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Guía de autoaprendizaje

Usuarios de la información Modalidad de Educación Abierta y a Distancia

Cristina Mercader

Secretaría de Educación Pública Dirección General de Educación Superior Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía México 1999

Secretaría de Educación Pública Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica Dirección General de Educación Superior Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía Usuarios de la información (Serie guías de autoaprendizaje) Modalidad de Educación Abierta y a Distancia Primera edición 1999 ISBN 970-18-0991-2 Impreso en México Diseño editorial: Ivonne Bautista Carmona

ÍNDICE Presentación. Prólogo. Objetivo General de la Asignatura. Unidad I Información y conocimiento en el ámbito bibliotecario 1.1 Origen del uso del término Información. 1.2 Conceptualización de información en Biblioteconomía. 1.3 Producción de información como representación del conocimiento. 1.4 Tecnología de la Información Unidad II Uso de la Información 2.1 Usuarios de la Información. 2.1.1 Antecedentes del uso del término. 2.1.2 Conceptualización. 2.1.3 Características. 2.1.4 Categorización de usuarios. 2.2 Relación usuario-bibliotecario. 2.3 Obstáculos para la comunicación entre usuario y bibliotecario. UnidadIII Estudio de Usuarios. 3.1 Antecedentes: "de los objetos a los sujetos". 3.2 Origen ¿Cuál es el origen de los estudios de usuarios?. 3.3 Conceptualización ¿Qué son los estudios de usuarios?. 3.4 Objetivos 3.5 Estructura de los estudios de usuarios. 3.5.1 Selección del tema. 3.5.2 Planeación del trabajo 3.5.3 Obtención del perfil 3.5.4 Redacción del estudio. 3.6 Aplicación de los estudios de usuarios 3.6.1 Necesidades de información. 3.6.2 Necesidades de formación.

Guía de autoaprendizaje

Unidad IV Diseño de un proyecto de estudio de usuarios.. 4.1 Introducción.. 4.2 Recomendaciones para el diseño del proyecto Bibliografía

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Usuarios de la Información

Presentación La Biblioteconomía y la Archivonomía son dos profesiones que han cobrado un fuerte impulso durante los últimos años. Las condiciones cambiantes que han intervenido en su entorno y que han originado nuevos problemas y nuevos enfoques en sus campos de aplicación se han debido principalmente al progreso científico y tecnológico y a la explosión documental: una mayor producción y explotación de material, un notable incremento de usuarios y el uso cada vez más intenso de los medios informáticos y de las telecomunicaciones para el almacenamiento, organización e intercambio de información. Esta situación contrasta con la carencia de recursos humanos con una adecuada preparación académica que permita brindar una atención profesional a las necesidades que, en materia de información, constantemente van en aumento entre la sociedad mexicana. Es por ello que la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (ENBA), como institución de educación superior formadora de profesionistas especializados en el manejo de la información, ha emprendido la impartición de sus licenciaturas en la modalidad de educación abierta y a distancia, con el propósito de ofrecer una cobertura educativa a nivel nacional en ambas especialidades, coadyuvar en la superación de los rezagos de personal profesional en las bibliotecas y archivos de México, propiciar la investigación y la difusión de la cultura bibliotecaria y archivística y participar activamente en las políticas educativas del gobierno federal manifestadas en el Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000. La modalidad de educación abierta y a distancia se convierte así en una opción dirigida a todas aquellas personas formadas con la experiencia pero que carecen de una preparación académica en las áreas de Biblioteconomía o de Archivonomía. En este sentido, se pretende rescatar, valorar, reconocer y acreditar esa experiencia adquirida a través del tiempo en el entorno laboral de las bibliotecas y los archivos, utilizando estrategias de aprendizaje que resulten congruentes con las características de la modalidad. Es decir, para superar los obstáculos de distancia y las dificultades de tiempo y espacio para el estudio se recurre a aspectos académicos que generalmente son poco comunes en la modalidad escolarizada, pero que también persiguen los mismos propósitos. Los materiales didácticos surgen entonces como uno de los soportes más importantes, junto con las asesorías y los medios de comunicación a distancia, en los que habrás de sustentar tu formación. Las guías de autoaprendizaje representan la parte medular de los materiales didácticos. Son el principal medio de apoyo con el que cuentas para avanzar en tu proceso de aprendizaje, tomando en cuenta que asumes una responsabilidad compartida con el asesor y que eres tú quien determina su propio ritmo de avance. Su contenido se encuentra adaptado convenientemente a la lógica del problema, de la disciplina y del campo del conocimiento que se aborda y responde a los elementos didácticos y comunicacionales que permiten favorecer de mejor manera el estudio independiente. En cada asignatura cuentas con una guía de autoaprendizaje y en muchas de ellas ésta 5

Guía de autoaprendizaje

se encuentra complementada con una guía de lecturas. Esta guía es un material de estudio que contiene lecturas tomadas de diversos libros que, a juicio del autor de la guía de autoaprendizaje correspondiente, necesitarás consultar para apoyar tu aprendizaje. Las asesorías son un medio al que podrás recurrir en cualquier momento para consultar tus dudas o solicitar sugerencias sobre tus métodos y hábitos de estudio. Los medios de comunicación a distancia te permitirán establecer comunicación con los asesores desde cualquier parte en que te encuentres. La presente guía representa entonces sólo una parte del gran apoyo con el que cuentas, pero constituye también el trabajo colectivo que la ENBA ha venido desarrollando con el firme propósito de contribuir en tu formación profesional. Estamos seguros que harás un correcto uso de ella y que sabrás aprovecharla adecuadamente.

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Usuarios de la Información

Prólogo ESTIMADO DISCÍPULO: Esta guía tiene como objetivo orientarte en el aprendizaje autónomo de la disciplina “Usuarios de la Información”, sirviéndote de puente entre los conocimientos previos que posees y la nueva información. Incluye gran número de ayudas, que te servirán para estructurar, organizar e involucrarte en la edificación de un valioso conocimiento que redundará en beneficio de los usuarios y de tu crecimiento tanto personal como profesional. El apartado de lecturas es un complemento que te ayudará mediante su consulta en el estudio de la disciplina. Por otro lado, espero que este proceso se dé de manera natural, que fluya de tal forma que te motive a amar el quehacer del bibliotecario, que no es otro que servir de enlace o facilitador entre el usuario y su búsqueda de conocimiento.

CRISTINA MERCADER

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Guía de autoaprendizaje

Objetivo General de la Asignatura Como resultado de las actividades realizadas en el curso, el alumno será capaz de:

* Valorar la información como fenómeno ya que nos encontramos inmersos en él y como proceso sustantivo de la planeación, organización y evaluación de los servicios y unidades de información. * Reconocer la importancia del usuario como agente que determina cualquier servicio de información.

La asignatura está dividida en cuatro unidades:

I. Información y conocimiento en el ámbito II. Uso de la información III. Estudio de usuarios IV. Diseño de un proyecto de estudio de usuarios

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bibliotecario

Usuarios de la Información

UNIDAD I

INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO EN EL ÁMBITO BIBLIOTECARIO

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Usuarios de la Información

Información y conocimiento en el ámbito bibliotecario “La palabra información ha sido objeto de definiciones ambiciosas y universales que la convierten en una panacea para todo el mundo. A veces ocurre que las palabras que llegan a significar todo acaban por no significar nada” Theodore Roszak

La Biblioteconomía es una disciplina en desarrollo, dinámica y abierta a la investigación, que centra su atención en conocer y cubrir los requerimientos de información de los usuarios de las bibliotecas. Su campo de acción es muy amplio y diverso ya que su insumo y producto es la información, misma que puede ser entendida desde la especialización de las diferentes ciencias. Además la actual sociedad cimienta su avance en la ciencia aplicada y esta requiere, necesariamente de la información para su éxito. De lo anterior se deriva la importancia de la asignatura Usuarios de la Información, la que empezaremos a abordar con la siguiente temática.

