Valores y Antivalores Cristianos

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Un análisis de la decadencia moral que viven nuestras familias, iglesias y sistemas socio-político y una advertencia del peligro inminente de que vivirá la iglesia del siglo XXI

Por: Mario E. Fumero. Publicado en 1998

CATEGORÍA: Ética y moral cristiana “VALORES Y ANTIVALORES CRISTIANOS” Autorizada su reproducción, siempre y cuando sea para fines formativos y no lucrativos. PRODUCCIONES PENIEL S de R.L. Apartado 15134, Suc. Kennedy, Tegucigalpa, Honduras C.A. DISEÑO PORTADA: Yuri Banegas . Impreso en Honduras: EDIGRAFIC S. de R.L.

INDICE          

PROLOGO 1 – Definición de la Ética Cristiana 2 La moral del gobierno familiar 3 El Temor como Freno 4 El Ser Ejemplo 5 Estar de Acuerdo 6 Una prosperidad que causa destrucción 7 El Peligro delo Super-Estado 8 Los poderes que se mueven a favor de los antivalores. 9 Hacia una sociedad sin valores

PROLOGO

¿Cómo está nuestra escala de valores para medir la realidad de nuestro mundo actual? No podemos negar que estamos sometidos a una degradación generalizada en cuanto a la calidad de vida, tanto en lo moral, como ecológico y social, sin excluir lo eclesiástico. Mientras realizaba una gira por el norte de Noruega, examinaba la realidad de una sociedad que era modélica años atrás. Recuerdo cuando llegué por primera vez a Halden, para casarme con la que es mi esposa[1], admiraba la formar de ser del pueblo noruego; su religiosidad, tranquilidad, seguridad personal y conducta moral. La gente ni cerraba los automóviles ni las casas. Si alguien encontraba algo ajeno, lo ponía en un lugar visible, para que cuando el dueño pasara, lo tomara. Como país protestante era sumamente respetuoso de los valores cristianos. Sus habitantes, en su mayoría, eran creyentes. Hoy, (septiembre del 1997) descubro el cambio que ha sufrido esta sociedad. Sus jóvenes son escépticos, adoptando formas que rompen las reglas normales aun en las iglesias. Visité una escuela cristiana para jóvenes, y entre las muchas cosas raras que encontré, me llamó la atención la camiseta que tenía un joven, y la cual decía; “viva el anarquismo”. Cuando lo aborde, para ver si era cristiano, me dijo que sí. La liberalidad sexual y el amor libre dominan en las nuevas generaciones de jóvenes. La seguridad ciudadana ha desaparecido, y la delincuencia, junto con la drogadicción y la liberalidad moral, está conduciendo al país y llevándolo a una decadencia total en sus valores tradicionales. No podemos negar que se han elaborado nuevos parámetros para medir la conducta sociológica de los pueblos, y muchos valores cristianos, proclamados por la Palabra, han quedado en desuso, para dar

cabida a nuevas actitudes que socavan los valores tradicionales. El análisis de estos principios, que denominaré “antivalores”, encierra un acercamiento a los fenómenos de degradación que sufre nuestra humanidad, la cual se prepara para el advenimiento del anticristo, creándose un “nuevo orden mundial” con valores de conducta “globalizados”, y un principio de fusión social que obligará a muchos verdaderos cristianos a abandonar sus valores tradicionales, para dar entrada a lo que podríamos definir como “El nuevo orden de valores”. Detrás de éste deterioro está toda una estrategia de lo que será la creencia dominante en los últimos tiempos; la “Nueva Era”. Este movimiento se infiltrará en todas las esferas de la vida social, teniendo influencias dentro de las diversas iglesias existentes, incluyendo los grupos evangélicos y fundamentalistas. Ya está en proceso de ejecución sus conceptos del “nuevo pensamiento“, con mezcla espiritual y cósmica, el cual está siendo aceptada por las corrientes psicológicas modernas. Se afirma que actualmente hay más de 500 millones de seguidores de la Nueva Era, y están trabajando en la infiltración de esta corriente en todas las áreas de la sociedad, se propaga rápidamente.[2] El tratar de restaurar los valores tradicionales, en un mundo en proceso de degradación será las causas por la cual muchos cristianos serán perseguidos por las huestes diabólicas, como anuncian los textos bíblicos, comenzando por la misma proclama de Jesús: “Y eréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 10:22. Lucas 21:17. Juan 17:14), Y reafirmada por los apóstoles: “Tanto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, a causa de vuestra perseverancia y fe en todas vuestras persecuciones y aflicciones que estáis soportando. Esto da muestra evidente del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual también estáis padeciendo. De hecho es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen” (2 Tesalonicenses 1:4-6 Ver también 1 Pedro 4:14, Mateo 10:21-23 y 2 Timoteo 3:1-3). Debemos cuidar nuestros valores y defender ardientemente nuestra fe, para proclamar la verdadera moral que debe regir los destinos de los hogares cristianos, y la iglesia del Señor en el siglo XXI[3]. Somos conscientes que las influencias de los anti-valores forzaran a muchas iglesias y predicadores a reducir sus esquemas de valores, para ajustarse a las nuevas corrientes predominantes en el mundo de hoy. Al enfocar esta temática, comenzaré definiendo los valores que rigen los destinos del hogar, y ¿qué es el principio cristiano? Después buscaremos el factor negativo de los antivalores, sus causas y efectos en nuestra realidad socio-familiar. Este libro lo hemos dividido en dos partes, para que sea más accesible a los hermanos. Esta primera entrega aborda “Los Valores Cristianos”, y la siguiente abordará “Los Antivalores Cristianos”. Dios nos ayude. Mario E. Fumero _____________________________________________________________________ ______________________________________________________________

~1~ DEFINICIÓN DE LA ÉTICA CRISTIANA ¿Qué es ética? Es una rama de la filosofía que estudia y considera las normas morales que rigen a los seres humanos[4]. Son los principios que regulan el comportamiento humano en las dife-rentes área de la vida. Todas las profesiones tienen su manual de ética, que son la definición de los valores morales con los cuales rigen el ejercicio de su profesión[5]. La sociedad, como conjunto, tiene una identidad ética y moral que la define. Sus leyes y gobernante expresan esos principios que regular la convivencia entre los seres humanos. La moral es el principio ético que rige la conducta social. Sus elementos provienen de alguna fuentes. En el caso que nos ocupa, podemos afirmar que los valores de la sociedad occidental brotan de los principios cristianos, y de los valores morales contenido en la legislación Mosaica, que son “LOS DIEZ MANDAMIENTO“.

LAS BASES DEL CÓDIGO ÉTICO La identidad religiosa de los pueblos origina su moral ética. Si un pueblo profesa una religión pagana, los principios de éste paganismo influenciarán en su gobierno local y nacional. Un modelo de ello lo tenemos en los países orientales, que según sus creencias, adoptan una estructura social de clase (castas), como el caso de la India con el hinduismo. Los países musulmanes, fundamentalistas o no, tratan de definir sus leyes éticas y morales de acuerdos a los postulados del Corán[6]. Algunos regímenes, como el de Irak o Libia, adoptan de forma radical las leyes Islámicas. Otros más moderados, como Marruecos, Túnez, Egipto y Arabia Saudita, ejercen las mismas leyes, pero sin llegar al extremos de convertir al estado en un régimen Islámico. Los países de trasfondo cristianos, como los europeos y americanos, se rigen por una moral supuestamente cristiana[7]. Este cristianismo puede enfocarse en varias formas; si son de raíces católicos o protestantes. Aunque puede haber diferencias entre uno y otros, los valores del decálogo mosaico son los mismos, y los principios del amor, el respeto, la vida y la fidelidad conyugal (monogamia) son fundamentales en todos ellos. Los mandamientos, que son diez, se clasifican en dos grupos (Éxodo capítulo 20 RVR): Los cuatro primeros determinan los principios de la relación con el Creador, y los seis últimos determina el comportamiento de los seres humanos en su conducta social. Los primeros cuatros mandamientos relacionados con Dios: 1- “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (3)[8]. 2– “No te harás imagen, ni ninguna semejanza…” (4) 3– “No tomaras el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al tomaré su nombre en vano” (7). 4– Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (8). Y los siguientes seis mandamientos que regulan el comportamiento moral del hombre con sus semejantes: 5– “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra” (12). Es el único mandamiento con promesa de prolongación de vida para los que respete a sus padres. 6– “No mataras” (13). Nadie debe anular la vida en venganza, por capricho o por buscar bienestar (Aborto, eutanasia). 7– “No cometerás adulterio” (14). 8– “No hurtarás” (15). 9– “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”(16). Esto es la difamación o calumnia y por extensión, esta también la mentira. 10– “No codiciarás la casa de tu prójimo” (17) Esto es dar lugar a la ambición, la envidia y la avaricia. Estos principios, junto a otras normativas, determinaron el comportamiento del pueblo judío, y para complementar el cumplimiento de los mismos se establecieron jueces que aplicaban sentencias para los infractores. Así que la violación a la ley producía juicio y castigo. En las enseñanzas de Jesús se simplifico los mandamientos en dos, que envuelven los diez: “Jesús le respondió: –El primero es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos dos” (Marcos 12:29-31). Cuando amamos a Dios sobre todas las cosas, estamos cumpliendo los cuatro primeros mandamientos, y al amar al prójimo como a nosotros mismos, estamos guardando automáticamente los otros seis. Estos son los principios que determinan la moral cristiana, junto a otros complementos que se denominan “estatutos y decretos”, dados en la Palabra. Excepto los sistemas proclamados

ateos[9], (como postulados doctrinales), todos los gobiernos del mundo están influenciados en su ética moral por sus creencias religiosas, presentes en su historia. La arqueología y la antropología no han encontrado evidencias en el pasado de un pueblo que no tuviera alguna creencia, aunque esta fuese rudimentaria. Esos valores históricos y religiosos son el patrimonio cultural de una nación, y aunque algunos aspectos pueden variar, según evoluciona la humanidad, los parámetros fundamentales deben permanecer íntegros, para que esos pueblos no pierdan su propia identidad, y puedan subsistir a través de los tiempos. La historia revela que los pueblos que han sido fieles a su patrimonio cultural y moral en la evolución de los tiempos[10], han podido subsistir, pero aquellos cuyo patrimonio no estaba bien enraizado en valores claros y precisos, fueron absorbidos por otras culturas, y con el tiempo desaparecieron. La decadencia moral llevo a los grandes imperios a la ruina. ¿Dónde está la grandeza de Babilonia, y las gloria de los Faraones de Egipto, y el poder de los Cesares romanos? Sus valores fueron cambiantes, también su historia. Hoy sólo queda el recuerdo de lo que fueron, y ya no son[11].

DEFINIENDO LOS ANTIVALORES

Si deseamos mantener nuestra sociedad vigente, y hacer que los valores que le dieron orígenes perduren, debemos definir y afianzar los mismos, de acuerdo a nuestras creencias históricas y patrimoniales. Es por ello que antes del análisis de los antivalores, deseo reenfocar los valores cristianos, los cuales por desgracia, estamos olvidando, y presentar un grito de alerta a la iglesia, para que no caiga en la ignorancia de descuidar esos elementos que el diablo está tratando de destruir. ¿Sobre qué bases se debe regir una familia y una sociedad? Sobre los principios que emanan de la Palabra de Dios. Hay muchos, pero los más importantes son cuatro:

EL TENER CABEZA: “El hombre es cabeza de la mujer” (Efesios 5:23). Es el análisis del gobierno familiar el que da las bases para que se establezcan los principios del respeto a una autoridad que rija los destinos de la familia, y posteriormente los de la sociedad, de acuerdo a normas pre-establecidas. EL TENER TEMOR: “El principio de la sabiduría es el temor a Jehová.” (Proverbios 1:7). Es el freno que nos detiene cuando somos arrastrados a desobedecer y a hacer lo malo. Opera como mecanismo protector contra el pecado, que pueden acarrear serias consecuencias. EL SER EJEMPLO: “Sed ejemplo en todo” (Juan 13:15). Es presentarnos como modelos, para que nuestros hijos aprendan de nuestra vida sus valores de conducta. EL ESTAR DE ACUERDO: “Pero aquello en aquellos que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa” (Filipenses 3:16).Es establecer las pautas para que en las relaciones personales hayan objetivos,

un mismo sentir, y una correcta política en cuando al gobierno familiar. Es importante recordar esa sentencia que envuelve grande bendición: “Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo[12] en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieres, les será hecho…” (Mateo 18:19) Cada uno de estos principios serán analizados seriamente, para comprender como los antivalores están destruyendo los fundamentos que dan solides a la familia. Dedicaré a cada uno de estos tópicos un capítulo. Espero que podamos entender lo que es el fundamento del “ser y del quehacer” de la familia cristiana, y del papel que juega la Iglesia del Señor en estos últimos tiempos. _____________________________________________________________________ ___________________________________________________________

~2~ LA MORAL DEL GOBIERNO FAMILIAR Una de las áreas más atacadas por el diablo en estos tiempos, y que repercute en la conducta social, es la alteración y distorsión de los valores familiares. Jesús dijo: “Herirán al pastor y se dispersarán las ovejas“(Mateo 26:31), dando a entender que cuando hay descontrol en aquel que guía al rebaño, las ovejas quedarán a expensas de ser víctimas fáciles del enemigo. De igual forma, cuando en el hogar se destruye el principio del gobierno familiar, automáticamente vienen los males ocasionados por el hecho de que los hijos crecerán sin fundamentos sólidos, carentes de una cobertura correcta en el área de la autoridad, afectándose la estabilidad emocional de los mismos. Así que al faltar una cabeza, o al haber varias, aparecerá en la familia una crisis de autoridad.

EL TENER CABEZA

Para una mejor comprensión debemos definir el término “ser cabeza”, usado muchas veces en las Sagradas Escrituras. Cuando la Biblia se refiere a “SER CABEZA“, está tratando de establecer un orden de autoridad en el gobierno familiar. La cabeza gobierna todo el cuerpo; piensa, razona, juzga y determina el comportamiento de los diferentes miembros que forman el cuerpo. Dios desea que todo gobierno tenga una cabeza para que haga cumplir sus deseos, estipulados en sus leyes: “Si obedeces los mandamientos de Jehová tu Dios que yo te mando hoy para que los guardes y cumplas, Jehová te pondrá como cabeza y no como cola. Estarás encima, nunca debajo” (Deuteronomio 28:13). Noten que la cabeza puesta por Dios debe sujetarse a las normas que regulan su autoridad. Todo gobierno requiere un marco legal para que el ejercicio de la autoridad no sea arbitrario. En muchos países existen leyes constitutivas que regulan el comportamiento de los gobernantes, definiendo su autoridad, y sus limitaciones en el ejercicio de ella. Lo mismo ocurre con el gobierno familiar y eclesial. Fue Dios que estableció el principio del gobierno, definido por el término “cabeza”. Ser cabeza significa gobernar, presidir, ejecutar un mando, sea familiar, social o religioso, de acuerdo a las normas establecidas. Es imposible pensar en gobernar un automóvil llevando el control dos choferes. De igual forma, una orquesta no puede ser dirigida simultáneamente por dos directores. Es imposible la existencia de una empresa, sea de cualquier índole, que se gobierne con dos cabezas. Todo gobierno necesita una cabeza, un líder, uno que presida. No es una cuestión de lógica, sino de necesidad. De igual forma se debe gobernar la familia, pues de ésta nacen todas las demás estructuras de gobiernos existentes en la tierra[13]. Veamos esta gráfica ilustrativa: Una familia El padre es cabeza Un anciano o

Varias familias Una tribu. Patriarca

VARIAS FAMILIAS ¾¾® VARIAS COMUNIDADES Una comunidad Un país o nación. Un representante. Un presidente o Rey.

¿QUIÉN DEBE GOBERNAR EL HOGAR?

A la hora de definir el gobierno familiar nos preguntaríamos: ¿Quién debe ser la cabeza del hogar? Actualmente tendríamos varias posibles respuestas: Para unos es el Estado, para otros la mujer, quizás el hombre, o la democracia familiar (todos). Pero el principio bíblico es claro: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza de Cristo” (1 Corintios 11:3).”Porque el esposo es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo”(Efesios 5:23). El hombre es constituido cabeza de la familia por una razón lógica, porque fue hecho primero (Génesis 1:27): “Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó”. La suma del orden de autoridad según la Palabra seria así:

DIOS- CRISTO- HOMBRE-MUJER- HIJOS Si en lugar de haber hecho al hombre, Dios hubiera hecho primero a la mujer, entonces ésta sería la cabeza. Si tenemos dos hijos, ¿cuál sería el mayor y el primogénito? La lógica dice que el primero. Al tener que delegarle a un hijo, ¿lo haría dándole al menor la responsabilidad sobre el mayor? ¡NO! Quizás alguno pueda sacar aquel texto que dice: “El mayor servirá al menor”, (Romanos 9:12), pero esto rompe la regla, y esta es una profecía dada por Dios a la mujer de Isaac, Rebeca, ya que:”Jehová le dijo: –Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos que estarán separados desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.” (Génesis 25:23).Este hecho aislado y profético no da base para anular el principio lógico del orden divino, el cual sigue vigente, aunque los liberales y feministas digan lo contrario: El hombre es puesto por Dios como cabeza del hogar[14]. Una segunda razón de por qué el hombre es la cabeza del hogar está en el hecho de la creación misma. La mujer fue hecha del hombre. Es como dice la Palabra, parte del mismo hombre: “…Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre” (Génesis 2:23). No fue hecha paralelamente al hombre, ni tampoco fue el producto de una evolución de la especie, que busca emanciparse sobre la esclavitud del hombre, sino parte de sí mismo, como la Iglesia es parte de Cristo, la cual ama, cuida y protege. Por esta razón; “por ser parte de la naturaleza del hombre” es que se hace dependiente de él. Un complemento con rasgos diferenciales físicos y psíquicos. Nadie puede negar la diferencia entre ambos. El hombre tiene músculos, es tosco y fuerte. Soporta más presión emocional que la mujer. Está hecho para el trabajo, y en el hogar es la mano dura en cuanto a la relación con los hijos. Mientras que la mujer es frágil, sentimental, tierna, amorosa. Fuerte en cuanto a soportar dolores físicos, pero vulnerable frente a situaciones emocionales, razón por lo cual necesita el apoyo del hombre. Su constitución física la hace madre amorosa que engendra, nutre y protege a sus hijos. ¿Quién se atreve a negar estas realidades? Ni aún las feministas más radicales podrán decir lo contrario, a menos que se hagan “marimachos”. Estas diferencias definen el rol de cada cual, necesitándose el uno al otro.

DEFINICIÓN DEL ROL FEMENINO La Biblia define el rol (o papel) de la mujer desde todos los puntos de vista. ¿Qué mejor descripción podemos hallar que la que registra Proverbios 31:10-31? –Cuida y hace la ropa de sus hijos, y los abriga (13,21,22). –Alimenta y cuida a su familia (13-14).

–Trabaja en el campo, ayudando a su esposo, cuando es necesario para obtener los alimentos y recursos para su familia (16,24). –Habla con sabiduría y educa a sus hijos (26). –Ayuda al menesteroso, y es sensible con la necesidad de otros (20). Y su obra es tan encomiable que termina el escritor afirmando: “Engañosa es la gracia y vana es la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ella será alabada. ¡Dadle del fruto de sus manos, y en las puertas de la ciudad alábenla sus hechos!” (Proverbios 31:30-31). No existe función más sublime, ni responsabilidad más grande en la creación que ser madre, esposa y reina del hogar. Cuando una mujer asume este papel con responsabilidad, hará agradable y placentera la relación dentro del hogar. La mujer hace el hogar acogedor. Los hijos se sentirán protegidos, y el marido contento. Si cada cual entiende su función, y se hace lo que Dios manda, convertiremos el hogar en el mejor sitió en la tierra, entonces podremos decir: “Hogar, dulce hogar”. Sin embargo, cuando la mujer descuida su casa, cuando los hijos quedan en manos extrañas, y al llegar el esposo encuentra la casa vacía, en desorden y sin alimentos, la frialdad del hogar lo llevará a buscar la distracción en otros lugares. Se ha preguntado alguna vez ¿por qué hay hijos y esposos que no desean estar en sus hogares, sino buscan estar en las calles, bares o en la casa del vecino?[15] Cuando salgo de viaje, sueño con volver a casa. No hay lugar más acogedor, ni placentero que mi hogar. Él representa el refugio, el centro de amor y paz. Allí mi esposa arregla las paredes para hacer amena la estancia. Allí sentimos el calor de los hijos, nos fusionamos y nos realizamos como familia. Hay paz y amor[16]. No son las “cosas”, ni la belleza lo que hacen agradable un hogar. Como misionero hemos cambiando varias veces de residencia. Hemos vivido como peregrinos, de aquí para allá, sin un hogar fijo, pero lo importante no es el lugar, sino la relación familiar, pues en ella se forja la felicidad, y quien hace agradable el lugar de residencia son los hijos y el matrimonio con sus valores y principios. Hay hogares que no son hogares, sino hoteles, restaurantes, campos de batalla, cines o discotecas. Cuando esto ocurre, el refugio de los hijos será las calles. Pensar en el hogar será un trauma que trataremos de evadir, y ésta es la triste realidad que envuelven muchas vidas, y todo porque es un hogar sin cabeza (anárquico), o con dos cabezas (bicéfalo) o hegemónico (con un cabezón).

