ALQUIMIA

ALQUIMIA -LA TRADICION EGIPCIA A TRAVES DE LOS ALQUIMISTAS El conocimiento hermético del que eran depositarios los egipc

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ALQUIMIA -LA TRADICION EGIPCIA A TRAVES DE LOS ALQUIMISTAS El conocimiento hermético del que eran depositarios los egipcios fue recogido por los hebreos; numerosos pasajes de la Biblia, sobre todo el Pentateuco de Moisés, nos permiten adivinarlo (1). Por otra parte, también los griegos se nutrieron de la sabiduría egipcia, adecuándola a su civilización y a sus divinidades y sirviendo de transmisores de sus misterios (2). Más tarde, bebiendo indistintamente en las fuentes griegas y en las egipcias, los sabios doctores del Islam volvieron a actualizar y transmitieron de nuevo el conocimiento hermético. Fue, finalmente, a través de estos tres, hebreos, griegos y árabes, como llegó a tierras europeas, donde volvemos a encontrarlo entre los alquimistas medievales, más o menos intacto, hasta finales del siglo XVIII. No es tampoco desdeñable, aunque no hablaremos ahora de ello, el papel ejercido por algunos padres de la Iglesia en esta misteriosa transmisión. Durante la Edad Media aparecerán una serie de alquimistas cristianos que compararán la Gran Obra con la vida de Cristo (3). Con todo, los elementos más importantes de la filosofía hermética proceden en su mayoría, como veremos, de los griegos y de los egipcios. Varias leyendas egipcias y griegas nos refieren que toda una

serie de usos, enseñanzas y costumbres fueron transmitidos al pueblo egipcio por Thot, dios que recibiría entre los griegos los nombres de Hermes y de Mercurio (4). Dicho de otro modo, lo que exotéricamente se entiende por tradición, nos narra la leyenda que fue transmitido al pueblo egipcio por Thot-Hermes. Alkandi (5) se refiere a él en estos términos «En tiempos de Abraham vivía en Egipto Hermes o Idris segundo (6), que la paz sea con él, y fue apodado Trismegisto, porque era poeta, rey y filósofo. Enseñó el Arte de los metales, la Alquimia, al Astrología, la Magia, la Ciencia de los espíritus… », con ello vemos que Thot o Hermes fue también el transmisor del esoterismo. Dom Pernety afirma que se consideraba a Mercurio como el inventor de las artes y de los caracteres jeroglíficos, porque Hermes los inventó a propósito del mercurio filosófico, uno de los arcanos de la Alquimia. La helenización de Thot, Hermes Trismegisto, fue el Mercurio de los romanos; éste estaba considerado como el padre de la Alquimia, que ha tomado de él el nombre de «filosofía hermética». Todos los alquimistas medievales estaban de acuerdo en ello y se llamaban a sí mismos «filósofos herméticos», para diferenciarse de los filósofos «profanos».

Entre los escritos de los filósofos herméticos, aquellos en los que se hace alguna alusión directa a la mitología egipcia son muy numerosos; resultaría poco menos que imposible citarlos a todos. Muchos de ellos no han sido traducidos nunca ni del latín ni del griego originales, y bastantes se conservan únicamente en forma de manuscrito. Entre los autores a los que hemos recurrido en el presente trabajo, señalaremos cuatro, que nos parecen los más representativos: MICHAEL MAIER, médico y alquimista alemán del s. XVII, prolífico escritor: DOM ANTOINE PERNETY, benedictino de la congregación de St. Maure, autor de un Diccionario Mito-Hermético (s. XVIII) de obligada referencia; SAINT BAQUE de BUFOR, filósofo desconocido, del s. XVIII, probablemente relacionado con Pernety o con el círculo hermético que éste presidía (7), y un filósofo anónimo que se ocultaba bajo el anagrama de FILOVITA o URANICUS, autor de una Instrucción introductoria a una de las obras de Esprit Gobineau de Montluisant. Algún lector se extrañará al ver relacionado algo como la alquimia europea con la antigua mitología egipcia; las pocas ideas que normalmente tenemos sobre ésta, proceden de nuestra educación escolar donde más que comprender lo que hacíamos era aprender. Como ocurría con la interminable lista de reyes

godos, memorizábamos nombres de dioses, de diosas y de personajes mitológicos, pero no nos enterábamos ni de su simbolismo ni de su sentido profundo; dicho de otro modo: no sabíamos a qué se referían y, lo que sin duda es peor, no sabíamos que en el fondo eran símbolos y no mitos ni personajes reales de carne y hueso. Para los verdaderos alquimistas no existía este problema, todo lo que los dioses y las fábulas egipcias representaban ya era conocido por ellos, y no les era difícil reconocer los principios y operaciones de su arte en las leyendas que nos han transmitido Plutarco, Diodoro de Sicilia o Porfirio. Comentando el texto que aparecía en una columna egipcia, transcrito por el Abbé Bannier en su Mitología, Dom Pernety afirmaba (8) que «si se comparaban estas expresiones con las de los Filósofos Herméticos, se las encontrará tan conformes que se estará, por así decirlo obligado a convenir que el Autor de estas Inscripciones contemplaba el mismo objeto que los Filósofos», y más adelante: «los Sacerdotes instruidos por Hermes tenían otro objetivo que el de la historia (9), con la que no podrán conciliarse las diferentes cualidades de madre e hijo, de esposo y esposa, de hermano y hermana, de padre e hija que se encuentran en las distintas historias de Isis y Osiris, pero que convienen muy bien a

la Obra Hermética, cuando se toma su única materia bajo todos los puntos de vista» (10). «Basta con un solo libro de los Filósofos Herméticos – nos dice el mismo autor (11)- para ver que han utilizado el mismo método que los Egipcios para hablar de la Piedra Filosofal: han utilizado los mismo jeroglíficos y las mismas fábulas». Así pues, vemos que los filósofos herméticos y los egipcios no sólo hablaban de los mismo, sino que empleaban un mismo lenguaje. Para el profano resultan tan jeroglíficos los textos de los papiros como la mayoría de los tratados de los alquimistas, y en ello reside la dificultad de traducción de los unos, de la que se quejan los egiptólogos y de comprensión de los otros aunque, prácticamente, han escrito en nuestra lengua (12). El personaje central de la mitología egipcia es Osiris, y lo que éste simboliza parece ser también el tema central en los libros de muchos alquimistas. En el «Discurso XXIV» de su Atalanta Fugiens (13), Michael Maier declara: « La alegoría de Osiris ha sido llevada por nosotros a su verdadero origen, que es químico, y explicaba de manera completa en otro lugar…(Osiris) es el sol, pero el sol filosófico, y este nombre, que le encontramos atribuido aquí y allá en los libros, ha sido interpretado como el sol exterior por el vulgo que no conoce otra luz que la luz de este mundo.

El sol de los filósofos recibe su nombre del sol del mundo porque contiene todas las propiedades naturales que descienden de este sol celeste o que le convienen». Contrariamente a lo que pudiera parecer, los egipcios no adoraban en realidad a una pluralidad de divinidades, sino a un solo Dios en todas las cosas, como nos lo demuestran por una parte Plutarco (14) y por otra Dom Pernety (15): «Léanse con atención los himnos de Orfeo, particularmente el de Saturno, donde se dice que este dios está extendido por todas las partes que componen el Universo y que no ha sido engendrado; que se reflexione en Asklepios de Hermes, en las palabras de Parménides el Pitagórico, en las obras del mismo Pitágoras; en todas las partes se hallarán expresiones que manifiestan su sentimiento sobre la unidad de un Dios, principio de todo, él mismo sin principio, y que todos los dioses mencionados no son sino diferentes denominaciones, ya sean atributos, ya sean operaciones de la Naturaleza. Sólo Jámblico es capaz de convencernos con lo que dice a propósito de los misterios de los egipcios (16)… Hermes y los otros sabios sólo presentaron a los pueblos las figuras de las cosas como dioses, para manifestarles un solo y único Dios en todas las cosas: ya que aquel que ve la Sabiduría, la Providencia y el Amor de Dios manifestados en este mundo, ve a Dios mismo:

ya que todas las criaturas no son más que espejos que reflejan sobre nosotros los rayos de la sabiduría divina». Volviendo al sentido alquímico de las fábulas egipcias, señalemos que, según los alquimistas, dos dificultades principales se presentan a aquel que quiere realizar la Obra. La primera es la determinación de qué materia ha de utilizarse y la segunda de cómo manipularla. Saint Baque de Bufor nos explica que: «Los Filósofos Herméticos, en los escritos que nos han dejado, han hablado muy poco de la primera materia (…) se han extendido mucho, aunque con mucha ambigüedad, sobre los diversos principios del arte y sobre las formas progresivas que toma la materia en la segunda operación, pero han cubierto de un velo impenetrable al primer agente ostensible, los primeros procesos y todo el desarrollo de la primera operación… El Antiguo Testamento, la teología egipcia, griega y la de los druidas, al contrario, casi no hablan de la segunda operación, pero se extienden tan prolijamente y de un modo tan variado sobre la primera que, a fuerza de envolverla con parábolas, enigmas y ficciones, han formado un laberinto en el cual es casi imposible no extraviarse (17)». El proceso de la Obra alquímica consta de diversos pasos que aparecen representados en la iconografía hermética,

sumamente abundante. Uno de los pasos de esta misteriosísima obra recibía el nombre de «conjunción». Se trata de la unión del «fijo y del volátil, del hermano y de la hermana, del Sol y de la Luna» (18). El lector familiarizado con la leyenda de Isis y Osiris comprenderá, con Dom Pernety, (19) que: «los egipcios entendían por Isis y Osiris tanto la substancia volátil y la substancia fija de la materia de la obra, como el color blanco y el rojo que toma en sus operaciones». En cuanto a Isis se refiere, citemos la opinión del Filósofo anónimo que citábamos al principio de este artículo (20): «La diosa Isis era el húmedo radical universal, influido por la Luna al que miraban como la madre original de toda generación y conservación. Las estatuas de Isis tenían todos los símbolos de la Luna, incluso los del cielo astral y de la región celeste, a la que se consideraba hacía tanto bien. Estaba vestida de negro para señalar la vía de la corrupción y de la muerte, comienzo de toda generación natural… La ropa negra que se daba a Isis muestra también que la Luna, o la Naturaleza, o también el Mercurio Filosófico que es su diminutivo y su substancia operativa en todas las generaciones, no tiene luz por sí mismo, al ser un cuerpo opaco, pero que este cuerpo esencial la ha recibido de otro, esto es, del Sol y de su propio espíritu vivificante que está infuso en él y que es su agente.

Llevaba una ropa negra, blanca, amarilla y roja para significar los cuatro colores principales o grados hacia la perfección de la generación o de la obra secreta de los Sabios, de la que también es el sujeto, el objeto y la imagen. A menudo Isis estaba acompañada por una vaca negra y blanca, para dar a entender el trabajo asiduo con el que debe ser observado el culto filosófico, y que debe ser seguido en la operación del negro y del blanco perfecto que es engendrado por la Medicina Universal Lunar Hermética… Según Apuleyo, Isis hablaba así en su fiesta: Mi religión comenzará mañana para durar eternamente. O sea que la Ciencia religiosa de la Naturaleza y la Obra de su simiente primera, origen de toda producción y de las maravillas del mundo, tiene tanta duración como el Universo y se observa y practica cada día». Y nuestro autor añade que: «Cuando las Tempestades del Invierno sean apaciguadas, que el mar conmovido, alterado y tempestuoso sea calmado, apaciguado y hecho navegable, mis sacerdotes me ofrecerán una barquilla, como demostración de mi paso por el mar de Egipto, bajo la guía de Mercurio, mandado por Júpiter. Esta es la clave del gran Secreto filosófico para la extracción de la materia de los Sabios y del huevo en el que deben encerrarla y operar en el atanor de torre, comenzando por el

régimen de la Saturnia Egipcia, que es la corrupción del buen augurio, para la generación del Hijo real filosófico, que de allí debe nacer al final de los siglos, o de las circulaciones requeridas». El texto de Apuleyo que Filovita o Uranicus citaba y comentaba gozó también de gran estima entre los otros filósofos. Nos abstendremos de citarlo en su totalidad ya que el lector podrá consultarlo en el artículo sobre Plutarco que firma Carlos del Tilo. Dom Pernety, por su parte, nos lo explica de este modo (21): «Isis pasaba por ser la Luna, la Tierra y la Naturaleza. Su corona, formada por un globo brillante como la Luna, la anuncia a todo el mundo… Las dos espigas que salen indican que la materia del Arte Hermético es la misma que la que emplea la Naturaleza para hacerlo vegetar todo en el Universo. Los colores que esta materia va tomando durante las operaciones, ¿no son exactamente nombrados en la enumeración de los vestidos de Isis?». Y más adelante (22): «Parece que Apuleyo haya querido decirnos que todos estos colores nacen los unos de los otros; que el blanco está contenido en el negro, el amarillo en el blanco y el rojo en el amarillo; por ello el negro cubre a todos los demás». Para Saint Baque de Bufor (23): «No hay ningún pasaje de los tratados que los Filósofos herméticos han escrito que sea tan claro, tan verdadero y tan instructivo para el comienzo de la obra hermética como aquel que Apuleyo ha referido a propósito de la

