ADOLECENCIA

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UNIVERSIDAD SAN PEDRO

Facultad de Educación y Humanidades Carrera Profesional de Educación Especial

Módulo DESARROLLO PSICOLÓGICO DEL PUBER Y DEL ADOLECENTE

Docente Mg. Psic. Violeta Hurtado Chancafe Email : [email protected]

LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es el principio de un gran cambio en el que empezamos a tomar decisiones propias, y en el que a medida que va pasando el tiempo, sabemos que esas decisiones antes tomadas, tendrán una consecuencia buena o mala. Es el principio de nuestra propia vida. La adolescencia es aquella etapa de la vida en que todo nos parece gris, parece que todo el mundo nos ataca, parece que el mundo se nos viene sobre nosotros. Es el minuto en que comenzamos a conocernos y enfrentamos duros cambios, que nos llevaran a ser hombres y mujeres fuertes. Es la etapa en que conocemos nuestras fuerzas internas y debemos aprovechar al máximo este minuto. Esto nos llevara a engrandecernos como seres humanos. Es ese difícil tránsito entre la niñez y la adultez, entre dos mundos maravillosos, en el cual, idealmente, en uno de ellos se recibe y en el otro se da. La adolescencia, finalmente es la desazón por cambiar del recibir al dar. Finalmente, la naturaleza es sabia y es obligatorio el tránsito, aunque la gran mayoría de los seres humanos, pasamos a la adultez, con ese pequeño detalle, el no querer dar. Periodo del desarrollo humano comprendido entre la niñez y la edad adulta durante el cual se presentan los cambios más significativos en la vida de las personas en el orden físico y psíquico aquí se presentan la maduración de la sexualidad y los múltiples cambios de orden fisiológicos, como también el pensamiento lógico y formal del joven que se prepara para incorporarse al mundo de los adultos. La adolescencia es aquella fase en la aprendemos a ver de una manera diferente la vida, encontramos más libertad, mas amigos, en la que surgen nuevos horizontes, nuevas ideas, mas sin embargo es una etapa tan delicada en la vida de un ser humano porque es la que enmarca prácticamente el futuro de tu vida para mi la adolescencia es el periodo más difícil ya que tenemos que entregar lo mejor de nosotros y proyectarnos en un futuro que no conocemos tratando de que la decisión que tomemos sea la mas acertada ya que esta es la que nos va a acompañar por el resto de nuestra vida La adolescencia es la etapa de un el intermedio de la niñez a la vida adulta en esta se ven implicadas tres sub.etapas: Pre-adolescencia que es de los 9 a 11 años, adolescencia temprana y la adolescencia propiamente dicha periodo en que la niña o niña, ya mas crecidos, comienzan a adolecer de cambios que les permiten incursionar en la toma de decisiones respecto de sí mismos y de su entorno, inmediato y mediato. Es un periodo de cambios bio-psico-sociales donde el individuo tiene una búsqueda de una propia identidad lo cual lo convierte en una persona que es susceptible a cambiar repentinamente su forma de actuar está en contra de la injusticia y cree en la justicia pero si puede conseguir las cosas de la manera más fácil no duda en hacerlo, solo por los valores y normas que ha aprendido de la familia, tiene gran interés por lo que ocurre fuera del contexto familiar lo que lo hace vulnerable a las adicciones si no hay una buena comunicación con su familia nuclear, la adolescencia no es el periodo más crítico de las etapas de la vida pero si no se da una educación con limites bien establecidos y con las figuras de autoridad apropiadas o no se respetan normas y acuerdos se corre el riesgo de que los padres sean remplazados por otras personas en las cuales el adolescente se identifica y pierden autoridad y mando uno de los motivos para considerar a la adolescencia como etapa difícil se tienen que tomar decisiones pero si se da una orientación adecuada no habrá ningún problema, mas bien los padres tienen una idea vendida por los medios de que la adolescencia es la etapa crítica todas las etapas pueden serlo si no se afirman los lazos familiares y no se establece adecuadamente normas y valores y si no se enseña a los hijos a tomar