CUANDO LA CABEZA SE ENFERMA

Sin embargo, se corre el peligro de que algunos hombres puedan abusar de su puesto de autoridad. Cualquiera que ejerza una función de gobierno pueda excederse en el ejercicio de la autoridad si se sale de las normas trazadas. Entonces se convierte en un déspota, dictador o abusivo. En tal caso, el hombre deja de ser cabeza, para convertirse en “cabezón”. Este es el mal histórico que ha llevado a muchos analistas a poner en tela de juicio la autoridad del hombre en su relación familiar, ya que ha dado origen a una conducta machista, típica de las culturas hispánicas y orientales. Debido al abuso de la autoridad de los padres sobre el hogar, muchos gobiernos han legislado para proteger a las familias que padecen abusos físicos de parte de un hombre, que siendo cabeza, se toma derechos que no tiene, adoptando actitudes contrarías a la enseñanza dada en la Palabra del Señor. Para evitar este abuso, las Sagradas Escrituras establecen normas para el ejercicio de la autoridad del hombre sobre la mujer y los hijos. Veamos esas referencias que presentan estos principios:- El hombre debe actuar con su esposa considerándose a sí mismo, y aplicando la regla de oro dada por Jesús: “No hagas a otro lo que no quieran que te hagan a tí“[17]. 1. En la alegoría de la relación de Cristo con su Iglesia, se hace una comparación de los principios que regulan la relación del esposo con su esposa: “Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). Nadie aborrece su cuerpo, ni lo maltrata. El trato del hombre a su mujer debe ser como lo determina las enseñanzas apostólicas de Efesios 5:28-29: “De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a

sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida, tal como Cristo a la iglesia,” 2. El hombre debe acatar los principios que le lleven a ser delicado y sabio con ella en cuanto a la forma de vivir juntos y tratarla. Pablo emplea el término “no seas ásperos con ellas” (Colosenses 3:19) y Pedro recomienda “vivir con ella sabiamente y darle honor” considerándola como “vaso frágil“, dando a entender con ello que hay que ser delicado y prudente (1 Pedro 3:7). También expresa la idea de que al no cumplir estas disposiciones, hace que las oraciones de los hombres “tengan estorbo“. 3. La Biblia no pone a la mujer como inferior en condición al hombre, porque “Dios no hace acepción de persona”[18] sino que la sitúa en una posición de dependencia y sujeción a éste, pero condiciona su sometimiento a lo que denominaré “sujeción en el Señor“, o sea, una autoridad basada en la Palabra. San Pablo dice; “esposas, estad sujetas a vuestros esposos, como conviene en el Señor“ (Colosenses 3:18). Esta expresión determina la condición de la sujeción. Si el hombre vive bajo su cabeza, que es Cristo, la mujer puede vivir confiadamente bajó la autoridad del marido, sabiendo que actuará de forma correcta, bajo la dirección del Señor. Pero ¿qué ocurre cuando las reglas se rompen? El pacto se traiciona, y automáticamente la parte afectada tiene derecho a tomar medidas para evitar el abuso. Nuestro sometimiento a cualquier autoridad humana está basada en los principios de la Palabra. Cuando una autoridad vaya contra el orden establecido, entonces nuestra obediencia debe ser primero a Dios que a los hombres (Hechos 5:29) y en tal caso, la rebelión es justificada. ¿Tiene derecho un hombre de abusar físicamente de su mujer o de sus hijos por ser “el hombre y la cabeza”? En cuanto al gobierno del hogar, la mujer debe ser considerada como copartícipe del mismo. Al salir el hombre, la mujer asume las riendas del hogar. Al regresar el jefe, ésta le da el informe, y él actúa en aquellas situaciones que su esposa dejó pendientes. Fíjense como San Pedro al referirse a la relación del hombre con la mujer, establece que vivirá con ella “como coherederas de la gracia de vida” (1 Pedro 3:7) y San Pablo afirma que: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la instrucción del Señor” (Efesios 6:4). Ser coheredera es hacerla participe del gobierno familiar, compartir la carga, y es lógico que cada uno tiene un área de responsabilidad en la educación de los hijos. San Pablo usa el plural “y vosotros padres” cuando se refiere a la disciplina e instrucción que los padres tienen que darle a sus hijos, incluyendo a los dos en dicha responsabilidad, pero el padre por ser la cabeza es más responsable[19]. Para entender mejor la idea, la compara-remos al piloto de un avión, siendo en este caso el hombre, el piloto de la familia, y la mujer la co-piloto.

LA IMPORTANCIA DE LOS ROLES

Pero hay una razón más fuerte para que un hogar sea gobernado por “una cabeza”, y es el ejercicio de una dirección formativa en la relación con los hijos. Estos necesitan, como dice el refrán; “una de cal y una de arena“. Un padre firme, seguro, recto, con autoridad para juzgar y dirigir, y una madre tierna, amorosa, protectora y sentimental. Mientras la madre ministra amor y protección, el padre ministra firmeza y dirección, poniendo orden y juzgando la conducta de sus hijos[20]. Psicológicamente los hijos conocen y manejan más a la madre que al padre. Esto se debe a dos motivos básicos: 1ro. Porque viven más tiempo con la madre, razón por lo cual la conocen y tienden a manipularla. 2do– La mujer, al ser más sensible que el hombre, es vulnerable emocionalmente, y los hijos se aprovechan de esta condición para abusar de su nobleza, haciendo lo que les da la gana. Es ahí cuando ésta necesita apoyarse en la mano firme del hombre, “cuando venga tu padre le diré como te has portado”. La mujer es más protectora, tierna y frágil en lo que a sentimientos se refiere. Muchas veces desfallece con la lucha del hogar, por lo que necesita el apoyo de una mano fuerte que le ayude a mantener el orden entre los hijos, y ahí está el esposo. El hombre está menos en la casa. Los hijos no le conocen tan a fondo como a la madre. El hombre es rudo y menos sentimental, lo que lo hace menos manipulable emocionalmente que la MADRE. Él es el llamado a poner orden en la

problemática familiar cuando la mujer pierde el control de la situación. Los hijos le temen más al padre que a la madre. En sí, la acentuación de ambos elementos forman la vida psico-emocional del niño: El hombre; firme, drástico, seguro, dirigiendo y juzgando (como un juez o gobernante), forja el temor, la disciplina y confianza. La madre: dulce, tierna, sensible, protectora y complaciente, trasmite seguridad y sensibilidad. Estos dos roles hacen que se forme el carácter de los hijos. Cada cual atiende un área y desempeña un papel que forma la vida emocional del hijo. Cuando este equilibrio se rompe, aparece el desastre emocional en la familia.

EL GOBIERNO SIN CABEZA Si tuviéramos que evaluar con una gráfica la realidad actual, descubriéramos que son más las familias gobernadas por los “antivalores sociales” que por los valores bíblicos. Las evidencias sociológicas y psicológicas revelan la existencia de una modificación radical en el comportamiento social, y en todos estos principios dentro del hogar. Hay cambios en las estructuras que componen la sociedad, envuelta en el predomino de los “anti-valores”. Entre ellos figura la destrucción del hombre como “cabeza”, para proclamar un hogar regido por parámetros democráticos, o de la llamada “liberación femenina”[21]. Además, se ha creado un materialismo practico por medio del cual los hijos son dejados en manos de nodrizas, familiares o guarderías del estado, para que los padre puedan obtener más recursos económicos que les permitan desarrollar un estilo de vida basado en la prosperidad, rompiéndose la relación primaria “madre-hijo”, de lo cual hablaremos posteriormente. El derrumbe de la autoridad social está en la pérdida del principio de “la cabeza” en el gobierno familiar. La proclama de “la igualdad de condición” va más allá de la simple expresión, para establecer lo que llamaré “democracia familiar”. Este deterioro de la autoridad del padre en el hogar se deja sentir en todos los ámbitos de la sociedad. Basta ver las noticias y observar la rebelión y anarquía de los adolescentes en su comportamiento para medir las consecuencias: Falta de respeto a los maestros, perdida del temor a las autoridades que gobiernan, tendencia al desorden, aumento de la delincuencia, grafitis, actitudes extravagantes en la forma de vestir, y una larga lista de etcétera. ¿A qué se debe esta situación de desobediencia a las normas más elementales de autoridad? Podríamos analizar muchas causas desde el punto de vista sociológico, pero la principal es el socavamiento paulatino al cual ha estado sometido el gobierno familiar por medio de una igualdad de condiciones que rompe las normas bíblicas. Los padres han descuidado las relaciones con sus hijos al tener ambos -padre y madre- que trabajar para proporcionarles a estos un mayor bienestar, privándoles con ellos de comunicación y expresión de cariño. Se exige tanto en lo material, que se descuida lo espiritual y emocional. Los jóvenes de hoy tienen tantas “cosas” en sus casas, que se sienten ellos mismos “una cosa más”. ¿Puede lo material llenar el vacío del corazón? Esto es lo que ha creado la sociedad del bienestar; “VACÍO“. Un gran vacío interior que no se satisface con bienes de consumo. ¿Dónde está la madre que transmite seguridad? En el trabajo. ¿Y qué hace el padre cuando llega a la casa? Preocuparse de que el hijo lo tenga todo “materialmente hablando”, pero sin tener un contacto real y profundo con la problemática de éste, hasta que descubre, cuando es mayor, que está metido en drogas o en problemas sociales. Muchas veces los hijos no saben distinguir la diferencia entre el rol del padre y el de la madre. A veces la madre usurpa el papel del hombre, que es la mano fuerte, mientras que el padre pasa olímpicamente de la problemática de los hijos. Conozco casos donde ambos no comparten una dirección coordinada, ya que uno le dice al hijo una cosa, y el otro le dice otra, creándose confusión. Estos conflictos generan desconcierto en la definición de la personalidad del hijo. Hacen del hogar un centro de gobierno sin gobierno. Entonces las casas se transforman restaurantes, hoteles, cines etc. En estos tiempos la cantidad de hogares destruidos hace que estos se conviertan en caldo de cultivo para la delincuencia. En Estados Unidos dos de cada tres matrimonios terminan en divorcios[22]. Cerca del 40% de los hijos que nacen son el producto del amor libre; de madres solteras con hijos que

no tienen padres. Hay muchas causas que rompen el factor de equilibrio emocional del niño en el hogar, pero el principal de todos es la falta del padre o madre.  Los hogares divorciados —- actualmente dos de cada tres.  Las madres solteras—-Ronda un promedio del 20 al 40%.  La perdida por muerte de un padre afecta un 5 a 7 %  Los matrimonios que viven en adulterios ocupan un 30%.  Los padres que dejan a sus hijos solos en casa para ir al trabajo sobrepasa el 50%[23]. Estos elementos desestabilizan la vida familiar. Al examinar en mi trabajo el trasfondo de procedencia de los drogadictos que recibimos en los programas de rehabilitación, descubro una realidad vinculada a la perdida de la autoridad y del gobierno familiar (falta del padre correcto). En estos programas, nueve de cada diez drogadictos y delincuentes proceden de hogares donde carecían de padre o madre, y en muchos casos de ambos. El uno por ciento restante viene de un hogar en donde el padre o la madre tienen problemas de alcoholismo o existen conflictos de relaciones entre ambos. Las drogas están vinculadas a jóvenes con hogares conflictivos. Cuanto más se desintegran las familias, más problemas de delincuencia e inseguridad ciudadana tenemos. Esto se ha demostrado psicológicamente en estudios hechos en muchos países, y no podemos tapar el sol con un dedo. Si los hogares andan mal, el efecto se dejará sentir en el entorno que forma esa comunidad. A más divorcios, más crisis. A más conflicto familiar, más problemas tendrán los hijos.

LAS INFLUENCIAS EXTERNAS EN LA FAMILIA Lentamente los principios liberales de la psicología y el pragmatismo envuelven los parámetros del comportamiento social. El hombre y la mujer no solo tienen los mismos derechos sociales, sino que en el hogar, los dos son iguales en el ejercicio de la autoridad. Se proclama a la mujer como cabeza del hogar, de la sociedad y la iglesia[24]. Se le coloca en la misma dimensión del marido. Esta igualdad de condición rompe el rol (o el papel) creacional. Cuando los roles se distorsionan, los hijos viven en un ambiente en donde el principio de ubicación no está definido, y las consecuencias en el ejercicio de la autoridad traerá males catastróficos, entre ellos la “anarquía”, característica típica de nuestros tiempos, pues en los hogares se viven como en Israel cuando no hubo rey, según Jueces 21:25: “En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos”. Noten “lo que le parecía recto a sus propios ojos” lo que da a entender que cada cual hacia lo que le deba la gana y ¿cómo se llama esta actitud? ANARQUISMO[25]. Este fenómeno ha deteriorado el principio de autoridad, y es uno de los elementos proféticos prevalecientes en los últimos tiempos; la división y la desintegración de la unidad familiar darán paso al anarquismo apostático que generará el advenimiento del anticristo como dijo Jesús: “Porque de aquí en adelante cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres. El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra” (Lucas 12:52-53). El Señor dio a entender que en los tiempos finales la proclamación de una moral sólida en su Palabra encontraría rechazo, y como consecuencia del pecado, la moral descendería, y la división reinaría, cumpliéndose la profecía de Miqueas 7:6 “Porque el hijo trata con desdén a su padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su propia casa”. Y ratificada por San Pablo que escribió:“…que en los últimos días se presentarán tiempos difíciles. Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,” (2 Timoteo 3:1-2). ¿Qué podemos hacer frente a estos antivalores que destruyen la autoridad y dividen la familia, poniendo en peligro la seguridad social? Mantener firmes los principios de la Palabra. Potenciar el ministerio cristiano para cumplir el mandato de Jesús. Él vino para restaurar y establecer el orden en el hogar, por medio de su Señorío. “El mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido” (Lucas 1:17).

AMEN. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________

~3~ EL TEMOR COMO FRENO Los seres humanos tenemos reducida nuestra capacidad de “gobierno instintivo” porque según crecemos, adquirimos inteligencia. Al ser criaturas pensantes, nuestro comportamiento no estará limitado a las leyes físicas, o a un programa instintivo, como sucede con los animales, sino que actuaremos por el conocimiento y la formación que tengamos del medio. Somos, en nuestra conducta adulta, el producto del medio. Es por ello que se hace real el refrán de que dice: “Dime con quién andas, y te diré quién eres“.

EL PRINCIPIO DEL TEMOR DA SABIDURÍA

Al educar a los hijos, desde el día que nacen, debemos infundirles principios que les hagan actuar dentro de ciertos esquemas determinados de conducta moral. Estos principios operan como un freno, para evitar que cometan actos contrarios al orden natural o moral. A esto la Palabra lo llama instrucción; “Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se apartará de él” (Proverbios 22:6)”El que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que aborrece la reprensión se embrutece” (Proverbios 12:1).”Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la instrucción de tu madre;” (Proverbios 1:8). Mediante la formación se forja una conciencia que establece una escala de valores que mide lo bueno, de lo malo, advirtiendo a su vez las consecuencias que produce la desobediencia a la ley moral, social o natural. Este “temor”[26] a las secuelas que trae la desobediencia a las normas establecidas es lo que la Biblia define como “el principio de la sabiduría“: “El temor de Jehová, (que) es el principio de la sabiduría; (el cual) los insensatos desprecian (ignorando) la sabiduría y la disciplina” (Proverbios 1:7) “El énfasis entre corchetes es añadido por el autor”. “Y dijo al hombre: Ciertamente el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal es el entendimiento” (Job 28:28). “El temor de Jehová es la enseñanza de la sabiduría, y antes de la honra está la humildad” (Proverbios 15:33). Notemos lo importante que es adquirir conocimiento (sabi-duría) mediante una instrucción que infunda temor. Ésta es la regla que da felicidad y equilibrio emocional y social. Este principio bíblico no se puede ignorar ni descuidar frente a las hordas liberales que envuelven nuestros tiempos. Le tememos al fuego porque quema, y no hace falta ser sometido a una quemadura para aprender a distinguir los peligros que envuelven el jugar con fuego. Sabemos que si me tiró de una gran altura me mato, y no necesito hacerlo para comprobarlo. Tenemos temor a todo aquello que encierra peligro. El temor es el medio que nos detiene frente al mal que acarrea el violar una ley natural o física. Hay un temor instintivo y un temor inducido. EL TEMOR INSTINTIVO: Brota automáticamente, cuando estamos en alguna situación extrema de peligro. Opera bajo el control del instinto de conservación. Aunque no se haya enseñando, aparece como señal de alerta. Es la forma en que reaccionamos cuando nos sentimos resbalar por un barranco, o nos sale al encuentro un animal feroz, o estamos en medio de una guerra, o en una calamidad natural. Aparece de forma innata, incluso en el reino animal, los cuales al sentirse en peligro, atacan o huyen. EL TEMOR INDUCIDO: Nace como producto de una formación. Ocurre cuando se es educado en el temor a Dios, y por lo tanto, se respetan los valores precisos que nos llevan a tener un comportamiento determinado en relación a la vida, el prójimo, los padres y a las ordenanzas de nuestros superiores. Es cuando consideramos que violar la ley; moral o civil, produce un “delito” o pecado que acarrea consecuencias de castigo. Es ser conscientes de que el pecado produce juicio, y

muchas veces dolor y tristeza. La Biblia establece que: “la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 6:23).¿Pero a qué le llamamos pecado? A cualquier violación de las leyes establecidas, y de lo cual tenemos conciencia, pues “el que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado” (Santiago 4:17). Es necesario entender que desobedecer la ley moral acarrea castigo, ya sea correctivo, cuando nuestros padres nos llaman la atención después de haber desobedecido, o disciplinario, cuando produce consecuencias que afectan mi vida social y espiritual.

LA DISCIPLINA QUE INFUNDE TEMOR

El término “disciplina” tiene varias connotaciones en la Palabra. Puede significar “enseñar un orden de valores”, o “la acción de corregir los desordenes contra las normas morales establecidas”. Según muchos teólogos. la disciplina nace como producto de la enseñanza, y una disciplina positiva dará salud al cuerpo, sea en relación al hogar o a la vida de la iglesia[27]. La disciplina formativa es la enseñanza dada a un niño desde pequeño, para que aprenda a sujetarse a los principios morales y sociales que rigen el hogar y su entorno Esta enseñanza la ejecutan los padres desde que el niño nace[28], hasta que tiene el discernimiento desarrollado para escoger entre el bien y el mal. Esto se logra a través de una relación profunda en todo el diario vivir (Deuteronomio 6:3-9), por eso el texto dice que “las repetirás en la mañana, al levantarte, al acostarte y estando en tu casa”. Pero y cuando no se sujeta al orden establecido ¿qué hacer?. Entonces se necesita algún medio para inducirle el respeto a la ley. Es ahí cuando aparece la “disciplina correctiva” que es aquella que se impone cuando la persona, una vez aprendida la “disciplina formativa”, no cumple lo enseñado[29]. El orden previo a la ejecución de un castigo está determinado en Tito 2:15 en los siguientes términos:”Estas cosas habla, exhorta y reprende con toda autoridad. ¡Que nadie te menosprecie!“. El término “habla” equivale a enseñar. Después de hablar o enseñar se debe exhorta, o llamar la atención sobre lo enseñado. Si persiste en su conducta obstinada, vendrá la reprensión, que es hablarle más fuerte. Si a pesar de todo no cambia de actitud, se le hará un juicio y se le aplicará un castigo o corrección. Existen dos tipos o formas de castigos: El castigo moral; con lo cual le privamos de algo que le gusta, y le causa pesar. Como por ejemplo, no dejarlo salir a jugar, encerrarlo en su cuarto, etc. El castigo físico; cuando por su desobediencia le pegamos, usando el principio de la “vara”, el cual es objetado actualmente. Ambas forma de disciplina deben producir, en el que comete una falta (delinque o peca), un sentido de culpa o de pesar por la acción cometida, para que tenga temor[30]. Dice la Palabra que: “Al momento,(de ejecutarse el castigo) ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza (porque afecta y produce dolor en la persona que la recibe); pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:11 Énfasis entre corchete es mío). Toda disciplina debe producir tristeza, para que el infractor reconozca su falta, y acepte la existencia de una autoridad que vela por el cumplimiento del orden establecido.

¿SERÁ INCORRECTO EL USO DE LA VARA?

La psicología moderna descarta el uso del castigo físico como fórmula de disciplina debido a que muchos padres actúan de forma violenta, causando daños físicos a sus hijos[31], por lo que actualmente nadie trata de defender éste tipo de castigo. Las autoridades toman ciertos hechos aislados y brutales para justificar la creación de leyes que les prohíben a los padres el uso del castigo físico, esto me muestra que muchas veces se van a un extremo. ¿Sería lógico prohibir el uso de automóviles debido a que es la mayor causa de muerte? La Palabra de Dios condena las actitudes brutales de los padres que en estado de ira maltratan a sus hijos, y advierte; “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la instrucción del Señor” (Efesios 6:4). Sin embargo hay casos que requieren este tipo de castigo, siempre y cuando se haga con “dominio propio, juicio y sabiduría”, principalmente en aquellos hijos que no entienden o sienten

dolor por el castigo moral. El problema está en que hay que saber aplicar el castigo físico como una forma de corrección, y no de represión[32], siguiendo usado como un mecanismo correcto, sin violencia y con previo juicio y dialogo con el transgresor. La “vara” mencionada en el A.T. era un medio de disciplina, una forma de domar ciertos caracteres fuerte, que no entienden otras razones, y aunque la tendencia general es rechazarla, hay casos que su uso detendría muchos males. En realidad, cuanto más suave y permisivo sea la actitud social frente a los delitos, menos temor y respeto tendrán los delincuentes o infractores a las normas morales o sociales, y esto es lo que hoy ocurre. ¿Acaso no son los delincuentes, por regla general, reincidentes? ¿Infunde temor al que delinque los métodos de justicia permisiva existentes, en donde los derechos están por encima de los deberes, y las cárceles a veces son hoteles o centros de corrupción?

EL PRINCIPIO BÍBLICO DE LA “VARA”

La vara tiene un gran significado en la Biblia. Equivale a tener autoridad y poder para ejercer una función de mando. En el caso de Moisés, la vara fue el medio para revelar el poder de Dios al Faraón (Éxodo 4:1-4, 20, 7:10). Dice Jueces 5:14; “De Efraín vinieron algunos cuyas raíces estaban en Amalec; detrás viniste tú, oh Benjamín, con tu pueblo; de Maquir descendieron los jefes; de Zabulón vinieron los que llevan la vara de mando (Jueces 5:14). Noten que se dice que la vara es “el símbolo de mando”. Pero además la vara se usaba para corregir y ejecutar castigo a aquellos que desobedecían, para infundir aliento, temor y corrección. El Salmista David exclama en el salmo 23: “…Tu vara (la disciplina) y tu cayado (dirección, ternura,) me infundirán aliento” (4 bis. Énfasis en corchete es del autor). Los pastores usaban el cayado para atraer hacia así ellos a las ovejas que se salían del camino, y ayudarlas, mientras que la vara era para disciplinarlas y azotarlas cuando no obediencia las ordenes dadas. Hay citas que hacen referencia al uso de la vara como medio de disciplina, e infundir temor. Veamos esos textos. “En los labios del entendido se halla sabiduría, pero la vara es para las espaldas del falto de entendimiento” (Proverbios 10:13). El escritor expresa una verdad negada por la liberalidad actual, usar la vara para corregir el mal, y llevar al individuo, por medio de ella, al entendimiento de las reglas morales. Personalmente creo que esta norma no se aplica a todos los casos, pues hay hijos que les duele más el castigo moral que el físico. Además el uso de una disciplina rígida debe ser la última opción después de haberle hablado, exhortado y reprendido. Sé que es duro para un padre el tener que pegarle al hijo unos buenos azotes por zonas sólidas, y con moderación, pero a veces es necesario, y si lo hacemos con dominio propio, sabiduría y juicio previo, podremos infundirle temor, y evitar males mayores. En otra parte Proverbio 26:3 dice; “El látigo es para el caballo, y el freno para el asno, y la vara para la espalda de los necios “Aquí se hace distinción entre el látigo y la vara. Entre domar y corregir hay diferencia. Se doman los instintos, pero se corrigen los defectos de acciones que atenta contra el orden establecido.“La insensatez está ligada al corazón del joven, pero la vara de la disciplina la hará alejarse de él” (Proverbios 22:15). Hay padres que sufren las consecuencias de haber sido muy “permisivos” con sus hijos, por no corregir a tiempo algunas actitudes incorrectas. Hay hijos llegan incluso a pegarle a sus padres, y estos no saben qué hacer. Han perdido o le han quitado la autoridad. Algunos me han dichos -es que me da lastima pegarle- y por lo tanto, le han permitido a sus hijos toda clase de desmanes, sin poner coto a sus desordenes dentro del hogar, y estos son menores de edad. Si enfocamos estas acciones dentro del marco legal de la Biblia descubrimos que la falta de respeto a los padres en el judaísmo se consideraba un delito tan grave que podía causar la pena de muerte, así lo dice la ley de Moisés en Éxodo 21:15-17: “El que hiera a su padre o a su madre morirá irremisiblemente”, “El que maldiga a su padre o a su madre morirá irremisiblemente”. Era inimaginable el hecho de que un hijo le pegara a un padre, y menos que le faltase al respeto. Pero ésta es la condición moral a la que hemos llegado en estos tiempos, lo cual fue anunciado por las profecías bíblicas: “Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,” (2 Timoteo 3:2)”.