fiesta de Isis. Isis era, en efecto, la madre de todas las cosas, porque unida a Osiris componen juntos el fluido luminoso que da la vida a todos los seres; era la dueña de los elementos, porque unida a Osiris, constituían los elementos simples que elementan a los cuatro elementos». He aquí lo que Pernety explicaba a propósito de la historia mítica de Isis y de Osiris (24): «Esta misteriosa historia, o mejor dicho, esta ficción, se convirtió en lo sucesivo en el fundamento de la Teología Egipcia… Osiris era para los ignorantes el Sol o el Astro del día e Isis la Luna; los Sacerdotes veían en ellos a los dos principios de la Naturaleza y del Arte Hermético… Algunos, como Plutarco, pretendían que Osiris significaba muy santo, otros, como Diodoro, Horus-Apolo; Eusebio y Macrobio decían que quería decir que tiene muchos ojos, aquel que ve claro… Pero los Filósofos veían en el nombre de este Dios al Sol terrestre, el fuego escondido de la Naturaleza (25), el principio ígneo, fijo y radical que lo anima todo…Para los Sacerdotes, Isis era la Naturaleza misma, el principio material y pasivo de todo… Herodoto nos enseña que los Egipcios la tomaban también por Ceres, creyendo que Apolo y Diana eran sus hijos. Hemos dicho que Osiris era el principio ígneo, suave y generador que la Naturaleza emplea en la formación de los

mixtos, y que Isis era el húmedo radical; por los tanto no hay que confundir al uno con el otro, porque difieren entre sí como el humo y la llama, la luz y el aire, el azufre y el mercurio. El humor radical es en los mixtos el asiento y el alimento del cálido ígneo o del fuego natural y celeste..». Para los filósofos herméticos (26): «Las dos obras que son el objeto de este Arte están comprendidas, la primera, en la expedición de Osiris, la segunda, en su muerte y apoteosis. Por la primera se hace la Piedra, por la segunda se forma el Elixir. Osiris, en su viaje, recorre Etiopía, luego las Indias, Europa y regresa a Egipto por el mar Rojo para gozar de la gloria que ha adquirido, pero halla la muerte. Es como si dijéramos: en la primera obra, la materia pasa al principio por el color negro, luego por colores variados, el gris, el blanco y finalmente aparece el rojo, que es la perfección de la primera obra y la de la piedra o azufre filosófico… La segunda obra está muy bien representada en el tipo de muerte de Osiris y los honores que se le rindieron… Siendo esta segunda operación semejante a la primera, su clave es la solución de la materia o la división de los miembros de Osiris en muchas partes. El cofre en el que ha sido encerrado este Príncipe, es el vaso filosófico, cerrado herméticamente. Tifón y sus cómplices son los agentes de la disolución… La dispersión de

los miembros del cuerpo de Osiris es la volatilización del oro Filosófico y la reunión de estos indica la fijación. Se hace gracias a los cuidados de Isis o la Tierra, que, como un imán, dicen los filósofos, atrae a sí las partes volatilizadas». (27) En su Atalanta Fugiens, Michael Maier dedica un emblema a Osiris [...]. Representa el asesinato de este dios por Tifón. Sabemos por Plutarco, que Tifón era hermano de Osiris y fue su destructor, ya que Osiris representa a la «Palabra» sagrada cuya restauración pertinente fue llevada a cabo por Isis. Numerosos autores opinan que la muerte o el desmembramiento de Osiris en la tradición egipcia es lo mismo que la caída de Adán en la judeo-cristiana. El culpable de la caída, según los hebreos, es Samael (de samo: ‘cegar’) que se relacionará con Tifón (de tufoo: ‘cegar’, ‘oscurecer’). Veamos qué nos enseñaban los alquimistas a propósito de este hermano de Osiris: «Decían que Tifón y Osiris eran hermanos y que este último le hacía siempre la guerra al primero. Osiris era el buen principio o el humor radical, la base del mixto y su parte pura y homogénea; Tifón era el mal principio o las partes heterogéneas, accidentales; principio de destrucción y de muerte, como Osiris lo era de vida y de conservación (28) Tifón nació de la tierra, pero de la tierra grosera, siendo el principio de la corrupción. Fue el causante de la muerte de Osiris… El fuego que saca por la boca indica su aspereza

corrosiva y designa su pretendida fraternidad con Osiris, porque éste es un fuego escondido, natural y vivificante; el otro es un fuego tiránico y destructivo… Por eso d’Espagnet le llama el Tirano de Natura y el fraticida del fuego natural». (29) Para Saint-Baque de Bufor, Tifón es el flogisto, y su nombre en latín Typhon es el anagrama de Python, la serpiente que nació del barro, idea que nos vuelve a recordar algunas doctrinas judías. Este autor escribe (30): «Cuando los dos principios que constituyen la materia pura del arte hermético han sido llevados por las manipulaciones del artista a este grado de pureza, ya no son llamados o conocidos por los nombres de Isis y Osiris o primera materia caótica, sino que en este estado son la materia de los Sabios designada bajo el nombre de Horus, el que mató a Tifón. Dicho de otro modo, Isis y Osiris, que son los principios de toda vida y de los cuales es formado Horus, son desembarazados de los principios de destrucción y de muerte, Tifón, el flogisto o los vapores de la tierra que los habían condensado». Isis y Osiris son pues los dioses principales de los Egipcios, junto con Horus que reinó en último lugar y que, para los alquimistas, simbolizaba el «resultado del Arte Sacerdotal». Por ello se le confundía con Harpócrates, el dios del secreto, pues Horus, o el Sol de los Sabios, es el gran secreto de la

Filosofía Hermética. Según cierta tradición, Horus: «Era considerado por ellos (los druidas) como el hijo de Isis y de Osiris, o sea de la Naturaleza y del fuego solar, al que llamamos húmedo radical y calor natural, que nos son enviados desde lo más alto de los Cielos por el Espíritu eterno de vida… Horus pasaba por ser la luz en calidad de hijo de Osiris, representando al Sol (31), y llevaba también algunos atributos de Apolo, hijo también del Sol y dios de la luz según la Fábula; por lo que estaban representados a sus lados, detrás de él y siguiéndole, veinticuatro pequeños ancianos que significaban las veinticuatro horas que antiguamente dividían al día y a la noche en veinticuatro partes». (32) Llegados al final del presente artículo, a modo de conclusión y de síntesis, sólo nos queda proponer al lector las palabras de dos clásicos de la filosofía hermética. El primero de ellos , con un lenguaje actual, expresa en dos versículos el misterio de Isis y de Osiris, o el del agua y el fuego: «Os adoramos, Agua, madre de las aguas, pues el fuego vivo está en vuestro centro, y sois excelente sobre todas las demás luces. El sol es vuestra producción magnífica (33). Santa Madre del fuego, socorrednos ahora y en la hora del paso difícil. ¡Que así sea!» (34). «¡Oh, fuego que fluye, que disuelve y coagula, nuestro Señor fecundador!» (35) El segundo apunta, siempre bajo el discreto velo del símbolo, cuál es el objetivo de la ciencia

hermética, la recompensa del viajero que, abandonando la tierra de exilio, regresa a la Patria original: «Es este Horus (36) o Apolo por quien Osiris emprendió un viake tan largo y pasó tantos trabajos y fatigas. Es el tesoro de los Filósofos, el de los Sacerdotes, el de los Reyes de Egipto: el niño filosófico nacido de Isis y Osiris». (37).Bibliografía (1): Ver Hechos de los Apóstoles: VII,22. Aparte del contexto bíblico, los comentadores hebreos nos lo confirman; por ejemplo Nahmánides en su Comentario sobre el Éxodo (XIII, 3) y en su Exordio al Génesis. Filón el Judío, en su De vita Mosis (lib.1) relata que Moisés aprendió en Egipto la Filosofía simbólica o la ciencia de la naturaleza. (2): Plutarco es, sin duda, el autor que mejor nos explica la adaptación de los Misterios egipcios a los griegos. Ver, a este respecto, el artículo de Carlos del Tilo publicado en este mismo fascículo de LA PUERTA (Egipto). (3): Citemos a modo de ejemplo, a Pierre Jean Favre o a Dom Belin. (4): Especialmente Platón en su Fedra, 174 y ss. (5): Citado por Dom Pernety, Fables Egyptiennes et Grèques, dévoillées et reduites au même principe, tomo I. París, Chez Delalain, MDCCLXXXVI p. 218.

(6): Los antiguos distinguían a tres Hermes, el primero de ellos fue Henoch. (7): Tras la publicación de su CONCORDANCIA MITOFíSICOCABALOHERMÉTICA (Edición bilingüe castellano-francesa, Obelisco, Barcelona 1986), hemos podido averiguar que se trataba seguramente de Mr. Fabre de Bosquet, apellido cuyas letras constituyen un anagrama de St. Baque de Bufor, que pertenecía a una sociedad hermética de Versalles. (8): Fable…, op. cit. p. 300 y ss. (9): Pernety nos indica muy claramente que no hay que intentar entender lo que la Mitología nos explica al pie de la letra. Los Padres de la Iglesia, especialmente Orígenes que en su Adv. Celsum manifiesta grandes conocimientos de la tradición egipcia escribían lo mismo a propósito de la Escritura, criticando el fariseismo. (10): Fables…, op. cit. p. 303. (11): Fables…, op. cit. p. 241. (12): La lengua egipcia, como la hebrea, se escribía únicamente con consonantes. Las vocales las colocaba quien leía. El lector comprenderá que según qué vocales se utilizaran, el texto adquiría uno u otro significado. Un libro hebreo, el Sepher ha Zohar explica el sentido esotérico de este uso: las

consonantes son el cuerpo y las vocales el espíritu. El texto sin la vocalización correcta está seco, muerto. En este libro se comparan a las vocales, mediante un ingenioso juego de palabras, con gotas de agua o de rocío. (13): En el discurso I de su Atalanta Fugiens. Oppenheim, 1618. en Librairie de Médicis, París 1970. (14): En su tratado Sobre la EI del Templo de Delfos, ver el pasaje en cuestión citado en el artículo de C. Del Tilo sobre Plutarco. (15): Fables…, op. cit. pp. 224 y 225. (16): Ver nuestro artículo sobre Jámblico y los misterios de los egipcios en este mismo fascículo de LA PUERTA. (17): Concordancia…, op. cit. p. 39. (18): Según el artículo CONJOCTION del Diccionario Mitohermético de Dom Pernety. (19): Fables…, op. cit. p. 275. (20): Ver Cuatro Tratados de Alquimia, Ed. Vision-Libros, Barcelona 1979. p. 144 y ss. (21): Fables…, op. cit. p. 288 y ss. (22): Fables…, op. cit. p. 294. (23): Concordancia…, op. cit. pp. 65 y 67. (24): Fables…, op. cit. pp. 265 y 319. (25): Según Pernety, op. cit. p. 239. Osiris quiere decir

«fuego escondido». (26): Fables…, op. cit. p.. 276 y ss. (27): Fables…, op. cit. p. 286 y ss. (28): Fables…, op. cit. p. 250. (29): Fables…, op. cit. p. 312 (30): Concordancia…, op. cit. p. 65 (31): Existía entre los egipcios una diferencia entre la luz y el sol. Algo semejante ocurre entre los hebreos que distinguen en el Génesis entre la luz (1-3) y el Sol (1-16). (32): Ver Cuatro tratados…, op. cit. p. 149. El lector asociará a Horus, que para los alquimistas sería La Piedra, con el principio del capítulo IV del Apocalipsis, donde el Juez supremo parecía semejante a la piedra de jaspe y a la de sardónice y estaba rodeado de veinticuatro tronos donde estaban sentados veinticuatro ancianos. (33): El lector asociará este párrafo con algunas denominaciones egipcias de Isis, como Madre del sol, diosa de la Aurora y del crepúsculo (= el sol es vuestra producción magnífica). (34): Ver El Mensaje Reencontrado, Ed. Sirio, Málaga 1987. Libro X, vers. 60’. (35): Ver El Mensaje……, op. cit. Libro VIII, 46’.

(36): Uno de los nombres de Horus era Harpócrates, dios que se representaba con un dedo sobre la boca y que simbolizaba el secreto; por ello, para los alquimistas, La Piedra Filosofal era un secreto que tenían que guardar a toda costa y que había recibido nombres tan evocadores como piedra secreta de los Sabios o secreto de los secretos. (37): Fables…, op. cit. p. 307. El lector recordará que Isis era la diosa del rocío. por Juli Peradejordi Published in:  ALQUIMIA on March 23, 2009 at 2:31 am Leave a Comment

TEXTOS ALQUÍMICOS DE UTILIDAD CIERTA Lo que se hace por naturaleza no se hace por criatura. Jean de Meung, Les Remontrances de Nature à l’alchimiste errant.

Introducción

Los cuatro textos que ofrecemos a continuación, la Plegaria de Nicolas Flamel, la Plegaria de un Adepto Anónimo, un fragmento de una carta filosófica, un fragmento de la Obra secreta de Jean d’Espagnet, los

dedicamos a nuestros amigos conocidos y desconocidos, buscadores y experimentadores de la química de los Filósofos, pero la química no bendita no engendra ningún metal: no dice más que el oro prometido a los soñadores. La clave del Arte químico no se lee en el sentido vulgar que liga su pote a las palabras mal oídas.

El Gran Arte es una santa aventura conocida en Egipto, tumba de Osiris. Lo que allí se encuentra totalmente crudo debe cocerse en larga paciencia. ¿De dónde se coge este mercurio que enciende la mecha del saber? De una negra nube que erra perdida.

