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Actividad integradora no. 2: Escribir con argumentos. Osvaldo Vargas Salomé. M5C2G17-079 1. Analizar y responder, con tr

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Actividad integradora no. 2: Escribir con argumentos. Osvaldo Vargas Salomé. M5C2G17-079 1. Analizar y responder, con tres argumentos a la pregunta: ¿Cuáles crees que son los principales retos de la lectura en México en la era de internet? Primer argumento, en cuanto a la idea de conocimiento: Premisa 1: Vivimos en una sociedad que quiere todo de manera inmediata. Premisa 2: A nuestra sociedad la afecta el síndrome de la impaciencia, segú n la cual el tiempo, mi tiempo, es invaluable y, su pérdida, intolerable. Premisa 3: En la sociedad de consumo existe la creciente tendencia a considerar la educación como un producto antes que como proceso. 1 Premisa 4: Aquello que preserva una imagen durable de las cosas, que no es un movimiento de innovació n constante, pierde su encanto. Premisa 5: El conocimiento y, en sí, todo producto de la cultura, es también comercializable. Premisa 6: Má s que la memoria, la sociedad líquida, promueve el olvido. Conclusión: Si la educació n ya no es un proceso continuo, durable, sino un producto má s en el mercado, es decir, comercializable, para una sociedad que padece la impaciencia de apetecer lo inmediato, de rá pido consumo y fá cil digestió n, el conocimiento se vuelve en informació n. La informació n, por su naturaleza mudable y su aspecto pú blico, má s de opinió n que de postura crítica, se vuelve un eterno transitivo de olvidar y aprender lo mismo de diferente manera innú meras veces, infinitamente. Segundo argumento, de la imagen a la información: Premisa 1: Actualmente, en la era digital, se producen y consumen imá genes. Premisa 2: La imagen nos separa de la realidad al apoderarse de ella. Premisa 3: La imagen se manifiesta como un algo privado de tiempo, que no inicia jamá s ni nunca termina, que só lo es y ese ser en esencia se apercibe imperecedero. Premisa 4: La imagen como contenido informativo, la informació n como imagen. Premisa 5: IFS (information fatigue síndrome)2, síndrome de la fatiga por informació n. Má s que nada, se caracteriza por la pará lisis de la capacidad analítica y la perturbació n de la atenció n. Premisa 6: Segú n afirma Byung-Chul Han, en un punto, la informació n deja de ser informativa, se vuelve deformativa. Conclusión: El hecho de que la sociedad contemporá nea se halle en cierto sentido adormecida en la era a la que comú nmente llamamos digital, se deba acaso a que hoy día todos padecemos en cierta medida el síndrome de fatiga 1 2

Myers, E. D., Education in the perspective of history, Harper, Nueva York, 1960, pág. 262. Término acuñado por David Lewis en 1996.

por la informació n. Causa de ello es el exceso de informació n codificada en imá genes que envuelven nuestro entorno, que se apodera de él, que lo reemplaza y le deforma. Tercer argumento, la información: imagen del conocimiento: Premisa 1.1: El homo sapiens se distingue de los demá s primates por ser en esencia un animal simbólico, capaz de utilizar el lenguaje. Premisa 1.2: El lenguaje es, en cuanto a que sonido y signo: significante cargado de significado. Premisa 1.3: La imagen es, por participar só lo de la vista, comú n a todos los vivientes dotados de la capacidad de ver. Premisa 1.4: En la imagen no interviene propiamente el lenguaje, la palabra. Premisa 1.5: Con la invenció n del televisor se difunde la primacía de la imagen por sobre la del lenguaje. Primera premisa general: En cuanto a que, como animal simbó lico, el homo sapiens construye la realidad en torno al lenguaje, con la llegada del televisor, la imagen se instaura por encima de éste. Quien construye no es ya el hombre, es el hombre quien es construido. Premisa 2.1: Todo avance tecnoló gico ha despertado controversia, salvo por aquellas tecnologías de la comunicació n. Premisa 2.2: No es el aparato técnico sino el contenido lo que despierta controversia en lo que a las tecnologías de la informació n respecta. Premisa 2.3: El ordenador reemplaza a la televisió n no só lo en la cantidad de su contenido multimedia, sino a su vez en la velocidad, en el tempo. Premisa 2.4: Mientras que en la televisió n se proyectaba una imagen real, la digitalizació n de la informació n, de los medios, en el ordenador, nos muestran el imaginario real, lleno de irrealidades. Segunda premisa general: El internet, lo mismo que cualquier otro invento, no supone, en cuanto a ser tecnología de la comunicació n, peligro alguno –sino en su contenido. Premisa 3.1: La palabra es un símbolo que se revela en su significado, en lo que nos hace entender. La imagen es pura y simple representació n visual. Premisa 3.2: La televisió n es una sustitució n que modifica sustancialmente la relació n entre entender y ver la realidad. Antañ o se relataba (por escrito); hoy día se muestra, y su relato (su explicació n) está prá cticamente en funció n de las imá genes que aparecen en pantalla. Premisa 3.3: El niñ o, antes de aprender su lenguaje, aprende a través de los sentidos y, en especial, de la vista. Premisa 3.4: En el contexto actual, aunque hay muchos estudios al respecto3, la realidad es completamente distinta. Cito: para los niños iberoamericanos estar desconectado es, prácticamente, estar muerto 3

