Vivencia de Uno Mismo Como Vivencia Del Arte

ENSAYO DE ESTÉTICA LA VIVENCIA DE UNO MISMO EN LA EXPERIENCIA DEL ARTE I. Introducción a) Síntesis La experiencia del ar

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ENSAYO DE ESTÉTICA LA VIVENCIA DE UNO MISMO EN LA EXPERIENCIA DEL ARTE I. Introducción a) Síntesis La experiencia del arte produce en las personas muchas y muy diversas emociones, esto se explica de diferentes maneras, en este trabajo intentaremos profundizar la explicación del goce estético a partir de la teoría endopática explicada por Carrit y el concepto de vivencia que Gadamer trabaja en la primera parte de Verdad y Método. b) Antecedentes La interpretación de las emociones de cara a una experiencia estética es un fenómeno de mucho interés para una gran variedad de ciencias, al respecto se han hecho explicaciones de todo tipo, desde las más psicológicas, hasta las más científicas y filosóficas. Sin embargo la explicación en lo que se refiere a la experiencia humana de la vivencia del arte, siempre parece reservarse algo más, ese algo más es el punto de partida que inspira otros ensayos de respuestas que ayuden a profundizar su explicación, que es lo que queremos hacer con este trabajo, ahondar en la explicación de las emociones producidas por la experiencia del arte. c) Proposición fundamental La experiencia contemplativa de las obras de arte nos producen diferentes reacciones, nostalgia, alegría, ansiedad, etc. Asumiendo que ningún artista es capaz de prever la infinidad de sensaciones que su obra causará en las personas, debemos buscar la respuesta en las personas y su relación con la obra, entonces podemos preguntarnos si: ¿Podemos asumir que el concepto gadameriano de vivencia es complementario al concepto de endopatía al tratar de explicar la experiencia estética? El planteamiento de nuestro trabajo consiste en relacionar las líneas fuerza de ambos conceptos para determinar, con un poco más de precisión, que la complementariedad del concepto de vivencia y el de endopatía, arrojan muchas luces en la explicación de la experiencia estética que tienen las personas frente a una obra de arte.

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II. Desarrollo a) Análisis Para abordar adecuadamente nuestro planteamiento vamos a analizar tanto el concepto de endopatía en Carrit, como el de vivencia en Gadamer, ambos conceptos son desarrollados por sus respectivos autores de cara a la experiencia humana de la estética. Cada uno a su manera y desde los presupuestos correspondientes, aborda esta experiencia como un acontecimiento especial, donde una persona se vincula con un objeto de arte mediante el cual se envuelve en un proceso de interpretación, tanto de la obra como de sí mismo. a.1) Endopatía Este término aparece en Carrit1 en el contexto de la explicación que este autor hace de las diferentes teorías que explican el vínculo de afinidad emocional que la persona experimenta cuando se confronta con una obra de arte que le produce algún tipo de sensación, va haciendo diferentes acercamientos y explicando diferentes hipótesis al respecto, por ejemplo algunos acercamientos que explican la experiencia estética desde reacciones fisiológicas y otras psicológicas, siempre con un trasfondo filosófico2. De la endopatía (imitación interior) nos dice que: “… cuando concentramos la atención sobre un objeto individual colocado dentro del campo sensorial, colocamos en él, por una especie de animismo inconsciente, nuestras propias sensaciones y emociones.”3 Se trata pues, de la interpretación de la obra de arte a partir de lo que ella nos dice de nosotros mismos, como si la interpretáramos desde aquello que ella suscita en notros a partir de nosotros mismos. De aquí que la interpretación sea tan personalizada que se puede decir que es única para cada individuo ya que única es su experiencia de vida, al respecto el autor dice que tal grado de individualidad no viene dado por las determinaciones culturales, ni por determinadas formas de relacionamiento social sino más bien de “verdaderos y puros 1 CARRIT, 1951: p. 103. 2 Cf. CARRIT, p. 100-102. 3 Ibid. p. 103.

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accidentes personales4. De donde se sigue que cada persona es el criterio principal de la significación estética y que todas las personas podrían, con igual grado de autoridad, manifestar sus experiencias estéticas por más absurdas o poco inspiradas que parezcan, especialmente las de la infancia, aquellas primeras experiencias de lo bello que no estaban sujetas al condicionamiento social5. Endopatía es pues la proyección emocional de una persona hacia un objeto en el cual puede reflejarse. a.2) Vivencia En Verdad y método, Gadamer recupera el concepto de vivencia a partir del trabajo de Dilthey, para quien lo vivido es siempre lo vivido por uno mismo6. En esta parte de la obra, Gadamer incorpora el elemento subjetivo de la experiencia personal en la dimensión estética, lo cual nos ayuda en la interpretación del arte como algo que se comunica de tal manera con la persona que es capaz de ponerla en contacto con su propia vida. Para Gadamer “…la vivencia constituye la base epistemológica para todo conocimiento de cosas objetivas”7 es decir que nuestra capacidad de conocer está condicionado por la experiencia de nuestra vida. También este concepto de vivencia no solo es dinámico sino interminable. Como su referencia es constante hacia la vida misma, nuestro concepto de vivencia es pues “fundamentalmente inagotable para la determinación comprensiva de su significado.”8 Es decir que todo lo que conocemos y especialmente en el caso de la apreciación de la obra de arte, nos viene prefigurado por la experiencia vital e infinita de nuestra vida y todos los significados que ésta pueda tener, en palabras de Gadamer: 4 Ibid. p. 111. 5 Ibid. p. 112-113. 6 GADAMER (1975) p. 97. 7 Ibid. p. 102. 8 Ibid. p. 104.

