ZACARÍAS MOUTOUKIAS. Contrabando y Control Colonial en El Siglo XVII

3B¿ )JD-.evltarsedesterrando perpetuamen· 326. . XII, 1682, D.R.C.C.R., ti, págs. 325· 13 A.G.I., Escribanla de Cámara,

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3B¿ )JD-.evltarsedesterrando perpetuamen· 326. . XII, 1682, D.R.C.C.R., ti, págs. 325· 13 A.G.I., Escribanla de Cámara, 876-A Legajo nO 1 nO 1. 'de pleitos de Buenos Aires,

del navlo portugués "San Juan Bautista" echó a tierra 40 a 50 esclavos en la costas de Ensenada, en las proximidades de la estancia de Martln Barragán. 14 Anos más tarde el gObernador Andrés de Robles establecerla alll una guardia armada. 15 El mismo ordenó, en 1678, que se Inspeccionasen las costas de los rlos LuJán y las Conchas, y las del Plata hasta el Paraná, revisando ranchos, chacras y estancias de la zona, pues se tenia noticias de que alll se efectuaban desembarcos de rnercanclas traldas de navlos extranjeros. En realidad, habla un Ir y venir .constante entre estos últimos anclados en la otra orilla del rlo -especialmente en las Islas San Gabrlel- y aquellos parajes próximos a la ciudad. Es Interesante notar que el Informante -un cabo que condujo un plquete- descrlbla Infinidad de lugares situados a varios kilómetros de la costa del rlo de la Plata a los que se accedla en canoa y donde terminaban distintas propiedades rurales. Con su embarcación remontó los rlos LuJán y de las Conchas. Alcanzó la formación de éste por la confluencia de los arroyos de la Choza y del Durazno -donde se encontraba una estancia del oblspoy remontó otras corrientes aun más pequeñas, 16 Posibilidades de refugio y aprovisionamiento para navlos de hasta 500 a 600 toneladas en la margen Izquierda del rlo de la Plata y en la orilla opuesta, Infinidad de entradas y escondljos para embarcaciones pequeñas -además de puertos de peor calidad para las mayores-, permltlan la articulación de ambas costas. A mediados del siglo XVII ya era un hecho histórico apoyado en cierta geografla. Después de todo, cuando en 1680 los portugueses fundaron la Colonia del Sacramento, frente a las Islas San Gabrlel, trataron de monopolizar la función que éstas venlan desempenando desde hacIa varias décadas. En Amsterdam, las "islas" eran bien conocidas por algunos comerclantes.17 Buenos Arres fue fundada al borde de la pampa ondulada, fragmento de la llanura pampeana. Dicha región se asoma al eje Paraná-Plata entre los rlos Cercaraná y Riachuelo y se extiende tierra adentro hasta la denominada pampa deprl!'llda, surcada por el Salado del Sur. Se dif~rencla de ésta por sus suaves ondulaciones que determinan la dirección de los rlos que la atraviesan, asl como la mejor calidad de los desagües en comparación con la inundable pampa deprimida. Por lo menos hasta mediados del siglo XIX los viajeros que se diriglan a Chile o al Alto Perú atravesaron la pampa ondulada en las mismas condiciones en que lo hicieron Accarette y Alonso Carió de la Bandera (Concolorcorvo) en 1658 y 1772, respectivamente. 18 Estas condiciones hacían 14 A.G.I., Escrlbanla de Cámara 87&A Legajo nO1 de pleitos de Buenos Aires nO 2, pieza 1ra. " , ~: A.G.I., Gobierno, Charcas 28, carta del Gobernador 1-XII-1677. A.G.I., Escrlbanla de Cámara, 883-A, Auto del Gobernador 31.VIII·1678, fols, ~~ y 198, legajo 6 de comisión de Buenos Aires nO 1. 18 G.A.A.-N.A. lIas 1136,22-1-1660, fol. 61, Testimonio del cap. Wlllen Koets. Véase V. Martln de Moussy, Descr/pt/on geogr,ph/que et stst/Sque de /s Confederat/on Arpent/ne, Parls, t.1 y 111860;t.III, 1864, t 11,págs. 541 a 553: J.P. Duvlols, Introducción y notas, "Relatlon des voyages du Sr. D'Accarette dans la Rlvlere de a'Platte et de la par terre au Pérou, et des observatlons que'U y a