Arraibas, Amaia; Islas, Octavio: Niños y jóvenes mexicanos ante internet. En: Razón y palabra. 28 de febrero, 2018. [Consultado: 28 de febrero, 2019]: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N67/varia/aarribas.html

socialmente hablando. Y no só lo socialmente hablando, sino cotidianamente. Decir que en su mayoría los jó venes pasan aproximadamente 3 horas en el mó vil es exagerar en sentido inverso. Tres horas, son, si acaso, las que durante el día no se conectan a las redes. Tercera premisa general: Si el niñ o aprende de la vista y, ya desde temprana edad y a medida que el individuo crece, el celular se vuelve espejo de su vida, en este caso y en el contexto que nos interesa, la vida, en cuanto a representació n simbó lica, pierde su valor, su significado. Premisa 4.1: Segú n la definició n kantiana de progreso, éste significa un crecimiento a mejor. Premisa 4.2: Si un progreso puede entenderse en dos sentidos: ya sea positivo, ya negativo. Cuarta premisa general: ¿Có mo debemos calificar los medios digitales? Y, má s aú n, ¿en qué género se las debe calificar y de qué modo? Premisa 5.1: La televisió n es, cierto, sentido un modo pasivo de interactuar con el objeto que se observa; la cíber-navegació n, interacció n activa. Premisa 5.2: La televisió n transforma todo en espectá culo. Premisa 5.3: El niñ o en la época pre-digital crece viendo televisió n y se desarrolla en las redes. Premisa 5.4: En la era digital predomina el internet, no obstante, su uso simula el de los televisores en el siglo pasado. Premisa 5.5: Aplicaciones y plataformas como netflix o YouTube, las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter) y la cultura en torno a las realidades virtuales (memes), en el que la interacció n pasiva-activa se confunden en el actual contexto con la idea mercantil de consumirproducir contenidos, donde uno es el producto consumido por el otro y nosotros quienes consumen al otro como producto. Quinta premisa general: Respecto a lo que Sartori plantea en Homo videns, no es la televisió n la que gobierna, puesto que ésta ha sido absorbida ya por la red. El centro de gravedad de la sociedad virtual, en la que no llegó má s allá de lo que entonces parecía ser lo que aparentaba estar má s alejado de todo, el vídeo-niñ o se vuelve potencial producto, imagen de intercambio digital. El vídeo-niñ o será en su madurez adultovirtual (es decir, só lo en apariencia); hará de sí y de su vida el espectá culo por excelencia. Conclusión general a las cinco premisas generales: En nuestro contexto global, la vida es, en su conjunto, la imagen inmanente del mundo que se ha vuelto escenario, en el que nosotros somos los actores. La vida es espectá culo. La imagen pú blica es el anuncio publicitario. Aquello que se ve es lo que es y poco nada importa lo que significa, el por qué de la acció n está justificada en el acto. La sociedad digital es un exceso de comunicación visual que la deja intelectivamente descomunicada. Cabe preguntarse ¿a dó nde nos lleva? ¿no es, contrariamente a lo que se piensa, un retroceso? Y de no serlo ¿Quién progresa y en qué direcció n? ¿No os parece má s bien un ir hacia atrá s con la vista vuelta hacia sus espaldas, un aparente, ilusorio ir hacia adelante?

En donde habita el olvido. All the world’s a stage And all the men and women marely players; They have their exits and their entrances, And one man in his time play many parts. William Shakespeare.

