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UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA ESCUELA DE DERECHO DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES PLAN LECTOR II Orientador: Angélica Delghans

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UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA ESCUELA DE DERECHO DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES

PLAN LECTOR II Orientador: Angélica Delghans Pabón

ANTÍGONA, Sófocles CONTEXTO HISTÓRICO Y LITERARIO

A. EL TEATRO GRIEGO. Con base en el video sobre El origen del teatro griego: www.youtube.com/watch?v=xyKKjBXjG0Q www.youtube.com/watch?v=4hcowGQxuJQ www.youtube.com/watch?v=gSquamdwsJw 1. Construya un recuento sobre el tema. 2. Identifique los puntos coincidentes entre teatro, filosofía y educación.

B. VIDA Y OBRA DE SÓFOCLES

Esquilo

Sófocles

Eurípides

1. Luego de la lectura de los textos anexos: La tragedia de Sófocles y Vida y obra de Sófocles: a. Elabore un esquema (expresión gráfica que contiene de forma sintetizada las ideas principales y secundarias de un texto) sobre los siguientes aspectos: Origen, aspectos familiares, educación, contexto histórico y geográfico, personalidad, ideología y características literarias. b. Construya una entrevista virtual y prepárese para representarla en clase. C. LA OBRA DE SÓFOCLES Y EL MITO EDÍPICO TÉCNICA: Discusión. Temáticamente, el teatro de Sófocles recurre al antiguo mito de las sagas heroicas. Edipo Rey, Edipo en Colona y Antígona constituyen el llamado “Mito edípico”. Luego de la lectura de Edipo Rey, considerada por Aristóteles como la más célebre, representativa y perfecta de las tragedias griegas; y con base en los videos: MITO EDÍPICO y CONVERSATORIO: Edipo Rey, arquetipo de la investigación jurídica

1. Presente sus reflexiones, explicaciones o conclusiones sobre algunas de las consideraciones de esta obra, expuestas por el doctor Gabriel Restrepo, Sociólogo y profesor de la Universidad Nacional de Colombia en su ensayo “La tragedia de Edipo desde la orilla de América Ladina”. Para una mayor interpretación, remítase al video “Conversatorio: Edipo Rey, arquetipo de la investigación jurídica” y al ensayo mencionado, anexo a esta guía. a. “…Edipo nos lleva a pensar en forma radical que el infierno soy yo mismo, así como somos ángel y demonio a la vez, sapiens y demens…” b. …”Este es de modo preciso un tema que surge del Edipo, quizás el tópico mayor: el saber, un saber profundo, un saber entrañable, sólo surge luego de una extraordinaria gesta de la lucidez trágica.”

c. “…Freud tomó muy a pecho el tema del parricidio , pero olvidó algo crucial como sucede cuando alguien quiere interpretar las cosas a su manera: previo al parricidio hay un intento de filicidio.” d. “Viendo, Edipo es empero invidente: contraposición que se expone en la relación del máximo poder que es máximo no saber no viendo al ver, encarnado en Edipo, y máximo saber junto a mínimo poder que es un saber viendo demasiado sin ver, representado por Tiresias.”

e. “…Pero de allí se podría derivar una lección infinita: hay un no mirar viendo demasiado, que se puede llamar invidere, invidencia, de donde deriva también envidia, y es un ver que se ciega por las pasiones tristes, como las llamaba Espinosa, o por lo que entre los griegos y en la tragedia de Edipo se erigía como Hybris: el orgullo desmersura. f. “Anagnórisis es, nos dice Aristóteles, “el paso de una persona desconocida a una conocida “… Lo admirable de Edipo Rey de Edipo en Colona es que anagnórisis en este caso se aplica al mismo sujeto.” g. “La obra de revelar lo que con mucho ardid y fuerza se ha ocultado como un enorme secreto no se realiza por una iluminación súbita. Median tiempo, provisión de pruebas, cotejo de las mismas, conjeturas, hipótesis, como hoy se sabe por toda investigación policíaca o psicoanalítica, temas que sin duda permiten nuevas lecturas de la saga de Edipo como investigación profunda…”

2. IRONÍA VERBAL Y FÁCTICA. Sófocles es considerado como el maestro de la ironía trágica: verbal y fáctica. Comente de qué manera se recrea la ironía fáctica en “Edipo Rey”.