Es lo que leemos en los primeros versículos del Génesis llamado también «Libro del Principio», principio del Gran Arte, sin duda alguna, pero publicado en este exilio: «Creación del Mundo». Allí donde encontramos que «En el principio, Elohim creó…», los sabios han leído: «En Sabiduría, El creó» (1). Y esta sabiduría, ¿de dónde viene? Viene de nada, dicen (2). Así se ha enseñado que Todo fue creado «de Nada…», ya que la tierra estaba vacía y confusa y las «tinieblas estaban sobre la faz del abismo», y cuando «Elohim dijo: Que sea la Luz, la luz fue». Allí se encuentra el origen de la Química de los Filósofos. ¿Acaso no salió de Egipto el Sabio Moisés?

I. Plegaria de Nicolas Flamel (3)

Dios Todopoderoso, Eterno, Padre de la luz de quien vienen todos los bienes y todos los dones perfectos, imploro vuestra misericordia infinita. Dejadme conocer vuestra eterna Sabiduría. Ella es quien envuelve vuestro trono, quien ha creado y hecho, quien conduce y conserva todo. Dignaos enviármela del cielo vuestro santuario, y del trono de vuestra gloria para que esté y trabaje en mí, pues ella es dueña de todas las artes celestes y ocultas, quien posee la ciencia y la inteligencia de todas las cosas. Haced que me acompañe en todas mis obras, que por su espíritu yo tenga la verdadera inteligencia, que proceda infaliblemente en el arte noble al cual me he consagrado, en la búsqueda de la milagrosa piedra de los sabios que vos habéis ocultado al mundo, pero que acostumbráis a descubrir, por lo menos a vuestros elegidos. Que esta Gran Obra que he de hacer aquí abajo, la empiece, la prosiga y la termine felizmente, que contento, goce de ella para siempre. Os lo pido por Jesucristo, la piedra celeste angular, milagrosa y fundada de toda eternidad, que manda y reina con vos…

…Porque después de esto, permanece siempre arrebatado en la gran gracia y misericordia que ha obtenido de Dios, y por la profundidad de sus obras divinas y admirables. Estas son las causas que me han obligado

a colocar estas figuras de esta manera y en este lugar que es un cementerio (4), a fin de que si alguien obtiene este bien inestimable de conquistar este rico vellón, piense como yo, no mantener el talento de Dios escondido en la tierra, comprando tierras y posesiones que son las vanidades de este mundo, sino más bien que piense socorrer caritativamente a sus hermanos, recordando que ha aprendido este secreto en medio de la osamenta de los muertos, con los que pronto se encontrará y que después de esta vida pasajera, se deberá rendir cuentas ante un justo y temible juez que censurará incluso la palabra ociosa y vana.

II. Plegaria de un Adepto Anónimo (5)

Alabado sea eternamente el Señor mi Dios que eleva lo humilde del bajo polvo y que regocija el corazón de aquellos que esperan en él, que abre con gracia a los creyentes los manantiales de su benignidad y pone bajo sus pies los círculos mundanos, de todas las felicidades terrenas. En él esté siempre nuestra esperanza, en su temor nuestra felicidad, en su misericordia la gloria de la reparación de nuestra naturaleza, y en la plegaria, nuestra seguridad inquebrantable. En tí, oh Dios todopoderoso, así como tu benignidad se ha dignado abrir ante mí (tu indigno siervo) en la tierra, todos los tesoros de las riquezas del

mundo, que plazca a tu gran clemencia, cuando ya no estaré entre los vivos, abrirme también los tesoros de los Cielos y dejarme contemplar tu divina faz, cuya Majestad es una delicia inenarrable y cuyo arrebato nunca ha llegado al corazón de ningún hombre vivo. Te lo pido por el Señor Jesucristo tu hijo bienamado, que en la Unidad del Espíritu Santo vive contigo en el siglo de los siglos. Así sea.

III. Fragmento de una carta Filosófica considerablemente apreciada entre los hijos del Arte (6)

… Tras unas conversaciones que tuvimos, mi amigo y yo, sobre los sentimientos de ciertos Filósofos, en primer lugar, me hizo notar el error y la ignorancia de aquellos que recogen el rocío que cae por la noche sobre el pueblo, para hacer con él la verdadera materia de su Piedra.

Luego, me hizo ver por la práctica la Filosófica industria de los Sabios para coger físicamente el verdadero rocío del Cielo que, ciertamente, es la verdadera y única materia de la obra de los Filósofos. Y por esta mágica y oculta extracción que hizo en mi presencia, conocí claramente que aquello que me había dicho en las conversaciones era verdad; que el Filósofo que deseaba hacer la obra debe necesariamente extraer él mismo de la influencia de los astros, sin ninguna labor manual, el verdadero

rocío celeste de los Sabios; y además, debe sacarla solamente del más profundo centro del vientre de Aries, y ello, por el instrumento mágico de los Sabios.

A continuación, me hizo conocer cual es el vientre mágico de Aries de los Filósofos cabalistas, que es ciertamente el verdadero imán y el acero del Cosmopolita.

Sin embargo, de todas estas cosas que acabo de deciros, cuya práctica manual este docto Filósofo me ha enseñado, yo ya tenía verdaderamente un conocimiento total y muy perfecto. No obstante, os confieso sinceramente que yo no conocía en absoluto el Aries y todavía menos el vientre de Aries que los quymicos vulgares pretenden conocer, el cual no les da sino una agua flegmática, en lugar del Aries de los verdaderos Filósofos cabalistas, que les atrae una agua ígnea o fuego acuoso. Luego, me enseñó por práctica manual como este verdadero rocío que impregna, fomenta, nutre y vivifica toda la naturaleza elemental, se concentra y se congela por lo caliente en el vientre de Aries y se convierte, en un momento, o por lo menos, en muy poco tiempo, en la verdadera tierra de los Sabios y la única materia de la obra de los Filósofos, que ciertamente es uno de los mayores y más ocultos secretos de su divina cábala que nunca han querido descubrir claramente en sus Libros, contentándose, según ellos, de

decirlo solamente al oído de sus hijos o discípulos secretos de la Naturaleza.

IV. La Tierra filosófica (7)

Han buscado la Tierra filosófica en la calcinación o en la sublimación, entre los vasos transparentes, en el vitriolo y la sal, como si éstos fueran sus vasos naturales. Algunos se precipitaron para sublimarla a partir de la cal y del vidrio. Pero nosotros sabemos del Profeta que, «en el principio, Dios creó el cielo y la tierra», pero que «al estar la tierra sin vida y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y que el Espíritu de Dios era llevado sobre las aguas: y Dios dijo: Que sea la luz y la luz fue hecha y Dios vio que la luz era buena y separó la luz de las tinieblas», etc. El sabio se contentará con la Bendición anunciada a José por el mismo profeta: «Su tierra provendrá de la bendición del Señor, de los frutos del cielo y del rocío y del abismo subyacente, de las simientes de los frutos del Sol y de la Luna, de la cima de los antiguos montes, de las simientes de las colinas eternas…» (8). Hijo mío, adora a Dios en el secreto de tu corazón a fin de que te sea dispensada una porción de esta tierra bendita. Si no habéis descubierto el arte en vosotros mismos, nadie os lo hará conocer desde fuera. L. Cattiaux.

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(1) Según el Targum Jerushalmi. Los Targums son traducciones de la Biblia en arameo, ya que, a la vuelta de la captividad de Babilonia, el pueblo judío ya no hablaba hebreo. Los Targums, que datan del segundo Templo, están considerados como el primer comentario. Se apartan con frecuencia del texto hebreo en cuanto a la elección de las palabras y por tanto dan otro sentido. Además, los versículos están a menudo glosados. «En Sabiduría, El creó». Es decir «en vistas a la Sabiduría» según el sentido más preciso del texto arameo.

(2) Ver Job XXVIII, 20 (y también XXVIII, 12): «Y la Sabiduría, ¿de dónde vendrá?» Sabemos que en hebreo las vocales no forman parte del alfabeto. Los sabios han leído «meeyn», de nada, en lugar de «meayn» de donde, de lo que resulta: «La Sabiduría vendrá de nada». Esta lectura respeta la letra, que permanece la misma, pero la vivifica de otra manera. (3) Nació hacia el año 1330 en París. Según su propio testimonio, habría realizado la G.O. en el año 1382. (4) Se trata de las figuras jeroglíficas que N. Flamel colocó en el cementerio de los Inocentes, en París. (5) Este texto de un autor anónimo, está citado por P. Arnauld, sieur de la Chevallerie, Poitevin, Trois Traictez de la Philosophie naturelle, París, 1649, p. 47.

(6) Atribuida a un discípulo del Cosmopolita (procedente de un manuscrito en nuestro poder). (7) J. d’Espagnet, L’oeuvre secret de la philosophie hermétique, cap. 49, según se indica en Arcanum hermeticae philosophiae opus, publicado en París, 1642. (8) Deuteronomio XXXIII, 13 y sig. Published in:  ALQUIMIA on at 2:30 am Leave a Comment

Alquimia Taoísta La alquimia tiene antecedentes muy antiguos dentro de la civilización china y estuvo muy tempranamente relacionada con la cosmovisión, la salud y las aplicaciones terapéuticas. Es así, como es posible encontrar referencias a estas prácticas en textos clásicos como el I Ching y el tratado sobre Medicina Tradicional China del Emperador Amarillo Huan Di Nei Jing. Además existe una vasta literatura sobre el arte amatorio de la que prácticamente la mayoría esta orientada a difundir la alquimia sexual taoísta. El trabajo de Robert Van Gulik La Vida Sexual en la Antigua China, da cuenta magistralmente de lo mejor de esta literatura, entre las que destacan las conversaciones de la Muchacha Sencilla con el Emperador Amarillo. Estos dos personajes míticos se repiten en innumerables textos, en los que la Muchacha Sencilla enseña al Emperador Amarillo las artes de alcoba. En libros de edición más contemporánea como El Secreto de la Flor de Oro o el de Zao Bichen (1900) encontramos una excelente presentación del proceso alquímico. En éste, el objetivo consiste en formar un cuerpo de espíritu de carácter inmortal a partir de la reabsorción de la energía seminal. Para comprender este proceso es necesario referirse a algunos aspectos de la cosmovisión china. En ella la anatomía sugerida en la Medicina Tradicional China difiere radicalmente de la visión occidental. Para ésta la energía o (chi) circula a través de meridianos por todo el organismo. De estos existen 8 denominados meridianos curiosos en los que

destacan: • Canal de Control (o meridiano dumai), que parte del perineo entre el ano y el escroto y asciende por la espalda hasta la nuca desde donde llega a un punto entre la frente y la nariz. • Canal de función (o meridiano renmai), que parte nuevamente del perineo y asciende por el sector ventral hasta laringe y boca para terminar en un punto entre los ojos. Junto a los meridianos existen centros o vórtices de energía de los cuales hay tres principales:

• Ni wan, situado en el centro de la cabeza. • Hua chi, situado debajo del ombligo. • Hui yin, punto situado en el perineo.

El practicante taoísta para comenzar el proceso debe efectuar un ejercicio denominado pequeña revolución celeste. Este consiste, luego de varios ejercicios preparatorios, en iniciar un ascenso de la energía por el canal de control y un descenso por el canal de función en un flujo circulatorio permanente. En palabras de Zao Bichen “El arte de acostarse con la mujer consiste en mantener el pene fuertemente cogido con la mano, en no eyacular y hacer que la esencia retorne para reparar el cerebro….” O bien “La técnica para impedir la salida de la esencia consiste, primeramente, en oprimir el punto de la uretra, situado detrás del pene, para evitar la eyaculación y hacer que la esencia suba. Esta cavidad queda obstruida por la presión y los canales de función y control entran por ello en comunicación por abajo. Cuando la esencia ya no puede salir, hay que hacerla subir y establecer la circulación circular en los dos canales de función y control. Para ello, hay que realizar un trabajo mental acompañado de una respiración rítmica: se trata de la pequeña revolución celeste”. Una vez que la energía ha comenzado a circular se forma un embrión de

espíritu que se desarrollará durante 10 meses; este proceso debe ser acompañado de la práctica de respiración embrionaria. Durante este periodo se experimentan diversos cambios fisiológicos, según Zao Bichen “… en el cuarto o quinto mes del mantenimiento del embrión, el apetito disminuye y desaparece. Al cabo del sexto o séptimo mes no se tiene sueño y hacia el noveno mes la respiración nasal y la circulación del aliento interno por los meridianos se detiene. Se está entonces dotado de los seis poderes sobrenaturales tal y como han sido definidos en el budismo”. Existe, sin embargo, una advertencia que nos hace el autor “Solamente si no se utilizan estos poderes se los puede transformar en sabiduría y pasar a la tercera etapa: el desarrollo del embrión inmortal”. En esta etapa ocurre el nacimiento el embrión, él que surge por el campo de cinabrio superior en la parte superior de la cabeza. Este cuerpo de espíritu debe ser alimentado y cuidado durante un tiempo, venciendo tentaciones y estados alterados de percepción de la realidad, que pueden conducir a fases de profunda alteración psicológica. Superada esta etapa se entra en una dimensión espiritual que permite la unión con el Tao. *** Respiración embrionaria

Método desarrollado por la alquimia taoísta que permite entre otras cosa absorber la energía chi del aire, ritmar y regular la respiración. Éste consiste en inhalar lenta y pausadamente como si se formara una bola de aire que se hace descender hasta el dan tien (punto situado en el bajo vientre), mientras se cierra el punto hui yin, apretando los músculos del perineo. En este momento se aplica el cerrojo del cuello y se retiene el aliento durante la misma cantidad de tiempo en que se efectuó la inhalación. Finalmente se debe espirar lentamente con la misma duración de tiempo que las fases anteriores. Durante todo el proceso se debe mantener la lengua pegada firmemente al paladar. A medida que se desarrolla la práctica se debe aumentar el periodo de las fases hasta, en las etapas superiores, detener complemente la

respiración. Los beneficios de la respiración embrionaria son innumerables, permiten al practicante mejorar su capacidad aeróbica, disminuir la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea y prepara para la práctica de la alquimia sexual. La respiración embrionaria tiene una gran afinidad con la práctica de tai chi, qi gong y otras artes marciales.

