[1986] Arnheim - El Pensamiento Visual

El PENSAMIENTO V 1 S U A L R. A R t')l H E 1 M P A 1DO S ~ S T ET 1C A 1 .. . \ 7 Paidós Es1édca /7 Rudolf Arnhci

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El PENSAMIENTO

V 1 S U A L R. A R t')l H E 1 M P A 1DO S ~ S T ET 1C A

1 .. .

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7

Paidós Es1édca /7

Rudolf Arnhcim

EL PENSAMIENTO VlSUAL

l. L lknevolo la ciudad .1' el arqu/t('C/IJ

2 S.

Kr.~e~uer

De Callgarl tt fllt/(-r Histortu pslwlógtell del cill(' lllemáu 3. R.M. Rllke CarttlS sobre Cl!zotwe

.f R. Banh:un

T(!()rla y dtsetio ~~t la primera t'ra d~ lo mdquuza 5. A Barre y A. Flocon La pers¡wctit·tl cun'ilíneo Del t~paeiu t·tsua/ a la tmt1Rf!11 CQilstnlidtl 6. R. Arnhom El CllrP como art~ - R Arnhllfoml> Prcss, Batclcy y Loo Mt?'!f• confuuse en •los ie:ntidos les sirvió a los sofistl$ pon apoyar su csccpoasmo ~· pero si"i6 cicrwnente al mismo uompo para estable. c:cr t. C'OI1C"epci6n .de un mu~ flsíco sin di\·isi6n, unido por t. ky y el orden nottm~les. la vanedad cacSua del mundo terrestre podla ahora atril>uir$e a una lectura subjeti\'3Jnmte omdo. Sin .lu.go~ • dudas, la ch•iliuci6n occidental ha obtonido gran pro,•ecbo de lo disu~~tón entre el ~~n~ objetivamento existente y lo percepción que de t'1 so uene. Es una dttttnoón que es1:1bleci6 la diferencia entre lo ffsico )' lo mental. Era. d comienzo de la psicol~o. Tal como acab6 por ser practi· cada, la p>IC'Ologu nos pr \"C =nidos estos fnrmu, lu distiosut también cnrrc •i mediante b definición de la naturaleza particulAr de Cllda una de ellas. Observamos que, de acuerdo con Pbtón, este prooedimiento exige also mú que la mero habílidad de manipular conros. E.l cor~cter común no se descubre por inducóóo, esto es, por una búsqueda mecónica de los elemcnros compartidos por todas los especies y lo subsi· guiente intevación de estos elementos en una nueva rotalidad. l-Us bien, para descubrirlo, se debe discernir Lo totalidad de eu forma gomrica en cada iJe• perticular, como se descub~ una 6sura en Wlll ima¡;en poco clara. Ademü, eslll operación se rdicre a las formas gcomcas sobmente, no • los casos particula= que perciben los sentidos. Sisue co píe el probiCmt de cómo se con«en esw fonnss, puesro que la experiencia sensorial puede mg;o· ñamos

El intento de Plarón de llegar a gencralicbdes estables a tra•b de opera· clones lógicas del pcosamienro es completodo )', quizll, oonr..dicbo por su profunda cn:cncia en In sabidur!o de la visión directa. Tenemos aqul, pues, un segundo enfoque que se expresa en el mito de la cavemo subrerrofla di: Pta. tón Llegó incluso a excluir las imágenes sensoriales enteramente di: lo jen.r· qulo que ve desdl: las mis emplios gcneralidlcks hl>ta las penicularidades tsngibles. Pera ~1. el árbol de las diferenciaciones 16gias terminabe en el ni· ve! di: lu especies. Las imigencs ..,..,,i.Jes eran opecos ..:!lejos fuera dd sistema de realidad. Paro obtener provecho de lo que los sentidos ofrecen, uno tenlo que seguir el eje.m plo de los matemáticos, quienes hocen uso de las fonnu visibles y razonan sob..: elles aunque ono piensan en cUas, sino en los idees a lu que se asernej=•· La wrdadeno visión se deseribe en un pi· saje en el que se lo menciono como una ilusrndón de e6mo el alma debla comportarse poro con el Supremo Bien: Y el alma es como el ojo: cuando ~ en algo en que la Ya"Ciad y el resplat>dccm, el alma percibe y a>mpreade y ad ..dlanrr de intc:lipcia; pero cuando se vuc1... bacía el acpú>culo del devalir 1 • doadc:ncia. s6lo tJCDe opini6o, 1 mela ...:iWm, SU$tentando opini6o prüDcm y lucao oua, y per«r oo tmer mtdigmcia aJ&une

da inmediata. Procura las geoeralizaciooes vaciadas que han becbo posible la ciencia modcma. Estas gcneralizacionc se limirao a lo que todos las instanciu de una familia de casos tie21 en común e ignoran toda Oll'll cosa. Son pr;:cisamente lo ronrcario de los g6~rros platóni alejan al p«cipientc dd impactO dim:tn del econtccimiento explorado. Poder ir mú all' dd efecto inm.diato de lo que actú.t sob~ d p«cipimte y de IUS propias acciones lo capt.cita para examinar el componamiento de las cosas exiltcntes con moyoc objetividad. ~ permite intcruarse por lo que es, mis bien que por lo qut' se le hace o lo que él esti hacimdo. La visión, en particular, como scllll6 Hans Joms, es el prototipo y quizás el origen de b Uori•. en el sentido de mirada desapegada, comcm.

placi6o.

