Andrea Palladio

ANDREA PALLADIO Arquitectura de Andrea Palladio (1508-1580). La Antigüedad en el futuro Publicado el mayo 21, 2010 por

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ANDREA PALLADIO

Arquitectura de Andrea Palladio (1508-1580). La Antigüedad en el futuro Publicado el mayo 21, 2010 por artepedrodacruz Pedro da Cruz La celebración del quinto centenario del nacimiento de Andrea Palladio ha servido para reactualizar la figura de uno de los arquitectos más influyentes del Renacimiento tardío, cuya obra es un referente obligado en la historia de la arquitectura occidental, tanto por su valor intrínseco, como por la influencia que tuvo sobre arquitectos de nuevas generaciones. Instituciones inglesas tan prestigiosas como la Royal Academy of Arts y el Royal Institute of British Architects colaboraron con el Centro Internazionale di Studi di Architettura Andrea Palladio de Vicenza en la organización de una importante muestra sobre la obra de Palladio que actualmente es exhibida en Madrid, luego de haber visitado Vicenza, Londres y Barcelona. El catálogo de la exposición, titulado simplemente Palladio, contiene artículos de expertos ingleses e italianos sobre las principales construcciones de Palladio, su aporte al estudio de la arquitectura de la Roma clásica, y el significado que su obra tendría durante los siglos siguientes en Estados Unidos y Europa, de Inglaterra a Rusia y de España a Escandinavia. Inspirado en la antigüedad clásica, y luego de reelaborar elementos de la arquitectura renacentista, Palladio propuso una arquitectura basada en la sencillez, la proporción y la integración en el paisaje, que culminó en una serie de edificios singulares: las iglesias y las villas que construyó en Venecia y los alrededores de Vicenza. La modernidad de la obra de Palladio se expresó en la pureza del trazo, la ausencia de ornamentación añadida, la idea de que se puede construir buena arquitectura sin usar materiales caros, y la atención que prestó a la belleza de las construcciones funcionales, como pajares, puentes, etc. Una arquitectura producto de una inventiva que dio nuevo sentido a las formas clásicas, integrando obra y teoría, práctica y proyecto, y que estableció una línea de continuidad que va de la arquitectura de la Roma clásica, pasando por su época, a la arquitectura contemporánea.

Maqueta actual de la Basílica de Vicenza, 1549

DE PADUA A VENECIA. Palladio nació en Padua, en el Véneto, y comenzó a trabajar como cantero labrando piedras, primero en Padua y luego con su padrino, el escultor Vincenzo Grande, en Vicenza. En

esa época eran activos en el Véneto arquitectos como Jacopo Sansovino, Michele Sanmicheli, Sebastiano Serlio y Giulio Romano, de cuyas obras Palladio tomó prestados diferentes elementos para proyectar sus primeras obras. Su mentor en Vicenza fue Giangiorgio Trissino, quién le trasmitió un interés por todo lo relacionado con la cultura de la Antigüedad, la arquitectura en particular. En 1541 Palladio realizó su primer viaje a Roma, donde admiró las dimensiones y manejo de las masas de la arquitectura clásica, y estudió iglesias, edificios contemporáneos que estaban siendo reconstruidos (San Pedro y el Belvedere en el Vaticano), y antigüedades como el Panteón y la Basílica de Majencio. Entre 1545 y 1554 volvería a Roma cuatro veces. En la década de 1540 Palladio construyó en los alrededores de Vicenza una serie de villas – casas de campo basadas en un sistema racional de construcción -, para los hacendados de la región, quienes tenían fuertes lazos económicos con las familias dominantes del Véneto. A partir de 1550 el centro de gravedad de la vida de Palladio se desplazó hacia Venecia. Ese año murió Trisinno, y Palladio estableció relación con un nuevo mentor: el veneciano Daniele Barbaro, un noble que realizó la primera traducción al italiano de los textos sobre arquitectura del romano Vitruvio (1556). Palladio los ilustró con dibujos arquitectónicos innovadores, claros y eficaces. En Venecia, se relacionó con las familias más poderosas y con mayores recursos económicos, lo que le posibilitó construir aún mayores villas, las llamadas “villas-palacio”. Esas familias mantenían relaciones privilegiadas con el Vaticano, por lo que monopolizaban las sedes episcopales, lo que explica que casi todos los siguientes proyectos venecianos de Palladio fueron encargos eclesiásticos.