TEXTO ANEXOS

VIDA Y OBRA DE SÓFOCLES

LA VIDA DE SÓFOCLES. Relaciones de Sófocles con el público ateniense. Participación activa de Sófocles en la administración y política del estado ateniense. Premios. Según el Mármol de Paros, podemos situar el nacimiento de Sófocles hacia el año 497/6, unos 25 años más joven que Esquilo. Pertenecía a una de las familias más distinguidas de Atenas ( la Vita de Eurípides habla de la educación gimnástica y musical del joven). Su vida está inmersa en la de su ciudad, participando en las actividades políticas, siendo por lo menos una vez estratego en la guerra de Samos, y otra administrador de los fondos públicos, pero su actitud política está carente de partidismos, según se puede deducir. A diferencia de otros hombres de letras de su época, residió siempre en Atenas y sólo abandonó la ciudad cuando tenía que prestarle un servicio público. Vivió la época de máximo esplendor ático, pero también el comienzo de los peligros que desde dentro y fuera amenazaban la estabilidad y supremacía ateniense: la política imperialista ateniense creó el descontento entre los miembros de

la Confederación Ática, y además la rivalidad espartana por la hegemonía les llevaría al enfrentamiento en la guerra del Peloponeso. Sobre la fecha de su muerte, haciendo caso a la Vita de Eurípides, cuando en 405 a.C. Aristófanes representó Las Ranas, Sófocles ya había muerto. En cuanto a sus relaciones con el público ateniense, Sófocles ganó rápidamente y logró mantener siempre su favor. En su juventud recitó personalmente y de sus participaciones en la escena quedaron en el recuerdo de los atenienses su habilidad para tocar la cítara en el papel de Támiris y su danza de la pelota en Nausícaa. Pronto abandonó la actuación, seguramente por las exigencias del arte de actor. Sobre su participación en la política ateniense como estratego, Sófocles no fue nunca un hombre de armas, no mostró perspicacia ni energía en los asuntos del Estado, sino que más bien actuó como cualquier honrado ateniense del montón. Más importante fue su actividad en la comisión de finanzas del Estado, al ser nombrado como helenotamia (magistrado financiero) y contribuir en las reformas tributarias acontecidas en la Liga marítima del Ática, en el año 443/2a.C. La lista epigráfica de los triunfadores en las Dionisias registra 18 triunfos de Sófocles. El hecho de que la Suda (Léxico de la Antigüedad que data del siglo X ) mencione 24 y la Vita cite 20 se debe a que la primera incluye los triunfos LA OBRA DE SÓFOCLES. De las obras más famosas: Antígona, Edipo rey. Los eruditos alejandrinos atribuían a Sófocles un total de 123 o 130 obras, pero en realidad sólo son seguros 114 títulos de los cuales solo se conservan 7 dramas, al igual que en Esquilo, más un drama satírico. Poco sabemos de su Triptólemo, una de las obras premiadas por el arconte Cimón en 468a. C. Como innovaciones en la técnica de la tragedia se le atribuyen el aumento del número de miembros del coro, que pasa de 12 a 15, así como la introducción del tercer actor, con lo que aumenta la acción y pierden protagonismo los coros. También se le atribuye la introducción de la escenografía, aunque no sea una información segura; lo que sí es cierto es que abandona la estructura de la trilogía y escribe piezas de contenido independiente, en las cuales los protagonistas individuales se convierten en el tema central. Las siete obras que se conservan son: Ayax, Antígona, Traquinias, Edipo rey, Electra, Filoctetes y Edipo en Colona.(citadas cronológicamente). Antígona es la segunda en antigüedad de las conservadas y su representación pudo tener lugar hacia el 442 a.C. Su tema es muy conocido, se remonta al ciclo tebano: es la tragedia máxima de la libertad, la familia y el derecho natural frente al despotismo. Edipo rey debió ser representada hacia el 425a.C. y es el núcleo de la creación trágica de Sófocles, siendo irreprochable su estructura dramática. El tema está tomado también del ciclo tebano y se centra en el descubrimiento de la causa de la peste que asola a Tebas y que Edipo, rey de la ciudad, se compromete a descubrir y poner remedio. Toda la obra es el desarrollo del proceso que conduce al descubrimiento de ese enigma que, trágicamente, devela a Edipo su propio enigma: él es el causante de la peste, pues lleva consigo la terrible mancha del parricidio y el incesto. Al descubrir

