[01]. Ensayo [Sobre El Mito]

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO Facultad de Humanidades Licenciatura en Filosofía Cátedra de Historia de la Filosofía Griega Clásica Docente Omar Augusto Robles Aguilar Primer Año, Grupo Once Cuenta: 1620445

EL MITO, SU RELACIÓN CON EL SÍMBOLO Y LAS PROBLEMÁTICAS DE SU INTERPRETACIÓN Análisis de la mitología en el mundo antiguo como precursor de la filosofía

Toluca, Edo. De México, 07 de Diciembre de 2017

Francisco X. Romero Manjarrez

El mito, el símbolo y sus problemáticas

Francisco X. Manjarrez

INTRODUCCIÓN Comparado con nuestra abundancia, el pasado puede parecer verdaderamente pobre, pero nuestra riqueza de hechos no es necesariamente una riqueza del pensamiento. Si no conseguimos hallar el hilo de Ariadna que nos guíe por este laberinto, no poseeremos una visión general del carácter general de la cultura humana y quedaremos perdidos en una masa de datos inconexos y dispersos que parecen carecer de toda unidad conceptual. Ernst Cassirer, Antropología filosófica.

El propósito del presente ensayo es intentar rescatar el significado del mito antes de que perdiese su valor. Para ello me doy a la tarea de explicar la razón de su importancia para el ser humano contemporáneo y a su vez ofrezco una interpretación, bajo mi particular punto de vista, de lo que es el mito. Sustentando mis afirmaciones en las tesis de varios estudiosos del mito tratados en clase. Comienzo, en primera instancia, por postular qué es un mito para la sociedad actual y qué era para las civilizaciones antiguas, además le otorgo al mito un valor espiritual para que el hombre contemporáneo reafirme su importancia. Posteriormente trato la existencia del lenguaje simbólico dentro de las construcciones narrativas del mito con el propósito de comprobar que es posible la existencia de un “pensamiento básico” existente en toda cultura a partir de la cual se desarrollan los mitos que darán paso al pensamiento racional. En el tercer apartado abordo las problemáticas que muy posiblemente limiten nuestra comprensión del mito antiguo en su totalidad, lo que nos impediría desarrollar una aprehensión de su contenido más profundo con la intención de aplicarlo a la vida del hombre contemporáneo. Y, finalmente, ofrezco una conclusión y posible pronóstico acerca de cómo se observará este peculiar fenómeno humano al que llamamos mito, del cual creemos ahora habernos distanciado por medio de nuestras sapientísimas capacidades racionales, pero que, queriendo o no, sigue ahí.

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El mito, el símbolo y sus problemáticas

Francisco X. Manjarrez

EL MITO DEL PASADO Y DEL PRESENTE El mito en la actualidad Uno de los principales problemas que se tienen a la hora de intentar establecer una disertación -o mejor aún un diálogo-, con otras personas, acerca del mito es que como si de lógica hablásemos- siempre utilizamos equívocamente el término “mito”. De forma indistinta se nos enseñó, desde la educación primaria, que el mito no era otra cosa sino el sinónimo para mentira, fábula, relato fantástico, etc. Mas esas interpretaciones están bastante lejos de la realidad. Podría incluso decirse que fomentan en los jóvenes un desconocimiento de las filosofías perennes del mundo antiguo.

El mito en el mundo antiguo La estructura mítica, para el hombre primitivo, representaba un relato explicativo de su realidad presente. Es a través de él como se vinculaba en común con sus semejantes de forma tangible. Es decir, lo que verdaderamente todos los integrantes de una comunidad tenían en común era que provenían del mismo sitio según el relato mítico. Así, también, se veían relacionados con la divinidad. Pero el aspecto más importante del mito -según como lo entendían los antiguos- era el tiempo no lineal en el que se desenvuelve. Para el hombre antes del logos, el tiempo del mito es uno en el que existe la posibilidad de revivir un suceso acontecido el origen de la historia. En ese sentido le otorga al ser humano un verdadero sentido de existencia, puesto que, en las más de las veces, ese suceso que vuelve a acontecer depende del hombre para llevarse a cabo y generalmente de la repetición del ciclo mítico depende la existencia del universo. En otras palabras, de no ser por el hombre, que -por medio del rito- otorga a los dioses o fuerzas divinas lo necesario para continuar con su actividad creadora, el mundo llegaría a su fin. Por eso, además de lo ya mencionado “Los mitos son pistas de las potencialidades espirituales de la vida humana.” (Campbell, 1991, p. 31).

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El mito, el símbolo y sus problemáticas

Francisco X. Manjarrez

EL MITO Y LA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA El ser humano como animal simbólico Es Ernst Cassirer quien propone al hombre como un animal simbólico. Esto porque, si bien el hombre piensa, no todos sus pensamientos están constituidos o son regidos por la razón. El arte, la poesía, la pintura, la descripción mítica son todas y cada una de ellas capacidades creativas del hombre y, sin embargo, no necesariamente incluyen a la razón en su quehacer imaginativo. Lo que sí engloba, sin embargo, todas estas formas de la emotividad del ser humano es el símbolo. Se encuentra presente en todas ellas. Por ese motivo -y para el tema que nos ocupadefiniremos al mito como una construcción simbólica.