LOS PADRES SIN DERECHOS

En el Estado de California un grupo de padres, víctimas de la liberalidad proclamada por la psicología y la educación en los últimos 30 años[33], tuvieron que juntarse y formar una asociación para defender sus derechos sobre los abusos que sufrían por parte de sus hijos. Para ello crearon una “Asociación de Padres Maltratados“, y proclamaron la recuperación de su autoridad para poner mano fuerte al abuso y maltrato de los cuales eran víctimas por parte de sus hijos adolescentes. Ellos afirmaron “es tiempo de tomar el control del hogar, y echar abajo esos antivalores contrarios al orden bíblico, que dicen que le den las llaves de la casa y del auto a sus hijos, que le den toda la libertad, que no le llamen la atención, y evitando castigarles, porque ellos, aunque sean menores, tienen derechos” y denunciaron públicamente los abusos de sus hijos, reclamando sus derechos a poner freno al desorden de estos, y decidieron entablar una demanda en una corte para retomar el control de una autoridad familiar que se habían perdido, anulada por las filosofías permisivas de la educación moderna. ¿Cómo es posible que un adolescente pueda hacer lo que le da la gana, sin que los padres puedan decir “basta ya”? Es tiempo de “amarrarse los pantalones”, establecer reglas para todos, y demandarle al que no las cumpla, las cuentas que sean necesarias. Esto induce temor y produce respeto[34]. Estos principios han gobernado la conducta del pueblo judío y árabe en todo el mundo lo largo de su historia, razón por lo cual han sobrevivido a los cambios de los tiempos, sin perder su patrimonio y la autoridad familiar. Notemos como el escritor de Proverbios aclara que; “La vara y la corrección dan sabiduría, pero el muchacho dejado por su cuenta avergüenza a su madre” (Proverbios 29:15). En otras palabras, dejarle pasar todo, por no actuar con dureza, es llevar al muchacho a la necedad y al capricho, lo que en su juventud podrá costarle caro, y nosotros sufriremos las consecuencias, por no haber tenido el valor de corregirle sus defectos a tiempo, infundiéndole el temor y respeto a los valores morales. En la actualidad los antivalores se han adueñado de todos los aspecto de la vivencia. El principio de libertad lo ha devorado todo, hasta ignorar los valores de la verdadera relación humana, que es el respeto a los demás. En 1 de Pedro 2:16 se enseña cómo debemos usar la libertad; “Actuad como libres, y no como los que hacen de la libertad un pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios” (1 Pedro 2:16). Toda libertad tiene límites, de lo contrario se convierte en libertinaje y causa anarquismo. Benito Juárez, prócer mexicano, afirmó que “el respeto al derecho ajeno es la paz” y por lógica, tu libertad termina cuando la mía comienza, pues el amor y el respeto a los valores regulan el uso de esta libertad. Si a la falta de una autoridad, le añadimos la falta de disciplina, y le sumamos la permisividad moral, produciremos una sociedad sin temor, a la deriva, dispuesta a embestirlo todo, sin que nada ni nadie la detenga, y esto es lo que actualmente estamos vi-viendo. Padres débiles, hijos caprichos, sociedad permisiva, filosofía liberalista, principio cristianos erradicados, y un Estado que ha pasado de laico[35] a materialista y humanista. ¿Qué futuro nos espera?, a simple vista el panorama respecto a la autoridad es muy sombrío.

LA FALTA DE TEMOR ACARREA JUICIO

El temor infunde respeto. Un “miedo” (que no es ni pánico, ni temor a lo desconocido) que nace de la conciencia de saber que la desobediencia lleva en sí castigo, o produce consecuencias desastrosas. Es ser consciente que si mato voy preso, si robo pierdo mi derecho a ser libre, si cometo una falta tendré que pagar las consecuencias, hablando en términos judiciales[36]. Es por ello que en la Palabra aparecen términos que advierte del peligro que acarrea el no seguir las normas establecidas: “Pero si no me escucháis y no ponéis por obra todos estos mandamientos, y si rechazáis mis estatutos y vuestra alma menosprecia mis decretos, no poniendo por obra todos mis mandamientos e invalidando mi pacto, entonces yo también haré con vosotros esto: Decretaré contra vosotros terror, tisis y fiebre que consuman los ojos y dejen exhausta el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos se la comerán” (Levítico 26:14-16). Algunos dirán; “no es justo, pues la gente no hace lo que quiere por miedo”. Si el miedo al juicio y a la calamidad detiene el mal ¿no es acaso un efecto positivo? ¿Es que acaso no le tenemos miedo a los relámpagos cuando caen cerca de nosotros? y cuando vemos una serpiente, ¿vamos corriendo a cogerla para vencer el miedo? y si lo hacemos, ¿cuáles serán las consecuencias? El temor es un freno, pero para que

opere como tal debemos tener conciencia de las consecuencias que produciría el desobedecer, y saber usar dicho freno. Si violas las normas establecidas, males vendrán sobre tu vida. Si juegas con fuego, tarde o temprano te quemaras. ¿Acaso no podemos culpar a la liberalidad sexual la proliferación del mortal SIDA en la sociedad presente? “Todo lo que el hombre siembre, eso también segará” (Gálatas 6:7), y de todas tus acciones, algún día, tendrán que dar cuenta a Dios, sean buenas o malas (Romanos 14:12, 2 Corintios 5:10). Infundir temor a los hijos hacia el pecado es ayudarles a vivir victoriosos. Es cerrar las puertas a muchas calamidades. Es crear barreras que le preserven contra el mal que destruye. Vale más que sufran la corrección, por desobedecer las leyes morales, que con el tiempo, sufran los estragos del pecado en su cuerpo y en su alma. Unos padres vinieron ante mí llorando para pedirme ayuda para su hijo, un joven de 16 años, víctima de las drogas. Al entrar en el problema descubrí que ellos no le enseñaron el temor a Dios, nunca lo disciplinaron, más bien fueron tolerantes y permisivos con él, hasta que ya no pudieron más. Si hubieran actuado correctamente cuando era pequeño, con firmeza, hubieran podido detener su proceso de deterioro moral. Si a través de la Palabra y el castigo sabio le hubiera corregido a tiempo ¿cuántas lágrimas se hubieran evitado? Pero no supieron infundirle temor, y ahora sufrían las consecuencias por su descuido. Una vez una madre me dijo;-.es que pegarle a mi hijo me duele.. Comprendo que cuando hay amor, no se quiere usar el castigo, pero por eso mismo, porque le amo, debo corregirlo. Vale más castigarle, aunque llore de tristeza un rato, que llorar después toda la vida por no haberle corregido en sus malas acciones, y sufrir las consecuencias de sus extravíos.

CUANDO EL TEMOR SE PIERDE

Pero en una sociedad “liberada”, desposeída de los valores cristianos, todo cambia. El pecado para el mundo “es un concepto absurdo y pasado de moda”, dominando así la filosofías del humanismo y el pragmatismo. Todas esta corrientes siembran enseñanzas como; “debemos adaptarnos al cambios de los tiempos, y liberarnos de los “prejuicios del pasado”. “No debemos darle importancia al mito religioso en cuanto a abstenernos de lo que nos gusta”. “Si lo que hacemos nos agrada, satisface, funciona y es aceptado por la mayoría (pragmatismo filosófico), entonces sigamos adelante etc.[37]“. Estas ideas han afectado profundamente todos los aspectos de las relaciones humanas, incluso dentro de las iglesias evangélicas. Lo que antes era malo, ahora es aceptable, y después se vuelve normal, de tal modo que cualquiera que esté en contra de esta “nueva moda” es un conservador, radical y anticuado. Un ejemplo está en los conceptos del amor libre. Jóvenes se juntan sin casarse, y el estado no sólo lo tolera, sino que hasta les ofrece incentivos fiscales. En algunos países estas parejas, que viven juntas sin casarse, pagan menos impuestos que los matrimonios, y gozan de más garantía a la hora de una separación, pues hay menos costos legales. El matrimonio cristiano “ha pasado de moda” y es tan grave el problema, que “casarse y descasarse” es un juego común en la sociedad moderna[38]. Algunos gobernantes están preocupados por este hecho, y en algunos estados conservadores de los Estados Unidos se ha legislado para establecer un nuevo estilo de matrimonio, que haga más sólido y duradero el mismo, evitando su fácil disolución. A esta nueva modalidad se le llama “pacto matrimonial“. Al casarse bajo este “pacto” no solo hay un acto legal de matrimonio, sino que hay un documento que establece dificultad a la posibilidad de un divorcio fácil, restringiendo al máximo las causas del mismo, y poniendo penas grandes de indemnización al que actué de forma infiel. Sin embargo la crisis del matrimonio azota todas las naciones del mundo, con el beneplácito de sus gobernantes, que son los primeros que dan malos ejemplos.

LA NUEVA MORAL SOCIAL

Se trata de presentar el pecado de la homosexualidad, o del genocidio, a través del aborto indiscriminados, como algo normal, y que la sociedad debe no sólo tolerar, sino bendecir. Se legisla para que las parejas de homosexuales y de lesbianas tengan los mismos derechos que los matrimonios normales, pues lo contrario es discriminación. Hay situaciones en donde condenar el pecado e infundir temor a hacer lo malo se considera intimidación, y por absurdo que parezca, se han

dado casos de pastores acusados ante los tribunales por condenar públicamente la institucionalización de los grupos “gay”. La acusación en tal caso ha sido de “discriminación sexual”. Y es que para la sociedad de hoy, la aceptación del fenómeno “gay” es un imperativo incluso jurídico. Estos, y otros grupos antimorales, reciben fondos de organizaciones gubernamentales e internacionales para defender lo que ellos llaman “sus derechos”. No hay temor ni respecto a lo que la Palabra enseña:”No te acostarás con un hombre como uno se acuesta con una mujer. Eso es una abominación” (Levítico 18:22). “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (1 Corintios 6:9-10). Estos textos son tan claros que nadie puede afirmar lo contrario. Sin embargo el poder diabólico, que rige los destinos de los gobiernos, lleva a algunos a considerar estos valores fuera de lugar en la sociedad de hoy. Incluso no está lejano el día en que veamos una versión Bíblica adaptada a los intereses de estos grupos, pues aún la Palabra se tratará de manipular[39] y adaptar a las corrientes mundanas dominantes, en un mundo liberado de todo, y presa de una degradación atroz.

ELIGIÓN SIN VALORES

Son muchos los predicadores que han caído en la trampa de las influencias permisivas de la sociedad moderna, y han elaborado una “a-teología” que trata de justificar lo injustificable[40]. Hace tiempo que se ha formado una corriente liberal de enfoques teológicos que pone en peligro la verdad moral de la Palabra de Dios. Se trata de descartar el valor de la “cabeza” para introducir y apoyar el pluralismo de gobierno familiar. Se “desmitifica” la interpretación bíblica, para anular el poder divino, y explicar, con lógica humana, lo que obedece al poder de Dios. Pero lo peor de todo es que aparecen maestros: “hablando palabras infladas y vanas, (los cuales) seducen con concupiscencia de la carne y disolución a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error” (2 Pedro 2:18). Este es el caso de un líder religioso de la Iglesia Episcopal de Santa María en New York, el cual afirmó en un diario hispano que “Dios es homosexual” y termina ese artículo, en el cual defiende a los homosexuales y grupos gay, diciendo: “Concluimos el conversatorio durante el sermón, reconociendo que toda diversidad demuestra el sentido del humor de Dios. Como a Dios no le agrada la rutina ni la monotonía, decidió, muy inteligentemente, crear a unos hombres y a otros mujeres, a unos negros y a otros blancos, a unos heterosexuales, y a otros homosexuales…Vamos a identificar y a eliminar de nuestra vida el racismo, el machismo y la homofobia. Construyamos una sociedad nueva, sin pecado, sin prejuicio, sin injusticia y gritemos a toda voz, que viva el Dios negro, que viva el Dios mujer y que viva el Dios homosexual“[41].Para el padre Luis Barrios la mejor manera de eliminar el pecado es aceptarlo y legalizarlo. Con líderes religiosos como éste, el diablo tiene buenos promotores y predicadores dentro de la misma iglesia.

LOS ANTIVALORES PROMOVIDO POR EL ESTADO

La otra realidad que hace prevalecer los antivalores en el mundo de hoy es el papel que los gobernantes y legisladores han tenido al forjar un Estado que ha pasado de ser laico, para convertir-se en cómplice de las filosofías contrarías a los valores tradicionales. En muchos países los gobernantes le han dado la espalda a la protección de la familia, y han emitido leyes que restan autoridad a los padres, y delegan a la educación pública una enseñanzas que rompen el orden moral del hogar, y de ello hablaremos después. Hay sistemas en donde los derechos humanos se han impuesto a tal grado, que los padres han perdido el poder de castigar a sus hijos con castigos físicos o morales (y no hablo de represión, sino de métodos correctivos por medio de la vara). Se di el caso de un padre sueco cuyo hijo de 12 años llegó borracho en la madrugada a la casa. Después de darle por el trasero, lo encerró en su cuarto, castigado hasta que se le pasara la borrachera y reflexionara. El adolescente se escapó por la ventana, fue a la policía, y denunció al padre de malos tratos. Éste fue llevado preso. El niño fue enviado a un hogar de cuidado para menores, y el padre

citado a los tribunales, por lo que fue sentenciado por un delito de agresión. El padre se fue de Suecia y presentó una denuncia a los tribunales internacionales, reclamando la autoridad que el Estado le había quitado, para evitar que su hijo se volviera drogadicto. ¿Cuál es la ley moral que rige el sistema social actual? ¿Podremos permitir que estos parámetros de antivalores entren a gobernar nuestras casas? Algunos defenderán que no se le debe pegar a los hijos. Debemos determinar ¿qué, por qué, y cómo se debe pegar? Jesús cuando vio la profanación del templo, pues habían hecho de su casa de oración un mercado, se indignó, y dice Juan 2:15. “y después de hacer un látigo de cuerdas, los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los vacunos. Desparramó el dinero de los cambistas y volcó las mesas”. Sí el maestro usó el látigo para castigar a los mercaderes, ¿por qué se es tan permisivo hoy día? Somos más cristianos que el mismo Cristo, y tan espirituales que ignoramos la realidad de la materia. Hay lugar para el castigo, y no podemos negar la importancia de este para convertirnos en permisivos y “pasotas[42]” pues el mismo Jesús lo usó cuando fue necesario. Me contaron en New York el caso de un padre que tenía un hijo adolescente de 15 años que se iba con sus amigos todas las noches a discotecas, drogándose, y llegando a la casa a altas horas de la madrugada. Un día el padre le dijo que si volvía drogado, y más tarde de la una de la madrugada, no le abriría la puerta. El joven no hizo caso de la advertencia, y se apareció a las tres de la madrugada acompañado de un policía que obligó al padre a recibir al hijo en su casa, y le advirtió que no debía actuar con él de forma fuerte, pues podría incurrir en delito.

PADRES INDEFENSOS FRENTE A LOS ANTIVALORES En nuestras escuelas los profesores le enseñan a nuestros hijos que somos producto de la evolución, negando el principio creacionista. Defienden el amor libre, y le dan en la misma clase preservativos (condones). Todo esto revela una corriente de enseñanza de corte liberal. Frente a estas realidades, los padres no pueden reclamar nada, porque el “padre-estado” lo dispuso. Al respecto comenta Tim y Berverly LaHaye: “Los profesores de antes solían respetar los valores morales de la tradición judeocristiana, apoyando lo que los padres trataran de enseñar a sus hijos e hijas en el hogar. Hoy, esta clases suelen impactar malamente la sensibilidad moral del alumno y alumnas con material tan evidentes que enfurecen a los padres en todo el país. Los profesores de hoy ridiculizan el antiguo programa calificándolo de “curso biológico pasado de mora” habiéndolos reemplazado con lo que, francamente, podría llamarse “educación para el coito[43]” El resultado de esta liberalidad está a la vista. Los delincuentes son cada vez más jóvenes. Los tribunales están colapsados, por tantos delitos que quedan impunes, principalmente en menores de edad. Hay adolescentes que tienen pendientes más de veinte juicios, y siguen libres, ¿por qué? Porque “hay derechos para los menores“. No se respetan a los maestros. En las escuelas superiores de los Estados Unidos se tienen que poner vigilantes de seguridad, y aparatos para rastrear armas punzantes o de fuego. Los jóvenes de hoy no respetan ni a padres, ni a policías, ni a autoridades, ni a nada. Cargan camisetas con símbolos nazistas, anarquistas, ateos, satánicos, eróticos, y todo a plena luz del día, con el beneplácito de un sistema que critica más las enseñanzas fundamentales de la Palabra, que las filosofías violentas y sensuales difundidas por los medios de comunicación. La realidad la tenemos delante. Cuando no hay temor, se pierde el control, y entonces priva la ley de la selva. Y nosotros nos sentimos indefensos, desarmados frente a un Estado patrocinador de estos antivalores, que extinguen lentamente el poco temor que le queda en la juventud. ¿Cuál será el final de las próximas generaciones de jóvenes, sí estas corrientes de antivalores no se detienen? Echemos a caminar nuestra imaginación, y calculemos que ocurrirá en el futuro si no se detiene esta realidad que estamos viviendo. La respuesta es clara, vamos camino a la apostasía. Las futuras generaciones multiplicaran los problemas actuales. La violencia será norma de conducta, y la

inmoralidad un estilo de vida, será entonces cuando se cumpla la profecía bíblica que afirma que: “Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:38 ) ¿Y cómo eran los días de Noé:“ Y miró Dios la tierra y he aquí que estaba corrompida… Porque la tierra está llena de violencia…” (Génesis 6:12-12).No hay que ser profeta ni adivino, basta con ver las noticias o leer los periódicos para descubrir que cada vez la criminalidad y delincuencia adquiere matices más alarmante. Se ven cosas y se revelan imágenes tan brutales que no cabe duda que estamos en un proceso de degradación gigantesco. Los criminales y delincuentes del pasado se quedan pequeño ante los que hoy prevalece. Y lo más terrible del caso es que en ello interviene el poder de los medios de comunicación, los cuales hacen de estos hecho noticias amarillista. En fin, vamos hacia un futuro desastroso en todos los órdenes de nuestra sociedad, y entonces aparecerá una mano fuerte que tratara de poner orden, llevando a toda la humanidad hacia el reinado de un dictador mundial, el anticristo. El Señor nos ayude. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________

~4~ EL SER EJEMPLO El ejemplo del que predica es el elemento que le da peso a cualquier enseñanza moral. Los padres deben ser los modelos idea-les a los cuales los hijos deban imitar. Ellos deben enseñar los valores por medio de su conducta, como en el caso de Timoteo, del cual dice San Pablo que; “traigo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy convencido de que también en ti” (2 Timoteo 1:5) .Por lo que los modelos anteriores forjaron la fe y la vida de Timoteo. Que orgullo es ver que los hijos imitan el ejemplo de su padre, como hizo Uzías, del cual dice la Biblia, que; “El hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Amasías” (2 Crónicas 26:4).

EL PODER DEL EJEMPLO FAMILIAR

A la hora de pensar en el ejemplo, debemos meditar seriamente en dos elementos que están en proceso de extinción en la sociedad materialista de hoy: 



1º Cuidar que todas las normas impuestas a los hijos sean respaldadas por la vida de los padres. Evitando la contradicción entre el dicho y el hecho. Este aspecto es vital para que la autoridad funcione correctamente. En la contradicción hay confusión y entonces aparece la rebelión y la división. Lo que más respaldo le da a un gobierno es la moral del que gobierna. Nunca debemos demandarle a otros lo que uno mismo no esté dispuesto a hacer. Nos debemos presentar como los modelos de conducta. Eso fue lo que proclamó y enseñó San Pablo en sus principios de discipulado, a la hora de formar vidas; “Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros” (Filipenses 4:9). 2º Dedicarle tiempo, cariño y atención al hijo. Tratar de estar la mayor parte de tiempo a su lado en los tres primeros años de vida. Recordemos que las imágenes que se impriman en esta etapa son las que forjarán su forma de ser en el futuro. Necesitan tener contacto permanente con sus padres, para aprender de ellos el modelo de conducta futura. No es el Estado, ni los parientes, ni la nodriza las que deben formar a nuestros hijos, sino nosotros. Dedicarles tiempo, cuanto más mejor. Jugar, hablar, bañarnos con el niño cuando es pequeño, vigilarlo y dejarle moverse, apoyarlo, arrullarlo, besarlo y darle todo el amor del que seamos capaz. También hay que saber corregirlo, disciplinarlo, exhortarle, animarle, entrenarle para el futuro. Esto es de vital importancia para que se sienta seguro y se identifique con sus padres. El tiempo que le dediques a tus hijos para trasmitirle tu calor, tus valores y principios, no tendrá precio, pues dice la Palabra: “Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7). Este pasaje establece que la

relación padres-hijos es constante; “estando en la casa, en el camino, al levantarte y al acostarte”. Por lo que es todo un estilo de vida.

SUSTITUCIÓN DEL MODELO DE “SER” POR “TENER”

Pero estos dos principios han sido descuidado por el afán y la necia motivación materialista que nos lleva a pensar que lo más importante para que un hijo sea feliz es darle comodidad, bienestar y prepararle un futuro maravilloso, en donde lo tengan todo. Para lograr este bienestar material se requiere ganar más, por lo que la mujer también debe de trabajar fuera de la casa como el hombre. Para hacer esto, se necesita dejar al bebé en manos de alguien que lo cuide durante el tiempo de trabajo: Una guardería, una sirvienta, un familiar etc. y así el contacto físico se reduce a un tiempo mínimo. Para colmo, al llegar a la casa, los padres se entregan al trajín del hogar, o se ponen a ver la televisión, o a leer el periódico, y dejan al niño en la cuna, o lo ponen en un andador, echándole el ojo de vez en cuando. Esta relación fría, aunque efusiva por ratos, no es suficiente para que el niño adquiera patrones correctos de conducta. Muchas veces entre los que cuidan al crío y los padres surge contradicciones en el estilo de vida. El niño se forma una imagen difusa de los valores, entorpecida por la gran variedad de personas que rondan por su vida. Y es que para los padres de hoy es más importante el bienestar que relación afectiva con los hijos. Debemos dejar claro, y repetirlo una y otra vez, que los tres primeros años en la vida de un niño son vitales para la formación de su personalidad, y es en esta etapa cuando los padres deben de estar con él la mayor parte del tiempo.