la verdad, Edipo se precipita dentro de palacio, encuentra a Yocasta, madre y esposa, ahorcada, y se saca los ojos al no poder soportar la visión de lo que ha hecho. Ciego ya, se despide de sus hijas partiendo al destierro y liberando así a Tebas de otros posibles males bajo su mandato. La obra concluye con palabras del coro mostrando el ejemplo de Edipo, que había conseguido la cumbre en el poder y caído en desgracia, para que nadie se considere feliz hasta el último día de su vida. Se nos muestra aquí la antítesis entre el obrar humano y la voluntad inescrutable de los poderes superiores. Pero en esa oposición es donde el ser humano puede alcanzar su mayor grandeza al oponerse a ese destino ciego ante el que no se rinde. Esta lucha puede llevar al hombre al sufrimiento y a la muerte, pero aquí es donde encuentra precisamente su valor moral. Ante la existencia caben dos actitudes: la del conformista, que se rinde ante las dificultades, y la del héroe, que se rebela y sigue su camino hasta el final. LA IDEOLOGÍA DE SÓFOCLES. Sófocles y la democracia ateniense. El humanismo heroico de Sófocles. La afirmación más típica de la ideología sofoclea es: “la felicidad humana consiste en pasar la vida sin haber experimentado el dolor de la desgracia”; así, hay que dar un sentido positivo a los valores sostenidos por los personajes que en la escena no sufren desgracias (Creonte, Tiresias...), y un sentido negativo a los héroes que son objeto de la desgracia trágica (Edipo, Yocasta...). No obstante esta idea va cambiando según los personajes a que se la apliquemos, pues el hombre puede afrontar el poder divino de tres formas : poniéndose en contra (Creonte), defendiéndolo a ultranza (Tiresias) o de negación velada (Edipo). El héroe de Sófocles es un ser pasional; monolítico, intransigente, inflexible ante la existencia, obediente a un deber superior que se ha creado él mismo para superarse. Presenta un teatro grandilocuente, cuyos protagonistas suscitan admiración, pero nos hacen difícil la identificación con ellos yendo siempre al límite de sí mismos. En Sófocles sorprende su pesimismo existencial, pues destaca la debilidad de la condición humana, al tiempo que subraya la belleza de la lucha del hombre que se resiste a su destino. Por otro lado la tragedia sofoclea nos muestra que el poder, y su concepción, debe ser lo suficientemente coherente - es el espíritu de la democracia ateniense - como para que sus decisiones no choquen ni con las leyes no escritas ( las que se tienen por costumbre), ni con el consenso de los ciudadanos, ni con el código oficial de las leyes divinas. Rasgos del humanismo heroico son: enfrentamiento con el destino, desfallecimiento momentáneo ante la muerte, participación activa en los acontecimientos por trágicos que sean, soledad ante la familia, actuación conforme a la naturaleza. EL ESTILO DE SÓFOCLES Como se ha citado ya, Sófocles introdujo el tercer actor en la tragedia y dio mayor naturalidad a su narrativa. Amplió el número de coreutas de 12 a 15 y redujo el papel del coro a unas intervenciones fijas más uniformes. Pero su mayor innovación se refiere a la concepción de la tragedia como un todo y no como parte de una trilogía. La estilística de Sófocles muestra algunos rasgos muy utilizados por el poeta, tales como anáforas y aliteraciones. Con todo, es en el terreno de las imágenes donde

más atractiva aparece la dicción de Sófocles. Así, por ejemplo, la ciudad es como un náufrago que sufre el embate de las olas, la ciudad es como una vieja decrépita que se consume, el Hades es ese hombre ávido de lucro que se enriquece con llantos y gemidos, etc. Por último decir que el propio Sófocles dice que su estilo sufrió tres etapas en su desarrollo: una primera donde vence el estilo recargado de Esquilo, una segunda en la que se enfrenta a la aspereza y artificiosidad de su propia naturaleza, y la tercera en que consigue la mayor perfección formal ( Edipo)

http://www.avizora.com/publicaciones/biografias/textos/textos_s/0033_sofocles.htm

