandonar mis ideales y creo poder compatibilizar ambos sentimientos. -Yo soy más viejo que usted -replicó Clotario- y sé que eso no será posible. Le ruego medite sobre los que le he dicho y sólo regrese cuando haya tomado una determinación." (43) Oscar Ortiz luego de quince días de meditación retornó a ver a Clotario, más resuelto que nunca a casarse. Ante lo ineludible, Blest decidió recibir a Claudia, la

joven a la que durante años había negado la entrada a su casa, golpeándole con fuerza la puerta en la nariz cada vez que iba a buscar a Oscar. Claudia Soto tenía en ese entonces 23 años. Se trataba de una muchacha alta, de cabellos largos e inmensos ojos negros. Una "mansa mina", como afirmaban los amigos de Ortiz. Ella me narra los hechos: "A pesar de los desaires sufridos, yo admiraba a don Clotario, quizás por el respeto y admiración que le profesaba mi novio. La tarde en que Blest anunció que nos recibiría y que por primera vez se abría para mí la puerta de su casa, estaba nerviosa y asustada. Sabía que él se oponía al matrimonio y que tenía mucha influencia sobre Oscar. Don Clotario nos esperaba en la sala, no nos saludó ni tendió la mano. Caminaba de un lado para otro agarrándose la barba, síntoma de una gran indignación. Con voz estruendosa nos dijo: "Tendré que aceptar este disparate, pero desde ya les pronostico que este ridículo idilio no durará más de seis meses. Para mí esto no es más que una atracción carnal. Ahora bien, si ustedes se comprometen después del matrimonio a no tener relaciones sexuales durante tres meses yo creeré que el amor entre ustedes es verdadero." Nosotros dos, consternados y estupefactos, le juramos que así sería. Y aunque a usted le parezca raro cumplimos lo prometido. Después de una privada ceremonia civil, nos fuimos cada uno a nuestros hogares durante los tres meses convenidos." (44) Me contará Oscar Ortiz, años después, que, a pesar de la promesa cumplida, la relación con Claudia no mejoró. "Aún después de anunciarle el nacimiento de mi primer hijo, él no se dio por enterado, lo mismo sucedió con la llegada de Yaritza, nuestro segundo vástago. La primera vez que yo noté un cambio en la actitud de mi maestro fue durante la enfermedad y muerte de mi tercer hijo. Este tercer parto había sido difícil y, desde el nacimiento del niño los médicos consideraron que él no viviría y que había que salvar a la madre. Viendo mi angustia, Clotario abandonó todas sus labores sociales y no se separó de mí durante los diez días de agonía del bebé y de la lenta recuperación de Claudia. Desde esos días se operó un cambio profundo en su actitud, distante y fría, con mi familia. Aceptó a Claudia y con los niños se mostró cariñoso. Para los pequeños pasó a ser un abuelito, el "Tata Tocario" como lo denominaron."

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EL AÑO DEL PLEBISCITO Durante 1980 la dictadura da el salto definitivo a una nueva institucionalidad política y económica. En relación al aspecto económico se producen las llamadas "Siete Modernizaciones" que tuvieron como finalidad la privatización de parte importante del sistema social, como educación, previsión, salud, etc. y cuyo ideólogo fue José Piñera. En lo político, la promulgación por vía plebiscitaria de una nueva Constitución, que reemplaza a las ambiguas Actas Constitucionales, con las cuales hasta entonces se basaba la dictadura; lo que dará en el aspecto jurídico la legalidad constitucional necesaria a una república. La génesis de esta nueva Constitución se remontaba a septiembre de 1973, cuando el gobierno militar le encargó a un grupo de juristas, presidido por Enrique Ortúzar, la elaboración de la Carta Constitucional que reemplazaría a la del año 1925. En agosto de 1976, el General Pinochet, encomienda al Consejo de Estado (46), presidido por el ex Presidente Jorge Alessandri, el estudio final de la nueva Constitución. Durante dos años y a puerta cerrada, el Consejo de Estado se dedicó exclusivamente a redactar este proyecto que estipulaba, entre otras cosas, que el período de transición duraría entre marzo de 1981 hasta marzo de 1986, etapa en la cual el Congreso sería designado por el gobierno de facto. En seguida, durante 1986, se convocaría a elecciones directas de Presidente y parlamentarios. En vísperas de ser entregado este proyecto a Pinochet, en julio de 1980, un grupo de trabajo, designado por el jefe de Estado, se posesiona del texto y lo modifica. Las alteraciones principales fueron: extensión del período de transición a dieciséis años en vez de cinco; a la Junta de Gobierno se le asigna el poder legislativo; el Presidente de la República duraría en su cargo 8 años y no 6 como proponía Alessandri. Antes de darlo a conocer al pueblo de Chile, la Junta decide cuestionar los dieciséis años de transición, considerando que causarían un impacto negativo, resolviendo, entonces, reducir a ocho años este período y completar los dieciséis sólo después de un plebiscito de ratificación por otros ocho años.

Al enterarse Alessandri de esta maniobras, queda profundamente decepcionado, presentando en los días que siguen su renuncia indeclinable al Consejo de Estado. Esta carta renuncia no fue difundida hasta después del plebiscito. La opinión pública, por lo tanto, creyó votar por la constitución gestada por el viejo estadista Jorge Alessandri, que pese a su colaboración con el régimen militar, era considerado un demócrata por la gran mayoría. En relación a este alejamiento del Consejo de Estado del ex mandatario, Clotario Blest opina: "Yo sabía que a la larga Jorge tendría que irse." Como prueba de lo expresado me muestra una carta que tenía guardada de puño y letra escrita por Alessandri, enviada como respuesta a una demanda suya para que intervenga por los detenidos-desaparecidos: "...Sabe cuánto lo aprecio, porque lo considero uno de los pocos luchadores políticos sincero y honrado que no han buscado en la vida pública ningún beneficio ni satisfacción personal. Comprenderá cuan grato habría sido para mí dar una respuesta satisfactoria a sus peticiones. Mi intervención caería en el vacío porque las solicitudes que me formula, no encontrarían ninguna acogida por ser incompatibles con el régimen de excepción que estamos viviendo...Tengo la conciencia tranquila, porque mis archivos dejan constancia de todos los esfuerzos que he gastado en estos últimos años por aliviar los dolores de algunos parientes de desaparecidos. En algunos casos he logrado señalar el paradero de los parientes, pero después de pasado un tiempo se han renovado esos reclamos..." (47) El 10 de agosto de 1980, el General Pinochet informa al país de la realización de un plebiscito para el 11 de septiembre, donde se aprobaría o rechazaría la nueva constitución. La Democracia Cristiana, prácticamente el único partido en actividad abierta, sacó una declaración en que califica la convocatoria como: "Un acto de extrema violencia y una afrenta a todo el país." Añadiendo: "En estas condiciones, el supuesto plebiscito carece de toda validez y, en consecuencia, el texto que se vote, como todos los futuros actos que se ejecuten

en el ejercicio de los poderes emanados de aquel, son igualmente ilegítimos y sin valor." La declaración llevaba cinco firmas: Raúl Troncoso, Jaime Castillo, Tomás Reyes, Carmen Frei y Andrés Zaldívar. Este último agregó un llamado a movilizarse en la forma en que cada uno pueda y aún, a pesar los riesgos, expresar su repudio al acto. "Aún no se pronunciaban si participarían o no en la votación: para unos un fraude estaba en curso y debía llamarse a la abstención; para otros, era preciso jugarse por un NO, combinado con la descalificación del plebiscito" (48) Clotario Blest reacciona llamando a una reunión amplia en su casa, a la cual asisten los dirigentes del FUT, los obispos Hourton y Camus y todos los miembros del CODEHS, entre otros. La gran mayoría deciden, después de largas deliberaciones formar un "Frente por la Abstención" y difundir los postulados de esta posición: 1º esta constitución fue hecha a espaldas del pueblo, 2º El plebiscito no ofrece ninguna garantía de legitimidad porque, a) no existen Registros Electorales, b) no hay libertad de prensa, c) existe Estado de Excepción vigente en todo el territorio, 3º de acuerdo a la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas se puede, dadas las condiciones, otorgar la libertad de no participar. Blest me indica que después de este pronunciamiento que influía sólo en una parte de la oposición, decide entrevistarse con Jorge Alessandri y Eduardo Frei, para que ellos arrastren a la abstención a sus seguidores y así este pseudo plebiscito tenga ilegitimidad. "Desgraciadamente, me agrega, Alessandri me dice que no le corresponde hacer ninguna declaración, pues él ya envió una carta a la Junta sobre su parecer y que espera que la ciudadanía la conozca pronto. Frei me argumenta que está de acuerdo con mi raciocinio, pero que debe consultarlo con su partido y que la decisión final se hará pública en un acto en el Teatro Caupolicán al cual yo seré invitado. La invitación no me llegó nunca y ese día Frei en un discurso llamó a votar NO. Con esa determinación se avaló -ante el mundo entero- esa constitución hecha a la medida de la dictadura. El tirano ganó una vez más." (49)

En el aniversario del Golpe Militar, el 11 de septiembre, se realiza el plebiscito, arrojando los siguientes resultados: SI

4.204.879

67.04%

NO

1.893.420

30.19%

173.56

2.77%

NULOS Votos escrutados

6.271.868

''Al caer la tarde una alegre muchedumbre se congregó frente al edificio Diego Portales. Esa noche Pinochet pronunció un discurso llamando a "quienes impugnaron la pureza de ese acto a deponer tal actitud y reconocer el legítimo triunfo del pueblo de Chile." Hizo varias promesas para los siguientes ocho años: un millón de nuevos empleos, 900.000 casas más, una nueva previsión, un automóvil y un teléfono por cada siete chilenos y un televisor por cada cinco, un Ministerio de la Mujer y un gran Movimiento Cívico Militar de Chile para el cual había que inscribirse en el municipio."

(50)

Todo este clima triunfalista que vivió el gobierno dictatorial tendía a opacar los reveses sufridos meses antes. En marzo de ese año, Pinochet resolvió visitar el archipiélago de Filipinas e islas aledañas invitado por el jefe de Estado de ese país, Ferdinand Marcos para "inaugurar la apertura de nuevos mercados chilenos en el Pacífico sur." Cuando estaba próximo a aterrizar, el gobierno de Filipinas se niega a admitirlo a él y a su comitiva. Como producto de ello se ve obligado a regresar apresuradamente y en pleno vuelo destituye a su Ministro de Relaciones Exteriores, Hernán Cubillos. Para los analistas políticos esto significó -fuera del deterioro de la popularidad de Pinochet- un regreso al poder de los llamados "duros", liderados por los ultranacionalistas y en especial por Manuel Contreras, que promovían como política "la vía represiva en el frente interno y la intransigencia en las relaciones exteriores." (51) Como prueba de la presencia de los duros, el gobierno militar en octubre firma el decreto de no ingreso al país del Presidente de la Democracia Cristiana, Andrés Zaldívar, aprovechando su asistencia a un congreso en Israel. Tres años permaneció Zaldívar exiliado.

Blest en esos momentos lloraba la pérdida de su amigo el obispo de El Salvador. Oscar Arnulfo Romero, asesinado por esbirros de derecha. Así se explica que el 1º de mayo de ese año 1980, sólo pudo conmemorarse en la sede del sindicato IRT a puertas cerradas y rodeado por fuerzas uniformadas. A pesar del clima de miedo reinante, Clotario Blest, lamentando la desunión sindical a siete años de la instauración de la tiranía militar, expresa: "Se debe dejar de lado las ambiciones personales, las ideologías políticas sectarias, por este gran problema de la unidad de la clase trabajadora, sin la cual no será posible redimir a Chile...Oíganlo bien, nosotros seremos responsables de esta traición que cometemos a la clase obrera cuando no nos unimos."

(52)

La asamblea, muda,

escucha al viejo luchador de la unidad. En julio es asesinado en un atentado el jefe de Inteligencia Militar, Roger Vergara. Como consecuencia de esta acción atribuida a la oposición armada, deben renunciar el director de la CNI, Odlanier Mena y el jefe de la policía civil, general Ernesto Baeza. por demostrarse ineptos ante la lucha subversiva. La represión se desata sobre grupos universitarios y periodistas, resultando muerto a raíz de las torturas el joven Eduardo Jara. Antes de terminar el año, el Parlamento de Alemania Federal anuncia la candidatura para el Premio Nobel de la Paz del sindicalista y luchador, Clotario Blest. A esta nominación se adhieren Venezuela, Finlandia y Noruega. En Chile apoyan esta iniciativa ex parlamentarios, intelectuales, artistas, dirigentes sindicales y poblacionales. Esta postulación se mantendrá hasta el año 1990, fecha del deceso de Blest. Con un grupo de mujeres "Sin Casa", a fines de octubre, Blest ocupa las oficinas del SERVIU (Servicio de la Vivienda). Al poco rato son desalojados violentamente, a los golpes y gritos de: "Esto es por el Premio Nobel, para que no te olvides de tu no violencia abuelito cabrón de todas estas mujeres." Después de este apaleo Clotario tuvo que permanecer varios días en cama debido a un esguince y a una vértebra rota.

Para indicar la seriedad y pluralidad con que aplicaba Blest sus principios sobre los Derechos Humanos, debemos mencionar la formación del Comité de apoyo al pueblo polaco, personificado en su líder Lech Walesa y la carta enviada a Fidel Castro donde le pide la libertad del encarcelado sindicalista David Salvador. Meses después, el homenaje que rinde en una plaza a los mártires del levantamiento del pueblo húngaro contra la ocupación soviética: "Tengo la obligación de participar en todos los actos que defienden la libertad y el sindicalismo..." "...Nosotros no aceptamos ninguna dictadura, venga del proletariado o venga de Dios..." Tampoco El Vaticano deja de recibir su reprobación cuando en un comentario del boletín CODEHS escribe: "Es absolutamente necesario que El Vaticano, sede de la autoridad máxima de la Iglesia Católica, explique y aclare lo ocurrido en el Banco del Vaticano, que ha significado el suicidio de dos altos magnates de dicha oficina, cuya manipulación de dinero internacional en nada se diferencia de las oficinas cuyas ganancias en dólares y oro proviene del trabajo del proletariado mundial. Todos sabemos que El Vaticano, sede del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, es un país independiente como cualquier otro y que "por lo tanto está sujeto a la crítica universal". Esto significa que la autoridad máxima de este país, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Juan Pablo II, debe dar una explicación clara y precisa sobre lo ocurrido, ya que este hecho ha sido profusamente divulgado por toda la prensa mundial."

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En diciembre de ese año, la Iglesia Católica realiza su tercer Congreso Eucarístico. Muchos son los invitados: políticos, artistas e intelectuales. Durante el acto de encuentro con la juventud, realizado en la Parroquia Universitaria, los asistentes -casi todos estudiantes- solicitan a Clotario que cierre el acto. Blest de ochenta años, y muy emocionado, entregará a ese centenar de jóvenes lo que podría llamarse su "Testamento Doctrinario", basado en sus vivencias más sentidas: "El cristianismo se demuestra en las acciones, no en las palabras. Creo haber cumplido la doctrina de Cristo, creo haber actuado de buena fe. El cristianismo tiene muchas definiciones, basadas en la historia y la filosofía, pero la

realidad le da una dimensión distinta. El cristianismo es la lucha por alcanzar la justicia, para sacar de la miseria a los pobres, para dar esperanza a los que sufren sometidos a una sociedad corrompida por el dinero. El siglo XX es el siglo del becerro de oro, no digo con patas de qué, sería desagradable. Todos, hoy día, no ambicionan más que el dinero, lo demás no importa, aunque estemos rodeados de pobres que se mueren de hambre. Estamos viviendo un período auténticamente anti-cristiano, porque hemos hecho de la esencia del cristianismo mofa, teatro. Ser cristiano es querer imitar a Cristo y nada más. Pero, ¿quién fue Cristo? Yo lo sintetizaría así: nació en un pesebre y ¿quién, por miserable que sea, no tiene un lugar humano para dar a luz a su hijo? ¿Y cómo vivió? Junto a todos los marginados de la sociedad, aún con los leprosos. Cuando un joven le preguntó ¿Maestro, cumplo yo los mandamientos de Dios? Le contestó: vende todos tus bienes, repártelo entre los humildes y después sigúeme. La respuesta es clara. No justifiquemos nosotros el dinero ¿Cómo murió Cristo? Crucificado por sedicioso y entre dos ladrones. Hoy, en cambio, ¿cómo aspiramos a vivir nosotros? De la manera más cómoda posible, rodeados de toda una mercancía que nos ofrece la sociedad de consumo. Esa postura no es cristiana. Discúlpenme que hable en este tono, pero yo he vivido sesenta años luchando para ese hombre nuevo que será el único capaz de crear un mundo nuevo. Allí está la solución. Hay que transformarse internamente, no externamente. Eso es el cristianismo. No andemos buscando otros epítetos. Y, por favor, no confundir con ese que se hace llamar católico porque va a la iglesia y se golpea el pecho y piensa que eso basta. Al terminar, quiero expresarles que les he hablado con el corazón. Excúsenme que me haya extendido, pero cuando uno está frente a la juventud y mira esos rostros anhelantes, resulta reconfortante entregarles la experiencia de un viejo que dice la verdad. No soy un demagogo, porque pronto me moriré y porque jamás he esperado algún pago en esta vida, absolutamente ninguno. Mi único orgullo es haber nacido pobre y vivir pobre como lo hizo mi maestro Cristo." SOPLAN VIENTOS CONTRARIOS

(54)

En marzo de 1981, coincidiendo con la puesta en vigencia de la nueva constitución, el General Pinochet y parte de sus ministros se trasladan a La Moneda, restaurada casi ocho años después de su destrucción. Ese edificio, símbolo del poder Ejecutivo, debía, según los militares, ser lo que durante casi un siglo fue: el lugar más elegante y alhajado del país. Para el transeúnte común el cambio más notorio fue la desaparición de la puerta de Morandé 80, por donde salió el cadáver de Salvador Allende. El 12 de marzo, día en que empezó a regir el mandato de ocho años de presidencia, el General Pinochet comenzó a actuar en su nueva oficina. Durante la noche se efectuó una recepción en el patio de los naranjos, siendo la más formal de cuantos se recuerdan del régimen. Pese a la imagen de bienestar y fuerza que demostraba ese inicio de gobierno estable, comenzaron muy pronto a manifestarse los síntomas de inestabilidad económica. Hasta ese momento la economía estaba en manos de los Chicago Boys, muchos de ellos redactores del texto llamado El Ladrillo, presentado en agosto de 1972 a petición del ex marino Roberto Kelly, para tener preparado un plan alternativo de economía ante el descalabro económico de la Unidad Popular. Según los marinos "Botar a Allende no cuesta nada, lo importante es qué hacer con el gobierno, como solucionar los problemas económicos." (55) Diez son los economistas que elaboran El Ladrillo : Álvaro Bardón, Juan Braun, Pablo Barahona, Manuel Cruzat, Sergio de Castro, Andrés Sanfuentes, Emilio Sanfuentes, Sergio Undurraga, Juan Villarzú y José Luis Zabala. Este documento dará las pautas de la futura acción en el plano económico del gobierno militar, según lo indica Arturo Fontaine, en su libro "El Presidente Pinochet y sus Economistas". Todas las señales económicas hasta 1980 vaticinaban el éxito de este modelo: superávit fiscal, mejora de la balanza de pago, disminución de la deuda externa y el cobre a buen precio. La aplicación de la libertad de precios y tasas de interés, permitieron la formación del mercado de capitales que posibilitaron la contratación de crédito externo a mediano plazo. Este mercado proporcionaba al público

depósitos a plazo, cuota de Fondos Mutuos y otras operaciones, lo que motivaba que el pequeño y mediano industrial, agricultor y comerciante se involucraran en el aparato financiero. Para que este modelo económico funcionara era imprescindible mantener la inflación absolutamente controlada. Por esto, el equipo económico, sabiendo que el fenómeno inflacionario era endémico procede dogmáticamente a combatirlo, utilizando el mecanismo de cambio fijo consistente en un dólar a 39 pesos. La medida, tomada en julio de 1979 por el Ministro de Hacienda Sergio de Castro, se fundamenta en la paridad con el dólar norteamericano, garantizando una inflación baja similar a la de Estados Unidos. Esta "dolarización" desata un fuerte consumo interno que se manifiesta en supermercados abastecidos con esquisiteces de los más lejanos puntos del planeta, en el aumento de los automóviles, muchos de ellos de lujo, y proliferación de toda clase de productos electrodomésticos. Los empleados y trabajadores también son tentados a adquirir créditos en bancos y financieras. La sociedad se siente partícipe del bienestar general. Algunos aunque sea por primera vez- logran comprar a plazo un televisor o una máquina lavadora. Y aun el obrero calificado posee ahora su auto propio. Salir a turistear tampoco es una utopía, pues con el dólar tan bajo se goza de vacaciones en lugares de ensueño. Desgraciadamente esta bonanza duró sólo tres años. La recesión en Estados Unidos tocó a Latinoamérica y a Chile en particular. El Ministro Sergio de Castro obcecado por el éxito no vislumbró el descalabro que se avecinaba. Varios de sus compañeros de El Ladrillo insistirán inútilmente sobre la necesidad imperiosa de modificar el cambio fijo, pero sus clamores no serán escuchados. "Un implacable Ministro de Hacienda, Sergio de Castro, sufrió durante todo el año 1981 el embate de numerosos y enfurecidos enemigos. Al despuntar el Año Nuevo los presagios oscuros dominaban la escena."