La condUt'la inteligente en una %Olla sensorial panicular dtpcndc de cuán medio. Es nec:esario pero no suficienrc que los datos o(r=an una rica variedad de cualidades. Puede decirse que todos los sentidos lo hacen, pero si estas cualidades no pu.dcn organizarse en sistemas definidos de fonnJ, procuran escasa ventaja a la inteligencia. Aunque los sentidos dd ol!ato y el gusto, por ejemplo, son rkos en matices, toda esta abundancia -aJ$>""pectiva de una pauta particular de caracte· rútlca.s que rouespoo«n a esa clase de pcr:sona. Por unto, no existe dife. renda en principio entre concepto y percepto, lo que coincide pcrfecumente con la función biológica de la pcn:epción. Para que rm~he útil, la percepción debe instruir sobre las clases de las cosas, de otro modo los organismos no podrfan saar provocbo de la experiencia. Sí una pouta pcroeprual es de organizoción simple y dilicu claramcne de w medio, time, por lo mismo, podes posibjlidades de ser fkilmentt reconocida. Tambi61 en estt caso los deseno ,;...n•mes bioJ68ims pueden senir de ilu.stnción. Tienden a ser colores, fonms o movimientos simples y dife=ci.odos, que se desanoU.n en la evolucí6n como signos sobre cuya nebl idenridad pueden edifiarsc respuestas instintivas de los animales. La idmtifieación, pues, presupone uno pouta identificable. No se pue« reconocer algo como coooeido, esperado u objeto de reottión a no ser que se lo di=imíne por su carkter netamente definido. Estoy describiendo la perctpci6n de la (orma como la capLKión de rasgos estructurales gc:n6icos. Este enfoque deriva de la psicologla de la Gestalt. Existen OtnJS ttarias, en espnct'J>' ciones de la rellidad. Son dos aspeci6o ele b forma ea d espacio tridimensional ilustl'tl esto ele modo más asombwoo todavri"' Mienrras no se alto« sino b distmcia • que se eDC\Ialtl'tl un objero de un observador, el cambio sólo afecu al tamaño del objeto: se rec!ucr o c:r en este caso el contexto de otras siruaciooes puede ser ,.......ño para ~ surja el canktc:r de lo particular. Este tipo de obstroecióa, por supuesto, oonsti~ una ocrividad rognosciriva de sumo complejidad. Requiere una ~te ~. ol perdbir una cosa, no se limite al ospccto que recibe en un momento dado, sino que sea capu de ver lo momentáneo como parte integnnte de un rodo mú amplio, que se dcsarroUo en una secuencio. Williom Htp~rtb observó que •según el modo corriente de percibir un objeto opaco, es posible que la parte de su supcrlicie que enfrento al ojo seo la única que ocupe o lo mente, y la opuesta, mú aún, todas las ouas, oo ocupan de modo alsuoo el pensamiento en el mismo ~ mento; y el mmor movimjento que bogamos paro to:conocxr cualqwet oao ospccto del objeto, oonfunde nuestro primero idea por no baber conexión cnuc las dos ideas que nos hubiera proeurado naru~te el conocimiento completo de la totalkla.d, si la hubiénmos considerodo ontes•. En realidad, esta desventaja no se descubre tanto en e.l .modo corriente» como en pint·c>rcs que se han adjesuado poro restringir su atcneión a lo que sus ojos veo dcode un punto de vista particular. Pero aunque el hccbo de advenir que una cosa tiene muchos aspectos y percibir cada aspecto parcial como una apañción de lo totalidad es muy corriente, no debe uno ignoror cuAnta int.Ugencia implica: una intelisrocio a menudo no igualada a niveles más altos del funcionamiento mental. La penístencia de t. formo, como la clcl tamaño, el color ct~era. puede percibirse en cuolquiera de los dos modos descritos más a~ba. El tablero ~ una mesa se percibe como un rectángulo, pero una pcnona común no ~ concirocia de las desviaciones de la perspectivo que uúlin la abstnoc· oón. La causa de esto es que lo generalidad iniciAl de un concepto vúual se diferenciari sólo eo la medida en que lo 6nalídad del observador lo CDJL En la prictic:o de la vida coticljaoa resulta úril ver la mesa como entidad indepcndic:nte y usar los aspectos de la pcnpcaivt de la imagen sólo como Indices de La siruoción relativa del objeto rupccto o! observodor. Esa pdc:tic:o k rdleja en las etapas tempranas del ane, que reproducen la f0001 objerivo 'Y pcrmaoc:ote de loo objelot W1 6elmente como el medio lo permite; un cubo 63

pucd2 puede abondonn su propia est•bilidad ron objeto de aJón ( •figura de forrnoción uherio,..) o simuh4nea~te, se bao: evi· dente una disponibilidod semejante, Por ejemplo, en la Figura 6, tomada de