UN CONSEJO QUE TIENE VIGENCIA Una vez vino una hermana llamada Suyapa, miembro de la iglesia que pastoreaba, a pedirme consejo. Ella y su marido trabajaban todo el día, pero iban a tener su primer hijo. Vino para saber si sería bueno dejar que su madre les ayudase a cuidar el hijo, para no perder el trabajo, pues para vivir como vivían, necesitaban los dos sueldos. Después de una larga conversación, les expuse dos opciones: O disfrutas a tu hijo, dedicándole los tres primeros años totalmente a él, dejando el trabajo, y siendo tú la responsable de su vida, o haces lo que piensas, y a largo plazo te lamentaras. La felicidad tiene un precio, y hay cosas que tenemos que darles a nuestros hijos que no se pueden comprar con dinero. Vale más vivir apretado económicamente, pero en relación íntima con los hijos, que tener abundancia, dejando estos en otras manos. Dale unos años, y después, cuando sea mayorcito, y pueda ir a la guardería, podrás trabajar de nuevo, pero no le prives del contacto permanente los primeros años de vida. Esta hermana oró, y sintió que el consejo era sabio, bíblico y correcto, y lo aceptó, renunciando a su trabajo. Tuvo muchos hijos, y dejo el trabajo de la oficina, para dedicarse a ese trabajo tan importante que es el cuidado de los hijos (formar vidas), y ser una madre, y una esposa. Ajustaron su economía, y Dios fue maravilloso, suplió todo lo necesario en cada momento. Hoy tienen una bella familia, todos sus hijos sirven al Señor, y además, han prosperado materialmente. El tiempo que le dediquemos a nuestros hijos no tiene precio. Los regalos materiales no podrán compensar la relación física y el cariño de los padres. El materialismo tiende a romper esta relación y comunicación, para sustituirlo por otras cosas, que de forma artificial, tratan de dar calor y sonidos, y que no edifican ni forjan las vidas.

¿CUANTO TIEMPO DEBO DE ESTAR CON MIS HIJOS?

Todo el que puedas. Cuanto más pequeño sea, más importante es esta relación. Una vez un niño quería jugar con padre, como lo hacia el vecino, pero su padre le decía que no tenía tiempo, estaba cansado y tenía que trabajar mucho. Un día el niño le pregunto a su padre ¿cuánto ganaba en su trabajo?, y el padre le contesto: –Me pagan cinco dólares la hora– y el niño le inquirió al padre sobre ¿cuándo podría jugar con él? El padre, un tanto enfadado, le dijo:-¿No te traje un regalo?, juega con él. No tengo tiempo de jugar ahora, tengo que ganar dinero para mantener la casa.- Y con esta simple respuesta evadió las demandas del niño. Un día el niño fue a su alcancía, tenía ahorrado dinero que le habían dados sus abuelos y parientes en su cumpleaños. La rompió, contó lo que tenía, y vio que llegaba a diez dólares. Fue corriendo a su padre que estaba sentado leyendo el periódico, y le dijo:-Toma papa, aquí tiene dinero para que me vendas dos horas de tu tiempo, para jugar conmigo– El padre quedó petrificado. A veces evadimos la relación con los hijos, y la sustituimos con regalos. También disimulamos la confesión de errores con prebendas. Pero ¡NO!, hay que asumir los errores y confesarlos. Hay que darse a sí mismo, y no evadir nuestra relación con objetos que aunque alegran temporalmente, nunca podrán llenar el vacío, ni dar el amor y el cariño que el hijo necesita. Los estudiosos en las relaciones familiares han determinado que el tiempo que los padres pasen con sus hijos, y el ejemplo que estos le den a través del comportamiento en el diario vivir, marcarán sus vidas para siempre. Es por ello que se recomienda a los padres que durante los primeros tres años de vida de sus hijos les dediquen por lo menos una o dos horas al día. La madre, a su vez, debe dedicarle como mínimo de 4 a 6 horas. Esta demanda puede disminuir según el hijo crece, pero el tiempo de jugar con él, hablarle, ayudarle y compartir es vital para que haya una buena y fuerte relación padres-hijos. Recordemos que los hijos no podrán imitar a sus padres si estos no entran primero en el corazón los mismos[44]. Que contraste hay entre el hijo que vive en la ciudad, al cual el padre apenas ve, y cuando están juntos ni se hablan, porque hay muchas cosas alrededor que distraen la comunicación (cadena de sonidos, televisión, radios, teléfonos etc.), y el hijo del campesino, que se va con su padre a trabajar al campo, y cuando llegan a la casa, comen juntos, y conversan, porque no hay nada que se interponga entre ellos, pues carecen incluso de electricidad. Es por esta razón que en los campos y montañas hay más respeto, unidad familiar y valores morales, aunque la corrupción no tiene fronteras. Esta relación fría, y sin respaldo vivencial, forma parte de todo nuestro estilo de vida, aun en las iglesias. Vivimos tan preocupados por lo material, que no tenemos tiempo de mirar al prójimo que está en desgracia, sentado a nuestro lado. Nuestros hijos se nos pierden en las drogas, y ni nos enteramos, porque nunca les miramos a los ojos. Hay tan pocos modelos rectos y tantos incorrectos, que nuestros hijos terminan buscando en el mundo un patrón idílico que ocupe el espacio dejado por los malos ejemplos de sus padres. Algunos frente al caos del hogar, acentúan su personalidad buscando en un grupo de amigos, o pandillas, una forma de llenar el vacío que llevan dentro, de dejarse oír, ver y tratar de ser, aunque sea una figura distorsionada de la realidad, buscando otros héroes en los artistas corruptos de nuestro mundo.

LA DESHUMANIZACIÓN MATERIALISTA: Lo más importante hoy es el poseer bienes materiales. Se mide el éxito por la prosperidad material. La ambición ha dado origen al consumismo. Éste a su vez ha forjado una sociedad del bienestar en donde el egoísmo humano se ha acentuado a dimensiones alarmantes. Las nuevas tecnologías nos han invadido, anulando el poco tiempo de relación humana que quedaba en mucho hogares. Radio, televisión sin frontera, con decenas de canales, potentes cadenas

de sonidos, teléfono celulares, y un sin número de etcétera, invaden y rompen la intimidad familiar, e interfieren en la comunicación entre esposos, y padres con hijos[45]. No somos seres humanos sensibles al dolor de los demás, ni a la necesidad de otros, sino a nuestro propio bienestar, acrecentándose el egoísmo a dimensiones alarmantes. Todo se planifica fría-mente. Somos números en un ordenador, piezas en un engranaje, que cuando no funciona se tira, y se pone otra pieza, desechándose la anterior. Los métodos de relaciones humanas son artificiales, creados por pasos. Diseñados para ganar la atención y el éxito del prójimo, sin interesarme sus problemas o necesidades. Aun la evangelización se ha convertido en un método deshumanizado, pues cuando buscamos a las personas, pensamos más en la cantidad que en la necesidad individual. Se ha cambiado “lo nuestro” por “lo mío”, el “darnos”, por el “tener”, y esto se manifiesta en todas las dimensiones de la vida social[46]. En el hogar ésta deshumanización ha llevado a los padres a pensar que lo importante es darle a los hijos “cosas”, para que vivan bien y lo tengan todo, sacrificando el tiempo para estar con ellos. No hay relación, ni tiempo para dar amor, dialogar, compenetrarse con los problemas y las necesidades emocionales de nuestros hijos. Cuando miro a los jóvenes, adoptando formas físicas estrafalarias, (ropa rara, aretes en las orejas, nariz, parpados etc.) veo en ello un grito desesperado para que se les ayude. Ellos tratan de decir; “mírenme, necesito ser escuchado, amado, comprendido“. Buscan llamar la atención, atraer las miradas, porque así llenan artificial-mente el vacío y frustración interior que traen, al venir de hogares que le dieron todo, menos relación física, ya que carecieron del amor y el interés de sus padres. Es bueno observar que los que tales conductas adoptan casi siempre proceden de hogares de buen nivel económico. Ésta actitud de la juventud es un “grito de alerta” para ver si de esta forma encuentra quien les mire, les ame y les comprenda. Es el mismo fenómeno que embargó a la sociedad norteamericana en la década del 60, con el fenómeno hippie, pero manifestada en otra época y forma. Es lo mismo que ocurren con el origen de las pandillas (o maras[47]) juveniles, que tratan de buscar entre los amigos y en las calles eso que no encontraron en sus padres, y en sus hogares[48]. La deshumanización de la sociedad es el peor mal que nos envuelve, y al cuan tenemos que enfrentarnos buscando el amor, la sensibilidad y el corazón compasivo de Dios, como dice San Pablo al expresar sus sentimiento en relación a los demás: “Porque os escribí en mucha tribulación y angustia de corazón, y con muchas lágrimas; no para entristeceros, sino para que sepáis cuán grande es el amor que tengo por vosotros (2 Corintios 2:4). Y es que cuando reina la deshumanización, se pierde la sensibilidad, solidaridad, compasión. Entonces se genera la violencia y el deterioro de las relaciones humanas. Admiré a la Madre Teresa de Calcuta, su vida fue un ejemplo de amor. Ella decía que “el amor mueve a los seres humanos a darse, olvidándose de uno mismo” pero los antivalores han cambiado estos parámetros, y hemos reducido al hombre a una simple maquina, un robot, una “cosa”, sin sentimientos ni estima por lo demás, en donde su dios es “el mis-mo”, el culto al “yo”. Cuidemos nuestra conducta, recordemos que el ejemplo es el que produce la autoridad y respalda la disciplina. El Señor nos ayude en todo. _____________________________________________________________________ ______________________________________________________________

~5~ EL ESTAR DE ACUERDO Cuando el profeta Amós pregunto “¿Andarán dos juntos, a menos que se pongan de acuerdo?” (Amós 3:3), estaba ratificando un principio básico para la felicidad entre los seres humanos. El estar de acuerdo da solidez a las relaciones personales, pues lleva a obtener entre los seres humanos la base de la armonía, que es tener un mismo sentir:”Pero en aquello que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa” (Filipenses 3:16 RVR)

UN PRINCIPIO ESTABLECIDO POR DIOS

En este principio –estar de acuerdo– se encuentra explícitamente envuelto el fundamento en la unidad de la primera pareja de la humanidad; Génesis 2:24″Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” .Pero, ¿qué padre y madre tenían que dejar Adán y Eva? Es por ellos que algunos afirman que “bienaventurado Adán, que no tuvo suegra”. Ese mandamiento sería el fundamento para que los hijos, al casarse, dejaran su hogar, y formasen una familia que estuviese aparte, sin que los problemas de unos, afectasen a los otros. Cada pareja que forme un nuevo hogar, deberá vivir independientemente de sus familiares, por lo que dejaran “padre y madre”. Como dice el refrán, “cada oveja con su pareja”, y en estos principio debemos ser firmes, si deseamos formar hogares que tenga un buen fundamento.

QUE CADA PAREJA TENGA SU CASA

En lo personal. y a la hora de efectuar una ceremonia religiosa, lo primero que investigo es si la pareja, después de casados, van a vivir con sus familiares. De ser así, no les caso, pues un matrimonio que viva con su familia tendrán serios problemas a la hora de enfrentar sus diferencias en el proceso de adaptación, además no es bíblico, pues la Palabra de Dios es radical al respecto; “dejará”, y le fue dicho a dos personas -Adán y Eva- que no tenían parientes. Es tan importante que la pareja esté sola, y muy cerca el uno del otro durante el primer año de matrimonio, que dentro de las normativas jurídicas judías no se podían separar a los recién casados por ningún motivo, incluso en caso de una emergencia militar:”Si un hombre ha tomado recientemente esposa, no irá al ejército, ni se le impondrá ninguna obligación. Estará libre en su casa durante un año, para alegrar a su mujer que tomó” (Deuteronomio 24:5). Muchas veces descuidamos este aspecto en los nuevos matrimonios, y como consecuencia, aparecen problemas motivados por un medio que no contribuye a estabilizar la adaptación del uno al otro[49]. También en Génesis 2:24 encontramos la expresión “y serán una sola carne“ dando a entender una completa identidad en cuanto al sentir, ser y vivir. Este era el deseo de Dios; no quería que el hombre estuviese solo, y noten que afirma que “No es bueno que el hombre esté solo“. El razonamiento deductivo de la palabra “no es bueno”, nos lleva a deducir que lo contrario sería malo, por lo tanto; toda soledad es mala, deprimente y egoísta. Él expresa entonces una gran idea; “le haré una ayuda idónea“ (Génesis 2:18). Esa palabra; “idónea” envuelve un sentido profundo que va más allá del simple hecho de estar juntos. Penetra en la acción de “estar unánime”; ser complementos, hechos a semejanza, sintiendo lo mismo, siguiendo una misma regla, que uno supla la deficiencia del otro etc. Jamás podrán dos personas juntas llegar a un punto determinado en un viaje si no estuvieran de acuerdo en lo relacionado a la ruta a seguir para al lugar propuesto. De la misma forma, seria ingobernable un hogar cuando los criterios de ambos cónyuges disten mucho de un punto común. ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si la madre desea enseñarle a su hijo a leer la Biblia, y el padre, al ser musulmán, le induce a leer el Corán? O un ejemplo más común: ¿Cómo podría corregir la malcriadeces de un hijo, si cuando el padre lo castiga, la madre anula el castigo, diciéndole al hijo que no le haga caso al padre? Es ahí en donde San Pablo argumenta el peligro de hacer vínculos con yugos desiguales, y afirma: “No os unáis en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué parte tiene el creyente con el no creyente?” (2 Corintios 6:14-15).

EL YUGO DESIGUAL

He vivido experiencias tristes con jóvenes que desobedeciendo la Palabra del Señor y se han casado con incrédulos, creyendo que podrían traerlos a la iglesia. El resultado, por regla general, fue al contrario, ellos -los incrédulos- arrastraron al cristiano fuera de la iglesia, y no pudo imperar en el hogar los principios de la Palabra en el gobierno familiar. No hay peor desastre para un cristiano que tomar decisiones de “pactos” con personas que no sienten ni piensan como él. Esto es a lo que Pablo se refiere cuando advierte “No os unáis en yugo con los incrédulos“. No debemos aplicar este término “yugo desigual” tan sólo a los matrimonios que en la fe no piensan igual. Creo que el

sentido al cual se refiere San Pablo va más allá de este asunto. Él analiza el peligro que hay en los compromisos con los hijos de las tinieblas en cuanto a los negocios de este mundo. Él le advierte a su hijo espiritual, Timoteo, que: “Ninguno en campaña militar se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo alistó como soldado” (2 Timoteo 2:4). Un soldado no puede tener tratos con aquellas catalogadas tropas enemigas, o estar atado a asuntos que le puedan estorbar a la hora de ir al combate. De igual forma, el que es soldado de Jesucristo debe tener cuidado de no meterse en negocios con los hombres impíos de este siglo, máxime cuando tiene que establecer pactos con los inconversos. He conocido testimonios de hermanos que sinceramente se unieron a un amigo empresario para poner una empresa. El incrédulo se aprovechó de la “ingenuidad” y el amor del cristiano, y cometió muchas fechorías, llevando a la ruina a la empresa, para después desaparecer, llevándose incluso el dinero de un préstamo. Como el cristiano era fiador y parte de la empresa, fue demandado, y perdió su casa, fue llevado a juicio, y su testimonio quedó afectado. Todo por un “amigo” que le llevo a la ruina en un negocio que fracaso. Si en nuestro tiempo cuesta trabajo confiar en los hermanos “por haberse multiplicado la maldad” (Mateo 24:12,) ¿Cuanto más peligroso será confiar en los incrédulos de este siglo?

¿HASTA DÓNDE PODEMOS LLEGAR EN NUESTRA RELACIÓN CON EL MUNDO? Pero ¿qué hacer a la hora de establecer un negocio con las gentes del mundo, pues es imposible vivir sin estar vinculados a ellos? Es ahí donde viene la necesidad de aplicar la sabiduría y el discernimiento de Espíritu. No podemos desconectarnos del mundo, para refugiarnos en conventos, como los monjes ermitaños. Ni tampoco podemos evadir la realidad y la responsabilidad social. Tenemos que juntarnos, comer y vivir con los pecadores, pero sin pactar con ellos. Sin embargo, hay que ser más firme con aquellos que llamándose “hermanos” se comporta igual que los pecadores. El apóstol Pablo retoma el tema y dice en 1 de Corintios 5:9-11:”Os he escrito por carta que no os asociéis con fornicarios. No me refiero en forma absoluta a los que de este mundo son fornicarios, avaros, estafadores o idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Pero ahora os escribo que no os asociéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni aún comáis“. Es interesante la referencia de que si practicamos radicalmente la separación del mundo (no juntarnos con los fornicarios de este mundo) nos veríamos obligados “a tener que salirnos del mundo”, cosa contraria al deseo de Jesús;”No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno” (Juan 17:15). Sin embargo, no se debe tolerar actitudes inmorales en aquellos que se dicen “hermanos”, por lo cual, se nos recomienda que “con tal persona ni aún comáis”. Nuestra relación con el mundo debe ser cautelosa. Debemos convivir con la realidad, y participar en ella pero definiendo bien los limites, y saber hasta dónde podemos llegar. El poder materialista y humanista está tratando de hacer que los cristianos queden entrampados en una madeja de ofertas consumistas que los llevan al afán y ansiedad, para que caigan en créditos, pactos y compromisos con los sistemas dominantes de nuestra sociedad, y así socavar su moral e imponer los antivalores, por lo que muchos se ven no solo presionados emocionalmente, sino comprometidos testimonialmente.

INFLUENCIAS QUE DESTRUYEN LA RELACIÓN

Debemos tomar medidas drásticas para conservar los valores que socavan la relación y la unidad de sentir. Si hay algo que esté matando el amor actualmente es la división, contradicción e incomunicación. ¿Cómo es posible que en una sociedad de tantos adelantos tecnológicos, en donde el mundo se ha hecho pequeño por medio de los avances en la comunicación, estemos incomunicados y en división? Sencillo, porque el mensaje que prevalece no es el mensaje correcto. Porque el diablo tiene todo el control de los medios, y solo deja oír aquello que turba, destruye y afecta la unidad

familiar. Su mensaje es claro; favorecer el aumento del divorcio, exaltar el adulterio y liberalidad sexual, despertar las ansias por lo oculto, y promover los antivalores, usando para ellos los medios disponibles. ¿Quienes son los que promueven los antivalores y hacen una apología al sexo y la violencia? Las influencias del cine y la televisión. Esta pequeña pantalla, con su cientos de opciones se nos ha colado en la intimidad del hogar para no solo romper la comunicación, sino tomar control de la mente de nuestros hijos, envenenándola con tóxicas inmoralidades. Se hace apología de la violencia, defensa de lo inmoral y nos lleva a asimilar como normal los mensajes negativos de los antivalores cristianos[50]. No quiero que me catalogues como “ultra-conservador”, creo que nadie se condena por poseer un televisión, ya que el problema no está en las cosas, sino en los principios que regulan las mismas. En tiempos atrás hubo evangelistas que condenaron la televisión llamándole “el cajón del diablo”[51] y en sus campañas destruían los televisores. Hoy no solo aceptaron la televisión, sino que también la usan como medio de evangelización. El pecado no está en tener un televisor, sino en no saber ejercer un criterio en la selección de programas, y no permitir que la misma rompa los valores de la relación familiar. Es necesario entender que; “Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23). Es bueno saber lo que es lícito, y que no edifica, para poder establecer un criterio educativo en nuestros hijos. No hay que renunciar a los recursos tecnológicos, pero sí tenerlos bajo control, para que no interrumpan nuestra única forma de mantenernos en acuerdo, que es por medio de la comunicación familiar.

COMO PROTEGERNOS DE ESTOS PELIGROS

La única manera de fortalecer la unidad familiar en tiempos de división es mediante un proceso correcto de fortalecimiento de las relaciones personales. Para lograr esto debemos considerar dos realidades: 1º. CONOCERNOS. Tratar de lograr que entre los que vivan juntos no existan secretos, misterios o asuntos ocultos que con el tiempo puedan entorpecer, como fantasmas, una relación que día a día debe perfeccionarse. Cuanto más nos conocemos, más deberíamos de entendernos. Este proceso de conocerse envuelve dos pasos importantes: LA RELACIÓN: Que es estar juntos. LA COMUNICACIÓN: Que es expresarnos y dialogar hasta lograr un mismo sentir. Cuando logramos estas dos cosas, el conocimiento nos lleva a la segunda realidad de la relación:  2º COMPRENDERNOS. La comprensión es la absorción del sentir del otro como mí propio ser. Aquí hemos evolucionado, pues alcanzamos una unanimidad de criterio que se podría denominar “comunión”, lo cual es la máxima expresión de la relación humana. A través del acuerdo pondremos límites a muchas influencias extrañas que pueden arruinar nuestras vidas, y evitar que los enemigos de la familia se introduzcan en el hogar. Lograremos fortalecer a nuestros hijos, y ayudarle a discernir entre el bien y el mal. Podremos discernir cuales son los valores correctos que pueden aceptarse en la convivencia familiar, y cuáles son los antivalores que debemos combatir a nivel vivencial, porque a nivel social poco o nada podremos hacer. 

EN QUÉ HAY QUE ESTAR DE ACUERDO En mi vida personal, mi esposa y yo hemos estado de acuerdo sobre los mecanismos de disciplina que le impondríamos a nuestros hijos, y le definimos desde que eran pequeños las normas de conducta que regularían la forma de censurar la televisión respecto a las influencias eróticas y dañinas que la misma podría ejercer en su carácter. Ellos aprendieron a tener criterio para censurar lo que es inmoral. Nunca hemos aceptado el uso del alcohol y tabaco en la casa. Hemos hablado sobre

las reglas morales que deben existir en un hogar cristiano, y el que no le guste, se puede ir de la casa. A la hora de actuar con nuestros hijos nos ponemos de acuerdo, evitamos que haya contradicción, y pedimos discernimiento y sabiduría para que el enemigo no logre sus propósitos; “destruir, dividir y matar” pues Jesús dijo que: “…Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá” (Mateo 12:25). Y eso es lo que desea el diablo. Cuanto más se fragmenta la sociedad, más violencia se desencadena. He ahí la realidad de los países Bálticos. Hemos visto como una nación, Bosnia-Herze-Govina se ha destruido a sí mismo, exterminándose unos a otros. Lo mismo ocurre en Irlanda del norte, entre los supuestos católicos y protestante, y también azota muchos países africanos entre tribus hermanas. En nuestra sociedad la violencia juvenil revela este mensaje: Hogares divididos, en desacuerdos, sin valores, resultado: Inseguridad ciudadana y delincuencia juvenil, y en medio de esto, un Estado que cada vez es más tolerante, permisivo y está más a favor de la proclamación de los antivalores que de los valores cristianos. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________

~6~ UNA PROSPERIDAD QUE CAUSA DESTRUCCIÓN Hemos descrito en el volumen anterior los elementos que fundamentan los valores del hogar, y como estos están siendo minados por una serie de influencias externas de antivalores, que restan solidez a la vivencia social. La decadencia de la autoridad, la pérdida del temor y la falta de ejemplos correctos son nuestros flagelos actuales, pero detrás de todos ellos hay otros elementos poderosos que deberemos analizar aparte, principalmente el concepto de una felicidad que emana de la prosperidad, lo que denominaré “materialismo práctico”, y el poder del un gobierno que crea un super-estado, globalizando los elementos económicos, culturales y pro-ductivos. Quiero reflexionar sobre “el poder de los poderes”, que es “el dinero”, el cual trata de forjar un bienestar y una prosperidad sin necesidad de los valores cristianos.