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Ante la baja del precio internacional de el azúcar y frente a la imposibilidad de seguir subsidiando sus actividades, la Compañía de Refinería de Azúcar de Viña

del Mar, CRAV -una de las más solventes del país- paraliza y quiebra económicamente arrastrando a supermercados, Compañías de Seguros, Administradoras de Fondos Mutuos, Plantas elaboradoras de remolacha y variados negocios dependientes de su dirección. Tiempo después, en noviembre de 1981, se intervienen seis bancos y cuatro financieras por insolvencia económica. Los pequeños y medianos industriales que habían sustituido sus actividades productivas por el negocio fácil de la importación, también quiebran. Durante 1981 se produjeron 431 quiebras. Al considerado "mago de las finanzas", el Ministro de Castro, se le exige su renuncia. Su lugar lo ocupa un militar, el general Luis Danús, que como primera medida alza el dólar a 46 pesos. Semanas después, al no surtir efecto esta medida, el general es reemplazado por el economista Sergio de la Cuadra, quien decreta plena libertad cambiaría. Como todo el mundo había creído en el cambio fijo los grandes empresarios, banqueros, continuando con los agricultores, comerciantes hasta los obreros, caen en estado moroso. En 1982 las quiebras ascienden a 626, la cesantía llega al 25,2%, el mercado accionario baja a un 48,8%. Junto a los presos políticos, las cárceles se llenaban ahora de comerciantes, agricultores, transportistas, endeudados con el sistema bancario. El dólar se empinaba en esos días a 90 pesos y las reservas continuaban disminuyendo peligrosamente. El dinero había casi desaparecido. El gobierno militar esperando, mitigar la alta cesantía, crea el POJH y el PEM

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. Los

remates se suceden uno tras otro contra los deudores. La dictadura militar que esperaba paliar esta situación por medio de flujos crediticios del exterior, sufre una gran decepción cuando en agosto de 1982 a causa de la cesación del pago de la deuda externa que afecta no sólo a Chile, sino a toda Latinoamérica los créditos son congelados. Es el término del oxigeno exterior para los deudores. Ante el cariz que tomaba la situación socioeconómica y sus posibles consecuencias políticas, Pinochet efectúa desesperadas maniobras. El 30 de agosto de 1982, asume el cargo de biministro de Hacienda y Economía con

amplios poderes, el empresario y economista Rolf Lüders. Su primera disposición será fijar el dólar a 52 pesos, aboliendo la libertad de cambio. Pero, sin duda, la más espectacular es la intervención estatal del sistema financiero virtualmente quebrado. Entrevisto a Clotario poco después de las medidas del Ministro Lüders: "-Don Clotario, sé que usted no ha sido víctima del descalabro económico que sufre el país, ¿cuál es su juicio sobre esta etapa que ha vivido Chile? -Yo no creí nunca en la trampa del llamado "milagro económico", pues toda esta bonanza era falsa y se debía a créditos de la banca internacional que a la larga tendríamos que pagar todos y con intereses. Traté de advertirles a la directiva de la ANEF y a mis amigos obreros para que tuvieran cuidado y no se endeudaran. Pero era tanta la propaganda y las ansias de la mayoría de poseer lo que hasta entonces era inalcanzable que los consejos de este viejo cayeron en el vacío. Ahora están desesperados. La más popular distribuidora de artículos electrodomésticos, el "Pie Chiquitíto" que facilitaba el acceso a estos bienes en cuotas mínimas, ahora tiene contratados unos matones que confiscan los enseres tan codiciados de la manera más brutal y vejatoria, sólo por el "delito" de no pagar las últimas cuotas y eso que la mayoría han cancelado más de la mitad de la deuda. Ver a esas familias modestas perder tan injustamente sus ilusiones me causa ira. Porque, sabrá usted, que los ricos, como siempre, son los que menos sufren con este colapso. Ellos tienen a muy buen resguardo sus capitales. -Pero, ¿ese drama no trasciende a la opinión pública? -Esta es una tiranía y por lo tanto no existe libertad de expresión. Además el pueblo está tan chequeado con todo lo que ha sucedido en este país que el desánimo y la pasividad es su única respuesta ante estas arbitrariedades." UN VIEJO AMOR NO SE OLVIDA NI SE DEJA

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Durante la conmemoración de la muerte del jesuita Fernando Vives, Clotario organiza -como todos los años-una liturgia a su memoria en la iglesia de San Ignacio. Allí se encuentra con dos de sus antiguos compañeros: Florentino Mateluna y Bartolomé Ramírez. El recuerdo de su guía y padre adoptivo Vives y la compañía de sus hermanos de lucha, evocan en Clotario imágenes dormidas. La novia del pasado le pena durante toda la ceremonia. Al día siguiente, Blest solicita a la madre superiora del Convento de las Carmelitas Descalzas de Los Andes, autorización para visitar a su antigua prometida: la madre Sor Teresa del Sagrado Corazón, en la vida civil, Teresa Ossandón Guzmán. Aunque parezca extraño, dadas las reglas estrictas del convento, la madre superiora -quizás por inspiración del Espíritu Santo- concedió la autorización. Después de 60 años de separación, el octogenario sindicalista se prepara para visitar al amor de su juventud. El 13 de octubre de 1982, le pide a su discípulo Oscar Ortiz que revise su destartalado auto pues ambos emprenderán un viaje a Los Andes. Según me relata Ortiz, en el trayecto de dos horas, Blest permaneció silencioso, como sumido en un profundo sueño. Al llegar al convento, Clotario se dirigió solo al claustro. -Me dijo, agrega Ortiz, que debía cumplir una misión importante y que yo lo esperara hasta su regreso. Después de una hora retornó, venía sonriente y durante todo el trayecto de vuelta a la capital estuvo relajado. Mientras escuchaba por la radio un preludio de Bach -su compositor preferido- opinaba sobre la belleza de los campos que atravesábamos y que a pesar de la aridez de la cordillera, sin embargo, en esa primavera se mostraban verdes y florecidos. A continuación en una actitud confidencial que no le era propia, me dijo: "Estoy en paz. Mi novia, Teresa Ossandón comprendió que la decisión de romper nuestro noviazgo y la de continuar nuestras vocaciones por separado era correcta. Ella ha sido feliz entregada a la oración. Hablamos largo rato sobre nuestras vidas. Fue como reanudar un diálogo inconcluso. Me agradeció mi visita con una sonrisa que

todavía conservo. Fue también una despedida, no necesito repetir este encuentro. Ella está enferma, más que yo. En el más allá volveremos a vernos, aunque yo tendré que pasar un tiempo en el purgatorio. Ahora comprendo que mi soberbia me impidió perdonar y ser tolerante. Debiera haber aceptado -pese a las humillaciones sufridas- la tarea de ser un dirigente como era mi deber. Es difícil para un pobre ser humano seguir las huellas de Cristo sin Saquear"

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Al llegar a Santiago y luego de despedirse de su compañero, le murmuró: "guarde este secreto, no sé por qué se lo he contado. Para todo el mundo esta novia no tiene nombre y está muerta." (60) Sor Teresa del Sagrado Corazón falleció el 7 de diciembre de 1988, a los 86 años, un año y medio antes que Clotario Blest. INTENTOS FRACASADOS DE LA OPOSICIÓN La crisis económica debiera haber sido el detonante -como lo fue en el año 1931 para la dictadura de Ibáñez- de una explosión social. Sin embargo, una y otra tentativa no fueron más que voladores de luces que en algunos casos terminaron trágicamente, como el asesinato de Tucapel Jiménez. A mediados de 1981, el FUT, la CEPCH, la CNS y el CODEHS convocan a un congreso de la CUT, proscrita por la dictadura. A pesar del entusiasmo de muchos y estar fijada la fecha para el 21 de diciembre (aniversario de la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, considerado el día del trabajador latinoamericano), la UDT (Unión Democrática de Trabajadores) a la cual pertenecía la ANEF, decide no participar arguyendo que la presencia de los comunistas no daba garantías democráticas. Pese al fracaso de este proyecto de unidad sindical, la resistencia contra la aplicación de las nuevas leyes laborales se manifiesta a través de la Coordinadora Nacional Sindical encabezada por Manuel Bustos (DC) y Alamiro Guzmán (PC). A mediados de agosto de 1981, Pinochet ordena sus detenciones. Como

consecuencia de estos arrestos se constituye un Comité de Defensa de la Libertad Sindical, integrado por políticos y dirigentes de variadas tendencias, en el que participa Blest. Pinochet al interiorizarse del surgimiento de este comité que no respetaba la legalidad vigente, instruye al Ministro del Interior, Sergio Fernández, para que promulgue el Estado de Sitio y la expulsión masiva de los firmantes. El Ministro del Interior logra persuadir a Pinochet de lo nefasto que sería, para la imagen exterior, tal medida. Se resuelve entonces sólo deportar a cuatro de ellos: Jaime Castillo, DC; Alberto Jerez, IC; Carlos Briones, PS y Orlando Cantuarias PR. Eduardo Frei, después del plebiscito y el exilio forzoso de Zaldívar, toma la decisión de permanecer definitivamente en Chile con la idea de reforzar la posición de su partido y ser una voz crítica y esperanzada ante la situación que aqueja al país. Desde 1975, Frei, esporádicamente en seminarios en el extranjero y en sus libros escritos durante esos años, declara su decepción y preocupación por el rumbo que toma el país: "Nuestra patria tiene que volver al ejercicio de los derechos y de la libertad de cada ciudadano, sin que nadie viva en el temor, en la inseguridad." (61) "La libertad que se aplica en el campo económico, salvo en cuanto a las remuneraciones, es, sin embargo, drásticamente restringida en el campo político y social." (62) "En Chile podríamos preguntarnos si el país tiene hoy más o menos seguridad que antes, sobre todo en lo que se refiere a la situación externa y en especial a los problemas limítrofes, y si el país está ahora en mejores condiciones para afrontarlos o en las peores que ha conocido en todo el período de su vida independiente. Es necesario afrontar seria y decididamente el retomo a la democracia." (63) Mientras el modelo económico comenzaba a despeñarse, Frei que padecía una dolencia incómoda, pero no mortal, la esofagitis, decide en noviembre de 1981, intervenirse quirúrgicamente. De esta operación Frei no se repuso nunca. Su agonía fue larga y dolorosa. El 22 de enero de 1982 fallecía a los 71 años de edad. Su muerte inesperada produjo una gran conmoción. Los exiliados Zaldívar, Castillo, Fuentealba y Huepe, todos demócrata cristianos, viajaron a Santiago,

pero no se les permitió el ingreso, obligándolos a retornar a sus lugares de exilio. El cuerpo del ex Presidente fue velado en la Catedral y una inmensa muchedumbre acompañó sus restos hasta el cementerio, transformándose el sepelio en una manifestación masiva de repudio a la dictadura militar. Pinochet y sus ministros se hicieron presentes en el velatorio de la Catedral. Al entrar son intensa y ruidosamente abucheados. Entre los que dirigen la contra manifestación en la Plaza de Armas se distingue la figura de Clotario Blest. El vacío del líder de la DC se dejará sentir por largo tiempo. Un mes después es encontrado degollado y baleado en su auto particular, un taxi, el Presidente de la ANEF, Tucapel Jiménez. La posible unidad de los trabajadores, fraguada en los meses anteriores y que debía concretarse con la anuencia del General Leigh y sus partidarios, es detectada por la CNI y el asesinato de Jiménez congela, todo posible proyecto de movilización por un año. El plan, dirigido por Tucapel, llamado "Frente Nacional" significaba un arma excesivamente peligrosa para la estabilidad de la dictadura. El crimen - para los detentadores del poder- es justificable. Si bien la clase trabajadora se siente abrumada por sus planes fracasados, los partidos políticos, desde 1979, han comenzado a reorganizarse. Pese a su precaria condición económica y a la persecución contra sus jefes y militantes, su presencia se manifiesta en boletines clandestinos, actos públicos disfrazados de culturales y centros de estudios amparados en ONG (Organizaciones no Gubernamentales). En el sur el descontento de los pequeños y medianos empresarios agrícolas, industriales, comerciantes y transportistas se hace notorio después de las quiebras. Desde octubre a diciembre de 1982, estos sectores se agrupan en una multi gremial que abarca desde la octava a la décima región, encabezada por el dirigente triguero Carlos Podlech. Se inician las acciones con bloqueos de caminos, cierre de comercios y resistencia masiva ante el remate de sus bienes ejecutado por los bancos comerciales. La dictadura replica el 3 de diciembre,

aprovechando el día en que se efectúa una gran asamblea en Temuco. Los asistentes son reprimidos y Podlech es expulsado del territorio nacional. El mismo día en Santiago, algunos meses después de la liberación de Manuel Bustos, la Coordinadora Sindical convoca a una reunión pública con el fin de dar cuenta de un petitorio económico en la Plaza de Artesanos. Mientras Bustos, dirigente textil, y Héctor Cuevas, dirigente de la construcción, daban comienzo al acto, la policía uniformada disuelve a los presentes y aparece por primera vez un grupo de civiles, los denominados "gurkas", armados con cadenas, manoplas y laques que golpean al público sin discriminación. Clotario Blest sufre las consecuencias de esta brutalidad que termina con el y su discípulo Ortiz en la Asistencia Pública. Bustos y Cuevas son deportados a Brasil. LA FUERZA SILENCIADA DE LA MUJER IRRUMPE Los primeros días de enero de 1983, cuando todavía Blest permanece en reposo por la golpiza de la Plaza de Artesanos, paso a saludarlo para desearle un Feliz Año Nuevo. Al entrar a su casa me encuentro con varias mujeres en su sala de estar. Las saludo; son representantes de agrupaciones de DetenidosDesaparecidos, de Ejecutados, Exiliados y Presos Políticos y pobladoras a cargo de ollas comunes. En la sala contigua también trabajan otras mujeres a cargo del boletín y correspondencia. Clotario recibe mis saludos sin ningún entusiasmo: "Un año más viejo, no es para celebrarlo." "-Su casa está repleta de mujeres, don Clotario, ¿y los hombres? -Todos unos cobardes. Deben estar en algún partido de fútbol en el estadio. -Yo creía que usted no tenía experiencia en trabajo con mujeres. -Es verdad, pero hoy día en esta tiranía se ha vuelto imprescindible. No sé que habría sido de Chile sin la fortaleza, dignidad y espíritu de trabajo de la mujer. -¿Cómo es eso?

-¿Ve usted a esas dos mujeres?, la Felisa y la Gloria que son de la población La Bandera y La Pintana. Pocos días después del golpe sus maridos se escondieron y no se ha sabido más de ellos, quedaron solas y con varios hijos. Sin embargo, tuvieron el ingenio y la fuerza para formar ollas comunes que surten de alimento a los niños del sector. Así como ellas, son centenares las mujeres a través de todo Chile las que han tomado la directiva de sus poblaciones, ante la desaparición y la apatía de los hombres. Han organizado, además, dispensarios, huertos medicinales y familiares, compras y distribuciones comunitarias. Han contado, es verdad, con el apoyo de los párrocos tanto católicos como protestantes. Pero a ellas se debe que exista todavía cierta esperanza y una alimentación mínima en esos sitios tan marginales. Hoy Gloria y Felisa han venido a buscar su cuota de leche, aceite, harina, azúcar y un poco de ropa enviada por los sindicatos europeos. -¿Y las demás mujeres? -Ellas ejecutan un trabajo peligroso, al tratar de aclarar la verdad sobre los crímenes atroces que ha cometido esta tiranía. Y son tan valientes que no han trepidado en llegar hasta los cuarteles, en encadenarse a las rejas de los Tribunales, hacer largas huelgas de hambre y demostrar su repudio a gritos en la calle. Pocos son los hombres que se atreven a seguirlas, por eso las admiro y ayudo tanto. La imagen de mi madre está siempre presente en sus rostros. -¿A que se debe esta actitud de los hombres? -Los pocos que han dado la cara siempre se refugian en su militancia, si el partido no está de acuerdo no hacen nada."

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COMIENZAN LAS PROTESTAS Lo que explica el fenómeno social y político de lo que se denominó "protestas" fue la agudización del problema económico y su repercusión en la vida diaria del chileno, especialmente el de clase media y baja. La intervención por el Estado de

los bancos y la moratoria, cuyas cuentas impagas fueron traspasadas a las escuálidas arcas fiscales, redundó en que estas deudas cayeran sobre los hombros de todos los ciudadanos. Presintiendo un próximo estallido social el gobierno decide un nuevo cambio en el equipo económico. El 14 de febrero de 1983 se reemplaza al biministro de Hacienda y Economía Rolf Lüders por el economista Carlos Cáceres y el empresario Manuel Martín, tratando así de conciliar las ideas de un Chicago Boy con un ortodoxo como Martín. La exposición financiera de Cáceres al país, el 22 de marzo describe con descarnada realidad la situación y anuncia la imposibilidad de hacer milagros. Presenta enseguida un paliativo a la crisis: modesta repactación de deudas; programa limitado para la venta de viviendas; drástica reducción de los plazos de las exportaciones y cobertura de las importaciones; recargo arancelario. La concreción del "Programa Cáceres" sufre desde el comienzo dificultades en su aplicación, debido a las permanentes críticas y colisiones que sostiene con su colega Manuel Martín, contrario a esa orientación. La riqueza básica de Chile es el cobre y, por lo tanto, sus trabajadores están afiliados a la confederación laboral más numerosa (alrededor de 50.000). Inmediatamente después del Golpe Militar sus dirigentes fueron fusilados, encarcelados o exiliados. Hasta fines de 1981. el dictador determinaba la nominación de la directiva de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC). Bajo la presión internacional y al elaborarse el nuevo plan del trabajo de José Piñera se opta por derogar el Decreto Ley 198 que estipulaba la designación de 1os dirigentes sindicales desde la cúpula. Al producirse la elección directa es elegido por los mineros cupríferos Emilio Torres, DC, que durante todo el año 1982 trabajó arduamente para recomponer y unificar el disperso campo sindical. En los primeros días de 1983 el sindicato Coya de la División del Teniente, al cual pertenecía Torres, debe desafiliarse de la Confederación al no tener las cotizaciones sindicales al día. Emilio Torres, por lo tanto, se ve obligado a

renunciar transitoriamente en espera de regularizar la situación de su sindicato. Para los dos meses que durará su ausencia propone que lo reemplace Rodolfo Seguel, un joven desconocido en Rancagua, futbolista, evangélico y sin filiación política. El 26 de febrero de 1983 es ratificado por la asamblea. Nunca pensó Torres que este jovenzuelo, ayudante de cajero de 27 años, pasaría a ser la principal figura de la oposición de esos años. Dos abogados laboralistas, Luis Eduardo Thayer y Ernesto Yávar, junto al antiguo sindicalista del cobre Milton Puga, toman a su cargo la instrucción del inexperto nuevo dirigente que rápidamente adquiere las dotes de líder. Aprovechando una asamblea de trabajadores del cobre congregados en Punta de Tralca, el 21 de abril de 1983, Rodolfo Seguel llama a la realización de un paro nacional por 24 horas para el 11 de mayo próximo, siendo su moción aceptada unánimemente. Al conocerse esta sorpresiva decisión, la ANEE, el FUT, la CEPCH, la CNS, la UDT y Blest, en calidad de patriarca del sindicalismo, debaten durante varios días la posibilidad de éxito de este paro. La conclusión es: "Un paro no se improvisa pues requiere preparación." La mayoría de los deliberantes se sienten "pasados a llevar" y ofendidos por no haber sido consultados, deciden no acatar el llamado. Eduardo Ríos, dirigente portuario, y Clotario Blest logran convencerlos de que una iniciativa de esa índole no puede ignorarse y que debe ser aprovechada. Se propone, entonces, como fórmula conciliatoria transformar el paro en protesta manteniendo la misma fecha, el 11 de mayo.

Instrucciones para el día once

Boletín Nº 1

El día 11 de mayo TODOS debemos responder al llamado a PARO NACIONAL formulado por la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y al que han adherido muchas organizaciones sindicales. Esta respuesta debe ser activa y responsable. NINGÚN chileno puede quedarse sin expresar su protesta de alguna manera frente a la grave crisis que vive el país.

Tú puedes participar en este día de mil maneras. Aquí sugerimos varias. 1. Si trabajas en una industria o empresa, debes preocuparte de que se efectúe asamblea de sindicato para que se conozca la declaración de la C.T.C. Allí se puede acordar la adhesión masiva al PARO. Este acuerdo también se puede adoptar si no hay sindicato. Para evitar problemas posteriores, se puede conversar con el empresario o jefe de la empresa para tratar de llegar a un entendimiento de cerrar la empresa ese día. 2. Si es muy difícil paralizar las faenas (después de haber hecho todo lo posible), se puede adherir a la PROTESTA SOCIAL NACIONAL desarrollando las siguientes acciones: a) Haciendo trabajo lento. b) Paralizando faenas por algunas horas, en el mismo lugar de trabajo. c) No asistiendo a los comedores en las horas de almuerzo y/o colación d) Llegando atrasado en la mañana o al turno correspondiente. 3. Además, la familia debe desarrollar las siguientes acciones de protesta: a) Ningún hogar chileno debe mandar a sus hijos a la escuela, colegio o universidad. b) Ningún chileno debe efectuar compras ese día. PARO TOTAL DE CONSUMIDORES. c) Los profesores que no puedan dejar de asistir a su escuela o colegio, deben tratar el tema: "El paro, los trabajadores y la situación general del país" d) NADIE debe ocupar los servicios de movilización colectiva (autos, buses, metro) e) A las 20:00 horas TODO el mundo debe hacer "ruido de cacerolas" f) El que tenga auto particular, transita lento, produzca congestión en el centro de la ciudad durante el día. Y al volver a casa, hágalo tocando la bocina especialmente a las 13:00 y a las 18:00 horas.

4. En el barrio se debe informar casa por casa que el día miércoles 11 hay PARO NACIONAL Y/O PROTESTA SOCIAL NACIONAL contra la política del gobierno. Conversar con dueñas de casa y choferes de micros, taxis,camiones, etc... CHILENO: hemos perdido todo. Sólo nos queda nuestra dignidad. En este día 11 la mostraremos al gobierno, de manera responsable, que estamos en contra de su política económica social y laboral. Que no toleramos más la brutal represión. Le diremos a las autoridades que queremos recuperar nuestra libertad y nuestra democracia. NINGUNO de nosotros tiene derecho a esperar que otros hagan lo que a él le corresponde. CUANDO UN PAÍS SE PONE DE PIE Y DICE BASTA A LA INJUSTICIA Y ARBITRARIEDAD, NO HAY GOBIERNO QUE RESISTA. ESTE 11 INICIAREMOS UN MOVIMIENTO POR EL CUAL LOS CHILENOS DEMOSTRAREMOS QUE AUN TENEMOS DIGNIDAD. EL 11 SE INICIARA LA "NO VIOLENCIA ACTIVA" POR LA RECUPERACIÓN DE NUESTROS DERECHOS. CADA CHILENOS TIENE UN DERECHO QUE CUMPLIR. ¡PUES A CUMLIRLO ... COMO CHILENO! Copie este instructivo y hágalo correr. HAGA VOLANTES Y PALOMAS CON ESTAS IDEAS. Circulaba también la siguiente misiva, que era enviada por correo y cantantes populares la entregaban de mano en mano en buses y calles: CADENA DE LA RESISTENCIA ACTIVA NO-VIOLENTA Señor(a)____________________ Mediante esta carta alguien -que es un amigo(a) o un conocido(a) suyo- le comunica que le escogió para que se integre a esta Cadena no-partidista (pero de ninguna manera contraria a su adhesión a algún partido) de Activa pero noviolenta Resistencia al actual Régimen de Hambre y Opresión que agobia a todos los estratos sociales de nuestra Patria.

