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Analisis Interno y Externo de la obra: “Don Juan o El Convidado de Piedra” Moliére

Nombre y Apellido: Débora Alfarano. Curso: 2º Economia. Profesora: Cecilia Yurrita.

Colegio: Don Bosco. Análisis Externo Jean-Baptiste Poquelin (mas conocido como Moliére), nació el 15 de Enero de 1622, en Paris, y falleció el 17 de Febrero de 1673, a los 51 años. Él fue un dramaturgo y actor francés. Hijo de Jean Poquelin, un tapicero real y de Marie Cressé. En 1637, Su padre logra que su cargo lo herede Jean-Baptiste, al que Moliere renuncia luego, a favor de su hermano. Moliere estudió en el colegio de Clermont y en 1642, obtuvo el título de abogado, pero desde pequeño se sintió fascinado por el teatro. En 1643 fundó la compañía del Illustre-Theatre, en la que actuó, produjo y dirigió obras que recorrieron toda Francia. Al regresar a París puso en escena sus primeras obras: Las preciosas ridículas y Sganarelle. Sus sátiras acerca de la corrupción de la sociedad francesa despertaron gran conmoción y su obra fue prohibida en los teatros; Molière fue tildado de “demonio en sangre humana”, por la iglesia católica. El estado francés le cerró sus puertas hasta que finalmente en el año 1669, el Rey Luís XVI le permitió presentar sus obras en público. Luís XIV le dio su apoyo y le permitió utilizar ocasionalmente el Petit-Bourbon e incluso, en 1661, el teatro del Palacio Real. Moliere se caso en 1662, con Armando Béjart, con quien en 1664 tiene un hijo, el cual muere a los diez meses. Duro crítico de las costumbres y los prejuicios de la época, emplea la comedia de caracteres y la farsa, para dar un tono popular a sus obras, las cuales soportan la acción del tiempo y divierten y entretienen hasta nuestros días, habiendo creado figuras que se elevan con valor de símbolos de la naturaleza humana. Representando su última obra (El enfermo imaginario) sufrió una hemoptisis y murió en escena. Debido a su oficio de comediante, se le negó la sepultura cristiana. Gracias a la intervención del rey, se le pudo enterrar más tarde en el cementerio de Saint-Joseph. Las preciosas ridículas (1659); Sganarelle o El cornudo imaginario (1660); La escuela de los maridos (1661); La escuela de las mujeres (1662); El amor médico (1665); Don Juan o El convidado de piedra (1666); El misántropo (1666); El médico a palos (1666), fueron las mas populares obras escritas por Moliére. La época en que fue escrito “Don Juan o El Convidado de Piedra” (1666), fue caracterizada por el movimiento cultural del clasicismo. Época en la cual los críticos habían decidido que las obras teatrales debían atenerse a las tradicionales tres unidades: de acción (Se debía representar un hecho único sin derivaciones ni exceso de personajes); de lugar (la trama debía sucederse con un mínimo cambio de escenario; y de tiempo (era ideal que la acción transcurriera en el lapso de un día). Pero, a pesar de esto, la obra escrita por Moliére, no adopto ninguna de estas normas. Estas reglas fueron criticadas duramente por él, y lo puso en practica, proponiéndose corregir los vicios de los hombres por medio de la comedia, elevándola al rango de la tragedia (cuya finalidad es la de conmover al espectador mediante la representación de experiencias penosas).