Tradición hindú

De acuerdo a las traducciones más reconocidas la expresión yoga proviene de una raíz sánscrita que significa unión. En un sentido más específico el vocablo significa técnica de ascesis o método de meditación. Todo es sufrimiento para el sabio dice Patanjali y el yoga busca salir de este estado, sin embargo, el sólo conocimiento metafísico, no basta para alcanzar el estado de jivanmukta o liberado en vida, es necesario desarrollarlo por medio de una técnica ascética y un método de contemplación que es lo que el yoga nos propone. En la civilización hindú el yoga tiene una larga data, al punto que no puede ser precisada la fecha de su origen, el que probablemente es anterior al desarrollo de la cultura vedanta en India, confundiéndose con cultos mucho más antiguos de carácter matrístico. Es a partir del siglo V antes de nuestra era, que el yoga es magistralmente sistematizado por Patanjali en los conocidos Yoga Sutras. Para el yoga los cuerpos sutiles (linga sharîra) del ser humano se conectan con el cuerpo material (sthula sharîra) a través del prana que es la energía vital. Para esta cosmovisión, todo ser viviente existe en la medida que el prana está en su cuerpo.

El prana circula en el cuerpo por diversas causas entre las que se mencionan las revoluciones planetarias y la rotación terrestre. Sin embargo, la respiración consciente y dirigida (pranayama) permite hacer circular la energía prana por la red de canales (nadis) a voluntad El prana circula por el organismo por las nadis, éstas pertenecen al cuerpo sutil y son una vasta red de canales, tubos o arterias luminosas que se distribuyen por todo el cuerpo. Las nadis, que se cuentan por millares, desembocan en centros reguladores denominados chakras, los cuales pueden ser despertados o activados mediante la estimulación y concentración de energía. De todas las nadis destacan catorce y de estas tres son las principales ya que son los principales conductos pránicos y son los que le permiten al yogui despertar los centros de fuerza o chakras. Estas tres nadis son: Idâ. Pingalâ y Sushumnâ, esta última y principal asciende desde el punto entre el ano y el escroto hasta la parte superior de la cabeza atravesando los siete chakras principales. Las otras dos, ascienden una a cada lado de sushumnâ en forma de doble hélice rodeando cada chakra, sin perforarlo. Sushumnâ asciende por el centro de la columna vertebral y en el centro de sushumnâ está brahmanadi que es la nadi por donde asciende kundalini. De acuerdo a esta corriente dentro del yoga, kundalini es representado como una serpiente dormida que se encuentra enroscada en la base de la columna y con su boca cubre brahmanadi. Cuando la serpiente es despertada por las prácticas sexuales y respiratorias, ésta asciende por sushumnâ, despertando cada uno de los chakras y activando los poderes asociados a ellos. En último término el yogui activa los seis centros principales y posibilita la salida a través del chakra de los mil pétalos o brahmarandhra alcanzando el estado de liberado en vida o jivanmuhkta. En este estado es uno e indiferenciado con el universo y ha alcanzado la liberación suprema, fin último del yoga.

En estos dos artículos hemos recorrido tradiciones de muy diferente origen constatando que en ellas se han desarrollado prácticas de alquimia sexual asociadas a técnicas respiratorias que han tenido la finalidad de buscar la inmortalidad y el acceso a una vida trascendente en armonía con el universo. Hemos visto además, que los descubrimientos recientes de las ciencias biológicas establecen bases sólidas para considerar seriamente las proposiciones de estas tradiciones o, en última instancia la posibilidad de tener una vida más sana y feliz por medio del expediente de incorporar sencillas prácticas en nuestra vida cotidiana. *** Prânàyâma

II. 49 El prânàyâma es la regulación consciente y deliberada de la respiración, que reemplaza las formas inconscientes de respiración. Sólo es posible si se tiene un cierto dominio de la práctica de âsana. II. 50 Comprende la regulación de la expiración, de la inspiración y de la supresión de la respiración. La regulación de estas tres fases se realiza modulando su duración y manteniendo esta modulación durante un cierto tiempo. La mente debe centrarse en este proceso. Los componentes de la respiración deben ser, a la vez, largos y uniformes. II. 51 Entonces la respiración trasciende el plano de la conciencia. II. 52 La práctica regular de prânàyâma reduce los obstáculos que inhiben la clara percepción. II. 53 La mente está preparada ahora para ser dirigida hacia un objeto elegido. II. 54 La sujeción de los sentidos se produce cuando la mente es capaz de permanecer en la dirección elegida y los sentidos, que se desvían de los diversos objetos del entorno, siguen fielmente la orientación de la

mente. II. 55 Entonces los sentidos son dominados. Yoga Sutras, Patanjali Published in:  ALQUIMIA on February 20, 2009 at 3:09 pm Leave a Comment

Alquimia y Otras tradiciones culturales Es posible encontrar muchas referencias a la búsqueda de la inmortalidad y la prolongación de la vida en diferentes tradiciones y civilizaciones, desde la antigua Mesopotamia donde los veintitrés reyes de la dinastía Kish superaron el promedio de 1.000 años de vida29 . Cubrirlas a todas supera las posibilidades de este artículo, sin embargo quisiéramos mencionar algunas que nos han llamado la atención.

Medio Oriente

En el Poema de Gilgamesh, texto babilónico de alrededor del 2.000 a.n.e.; se hace mención entre cosas curiosidades a un diluvio universal con mucha anticipación a la del texto bíblico. Gilgamesh ante la muerte de su amigo Enkidu emprende un largo viaje hasta llegar donde Utnapishtim, quien tras sobrevivir al diluvio es convertido en inmortal por los dioses. Este le dice a Gilgamesh: “Te revelaré, oh Gilgamesh, un asunto secreto. Y … acerca de una planta te hablaré: Esta planta, como el cambrón es ella… Sus espinas herirán tus manos como la rosa. Si tus manos obtienen la planta, tú obtendrás la vida”.

En cuanto Gilgamesh escuchó esto, abrió la cañería, ató pesadas piedras a sus pies. Lo bajaron a lo profundo y allí vio la planta. Tomó la planta, aunque hirió sus manos. Cortó las pesadas piedras

de sus pies. El mar lo llevó hasta la orilla. Gilgamesh dice a Urshanabi, el barquero: Urshanabi, esta planta es una planta especial, con la cual el hombre puede recobrar el aliento de vida”.30

En la civilización Irania previa al año 600 a.n.e., Zoroastro opositor a los turanios, pregunta al dios Ohrmazd, quien responde “Mientras tiene lugar la resurrección de los muertos, Soshyans y sus ayudantes ejecutarán el sacrificio de la resurrección de los muertos, y en ese sacrificio el toro Hadayans será muerto, y de la grosura del toro preparan el blanco Hom (Haoma), (la bebida de la inmortalidad), y se la darán a todos los hombres. Y todos lo hombres serán inmortales por siempre…” “A cada hombre se le devolverá su esposa e hijos y ellos podrán tener relaciones con sus mujeres tal como lo hacían sobre la tierra, aunque no nacerán hijos…”31 Tibet

En el Bardo Thödol, “El Libro Tibetano de los Muertos” la segunda parte llamada Chönyid Bardo se refiere al momento inmediatamente después de la muerte: “Cuando la respiración ha cesado, la fuerza se habrá de sumergir en el nervio central de la sabiduría y el Conocimiento experimentará la Clara Luz de la condición natural. Luego la fuerza vital, retrocede y vuela hacia abajo a través de los nervios derecho e izquierdo, y el Estado Intermedio desaparece momentáneamente”.

“Si el moribundo se dispusiera a dormir, o si el estado soñoliento avanzara, debería impedirse, y presionar las arterias [del costado derecho e izquierdo de la garganta] suave, pero firmemente. Así la fuerza vital no puede retornar del nervio medio y se asegurará que parta a través de la abertura Brahmánica”.32 [Cinabrio superior]

*** Alquimia China e Inmortalidad Por años la cultura china ha desarrollado en su seno una tradición que ha buscado explícitamente la longevidad y la inmortalidad. Esta tradición se ha expresado principalmente a través del taoísmo, pero también estableció vínculos con el budismo y el confucianismo. En los textos clásicos del taoísmo que han llegado hasta nuestros tiempos se encuentran semejanzas con los escritos del cristianismo, respecto a la inmortalidad, con especial énfasis en la longevidad, ya que este aspecto se encuentra profundamente arraigado en la cultura china. Sin embargo, lo que distingue a la tradición china, junto a las corrientes del tantrismo yoga LV. Las virtudes del niño hindú, es que éste conocimiento, Aquel que es rico en virtud. Es como ya sea en forma directa o un niño indirecta, ha subsistido hasta Los insectos ponzoñosos no lo hieren nuestros días. Las bestias salvajes no lo atacan, Ni las aves de presa se ciernen La literatura china relacionada con sobre él. sexualidad e inmortalidad es Sus huesos son suaves, sus músculos bastante extensa y hoy se son tiernos, pero su asidero fuerte. descubren y traducen nuevos Aunque no conoce la unión del macho textos que la complementan. y de la hembra, sus órganos son Tenemos referencias al tema en el completos, I Ching (Libro de los Cambios), en Lo que significa que su vigor el Huan di Nejing (Primer Canon subsiste de Medicina Tradicional China) del Lao tsé; “Tao Te King” Ed…. 1949. Emperador Amarillo. Y de este mítico personaje asesorado por “Su Nü, la Muchacha Sencilla; Hsuan Nü, la Muchacha Misteriosa y Tsai, Nü, la Muchacha Arco Iris.”33 ; tenemos “El Sü Nu Jing o Clásico de la Muchacha Sencilla que es hoy una obra obligada para todos aquellos que se interesan por las artes espirituales de erotismo e inmortalidad.”34

La fuerza del espíritu de quien en general ha hecho lo bueno es pura y clara cuando llega la muerte. Sale por las aberturas superiores, boca y nariz, la pura y ligera fuerza del aire sube y flota hacia el Cielo, y se convierte en el quíntuple geniosombra presente, o espíritusombra.” “Pero cuando el espíritu primordial fue utilizado por el espíritu consciente durante la vida para la codicia, locura, deseo y placer, y ha hecho todos los pecados posibles, la fuerza del espíritu está entonces, en el instante de la muerte, turbia y confusa, y el espíritu consciente sale, junto con el aire, por la puerta del vientre a través de las aberturas inferiores.” “El Secreto de la Flor de Oro”, pag 102.

En los textos clásicos de autores taoístas tales como Lao Tse y Chuang Tse, las referencias al tema son innumerables. Sin embargo, son de especial interés dos textos posteriores: el “Ta I Gin Hua Dsung Dschï” conocido como “El Secreto de la Flor de Oro” y el “Tratado de Alquimia y Medicina Taoísta” del Maestro Zhao Bichen. El primero de ellos, impreso en siglo XVIII de nuestra era, cuya autoría la tradición hace remontar a Lü Yen uno de los ocho inmortales, tuvo el mérito de dar a conocer en Europa y occidente la alquimia taoísta.35 El texto es presentado por Carl Gustav Jung y traducido y comentado por el sinólogo Richard Wilhelm. En el caso del segundo libro, escrito a comienzos del siglo XX de n.e. por Zao Bichen y publicado en …el principio de hacer regresar la occidente en 1979, revela detalladamente los métodos de la Esencia para reparar el cerebro alquimia taoísta. Estos dos textos consiste en copular hasta que la Esencia esté bien agitada; (luego) se encuentran estrechamente cuando ésta esté por salir, se toma ligados, pudiendo establecerse rápidamente (el pene) con los dos paralelos entre ellos sin ninguna dedos del medio de la manos dificultad. izquierda y se lo lleva atrás del El método propuesto en el libro escroto y delante del ano, se de Zao Bichen contempla tres aprieta con fuerza , y se expulsa etapas: largamente la Respiración por la 1.- Sublimación de la esencia, boca al mismo tiempo que se hacen que consiste en la acumulación rechinar los dientes varias decenas inicial de energía, evitando la de veces sin retener la Respiración. eyaculación, para formar un Entonces, cuando se emite la embrión. Esencia, la Esencia no puede salir, 2.- Sublimación del aliento, pero retorna del Tallo de Jade (el formación y desarrollo durante pene) y sube para entrar al cerebro. Este procedimiento es transmitido por los Inmortales…”(Yu-fang tche – yao, I b, traducción Henri Maspero, Les Procédès de Nourrir le Principle Vital” dans la religion taoiste).”

diez meses de un embrión inmortal. 3.- Sublimación de la energía espiritual, una vez que el embrión se ha formado viene el nacimiento por las aberturas superiores, para lo cual es elevado al cinabrio superior. Estas tres etapas del método se basan en: a) meditación fijando la mirada en la base de la nariz; b) trabajos de respiración embrionaria y, c) circulación de la energía en forma retrógrada, es decir. ascendente. Por cierto, una exposición acabada de estos temas requeriría de un artículo por si solo, lo cual no es el objetivo de estas líneas.