El objetivo de esta Cadena es promover una Revolución de Las Conciencias que despierte a quienes somos el pueblo de Chile y nos una en una sola Voluntad que exprese masivamente el anhelo de las grandes mayorías nacionales de retorno a la Justicia y a la Democracia. Si usted está de acuerdo con el contenido del poema-llamamiento adjunto: "Lázaro", continúe y aumente esta cadena enviando por correo copia a máquina o fotocopia de esta carta y del poema a 5 ó 10 personas amigas o conocidas que usted cree que pueden seguirla. Al hacer esto usted se hará un bien a sí mismo(a) y a Chile, ayudando a despertar a nuestro Lázaro dormido por el miedo y la incomunicación. De no hacerlo, ayudará en cambio a prolongar este sistema de pesadilla, o a favorecer la Vía Violenta. Si no quiere que esto siga hasta el año 2000, o lleve al pueblo a levantarse en armas, adhiera de inmediato a esta Cadena y participe en la próxima Jornada Nacional de Protesta No-Violenta. El lema es: DEMOCRACIA AHORA. LÁZARO ¡Lázaro despierta, ponte de pie y camina! ¡El Pueblo no muere, el Pueblo no pasa, el César y el Imperio sí! Lázaro vencido. Lázaro abajado: ¡Levántate y anda! Sube a la luz y nace el nuevo día. ¡Levántate, Lázaro pueblo! Despiértate del sueño en que te tuvo sumido la opresión, la mentira, la amenaza Resucita una vez más para que el mundo te vea y crea en la justicia,

para que tiemble el amo del sistema y comprenda que tiene el tiempo medido Lázaro humilde, Lázaro caído: ¡Despierta! Y alza tu frente, abre tus ojos al futuro, abre tu boca y habla... Y luego. Lázaro querido, enciende el fuego del honor, el puñal de la esperanza. Reparte la luz de Jesucristo y de Krishna y de Buda; también la del Diamat, la de Mahoma, la de Simón el pobre y la del siervo de tu casa. ¡Tú eres el redentor. Lázaro pueblo, tú serás siempre el que cumpliendo con el cielo, haga su propia redención! El día 11 desde temprano los dirigentes del Comando se reunieron en su sede. Al transcurrir la mañana el pesimismo cundía. El paro laboral era un fracaso y los instructivos para la protesta sólo se cumplían débilmente. Ante este revés, los dirigentes deciden salir a diversos lugares claves para fomentar la agitación. Clotario Blest y Oscar Ortiz se dirigen a las poblaciones del sector sur. Como táctica el gobierno militar decidió ignorar todo el plan fraguado por sus enemigos. Para ridiculizarlo, ¡qué mejor procedimiento que mostrar un país laborioso y en calma, con las radios transmitiendo la música de moda! A las 20 horas, aprovechándose de la oscuridad otoñal, comienza a través de toda la capital a escucharse un ruido ensordecedor de golpes de cacerolas que salían por puertas y ventanas. Manifestantes de todas las edades invadían de a poco las calles obstruyendo, los más osados, el tráfico vehicular con fogatas improvisadas. Hasta en el barrio alto los autos recorrían la comuna tocando sus bocinas. Pero

donde la "protesta" era un éxito total era en las llamadas poblaciones marginales que rodeaban Santiago. Ante este cuadro, la dictadura perdió su indiferencia y mandó a todas sus fuerzas de carabineros, apoyadas por helicópteros, a restablecer el orden. Sin embargo, a medianoche la fuerza pública no lograba controlar la situación. El saldo de esa jornada fue centenares de detenidos, quinientos heridos y un muerto. Para los integrantes del comando convocador a la protesta, esta agitación espontánea y sorpresiva del 11 de mayo de 1983 indicaba un mayor descontento a lo imaginado que por primera vez después de diez años, se expresaba bulliciosamente. Por fin se había logrado vencer el miedo y sacar de su apatía a la ciudadanía. La dictadura, ante lo sucedido, sintió que demostraba su poder, poro ante la intempestiva fuerza de descontento, prefirió querellarse judicialmente contra los convocantes, desechando la expulsión por temor a radicalizar la situación. Con su astucia acostumbrada, Pinochet invitó a dialogar a tres dirigentes: Flores de la ANEF; Mujica de la CEPCH y Ríos de los Portuarios. Ellos pese a su disposición pacífica no lograron sustraerse a las fuerzas que exigían continuar con las "protestas". En preparación para la segunda protesta, fijada el 14 de junio, se constituye el Comando Nacional de Trabajadores (65), primera organización laboral unitaria que se da en plena dictadura. En esa oportunidad Blest es designado Presidente Honorario. La plataforma de lucha lanzada al país el 20 de mayo de 1983, es la siguiente: 1. Término de los estados de excepción, especialmente del Estado de Emergencia en todo el territorio nacional y democratización automática de las universidades. 2. Derogación del Artículo 24 Transitorio de la Constitución Política de 1980, y apertura de los Registros Electorales.

3. Transparencia en la tramitación de las leyes, para lo cual deberá elegirse un Parlamento con participación de todas las tendencias políticas. 4. Regreso de todos los exiliados. 5. Derogación de toda clase de medidas o disposiciones de censura a los medios de comunicación social, como asimismo la prohibición o restricción para la edición de libros, revistas, folletos, diarios, etc. 6. Elaboración de un inmediato plan de emergencia para absorber la cesantía, creando fuentes de empleo productivo y eliminando el PEM y el POJH. 7. Restauración de la legislación laboral y de seguridad vigente hasta el año 1973. 8. Restablecimiento de las leyes 16.625 para el sector campesino; 16.724, para el sector marítimo-portuario; del estatuto de los trabajadores del cobre y restitución de los salarios mínimos y tarifados por rama profesional. 9. Reincorporación de todos los trabajadores despedidos de la Administración Civil del Estado y del sector Privado, desde 1973 en adelante, y término a los despidos de trabajadores del sector público y privado. 10. Transparencia en los sueldos y remuneraciones del sector público y privado, terminando, en consecuencia, con los roles secretos de jefes y ejecutivos. 11. Devolución de las personalidades jurídicas, y el total de sus bienes y patrimonio, a las organizaciones de trabajadores disueltas por decreto, incluyendo la organización de los funcionarios de prisiones, del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación, de la Confederación de Empleados Particulares de Chile y de la Central Única de Trabajadores. 12. Reajuste de sueldos y salarios para todos los trabajadores del sector público y del sector privado, que resuelva como mínimo las necesidades básicas de los trabajadores.

13. Derecho a la disidencia para usar cadenas de radio y televisión e inserciones en la prensa escrita. (66) Un día después, Clotario sufre un grave atentado que podría haberle costado la vida. Después de dos días de hospitalización y estando de regreso en su casa lo entrevisto: "-Don Clotario, cuénteme, ¿cómo sucedieron los hechos? -A mediodía del feriado 21 de mayo, sentí que golpeaban la puerta y fui a abrirla. Allí me enfrenté con un sujeto que a bofetadas me arrastró hacia el interior del patio. Comenzó entonces a azotar con furia mi cabeza contra el suelo de baldosas, gritándome: "hasta cuando jodes a los rotos, viejo h...Te voy a matar." Sentí en ese instante el filo de un puñal que se incrustaba entre mis costillas. Algo sucedió en ese minuto, algo milagroso, pues mi agresor sorpresivamente me soltó y salió huyendo. -¿Y qué hizo usted? -Estaba semi inconsciente y no podía moverme. Creo que el vecino vio al tipo arrancar y como dejó la puerta abierta, entró y llamó a la ambulancia. Para mí que el alma de mi madre se hizo presente y evitó mi muerte. -¿Es verdad, como escuché por radio, que Pinochet envió hoy en la mañana su edecán para inquirir sobre su salud? -Así es. Este tirano no trepida en nada para engañar al pueblo. Ahora quiere parecer como un buen samaritano."

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Mientra se acercaba el día designado, Pinochet por cadena de radio y televisión, culpa a '". Unión Soviética de financiar a los opositores. En cambio, el recién elegido Presidente de la Corte Suprema, Rafael Retamal, dictaminaba que "protestar no era un cielito sino un derecho."

Después de esa declaración el comando acusado fue absuelto. Circulaba, desde semanas antes, entre los ciudadanos el siguiente comunicado: "Se llama a toda la comunidad a protestar en la misma forma pacífica anterior, para el día martes 14 de junio de 1983, de la siguiente manera: 1. No pagar ninguna cuenta ni hacer trámites ese día; 2. No tomar movilización colectiva y no salir de las casas; 3. No comprar nada ese día; 4. No asistir los niños al colegio; 5. Día del silencio para el trabajador en su trabajo; 6. No tomar movilización de las empresas; 7. No entrar a los casinos; 8. Cacerolazo a las 20:00 horas; 9. Apagón de luces, de 20:00 a 21:00 horas y 10. Bocinazos a las 20:00 horas." (68) El día 14 de junio de 1983 se produce la segunda "protesta". Desde el mediodía la ciudad de Santiago parecía desierta, hasta el transporte público y el comercio adherían al instructivo. Los diez puntos de las órdenes fueron cumplidas en un 80%, no sólo en Santiago, sino, también en las principales capitales del país. Al atardecer la dictadura mandó retirar las fuerzas policiales de las calles, lo que provocó que grupos de exaltados aprovecharan para cometer actos de vandalismo, de los que el gobierno militar culpó a la disidencia.

El Comando Nacional de Trabajadores estaba eufórico. Para ellos esta segunda protesta colmaba todas las expectativas. La siguiente, designada para el 12 de julio, podía significar, si se alimentaba la efervescencia, la caída de la dictadura. En la madrugada Seguel y sus compañeros fueron detenidos, acusados de "conspirar contra el Estado". Al conocerse la noticia, los mineros, a lo largo del país paralizaron sus faenas. El saldo de esa jornada fue de cinco muertos. Durante la semana siguiente las cárceles se repletaron de dirigentes sociales y laborales. Para comprender la situación de la oposición partidaria debemos hacer historia sobre lo que sucedió durante los años anteriores en los grandes partidos políticos de la izquierda. El Partido Comunista que funcionaba dentro de Chile se reestructura en 1975 a base de dos frentes. Uno dirigido por el catedrático Fernando Ortiz y el otro por el dirigente sindical Víctor Díaz. Ambos son detenidos por la DINA en mayo de 1976 y su paradero se desconoce hasta hoy día. En 1978, Gladys Marín, Manuel Cantero y Hugo Faccio forman el Frente Amplio Anti Fascista que demuestra su operatividad con un apagón general en todo el país en 1980. En diciembre de 1983, se crea el brazo armado del Partido Comunista llamado Frente Patriótico Manuel Rodríguez, FPMR, que adopta la vía armada como táctica. El Partido Socialista también se reestructura en 1975, siendo igualmente descabezada su directiva. Carlos Lorca, Exequiel Ponce, Armando Camus caen en manos de la DINA. Dos años después, superado este revés, forman un comité político encabezado por Eduardo Long Alessandri que funciona durante tres años en la casa de Clotario Blest. Este comité político socialista se rebeló contra la directiva socialista del exterior. Recién en 1980 los partidos de oposición logran coordinarse a través del Proden y la Multipartidaria.

El escenario para la Tercera Protesta se presentaba confuso. Los dirigente sociales que hasta ahora las habían dirigido estaban encarcelados y los políticos representados por el Proden y la Multipartidaria pugnaban por ser ellos los protagonistas. Aunque, hasta entonces, no habían dado la cara, consideraban que era el momento de hacerse cargo del descontento social. La primera dificultad fue dar a conocer al público la fecha y quién convocaba. Se decidió que el portavoz fuera el Presidente de la DC, Gabriel Valdés. Debido, sin embargo, a la rígida censura de prensa, el llamado es silenciado. Los panfletos mandados a imprimir son detectados y confiscados por la CNI, lo que acarreará la detención e incomunicación por una semana de Gabriel Valdés, Jorge Lavanderos y José de Gregorio, todos militantes DC. Pese a la falta de medios de comunicaciones, la ciudadanía se ingenió: rayados de muros, globos pintados, canciones improvisadas, y panfletos artesanales escritos a mano, poblaron las calles del país. El martes 12 de julio estalla la conflictiva protesta a pesar de un toque de queda nocturno. El estrépito de las cacerolas, las fogatas y las barricadas especialmente notorias en las poblaciones marginales, sumadas ahora a grupos armados rudimentariamente que no corresponden a los instructivos centrales, son la tónica nueva que marca ésta y las futuras protestas. Algunos sindicalistas sintiéndose postergados por los políticos, deciden distanciarse del Comando de las Protestas. Entre ellos Clotario Blest. Hugo Estivales, Vicepresidente de esa entidad describe el hecho: "Ellos eran un cacharro diez años en desuso, todo oxidado y nosotros estábamos funcionando normalmente. Nos pidieron, los señores políticos que les diéramos un empujoncito. Cuando partió el auto nos dejaron botados en el polvo del camino. Se arrancó el auto cuando nosotros estábamos en el suelo, pero antes nos arrebataron las banderas y salieron arrancando no se sabe para donde."

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Blest

explica su renuncia. "Nuevamente los políticos, habiendo utilizado la organización y el esfuerzo de los sindicatos, se quedan con el poder. Una nueva etapa, al estilo

de ellos, de componendas y conversaciones a espaldas del pueblo, se iniciará." (70) Desde ese instante, la tregua planteada por Blest, entre los partidos políticos y él después del Golpe de Estado se dará por finalizada. Públicamente alzará su voz contra la clase política. LA TÁCTICA DE LA "DICTABLANDA" El éxito de las protestas creaba un problema grave a la solidez del gobierno militar. Estudiar las causas y controlarlas se transformó en la tarea primordial del equipo de gobierno. El diagnóstico fue breve y claro: el descontento se debía a la política económica que no lograba repuntar y a una movilización social descontrolada de consecuencias políticas difíciles de manejar. El problema debía ser atacado por los dos flancos. El General Pinochet, decide entonces, recurrir a Sergio Onofre Jarpa, otrora cacique del Partido Nacional, quien poseía un diseño político y económico para la emergencia. Semanas después de la Tercera Protesta los partidos políticos de oposición, Derecha Democrática Republicana, Democracia Cristiana. Social Democracia, Radicales y una fracción de los socialistas deciden crear la Alianza Democrática (AD) a cuya cabeza queda el demócrata cristiano y ex Canciller de Frei, Gabriel Valdés. Los objetivos eran: a) Renuncia del General Pinochet, b) Convocatoria a una asamblea constituyente para una nueva Constitución, c) Formación de un gobierno provisional por 18 meses que llamaría a elecciones. La Alianza Democrática convoca entonces a la Cuarta Protesta. El 10 de agosto de 1983, para conjugar el peligro que se avecinaba. el Jefe de Estado nombra a Sergio Onofre Jarpa, Ministro de Interior con rango de Primer Ministro, para que implemente el llamado Plan Jarpa. Como medida urgente, el nuevo Ministro copa las calles de Santiago con dieciocho mil efectivos de las Fuerzas Armadas, esperando que esa medida logre hacer abortar la Protesta. Sin embargo, la movilización social se manifiesta con más virulencia que las veces

anteriores, arrojando un saldo de 89 civiles muertos, causando un gran impacto nacional e internacional. Los días siguientes, los sectores opositores y la Iglesia Católica deciden formar una comisión investigadora sobre los sucesos, siendo elegido Clotario Blest como su Presidente. La dictadura por medio de un decreto oficial prohíbe la constitución de dicha entidad. Ante la incertidumbre sobre el futuro, la Iglesia Católica a través de su nuevo Arzobispo de Santiago, Francisco Fresno, llama a dialogar al gobierno y a la oposición, ofreciéndose como mediador. El Ministro acepta siempre que se modifiquen las exigencias de la Alianza Democrática. El 25 de agosto en casa del Arzobispo de Santiago se reúnen ambas partes. La Alianza Democrática presenta un nuevo petitorio que no exige la caída del dictador: 1) Término inmediato de los Estados de Emergencia: 2) Término del Artículo 24 Transitorio de la Constitución: 3) Dictación del la Ley Electoral: 4) Reconocimiento de los partidos políticos; 5) Retorno de los exiliados; 6) Libertad de Información y la posibilidad de editar periódicos; 7) Libertad de Reunión; 8) Adopción de medidas para el pleno esclarecimiento de los hechos ocurridos en la última protesta y reintegro de los trabajadores del cobre despedidos. El gobierno responde dando término al Estado de Emergencia y al Toque de Queda; levantando la censura a la correspondencia y permitiendo una relativa libertad de prensa. Además autoriza el ingreso de 1.120 exiliados. Para la gran mayoría opositora el acuerdo Alianza Democrática y gobierno fue un fraude. Los centenares de heridos y los 86 muertos merecían algo más. Clotario Blest, al pronunciar una charla ante dirigentes de cooperativas campesinas en un lugar privado en las afueras de Curicó, expresará: "Los políticos en el diálogo de ayer no lograron más que migajas que no acarreará la caída de la dictadura."

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Los disidentes opositores a estas gestiones, representados por comunistas, socialistas almeydistas, miristas e independentes de izquierda crean el Movimiento Democrático Popular, el MDP, con Germán Correa de líder. Desde ese momento existirán dos estrategias para enfrentar al gobierno militar, que durarán hasta el

atentado a Pinochet en septiembre de 1986. Una basada en la negociación; otra que aceptaba toda forma de lucha contra la dictadura para lograr su total derrocamiento. Las llamadas Protestas, durante el último trimestre de 1983 serán reemplazadas por imposición del Ministro Jarpa- por un acto masivo en el Parque 0'Higgins. Esta concentración que se llevó a cabo en noviembre, aunque multitudinaria, no causó ninguna alteración en la vida cotidiana de la capital por el hecho de efectuarse en un lugar limitado. En lo concerniente a la economía, el Ministro Jarpa acoge las peticiones de los empresarios decaídos, renegociando sus deudas pendientes y alejando a los Chicago Boys del equipo económico. "La tormenta de las protestas, que en siete meses transformó la fisonomía política del país y reveló las explosivas tensiones acumuladas en la estructura social, amainó con el fin del año 1983. Muchos fenómenos convergieron para producir ese efecto. El cansancio, la violencia, el miedo, la manipulación, las vacilaciones de los dirigentes...Pero uno de los fenómenos más relevantes había sido el diálogo entre le Ejecutivo y la Alianza Democrática, un inédito intercambio que concentró fuertes expectativas sobre una solución negociada."

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Al saludar a Blest, como era mi costumbre al iniciarse otro año, me responde adolorido: "Yo que tenía la certeza, que no moriría hasta no asistir a la caída de este tirano, siento ahora que la muerte la tengo encima y que esta dictadura sigue tan campante como en los primeros años."

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TODO FUE UNA MASCARADA Los primeros meses de 1984 -coincidiendo con el verano- Chile presentaba una nueva cara, más relajada y alegre. Al suprimirse el toque de queda, reapareció la vida nocturna y al desaparecer la censura se estrenaron películas prohibidas. Por radio, televisión y prensa escrita, surgieron debates y foros políticos.

