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on El Ajedrez, además de sus bondades como juego de

exponen los momentos cul­

entretenimiento, que ha superado la prueba del tiem­

minantes de partidas ma­

po, merece con amplitud la jerarquía de una podero­

gi'>trales. A partir de los

sa herramienta para el crecimiento intelectual de l.t

juventud. En efecto, el mismo encierra, bajo b apa­

riencia de un pasatiempo mas o menos complejo, ro­

da� las características de un organismo de Estrategia

mismos nuestros Ayudan­ te\ Didácticos nos guían, analizando sus aspectos

111 formales que involucran a la mayoría de la:.

da una de las piezas; El Ex­

mani�cscaciones de la actividad humana. Esto surge

plorador nos orienta para

porque cada jugador, teniendo objetivos precisos y re­

de.\cubrir los mejores cami-

glas d.1ramenre establecidas, tiene que sortear coda una

nos a seguir; La Bala111a permite ponderar el distinw

serie de problemas y dificultades que se van creando a

valor de los planes y las jugadas, y tanto las semencias

p;mir del camino elegido y que adem;ls pueden modi

de El Genio del Tablero como los comejos de El Viejo

flcarse, segLtn su modo de transirarlo. Enronces, al reu

Vi;cacha, nos transmiten la vo; dt· la experiencia, c.l

nir las virtudes de un juego ameno, con la estructura y

nalizando cada uno, respet.tivamente, los conceptos

el método característicos para la evolución del rai'(>na­

universales sabiamente destilados a través dd tiempo.

rnienw y el desarrollo de la respomabilidad, resulta

y las reglas prácticas que rigt•n en una wmpetetlli.t

ser un elemento sumamente .tpro para el enrrenamienw

donde los factores emocionaks) sicolgico.,, no est.m

y la edificación de la inteligencia.

au,entes.

r 11 esre contexto nos parece lttil presentar al aficiona

1 sros Ayudantes, adem;ÍS de ¡Hesr.tr su nor