EL PODER CORRUPTOR DEL DINERO

¿Sabes cuál es la fuente de la corrupción? La ambición. ¿Y sabes de dónde vienen los pleitos y las contiendas entre los hombres? Del deseo de tener; de la envidia, codicia y avaricia, que es idolatría (Colosenses 3:5). Es ella la que produce los desniveles sociales. La que lleva a los hombres a derrumbar los muros de la moral tradicional para obtener, de cualquier forma, los bienes de este siglo, dando lugar al soborno y la injusticia: “Porque yo conozco vuestras muchas rebeliones y vuestros grandes pecados: que hostilizáis al justo, que tomáis soborno y que hacéis perder su causa a los pobres en el tribunal (Amós 5:12). El dinero lleva a unos a la explotación, otros a la desesperación, y a muchos a la corrupción. Es la que más combate en nuestros miembros para dominarnos. El dinero corrompe las pasiones, para forjar negocios que destruyen. El apóstol Santiago afirma:”¿De dónde vienen las guerras y de dónde los pleitos entre vosotros? ¿No surgen de vuestras mismas pasiones que combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, pero no podéis obtener. Combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastarlo en vuestros placeres” (Santiago 4:1-3). Somos bombardeados por consignas materialistas. Como hemos señalado, los padres sacrifican el tiempo que podrían dedicarles a sus hijos para trabajar, y alcanzar un mejor nivel de vida. Se ha tenido el falso concepto de que la felicidad depende del “capital”. Se trató de establecer un régimen social justo, basado en los principios del comunismo, que distribuyera, de forma justa, las riquezas, y afianzara el poder de “ser”, y no el poder de “tener”[52] proclamado por la filosofía capitalista. Pero este sistema fracasó, y porque dentro del mismo muchos cayeron en un capitalismo de estado. Se trató de cambiar el corazón egoísta del hombre mediante leyes impositivas. y a través de una dictadura que llegó a cometer injusticias tremendas[53].

El problema de la injusticia no se resuelve con leyes, sino con cambios de actitud. El mal que destruye familia y sociedad es el egoísmo que engendra la avaricia, y esta semilla la tenemos todos, y solo naciendo de nuevo podemos liberarnos de ella. Dice la Palabra al respecto en Eclesiastés 5:10:”El que ama el dinero no quedará satisfecho con dinero, y el que ama las riquezas no tendrá beneficio. También esto es vanidad”

LA ACTITUD CRISTIANA FRENTE A LOS BIENES

¿Qué es avaricia?[54] Es el deseo convulsivo por tener. Es dependencia a las cosas como fuente de felicidad. Es el acumular bienes, y otorgarle poderes sobre nuestra vida. Es darle cabida a la ambición, que desencadena la codicia. ¿Qué es codicia?[55] Querer acaparar bienes y tener más de lo que otros tienen lo cual genera la envidia. En Éxodo 20:17 uno de los mandamientos establece; “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo”. Cuando alguien incuba esta codicia, que nace de la envidia, es capaz de buscar, por caminos falsos, el tener lo que desea:”Codician los campos y los roban; codician las casas y las toman. Oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad” (Miqueas 2:2). Cuando el materialismo práctico domina, se establecen parámetros comparativos en las relaciones humanas, y se lucha por alcanzar ciertos niveles sociales, olvidando principios y valores. El dinero nos lleva a tener, y el tener se convierte no solo en un medio para vivir, sino en una meta pasa ser[56].

POSICIÓN CRISTIANA FRENTE AL TENER

Debemos entender cuál debe ser la actitud cristiana frente a las cosas, y forjar un estilo de vida en donde el dinero, la avaricia y el deseo de tener no opaque el amor, la relación y el servicio a los demás. Para ello debemos definir los principios bíblicos de estas verdades. Esto nos lleva a establecer tres elementos que, según su posición, determinarán nuestra actitud y relación social[57]. Dios es soberano, en todo y sobre todo es Señor. Nosotros somos su creación, y las cosas son recursos para servirnos. Dice Génesis 1.28; “Dios los bendijo y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la tierra; sojuzgadla y tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra“. Noten que el hombre se iba a enseñorear de las cosas; “sojuzgadla y tener dominio“, y no eran las cosas las que iban a tener el dominio sobre el hombre. El tener es subsecuente del vivir, trabajar, servir, y amar. Nunca los bienes pueden equipararse a las personas. Aceptamos el “vivir” como más importante que el “tener”, y sujetamos este deseo de “tener” tan solo a las prioridades básicas de la existencia:”Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8). Esto no imposibilita que podamos alcanzar bendiciones superiores, las cuales serían consideradas “una gracia de Dios”, y esta prosperidad no debe afectar nuestra dependencia en Dios, ni nuestra relación con los demás, por lo que debemos tomarla de la misma forma que si hubieran situaciones de pobreza como dice Filipenses 4:12: “Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias, he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad”. Lo importante es aceptar la soberanía de Dios sobre todas las circunstancias, como afirmó el apóstol Pablo antes de hacer esta confesión en Filipenses 4:11; “.. Pues he aprendido a contentarme con lo que tengo”.

CUANDO LOS BIENES SON LOS QUE DOMINAN

¿Qué ocurre cuando somos dominados por los bienes materiales. En el siguiente gráfico veremos cómo las cosas llegan a ocupar un espacio igual a las personas, o sea, equiparamos los bienes a las personas, por lo que comienzo a valorar a las personas por lo que poseen. Tengo ahora a Dios, y a la vez mis bienes. Lentamente estos ocupan un lugar más elevado en nuestras vidas. Aquí aparecen la discriminación, comparación, diferencias entre ricos y pobres, entre sabios e ignorantes etc. Nacen las castas, clases sociales, argollas y privilegiados. Esta realidad cambia nuestro comportamiento social. En el ejemplo lo vemos por ejemplo en como nuestra sociedad iguala el tener con el ser. Ahora

las cosas no son una añadidura, sino un objetivo. Jesús es una cosa más, los bienes dominan sobre Dios. ¿Y es qué los bienes se convierten en objetivo? ¡Sí! Cuando el deseo o la falta de estos bienes producen en nosotros una preocupación que nos lleva al afán y a la vez origina la envidia. Jesús dijo en Mateo 6:25: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”.El maestro expone el peligro de la preocupación de los discípulos por los bienes materiales, y usa la expresión “afán” que significa “deseo de tener o poseer algo“, con lo cual entramos en la cadena que origina la codicia, y que lleva a la avaricia. Una vez que hay preocupación por las cosas materiales, caemos en el deseo de que no nos falte nada, sobrevalorando el tener. Entonces aparece el amor al dinero; 1 Timoteo 6:10:”porque el amor al dinero es raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, fueron descarriados de la fe y se traspasaron a sí mismos con muchos dolores”. ¿Puede la preocupación por los bienes materiales afectar nuestras relaciones humanas? Sin la menor duda, “SÍ”, nos afecta, porque en nuestro deseo de tener bienes, claudicamos o venderemos nuestros principios, lo que ocasiona un deterioro moral en todos los ámbitos de las relaciones humanas. Recordemos que Judas vendió a su maestro por 30 piezas de plata (Mateo 26:15) y Ananías y Safiras, por amor al dinero, trataron de engañar a los discípulos, no dando lo que habían prometido (Hechos 5:1.11). Cuando los bienes materiales) se interponen entre las personas, nuestra relación se vuelve conflictiva. Esto impide una correcta comunicación. El interés aparece, pues el tiempo vale oro. La sinceridad se pierde, y la envidia domina. Entonces ponemos entre los hijos y los padres objetos que tratan de dar felicidad, y ocupar el espacio que la falta de relación física afectiva deja. Es cuando uno vale por lo que tiene, y no por lo que es. Es cuando medimos el éxito por las riquezas, el automóvil, la casa, la ropa etc. Es cuando establecemos parámetros que miden a las personas por su condición económica y social. Nos volvemos interesados. Aparece la hipocresía social, la falsa apariencia, el deseo de demostrar que tengo y puedo, entonces cedo al crédito fácil, al trabajo desesperado, al superarme a costa de cualquier precio. Fácilmente entra el engaño, la mentira y la corrupción. Aparece la traición, el fraude, el soborno. Es cuando las relaciones humanas pasan por la escala del “tener”, perdiéndose el sentido correcto de amor y del darnos a los demás. Todo esto forja una relación incorrecta. Lo triste es que esta actitud o espíritu humano pecaminoso invaden a muchos cristianos, víctima de una mal llamada teología de la prosperidad.

CUANDO LA CODICIA REINA EN EL CORAZÓN Pero la codicia genera la avaricia, elevando así el poder de “tener” a una dimensión superior. Llegamos a depender tanto de las cosas, que desplazamos la confianza y la soberanía de Dios en nuestras vidas a un segundo plano, acomodándonos al bienestar, y perdiéndose el espíritu de entrega a los demás. Dios queda marginado a ciertos parámetros de nuestra sociedad, lo encerramos en la iglesia, y forjamos una religiosidad vacía de amor y compromisos. Es entonces cuando los bienes no solo se interponen entre los hombres, sino que lentamente se coloca entre el hombre y Dios. Para entender mejor este aspecto mostraremos la siguiente ilustración: El bienestar bloquean las relaciones humanas y espirituales. Cuando el materialismo práctico domina, y el “tener” es una meta del vivir, ocurre lo siguiente; Nuestra fe se vuelve interesada; solo buscamos de Dios las bendiciones materiales, exaltando el tener más que el ser y servir. Los Bienes son un obstáculo para consagrarnos al Señor, y nos afanamos tanto a ellos que olvidamos algunas cualidades cristianas; sólo buscamos de Dios las bendiciones materiales, y nos olvi-damos de compartir, servir al necesitado, dedicarle tiempo a los hijos etcétera. El deseo de obtener bienes de consumo se convierte en una obsesión que lleva a valorar las relaciones humanas en base a los bienes que las personas poseen, naciendo el interés, que a su vez crea los parámetros que determinan los niveles sociales. Cuando esto ocurre, Dios queda opacado, y las riquezas se convierten en nuestro “dios” como dice la Palabra en Deuteronomio 32:15:[58] : “Jesurún se engordó y dio coces. (Te hiciste gordo, grueso y rollizo.) Y

abandonó al Dios que lo hizo; desdeñó a la Roca de su salvación”. Y todo como consecuencia de una prosperidad que invadió el espacio que debía ocupar Dios.

LAS CAUSAS DE MUCHOS PROBLEMAS DE RELACIÓN

No existe en el mundo un elemento que genere más con-tienda, pleitos, corrupción y violencia que el deseo de tener, el “amor al dinero”. Éste lleva a las prácticas más bajas, y muchos le venden su alma al diablo por obtener el poder económico. El dinero ab-sorbe, arrastra, envuelve a los que desean bienestar. Destruye la integridad, la honestidad y la moral cristiana. Podemos afirmar que muchos valores morales son destruidos cuando el deseo de tener controla nuestros pensamientos, cayendo cautivos en los brazos del consumismo, que a su vez nos encierra en las rejas terribles del crédito fácil, del cual muchos se hacen esclavos. Si deseamos determinar las bases de una relación correcta, podemos afirmar que ésta nace de un amor que no tiene intereses de por medio. Esta relación, sin nada de por medio, es el amor que nace de Dios. Es la base que fortalece las relaciones familiares, eclesiásticas y sociales. Es lo que San Pedro llamó “Amor Fraternal”: “Habiendo purificado vuestras almas en obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos los unos a los otros ardientemente y de corazón puro;” (1 Pedro 1:22). “Y por esto mismo, poniendo todo empeño, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, perseverancia; a la perseverancia, devoción; a la devoción, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor” (2 Pedro 1:57). Notemos que el amor fraternal debe ser “no fingido, ardiente y de corazón puro” y además, es necesario poner empeño en él como un elemento que evita la corrupción, dominante en el mundo del cual salimos, y que se menciona en 2 Pedro 1:4: “Mediante ellas nos han sido dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas seáis hechos participantes de la naturaleza divina, después de haber huido de la corrupción que hay en el mundo debido a las bajas pasiones” Cuando los bienes no están puestos en el lugar correcto se afecta nuestra vida total. El problema no es negar la posesión de bienes, o renunciar a ellos, sino colocarlos en el lugar apropiado, y evitar que éste influya en mi conducta. Cuando el “tener bienes” es importante, y una prioridad del vivir, nuestra vida enfrentará conflictos en muchas áreas de las relaciones humanas y espirituales. Los bienes, en esta situación, se interponen entre yo y los demás, y entre Dios y mi vida, no pudiendo practicar un amor sincero, desinteresado y de entrega absoluta: Los bienes se interponen entre Dios y los hombres, y entre hombre con hombre, creando barreras que engendran “egoísmo”, pues vivimos para “tener” y no para “ser”, ocurriendo grandes males en las relaciones humanas. En esta condición “el tener bienes” se convierte en una “maldición”. Es ahí donde el Señor trata de enseñarnos que no debemos dejar que el “tener” destruya los valores morales que envuelve el vivir confiando en su misericordia y bendición.

EL DIOS QUE PROSPERA Y BENDICE

¿Se atrevería alguien a negar que Dios bendice y prospera a sus hijos? Toda la Biblia nos muestra el poder sustentador y proveedor de Dios para sus hijos. Cuando Moisés fue llamado a libertar a su pueblo, el Señor le prometió que les llevaría a una tierra “que fluiría leche y miel” (Éxodo 3:8) y prometió bendecir la tierra que su pueblo trabajara, siempre y cuando fueran fieles a sus mandatos: “Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas por obra, para que prosperéis en todo lo que hagáis” (Deuteronomio 29:9). “Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra las leyes y los decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y sé valiente. ¡No temas ni desmayes!” (1 Crónicas 22:13). Si la ley de Dios regula la posesión de bienes, estos jamás serían un estorbo para glorificar al Señor, pero si los bienes desplazaban a Dios, entonces la prosperidad se convertía en maldición. Es importante determinar que la prosperidad no es una meta espiritual o milagrosa, sino el producto de una obediencia al Señor. La prosperidad está relacionada con el trabajo ejecutado por nuestras manos. No se tienen bienes como producto de una acción mágica, tipo lotería, o por invertir en la bolsa de valores de Dios, sino como premio a un esfuerzo que

hacemos por obedecer el mandamiento del Creador dado a Adán; “Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3:19). Dios ha prometido prosperar todo aquello que nuestras manos hagan, si somos buenos mayordomos: “Jehová tu Dios hará que sobreabundes en toda la obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra. Pues Jehová volverá a gozarse en ti para bien, así como se gozó en tus padres“(Deuteronomio 30:9).”Entonces, cuando siembres la tierra, él dará lluvia a tu sembrado. El alimento que produzca la tierra será sustancioso y abundante. En aquel día tus ganados serán apacentados en amplias praderas” (Isaías 30:23). Somos prosperados cuando trabajamos de forma sosegada, obteniendo lo necesario, sin afán ni ambición. Si Dios da más, pues amén, seguiremos trabajando igual. Los bienes deben ser producto del trabajo, y deben obtenerse para glorificar a Dios, suplir nuestra necesidad y también la de los hermanos necesitados: “En todo os he demostrado que trabajando así es necesario apoyar a los débiles, y tener presente las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35, ver también 2 Tesalonicenses 3:6-10). Cuando al tener más se deja de dar, la semilla de la codicia está naciendo. Cuando al tener bienes nos acomodamos y le rendimos culto a las cosas, vamos camino a la avaricia, que es idolatría (Col 3:5).

CUANDO LA BENDICIÓN SE VUELVE MALDICIÓN

Los relatos bíblicos están llenos de situaciones como esta: Cuando Israel era liberado, y prosperado por Dios, se apartaban de Él, y se volvían a la vanidad e idolatría. Cuando lo perdían todo, por medio del cautiverio y la esclavitud, clamaban a Dios, y se arrepentían. Este es el mensaje que continuamente encontramos en los libros históricos del Antiguo Testamento. Nehemía lo expresó claramente cuando escribió en el capítulo 9:28; “Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, (referencia a Dios) por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían a clamar otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste”. Si a una persona le prestó $50 dólares, a otro $100 y a otro $1000, y se les perdono a todos la deuda ¿quién debería estar más agradecido? Aquel a quien más se le perdonó. Si un país o persona es bendecido por Dios con prosperidad material; ¿no deberían ser más agradecidos a Dios que aquellos que recibieron menos? Pero en la práctica no es así. Hay una realidad que he comprobado al viajar por casi todos los países prósperos de Europa y los pobres de Latino América. En donde la gente vive mejor y tiene más, el bienestar ha opacado el compromiso con Dios, y los creyentes son más egoístas, tienden a reducir los valores morales, y se fabrican los antivalores que dominan el sistema. ¿De dónde vienen las modas y las influencias anticristianas? Además, la entrega al Señor se vuelve superficial y religiosa. Es por ello que el cristianismo está en proceso de regresión en estos lugares. En los Estados Unidos y en la Europa próspera, la tendencias es a que las iglesias queden vacías, y se conviertan en recuerdos históricos, museos a donde sólo se va los domingos, o cuando hay calamidad, como ocurrió en los Estados Unidos durante la guerra del golfo pérsico, cuando los templos se llenaron clamando por la victoria de sus tropas. Pero una vez que pasó la crisis, cada cual volvió a lo suyo, los templos quedaron de nuevo semi-vacíos, y fueron a rendirle culto al “dios prosperidad”. Mientras que en los países ricos el cristianismo está en proceso de extinción, en los pobres (del tercer mundo) ocurre todo lo contrario. Cuanta más miseria y crisis confrontan estas naciones, más poderosa se hace la Iglesia. Esto refleja que cuando no se sabe asimilar la prosperidad, de acuerdo al parámetro moral de la Palabra, la bendición del tener se convierte en una maldición que nos aleja de Dios.

COMO EL DINERO DESTRUYE LA MORAL Cuando el mundo se vuelve materialista, y el poder económico domina, aparecen, como caldo de cultivo, antivalores que lentamente socaban la moral cristiana, y es que actualmente existen tantos males generados por la ambición del dinero que incluso muchas empresas mercantiles deben su existencia a la explotación sin medida que se hace a los recursos naturales (destrucción ecológica), y a

la promoción continua de antivalores cristianos, (promoción del vicio, carnalidad y egoísmo). En el afán de enriquecimiento se promueven los juegos de azar: loto, quinielas, lotería, bingo, casino, etc., naciendo los enfermos ludópatas. En el deseo de explotar la pasión se crean centros de prostitución, trata de blancas, pornografía, etc. proliferándose el SIDA. Y para obtener dividendos substanciosos se lleva a la gente al deseo de tener mediante los préstamos fáciles con intereses altos, lo que la Biblia llama la usura, cayendo muchos en depresión y quiebra. Los empresarios explotan a los trabajadores, y el tráfico de influencias y el soborno se convierten en prácticas rutinarias, de manera que ser honesto es sinónimo de ser “tonto”, pobre y moralista, por lo que la integridad se convierte en un valor caduco. La Biblia enseña mucho sobre estos elementos destructivos de la moral, que hoy dominan a gobiernos y empresas. Para que veamos la realidad de ello, enfocaremos algunas de estas realidades que podríamos denominar “corrupción materialista” y la cual está detrás de la crisis de valores que vivimos:

1. Cuando los negocios se corrompen: Hay muchas formas de corrupción en los negocios. La venta de productos dañinos a la salud, como por ejemplo el engorde artificial de animales con sustancias químicas que repercuten en la salud del consumidor. La alteración del valor real del peso, medida o contenido, o la adulteración de los productos. Las ofertas fraudulentas usando los medios de comunicación están al orden del día ofreciendo bienes mágicos. De ello dice la Palabra; “No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica”, indicando la alteración del peso, (Deuteronomio 25:13 ver también Proverbios 11:1, Oseas 12:7). “Acumular tesoros mediante la lengua de engaño es vanidad fugaz de los que buscan la muerte” .Por lo que hace referencia a las falsas ofertas (Proverbios 21:6). 2. El uso de la usura (altos intereses) y del crédito fácil. Nuestra sociedad ha sido invadida por las “tarjetas de crédito”, con la cual millones de personas compran hoy, para pagar después, con intereses que a veces llegan en algunos países al 16 y 20% anual. El crédito es la trampa diabólica más sagaz que embarga a la mayoría de los cristianos de los países prósperos. La Palabra acepta el préstamo siempre y cuando no empobrezca al que pide, y no enriquezca al que presta: “Si das prestado dinero a algún pobre de mi pueblo que está contigo, no te portarás con él como usurero, ni le impondrás intereses” (Éxodo 22:25 Ver Levítico 25:36). San Pablo recomienda a los cristianos que eviten el crédito, y que si deben algo, lo paguen pronto, para estar libres de las trampas del diablo; “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, salvo el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley” (Romanos 13:7-8). No podemos aceptar el crédito como una bendición, ni predicar sobre su uso en la iglesia. Es importante notar que el dar sin interés al que necesita es una cualidad recomendada por Dios para sus hijos: “Le abrirás tu mano con liberalidad, y sin falta le prestarás lo que necesite” (Deuteronomio 15:8). “Más bien, amad a vuestros enemigos y haced bien y dad prestado sin esperar ningún provecho. Entonces vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y los perversos.” (Lucas 6:35 Ver también Salmo 112:5). 3. Explotación laboral. Es una de las acciones más comunes del mundo de hoy, y la más repudiada por Dios. Las Sagradas Escrituras estipulan que aquellos que tienen empleados deben observar las normas legales de la ley mosaico: “No explotes al jornalero pobre y necesitado, tanto de entre tus hermanos como de entre los forasteros que estén en tu tierra, en tus ciudades. En su día le darás su jornal. No se ponga el sol antes de que se lo des, pues él es pobre, y su alma lo espera con ansiedad. No sea que él clame a Jehová contra ti, y en ti sea hallado pecado“ (Deuteronomio 24:14-15). Es interesante notar que la justicia laboral dada por Dios establecía los mismos derechos tanto para los nacionales, como para los extranjeros.