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I lima fuera su primer aliado o adversario. Como se sabe, éste que e I~ región próxima a Buenos Aires, templado y con lluvias abunes, en ue alcanzan un promedio de casi 1000 mm anuales, repartl· ~ante~b ~rgo del ano pero con Intensidad variable. Esta diferencia se a~::túa a medida que se avanza hacia el oeste, hasta verificarse una verdadera estación seca, en Invierno, en la franja oriental de Córdoba, donde decrece también su monto anual. Las 140·150 leguas -según Accarette y Concolorcorvoque ha· bla que recorrer para unir Buenos Aires con Córdoba eran la primera arte de la ruta hacia Perú de acuerdo con el camino seguido por ~IChOSviajeros, pues no tocaron Santa Fe; Saliendo de Buenos A!res, en dirección noroeste, se vadeaban el rlo Luján y el Arrecifes, evltando el arroyo Las Conchas. SI las crecidas no permltlan vadear I?s rlos, se los atravésaba a nado, usando flotadores (pelotas) construidos en cuero para pasajeros Y mercanclas. Obviamente, tropas de ga~ado y carretas deblan esperar. Hacia mediados del siglo XVII las proxlmldades del Arrecifes eran el último paraje habitado, tras el cual habla que emprender una travesla de aproximadamente 45 leguas hasta llegar a la IInea Rlo Tercero-Carcarañá. HI " ... durante treinta leguas, desde Buenos Aires hasta el rló Luján, e Incluso el de Arrecifes, vi pequeñas fincas o Chacras cultivadas por espanoles, pero más allá de Arrecife, hasta el rlo Saladlllo no hay ninguna ..." 20 Ciento veinte anos más tarde, en las Intersecciones del camino con los rlos Luján y Arrecifes habla pueblos y el área habitada se habla extendido. Sin embargo, la mencionada travesla segula siendo el tramo más difIcil del camino a Córdoba. " ... Las veinticuatro leguas que hay desde este sitio a la Esquina de la Guardia, o paraje nombrado del Carcaraná ... no tiene más habitantes que una multitud de avestruces. En tadaesta travesla no hay agua en tiempo de seca, pero en el de lluvias se hacen unos pozos y lagunillas, a donde bajan a beber los ganados cimarrones, y acontece algunas veces que se llevan las eaballerlas de los pasajeros ...". 21 . Se alcanzaba el Carcaraná en algún punto de una IInea de aproximadamente 60 km de largo que-loa desde Cruz Alta -nombrada por Concolorcorvohasta la confluencia del Saladlllo. AIII el Carcaraná cambiaba su nombre por el de rlo Tercero. A este último se lo bordeaba durante unas 12 o .15 leguas, tras las cuales se separaban los caminos; por un lado, la ruta que conducla a Chile; por el otro, el viajero se alejaba del rto Tercero, acentuando la dirección norte en busca de falttes", en TIIas X, Bulletln de la Faculté de lettres de Strasbourg, nq 8, Estrasburgo 1970; Concolorcorvo, El Lazarillo de ciegos caminantes de Buenos Aires a ·Llma, Buenos Aires 1946 19M. de .Moussy, l?P.cit., pág. 549; c;,ncol~rcorvo, op.cit., págs. 49, 52·53 Y 56: J.P; DUVIOls,op.ctt., pág. 597; R. Carcano,.op.cit., págs. 277-282; Pedro de Angehs, ColeCCiónde obras y documentos relativos a la historia antigua y moderna del RI~~? la Plata, Buenos Aires, 1836/37, t. 6 Próloqo al "Diario del viaje al rlo BermejO ,págs. VII. 20 J.P. ~u~ioIS, op.cit., pág. 597, de aquf en más, todas las tradúcciones del texto onglnal de Accarette son nuestras. 21Concolorcorvo, op.cit. pág. 51. 26