Villa Chiericati, Vancimuglio. Pórtico, fachada y fachada posterior

VILLAS E IGLESIAS. El primer encargo importante que Palladio recibió en Vicenza fue la reconstrucción de las logias del Palazzo della Ragione (1546-1549), conocido como la Basílica. En las nuevas logias (las anteriores se habían derrumbado) utilizó la repetición de una sección cuyo motivo principal es un arco apoyado en dos columnas, que está separadas del pilar que separa las secciones. Esa forma de componer, llamada serliana (porque fue inventada por Serlio), ya había sido utilizada por otros arquitectos, pero Palladio innovó variando el ancho de las unidades para alinearlas con las aberturas preexistentes. Las villas eran un tipo de vivienda usada para la administración del trabajo agrícola, que estaba rodeada de otras construcciones como pajares y talleres. La innovación de Palladio consistió en unir esos edificios a la casa central según un modelo derivado de las quintas de la Antigüedad. Otros aportes personales en la construcción de casas campestres se evidencian en la villa Pisani en Bagnolo (1542-45), en la que cubrió la gran sala central con una bóveda de ladrillo, con una espacialidad propia de las antiguas termas que no habría sido viable con un techo de vigas. La innovación fue inspirada en el estudio de las construcciones de la Roma antigua en el Tratado de arquitectura (1537) de Serlio. La construcción de villas en la zona de Vicenza culminó en la villa Capra (1566-69), llamada la Rotonda, en la que Palladio repitió la fachada con pórtico monumental, con una escalinata que elevaba mucho el nivel de la planta principal, en cada uno de los lados de un cuerpo cúbico. De las villas que construyó en las cercanías de Venecia se destaca la villa Barbaro en Maser (1558-60), encargada por los diplomáticos y mecenas Daniele y Marcantonio Barbaro, donde el valor de las soluciones encontradas por Palladio para reformar estructuras preexistentes, se suma el valor de los frescos con los que Veronés decoró los interiores. La villa Foscari (1555 -60), o “La Malcontenta”, encargada por los hermanos Nicolò y Alvise

Foscari, no fue construida como una villa agropecuaria, sino a orillas de la laguna para ser alcanzada rápidamente por mar desde Venecia, un tipo de casa “suburbana” nuevo para la época. En su momento de mayor madurez y reconocimiento Palladio se convirtió en el arquitecto favorito de la sociedad patricia, las instituciones eclesiásticas y el estado veneciano. Luego de haber realizado nuevas fachadas para iglesias menores, Palladio emprendió en 1566 la reconstrucción de San Giorgio Maggiore, una de las iglesias más conocidas de Venecia, ubicada en un punto estratégico junto a la Plaza de San Marcos. Construyó una fachada con dos frontones triangulares superpuestos, y una gran cúpula, la que junto al campanile es un perfil característico en pinturas de distintas épocas, entre otras las de Canaletto. En 1577 Palladio comenzó a construir en la isla de la Giudecca la iglesia de Il Redentore, la que muestra una fachada de frontón simple, una gran cúpula de casi el mismo ancho que la nave principal, y un ábside sin ornamentos que sería precursor como solución arquitectónica.

Canaletto, San Giorgio Maggiore desde San Marcos, 1740 ESTUDIOS DEL PASADO. La clave del armonioso sistema de plantas y alzados del que surgiría la arquitectura de Palladio estuvo constituida por profundos conocimientos de la arquitectura del mundo clásico, basada en estudios, mediciones y reconstrucciones sobre el papel. Sus fuentes principales fueron Los diez libros de arquitectura del arquitecto romano Vitruvio, y De re aedificatoria, el tratado de arquitectura más importante del Renacimiento, escrito por Alberti en 1450, y publicado después de la muerte de éste en 1485. Palladio ambicionaba ser el tercero de los grandes arquitectos-autores. Estudió atentamente las obras en las que Donato Bramante, Rafael Sanzio y Baldassare Peruzzi resucitaron la arquitectura clásica, a la que durante siglos no se le había prestado atención. En Roma midió ruinas de arquitectura clásica, y a partir de lo que quedaba reconstruyó la apariencia de los edificios. Utilizó el lenguaje de la arquitectura romana para crear un vocabulario de formas con los que compuso nuevas soluciones, que de por sí nunca habían existido en la arquitectura de la Roma antigua. Los estudios realizados en Roma resultaron en la publicación de dos obras en 1554: Las antigüedades de Roma y Descripción de las iglesias. La primera es una detallada descripción topográfica de la ciudad y la segunda, una guía con itinerarios para visitar las iglesias de Roma. Palladio compartió con Alberti y otros arquitectos renacentistas el afán de reconstruir el mundo, utilizando el conocimiento de los antiguos para reformar el presente. Un ejemplo de renovación radical fue el de Bramante, quién demolió totalmente la antigua iglesia de San Pedro en el Vaticano para construir la actual. A Palladio le disgustaba la arquitectura medieval, y opinaba que las obras de iglesias góticas todavía en construcción, como la de Bolonia, no debían ser terminadas en el estilo original. Tampoco le interesaban las estructuras frágiles de la arquitectura del Renacimiento temprano, sino que su ideal era la robusta arquitectura romana, estable y con un planteo definido.

