Abejas

Más de 20.000 especies, las abejas tienen un papel muy importante en el ecosistema; de hecho la producción de la aliment

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Más de 20.000 especies, las abejas tienen un papel muy importante en el ecosistema; de hecho la producción de la alimentación y la biodiversidad mundialdepende de ellas. Dado que las poblaciones de abejas están disminuyendo drásticamente a escala global, estos insectos son más necesarios que nunca. ¿Qué aportan las abejas a la biodiversidad y a la agricultura? La reproducción de muchas especies botánicas depende directamente de estos polinizadores. Las abejas utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse o para producir miel (5), por lo que a la vez que se alimentan y recolecta polen de los estambres de las plantas, transfieren semillas. Este tipo de relación, es un claro ejemplo de dependencia simbiótica. Entre la multitud de especies, las abejas solitarias (oligoleges) también son muy importantes porque recogen el polen solamente de algunas plantas específicas- las que suelen ser más raras y salvajes. Es decir, la supervivencia de esta floradepende de la actividad directa de las abejas. Teniendo en cuenta el papel que juegan las abejas en el proceso de polinización cruzada, se entiende la importancia que tienen en la biodiversidad del cultivo y en la agricultura y viceversa. De hecho hay estudios que afirman que un tercio de la alimentación que consumimos diariamente es producto de la polinización de abejas. ¿Por qué están desapareciendo las abejas? Según el informe “El declive de las abejas”, entre 1985 y 2005 las poblaciones de abejas disminuyeron un 25% en Europa y el declive continua actualmente. No sólo en nuestro continente, sino en todo el mundo, con el fenómeno de Colony Collapse Disorder  (el síndrome del desplome de las colonias) afectando a un tercio de las colonias de abejas en EEUU a partir del año 2006. Ésta desaparición alarmante de las abejas también significa que las cosechas y la producción de alimentos están en riesgo. Varios y entrelazados son los factores que han contribuido al declive de las abejas. Las prácticas de la agricultura industrializada, tales como la monocultura y el empleo de los pesticidas y los herbicidas, están llevando a cabo la pérdida de hábitats de las abejas y, a largo plazo, contribuyen al cambio climático. Como ya os hemos contado, el monocultivo reduce la biodiversidad y la disponibilidad de la flora y, teniendo en cuenta la simbiosis de las especies, también reduce las fuentes de alimentación de las abejas. En cuanto a los pesticidas, una investigación reciente ha demostrado que el uso de productos que lleven neonicotinoides, tienen un impacto significativo en la disminución de las abejas. En abril de 2013, la Unión Europea suspendió tres tipos de estos pesticidas- clothianidin, imidacloprid y thiametoxam- durante dos años (2).

¿Qué podemos hacer para salvar a las abejas? Para poder asegurar la supervivencia de las abejas, y otros polinizadores, se deberían tomar medidas políticas enfocadas a los sistemas de cultivo, pero a nivel individual con gestos simples también podemos aportar nuestro granito de arena: Reemplazar productos de horticultura que lleven neonicotinoides por alternativas biológicas tales como nematodes o BT (Bacillus thuringiensis). Crear un ecosistema de diversos hábitats basándonos en la rotación de cultivos para controlar plagas y favorecer a las abejas. Consumir productos ecológicos, locales y de temporada para apoyar al sistema de agricultura ecológica, lo cual es menos perjudicial para los antófilos. Localizar a los apicultores cercanos y comprar sus productos provenientes de la colmena, que incluyen la cosmética de cera, miel, propolis y jalea real, para apoyar la crianza sostenible de abejas. La importancia de las abejas en el ecosistema Teniendo en cuenta que las abejas polinizan una gran proporción de los cultivos que abastecen al mundo, hay que valorar el papel de estas en el medio amiente Más allá de la elaboración de miel, la labor más destacable de las abejas es la polinización. El transporte de polen favorece la fertilización y la formación de frutos y semillas; de ello depende parte de la producción alimenticia y la biodiversidad mundial. Sin duda, hay que reconocer el impacto de las abejas en el ecosistema. Aun cuando se ha denunciado que las poblaciones de estos animales disminuyen, unas 20.000 especies se distinguen y realizan un trabajo irremplazable. Mientras la abeja lucha por su supervivencia, estos pequeños insectos recogen polen de los estambres de las plantas y trasportan semillas. Utilizando su cuerpo, facilitan la unión del gameto masculino en el grano del polen con el gameto femenino del óvulo. El proceso natural garantiza la producción de al menos un tercio de los productos que el hombre y otras especies consumen a diario. Incluso las llamadas abejas solitarias cumplen un papel importante en el ecosistema; benefician la reproducción y supervivencia de plantas raras o salvajes, en regiones donde no actúan otros agentes polinizadores. Sin las abejas desaparecería la agricultura Teniendo en cuenta que las abejas polinizan una gran proporción de los cultivos que abastecen al mundo, no hay que perderlas de vista. Sin ellas desaparecería el 60% de las frutas y hortalizas, además de unas 25 000 especies de plantas con flores. Con la desaparición de esta especie se reduciría la diversidad de alimentos, mermaría la actividad agrícola y con ella millones de fuentes de ingresos. La falta de abejas podría llevar a situaciones de escasez de alimentos, e incluso al desequilibrio económico.