los rlos Segundo y Primero y, más allá, Córdoba. A partir del encuentro con el Carcarañá el trayecto se hacia más amable y la provisión de agua y alimentos no ofrecía ninguna dificultad. A 'mediados del siglo XVII " ... Sobre el borde de este rlo se encuentran pequeñas fincas, separadas por espacios de unas tres a cuatro leguas, que son como casas de campo habitadas por españoles, portugueses y nativos del país, quienes alll tienen a voluntad todas las cosas necesarias para la vida y quienes son muy humanos y caritativos con 105 pasantes; su principal riqueza son 105 caballos, con 105 cuales trafican con la gente del Perú..." 22 Al avanzar bordeando el rlo Tercero se comienza a recorrer la pampa elevada que termina uniéndose suavemente a las laderas orientales de las sierras pampeanas ..Entre los bordes oriental y occidental de las mismas 'se extiende, de norte a sur, una IInea de valles agradables y fáciles de atravesar. Dicho sistema contiene una pequeña región de clima templado de sierra que precede a la franja de transición hacia las zonas áridas. Al pie de la falda oriental se encuentra la ciudad de Córdoba. En la ciudad misma, a 400 m de altura, el promedio de lluvia anual es de aproximadamente 650 mm, con un marcado perIodo seco entre mediados de Junio y fines de agosto; la temperatura media es de ~4,5° en enero y 10,50 en julio. . La existencia de mano de obra Indlgena y de trabajos de Irrigación anteriores a la conquista, junto con condiciones ambientales tavorabies, posibilitaron el surgimiento, en los alrededores de Córdoba, de una agricultura y una ganaderla más dlverslflcada que la de Buenos Aires. A ello se añadían ciertas artesanlas, sobre todo tejidos. Los valles cercanos eran particularmente aptos para la crla d.emulas, junto a la de cabras y ovejas. Hacia el sur y sudeste se extendla la crla de ganado vacuno o se vaqueaba el cimarrón. Por otra parte, además de trlgo-y malz, se cultivaba cebada, vid, árboles frutales, hortalizas y legumbres. En fin, también se menciona la producción artes anal de dulces, un poco de vino, miel, embutidos y materias tlntóreas.23 En cuanto a los tejidos, éstos se produclan en el seno de unidades domésticas, pero también existieron centros especializados, los obrajes. Asl, Instalados en un ambiente adecuado, la comunidad de espanoles organizó una economla regional cuyos excedentes de trigo, mulas, ganado vacuno en pie y tejidos, alimentaron un comercio regular, pero de cambiante Intensidad, durante todo el siglo XVII (véase cap. 2) 24 51n lugar a dudas, la ciudad de Córdoba y su área de dominio eran la región más Importante de las provincias del Tucumán y del rlo de la Plata. En la ciudad misma, según Accarette, habla alrededor de 22J.P. Duviols, op.cu. pág. 598. . 23EmHio Coni, "AWicultura, ganaderla e Industrias hasta el Virreinato" en ntstone d.e la Necton Argentina, t. IV, Buenos Aires, 1939-42, id. El Gaucho, B.uenosAires, Sudamericana, 1945, págs. 28 a 34; Ricardo Levene, Investigaciones a~erca.de la historie económica del Virreinato, t. 11, Buenos Aires, La Plata, Universidad NaCional de la Plata, 1962, págs. 155.156. . 24 Véase Carlos Sempat Assadourlan, "Potosi y el crecimiento económico de Córdoba en los siglos XVI y XVII" en Homenaje al Doctor Garzón Maceda, Córdoba, Universidad Nacional de 'Córdoba, 1973.