1.1

Origen del uso del término Información

1.2

Conceptualización de información en Biblioteconomía

1.3

Producción de información como representación del conocimiento

1.4

Tecnología de la Información

Esta primera unidad, tiene como objetivo particular: Establecer la diferencia entre información y conocimiento desde una perspectiva biblioteconómica, con el fin de esquematizar su transferencia, resaltando su valor social y uso.

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Guía de autoaprendizaje

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA Es importante que des inicio a esta unidad, preguntándote qué es lo que sabes, para entender los conocimientos básicos de la asignatura; por ello basándote en tus conocimientos previos, responde brevemente por escrito a las siguientes preguntas: 1. ¿Cómo defines la información? señala al menos tres características.

2. Señala dos razones por las que la información es importante para la Biblioteconomía.

3. Describe un aspecto que relacione la información con conocimiento.

4. Describe mediante un ejemplo a qué se refiere el término "tecnología de la información".

Envía a tu asesor, no se te olvide escribir tus datos 12

Usuarios de la Información

1.1 ORIGEN DEL USO DEL TÉRMINO INFORMACIÓN ¿ Qué significa informar? ¿Todo es información? ¿Sólo existe la información cuando hay conocimiento? ¿El inconsciente también conoce?

A continuación encontrarás información relacionada con el primer tema que te será de utilidad para comenzar tu estudio.

ORGANIZADOR ANTICIPADO Etimológicamente la palabra información deriva del latín informare, ‘dar’ ‘forma’. Informare a su vez proviene también del latín forma, ‘forma’, ‘figura’, ‘configuración’. Como fenómeno la información nos precede, estuvo ahí antes que el primer ser humano transitara sobre la superficie de la tierra, como esperando a que el hombre por las capacidades que posee, la utilizara para su beneficio y recreación, convirtiéndose así en información. Todo cuanto existe informa, siempre y cuando como requisito indispensable esté presente un sujeto que lo perciba consciente o inconscientemente. La información es considerada proceso a partir de que nos informamos por nosotros mismos o entre nosotros. La información tiene una naturaleza física, tangible y es percibida por las personas a través de los sentidos. ¿se puede adquirir información de modo inconsciente? ¿ has leído sobre la percepción subliminal ?

Tradicionalmente, la Biblioteconomía ha considerado que las personas tienen la necesidad de informarse, del mismo modo que tienen necesidad de satisfacer los requerimientos básicos para subsistir, como son el alimentarse o el respirar. La mayor parte de lo que nos informa, no está registrado, es decir no se ha documentado en libros, publicaciones, discos compactos, bases de datos en línea, Internet, etc., solo por mencionar algunas fuentes de información. La información que está registrada es susceptible de ser recuperada en el momento en el que se le necesita, siempre y cuando se conozcan y organicen las fuentes, para que 13

Guía de autoaprendizaje

posteriormente y a través de estrategias de búsqueda se localice; tareas que toca realizar al bibliotecario.

La información es un proceso de naturaleza física y de representación simbólica, registrado en una mínima parte; y únicamente lo que está registrado es susceptible de ser recuperado y gracias a ello se puede satisfacer un poco la necesidad humana de informarse y generar información.

PRIMEROS VESTIGIOS DE LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN

ANÁLISIS DE CONTENIDOS Con respecto a los orígenes de los servicios de información, situémonos en el tiempo hacia el año 2000 a. C., en Babilonia, (puerta de Dios) cuna de remotas civilizaciones y asiento de sucesivos y poderosos imperios. Los babilonios, personas enérgicas, inteligentes, de pulidos modales y aficionados a las letras se rigieron por un código de leyes -el más antiguo que se conoce- compilado por el rey Hammurabi en 1750 a. C. en un gran cilindro de piedra. Las leyes babilónicas requerían que toda transacción de negocios -por pequeña que esta fuera-, se preservara de forma escrita y debidamente autorizada; depositarias de estas leyes fueron las tabletas de barro, en las que estaban inscritas vastas cantidades de estos registros instrumentales o de “éxito” que recolectaban y preservaban sistemáticamente también registros comerciales, gubernamentales o de crónicas de sus dominios1 Aunque se ignora la ubicación exacta de la primera biblioteca, es de suponerse que desde el principio éstas “eran centros esenciales para la preservación y utilización de la información necesaria, para llevar a cabo la vida económica de la gente, y que las autoridades civiles iban a la biblioteca a buscar el reconocimiento que se requería para desempeñar adecuadamente sus respectivos papeles”.2 La función de la biblioteca como centro de información, como prestadora de servicios de información, se inicio mucho antes de la fundación de la biblioteca de NÍNIVE (700 a. C.) iniciada por Sargón y completada por Asurbanipal, la que llegó a tener un acervo de 22,000 tabletas,

1 Jesse H. Shera. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. p.168 2 Shera, p.168

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Usuarios de la Información

hoy tesoro inapreciable del museo británico. Como ves, el origen de los servicios de información procurados por las bibliotecas datan de hace cuando menos 4,000 años; es más, el ser humano tiene una necesidad inherente de información desde su aparición en la faz de la tierra, misma que satisface muchas veces de una manera inconsciente o casi sin percatarse.

LECTURA

A continuación lee el capítulo SOBRE IDEAS Y DATOS del libro de Roszak, Theodore. El culto a la información : el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. México : CNCA. Grijalbo, 1990. 227 p. Lo encontrarás en tu guía de lecturas. Este capítulo, que por sí mismo es un artículo interesantísimo, nos muestra desde un punto de vista filosófico de manera ingeniosa y amena el valor de la información, su concepción y su relación con las ideas, con los datos y con el pensamiento; sentando las bases para una mejor comprensión del uso del término. También ubica a la tecnología en su justa dimensión -como herramienta magnífica- mostrándonos qué es lo que pueden hacer las computadoras y qué no. Espero que lo disfrutes al grado de que lo compartas con tus amigos, con tus compañeros de trabajo, tus familiares o con quien tu desees. Recuerda que una de las características de un buen lector es la de compartir su experiencia con los textos.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE De la lectura anterior, elabora un resumen en el que incluyas: 1. La definición del autor sobre el concepto información. 2. Las funciones de la información en su relación con el pensamiento. 3. La definición de Roszak sobre la tecnología. 4. Comunica las ideas centrales del texto a dos personas y pídeles su opinión al respecto y anótalas junto con la tuya.

Envía a tu asesor, no olvides escribir tus datos 15

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1.2 CONCEPTUALIZACIÓN DE INFORMACIÓN EN BIBLIOTECONOMÍA Información es un término al que se le han dado muchas acepciones, ha sido empleado para referirse a una gran variedad de fenómenos y procesos, de tal forma que no existe un concepto de aceptación general. Se le utiliza con frecuencia como sinónimo de conocimiento, publicación, dato, documento, registro, etc., lo que propicia interpretaciones ambiguas y a veces hasta contradictorias. A continuación encontrarás conceptualizaciones elaboradas por bibliotecarios: En el ámbito de la Biblioteconomía, Shera dice que debe dársele una interpretación más restringida, sin embargo, parte de una definición genérica, exponiendo que “es aquello que es transmitido por el acto o proceso de comunicación sea este un mensaje, una señal o un estímulo. Supone una respuesta en el organismo receptor y, por lo tanto, posee una potencial respuesta.”3 Continúa diciendo que su “motivación es inherentemente utilitaria y es afín cuando no sinónima de “conocimiento para el éxito” - concepto que retoma de Landheer -. Es instrumental y habitualmente comunicada a través de un modelo organizado o formalizado, principalmente porque tal formalización incrementa su utilidad potencial. Y puesto que es instrumental, la utilidad es su principal criterio de valor social y promueve el comportamiento adaptativo”.4 Agregando que el bibliotecario, considera a la información como el derivado de los registros gráficos; y es natural, ya que en su formación profesional se le enseña a darle mayor importancia a un enunciado impreso que a la comunicación oral. ¿De qué manera se entiende el término éxito? ¿Por qué la información es derivada de un registro gráfico?