MODELOS PERDURABLES. El tratado de Palladio Los cuatro libros de la arquitectura (1570) tuvo una enorme influencia y difundió el conocimiento de sus obras e ideas a amplios círculos. En el primer libro describió los componentes básicos de la arquitectura (órdenes de columnas, tipos de bóvedas, puertas, ventanas, escaleras, etc.), y en el segundo como combinarlos para construir palacios y villas. En el tercer libro se ocupó de los edificios y espacios públicos (basílicas, puentes, plazas), y el cuarto es una presentación de reconstrucciones de templos antiguos. La “modernidad” de Palladio se expresó en construcciones prácticas, con una belleza sencilla sin adornos superfluos, con economía y estandarización de los materiales, una planificación conciente del emplazamiento de los edificios según las condiciones del paisaje, y el cuidado de aspectos higiénicos, como la ventilación de los ambientes y la ubicación de los baños en relación a las salas principales de las

viviendas. El ejemplo de sus construcciones, sumado a la circulación y coleccionismo de sus dibujos, cristalizó en la definición de un nuevo estilo: el llamado neopalladianismo. Arquitectos destacados de las siguientes generaciones desarrollaron su trabajo sobre la base de las realizaciones de Palladio, no por medio de copiar sus obras y grabados, sino estableciendo un diálogo con sus ideas y lenguajes, adaptando el sistema palladiano a diferentes lugares y situaciones. La herencia de Palladio fue desarrollada en Inglaterra por Iñigo Jones, quién compró gran número de dibujos de aquél en Vicenza en 1613-14 y los llevó a Inglaterra. Basado en ellos construyó, entre otros, la Banqueting House de Whitehall (1619-22) y la Queen ‘s House de Greenwich (a partir de 1631). En Rusia, la emperatriz Catalina II impulsó una renovación arquitectónica que fue implementada principalmente por el italiano Giacomo Quarenghi y el escocés Charles Cameron. El primero concibió el “Palacio Inglés” para la residencia imperial de Peterhof (1781), mientras que el segundo realizó trabajos en la residencia imperial en Tsárskoye Seló (1779-84), y construyó una villa en Pávlovsk (1781-86), ambas en las cercanías de San Petersburgo. Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos y arquitecto autodidacta, construyó en el espíritu de Palladio algunos edificios que marcarían por mucho tiempo el gusto arquitectónico de la nueva república: su propia residencia Monticello, en Charlottesville, Virginia (1770), y la Universidad de Virginia en Richmond (1817). Para los arquitectos contemporáneos, Palladio encierra resonancias profundas por haber sido el arquitecto que, después de situarse dentro de la tradición clásica, forjó con elementos de la Antigüedad un nuevo lenguaje arquitectónico, una experiencia de transformación aplicable a distintas épocas. La influencia de Palladio fue incluso reconocida por el arquitecto Aldo Rossi, uno de los pioneros de la arquitectura posmoderna, la que a fines del siglo XX reactualizó la influencia de la arquitectura de la Antigüedad y el Renacimiento.

Juan de Villanueva, Plantas y perfil del Museo del Prado, 1796

Palladio y España En 1572 Palladio entregó su único proyecto arquitectónico realizado para el extranjero: el de la iglesia del Monasterio de San Lorenzo del Escorial. La construcción del imponente edificio había sido encargada por el rey Felipe II al arquitecto Juan de Toledo, pero las obras debieron ser interrumpidas a la muerte de éste en 1567. Cuando los dibujos de Palladio llegaron a España un año más tarde el rey los desestimó, ya que había nombrado como nuevo coordinador del proyecto al notable Juan de Herrera, quién cambió las medidas del templo, convirtiendo en inviables los proyectos presentados por otros arquitectos. Aunque la forma definitiva que Herrera dio a la iglesia de San Lorenzo muestra sólo una influencia indirecta de Palladio, España fue el país europeo en que se hicieron las primeras traducciones y publicaciones de Los cuatro libros de arquitectura: el arquitecto Juan de Ribero los tradujo al castellano (pero no llegó a editarlos), y el también arquitecto Francisco de Praves publicó su versión del primero de los cuatro libros en 1625. La arquitectura de Palladio también tuvo repercusión en el ámbito del arte, ya que hacia 1580 fue representada en varios retablos por El Greco, el único artista español que vio directamente en Italia los edificios construidos por su contemporáneo Palladio. El español consideraba que éste era el “mayor arquitecto de nuestro tiempo”. En los palacios palladianos apreciaba los juegos de luz y color, como si se tratara de una arquitectura tizianesca. Dos siglos más tarde el ejemplo de Palladio se mantenía vivo en España gracias a la publicación de libros y grabados, aunque en algunos casos fue una influencia indirecta del neopalladianismo inglés. Juan de

