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• Cesar Bojaca Prieto

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En el corazón de la Antártida El viaje del emperador es una cinta que hace especial énfasis en el trabajo colaborativo que los pingüinos emperador deben desarrollar siempre en pos de la supervivencia y postergación de su especie en un mundo indómito y rudo como la Antártida. Desde el océano hasta el lugar donde empollarán el huevo único para sobrevivir como especie, el pingüino emperador debe andar con su torpe caminar cerca de 160 km. En el océano, el pingüino emperador es más parecido a un delfín que a un ave, es capaz de sumergirse a cuatrocientos metros de profundidad y permanecer si respiración durante veinte minutos es un animal potente y de movimientos fluidos; patina ágilmente sobre el hielo y su estética es una de las más bellas de todas las aves. Por alguna extraña razón, este animal, para reproducirse tiene que hacer un enorme esfuerzo, obligado a andar como un penitente en plena tormenta de nieve a lo largo de kilómetros y kilómetros hasta lo más recóndito de la costa antártica, lejos del mar, para poner un huevo en el lugar mas estable posible; obligado a ir y venir todo el invierno entre la colonia donde vive y el mar, donde está todo lo que necesita. Siempre en busca de su pareja del año anterior, y sólo en caso de que no pueda encontrarla elegirá a otra pareja. Si un macho trata de juntarse con una hembra que aún no ha encontrado a su pareja del año anterior, y ésta llega luego, el intruso inmediatamente se va en busca de otra hembra solitaria; y no será difícil, puesto que la cantidad de hembras es superior a la de los machos, tanto así que las solteras luchan para ver quien se puede hacer con el cotizado macho (esto me acuerda de un chiste “Policía, policía dos mujeres se están peleando por mi – y cual es el problema – pues que va ganando la fea” hahahahahahaha). Aunque ambos pingüinos sean pareja de años, antes de aparearse se cortejan como viejos amantes. El relevo en la incubación del huevo entre el macho y la hembra es memorable, juntos ensayan una danza hermosa hasta que la aprenden de memoria, el paso del huevo de la hembra al macho debe ser coordinada y lenta, pues si el huevo llegase a tocar el gélido suelo antártido el viaje emprendido por la pareja habría sido en vano, en esta etapa las jóvenes parejas cometen el error de dejarse llevar por la prisa y la perdida del huevo es inminente.

Es una bella historia de amor a la Vida, porque sin duda la oportunidad de seguir la pasión instintiva del pingüino emperador por sacar adelante su especie es motivadora. La masa de pingüinos protegiéndose cuerpo a cuerpo frente al rigor helado que los sacude constituye un ejemplo de colaboración frente a lo catastrófico, es una escena increíble pues el pingüino emperador es muy hostil con los otros pingüinos, es increíble como el mismo fin que los une a todos los convierte en animales dóciles, una acción digna y que los humanos deberíamos practicar en estos tantos problemas que afectan al mundo (hambrunas, inundaciones, huracanes, etc.)

Cesar Bojacá Prieto 1.0171.328.974