En nuestro mundo actual a los extranjeros se les explota de forma inhumana, y por el hecho de ser pobres e inmigrantes se les trata de forma diferente, marginándolos de muchas prestaciones sociales que tienen los nacionales, siendo injusto ante los ojos de Dios tal actitud ejecutada por naciones que dicen vivir “bajo los valores cristianos”. Pero la ley va más lejos, establece castigos para el que no pague lo justo, y defraude al jornalero. Noten el término “y en ti sea hallado pecado”, y después Jeremías 22:13 amonesta:”Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin derecho, sirviéndose de su prójimo de balde, sin pagarle su salario”. A la hora de juzgar al defraudador, la Biblia lo compara igual que al adúltero, hechicero y al que jura mentira (ver Malaquías 3:5). Pero en el Nuevo Testamento la recriminación al explotador es más severa todavía. Santiago 5:1-6 tienen una fuerte amonestación a las riquezas hechas como producto de la explotación del obrero, y en el verso 4 afirma: “He aquí clama el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que fraudulentamente ha sido retenido por vosotros. Y los clamores de los que segaron han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos“. La injusticia y la desigualdad social, producto de la explotación de los poderosos, es una de las acciones más repudiable de nuestros tiempos. Como cristianos debemos combatir esta explotación, pues ella hace descender tremendamente el parámetro moral. Al respaldar la injusticia, miseria y hambre de un mundo marcado por los desniveles sociales y que traen como producto el robo, la violencia y el engaño, nos hacemos cómplices del pecado. 4. La búsqueda del dinero fácil. Pero lo peor de todo es que el deseo de tener bienes sin trabajar lleva al hombre a diseñar métodos fraudulentos (por no decir tramposos) para obtener, de forma fácil, riquezas. Es ahí cuando nace el fraude, soborno, chantaje y todo género de corrupción económica. Ciertas corrientes teológicas catalogaron el trabajo como una maldición, pues fue parte del juicio edénico. Considero que la pereza es más maldición que el trabajo. Trabajamos como consecuencia de la desobediencia, y es el medio determinado por Dios para sostenernos y vivir holgadamente. Esta es la enseñanza clara de los apóstoles; “A los tales les ordenamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajando sosegadamente coman su propio pan” (2 Tesalonicenses 3:12). Y si hay algo en lo cual debemos de exhortar a los hermanos, es en cuanto a combatir la pereza que es pecaminosa en la vida cristiana; “no siendo perezosos en lo que requiere diligencia; siendo ardientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:11 ver también Hebreos 6:12 y Proverbio 24:31). Cuando los cristianos aceptaban al Señor, debían dejar cualquier forma ilícita de obtener bienes, y trabajar con sus manos. El que no trabaje, no coma, como dice 2 Tesalonicenses 3:10. Así que debemos adoptar los principios dados por los Apóstoles como dice Efesios 4:28:”El que robaba no robe más, sino que trabaje esforzadamente, haciendo con sus propias manos lo que es bue-no, para tener qué compartir con el que tenga necesidad”. Toda acción que facilite la obtención de dinero que no sea como producto del trabajo, entra al plano de lo inmoral y fraudulento, y en tal caso “es mejor lo poco con justicia que gran abundancia sin derecho” (Proverbios 16:8). El deseo de tener ha producido fenómenos de comportamientos que van contra la ética cristiana, y debemos abstenernos de ello. Nuestro mundo está lleno de fraude. Ello es producto de una avaricia galopante, que consume las vidas de los que en ella caen cautivos, es por ello que Jesús dijo: “–Mirad, guardaos de toda codicia, porque la vida de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15) y “el que tiene ganancias injustas perturba su casa, pero el que aborrece el soborno vivirá” (Proverbios 15:27). Y en el día del juicio final Dios juzgará al hombre por su conducta material en la tierra, así que: “vuestro oro y plata están enmohecidos; su moho servirá de testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como fuego. ¡Habéis amontonado tesoros en los últimos días!” (Santiago 5:3). Y todo ¿para qué? Para ser infelices y reos de juicio. Está claro que el dinero tiene poder contaminante. La única garantía para evitar su seducción es poner al Señor sobre todo, y aceptar los bienes como parte, sin dejar que éstos dominen nuestro corazón. Entendamos bien esta lección para no ser manipulados y recordemos aquel pensamiento chino que dice “El error es intentar alegrar nuestro corazón por medio de las cosas; la verdad es que tenemos que intentar alegrar las cosas con nuestro corazón”.

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~7~ EL PELIGRO DEL “SUPER-ESTADO”

Los errores humanos crean las condiciones para que los gobernantes se tomen poderes para interferir de la vida íntima de las personas. No podemos negar que hay padres que abusan de su familia, y es ahí cuando el Estado entra en escena, listo para proteger y garantizar la convivencia de todos dentro de un régimen de legalidad, en donde nadie viole los derechos del otro, ni haya despotismo. Los gobiernos humanos nacen como producto de la necesidad de regular la convivencia entre unos y otros, formándose así una comunidad, sea caserío, aldea, pueblo o nación. Dios está detrás de todo gobierno, y Él mismo estableció el orden de éste. La Biblia afirma en Romanos 13:1-3: “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios; y las que hay, por Dios han sido constituidas. Así que, el que se opone a la autoridad, se opone a lo constituido por Dios; y los que se oponen recibirán condenación para sí mismos. Porque los gobernantes no están para infundir el terror al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza”. Sin embargo debemos cuestionar hasta donde puede tener derecho un gobierno humano para intervenir en la vida familiar. Alguien afirmó que: “Cuando el gobierno teme a sus ciudadanos, entonces se tiene democracia, pero cuando sus ciudadanos le temen al gobierno, entonces lo que se tiene es una dictadura”.

PREDOMINIO DEL SUPER-ESTADO:

Hemos visto cómo los errores humanos en el ejercicio de la autoridad han dado lugar a que el Estado se tome atribuciones que no le corresponden. Frente al descuido de los padres, o por el abuso de éstos al ejercer una autoridad incorrecta, el estado interviene y le-gisla, proclamando leyes que controlen aspectos de la relación familiar. Es entonces cuando el estado adquiere el papel protector de los hijos, anulando los derechos de los padres, o restándole autoridad a los principios bíblicos tradicionales. Cuando la relación familiar se deteriora, y aparecen las consecuencias sociales de estos males, el gobierno asume más protagonismo. Establece leyes que atentan contra los principios morales del cristianismo. Tratando de remediar un mal, crean otro peor. Podríamos citar muchos ejemplos, pero tan solo haré referencia a algunos de ellos. Siempre que la balanza se inclina hacia un lado, aparecen fuerzas que la hacen ir al lado contrario, rompiéndose el equilibrio. Debemos tener presente que todos los extremos, por más buenos que sean, son peligrosos. Se han dado casos de padres que abusan de sus hijos físicamente -con golpes brutales-, o sexualmente, incesto- (porque son padres enfermos psicológicamente), y partiendo de estos hechos aislados, pero en aumento en un mundo enfermo, los gobernantes determinan legislar prohibiendo el castigo físico de los padres a hacia los hijos (disciplina), estableciendo interrogatorios en las es-cuelas sobre la conducta que los padres tienen con éstos, y se les enseña a los niños a que no deben permitir que sus padres le castiguen, y en tal caso, deben denunciarlos, dando lugar a una invasión de la intimidad familiar. En estos casos los móviles son buenos -proteger a los niños del maltrato de padres enfermos-, y las causas lógicas -el Estado es garante del bien común-, pero lentamente, y por razones justificadas, el Estado absorbe el papel de la familia, y anula los principios de autoridad según la Palabra[59]. Sería bueno definir que es corrección y que es represión, como hemos señalado anteriormente, y aunque el Estado debe castigar la violencia familiar, de cualquier índole, se hace necesario determinar ¿qué es violencia familiar?, en vez de adoptar medidas radicales. Esto representaría que los padres tienen derechos de corregir a sus hijos siempre y cuando lo hagan dentro de ciertos postulados correctos que excluyen la tortura y crueldad física y verbal. ¿Sería lógico, debido a la imprudencia con las leyes de

tráfico que algunos automovilistas tienen, se prohíba a las personas conducir a menos de que lleven un policía al lado? Hay derechos y hay deberes en la relación padre-hijos e hijos-padres, y el Estado debe respetar esto, siempre y cuando se haga dentro de un marco de legalidad. Así que un padre puede darle una buena nalgada en el trasero a su hijo, después de ser amonestado, haya incurrido en una falta, pero no debe pegarle con un palo, violentamente, fracturarle un hueso u otra herida, porque eso sí es delito condenado aun por la Palabra de Dios.

EL ESTADO Y LA EDUCACIÓN SEXUAL Como han aparecido serios problemas de enfermedades de transmisión sexual, principalmente en la juventud, y entre ellas el mortal SIDA, y se ha afirmado que los padres no saben educar a sus hijos en esta área, el estado ha ordenado, en muchos países, que el ministerio de educación introduzca dentro de sus planes de enseñanza la educación sexual en las escuelas públicas, adoptando para ello la filosofía liberal del mundo secular[60], desposeída de valores cristianos, la cual proclaman la “bendición profiláctica del uso de preservativos para cuidar nuestras relaciones sexuales (condones)”, alentando así la promiscuidad entre los jóvenes. Es cierto que muchos padres no están preparados para afrontar la distorsión y depravación sexual que sufre nuestra sociedad, pero ¿quién es el culpable de ello? El mismo estado, el cual permite la pornografía, y no censurar la televisión ni el cine, que siembran, con toxinas sexuales inmorales, la mente de niños y jóvenes hacia acciones contrarias a la moral cristiana (o tradicional), sembrándose el desconcierto y la proliferación de los deseos carnales. Es la misma filosofía secular del Estado la que afirma que “se puede tener una relación sexual segura, fuera del matrimonio, si se usan preservativos” y es el Estado el que le otorga licencia a las compañías de internet, vídeo porno y líneas telefónicas calientes (líneas eróticas) para que promuevan las aberraciones sexuales, que conducen a millones de seres humanos a enfermedades mentales, que les llevan a crímenes de violencia sexual con niños, jóvenes y adultos, algo que está de moda en nuestra sociedad[61]. Es el Estado el que da licencia a los centros de orgías, prostitución y distribución de drogas, como son los casinos, discotecas y prostíbulos. Ellos quieren ser los protectores de la familia, pero ellos mismos son las que han socavado sus cimientos, al aceptar leyes inmorales que van contra el espíritu cristiano.

¿QUIÉN PROMUEVE LA CORRUPCIÓN SOCIAL?

Es el Estado el que anula la moral cristiana de las escuelas públicas cuando deja que el humanismo y las teorías evolucionistas eliminen el principio de Dios. El Estado es el que permite se prohíban manifestaciones relacionadas con Dios en las escuelas, y sin embargo permite a los maestros introducir las doctrinas de la Nueva Era. En los Estados Unidos, la “Asociación Nacional de Educación” (ANE) que es un sindicato de los más grandes en esta nación, y que maneja muchos recursos económicos, promueve y financia la pro-moción de todas aquellas ideas anticristianas, como la Nueva Era, la educación sexual e incluso la promoción de la homosexualidad como algo normal dentro de los planteles educativos. Se han establecido dentro de los centros educativos, y con la bendición del ANE se ejecutan actividades de meditación trascendentales con los “espíritus guías”, principalmente la promoción de la adoración a la “Madre tierra” [62], la antigua diosa “Gaia” que no es otra cosa que una nueva versión del culto a Baal y el resurgimiento del paganismo, con ropaje de ecología, y que se hace presente en las nuevas películas de la colección de Wald Disney, como “Pocahonta”, en donde el espíritu se comunica con ésta a través de los árboles y la naturaleza. Mientras se promueve la eliminación de todo lo referente a la enseñanza bíblica en la educación[63]. Conocí el caso de un maestro sancionado por hablarle a sus alumnos de la segunda venida de Cristo en clase, sin embargo, otros afirman como real el fenómeno OVNI y practican la “meditación trascendental” estilo yoga, sin ser censurados. El Gobierno de los Estados Unidos prohibió la oración en las escuelas públicas en la década del 60, alegando “libertad de religión” y ordenó eliminar de las paredes las tablas de los diez mandamientos. Ese gobierno, sin embargo, ha colocado en esas

paredes rótulos que promueven el amor libre[64], y otras medidas tendientes a imponer los antivalores cristianos. Hoy las paredes de las escuelas han sido tomadas por los estudiantes con “grafitis” que exaltan el satanismo, las drogas y la sexualidad. Donde antes había una Biblia o una cruz, ahora hay una estrella con una cabeza de cabra, símbolo del satanismo, o una esvástica (el emblema del nazismo). Si un joven llega al Instituto con una camiseta que diga “Dios es amor” se le llama la atención, “por hacer propaganda religiosa”, pero si lleva una camiseta con símbolos nazis, satánicos o sexuales, no se le dice nada[65].

CREANDO LOS MONSTRUOS QUE NOS DEVORAN

Hoy día los gobiernos del mundo se enfrentan a esta realidad: Restaron valor a la autoridad familiar, y proclamaron los valores liberales del “Estado laico”, y ahora se enfrenta a una juventud anárquica, que no respeta ese mismo Estado que trató de ser su benefactor, al proclamar los antivalores cristianos. Ocurrió lo del cuento del médico que creó a Frankenstein, que fue destruido de mano de su propia creación maestra. Muchos gobiernos están siendo arrastrados por un laicismo escéptico que promueve la eliminación de Dios, proclamando los valores de una secularización con matices de ateísmo, en donde todos los valores históricos son barridos del escenario público y social, o colocados en un trastero, para que su influencia no interfiera en los deseos de un “superestado” que está listo para erigir su propio dios, que será el anticristo, el cual aparecerá como producto del nuevo orden mundial que se promueve a través de los postulados de la Nueva Era. Es entonces que se hará realidad la Palabra, pues aparecerá un gobernante que;”se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2:4). Hemos visto como en muchos países las fiestas cristianas se han ido paganizando. La Navidad cada vez tiene menos de cristiana, y más de celebración secular y mundana, donde el mercantilismo florece. Antes era Jesús el centro de todo, y la palabra “Feliz Navidad” dominaba. Lentamente se está cambiando el sentido cristiano de la Navidad por un “Feliz día”. Ahora el culto a “Santa Claus“ es más importante que la historia del mensaje del pesebre. La proclamación de los carnavales opacan la importancia de la Semana Santa, que a su vez se ha convertido en una fiesta más de diversión y carnalidad, con ofertas de atracciones turísticas. Vemos, asustados, cómo fiestas diabólicas florecen, entre ella las fiestas de las brujas y el día de los muertos. En los Estados Unidos la famosa festividad de “Halloween” (fiestas de brujas) [66] se ha impuesto como una fiesta nacional, a tal grado, que en esos días (fines de octubre) los emplea-dos de bancos y empresas que tratan con el público tienen que ir vestidos de acuerdo con esa fiesta. Recuerdo que el año pasado (1996), por esa fecha, fui al banco, en Miami, a hacer una diligencia, y la empleada que me atendió estaba disfrazada de vampira. Todos los empleados estaban disfrazados. ¿Hasta dónde llegan las influencias diabólicas en nuestro tiempo? Los hechos dicen que estos eventos cobran fuerza, y los gobiernos los apoyan. Ahora esas autoridades están alarmadas por el aumento de crímenes con ritos satánicos que inundan la nación norteamericana. Se tienen cifras alarmantes sobre el aumento del satanismo y sus ritos sangrientos. Las autoridades de investigación temen una cadena terrible de actos violentos que no podrán controlar en el futuro, pues los cultos diabólicos cobran fuerza entre la juventud fanática del rock y las drogas[67]. La misma sacerdotisa de la Iglesia de Satanás en Van Nuys, California confiesa que el “heavy metal” es una herramienta poderosa para reclutar y manipular a los jóvenes hacia esta secta satánica, que cobra fuerza y poder en los Estados Unidos[68].

UN SISTEMA QUE PROFANA LO SAGRADO

Se hace burla abierta de la religión, y por medio del cine se elaboran películas que desfiguran la verdad bíblica, y profanan la santidad y la persona de Jesucristo. Cuando los cristianos protestan, el Estado se hace el sordo, tolerando tal profanación en nombre de una “libertad de expresión” que todo lo permite[69]. ¡Qué contraste con la Estados que tienen un patrimonio fundamentado en la religión musulmana! Estos, con raíces basadas en el Corán, sean radicales o moderados, no permiten que se profane la figura de su líder religioso, el profeta Mahoma, y cuando Hollywood quiso

hacer una película sobre él, tuvo que aceptar estos principios, para que el producto pudiera entrar al mercado árabe, y no se enfrentaran a una protesta islámica a nivel mundial. ¿Y qué condiciones pusieron? Que no apareciera Mahoma de cara, y que la película fuese fiel al Corán. ¿No pudiera un Estado con raíces cristianas demandar más respeto a sus principios fundamentales, sean símbolos patrios o religiosos? Hoy profanan la persona de Jesús, mañana la de los próceres, y por último la bandera. ¿Y después que sigue?. No son buenas las comparaciones, ni deseo que se interpreten las mismas como una defensa a las creencias musulmanas, pues creo firmemente que Jesús es el hijo de Dios, y que en Él sólo hay salvación, pero vale la pena hacer referencia al avivamiento de la fe musulmana, y la decadencia de los valores cristianos en ambas sociedades[70].

COMPARACIÓN ENTRE el MUNDO CRISTIANO, VERSUS MUSULMÁN

Somos testigo de un crecimiento del integrismo islámico en casi todos los países del mundo. La gran mayoría de los países árabes están volviéndose al Corán, que es la biblia de los musulmanes. Muchos estados han legislado partiendo de las normas establecidas por Mahoma en el Corán. “Alá es Grande” figura en los lugares públicos y estatales. La educación está impregnada de una imposición religiosa musulmana, y aunque algunos estados mantienen actitudes moderadas, como Marruecos, Egipto, Arabia Saudi y Kuwait, no por ello se deja de enfatizar el valor moral de la doctrina islámica. Otros estados imponen las leyes Islámicas a la fuerza, adoptando actitudes fanáticas, como Irak y Libia. En muchos de estos estados está prohibido el uso y venta de bebidas alcohólicas. La violación sexual se castiga con la castración. El hurto hace que al ladrón le corten una mano, y si vuelve a robar, le cortan la otra, para que no robe más, aplicando así también su ley de Talión, que está en el Antiguo Testamento judío (Ver Éxodo 21:24-25)[71]. En la vivencia familiar son respetuosos con sus fiestas religiosas, como “El Ramadan“, así como de sus rezos y comidas. En este aspecto son parecidos a los judíos ortodoxos. El estado apoya estas acciones, y da feriado en los tiempos de solemnidad “espi-ritual”, según su tradición. No tienen la verdad, pero actúan mejor que aquellos que la tienen. Viajando de New York a Oslo, tuve que hacer una escala de varias horas en el aeropuerto de París. Subí a una zona de espera y me recosté en unos sillones especiales que tenían. A mi lado había un musulman, con su túnica y gorrito típico. Cuando eran las 12 del mediodía, sacó una alfombra, se orientó respecto a la posición hacia donde está la Meca, y tendiendo la alfombra en el suelo, se arrodilló en ella, extendió las manos, y con su rostro tocó el suelo tres veces, rezando. Después se puso de pie, comenzó a recitar porciones del Corán, y de nuevo se tendió al suelo. Así estuvo 10 minutos, para después recoger su alfombra, acostarse y seguir esperando la salida de su vuelo. Me vino a la mente aquel pasaje de Ezequiel, cuando después de ver la condición de los cautivos de Telabib dice: “Me levanté y fui al valle, y he aquí que se había detenido allí la gloria de Jehová, como la gloria que yo había visto junto al río Quebar. Y me postré sobre mi rostro” (Ezequiel 3:23). En ese momento me hice muchas preguntas. ¿Por qué nosotros tenemos tanto temor de orar en público? ¿Por qué somos tan disimulados en nuestra práctica religiosa delante de los demás? ¿Por qué mientras nosotros tenemos una verdad superior, estamos en una crisis de moral, y nuestros países son presas de la corrupción general?. La única respuesta que encuentro es: PORQUE HEMOS OLVIDADO NUESTROS VALORES PATRIMONIALES.

LOS GOBIERNOS FINANCIAN CAUSAS INJUSTAS

Los gobiernos apoyan causas injustas por el simple hecho de ser laicas, y a su vez, niegan esos derechos a los grupos cristianos. Muchos estados financian campañas y exposiciones de contenido inmoral, como la exhibiciones de obras de artes blasfemas, obscenas y corruptas, que presentó en los Estados Unidos la “Fundación del Arte”, la cual usando fondos del gobierno, patrocinó las obra de los pintores Robeth Mapplethorpe y Andrés Serrano, en donde se exaltaba el masoquismo, y toda clase de aberraciones mentales[72]. Personalmente soy testigo, en mi trabajo contra las drogas, que en varios

países, agencias gubernamentales e internacionales estaban dispuestas a apoyar campañas de prevención y rehabilitación contra las drogas siempre y cuando no apareciera nada de Dios, ni de principios cristianos en la misma.