Villanueva, el más renombrado arquitecto español del siglo XVIII, utilizó algunos elementos tomados de la arquitectura de Palladio en varios de sus proyectos, de los que las Casitas de Arriba y de Abajo del Escorial fue el primero. Villanueva continuó desarrollando esa influencia en varias obras que realizó en Madrid: el Jardín Botánico, la fachada norte del Ayuntamiento de Madrid, los dos primeros proyectos para el Gabinete y Museo de Ciencias Naturales – luego el Museo del Prado -, así como el Observatorio astronómico.

Le Corbusier, Álbum La Roche, 1922

Le Corbusier El arquitecto de origen suizo Charles-Édouard Jeanneret (1887-1965), luego Le Corbusier, se radicó en 1917 en París, donde conoció a Amédée Ozenfant – junto al que crearía el purismo – y al banquero suizo Raoul La Roche, de quién sería asesor en materia artística y finalmente arquitecto de su residencia y galería privada, la villa La Roche de París. En 1924 Le Corbusier regaló a La Roche un álbum con varios de sus dibujos, entre otros paisajes de Ginebra y Venecia, apuntes de edificios de Palladio de Vicenza, un retrato de Ozenfant, y una serie de elaboradas naturalezas muertas puristas. En una nota de agradecimiento, La Roche recordó el viaje que ambos habían realizado al Véneto en 1922, antes de que Le Corbusier comenzara a diseñar un grupo de viviendas en Auteuil, fuera de París. Inspirado en los recuerdos del viaje, el arquitecto experimentó con una “contaminación creativa” de pasado y presente. Los apuntes de Le Corbusier, entre otros del Palacio Thieni de Vicenza, son fragmentarios y revelan una interpretación particular de Palladio, que resultaría en la yuxtaposición de asimetrías de edificios antiguos y un orden palladiano, lo que aplicó en una serie de residencias que diseñó en la década de 1920. Stanislaus von Moos, responsable de una reciente edición facsímil del Álbum La Roche, escribió sobre las revelaciones del álbum: “En septiembre de 1922, a su paso por Venecia y Vicenza, Le Corbusier no vio en Palladio a un preceptor de reglas de proporcionalidad. Más bien admiró en él a un maestro de la escenografía a escala urbana y de las asimetrías y las tensas transparencias espaciales. No es sorprendente que la imagen de la villa Rotonda de Palladio que aparece en L’Ésprit Nouveau (aunque ya en 1924) sea una vista rasante en la que se ha eliminado un lado y se ha mutilado la cúpula, casi despojando el edificio de todo elemento clasicista.” L'Esprit Nouveau: (en español, El Espíritu Nuevo) fue una importante revista de arte francesa, publicada entre 1920 y 1925. Alcanzó los 28 ejemplares.1 2 Con un promedio de 100 páginas y con imágenes en color, fue la revista del movimiento purista.2 Su ámbito fue internacional, llegando a alcanzar bastante difusión en países como México.3 Su eslogan era: “Hay un espíritu nuevo; es un espíritu de construcción y de síntesis guiado por una concepción clara.” Historia: La revista fue fundada en marzo de 1920 en París por los que fueron también, con diferencia, los mayores artífices de todos sus números, Le Corbusier y Amédée Ozenfant;2 el poeta dadaísta Paul Dermée fue un importante colaborador inicial, pero sólo participó durante los primeros siete números.4 Su temática abarcaba un gran número de campos, con el purismo como eje, desde la discusión estética general a la

arquitectura, pasando por la literatura, el teatro, el cine, la pintura, la escultura, la moda y el mobiliario, entre otros.2 En ella se publicó el manifiesto purista, razón y ser de la revista.2 Su primer número apareció el 15 de octubre de 1920. La colaboración entre los dos fundadores, que habían firmado juntos los artículos, terminó en el número 19. A partir de entonces cada uno firmó los suyos propios.4 De la revista y de su colaboración salieron textos tan famosos como Hacia una arquitectura (números 1-3, 5, 8-10 y 1316). En 1925 Le Corbusier, que había publicado en la revista numerosos proyectos arquitectónicos teóricos, como la casa Citrohan, diseñó un pabellón con su nombre para la Exposición Internacional de París.