Análisis de personajes y estética entre Rojo y negro, Las ilusiones perdidas, Madame Bovary

Antes de sumergirnos en el análisis comparativo entre los personajes Lucien de Rubempré (Las ilusiones perdidas, de Balz

Views 134 Downloads 0 File size 60KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Antes de sumergirnos en el análisis comparativo entre los personajes Lucien de Rubempré (Las ilusiones perdidas, de Balzac), Julien Sorel (Rojo y negro, de Stendhal) y Emma Bovary (Madame Bovary, de Flaubert). Es necesario hacernos un panorama de qué estaba sucediendo en la época en donde aparecen estas tres novelas fundamentales dentro del realismo literario. Y, justamente, son tres obras que se enmarcan dentro del siglo XIX, el siglo donde triunfan dos cosas principalmente: la burguesía y la novela. Siendo la novela –según Hegel- el género literario de la burguesía. Él define a la novela como una “moderna epopeya burguesa”, ni más ni menos. Lo que, entre otras cosas, quiere decir que es un triunfo compartido. Van de la mano. Es interesante entenderlo así, porque también nos ayudará a captar un punto en común que une a las tres novelas. Y es el tema de la infidelidad o del adulterio. Alberto Savinio ha definido el adulterio como “el más burgués de los pecados”. Lo que quiere decir que las novelas fundamentales del realismo están atravesadas por una misma crítica a la moral burguesa. Y finalmente será lo que veremos con más detalle adelante: la batalla del individuo contra una sociedad que le queda muy estrecha. El realismo surge, entendiéndolo como un movimiento de la cultura ligada a la sociedad y permeable al acontecer de la época, gracias a la era industrial, al maquinismo, a los grandes avances científicos que ponen en primer plano la observación y análisis de la sociedad, de un compromiso que buscaba dejar de lado a la importancia en la imaginación que habían puesto anteriormente los románticos. Principalmente porque habían descuidado, dejado de lado y olvidado la realidad social en que estaban viviendo. Por lo mismo, la razón que durante la ilustración había dominado la forma de sentirse de un individuo en el mundo, vuelve a ponerse por sobre los sentimientos y la objetividad avalada en un estilo claro, sobrio, buscando –unos más, unos menos- la precisión. Todo esto, hay que volver a remarcarlo, la novela centra su atención y descripción en la sociedad burguesa. Quitándole el toque idealista. Estudiando su comportamiento con frialdad, sin involucrarse, por lo menos en el texto escrito, emocionalmente. El positivismo, sumado a los descubrimientos de evolución de Darwin, los avances en psicología y sociología, provocan o causan en los autores una tendencia a seguir esa

línea, basándose en los métodos de la observación científica para llevarlo a su propia disciplina y caso particular, también con anotaciones, y con una documentación rigurosa. La admiración hacia las disciplinas científicas que habían alzado al ser humano a una altura de dominador del mundo (cosa que ya se hablaba en la ilustración, pero acá, en este momento de la historia, la ciencia se pone a fundamentar y avalar a favor de esa postura) se ve en la literatura, incluso, Honoré de Balzac, al intentar explicar su extenso ciclo de novelas La comedia humana, dice lo siguiente, de cómo nació la idea:

“¿La sociedad no hace del hombre, según los medios en que su acción se despliega, tantos hombres diferentes como variedades existen en zoología? Las diferencias entre un soldado, un obrero, un administrador, un abogado, un ocioso, un sabio, un hombre de Estado, un comerciante, un marino, un poeta, un pobre, un sacerdote, son, aunque más difíciles de captar, tan considerables como las que distinguen al lobo, al león, al asno, al cuervo, al tiburón, al buey marino, a la oveja, etc. Han existido, pues, y existirán siempre, especies sociales como hay especies zoológicas. Si Buffon ha realizado una magnífica obra intentando representar en un libro el conjunto de la zoología, ¿no estará también por hacer una obra del mismo género con respecto a la sociedad?” (Balzac 14-15)

Julien Sorel, de origen campesino, es un personaje que, igual a los demás, vivirá una experiencia social donde su personalidad, su carácter, su origen social, chocarán con la realidad social y moral. Si algo tienen estos tres personajes, y es un punto donde se desmarcan del romanticismo, es el hecho de que no están luchando contra la sociedad queriendo marginarse de ella. Todo lo contrario, quieren formar parte de ella. Es lo que más desean, pero las reglas sociales y la moral son el problema. Con esto dicho, tenemos que Sorel busca ascender socialmente, busca obtener reconocimiento, sumado a una libertad individual. Para Sorel la libertad es una consecuencia del poder. Así la idea de héroe realista cambia con estas novelas y es el caso de Sorel: el héroe, lo heroico es el lograr funcionar entre sociedad e individuo, el insertarse dentro. Esa es la batalla que ahora se libra. Sorel, por esto mismo, era muy calculador y nada espontaneo. Por ejemplo a Renal y La Mole, cada movimiento que hacía para seducirlas estaba planeado con