Información para Noel Angulo, es la significación que adquieren los datos en función de su adecuación a un propósito específico de aplicación. (Considerando en forma integral el conocimiento registrado en cualquier tipo de soporte, el problema o situación que la condicionan y los conocimientos y experiencias del sujeto). También se refiere a que es una condición que se da en la mente, independiente a todo soporte material.5 Curras argumenta que hay que considerar el origen de la palabra información,

misma que “viene de in-formar, con-formar, dar forma... en nuestra mente al mundo exterior por impactos, estímulos, recibidos de ese mundo exterior, al ir configurándolo y comprendiéndolo, en cualquiera de las formas en que se presente. Por tanto, la información resulta ser un elemento vital... Elemento vital que se manifiesta de dos maneras diferentes, como:

3Shera, p.167 4Shera, p.167 5Noel Angulo Marcial. Manual de tecnología y recursos de la información. México: IPN, 1996. p.105

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Usuarios de la Información

fenómeno,

- que se produce a nuestro alrededor, independientemente de nuestro yo y que lo captamos consciente o inconscientemente; - producido por el entorno de nuestra noosfera que nos rodea y que configura el desarrollo de nuestras actividades cotidianas. La información es al mismo tiempo, proceso,

- elaborada por nosotros mismos desde unos documentos para su ulterior utilización; - como consecuencia de la documentación que condiciona de una manera consciente las actividades del intelecto humano y que repercute en el desarrollo de la humanidad, bien en su aspecto científico, técnico o artístico.”6

ANÁLISIS DE CONTENIDO Como habrás observado, el estudio de la información es complejo y muy amplio, en la actualidad existe una CIENCIA DE LA INFORMACIÓN, estrechamente vinculada con la filosofía, la lingüística, la tecnología, el derecho y la política, además de estar relacionada con las restantes ramas del conocimiento. Nos encontramos inmersos en el mundo de la información, nos es necesaria para conducirnos en esta vida, ¡es más! vivimos en la Era de la Información, en donde la cultura está orientada a la utilización de la ciencia aplicada en el diseño de la sociedad. Shera comenta, que tal vez ninguna cultura dependa tanto de la comunicación exitosa de información que la que se basa en la ciencia aplicada.7 Lo cierto es que actualmente se acude a las bibliotecas a buscar información. Debido a lo anteriormente expuesto, se hace necesario tener clara la conceptualización de información en Biblioteconomía. Los autores citados, son coincidentes en que la información de manera genérica es un fenómeno o proceso de percepción sensorial de estímulos, ya sean estos datos, mensajes o señales y se complementan al expresar que su motivación es inherentemente utilitaria, en función de su adecuación a un propósito específico de aplicación, lo que de una manera u otra configura el desarrollo de nuestras actividades cotidianas.

6 Emilia Curras Puente. La información en sus nuevos aspectos: ciencias de la documentación. Madrid: Paraninfo, 1988. pp.31-32 7 Shera, p.167

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De manera particular, en el marco de la ciencia de la Biblioteconomía, la información es un derivado de los registros gráficos o bien la significación que adquieren los datos considerando de forma integral al conocimiento o como consecuencia de la documentación misma que también es elaborada por nosotros mismos o para ser más exactos por los autores. Ahora bien ¿qué significa de manera concreta para el bibliotecario, derivado de los registros gráficos o significación que adquieren los datos considerando de forma integral al conocimiento o consecuencia de la documentación? Significa que al bibliotecario le toca seleccionar, organizar, interpretar y diseminar la información contenida en los registros gráficos, maximizando así su utilidad social al lograr que se produzca el encuentro del usuario con el documento que le es de utilidad. Si bien es cierto que el bibliotecario selecciona, adquiere, organiza, interpreta y pone en servicio los distintos materiales informativos, sirviendo así, de enlace entre la colección y el usuario. También es cierto que el bibliotecario debe constituirse en el mejor de los usuarios de la información, es decir, debe conocer el contenido -del mayor número posible- de los documentos que conforman el acervo bajo su responsabilidad, al convertirse en un asiduo lector que predique con el ejemplo el fomento del hábito por la lectura, llevándolo, esto también por añadidura a aculturarse y a constituirse en un verdadero facilitador de la información que le es necesaria a un determinado usuario, al no solo entender con precisión lo que demanda el usuario, sino al grado de ayudarle a replantear las preguntas precisas que conduzcan a la búsqueda y encuentro de la información que le es significativa al usuario. Esto sólo se logra cuando el bibliotecario, es consciente de que parte de su tarea es encontrar un espacio de tiempo, dentro de sus múltiples actividades cotidianas para la lectura, en el sentido de encontrar placer en la resignificación y relación que guardan los contenidos intelectuales de los documentos de su colección.

INTERACCIÓN PARA ANCLAR LOS NUEVOS CONOCIMIENTOS Contesta de manera sucinta las siguientes preguntas, incorporando la nueva información a tus conocimiento previos, ilústralas, recortando imágenes de revistas, periódicos, etc. 1.- ¿Qué información es nueva para ti? Da ejemplos: 2.- Siendo la biblioteca un canal de comunicación ¿cómo hace accesible la información a sus usuarios? 3.- ¿Qué importancia le otorga la actual cultura a la información? Da tres ejemplos : 4.- Apoyándote en el del texto de Emilia Curras, expón tu opinión personal sobre el papel o rol que juega el bibliotecario en el momento actual : 5.- Escribe o ilustra dos ejemplos sobre cómo se relaciona la nueva información con tus conocimientos previos: Envía a tu asesor, no olvides escribir tus datos 18

Usuarios de la Información

AUTOEVALUACIÓN COMO ENTRENAMIENTO La presente autoevaluación, te servirá para repasar y reflexionar lo aprendido, divirtiéndote circulando las palabras que detectes en la “sopa de letras” que en seguida se te presenta y que fueron tomadas de los textos de los temas que acabas de estudiar, en total son 50; selecciona 10 de ellas y describe en qué contexto fueron utilizadas.

babilonianmbcabcindustrialabcdeabcdefghhih libroabcdeaxzovwxyztplkjhgfdsoirqwertyawxert cvbpoiuytrertynmnbviryuiopzxcvbbasdfgbhjotjl hjklaqwerertyuwohjkleiaytqrecaudaryuiabcdryu svcxinconscientecsdfgzibsqwepoiuytuteoriaño ihjklokiuyasertafevoiacuitreseñalvoesdfjonmjyrl nlioyrtoswerqobragrosmncvbkioewasdrouiertrt oplokjhepocagfretukityetrelewqrbvcxrquertukol nsedxvnxcxnhyoconanmrhinuioimnbvtorighjkui isatestuyoasdfnculhpokrootruohugavacseatero mhutohigijnoelcuevcrdsewqijkotgfdcuoxzabcty odfrconcasaofugosuqirtpporcmatemaqivsabci cuiquiacincomqwervombvxbabaaabdcaeioaeil laabdcabcdeefihrtriicueuvwxyzuoiazronaeioutg laeiigfautorwiafjhgrabcdefghgiabcdefghigkopti ijklmnñopqrtusheraasurbanipalmlaeiouabcdep zabeiofuncionñopqrstuvwxijabcdeafgcienciayo ouayzpqosdfghjeditorjklmnñopqrstuvwxyzaeiui pqreiraerabcorigenbcdefgijklmnñoetecnicaeng eqrstonklmntlmnñopqrstuvvhijklmnñopabcdefli rabdecghijaldocumentodacerebroaeiouexitolto cabcdeubcdecentroabcdefghijklmnñopqrcstul iaeioslaeiouiabcdefghijkfenomenozxywqnlkjres bcderooaeiouconocimientodefghijklmnñopoqr eiomensajefghinabcdefghijklmenteaeiouabcdg

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Guía de autoaprendizaje

1.3 PRODUCCIÓN DE INFORMACIÓN COMO REPRESENTACIÓN DEL CONOCIMIENTO Los términos información y conocimiento son utilizados como equivalentes erróneamente, aún y cuando ambos son temas de profunda reflexión filosófica, sin embargo podemos afirmar que : Conocimiento es la totalidad de lo que puede ser conocido e información es parte de ese todo. Conocimiento también es todo lo que una persona, un grupo o una cultura a aprendido a través de la experiencia, por lo que no puede haber conocimiento sin un conocedor, mientras que la información que el individuo recibe consciente o inconscientemente puede o no incidir en su conocimiento. La siguiente actividad, será por un lado repaso de los temas anteriores y por otro el inicio del tema que nos ocupa en este momento, debido a que muestra la relación entre información y conocimiento.