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400 sas tantas como en Buenos Aires. 25 En cambio, otras fuentes, n ~~Icuiar dos testimonios de 1671 y 1680, respectivamente, conflr~a~an su Importancia relativa. El segundo de los cuales -un Informe del procurador general de la cornpañra de Jesús- afirmaba que se contaban 1000 vecinos y 700 haciendas. 26. .. Desde alll hasta Santiago del Estero, próximo nucleo de ponracton en la ruta hacia Charcas, habrla unas 115 leguas. Al salir de Córdoba el camino costeaba el pie de las sierras durante unos 20 km antes de penetrar en ellas; a la derecha quedaba el suave cordón que se extiende en dirección noreste. Cuando se dejaba la sierra para avanzar hacia la planicie se aslstla a un nuevo cambio de paisaje: se entraba al borde más seco del Chaco .••... Todo este territorio, hasta el cachl, que es donde concluye la jurisdicción de Córdoba, es de monte muy espeso haciendo a dilatados trechos unas ensenadas donde están las haciendas de algunos colonos dispersos ...". 27 Planicie de perfecta horlzontalldad salinas -las Salinas Grandes- y rlos que desbordan su cauce for~ando bañados, terminan de caracterizar la región, probablemente la más dificil de atravesar. Durante dicho trayecto Accarette sólo encontró habitaciones aisladas -probablemente antes de cruzar el SaladllloInstaladas al borde de arroyos de agua potable. En cambio, "Concolorccrvc señalaba una travesia desierta de "apenas" 30 leguas. 28 . Ya antes hemos dicho que las lluvias decrecen en dirección esteoeste. Ahora bien, es Importante recordar que de los 537 mm de precipitación media anual que caen sobre Santiago del Estero, el 90 por ciento lo hace entre noviembre y febrero. Lo que determina el régimen de los rlos que son impracticables en verano al igual que los de las sierras subandlnas. En sentido inverso, la vegetación se va haciendo más espesa en dirección noreste. De tal modo que los ríos DulceSaladlllo y la IInea del Juramento-Salado -cuya margen Izquierda marca el comienzo del Gran Chaco en los mapas de Martln de Moussy- delimitaban un territorio que podríamos definir como "Chaco útil". SI bien la expresión resulta un poco forzada, no es menos cierto que era esta la región atravesada por la ruta que unla Santiago con Santa Fe, sobre la cual volveremos más abajo, y en cuyo extremo norte se Intentó fundar una serie de "ciudades" que tuvieron diversa suerte (Barco, Talavera, Esteco, Santiago del Estero, etc.). . Al último de aquellos poblamlentos, el viajero francés le atribuyó 300 casas constituidas, pero en las otras fuentes citadas se ponla de relieve su d~cadencla. El gobernador Angel de Peredo hacia un catálogo de las dificultades que padecla Santiago del Estero, como consecuencia de la pobreza y de las Inundaciones. El padre Altamlrano

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estimaba en 100 el número de sus vecinos en 1680.29 El cultivo el algodón y la crla de ganado lanar alimentaron la industria textil de la zona, que también producla excedentes exportables. Junto a los cultivos indlgenas no faltaba la difusión de cereales, árboles frutales y hortalizas europeas, común a todo el Tucumán. 30 Por otra parte, tanto en los alrededores de Santiago, como en los de San Miguel de Tucurnán habla bosques de maderas duras, de gran calidad -cedros y quebrachos-, aptas para la construcción y la fabricación de carre- taso Accarette se dirigió directamente desde Santiago hacia Salta, distante unas 120 leguas. Entre ambas se encontraba Esteco, rancherlo de 20 vecinos y moradores -al decir del gobernador Peredo- que desaparecerla en 1692.31 En cambio, la ruta normal de las carretas se encaminaba a San Miguel de Tucumán, distante unas 40 leguas. 32 Accediendo a dicho centro desde Santiago, se entra luego, a través de las sierras subandinas, al sistema de valles y quebradas que dan paso a los altiplanos. ' El territorio formado por la Puna y el Altiplano boliviano se va ensanchando conforme se avanza hacia el norte, estrechando la IInea de cordones serranos orientales que lo flanquean. Estos últimos se extienden en dirección NNE-SSO, en IIneas paralelas. Los rlos que los atraviesan, en busca del Atlántico, tienen su cabecera en el borde oriental de la Puna y forman profundas quebradas que permiten la circulación. Amplios valles yacen en el ámbito de los cordones, cuya 11nea oriental apenas alcanza los 2000 m de altitud y va dejando aberturas o puertas. A través de ellas los rlos ganan las llanuras, tras haber recorrido quebradas y valles, comunicando asllas llanuras orientales con la Puna. Hay, por ejemplo, una sinuosa pero continua IInea que se inicia con la Puerta de Tucumán (rlo Sall), pasa a la cuenca de Metán (rlo Pasaje), va a la cuenca de Campo Santo y sigue al valle de Lerma, a~ oeste, que era la principal entrada hacia las compactas altiplanicies del distrito de Charcas. Cuando los vientos del este alcanzan relieves montañosos, la intensidad de las precipitaciones aumenta respecto de la que descargan al oeste de la planicie chaqueña, Estas lluvias caen principalmente sobre las laderas orientales. De tal modo que los valles encierran una variedad de ambientes que Incluyen una franja selvática. Asl, esta ruta de acceso a la actual Bolivia goza has1~ Jujuy, de un clima tropical serrano con un marcado período de lluvias en primavera-verano, que van de los 1400 mm anuales sobre la fald~ oriental del Aconqulja, a 660 mm y 890 mm en Salta y Jujuy respectivamente. Tres asentamlentos espanoles existlan en los fértiles valles del no-: roeste. San Miguel de Tucurnan contaba; según las fuentes menciona-

op.clt .• pAg. 598. "Carta del Gobernador de Tucumán" 14 "Informe del padre Dlego Altamlrano +1671. en D.A.C.C.E., t.r., pág. 284, Jesús de las Provincias del Rlo rOCurador general de la compañra de D.R.C:C.R., r.t, pág. 320. e la Plata", con fecha aprox. 1680, 25 J.P. Duvlols,

