Villoro Juan - Tiempo Transcurrido.pdf

~ JUAN VILLORO TIEMPO TRANSCURRIDO (Crónicas imaginarias) j COlECCIÓN D POPULAR FONDO DE CUL11JRA ECONÓMICA MÉXfCO

Views 180 Downloads 37 File size 5MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

~

JUAN VILLORO

TIEMPO TRANSCURRIDO (Crónicas imaginarias)

j COlECCIÓN

D

POPULAR

FONDO DE CUL11JRA ECONÓMICA MÉXfCO

~ ,...,

~

. A jost AcusTfN

Primera edición (Biblioteca joven), 1986 Segunda edición (Col. Popular), 1987 Primera reimpresión, 1993

~

(), R. C 1986, FoNDO DE CULTURA EcONÓMICA, S. A. DE C. V. C:u fom a poco fue depurando sus gvstos musicales . Dejó de c·~c uc har a Óscar Chávez, los Folkloristas, Chava Flores, ''H

Atahualpa Yupanki y Facundo Cabra! porque en realidad no tenían una posición política bien definida . El día en que la reprobaron en teoría sociológica 1, descubrió que la educación estaba organizada de acuerdo con los intereses de la clase dominante. Lalo terminó la carrera tres años antes que Mónica. Como sus actividades de izquierdista-sin-partido (ya que ninguno era estrictamente marxista-leninista) fueron tan notorias, pronto recibió una oferta para trabajar en la Conasupo. Al cabo de un tiempo se burlaba del romanticismo revolucionario y sus palabras favoritas empezaron a ser "consenso" y "equilibrio". En 1973, la inmigración chilena le proporcionó a Mónica algo que diversos observadores calificaron de milagro: un novio. Se hablaban de usted según las cariñosas tradiciones araucanas. Mónica consiguió trabajo atendiendo una librería feminista y rentó un departamento. El chileno se fue a vivir con ella. Contrataron una sirvienta a la que llamaban "em pleada". Y este no era el único eufemismo: Mónica le decía al chileno "compañero" y a las granadas de masa que arrojaba sobre el comal "empanadas". Cuando una hiena capitalista compró la librería, Mónica lue despedida y el chileno, al que la Junta le había quemado no sólo un presunto doctorado en economía, sino tamhién los escrúpulos, se fue a vivir con una cajera de Sumesa. Lalo acusó al chileno de arribista, trepador, ¡social climbf'r! Ella no quiso saber nada más del renegado Lalo. Termi nó la carrera con promedio de 6.2 y se volvió especialista c·n sociología de la música.De ahora en adelante denuncia•la el peligro de usar instrumentos eléctricos fabricados con u•rnología extranjera. Varios militantes del PCM y del PMT la acusaron de dogcii:\ Üca. Entonces se dio cuenta de que esos partidos se hahl.tn vuelto " aperturos", " reformistas", "eurocomunistas" . A ocho años de distancia de aquella barda ilustrada con 1 ., música-es-un-arma-de-la-revolución, Mónica fue invitael ., a presentar una ponencia sobre " Arte m ilitante" . En eso r' •taba cuando se enteró de que Pablo Milanés había graba29

do un disco para la transnacional Polygram y tuvo que tachar con un plumón los elogios que había hecho de él. Revisó sus fichas de las Obras escogidas en busca de una frase que demostrara que el artista debía hacer patente su compromiso político en cada una de sus obr,._s. No encontró nada por el estilo. Sus dedos volvieron a pasar sobre las tarjetas, desde "acumulación originaria" hasta "valor de uso" .