Kohlcr y Wall.ch, la mitad izquierdo dd n:cúngulo se red~ y compenso de ese modo su rdaci6n asiJnroú::a ron d clrrulo, Esto tiene por resultado un mejor equilibrio entre las dos masas. De monera semejante, en la Figura 7 d ruadrado obandooa su propia figura regular y Je redUtt hocia la izquimla, contrabalaneeondo así la oblicuidad de los dos lados dd ioplo; esra distorsión se aproxima a la simettla dd eonjunto tan estn:dumente romo lo permite d esdmulo, mú bien vigoroso. En muclw otras de las U.madas ilusiones ópúQIS pueden observatse efectos de re QUe! c:snbsc· le sulicientemcnte a un chimpancé. La tutocontinente fonna circular &: ada uoo de los chscos subraya el otrÍcta poco coherente de las unidades SCP"· radas y cerradas de La =Wguración. Un sujeto humano adulto podrla b. lLn...: en una situación similas CU2ado, preparado pera la busca de rriángu·

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los, se cnfrcntan~ mn un rotdro en el que las 6guras oc agruparan tJian. gularmente sqún el estilo del Renacimiento. A DO ser que estuviera iniciado en los rc:finamientos &: la oprcciac:ión artlstic:a, la acumulación de las 6guras rcnacenU.tu puc&: no constituir para 8 un conjunto triangulas. Tal seña el cuot cierc.amaue, para un niño de dos años. El hecho de extraer un clcmmw particular de una con6guraci6n muestra que lo inteligencia interviene en la pcrcqxión misma. Muy en general, b inteligencia consiste a menudo en la habilidad de descubrir un rasgo oculto o una relac:i6n disimulado en un contexto adverso. Se trata de una h•bilidad que puede llevar a importantes descubrimiento•. Al mismo tiempo, la resistencia del contexto a una operación semejante plantea un problema peculiar. Dcspu~s de todo, la advencncia de que •no se deben ronsidullf las cosas fuera de rontcxto• está plena de buen sentido. El aislamiento puede faJsifi. carlas, distorsionarlas y aun destruirlas. En el mejor de los casos, pueden cambiar. Se pLantea el siguiente y curioso interrogante ¿hu"' qué punto es desctble poder Uevar a cabo esru e>ttn un tri"'aWo que dcsonsa sobre uno &: sus 'oéniccs como el equivalente de un trüngulo que desama sobre su base, pero DO bacm lo mismo una 1'11!.0 o una gallina. Incluso una peno,. adult.a, capaz de Uevar • cabo tal rransfercncia. advertirá DO obstante un cambio cldiniúvo &: cacáctcr y estruCtUro cuando u posición en despacio de una 6gura se altera. Por arra panc, es bien sabido el hecho de que los niiios que no ti~:JXD todovút cinco años no enderezan las figuras que pueden estar sosteniendo del rc.-6, y reconocen los ob¡etos que se encuentran en una posición anormal con más facilidad que los adultos. KOhler comen~ .En este sentido son capaces de más altos logros que nosotros•. Pero unas pocas pági· nas m's ad.Jante desaprueba la opinión según lo cual uno de los romponentcs nccesarioo de la percepción de la forma es la capacidad de rccoooett una figura independientemente de su orientación en c:l espacio: •Evidentemente:, desde este punto de vista, la pcrttpción de la forma entre Jos adultos seña sorprendentemente inferior a la de Jos niños•. Probablemente d niño no abousc en realidad una forma del mntcxto de la oricnt.aci6o cspac:ial. Este conte>UI'$tO de antemano por su propia condición humana, no hubic= tenido modo de excluir la poSIOilidad de que la analogía se basara en eúterios ponmente ruanñtaÜ\"05, t. amlogía podria basarse, por ejemplo, en d IJÚmero de puntos idb!ticamcnte situados eo los pares de c:oafiguracionc. En ese caso, ningún ojo humano podria resolver el problema, mientras que b computadora lo bana con facilidad. Al decidir que la tarea ea ropológica, el expeúmen..OOr babia dado el peso intdectual decisivo para la 501ución ances que se requiriera el concurso de la rompu,.dora. 0., este modo, evicó que la m6quina pasara revista a un

