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Gutiérrez Rodríguez Andrea Taller de Guión II Grupo: 2803 Mayo 13 de 2009

Amores

tóxic os

Desde que leí el título de libro automáticamente me traslade a ese mundo amoroso que no tiene nada de amoroso, es decir, me refiero a las relaciones que muchas veces más que darte “felicidad” como lo define Gottfried Leibniz, «amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad», únicamente te torturan y la relación, ya sea de pareja, de hermanos, de padres, etc. se vuelve sombría, pesada, tóxica; de modo que los nexos afectivos que se establecen con esas personas, son una forma de ser que genera en el otro mucho padecimiento. Y así, comencé a leerlo e inmediatamente supe que mi pronóstico era acertado, ya que la línea de los relatos del libro Amores Tóxicos radican en estas relaciones afectivas subversivas, en las que una parte de la pareja perjudica a la otra con sus celos, su actitud egocéntrica o con lemas como el 'ni contigo ni sin ti', por poner un ejemplo. Considero que la singularidad de la obra de Núñez se halla precisamente en las historias comunes y corrientes que narra, es decir, en cada uno de los relatos encontramos a personajes cotidianos, que no tienen nada de extraordinario y bien podían recordarnos a una tía, al vecino y por qué no, a uno mismo; y esto es bien logrado por la autora en el momento en que mediante la narrativa sencilla y franca que utiliza, nos presenta al personaje en su vida cotidiana y así el lector inmediatamente conoce sus pensamientos, su psicología y entiende que es lo que está sucediendo para que su historia se concluya en un amor tóxico. Así mismo, la autora no solo te permite conocer a los personajes principales, que por cierto suelen ser narradores autodiegéticos, sino también logras percatarte de la personalidad de los personajes secundarios, esto fue algo que me gustó mucho; porque a pesar de que el estilo del lenguaje es sencillo, detrás de cada frase se perciben una gran cantidad de sentimientos, de pensamientos, de personalidad y hasta de locura de cada personaje. Por ejemplo, el relato Luna de Miel o el de Una mujer imperceptible, en los que cuando los estás leyendo te poner nerviosa, preocupada y te inquieta que es lo va a suceder, tal y como lo sienten las protagonistas en ese momento. Y otro ejemplo, puede ser Asesinato demorado en el que bien podrías definir la personalidad de Andrea y Alicia sin la necesidad de que participaran en el cuento. Cabe mencionar que cada cuento tiene una importante tensión dramática, que sutilmente nos invita a pertenecer o incluirnos en la historia, y hasta logra que comprendamos el por

qué de la relación tóxica y nos hagamos cómplices de la misma, conforme vamos descubriendo el desamparo y la confusión en la que viven los personajes. Por otra parte, el que los relatos sean sencillos y breves es muy atinado para el libro, por una parte porque se pudieron poner muchos ejemplos de estos amores tóxicos, no solo de personas sino hasta los de animales enlazados a las vidas de estos hombres y mujeres; y, por otra parte, porque de esta manera el lector no se estresa leyendo los pensamientos enfermos de los personajes con sus relaciones amorosas de desolación, de tormentos de la enfermedad o de vergüenza de la vida ante la muerte. Finalmente, me gustaría agregar una frase que vi en alguna ocasión y que recordé al finalizar la lectura: "porque las personas con trastornos de la personalidad también se enamoran, se casan y tienen hijos o amantes", afirma Walter Riso, psicólogo y experto en relaciones amorosas.

NÚÑEZ, María, Esther, Amores Tóxicos, Editorial Siglo XXI Editores, Literatura Iberoamericana, México, 2008.