LA TRAGEDIA DE SÓFOCLES …Algún crítico dijo que Sófocles es el poeta feliz. Mucho decir, por cierto, ya que los poetas, cuando lo son de veras, no suelen ser felices. Como hombre, en su juventud no pudo quejarse. Hijo de fabricante de armas, tuvo un buen pasar. No solían tenerlo los jóvenes de Grecia tan fácilmente. Su padre entendió que ya la joya necesita pulimento y dio una excelente formación literaria y humana a su hijo. Debió a la naturaleza misma la gallardía y hermosura viril de su persona. En los ejercicios atléticos no tuvo casi nadie que con él antagonizara. Y para la declamación y el canto nos da testimonio de su capacidad el haber sido el que celebrara el triunfo de Salamina en nombre de todo el pueblo. Ni fue menos feliz casado. Su mujer Nicóstrata le dio un hijo. Yofón fue su nombre y siguió por los caminos de su padre, escribiendo también tragedias. Como hombre de sus tiempos, tuvo Sófocles una amante, a la cual amó acaso, más que a la esposa legítima. Era ella, nativa de Sición, y de nombre Teoris; le dio un hijo. Gallardo y rival en hermosura a su padre, también se dio a la tragedia. Y el hijo de Aristión, que heredó el nombre de su abuelo, algo de su genio debe haber heredado. No tenemos de su obra sino vagas referencias. Fue este Sófocles el Menor quien alcanzó para su abuelo un triunfo después de Muerto. Sófocles quiso mucho a su homónimo nieto. Lo cual provocó los celos de su hijo legítimo, Yofón, que no dejó de causar penas a su padre ya viejo. Lo de su acusación ante el tribunal para pedir su interdicción, parece que no pasa de leyenda. Y si leyenda es, podemos decir que mantuvo feliz, a pesar de rayar su vida en los noventa años cuando la dejó. Raro caso por cierto. Aunque los poetas satíricos no son fuente histórica, son de los que más ayudan a conocer los caracteres morales y aun intelectuales de aquellos que satirizan. Como el dibujante de caricaturas capta el mejor rasgo que hace como peculiar del que trató de burlar, así es la sátira literaria. Por esto acudo a Aristófanes, regocijado y mordaz, para que en dos palabras nos defina el carácter de Sófocles. En Las Ranas (vv.70 y ss), finge el poeta que va Dióniso a buscar el Hades y que Heraclés le hace estas preguntas: “Pero vas hasta el fondo del Hades? -Sí que voy. Y si es fuerza, más abajo. ¡Por Zeus que sí! -Pero, ¿a qué vas? ¿qué buscas? -Necesito un poeta digno…! -Los buenos no existen ya, y los que existen son malos. -Pues, ¿qué ya murió Yofón? -¡Bah, es lo que nos queda…!y ¡eso quién sabe! Tengo yo duditas acerca del particular…¿Es él, o es otro? ¿Me entiendes?

-Bueno, si tanto te empeñas en sacar a un poeta del Aveno, ¿por qué no te llevas a Sófocles, que vale mucho más que Eurípides? -Deja, deja que puede yo lo que puede Yofón, ¡él solito! ¡A ver que puede hacer sin Sófocles! ¿A Eurípides? ¡No es muy mañoso va a echar a andar todas sus tretas y artimaña, y es muy capaz de engatusarme para que yo me lo lleve…¡Sófocles, no: ese es hombre perfectamente adaptado: si está adaptado aquí, se ha de adaptar allá!” …Sófocles no sueña, no delira. No es un ideólogo: es un hombre práctico. Y es lo que más tarde llamarían “conformismo” los del tiempo de Victoria Magna de Inglaterra, y llamamos nosotros en siglo xx, “adaptados”… En el orden de las ideas religiosas es un mantenedor de las tradiciones de su pueblo. Hay que revisar con calma y, si se tiene interés, recoger, los testimonios de su pensamiento religioso, a veces muy elevado, que va aflorando en sus tragedias. Ni de sueño se puede hacer aquí. En el orden político es de los más destacados. Yo en mis Conferencias en la Universidad lo llamé el poeta político. No lo retracto. Es el que ve siempre la contextura de la polis griegas, germen de toda democracia. Voy a poner aquí uno de los textos que pudieran aducirse al respecto: En Ayax nos sentimos conmovidos con estas palabras: “Es un pérfido aquel que, siendo súbdito, no quiere acatar al que tiene el poder. Nunca las leyes de una ciudad serían efectivas, si allí no reinara el temor. Ni en un ejército se impone la disciplina, si no reinara el temor. Ni en un ejército se impone la disciplina, si no hay acatamiento de los jefes. Todo hombre ha de entenderlo: no importa su enorme estatura, no importa su valentía, también él puede sucumbir al más ligero desliz. Temor y respeto de sí mismo juntamente, son los que dan entera seguridad al hombre. Ten sabido que donde se tolera la petulante soberbia y se deja que cada uno haga su antojo, por próspera que sea, aunque le soplen vientos propicios, lentamente se habrá de hundir la nave de la ciudad.” (Ayax, vv.1070 ss.) Es en la tragedia Menelao el que se dirige en tales términos a Teucro, que muestra rebeldías; pero es, mucho más, el pensamiento de Sófocles, que pondera la necesidad de la disciplina y de la unión de los de abajo con los de arriba. Como esta exposición podrá hallar el lector en otras de las tragedias sofoclianas pensamientos y sentencias que darían base a todo un arte de humana política. Tanto más valiosos cuanto que eran dados en una representación de teatro, con toda la fuerza de sugerencia y aun de sugestión que mantiene lo que se ve y se oye, bajo la personificación de quien existió ha mucho y sigue hablando a la humana prole para la eternidad. GARIBAY K, Ángel Ma. en Las Siete Tragedias, México, Editorial Porrúa, 2007.