LECTURAS A continuación deberás leer la primera parte titulada Información del primer capítulo Terminología relacionada con los estudios de usuarios... de las memorias del : Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. coord. Patricia Hernández Salazar. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. viii 85p. (Memorias, 11). Como producto de la lectura elabora un cuadro en el que relaciones los conceptos Información y Usuarios.

ANÁLISIS DE CONTENIDOS SIN EL HOMBRE EL UNIVERSO SERÍA UN GRAN DESPERDICIO

Empezaremos por decir que para que haya producción de información es indispensable el intelecto humano, que es el que tiene la capacidad de razonar la necesidad nata e imperiosa del hombre de comunicar su conocimiento con la finalidad de compartir con otros lo que le ha proporcionado utilidad, satisfacción, alivio, asombro, éxtasis, etc., así como también lo que le preocupa o la problemática que le acontece. La producción de información como representación del conocimiento debe caracterizarse por ser de utilidad en beneficio de un individuo o de la sociedad. 20

Usuarios de la Información

La información convertida en registros gráficos, da lugar a la profesión bibliotecaria, que se encarga de la tarea que le es única al seleccionar, organizar, interpretar y diseminar con pertinencia y eficacia el contenido de los registros para la ventaja del usuario, considerando sus necesidades de información. Recordemos que la información es una actividad para edificar conocimiento, por lo que el usuario acude a la biblioteca en busca de la información para satisfacer ese vacío que es generado por la necesidad de saber. La producción de información está representada por los registros gráficos -no importando el soporte en el que se encuentren- que la biblioteca reúne, organiza, pone en servicio y disemina; llámense libros, publicaciones seriadas, bases de datos, películas, partituras, patentes, estadísticas, repertorios bibliográficos, etc., siendo estos registros representaciones tangibles del conocimiento, por lo tanto susceptibles de ser recuperados.

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE Con base en la lectura y el texto, desarrolla por escrito qué papel juega el bibliotecario al compartir y generar información.

LECTURAS

Para comprender todavía mejor lo que implica conocer, te recomiendo leer Conocer y Saber; dos conceptos epistémicos distintos, tema incluido en : VILLORO, Luis. Creer, saber, conocer. 7ªed. México : Siglo XXI, 1992. 310p. El tema tratado a manera de disertación por el doctor Villoro, es enriquecedor al proporcionarnos mayor claridad a través de la reflexión filosófica.

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Guía de autoaprendizaje

Envía a tu asesor, no olvides escribir tus datos

1.4 TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Los antecedentes de la tecnología de la información datan de la alianza de lo militar con loindustrial. Noble narra en su estudio Forces of Production, que las continuas y altas asignaciones presupuestales al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, después de la segunda guerra mundial, se debieron a la estrategia gubernamental de que mediante la inversión en computadoras, electrónica y teoría de la información, se modificara de manera radical el Sistema Industrial Norteamericano en el sentido de ir gestando la “fábrica del futuro”, en donde día con día se necesitara menos mano de obra. De tal forma los trabajadores serían paulatinamente sustituidos, a la par que se fueran automatizando las operaciones de la industria restándole así fuerza a sus sindicatos y naturalmente a las demandas laborales que exigían, mismas que eran consideradas un abuso.8 Un posterior producto es la red de redes conocida como INTERNET, misma que se origina precisamente en el seno del ejercito americano para posteriormente ser compartida a nivel internacional. Como verás, el nacimiento de la tecnología de la información no se caracterizó por haber sido motivo de inspiraciones humanitarias, sino por todo lo contrario. En contraparte las ventajas que esta herramienta ha traído a las generaciones actuales, son la capacidad de almacenaje de grandes volúmenes de información y la rapidez con que la pone a disposición del usuario, siempre y cuando se tenga acceso y conocimiento del uso de ésta herramienta. Por otro lado mucha información procesada con la llamada tecnología de punta, es de uso restringido porque tiene un alto costo; es entonces que o se tiene que pagar por consultarla o el particular que pagó por ella no desea compartirla. Por otro lado, la globalización se apuntala en la tecnología de la información, rompiendo la barrera de las fronteras geográficas, al compartir el noble ideal, de que con el solo hecho de participar como miembro de la Red, se adquiere el derecho de tener acceso remoto a la información generada por muchos otros, en cualquier lugar del planeta, así como de acceder la información propia para que sea utilizada. Enseguida encontrarás información acorde al tema que estamos tratando.

8Noble, citado en Roszak. El culto a la información, el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar, pp.215-216

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Usuarios de la Información

A IMAGEN Y SEMEJANZA RECREAMOS LA TECNOLOGÍA Un análisis global muestra que los ejes sobre los que gira la tecnología de la información son las telecomunicaciones y la computación, la primeras permiten abatir las distancias geográficas facilitando la simultaneidad de los eventos comunicacionales y potencializando sus efectos ; la computación por su parte, redimenciona los volúmenes de información procesable, aumenta la capacidad para su captación, organización y distribución, a la vez que reduce el tiempo requerido para sus accesos por los demandantes de información sistematizada. A continuación te presentamos una serie de opiniones, anota tus comentarios personales sobre los temas que en ellas se tratan (si estás o no de acuerdo y por qué). 1. El libro impreso no será desplazado en el futuro por los modernos adelantos electrónicos y por las telecomunicaciones, como tampoco la fotografía ha desplazado a la pintura realista. Curras

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2. El mayor poder de la tecnología es la capacidad de concentrar y controlar información. Es aquí donde radica la eficiencia y los beneficios que prometen los sistemas informatizados. Roszak

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3. La computadora, ha sido utilizada para aplicaciones que no se han distinguido por su originalidad teórica o bien han sido de simple aceleración de procedimientos tradicionales u operaciones, que nada tienen que ver con los problemas conexos con esa mediación entre documentos y usuarios, que es la tarea central y específica de la biblioteca. Molina Campos 4. Las computadoras no piensan, los descubrimientos científicos no pueden ser un fruto de ellas, así como tampoco las nociones fundamentales de libertad o justicia pueden ser ejecutadas por ellas. Roszak 5. El pensamiento que fue procesado en primer lugar y de modo más significativo para transformarlo en información legible y reproducible con medios mecánicos fue la habilidad de los trabajadores, el talento de sus manos, la agudeza de sus percepciones y la capacidad de juicio de su cerebro. Roszak 6. Mientras que la capacidad de la computadora es lineal en relación con los estímulos que recibe, el cerebro no lo es. El curso que siguen los estímulos desde los órganos sensoriales es “esparcido” y “dividido” en tantos “bits” que la linealidad deja de existir. Shera 23

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LECTURAS A continuación lee el capítulo titulado del libro de ROSZAK, Theodore. El culto a la información: el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. México: CNCA., Grijalbo, 1990. 227p. el cual encontrarás en tu guía de lecturas. Basándote en esta lectura, en un máximo de cinco cuartillas elabora una síntesis personal, destaca lo más relevante para ti. Indica los argumentos del autor que se relacionan con tu formación, destaca aquello que coincide con algunas de tus preocupaciones puntos de interés profesional.