Se recuerda, además, tres grandes manifestaciones públicas: la de la CUT, la de las mujeres y la del Partido Socialista, realizadas en el Teatro Caupolicán con capacidad para ocho mil personas. Todas vibrantes y con un lenguaje político audaz. Sin embargo, en marzo ya no cabía duda de que las movilizaciones sociales debían ser reactivadas. Bajo esta presión, el Comando Nacional de Trabajadores vuelve a llamar a una protesta para el 27 de marzo. La Alianza Democrática y el Movimiento Democrático Popular se pliegan a este llamado. El gobierno militar responde reimplantando el Estado de Emergencia y, para ese día, el toque de queda. Igualmente dictamina la censura sobre cuatro revistas opositoras y tres radios emisoras. Durante esta protesta el Ministro Jarpa, resuelve recorrer los barrios de Santiago en un jeep militar, y Pinochet -que por primera vez durante un descontento social se queda en Santiago- sobrevuela la capital en un helicóptero, desde el cual mira atónito las fogatas de las poblaciones que iluminan y cercan como un gran cinturón de fuego a la ciudad. La reacción de la dictadura, ante el fracaso de los planes para detener los estallidos sociales, no se hace esperar. Mantiene el Estado de Emergencia y la censura a los medios de comunicación; una semana después, en un nuevo giro de la política económica, incorpora al dirigente empresarial Modesto Collados como titular de Economía y como Ministro de Hacienda al tecnócrata de la Universidad de Chile y hombre de confianza de Jarpa, Luis Escobar Cerda. La oposición está ahora tácticamente de acuerdo en que el Paro Nacional es la palanca que derribará a la dictadura. Pero para que una Huelga Nacional sea exitosa es necesario un acuerdo amplio de las bases. Clotario Blest de 83 años y que desde hacía una año criticaba las decisiones cupulares del Comando Nacional de Trabajadores, resuelve impulsar un "Encuentro Nacional de Dirigentes y Organizaciones Sindicales" en Punta de Tralca el 7 y 8 de abril de 1984. Su principal propósito era: Reconocer al Comando Nacional de Trabajadores como el máximo organismo sindical, pero una vez lograda una democratización interna

donde las bases orienten las decisiones. Rodolfo Seguel, Presidente del Comando, denuncia públicamente a Blest Como "Un elemento disociador que atenta contra la unidad del movimiento sindical..." "No se dejen sorprender por pretexto demagógicos que, en todo caso, le hacen el mejor de los favores al régimen imperante..." Al día siguiente, 5 de abril, aparece la respuesta de Clotario que acusa a Seguel de: "Posero, oportunista y teatrero" agregando "para algunos sectores de trabajadores este señor no ofrece confianza porque es un ambicioso de liderazgo, pues él es un dirigente más político que sindical." (74) El enfado de Blest, explica la crónica, se remontaba a mediados de marzo de 1983, cuando en la reunión de Puente Alto, en que la CNT acordó la Protesta del 27 de ese mes, no se admitieron a los seguidores de Blest, o sea a los dirigentes de la Confederación de los Sindicatos de Maipú (FESIMA), la Federación de Unidad Sindical y la Federación de Sindicatos Portuarios, lo que provocó gran malestar entre estos sectores sindicales, que acusaron a Seguel y Bustos de "dirección sindical dictatorial". El dirigente minero, Hugo Estivales, meditando sobre esta discrepancia, dirá: "Las pasiones y celos sindicalistas, son peores que las de los homosexuales" (75) A la semana siguiente, ante estas presiones, el Comando de Trabajadores amplía su base social formando el CONFASIN (Confederación, Federación y Sindicatos Nacionales) como órgano resolutivo de las decisiones finales. En junio y julio de 1984, al recrudecer el terrorismo de Estado, Blest encabeza diversas manifestaciones de repudio, siendo la más importante la del 10 de agosto, denominada la Jornada por la Vida, donde él y el Cardenal Silva Henríquez, son sus principales organizadores. Ese día casi todo el país hace causa común con este llamado. En medio de una ciudad paralizada, la muchedumbre se congrega en la Plaza de Armas y sectores vecinos llevando una flor y una vela como símbolo de vida. Clotario, cada vez más delgado y caminando con esfuerzo, abre la ceremonia a las 15 horas, encendiendo la primera vela que deposita en el pavimento, pidiendo paz y fraternidad entre los hombres. Desde ese instante un continuo peregrinar con velas y flores se manifiesta durante la tarde en

la Plaza de Armas y calles de las grandes ciudades, constituyendo al oscurecer un impresionante espectáculo de flores y millares de velas encendidas. En sepiembre, para el aniversario de la toma del poder de Salvador Allende en 1970, el Movimiento Democrático Popular, pide que se haga un acto recordatorio por la muerte del "Presidente mártir" y por los centenares de muertos de esa fecha. Los únicos que responden entusiastamente al requerimiento son las poblaciones obreras que rodean al Gran Santiago. La Población La Victoria considerada la más organizada y combativa - es la que sufre la mayor represión y una bala loca destinada a aplacar la revuelta, mata al sacerdote francés André Jarland, mientras él leía la Biblia en su cuarto de la parroquia. Este asesinato a un cura extranjero, ayudante del párroco Pierre Dubois -el más querido y popular de las barriadas- causa una gran conmoción. Al entierro de André Jarland, cuyo cortejo atraviesa gran parte de Santiago, asisten los prelados y pastores de las iglesias, el cuerpo diplomático y los políticos de oposición, fuera de millares de ciudadanos. Encabezando la marcha fúnebre en una camioneta descubierta iba Clotario Blest llevando en una mano un clavel rojo y en la otra una vela encendida. Hasta octubre de 1984 la oposición -controlando la efervescencia política- había esperado el cumplimiento de la promesa del Ministro Jarpa de llevar a cabo la Reforma Constitucional, planteada en febrero de ese año. Consistía en la elección directa de un 50% de un Congreso Parlamentario y, para los dos años siguientes, en un llamado a comicios presidenciales. Al desconocer Pinochet públicamente esta apertura -propuesta por Jarpa- los políticos disidentes optan por provocar un Paro Nacional como medida de coacción. El 30 de octubre de 1984 se produce el Paro con relativo éxito a lo largo del país. Para muchos analistas políticos el clima de insurrección había pasado: los empresarios, comerciantes y sectores medios no se habían plegado al Paro, pues estaban comenzando a recibir los beneficios de la reactivación económica. Al sentirse el gobierno militar apoyado por estos estamentos sociales, decide demostrar su fuerza y aniquilar las intenciones de los sediciosos, decretando el Estado de Sitio, el toque de queda y la relegación de centenares de dirigentes favorables al Paro.

Frente a esta situación, Clotario Blest privilegia, en estos últimos meses de 1984, los boletines acusatorios contra la violación de los Derechos Humanos y recorre el país visitando a los prisioneros y relegados. LA DICTADURA CULEBREANDO SE APROVECHA DE LA DESORIENTACIÓN OPOSITORA Los frenos impuestos por Pinochet al plan de apertura de Jarpa, culminan con su renuncia y la de su equipo. El 11 de febrero de 1985 se reajusta el ministerio, quedando Ricardo García, empresario y abogado, como Ministro del Interior, y Hernán Büchi, ingeniero comercial y administrador de empresas, como titular de Hacienda. La misión del ministerio era la de mantener los objetivos de la Constitución de 1980, que señalaba que hasta el año 1988 no habría ninguna apertura y sólo en esa fecha se llamaría a un plebiscito sobre la continuación o no de Pinochet al mando de la nación. En relación a la economía, al reingresar los Chicago Boys se pretendía "no más castigos ni inculpaciones; capitalización de las empresas; fórmulas para que los deudores salgan de su situación; ayuda a los pequeños exportadores; saneamiento de las instituciones financieras y normalización del mercado de capitales." (76) para llegar al plebiscito, tres años después en un floreciente estado económico. A fines de marzo en Concepción una bomba puesta por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (destacamento armado impulsado por el PC.) estalla en un hotel dejando como saldo dos carabineros muertos. La DICOMCAR (77) decide aniquilar a tres altos dirigentes del PC, raptando y degollando a José Manuel Parada, empleado de la Vicaría de la Solidaridad, a Santiago Nattino, publicista y a Manuel Guerrero, profesor y dirigente de la AGECH (78). Este crimen sanguinario contra tres conocidos profesionales conmociona profundamente al país, acarreando en las investigaciones posteriores a cargo de un juez civil, la caída del miembro de la Junta de Gobierno, César Mendoza,

General de Carabineros, por su directa implicancia. Durante la multitudinaria exequia donde asiste lo más representativo de la oposición resalta la larga barba de Clotario Blest, que pese a sus 85 años de edad acompaña en su trayecto kilométrico a la multitud doliente. A mediados de junio de 1985 el gobierno militar suspende el Estado de Sitio. "El levantamiento del Estado de Sitio fue un duro golpe para Pinochet, pues hasta el último momento se resistió a la petición norteamericana en tal sentido. El ultimátum de Washington condicionaba los créditos para negociar la deuda externa." (79) Esta dictadura comenzaba a molestarlo. La marcha de la economía le era grata. El "hermano mayor del norte" satisfecho, debía ahora limpiar su imagen y propiciar alguna salida democrática, ojalá sin la persona de Pinochet. Para celebrar el décimo catorce aniversario de la Nacionalización del Cobre, efectuada bajo el gobierno de Salvador Allende, la Confederación de Trabajadores del Cobre, invita a Rancagua -como oradores centrales- a Tomic y Blest. Clotario que desde hacía dos semanas comenzaba a sentir los deterioros propios de su edad, no pudo levantarse de su lecho para asistir al acto, mandando una carta de excusas que fue muy aplaudida. El 15 de agosto de ese año, Blest parcialmente restablecido, asiste invitado al vigésimo aniversario de la fundación del MIR, que se efectuó a -puertas cerradasen el local sindical de Mademsa. Los centenares de miristas allí presentes le rindieron a Blest un ruidoso homenaje como su fundador y le obsequian una estatuilla del Quijote. Clotario respondiendo a las palabras del sacerdote Rafael Maroto -desde 1973 representante público del MIR- expresa: "...Me resulta halagador que ustedes recuerden a este viejo enfermo que hace 20 años ayudó a levantar este movimiento. Aunque no siempre estuve de acuerdo con sus planteamientos no puedo dejar de rendir un tributo a todos los jóvenes dirigentes y militantes que -consecuentes con sus ideales- entregaron sus vidas en la lucha contra la tiranía..." (80)

Durante ese invierno la opinión pública fue sorprendida con el anuncio de la entrega de una parte de la Isla de Pascua a fuerzas militares norteamericanas. Al filtrarse la noticia un grupo de personalidades encabezadas por el conocido político Radomiro Tomic forman el "Comité de Personalidades de Defensa de Isla de Pascua" que integraban alrededor de una cincuentena de conspicuos ciudadanos, como Bernardo Leighton, Manuel Sanhueza, el sacerdote Cristian Precht y Clotario Blest. Pese a la campaña del comité, el gobierno otorga el permiso para una base norteamericana. Las cúpulas políticas, incluyendo a dos de los principales sostenes de la dictadura, el Partido Nacional que presidía Germán Riesco y el Movimiento de Unidad Nacional que encabezaba Andrés Allamand, deciden en agosto de 1985 -bajo la sugerencia de la Iglesia- suscribir el llamado "Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia Plena", con el fin de ser un interlocutor en negociar la apertura democrática con la dictadura. El documento, tres meses después de su entrega al Ministro del Interior, fue rechazado sin explicación. Pinochet sólo comentó: "Mejor demos vuelta la hoja." LA ESPONTANEA REACTIVACIÓN DE LAS PROTESTAS Ante el fracaso de esta última tentativa de diálogo entre la oposición y el gobierno, el pueblo decide expresar su descontento. El Comando Nacional de Trabajadores, haciendo eco de esta efervescencia que se tornaba incontrolable, llama a una Protesta para el próximo 4 de septiembre, fecha llena de símbolos, esta jornada opositora "fue en los hechos incluso más allá de lo imaginado por los propios convocantes. Traspasó las barreras de la desinformación y superó la confusión que en esta ocasión había llegado a su momento más álgido, cuando el Cardenal Juan Francisco Fresno hizo días antes un llamado "a abstenerse de realizar actos de protesta". Así mismo, sobrepasó el escepticismo de buena parte de las dirigencias políticas que, con los ojos puestos en el Acuerdo Nacional, no parecían entusiasmarse con la convocatoria del CNT." (81)

Pese a la magnitud de la paralización del país, similar a las dos primeras protestas de 1983, pero que además incluyó el apoyo masivo de los estudiantes, la dictadura que había provocado 10 muertos reaccionó al día siguiente con su habitual método: querellas a destajo, allanamientos brutales a poblaciones obreras y la detención, además de los personeros del Comando, de las principales cabezas del movimiento estudiantil. Frente a las cárceles se congregaba una multitud, especialmente de estudiantes con la intención de solidarizar con sus compañeros detenidos. Al negárseles la entrada el descontento se expresó en gritos y consignas contra la dictadura. En uno de esos momentos hizo su aparición con su clásico mameluco y su mirada distante, Clotario Blest. La multitud, ante esta aparición, le abrió camino entre aplausos y vítores que lo acompañaron hasta la puerta del penal. Los gendarmes, ante el asombro de los asistentes, le abrieron la puerta de acceso. La figura de Blest continuaba siendo la de un líder que con su sola presencia lograba lo que a los políticos y sus poderes les era negado. Durante casi tres meses las protestas en contra del encarcelamiento se hicieron en múltiples formas. Las más originales fueron las de las mujeres que hicieron exclamar al semanario Análisis: "Las mujeres se pasaron." La dictadura con el fin de mitigar uno de los focos conflictivos decide adelantar el término del año universitario en 30 días. Los problemas del gobierno militar se acentúan a fines de ese año con la deserción pública, en la que pide perdón por sus actividades pasadas, de la ex Ministra de Justicia, Educación y embajadora ante la OEA, Mónica Madariaga. Las declaraciones contra el régimen militar de la sobrina del General Pinochet, brillante abogado y otrora la voz cantante y más convincente de las bondades de la dictadura, significó un golpe doloroso para el Capitán General Pinochet. Las presiones negativas del exterior también se hacen sentir. El gobierno se ve obligado a admitir la entrada al país de un representante de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU, el jurista Fernando Volio. La tarea del relator es investigar directamente la violación a los Derechos Humanos. Después de 15 días

de permanencia, la evaluación de Volio es crítica contra el Ejecutivo: "La concentración de poderes, las restricciones a los Derechos Humanos durante la ininterrumpida vigencia de los estados de excepción, la vulnerabilidad del derecho a la justicia y al proceso regular y la falta de sanción a los violadores de los Derechos Humanos, permiten a la comisión considerar que el estado de derecho no existe en Chile en la actualidad." (82) Pese a la estabilidad económica que parece asentarse en 1985, el deterioro social y político continúa cada vez más incontrolable, por parte de un régimen que tiene todas las herramientas en sus manos para imponer su criterio. Durante la primavera de 1985 y el verano de 1986, Clotario Blest, cargando 85 años, percibe que la gran mayoría de la juventud no se siente interpretada por los partidos políticos. Intrigado por este fenómeno decide participar directamente en los eventos que atraen a los jóvenes de entonces. ¡Qué mejor para eso que asistir a los conciertos de rock del grupo más popular, "Los Prisioneros" Muchas veces entre la multitud de jóvenes y adolescentes -varios drogados- sentado como uno de ellos (¿quizás se trata de un tata colérico?, piensan sus vecinos), Blest permanece durante horas acompañado por su discípulo aplaudiendo las letras subversivas de las canciones. Un periodista extrañado por la presencia de este asistente inusual lo fotografía y lo interroga. Su respuesta tajante es: "Mi deber como luchador es conocer la forma de expresar el repudio a la dictadura que tiene esta masa de muchachos marginados, aprendo mucho de ellos."

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EL AÑO DECISIVO El rechazo formal del Acuerdo Nacional estimula la idea de una inmensa movilización social, incentivada además por el reconocimiento del Ministro de Hacienda Büchi en cuanto a lo reducido del crecimiento económico de 1986. Síntomas recesivos volvían a asomarse en el horizonte y el equipo económico parecía sólo preocupado en desactivar los recursos estatales.

Por otra parte las semillas de las protestas se habían enterrado profundamente en los sectores populares. Estimulado por esas perspectivas, el Movimiento Democrático Popular envía una carta a la Alianza Democrática en que propone dos cosas: coordinar entre ambos un plan de movilización para frenar el cronograma político que se había trazado el régimen y establecer un acuerdo amplio sobre la gobernabilidad futura. La carta fue rechazada sustentando que el Partido Comunista sostenía una tesis de rebelión que era incompatible con los postulados de la Alianza. Sumidos los meses de verano en esta discusión agotadora y desgastante, el MDP insiste que es el año decisivo. Sin duda, la teoría del MDP adquirió mayor credibilidad cuando dos dictadores que parecían eternizarse en el poder eran derrocados gracias a la presión social sin acarrear una guerra civil. Las tiranías impuestas por Duvallier en Haití y Marcos en Filipinas desaparecen con semanas de diferencia durante el mes de febrero. Las caídas de estos dictadores, sin duda sostenidos por Estados Unidos, tenían un significado que trascendía la lucha local. El imperio norteamericano necesitaba limpiar su imagen apoyando una salida democrática negociada a las otrora aplaudidas tiranías. En Chile, desde hacía un año, el embajador de Estados Unidos, Harry Barnes, daba signos de repudio a la violación de los Derechos Humanos y de simpatía y diálogo con personeros de la oposición. La visita del Senador Edward Kennedy -persona non grata para la dictadura después de haber propiciado el bloqueo de material bélico norteamericano a las Fuerzas Armadas chilenas, la llamada "Enmienda Kennedy"-significaba una bofetada al régimen militar. Kennedy, sufriendo toda clase de contramanifestaciones se reúne, sin embargo en el Círculo Español con toda la gama de la dirigencia opositora, entre ellos Clotario Blest. Dentro de ese marco favorable a la oposición durante los meses de marzo y abril del año 1986, el 8 de marzo, en conmemoración a su día, la organización llamada "Mujeres por la Vida" que reunían un amplio abanico de sectores sociales desde DC hasta la ultra izquierda llama a un acto en el Parque Forestal, inaugurando las movilizaciones sociales de ese año. Al ser reprimidas por Carabineros y los UFA

(estas Unidades Fundamentales Anti Subersivas eran pequeños destacamentos militares de coacción callejera que aparecían con las caras pintadas para resguardar su anonimato) las mujeres se desplazan copando gran parte del centro de Santiago. A fines de ese mes, los estudiantes secundarios y universitarios se declaran en huelga. Huelga que dura alrededor de tres semanas. En los primeros días de abril, los médicos también efectúan un paro que dura 48 horas. Por esos días, 15 no videntes del Comité de Comerciantes Sin Permiso de Santiago que agrupa a los vendedores ambulantes ciegos, inician una prolongada huelga de hambre, para conseguir de las autoridades el permiso para comerciar sus productos. Como consecuencia de este ayuno muere uno de ellos, lo que conmueve a la opinión pública y transforma su entierro en un masivo acto contrario al régimen militar. Los 21 días de huelga de estos impedidos es alentada diariamente con la presencia de Clotario Blest que declara a la prensa: "Los apoyo porque este grupo humano que sufre un destino tan limitado ejemplariza con su acción al poner en peligro su vida -el bien más preciado del ser humano- el derecho a defender su subsistencia." (84) Durante una de esas visitas en un día de otoño frío a la federación del Cuero y del Calzado, lugar en que pernoctan los ciegos, Blest contrae una bronconeumonia que lo mantendrá alejado por cinco meses de toda actividad pública. Para Clotario Blest los primeros signos del ocaso se manifestaban. Los políticos de ese momento coinciden en la urgente necesidad de exigir durante ese año la rectificación de la Constitución de 1980. Armando Jaramillo, Presidente del derechista Partido Republicano declara: "Pedimos la rápida modificación constitucional." Carlos Briones, dirigente del Partido Socialista, añade: "Nosotros no aceptamos la Constitución por dos razones: la forma en que fue aprobada y por su contenido anti democrático." (85) Días antes del 1º de mayo, fuerzas conjuntas de Carabineros, Ejército y CNI, hicieron gigantescos operativos en poblaciones periféricas de Santiago lo que

generó un clima de guerra. En el Día Internacional del Trabajo, convocado por la CNT, se produce una masiva concurrencia de diversos sectores ciudadanos a la Alameda obligando al gobierno a ocupar militarmente la capital. Efectivos del Ejército con los rostros embetunados se desplazaban por un extenso perímetro de la capital, arremetiendo contra los manifestantes dejando como saldo centenares de heridos. ASAMBLEA DE LA CIVILIDAD Dentro del año que hemos llamado "decisivo", el 26 de abril se crea la Asamblea de la Civilidad, herramienta con la cual la oposición pretende, con sus tres millones de afiliados, ejercer la última presión "no violenta" para derrocar a la tiranía. El Consejo Ejecutivo de esta entidad es integrado por toda clase de organizaciones sociales desde colegios profesionales, gremios, sindicatos, hasta agrupaciones étnicas, de mujeres y de artistas. La Asamblea de la Civilidad, encabezada por el médico Juan Luis González, pasa a ser la más amplia y numerosa del país. En un documento denominado Demanda de Chile exhorta al gobierno militar a que "restituya de inmediato la soberanía nacional para ejercer la democracia." El ultimátum da un plazo de 30 días a la tiranía para que cumpla el petitorio. En caso contrario decretarán Desobediencia Civil para llegar posteriormente a un Paro Nacional a lo largo de todo el país. Ante esta rebelión pacífica, pero masiva, para derribar al gobierno, Pinochet intenta decretar el Estado de Sitio. El Departamento de Estado lo veta con el poder que le da el control de los créditos económicos. Para lograr entonces su objetivo, la dictadura inventa el "Bando 43" que con el nombre de Estado de Emergencia cumple las mismas funciones que el Estado de Sitio. Entre variadas medidas coercitivas, el Bando 43 prohibía cualquier reunión de más de cuatro personas, aún en colegios y locales de Iglesia. Durante el mes de junio de 1986, la Asamblea de la Civilidad, al no recibir respuesta del gobierno militar proclama la Desobediencia Civil y el 2 y 3 de julio, Día del Gran Paro General.