decisiones. la adolescencia es una etapa, por la cual todas las personas alguna vez pasan, los sentimientos y algunos rasgos humanos cambian, , , es una de las etapas de la evolución de el hombre mas importantes para el comienzo de una persona en su vida propia. La adolescencia es un momento en nuestras vidas que como la palabra lo describe, adolecemos de algo, y ese algo es lo que no hace tomar en muchas ocasiones actitudes, o normas de vida equivocadas, o no según, el apoyo y la estima de nuestros seres más allegados, comprendo que en este periodo de vida parecemos un barco a la deriva que podemos encallar en cualquier puerto que puede ser bueno o malo según el apoyo y confidencialidad que tenemos con quienes nos escuchan y nos comprenden, en ese camino, se corto y critico a la vez para el resto de nuestras vidas, siempre hay personas con buenas y malas intensiones, tendremos que tener la claridad suficiente para saber cuál de esos caminos tomar, pero para que ello sea un éxito total debemos tener siempre una familia que sepa escucharnos, que sepa darse cuenta de nuestros estados de ánimo de nuestras frustraciones para que sin pedirlos acudan a nosotros y podamos sortear el conflicto. En la adolescencia se viven tantos cambios que te llevan a una confusión, pero todo esto te lleva a un aprendizaje que se convierte en experiencia. la adolescencia es la etapa de la vida más difícil donde te das cuenta que afuera ha un mundo difícil para ti y lo peor es que eres participe de él, donde si no te haces a la idea fracasas y es donde la gran mayoría estamos por eso la madures crece sin parar. ETAPAS DE LA ADOLESCENCIA La adolescencia es un periodo de transición largo: dura anos. Normalmente, iniciado antes por las niñas, suele durar, como promedio unos 5-6 anos: . Mujeres: de los 12/13 anos a los 18 anos. . Hombres: de los 13/14 años a los 18 anos. Suele distinguirse tres estadios o sub-períodos en la adolescencia: 1.- Pubertad: Es el estadio en el que se produce la madurez sexual: dura unos cuatro años; dos (en la pre-adolescencia) de preparación para la reproducción y dos (ya en la adolescencia) que completan el proceso. 2.- Adolescencia inicial: hasta los 17 anos (si bien algunos autores la reducen hasta los 15 años). 3.- Adolescencia final o juventud: de los 17 años (15a) hasta los 18 anos. CARACTERISTICAS GENERALES La conducta (y actitudes) del adolescente es expresión de un desequilibrio (y del consecuente proceso de adaptación). Desequilibrio consecuencia de y caracterizado por: 1.- Alteración de su morfología. 2.- Alteración de sus sentimientos. 3.- Erotización. 4.- Crisis de valores. 5.- Proyección hacia el futuro. 6.- Necesidad de reafirmación. 1.- Alteración de su morfología: El adolescente experimenta una serie de cambios en su aspecto físico, apariencia, que influye en su equilibrio psíquico por varios caminos indirectos.

El principal es la ruptura de la apreciación global del cuerpo y la focalización en determinados centros de interés en su cada vez más constante contemplación: "aparece el espejo" (la preocupación estética: acné, pelo, "cachas", o el peso). Otras son: el temor a la deformación excesiva corporal (p.e: "excesivo, o escaso, pecho") y la desadecuación de la ropa ("no me cae bien"). 2.- Alteración de los sentimientos: Destacando la labilidad e inestabilidad emocional, muchas veces presentada como hiperemotividad con distintas expresiones: ansiedad, tristeza, ira, euforia... Así en cuestión de minutos o de horas puede sentirse omnipotente ("renace") o nada ("muere"). Por otra parte están las vivencias de transformación y cambio que afectan a la propia vivencia de sí mismo. 3.- Erotización: La puesta en marcha hormonal y el consecuente incremento de hormonas sexuales circulantes produce un oscuro deseo de aproximación y relación sexual, no siempre vinculado a la presencia individual del sexo opuesto, lo que llega a impregnarlo todo. Así, en este marco, surgen las normales dudas homosexuales de esta etapa ("...alguna vez me he sentido atraído/a por mi amigo/a, he pensado si soy homosexual). 4.- Crisis de valores: Consecuencia del desarrollo y maduración del Sistema Nervioso Central y en concreto del cortex cerebral aparece en el adolescente un pensamiento abstracto y con ello empieza la práctica de la lógica que desarrolla con pretensión de poder filosofar seriamente, buscar la verdad, tener su criterio (y "aparece - o crea- la discusión"). Pretensión por cuanto carece de objetividad, su análisis es habitualmente egocéntrico y se desarrolla tamizado por sus contradictorios sentimientos (vgr.: rechazoaceptación, o dependencia-independencia). Busca su propio sistema de valores, su criterio, sus normas, a través de criterios personales ajenos y como independización del modelo parental. Lo que comporta la tendencia al dogmatismo absoluto o a una angustiosa duda. 5.- Proyección hacia el futuro: Es en la adolescencia cuando se plantean por primera vez los temas y aspectos del futuro, centrados especialmente en torno al: Amor, Exito y Salud. 6.- Necesidad de reafirmación: El adolescente quiere un reconocimiento propio y diferenciado: quiere tener su personalidad que desarrolla condicionado por su ideal (o modelo), su realidad (limitaciones) y su grupo (fundamentalmente) amigos de influencia creciente frente a la decreciente de la familia. Así surgen determinadas indumentarias o estilos; o la ejecución de determinadas actividades a las que, como pruebas de valor, se somete. Todo ello reafirma la ventaja de la actitud receptiva (de aceptación), no critica ni de compadreo, en el abordaje del adolescente que fácilmente vive enfrentado con el adulto. Sexualidad en el adolescente La sexualidad es el más delicado de los comportamientos humanos. Exige cualidades de inteligencia, equilibrio, desprendimiento interior y generosidad.