Envía a tu asesor, no olvides escribir tus datos Deberás ahora leer un artículo que te explicará brevemente cómo llevar a cabo las funciones tradicionales de las bibliotecas aplicando las nuevas tecnologías.

LECTURAS Una vez leído el artículo de Carro Suárez, Juan R. Impacto de las nuevas tecnologías de información en las bibliotecas. En Ciencias de la Información. Vol.26, No.2, junio, 1995. p.4751. Elabora un resumen con tus propias palabras sobre el tema y con base en dicho resumen elabora el siguiente cuadro : FUNCIONES BIBLIOTECARIAS DESEMPEÑO TRADICIONAL

MEDIANTE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Envía a tu asesor, no olvides poner tus datos 24

Usuarios de la Información

UNIDAD II

USO DE LA INFORMACIÓN “Existe una distinción importantísima entre lo que hacen las máquinas cuando procesan información y lo que hace la mente cuando piensa” Theodore Roszak

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Guía de autoaprendizaje

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA Reflexiona sobre el tema, contestando de manera breve las siguientes preguntas: 1. Enumera seis diferentes tipos de personas que hacen uso de la información: 2 ¿Cuando mencionamos el concepto usuarios de la información hacemos referencia únicamente a los que acuden a los centros de información? ¿Si, no, por qué ? 3. ¿Cuáles son los antecedentes del uso del término "usuarios de la información"? 4. Los usuarios tienen características diferentes, menciona las que conozcas. 5. ¿Qué obstáculos o problemas se establecen en la comunicación entre el usuario y el bibliotecario?

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Uso de la Información Generalizando, todos hacemos uso de la información, la motivación para buscarla, recuperarla y usarla responde a la necesidad de cubrir una anomalía en el conocimiento que del mundo poseemos. La necesidad de información surge de exigencias que nos plantea la vida, ya sea para la toma de decisiones, para la solución de un problema, para obtener respuestas a cuestiones relacionadas con el saber; en fin para edificación del conocimiento que nos permita desenvolvernos de manera más efectiva en la relación con nosotros mismos y en el escenario social con el que nos interrelacionamos. Las necesidades de información cotidiana, muchas veces son resueltas de manera empírica, ya sea reflexionando, observando, copiando, adaptando, consultando informalmente a otros, etc. Por otro lado, no olvidemos que la palabra oral es el antecedente de la comunicación de la información registrada, siendo su utilización tan vigente ahora como en el principio. Dentro del entorno de las unidades y servicios de información, las necesidades de información de los usuarios se entienden como esas carencias que los bibliotecarios mediante servicios o registros gráficos intentan satisfacer.

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Usuarios de la Información

Los temas y subtemas de los que consta esta unidad son los siguientes :

2.1 Usuarios de la Información 2.1.1 Antecedentes del uso del término 2.1.2 Conceptualización 2.1.3 Características 2.1.4 Categorización de usuarios 2.2 Relación usuario-bibliotecario 2.3 Obstáculos para la comunicación entre usuario y bibliotecario

El objetivo de esta unidad es precisar la importancia de la necesidad del uso de la información como base para la definición de usuarios de la información.

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2.1 USUARIOS DE LA INFORMACIÓN Ahora como en antaño los usuarios, son el propósito y fin último de cualquier tarea que emprendamos los bibliotecarios. Para ellos hemos estructurado: técnicas para la organización de los diversos materiales informativos, catálogos, bibliografías, normatividades, índices, servicios, etc., en lo que se refiere al funcionamiento de las bibliotecas. También hemos organizado actos académicos para intercambiar información, realizado estudios e investigaciones y publicado sus resultados, en aras de la construcción de nuevo conocimiento que nos permita responder con mejores servicios y nuevos enfoques a las condiciones cambiantes provocadas por el desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como al crecimiento desmesurado de material documental. Por lo expuesto anteriormente podemos inferir que el bibliotecario es el primer usuario de la información.

LECTURAS Enseguida lee una parte del capítulo VII Lo que el bibliotecario necesita saber de la obra de: SHERA, Jesse H. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. 520p. la que encontrarás en tu guía de lecturas. Una vez realizada la lectura, analiza su contenido y escribe cuál es su relación con el tema Usuarios de la información.

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Usuarios de la Información

2.1.1 ANTECEDENTES DEL USO DEL TÉRMINO SÍNTESIS CRONOLÓGICA:

DE LECTORES A USUARIOS DE LA INFORMACIÓN

Las sociedades al hacerse sedentarias necesitan organizarse para la efectiva operación de sus relaciones humanas, creando los primeros registros gráficos para la transacción comercial, la administración del estado y para la transmisión de creencias a generaciones posteriores.9 Siendo los primeros usuarios de la información documentada los mercaderes, el gobierno y los religiosos. Por lo anterior puede suponerse que las primeras bibliotecas fueron necesariamente archivos, como producto de la organización social. Con el transcurrir del tiempo el contenido de los registros se hace más amplio, haciendo también su aparición los nuevos usuarios: los eruditos, mismos que pertenecían a la clase privilegiada; durante la época del manuscrito estos lectores se encontraron con el problema de la insuficiencia de copias y su localización. En la época de los egipcios se crearon las casas de la vida, bajo el patrocinio de los faraones o personas acaudaladas, donde se escribían y guardaban los papiros, así como también era lugar de reunión para que los sabios se dedicasen al estudio, a la investigación, a la recolección de materiales, a mantenerlos en orden y ver que estuvieran disponibles para su uso. Dándose esta misma situación posteriormente en Europa.10 La fundación de monasterios en la Edad Media fue un refugio para los libros, más no para su difusión, dedicándose los monjes a copiarlos e ilustrarlos con letras artísticas y dibujos, permaneciendo un uso elitista de los mismos. Con el advenimiento de la imprenta, no solo se resuelve el problema de la escasez de ejemplares, sino que para finales del siglo XVI es tal el volumen de la información registrada que los eruditos sintieron la necesidad de que esta fuera sistematizada. La accesibilidad a los recursos gráficos durante finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII tiene como consecuencia el nacimiento de nuevas categorías de usuarios, un ejemplo es que al surgir las bibliotecas universitarias estas abren sus puertas a un variado grupo de estudiosos y profesionales. Lo mismo sucede en el siglo XIX inmediatamente después de las revoluciones, tanto políticas como industriales creándose las bibliotecas publicas para el “hombre común”. Reuniendo por primera vez a lo largo de la historia, a la sociedad civil con el “mundito” de los estudiosos privilegiados.11 Este es el testimonio de que terminaba el viejo monopolio sobre el saber que tenían unos cuantos privilegiados.

9 Shera, p.100 10 Curras, p.66 11Shera, p.103

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Durante el siglo XX, la información cobra día con día un interés desmesurado, debido a que es considerada la materia prima más importante para la realización de cualquier proyecto, su crecimiento excesivo motivó la aplicación de la tecnología para su almacenamiento y uso efectivo, es a partir de este momento que aparecen los primeros teóricos de la información, para dar paso a la ciencia del mismo nombre siendo el lector ahora más comúnmente llamado usuario de la información.