¿Hay motivos para pensar que se extinguirán las abejas? El tema ha ocupado a muchos estudiosos desde la entrada del milenio. Muchas abejas obreras mueren en las colmenas por el uso de pesticidas y otras sustancias tóxicas. Preservando la especie Asimismo, algunas técnicas industrializadas como el monocultivo disminuyen las opciones de alimento para estos insectos. Y ello sin contar que el aumento de los depredadores y los virus propagados en el entorno, han aniquilado sus colonias. La situación es grave. Sólo en Europa el declive de las abejas supera el 25%, mientras que en Estados Unidos un tercio de ellas se ven afectadas. Aunque los pronósticos no son nada alentadores, son muchas las acciones que se pueden emprender para preservar a las abejas. El rescate de la agricultura ecológica para el desarrollo sostenible, y el estudio de plaguicidas y sus incidencias en el ecosistema, son pasos ayudarán a conservar las abejas. Esto impactaría además en la protección del suelo, la conservación del agua y el cuidado del ambiente. La polinización de las flores La fabricación de miel, puede ser industrializada y arrojar buenos ingresos y beneficios, pero no es esta la función principal del insecto; no puede decirse lo mismo de la polinización de las flores. Sin la fecundación de las plantas la cadena trófica se rompe, frenando el nacimiento de especies vegetales. Las abejas son vitales para la biodiversidad. De ahí la necesidad de promover y apoyar la crianza sostenible; es preciso ayudar a crear hábitats favorables mediante la rotación de cultivos, controlar naturalmente las plagas y emplear productos ecológicos. La compra a apicultores locales de miel y sus derivados, favorecerá la actividad sustentable. Abejas en el ecosistema Las abejas no son los únicos vectores polinizadores, pero sí los más eficientes, en un 80% responsables del proceso. Su cuerpo velludo y la carga electrostática que transmiten, contribuyen a que el polen se adhiera a ellas. Son herbívoras y ganan energía aprovechando el alto contenido de azúcar del néctar. Este tipo de insectos himenópteros están provistos de órganos que facilitan la polinización de distintas maneras. Con sus especiales características en las patas posteriores y el abdomen, son aptos para recolectar el polen; también sus piezas bucales permiten libar o succionar el néctar de las flores, según la especie. En las abejas las antenas son órganos olfatorios, que se complementan con la percepción de luz ultravioleta desarrollada por el animal para identificar las flores. Mariposas, moscas y escarabajos pertenecen también a grandes grupos de polinizadores, indispensables en el ecosistema.

La labor de las abejas es trabajosa y lenta; tienen que posarse sobre unas  10 millones de flores, para producir 1000 gramos de miel. Pero, como hemos visto, la producción de miel es solo uno de los grandes beneficios que nos aportan. Las abejas evolucionaron de las avispas y son muy organizadas: cada una tiene una tarea específica que cumplen sin miramientos. Además, la estructura social de las abejas está muy bien determinada; y sobre ella te informamos en el siguiente artículo. ¿Cómo es la estructura social de las abejas? No hay dudas de que a nivel de comunidad es una especie muy desarrollada, con una colonia compuesta por tres grupos: la reina, los zánganos y las obreras. Para que una colmena sea considerada ‘normal’ al menos tienen que vivir 15 000 individuos, y es que las más vigorosas pueden contar con más de 50 000 ejemplares. Una de las principales características de las abejas es que son seres eusociales. Esto quiere decir que viven en sociedad, la cual está dividida en castas, si bien existen algunas especies solitarias que no producen miel y sólo recolectan para su consumo propio. De vuelta a la estructura social de las abejas, estas construyen sus nidos con ‘celdillas’ de igual tamaño y espacio para almacenar el polen y la jalea real, así como para resguardar a las larvas. La estructura social de las abejas y las castas Dentro de una colonia estos insectos tienen tres castas y se rigen por el sistema del matriarcado. Así, la cabeza de familia es una hembra, la madre de todos los individuos que habitan la colmena. 1. Reina Es ‘el alma’ de la comunidad, pues sin ella esta no puede seguir existiendo. Sólo hay una por cada colonia, y es la encargada de poner los huevos y decidir cuáles serán hembras (obreras) y machos (zánganos). Si una abeja reina muere alguna de las hembras de la colmena puede desarrollar un aparato reproductor, con el fin de poner huevos gracias a la cópula con los machos. Sin embargo, todos los individuos que nazcan de ella serán zánganos. Por lo tanto, la ‘familia’ irá decayendo a medida que las obreras vayan muriendo. La reina no es criada en la típica celda del panal sino que se le construye una especial y más grande. Se alimenta de jalea real, tiene una esperanza de vida de tres años y libera feromonas para regular todas las actividades de la colonia.  2. Zánganos Su única opción es fecundar a la reina para que la colmena pueda continuar existiendo. La reina decide cuantos machos habrá en la colonia, con una cantidad que oscila entre los 200 y los 800 ejemplares.

La puesta de huevos fecundados se produce al comienzo de la primavera y el verano en lo que se conoce como vuelo nupcial, que puede durar hasta cinco días. Así, durante los meses fríos no nacen nuevos zánganos y estos cobran vida a los 24 días a partir de huevos sin fecundar, motivo por el que tienen la mitad de cromosomas que las hembras. Las características físicas de los zánganos son ojos grandes, mayor tamaño que las obreras, abdomen largo y robusto; y lengua corta porque no necesitan buscar néctar al ser alimentados por las obreras. En cuanto a su capacidad de reproducción, cabe señalar que son fértiles durante 38 días. 3. Obreras Las obreras (todas hembras) son el grupo más numeroso dentro de la estructura social de las abejas. Sus aparatos reproductores están atrofiados –no son fértiles– y tardan 21 días en nacer una vez que la reina fecunda los huevos. Su vida se limita a unos 65 días en los meses cálidos y a 120 días en los fríos. Morfológicamente son de un tamaño inferior al de la reina y al de los zánganos; tienen una lengua muy desarrollada para obtener el néctar y almacenarlo en un buche especial, así como una grado de visión que les permite localizar flores a la distancia. Además, en las patas posteriores cuentan con una especie de ‘pelos’ donde acumulan granos de polen. En cuanto a su labor, las abejas obreras tienen variopintas funciones según si son jóvenes – hasta 21 días– o adultas, cuando ya pueden salir de la colmena: Limpiadoras: mantienen la higiene de los panales de cera y la colmena en general. Nodrizas: alimentan a las larvas con jalea real. Cereras: construyen nuevas celdas de cera. Almacenadoras: distribuyen el alimento en las diferentes celdas. Guardianas: cuidan la entrada de la colmena y evitan que ingresen abejas de otras colonias. Ventiladoras: generan una corriente de aire para deshidratar el néctar. Pecoreadoras: recolectan el néctar, el agua, el propóleo y el polen para luego producir miel. ¿Porqué son tan importantes las abejas en la vida del ser humano? Ahora que está de moda (otra vez) el tema de las abejas, su desaparición, sus consecuencias y la creación de abejas robots para la polinización, voy a intentar esclarecer un poco el porqué son tan necesarias las abejas en nuestra supervivencia. Como bien dijo Albert Einstein, las abejas son muy importantes para el desarrollo del hombre ya que sin ellas, el 60% de las frutas y verduras que hoy consumimos desaparecerían al no ser polinizadas De las 100 especies de cultivos que abastecen el 90% de los alimentos del mundo, las abejas polinizan más del 70% de ellos. Además, polinizan más de 25.000 especies de plantas con