La masturbación solitaria es probablemente la actividad sexual más difundida durante este período. A esta práctica sexual solitaria se le han atribuido a lo largo de la historia cantidad de males imaginarios, entre los cuales destacamos: la pérdida de memoria, la parálisis, la imposibilidad de tener hijos y montón más de creencias estúpidas que han provocado el temor en muchos de los que la practicamos. La masturbación es necesaria como conocimiento de nuestro propio cuerpo, algo realmente útil en la adolescencia. Con esta técnica tratamos que nuestro cuerpo responda a los estímulos erógenos que le enviamos, nos satisfacemos y a la vez nos conocemos. Este es el primer paso para una sexualidad positiva en la etapa adulta. Bajo una forma más compleja, la masturbación en el adolescente puede indicar una tensión psíquica al margen completamente de la sexualidad, representando para muchos una manera de consolarse frente a un entorno nocivo, un modo de evadirse del hecho de sentirse desgraciados, etc... Aquí la masturbación actúa de alivio corporal ante una tensión emotiva, en otras palabras, de relax. Cuando a la masturbación siempre añadimos las mismas imágenes mentales para alcanzar el placer podemos caer en lo que llamamos fijaciones sin las cuales en placer sería inalcanzable. A menudo se inician en la adolescencia y pueden mantenerse fijas durante toda la existencia del individuo. Evidentemente este tipo de masturbación no logrará una posterior sexualidad positiva sino todo lo contrario haciendo que esa persona sea incapaz de obtener placer a través de otros medios más adultos como el acto sexual. La clave a menudo que determina la adecuada sexualidad del adolescente y futuro adulto está en la educación sexual recibida. La educación sexual es algo muy hermoso pero quien haga de educador no debe tener represiones sexuales en su subconsciente ni miedos ni complejos porque de este modo la imagen de la sexualidad transmitida será errónea y llena de tabúes. Reflexiones comúnmente oídas como "Mi madre me ha puesto al corriente del acto sexual pero estaba tan violenta al hablarme que hubiera preferido que callara..." demuestran lo corriente que es convertir la sexualidad en una cuestión mezquina. La sexualidad bien comprendida es sencilla, porque procede de una persona natural y liberada de sus problemas internos. Debe estar compuesta de altruismo y respeto. No existe verdadera sexualidad con miedo interno. La sexualidad es una donación de sí mismo. Para llegar a ella es necesario que el individuo esté completo en su ser y que la sexualidad no sea una maniobra destinada a compensar sus debilidades y sus miedos. La sexualidad del adolescente y del joven Comprende de los 12 a los 19 años, es una época de rápidos cambios y difíciles empresas. El desarrollo físico es sólo una parte de este proceso, porque los adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales: independización de los padres, consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por nombrar sólo algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión de dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor y asimilando los necesarios