2.1.2 CONCEPTUALIZACIÓN LA RAZÓN DE SER DE LOS SERVICIOS Y DE LAS UNIDADES DE INFORMACIÓN.

Enseguida encontrarás algunos axiomas que te servirán para construir tu propia conceptualización de usuarios de la información. EL USUARIO DE LA INFORMACIÓN ES: 1. El personaje para el cual se diseñan y elaboran todos los métodos y técnicas relacionadas con la selección, organización, interpretación y diseminación de la información en función de facilitarle su acceso y uso. 2. La razón del quehacer del bibliotecario, sin su presencia la función de la biblioteca quedaría reducida a ser un almacén de la memoria documentada de la humanidad. 3. El punto de referencia obligado para juzgar la bondad y operatividad de un servicio o de una unidad de información. 4. El principal protagonista en el cuadro del almacenamiento y recuperación de la información. Becker 5. El ser a cuyo servicio está todo lo que se diseña e investiga en el ámbito de la información y más específicamente en el de la documentación. 6. El fin último de cualquier proceso documentario-informativo. Curras 7. El punto focal de los servicios bibliotecarios. 8. El punto de partida de toda reflexión sobre la concepción de un sistema bibliotecario o de cualquier unidad de información. 9. Para cualquier unidad de información la médula central, es quien hace uso de la misma. Se le ha denominado lector o usuario, sin embargo, hoy en día es más común llamarle usuario de la información. González Hernández 10. Un elemento fundamental de todas las unidades de información; cuyas actividades no tienen otra justificación que permitir la transferencia de la información en el tiempo y espacio. Guinchat, C. y Menou, M. 30

Usuarios de la Información

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE Escribe a continuación tu idea personal sobre el concepto: Usuarios de la información. (qué es, un ejemplo de como funciona, etc.): _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Envía a tu asesor, no se te olvide escribir tus datos ¿QUIÉN ES USUARIO DE LA INFORMACIÓN? “Usuario designa a todos los beneficiarios en potencia del sistema de información y no solamente los que están empleando tales servicios en un momento dado, (usuarios reales) entre ellos figuran individuos, empresas, organismos y otras entidades que utilizan de modo habitual la información. En realidad, los usuarios potenciales son prácticamente todo el mundo.” 12 Derivado de lo anterior usuario (s) de la información es la persona o grupo de personas que hacen uso de la misma, a través de cualquier servicio que proporcione una unidad de información para la satisfacción de necesidades de cualquier naturaleza. Todos somos receptores y emisores de información a lo largo de la vida. El cerebro capta y procesa la información de distintas formas. Una de ellas tiene que ver con su asombrosa capacidad de procesar información subconscientemente. Otra con la de procesarla de manera consciente, como sucede durante la lectura, que es el medio más eficaz de estimular la imaginación y transmitir información, ideas y conceptos.

12María Claudia González Hernández. Diseño de un programa de formación de usuarios para los centros de documentación de El Colegio de México. Tesis de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía de la SEP; México, D.F., 1995. p.13

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Preceden a la lectura, como medio de información consciente, la observación y la contemplación que también son estimulantes para la imaginación, que enlazada con la experiencia personal, da como resultado la edificación de conocimiento; por lo que en términos llanos podemos afirmar, que el hombre es usuario de la información fuera del ámbito de las unidades de información de siempre.

2.1.3 CARACTERÍSTICAS

¿Y TÚ, QUIÉN ERES?

Enlista por un lado, tus características personales (edad, sexo, estado civil, complexión física, etc.) y por otro, como usuario de la información, en el contexto de estudiante de la licenciatura de Biblioteconomía (nivel de estudios, grado, asignaturas que cursas, etc.). Recuerda que el conjunto de características es lo que te distingue del resto, lo que te diferencía, lo que te hace único. Lo que nos es propio, lo que debe ser valioso para cada uno de nosotros.

PERSONALES INFORMACIÓN

CARACTERÍSTICAS COMO

USUARIO

DE

LA

Acorde lo anterior y basándote en tu experiencia y conocimientos previos ¿como usuario de la información en qué categoría te ubicas?

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Usuarios de la Información

MÁS COMUNES QUE CORRIENTES

Las características de los lectores, proporcionan los parámetros que permiten llevar a cabo estudios de usuarios que sustenten la planeación, organización y evaluación de los servicios y unidades de información. ¿Qué son las características ? Son las particularidades personales y de formación, que determinan a alguien o algo por sus cualidades distintivas o peculiares y que permiten agrupar en comunidades a los objetos de estudio, en el caso de las unidades de información, a los usuarios. Las características de los usuarios de la información son las que definen los servicios y la estructura organizativa de cualquier unidad de información. Para poder estudiar a los usuarios , deben considerarse sus características comunes relacionadas con sus necesidades de información, pues estas son las que definen los servicios y la estructura organizativa de cualquier unidad de información. Para obtener la información pertinente es necesaria la aplicación de algunas técnicas de investigación como son las entrevistas y los cuestionarios, mediante las cuales se recopilan los datos que posibilitan la construcción de perfiles de interés personales o de grupo, mediante los cuales se diseñan estrategias de servicio para satisfacer las necesidades de información. ¿Qué hace común a un grupo de usuarios? SUS CARACTERÍSTICAS

- personales: edad, ubicación del domicilio, oficio. - actividad principal: bibliotecario, cardiólogo, estudiante. - escolares: preescolar, universitario, graduado. - socioeconómicas: ama de casa, jubilado, funcionario. - de temas de interés: las diferentes ramas del conocimiento y sus especialidades. - de requerimientos de información: respuestas concretas (datos, cifras estadísticas) documentos actuales o retrospectivos; entre otras. - manejo de idiomas: español, inglés, francés. - métodos para localizar la información: internet, monografías, publicaciones seriadas.

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2.1.4 CATEGORIZACIÓN DE USUARIOS Categorización de usuarios, es la agrupación que se hace de ellos, de acuerdo a su actividad genérica. Políticamente la población está organizada en tres sectores o actividades: el educativo, el productivo y el social. Toca a las unidades de información, realizar estudios continuos, sistemáticos y metódicos, en las diferentes etapas de vida de las personas, dirigidos a todos los niveles y categorías de usuarios que de los sectores mencionados se deriven. Lo anterior como base para la planeación, organización y evaluación de servicios y unidades de información. Con relación al número de categorizaciones de usuarios, tenemos que puede haber tantas, como grupos de personas con intereses de información semejantes o comunes.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE Imagina y menciona cinco categorías de usuarios de la información, por cada sector arriba mencionado. SECTOR EDUCATIVO

SECTOR PRODUCTIVO

SECTOR SOCIAL

1.

1.

1.

2.

2.

2.

3.

3.

3.

4.

4.

4.

5.

5.

5.

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Usuarios de la Información

2.2 RELACIÓN USUARIO-BIBLIOTECARIO

EVALUACIÓN DIAGNOSTICA Desarrolla en una cuartilla o más : Cómo es y cómo debería ser, la relación usuario-bibliotecario. Recurre a tu experiencia laboral o de usuario, reflexiona tanto en tu desempeño personal (como bibliotecario o usuario) como en el de los equipos de trabajo. Adopta una actitud crítica, evaluando y mencionando lo que consideras favorable y lo que no. Recuerda nadie te detiene la pluma, así que a escribir.

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EL BINOMIO DEL ÉXITO ANTE LA INFORMACIÓN El usuario real es el que de hecho tiene contacto con el bibliotecario, el usuario potencial es el susceptible de convertirse en real; y para ambos trabajamos los bibliotecarios, con el objetivo de servirlos, siendo los mediadores, los facilitadores entre ellos y la información que están necesitando. Shera declara que la clave hacia la filosofía y contenido intelectual de la Biblioteconomía se encuentra en la interfase hombre-libro. ¿Qué es un libro para que el hombre pueda conocerlo y qué es un hombre para que pueda conocer qué es un libro? 13

El conocer al usuario es fundamental, así como a las fuentes de información y su manejo.

Con respecto al hombre el bibliotecario debe saber: los modos en que aprende, su lenguaje, su comportamiento ante la información y cómo se comunica. La relación usuario-bibliotecario debe ser la que se establece entre un cliente y un profesional, el usuario se relaciona con el bibliotecario para que le proporcione un servicio, para que le resuelva un problema relacionado con la información que necesita utilizar con un determinado objetivo; por lo que este último deberá velar siempre por la ventaja del primero. Así, el bibliotecario tendrá que conocer bien las necesidades de información de su(s) usuario (s) a través de los estudios que realice, los que aportarán los datos que llevarán a definir su perfil de intereses de información. Los perfiles, dan la pauta al bibliotecario para satisfacer las necesidades de información de sus usuarios, por otro lado se da por sentado que debe conocer el manejo de las fuentes de información no importando el soporte en el que se encuentren. El exceso de información o la explosión de la misma representa un problema de ansiedad y de frustración, pero lo mismo sucede si recibimos información insuficiente o, peor aún, errónea. Problema que el bibliotecario resuelve a través de la adecuada construcción del perfil de necesidades de información del usuario, lo que le permite planear las estrategias de búsqueda que limitan el campo de respuestas a lo que sea relevante proporcionándole lo que en verdad necesita.