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número infinito de rd.ciooes no pertinem~. como habri.t t.mdo que b2Cfi de haber funciolllldo autónomamente, y ~•o es juswnente Jo que tendrla que ~ si se tomara en acrio su eompe1encia con el cerebro. Confrontada ron la w-es secundaria de averi¡uar qu.! relaciones se opliam a tu configuraciones que se: investigan, hice su t.rabajo de manera puramente meánica. Coos;dera todos los criterios para la unión de Iu configuraciones cbdu y han. la tespuesta correcta de modo más squro y quiú más velozmente que el cerebro humano, pero sin la menor huella de inteligencia. La eficac;. prícrica de las computaciooes realizados a velocidad decuónica tiCJ>de • b2Cfi que el obsc:zwdor olvide la inferioridad intel.aual dd pro=fimimto empl02do. El cerebro se encoOtrul.o en la misma situación precaria si no pudicta depender de lo perttpci6n. Sólo la perttpci6o puede resolver los problrmu organiutivos mediante W\1 intenoxión su6cientemente Ubre entre todas tu fuenas de campo que constituyen las con6¡¡uraciooes en roo>ideraci6n. En principio, por supuesto, d manejo de problemas orgaoizativos por medio de procaos de campo no es acoesibk a !u oniquinas. Poros cienúlims ctten toclovla que los .,....nismos orginia>s poseen caracterúóeti físicas que no poedso reproducirse eventul!mente por medio de aparatos de hbr:iaKi6n humana. Si algún ella la ,q,lica se conmuye, puede suponerse: que 1s mi· quina dcsplique la ~pecie de inteligencia que se encuentra en d comporta· miento perttptual dd hombre y el animal. Esto, más que refuwlo, confir. maria mi argumento. Puede que alguien est~ dispuesto o conceder que la diferencia que intenté describit existo, pero puede también que no esté ronvencido de su impor· tlncia: .Después de todo, los problemu pueden resolvuse por cualquiera de los dos pro=limieotos, y uSted admite que la m'qUÍilll puede ocruar ron mayor seguridad y rapideu. Ese observador puede también señalar que la percepción, después de todo, se ba.. también en el procesamientO de ele· memos y, además, que se hideron intentos de reducir d principio de simplí· ciclad, sobre el que se basa la orgoni:taeión perceprual, • un método ruanlÍ· totivo. Julíon .E. Hoehberg, por ejemplo, señAló que la versión esttucrural· mente más simple de W\1 configuración percepruol es lo que puede describirse o construirse con un mfnimo de inlormoción. Dio ejemplos para mosuor que cuanto menor es el número de ingulos, segmentos, puntos de intersección, eu:étera, que con~tituyen la figura, más simple es la organización perceproal. Supongamos que con algún re6DJ~miento de lu categorías de punujáa la prumcia invisible de lo que se necesi~ para Uevar a cabo su función Un puente se percibe cnmo algo sobre lo que se camina; un monillo, como algo para asir y blandir. Es~ extensión es algo mud,o más tangible que lo que seria una mena asoc:iaó6n enae un objeto 1 su uso o la mera comprensión de la función dd objeto. Se tra~ de la mnsu· mación perceptual directa de un objeto que aparece inrompl.,to en tantO no .., lo empke. ato .. hace ""idence cuando miramos objetos semejantes exhibidos m un mU$CO o una exposición de arte. Situados junto a las obus de arte, .., consideran ahora sólo en cuanto a pura forma, y la ausencia de su función visible puede alterar su apariencia de manera sum•mmte extraña. Unas gafas, privadas de su connotación a causa de una exhibición semejante, se convierten en un fontlSma ciego con aspeeto de araña. Algunos anisras modernos han logrado alienar lo fomilin a base de, senciUamenre, presentar utensilios de la vida cotidiana CIOmo si fueran objetos de CIOnttmplación. R«onoci.mi~nto

La inttnK't'ÍÓn mú údl y más corriente ""'"' la percepción y la memoria se prodUtt m el ~nocimiento de las cosas que vemos. El conocimiento visual adquiddo en d pasado no sólo rontribuye a detectar la oarurale:za de un ob¡eto o una occión q"" aparece en el campo visual; le asigna adem2$ al objeto presente uo lugar m ti sistema de las cosas que constituyen nuestra visión wtal del mundo. De "''e modo, casi todo atto de percepción implica subordinar un fenóme11o particular dado o aig11n concepto visual, operoci6n muy dpies del pensar. Como ~ antes, "''" suborclinaci6n sólo puák tener lugar si la ~

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ci6n implica tambi~n. en primer lugar y fu~amenta~nr"•. _la formad~ de un tch. 'El reconocimiento prauponc la prumcia do algo reeonocible. Es cierto que la perttpci6n y el reconocimientO esdo i~l~~ . c:;mot;J10, --L ·~-- que la _ f~ t ;• ...:.cft pnm•na cnutll:ICKlodos . Y• un Sl• se consaucn • 5 del estimulo es demasiado elemental como para mucha atencióo, uno se pierde el imponante e interesante espectáculo de la inteacci6n enae la esrruerura sugerida por la formaci6n de la CIOnliguraci6n del "'tímulo Y los componentes puestos en juego por el ronocimienw, la txpeetativa, los deseos y los miedos d de lo almacenado "" la memona. Los conceptos fofllllldos con ayuda de la ~ria conm'buy"" a es~ búsqueda, pues no son menos Btxibles que los perccptos. Bajo la presión de lA necesidad de descubrir una ecuación aros de los objetos (tdeu ':"mpleJu)_y, por últtmo, a los coneeptos (ideas abstractas). ¿lnten.W describu estos drvcrsos fonótnax>s mentales como si fueran una y la aúsma cosa o dejar mis bien d problema en mspenso? Probablemento esto último porque • Locke no k dejaban satisfecho la oaruralczo y la siruoción de coocq>tos como fonótnax>s de la mente. Dcda:

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........... o

aperf6ru, ptá:ómas • las parti

todam inez. paimentada, como las partkulares. Si uf les panc:cn a loa aduhos, es porque mgulu; ni equili1ero, ni isósceles, ni etealmo: sino todos y ninguno a la \.u? En c:f«to, se t:rata de- algo impeñtcto, qur no puede existir: una idea en la que se •únan 11lguruas panes de: varittJ ide-2s diferente. e incoherentes. tu DO _, tan evidema o smrillas pora loa ru6oo o la mane

Locke concibió bs generalidades como recursos tempo1'11les que le eran necC URII falda de color occndo; d lmmilde preteodiente me prodln el destello de una 6sura ioclinada cuya únia pane visible con claridad ea la espalda arqueada. aunque a ,...,._, veo """"" uni dacripáoocs deben rcr de por si evidentes o irreales como un cuento de hadas. Esta en la voz de 0n.1 nueva era. Con tanta claricbd como la pslabrs lo permite, Titcbco« scii.tlaba que la inmmpletirud de la im:sgen mental DO es sencillamente una cuestióo de fragmentación o aptocióo ~te, sioo una atiiCierlsúca pooitiva, que distingue la captoción mental de un objetO de la 011uralca flsica del objeto mismo. De este modo evi~a d error de estímulo o -eomo con ocíeno dice que habm que llamuk- el trror tk cou o el nror dt ob~to, esto es, la wposicióo de q"" la rrpresrntaci6n que se haor la mente de uoa cosa es idbldca a todas o algunas de propiedadco objetivas de lo cosa. La rd'cnrncia a la pintul'll y el impresionismo es signi6catlV11. Las descripcioors que haa: Titrhener de la experiencia visual difieten tan funcb.meoto.l· mente de las que hacaJ los ouos psicólogos, como la pintura de los impresionistas de las de sus ptedeeeoores. A pesar de lu considerables libertades que se tomaban los anisw anteriores a la genrl'llción de Edouard Manet oon los oblctos que pint®.n, la convención oerptacb era que un cuadro debíA o~ una fiel rrpresen1ación. Sólo ron los impresionistas comemó L! trotla estéru:s o acq>llr que la imagen pictóriro es antes un producto de la mente que UD depósito del objeto flsimbr~ro o bmdn11 pueden ser rQOnoblemente concrew, mientru que las !tW de las u soluó6o de problemas teórico. aige con6gurociOOditntC$ obtuvieron en experiencias preliminares, dibujos destinados a representar concrptos especlficos. Son probacos espooúncos roo poc:a o ~n• pretensión de nlor estético. Miss Abipil An~ll les pidi6 a sus SUJCtOS, en su mayoru compañeros de estudios. que describieran m..diante dcbu¡os ahsr~tos. las nociones de Pu•do, prtJtnU 1 fulkro, Dtmocrocitl y Butn )' mal m•lrímonio; Miss Brin• Captan uobojó en condiciones scmqantual. Peto el concepto de por si se rdim: directamente a dos personas (úieu. Por ta.nto, muchos sujctos describiCIOD d matrimonio cn sus dibujot como una reLación """" dos unid:Jdes. Como tcnlan quc reptcsentarse tanto el buen matrimonio como el malo, las dos clases de IDlllrÍmonio se mosuaron rnerwmcnte difUJOblrs. Algunas ,..,... se ptcSCtiiÓ la sola relación, sin intento alguno de ckrivub de la natmalcza de los miembros asl tclacionodos. Dos drrulos ~rwlnc dcscriblan una tclación, dos drwlos supc1J>U de dos sinuosas paralelas. En d dibujo JI , el CODiexto social \"Uel\-e, vengativo, en forma de dos s6li· dos siniesti'OS que lu a1rapen romo corre romiqut:tes y Lis obligan a agiJarSC coa bastante violencia. En los dos úlrimos dibujos. = embargo, su desarrollo w lleva más aiU de la presión del medio y se dtva.n en una armonla dcfi.