flores. Sin estos insectos la actividad agrícola prácticamente desaparecería, lo que dejaría a muchas familias sin una fuente de ingresos. Una desaparición sistemática de la especie implicaría graves desequilibrios en la economía mundial, ya que están relacionadas con la generación de miles de millones de dólares anuales en productos agrícolas. Desde el 2000, se viene estudiando el problema del “Colapso de las colonias”, por el que una cantidad considerable de abejas obreras de una colmena desaparecen abruptamente. Las causas pueden ser un aumento de los depredadores o la llegada de enfermedades, como el virus de parálisis aguada de Israel. Los científicos también proponen como causas los cambios producidos en el entorno por los pesticidas y otras sustancias tóxicas. Algunas curiosidades sobre las abejas: Que para producir un kilo de miel, deben visitar alrededor de 10 millones de flores. Que una abeja obrera puede llegar a volar 800 km en toda su vida y sólo produciría media cuchara de miel. No atacan al hombre si no se les molestan. Espero que con esto os haya quedado un poco más claro el porque son tan necesarias para nuestra supervivencia. Y, ¿por qué están en peligro? Existen varios factores que están afectando la vida de las abejas: La contaminación del aire: esto hace que se les dificulte oler las flores a grandes distancias. El cambio climático: cuando cambia la temperatura cambian también los procesos que realizan las plantas así que cuando una abeja llega puede que la flor no esté lista para ser polinizada. La urbanización: si cada vez hay más cemento y menos flores, a las abejas les queda más difícil encontrar el alimento que necesitan para sobrevivir. Los pesticidas: esas sustancias que se utilizan para fumigar los cultivos y combatir las plagas también afectan a las abejas pues al extraer el polen de las flores este está contaminado y se pueden envenenar. ¿Qué podemos hacer para ayudarlas? Esta solución tal vez te parezca demasiado sencilla para combatir el peligro por el que están atravesando las abejas, pero realmente lo es y puede ayudarles muchísimo: plantar flores, el aporte que puedes hacer para su conservación es investigar cuáles flores son nativas del lugar en el que vives, sembrarlas en algún lugar al aire libre (en la ventana, balcón, terraza, jardín, parque, etc.) y no contaminarlas con pesticidas. Así podrán encontrar alimentos para sobrevivir.

Para la abeja una flor es un fuente de vida, para la flor una abeja es una fuente de amor” 

La polinización El término polinización hace referencia al desplazamiento o trasiego del polen desde una flor que lo produce, a otra flor de su misma especie, en principio, que lo recibe. Este fenómeno tan sencillo a primera vista, trae asociado unas consecuencias inmediatas y de gran trascendencia, como son la formación del fruto, de una importancia vital en la agricultura, y la formación de la semilla, que le servirá al vegetal para perpetuar su especie y multiplicarse. En líneas generales, hay tres tipos de polinización: se llama anemófila cuando el polen llega a las flores transportado por el viento; hidrófila cuando el transporte lo realiza el agua, y por último zoófila cuando corre a cargo de un animal. Este último caso es mucho más frecuente y eficaz. Dentro de la polinización zoófila, sin duda la más importante es la entomófila, o sea, la polinización realizada por insectos polinizadores. Así pues, las flores y los insectos constituyen el más claro ejemplo de mutualismo entre el reino animal y el vegetal. Miles de años de evolución los han adaptado mutuamente, de modo que ambos consiguen grandes ventajas con ello. Dentro de los insectos polinizadores, los más eficaces pertenecen al orden de los himenópteros. En las zonas de clima templado se ha estimado que el 70-95% de los insectos polinizadores son himenópteros. Entre estos, cabe mencionar a las abejas solitarias, los abejorros y, sobre todo, a las abejas melíferas.



 Las abejas en la polinización En cada ocasión en que una abeja recoge néctar de una flor o bien néctar y polen y se desplaza a otra para hacer lo mismo, realiza uno de los actos más importantes y beneficiosos para las plantas, la polinización. Entre la infinidad de insectos que participan en la polinización, la abeja melífera (Apis mellífera) es con mucho la más eficaz. Si hace varios años de cada cien insectos visitadores, las abejas constituían el 70-80%, hoy día, debido al progresivo retroceso de especies polinizadoras salvajes a causa de las condiciones ambientales, el porcentaje alcanza el 90-95% de todas las visitas de insectos. Por lo tanto, se puede considerar a la abeja como una profesional de la polinización. Haciendo un recuento, vemos que en una colonia de medianas dimensiones viven unos 60.000 individuos, de los que 2/3 (unos 40.000 aproximadamente) más o menos salen todos los días a por polen y néctar, con una frecuencia diaria de 15 ó 20 viajes, durante cada uno de los cuales visitan de 30 a 50 flores. Si hacemos los cálculos, para una sola colonia, en un día alcanzamos ya la magnitud de millones de flores visitadas diariamente. Si consideramos, por experimentos realizados, un radio medio de trabajo de 1.500 m, cada colmena se encargaría de 700 hectáreas de terreno. Si además tenemos en cuenta que cada flor cede a la abeja néctar en cantidades que se miden en miligramos, para cada kilo de miel hacen falta cientos de miles de visitas. Este rápido repaso nos puede dar una idea de la magnitud del fenómeno. Concienciados sobre la importantísima función que desempeñan las abejas en la polinización, la Fundación Amigos de las Abejas, en colaboración con otras entidades, instala colmenares de polinización en zonas donde se observa un déficit de insectos polinizadores, y allá donde no