Análisis Interno La obra “Don Juan o El Convidado de Piedra”, escrito por Moliére, centra su tema en el engaño, ya que el personaje principal, Don Juan, engaña constantemente, tanto a las mujeres, como a su padre y otros personajes de la obra. Por otro lado, esta obra, también presenta subtemas como: El amor, que se puede observar entre los personajes Carlota y Pierrot o incluso en las mujeres que Don Juan conquistaba. La venganza, que se puede identificar en los hermanos de Doña Elvira que buscan que Don Juan pague por lo que hizo. La ambición, que se refleja en Don Juan hacia las mujeres, al igual que la seducción hacia ellas. Las mentiras, cometidas también por el actor principal en muchas de las escenas. La necedad, de Juan, ya que no acepta lo que Sganarelle le dice acerca de sus errores. La infidelidad y la traición de Don Juan hacia las mujeres que conquista. La falta de principios de Juan, pues no tiene respeto por nada, ni nadie. Y por ultimo, la falta de compasión, ya que a Juan no le preocupa el sufrimiento de las mujeres, ni de nadie. Esta obra, comienza con la conversación entre Sganarelle y Guzmán, donde Sganarelle le cuenta acerca de los engaños, la infidelidad y las verdaderas intenciones de Don Juan al estar con las mujeres. En el momento en que llega Juan, los criados se separan luego de que Sganarelle le aconseja al criado de Doña Elvira, que no cuente nada al respecto, que sino él lo negaría. Luego de esta charla, Don Juan le comenta a su criado, así como este ya lo suponía, que a causa de un nuevo amorío, partirían. Luego, llega Doña Elvira, quien exige una explicación que justifique su partida, a lo que Juan, entre varios enredos, termina respondiendo (falsamente), que ya no podía seguir con ella, ya que era pecado el haberla sacado del convento para desposarla, y por esa causa, el cielo lo castigaría. A esto, Elvira, furiosa, se marcha. Luego de la partida de Don Juan y Sganarelle, en una campina a orillas del mar, llega Pierrot a contarle a Carlota del suceso que vivió. Como el explica, se encontraba con un amigo en la playa, cuando vieron unos hombres ahogándose (luego de apostar si eran realmente hombre, y de Pierrot ganar), los fueron a rescatar. Se trataba de Don Juan, Sganarelle y su séquito, aunque ellos no los conocían. Cuando Pierrot se retira, llegan Don Juan y Sganarelle. Don Juan se enamora de Carlota y la seduce con cumplidos, y así, le pide que se case con él, (aun sabiendo que ella era prometida de Pierrot). Cuando vuelve Pierrot, discuten por quien tendría la mano de Carlota, donde Don Juan, enfurecido y dominador, le pega tres bofetadas. Carlota, defiende a Don Juan, provocando que Pierrot, enojado, se marche. Después, llega Maturina, mujer que Don Juan ya había conquistado, y se arma una discusión entre ambas mujeres, pues Don Juan le había pedido a matrimonio a ambas mujeres, por lo que exigían una explicación. Para salir del enredo, Juan, le habla bajo a cada una prometiendo su amor y justificando las palabras de la otra, como una simple ilusión. Y así, convence a ambas y se marcha a causa de un aviso acerca de que doce hombres andaban tras él. Debido a su huida, Don Juan se viste como un aldeano y Sganarelle, como un doctor, para que nadie reconociera su identidad. Entre pláticas y pensamientos de Sganarelle, ellos se pierden, por lo que preguntan a un mendigo a donde estaba el camino. En el mismo momento, ven que un hombre es asaltado por tres ladrones, Don Juan lo ayuda a luchar, y los ladrones huyen. Al presentarse, Don Juan se entera que este hombre, Don Carlos, era un hermano de Doña Elvira y, junto a sus hermanos, buscaba cobrar venganza con Don Juan, al que todavía no reconocía. Acompañando a Don Carlos en el camino, se encuentran con Don Alonso, quien rápidamente reconoce a Don Juan, aforrándole su espada, pero antes de que pudiera hacer algo, Don Carlos, lo detiene, defendiendo a Don Juan, ya que el había salvado su vida previamente. Entonces, le brindan un tiempo, para que Juan y su criado pudiesen huir y así, compensar el favor que le había hecho. De vuelta al camino que recorrían, Don Juan y Sganarelle, se encuentran con la sepultura del Comendador, a donde deciden entrar. Al encontrarse dentro, irónicamente, Don Juan, le ordena a su criado, que valla hacia la estatua del Comendador y le pregunte si quisiese ir a cenar con él. Sganarelle, cumple la orden, le pregunta y la estatua baja la cabeza. Asustado, Sganarelle, le avisa a su amo, por lo que este va y repite la misma pregunta, con lo que la estatua vuelve a bajar la cabeza. Sin más palabras, Don Juan y su criado, se marchan de la sepultura. Al llegar a su aposento, Don Juan se sienta preguntando por la comida pero, rápidamente, entra La Violette anunciando la presencia de su mercader, el Señor Domingo, a quien Juan debía dinero. Juan lo hace pasar y entre alagos, ordenes a sus criados (para que Domingo esté cómodo) y preguntas respecto a su familia, logra que el mercader no le pida el dinero, ya que se sentía excesivamente honrado por Don Juan. Así, el Señor Domingo, se marcha. Ni bien, este se