Clotario Blest, desde su lecho de enfermo y recién convaleciente de su estado crítico, manda un emotivo saludo radial a los trabajadores pidiéndoles que adhieran a esta movilización. En esos meses, con sorpresa y temor, los ciudadanos ven en las calles que los carabineros, garantes del orden público, son reemplazados por patrullas de soldados, los UFA o "caras pintadas". ASÍ FUE EL PARO GENERAL Desde tempranas horas las radios indicaban que la paralización de faenas -tanto en la capital como en provincia- parecía ser total y "la más significativa manifestación social opositora desde septiembre de 1973." A mediodía los contingentes militares toman el control de los puntos claves del país y ocupan calles y plazas de las grandes ciudades. Chile durante esos días, parece una nación sitiada. Sin embargo, lo que causó más impacto nacional e internacional fue la acción demencial y despiadada contra dos jóvenes, Rodrigo Rojas, fotógrafo de 20 años y Carmen Gloria Quintana, estudiante y pobladora de 18 años. Según la declaración de la Comisión de los Derechos Humanos, "un grupo de jóvenes manifestaban su repudio a la dictadura en una esquina de General Velásquez con Yungue, calles situadas al sur de Santiago. En ese momento aparecieron varios vehículos militares que comenzaron a perseguir a los muchachos, siendo alcanzados Rojas y Quintana. El personal militar luego de golpearlos brutalmente procedió a rociarlos con un líquido inflamable, para a continuación prenderles fuego." (86) Después se supo que los dos cuerpos de la víctimas fueron tirados al borde de un camino rural. Varios obreros que se dirigían a su trabajo esa mañana del 2 de julio, presenciaron una imagen fantasmal. Dos figuras negras sin rostro moviéndose como autómatas pedían auxilio. Los obreros horrorizados dieron aviso a Carabineros que trasladaron a las víctimas a la Asistencia Pública. Rodrigo Rojas falleció dos días después, sin que se lograra pese a las presiones directas del Departamento de Estado norteamericanotrasladarlo a un hospital especializado. Carmen Gloria, irreconocible y con el 70%

de su cuerpo quemado, logró sobrevivir. Investigaciones posteriores demostraron que los implicados en ese brutal crimen eran militares al mando del Teniente Pedro Fernández Dittus. La Fiscalía Militar luego de dos años de diligencias judiciales los absolvió. Las exequias del joven fotógrafo, que estaba de visita en Chile por unas semanas procedente de Estados Unidos, donde vivía con su madre exiliada, despertaron gran solidaridad. Miles de personas se juntaron dentro y alrededor de la Basílica del Salvador en que se despedían sus restos. Intempestivamente, las fuerzas policiales arremetieron con bombas lacrimógenas y chorros de agua contra la multitud congregada. Ni siquiera los embajadores asistentes, entre los que se contaban el de Francia y de los Estados Unidos, se libraron de la represión. El embajador norteamericano fue retirado del lugar semi asfixiado. La dictadura, como reacción al exitoso Paro General, ordenó el encarcelamiento de la directiva de la Asamblea de la Civilidad, quienes desde la cárcel respondieron llamando a una Jornada por la Democracia para el día 4 de septiembre de 1986. EL ATENTADO QUE CAMBIÓ EL RUMBO DE LA HISTORIA Desde Radio Moscú Volodia Teitelboim, Secretario General del Partido Comunista, declaraba: "este será un año de combates titánicos." Y así parecía ser el destino de Chile durante el segundo semestre de 1986. Los movimientos sociales adquirían un carácter insurreccional, sólo faltando ahora dar el golpe final para que el derrocamiento del dictador Pinochet fuera un hecho. El brazo armado del Partido Comunista, el FPMR, se preparaba secretamente para la estocada final. La estrategia estudiada y fomentada en la RDA y Cuba y que contaba además con la bendición de la URSS, había comenzado el montaje de la operación a fines de 1984 y todo el 85. Las armas habían comenzado a entrar por tierra desde el Perú, en pequeñas cantidades, a Chile. Pero como se tornaba cada vez más difícil ingresar pertrechos bélicos por esa vía, se decidió

que los cargamentos llegaran directamente a costas chilenas. Los lugares elegidos fueron varias caletas de la Tercera Región, esta osada acción militar se encubrió bajo la legal apariencia de empresas de extracción y comercialización de algas marinas. La ficticia empresa contaba con camiones, grúas, equipos pesados, dos goletas pesqueras de alta mar y hasta una lujosa oficina en el centro de la ciudad de Vallenar. A mediados de enero de 1986, quedaron habilitados más de diez piques mineros abandonados que se llenaron de fusiles M-16, granadas, lanza cohetes, pistolas ametralladoras UZI, toneladas de explosivos de procedencia norteamericana (abandonadas en Vietnam) y soviéticas. Entre tanto, se construyeron depósitos subterráneos en varios lugares de Santiago y del Valle Central. Después de una primera descarga desde el barco cubano Río Najasa, apoyado por equipos de telecomunicaciones y navegación por satélite, a fines de julio llegan dos nuevos despachos que dan un total de 50 toneladas de armas descargadas. Muchas de esas armas durante esos meses fueron utilizadas en diferentes atentados contra oficinas públicas, tendidos eléctricos uy cuarteles policiales y militares. Paralelamente a estos sucesos, las manifestaciones sociales se sucedían con gran intensidad. Para el FPMR el diagnóstico parecía claro: se acercaba -apoyada por la agitación social- la insurrección que generaría el asalto al poder. A principios de agosto de 1986, con ayuda de un satélite militar norteamericano y probablemente por infiltrados, la CNI detectó el plan y varios de los más importantes dirigentes del FPMR fueron detenidos en diferentes lugares del país y sometidos a crueles torturas que no se aplicaban desde 1973. Ante el cariz que tomaba la situación, los frentistas resolvieron dar un golpe de efecto para aminorar la derrota sufrida. El 18 de agosto es secuestrado el Jefe de Protocolo del Ejército, el Coronel Mario Haberling, siendo abandonado el 22 de agosto drogado y envuelto en una bandera del FPMR cerca de un cuartel de investigaciones.

En esa misma fecha, varios escondites de armas fueron descubiertos, que según la prensa oficialista, habrían servido para equipar a varios destacamentos de combatientes. La opinión pública -pese a estas sensacionales revelaciones- no daba crédito a las asombrosas noticias. Los frentistas debían ahora dar el golpe decisivo, el que desencadenaría el asalto al poder: la Operación Siglo Veinte, en que Pinochet sería asesinado. Para ese propósito la emboscada fue estudiada minuciosamente. El General Pinochet poseía un refugio en un lugar del Cajón del Maipo llamado Melocotón, ubicado en los contrafuertes cordilleranos. Desde allí descendía, después de unos días de descanso y sin previo aviso, a Santiago, acompañado de una fuerte escolta, por un camino estrecho y de curvas. Fácil era allí cercarlo. En el atardecer del 7 de septiembre un acontecimiento conmociona a Chile y al mundo: un grupo fuertemente armado dividido en dos comandos de catorce hombres ataca con fuego cruzado de fusiles y cohetes anti tanques, en un recodo del camino cordillerano, a Pinochet y su escolta. Tomados por sorpresa, los carabineros y CNI que constituían la protección del dictador, sólo atinan a salvarse mientras varios autos oficiales estallan. Cinco escoltas son muertos y una docena son heridos gravemente. Un sólo automóvil -el penúltimo- parece no sufrir los impactos de las bazookas que le son lanzadas. Los autores del magnicidio, creyendo haber cumplido su misión, descienden raudamente a Santiago, no siendo en ningún momento interceptados por las fuerzas policiales debido a que viajan en vehículos semejantes a los de la CNI. Sin embargo, el General Pinochet, objetivo de la Operación Siglo Veinte, con sólo una pequeña herida en una mano, regresa ileso a su refugio del Melocotón. Tres providenciales razones fueron las que salvaron la vida del dictador y cambiaron el rumbo de la historia de Chile: el macizo blindaje del coche que transportaba a Pinochet; fallas en los proyectiles anti tanques de los frentistas; y la pericia del chofer de Pinochet. En declaraciones públicas al pueblo, Pinochet, en

cambio, dice haberse salvado gracias a la intervención milagrosa de la Virgen del Carmen, patrona de las Fuerzas Armadas. La población abrumada y desorientada por la escasez de noticias que no aclaraban los hechos y, en particular, por el mutismo sobre el destino del Capitán General, aguardaba expectante el curso de los acontecimientos. A las 10 de la noche se decretó el Estado de Sitio y el toque de queda y recién a medianoche apareció en los canales de televisión la imagen del general, trémulo y con la mano vendada. Al amanecer la represalia de la tiranía se dejó caer: cinco opositores pertenecientes al MDP son secuestrados y asesinados en diferentes lugares de Santiago. En la misma noche detienen a prominentes políticos opositores como Ricardo Lagos, Germán Correa, el sacerdote Rafael Maroto y Eduardo Loyola. Seis años después del atentado la revista Qué Pasa, en tres de sus números (87)analiza y da su versión sobre lo sucedido y sus consecuencias en el cuadro político futuro. Con el título La historia inédita del atentado narra, después de entrevistar a varios guardaespaldas y colaboradores de Pinochet, el estado anímico de terror que sufrió el General: "tras escapar del tiroteo Pinochet estaba convencido que moriría en manos de un grupo encargado de rematarlo." Este trauma le producía tal impacto emocional que le causó un misticismo -para sus allegados- inexplicable. "Pinochet se había convencido que su salvación era un designio divino. ¡Fue la Virgen María, ella siempre me ha salvado!", repetía. En la segunda parte del informe de la revista se investiga a los posibles ejecutores e ideólogos: "Si bien no existen dudas que fueron los terroristas los ejecutores, para muchos la autoría intelectual del atentado no es clara."

En el citado artículo se insinúa la sospecha de la implicancia de la CIA, representada por el embajador Harry Barnes. En seguida se comenta la presencia de un misterioso helicóptero que sobrevoló varias veces el sitio de la balacera. El ejército -sorprendido ante la ineficiencia del operativo y de la superioridad bélica de los emboscadores frente al dispositivo de seguridad de Pinochet- reabrió los meses siguientes sumarios para verificar sus fallas. "Pero pese a todas las horas de organización y de la preparación que tuvo el atentado, los objetivos del FPMR se destruyeron como un castillo de naipes. La emboscada no sólo había sido un fracaso, puesto que Pinochet seguía vivo, sino además, el país había cambiado en una forma muy distinta a lo que ellos querían: sin quererlo el FPMR, como grupo cohesionado, había firmado su acta de defunción, tanto para ellos como para sus creadores, el Partido Comunista. El atentado, sumado al fracaso de la internación de armas por Carrizal, había sido el cuchillo que partiría en dos la unidad del FPMR, dividiéndose definitivamente en 1987 con fuertes pugnas internas. Por otro lado, el resto de los partidos políticos opositores, decidía, tras la emboscada en la cuesta, abandonar definitivamente sus coqueteos con el Partido Comunista, partidario de una salida vía rebelión popular, encauzando todos sus esfuerzos en derrocar al régimen militar por la vía legal." El primer sector político que se distancia del Partido Comunista es el Socialista, pues, según él, este ataque armado al General ocurría justamente cuando la estrategia de las protestas de la oposición estaba en su punto más alto. De allí nace la posición del Partido Socialista de privilegiar al centro político representado por la Democracia Cristiana. En este último partido también se opera un giro. La directiva, encabezada por Gabriel Valdés -que hasta ese momento impulsaba la estrategia de la movilización social en unión estrecha con el Partido Comunistapierde su vigencia política ante la tesis de Patricio Aylwin. Este último, prácticamente retirado de la vida pública, buscaba derrotar al gobierno militar dentro de su propia legalidad. La DC acepta desde ese instante el cronograma constitucional planteado por Pinochet. Esta postura precipita el triunfo, al año

siguiente, de Aylwin como Presidente de la Democracia Cristiana, siendo este hecho el punto de partida de la Concertación Democrática. En el ámbito oficialista, las consecuencias del atentado fueron un repliegue de Pinochet hacia el sector militar, rompiéndose el equilibrio de influencias que se mantenían dentro de La Moneda entre los civiles y uniformados. Al mismo tiempo, se gestó un reencuentro entre el General y la UDI que había perdido su poder tras la salida del gabinete de Sergio Fernández en 1982. El camino de la rebelión popular, que parecía llevar al derrocamiento de la dictadura, estaba ahora definitivamente obstruido e intransitable. Los políticos lo abandonaban y el pueblo desorientado por el fracaso de su estrategia, pasivamente cambiaba de ruta.

EL OCASO "El hombre no elige su final" (1)

El luchador y profeta es también un ser humano. A los 85 años, Clotario Blest padece su primera enfermedad grave, una bronco-neumonía. Trata, como era su costumbre, de combatir su malestar tomando píldoras homeopáticas; sin llamar a ningún médico. Cinco días permaneció en su lecho con fiebre alta y un dolor agudo al pecho. Los únicos que le atendieron durante ese tiempo fueron sus dos discípulos Oscar y Francisco. En varias entrevistas, después de narrarme una de sus luchas fracasadas, Clotario exclamaba: "Debo morir peleando." Por esa exclamación que le brotaba del fondo de su ser, yo comprendía que expresaba su anhelo: su vida no acabaría por una larga enfermedad; su vida terminaría, como él había vivido, combatiendo. Sus maestros, Gandhi y el Che Guevara, habían caído atravesados por una bala; a él le tocaría la misma suerte. O quizás la de tantos compañeros detenidosdesaparecidos. Esas eran muertes honrosas. ¡Tantas veces había expuesto su vida! Su coraje debía ser recompensado. Para Clotario, la enfermedad física y la muerte en una cama era propia de un ser débil y a él no le correspondía sufrir esa humillación. Sin embargo, allí estaba tirado en una cama, sin habla ni respiración. Oscar y Francisco ante la gravedad de Blest deciden pedir ayuda a la ANEF y a la Pastoral Obrera. Oscar Ortiz rememora; "En el día tratábamos con Francisco de aliviar los múltiples dolores de Clotario y cada vez nos retirábamos con más angustia a las diez de la noche, pensando que quizás no lo encontraríamos vivo a la mañana siguiente. La imagen de su frágil cuerpo rodeado de sus cinco gatos y las palomas en las ventanas no nos permitía conciliar el sueño. Por primera vez, Blest nos pasó la llave de la casa , pues el esfuerzo de abrir la puerta se le tornaba imposible y como no tenía teléfono, las largas noches eran de soledad absoluta. Fue entonces cuando decidimos llamar a un médico. El diagnóstico fue bronconeumonía que requería urgente hospitalización. Llamamos al padre Alfonso Baeza, vicario de la Pastoral Obrera y a Milenko Mihovilovic de la ANEF, que de común acuerdo

ordenan su traslado a la clínica privada Indisa. Al llegar la ambulancia con el enfermo, el 27 de abril de 1986, nos exigieron antes de hospitalizar al enfermo, una alta suma de dinero que ninguno de nosotros tenía. Ante este escollo y con el enfermo en la ambulancia, Milenko decidió firmar unas letras en las cuales se comprometía a pagar lo exigido. Pero, sin duda, su firma no ofrecía garantía, pues no contaba con ningún patrimonio." (2) Clotario Blest fue considerado como un enfermo grave e internado en la Unidad de Tratamiento Intensivo, UTI. Cuatro noches después de la hospitalización de Blest, un grupo no identificado entró en su casa robándole varios muebles y documentos. Desde esa noche, Ortiz y Díaz se alojarán en casa de Clotario para evitar nuevos saqueos. El 1º de mayo de 1986, en que se conmemoraba un siglo de la masacre de Chicago, el acto no contó con la presencia de Clotario Blest. Desde 1938, en que Blest se incorpora al movimiento sindical, nunca dejó de asistir a esa efeméride, para él una fecha simbólica y de gran importancia. En la concentración, realizada en el Auditorium Don Bosco, se le recordó varias veces, como si su palabra de luchador estuviera resonando como siempre. La represión se dejó caer, arrojando un centenar de detenidos y heridos. LA MUERTE ES ACEPTABLE, LA ENFERMEDAD LA TORNA VEJATORIA Cuando trasladaron a Blest en la ambulancia iba consciente. "Que el chequeo sobre mi mal sea rápido. Mi lugar está aquí en la casa. Recuerden, no moriré hasta que caiga el tirano; Cristo me lo prometió." (3) Al internarlo en la UTI, Clotario se dio cuenta que el retorno a su casa se había postergado. Reclamó insistentemente, pero fue en vano. Las visitas le fueron restringidas. Sólo Oscar y Francisco podían verlo durante breves minutos. Oscar relata: "Mi impresión al contemplar a Clotario al día siguiente fue terrible. Lo tenían amarrado a la cama. Al reconocerme, Clotario me gritó: "Sáquenme de aquí. Esto es un infierno." Conversé en privado con las enfermeras, quienes me dijeron: don

Clotario es el peor enfermo que hemos tenido. Se saca la sonda. No permite que lo lavemos ni que lo toquemos. A la kinesióloga que le hace masajes para aliviarle la flema, la escupe. Ninguna enfermera quiere atenderlo, pues las insulta v patea. En la noche no deja dormir a nadie. El médico tratante ha recetado calmantes fuertes, pues así como van las cosas no podremos curarlo." (4) Mientras, en la UTI, se trataba de dominar a Blest para lograr sanarlo, el salón de la clínica se llenaba de personajes ilustres que pasaban a inquirir noticias sobre la salud del viejo líder. Desde el extranjero, el Presidente de la República Argentina. Raúl Alfonsín. mandó un emisario con el fin que se lo llevara a tratarse y reponerse en Argentina. Cinco días permaneció Blest en estado de sopor gracias a los calmantes, pero después del tratamiento despertó más rebelde que nunca. Ante su insistencia, lo trasladaron a una habitación aislada. Esa misma noche. Clotario Blest fue sorprendido arrancándose por una escala de escape, a pie, descalzo, y en camisón. Los médicos llamaron a sus amigos, el padre Baeza y Mihovilovic y los emplazaron con el fin de que se llevaran al enfermo a otro sitio. Sus amigos estaban abrumados, no sólo por la actitud incontrolable, sino también porque había llegado el momento de hacer electiva la cancelación de los gastos de hospitalización. Milenko. el más afectado, conversa entonces con el director de la clínica, doctor del Fierro, quien acepta postergar por quince días el pago, siempre que se lleven al paciente a la brevedad posible. Los amigos, ante las dificultades que surgían, deciden formar el "Comité Pro Ayuda a Clotario Blest" cuyo objetivo sería recolectar fondos económicos para cancelar las deudas. La decisión inmediata fue trasladar al sindicalista a ANECAP (Agrupación Nacional de Empleadas de Casas Particulares), especie de albergue católico que entregaba pensionado a sus socias de provincia. Blest y dos enfermeras dedicadas a su cuidado llegaron al hogar el 14 de mayo. Durante su permanencia, Clotario algo repuesto, traslada su tarea del CODEHS a su habitación, donde acoge denuncias e impulsa la campaña contra la pena de muerte, que se había dictado contra algunos presos políticos. Cuando Blest quedaba solo, las enfermeras lo

encerraban bajo llave. Sin embargo, un mes después, Clotario logró distraer la vigilancia y, una noche lluviosa de pleno invierno, se marchó a su casa que estaba a pocas cuadras del lugar. EL CANTO DEL CISNE El Comité Pro Ayuda a Clotario Blest, después de golpear las puertas de todas las organizaciones sindicales y de la Iglesia, decide acudir, como última instancia, a la caridad de ciertos empresarios. El primero que visitan es Carlos Vial Espantoso, ex senador y ex ministro de Hacienda y, en ese entonces, uno de los más prósperos hombres de negocios. Recordaba Milenko que, siendo Vial Ministro de Hacienda, había tenido una actitud respetuosa con Clotario, que se tradujo en posteriores beneficios a los empleados públicos, que en reconocimiento le otorgaron el título de Director Honorario de la ANEF Vial entregó personalmente su donación a Blest y sugirió que Eugenio Heiremans, Ernesto Ayala y Arturo Alessandri Besa también estarían dispuestos a cooperar. Así fue, y Milenko pudo dormir tranquilo. La cuenta de Indisa sería cancelada, y con el saldo se restauraría el dormitorio de Clotario y se construiría un baño adyacente. Al correrse la voz, entre el sector capitalista, de la miseria en que vivía el otrora presidente de la CUT, el principal accionista de la Compañía de Teléfonos, Dámaso García, pasó a ser el ángel guardián de Blest: le instalará un teléfono en su velador y hasta el día de su muerte solventará sus gastos de energía eléctrica, gas y agua. Clotario no aceptará la remodelación de su casa y, ante las exigencias de Milenko y el cura Baeza de llevarla a cabo, romperá relaciones con ellos, distanciamiento que durará un par de años. Para el sindicalista, ese dinero debía tener un mejor uso. El Clotario Blest resucitado era otro hombre. Su decepción por la falta de ayuda económica de las organizaciones que había creado y formado, y de la Vicaría a la cual siempre se había sentido ligado, lo herían profundamente. Le debía su restablecimiento no a sus amigos, sino a sus enemigos. Una semana después de instalarse en su casa, Blest se dirigió secretamente a la notaría Carvajal y cambió su testamento. Ahora no heredarían su casa, muebles,

biblioteca y archivos, ni la ANEF ni la Vicaría Pastoral, como era su intención primitiva. Sus únicos herederos -aunque nunca lo supieron hasta el día de su muerte- serían Oscar Ortiz y Francisco Díaz. Gran parte del día Clotario pasaba en su escritorio con sus más fieles, dedicado a la redacción de cartas y artículos que formaban parte de un plan para lograr la libertad, por extrañamiento, de 35 presos políticos detenidos desde 1973, tarea que concluyó exitosamente en octubre de 1986, con la expulsión del país de dichos presos. En el ámbito sindical, su esfuerzo lo dedica a organizar el Paro General programado para fines de septiembre de ese año. El 30 de agosto de 1986 fallece, luego de una larga y penosa enfermedad, el ex Presidente Jorge Alessandri. Clotario Blest asiste a su velatorio, que se efectúa privadamente en la capilla del Cementerio General. Interrogado por los periodistas del por qué de su presencia, responderá: "Pese a que Jorge Alessandri me mandó detener y estuve encarcelado en el patio de los cogoteros por su culpa, y que éramos adversarios, no puedo dejar de reconocer que fue un demócrata. Mi obligación como cristiano es acompañarlo en su entierro." (5) Las fotografías que aparecieron al día siguiente lo muestran sentado con un rosario en la mano rodeado de la larga familia Alessandri. Ortiz me relata lo acontecido cuando él y Clotario se retiraban de la capilla: "En el momento que cruzábamos la puerta nos encontramos frente a frente con el general Pinochet que entraba con sus ministros y edecanes. Pinochet, al reconocer a Clotario, se acercó y, risueño, le preguntó por su salud. Clotario permaneció mudo sin que se le moviera un músculo de la cara. El general, ignorando el gesto hostil, lo tomó del brazo y lo arrastró hacia el altar donde estaban la familia y las personalidades. Yo, rodeado por los edecanes, lo seguí. Cuando Pinochet se acercó al ataúd, Blest en voz alta, como para que todos lo escucharan exclamó: "¡Qué se imagina este tirano, haciéndose el conmovido cuando fue él quien le amargó la vida a Alessandri en sus últimos años!" Al retirarse Pinochet se acercó a mí, diciéndome que yo tenía una gran responsabilidad al cuidar a Clotario Blest

que era un patrimonio nacional. Después del sepelio tuvimos otros malos encuentros, el de Jaime Guzmán y Sergio Fernández, que también preguntaron por la salud del convaleciente. Blest dejándolos con la mano estirada replicó: "Cómo quieren que esté bien con un tirano en el poder". Al regresar a la casa, Clotario descargó toda su indignación contra mí: "¿Cómo es posible que usted converse con ese asesino? Ha perdido toda dignidad, yo que creía haber formado un combatiente." Yo estaba muy avergonzado. La verdad es que todo fue tan sorpresivo, y el miedo a Pinochet tan latente, que comprendo que actué como un cobarde... Clotario pasó dos días sin dirigirme la palabra." (6) El 7 de septiembre, día del atentado a Pinochet, Clotario permaneció en su casa pendiente de las noticias. Inmediatamente que supo del acontecimiento cayó en una gran pesadumbre. Para él lo importante era que el pueblo movilizado fuera el que derribara al tirano. Para eso había trabajado durante esos años a favor de la Protestas y del Paro General. Sin embargo, reponiéndose de su amargura, el día 8 se dirigió a la Tercera Comisaría donde estaban detenidos desde la noche anterior los principales políticos opositores. Las visitas se repitieron durante los 45 días de cautiverio del grupo. En esos mismos días, Blest se abocó secretamente a una tarea peligrosa que muy pocos hubiesen aceptado. Los militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, al sentirse acosados, decidieron recurrir al octogenario sindicalista. Quizás su edad, pero en especial su línea intachable de luchador, ofrecía las garantías suficientes. A él le encargaron la misión de mimeografiar y hacer circular sus comunicados al exterior e interior del país. En ellos se adjudicaban el magnicidio y explicaban su motivación. La operación fue urdida con meticulosidad. Dos hermosas y elegantes mujeres del Frente tomaron contacto con el CODEHS y sirvieron de contacto con Blest. Durante esos días, Ortiz, Díaz y Patricio (nombres de chapa), algunos sacerdotes y, a veces, hasta el mismo Blest, servían de enlace entre el Frente y CODEHS. Lo que la opinión pública - especialmente internacional- supo de la génesis y la

explicación del atentado, así como las posteriores detenciones que la dictadura hubiese querido mantener secretas, fueron en su gran mayoría dadas a conocer por el CODEHS. El boletín llamado El Combatiente , que se mimeografiaba en la casa de Clotario, resumía quincenalmente todas las noticias al respecto. La relación con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez volvió a activarse en septiembre de 1986. El coronel Carlos Carreño, director de FAMAE