13 Shera, p.41

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Usuarios de la Información

LECTURAS Lee el prólogo de “La galaxia de Gutenberg” obra de Marshall Mac Luhan en la que se desarrollan tesis del autor sobre la interacción entre tecnología, comunicación y cultura. A continuación contesta las siguientes preguntas basándote en el texto titulado El binomio del éxito ante la Información y la lectura que acabas de hacer.

1. ¿Cuál es el papel fundamental del bibliotecario en su relación con el usuario? _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2. ¿Cuál es el principal objetivo del quehacer del bibliotecario? _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________________________________________ 3. ¿Qué nos puede indicar, si cierta información es suficiente para satisfacer un usuario? _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 4. ¿Qué ventaja desde tu punto de vista obtiene el usuario que acude a un profesional de la información, a otro que no lo hace? _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________________________________________ 5.¿Qué sucede con los usuarios que no son atendidos por bibliotecarios, sino por trabajadores adscritos a las bibliotecas con escasa o nula preparación profesional ? _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ___________________________________________________________________________________________________________

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2.3 OBSTÁCULOS PARA LA COMUNICACIÓN ENTRE USUARIO Y BIBLIOTECARIO La palabra comunicación proviene del latín communicare (hacer común), comunicar significa compartir con otra u otras personas nuestras ideas, emociones o conocimientos. Habrá que considerar que ningún sistema de comunicación es perfecto, así como también que la efectividad de todo esfuerzo en este campo depende de factores físicos, psicológicos y sociales.14 Los elementos básicos de un sistema de comunicación son cuatro: un transmisor, un mensaje, un medio de transmisión, y un recipiente o receptor. No se niega el hecho de que se pueden recibir mensajes significativos de fuentes no humanas, sin embargo en este momento lo que nos interesa son los problemas de comunicación entre los usuarios y los bibliotecarios como transmisores o receptores de la información. Una buena o deficiente comunicación entre el usuario y el bibliotecario tiene su fundamento en si se han vivido experiencias afines o comunes para que sean o no capaces de comunicarse con claridad. De aquí que Emilia Curras recomiende que el bibliotecario debe ser a su vez especialista en los temas sobre los que ofrece información.

LECTURAS A continuación lee EVOLUCIÓN HISTÓRICA, POSTURA DEL USUARIO FRENTE A LA INFORMACIÓN en Currás Emilia. La información en sus nuevos aspectos: Ciencias de la Documentación. Madrid: Paraninfo, 1988 p.307 mismas que encontrarás en tu guía de lecturas. En un máximo de cinco cuartillas, elabora una síntesis, incorpora tus opiniones y algunas implicaciones del texto.

Y CAUSAS PROPIAS DEL USUARIO

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14 Gran Enciclopedia del Mundo. Barcelona: Durvan, 1979. v.5 pp.535-543

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Usuarios de la Información

UNIDAD III

ESTUDIO DE USUARIOS

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Usuarios de la Información

Estudio de Usuarios Los estudios de usuarios deberían ser el campo de investigación científica por excelencia de nuestra profesión, lo que daría a su marco teórico giros que representaran su crecimiento o cambio; ya que van dirigidos a conocer al usuario de manera integral, foco de atención del quehacer del bibliotecario. Mientras que la forma empírica está representada por la observación de la demanda y consumo de información. 3.1 ANTECEDENTES: “de los objetos a los sujetos”

En la actualidad los servicios bibliotecarios y de información giran en torno al usuario, sin embargo no siempre ha sido así. Es a partir del establecimiento de las bibliotecas públicas y de la justificación del gasto del presupuesto que debían rendir a las autoridades de las cuales dependían, que los bibliotecarios empiezan a tomar consciencia que la esencia de su responsabilidad, no era la custodia y preservación de los libros, sino un usuario satisfecho por medio de servicios eficaces y pertinentes. La toma de consciencia por parte de los bibliotecarios en lo relativo a sus responsabilidades para con el usuario, se desarrolló con lentitud. Como antecedentes tenemos hacia la segunda mitad del siglo XIX que, en el primer informe de la biblioteca pública de Boston se reconoce a las bibliotecas como agentes educativos e instrumentos para la promoción de la lectura, así como también que cierta proporción de la colección debe reunirse por las características que las mismas obras ofrecen, en el sentido de que en ellas se encuentra información concreta que permite dar respuesta a preguntas específicas de los usuarios, y con ello atenderlos mejor; conformándose así la primera “colección de consulta” restringiéndose la utilización de éstas fuentes al interior de la biblioteca, no permitiéndose su préstamo a domicilio, asegurándose de tal forma su presencia en el momento en que se necesitara consultarlas.15 Otro antecedente del cambio que dio lugar a que los usuarios sean el propósito y fin último de cualquier tarea que emprendamos los bibliotecarios lo encontramos en Justin Winsor, bibliotecario de Harvard quien imaginaba a la biblioteca teniendo un importante papel en el programa educativo y de investigación de la universidad, al centrar más la atención en el usuario que en el libro.16 En México en el prólogo del libro de la singular y notable bibliotecaria Juana Manrique de Lara titulado Manual del Bibliotecario publicado en 1957, se señala que esta obra ha sido escrita con la intensión de dar una visión completa de todos los trabajos necesarios para organizar una biblioteca satisfactoriamente, con la finalidad de ofrecer al público un servicio rápido y eficiente; haciéndose notorio que aunque a lo largo de su contenido se habla de como organizar una biblioteca, todo lo que ello implica es en función de los lectores. 15 Shera, p.168 16 Shera, p.170

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Patricia Hernández Salazar investigadora del tema que nos ocupa, reconoce que para 1970 las evaluaciones de las bibliotecas, se centraban ya en el usuario. 3.2 ORIGEN ¿Cuál es el origen de los estudios de usuarios? En el reconocimiento de que las bibliotecas no satisfacían adecuadamente a sus clientes, es que surgen y evolucionan los estudios de usuario. Por largo tiempo los procedimientos de evaluación para medir la efectividad de la biblioteca se reducían a los siguientes aspectos: los datos de circulación (préstamos), el número de lectores asistentes por día y horas pico, el cómputo de preguntas hechas al bibliotecario encargado de la colección de consulta, el número de volúmenes en servicio, la calidad de las colecciones, la cantidad de libros procesados técnicamente. Además de aquellos procedimientos consistentes en comparar las tareas con normas externas de mínimos de calidad. Si bien, todo lo anterior era de utilidad para la elaboración y justificación del presupuesto, no estudiaba y por lo tanto no revelaba las necesidades de información de los usuarios, ni en qué medida se satisfacían estas. 3.3 CONCEPTUALIZACIÓN ¿Qué son los estudios de usuarios? Patricia Hernández los define en el ámbito de las bibliotecas y de la ciencia de la información “como un área multidisciplinaria del conocimiento, que a partir de diferentes métodos de investigación analiza fenómenos sociales referidos a aspectos y características de la relación información-usuario”.17 ¿Por qué multidisciplinaria?