va, La Violette, anuncia la presencia del padre de Don Juan, quien entra. Don Luís, reprocha los malos actos de Juan, advirtiéndole que el cielo lo castigaría y así, enfurecido por la ignorancia de su hijo, se marcha. Como si fuese mucho, Ragotín, anuncia la presencia de una dama, Elvira, quien entra. Ella, le explica a Don Juan que ya no tiene rencores contra él y le suplica con lágrimas que no cometa mas pecados, pues el cielo lo castigaría. Destrozada, Doña Elvira se marcha. Don Juan, sin decir nada emotivo al respecto, pide que traigan la cena, y así lo hacen. Juan y Sganarelle se sientan a la mesa, y antes que Sganarelle pudiera deleitar un bocado, llaman a la puerta. Entra la estatua del Comendador, al cual habían invitado a cenar. Mientras Sganarelle se encontraba enormemente aterrado, toman vino. La estatua, satisfecha, se despide ofreciéndole, ir a cenar con él al siguiente día, a lo que Don Juan acepta, y se marcha. Nuevamente, Don Juan y Don Luís, se encuentran, solo que esta vez, es Don Juan que lo va a ver a la campina, a las puertas de la ciudad. Juan le confiesa (falsamente) a su padre, que ha decidido cambiar y mejorar su estilo de vida, sin errores, sin pecados. Su padre, muy feliz por la noticia, se marcha. Mas tarde, llega Don Carlos, quien pide una decisión definitiva respecto a Doña Elvira, pero Don Juan solo responde que no puede estar con ella, ya que ha decidido no cometer mas errores y cambiar de vida, justificándolo como un pedido de su hermana, quien volverá al convento. Don Carlos, le resalta que no esta de acuerdo, ya que su destino es estar junto a él. Pero Juan justifica todo reproche de Carlos, como un deseo del cielo. Luego de que Don Carlos marchase muy enojado, repentinamente, aparece un espectro en forma en forma de mujer velada, quien avisa a Don Juan que dispone de solo un instante para arrepentirse de sus actos y así, alcanzar la misericordia del cielo, pues sino, el cielo lo condenaría. De un momento a otro, el espectro cambia su aspecto y representa el tiempo con su guadaña. Don Juan, en el intento de averiguar si se trataba de un cuerpo o un espíritu, lo atraviesa con su espada, provocando que el espectro se desvanezca. A pesar del consejo de Sganarelle, Juan, tercamente, se rehúsa completamente a arrepentirse. Marchándose del lugar, Don Juan y Sganarelle, se encuentran con la estatua del Comendador, quien les recuerda su compromiso acerca de cenar con el. La estatua le pide la mano para indicarle el camino, y Don Juan se la da. En ese momento, Don Juan, comienza a sentir todo su cuerpo quemándose. Con estruendos y relámpagos, cae un rayo sobre Don Juan. La tierra se abre y se lo traga, y se elevan altas llamaradas desde el lugar donde cayó. Y así, con los reniegos de Sganarelle exigiendo su salario, la obra finaliza. Esta obra presenta un solo personaje principal, Don Juan. Un hombre necio, mentiroso, mujeriego, ambicioso, seductor, traicionero, infiel y con una gran falta de principios ya que no tiene respeto por nadie. Es un hombre que sabe seducir y tiene el beneficio de una buena figura para hacerlo. Es un hombre que ambicia las mujeres difíciles de conseguir pero que después de desposarlas, las deja por otra. No tiene compasión por las mujeres que traiciona y mucho menos por su padre. Es justiciero, bien visto cuando Don Carlos pelea contra tres ladrones, y Don Juan lo ayuda a combatir. Además, se encuentran los personajes secundarios: Sganarelle, es el criado de Don Juan. Es un hombre que no tolera lo que su amo hace. Él trata muchas veces de hablar con Don Juan para cambiar su forma de ser, pero Juan es demasiado terco. Es un hombre muy filosófico, bueno para debatir en estas cuestiones filosóficas. Cree en la medicina y mucho más en el cielo. En muchas ocasiones, Sganarelle, estuvo cerca de contar toda la verdad acerca de las verdaderas intenciones de su amo al estar con las mujeres pero, generalmente es interrumpido por Don Juan, quien tiende a sospechar que él ha hablado. Es un hombre sensible, que tiene compasión por las personas que Don Juan engaña y hiere, y además es un hombre reflexivo. Doña Elvira es la esposa de Don Juan. Juan la conquisto mientras ella estaba en un convento, lugar que ella dejo solo por casarse con él. A lo largo de la obra, Elvira, logra pasar de sus rencores y deseos de venganza a ser comprensiva, tolerante y compasiva, es cuando le pide a Don Juan que cambie para que el cielo no lo condene. Es una mujer que amo profundamente a Don Juan y que probablemente un poco de ese amor, le ha quedado presente. Guzmán, es el escudero de Doña Elvira. Solo se lo puede ver en la primera escena del primer acto, cuando Sganarelle le cuenta acerca de las malas intenciones de Don Juan. Don Carlos, es uno de los hermanos de Elvira, a quien Don Juan salva cuando era atacado por ladrones. A pesar de que busca venganza contra Don Juan, como caballero, le devuelve el favor a Juan, salvándole la vida, dándole un tiempo para que él pueda huir. Tiene un gran afecto por su hermana, por quien luego pedirá a Don Juan que vuelva con ella, pues ese es su destino. Don Alonso, es otro de los hermanos de Elvira. Es un hombre que solo quiere cobrar venganza contra el que traiciono a su hermana y así, matarlo. Pero a pedido de su hermano, no lo hace.