La confección simbólica de un mito Los símbolos se encuentran en todo lugar en la tierra donde exista un ser que se proclame a sí mismo como humano. El símbolo es la máxima expresión de su refinamiento frente a sus demás hermanos animales, pues es lo único que realmente nos diferencia de estos (o al menos lo que lo hizo originariamente). El símbolo no es más que una configuración muy aguda de la capacidad exclusiva de la abstracción humana. Cuando diversos símbolos se aglomeran en un intento de relacionar la naturaleza con el hombre pasa que configuran un mito: “Los símbolos, cuando adoptan la forma de relato, pueden desembocar en el mito. El mito es, por tanto, una narración simbólica” (Mardones, 2014, p. 37). Como ya comprobamos, no existe civilización humana que carezca de símbolos y, al ser el mito una expresión del lenguaje simbólico, podremos concluir que no existe tampoco lugar en el mundo donde no se hallen mitos. Poniéndolo en términos más simples: es posible decir, sin temor a equivocarnos, que la narración mítica es un fenómeno inmanente a cada ser humano. Así que, aunque parezca que el mito es una forma de pensamiento superada por la razón, en realidad todavía se encuentra en cada uno de nosotros, aunque desatendido. Lo que, tal vez, sea el motivo de la falta de cultivo del rasgo espiritual en el hombre de nuestro tiempo.

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El mito, el símbolo y sus problemáticas

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DIFICULTADES PARA EL ENTENDIMIENTO DEL MITO ANTIGUO La cosmovisión y los prejuicios Una de las mayores problemáticas que existen para interpretar correctamente a las civilizaciones que existieron antes de nosotros y, en especial, sus mitos, así como lo que estos les suponían es, efectivamente, la cosmovisión. ¿Por qué? Pues simple y sencillamente porque nuestro “esquema de pensamiento” mediante el cual vinculamos los símbolos que se nos presentan de una manera particular ya se encuentra “lleno”. En el caso de nuestra sociedad, por ejemplo, todo se explica a través de la razón. Por eso no nos sería posible interpretar como “genuinamente real” la concepción mágica de la naturaleza que tenían algunas culturas y que ciertamente era real para ellos. Así, “El mito, en su verdadero sentido y esencia, no es teórico; desafía nuestras categorías fundamentales del pensamiento. Su lógica, si tiene alguna, es inconmensurable con todas nuestras concepciones de la verdad empírica o científica” (Cassirer, 1991, p. 65).

La decadencia del mito Como ya vimos, tal parece que el mito del pasado no tiene una respuesta desde el enfoque de la ideología propia de la modernidad. Así tampoco encontramos solución en las circunstancias sociales que le rodean. Si bien ya es complicado intentar comprender el mito del pasado poniendo todo el empeño para ello. Más difícil -por no decir imposible- resultará obtener algún resultado si no se intenta. Y tal es el caso de la situación en la que nos encontramos actualmente una donde “Las creaciones populares, en que sobreviven aún el comportamiento y el universo míticos, proporcionan a veces una fuente de inspiración a algunos artistas europeos.” (Eliade, 1991, p. 69). Es decir, en nuestro tiempo la capacidad de creación mítica sigue latente, pero se encuentra subdesarrollada y ni siquiera intentamos dar soluciones alternativas a la casi inexistencia de construcciones míticas en la vida del hombre moderno, pues consideramos al mito como algo del pasado. Esto -como ya se habrá dado cuenta el lector- para mí representa un gran error pues entra en conflicto con la idea de animal simbólico que vimos antes. 5

El mito, el símbolo y sus problemáticas

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CONCLUSIÓNES El pronóstico para el futuro parece favorable en lo que respecta a la comprensión del fenómeno del mito. Si bien aún no se conoce su verdadero significado de forma común o popular, lo cierto es que en el campo de la investigación -gracias a los esfuerzos sumados de ilustres pensadores como los que hago referencia en el presente ensayo- y las disciplinas científicas, se le concede al mito el lugar distinguido que merece, efectivamente “Hoy los mitos se revaloran. Quedó atrás el desprecio

que

los

consideraba

primitivos,

absurdos,

oníricos,

infantiles,

enfermedades del lenguaje. Han sido tomados de nuevo en serio, aunque sea con la seriedad del científico y no con la del creyente” (Austin, 2006, p. 25). A pesar de esto, aún queda la dificultad que antes hicimos patente de la comprensión del mito antiguo. La razón aparente para intentar comprenderlo es adaptarlo a nuestras circunstancias vigentes para beneficiar al hombre del presente, enfrascado en un consumismo materialismo monstruosos que pareciera le roban su humanidad. Por eso mi propuesta sería enfatizar nuestros esfuerzos en formular una nueva concepción mítica más apegada a nuestras costumbres, rescatando lo posible de los mitos del pasado de la humanidad, pero no quedarse únicamente allí, sino buscar una solución amoldada a la época contemporánea. Sinceramente todo ello me suena muy idílico, es por eso que debo admitir que me sentiría conforme si, por lo menos, se pudiera restituir el valor espiritual común en la vida del hombre que existió en otros tiempos. No necesariamente religioso o dogmático, pero sí que involucre una suerte de concepto de alma. Esto lo digo porque me parece sumamente deprimente lo que sucede con la psicología que, etimológicamente hablando; refiere de los estudios o tratados del alma, reniegue de ella y hasta la califique de invención. Ciñéndose en tratar al hombre desde una postura meramente de la conducta. Así, encuentro yo, ese valor espiritual faltante en nuestro tiempo a través del mito. Y si estoy equivocado, al menos nadie podrá quitarme la bella ilusión que me hace pensar en el mito como uno de los tantos logros sublimes en la historia de la humanidad.

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El mito, el símbolo y sus problemáticas

Francisco X. Manjarrez

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Campbell, J. (1991). El poder del mito. Barcelona: Emecé Editores. 2. Cassirer, E. (1968). Antropología filosófica. México: Fondo De Cultura Económica. 3. Eliade, M. (1991). Mito y realidad. Barcelona: Editorial Labor, S. A. 4. López A., A. (2006). Los mitos del tlacuache. México: Universidad Nacional Autónoma De México. 5. Mardones, J. M. (2014). El retorno del mito. España: Editorial Síntesis, S. A.

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