conocimientos para impedir que se produzca un embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima de conflictos, sufrimiento y desconcierto. Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión; una época en que la maduración intelectual y emocional corre paralela con el desarrollo físico y genera una libertad y un creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y agitación, como quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez, suele ser una fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al estado adulto (Offer y Offer, 1975). La naturaleza paradójica de la adolescencia se patentiza sobre todo en la esfera de la sexualidad. Aspectos psicosexuales de la adolescencia Fantasías sexuales Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental de cara a ulteriores situaciones sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores. Independencia A medida que el adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad e independencia personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras de la misma o parecida edad. Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se acompaña normalmente del imperativo de ser como sus amigos, por más que en ocasiones ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas. Las presiones del grupo de edad a que pertenece el adolescente varían según las colectividades sociales. En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo y otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la que lo hace, lo más probable es que se la tache de "atrevida" o "calentorra". Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala información y

desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de dificultades. Reacciones paternas Muchos adultos dan la impresión de sentirse amenazados por las pautas del adolescente en esta materia y tratan de regularlas de manera ilógica, como lo demuestra el hecho de que se pretenda a veces suprimir la educación sexual en las escuelas ("les llenaría la cabeza de malas ideas"), restringir la información sobre métodos anticonceptivos ("que sigan teniendo miedo a quedar embarazadas"), censurar libros y películas o, sencillamente, fingir que la sexualidad del adolescente no existe en absoluto. Por fortuna, no todos los padres adoptan una visión tan negativa de la sexualidad juvenil y en algunos casos asumen posturas más liberales. También es importante constatar que la conducta sexual del adolescente puede crear inquietud en los progenitores. A muchos padres les preocupa que sus hijos adolescentes se vean atrapados en un embarazo involuntario, conscientes de que, aun cuando él o ella dispongan de medios anticonceptivos, quizá no los sepan utilizar eficazmente en el momento preciso. Los padres también se inquietan, y no sin motivo, de que sus hijos adolescentes puedan contraer una enfermedad venérea. Pautas de conducta sexual La masturbación Kinsey y colaboradores (1953) detectaron una marcada diferencia en cuanto a la incidencia de la masturbación en los varones y en las mujeres. No obstante, la tendencia actual indica un aumento de la masturbación en las muchachas adolescentes. La masturbación cumple en los adolescentes varias funciones de importancia, como son el alivio de la tensión sexual, el constituir una forma inocua de experimentación sexual, la mejora de la autoconfianza en el desempeño sexual, el dominio de los impulsos sexuales, la mitigación de la soledad y una válvula de escape de la tensión y el estrés generales. Las caricias (petting) Kinsey y colaboradores lo definen como el contacto físico entre varones y mujeres con miras a lograr la excitación erótica sin realizar el coito. Recientemente, un estudio basado en entrevistas con estudiantes de ambos sexos de primer año de universidad, a los que se preguntó sobre sus experiencias sexuales en el instituto de secundaria, puso de manifiesto que el 82 % tuvo estimulación genital con su pareja, y que el 40% de las muchachas y el 50% de los chicos habían tenido orgasmos durante el petting (Kolodny, 1980). El petting debe contemplarse a la luz de los cambios de actitud que hoy se observan en la conducta sexual del adolescente. Además de practicar buen número de actividades sexuales a edad más temprana que otras generaciones, muchos de los adolescentes de nuestros días han prescindido de la costumbre de "salir" o darse cita con compañeros o compañeras y de "entablar un noviazgo" formal, y se atienen a pautas de interacción social menos estructuradas.