*** Ciencia Occidental e Inmortalidad

Los descubrimientos científicos de finales del siglo XX parecieran estar entregando serios fundamentos a, la búsqueda, de lo que los alquimistas han estado persiguiendo afanosamente durante siglos, y no nos referimos al secreto de la transmutación del plomo en oro, sino al que ellos denominaban la gran obra o, más explícitamente a “la inmortalidad”. Los avances de la genética y la bioquímica han permitido adentrarse en los secretos más sutiles de la división celular, entregándonos reveladoras explicaciones acerca del por qué envejecemos y no nos mantenemos permanentemente jóvenes. Ya que si consideramos nuestro cuerpo como un sistema que tiene una organización interna y, que cuenta con los insumos adecuados que le permitan renovar permanentemente esta organización, y además, no recibe ninguna agresión del medio; no debiera existir ninguna razón para envejecer. Sin embargo, el sentido común nos indica todo lo contrario, e inexorablemente cumplimos el mandato bíblico de no superar los 120 años, como si existiera un reloj oculto o una programación que le indica a nuestro organismo la edad en que sus órganos se deterioran y sus sistemas comienzan a colapsar.

Telómeros y telomerasa

La explicación a este fenómeno pareciera encontrarse en el ADN del núcleo celular, ya que éste contiene la información completa para generar una nueva célula. Desde hace no mucho más de una década ha comenzado a usarse la hipótesis de los telómeros para explicar este inevitable fenómeno de deterioro de los tejidos. Para renovar los tejidos, las células que lo componen se van reproduciendo en un proceso conocido como mitosis. En la mitosis, una célula, mediante la reproducción celular da origen a dos células nuevas con idéntico material genético que la original. Para realizar esta reproducción la célula recurre a la información que tiene guardada en su núcleo, en agrupaciones de ADN conocidas como genes. A su vez el ADN (Ácido Desoxirribo Nucleico), está constituido por cuatro bases conocidas como Adenina, Citosina, Guanina y Tiamina; las que se agrupan en pares (A-T y C-G), estos aminoácidos generan enormes cadenas que finalmente constituyen el ADN. Al final de estas cadenas, existe siempre una secuencia repetida de 6 pares bases (T-T-A-G-GG) que se repiten cientos de veces, los que juegan el rol de un verdadero sello de la molécula. Esta secuencia al final del ADN es conocida como telómero. Al reproducirse la célula, en cada división, el ADN va perdiendo parte de estos telómeros, por lo que el sello se acorta al generarse nuevas células. Este proceso tiene un límite36 ya que al final la célula pierde material genético y ya no le es posible efectuar nuevas divisiones, lo cual, conduce a deterioro en órganos y tejidos con el consiguiente envejecimiento asociado. Ilustrativo respecto de este punto, es la clonación de la oveja “Dolly”, la que luego de alcanzar su madurez, comenzó a envejecer aceleradamente debido a que el material genético originario ya había experimentado parte de este deterioro. Todas las células del organismo inevitablemente experimentan este

proceso, salvo en dos casos excepcionales: las células cancerígenas y las células germinales en los órganos reproductores.

Cáncer e inmortalidad Paradójicamente las células cancerígenas tienen la capacidad de reproducirse en forma indefinida, “Ya que la actividad de la activando un proceso latente en telomerasa se relaciona con la todas las células del organismo. inmortalidad celular, la compañía Los científicos37 piensan que para cree que la reciente clonación del gen de la proteína telomerasa puede que se origine un cáncer y este sobrepase todas las defensas es facilitar la inmortalización de células humanas.” necesario que confluyan tres “Esto permitiría a la Compañía factores: inmortalizar células sin inducir a) una alteración en la características malignas. Tal información genética celular, tecnología tendría importantes b) la capacidad de estas células de generar su propia red de vasos aplicaciones en medicina y descubrimiento de drogas, que irían sanguíneos y desde técnicas para rejuvenecer c) la activación de una enzima conocida como telomerasa, la que células humanas a tratamientos para enfermedades humanas relacionadas tiene la facultad de reparar y con la edad.” evitar el acortamiento de los “Scientific Platform” de Geron telómeros en las moléculas de Corporation ADN.

Debido a esta última característica, las células cancerigenas mantenidas en cultivo, recibiendo el “La función normal de la telomerasa suministro adecuado de en el cuerpo es ayudar a mantener nutrientes, son capaces de el final de los cromosomas en las reproducirse en forma indefinida. células reproductivas (células que producen óvulos y espermas) y en ciertas células progenitoras inmaduras que dan crecimiento a otros tejidos del cuerpo. La Reproducción e inmortalidad actividad de la telomerasa no es detectable en la mayoría de las Otras células con capacidad de células maduras” dividirse en forma infinita son las Nichols, Eve;”Newly discovered protein provides major target for cancer therapy”.publicado por Massachusetts Institute of Tecnology.

células germinales en testículos y ovarios. Estas células, que dan origen a óvulos y espermios, al contrario de las demás se reproducen en un proceso conocido como meiosis. La principal diferencia de este proceso, es que las células resultantes poseen sólo la mitad de la información genética; para que al combinarse, en la concepción, con la célula de otro ser, esta información se complete para dar origen a nueva vida. Esta característica permite que la descendencia de personas muy mayores, sea genéticamente tan joven como la descendencia de progenitores jóvenes. Aquí puede observarse que por muy avanzada en años que sea una persona, si sus células germinales están activas, éstas contienen información “Las investigaciones de Geron Co. genéticamente “joven”. han mostrado que la telomerasa es La telomerasa es la propiedad que anormalmente reactivada en todos los principales tipos de cáncer, le permite a las células inversamente, esta no está presente germinales mantener el largo de sus telómeros, ya que en ellas se en la mayoría de los tejidos encuentra activa en altos niveles, normales. Una clara excepción son las células reproductivas donde la al igual que en las células cancerígenas. En las otras células telomerasa está presente en altos niveles y los telómeros son muy del organismo, esta enzima largos. Se cree que la telomerasa es también se encuentra presente, funcionalmente activa en estas pero no en forma activa. De hecho en la formación embrionaria células para asegurar que la se registran también altos niveles información genética es pasada en forma completa de generación en de telomerasa y en el sistema nervioso esta se inactiva después generación.” de que lo hace en otras células del organismo. Como puede verse el descubrimiento de esta enzima y la forma en que ésta opera, ofrece opciones insospechadas entre las que se cuenta la posibilidad de alargar la calidad de vida, así como los años de ésta. ——————————————————Conclusiones: El punto más notable entre los últimos descubrimientos en las ciencias biológicas y la tradición; es que esta última sabe desde tiempos inmemoriales que en los fluidos de los genitales se encuentran esencias y principios activos que al hacerlos retornar y ascender en el cuerpo,

tienen la capacidad de reparar tejidos, alargar la vida y en último término formar un cuerpo de espíritu, puerta a la inmortalidad. Las dimensiones abiertas por las recientes investigaciones bioquímicas son de primer orden. Las expectativas de algunos investigadores, es no sólo que será posible vencer el cáncer y otras enfermadades asociadas a la vejez, sino que también será posible alargar la vida a horizontes insospechados, mediante el simple recurso de adquirir una píldora en la farmacia. Por el contrario, la tradición nos pone esta posibilidad al alcance de la mano, basada en nuestra transformación interior, en forma natural y sin importar condición socio-económica. Como puede verse las referencias a la búsqueda de la inmortalidad en las tradiciones esotéricas son innumerables, y hoy la ciencia con el descubrimiento de una pequeña enzima pareciera estar dándole la razón a aquellos buscadores. Notas: 1 Las citas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento se han tomado de la Biblia de Jerusalén versión española, 1970 y de Terranova Editores 1995 versión electrónica basada en la traducción de Félix Torres Arnat. 2 El Génesis señala que a esta edad Henoc fue llevado por Yahvéh. 3 Ver sección Alquimia China de este artículo. 4Árbol de la Vida (representación figurada del cuerpo humano), según la Cábala en los diez séfiros y sus relaciones, se encuentran todas las posibilidades de la creación. 5 Como se sabe en la tradición hebrea de la Cábala, los 10 componentes del árbol de la vida son conocidos como séfiros nombre coincidente en su raíz con el de la mujer de moisés. 6 Es también simbólico el número de hijas de Jetro, el cual, al igual que en el Génesis, es coincidente con los principales centros de energía de la tradición del yoga. 7 “La Resurrección de las Ciudades Muertas”, Marcel Brion; Librería Hachette 1959, Buenos Aires Argentina; pag.55. 8 “La Muerte, la Vida después de la Muerte y la Escatología”, Mircea Eliade; Asociación Editorial La Aurora, Buenos Aires Argentina 1978. Volumen III pag. 522. 9 El Tigre y el Dragón en la Antigua Tradición Taoísta”, por Raúl Encina, Revista Uno Mismo, Santiago de Chile, Junio 2001. Pág. 46. 10 El Secreto de la Flor de Oro, Editorial Paidos, Buenos Aires Argentina, 1961. 11 Conocido como límite de Hayflick. Alrededor de 50±10 divisiones

para una célula. 12 “Scientific Platform” de Geron Corporation 1998. Published in:  ALQUIMIA on at 3:04 pm Leave a Comment

Alquimia y Nuevo Testamento Aún cuando el Nuevo Testamento tiene modificaciones y un filtro no menor efectuado por sus editores –modificaciones equivalentes a las del Antiguo Testamento-. Es posible encontrar en sus páginas, junto a su fuerte mensaje de amor, una promesa de vida eterna que puede ser no sólo metafórica. El texto que más aporta en este sentido es el Evangelio de Juan, sin embargo, en sus aspectos esenciales es plenamente coincidente con los otros tres evangelios.

Cerca de Sicar, conversando Jesús con una Samaritana le dice lo siguiente: “Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dijo: Dame de beber, puede ser que tú le hubieras pedido a él, y él te hubiera dado agua viva. Le dijo la mujer: Señor, tú no tienes con qué sacarla, y el pozo es profundo: ¿dónde tienes, pues, esa agua viva?. ¿Eres tú por ventura mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebió él mismo, sus hijos, y sus ganados? Le respondió Jesús: Cualquiera que bebe de esta agua, tendrá otra vez sed; pero quien bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás volverá a tener sed. Antes el agua que yo le daré, vendrá a ser dentro de él un manantial de agua que manará sin cesar hasta la vida eterna.”22 En este texto Jesús señala que existe un tipo particular de agua o líquido, que al beberlo tiene la capacidad de conferir vida eterna; las interpretaciones tradicionales ven esto en forma alegórica. Una interpretación más literal del texto, permite considerar que este líquido se encuentra en cada ser vivo.

“Y le dijeron sus discípulos: Si tal es la condición del hombre con respecto a su mujer no tiene cuenta casarse. Jesús les respondió:

No todos son capaces de esta resolución, sino aquellos a quienes se les ha concedido de lo alto. Porque hay unos eunucos que nacieron tales del vientre de sus madres; hay eunucos que fueron castrados por los hombres; y eunucos hay que se castraron en cierta manera a sí mismos por amor del reino de los cielos. Aquel que puede ser capaz de eso séalo23 .” Acá Jesús indica en que forma es posible acceder al manantial de agua que conduce al reino de los cielos por propia voluntad.

En una entrevista con Nicodemo, magistrado Judío, Jesús le responde en los siguientes términos: “Pues en verdad, en verdad te digo, que quien no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios o tener parte en él. Le dijo Nicodemo: ¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Puede acaso volver otra vez al seno de su madre para renacer? En verdad, en verdad te digo, respondió Jesús, que quien no renaciere por el bautismo del agua, y la gracia del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu, o espiritual. Por tanto no extrañes que te haya dicho: Os es preciso nacer otra vez. Pues el espíritu, o el aire, sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de dónde sale, o a dónde va; eso mismo sucede al que nace del espíritu. Le preguntó Nicodemo: ¿Cómo puede hacerse esto? Le respondió Jesús: ¿Y tú eres maestro en Israel, y no entiendes estas cosas…?”24 “… Ello es así que nadie subió al cielo, sino aquel que ha descendido del cielo, a saber, el Hijo del hombre, que está en el cielo. Al modo que Moisés en el desierto levantó en alto la serpiente de bronce, así también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todo aquel que crea en él no perezca, sino que logre la vida eterna.”25

Acá Jesús señala que para acceder a esta vida eterna es necesario un segundo nacimiento. Ahora, este segundo nacimiento no es un nacimiento corpóreo, sino que es un nacimiento de espíritu. Veremos más adelante que ésta es una alusión al proceso de formación de un embrión de “energía” dentro del propio cuerpo, como lo explica claramente la alquimia china.

En este texto, Jesús también señala la necesidad de subir al cielo, así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, señalando el siguiente paso en el proceso. Una vez formado el embrión de espíritu, la energía debe circular para finalmente ascender al cinabrio superior en la coronilla.