!"'•=

niüva.

o Fisura 41

En d rraba¡o del estudiante que n~esit6 r~ dibujos para llegar a una enunciación satisfactoria, puede irse descubritndo d enriquecimímto gradual dd concepto. Una descripción verbal basronl para dar una idea de b eomplejidad aecic:nte. Al principio hay un movimic:nto ascendente de um forma ..m,ulor, que sigue una linea espiral en el primc:r dibujo y llena la segunda hoja eomo una gran cuña en punta Esta cuña simple sufre ahora iorerrupo cin sólo l1 trodua:ión de los producros del pensamiento, sino t. sangre y t. eame del peos~miento mismo, y que una gam~ inintcrrumpicb de interpretación visual aborea desde los ademanes humildes de la eomunicación cotidiana • los eounciedos del gran ane.

as

Figuro 44

Similara rosgos pueden hallarse en la obro de los ortistns, por ejemplo,

en los bocetos que lmo Picasso paro su Guemica. He mostrado un hbro sobre este ttma que lo continuidad y lo ló~tica subynten rras d desarrollo desde d primer boceto hosto lo obro completada. Sin embargo, también estos di· bujos y pinturas pueden oparecer a primera viJta como una secuencia de saltos erráticos que von desde las petspecúvu muy genenales a 1~ detalles y desde éstos a aquéllas, en un iu•Ro incesont< por d que se combmon los ~ementos constitutivos bolsicos de modos siempre renovados y muchos camboos de esciJo y de tema. Sin embofBO, lo obn1 final es uno slmcsis de los adquisiciones puestas a prueba, un enunciodo cu¡-. compktilud y necesidad impiden toda DUe\'D modilicación. fuy, por oupuesto, profuncbs diferenciu entre l1 obra de un arúsla .y los garabatos de nuestros alicionadoo. Esto seria todavfa o:Ms evidmre si, m Ju. ¡tU de csc:oger ejemplos odecuadoo de aperienci.u, reprodujera al azar una sdecrión de todos los dibu;o.. llubo muehos qacicios avmtutadammte p~

as

H6

147

8 . REPRESENTACIONES, STMBOLOS Y SIGNOS

Los simples dibuJOS lineales pocdm dar forma visible a las ronfiguracioncs ck fuuzas u ocras caraneriscias estruCturales. Los dibujos del apículo p~ce cksaib!an la natural.u ck los buenos o los malos matrimonias, de la cl!an las pcnonas que los dibujaban. Conli¡¡uracioncs social n!plite iwtnan2 para que produzco n!plias de las cosas, pero no est' naturalmente preporaeio o una iglesia que corona on pueblo situado Jtracta sugcrinl siempre uno &fu lejanlo. No puede transmitir la sensual sedosidnd de la lona que traJlSmite una bueno fotograflo en colores o uno pintura realista. No puede mostrar b ani· m•dón del bonco, sus gentes, sus cspl~ndidas salas. Por otra parte, DO tiene occesidad de limimrsc a l• mera identificación de los propiedades cstructtml· les pertincotc:s. Todo diseño tiene cualidades dinámicas que contribuyen u ·la ~nw:terizoción del objeto. Lu formas simples pueden ••·ocar las cualidades expresivas de Ocxibilidad, vitalid.d o armonio. Esto clase de CVOC' d cerebro dc:l hombre, la creación mis dif..rcnclada de L. narurole211. Oc:sdc d punto de visto ck la cxpmcncia, b limitación o la parte inferior ck la cscaJa pro\'oc:o una J>C'fSpecóvn matcri• lista y urilitoria, sin d soeorro ck ideas mnductoras. Al ni,~l superior, obtc· ncmos una es~ación an6nica, el manejo puramente formal de proposiciones o normas teóricas.

Toda restricción semejante dc:l pensa.mi..nto y la expresión dchilim la va· 16~

tu

enunci.Oooes arústicu. En una dvilizaci6n ideal, ningún objetO se percibe ni ninguna occión se ej«u10 &in que se despliegue d paoonma, &in limire 6jo, de los aMlosos, que apunllD a los principios condoctores más a.burac_tos; e , inversamente, ruando R ~jan formts puras y gméricas, ~ d razonamiento humano resuena la experiencia de l• existCIICia particular, que le da sustancia al pensamiento.

lides de

9.

LO QUE LA ABSTRACCION NO ES

NecesitAmos y quaemos reconstruir el puente entre la percepción y d pensamiento. He intentado mostrar que la pe1tttpci6n y los elementos perc"' d único p!OCedimiento pur-atnent< ciontífico aplieabk a los h«hos, oo con11minodo por ninguno opinión preconcebida:

comienza d nombro de sus podeotes, poro os posible quo so intersión mú eruda es, hoblando algo gJOJenmaJte, lo