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Concolorcorvo,

28 J.P. Duvlols,

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op.clt .• pág. 60. op.clt., pág. 599; ConCOlorcorvo.

w.~~~----

29 J.~; Duviols,O;),Clt .• pág. 599; "Carta del gobernador .;" doc. oit., págs. 281~2, Inf?rme d.el. Padre ...••• doc. cit., pág. 319. E. cont, op.cit.; R. Levenne, op. cit. pág. 156. 31 "Carta del gobernador."" doc. cit., pág. 282; Manuel Lizondo Borda, "E/ Tucumén de los siglos XVII y XVIII" en H.N.A., t.II, Buenos Aires, s/f., pág. 551. 32 P. de Angelis, op.oit., pág. VII.

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oP.clt .• pág. 68.

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das con 150 vecinos espanoles, una parroquia y dos conventos; y sus vecinos se elevarlan a unos 200. Como de costumbre, Accarette ~abla de 400 casas construidas pero, al igual que en los casos anteriores .. o queda claro a qué tipo de construcciones se referla. Jujuy, con 100 ~eclnos, contaba con una parroquia de Indios más que las anterlor~s tal vez con un máximo de 300 casas. De Tucumán a Salta habrla ~nas 84 leguas, Y de la segunda_a Jujuy alrededor de 18.33 En este tramo se practicaban los dlflclles cruces de los rlos Pasaje y Perico. Al· leer la carta del gobernador Peredo, se tiene la impresión de que los núcleos de Salta y Jujuy estaban más consolidados y controlaban mejor las regiones a ellas sometidas que San Miguel del Tucumán. 34 Estos valles produclan excedentes exportables de trigo, harina, ganado en pie, vinos, carne salada y ~ebo hacia el Alto Perú. 35 Además, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, en los valles de Salta tuvieron lugar las conocidas ferias de mulas, sobre las cuales hablaremos luego. Algo más de 120 leguas separaban Jujuy de PotosI. Poco después de la primera se entraba en la quebrada de Humahuaca, que termina en el pueblo del mismo nombre y abre el camino hacia las altiplanicies bordeadas de sierras. En las Inmediaciones de Humahuaca la crla de vlcuna permitla la explotación de su lana, que en algunas oca-o slones llegaba a Buenos Aires. 36 Hasta Mojo el camino, cuya altura supera a menudo los 3500 m, era bastante dificil y desolado, con pocos recursos para el aprovisionamiento; entre esta última y Toropalca estaba más poblado. Tramos de cuesta, trayectos a través de altiplanicies y cruce de cauces a vado, se sucedlan antes de llegar a PotosI. 37 Volviendo hacia atrás.Ia ciudad de Santa Fe, por donde pasaba el comercio proveniente del Paraguay, estaba unida a Córdoba y a Santiago d~1 Estero. Unas 70 leguas de camino que no ofreclan mayores dificultades la separaban de la primera. En cambio, para llegar a Santiago era necesario recorrer alrededor de 150 leguas bordeando por él norte (hacia el rlo Salado), o por el sur, la laguna y los bañados de Mar Chlqulta-Porongos, hasta empalmar con la ruta Córdoba·-Santlago. Su principal dificultad era la falta de agua potable debida a la salobrldad de las misma.s.38 Aunque larga y difícil, la ruta de los Porongos era usada -segun Concolorcorvopara conducir tropas de mulas de Buenos Aires a Santiago sin pasar por Córdoba. 39

33 J.P. Duviols,

op.ctt., págs. 600/601, "Informe del Padre ...''. doc. cit., pág. 319; M. de Moussy, op_ cit., t.II, pág. 548. 34 "Carta ~el Gober'!ador ... ", doc. ctt., págs. 282 y 284. 35 J.P. DUVIOls, op.cn., pág. 601' ECo' . á 601 E C· 't á 121; C.S. Assadourian, "Sobre 'u~ ni, op.cit., p g. .,. oru, oo..CI ., P g. ción y circulación de mercanclas e~lemento de la econ