acceden los apicultores profesionales por falta de rentabilidad, como ocurre en zonas de montaña con difícil acceso o que han sufrido incendios recientemente.  Las abejas en la agricultura actual La agricultura es la primera y auténtica beneficiaria de los servicios prestados por las abejas. Su contribución en términos económicos es realmente significativa, hasta tal punto que la renta directa de la apicultura (miel, cera, polen y otros productos) pasa a un segundo término. En España, los cultivos sometidos a polinización por abejas son principalmente los árboles frutales (almendro, melocotonero, cerezo, ciruelo, manzano, peral), las leguminosas forrajeras (alfalfa, trébol), las cucurbitáceas (melones, pepinos, calabazas, calabacines, berenjenas) y otros cultivos hortícolas (fresas, frambuesa, espárragos, zarzamora, tomate), las plantas para la extracción de aceite (girasol, colza), las fibras textiles (lino, algodón),  entre muchas otras, constituyen una lista parcial de vegetales que dependen necesariamente o al menos se ven favorecidos por la acción polinizadora de las abejas. De hecho, resultaría más sencillo citar solo los vegetales que no se ven beneficiados por la acción de las abejas. Resulta ya indiscutible que las abejas, y con ellas los apicultores, participan en medida considerable en la producción agrícola. Gracias a este papel, el patrimonio privado de los apicultores se convierte en patrimonio público, dado que el beneficio derivado de su trabajo se deja sentir en toda la colectividad, estableciéndose así un lazo recíproco entre abejas, medioambiente, agricultura y ser humano, que debe ser protegido. “La próxima vez que una abeja zumbe a tu alrededor, recuerda que muchos de nuestros alimentos dependen en gran medida de la polinización natural intermediada por insectos: un servicio clave que abejas y otros polinizadores prestan al ecosistema”. Por qué las abejas son tan importantes para el equilibrio ecológico? No despiertan demasiada simpatía, pero son esenciales para nuestra supervivencia. Su aguijón y posible picadura no resulta una idea apetecible, precisamente, pero la realidad es que su zumbido debería sonarnos a música celestial, y en este post te explicamos por qué motivos es así. En general, los insectos tienen un papel crucial en los ecosistemas naturales, pues forman parte de la biodiversidad, un concepto capital a la hora de garantizar que el mundo no deje de ser tal y como lo conocemos. Y, por lo tanto, que también nosotros no dejemos de poder seguir en él. En este artículo, explicamos por qué las abejas son tan importantes para el equilibrio ecológico. La polinización, clave para la biodiversidad Suena dramático, pero así son las cosas. La pérdida de biodiversidad que sobrevendría si las abejas desaparecieran o, simplemente, se vieran minimizadas, significaría una catástrofe ambiental. En términos de nutrición humana, la seguridad alimentaria sufriría una auténtica debacle. No en vano, el 35 por ciento de la producción mundial de alimentos depende directamente de ellas. Como curiosidad, si su actividad se tuviera que realizar mecánicamente costaría la friolera de 153 mil millones de euros, según datos de Greenpeace. Pero el quid de la cuestión va por otros derroteros. Aquellos que no hablan de productores ni de pérdidas económicas. Ni siquiera de un cambio de modelo de sociedad. Directamente, podemos ir haciendo las maletas para que un cohete nos lleve a rumbos desconocidos.

Más allá del dinero, de la producción de miel, de lo importantes que son los polinizadores para aumentar el rendimiento de los cultivos a nivel económico, lo que está en juego es la polinización de las flores, esenciales para la sostenibilidad de la agricultura en todo el mundo. Albert Einstein no dudó en afirmar que el ser humano no se mantendría sobre el planeta ni siquiera unos cuantos años si las abejas desapareciesen. Una hipotética extinción de estos pequeños animalitos perjudicaría de forma importante el equilibrio ecológico del planeta. Como hemos apuntado, y apoya el mismo Einstein, amén de la ciencia en general, hasta tal punto que la supervivencia humana sería imposible. ¿Pero, cómo puede la humanidad depender de un simple insecto? Su rol con respecto al equilibrio ecológico es clave, eso es un hecho irrefutable, con lo que aún podemos ir más lejos. Siendo más exactos, puesto que la polinización asegura el nacimiento de las especies vegetales en la Tierra, si éstas fallan la cadena trófica también lo hace. Así pues, la polinización se traduciría en una irremediable pérdida de un sinfín de especies animales y vegetales, incluyendo la gran mayoría de las que el ser humano necesita para asegurar su alimentación. Eso sí, podría ser la gran oportunidad de colinizar el mundo de los seres vivos microscópicos, aunque también ellos habitan el actual ecosistema, con lo que igualmente habría cambios fundamentales. Y, sea como fuere, lo cierto es que sin las abejas, el mundo sería otro muy distinto. En palabras de Luis Pérez Ventosa, Presidente dela Fundación Amigos de la Abejas: Plantas y abejas se necesitan mutuamente. Las flores son para las abejas fuente de alimento, de vida. Las abejas son para las flores fuente de reproducción, de amor. El verdadero valor de las abejas, no está en los productos que el apicultor las quita, sino en lo que éstas aportan a la reproducción de las plantas y a la biodiversidad. Abejas y plantas forman un pilar que alimenta y enriquece el ecosistema, éste a su vez nutre a multitud de insectos, aves y mamíferos. Si falla uno de los elementos del pilar todo caerá, así lo percibimos todos en nuestro subconsciente. Ojalá ese día no llegue nunca.

El declive de las abejas Desde hace unos años, las abejas están en la cuerda floja. Su declive es alarmante por lo rápido que está descendiendo su población. En prácticamente todo el globo estas polinizadoras esenciales para el equilibrio ecológico. Sus enemigos principales, los pesticidas. Es decir, la misma agricultura intensiva que está aprovechando su función polinizadora está caminando, con ello, hacia su propia extinción. Tras lustros de incertidumbre, sin dar con la causa que las estaba haciendo desaparecer, la ciencia finalmente ha llegado a un consenso sobre el motivo que las está borrando del mapa. Con el agravante de que las abejas no tienen armas para luchar contra este enemigo. En efecto, según una investigación publicada en la revista Nature, ni el abejorro común ni la abeja europea (Apis mellifera) son capaces de detectar la presencia de los tres pesticidas neonicotinoides más comunes. Como consecuencia de ello, lógicamente, no pueden evitarlos y quedan completamente inermes ante ellos. Además, la misma pérdida de biodiversidad actúa en su contra. Como si se tratase de un círculo vicioso o efecto dominó, cada vez hay más espacio colonizado por la agricultura convencional, auténticos páramos en los que no pueden hacer su hacendosa tarea cotidiana, y cuando tienen la "suerte" de que ésta les pone cercaflores que poder polinizar, éstas suelen estar cargadas de pesticidas. Su efecto sobre su organismo es demencial. De hecho, enloquecen, pierden la capacidad de orientación y la broma acaba costándoles la vida. Ello es debido a que los pesticidas actúan en el sistema nervioso central de los insectos. Además, puesto que no pueden evitarlos, las poblaciones no dejan de caer en picado.

Los intentos por frenar esta situación resultan insuficientes, pero no por ello dejan de ser interesantes. Habida cuenta de que la población no se recupera y su existencia es vital para la agricultura y, en general, para la supervivencia del ser humano.