siguiente: d descubrimi~to a~d6co o la lormulaci6n de una u:oria cieotUica comic:nza con loi daros. &in adorno tlguno, que: pnxun.n los ICDÓdos. Comir:nu ron la 1imple oboorvoeión -observacl6n limpie, lin dim:ci6o, desprcjutci•da, ingenua o ih()('tnte-, y de estos datos sensoriales, eoa.r· nados en simples p10pnsirionn o doleripciooes de hechos, wrgirán y adqui· rián forma lu genc.r~liudoncs, casi t'Omo si esruvicra teniendo lugar un prOOIIZ de in,.,.ili:zor los sJobos oculares po< btnes pcrlocloo Má mna fijamente o ou aJmledor clunn~ pcrlocloo pmloopclol Cuando tiene (UIIfO serna~ poA n•• columpiar un aniDo. .. en la lineo ettano de su visión, y él lo mira. Trso ir más olió de la 6gun p3ltiru· lar y abamor toda uno eoJero de trúlngulos. Si concibo dos de los lodos como IDJinecilw de longitud indefinido, ~tnKias de manera tal que puedan gir:tr independientemente o tro\'~ de todo el medio circulo (Fig. Slb), advierto que. .se211 CWJ.les fueren sus pooiciones, constituiriJI tres oeaon:o que Slliil!lrin la oüsma totalidad semicin:ular. Cuando un ingulo crece, so \'ttÍDO decliru. automiñamcnte en ~ oüsmo gnodo. De to dirumico. la generalidad que se prttende aludir est' rtpresentada por b sencraJjdad percibida.. Jcan Victor Plll>l%kt, en su trotado sobre las propiedades pi'O)'tttñoas de bs 6guras, da ouo cjc:mplo. Alguien pruebe que dos triángulos !OD geomérncammte semejantes cwodo uno de los tres peres de lados coaespoo-

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dientes se: unen formando un ingulo rttto ( Fig. S2.r). Esto prueba puede gener.lixar&e polra señolar que no es necesario que los :ingulos =gan 90" en su punto de encuentro; su ~ido puede ser cualquiera. ~ Wlto sean i~. l.t proposición resultar.! v4hdo. Podemos mostrarlo, dice Poocdet, haciendo rotar uno de los triingulos. El 'ngulo cambWi en lo misma proporción en los trtS puntos de encuentro. De hecho, nos damos ruenta abara que si in,-crtimos la proposición y c:omemamos con dos triángulos semejantes en orieat.aci6n paralela (Fig. S2b), visu•lizamnos fKilmentt los tres p:arcs dt lados qut SlguttJ cncontriodoK en ingulo recto mientraS la oriea!3ción de cada uno de los uüngulos cambia rcspee~o de la del OtrO. Las Uusu'Orioncs que habitualmente lpolrci6o. Supone que la mentalidad de los griegos .., orientaba mis respeero de lo nktil que de lo visual, y considera que su enfoque de la geomeiiÍll era defi. dente en lugar de advenir que lo c:xploració.n de lu formas bisicas consti· ruye un primer poso positivo y necesario, sin el cual es imposible todo avooee ulterior. La percepción rempnn• de las formas simples y netas es tan cabaJ. mente visual como la posterior, que las haee disolver lu unas "" las ouu

romo fases de una secuencis unitaria.

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Por otra pone, si rcbammos un cono mnnt~enclo secciones poralelu entre ol o altttando su orientación mienoocelct, •para ampliar ideas, pan vincular, mediant~ una eadcxul continua, verdades que par=n remolU entre si, y para que oea posible obarear en un único teorema, una multitud de ""'"cbdcs panicuwa•. La historia de las sccxiones e6nicu muwn cufn esueelwnente R tela· clono la fonnaci6n de los conceptos con la pe""'pción de la simplicidad eso

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uucrural. Ponc:eler, un materoftico del siglo XIX, vio !. diftteocia mtte furDO lo l!nn. En ':' ~~ de w propied.tdcs proyeerivas de las 6guns, llamo 1 lu 6guas ~~· estados paniculares•, que diferencio de los cc:mclos gencnles o indcr:emuy diee qu~ la- únia di6cull*l radiar I!Viden~t7 en mrender qu~ se quiere decir con esos tbminos. cEn ada caso, !. distinci6o resulta sencillo: por ejemplo, una recta que se une a orn en un plano se_ encumua en un estado genenl, eo contraste con el caso en que es pc::rpeoc!icula o pan· Ido • esa otra línea> En nu.,.tro propio lenguaje y en lo que _a nuesuos propios 6nes concierne, podemos concluir que los coneept~ ar:lru:os surgeo cuando la mente escoge configuraciones estructurtlment~ SI!Dples de entre la continuidad de las t.ransformaclones, y los coneepros dinimicos, para abarcar todo um contJnuidad, a menudo tienen que superar el poder conservador de lu formiS simpl1!5. aus que eran esuucturalment~ netas y orns que

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El dcscubrimimm de la teorfo de lu scccioaes c6nic:as constituye un bello ejemplo de ~n m d pensamiento P_roducrivo. ~ abon, no fue muy feliz d lugn que le cupo 1 la genenli%lci6o en lo que di¡e !. form.aci6n de concqnos. Mosrn! que DO puede afrnnane que la absut1Cci6n primaria presuponi!JI un tcto de generalizxi6n. En cambio, los ~tos son generalidades desde un mmic:nzo, y el perwmiento se refina a troves de la diferencioción grudual de estos primeros coneeptos pereepruala. P~o • la mente le es igualmente neeeuria la operación inversL En el peosamtento oc:tivo, en espeeial en el del artista o el científiCO, la sabiduría avanza de mntlnuo trasladándose de 1o más porticular o lo más generaL T ,j generaliución tu••o lugar en el pensamiento ele Kepler, Desargues Y Poneelet cuando desarrollaron lo reorfa de las secciones tónicas. Advirtieron que un grupo de formas geom~tricas separodu -~lan agru~rse bajo un mismo encabezamiento. P o las mujcra). t. forma IICllPI dc Lo dicotomia se funda m cimas doos focroros y por q~ .;. ronrnbuei6n produce el efecro.