Es posible extenderse largamente en esta interpretación de los evangelios, lo que no es la intención en este artículo, sin embargo, para reafirmar lo anterior cito los siguientes textos:

“Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Mas éste es el pan que desciende del cielo, a fin de que quien comiere de él no muera. Yo soy el pan vivo, que he descendido del cielo. Quien comiere de este pan, vivirá eternamente; y el pan que yo daré, es mi misma carne, la cual daré yo para la vida o salvación del mundo.”26

“Es el espíritu el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.”27

“…«Si alguno tiene sed, venga a mí y beba el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva.”28

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Tradición judeo-cristiana y longevidad

Antiguo Testamento Las tradiciones antiguas nos hablan de que en tiempos inmemoriales existieron grandes hombres que se destacaron por sus proezas, y por su larga vida. En La Biblia, el profeta Matusalén es quien mejor encarna el ideal de 1 Adán larga vida. De acuerdo al Génesis, 2 Set éste longevo profeta, octavo en la 3 Enós línea de descendencia desde Adán, 4 Quenán alcanzó la avanzada edad de 969 5 Mahalalel 6 Yéred años (Génesis 5,27)1 . Es 7 Henoc2 probable que ésto no resultara 8 Matusalén demasiado extraño a sus contemporáneos, ya que en aquella 9 Lámek 10 Noé época algunos superaban con facilidad la edad de 700 años, al menos los profetas, directos descendientes de Adán.

930 912 905 910 895 965 365 969 777 950

¿Qué es lo que permitía a los profetas de aquel periodo vivir de manera tan prolongada? Un camino para responder a esta pregunta es efectuar una interpretación de estos antecedentes a la luz de la tradición esotérica. Hemos querido recurrir a ella, tomando sus elementos sustantivos, y poniendo especial cuidado en caer en la especulación. La Biblia es una de las obras escritas que más lecturas ofrece, a consecuencia del estilo metafórico en que se encuentra redactada; y, de las múltiples ediciones y traducciones que experimentó el texto que finalmente ha llegado a ser el oficial. La mirada que se propone en los párrafos siguientes pretende hacer asequible al lector las metáforas de los autores en una línea que establece un paralelo entre el relato de la creación y otros textos posteriores, con el proceso alquímico que permitiría formar un cuerpo de espíritu y luego alcanzar la inmortalidad. En este sentido, consideramos que el esfuerzo de revelar los códigos en que se encuentra escrita, la hace más consistente con la intención original del escritor.

En el primer relato de la creación, el mundo fue el resultado de un proceso de siete días, lo que nos indica un desarrollo que tiene siete etapas o momentos, o bien siete centros de transformación de energía en el cuerpo. En las líneas siguientes se irá relacionando estos dos tipos de planos: la creación de un mundo externo, material y la creación de un mundo interno, espiritual. De acuerdo al Génesis, la primera tarea realizada por Yahvéh fue crear los cielos y la tierra: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era algo caótico y vacío, y tinieblas cubrían la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.” 3 Siendo consistentes con la interpretación alquímica, podemos ver que en la creación del mundo, el texto nos señala en muy pocas palabras, tres cuestiones de primer orden: a) la dualidad cielo – tierra que representa en la anatomía sutil el cinabrio en la parte superior de la cabeza y el lugar de captación de energía bajo el ombligo, conocido como cinabrio inferior; b) el espíritu de dios, el cual representa la esencia contenida en la energía sexual y; c) que está se encuentra aleteando sobre las aguas, es decir, se encuentra en la parte inferior, en los genitales, desde donde debe ser destilada para ascender y dar inicio al trabajo alquímico. La siguiente tarea que propone Yahvéh, es recoger y destilar esta energía “Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien y separó la luz de las tinieblas”.4 Para luego proceder a la fijación de la energía. “Dijo Dios: “Acumúlense las aguas debajo de los cielos en una sola masa y aparezca suelo seco.” Y así fue. Llamó Dios al suelo seco «tierra» y al cúmulo de las aguas llamó «mares». Y vio Dios que estaba bien”. La circulación de la energía requiere de técnicas específicas: una forma de meditación o contemplación, asociada a ejercicios respiratorios, a los cuales es posible encontrar referencias en Génesis 1,14 – 1,16 “Dijo Dios: “Haya lumbreras en el firmamento celeste para separar el día de la noche, y hagan de señales para las solemnidades, para los días y para los años, y hagan de lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra”, Y así fue. Hizo, pues, Dios las dos lumbreras mayores: la lumbrera grande para dominio del día, y la lumbrera

pequeña para dominio de la noche, y las estrellas.” La lumbrera del día representa el ojo derecho y la lumbrera de la noche el ojo izquierdo, la tierra nuevamente representa el centro situado bajo el ombligo desde donde la energía se hace circular en forma retrograda. Es posible también, encontrar equivalencias a técnicas específicas de meditación en la que ambos ojos se fijan en la base de la nariz según se señala p. ej. en “El Secreto de la Flor de Oro” y el “Tratado de Alquimia y Medicina Taoísta”.5 En la creación del ser humano (Gen. 1,26 y 1,27) se deslizan dos importantes contenidos: 1.- el hombre es creado a imagen de dios con todo el potencial que esto encierra y, 2.- es creado macho y hembra, no se habla en parte del texto de la creación de dos seres, por lo que es correcto interpretar que el primer ser contenía dentro suyo los principios masculino y femenino. El segundo relato de la creación sigue entregando antecedentes respecto al trabajo alquímico. En Génesis 2,7 se dice “Entonces Yahvéh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.” Aludiendo a la segunda clave en la fijación y circulación de la energía, la respiración. En las líneas siguientes el relato nos introduce en la creación del paraíso y su ubicación, junto al mundo material y a la vegetación contenida en él. Destacan entre la flora dos árboles muy particulares: el árbol de la vida6 y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Yahvéh es preciso en cuanto a las indicaciones respecto a ellos. “De cualquier árbol del jardín puedes comer, más del árbol de la ciencia del y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.” 7 Como puede verse, la indicación inicialmente no excluye al árbol de la

vida, por lo que, el hombre podía comer de él y obtener beneficios de sus frutos, en particular el de la inmortalidad. Es la serpiente quien seduce a la mujer y le propone comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Nuevamente tenemos en este símbolo una alusión hermética; ya que como se sabe la serpiente representa la columna vertebral y en especial en la tradición tántrica del yoga hindú es la imagen con que se refiere al camino que sigue la energía. Cabe señalar, que antes de “La Caída”, la serpiente no se arrastraba, es decir, se encontraba erguida, que es precisamente la expresión del tantra para señalar el inicio del trabajo, despertar la serpiente, la cual, se yergue e inicia el ascenso por susuma el canal central. Los castigos que siguen a esta acción son severos, tanto para la serpiente, que en el futuro tendrá que arrastrarse; como para la mujer, quien tendrá: “Tantas fatigas cuantos sean tus partos: con trabajo parirás los hijos.”8 Es decir para la mujer el sexo ya no será más un vehículo de realización espiritual, sino que estará orientado a la procreación. Lo cual se ratifica en el párrafo siguiente: “Hacia tu marido irá tu apetencia, y el te dominará”9 . Sin embargo, el castigo más fuerte es para el hombre, al cual se le señala: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo tornarás”.10 Esto para evitar que: “¡He aquí que el hombre a venido a ser uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues cuidado, no alargue su mano y tome del árbol de la vida y comiendo de él viva vida eterna”11 . Adicionalmente y luego de haber expulsado al hombre Yahvéh decide poner “… delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida”.12 El castigo de vida finita es nuevamente confirmado a los descendientes de Noé en el capítulo 6 del Génesis titulado “Los Hijos de Dios y las

Hijas de los Hombres”. En él se relata que los hijos de dios viendo que las hijas de los hombres les venían bien, las tomaron por mujeres13 , a lo cual Yahvéh reacciona “No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean ciento veinte años”.14 Como puede verse hay una época en La Biblia, posterior incluso a la salida del paraíso, en que los hombres mantuvieron una comunicación privilegiada con el hacedor y, esto se traducía en capacidades de realizar actos extraordinarios, en una inusitada longevidad, e incluso en algunos casos, en desapariciones del mundo terrenal lo que llevaba a hablar de estos hombres como verdaderos inmortales Henoc, Elías, Moisés, Melquisedec, el Mesías, entre otros, son ejemplos de este último caso. Es interesante la historia de uno de los héroes míticos de La Biblia, Sansón. Él, junto a Samuel y Juan El Bautista son hijos de madres inicialmente estériles y consagrados a dios, es decir, nazires. La historia de Sansón junto a la de otros nazires se caracteriza, porque en los momentos previos a la gestación o durante el parto aparece un enviado que anticipa el rol futuro del niño por nacer y establece la observancia de reglas específicas de trabajo energético.

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LA ALQUIMIA

Si hemos de partir con una definición diremos que la alquimia era una antigüa técnica practicada en la edad

media cuyos principales objetivos eran descubrir una sustancia que transmutaría los metales ordinarios en oro y plata, y a encontrar medios para prolongar la vida humana indefinidamente. Sin lugar a ninguna duda, la alquimia ha sido la madre de la actual Química y aquellos misteriosos alquimistas, huyendo de los preceptos religiosos y de la inquisición sentaron las bases a lo que fue posteriormente el moderno desarrollo científico. Nacida en el antiguo Egipto, la Alquimia empezó a florecer en Alejandría, en el periodo helenístico. Más o menos en la misma época, se desarrolló una escuela de alquimia en China. Ya en los escritos de algunos filósofos griegos se anticipan las primeras teorías químicas. Se cree que el

emperador romano Calígula apoyó experimentos para producir oro a partir del oropimente, un sulfuro de arsénico, y que el emperador Diocleciano ordenó quemar todos los trabajos egipcios relacionados con la química del oro y la plata, con el fin de detener tales experimentos. Zósimo de Tebas (alrededor del 250-300), descubrió que el ácido sulfúrico era un disolvente de metales y liberó oxígeno del óxido rojo de mercurio. La base de la alquimia parte de la doctrina aristotélica que postula que “todas las cosas tienden a alcanzar la perfección”. Al considerar a los demás metales imperfectos con respecto al oro, se suponía que la naturaleza los

convertiría finalmente en oro. Ya por el siglo IV, un alquimista habilidoso, utilizando rituales de magia y la Astrología, podría reproducir en su taller ese proceso natural. En Arabia, bajo los califatos de los Abasidas desde 750 a 1258, floreció una escuela de farmacia. El primer trabajo conocido de esta escuela es la obra que se difundió en Europa en su versión latina titulada De alchemia traditio summae perfectionis in duos libros divisa, atribuido al científico y filósofo árabe Abú Musa alSufí, conocido en Occidente como Geber; este trabajo, que podemos considerar como el tratado más antiguo sobre química propiamente dicha, es una recopilación de todo lo

que se creía y se conocía por entonces. Los alquimistas árabes trabajaron con oro y mercurio, arsénico y azufre, y sales y ácidos, y se familiarizaron con una amplia gama de lo que actualmente llamamos reactivos químicos. Su creencia científica era el potencial de transmutación, y sus métodos -principalmente intentos a ciegas- los llevaron a encontrar muchas sustancias nuevas e inventar muchos procesos útiles. La alquimia, como sucedió con el resto de la ciencia árabe, se transmitió a Europa a través de España, gracias al extraordinario florecimiento que las ciencias y las artes experimentaron en Al-Andalus durante la edad media. Los primeros trabajos existentes

de la alquimia europea son los del monje inglés Roger Bacon y el filósofo alemán Alberto Magno; ambos creían en la posibilidad de transmutar metales inferiores en oro. Roger Bacon creía que el oro disuelto en agua regia era el elixir de la vida. Alberto Magno dominaba la práctica química de su época. En el siglo XV, el filósofo escolástico italiano santo Tomás de Aquino, el polígrafo mallorquín Ramón Llull y el monje benedictino Basil Valentine también contribuyeron mucho, por la vía de la alquimia, al progreso de la química, con sus descubrimientos de los usos del antimonio, la fabricación de amalgamas y el aislamiento del espíritu del vino, o alcohol etílico.

