4. Bosch y Pliego

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Universidad de Navarra F-724 {F202-005

Bosch y Pliego, S.A. (A) A

finales de enero de 2fl)1, Esteban Bosch, socio gerente de la empresa Bosch y Füego, S¿-, estaba preocupado por los problemas financiercs que aquejaban a la compañía.

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y su cuñado, Antonio Pliego, habían fimdado la empes4 inicialmente como socicdad llmitad4 con un capital de 6O.00O euros, pañr aprovetüar los conocimientos y experiencia sobre el género de punto que habian adquirido como trabajadores en una emprcsa familiar de Igualada, que había cerrado sus puertas en 1974. En esa empresa, Esteban habia ocupado el cargo de adjunto a la dirección comercial, con funciones fundamentalmente de tipo administrativo, y Pliego, et de jefe de almacén. Ambos eran de procedencia relaüvamente humilde y con una fonnación

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básicamente autoüdacta.

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1975, Pliego y Bosch iniciaron sr¡s actividades trabajando a maquila para otras empr€s¡rs del ramo, perc, poco a poco, con mucho esfuerzo y dedicación, habían ido prosperando, crcando una rrd comercial e lnvirtiendo e¡ instaladones de producción adectradas a su volumen de ventas. El cncimiento de la empresa se basó en sus propios resultados y en las aportaciones de algunos familians. En 1995, y por

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Hacía ¡ra 25 años que el

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Al fundar la empresa en

indicación de los bancos cou los que trabajabq la emprrsa se había tansformado en sociedad anénima y habia hecho una ampliación de capital con cargo a reserva!¡. I¿s acciones estaban repartidas al 5(Fb entre la familia de Bosch

y la de Pliego.

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Caso preparado por el Prufesor Josep Faus. como bme de discusién en clase

y no oomo ilustración de la gestién, adetr¡ada o inadecuada. de una sifuación determinada. Noviembre de Z0Ol.

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Bo¡clr y ñicgo.

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A principios de 2ü)1, la empresa tenia sus oficinas e instalaciones de producrión en las prcximidades de Terrassa y se ddicaba a la confección de una extensa gama d€ prerdas exteriores e interiores de génerro de punto para todas las temporadas. Los locales en los que se hallaba instalada la fábrica no enan propiedad de Ia empresa sino alquilados. Las únicas inmovilizaciones consistían en maquinaria, instalacioneg

equipos para proceso de la información. La f;ibrica trabajaba fundamentalmente sobre pedidq con muchos clientes, ar¡nque un número reducido de ellos consumian un g¡an porcentaje de la producción. El üempo necesario para fabricar un pedido era de 15 a 2O días, y todas y cada rma de las prendas elabomdas tenían

mobiliario

y

que esperar a qr¡€ se completara eI pedido para poder ser enüadas y facturadas En las operaciones que no se liquidaban al contado, el plazo concedido a los clientes era de 30 a 90 dias, segtin los casos, pudiendo estiman€ que el plazo medio de pago era de 7s diag aunque üümamente parecía que tenüa a alargarse. A la mayoría de los dientes se les giraba, pero unos pocos rcponian fondos.

Du¡ante los ejercicios de los años 1998 y 1999, y debido a la $obalizacién económicA exisüa una gñ¡n competencia que afec{é, enhe otos, al ramo textil La empresa pudo adaptarse a este nuevo entoroo tan compeütivo e indl¡so contabilizó un pequeúo beneficio en 1999, que dejé en pocp más de 3O.OOO euros las pérdidas no compensadas de los ejercicios anteriores, Du¡ante el ejercicio de 1999, la empresa emprenüé una

reorganización total del negocio, en especial del sistema de prcdrrcción" con la colaboración de rma emprcsi¡ orterna de organización I¿ marcha del negoclo mostr,ó ya slntomas de rtcuperacién en el ejercicio de 200O, en d que las ventas superamn los 7,5 millones de eurog cifta préxima a la m:ixima en la historia de la emprcsa.

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Durante todo el tiltimo ejerticio; Bosch y Pliego, S.A- no ttn¡o difrcultades en el $¡minisüo de primeras materias. Por d cortrario, durarÉe este tiempo, Antonio Pli.go, socio y cuñado de Bosclr" que se ocupaba frmdamentalmente de las compra:¡ y de las relaciones con los proveedorcg trató de apmvechar todas las oportunidades de obtener buenos precios compraado en cantidades superiores a las necesidades inmediatas. Pliego pensaba que de est¡ manera la sociedad se hallaba preparada para responder a la cifra de ventas que su situaciór en el mercado Ie permitía €sperar. Este aumento de actiüdad planteó ulos problemas de financiación que no se habían presentado hasta la fech4 por lo menos con tanta agpdeza, y la empresa expeimentó diñcultades para atender el pago de las mertancías compradas, con lo que, adenuis de

mantener una tesorerla excesirnmente €xigua,

la cuenta de proveedores alcaazó un

saldo muy elevado.