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. P".r supueoro, Lo obrerrci6n dd principio exige un más alro nivd de babi. hdad mreknwol que su 0\CN oplic.c:ión Sin la imporranc:ia orn. but~ • esta ':'"bilidad depende de los ,-aJores )' mer,;. ~ uno .., propon. 112 · Sr se: .,,..¡.... • ).., personas sobre todo por su capacidad Jlll%l la formulación

"""- hondo; poro 11mbim es cieno que sólo en b mmre de un2 penona con. Aal 1
úble. que el ene ~tico cnc:arm en su rq>resauaá6n de los objetos flsicos, revelan su abs283

tr.ICCi6n mú notoriam.,ne en los obras logradas dd aro. moderno no mi~. tiro. Tnlllré de Uu5tn~rlo mediante la compon1Ci6n de Madrt! 1! hiio m la Flsl¡a, de Camile Corot (Fig. 7)), con Dot jo,un, de Heory Moore {Ftg. 74).

6guntcioncs de fuerzas inherente$. Ejemplilican las rezones por las cuales la obra tiene algo que deeimos que nos concierne; pero no eoottituyen una parte inherente de lo obnt mismo.

Figura 73.

figura 73. -

Je.an BopUflc Comtllc Corot, M•dr. ' b1í0 m la playa. Colección John G. Johruon.

En el Corot, romo en los dos pintuns analiZAdos hace un momento, d esquelero estructunl de la composición (fig. Ha) transmite d tfPiidón inmcd..ua y especflica que deriva dc la expcó c:xcluida en principio, sigue planteándose si es o=ita. Como mcncion~ antes, puede de.mostrarsc quc todos los OtiOS 6nes que sirve d arte dcpenden de esta función cognoscitiva b:lsica. El arte, pues, se aproxima muy estrechamcntc a los medios y los fines de la ciencia y, para los propósitos que tenemos entrc manos, es mucho más importante reconocer cuánto tienen en común que insistir en lo que los distingue. En d CUISO de este apltulo 6nal, no obswue, sursirón algunas diferencias. (~ f{tJitirw ~ ute}

110

Quizú d excesivo honor que se les con6rió im¡Mdió a las artes de ouestiempo cumplir su misión más importante. Se las clcv6 por enciDUI cid 307

contexto el ción y conttpción, que intenté demostrar, sugiere que la comprensión inteligente tiene lugar en el dominio de la imageu misma, peto sólo si su forma 320

es tal que puede interpretar los rasgos pertinentes visualmente. Lo he dicho en Ot111 parte del modo siguiente: La edueaeión visuol debe basaiK JObre la premisa de que toca represmtaci6n pk16rie» a una es1urx:iaci6.n. La rcpresentxi6o piccória no prescnr.. d objeto mismo, sino un conjunco de proposiciones aobre tl objeto: o, si se prefiere, presenta el objcro como un conjunto de proposic:ionts. Si la represen11ci6n pictórica no logra formular las proposiciones perti· nentes perceptualmente, resulta inútil, incomprensible, confusa, peor que si no se hubiera contado con imagen alguna. Para desempeñar su tarea, la vistt debe conformarse a las reglas de la percepción visu•l, que indican cómo lo forma y el color determinan lo que se ve. En este respecto se han realizado gro.ndes progresos, pero es mucho lo que queda toda\'Ú por luocet. Unos pocos qcmplos lo mostrarin. ¿Qué es lo que sabemos sobre lo que ven eucumcnte los niños y otrOS educandos cuando miran la ilustración de un libro de texto, uno pdlcula o un programa de televisión? Lo respuesta resulta crucial, pues si el estudiante no ve lo que, según se supone, debe \-tt, falla la bese misma del aprendizaje. ¿Tc:nemos el derecho • sobreentender que una repraentadón muestra lo que representa independientemente de cómo sea y de quibl la mire? El problema se ignora con suma facilidad en el aso del material fotogri6co. Nos sentí· mos seguros de que, dado que las fotograflas &e tomaron meolnieamente, lÍe· neo por fueru que ser couecw; y puesto que son realistas, puede eonfiuse en que exhibirán los hechos; r como todo ser humano ha practicado desde su nacimionto d hábito de mirar d mundo, no puede teoet di6cultadcs con las fotograffas que reproducen fielmente los objetos. ¿Resultan rilidas estas suposiciones? En uoo de los primeros libros sobre : &oio, J2. Pcnsamknto prUDiri,oo: Uvy.Bruhl (181), aps, 6 y 7. Toolsmo: Waly O'Cx>Ddl (289~ Prino¡¡io de stmp~iciclad Amhciao pq. 209 y .;p.. lcd. ... rúsüca, póc. m , sip.¡. H.,U. (12J~ lotmdnnióo.

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