LA TRAGEDIA DE EDIPO DESDE LA ORILLA DE AMÉRICA LADINA El presente documento divulga algunas de las más importantes consideraciones y reflexiones que sobre la obra Edipo Rey, de Sófocles contiene la conferencia “La tragedia de Edipo desde la orilla de América Ladina” del Doctor Gabriel Restrepo, Sociólogo y profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

LAS TRAGEDIAS DE EDIPO REY Y DE EDIPO EN COLONO Y EL SUJETO CONTEMPORÁNEO …Edipo nos lleva a pensar en forma radical que el infierno soy yo mismo, así como somos ángel y demonio a la vez, sapiens y demens… Edipo nos muestra la fuerza del destino, su fatalidad, lo inexorable de su imperativo, el modo como somos mandados por nuestra predestinación. LAS TRAGEDIAS DE EDIPO REY Y DE EDIPO EN COLONO DESDE LADINOAMÉRICA Llamo a esta región América Ladina y no latina, porque el último es nombre propio que es muy impropio. Fuimos nombrados por el Otro, el otro amo, el otro imperio… …Lo ladino, en cambio, remonta a la España multiétnica del Reino de Toledo en el siglo XIII y designa la capacidad intercultural o transcultural de los judíos sefarditas que hablaban ladino en el intercambio recíproco con los españoles y los árabes en la exposición de sus respectivos idiomas y culturas… …Estamos en capacidad de leer y de escribir de un modo nuevo las tragedias, porque vivimos en la tragedia, como se muestra en la vida cotidiana en Colombia o en el mundo figurado, por ejemplo, en la obra de Gabriel García Márquez… Por supuesto, no basta padecer algo para comprenderlo. Este es de modo preciso un tema que surge del Edipo, quizás el tópico mayor: el saber, un saber profundo, un saber entrañable, sólo surge luego de una extraordinaria gesta de la lucidez trágica. Entonces, un pensador ha de empinarse por encima de su propio dolor y del dolor colectivo para transformar el padecimiento en pasión, la dificultad en oportunidad: la oportunidad áurea de un saber radical. Por supuesto, la relectura y la recreación de la tragedia griega ofrecen muchos problemas, vistas desde estas coordenadas. Antígona, por ejemplo, se ha representado y traducido muchísimo en América Ladina, pero siempre nos encontramos con un problema, un inmenso problema: no hay cuerpos para elaborar los duelos mediante ritos funerarios. Y así como no hay cuerpos, a veces desaparecen los indicios, los testigos, la memoria… LA ECONOMÍA MORAL Y EL DOBLE SENTIDO DEL GIFT, VENENO Y DON …La violación de leyes naturales (conservación de la vida) o de leyes divinas (la piedad mandada) entrañará la aparición de las moiras, las erinias, fuerzas de venganza que a modo de culpas claman por restauración. Por ello la tragedia, que se instala entre el paso de un ley natural y divina guiada por la piedad (por ejemplo, la epiqueia o justicia benevolente) a una ley abstracta e impersonal dictada por el Estado (la justicia ciega y anónima, indiferente a las diferencias), en este caso dictada en la ciudad Estado, surge, como en Antígona, con la oposición entre piedad, encarnada por la hija que sirviera de báculo a su anciano y ciego padre, y cálculo o razón de Estado, personificada por Creonte, oposición en la que media el Coro, pero en la cual emerge el trasfondo de fantasmas, moiras, erinias y todas aquellas personificaciones del remordimiento de la conciencia trágica, la misma que aparecerá como cadáver que no ha sido bien velado o reparado en el espectro del padre de Hamlet. Edipo nos refiere una maldición cifrada en la destinación trágica tras-generacional de los Labdácidas. Una palabra indoeuropea, Gift, cifra lo que nos ocurre a todos y lo que constituye siempre la agenda mayor de nuestra vida, pero que en la doble tragedia de Sófocles se condensa en modo mayúsculo: de nuestros padres recibimos el don o regalo (Gift en inglés) de la vida, pero