Don Luís, es el padre de Don Juan, su único hijo, a quien Don Juan no lo aprecia del todo. Este personaje aparece en dos escenas. Cuando le reprocha a Juan todos sus malos actos, resaltándole que deshonraba su familia y, cuando Don Juan le explica que ha decidido cambiar y ser mejor persona, lo cual hace muy feliz a Don Luís, al punto de hacerlo llorar. Es un hombre que honra a todos sus antepasados, y que, muy al fondo quiere mucho a su hijo, pero todo lo que ha hecho Don Juan a lo largo de su vida, lo hace deshonrarlo. Carlota y Maturina, son aldeanas que Don Juan conquisto y pidió compromiso. Carlota, era la prometida de Pierrot, pero por convertirse en una Señora, lo rechaza para estar con Don Juan. Es una mujer que no demuestra del todo sus sentimientos, y es más bien arisca. Pierrot, es un aldeano, prometido de Carlota, mujer a la que ama completamente, pero que teme que ella sienta precisamente lo mismo, por lo que suele cuestionar su amor, y que generalmente le pide, que demuestre su amor hacia el como las otras mujeres hacen con sus parejas, pero en vez de eso, ella termina eligiendo a Don Juan. El no esta de acuerdo con esa elección, pues no la quiere perder, y lo único que recibe a cambio, son tres bofetadas de parte de Don Juan. La Violette y Ragatín, son criados de Don Juan, quienes solo aparecen para anunciar la presencia de las visitas. El Seño Domingo, es el mercader de Don Juan. En la única escena que se presenta, es pidiendo el dinero que Don Juan le debe, pero Don Juan lo único que hace es enredarlo entre palabras, sin dejarlo hablar respecto al dinero. Al igual que Juan, Sganarelle le debe dinero, pero usando las mismas trampas que su amo, logra sacarlo de escena sin pagarle. Es un hombre respetuoso, que tiene una familia que mantener: su esposa, sus dos hijos y un perro. Un mendigo es otro de los personajes de la obra. Un hombre que no tiene nada, y raramente tiene un pan que comer, pero aun así, cree profundamente en el cielo, a quien pide todos los días por alguien que lo ayude en su escasez. La Ramée, es un espadachín que solo aparece en una escena para avisar a Don Juan que unos hombres andan tras él. La estatua del comendador, es la que se encontraba en la sepultura del Comendador, hombre al que Don Juan mato por una mujer. Esta estatua cobra vida y es la que da final a la obra al tomar la mano de Don Juan y mandarlo bajo tierra. Y por ultimo el espectro es el que le da la oportunidad de arrepentirse a Don Juan para salvarse, pero Don Juan se niega. “Don Juan o El Convidado de Piedra” es una obra de genero dramático, y su subgénero es la tragicomedia. Esta desarrollada en cinco actos. El primer acto se divide en cuatro escenas. El segundo, en cinco escenas. El tercero, en cinco escenas. El cuarto, en ocho escenas. Y por ultimo, el quinto acto, en cuatro escenas. La obra se desarrolla en Sicilia, en el siglo XVII. Y presenta un lenguaje de fácil comprensión, metafórico y de neologismo.

Conclusión La obra refleja los vicios del hombre y a la vez, provoca risa en la gente. Personalmente, es una obra entretenida que refleja algunos defectos conocidos en el hombre. Y aunque es una comedia, termina con la muerte del actor principal, actor pecador, con malos prejuicios. Es una de las obras en la que el actor principal es el malo de la obra, y por eso, me parece bien, que la obra termine con su condena. Por otro lado, es una obra muy irónica, a tal punto de darle vida a una estatua, al igual que el hecho de que Don Juan quiera preguntarle a una estatua si quisiese ir a cenar con él.