EL PRINCIPIO DEL GOBIERNO HUMANO

Creo que el principio que rige a las naciones es de Dios. Para que haya orden tiene que haber ley, y para que la ley funcione se necesita un gobierno. El apóstol Pablo es claro al respecto en Romano 13:1 “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios” y como cristianos consideramos importante la función de los gobiernos. Sin embargo, hay un “pero”, y es que los gobernantes no pueden actuar ignorando la ley moral y natural dada por Dios. Por más laico que quiera ser un Estado, es necesario que reconozca unos principios básicos de moral, sin caer por ello en el fanatismo, escepticismo o ateísmo, que poco o nada han servido a la humanidad. La familia es el corazón de la sociedad. Los gobiernos aparecen como producto de la necesidad entre varias familias para forjar una “comunidad”. La comunidad no puede suplantar la rea-lidad familiar. Si tuviéramos que poner cada cosa en su sitio, deberíamos enmarcar el principio que da origen a los gobiernos humanos dentro de esta realidad: Dios ®Hombre ®Familia ®Comunidad ®Gobierno. Nunca el surgimiento de un Estado puede devorar la esencia del gobierno familiar. El gobierno coordina y establece normas globales de conducta para la convivencia entre las diferentes familias, que a su vez deben tener principios sólidos de gobierno interno. Cuando las familias se desintegran, o no desempeñan sus funciones correctamente, el Estado entra a tomar control de la situación, y devora la estructura familiar, originando leyes que tratando de llenar el vació de las familias que se desintegran, o cometen errores, imponiéndoles incluso a las que tienen un gobierno correcto, dichas normas, que anulan los principios de autoridad bíblica de gobierno familiar -el hombre cabeza del hogar-. Así nace una estructura de un gobierno con poderes absolutos sobre las acciones de los padres, la educación de los hijos, y la proclama de los derechos de los niños y la mujer, que muchas veces se salen de los valores morales, para originar una sociedad con un modelo nuevo de estructura familiar. Conclusión: Destrucción de la autoridad familiar, igualdad para todos, y libertad absoluta para los adolescentes dentro de una educación permisiva, liberal y sin contenido espiritual, pues el humanismo anula la realidad vivencial del cristianismo. La realidad está bien definida, y muchas estadísticas así lo revelan: 2 de cada 3 matrimonios terminan en divorcio. 6 de cada 10 parejas viven juntas sin un matrimonio civil o religioso. 9 de cada 10 delincuentes o drogadictos proceden de hogares desintegrados o con problemas de alcoholismo o infidelidad conyugal.[73]. La falta de uno de los padres se considera como una de las calamidades más grande de la sociedad moderna. De ello afirma John Hagee lo siguiente;“Los llama los .¿Y quiénes son? Un estudio mostró que 60% de violadores, 72% de criminales adolescentes y 70% de presos con larga condena vivieron en un hogar sin padre. “Un 40% de niños estadounidenses viven hoy sin sus padres biológico[74]. Para el año 2000, el gobierno dice que el 60% de los niños nacidos en Estados Unidos serán ilegítimos”[75]. Es lógico que la falta de un padre o madre desestabilice la formación de los hijos, pues ambos elementos son puestos por Dios para el equilibrio emocional de las personas. Cuando rompemos el equilibrio natural (que sostiene todo nuestro ecosistema), las consecuencias se tienen que dejar sentir[76].

EVIDENCIA DE LA DECADENCIA SOCIAL

La decadencia de los valores sociales está marcada por una crisis familiar que se ha agudizado en los últimos 30 años por varias razones: Influencias materialistas, crisis o prosperidad económica, decadencia del cristianismo, predominio de los impíos en puestos claves dentro del Estado, la espiritualización de la iglesia, los cambios políticos, el auge de la secularización del Estado, más el aumento de las religiones satánicas, etc. Si tuviera que representar en una gráfica la realidad comparativa de los valores familiares en los últimos 30 años descubriríamos lo siguiente:

VALORES COMPARATIVOS DEL 1960 AL 1990 1960 Una Cabeza 60%

1990 30%

Temor 70%

20%

Ejemplo 60%

10%

-Acuerdo 80%

15%

En realidad la problemática de los antivalores en el hogar ronda la siguiente realidad si la comparamos entre 1960 al 1990, hay una decadencia en las áreas del gobierno, temor, ejemplo y relación. ¿Será posible tan terrible realidad? ¿Y cómo pudo ocurrir? Los deterioros sociales nunca ocurren de forma abrupta, sino a través de un proceso lento y “acumulativo”, de forma tal que no descubrimos el daño hasta que aparecen los problemas. A esto llamaremos “Efecto acumulativo”. Para entender mejor esta crisis hay que identificar los valores, los cuales lentamente fueron absorbidos por los antivalores, creándose dentro de la sociedad una escala diferente para medir la conducta familiar y social. De manera que algo que antes era correcto, sólido y firme, ahora es obsoleto, caduco y fuera de lugar, pues con el cuento de que “los tiempos cambian” y hay que abrirse al progreso, se mutilan principios, y se establecen criterios atentatorios con la moral clásica, llamada por los liberales “fundamentalismo arcaico”. Pero ¿serán tan arcaicos estos principios? ¿No revela la realidad el fracaso de la antimoral, proclamada por el mundo de hoy, y en la cual se está forjando una sociedad víctima de violencia, falta de respeto por la vida, y depravada? Pero ¿conoceremos los valores morales que nacen de la Palabra de Dios? En la primera parte definimos los valores, ahora debemos descubrir los antivalores que nos gobiernan, y esto es lo que hemos hecho. Pero todavía hay más, pues paralelamente al poder del Estado, hay otros poderes que controlan a los gobiernos, y determinan la nueva moral del mundo del mañana, y de ello hablaremos en el siguiente capítulo. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________

~8~ LOS PODERES QUE SE MUEVEN A FAVOR DE LOS ANTIVALORES No podemos negar que detrás de la decadencia moral que vivimos hay intereses y poderes creados que mueven muchos recursos para imponer sus ideas, y arrinconar las verdades fundamentales del cristianismo. Pero antes de ahondar en el tema, debemos definir cuáles son esos poderes contra los cuales tenemos que luchar los cristianos.

LOS PODERES DOMINANTES En nuestro mundo estamos sometidos a una lucha espiritual que abarca diferentes frentes, sin entrar en las especulaciones que hacen los promotores de la “guerra espiritual”. No podemos ignorar que hay tres poderes -o fuerzas- operando en diferentes dimensiones de la degradación moral de la humanidad y que son: 1º Los poderes de las tinieblas. Encabezados por Satanás con sus legiones de ángeles caídos, y demonios que actúan en todas las esferas del diario vivir de la humanidad (Efesios 6:12). Su labor es engañar, oprimir y degradar al hombre. 2º Los poderes gobernantes y sociales. Que operan bajo las influencias de los primeros poderes -las huestes satánicas-, y que tratan de establecer leyes y mecanismos que restrinjan los valores morales, e impongan los antivalores, proporcionando incluso recursos para financiar campañas que desde una óptica bíblica son corruptas. Un modelo de ello es la promoción contra las enfermedades sexuales, como el SIDA, con la distribución de preservativos (condones), y las campañas a favor del aborto. 3º Los poderes económicos. Detrás de los cuales se esconden empresas y transnacionales que obtienen grandes ganancias a costilla de la promoción de objetos, sustancias o información contraria a la moral cristiana. Dentro de este grupo existen dos tipos de empresas: A– Aquellas que son legales pero producen daño a la humanidad, y operan con el beneplácito de los gobiernos, muchas veces sobornando a éstos para imponer sus negocios. B– Y las ilegales, que no son aceptadas, y contra las cuales aparentemente se lucha, pero su poder tras bastidores mueve grandes influencias dentro del mundo de la política y la jurisprudencia, como el narcotráfico, el contrabando de armas y algunos juegos de azar.

EL MIEDO A PERDER MÁS CERDOS

Esta realidad se hace patente en la Palabra de Dios, pues los profetas, cuando no ofrecían el mensaje que le interesaba a los poderes dominantes, eran apedreados y echados de la ciudad, haciendo referencia de ello el mismo Señor: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37). Jesús sufrió el rechazo de los intereses creados a la hora de ofrecerle liberación a los oprimidos del diablo. Un hecho singular fue la liberación del endemoniado gadareno, relato que está en tres de los evangelios, pero que tomaremos principalmente el que se encuentra en Marcos 5:1-20. Al observar este acontecimiento, vemos como Jesús libera a un hombre atado y poseído por las fuerzas del mal, que era violento, y tenía su residencia en los sepulcros, en la región de los gadarenos. En esa liberación hubo una concesión de parte de Jesús a los demonios, que no querían quedar en los aires[77], por lo que fueron pasados a un ato de cerdos, que después se lanzaron por un despeñadero (versos 12-13). El endemoniado quedó libre, y dice la Palabra que la gente del pueblo; “Llegaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo” (Marcos 5:15). Uno pensará, que de seguro que la gente del pueblo se alegraría al ver a un conciudadano, que era una amenaza pública, quedar liberado del poder maligno, pero ¡NO!, al contrario, se molestaron: “ellos comenzaron a implorar a Jesús que saliera de sus territorios”. (Marcos 5:17). ¿Por qué expulsaron a Jesús de Gadara? Porque tenían miedo de perder más cerdos, pues dos mil se precipitaron por un despeñadero (verso 13) y le dijeron a Jesús que se fuera. El verso anterior los que habían visto la liberación contaron qué como había acontecido (Marcos 5:16), y esta última parte “lo de los cerdos” no les agradó mucho, y despacharon a Jesús de la ciudad, pues no querían perder más cerdos, aunque los hombres quedaran liberados.

LAS GANANCIAS ILÍCITAS

A través del engaño los hombres se han aliado a las huestes diabólicas para explotar la ignorancia de los seres humanos. Estos han fabricado intereses que aunque son diabólicos, producen gran-des dividendos y jamás van ha aceptar que la verdad prevalezca. Esto fue lo que le ocurrió a Pablo en cierto camino en la provincia de Macedonia. Veamos el relato bíblico:“Aconteció que, mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual producía gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: –¡Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación! Hacía esto por muchos días. Y Pablo, ya fastidiado, se dio vuelta y dijo al espíritu: –¡Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella! Y salió en el mismo momento. Pero cuando sus amos vieron que se les había esfumado su esperanza de ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades” (Hechos 16:16-19). Notemos como el poder libertador de Dios produce reacciones en los que pierden ganancias por medio del engaño y las prácticas satánicas. ¿Cuántos hoy día se oponen al Evangelio porque temen que se les esfume sus esperanzas de ganancias a través acciones que son inmorales y de origen diabólico? La Palabra revela el poder de las tinieblas y lo disipa, descubre el engaño y libertad del pecado al oprimido, y muchos intereses que se alimentan del pecado no podrán quedar callados, por lo que lucharán para destruir el poder de la Iglesia sobre la sociedad.

LOS PODERES DE ÉFESO Otro caso parecido aparece en Éfeso, donde Pablo fue a pre-dicar, permaneciendo por espacio de dos años en dicha ciudad (Hechos 19:10). El resultado del ministerio de Pablo produjo un gran impacto en el pueblo: “Y fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el Señor Jesús” (Hechos 19:17 RVR). Sin embargo cuando un avivamiento aparece, muchos negocios y empresas inmorales corren riesgos de perder sus ganancias, y por lógica, no van a quedarse callados. Fue así que comenzó un alboroto en Éfeso, pues la conversión de los ciudadanos al cristianismo ocasionaba pérdidas a los fabricantes de ídolos, y los intereses creados comenzaron a trabajar para detener el mensaje de Pablo. Notemos el relato bíblico:”En aquel entonces se produjo un alboroto no pequeño acerca del Camino. Porque cierto platero, llamado Demetrio, que elaboraba en plata templecillos de Diana, y daba no poca ganancia a los artesanos, reunió a éstos con los obreros de oficios semejantes y les dijo: –Hombres, sabéis que nuestra prosperidad proviene de este oficio; y veis y oís que no solamente en Éfeso, sino también en casi toda Asia, este Pablo ha persuadido y apartado a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. No solamente hay el peligro de que este negocio nuestro caiga en descrédito, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y que pronto sea despojada de su majestad aquella a quien adoran toda el Asia y el mundo” (Hechos 19: 23-27).Y a través de estos argumentos, iniciaron una revuelta para detener el avance del evangelio, y el pueblo “al oír estas palabras se llenaron de ira y gritaron diciendo: –¡Grande es Diana de los efesios!”(Hechos 19:28) y se inició una gran contienda, acusando a los cristianos de blasfemos y sediciosos; “Pero hay peligro de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, sin que tengamos ninguna causa por la cual podamos dar razón de este tumulto” (Hechos 19:40). Y gracias a Dios que en este tiempo no había medios de comunicación, porque el daño que se le hubiese hecho a los cristianos sería peor. Aquí vemos como el poder de los intereses creados pudo causar sufrimiento a los cristianos, y frenar un gran avivamiento, llevándose a juicio a los que proclamaban un mensaje contra la idolatría. Estos ejemplos bíblicos revelan el poder que siempre han tenido los intereses creados, y cómo la Iglesia ha tenido que luchar contra ellos. En estos últimos tiempos, antes de que Jesús venga, la condición de la Iglesia frente a estos poderes de las tinieblas será peor, por lo que tendrá que luchar ardientemente para mantener sus valores en alto, y no ser víctima de la apostasía. En la actualidad los intereses que trabajan contra los valores morales del cristianismo tienen muchas formas y técnicas. Para que vean la realidad de los peligros contra los

cuales tenemos que luchar, enumeraremos y analizaremos algunos de ellos, para que tengamos unas ideas del terrible poder que se cierne sobre los valores correctos:

LOS PODERES DEL VICIO No hay nada que esté causando tanto daño a la salud y a la moral de nuestra sociedad que la esclavitud del hombre a los vicios degradantes, y a los cuales se hace dependiente (esclavo). Deseamos enumerar los que son legales, pues de los ilegales hablaremos en otro apartado. 1- Las multinacionales del tabaco: Que destruyen la salud de millones de seres humanos y atraen a jóvenes al terrible hábito de fumar, destruyendo el cuerpo, que es “templo del Espíritu Santo”. Por muchos años estas poderosas compañías pagaron a los medio de comunicación para impedir que se diera a conocer lo dañino que era el tabaco. Se acusó a los predicadores que combatían este vicio de “fanáticos”, pero el peso de la realidad científica, y la alta mortandad de personas, víctimas del cáncer causado por el cigarrillo, ha tomado fuerza, y en el Estado de la Florida[78] se inició una demanda contra las transnacionales del tabaco, por el daño causado a muchos enfermos de cáncer, desembolsando éstas miles de millones de dólares para evitar el escándalo. Hay leyes en muchos países que prohíben el fumar en lugares cerrados, el anuncio del tabaco y la advertencia a las cajetillas del daño que causa éste, eliminando incluso el término “puede producir cáncer” por el “produce cáncer”. Sin embargo, estas compañías siguen operando, y de forma solapada, siguen influenciando a la juventud. 2- Las multinacionales de las bebidas alcohólicas: Que como las transnacionales del tabaco, el alcoholismo destruye la salud física y mental de millones de seres humanos en todo el mundo. Hay que sumar a lo anterior el hecho de que el consumo de bebidas alcohólicas, aunque sea en pequeñas cantidades, es el causante de la gran mayoría de los accidentes de tráfico y laborales. En el área familiar, el alcoholismo origina un alto índice de abuso físico y es el causante de la desintegración de muchas familias. En mi testimonio personal puedo afirmar que mi hogar se destruyó como consecuencia de la dependencia que tenía mi padre al alcohol, siendo ésta unas de las razones por lo cual mi madre se separó de él, cuando apenas tenía un año de nacido. Jamás, cuando visité a mi padre, lo pude ver completamente sobrio, pues aun para poder trabajar de mecánico necesitaba tener a mano su botella de ron. Quizás esta sea la razón por la que he mantenido una posición tan radical frente al uso de cualquier sustancia alcohólica, pues los que sufren los estragos del mismo comprenden su gran poder destructivo, y a veces es demasiado tarde, cuando no imposible, poder reparar el daño causado. Es cierto que estas empresas dejan muchas ganancias a los gobiernos en impuestos, pero jamás podrán esos impuestos costear la reparación de los daños que el alcoholismo causan a la salud de las personas, pues los gastos por accidentes debido al alcohol, y los gastos hospitalarios que provocan, superan con creces las “ganancias” obtenidas por impuestos.

EL PODER DE LA DESTRUCCIÓN FÍSICA 3- Las multinacionales de las armas: Muchas veces el mismo estado financia, controla y pro-mueve la industria armamentista, e incluso se promueven guerras en donde se crean las condiciones para fabricar toda clase de armas para la destrucción de los hombres.

En aquellos países en donde no hay guerras, como en Estados Unidos, las mismas se venden como armas defensivas o deportivas, creándose una situación peligrosa que hace que la delincuencia revista matices alarmantes. Pero lo terrible es que no se conforman con las armas convencionales: rifles, pistolas, ametralladoras, cañones y otras parecidas, sino que fabrican armas químicas letales, y minas que dejan a millones de inocentes paralíticos. Pero se llega más lejos todavía; se habla, hipócritamente, de paz y desarme, y las grandes empresas armamentistas y los gobiernos invierten millones de dólares en armas más letales todavía, patrocinando incluso conflictos armados que les permitan mover sus existencias de armas. Cuando las grandes potencias declaran obsoletos sus armamentos, lo que hacen es introducir otras armas más mortíferas que las anteriores, y venden a los países del tercer mundo sus arsenales viejos. Hemos visto en la guerra corta entre Perú y Ecuador (1996) cómo los mismos países que después mediaron, les proporcionaron armas a ambos contendientes. ¿Y de dónde sacan las armas los países africanos para exterminarse entre ellos mismos? Y en la guerra en Bosnia-Herzegovina, ¿quién les facilita las armas y los cohetes que lanzan contra las ciudades y la población civil? El poder armamentista no duerme, es una industria pode-rosa, y por lo tanto, no le conviene la paz. Mientras se habla de paz, se preparan los arsenales para la guerra. Se cumple la Palabra que dice en 1 Tesalonicensas 5:3: “Cuando digan: “Paz y seguridad”, entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos, como vienen los dolo-res sobre la mujer que da a luz; y de ninguna manera escaparán”.

EL PODER DE LOS MEDIOS VISUALES

4- Las multinacionales de la comunicación. Es aquí en dónde nos enfrentamos con un poder que es manipulado por los anteriores, pues tristemente se tiene que vender para poder subsistir, y por desgracia, los que mejor pueden pagar son los hijos del mal. Dentro del imperio de la comunicación están los medios cinematográficos y televisivos, que actualmente han sido invadidos por las fuerzas satánicas para promover todo lo que es ocultismo, violencia y sexo. Hollywood ha cambiado su tónica en los últimos años. Ahora sus películas están saturadas de violencia, adulterio, amor libre, erotismo y engaños. La televisión ha dejado de fabricar series morales como “La Casa de la pradera”, para dar cabida a series en donde la intriga, engaño, adulterio y violencia domina la pantalla. La “Nueva Era” ha invadido, con sus argumentos esotéricos y sincréticos, la gran mayoría de películas. Se hace énfasis a lo extraterrestre, los fenómenos paranormales, el contacto con espíritus (demonios), la comunicación con los muertos, la reencarnación, y el poder de la mente[79]. Mientras proliferan los “reality show” llenos de antivalores como “Gerardo”, “Semse”, “Cristina”, etc. Estos programas presentan los fenómenos anormales; como es el travestismo, el adulterio, la homosexualidad, la práctica sadomasoquista, la poligamia y otras aberraciones más, como algo normal y valedero para la sociedad moderna. Todas estas toxinas envenenan la mente de nuestros niños. Hasta los muñequitos o dibujos animados están siendo argumentados en astrología, monstruos, fantasmas, espíritus, extraterrestres, filosofía oriental y culto a la naturaleza. La empresa multinacional de cine y televisión “Walt Disney“ está siendo minada por argumentos proveniente de la Nueva Era, y si lo dudan, observen las últimas entregas de esta empresa. Además su abierta defensa al derecho de los homosexuales ha producido el rechazo y boicot de muchas organizaciones evangélicas en los Estados Unidos, entre ellos las Asambleas de Dios y la convención Bautista del Sur. Ya los dibujos animados perdieron su inocencia y la fantasía sana, ahora son un medio de adoctrinamiento infantil hacia el culto a los “espíritus” y a los antivalores. Si las empresas de cine y televisión producen este tipo de material es porque se consume y tiene demanda. Esto refleja la decadencia moral de la sociedad. Al fin y al cabo estas multinacionales lo que buscan es obtener ganancias. Si a la gente le gusta el sexo, el culto a los demonios, y la violencia, y además el producto se vende, hay que producir bastante, hasta saturar el mercado y las mentes de las

personas con esta basura. Lo terrible del caso es que hasta los cristianos, que deberían objetar esta mercancía, terminan consumiéndola. Pudiéramos hacer una crítica extensa de esta temática, pero este no es el tema específico de este libro, además, cada uno pueden, a través de los valores bíblico, hacer juicio de la realidad contenida en los medio cinematográficos y televisivos.

EL PODER DE LOS MEDIO INFORMATIVOS Después están los medios informativos, que aunque actúan libremente, obedecen a patrones determinados por los poderes económicos, manipulando las noticias, según convengan a estos mismos intereses, los cuales pueden ser mercantiles o políticos. En este aspecto podríamos discutir mucho sobre lo que es la “ética periodística”. No siempre el periodista puede ejercer su criterio objetivo, ni tampoco se puede dejar llevar por sus valores morales, pues detrás de cada periodista, está la empresa que canaliza esta información, y a veces, de forma sutil, establece métodos de censura en la selección de noticias, y se da el caso de que previamente se prohíbe al informador abordar ciertos temas. He conocido muchos cristianos periodistas que se han visto confrontando entre su ética cristiana y su dependencia periodística a una empresa, para la cual trabajaba, y que de forma clara y arbitraria le ha prohibido expresar puntos de vista objetivos que contengan valores cristianos. Como ejemplo de lo expuesto citaré un hecho singular. En Honduras el presidente de la república, Carlos Roberto Reina, bajo influencias de la Iglesia católica, se dispuso a concluir su último año de mandato (1997) construyendo un “cristo” gigantesco, como el “cristo corcovado” de Río de Janeiro, en un cerro aledaño a la capital de Tegucigalpa, llamado El Picacho. Esta imagen, de más de 25 metros de altura, tendría un cercano al millón de dólares. Los evangélicos protestaron en un comunicado de prensa, alegando discriminación y parcialidad del Estado, el cual, por ser laico, no debe prestarse a financiar monumentos de índole religioso[80]. Los evangélicos lucharon por dejarse oír, y personalmente hablé con amigos periodistas cristianos de algunos medios de comunicación, pero éstos me confesaron que les prohibieron tocar el tema en oposición a la construcción de esa imagen, y que la presión venía de los dueños de algunos medios de comunicación que estaban a favor de la construcción del cristo, no aceptándose críticas contrarías. Los evangélicos tratamos de condenar y razonar lo ilógico de gastar tantos millones en un ídolo, habiendo tanta miseria en este país, pero fuimos totalmente bloqueados, sólo las emisoras evangélicas denunciaron este hecho. Lo mismo ocurrió en Miami, cuando en el 1996 el Show de Cristina hizo una apología a favor de los matrimonios entre homosexuales. Los evangélicos fueron con pancartas protestando ante la empresa televisiva, condenando esta actitud contraria a la moral, pero ningún medio le dio importancia a esa protesta. Sin embargo, si la misma hubiera sido de los grupos “gay“, reclamando sus derechos, la cobertura hubiera sido segura. Por otro lado, las cadenas de televisión seculares, que se han cerrado a los valores morales y cristianos, se han abierto a promocionar la astrología y los adivinos del siglo XXI, que con el nombre de “psíquicos” invaden los canales comerciales, engañando y explotando a incautos televidentes con ofertas mentirosas. Pero no solo eso, sino que en programas de tertulias o debates públicos, sobre temas religiosos, se les invita a ellos, ignorándose a los que tienen un mensaje sólido en la Palabra del Señor. Los brujos, curanderos, adivinos y astrólogos son apoyados abiertamente por los medios de comunicación, mientras se hace es-carnio de los cristianos, tomándose cualquier error de un pastor o líder religioso para desencadenar una campaña orquestada de descrédito contra todos los cristianos evangélicos, e incluso se toman hechos de sectas locas para etiquetar a las iglesias evangélicas fundamentales en lo que podríamos denominar una campaña contra los valores evangélicos y bíblicos tradicionales[81].