también el veneno propio (Gift en alemán) que proviene de pertenecer a una especie sanguinaria y compartir un mal común: la falta de amor, la falta de vida, experimentadas en cada familia según sus trayectorias diferenciales… … Como sea, Edipo recibe más veneno que don y su vida se encierra en la esfinge (literalmente, paso angosto) de un dilema por excelencia trágico: el filicidio o el parricidio. Edipo es bautizado como pies hinchados a partir de un revés de infancia: el ser perdonado por el pastor que lo debía asesinar, siendo colgado de los pies atado a una soga, con la cabeza contra la tierra, una posición contra natura. Freud tomó muy a pecho el tema del parricidio, pero olvidó algo crucial, como sucede cuando alguien quiere interpretar las cosas a su manera: previo al parricidio hay un intento fallido de filicidio. Y ello es metáfora del drama universal de nuestra especie que, al parecer, difícilmente concibe la vida por fuera del horizonte de ser muerto o de dar muerte.

ASIMETRÍAS ENTRE SABER Y PODER Y ENTRE VER Y NO VER. EL INVIDERE Se puede trazar una distinción muy fecunda entre mirar, ver y poseer visión o videncia, lo mismo que entre oír, escuchar y auscultar… …Aunque revestido de entrada con todo el poder, pronto se sabe, con la aparición de Tiresias, el doble negativo de Edipo, que éste es ignorante (ing noscere), necio (ne scire), in genuus (no nacido, en este caso al saber o a la cultura), inocente (in scire). Viendo, Edipo es empero invidente: contraposición que se expone en la relación del máximo poder que es máximo no saber no viendo al ver, encarnado en Edipo, y máximo saber junto a mínimo poder que es un saber viendo demasiado sin ver, representado por Tiresias. Detengámonos por ahora en la contraposición de poder y no saber y no poder y saber, en la oposición entre Edipo y Tiresias. El poder de Edipo se expresa de modo imperativo porque el modo verbal del poder es el imperativo: algo que en la España de la Contrarreforma y por supuesto en América Ladina se expresó en el tremendo verbo “ejecutar”… …La segunda oposición es todavía más potente: es la relativa al ver y al no ver. Edipo mira pero no ve y menos posee visión, por oposición a Tiresias que, sin mirar, posee visión, que es un ver a distancia, tanto el pasado como el porvenir con una mirada estereoscópica o en redondo, hacia los lados y hacia arriba y hacia abajo. Sincrónica, la mirada es también diacrónica, pues puede ver de lejos y de cerca. …Pero de allí se podría derivar una lección infinita: hay un no mirar viendo demasiado, que es el que se puede llamar invidere, invidencia, de donde deriva también envidia, y es un ver que se ciega por las pasiones tristes, como las llamaba Espinosa, o por lo que entre los griegos y en la tragedia de Edipo se erigía como Hybris: orgullo, desmesura.