I Hoy cualquiera lee. Y así como a todo lo comestible se le considera comida, también cualquier tipo de lectura nos hace sentir lectores. En los perió dicos abunda la nota roja y la secció n de deportes; en las revistas los chismes, las falsas noticias y las pseudoverdades; en cuanto al libro, cabe decir que se ha vuelto un negocio rentable. Internet só lo es la suma de todos los medios, pues en él se asimila también el televisor y la radio; por lo que la respuesta a nuestro primer planteamiento va má s allá del signo escrito: pasa por el sonido y llega hasta la imagen. Por lo que cabe delimitar qué es y a que no se le puede considerar literatura en el contexto social actual, en el de la era digital. Para ello analicemos el efecto visual del anuncio publicitario. Pero ¿por qué elegir el anuncio publicitario, qué relació n puede tener con la literatura y, si la tiene, que debe tenerla como para que se la conjure, en qué consiste y có mo funciona su método? Habrá n de preguntarme acaso algunos y considero que hacen bien en hacer una distinció n fundamental. Por lo que pido, obsérvese detenidamente un comercial cualquiera en temporada; sea de ropa, alimentos, productos de belleza. ¿Qué tienen en comú n? Unas cuantas frases sugestivas que proporcionan la informació n necesaria acerca del producto del que se habla (signo escrito), algunos diá logos que en esencia tienen un tono (sonido) acorde a la escena que nos plantea (imagen) como una situació n en concreto, que sin embargo es atemporal y cotidiana. Un ejemplo es aquella en que se nos muestra a una familia reunida en la mesa para comer, como son los comerciales de Coca-Cola. En ella, má s que sugerir, se asume que la unió n familiar depende tanto má s del producto que consumen que de los vínculos afectivos que hayan formado. Nadie parece cuestionarse si realmente son lo que aparentan; puesto que yo también aparento, respondería tal vez el subconsciente de quien lo mire. De lo que se deduce que son, como yo, personas normales. ¿Y qué es lo normal para el mexicano? Disimilarse y engañ ar, segú n el argumento de Paz si se hace caso a lo dicho en Máscaras mexicanas. Pero ¿qué es el anuncio publicitario? sin má s que añ adir de lo que en sí mismos revelan, son contenidos multimedia. Hay en su configuració n una síntesis estructural magistralmente lograda que se asume como una forma ya no de atraer la atenció n del espectador, sino de seducir y convencer. La vana sugestió n de pensar que las familias que beben Coca-Cola son en promedio má s felices que aquellas que consumen otra marca de refresco, no es ya un argumento de valor como lo habría sido acaso en el siglo pasado. Los nuevos contenidos multimedia ya no suponen, plantean con sus propias premisas argumentos valorativos: Si las familias que beben refresco son felices y Coca-Cola es una marca de refrescos, tomar CocaCola te hace feliz. ¿Notan có mo partiendo de la premisa general de que las familias que toman refresco son felices se asume en la individualidad del enunciado al declararte feliz si bebes Coca-Cola? ¡Y lo mismo ocurre con la literatura! Sin embargo, y antes de continuar sobre este punto, cabe hacer una ligera aclaració n.

¿De dó nde surge el anuncio publicitario? Fíjese que no pregunto en dónde, puesto que el establecer un lugar habría rá pidamente de perdernos en inú tiles especulaciones; lo que pregunto es el origen de la causa. Respuesta que hallaremos si se analiza, aunque só lo sea de manera breve, la sociedad en la que aviene.

II Las personas está n cada vez má s acostumbradas a ese gratificante sentimiento de satisfacció n instantá nea que le concede el mercado, sentimiento que es seguido de un vacío que a su vez engendra otra nueva ansia de satisfacer el deseo de consumo. Una sociedad que ha sido hipersensibilizada a fuerza de estímulos, es una sociedad en la que el individuo, separado del resto, no ve en el otro sino mera utilidad. Las relaciones ya no son sino en relació n a la utilidad que supone la convivencia. Yo soy mi propio dueño. Má xima de la esclavizadora libertad moderna. En su psicopolítica, Han analiza esa pendencia interior en el que la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo se ve sustituida por un modelo de autoexplotació n al declarar por sobre el tú debes la peligrosa influencia del yo puedo. La sociedad, es pues, constituida por una suma de individuos empresariales, proyectos (los define Han), que sin embargo son coartados má s por ellos mismos que por una fuerza externa, lo que imposibilita un desahogo y se convierte en pura sumisió n. El panó ptico de Foucault ha sido sustituido por una especie de ojo interno, el mío, que va donde quiera que vaya, que a todos lados me sigue y no hay forma de escapar de él, porque no hay forma de escaparme de mí. Y es, en esa empresa del yo, que el tiempo adquiere un valor fundamental, monetario, de canje invaluable. No só lo Han acierta al decir que el sujeto se capitaliza, lo que Fromm menciona se hace realidad, puesto que ahora también se capitalizan las relaciones. Yo quiero ser el mejor producto en el mercado de las relaciones sociales, por lo tanto, mi tiempo, no puedo perderlo, no puedo permitirme su pérdida; porque el tiempo es dinero. Lo que nos lleva al concepto de modernidad líquida acuñ ado por Bauman. ¿Cuál es una de sus características esenciales? La inmediatez, la intolerancia ante la pérdida innecesaria de tiempo, el síndrome de la impaciencia. ¿Pero qué tiene que ver esto con leer? Se me hará se hace rá pida la acusació n. ¡Hela ahí! Advierto y señ alo al sujeto que se capitaliza, que quiere ser el mejor producto; y qué mejor adorno para guardar las apariencias que con una charla afable, desenvuelta, que denote saber en cualquier ámbito. La lectura, en la época actual es un ornato. Al mencionar los anuncios publicitarios solamente lo hacía para hacer ver la síntesis de los contenidos multimedia, que, en las plataformas actuales, como YouTube, hay quienes pueden transmitir una apreciació n parcial de cierto tema como si de un comercial se tratase. Entonces, el ser se proyecta al decir que sabe, por ejemplo, en qué consiste la mayéutica sin haber siquiera leído un diálogo plató nico; sin haberla siquiera estudiado. Lo asume como tal porque así está descrito: se informa. Incluso los artículos y el ensayo se deslizan en la superficie de la misma corriente. Ya no hablamos de cuestionamientos ni de razonamientos; en nuestra sociedad no se plantea, se interpreta, se suma, se resta, pero no se construye. Admitimos de manera consciente de que lo que hay es lo que hay y no puede haber otra cosa aparte. Sentimos el cansancio por la lectura, a lo que se nos ofrece un sucedá neo acorde a lo que el vídeo-niñ o que se ha hecho un adultovirtual desea: el conocimiento como informació n, la informació n convertida en imagen. Porque la imagen es “fiel” al mundo y el mundo se hace “fiel” a la imagen. Entonces, para competir con YouTube, también un trabajo escrito debe componerse en esencia de las mismas estructuras, con su elemento lú dico y la presencia de la opinió n pú blica, no obstante, la extensió n breve y explicada con imá genes, diagramas y formas varias.