¿QUÉ PASARÍA SI DESAPARECEN LAS ABEJAS? “Al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida. Sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres”. A. Einstein. Así de inquietante resulta que poco a poco las abejas vayan desapareciendo de muchos lugares del planeta. La vida sin las abejas sería un desastre global La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) dice que hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos en todo el mundo, y 71 de ellos se polinizan con las abejas. Sólo en Europa, el 84% de las 264 especies de cultivo y 4000 variedades vegetales existen gracias a la polinización por abejas. En 2012, la población de abejas en Estados Unidos se redujo en un 60%, muy por encima del 5% o 10% habitual después de la temporada invernal, lo que ha llevado a expertos a calificar el 2012 como el peor año de la historia en apicultura. ¿Por qué están desapareciendo estos insectos? Los pesticidas en las abejas En Oregón murieron 50.000 abejas a causa de los efectos de un pesticida, como ejemplo de cómo pueden afectar diversas sustancias. La Comisión para el Control de la Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA) confirmó que la causa de la muerte en masa de las abejas en Europa es concretamente el uso de un tipo particular de fertilizantes, llamados neonicotinoides. La mezcla de sustancias interfiere en los circuitos de aprendizaje del cerebro de los insectos. Los vuelve más lentos a la hora de aprender o se olvidan por completo de asociaciones básicas para su supervivencia, como relacionar el aroma floral y la comida. Las abejas, mueren porque no son capaces de alimentarse. Así, la UE ha reaccionado, y este mismo 2013 ha vetado el uso de 3 pesticidas, y la medida se hará efectiva a finales de año para que los agricultores tengan tiempo a adaptarse.   Ácaros destructores de las abejas, es un parásito externo de la abeja que se alimenta de su sangre. La cría de abeja morirá o nacerá con malformaciones que le impedirán atender las tareas de la colonia. El resultado de los pesticidas, sólo dura 3 o 4 años, ya que se hacen inmunes. Se prueba ahora con nuevos tratamientos no contaminantes*: como aceite esencial de pomelo o azúcar en polvo.   Cambio climático y contaminación: efectos en las abejas La contaminación del aire reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores y a las abejas y otros insectos les cuesta más localizarlas. El cambio climático agrava la situación porque altera la floración y cantidad de plantas por las épocas de lluvias, que afecta a la cantidad y calidad del néctar Consecuencias Por todo lo mencionado, la desaparición de las abejas provocaría una auténtica crisis alimentaria. Cerca de un 84% de los cultivos comerciales depende de la polinización que realizan. Como ejemplo, en Andalucía, en 1987  se esperaba buena cosecha de girasol, pero no lo fue, por la ausencia de colmenas debido a las pérdidas de abejas que causó el ácaro varroa.   Soluciones Bruselas ya ha actuado con el veto a los 3 pesticidas. Habrá que esperar a conocer nuevos datos tras su aplicación práctica. En cuanto a la eliminación del ácaro, en EEUU han inventado un sistema eléctrico denominado Mitezapper, o atrapa-ácaros, un cuadro eléctrico que irradia calor y es eficaz en un 85%.

La Universidad de Pensilvania lo combate con ácido fórmico, y otros apicultores han constatado mediante azúcar en polvo. La Universidad del Mar del Plata (Argentina), ha ensayado con aceite esencial de pomelo, con resultados positivos. En nuestro día a día también podemos combatir contra esta problemática actuando en la lucha contra el cambio climático y la contaminación. Dentro de todo el Reino Animal, encontramos los insectos, característicos por su diminuto tamaño. Dentro de este grupo existen las abejas, tan simpáticas y dulces. Las abejas pertenecen al gran grupo de los Antófilos, dentro del cual existen aproximadamente20.000 tipos diferentes de abejas, son de la familia Apoidea y por supuesto pertenecen dentro de la clasificación al grupo de los Insectos. Pese a la cantidad de abejas diferentes que existen en todo el planeta, hoy hablaremos de las abejas en general. ¿Qué pasaría si desaparecen las abejas? 1. Adiós al equilibrio ecológico Las abejas y otros insectos desempeñan una de las funciones más fascinantes y fundamentales para la vida: la polinización. Es vital para que las especies vegetales sigan existiendo. En algunos casos las relaciones de dependencia son tan extremas que una planta no existiría sin un insecto polinizador específico y viceversa. De ellas dependen enormes beneficios para el medio ambiente, como la manutención de la calidad del aire que respiramos y de un clima adecuado. 2. Pérdida de biodiversidad La biodiversidad es la mejor inversión de futuro, la mejor herramienta para enfrentarnos a los desafíos presentes y futuros. Las abejas por sí mismas representan una importante parte de la biodiversidad de nuestro planeta. Existen entre 25,000 y 30,000 especies de estos insectos alados. 3. Seguridad y diversidad alimentaria amenazada Sin ellas nos esperaría una dieta “aburrida” y “monocromática” pero, sobre todo, carente de nutrientes fundamentales para nuestra salud. La diversidad agrícola depende en gran medida de insectos como las abejas. Polinizar manualmente haría de la comida un lujo. 4. Amargo futuro La miel sigue siendo el único edulcorante para muchas poblaciones en el mundo, pero también el sostén de muchas familias que encuentran en sus producción una o la única forma de mejorar su economía. ¡Tenemos que proteger las abejas!

Las abejas se enfrentan a muchas amenazas, en gran medida debido a prácticas de agricultura industrial como el uso masivo de plaguicidas y los monocultivos. Sus poblaciones están en declive en casi todo el mundo, y algunas especies de abejas y otros insectos polinizadores se encuentran ya incluso al borde de la extinción. La contaminación del aire reduce la potencia de los mensajes químicos que emiten las flores, y a las abejas y otros insectos les cuesta más localizarlas. El cambio climático agrava la situación porque altera la floración y cantidad de plantas por las épocas de lluvias, que afecta a la cantidad y calidad del néctar. En México hay aproximadamente 41,442 apicultores dedicados a la producción de miel de abeja. Nuestro país ocupa el sexto lugar mundial en la producción de miel y tercero en exportación.