Mónica se mordió la lengua y sus ojos miraron absortos el charango en la pared. ¿Cómo explicar esa omisión? ¿Era posible que Marx le escamoteara la cita decisiva? Ahora tendría que dedicarse a una tarea que nunca había considerado necesaria: leer las Obras completas . Ya no se podía fiar de las antologías ni de las ediciones de bolsillo. Empezó a leer en ese mismo momento, con rabia , casi con inquina . Sus dedos volteaban las hojas con rapidez, como si quisieran sacudirles un contenido adicional. -¡Pinche reformista! -decía Mónica, y seguía adelante.

o

1972 EL GATO nació bajo el único signo inorgánico del zodiaco:

l .a Balanza. libra , regido por el planeta Venus, hizo que El Gato tt'sultara exagerado, fácil de influir, con un gusto especial por las cosas de moda y las vanguardias y siempre dispuesto ,, asumir posturas eclécticas. Una línea roja en su esquema mdiaca l indicaba que el Sol estaba en Los Peces, signo inesl.t ble, gobernado por el planeta Júpiter que también apare' la en la novena casa, fomentando interés por la religión, la lrlosofía, Jos viajes al mar y los sueños. La Luna, por su parte, se había instalado en Tauro, un signo que brinda tuerza de carácter y apego a la realidad. Sí : la actitud de los ,1\tros hacia El Gato parecía ambigua, improvisada. En las noches le daba por recordar su esquema. Se tendía nt la p laya y sus ojos apuntaban hacia Jos miles de puntitos dorados en el cielo mientras su espalda sentía las cosquillas d,• miles de granitos de arena. Su cuerpo estaba ahí, en uwdio del sándwich cósmico. Muchos de sus amigos le habían hablado de las maravillosas playas del Pacífico, de Jos pueblos de pescadores que ,.,,tn la única alternativa a la locura de la ciudad de México. hnalmente El Gato fue por su cuenta a ese paraíso de 40° a l.t sombra. Tanto había oído hablar de las cinco lagunas de Chacahua que se fundían con el mítico azul del Pacífico que • uando llegó su percepción fue más narrada que vivida . No "dio cuenta de Jos marranitos que los lugareños llamaban ·,u ches" , olvidó los seis puestos 1"nilitares donde buscaron .u111as en su equipaje (había brotes guerrilleros en la costa), lfiiiOró los huesos de mango sobre la arena y el aparato de tl .msistores sintonizado en Radio Acá, música tropical des.¡,. Acapulco. Sólo se fijó en las puestas de Sol, en el mar rn thiendo el fuego hinchado, en el sabor de las frutas ma" 31

Metido en el sleeping-bag de Wendy pensaba en la eterna expansión de las galaxias. En esa apartada región del planeta, sólo recorrida por los camiones Flecha Roja, El Gato se sentía rotar en torno al Sol. Pero Wendy le había reservado una sorpresa para una noche despejada . Cuando el cielo no fue más que un carnero de arena finísima, ella sacó el catalejo. Empezaron por lo mejor: Saturno y sus nueve lunas. Los anillos vibraban en la inmensidad de la pecera cósmica. Se dieron toques generosos y continuaron viendo las maravillas ocultas al ojo desnudo: estrellas fugaces, meteoritos y asteroides. En las playas del Pacífico El Gato acabó convencido de que su vocación estaba en las estrellas. De ahí a la carrera de astronomía no había más que un paso y él lo dio al regresar a la ciudad. Estudió con una fruición que antes sólo había mostrado al chupar chemises y paletas de nuez a la salida de la secundaria. Y fue tal su empeño que actualmente escribe en la Universidad de Cornell una tesis sobre el nacimiento de las galaxias. Después del fracaso de las utopías gregarias (la comuna como picnic permanente), El Gato ha ido en busca del escape individual. Tres formas de aislamiento: la playa solitaria, los audífonos para oír rock progresivo, el cubículo donde ahora trabaja. A veces El Gato cree que del trópico sólo conserva los granitos de arena que se le vienen encima cada vez que abre sus viejos libros. Pero el pasado no desaparece tan fácilmente,. al menos mientras Júpiter permanezca en la novena casa y la Luna en Tauro. El Gato avanza hacia el pizarrón y dibuja la lombriz que representa una integral. Se abandona a esa forma simple, al delgado idioma que no es otra cosa que la diagramación en ·gis de los ruidosos pluuuuuuks y zuuuuuums que salen de los sintetizadores, el lenguaje secreto de un universo matemáúco y también, ¿por qué no?, la figura del cosmos, de los puntos luminosos que giran a los lejos para formar el único signo inorgánico del zodiaco: La Balanza. !H

1973 ro~o. Nabor y Alvarito nacieron en la Colonia Lindavista,