Y es en ese flujo de continuo e infinito de informació n que ocurren dos grandes peligros. Para uno de ellos Han acude al término con que David Lewis define una de las enfermedades que paralizan la capacidad de aná lisis y perturba la atenció n, el síndrome de fatiga informativa (o por sus siglas en inglés IFS [informative fatigue syndrome]); la otra, que se relaciona con ésta, es lo que Sartori define como un cambio en la manera en que se representa a la realidad, con la llegada del televisor. Rá pidamente, dígase que mientras que el signo escrito, la palabra, como significante está cargado de significado, la imagen es pura y simple representació n visual del objeto, sin consecuencia ulterior, que se admite sin má s como se expresa. He ahí otro referéndum del anuncio publicitario. Pero ahora, y má s que en oposició n, por línea de continuidad con esos dos argumentos, ya no basta con consumir lo que otros producen, yo también soy un producto que aguarda por ser consumido. Yo soy actor de mi vida, la vida es mi escenario. No hay verdades absolutas, sólo hechos. Parece declarar el hombre moderno. Y esos hechos que menciona son algo de lo que se debe estar informado, de lo que debe informar. Lo que lo hace otro filtro de informació n retransmitible, que, como en el juego del teléfono descompuesto ha pasado ya por muchos otros usuarios. En la era digital, pues, se quiebra el modelo de espectador pasivo en una activa interacció n con el mercado digital, con la internet. Lo que nos lleva a la respuesta que buscá bamos y es que el principal reto que puede sufrir la lectura en la era de internet, es, precisamente, el internet mismo; no como tecnología, sino por su contenido y por el uso que se le da, del uso que le damos. De lo que, para concluir, se deduce que nosotros mismos somos parte de ese obstá culo; y tal vez una de las soluciones posibles sería la de hacer nuevos contenidos, que, en vez de seguir un modelo publicitario, sean, ante todo, modelos independientes de aprendizaje. Bauman señ alaba como en la modernidad líquida no hay un conocimiento seguro, porque nadie se compromete. Solamente basta aprenderlo para lo que vaya a necesitarlo, ya no es ese algo importante que me acompañ ará de por vida. E internet refuerza ese sentimiento de dependencia hacia la recuperació n inmediata de informaciones, de consulta de fuentes, porque en la era digital el conocimiento habita en donde habita el olvido. Breve exposición [audio]: https://drive.google.com/file/d/1jQjDOcc8_cj6DtITqrzy8quQ97Dv_5-l/view?usp=sharing Fuentes de consulta:  Bauman, Zygmunt, Los retos de la educación en la modernidad líquida., Editorial Gedisa, Barcelona 2008.  Han, Byung-Chul, Psicopolítica, Herder Editorial, Barcelona 2014.  Han, Byung-Chul, En el enjambre, Herder Editorial, Barcelona 2014.  Fromm, Erich, El arte de amar, Editorial PAIDÓ S, Barcelona 2014.  Sartori, Giovanni, Homo videns: la sociedad teledirigida, ed. Santillana, Madrid 1998