Ciclo de vida de las abejas melíferas El ciclo de vida de la abeja de la miel, que aquí se hace referencia, es exclusivamente a la abeja occidental domesticada, que depende en gran medida de su estructura social. Vida de la colonia A diferencia de una colonia de abejorros o una colonia de avispas de papel, la vida de una colonia de abejas es perenne. Hay dos castas de abejas reinas, que producen huevos; y los trabajadores, que son todas hembras no reproductoras. Para los zánganos (machos) su único deber es encontrar y acoplarse con una reina. La reina pone los huevos individualmente en las celdas del panal y las larvas salen de los huevos en tres o cuatro días. Luego son alimentadas por las abejas obreras y se desarrollan a través de varias etapas en las células. Las reinas y zánganos son más grandes que los trabajadores y por lo tanto requieren de células más grandes para desarrollarse. Una colonia típica puede consistir en decenas de miles de individuos. Aunque algunas colonias viven en colmenas proporcionadas por los seres humanos, las llamadas colonias “salvajes” (a pesar de que todas las abejas de la miel siguen siendo salvajes, incluso cuando se cultivan y gestionan por los seres humanos) por lo general prefieren un sitio de nido limpio y seco, protegido de la intemperie, sobre los 20 litros de volumen con una entrada de unos 3 m por encima del suelo, y preferiblemente de cara al sur o sureste (en el hemisferio norte) o al norte o noreste (en el hemisferio sur).

Desarrollo El desarrollo de huevo a la abeja emergente varía entre las reinas, obreras y zánganos. Las reinas salen de sus celdas en 16 días, los trabajadores en 21 días y los zánganos en 24 días. Por lo general sólo existe una reina en una colmena. Las nuevas reinas vírgenes se desarrollan en células agrandadas, a través de una alimentación diferencial de jalea real, proporcionada por los trabajadores. Cuando muere la reina existente, o la colonia se vuelve muy grande, una nueva reina es levantada por las abejas obreras. La reina virgen realiza uno o varios vuelos nupciales y una vez que se ha establecido comienza a poner huevos en la colmena. Una reina fértil es capaz de poner huevos fertilizados o sin fertilizar. Cada huevo no fertilizado contiene una combinación única de 50% de los genes de la reina y se desarrolla en un zángano. Los huevos fertilizados se desarrollan en trabajadoras o reinas vírgenes. El promedio de vida de una reina es de tres a cuatro años; los zánganos mueren generalmente en el apareamiento, o son expulsados de la colmena antes del invierno; y los trabajadores pueden vivir durante unas pocas semanas en el verano y varios meses en las zonas con un invierno prolongado. En el pico de la temporada de cría, a finales de la primavera hasta el verano, una reina puede ser capaz de poner 3.000 huevos en un solo día, más que su propio peso corporal. Esto sería excepcional sin embargo; y una reina prolífica podría alcanzar un máximo de 2.000 huevos al día, pero una reina más promedio podría sentar sólo 1.500 huevos por día. La reina se alimenta con mayor cantidad de jalea real que una abeja normal de trabajo, lo que resulta en un crecimiento y metamorfosis radicalmente diferente. La reina influye en la colonia mediante la producción y difusión de una gran variedad de feromonas o sustancias. Uno de estos productos químicos suprime el desarrollo de los ovarios en todas las abejas obreras femeninas en la colmena y les impide la puesta de huevos. Apareamiento de las reinas La reina emerge de su celda después de 15 días de desarrollo y permanece en la colmena durante 3-7 días antes de salir en un vuelo de apareamiento. El vuelo de apareamiento es también conocido como “vuelo nupcial”. Su primer vuelo de orientación puede durar sólo unos segundos, lo suficiente para marcar la posición de la colmena. Los vuelos posteriores de

apareamiento pueden durar entre 5 minutos y 30 minutos, y pueden aparearse con varios zánganos en cada vuelo. Durante varios apareamientos, posiblemente, una docena o más, la reina recibe y almacena suficiente esperma a partir de una sucesión de zánganos, para fecundar a cientos de miles de huevos. Si ella no consigue salir de la colmena para aparearse, debido al mal tiempo o por estar atrapada en una parte de la colmena,  seguirá siendo infértil incapaz de producir abejas obreras hembras. Las abejas obreras a veces matan a una reina vencida y producen otra. Sin una reina adecuada, la colmena está condenada. El apareamiento tiene lugar a cierta distancia de la colmena y, a menudo a varios cientos de metros en el aire; se piensa que esto separa a los zánganos más fuertes de los más débiles, lo que garantiza que sólo los más rápidos y más fuertes llegan a transmitir sus genes. Abejas obreras femeninas Casi todas las abejas en una colmena de abejas obreras son hembras. En pleno verano, cuando la actividad en la colmena es frenética y el trabajo continúa sin parar, la vida de una abeja obrera puede ser tan corta como 6 semanas; a finales de otoño, cuando no se está recogiendo néctar, una joven abeja puede vivir durante 16 semanas, todo el invierno. Durante su vida, una abeja obrera realiza diferentes funciones de trabajo en la colmena, en gran medida dictada por la edad de la abeja. Actividad laboral por período:      

Días 1-3, limpieza de células e incubación Día 3-6 Alimentación de las larvas más viejas Día 6-10 Alimentación larvas más jóvenes Día 8-16 Recepción de miel y polen de abejas de campo Día 12-18 toma de cera y creación de la célula Día 14 en adelante, guardias de entrada; forrajeo denéctar y polen

Abejas machos (zánganos) Los zánganos son las abejas más grandes de la colmena (a excepción de la reina), casi el doble del tamaño de una abeja obrera. Ellos no trabajan, no forrajean polen o néctar y no tienen otra función conocida que la de aparearse con las nuevas reinas. Una colonia de abejas en general, comienza a aumentar sus zánganos unas pocas semanas antes de construir las celdas reales para que puedan reemplazar a una reina en su defecto o prepararse para crear un enjambre. Cuando el apareamiento termina, las abejas en los climas más fríos echan a los zánganos fuera de la colmena, mordiendo y desgarrando sus patas y alas. Estructura de una colonia de abejas Una colonia de abejas domesticadas normalmente se encuentra en un cuerpo de la colmena rectangular, dentro de las cuales ocho a diez marcos paralelos albergan las placas verticales de panel que contienen los huevos, larvas, pupas y el alimento para la colonia. Si cortaras una sección transversal vertical a través de la colmena de lado a lado, el nido de cría perecería como una bola, más o menos ovoide, que abarca 5-8 marcos. Los dos peines exteriores en cada lado de la colmena tienden a ser utilizados exclusivamente para el almacenamiento a largo plazo de la miel y el polen. Dentro del nido de cría central, un solo marco de peine tiene típicamente un disco central de huevos, larvas y las celdas de cría selladas, que pueden extenderse casi hasta los bordes del marco. Inmediatamente por encima del parche de incubación, un arco de células lleno de polen se extiende de lado a lado, y por encima de eso de nuevo un arco más amplio de células