El coito La primera experiencia coital puede constituir un episodio de dicha, goce, intimidad y satisfacción o, por el contrario, originar inquietud, desengaño y culpa. Es un error deducir que los chicos y chicas que tienen su primera relación coital a edad más temprana son por ello mismo promiscuos, ya que muchos adolescentes jóvenes se limitan a realizar la experiencia con una misma compañera en cada ocasión. También debe tenerse en cuenta que no pocos adolescentes que ya no son vírgenes realizan el acto sexual con escasa frecuencia. En el caso de algunos muchachos, sobre todo los que "probaron" efectuar la cópula por el afán de experimentar, desvelado el misterio hallan menos intrigante y apetecible la relación sexual y pasan largos periodos sin hacer el amor o copulando de tarde en tarde, impulsados a veces por el deseo de encontrar "la persona adecuada". Los adolescentes que mantienen una relación amorosa que permanece desde hace tiempo, suelen realizar el coito con bastante regularidad. En los últimos años se ha puesto de manifiesto que entre los adolescentes con experiencia sexual está emergiendo un contingente que se muestra desengañado, insatisfecho o turbado en lo que atañe a su vida sexual. En ocasiones se trata de muchachos o muchachas que esperaban tanto de esa primera experiencia que luego se sienten poco menos que frustados o estafados si la situación no resulta conmocionante. Otros padecen trastornos sexuales que les han impedido gozar del contacto íntimo. Un tercer contingente está constituido por adolescentes que en un principio gozan con la experiencia sexual, pero que pierden interés por ella cuando se dan cuenta de que la relación con el compañero o compañera tiene tan sólo una motivación sexual, o cuando se rompe el vínculo y una parte se siente utilizada o manipulada. Buena parte de esos optan por la continencia para salir del paso, en la confianza de que cuando sean mayores- o cuando den con la pareja adecuada- las cosas serán de otro modo. Por último están los que, siendo sexualmente activos, hallan escaso o nulo el placer en las relaciones íntimas. Experiencia homosexual Los estudios de Kinsey pusieron de manifiesto que muy frecuentemente los adolescentes varones habían tenido al menos una experiencia homosexual, en tanto que el porcentaje de experiencias lésbicas entre muchachas era muy inferior. Conviene tener presente que un encuentro aislado entre dos adolescentes del mismo sexo o una pauta efímera de actividad homosexual no basta para afirmar que el individuo tenga una inclinación de este tipo. La mayor parte de los adolescentes que han tenido experiencias homosexuales no se ven como tales y, ya adultos, su conducta es heterosexual. Aun así, hay adolescentes que albergan sentimientos de culpa y se muestran ambivalentes respecto a su orientación sexual como consecuencia de un solo episodio de ese género, lo que les turba emocionalmente. El adolescente que se inquieta ante la idea de ser homosexual reacciona de muy diversas formas. Los hay que evitan toda relación con individuos del mismo sexo a la vez que tratan de reforzar su identidad heterosexual saliendo con chicas y entregándose a contactos amorosos heterosexuales. Otros optan por evitar todo tipo de situaciones sexuales. Además, están los que se tienen por bisexuales, los que estiman que la excitación homosexual es una etapa transitoria que dejarán atrás, y, en fin, los adolescentes que recaban la ayuda de un profesional para salir de apuros. Algunos adolescentes "sienten" de manera intuitiva que son homosexuales, o bien superan el desconcierto inicial acerca de su identidad sexual y asumen de forma

positiva la homosexualidad. Estos últimos suelen consultar libros sobre el tema, buscan la compañía de otros homosexuales y aspiran a introducirse socialmente en la subcultura homosexual. Estas personas se enfrentan con algunas dificultades en virtud del concepto hoy vigente sobre la homosexualidad y no confiesan sus preferencias sexuales a la familia o a los amigos (lo que se conoce como coming out, es decir, "salir a la superficie") hasta más tarde, y eso suponiendo que decidan hacerlo.

Conducta Antisocial A raíz de los cambios culturales durante el siglo XX y de las características propias de la sociedad contemporánea, han surgido cuestionamientos de valores, apatía, desesperanza, variedad de adicciones, auto y hetero-agresión, idealizaciones narcisistas que sustituyen las ideas culturales, dificultad para marcar límites u objetivos, transgresión de valores éticos y culturales como modelo a imitar, entre otras manifestaciones. Como consecuencia de los cambios drásticos que ocurren actualmente en el ámbito económico, político y social en la sociedad occidental, se ha observado un aumento en la incidencia de múltiples trastornos psicológicos y psiquiátricos. Entre ellos se demuestra un auge importante en los trastornos de conducta de la infancia y la niñez. La cuarta edición revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, plantea que en la población general la prevalencia del Trastorno Disocial (“Conduct Disorder” en la nomenclatura anglosajona) oscila entre 1% hasta un 10%. Específicamente, entre los estudios latinoamericanos, el realizado por Pineda y Puerta, presenta una prevalencia general en la población adolescente colombiana del 8.4%, independientemente del estrato socioeconómico. El aumento de la incidencia del Trastorno Disocial implica el incremento directo de los comportamientos antisociales y delictivos en los adolescentes. La heterogeneidad existente dentro de esta categoría diagnóstica y sus trastornos asociados, hace difícil el diagnóstico diferencial y el tratamiento efectivos. Debido a esto, múltiples esfuerzos se dirigen a precisar los elementos que podrían potenciar o desencadenar comportamientos antisociales desde la infancia hasta la adultez. Asimismo, se han desarrollado métodos de evaluación del comportamiento antisocial, tales como autorreportes, pruebas proyectivas, cuestionarios y entrevistas clínicas. Entre los aspectos relacionados con la aparición del comportamiento antisocial, se ha considerado un amplio espectro de condiciones que incluyen: necesidades básicas desatendidas, malas condiciones económicas, carencias afectivas, pobre vinculación con la figura materna, entorno familiar y social violento, disfunciones neuropsicológicas y falta de estimulación, que resultan en déficits cognitivos. Todos estos elementos dan lugar a conductas que suelen ser agresivas, impulsivas, marcadas por el dominio hacia el otro y falta de empatía hacia los demás. Trastornos Antisociales de la conducta La conducta antisocial se está convirtiendo en un problema serio entre la infancia y la adolescencia. Mientras escribimos estas líneas todavía pesa sobre el ambiente el caso de los niños asesinos de Gran Bretaña, que, a sus 10 años, secuestraron, torturaron, mataron y descuartizaron en la vía del tren a un pequeño de dos años y medio. No