LA HYBRIS …La hybris de Edipo emerge de una suerte de trampa del destino, porque surge de un saber que lo hará perder. Entre más evita su destino, más se aproxima Edipo a él. En su juventud, se nos

dice, Edipo sospecha que su vida al lado de los supuestos padres es ficticia, por la burla de sus compañeros que sospechan con razón que él no sea hijo auténtico de Pólibo y Méribe . Y es verdad que su existencia es allí virtual: sus padres son adoptivos, sin que Edipo lo sepa. Esta es una de las razones por las cuales la tragedia y la vida de Edipo nos apasionan en América Ladina ya que, como Ariel o incluso como Calibán, somos como seres extraños a nuestro propio suelo, colonizado por Próspero. No hay comunidad de sangre o genes allí donde Edipo se amamanta, camina y crece. Edipo se reconoce como extraño en su propio hogar. Pero aún si prescindimos de esta evidencia externa, la juventud es el momento en el cual el sujeto comienza a constituirse como hijo de sí mismo a través de la pregunta y de la disidencia… … En busca de esclarecer el enigma de su origen, Edipo acude al oráculo de Delfos, que le señala en su economía elíptica que será asesino de sus padres y se casará con su madre. Allí es cuando el pobre Edipo queriendo huir de su destino se acerca a él: huye de Corinto, sólo para acercarse a lo real huyendo de lo putativo e imaginario. Edipo obtuvo por ironía del destino que suele burlarse de la seriedad de los héroes, una victoria pírrica al resolver el acertijo de la Esfinge.. …Edipo pudo resolver los acertijos haciendo que la Esfinge se desvaneciera, despeñándose, porque las preguntas se amoldaban a su condición… …No hay poder que no se erija en un saber y el de Edipo no es la excepción. Llega a la madurez de su destino debido a que resuelve el acertijo de la Esfinge. Gracias a ello fue erigido como rey, el rey que llenaba la vacante del rey muerto, su padre: pero precisamente la peste que surge, una especie de furia o de erinia natural, emerge de esa sustitución y por ello es como si el destino elevara a Edipo al trono sólo para burlarlo. Porque allí mismo comienza su expurgación. Y allí mismo se prueba que el saber del poder en muchas ocasiones es un no saber y un no ver, como en el cuento de El Traje del Emperador. Uno de los grandes cuidados que ha de procurarse cualquiera que se dedique al saber es el de creer que lo sabe todo: la cura contra la euforia que produce el saber es, como lo sabía Sócrates quien practicaba un no saber heurístico, o como lo saben los grandes científicos, una de las grandes lecciones del método de todos los tiempos. Edipo fracasará al triunfar. Esta es una lección auténtica de humanidad…Cuando se torna arrogante, el poder pierde sensibilidad y con ella la clave del saber, que es la pregunta. Sin pregunta no puede haber progreso del saber…

ANAGNÓRISIS COMO EL MÁXIMO DUELO CREATIVO DE LA CONCIENCIA Anagnórisis es, nos dice Aristóteles, “el paso de una persona desconocida a una conocida”. ..Lo admirable de Edipo Rey y de Edipo en Colona es que la anagnórisis en este caso se aplica al mismo sujeto. Es el propio Edipo quien deja de ser para sí mismo un ser desconocido mediante un trabajo de duelo que es casi titánico. …Edipo comenzó a redimir su destino cuando se arrancó los ojos. Esto hay que tomarlo en un sentido amplio: Edipo se despoja de la mirada del poder. Desiste de su hybris, se despoja de su investidura, se humilla haciéndose mendigo y vagabundo, se exilia, se destierra: se abandona a la piedad de su hija Antígona.

Huyendo de Corinto, primero, y de Tebas, luego, el constante fugitivo, el errante, el peregrino, el triplemente exiliado Edipo se refugia en Atenas. Hasta allí lo persiguen las guerras que parecen, como la peste, derivar de la maldición de la genealogía, esta vez encarnada por los dos hermanos, Etéocles y Polinice, que se disputan el reino de Tebas, ambos hijos de Edipo y por tanto producto de una violación al orden esperado de la estructura de parentesco. La guerra extiende su geografía y amenaza a Atenas. Pero allí, Edipo, ya cierto de su secreto, hecho público, exculpado mediante la conciencia de la inocencia, es elevado por los dioses y su lugar de muerte es erigido como santuario de protección de Atenas. El ciclo de Edipo se encierra en dos encrucijadas (trívium): en una mata al padre, en la otra es elevado en apoteosis como guardián de Atenas. Guardián y arquetipo de la pregunta, que es la clave fundamental tanto de la filosofía, como de la democracia… …Edipo significa allí no sólo la fatalidad del destino, que es lo que siempre se subraya, sino la redención del mismo, mediante la conciencia, es decir en este caso mediante una extraordinaria anagnórisis: ya no se trata tanto de la fuerza ciega del destino sino del nacimiento de la conciencia de la libertad. Lo que está en el fondo es la erección del saber profundo, del saber de la vida, surgido de la búsqueda valiente de la verdad, como señal de protección a la filosofía y a la democracia, porque una y otra, tal como surgieron a partir de Pericles, reposan en la libertad y en el coraje del saber, en el sapere aude horaciano, ese atrévete a pensar, que fuera designado por Kant en 1784 como divisa de la razón. Como lo hicieron Nietzsche y siguiéndolo, Foucault, esquivando el llamado Complejo de Edipo de Freud, lo crucial en la saga es la obstinación de Edipo por hallar la verdad… No se exhuma un secreto sin allegar muchísimos indicios…

