Alteridad Inaceptable

La alteridad inaceptable es aquella que no puede ser comprendida por quien la observa o tiene contacto con ella, refiere

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La alteridad inaceptable es aquella que no puede ser comprendida por quien la observa o tiene contacto con ella, refiere al hecho de que una cultura no puede comprender a otra sino es insertándola en su propio marco de creencias, que pueden ser contradictorias a esa otredad que se presenta y para la cual es posible que no existan las categorías que permitan comprenderla. La cultura que se encuentra con otra, está obligada a formar un nuevo sistema de creencias, que puedan ayudarle a aceptar esa alteridad, pero al intentar insertar esa cultura en su marco de creencias resulta en un rechazo, en algo inaceptable. Esto ocurre porque cada cultura, tiene sus propias imágenes, pensamientos y una cosmovisión; esta visión del mundo es la base de todas las creencias de los individuos que forman parte de ella, en suma esta visión hace que el individuo, intente explicarse el mundo de acuerdo con este sistema, pero cuando hay algo nuevo, que nunca ha visto, ni se ha siquiera hablado en su entorno socio cultural, surge un asombro y una angustia, de la cual acaso, se intentara salir con violencia, porque la angustia produce miedo, ese asombro ante lo desconocido, es lo que en la más de las veces crea una actitud de rechazo, y es que para que el individuo se sienta seguro con lo que experimenta, no debe salirse de su marco de creencias. La visión que tenían los aztecas era vista por los conquistadores occidentales, como antagónica de lo que ellos entendían como buena y verdadera, resulta en este caso que al intentar meter en el molde de la cultura occidental a la nueva cultura, esta resulto ser lo contrario, es decir, la negación, ante esta negación el occidental cristiano, solo pudo responder basándose en sus creencias judeocristianas, donde el sinónimo de la negación es Satanás, y ya se sabe lo que dentro de su propio continente y en otras partes del mundo hacían, ellos, los europeos con lo que consideraban demoniaco y que es lo que se hubo de hacer también con la cultura azteca, porque para ellos sus dioses, no podían ser más que una ilusión, o un engaño de Satán. El hombre occidental, impuso ante este encuentro de dos culturas totalmente antagónicas, la idea de la sumisión, ya no de la comprensión y de la búsqueda de

una armonía entre ambas, en lugar de eso, su crueldad y codicia, por encima de los valores que su propia religión le inculcaban, le hicieron perderse en un frenesí de violencia y crueldad, como en el texto se refiere, la crueldad era distinta en las dos culturas, para el occidental era la proclamación del Yo como amo, y al otro como siervo. La alteridad que ante el occidental se presentaba, podía formar parte de su sistema de creencias, tal como se presume en el texto, porque era parte del fin último del catolicismo, su universalidad, es decir la universalidad de la iglesia de Cristo, sin embargo, la extrañeza, y el miedo a lo demoniaco, hicieron que se destruyese la civilización azteca, porque sus dioses debían ser destruidos, y al ser una sociedad altamente religiosa, sucumbieron al embate del conquistador. La sociedad azteca estaba totalmente consagrada al culto de sus dioses, para ellos la naturaleza no estaba a su disposición como un recurso del cual pudieran echar mano para realizar cualquier proyecto que les viniera en mente como el hombre occidental, que tenía un pensamiento moderno. Para el azteca la armonía era producto del sacrificio y el hombre tenía que hacer lo posible para continuar con esa armonía, aunque la inminente destrucción siempre estuviera latente. El azteca tenia siempre en mente la muerte y destrucción, su tiempo cíclico y no lineal como el occidental, le ponían en condiciones de poder volver a renacer en otra era, el conquistador en cambio, por su sistema de creencias, codicia y su miedo a la alteridad, no podían sino someter a la fuerza, a lo que desconocían y les era extraño. La crueldad del conquistador como se ha mencionado antes, se entendía como un medio para someter al otro, es decir, para proclamarse como los amos, era a su vez un medio para intimidar y que los demás aceptaran su poder, casi como lo menciona en otro texto, que es renacentista, Nicolás Maquiavelo, quien dice que el príncipe debe saber utilizar la crueldad, para beneficio propio, y fortalecimiento de su gobierno sobre el pueblo.

Para el azteca, la crueldad no tenía este tiente imperialista o de dominación, para él la crueldad era ritual, la vida no estaba separada de la muerte, en su cosmovisión el fin inminente era tan latente como la proximidad de sus dioses en su vida cotidiana, el azteca veía en la crueldad una forma de oración y de comunión con sus dioses. Ante esta práctica ritual del sacrificio humano, y su posterior ingestión, los españoles quedaron horrorizados, pues veían una forma de vulgarización del sacrificio del Cristo, porque cualquier hombre podía ser conducto de lo sagrado, como Cristo lo es para el cristianismo. La religión azteca, la cual era la base de toda su vida, fue vista como una parodia, como lo menciona, Luis Villoro, era como un mono imitando los gestos humanos para los misioneros occidentales, esto les molestaba tanto, que no podían sino destruir los textos sagrados aztecas, para poder destruir a sus dioses. La visión que del mundo tenían los occidentales, que era moderna, de expansión en la cual el tiempo es lineal y obedece a un fin último, donde la naturaleza es un medio o un recurso para llegar a ese fin, además de su idea de la historia, que era una hazaña humana y su alejamiento de lo divino, hicieron que la religión y culturas aztecas parecieran irreconciliables con la suya, intentaron convertirlos y para ello utilizaron el evangelio, con esto intentaron que la cultura azteca fuera parte del plan divino que ellos creían ser el verdadero, pero su monoteísmo no podía soportar a otros dioses, no podía soportar otras manifestaciones de lo sagrado y por ello incurrieron en la crueldad para destruir la cultura azteca. El pueblo azteca al tener una visión cíclica del tiempo, con su fin y vuelta a ser, creación y destrucción tan latente en su vida cotidiana hubieran adquirido la nueva religión y acaso pudieran haber vivido en armonía con lo que se les implantaba, pero esto no obedecía a otros intereses, que eran los occidentales y que eran mayormente mundanos, y orientados a la expansión territorial, del rey católico, además de que su codicia les hizo perder el control y destruir la alteridad que se les presentaba.