todos los casos llegan a estos extremos, pero los niños y jóvenes con conducta antisocial presentan comportamientos agresivos repetitivos, holgazanería, rupturas y choques más o menos continuados con las normas de casa y de la escuela, robos, y otros más extremos como incendios o vandalismos. Es muy difícil que un niño presente todos los síntomas. Lo más probable es que haya un síntoma central y otros asociados. Lo más normal es que los niños y adolescentes con conducta antisocial presenten anomalías en otras áreas de rendimiento: hiperactividad, retraso escolar, trastornos depresivos, falta de comunicación y escasas habilidades sociales, quejas somáticas, etc.

Clínica Los criterios diagnósticos requieren una alteración de la conducta, de más de 6 meses de duración, con al menos 3 de los items siguientes: Robo sin enfrentamiento con la víctima (hurto, falsificación...), fuga del hogar familiar durante la noche al menos en 2 ocasiones, mentiras frecuentes, provocación deliberada de incendios, absentismo escolar, violación de la propiedad privada, destrucción de propiedad privada, crueldad con animales, violación sexual, empleo de armas, inicio de peleas, robo con enfrentamiento (o extorsión) y crueldad física con la gente. Los tipos de trastorno son: • • • •

GRUPAL, si se da en la vida de grupo con los compañeros. AGRESIVO SOLITARIO, cuando no es una actividad de grupo. INDIFERENCIADO, cuando no corresponde a los dos grupos anteriores. NEGATIVISMO DESAFIANTE. Es una forma menor consistente en conductas negativas, hostiles o desafiantes, pero sin llegar a incluir violaciones de los derechos de los demás. Los criterios diagnósticos exigen una alteración de más de 6 meses, con al menos 5 de los siguientes items: cólera fácil, discusiones con adultos, desafío ante las normas, conductas hechas para molestar a los demás, extrapunición ante los propios errores, hipersusceptibilidad, actitudes resentidas o irritables, actitudes rencorosas o reivindicativas, uso de blasfemias, reniegos o de lenguaje obsceno. Vale la pena efectuar diagnóstico diferencial con incipientes trastornos psicóticos (negativismo en la esquizofrenia) o con episodios depresivos y maníacos.

Causas de la conducta antisocial Suele aparecer en niños de familias marginales o muy inestables. Es frecuente que ellos, a su vez, hayan sido víctimas de malos tratos o de abusos sexuales. Los trastornos mentales graves (esquizofrenia, paranoia, trastornos de la personalidad) o anormalidades neurológicas suelen abundar en sus entornos familiares A menudo vemos trastornos de la conducta en niños que presentaban TDAH. Puede aparecer en asociación con trastornos de la personalidad (lo que antes se llamaba "personalidad psicopática"). El trastorno de personalidad, por definición, es una evolución deformada de la personalidad, innata, estable y prácticamente imposible de modificar. Uno de los trastornos de personalidad más destructivos, la personalidad sádica, puede amplificar de forma dramática el comportamiento antisocial. Se trata de un patrón patológico de conducta cruel, dirigida hacia los demás, y que se identifica al principio de la edad adulta. Pautas de conducta cruel con animales son frecuentes en niños con futura personalidad sádica. En estos casos, la crueldad suele actuar como