(7)

fue

secuestrado en las puertas de su casa. Al día siguiente, se adjudicó el hecho un comando del Frente. El suceso causó gran conmoción pública. El gobierno ordenó un gigantesco operativo con el fin de ubicar a la víctima y sus captores, que duró un mes y sin éxito. Clotario Blest nos cuenta: "En una de mis visitas a la cárcel un desconocido tomó contacto conmigo pidiéndome que yo sirviera de mediador entre el Ejército y el Frente. Yo acepté. Para mí, salvarle la vida al coronel era importante, aunque se tratara de una persona de dudosos antecedentes. Sin embargo, no sé por qué causas no fui yo el intermediario, sino el sacerdote argentino Soissa. Pese a lo riesgoso y a las críticas de católicos obcecados, el sacerdote logró cumplir los requerimientos exigidos. El coronel Carreño apareció en Sao Paulo, sano y salvo, en diciembre de ese año." (8) Fracasado el plan del Paro General en el cual Blest había puesto toda su esperanza, a causa del abortado atentado, toda esa táctica de lucha quedó archivada. La estrategia de la oposición ahora se concentraba en aceptar el plebiscito trazado por la dictadura y tratar de ganarlo. Para Clotario esta consulta popular era aceptar las reglas del juego del régimen militar. Al no ser escuchada su opinión, cayó en una gran depresión. El 1º de abril de 1987 arribó a Chile en visita oficial el Papa Juan Pablo II. Mucho tiempo pasó un sector de la Iglesia y de la oposición intentando infructuosamente cancelar el viaje, entre ellos Clotario Blest. Para éstos, la visita del Papa sólo serviría para consolidar el régimen militar. Frente al hecho consumado, tanto la oposición como Pinochet tratarán de sacarle provecho, y la iglesia oficial de "mantener la imagen de Su Santidad fuera de toda contingencia política". Sin embargo, el general Pinochet se las ingenió para aparecer con el

Papa en los balcones de La Moneda saludando a un público de adeptos que lo aplaudían. Por otra parte, los tres días del Papa en Santiago estuvieron marcados por testimonios públicos de los disidentes: pobladores, jóvenes, trabajadores y organizaciones de Derechos Humanos narraron frente a las cámaras de televisión sus situaciones de marginalidad, opresión y persecución política. En uno de los encuentros del Papa Juan Pablo II con personalidades, en la Universidad Católica, Blest le entregó una abultada carpeta con informaciones que contenían graves trasgresiones a los Derechos Humanos y sindicales y con un petitorio final contra la condena a pena de muerte de un grupo de presos políticos. La culminación de este polémico viaje se efectuó en un multitudinario acto litúrgico en el Parque 0'Higgins que desembocó en violentos incidentes. Durante la homilía el Papa, semi ahogado por las bombas lacrimógenas interrumpió la misa tratando de calmar a parte de los 600 mil asistentes, gritando: "¡El amor es más fuerte! ¡El amor es más fuerte!". Clotario a pesar de lo resentido que había quedado después de la bronconeumonía, prescindió de las instrucciones médicas que indicaban reposo y continuó -sacando fuerza de flaqueza- iniciando su jornada a las 6:30 de la mañana. Una hora la dedicaba a dar de comer a las palomas y a sus gatos. A las 7:30 se duchaba y tomaba un frugal desayuno. Oscar llegaba a las 8:00 y ambos se dirigían a pie al correo, a depositar la correspondencia escrita el día anterior. En seguida, iban a visitar a los presos o a una reunión sindical. A las 12:30 Oscar se despedía de Clotario dejándolo en un banco en el patio interior del convento de San Francisco. Después de un breve descanso, Blest regresaba caminando con dificultad a su casa. Allí, después de almorzar un caldo de verduras, leía los diarios, revistas y cartas recibidas. A las 15:00 horas regresaba Oscar y se incorporaba Francisco para iniciar la redacción del boletín y la correspondencia. En las tardes se abría el portón para recibir a los numerosos visitantes. A las 20:00 horas Clotario se retiraba a su dormitorio, que previamente las mujeres de Oscar y Francisco habían aseado. Esta activa rutina diaria sólo variaba cuando Blest era invitado a algún seminario o charla en provincia, como sucedió la quincena del 1º de mayo de 1987, en que estuvo en la Quinta Región.

El ex ministro de Relaciones Exteriores, Clodomiro Almeyda rompió su exilio, ingresando en marzo de 1988 clandestinamente a Chile. Al día siguiente de su llegada se presentó a los tribunales alegando su derecho a permanecer en el país. La respuesta fue su relegación por 90 días a Chile Chico, un lugar aislado del extremo sur del país. Cumplida esta sanción, Almeyda fue encarcelado durante casi dos años inculpado de violar el artículo octavo. Clotario Blest, pese a sus divergencias anteriores con el político, cuando ejercía el Ministerio del Trabajo durante la presidencia de Ibáñez, fue a visitarlo a la cárcel. Visita que se repitió numerosas veces durante su largo período de reclusión. Entre ambos dirigentes nació una gran amistad y Blest fue uno de los testigos que presentó Almeyda para verificar su intachable conducta democrática. No podemos dejar de mencionar, dentro del canto del cisne del viejo sindicalista, su actitud en el caso "Operación Albania" (denominación de la CNI) o "Masacre de Corpus Christi" (calificativo de la oposición). Fuera de recopilar antecedentes sobre el suceso en que fueron asesinados 12 militantes, entre hombres y mujeres, del Frente Patriótico, Clotario Blest, después de entregar los resultados de sus investigaciones a las comisiones internacionales de Derechos Humanos, recibió como aporte solidario una suma de dinero que se repartió entre los familiares de las víctimas. PINOCHET CAE EN SU TRAMPA "Es seguro que la historia de Chile registra pocos años tan tensos, tan duros y apretados como 1988. El plebiscito que el régimen militar impuso para dirimir el rumbo de la sociedad chilena creó un raro efecto. No sabemos si la transición habría sido diferente con otro mecanismo; pero todos los que lo vivimos tenemos la certeza de que fue una ocasión excepcional, un acontecimiento abrasador que ocupó, aunque algunos resistiesen, los ámbitos más íntimos y reservados de cada chileno. Por eso 1988 no fue convulso, sino tenso: estuvo hecho de secretos, de sentimientos, de rumores privados y versiones semipúblicas. No lo cruzaron los vientos

huracanados de la revolución; fue agitado, calladamente, por las ansiedades de millones de personas, abruptamente enfrentadas a dirimir, con el poder de un pequeño trazo, el distante y colosal problema del poder." (9) Con el fin de ganar el plebiscito del SI y del NO que ellos mismos habían propuesto, el gobierno militar decidió armar un equipo estratégico que le facilitara un triunfo abrumador. Estaban optimistas. La experiencia del plebiscito anterior los avalaba. Pero olvidaron que la oposición había ganado experiencia y que los años transcurridos los habían desgastado. El primer paso de Pinochet fue reemplazar al Ministro del Interior Ricardo García por Sergio Fernández, autor y ganador del plebiscito de 1980. Por otra parte, el Ministro de Hacienda Hernán Büchi continuó consolidando la economía: renegociación exitosa de la deuda externa; liberalización de impuestos tributarios y auge comercial - gracias a franquicias aduaneras - de la línea electrónica y automotriz. Lo que olvidó el equipo económico de derecha fue la existencia de cinco millones de pobres, a quienes estas medidas dejaban indiferentes. La oposición dirigida por una amplia gama de partidos políticos encabezados por la Democracia Cristiana, trazó toda una campaña basada en la necesidad de cambios que se expresaba en su canción: "Chile, la alegría ya viene, Chile, la alegría ya viene. Porque diga lo que diga, yo soy libre de pensar Porque siento que es la hora de ganar la libertad Hasta cuándo ya de abusos, ya es tiempo de cambiar Porque basta de miseria, voy a decir que NO Porque nace el arcoiris después de la tempestad porque quiero que renazca mi manera de pensar porque sin la dictadura la alegría va a llegar porque pienso en el futuro, voy a decir que NO"

Su símbolo fue el arcoiris, la diversidad de tendencias se unían en un franja de siete colores que indicaban la variada gama de partidarios de diferentes tendencias políticas y de numerosos independientes opositores. Mientra las alegres caravanas recorrían las calles cantando, Clotario Blest sumido en una gran depresión, parecía ajeno a toda esta atmósfera optimista. Encerrado en su casa, canceló sus actividades y visitas y dejó de comer. Sólo se supo de su existencia por dos entrevistas dadas por teléfono: "Hoy estamos viviendo el más pobre espectáculo electoral y politiquero. ¡Cuántos de los que ahora se abanderizan con el NO, son los mismos que dijeron SI a todas las bestialidades producidas!" (10) "Ahora se conmueven hasta las lágrimas por lo que era sabido por los Derechos Humanos desde el mismo golpe militar." (11) "El haberse introducido dentro del esquema del régimen militar, el SI o el NO, terminará en una opereta bien afinada. Nuevamente el pueblo será utilizado." (12) "Yo personalmente me hastié. No deseo prolongar esta penosa agonía. Lo único que deseo es morir, estoy completamente defraudado de todos." (13) El candidato del SI es Pinochet y su triunfo significa ocho años más de su mandato. El NO representa la convocatoria a elecciones presidenciales y parlamentarias para 1989. El plebiscito se realiza el 5 de octubre de 1988. El resultado es el siguiente: SI: 42,0% NO: 56,8% Para la dictadura perder una elección con todo el poder en sus manos, era un estruendoso fracaso. El triunfo opositor era contundente, casi por un millón de votos. Sobre todo si se toma en cuenta la enorme desventaja de la oposición en esa campaña. Sin embargo, el éxito no sólo se debió a la estrategia utilizada, sino también como lo expresan el Time y Newsweek, por el apoyo que le tributó el hermano mayor del norte: "¿Cuánto ayudaron los Estados Unidos?, Times sostiene que el nombramiento del Embajador Harry Barnes en 1985 indicó un cambio en el gobierno norteamericano." "Cuatro días antes de la

votación, Washington supo que la Junta podía tratar de postergar el plebiscito. Altos funcionarios norteamericanos le advirtieron a las autoridades chilenas que no lo hicieran, llegando al extremo de citar al embajador de Chile a un nada usual encuentro. Dijo un diplomático norteamericano: "Nuestro mensaje fue que si ellos seguían adelante con la operación de postergar la elección, nosotros revelaríamos públicamente y en detalle lo que sabíamos." A propósito de esto mismo: estoy convencido de que los apagones que hubo las noches del sábado y del martes, justo antes del plebiscito, fueron provocados intencionalmente para que jóvenes y pobladores se tomaran las calles, como solían hacerlo en años anteriores. Si esto hubiera sucedido, el gobierno habría tenido pretexto para justificar la suspensión del acto plebiscitario, como denunciaron los norteamericanos." (14) Sin embargo, la extraordinaria conducta cívica de los chilenos evitó esta provocación. Poco después de la euforia de la oposición por el triunfo, sus políticos comenzaron a negociar con el gobierno militar una posible reforma constitucional. Por el gobierno, lo hace el nuevo Ministro del Interior Carlos Cáceres, que sustituía al derrotado "estratega" Sergio Fernández. Por la oposición. Patricio Aylwin, presidente de la Concertación por el No. Entre los puntos que se resuelve plebiscitar, están los siguientes: disminución de los senadores designados; derogación del artículo octavo; reducción del período presidencial del primer mandato, de ocho a cuatro años, y la inamovilidad del Comandante en Jefe del Ejército, Augusto Pinochet, por ocho años. Luego de meses de diálogo se realiza este nuevo plebiscito, el 30 de julio de 1989. Sus resultados fueron: Por la aprobación: 99,2% Por el rechazo: 0,8% UN CRISTIANO NO CLAUDICA Clotario Blest derrotado, deprimido y contra sus anhelos, continuaba vivo. Una mañana llamó a su cuarto a Oscar Ortiz y le dije "La depresión no es digna de un cristiano. Oscar, abra el portón y ayúdeme a vestirme. El cristiano no busca el triunfo y su lucha no termina con la derrota." Su deber era entregar su último

mensaje. pese a su estado físico y anímico. Al abrirse el portón, poco a poco, fueron entrando los decepcionados como él: ecologistas, agrupaciones de Derechos Humanos, cristianos de base y uno que otro sindicalista y cooperativista, se reunieron durante varias tardes de noviembre y diciembre de 1988, para discutir el momento actual y la forma de transmitir sus preocupaciones y principios. Después de dos meses, decidieron autodenominarse "Movimiento por la Vida", cuyo primer objetivo sería impedir que los políticos y los militares transaran la búsqueda de la verdad sobre los crímenes cometidos por la dictadura y, en seguida, la aplicación de la justicia. La misión prioritaria sería sensibilizar a los comités de base de los Derechos Humanos de Santiago y provincias. En algunos de estos actos en que Blest era el orador principal lo acompañaba Manfred Max Neef, que se define como "economista humanista-anarquista", en otras reuniones, monjas y sacerdotes obreros, entre los que se destacaba Mariano Puga y en el campo sindical, Carlos Frez. Las giras a provincia de Clotario Blest abarcaron desde La Serena por el norte, hasta Temuco por el sur, durante todo el verano de 1989. Apenas caminando, apoyándose en un bastón, y acompañado por Ortiz y Díaz, llegaba exhausto a los lugares de reunión. Su entrada a las sedes sociales causaba siempre emoción y estupor. ¿No debía este anciano enclenque estar recluido en un asilo? Sin embargo, en el momento que alzaba la voz no volaba una mosca, el líder estaba presente cautivándolos a todos. Era - me dijo un espectador campesino de Paine - como si esa voz viniese del más allá, cerrábamos los ojos y el viejito patuleco desaparecía y sólo se escuchaba la voz del profeta. Su última actuación como representante del Movimiento por la Vida fue la del 1º de mayo de 1989 donde se realizaba una multitudinaria manifestación en General Velásquez con la Alameda. Después de caminar, Clotario, seis cuadras para llegar a las tribunas oficiales, se desplomó frente al escenario. Los dirigentes sindicales y los políticos asistentes le prestaron los primeros auxilios y como no recobraba el conocimiento, lo trasladaron en brazos, abriéndose con dificultad, paso entre la

multitud, hasta un auto que lo trasladó hasta la Posta 4. Los médicos le diagnosticaron una severa insuficiencia cardíaca, recomendándole la implantación de un marcapasos. Luego de permanecer dos días hospitalizado, Blest fue trasladado a su casa. De la implantación del marcapasos, no se dio por aludido. Después de ese colapso, Clotario Blest no volvió nunca a ser el lúcido y brillante hombre que era. EL AÑO DEL CALVARIO Para Clotario Blest, el hombre que había a lo largo de su vida prescindido de las tentaciones propias del género humano, como si careciera de un yo material, sentir de pronto que su razón no dominaba a su físico fue un calvario. Desde ese momento de mayo de 1989 sufrió de prolongadas ausencias de memoria, perdió el control de los esfínteres y por primera vez manifestó inquietudes sexuales. Para los pocos que en el último año de su vida lo asistieron, fue desolador constatar el deterioro progresivo del otrora hombre cautivante. Los amigos más cercanos de Clotario dejaron bruscamente de visitarlo. Encerrado en su casa debía tratar de sobrevivir económicamente con su mísera pensión y con la ayuda fraternal y gratuita de Oscar y Francisco. A las ocho de la mañana llegaba Oscar a la casa de Clotario. Se dirigía a su dormitorio. Blest en general amanecía en el suelo, la lámpara de su velador caída, las frazadas y sábanas en el piso. Daba la impresión que Clotario había mantenido una batalla campal durante toda la noche. Según Ortiz, Blest lo reconocía y lo llamaba con su nombre, pero en seguida se trasladaba al pasado y preguntaba por su madre y su hermano Fernando. Después que, con mucho esfuerzo. Oscar y Francisco lograban levantarlo y vestirlo, lo sentaban en el patio para que tomara un poco de sol. Ese era el único momento de paz para Clotario. Daba la impresión de una estampa religiosa: un viejo barbudo, desgranando un pedazo de pan, le da de comer a las palomas que revolotean alrededor de él. A las tres de la tarde, después de obligarlo a beber una taza de leche con azúcar, lo recostaban a dormir

una siesta que se prolongaba hasta las cinco de la tarde. El despertar de su siesta era el más lúcido de todos. Preguntaba por el acontecer político y solicitaba escuchar música. Apoyado en sus almohadones pedía que le leyeran las invitaciones recibidas y planificaba -como si estuviera sano- a las que asistiría. A las 20 horas llegaban Claudia y Nélida, las mujeres de Oscar y Francisco, acompañadas, a veces, con sus niños. Clotario, con los pocos pesos que tenía, mandaba a comprar golosinas para los chicos. Entre las 20:30 y las 21:00, los visitantes apagaban la luz y cerraban con llave el cuarto y la puerta de entrada. El viejo se preparaba para otra noche de guerra con sus fantasmas. Varias veces, aprovechando la llegada tarde de sus discípulos, los fines de semana, Clotario logró arrancarse a la calle, pero su caminar tambaleante sólo le permitía avanzar unos pasos, Después, se caía bruscamente, sufriendo varios hematomas. Los vecinos lo trasladaban en brazos de regreso a su casa. Oscar Ortiz me relata los frecuentes diálogos que mantuvo con Clotario sobre temas que para ambos antes habían sido tabú. "Era tan raro, -me dice-, que un hombre como él, que nunca demostró ningún interés por el sexo, ahora viejo y senil, se inquietara por todo lo relacionado con la libido. "¿Cómo son los senos de las mujeres? ¿Cuáles son sus órganos sexuales? ¿Cómo se produce la copulación? ¿Qué siente usted Ortiz cuando intima con su mujer?" (15) Oscar ante la insistente indagación solía hacer dibujos en la pizarra, como si se tratara de enseñarle a un colegial lo que era el acto sexual y la procreación. A fines de junio, el deterioro de Blest se agudiza. Ante esta situación, Ortiz llama a un médico amigo. La situación económica y la carencia de previsión que asumiera su enfermedad, no les ofreció otra alternativa que recurrir al pediatra de sus hijos, el doctor Ignacio Cornejo, que recetó un calmante. Durante ese año 1989 pasaron también a verlo, como admiradores del viejo líder, el doctor Patricio Rojas Saavedra y Oscar Jiménez Pinochet que, después de chequearlo, le recomendaron que hiciera algún ejercicio físico por la eventualidad de una trombosis.

La noche del 3 de agosto, en que por casualidad la puerta de su dormitorio había quedado sin llave, Clotario salió al patio desnudo, y allí le sobrevino un vahído en que perdió el conocimiento. Al día siguiente, Francisco, que llegó primero, se dio cuenta que padecía dislalia y no lograba articular palabras. Ante este cuadro, llamó a la ambulancia, que demoró una hora en llegar. Blest, todo sucio y sólo envuelto en una sábana, fue trasladado -junto a todos los vagos, alcohólicos y enfermos que había recogido antes la ambulancia- hasta la Asistencia Pública. Allí -según Ortiz que lo acompañó- lo trataron muy mal, como si fuera un viejo indigente cualquiera, hasta que un médico, el doctor Neira, lo reconoció y lo llevó a una habitación privada. Este médico dirigiéndose al personal de guardia, les dijo: "Ustedes me tratan con respeto al enfermo, él debiera haber sido Presidente de la República." La noticia de la gravedad de Clotario Blest apareció, al día siguiente, en todos los diarios. Ante esta noticia, la Posta Central se llenó de conspicuos políticos acompañados de un séquito de fotógrafos: Patricio Aylwin, Hernán Büchi y Francisco Javier Errázuriz, candidatos presidenciales, y variados futuros senadores y diputados. También se hicieron presentes el cardenal Fresno y el edecán de Pinochet. Tanto ellos, como dirigentes gremiales y estudiantiles, llenaron la sala de espera durante los días que Blest permaneció hospitalizado. Oscar Ortiz, interrogado por un periodista, expresó: "Sólo ahora han venido a acordarse de él, pero muchas otras veces ha estado a punto de morir y nadie lo ha venido a visitar." (16) Después de tres días, la mejoría observada por Blest era clara; la Asistencia Pública decidía devolver al enfermo a su hogar. Ante este dilema, los empresarios Eugenio Heiremans y Ernesto Ayala ofrecieron hacerse cargo de la recuperación del enfermo. El 8 de agosto de 1989, Clotario Blest fue internado en el Hospital del Trabajador donde recibió una óptima atención. Estuvo allí hasta el 13 de noviembre de ese año. Entre el empresario Eugenio Heiremans y el sindicalista, promotor de huelgas y paros de su personal, nació una amistad que duró hasta la muerte de Blest.