llenas de miel se extiende hasta la parte superior del marco. El polen es un alimento rico en proteínas para el desarrollo de las larvas, mientras que la miel también es comida, pero en gran parte para la obtención de energía. Las abejas nodrizas que cuidan a las crías en desarrollo secretan una comida especial llamada “jalea real” después de alimentarse a sí mismos de miel y polen. La cantidad de jalea real con que se alimenta a una larva determina si se convierte en una abeja obrera o una reina. Aparte de la miel almacenada dentro de los cuadros de cría centrales, el excedente de miel se almacena en panales por encima del nido de cría. En las colmenas modernas el apicultor coloca cajas separadas, llamadas “superas”, por encima de la caja de la cría, en el que se proporciona una serie de peines menos profundos para el almacenamiento de la miel. Esto le permite al apicultor eliminar algunas de las alzas en el final del verano, y extraer la cosecha de miel sobrante, sin dañar la colonia de abejas o su nido de cría a. Si toda la miel es “robada”, incluyendo la cantidad de miel necesaria para sobrevivir el invierno, el apicultor debe reemplazarla mediante la alimentación de las abejas con azúcar o jarabe de maíz en otoño. Ciclo anual de una colonia de abejas El desarrollo de una colonia de abejas sigue un ciclo anual de crecimiento, que comienza en primavera con una rápida expansión del nido de cría, tan pronto como el polen está disponible para la alimentación de las larvas. Parte de la producción de las crías puede comenzar tan pronto como en enero, incluso en un invierno frío, pero la cría se acelera hacia un pico en mayo (en el hemisferio norte), lo que produce una abundancia de abejas, sincronizada a la principal afluencia de néctar en esa región. Cada raza de abejas realiza esta acumulación ligeramente diferente, dependiendo de la flora de sus floraciones en sus regiones originales. Algunas regiones de Europa tienen dos flujos de néctar: uno a finales de la primavera y otro a finales de agosto. Otras regiones tienen un único flujo de néctar. La habilidad del apicultor radica en predecir cuándo ocurrirá el flujo de néctar en su área, para tratar de asegurarse de que sus colonias alcancen una población máxima de las cosechadoras en el momento justo. El factor clave en esto es la prevención o el hábil manejo del impulso del enjambre. Si una colonia forma su enjambre de forma inesperada y el apicultor no logra capturar el enjambre resultante, es probable que la cosecha sea significativamente menor en esa colmena, ya que ha perdido la mitad de sus abejas obreras de un solo golpe. Si, sin embargo, puede usar el impulso del enjambre de criar una nueva reina, pero mantener todas las abejas en la colonia juntas, maximiza sus posibilidades de una buena cosecha. Se necesitan muchos años de aprendizaje y experiencia para ser capaz de gestionar todos estos aspectos con éxito .

La metamorfosis completa tiene cuatro etapas: Huevo, Larva, Pupa, y Adulto

Las abejas empiezan siendo huevos (no se muestra aquí) luego pasan por varios estadios/etapas de larva (1-4) y la etapa de pupa (5) antes de finalmente convertirse en adulto (6). La metamorfosis completa comienza cuando el insecto sale del cascaron con una forma corporal blanda parecida a un gusano llamada larva. Las larvas tienen un enorme apetito y pueden comer varias veces su propio peso en comida cada día. Si los humanos hiciéramos lo mismo, los bebes empezarían comiendo hasta 10 libras de comida al día. A los insectos, esta dieta tan grande cuando son larvas los hace crecer muy rápido y puede cambiar su color. Algunas larvas agregan mas segmentos en el cuerpo mientras van creciendo. Los científicos se refieren a estos cambios como estadios los cuales son similares a la manera en que los humanos llaman a sus hijos bebes, niños o adolescentes. Por ejemplo, en lugar de llamarle bebe, una larva muy joven seria llamada un estadio 1 y a un adolescente un estadio 3. El número de etapas de estadios puede variar dependiendo del tipo de insecto. Al final de la etapa de larva el insecto hace un cascaron duro donde vivirá y comenzara la etapa de pupa. En esa etapa la larva dejara de comer y de moverse. La pupa parece no tener vida, pero una de las transformaciones más sorprendentes de la Naturaleza está sucediendo. Dentro de la pupa, el cuerpo de la larva cambiara completamente hasta ser un adulto enteramente crecido. Una vez que la larva adulto deja la pupa se estira despacio y se relaja bajo el sol por un par de horas mientras su exoesqueleto se seca y se endurece.

Cuánto viven las abejas    Las abejas obreras viven 6 ó 7 semanas, mientras que los zánganos viven alrededor de 3 meses. La abeja reina pueden llegar a vivir de 3 a 4 años, aunque en condiciones favorables incluso alcanza los 5 años. CUÁNTO VIVEN LAS ABEJAS La vida de las abejas varía dependiendo de la función de una abeja individual dentro de la colonia. ABEJAS OBRERAS El papel de una abeja, así como la época del año en la que nace (primavera, verano y otoño), juega un papel determinante para las abejas obreras de una  colonia. Las abejas obreras que nacen en primavera y verano tienen vidas más cortas, más ocupadas. Las nacidas en otoño pueden vivir más tiempo, pero tienen que sobrevivir a las condiciones invernales más duras para salir de la colmena en la primavera siguiente. Las abejas obreras que nacen durante los meses de primavera o verano pueden vivir durante 6 ó 7 semanas. Los abejas obreras que nacen durante el otoño no tienen crías para cuidar, ya que la reina deja de producir huevos, así que ellas, junto a la reina, agrupan el resto de la colonia para lo que queda del año y se congregan en torno a ella con el fin de mantener el calor durante el invierno, listas para emerger al año siguiente y comenzar sus actividades a principios de la primavera. Estas abejas pueden vivir entre 4 a 6 meses de promedio. ABEJA REINA Si todo va bien, una abeja reina puede llegar a vivir durante 3 a 4 años, siempre y cuando esté libre de enfermedades. ZÁNGANOS Son abejas macho cuyos huevos no han sido fecundados. Su esperanza de vida es de unos 3 meses. También te recomendamos leer:  Cuánto viven las avispas  Cuánto viven las moscas  Cuánto viven las mariposas  Cuánto viven las luciérnagas ESPECIES DE ABEJAS Existen más de 20.000 especies de abejas. DÓNDE VIVEN LAS ABEJAS Viven en todos los continentes del planeta, a excepción de la Antárdida. Su hábitat natural son lugares en los que haya plantas con flores. Las abejas viven en sociedades complejas y bien organizadas. Una colonia de abejaspodría comprender entre 50.000 y 60.000 abejas, realizando diferentes funciones con el fin de ayudar a asegurar el buen funcionamiento y el éxito de su colonia.