un método de dominación en las relaciones interpersonales, más que como una fuente de placer. Los trastornos antisociales del comportamiento, así como los casos de personalidad sádica, no son excesivamente frecuentes en la población general (9% de varones y 2% de mujeres en edad prepuberal presentan, en algún momento, conducta antisocial) pero es casi generalizado en poblaciones forenses (niños con antecedentes delictivos). Evolución Las conductas antisociales tienen, a menudo, consecuencias inmediatas serias tanto para el que las lleva a cabo (expulsión de la escuela, clima familiar alterado, hospitalización...etc) como para aquellos con los que interactúa (padres, maestros, compañeros...etc). Aparte de estos efectos inmediatos, las consecuencias a largo plazo son también lamentables, ya que los problemas de estos jóvenes suelen continuar en la vida adulta aumentando, con ello, el riesgo de una mala adaptación personal y social. Hay un conjunto de medidas problemáticas tales como pelearse, desobedecer, mentir, robar, que los padres y maestros deben afrontar en el curso del desarrollo normal. De todas formas, lo más significativo de las conductas antisociales en los niños normales, es que tienden a desaparecer durante el desarrollo y/o en respuesta a las actuaciones de los padres, maestros y compañeros. Su persistencia e intensidad extrema es lo que les da carácter de disfunción clínica. Diversa investigaciones citadas por Azrin (1.988) concluyen: 1. Las conductas antisociales tales como pelearse, negativismo, destructividad, mentir y otras son relativamente frecuentes en distintos momentos del desarrollo normal. El hecho de que ocurran en proporciones significativas de niños, a menudo cerca de o sobrepasando la mayoría, significa que su mera aparición no es clínicamente significativa ni predictiva del curso futuro. 2. Muchas conductas antisociales declinan en el curso del desarrollo normal. Así pues, la significación de la conducta antisocial desde el punto de vista clínico puede proceder de varias consideraciones del desarrollo. El momento del desarrollo en que aparecen determinadas conductas y su curso y persistencia a lo largo del tiempo son relevantes para el pronóstico. El inicio temprano y la amplitud de la perturbación (afectando diversas áreas de funcionamiento) así como su intensidad, son indicadores de mal pronóstico. En este tipo de trastornos hay que temer complicaciones, en forma de problemas con la ley, traumatismos (peleas, etc.). En personas con estos trastornos, si persisten en la edad adulta, abunda también el número de muertes violentas. El curso del trastorno es imprevisible. Son más leves los casos secundarios en los que el negativismo desafiante es consecuencia de un proceso tratable, como por ejemplo una depresión. TRATAMIENTO DE LAS PERTURBACIONES DE LA CONDUCTA Son varios los tratamientos en los que existen pruebas empíricas acerca de su eficacia y que se revelan como prometedores para el tratamiento de los menores con problemas de conducta.

El adiestramiento educativo de los padres ha demostrado ser muy efectivo en disminuir la conducta agresiva y provocativa de los chicos. Después del entrenamiento de los padres, la conducta de los chicos con problemas de comportamiento (en casa y en la escuela) desciende hasta las mismas tasas de sus compañeros no problemáticos. La terapia de conducta es muy efectiva (su efectividad aumenta aún más si se combina con el adiestramiento de los padres) para el tratamiento de conductas específicas. Tales terapias deben ser aplicadas en el marco de centros especialmente dedicados al acogimiento, tratamiento y reinserción de los niños con tales alteraciones. En el negativismo desafiante las terapias cognitivas son un camino prometedor. Por ahora los datos disponibles demuestran que sus efectos sobre la conducta agresiva o los cambios conductuales sobre la vida diaria, son mejores que los que producen las terapias anteriormente citadas. Farmacológicamente no se dispone de un tratamiento específico para el trastorno de conducta y/o para la conducta agresiva. La unión de técnicas de modificación de conducta y determinados fármacos (haloperidol/carbonato de litio, e incluso anfetaminas) ha producido modificaciones interesantes en conductas agresivas. Desgraciadamente estos cambios se han observado en casos puntuales, y no han demostrado ser permanentes.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS

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