En vísperas de su nonagésimo cumpleaños, Clotario Blest fue dado de alta por el Hospital del Trabajador, pero bajo una condición: "El paciente no debe retornar a su casa, pues allí no se reúnen las condiciones para su pleno restablecimiento." Blest se negaba a ser trasladado a cualquier lugar que no fuera su casa. ¿Qué hacer? Frente al apremio, Ortiz y Díaz decidieron llamar a una conferencia de prensa para denunciar el abandono material en el que se encontraba el otrora famoso dirigente y, con el fin de crear un "Comité de Personalidades Pro Ayuda a Clotario Blest". Abocadas al caso, la CUT, ANEF y Pastoral Obrera, decidieron que lo más adecuado sería internar a Blest en el hogar de ancianos "Don Orione". Blest se opuso rotundamente a esta medida, considerándola una humillación: "Si a él le prohibían el regreso a su casa, lo único aceptable sería la enfermería del convento de los franciscanos. Los franciscanos aceptaban gustosos a Blest, pero sus reglas eran estrictas: "Sólo se habrían las puertas del convento a los que vestían el hábito." Pero si nunca había aceptado entrar a una orden religiosa, ¿por qué ahora? Para Clotario Blest, San Francisco era su santo predilecto: "El santo de mayor compromiso con los pobres, y un rebelde que, como él, se había enfrentado a la jerarquía eclesiástica, lo que le costó el exilio." La parroquia de Blest, desde que se trasladó a la casa de Santa Cruz, había sido la de San Isidro. Allí, acompañando a su madre, asistía a misa los domingos. Cuando la iglesia parroquial se cerró en 1979, la de San Francisco pasó a reemplazarla: su patio, lleno de árboles, fue el lugar elegido de reposo y meditación. Nadie, durante su larga vida, sustituyó a su director espiritual, el jesuita Fernando Vives, pero las raras veces que se confesaba, lo hacía con los franciscanos Damaceno Espinoza y Pablo Yáñez Ruiz Tagle, posteriormente obispo de Los Angeles. También daba charlas sobre sindicalismo en el convento de la Recoleta Franciscana. En esas charlas fue donde lo conocieron el superior de la orden Juan de Dios Hernández y fray Ovidio, su futuro enfermero. A Clotario le agradaba especialmente el museo de fray Andresito, a quien consideraba el precursor del sindicalismo.

El superior del convento, Juan de Dios Hernández, decide -ante el dilema de los amigos de Blest y su insistencia- hacer caso omiso de los reglamentos y aceptar en la orden tercera a Clotario Blest. El superior me relata: "La larga vida ejemplar y cristiana dedicada a los pobres de Clotario Blest bien merecía una excepción. Por lo demás recordé como años antes, otro superior de la orden, había hecho lo mismo con otra gran figura humana, Gabriela Mistral. Mi decisión estaba tomada: las puertas del convento se abrirían para cobijarlo." (17) El 17 de noviembre de 1989, en el día de su cumpleaños, los 90, durante una ceremonia sobria que se realizó en la capilla del convento, Clotario Blest fue ungido Hermano Terciario Franciscano Seglar. A la ceremonia sólo asistieron Eugenio Heiremans, su amigo empresario; Mercedes Esquerra, consejera de Estado; Oscar Ortiz y Francisco Díaz con sus mujeres e hijos, y Teresa Vera, periodista de Las Ultimas Noticias. Después de la misa, el superior de los franciscanos le colocó a Blest, encima de su mameluco azul, el cordón de la orden. Firmaron en la sacristía como testigos: fray Ovidio Aguilera; Francisco Díaz y su esposa Nélida Muga; Oscar Ortiz y su esposa Claudia Soto; fray Alberto Sagredo, asesor espiritual de los franciscanos y el provincial fray Juan de Dios Hernández. Desde ese día, Clotario Blest vivirá en el segundo piso, en la enfermería de la Recoleta Franciscana, junto a religiosos enfermos o incapacitados por su avanzada edad. El pequeño cuarto privado de Blest no contaba más que con una cama, un velador y un cuadro de la Virgen María. En la pared, Clotario colgó pergaminos y diplomas que le habían enviado últimamente. Entre ellos se destacaba una arpillera bordada que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez le había hecho llegar anónimamente. Se observaba en ella el rostro de perfil del patriota Manuel Rodríguez con el lema: "Aún tenemos patria ciudadanos". Blest lo había colocado a los pies de la Virgen, ante el estupor de los franciscanos. La única ventana se abría hacia el cerro San Cristóbal. Cuando Ortiz y Díaz, acompañados de sus familiares venían a verlo, el viejo líder, en la única silla, contemplaba soñoliento el cerro. Sus ojos entornados se fijaban en la estatua de

la Inmaculada que yacía en la cumbre. Después de un largo silencio que nadie interrumpía, Clotario exclamaba: "El San Cristóbal me recuerda mi juventud, cuando junto a mis compañeros seminaristas escalábamos el cerro hasta llegar a la Virgen." Cuando Blest despertaba de su melancólica nostalgia, comenzaba a reclamar del trato vejatorio que, según él, le infligían los sacerdotes enfermeros Ovidio Aguilera y Miguel Castro y sus dos auxiliares. Al mes, ante la insistencia del enfermo en el hostigamiento que sufría. Oscar y Francisco decidieron dar cuenta de la acusación al superior de los franciscanos, Juan de Dios Hernández, que se negó a aceptar la denuncia. Para él era falsa, pues provenía de dos mocosos insolentes, y dio a conocer la actitud de Ortiz y Díaz a la directiva de la CUT, ANEF y Pastoral Obrera que respaldaron la postura del superior y le aconsejaron que restringieran las visitas. Al entrevistar a Claudia Soto, compañera de Ortiz, sobre el hecho, me cuenta: "Cada vez que iba a verlo. Clotario se quejaba y me decía: "Los enfermeros me pegan y me sacan la ropa a la fuerza. Me encierran cuando no quiero comer, estos curas me quieren matar." Creo que Clotario se sentía impotente y pisoteado en su dignidad. Otro día me contó lo que sucedió una noche: "Me tenían sentado frente al televisor mirando un programa en que enseñaban a bailar una de esas danzas actuales en que no hacen más que moverse provocativamente. El espectáculo era repulsivo, ver a dos curas bailando con las enfermeras, cantando y en actitudes que no correspondían a discípulos de san Francisco. Yo trataba de calmarlos, pero todos ellos se mofaban de mí" (18) Desde ese momento, las relaciones entre los franciscanos y los discípulos de Blest se hicieron imposibles. A ellos les pusieron toda clase de inconvenientes para visitar al enfermo Sólo fueron bien recibidos los delegados sindicalistas o de la Pastoral, que iban muy de tarde en tarde. En general Blest pasaba solitario. Ante las increíbles aseveraciones de Claudia y los discípulos de Blest sobre el trato que recibió el anciano y enfermo sindicalista -ahora hermano tercero- durante los últimos seis meses de su vida, me siento en la obligación de esclarecer las acusaciones. ¿La imagen unánime de los dulces y castos franciscanos trastocada por la de sádicos y lujuriosos demonios? Le pido una entrevista al superior de los

franciscanos, fray Juan de Dios Hernández y a fray Ovidio Aguilera con el fin de escuchar sus versiones. El superior Hernández me recibe en la puerta de acceso del monasterio, a un costado del templo de San Francisco. Se trata de un hombre de mediana edad, bajo, de lentes y pelo oscuro, vestido de seglar. Tiene el aspecto de un profesor secundario de un liceo de provincia. Su saludo es cordial. Está contento que, después de casi tres años de la muerte de Blest, alguien se acuerde de él y desee publicar su biografía. Al atravesar los centenarios patios llenos de flores y arbustos, evoco a Blest y comprendo por qué ese lugar se convirtió en su predilecto. Subimos por una estrecha escalera a la clausura donde está el escritorio del superior. Comienza por mostrarme objetos personales de Clotario, todos guardados celosamente en una caja con naftalina: su mameluco viejo y desteñido, su bufanda, la gorra y calcetines y la cruz de TAU, propia de la orden franciscana que le fue impuesta en su ordenación. En seguida pasamos a otro cuarto, el de los archivos, donde en uno de ellos están los recortes de diarios y revistas con comentarios sobre la muerte y entierro del sindicalista, además de la copia del acta de su ingreso y cartas. "En el futuro haremos un pequeño museo con todo esto" -me indica. Comenzamos a charlar. Me cuenta el superior las dudas que tuvo de aceptarlo sin previa preparación. -¿Cómo se portó Blest los meses que permaneció con ustedes? -Estaba deteriorado, no sólo física sino también mentalmente. Insistía a ratos en regresar a su casa y otras veces se ponía a llorar y exigía que le pusieran el hábito. Para que se tranquilizara se lo permitíamos y los frailes que lo acompañaban también lo hacían. (Me muestra una foto en la que Blest aparece rodeado de curas, todos con el hábito franciscano) Yo pienso, al mirar la fotografía, en otra que me mostró hace años Blest, en que aparece adolescente con sus compañeros de curso y sus profesores, también todos vistiendo el hábito. Quizás ahora el viejo y senil Clotario Blest necesitaba regresar a una época para él importante y feliz de su vida.

-¿Tuvo usted problemas con los discípulos de Blest sobre el trato que debían darle al enfermo? -No, no...(Mueve la cabeza. Siento que tiene mucho que decir, pero que posiblemente una promesa lo obliga a permanecer en silencio. El espíritu franciscano, tal vez, le impide hablar mal del prójimo) -Ellos dicen que ustedes no lo querían y que lo trataban con dureza. -Para nosotros fue un honor cuidar a don Clotario. Pero, tenga claro, que yo no estaba encargado de su vigilancia. El hermano Ovidio desempeñó esas labores, converse con él. Yo considero a Blest el San Francisco chileno y así se lo manifesté -después de su muerte- al vicario de la Pastoral Obrera monseñor Alfonso Baeza. Interceda, le dije, ante el arzobispado de Santiago para que éste se haga o declare parte actora con el fin de iniciar el proceso de beatificación y canonización de este hermano laico. -¿Y qué le respondió? -La respuesta fue negativa. Me muestra, en seguida, las dos cartas: la enviada a monseñor Baeza el 1º de junio 1990 y la respuesta del mismo, fechada el 9 de agosto. En su parte medular ésta expresa: "No creo que vaya a ser fácil que se comparta este juicio a nivel de algunos miembros de la Iglesia jerárquica, pues todavía en nuestra Santa Iglesia se teme demasiado los conflictos sociales y muchos creen que los dirigentes sindicales que luchan como lo hizo don Clotario no lo hacen por motivaciones cristianas y se les mira con sospechas de "contaminación" ideológica." El superior Juan de Dios Hernández me pareció un hombre sencillo y honesto. Si Clotario Blest fue tratado mal durante su estadía en la enfermería del convento, él parecía, creo yo, ignorarlo. Recordé, además, cómo cada vez que Clotario dejaba de ser dueño de sus actos y caía enfermo, adoptaba la misma actitud de guerra contra los que lo cuidaban, como sucedió en la Clínica Indisa y en Anecap.

Al día siguiente, 4 de febrero de 1993, fui a ver a fray Ovidio Aguilera al convento de la Recoleta Franciscana, donde en el segundo piso continúa a cargo de la enfermería. Me recibe un hombre joven, fornido, de sonrisa fácil. Se ve una persona con sentido del humor, satisfecha. -¿Cómo conoció usted a don Clotario? -Cuando yo era novicio asistí a algunas de las charlas de sindicalismo que daba en este mismo convento. Pero no intimé con él hasta noviembre 1989 cuando me lo encargaron como enfermo. -¿Qué opinión se formó de él durante los meses que lo cuidó? -Era un viejito de salud muy quebrantada. Sin embargo, a pesar de su estado senil, tenía momentos de lucidez. Para nosotros era como una reliquia y tratábamos de darle gusto en todo. -¿Cómo era eso? -Estaba muy preocupado del dinero de su jubilación, porque -según él- debía repartirla entre sus pobres. Nosotros para no contrariarlo le entregábamos billetes falsos y en desuso que conseguíamos en los cachurees y él los distribuía entre los pobres. Otras veces le informábamos que periodistas querían entrevistarlo y nosotros mismos nos hacíamos pasar por ellos y él, muy serio contestaba nuestro interrogatorio. También otro día, me disfracé de mujer mendiga y le pedí consejos. Ese verano lo llevamos de paseo a la playa y nos divertimos mucho. (Me muestra una foto en la cual Clotario aparece muy serio sentado en una silla de playa rodeado de curas y seminaristas en tenida de baño) -Pero, ¿no era esa una forma de burlarse de él? -Don Clotario no se daba cuenta y era el único modo de hacerlo comer algo. Por lo demás cumplíamos las instrucciones del psiquiatra de la orden que nos recomendó estimularlo, pues podía caer en depresión.

-¿Es verdad que se produjo una agria discusión, entre usted y los discípulos de don Clotario, sobre la forma en que lo trataban? -(Evade la respuesta) -¿Cómo fue ese 1º de mayo en que ustedes lo llevaron a la cárcel? -Los días anteriores a esa fecha don Clotario estuvo triste. "Nadie se acuerda de mí", repetía. Cuando llegó la invitación de los presos insistió en ir. Lo llevamos con el hermano Miguel, pese a su estado de debilidad extrema. Creo que le dimos una alegría. La ceremonia en la cárcel fue emocionante. En la noche asistió a la cena que todos los años le damos a los vagabundos, donde, antes de dormirse, bebió un vasito de champagne. -¿Se sentía muy solo? -Dos gatos del convento se encariñaron con él, la Cinthia Paola y la Yesenia José, que lo acompañaban cuando rezaba el rosario. Una de ellas, me parece que fue la Cinthia Paola, no sé cómo, llegó hasta la iglesia de San Francisco, y debajo de su ataúd le dio su último adiós. -¿Cómo fueron sus últimos momentos? -Se apagó como una velita. Murmuraba unas palabras ininteligibles, algo como: "Luchen por sus ideales; paz, mucha paz. Cristo..." (19) A la luz de estos antecedentes existe, sin duda, una contradicción entre las apreciaciones de los franciscanos y los discípulos de Blest. Creo que quizás los enfermeros franciscanos creyeron a Blest más senil de lo que en realidad estaba, pero, como muchos viejos en su estado, no lo engañaron con sus juegos infantiles Así podrían explicarse las explosiones de rabia e impotencia que descargó contra sus enfermeros. EL HOMO POLITICUS SE RESISTE A MORIR

A pesar de su soledad y de sus frecuentes lagunas mentales, Clotario en sus instantes de lucidez escuchaba las noticias políticas por radio. Las elecciones presidenciales y parlamentarias continuaban su marcha. Tres eran los candidatos a Presidente de la República: Patricio Aylwin, representante de la oposición; Hernán Büchi, ex Ministro de Hacienda, apoyado por el gobierno y gran parte de la Derecha; Francisco Javier Errázuriz, figura de la derecha populista que se definía como de Centro-Centro y que criticaba tanto a la oposición por haber sumido anteriormente a Chile en el caos, como al Gobierno Militar por su falta de interés en los más desposeídos. Algunos días antes de la elección, fijada para el 14 de diciembre de 1989, varios periodistas fueron a entrevistar a Blest. Sus respuestas fueron las siguientes: "No tengo deseos de ir a las urnas, porque estimo que en esta elección se presentan políticos que no han mostrado la voluntad de comprometerse con el sindicalismo y los trabajadores. Solicito pues al nuevo mandatario que respete el derecho de los trabajadores porque ellos son el sueldo de Chile." (20) Los resultados de la elección del 14 de diciembre de 1989 fueron:

Patricio Aylwin

3.570.669 55,2%

Hernán Büchi

1.901.668 29,4%

Francisco Javier Errázuriz

998.783

15,4%

La primera actividad del triunfante nuevo Presidente de la República, Patricio Aylwin, fue ir a saludar al anciano sindicalista. La foto del electo mandatario, dándole un abrazo a Clotario Blest apareció en todos los medios de comunicación como un regalo de Navidad de fines de ese año 1989. El diálogo entre ambos fue el siguiente: "Aylwin: -Lo menos que podía hacer yo era venir a saludarlo, don Clotario. Clotario: -En nombre de todos mis compañeros trabajadores de Chile yo le agradezco esta visita." (21)

El 11 de marzo de 1990, día de la toma de mando del Presidente Aylwin, fue recibida con gran alegría y la asistencia de numerosos dignatarios que durante los años de la dictadura se habían negado a pisar tierra chilena, le dio un marco de solemnidad al acto. Clotario Blest fue uno de los invitados de honor, pero su estado físico sólo le permitió asistir, ayudado por un grupo de sacerdotes, al Te Deum que se realizó en la catedral de Santiago. Para el rebelde sindicalista este hecho que le costó grandes esfuerzos debe haber tenido un significado muy especial. Varias delegaciones oficiales extranjeras pasaron a saludarlo y rendirle tributo. A Alan García, Presidente del Perú le expresó: "Ve usted como Cristo me concede algunas gracias, pese a que el tirano no cayó en la forma en que yo hubiese querido y por ese motivo no me he cortado la barba, me ha dado un tiempo extra de vida para presenciar la asunción al mando de un presidente elegido por votación popular." (22) DESFALLECIENTE ASISTE A DOS ACTOS SIMBÓLICOS En enero de 1990, como era usual desde el año 1978, se organizó un acto en recuerdo del día del asesinato de Mahatma Gandhi. El día anterior Oscar y Francisco en su visita, ahora semanal, le recordaron a Clotario lo que él llamaba "su compromiso sagrado" de asistir mientras viviera a ese aniversario. Clotario Blest estaba mal, su voz apenas se escuchaba y gran parte de la visita se la pasó semi dormido. Tenía fiebre. Sin embargo, poco antes de la retirada de sus amigos mandó a llamar a los curas y les insistió en que su deber era ir al homenaje a su maestro. A las diez de la mañana del día siguiente, Oscar y Francisco pasaron a buscarlo en un vehículo que habían conseguido. El sacerdote-enfermero se sumó a la pequeña comitiva. Al llegar a la Plaza de la India, Blest fue sacado con mucho esfuerzo del auto y, prácticamente arrastrado y apoyado por sus acompañantes, logró colocarse en primera fila. La reunión la presidía el embajador de la India rodeado por unas cincuenta personas. Numerosos periodistas dieron cuenta del hecho y fotografiaron al desfalleciente líder sindical. Al retirarse, Blest murmuró: "Que en el mundo haya paz y fraternidad."

Para Clotario, el costo de esa demostración de amor y admiración al maestro que le había señalado el camino de la "no violencia activa" le costó quince días de fiebre echado en su lecho. El lento decaimiento de Clotario Blest continuaba su marcha. Fuera de unas breves salidas a la calle por el Te Deum en marzo de 1990 ya descrito y por el aniversario de la Asociación de Empleados de Tesorería en el mes de abril, su vida continuaba en la soledad de sus sueños. Sin embargo, en vísperas del 1º de mayo, un periodista del suplemento Ya de El Mercurio fue a entrevistarlo, y, dentro de su estado crepuscular, Clotario manifestó su tristeza y desencanto con los dirigentes sindicales: "Me han olvidado. Ni la CUT ni la ANEF me han invitado a esta celebración. Los únicos que se han acordado de mi son los presos políticos; aquí está su invitación. Y aunque usted crea que soy un incapacitado asistiré al acto en la Cárcel Pública." (23). Hugo Marchant (24), preso político, me cuenta lo sucedido ese 1º de mayo, el último para Clotario Blest. -¿Por qué, Hugo, invitaron ustedes a Blest? -Faltaban veinte días para el 1º de mayo. Los más de cuatrocientos presos políticos discutíamos el qué hacer. Era un momento muy difícil. Después de la inauguración del gobierno democrático, las posibilidades de acceder a la libertad se tornaban posibles, pero la discusión sobre nuestra inserción política era encontrada. La crisis que azotaba al movimiento popular se reflejaba en nosotros. ¿Cómo cohesionar nuestro colectivo? Fue entonces cuando nos dimos cuenta de la proximidad del 1º de mayo y de la necesidad de hacer una celebración unitaria y con mística. Y el resultado de esta reunión fue la idea de invitar a Clotario Blest, símbolo de la lucha del movimiento obrero. -¿Cómo fue esa conmemoración? -Unos días antes le encomendamos a Jorge Escobar, un preso pintor autodidacta, la confección de un cuadro cuyo tema sería el siguiente: el rostro de Clotario en

primer plano, pero que fuera transparente para que en el fondo apareciera la masa en lucha, chimeneas de fábricas, etc., "lo demás lo pones tú", le agregamos. El cuadro estuvo listo el 30 de abril. Escobar le colocó, además, indios y lanzas, que hacían perder el protagonismo a los proletarios, pero igual lo aceptamos. Le habíamos enviado una semana antes a Clotario una carta invitación. No creíamos mucho que pudiera venir y grande fue nuestro estupor cuando los curas franciscanos nos dijeron que Blest, en uno de sus momentos de lucidez leyó nuestra carta, la acarició y sus palabras fueron una sentencia: "Yo iré". -¿Y cómo se prepararon ustedes para recibirlo? -Hicimos un lienzo que decía: "CLOTARIO BLEST APÓSTOL DE LOS TRABAJADORES". Y a mí se me encargó de escribir el discurso de bienvenida. Yo lo redacté, pero el de mejor voz entre nosotros, Renato Narbona, fue el encargado de leerlo. Llegó ese día y todo estaba programado para las 15:30 horas, pero pasaba el tiempo y Blest no llegaba. Hacía mucho frío. Fue en ese instante cuando alguien avisó: ¡Ya llega!. -¿Entró caminando? -Venía apoyado en dos curas. Yo salí a su encuentro. Se veía un anciano muy cansado, flaco, chico, y que apenas se sostenía. Yo lo abracé y le di un beso en la mejilla. Me emocionaba verlo entre nosotros. En ese momento, se tambaleó y antes de que se cayera lo tomé en brazos. No pesaba nada, y así, con él en brazos, entré al gran patio en el cual los presos nos esperaban. Todos se pusieron de pie y, acompañado por un estruendoso aplauso, lo condujeron hasta un sillón ubicado frente al escenario. -¿Y Clotario pudo seguir el acto? -La verdad es que no sé. Uno de mis compañeros le trajo un té caliente y otro lo envolvió en una frazada. Los curas le gritaban en el oído: Don Clotario, el acto lo están haciendo los presos para usted. El abría los ojos con una expresión de