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En la vivencia del arte se actualiza una plenitud de significado que no tiene que ver tan solo con este o aquel contenido u objeto particular, sino que más bien representa el conjunto del sentido de la vida. Una vivencia estética contiene siempre la experiencia de un todo infinito (GADAMER, 1975: 107)

b) Argumentación Como hemos visto, tanto en Carrit como en Gadamer, la experiencia estética exige la participación de la vida de la persona. Las experiencias humanas añaden una infinidad de matices a las obras de arte cuando somos capaces de apreciarla desde lo que nuestras vidas nos han hecho ser, cuando somos capaces de proyectarnos hacia ellas. Carrit nos está hablando del proceso por el cual algo nos resulta simpático y Gadamer nos habla del proceso por el cual comprendemos íntimamente y por lo que somos capaces de reinterpretar las cosas de otros en nosotros mismos, las obras de otros tiempos a nuestra actualidad. En ambos autores, lo vivido por el individuo que contempla es determinante en el momento de cosechar una experiencia estética singular. El ser humano tiene la capacidad de representarse en las cosas de su entorno, las obras de arte no son un objeto cualquiera en el que nos representamos, sino que son las cosas más adecuadas en las que podemos proyectar nuestra vivencia, un cuadro por ejemplo, si es una obra de arte, la maestría de su técnica nos invitará a implicarnos más fuertemente con él, en ese momento podemos completar el dicho cuadro con todos los matices de nuestra experiencia, dándole un significado único para nosotros. Carrit diría que ya no estamos delante de la obra sino dentro de ella9 y Gadamer diría que nuestra vivencia le da un sentido nuevo cada vez que la conectamos con la vitalidad espiritual de la que ha surgido ese sentido10. Tanto el concepto de vivencia, en el contexto de la obra Verdad y método, como la endopatía que explica Carrit, nos parecen términos complementarios que pueden enriquecer 9 Cf. CARRIT. p. 103. 10 Cf. GADAMER. p. 102.

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la explicación de la experiencia estética. Decimos que son complementarios ya que Gadamer nos habla más de sentido, en tanto que Carrit lo hace de emociones, evidentemente ambas intenciones de explicación no parecen excluirse y sí parecen aceptar la cooperación que otorgan ambos conceptos. Vivencia nos ayuda a entender la experiencia estética desde el significado que le damos a la obra sin agotar su sentido, en cambio la endopatía nos ayuda a comprender cómo somos capaces de identificarnos con la obra de arte haciendo de nuestra propia experiencia un campo de interpretación que puede identificarla más profundamente con nosotros. La interpretación de la obra de arte sería entonces, a partir de lo que venimos diciendo, un vínculo profundo y personal de lo que esa obra inspira en nosotros y que nos llama a apropiarnos de ella, de alguna manera a completarla con nuestra experiencia, a apropiarnos de sus colores para darles sentido desde lo que ellos representan para nosotros, estaríamos llamados a darle el sentido que más nos conecte con nuestra vida, para actualizarla a nuestra comprensión, de esta manera ninguna obra de arte nos sería extraña sino más bien un reflejo íntimo de lo que somos. Ninguna interpretación estética debería ser más correcta que otra ya que de cada experiencia emanaría un resultado único e individual que ni siquiera es fruto de los constructos sociales o culturales. Una experiencia estética de alguna obra de arte debería ser una experiencia de mí mismo, que me dice de mi propia vida y adquiere sentido en ella. Lo que hemos afirmado al comienzo de este trabajo es que, tanto la endopatía como la vivencia se ayudan complementariamente a la hora de explicar lo que sucede en la persona cuando una obra de arte le plantea algo, algo para comprender y algo para recordar. Tanto el significado que la obra pueda tener para nosotros como aquellas emociones que pueda despertar en nosotros, creemos que son dos insumos importantes para explicar la experiencia estética y gracias a este pequeño análisis podemos acercarnos a una mejor comprensión de lo que es dicha experiencia. Por ultimo cabe recalcar que todas las explicaciones posibles referidas a la experiencia estética, siempre serán insuficientes y requerirán de la ayuda de otras perspectivas de

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interpretación porque la contemplación del arte genera infinitas variantes, todas y cada una de ellas correctas y misteriosas.

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III.

Conclusión

Como balance de nuestro trabajo queremos rescatar la amplitud del tema, que nos permite entramar pensamientos diferentes como el de Gadamer y Carrit, ambos delante de una situación común y ambos reconociendo que no se pude abarcar toda la experiencia de una persona cuando se confronta con lo estético en una obra de arte. Ambos autores analizan el hecho desde sus herramientas más familiares e iluminan positivamente con sus pareceres el misterio de la experiencia estética, los aportes nos parecen por demás pertinentes y útiles para ampliar la reflexión en este campo. Como nos dice Gadamer: La vida es el principio de interpretación adecuado e inagotable11, lo que hacemos las personas es simplemente aplicar este principio para comprender las cosas a nuestro alrededor y hacerlas parte nuestra, es decir, nos proyectamos en las cosas y las vemos desde nosotros mismos, la experiencia estética nos pone en contacto con nosotros mismos.

IV.

Bibliografía

CARRIT Edgar F. (1951). “Génesis de las expresiones estética” En: Carrit, Introducción a la estética. México, D.F.: Editorial Fondo de Cultura Económica. GADAMER Hans-Georg (1975). “La subjetivación de la estética por la crítica Kantiana” En: Gadamer, Verdad y método. Salamanca: Ediciones Sígueme.

11 Cf. GADAMER. p. 104.

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