Las recopilaciones importantes de fórmulas y técnicas de este periodo incluyen Pirotecnia (1540), del metalúrgico italiano Vannoccio Biringuccio; Acerca de los metales (1556), del mineralogista alemán Georgius Agricola; y Alquimia (1597), de Andreas Libavius, un naturalista y químico alemán. El más famoso de todos los alquimistas fue el suizo Paracelso (Theophrastus Bombastus von Hohenheim 1493-1541). Mantenía que los elementos de los cuerpos compuestos eran sal, azufre y mercurio, que representaban respectivamente a la tierra, el aire y el agua; al fuego lo consideraba como imponderable o no material. Sin embargo, creía en la

existencia de un elemento por descubrir, común a todos, del cual los cuatro elementos de los antiguos eran simplemente formas derivadas. A este elemento principal de la creación Paracelso lo llamó alcaesto, y mantenía que si fuera encontrado podría ser la piedra filosofal, la medicina universal y el disolvente irresistible. Paracelso sostenía que la enfermedad procedía del exterior por lo cual creó diversos remedios minerales con los que el cuerpo podría defenderse. Identificó las características de numerosas enfermedades, como el bocio y la sífilis, y usó ingredientes como el azufre y el mercurio para combatirlas. Muchos de sus remedios se basaban en la

creencia de que lo similar cura lo similar, por lo que fue un precursor de la homeopatía. Aunque los escritos de Paracelso contenían elementos de magia, su revuelta contra los antiguos preceptos de la medicina liberaron el pensamiento médico, permitiéndole seguir un camino más científico. La tarea del alquimista quedó indisolublemente ligada a su Atanor -el productor de los “fuegos secretos”-, hornillo donde se llevaban a cabo los primeros trabajos de metalúrgica alquímica. Por lo general lo describe con forma de cuadrado o prisma. Muy cerca se encuentra una torre comunicada por un tubo con uno de los lados. La torre se llena de carbon que al

encenderse comunica su calor a traves del tubo, conservándose a temperatura constante. También se destacaba en el laboratorio de los alquimistas una especie de cazuela, honda, repleta de cenizas cernidas sobre las cuales se han de colocar los frascos o recipientes que contienen la materia sobre la que se trabaja, en sus distintos estados. Esta materia sera calentada, en cada caso en un tiempo distinto y a diferentes y variadas temperaturas. Las cenizas deben rodear totalmente la vasija, protegiendola de la accion exterior, como un verdadero y autentico cuenco grialico. La funcion exacta de esa mision protectora, es la que tuvieron todos los recipientes sagrados

tradicionales, desde la famosa “Caldera de Dagda” a los misteriosos “Contenedores de la Eterna Juventud” de las Leyendas Populares. Escritos que se remontan al Siglo I a.C. evidencian el estrecho vinculo existente entre la alquimia y la astrologia, la magia y el simbolismo secreto. Y es que ante todo, se le atribuye al hermetismo, la “Tabula Smaragdina”, en la que se resume en forma de tesis la totalidad de conocimientos sobre la Alquimia. En realidad estos textos estan considerados, como los textos basicos de la alquimia esoterica. La edicion que se conoce actualmente se basa en una muestra arabe del siglo XII, la

cual se entronca y se basa a la vez en fuentes grecoalejandrinas de los primeros siglos despues de Jesucristo. El maximo representante de esta alquimia, Zosimos de Panopolis (aproximadamente siglos III o IV d.C.) describe la idea interior del ennoblecimiento de la alquimia como una vision en la que el cuerpo, liberado de la carne se convierte en espiritu y se asocia gradualmente con el alma de Dios. Y asi los alquimistas griegos posteriores, se dedicaron principalmente a dar realce teorico a estos principios alquimicos. La Alquimia aun muy esteril en su parte practica, obtuvo nuevos impulsos despues de la conquista de Egipto por los Arabes (Siglo VIII). Los arabes

se interesaron especialmente por la parte util de la Alquimia, mejorando las tecnicas de laboratorio, como por ejemplo el proceso de destilacion, inventando entonces el alambique, que como sabeis era un medio de destilacion precursor de la famosa retorta. Esta nueva tecnica pudo utilizarse para la fabricacion de aceites esenciales.Los conocimientos teoricos de los arabes sobre alquimia, se han transmitido en un compendio de obras que se remonta a “Jabir Ibn Hayyan ” que en latin traduciendose vendria a decir “Dador o Transmisor”. El propio atanor va acompañado fundamentalmente de vasiajs destilatorias que fueron

utilizadas por los doctos religiosos en las misteriosas operaciones que conducian a la obtencion de licores medicinales y el agua de la vida o “Aquae Vitae”. La mayoria de estos brebajes comenzaron utilizandose como panaceas para las enfermedades -como emulos del Elixir- y terminaron convertidos en fuentes artesanales de ingresos. Asi se dió origen a licores como los benedictines,chartreuses, mistelas, cervezas y otras variedades locales de alcohol destilado. Podemos dividir la historia de la Alquimia en tres períodos: el primero del1200 al 1300 de nuestra era, la alquimia era una capacidad manual que demostraba su utilidad a

traves de la coloracion de metales, haciendo creer que se trataba de transmutaciones. Existe un antigüo grimorio atribuído a Alberto Magno que trata exhaustivamente ese tema. El segundo periodo del 1300 al 1600 de nuestra era, se caracterizó por el auge de la Alquimia entre personas cultas que se interesaron por sus enormes perspectivas. Asi Valentinus en Alemania y Norton en Inglaterra se destacaron en la tarea, tanto teorica como practicamente. El trabajo se basaba y centraba en la fabricacion de “La Piedra Filosofal” o “Lapis Philosophorum” con cuya ayuda se esperaba poder fabricar el maravilloso y singular oro. Materia tan deseada por los Principes. Otro de los motores que movía

a los investigadores hacia la Alquimia era la busqueda de una medicina universal que curara todas las enfermedades y fuese fuente de “Vida Eterna”. El representante mas importante de ese grupo de hombres excelsos y elegidos fué Paracelso. La parte final de este período se ve influenciada por el simbolismo cristiano que llegó a identificar la Piedra Filosofal con Jesucristo. El tercer periodo que va desde el siglo XVII en adelante, se halla signado por la revolucion cientifica de este siglo durante la cual se separan la Alquimia aplicada de la teórica. En esta etapa los Rosacruces desarrollaron formas esotéricas de Alquimia. Published in:  ALQUIMIA

on January 24, 2009 at 3:25 pm Leave a Comment

Historia y descripcion de la alquimia La alquimia es una de las ciencias cuyo solo nombre evoca ya las más contrarias y diversas reacciones: atracción, desprecio, curiosidad, incertidumbre… sentimientos opuestos, provocados en parte por la falta de información concisa sobre su origen y desarrollo. La misma palabra, alquimia, parece tener una procedencia dudosa. Muchos afirman que la expresión actual, legada directamente por los árabes, puede ser dividida en dos partes: el artículo “al” y el término “chemia” que significa “tierra o suelo negro”. Según esta hipótesis, los musulmanes se referían a las oscuras tierras de Egipto donde habrían aprendido los primeros secretos de la misteriosa ciencia. La figura del filósofo egipcio Hermes Trimegistus se consideraría entonces como padre del saber humano y de ahí derivaría el término “hermético” que con tanta frecuencia aparece relacionado con la alquimia. Pero no solo del país egipcio provienen los primeros escritos sobre esta actividad, sino también de las lejanas tierras de China. En el año 140 apareció en aquel país el primer tratado alquímico y las ideas que contiene aparecen estrechamente relacionadas con el Taoísmo. El hecho es que se han hallado tanto escritos griegos citando a los orientales como referencias egipcias en los textos árabes. En la actualidad los principales documentos se hallan en la Biblioteca Nacional de París y en Leyden, donde se han ordenado los textos alquímicos en dos grandes grupos: aquellos de origen griego y aquellos otros firmados por un misterioso personaje llamado Jabir ibn- Hayyan, también llamado Geber, que se supone vivió en el siglo VIII de nuestra era. Estudios más cuidadosos han demostrado que no todas las obras atribuídas originariamente a Geber fueron en realidad escritas por el científico árabe. A medida que el influjo árabe se iba adentrando en Europa, nuevos hombres se dedicaron al estudio de la nueva disciplina. Los nombres que la historia señala son bien conocidos y entre ellos destacan los de San Alberto Magno (1193-1280), el mallorquín Ramón Llull (1232-1315), Roger Bacon (c. 1213-1294), Arnaldo de Vilanova (c. 1250-1311), Paracelso (1493-1541) e incluso Newton, el primer gran científico moderno que, aunque no se dedicó por completo a la alquimia, la citó con frecuencia en sus obras y se dice que mandó construir un pequeño laboratorio en el Trinity College para estudiar los misterios de la transmutación. Dejando aparte su faceta misteriosa y oculta, hay que hacer notar que la alquimia contribuyó de forma muy importante al progreso de la química de laboratorio. Nuevos aparatos como el alambique y nuevas técnicas como la destilación se convirtieron el algo de uso cotidiano, al mismo tiempo que se descubrían sustancias hasta entonces ignoradas como el aceite de vitriolo (ácido sulfúrico), el agua regia, el agua fuerte (ácido nítrico), el amoníaco, etc. Pero la alquimia era ante todo una ciencia hermética alrededor de la cual se fue tejiendo un halo de misterio y secreto, originado en parte por las aspiraciones extrañas y a menudo incomprensibles de algunos de sus seguidores, así como por la forma simbólica y casi indescifrable de sus escritos. No es fácil resumir en pocas palabras la labor de un alquimista. Esta se centraba especialmente en tres facetas distintas: por una parte la búsqueda de la piedra filosofal, en presencia de la cual todos los metales podían ser convertidos en oro; en segundo lugar el descubrimiento del elixir de larga vida, imaginado como una sustancia capaz de evitar la corrupción de la materia y por último la consecución de la “Gran Obra”, cuyo objetivo era elevar al propio alquimista a un estado superior de existencia, en una situación privilegiada frente al Universo. El lenguaje alquímico La lectura de una obra alquímica es extremadamente ardua para un no-iniciado. El lenguaje alquímico parece abstracto, absurdo, incomprensible, pero en realidad es esotérico y místico, saturado de códigos, de símbolos, de referencias que confunden al profano. Trampas y desvíos son frecuentes. “El alquimista considera esencial esta dificultad de acceso, ya que se trata de transformar la mentalidad del lector a fin de hacerlo capaz de percibir el sentido de los actos descritos”, explica el escritor francés Michel Butor. “El lenguaje alquímico es un instrumento de extrema agilidad que permite describir operaciones con precisión y, al mismo tiempo, situándolas con

respecto a una concepción general de la realidad”. Como muestra de lo antedicho, se incluye en esta página un anexo que conduce a un antiguo texto de uno de los alquimistas más respetados. Es recomendable leerlo con una mentalidad totalmente abierta y, al mismo tiempo, tratar de ubicarse en la época en que fue escrito.

Que es la Alquimia ? Debido al desprecio arrojado sobre el arte de la alquimia en los tiempos modernos por aquellos que han fracasado en desenterrar su secretos, ésta ha sido pasada por alto por la ciencia, y ha resultado oscurecida hasta el punto de que haya poca gente que entienda claramente lo que representa. La codicia humana ha sido siempre un disuasivo contra las declaraciones abiertas del Arte, y por consiguiente los filósofos decidieron permanecer en silencio. Las tratados están llenos de piedras de escándalo: datos falsos, asertos de algo que no es, claves dejadas aquí y allá sólo reconocidas por los Iniciados del Arte, se utilizaban mil palabras para indicar una misma cosa, y se les daba un mismo nombre a muchas cosas. Si buscamos esta palabra en un diccionario nos podremos encontrar esta definición: “La ciencia alquímica medieval, cuyos grandes objetivos fueron la transmutación de los metales comunes en oro, el descubrimiento de la cura universal para las enfermedades y los medios para prolongar la vida indefinidamente”. La filosofía alquímica está coloreada con ideas traídas a Alejandría por instructores errantes procedentes de la India, Persia y China. Esto explica la mezcla de pensamiento hindú combinado con magia egipcia y filosofía griega en la enseñanza hermética En alquimia es fundamental la doctrina de que todas las cosas son manifestaciones de tres principios: Azufre, Mercurio y Sal. Sus nombres indican tres formas en las que se manifiesta la Cosa Una. Los principios alquímicos La alquimia no es un arte que se aprenda solo con la inteligencia, se necesita corazón. Esto es lo que impide que los malvados y los hipócritas puedan penetrarla. Los libros alquímicos o libros sabios, como suelen llamarse, están escritos en una especie de clave. Cierto filósofo afirmaba: ” Que la llave de los libros sabios está en los libros santos. Por eso el buscador debe orar primeramente con el fin de hallar la llave de los libros sabios y poder laborar cuando ha conseguido abrirlos. Normalmente la primera impresión del lector al abrir uno de éstos viejos tratados es de que se trata de un texto absurdo y falto de fundamento pues está intentando entrar en un recinto sin haber abierto la puerta”. “Allí donde parece que hablo más claro y abiertamente de nuestra ciencia, allí es donde hablo más oscuramente y donde está oculto….. declaro que los filósofos, hemos escrito para nosotros mismos y para nuestros sucesores “. ” Los verdaderos hijos de la ciencia acostumbran a sembrar, plantar y trasplantar el árbol solar y lunar. El trabajo de los filósofos tan sólo consiste en esto: en preparar su tierra como se debe, y después de haberla trabajado naturalmente con esmero, como el campesino, no hacen sino sembrar ahí su semilla metálica que, a su debido tiempo, producirá naturalmente el árbol solar”

Al principio, solamente había una materia: ni seca ni húmeda, ni tierra ni aire, ni fuego ni luz, ni oscuridad, sino una sola sustancia, que parecían vapor o niebla, invisible e intangible. Era la Materia Prima de la cual la Cosa Una formaría todos las Cosas. El omnipotente creador cuya sabiduría se extiende tanto como su propia sustancia, creó en el principio dos clases de cosas, la celestiales y las terrenales; las cosas celestes son el mundo interior con todos sus habitantes, las cosas terrenales son aquellas externas y han sido formadas a partir de los cuatro elementos. La naturaleza es un gran laboratorio alquímico en el que tiene lugar una continuada purificación y sublimación hacía más elevados grados. De la materia primordial surgió una sola sustancia a partir de la cual se confecciona la piedra de los filósofos ; es espiritual y viva y si intentas liberar la una de la otra con cualquier otra sustancia que no contenga espíritu y vida no tendrás éxito. Renuncia a toda complejidad, la naturaleza se satisface solamente con una sola cosa y aquel que no conoce esa cosa no puede dominar los poderes de la naturaleza. Esa sustancia se encuentra universalmente distribuida por todas partes y puede ser obtenida con poco esfuerzo. Todos la ven, la sienten, la aman y sin embargo hay sólo unos pocos que la conocen. Los cuatro elementos Es la tintura del León Rojo. El mercurio solidificado en su interior es tan rojo como la sangre y blanco como la nieve, y en éste se encuentra escondido un tercero que ha de ser revelado por el arte. Aquellos que no saben cómo comenzar el trabajo alquímico se encuentran muy lejos de haber obtenido el verdadero conocimiento. Los que trabajan con la materia muerta no obtendrán nada que viva; nuestra sustancia está compuesta de dos cosas espíritu y materia, pero las dos son una y producen una tercera que es la Panacea Universal que purifica todas las cosas: la tintura que transmuta los metales en oro. Nuestro elixir es una sola cosa hecha de dos. La Piedra de los Filósofos es de una naturaleza mineral y por lo tanto es vano intentar prepararla a partir de sustancias animales o vegetales. Nuestra piedra es incombustible, no puede ser hecha de cualquier mineral o metal imperfecto; sus padres son el sol y la luna y está hecha de espíritu, cuerpo y alma. La Gran Obra es la distribución y unión del Mercurio, Azufre y Sal. Nosotros tenemos poco que hacer, es la virtud del Fuego, bien dirigido en un vaso único, sin ninguna otra operación manual. Para hacer esta sustancia es preciso tener paciencia y tiempo. Paciencia, para fijar la sustancia que al ser colocada en el fuego lo mantenga, lo alimente y sea además, penetrante e invasora que uniría el Mercurio, el Azufre y la Sal. Tiempo, porque en toda acción natural que resulte de nuestro Arte, los medios, el tiempo y la paciencia están rigurosamente unidos.

