Amenaza de Parto Prematuro

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO FACULDAD CIENCIAS DE LA SALUD MEDICINA ESTUDIANTE: YSAMAR CAROLINA ASTORGA FUENMAYOR

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO FACULDAD CIENCIAS DE LA SALUD MEDICINA

ESTUDIANTE: YSAMAR CAROLINA ASTORGA FUENMAYOR

SUPERVISOR DOCENTE: DRA. ANA MARIA FAICAN

TEMA: AMENAZA DE PARTO PREMATURO

PERIODO ACADÉMICO: 2018 - 2019

La mayoría de los partos tiene lugar entre la semana 37 y la semana 42 de embarazo. Esto es lo que se conoce como embarazo a término. La amenaza de parto prematuro se produce entre la semana 21 y 37, y se manifiesta a través de una serie de síntomas. El reposo y, en ocasiones, ciertos fármacos para detener las contracciones, ayudan a retrasar el parto el máximo tiempo posible.

La amenaza de parto pretérmino o prematuro se puede producir entre las semanas 21 y 37 de la gestación. Cuando el parto se produce antes de la semana 21 del embarazo, se habla de aborto, y si el embarazo se alarga más allá de la semana 42, se dice que es un parto tardío . La mayoría de los embarazos tiene una duración de entre 37 y 42 semanas que es lo que se conoce como embarazo a término. Si se llega a iniciar el parto entre las semanas 21 y 37, será un bebé prematuro y correrá un mayor riesgo de sufrir complicaciones. El bebé puede tener problemas respiratorios porque sus pulmones no están suficientemente maduros, está más expuesto a las infecciones y puede tener problemas de alimentación. La incidencia de este problema en España es de cerca del 8%. No se conocen bien las causas que pueden desencadenar un parto prematuro, aunque existe una serie de factores de riesgo. Los más comunes son el embarazo múltiple, determinados defectos en el útero, como miomas o cuello de útero incompetente, la cirugía abdominal, la hipertensión, las infecciones, la rotura prematura de la bolsa, la placenta previa o una enfermedad crónica de la madre, entre otros. En estos casos, el médico seguirá un control más estrecho de la embarazada y, en el caso de que se presente alguna señal del inicio del parto, tratará de evitar que éste se produzca, lo que no siempre es posible. La amenaza de parto prematuro también se da en mujeres sanas con embarazos aparentemente normales y sin antecedentes de parto prematuro. Por ello, si se presenta alguno de los siguientes signos, se debe avisar al ginecólogo de inmediato, ya que podría tratarse de una amenaza de parto prematuro:



Pérdida de fluido por la vagina (fluido acuoso, sanguinolento o mucoso).



Contracciones uterinas regulares.



Calambres abdominales con o sin diarrea.



Dolor en la parte baja de la espalda.



Presión abdominal en la pelvis. El ginecólogo comprueba si se han producido cambios en el cuello del útero como el borramiento o la dilatación y realiza una ecografía para observar el feto. También se hace un registro del latido cardíaco del feto y de las contracciones uterinas de la madre. En la actualidad existen unos tests rápidos que se pueden realizar en la propia consulta del ginecólogo, basados en la detección de ciertas sustancias fetales como la fibronectina fetal que informan sobre la severidad de las contracciones. Si no se ha producido una rotura de la bolsa, aún existen posibilidades de detener el parto. Algunas de las medidas que el médico prescribe incluyen el reposo en cama, a veces incluso con hospitalización y, ocasionalmente, con fármacos para detener las contracciones. Las relaciones sexuales están contraindicadas cuando surge esta complicación.