QUÉ COMEN LAS ABEJAS Las abejas se alimentan de polen y néctar. Sus vidas son bastante intensas, con un montón de larvas hambrientas que alimentar, y mucha miel para producir. Esto sucede cuando la colonia está en su pico más productivo, con las obreras ocupadas recogiendo el néctar y el polen para alimentar a la colonia entera. CUÁNTO MIDEN LAS ABEJAS Las abejas obrero miden de media 1,5 centímetros, mientras que las abejas zángano y la abeja reina miden 2 centímetros. Las abejas más grandes miden 3,9 centímetros, mientras que las más pequeñas miden 2 milímetros. CUÁNTO PESAN LAS ABEJAS  Abeja reina: 360 miligramos.  Abeja zángano: 340 miligramos.  Abejas obreras: 140 miligramos. REPRODUCCIÓN DE LAS ABEJAS Y CICLO DE VIDA Existen varias etapas, empezando por el huevo y continuando por la larva. Posteriormente se transforme en pupa, llegando luego la metamorfosis. Es entonces cuando el adulto con alas sale de la pupa y busca una hembra con la que aparearse. Una reina que produce pocos huevos no puede ser favorecida por la colonia. En tal caso, vendrá una nueva reina para sustituirla. En algunas prácticas de la apicultura, la reina suele ser sustituida por el apicultor después de 1 o 2 años. DIFERENCIAS ENTRE LAS ABEJAS Y LAS AVISPAS     

Alimentación: las avispas comen otros insectos, cosa que no sucede con las abejas. Apariencia: el cueroo de las avispas es más delgado que el de las abejas. Patas: las patas traseras de las abejas son más planas y poseen una canasta de polen. Pelo: las abejas poseen más pelo que las avispas. Picadura: las abejas sólo pueden picar una vez, ya que precisa de su aguijón al formar parte de su sistema digestivo. En cambio, las avispas pueden picar varias veces.

ORÍGENES DE LAS ABEJAS Son una evolución de las avispas. Los primeros fósiles de abejas datan de hace más de 100 millones de años. LAS ABEJAS, ¿SIEMPRE VIVEN EN ENJAMBRES? No, en realidad la mayoría de las especies de abejas son solitarias.

¿Por qué las abejas mueren cuando pican?

Las abejas obreras sólo pican cuando se sienten amenazadas, porque les resulta letal. Estos insectos mueren al picar porque al perder su aguijón, se desgarra la parte de su tracto digestivo, músculos y nervios. Por tanto, el desgarro abdominal provoca la muerte del animal. Desde ACTUALIA, como defensores de la salud ambiental, recomendamos evitar abejas en la piscina, incluso ahuyentarlas, pero no matarlas porque además de estar protegidas hacen una excelente labor al ecosistema. El aguijón sigue trabajando minutos después de su muerte. Así que ante una picadura de abeja se debe extraer el aguijón lo más rápido posible, para evitar que el veneno ingrese en la piel del afectado. Aunque, en cualquier caso, se puede evitar la picadura de este insecto, desarrollando un correcto control de plagas domésticas. ¿Por qué la abeja reina no muere cuando pica? La muerte del insecto tras la picadura tiene sentido desde una perspectiva evolutiva. Las abejas obreras no se reproducen, pero sí la reina, por lo que la única manera de asegurar descendencia es protegiendo la colmena y con ello al animal fértil. Los diferentes tipos de colmenas  A lo largo de la historia el ser humano ha construido "casitas" para las abejas, con la finalidad de poder manejarlas y recolectar la miel más fácilmente. Hay muchos tipos y varían según la región del planeta en la que nos encontremos. Éstas cinco son algunas de las más conocidas.

Langstroth  Es la colmena más usada en España. Fue un gran avance para la apicultura, simplificó el manejo de las abejas y permitió incrementar significativamente la recolección de miel. Emplea cuadros y alzas intercambiables.  Existe una variante de esta colmena denominada, Colmena Oksman que emplea alzas más pequeñas (medias alzas).

Capacidad cámara de cría: 42,4L Capacidad alza melaria: 25Kg Dadant  Es una mejora de la colmena Langstroth desarrollada por Charles Dadant.  Tiene una cámara de cría más grande, suficiente para albergar el nido de la colmena incluso en épocas de mucha cría. Las alzas son más pequeñas y a la reina no le gusta poner cría en ellas por su pequeño tamaño, de esta forma queda dividida la zona de cría y miel, simplificando mucho su manejo. Capacidad cámara de cría: 54L Capacidad alza melaria: 16Kg

Layens

 Es una colmena sin alzas, no hay distinción entre la cámara de cría y la zona de miel. En el sur de España se usa mucho para la trashumancia (mover las colmenas de floración en floración). Aunque sus características permiten mover las colmenas con mayor facilidad que otros tipos de colmena, tiene múltiples desventajas. En España están siendo remplazadas por el tipo Langstroth y en Europa hace años que no se usan.

Colmena tradicional en paja o mimbre  Es una colmena de panales fijos, las abejas crean los panales según sus propios criterios, sin una cera guía. Al recolectar la miel en estas colmenas se destruyen los panales por lo que cada temporada las abejas tienen que reconstruirlos. Este tipo de colmenas se usaron en Europa durantre años aunque en la actualidad están en desuso.

Colmena tradicional en Cortizo

 Construida con la corteza del alcornoque, este tipo de colmena fue muy usada en Europa por el bajo coste de fabricación. En cada recolección de miel se destruye la cera.   Hay múltiples variantes que dependen, principalmente, de los materiales disponibles en cada región. Así en zonas donde abundaba la pizarra el techo solía ser de este material. Colmena Urbana  Existen muchas variantes de colmenas urbanas, todas orientadas al ocio y la decoración.   Esta colmena se compone de una estructura transparente de metacrilato que contiene una serie de panales encerados, las abejas no pueden ver a través de ella porque filtra la luz naranja, pero nosotros si podemos observarlas. Está diseñada para colocar en los cristales de las viviendas.   La colmena que se muestra en la imagen es un prototipo y no llegó a fabricarse.

Partes de una colmena