EL PODER DESTRUCTIVO DE LA MÚSICA

Otros recursos que ha sido dominado por las fuerzas del mal es el de la música. Cabe destacar que el mal uso que se le está dando a la música está causando estragos en la mente de muchos jóvenes que se ven influenciados y poseídos por el poder de la música, tanto aquella que proclama la inmoralidad abiertamente, como por los mensajes subliminales que hay contenidos en la misma. Estudiosos de los fenómenos sociales han encontrado una estrecha relación entre los suicidios de jóvenes, las prácticas satánicas y la música rock, principalmente la música denominada “heavy metal”[82]. ¿Cómo es posible que el gobierno permita música que excite al suicidio, al culto satánico, al uso de drogas, y matar policías, sin que nada se haga al respecto? ¿No debería ser ilegal todas estas proclamaciones en vista al poder destructivo que tiene sobre la vida de los jóvenes, comprobado de forma científica?[83]. En algunos estados y países lo único que se ha podido lograr, para detener el daño que hace esta música corrupta, es obligar a los productores que señalen en las portadas de los discos, cassette o CD. advertencias, si el contenido es violento o excitativo a la sexualidad o consumo de drogas, pero considero que es una actitud muy permisiva, sin embargo detrás de este tipo de música se mueven unos intereses muy poderosos a los cuales no le importa el daño que esta música pueda causar a los adolescentes.

INVASIÓN A LA INTIMIDAD

Pero además de lo anterior, los medios han invadido la intimidad de nuestros hogares es a tal grado que somos manipulados para “tener” y ser más egoístas. Si hay algo que ha destruido la comunicación familiar es el dominio que la televisión tiene en el hogar. Las mujeres pasan horas enteras viendo una novela tras otra, y los hombres su deporte. Los hijos por su lado tienen acceso a todo tipo de programa con contenido dudoso, y aunque estamos juntos, no nos hablamos, sino qué ese cajón nos habla, determinando hasta qué tenemos que comer y creer. Pero la invasión de la intimidad llega más lejos. Un ejemplo lo tenemos en la muerte de la princesa Diana, víctima de los “pa-parazzis“ (caza famosos)[84]. Nos sentimos agobiados al saber que nuestra vida íntima está siendo espiada, máxime cuando alguien alcanza un puesto público. El sistema de crédito, tarjetas y “cámaras espías” hacen que la gente viva controlada, insegura, temerosa y observada. Ya no es el ojo de Dios el que te mira, sino el del hombre, listo para sacar provecho de tus errores, crucificarte, llevarte a la ruina, y hacerte esclavo del “tener”. La difamación y la manipulación de la información han destruido vidas, familias, matrimonios, sin darle oportunidad de defenderse, restaurar, perdonar o restituir su vida. Son tan poderosos los medios, que si desean hacerle daño a una persona, pueden fabricar trampas, conjeturas o calumnias, que desacrediten a quien sea. El poder de los medios es igual al de las pirañas del río amazónico, lo devoran todo, sin importar más razón que la de los intereses creados.

UNA VOZ QUE DEBE CALLARSE Es por ello que cuando los cristianos se lanzan a una campaña contra lo que es inmoral, no encuentran la acogida que tienen los promotores de la inmoralidad. Entender que estos poderes, controlados por el príncipe de las tinieblas, tratan de lanzar siempre una cortina de humo frente a las denuncias hechas por la iglesia a las acciones que atentan contra los valores morales. ¿Cual voz se escucha más a través de los medios de comunicación? La de los que defienden el aborto. ¿Qué mensaje encuentra más aceptación por los gobiernos occidentales? ¿La proclamación de la castidad sexual y la fidelidad conyugal, o el uso de profilácticos para una relación sexual promiscuas? Los cristianos de hoy, principalmente los evangélicos, optamos por callar frente a la inmoralidad dominante en los gobernantes, mientras que son los católicos, en algunos países, los que luchan abiertamente contra las leyes del aborto y del genocidio. En los Estados Unidos grupos de evangélicos han formado un frente de lucha contra la inmoralidad dominante en la nación norteamericana. Tratan de hacer sentir su opinión en los políticos, pero las fuerzas contrarías, que

cuentan con mas financiamiento económico de las multinacionales inmorales, les acusan de conservadores, radicales y fanáticos, y mueve recursos para desprestigiarlos por medio de una prensa, que como ya hemos dicho, se vende al mejor postor. Además los errores de algunos teleevangelistas dan material a los medios para que ataque a la iglesia evangélica, metiendo a todos los ministros en un mismo saco, y no podemos negar que hay predicadores que son “manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismo…” (Judas 1:12), y que por causa de ellos vienen los escándalos.

OTROS INTERESES MÁS Pero además de los mencionados, existen otros intereses económicos que causan daño a nuestra humanidad, pero son tolerados, defendidos y protegidos; como los depredadores de la naturaleza, que destruyen los bosques para hacer negocio con la madera sin pensar en las generaciones futuras y nuestro ecosistema. Los fabricantes de productos contaminantes, que destruyen nuestras aguas y el aire. Las industrias farmacéuticas elaboran y distribuyen objetos que mutilan a las criaturas, inducen el aborto, y dan una falsa felicidad. Una medicina que promueven grandes ganancias a costa de la salud de los que pueden pagar, pero niegan a los pobres este derecho, pues muchos de ellos no pueden adquirir estos medicamentos, y tienen que morir ante la impotencia de las grandes multinacionales, que se enriquecen a costa del dolor humano. Una cirugía que se presta para fabricar acciones aberrantes como es el cambio de sexo, la fabricación de vagina para los hombres y “penes” para las mujeres. Una cirugía estética que altera los elementos naturales de los senos con silicona y cambia las facciones de la cara y el color de las personas. Una ciencia microbiológica que fabrica clones para duplicar en el futuro a los seres humanos, y obtener de los duplicados, órganos para los originales, cuando entren éstos en una etapa decadente de vejez. Una ciencia que juega a ser dios, y manipula los genes con el fin de producir un super hombre, como lo soñó Hitler en su tiempo. ¿Y qué podemos decir del negocio de la pornografía y objetos eróticos?. Se hace negocio con la inmoralidad. Hay fábricas que hacen aparatos para practicar aberraciones sexuales con “licencia del Estado”. Vaginas y penes plásticos, objetos para practicar el masoquismo. Postes y videos pornográficos, incluso de escenas con niños, que hacen y juegan al sexo (pederastia).

LOS NEGOCIOS ILEGALES Y para concluir, podríamos describir el negocio ilegal más poderoso que existe en el planeta tierra; la fabricación de la cocaína y la heroína junto al hachís. Las drogas se han convertido en el negocio que hace rico a una persona de forma rápida. Aunque algunas grandes potencias como los Estados Unidos trata de detener su avance, este lo envuelve todo, y los carteles de las drogas tienen controlado a muchos gobiernos, comprando a candidatos a la presidencia, jueces y militares corruptos en muchos países del tercer mundo. Sus tentáculos entran, por medio del blanqueo de dinero, a la industria, banca y empresas mercantiles. Es una plaga que no se detiene, pues cada vez son más y más los que caen abatidos por las drogas, y no solamente en los países ricos, como era en un principio, sino también en los países pobres, pues ya encontramos la cocaína en las aldeas y pueblos del interior de Honduras, El Salvador, Perú y Venezuela y una larga lista de naciones Latinoamericanas. Pudiera seguir describiendo intereses corruptos, pero creo que con los expuestos tenemos suficiente para entender los graves peligros que tendremos que afrontar en el futuro a la hora de combatir el pecado, y como iglesia debemos estar listos para entrar en una etapa de persecución, opresión y ataque de todos los frentes, a menos que seamos devorados por estos males, que como un cáncer lo envuelven todo. Se sabe que los que tienen el poder económico tienen el control político y de los medios de comunicación. Es por ello que en cuanto a la proclama de la moral cristiana nos

encontramos en completa desventaja, pues nuestra lucha se hace doblemente dura, porque luchamos contra el poder diabólico, por un lado, y por el otro nos enfrentamos a un poder económico en manos de los hijos de las tinieblas que nos acorrala, oprime y margina, estando la Iglesia en franca desventaja frente al poder de los intereses creados. Cual es el futuro que nos espera. Indudablemente tendremos que enfrentar persecución, opresión y marginación. Así que debemos estar preparados para no claudicar, manteniendo en algo la verdad del evangelio y pese a los tiempos difíciles que se avecinan, proclamando “TODO EL CONSEJO DE DIOS”. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________

~9~ HACIA UNA SOCIEDAD SIN VALORES Nuestro futuro, como cristianos en los últimos tiempos, está definido en la profecía bíblica. Jesús dijo:”Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dán-dose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39) ¿Y cómo estaba la sociedad que le tocó vivir Noé? Génesis 6:11-12, lo describe claramente:”La tierra estaba corrompida delante de Dios; estaba llena de violencia. Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”. Notemos las dos palabras claves “CORRUPCIÓN Y VIOLENCIA”. ¿Y no es este del panorama actual? ¿Qué es lo que vemos todos los días en la televisión y los periódicos? Vio-lencia, escándalos de corrupción, violaciones sexuales, guerras fratricidas de hermanos contra hermanos etc. Todos los pronósticos muestran un futuro sombrío para la humanidad, tanto en lo moral, económico como ecológico.

¿CÓMO ENFRENTAR ESTA REALIDAD?

Se han quitado los frenos del temor moral, y la sociedad es presa de una violencia y depravación terrible. Sodoma y Gomorra se quedan pequeñas antes la realidad que vivimos. ¿Y nosotros qué podemos hacer como Iglesia? Recordemos la amonestación apostólica;”Por esto, teniendo nosotros este ministerio (predicar los valores cristianos) según la misericordia que nos fue dada, no desmayamos. Pero rechazamos los tapujos de vergüenza, no procediendo con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, por la clara demostración de la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios” (2 Corintios 4:1-2, la expresión en corchete es énfasis del autor). Y seamos conscientes que al hacerlo, sufriremos el rechazo de un mundo que no quiere oír la verdad, por vivir en placeres y deleites carnales. San Pedro escribe: “Tienen los ojos llenos de adulterio y son insaciables para el pecado. Seducen a las almas inconstantes. Tienen el corazón ejercitado para la avaricia. Son hijos de maldición” (2 Pedro 2:14), por lo que tenemos que estar dispuestos a predicar pese, a la oposición de los intereses dominantes, y aceptar incluso la persecución y el vituperio, al cual estarán sometidos los verdaderos cristianos en los tiempos finales, y si lo dudáis, fijaros bien en la Palabra profética de 1 Pedro 4:12-14: “Amados, no os sorprendáis por el fuego que arde en-tre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña. Antes bien, gozaos a medida que participáis de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con regocijo. Cuando sois injuriados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros”

LAS DOS IGLESIAS DEL FUTURO

En las características dadas por la visión de Juan en Apocalipsis se muestran varios modelos de iglesias, entre ellas se menciona la de Filadelfia, símbolo de la Iglesia fiel y verdadera, y se presenta como un modelo de iglesia que será sometida a pruebas, y no tiene ni una mayoría ni un poder económico, como la de Laodicea, de la cual se dice que es; “rica y no tiene necesidad de ninguna cosa“ Apocalipsis 3:17. De la iglesia de Filadelfia se dice que “…tienes pocas fuerzas, y has guardado mi palabra y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8 RVR). Esta expresión “NO HAS NEGADO MI NOMBRE“ refleja una actitud de confesión de Jesús en momentos difíciles, en donde por ser cristianos sufrirían el oprobio de la gente. Algunos podrán afirmar que esto pertenece al pasado, que vienen tiempos gloriosos, pero ¡NO!, estoy seguro que las pruebas para los cristianos será una realidad muy cercana. De ello dice Timoteo 4:1:”Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios“. Debemos estar preparados para enfrentarnos a la pérdida de valores con una actitud firme, para defender nuestros principios.

DISCREPANCIAS TEOLÓGICAS SOBRE EL RAPTO

La falta de conciencia en relación a los acontecimientos futuros ha originado que muchos cristianos ignoren la decadencia moral y social que nos embargaría. Quizás el deseo de optimismo en tiempos difíciles, o la interpretación incorrecta de las profecías bíblicas, les ha llevado a descartar los peligros que envolverían la pérdida de valores morales en los tiempos del fin. Dentro de nuestro mundo evangélico existen cuatro posiciones respecto a los acontecimientos futuros en relación a la iglesia del Señor, y todas ellas tienen peso bíblico, aunque en asuntos escatológicos no podemos ser dogmáticos. Las tendencias dominantes respecto a los acontecimientos futuros, y el papel de la iglesia en los tiempos finales se representan con cuatro puntos de vistas; uno es completamente errado, los otros son discutibles. EL AMILENIALISMO: Es la tendencia más errada, y los que respaldan este punto enfocan todos los hechos proféticos a acontecimientos pasados, no aceptando su cumplimiento futuro, o toman algunos términos proféticos como espiritualizados, por lo que no existirá ni un anticristo, ni un milenio, ni una venida de Jesús literal y futura. Es la posición pragmática de la desmitificación bíblica, no aceptada por los evangélicos fundamentalistas[85]. PRE-TRIBULACIONISMO: Apoyada por la mayoría de las iglesias evangélicas fundamentalistas, y la cual comparto. Se afirma que la iglesia será reptada antes del comienzo de los siete años de la gran tribulación en la tierra[86]. ENTRE-TRIBULACIONISTA: O de “pre-ira”. Los que defienden este punto afirman que la iglesia pasará los tres primeros años del reinado del anticristo, y que cuando éste inicie la persecución contra la iglesia, el Señor la arrebatará desencadenando su ira. Ellos afirman que hay una ira del diablo, contra los santos que dará lugar a una posterior ira de Dios[87]. POSTRIBULACION: Estos afirman que la iglesia pasará toda la tribulación y que entrará junto con Israel al reinado milenial[88]. Como no estoy discutiendo, ni enfocando temas escatológicos, no quiero entrar en una discusión que da lugar a un análisis profundo de cada punto. Tan sólo puedo afirmar que excluyendo el primer punto “amilianilismo”, los otros tres puntos de vista son discutibles y valederos, dependiendo desde que ángulo de vista escatológico se enfoque. Lo importante no es debatir en que momentos será arrebatada la iglesia, sino cuales serán las condiciones dominantes en estos últimos tiempos que este hecho ocurra.

SEPARANDO LO DOCTRINAL DE LO HIPOTÉTICO

A la hora de enfocar temas escatológicos debemos saber distinguir lo que es doctrinal, y está claro, y lo que es bíblico. Ejemplo: Es un hecho innegable que Jesús viene por segunda vez, pero muchos detalles pueden ser discutibles. El mismo lo anunció en su ministerio, Lucas 21:27. Fue ratificado por los ángeles cuando Jesús subió a los cielos, Hechos 1:21. Y enseñado por todos los

apóstoles. Es importante notar que los apóstoles se refirieron a este hecho con la expresión “el día del Señor” hablando de su venida. 1 Corintio 5:5, 2 Corintios 1:14, 1 Tesalonicenses 5:2, 2 Pedro 3:10, Hebreos 9:28. Aunque hay detalles relacionados con este acontecimiento; como la restauración de Israel como nación, señales climáticas y naturales, crisis política y moral etc., no podemos especular sobre la fecha y los detalles en cuanto a la segunda venida de Jesús, pues el mismo dijo;“Pero acerca de aquel día y hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:36). “Vosotros también estad preparados, porque a la hora que no penséis, vendrá el Hijo del Hombre” (Lucas 12:40, ver también 1 Tesalonicenses 5:2).De igual manera, es evidente la promesa de Jesús de llevarse su Iglesia antes de que venga el juicio de Dios para la tierra, (Juan 14:1-4), e incluso, ilustro este hecho con la época de Noé, para dar a entender que si Dios guardo a Noé del juicio, también guardara a su iglesia del juicio sobre el mundo pecador :”Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra dejada. Velad, pues, porque no sabéis en qué día viene vuestro Señor” (Mateo 24:37-42.) Hasta aquí todos coinciden, pero ¿Cuándo, cómo y en qué condiciones ocurrirá el rapto? Es ahí cuando entramos en un área un poco hipotética, y aunque debemos tener principios respecto a uno u otro punto, debemos tener cuidado de no ser tan dogmáticos que podamos errar como otros, que lo hicieron en el pasado, al radicalizar la interpretación profética, dando origen a errores terribles que crearon sectas y confusión.

ENFATIZANDO LO QUE ES CLARO El análisis bíblico clave, y que he enfocado en otros libros[89], es que no podemos negar la realidad de que iglesia en los últimos tiempos será atribulada por las fuerzas dominantes del mal. Que antes de la manifestación del anticristo existirá en la tierra una serie de condiciones negativas, como el aumento del satanismo, la idolatría, el pecado y la corrupción. Que en los últimos tiempos los cristianos se agruparán alrededor de una iglesia fiel, que defenderá la pureza de la Palabra y la doctrina, y una iglesia apóstata, que claudicará de la verdad y proclamara y apoyará las nuevas corrientes heréticas que dominarán al mundo. Aunque los estudiosos de la escatología discrepan en torno a los acontecimientos futuros, en relación a la Iglesia en los tiempos finales, en algo coinciden todos, y es que vendrán tiempos difíciles para los verdaderos hijos de Dios, que deberán luchar para mantener viva su fe[90]. Debemos diferenciar entre tribulación y “gran tribulación”. Aunque la iglesia no va a pasar la gran tribulación, porque hay hechos y promesas que así lo revelan, no podemos negar que en las enseñanzas apostólicas hay referencias que ratifican el hecho de que los cristianos sufrirán la crisis de antivalores que prevalecerá en la sociedad del futuro, y debemos prepararnos para ello.

VALE MAS ESTAR PREPARADO, QUE SER SORPRENDIDO Aunque creo firmemente que el Señor “nos librará del juicio que enviará sobre la tierra” y que como hizo con Noé, al darle un arca de Salvación, y con Lot, al enviarle unos ángeles que le librara del juicio enviado a Sodoma y Gomorra, y como hizo con los primogénitos de los hebreos, cuando envió a Egipto el ángel de la muerte, y estos se libraron al marcar los dinteles de la puerta con la sangre de un cordero, de igual forma, el Señor guardará a su iglesia del mal venidero en los tiempos finales, pero nadie pude negar que hay la posibilidad que previa a la manifestación del anticristo aparezca una crisis de persecución contra los cristianos para purificar así a su iglesia, antes de raptarla (1 Pedro 4:17).

Si nos preparamos para defender nuestra fe y nuestros valores, y no ocurre nada, ¿qué perdemos? Pero si confiamos en días gloriosos, y lo que nos viene es una contaminación y una depravación junto a una persecución, ¿cómo podremos afrontarla si no estamos preparados? El que sale de viaje debe ir preparado para todo, llevar su llanta de repuesto, revisar el motor, y llevar el tanque lleno, y suficiente dinero para el regreso. Si todo sale bien, pues amén, pero si hay un pinchazo o se rompe el carro ¿no estaríamos preparados para enfrentar lo que venga? No podemos afirmar en que momentos vendrá el Señor, ni hasta donde podremos librarnos de la crisis de antivalores que nos envuelve. No podemos decir que “no habrá persecución contra los cristianos”, ni especificar, de forma radical, si seremos arrebatados antes, durante o al final de la tribulación. Yo espero el rapto antes, pero ¿qué pierdo si me preparo para lo más malo y terrible? Eso sí, la suerte para los impíos será terrible, y nosotros tenemos la esperanza de ser guardados pese a la persecución y reinar con el Señor Jesús cuando sea consumado su plan divino, y como dice Judas 1415: “Acerca de los mismos también profetizó Enoc, séptimo después de Adán, diciendo: “He aquí, el Señor vino entre sus santos millares para hacer juicio contra todos y declarar convicta a toda persona respecto a todas sus obras de impiedad que ellos han hecho impíamente y respecto a todas las duras palabras que los pecadores impíos han hablado contra él.”

PREPARANDO LA IGLESIA PARA LO PEOR

No podemos detenernos frente a las evidencias de la decadencia que nos azota. Hay que luchar, aunque sepamos que la lucha es desigual y difícil. A la larga prevalecerá el reinado del anticristo aquí en la tierra, pero hay almas que podemos rescatar, y traer a la verdad, y esa arca de Salvación que es Jesucristo. Debemos defender y predicar los valores bíblicos, e implantarlos en nuestra vida daría. Si por ellos hay que sufrir, pues “bienaventurado seremos”, pues no debemos claudicar en nuestros principios, como no lo hicieron los cristianos primitivos cuando al tratar de obligarlos a negar su fe, fueron martirizados; echados al circo romano, o quemados vivos. Ser crítico sobre la realidad existente envuelve conflictos, aun dentro de nuestros propios movimientos, que muchas veces no ven los peligros. Desde que comencé a enfocar temas relacionado con la condición de la iglesia en los últimos tiempos, y exponer los peligros que hay con las corrientes modernas que tratan de llevar a la iglesia por un camino de “ilusiones fantásticas” he notado que muchas puertas se han cerrado, muchas ayudas se me han quitado, y muchas críticas han surgido. Aun compañeros míos del ministerios me han dicho que soy pesimista, negativo y crítico con la realidad eclesiástica[91]. Esto me ha cerrado puertas, y ahora tengo muchos detractores. Creo que según pase el tiempo, y el deterioro moral aumente, la situación será más difícil, e incluso, tendremos que sufrir si deseamos mantener los principios en alto. No hay otra alternativa, o somos fieles al Señor, soportando las pruebas que vendrán, o nos colocamos al lado de la apostasía, jugando el juego diabólico de ceder frente a la decadencia moral del sistema social y religioso. Sea lo que sea, debemos recordar las Palabras de San Pedro:“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha de sobrevenir, como si alguna cosa extraña os aconteciera, sino gozaos por cuanto sois partícipes de los padecimientos de Cristo” (1 Pedro 2:12-13 RV). Debemos preparar a los verdaderos cristianos y a la iglesia del Señor para hacer frente a los antivalores dominantes y poder estar firmes, pues se avecinan tiempos difíciles, y bien vale la pena analizar la reflexión que al respecto hace Robert Van Kempen:[92] “Debido a la decadencia moral de la sociedad en general, muchos que profesan el nombre de Cristo preferirán claudicar antes de sufrir la crítica y la posible persecución por amor de su nombre. Muchas iglesias no tendrán la valentía o la dedicación para mantener la pureza doctrinal. Por eso muchas iglesias locales, denominaciones y organizaciones paraeclesiásticas no solamente condonarán sino que incluso promoverán toda clase de enseñanza y práctica falsa imaginables“.[93] Ayúdanos Señor, a mantener la moral en alto la verdad al frente y la fe bien

cimentada en Jesús, porque esperamos tu venida.