…La obra de revelar lo que con mucho ardid y fuerza se ha ocultado como un enorme secreto no se realiza por una iluminación súbita. Median tiempo, provisión de pruebas, cotejo de las mismas, conjeturas, hipótesis, como hoy se sabe por toda investigación policíaca o psicoanalítica, temas que sin duda permiten nuevas lecturas de la saga de Edipo como investigación profunda… …Edipo sospecha desde un principio, porque la credibilidad de Tiresias es potente. No obstante, persiste en preguntar. Este persistir en preguntar es lo que el filósofo Castoriadis caracterizaba como “interrogatividad permanente” y por ello condición del surgimiento de la filosofía. Y yo añadiría, de la democracia ateniense… …La mayor prueba de capacidad de un investigador para desplegar su creatividad es su arrojo para enfrentar lo que se llama en la ciencia los “hechos incómodos”, es decir, los argumentos en contrario…

LO TRIVIAL NO LO ES TANTO

…Que el ciclo de Edipo se tienda de una encrucijada a otra no es casual. Encrucijada es trívium, cruce de tres vías. ¿De dónde lo trivial? No hay nada trivial en una encrucijada. Porque allí donde se entrecruzan varios caminos las posibilidades se multiplican y por tanto lo aleatorio, la sorpresa, el asombro, la necesidad de decidir, la libertad de opciones… …Necesitaríamos preguntarnos, pues, por qué lo trivial pasó a significar lo trivial en la acepción moderna, es decir, un lugar común, un tópico banal. La respuesta es sencilla: en la edad media se designó como trívium al conjunto de retórica, gramática y lógica que presidía el conjunto de un saber que proseguía con el quadrivium de saberes sustanciales. La modernidad encontró, no sin cierta razón, aunque como siempre con mucha exageración, que el trívium medieval era banal, repetitivo, obvio (ob vio, literalmente lo que está delante de la vía). Empero, hoy podríamos indicar, siguiendo el curso profundo de la tragedia de Edipo, que lo trivial no es nada trivial…Una invitación a indagar en las encrucijadas de la vida cotidiana, en la banalidad mediática, en los tríviums de los “nodos” de la internet, aquella diferencia que separa un destino impuesto y fatal de un destino elegido a partir del ejercicio sistemático de la pregunta.

EXPERIENCIA COMO RELACIÓN ENTRE INSISTENCIA Y EXISTENCIA …La tragedia de Edipo radicó en que su existencia reproducía con tozudez el imperativo de su insistencia maldita, del potente veneno (gift en alemán) proveniente de una familia que, como la de los Buendía, acrecentaba a de generación en generación la hybris de la guerra, del desamor, de la locura. Sólo cuando mediante el trabajo de dolor, conciencia y pregunta Edipo comprende sus propios Cien Años de Soledad, la tragedia de su estirpe, logra destilar la clave de su existencia y transforma por tanto su experiencia en un designio de la lucidez, el destello auroral de la conciencia. Profunda lección para nuestro tiempo, uno en el cual asistimos a una paradójica inflación y deflación del yo. Inflación, porque desde la modernidad el yo predica su potencia y soberanía en una hybris inocente, ignorante, ingenua y necia, ahora con todas las prótesis virtuales, como cualquiera comprueba en Facebook. Pero deflación, porque nunca, como antes, el yo real es mínimo, contingente, hundido en las humillaciones del mundo, proclamado como adjetivo prescindible, o como una coma, un punto suspensivo, una interrogación por los Estados, las Corporaciones, el mercado o el arsenal nuclear. Lección para pensar que aún en la nada del mundo, en la tremenda humillación del ser, puede haber lugar para una épica de la conciencia.