EI plazo habitualmente ofrecido por los proveedores era de 9O dias. Sin embargo, en más de una ocasién se habían tenido que pedir prorrogas para obtener mayor plazo,

oc¿sionando

el

saldo acreedor actual. Algunos proveedores manifestamn su a exigir con más firneza el

preocupación por este hecho, y en general tendían cumplimiento de los plazos acortados.

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Bosctr y Pliego,

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Algunos familiares de Bosch y de Pliego tenían por costumbrc aolocar temporalnente sus ahoros €n la emp¡esa en calidad de prestamo, perribiendo sobre sus saldos un intercs contmctual. uno de estos familiares habia pedido, hacia fines de aüo, rm Éembolso pa¡ciál de zu depósito. Como este pago suponía r¡na nue\ra dificultad para la empr€sa, Bosch habia rogado a la persona interesada, que mantenia buenas relaciones con los banqueros de la ciuda{ que le ayudara a obtener un sedito para poder compensar esta retirada de fondos. Hecha la gestión con éxito, se obtn¡o una póliza de

crüito

personal de 75.000 euros por seis mes€s, sin la garaatia del mediador.

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r;riz de estas negociaciones, Bosch two la impresión" que no fue erpresamente confirmada por los banquercs que visité, de que si el volumen del negocio lo exigia tal vez podría obtener un aumento de sr¡s limites de descuento de efectos. No obstante, los nprcsentantes de los bancos le recordaror4 por rma parte, la necesidad de negociar stos aumentos sin ¡efirrrir a encederse sin preüo aviso dd limite acordado, y, por ota parte, la necesidad de mantener saldos rprcporcionados¡ al volumen de descuento coneedido. En el pasado, algunos bancos habian ori$do rcuentas comparsatoriasr con saldos medios en tomo al z$vn- del descuento concedido, que se naterialüaban a base de retenciones en las remsas, con regularizaciones periódicas En este momento ningun banco les imponía formalmente mecanismos de ese üpo, pero Bosch creía que pan tener posibilidades de ampliaciéu del descuento, la empresa debería adoptar una poHtica de saldos bancarios de entre el 5 y el lOA¡ del descr¡ento concedido. Pliego no compartía esta opinión, añrmando qtre rlas cuentas bancarias no sirven pa¡a ganar dinero y, portanto, cuanto meüos saldq mejorr. Mientras pensaba en sw problemas, Bosci insistia al contable para que, cuanto antes, le presentara el balance y la cuenta de pérdidas y ganancias a 31 de diciembre de 20ü), con la inteucién de a¡nrdarse de esta sittración, más cercana m el üempo, pam llegar a alguna conclusión- Al firl, el 25 de enero de 20Ol obtwo los documentos deseados, que 5s ¿q)mfañan en los Anexos 2 y 3.

El balance a 31 de diciembrc de 20(X) sí se basaba en un inventario ffsico, tanto de materias primas como de géneros en cutlso y acabados" La valoración de las existencias se hacia de la siguiente forma: coste de adquisición pam las materias prinlas y coste de

fabricación seg$n escandallosr para los productos terminados. Este ultimo venia a r€presenbr aproximadamente un 800b sob¡e el precio de venta. La cuenta de resultados de la emprcsa valoraba también el coste de me¡cancias rrendidas en un 8(Fb de la cifra de ventaq de acuerdo con los escandallos. Esta fonna mdimentaria de costes estándar daba lugar a una cueuta rinica de dewiaciones, cqro saldo tro era nunca demasiado

importante, y $¡e se liquidaba anualmente en la cuenta de rotros gastos de orplotaciónr, cuenta que induia además eI ¡esto de gastos generales, coa excepción de los financieros. Los géneros en curso se valoraban en bloque a un promedio ent¡e el valor de la materia prima empleada y d v¿lor que se les asignaria como génems acabados.

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La firrra estaba clasiñcada para €l descuento de efectos de comercio en varios bancrs de la plazq hasü el ümite de 1.300.000 euros en coqiunto, que en ocasiones habla sobrepasado, con la tolerancia de los bancos. Pero a pesar de haber hecho uso a fondo de estas facilidadeq no habia logrado sup€rar las dificuttades financieras. Estos problemas no habían sido iguahnente intensos a Io largo de todo el ejercicio, pero Bosch creía gue las causas que los habian motivado podian haber sido siempre las mismag y se esforzaba en encontrarlas para poner remedios adecuados.

La empresa nlmca se habia caracterizado por la ggilidad de su adminishación, y el balance más reciente disponible en aquellos momentos era el ccrrado el3l de jqlio de 2Oü) {Anexo I}, que el conteble habia preparado en septiembrr a petición de BoschPor la forma en la que se originó, este balance no se basó en un recuento ffsico de mercancias, cou lo mal todas las cifras de inventarios y, pr tanto, las de resultadoq debian considerarse como estimaüvas. Además, en la ciF¿ de resultados todavía no estaban deducidas las dotaciones a amortización del inmovilizado, tanto material como inmaterial, ni tampoco se había hecho u¡ra provisión para el impuesto sobre sociedades. Por oüa parte, por la naturaleza de las fichas de almaccn, no se distiaguian los géneros en pruaeso dc los acabados, por lo que en ese balauce aparc