1.- Alquimia Material

Técnica antigua practicada especialmente en la Edad Media, que se dedicaba principalmente a descubrir una sustancia que transmutaría los metales más comunes en oro y plata, y a encontrar medios de prolongar indefinidamente la vida humana. Aunque sus propósitos y procedimientos eran dudosos, y a menudo ilusorios, la alquimia fue en muchos sentidos la predecesora de la ciencia moderna, especialmente de la ciencia química. La alquimia nació en el antiguo Egipto, y empezó a florecer en Alejandría, en el periodo helenístico. El concepto fundamental de la alquimia procedía de la doctrina aristotélica de que todas las cosas tienden a alcanzar la perfección. Puesto que otros metales eran considerados menos ‘perfectos’ que el oro, era razonable suponer que la naturaleza formaba oro a partir de esos metales en el interior de la Tierra, y con la habilidad y la diligencia suficientes, un artesano podría reproducir este proceso en el taller. 2.- Alquimia Espiritual La alquimia espiritual, por su parte, desprecia como pseudoalquimia a la anterior. El auténtico alquimista no busca producir oro material sino que entiende la alquimia como un proceso de iluminación en el sentido de transmutación o palingenesia (regeneración), un método para experimentar niveles de la realidad inaccesibles a la percepción ordinaria. Mientras que la alquimia material utiliza sustancias del mundo físico para producir resultados físicos; la alquimia espiritual, por el contrario, trabaja con sustancias materiales como medio para otro fin: conseguir la experiencia de una transmutación interior. Las fases simbólicas de la alquimia espiritual son la Nigredo, la Albedo y la Rubedo: 1.- La nigredo es la fase preparatoria, el material caótico, la materia prima, el encuentro con la oscuridad y lo profundo. El encuentro con uno mismo: la noche oscura del alma, la melancolía. 2.- La albedo introduce el orden en el caos, un orden que se manifiesta a este nivel como oposición de contrarios en díadas como cuerpo/espíritu o plata/oro. 3.- La rubedo supone la coincidentia oppositorum a través de(l) Mercurio (Hermes), la personificación de la energía mediadora. El resultado de esta fase es la coniunctio, la unión de lo separado en las fases anteriores, una unión cuyo producto es la piedra filosofal. Las tres aves en el matraz con los colores del opus. El lapis (la piedra), por tanto, es el fruto de los dos elementos extraídos del caos al inicio de la obra: el retoño aparece bajo la forma del Andrógino Hermético y bajo la rúbrica “Dos en uno”. Finalemente, el alquimista descubre que el fruto de la unión no es otro sino él mismo, su auténtico yo regenerado.

La alquimia y los símbolos Extracto y clave de símbolos de un libro sobre alquimia del siglo XVII. Los símbolos usados tienen una correspondencia unívoca con los usados en la astrología de la época. La alquimia comprende varias tradiciones filosóficas abarcando cerca de cuatro milenios y tres continentes. La general predilección de estas tradiciones por el lenguaje críptico y simbólico hace que resulte difícil trazar sus mutuas influencias y relaciones «genéticas».

Pueden distinguirse al menos dos tendencias principales, que parecen ser ampliamente independientes, al menos en sus primeras etapas: la alquimia china, centrada en China y su zona de influencia cultural, y la alquimia occidental, cuyo centro se desplazó a lo largo del tiempo entre Egipto, Grecia y Roma, el mundo islámico, y finalmente de nuevo Europa. La alquimia china estaba íntimamente relacionada con el taoísmo, mientras que la alquimia occidental desarrolló su propio sistema filosófico, con relaciones sólo superficiales con las principales religiones occidentales. Aún está abierta la cuestión de si estas dos ramas comparten un origen común o hasta qué extremo se influyeron una a la otra.

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ALQUIMIA Personajes tan prestigiosos como Ramón Llull o Arnaldo de Vilanova elevaron la Alquimia a importante auxiliar de la farmacia bajomedieval. Su principal esfuerzo estaba dirigido a la búsqueda de una panacea que curara todos los males: el elixir de la juventud, con el que se pretendía alargar la vida y eliminar la enfermedad. Obviamente no se logró pero los esfuerzos sirvieron de base a la Química moderna. El propósito final de la Alquimia era la transmutación de metales innobles en oro a través de la piedra filosofal. Los conocimientos alquímicos eran un compendio del antiguo saber egipcio y persa custodiado por la Escuela de Alejandría, que llegó a occidente de la mano de científicos musulmanes. Fue una práctica secreta, tanto por la desconfianza de la Iglesia, que la relacionaba con la magia y la brujería, como porque los “iniciados” se consideraban los “elegidos” para alcanzar conocimientos vedados a la gran mayoría de los mortales, por lo que sus obras fueron escritas en un lenguaje deliberadamente hermético, a base de símbolos y alegorías. Sin embargo, practicaron la alquimia hombres del prestigio de Geber, Avicena o Averroes dentro del mundo musulmán, en donde se aprendió a preparar la sal de amoniaco (usada más entre orfebres que entre médicos), el aceite de vitriolo (ácido sulfúrico), el agua fuerte (ácido nítrico), el agua regia, ciertos sulfuros metálicos, algunos compuestos de mercurio y arsénico y la obtención del espíritu del vino (alcohol) [1]. En la Europa cristiana cabe citar a Alberto de Colonia, obispo de Ratisbona (conocido como San Alberto Magno); Roger Bacon (impulsor de la futura Óptica); Basilio Valentín y los antes citados Llull y Vilanova, entre otros. Dentro de las Órdenes Militares, fue practicada por los Caballeros Templarios, siendo ésta una de las acusaciones vertidas en el proceso incoado en 1307 a instancias de Felipe IV el Hermoso con el beneplácito del papa Clemente V.

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Alquimia en la Historia En la historia de la ciencia, la alquimia (del árabe ‫ الكيمياء‬al-khimia) es una antigua práctica protocientífica y disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la India y China, en la Antigua Grecia y el Imperio Romano, en el Imperio Islámico y después en Europa hasta el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2.500 años. La alquimia occidental ha estado siempre estrechamente relacionada con el hermetismo, un sistema filosófico y espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una deidad sincrética grecoegipcia y legendario alquimista. Estas dos disciplinas influyeron en el nacimiento del rosacrucismo, un importante movimiento esotérico del siglo XVII. En el transcurso de los comienzos de la época moderna, las teorías que disentían de la alquimia fueron conformando el cuerpo de lo que hoy conocemos como química. La alquimia nunca ha evolucionado hacia la química, la alquimia sigue siendo tal cual era, un arte hermético. Actualmente la disciplina es de interés principalmente para los historiadores de la ciencia y la filosofía, así como por sus aspectos místicos, esotéricos y artísticos. No obstante, la alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas, y muchas de las sustancias y procesos de la antigua alquimia siguen siendo pilares fundamentales de las modernas industrias química y metalúrgica. Aunque la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor frecuencia en historias, películas, espectáculos y juegos como el proceso usado para transformar plomo (u otros elementos) en oro. Otra forma que adopta la alquimia es la de la búsqueda de la piedra filosofal, con la que lograr la habilidad para transmutar oro o la vida eterna. La alquimia como investigación de la naturaleza [editar]La percepción común de los alquimistas es que eran charlatanes que intentaban convertir plomo en oro, creían que el universo estaba compuesto de los cuatro elementos clásicos (tierra, aire, fuego y agua) y empleaban la mayor parte de su tiempo elaborando remedios milagrosos, venenos y pociones mágicas. Aunque algunos alquimistas eran efectivamente farsantes, mentirosos y charlatanes, la mayoría eran investigadores inteligentes y bien intencionados, e incluso distinguidos científicos, como Isaac Newton y Robert Boyle. Estos innovadores intentaron explorar e investigar la naturaleza de las sustancias y procesos químicos. Tenían que depender de la experimentación, las tradiciones y muchas especulaciones en sus intentos de descubrir los misterios del universo físico.

Al mismo tiempo, para los alquimistas estaba claro que normalmente se conservaba «algo» en los procesos químicos, incluso en los cambios más dramáticos de estado físico y apariencia, es decir, que las sustancias contenían algunos «principios» que podían estar ocultos bajo muchas formas externas y que podían ser revelados mediante una manipulación adecuada. A lo largo de la historia de la disciplina, los alquimistas se esforzaron en entender la naturaleza de estos principios y encontraron algún orden y sentido en los resultados de sus experimentos químicos, que a menudo eran socavados por reactivos impuros o mal caracterizados, falta de medidas cuantitativas y nomenclatura confusa e inconsistente. La alquimia como disciplina espiritual y filosófica [editar]Las metas más conocidas de los alquimistas eran la transmutación de metales corrientes en oro o plata (menos conocida es la espagiria o alquimia vegetal) y la creación de una «panacea», un remedio que supuestamente curaría todas las enfermedades y prolongaría la vida indefinidamente. Aunque estos no son los únicos usos para esta ciencia, sí son los más conocidos y mejor documentados. Desde la Edad Media, los alquimistas europeos invirtieron mucho esfuerzo en la búsqueda de la «piedra filosofal», una sustancia legendaria que se creía que era un ingrediente esencial para alguna de estas metas o para ambas. Se creía que la piedra filosofal amplificaba místicamente el conocimiento de alquimia de quien la usaba tanto como fuera posible. Los alquimistas gozaron de prestigio y apoyo durante siglos, aunque no por su búsqueda de estas metas inalcanzables ni por la especulación mística y filosófica que dominaba su literatura, sino más bien sus contribuciones mundanas a las industrias «químicas» de la época: la invención de la pólvora, el análisis y refinamiento de minerales, la metalurgia, la producción de tinta, tintes, pinturas y cosméticos, el curtido del cuero, la fabricación de cerámica y cristal, la preparación de extractos y licores, etcétera. (Parece ser que la preparación del aqua vitae, el ‘agua de la vida’, era un «experimento» bastante popular entre los alquimistas europeos.) Por otra parte, los alquimistas nunca tuvieron voluntad para separar los aspectos físicos (químicos) de las interpretaciones metafísicas de su arte. Es más: desde la antigüedad hasta bien entrada la Edad Moderna, una física desprovista de interpretación metafísica habría sido tan insatisfactoria como una metafísica desprovista de manifestación física. Para empezar, la falta de vocabulario común para procesos y conceptos químicos, así como también la necesidad de secretismo, llevaba a los alquimistas a tomar prestados términos y símbolos de la mitología bíblica y pagana, la astrología, la cábala y otros campos místicos y esotéricos, de forma que incluso la receta química más simple terminaba pareciendo un abstruso conjuro mágico. Más aún, los alquimistas buscaron en esos campos los marcos de referencia teóricos en los que poder encajar su creciente colección de hechos experimentales inconexos. A partir de la Edad Media, algunos alquimistas empezaron a ver cada vez más estos aspectos metafísicos como los auténticos cimientos de la alquimia y a las sustancias químicas, estados físicos y procesos materiales como meras metáforas de entidades, estados y transformaciones espirituales. De esta forma, tanto la transmutación de metales corrientes en oro como la panacea universal simbolizaban la evolución desde un estado imperfecto, enfermo, corrompible y efímero hacia un estado perfecto, sano, incorruptible y eterno; y la piedra filosofal representaba entonces alguna clave mística que haría esta evolución posible. Aplicadas al propio alquimista, esta meta gemela simbolizaba su evolución desde la ignorancia hasta la iluminación y la piedra representaba alguna verdad o poder espiritual oculto que llevaría hasta esa meta. En los textos escritos según este punto de vista, los crípticos símbolos alquímicos, diagramas e imaginería textual de las obras alquímicas tardías contienen típicamente múltiples capas de significado, alegorías y referencias a otras obras igualmente crípticas; y deben ser laboriosamente «descodificadas» para poder descubrir su auténtico significado