un fin específico. Así Sorel ve una sociedad donde existe una competencia y donde debe manejarse con habilidad. Para entender esto y cómo lo veían los demás, esta carta de Renal al padre de Mathilde, dice: "Pobre y codicioso, ese hombre ha recurrido a la hipocresía más baja y a la seducción de una mujer débil y desgraciada, para labrarse una posición y ser algo en el mundo. Una parte de mi penoso deber es añadir que creo en conciencia que el señor J. S. carece en absoluto de principios religiosos. Me atrevo también a asegurar que el medio a que recurre con preferencia para hacerse querer en una casa es la seducción de la mujer que goza en aquella de la influencia o autoridad principal. Con mentidas apariencias de desinterés y frases de novela, su objetivo único consiste en llegar a dominar al dueño de la casa y disponer de su fortuna”. (Stendhal 306) Pero hay otra cosa que Sorel tiene, y también los demás personajes: genialidad, sensibilidad, son atractivos. Son construcciones de personalidades particulares que hacen ver mediocre la sociedad que les rodea. Pero que, al querer adaptarse o formar parte, caen en la hipocresía como máscara para poder entrar en el circuito social ya que nunca se puede ser uno mismo, si se siguen sus movimientos de forma pasiva. Tienen que asumir que es estrecha y no caben. Pero no lo asumen. Cada uno a su forma. Y si hay algo que sí diferencia a Sorel por sobre los otros personajes, es que en su caso, su origen social y su deseo por escalar, son más fuertes y generan sus complejos. De hecho: Un mes más tarde, encontramos a Julien paseando pensativo por los jardines del palacio de los marqueses de la Mole, pero de su rostro han desaparecido la dureza y la arrogancia huraña de filósofo que eran debidas a la conciencia de su inferioridad. (Stendhal 207) Pero que, como todo complejo, aunque logre cubrirlo por un tiempo, vuelve a decaer y muestra el resentimiento que nunca lograría curar, el muro donde siempre chocó: Estoy viendo hombres que, sin detenerse a considerar que acaso mi juventud pudiera ser acreedora a un poquito de piedad, querrán castigar en mi persona a esa clase de jóvenes que, nacidos en una clase inferior, y viéndose oprimidos por la pobreza, tienen la dicha de procurarse una buena educación, y la audacia de entrometerse en lo que el orgullo de los ricos llama sociedad. (Stendhal 327).

Lucien, poeta de talento, sensible, atractivo, que nos muestra poéticas y poemas geniales en su época más joven. Comienza a trabajar como periodista, trabajo que lo pondría cerca de la aristocracia y de la generación de deseos y ambiciones. Quería, también, pertenecer e ingresar a la alta sociedad. También acá la tensión es entre individuo y sociedad. Tensión que le cobraría sus dotes de poeta. Finalmente termina más hablando de poesía, ocupándola como instrumento de ascenso, que por algo que realmente le importara. Y termina, literalmente vendido a un sistema que también se ha burlado de él. También se siente chocando contra la estrechez, pero a diferencia de Sorel, Lucien ha sido manipulado, ha sido conquistado por una sociedad que lo intenta hacer suyo y volverlo un ser sumiso e inofensivo. Todo esto queda mejor explicado acá: “La sociedad, señora, se encuentra, por singular paradoja, llena de indulgencia para con los jóvenes de esta manera de ser; los quiere y se deja convencer por las bellas apariencias de sus dones externos; no exige nada de ellos, excusa todas sus faltas, les concede los beneficios de las naturalezas completas, no queriendo ver en ellos más que sus ventajas, y hace de ellos, finalmente, sus niños mimados. Por el contrario, es de una severidad sin límites para con las naturalezas fuertes e íntegras. En esta línea de conducta, la sociedad, tan violentamente injusta en apariencia, es sublime, tal vez. Se divierte con los bufones, sin pedirles otra cosa que placer, y bien pronto los olvida, mientras que para doblar la rodilla ante la grandeza le exige divinas magnificencias. A cada cosa su ley: el diamante eterno debe estar sin mancha, la momentánea creación de la moda tiene el derecho de ser ligera, extravagante y sin consistencia.” (Stendhal 269) Tanto Lucien como Sorel, y Emma tiene también en común el hecho de venir del campo, de provincias. Lugar que hasta el día de hoy se caracteriza por la ilusión con respecto a la gran ciudad. La construcción de Emma no nace desde un talento poético y artístico, como en el caso de Lucien, ni de Sorel con su estudio, su frialdad y capacidad para planificar e intentar sacar lo mejor de la sociedad para su disfrute. La construcción de Emma viene de lecturas variadas, desde textos sagrados a novelas de amor, donde fortalecieron su mundo interior, su imaginación, sus fantasías. Y esto sería irremediable. Ella construye una realidad fuerte a partir de la ilusión la fantasía y la insatisfacción. Esta realidad, igual que las anteriores choca fuertemente con la estrechez de la moral burguesa, de la construcción social. Se ve obligada finalmente a

caer en el engaño, en la mentira. Empezó, no a suprimir sus pulsiones y sus deseos, pero sí a cubrirlos con mentiras, lo que finalmente se le puede adjudicar a sus enfermedades recurrentes. Madame Bovary, a diferencia de Lucien, de Sorel, su comportamiento involucraba el derrumbamiento de una familia, el pilar de la sociedad. La reputación de ella, de su marido. Incluso, como se dice en un fragmento, si se separasen, no le querrían dar trabajo por su reputación. Madame Bovary carga con el peso de la rutina de la moral burguesa consolidada por el matrimonio, por eso no sorprende escucharla decir: -Sin embargo, cansan a la larga -replicó Emma- ; y ahora, al contrario, me gustan las historias que se siguen de un tirón, donde hay miedo. Detesto los héroes vulgares y los sentimientos moderados, como los que se encuentran en la realidad. (Flaubert 99) Por eso, como dice Vila-Matas “Madame Bovary acabó con el realismo a base de llevarlo hasta su extremo máximo y ser el más realista de todos”.

Bibliografía: - Flaubert, Gustave. Madame Bovary. Barcelona: Editorial Origen, 1982. Impreso. - De Balzac, Honoré. La comedia humana. Madrid: Hermida editores, 2014. Impreso. - Stendhal. Rojo y negro: http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/s/Stendhal%20%20Rojo%20y%20negro.pdf

Fernando Osorio M