satisfacción. Sin embargo, a pesar que el compañero leyó el discurso casi gritando, me dio la impresión que no lo seguía, pero creo que se daba cuenta que toda esa algarabía era en su honor. Después que se le hizo entrega del cuadro preguntó: "¿Ese soy yo? ¿Me lo puedo llevar?", y ante nuestra afirmación, Clotario lo abrazó y volvió a caer en sopor que sólo se interrumpió cuando los curas le gritaron: "Don Clotario, preguntan si usted es comunista", y entonces el viejito parecía saltar y exclamaba: "Yo no soy comunista, nunca". Don Clotario, volvían a gritarle, "preguntan qué opina sobre el diario El Mercurio ". "El Mercurio miente", replicaba. Después del acto casi todos continuaron con sus actividades. Para la mayoría de ellos -todavía jóvenes a pesar de ser políticos y de que se habían jugado la vida por la libertad- este ancianito no significaba nada. Nos dimos cuenta allí que ninguno conocía la historia del movimiento obrero chileno. Ya todo había terminado, Clotario debía partir. Yo lo volví a tomar en brazos y lo cargué hasta la segunda reja. Hasta ahí me permitían llegar. No faltó el chistoso que me gritó: "¡Aprovecha y llévalo hasta la calle!" (25) Esa misma noche los franciscanos lo invitaron a una cena en el pensionado junto a los vagabundos del sector. Pero para Blest las emociones de ese día habían sido excesivas. El poco rato que permaneció en la mesa lo pasó durmiendo. LA MUERTE A mediados de mayo, Oscar junto a sus hijos fueron a visitar a Clotario. Sus intenciones eran presentarle al pequeño Ornar, recién nacido. A Blest lo encontraron aquejado por una fuerte bronquitis. Su respiración se hacía difícil. Pese a ello, tomó en sus brazos a la guagua y dijo: "¡Qué niño tan hermoso y sano y uno que está tan feo y en las últimas!" Poco pudieron conversar con él. Según Claudia y Oscar, sintieron que la muerte estaba próxima. El día 30 de mayo los Ortiz realizan la última visita a Blest. Claudia me relata: "Don Clotario sufría una crisis respiratoria. Yo le pedí a los curas enfermeros que le colocaran una sonda para aliviarlo. Ellos me contestaron que quién era yo para

opinar. Me dirigí entonces a un doctor viejito, sordo y con mal de Parkinson que era el único doctor de la enfermería que tampoco me hizo caso. Los curas insistieron en que nada temamos que hacer en ese lugar y que ojalá no volviéramos nunca más. Muy apenados nos fuimos a despedir de don Clotario. Él me reconoció, creo, y me tomó la mano murmurándome: ¡La casa, la casa! No supe que quería decirme. Oscar le dijo que se tranquilizara y tuvimos que partir. Estábamos acongojados viéndolo sufrir y rodeado de gente que no quería." (26) Al día siguiente, a las 6:30 A.M., sonó el teléfono en casa de los Ortiz. El padre Ovidio, cura enfermero, comunicaba el fallecimiento de Clotario Blest acaecido a las 3:45 de la madrugada. Pedía la ayuda de Oscar y Francisco para amortajar al líder. A pesar de la rapidez con que Oscar, Claudia y Francisco se trasladaron a la Recoleta Franciscana, muchos se habían adelantado a su llegada y Clotario yacía en su lecho vestido con su mameluco azul y ceñida a su cintura el cordón franciscano. La larga vida de Clotario Blest, nacido el 17 de noviembre de 1899, de casi 91 años, se había extinguido. Un viejito de sólo 35 kilos, de rostro pálido y mirada serena era lo único que quedaba del altanero y fuerte dirigente sindical que durante 70 años había luchado sin tregua por la dignidad del trabajador. Los discípulos y Claudia se sentaron alrededor de su lecho. Los acompañaban tres compañeros sindicalistas, un joven estudiante de música de la Universidad Católica y varios hermanos franciscanos. El joven músico, Ricardo Fonseca, tomó su guitarra y a dúo con el hermano Aguilera comenzaron a entonar cánticos. En Seguida Clotario Blest "con las manos enlazadas, una con otra, sobre un crucifijo, y mostrando un rostro pálido y de párpados hundidos, pero pleno de paz, fue introducido en el ataúd." (27) "Ya sellado, el féretro fue montado sobre una camioneta y llevado hasta el templo de San Francisco, donde ingresó a las 11:45 horas, cargado por Hernol Flores de la ANEF, Arturo Herrera de Tesorería, y autoridades de gobierno representadas por Rene Cortázar, ministro del Trabajo y

los subsecretarios Eduardo Loyola, del Trabajo y Martín Manterola de Previsión Social." (28) Mientras el féretro avanzaba por la nave central del templo, las campanas doblaban y en la torre de la iglesia se izaba la bandera de Chile a media asta con un crespón negro en señal de duelo. Poco a poco se fue congregando una multitud en la que destacaban numerosos sindicalistas, representantes del gobierno, parlamentarios y representantes del cuerpo diplomático. Marginados de la ceremonia oficial que designaba los que montarían guardia alrededor del ataúd y de los que debían ocupar las primeras filas, mezclados con la multitud anónima, permanecían Oscar y Francisco. Al reconocer un periodista a Oscar Ortiz, éste le expresó: "Ahora aparecen esos amigos que tuvieron oídos sordos cuando Clotario Blest los necesitó, los tartufos de última hora, cosa que duele." (29) Para el día siguiente, el 1º de junio, se fijó el funeral y la solemne misa de cuerpo presente. El Presidente de la República en compañía de su gabinete había anunciado su asistencia. EL FUNERAL Ese día todos los titulares de los diarios anunciaban en su portada, con una gran foto, el fallecimiento de Blest. "Murió Clotario Blest" (30); "Se nos fue don Clota" (31); "Clotario Blest, una vida por la unidad" (32); "Murió Clotario Blest, figura histórica del sindicalismo" (33). El Fortín Mapocho, diario popular de tendencia más izquierdista, sacó su edición en color negro en signo de luto: "Chile, de duelo, llora a don Clota" y como subtítulo: "Murió el primer obrero del país". Hasta su tira cómica, de "Margarita", expresaba: "Si dejamos que muera Clotario Blest, estamos sonados...Pero si estamos dispuestos a seguir su limpio y claro ejemplo, vivirá para siempre." Las radios y la televisión, desde el día anterior dedicaban programas especiales en los que se relataban los triunfos y derrotas del otrora gran líder. Amigos y enemigos olvidaban sus discrepancias y se plegaban al duelo y sólo recordaban las cualidades del fallecido. Para todos, Clotario Blest era un personaje mítico

que cada cual describía como un héroe partidario de sus mismos ideales. El Presidente de la República, Patricio Aylwin, declaró: "Tenía un gran aprecio y admiración por don Clotario que fue un hombre que dio testimonio. El vivió sus principios y sacrificó oportunidades de una vida holgada, entregado a sus ideales de profunda formación cristiana." (34) Sola Sierra, presidenta de la Agrupación de Detenidos-Desaparecidos, dijo: "Don Clotario fue una de las primeras personas que después del Golpe Militar nos amparó. Nuestras primeras conferencias de prensa, para dar a conocer nuestro drama, fueron en su casa de San Isidro. Estábamos rodeados por agentes de la DINA y él con mucha valentía nos apoyó." (35) La diputada Evelyn Matthei, de Renovación Nacional, partido de la derecha, opinó; "Fue un gran líder sindical, una figura legendaria, una leyenda en vida." (36) Andrés Chadwick, diputado de la UDI, de ultra derecha, señaló: "Lamentamos la muerte de don Clotario, fue un símbolo por su dedicación y vocación a una causa." (37) La CUT Comentó: "Su mayor legado está en su lucha por la unidad del movimiento sindical y su permanente acción por la justicia económica y social." (38) El Partido Comunista indicó: "Rendimos un minuto de silencio en homenaje a este connotado sindicalista que nos deja como herencia la consecuencia en la defensa de los trabajadores." (39) El MIR declaró: "Su muerte nos resulta particularmente dolo-rosa, no sólo porque él fuera un miembro fundador, sino porque, además, muchos de los cuadros de nuestra dirección son tributarios de horas de diálogo y formación entregados en su legendaria casa de Ricardo Santa Cruz." (40) El movimiento contra la tortura Sebastián Acevedo, representado por el padre José Aldunate, expresó: "Estuvo siempre con el pobre, con la víctima, inserto entre el mundo obrero llevó una vida de constante oposición y denuncia profética; es un verdadero profeta de los Derechos Humanos." (41) A las cuatro de la tarde se fijó la hora de la misa de responso y a las cinco de la tarde se indicó que el féretro, en un carro mortuorio, partiría al Cementerio General donde, desde un estrado, harían uso de la palabra representantes del gobierno y sindicalistas.

Me dirigí al velatorio con mucha anticipación. Sin embargo, una gran multitud rodeaba ya el templo de San Francisco. Abriéndome paso difícilmente, llegué a la plazoleta frente a la iglesia. Recordé entonces que en ese mismo sitio que ocupaba ahora un elegante hotel estaba la vieja casa que durante largo tiempo utilizó la ANEF y la CUT y donde Blest entregó su mayor capacidad y talento. El alma de Clotario parecía estar flotando en el ambiente. Me llamó la atención las largas filas ordenadas que esperaban entrar a dar su último adiós a este líder que la mayoría no había conocido. Muchos pobladores, muchos jóvenes. Un estudiante del Liceo de Aplicación, de sólo 16 años me dice: "Este era un viejo tan encachao, no le tenía miedo a nada". Su compañera, del Liceo 1, me agrega: "Yo lo vi encadenado al Congreso. Hacía -a pesar de ser tan flaco y enclenque- cosas que los jóvenes no nos atrevíamos." Un poblador replica: "Yo me hice un tiempito; para los trabajadores esto es una pérdida inmensa." Las coronas de flores no sólo abarrotaban la iglesia, sino que continuaban por la calle Londres hacia el sur. Las banderas de los diversos partidos políticos y organizaciones sociales aparecían flameando entre la multitud. Comprendí, entonces, que pese a la soledad y el olvido en que murió, Clotario Blest continuaba vivo. También pensé cuántas veces me había dicho: "Quiero que mi entierro sea estrictamente en privado. Sólo deben asistir mis amigos más cercanos. Nada de farándulas, ceremonias o discursos. Quiero ser incinerado y que me echen en una fosa común junto a los más desposeídos." Como tantas veces, reflexionaba, los deseos del gran líder no se cumplirían. Entré, por fin, al templo junto a una viejita pordiosera que, con lágrimas en los ojos, comentaba en voz alta: "Yo estuve con él en la comida que se dio para los pobres en la Recoleta, Hablaba muy poco y se sentía mal. Alternó con la gente pobre, esos que viven en el Mapocho." Escurriéndome, a codazos, llegué cerca del ataúd de color madera, encima de él un hábito franciscano. A su alrededor, hacían guardia, en ese momento, empleados de Tesorería, mientras la multitud seguía desfilando para

contemplar por última vez el rostro del famoso sindicalista. Las primeras filas comenzaba a ser ocupadas por altos dignatarios. En ese momento se le abrió paso al Presidente de la República y su gabinete, que ocupó los primeros asientos junto al cardenal Silva Henríquez, compañero de Blest durante los años más difíciles de la dictadura. La misa comenzó exactamente a las 16:00 horas. Oficiaron el réquiem monseñor Sergio Valech, vicario de La Solidaridad; monseñor Cristian Precht, vicario general de la Pastoral de Santiago. En la homilía y en el responso final intervino el cardenal Silva Henríquez. La conducción de las oraciones, el relato homílico y el canto, contó con el marco de un gran contingente eclesial. Monseñor Precht recordó episodios de la vida de Blest y preguntó: "¿De dónde sacó fuerzas este hombre, frágil en apariencia, que nunca se apoyó en el poder? La fuerza la tuvo en que creyó en la palabra, creyó en la autoridad moral, las únicas armas que don Clotario empuñó sin tregua...Hoy pertenece a la memoria agradecida de la patria." Minutos antes de las 17:00 horas, al compás del salmo final coreado por la multitud, el féretro fue sacado de la iglesia. Debajo de él, un misterioso personaje que no estaba contemplado en el protocolo, un gato negro con paso felino acompañaba al cortejo. A su manera, el gato, en nombre de la raza, le rendía a Blest, tan amante de ellos, su último adiós. Según el instructivo del gobierno y de los encargados del sepelio, se suponía que el ataúd debía ser trasladado en un carro mortuorio seguido de una caravana autorizada hasta el cementerio. Sin embargo, al aparecer el féretro en la calle, un grupo de jóvenes lo arrebató a los sindicalistas y franciscanos que lo portaban y se lo llevaron por la calle Londres. La periodista Teresa Vera de Las Ultimas Noticias que presenció la escena, narra: "En un confuso incidente, a empujones y bajo los gritos "llevaremos a pie el cuerpo de don Clota y no en vehículo especial", se apoderaron del cadáver." (42) El féretro volvió a aparecer por Santa Rosa y, de allí, en hombros anónimos, continuó su viaje por las calles Mac-Iver, Cardenal Caro y Avenida La Paz donde, al pasar por la Pérgola de las Flores, las floristas le abrieron un camino de pétalos que decía:

¡Adiós don Clotario! Dos horas demoró el cuerpo del viejo y pobre sindicalista en llegar a la plazoleta del cementerio donde las autoridades, diplomáticos y dirigentes sindicales lo esperaban impacientes. EL OTRO FUNERAL El féretro, con el cuerpo de Clotario Blest, había llegado, por fin, a la plazoleta del Cementerio General. Allí estaban programados los discursos oficiales en honor del muerto. Era inusual enterrar a alguien después de las cinco de la tarde, pero los inesperados sucesos que habían entorpecido el programa oficial retrasaban en dos horas el reglamento. Eran las siete, cuando los oradores comenzaron sus discursos, rodeados por la masa que había acompañado a pie al líder sindical. El primero que se subió al pódium fue Arturo Herrera, presidente de la Asociación de Tesorería, entidad en la cual Blest había empezado su vida de empleado fiscal. El ambiente era tenso y Herrera varias veces fue interrumpido por gritos: "¿Quién eres tú, sindicalista chueco?" Y las pifias arreciaron, mutilando los loores al muerto. En seguida tomó la palabra Hernol Flores, presidente de la ANEF. Entre chillidos y gritos de: "¡Traidor!" "¡Vendido!" y "¡Soplón!", las sentidas expresiones del orador se perdieron. El presidente de la ANEF logró a duras penas terminar. Después subió al escenario Manuel Bustos, presidente de la CUT. Ahora la gritería se volvió ensordecedora. Las banderas del MIR, del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, del Movimiento Popular Intransigente, del Partido Comunista, Trozquistas y Anarquistas se agitaron rodeando y tapando la figura de Bustos. Monedas y objetos varios cayeron a su alrededor: "¡Fuera de aquí, chupa medias! ¡Sinvergüenza, patudo hijo de puta, concha de tu madre...!" y la multitud que coreaba: "¡Se siente, se siente, Clota está presente!" Para los formales y silenciosos asistentes resultaba imposible escuchar las palabras de homenaje que Bustos pretendía rendirle a su maestro. Pese al ambiente hostil y belicoso, Rene Cortázar -Ministro del Trabajo- cerró, como orador, el acto. A gritos, y agitando las manos, el ministro trató de calmar a la multitud, pero sólo logró pronunciar unas

palabras que nadie escuchó. En seguida los representantes del gobierno, del parlamento, cuerpo diplomático y varios dirigentes emprendieron la retirada. El padre Mariano Puga me relata su impresión de los sucesos: "Yo asistí a la misa en la iglesia de San Francisco mezclado entre la multitud, Al salir por una puerta del costado, no vi cuando arrebataron el ataúd. Después me fui directamente al cementerio. En la plaza traté de calmar a los manifestantes más exaltados, pero no me hicieron caso. Después de los abortados discursos vi que de nuevo un grupo de manifestantes se apoderaban del féretro, los seguí, integrándome a la marcha que con antorchas improvisadas caminaba hasta el lugar de la sepultura familiar de Blest. Como a mí me conocían y me consideraban amigo, aceptaron mi compañía. Antes de introducir el ataúd a la sepultura, despidieron a don Clotario, fuera de mí, tres personas, no recuerdo cuáles ni qué dijeron." (43) Al tratar de esclarecer lo sucedido en este segundo funeral, me guío por la intuición del superior de los franciscanos que le echaba la culpa a los miristas y trato de comunicarme con ellos. Pocos días después, recibo un llamado telefónico. Una voz de hombre, por medio de una grabación, puntualizaba: "Nosotros, el MIR (no supe de qué fracción se trataba), organizamos y nos responsabilizamos de lo acontecido, después de la salida de la misa, hasta el entierro definitivo del compañero Clotario Blest. Nuestro objetivo era que Blest recibiera un entierro que reflejara su vida combativa y de lucha con, y por, el pueblo. Como el gobierno no aceptó que el proletariado lo transportara a pie por las calles, urdimos apoderarnos de su cadáver. En una acción relámpago le quitamos el sarcófago a los curas y representantes del gobierno. Los seminaristas franciscanos, que creo eran uruguayos, se pusieron difíciles y tuvimos que empujarlos. Todo fue tan rápido, que los carabineros no pudieron actuar. Cuando por fin llegamos a la puerta del cementerio y los oradores oficiales quisieron rendirle al líder sindical sus homenajes, los pifiamos y les tiramos monedas. Al terminar toda esa faramalla, volvimos a coger el ataúd y acompañados por los gritos: "¡Clota, ejemplo de lucha

por una patria libre y reivindicativa del pueblo!, entramos dentro del cementerio. Nos acompañaba el cura Puga, él también, a su manera, es un luchador social. Al llegar al mausoleo y después de los discursos de los compañeros, le permitimos a él que pronunciara el responso final..." (44) Oscar y su mujer Claudia, también presentes, me agregan: "A nosotros se nos perdió el cortejo y sólo llegamos al cementerio cuando terminaba de hablar el ministro Cortázar, a quien no le escuchamos nada, porque los gritos y pelotera eran descomunales. Acompañamos a la multitud efervescente, premunida de antorchas y banderas, hasta el lugar de la tumba familiar de don Clotario, que queda a pocos metros de la de Luis Emilio Recabarren. El primero en hablar fue un estudiante de la Universidad de Santiago, después lo hizo un representante del MIR, que desconocemos. En seguida lo hice yo, me añade Oscar. Yo dije: "Este es el entierro que don Clotario se merece y en el cual siempre soñó, sin autoridades gubernamentales ni partidistas. Sólo con sus amigos, los perseguidos y desposeídos, a los cuales siempre ayudó... Asco me dio ver en el templo y en primera fila a esos personajillos que siempre ignoraron a Clotario Blest.-.Gracias a ustedes que realizaron esta acción directa, esa que descarta a los intermediarios, sean estos frailes, ministros o políticos. Hemos enterrado, con la dignidad que se merece, al maestro de la verdadera justicia." (45) Mariano Puga me explica: "Yo aproveché, después de la última intervención, de rendir mi tributo, como sacerdote y en nombre de los cristianos, al querido discípulo de Cristo. Mi responso fue aproximadamente éste: "Cristo recibe en estos instantes a Clotario Blest y al abrazarlo exclama: Clotario, porque fuiste hambriento de verdad y justicia, ven a gozar de tu Señor. Clotario. porque no callaste cuando yo tu Señor fui atropellado en los más pobres, ven a gozar de tu Señor. Clotario. porque luchaste con mis hermanos, los trabajadores, los sin casa. los perseguidos en su dignidad y derechos, ven a gozar de tu Señor. Clotario, porque nunca ;e vendiste, ven a gozar de tu Señor... Terminé clamando: ¡San Clotario de los trabajadores! y la multitud respondió: ¡ruega por nosotros, ruega por nosotros'" (46)

La noche fría. cubierta por una espesa neblina de ese junio de 1990, envolvía a todos los presentes. Por diferentes lugares del cementerio aparecieron armas que apuntaban al cielo. Una estruendosa salva iluminó un instante la oscuridad y rompió el silencio sobrecogedor que embargaba a la multitud después de la última súplica de Mariano Puga; ¡San Clotario de los trabajadores, ruega por nosotros, ruega por nosotros! Los insurgentes, los jóvenes rebeldes que continuaban soñando con un Chile utópico de hombres libres y solidarios rendían con sus armas, un homenaje a ese hombrecito modesto, cristiano y partidario de la no violencia activa que había entregado su larga vida a una causa que también era la de ellos. EPÍLOGO Inmediatamente después de las salvas, los carabineros que habían permanecido discretamente a cierta distancia del entierro, se lanzaron contra la multitud arrojando bombas lacrimógenas y golpeando a los asistentes. Estos, parapetados detrás de las tumbas o encaramados a los árboles, tiraron piedras contra la fuerza pública. Hubo varios heridos y numerosos detenidos. Según la voz anónima de la grabación del MIR, sus militantes no cayeron en la escaramuza. Ningún diario o semanario con excepción de Revista Apsi, contó lo acaecido en "El otro funeral". Sólo unos pocos mencionaron que "existió un confuso incidente que opacó el homenaje al gran líder." Es interesante advertir la analogía entre los funerales de los dos más importantes líderes populares de este siglo. Luis Emilio Recabarren. fallecido en 1924, y Clotario Blest, cuyo deceso se produjo en 1990. Ambos, contrariando las órdenes de las autoridades, fueron enterrados como lo determinó el pueblo.