Mediante los estudios de usuarios el bibliotecario pretende saber los modos en que aprende el usuario, su lenguaje, su comportamiento ante la información, qué lo motiva, qué espera, sus demandas, necesidades, su grado de satisfacción en relación con la información misma y con las unidades y servicios de información. “Es decir, la posición del usuario respecto al flujo de la información desde la creación de ésta hasta que se incorpora como conocimiento”.18 Para llegar a los saberes supracitados el bibliotecario debe acudir a otras disciplinas como son: la pedagogía, la filosofía, la psicología, la estadística, la historia, etc. Las diferentes profesiones por naturaleza son interdisciplinarias, de hecho no existe profesión que no esté relacionada con varias disciplinas. El caso de la bibliotecomomía no es la excepción, al igual que las otras disciplinas su enseñanza profesional es un compuesto de saberes teóricos; como Shera lo asienta, es probablemente la más derivativa y sintética de todas, teniendo por ello una posición estratégica única de liderazgo en la integración del saber humano.

17 Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. coord. Patricia Hernández Salazar. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. (Memorias; 11) p.7 18 Seminario, p.7

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Usuarios de la Información

¿Qué representan los métodos de investigación?

Toda disciplina académica o rama del saber sustenta su estructura para el éxito en tres tipos de conocimiento: su marco teórico, sus métodos de investigación y la verificación de su saber. A esto hay que agregar una consciencia de integración del conocimiento y de las relaciones que guarda el campo de especialización con otros campos. El marco teórico está representado por los contenidos, metas y objetivos de la disciplina, en pocas palabras, el bibliotecario o cualquier otro profesionista debe saber “de qué se trata” su campo. son los modos que permiten producir o descubrir nueva información o saberes. Los estudios de usuarios se sustentan en ellos para analizar los fenómenos sociales referidos a aspectos y características de la relación usuario-información. Los métodos de investigación

A los métodos se les identifica como el procedimiento en general, que ayuda a pensar las cosas para descubrir y comprobar la verdad, mientras que la técnica nos ayuda a hacerlas. La técnica se justifica exclusivamente en función de su utilidad práctica. La verificación de su saber, son los resultados obtenidos a partir de la aplicación de los métodos de investigación apropiados para el campo de cada disciplina. De ahí que algunas ideas de su marco teórico sigan siendo válidas, otras se vayan integrando a la base y otras más descartando por considerarse falsas u obsoletas en la medida que los métodos logran cumplir con las metas que se proponen. En el caso de los estudios de usuarios, el método a manera de procedimiento general, asume que con el auxilio de las técnicas bibliográfica y de encuesta, se descubrirán y comprobarán verdades relacionadas con los perfiles de las comunidades de usuarios de la información estudiadas.

3.4 OBJETIVOS El sine qua non de la Biblioteconomía tanto en lo que atañe a su teoría como a su práctica, es propiciar el encuentro del usuario con la información que le es de utilidad; la única manera de justificar la existencia de una unidad de información, es que ese momento se de frecuentemente, logrando así que la comunidad a la que sirve la unidad, se encuentre satisfecha debido a los servicios bibliotecarios y de información recibidos. El objetivo general de los estudios de usuarios es llegar a los saberes, que permitan satisfacer holísticamente a los usuarios de las unidades y servicios bibliotecarios y de información. Derivado de lo arriba citado, los propósitos de los estudios de usuarios pueden ser tantos, como modus vivendi existen, partiendo de que tanto las bibliotecas como los centros de información y documentación a quién sirven, es a comunidades con características similares e intereses y necesidades de información semejantes. 43

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LECTURAS A continuación lee Propósitos generales de los estudios de usuarios. En: Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios/ coord. Patricia Hernández Salazar. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. VIII 85p. (Memorias; 11)

3.5 ESTRUCTURA DE LOS ESTUDIOS DE USUARIOS Los estudios de usuarios tienen que tomar en cuenta los siguientes aspectos:

a) Estar representados todos los usuarios objeto del estudio. b) La realización constante y sistemática de estos, debido a que el ser humano es impredecible y por ende sus necesidades de información varían de tiempo en tiempo. c) Entender holísticamente la complejidad del surgimiento de la necesidad de informarse, debido a que esta se origina en la mente de las personas. ch) Considerar que ninguna comunicación es perfecta, lo que dificulta que el usuario exprese con claridad su necesidad de información. Con respecto a su estructura, a continuación la autora de la presente guía menciona y analiza las principales fases de uno de los métodos de investigación que hacen posible llevar a efecto los estudios de usuarios: la selección del tema, la planeación del trabajo, la obtención de perfiles, y la redacción del estudio. La estructura de cualquier investigación es flexible. Cada una de las fases antes mencionadas tienden a traslaparse, esto nos ofrece la oportunidad de modificarlas de acuerdo a los saberes que vayamos obteniendo en el desarrollo de la propia investigación.

3.5.1 SELECCIÓN DEL TEMA La Selección del Tema o Problema a Investigar se relaciona, con la experiencia, imaginación, observación, curiosidad y formación teórica del autor. Pues como dice John Dewey, el proceso del pensar reflexivo se inicia con el sentimiento de una dificultad que experimentamos.

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Usuarios de la Información

“El proceso de la investigación se inicia con la selección de un problema que, en opinión del investigador debe ser resuelto, y puede serlo por medio de ésta. La selección se refina con la planeación del trabajo, y tiende a alterase durante la ejecución de éste, pero desde el principio ofrece el tema central, por tanto, el hilo conductor del proceso.” 19 El que se aboca a investigar fenómenos de carácter social, como en el caso de los estudios de usuarios, tiene dos alternativas para enfocar el análisis de su investigación: cuantitativamente cuando desea conocer, mejorar o controlar el sistema o servicio o cualitativamente porque desea cambiarlo. Por último se debe delimitar el tema, ya que cuanto más se restringe el campo, mejor se trabaja y se va más seguro. 20 Por ejemplo en lugar de "La conducta informativa de los universitarios mexicanos" escoge un tema menos amplio "La conducta informativa de los estudiantes de la facultad de..." o en lugar de "Problemas de los usuarios: una encuesta" "Problemas de los usuarios de la biblioteca del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo". 3.5.2 PLANEACIÓN DEL TRABAJO La Planeación del Trabajo sirve para determinar en tiempo y orden la ejecución de cada una de las acciones del estudio y comprende: la asignación del título, la elaboración de la portada la introducción y el acopio de la información. El título debe ser descriptivo, conciso, para no prometer más de lo que aporta el estudio,

y claro para los lectores a los que va dirigido. La portada contendrá los datos necesarios que identifiquen al estudio: el título, el nombre(s) de su autor o autores, la institución en donde se llevó a cabo, lugar y fecha de su realización. La introducción bosqueja el problema o tema y las propuestas de solución, identificando las hipótesis centrales, menciona los objetivos y las técnicas de investigación, en éste caso las de acopio de la información - de las que hablaremos un poco más tarde - y las partes en que está organizado el estudio para su presentación.

En relación al acopio de la información Hernández Salazar dice: “Para llevar a cabo estudios de usuarios, el profesional de la información debe reunir información de tantas fuentes diversas como sea posible. Mucha información está fácilmente disponible, pero otra debe reunirse a partir de mediciones y estudios de campo.” 21 Las técnicas que se utilizan para ello son las adoptadas de la investigación en ciencias sociales, tales como: a) la bibliográfica, que consiste en la recuperación de fuentes sobre el

19 Ario Garza Mercado. Manual de técnicas de investigación para estudiantes de ciencias sociales. 5ªed. México: El Colegio de México, 1994. p.19 20 Umberto Eco. Cómo se hace una tesis: técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. Barcelona: Gedisa, 1977. p.32 21 Seminario, p.10

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tema, así como también de los registros y documentos que compilan los bibliotecarios, ya sean estadísticas, informes, memorias, etc.; b) la encuesta, que es una forma de estudio de campo, se caracteriza por la recopilación de testimonios orales o escritos (cuestionarios y entrevistas) dirigidos a obtener información de la comunidad de usuarios a estudiar; c) la observación controlada, es decir sistematizada, en la que habrá que determinar el tiempo que ésta durará, los períodos de observación, los puntos a observar y tomar nota no dejándose influenciar por simples impresiones, etc., la información así recabada puede insertarse en una investigación más amplia, dejando de lado observaciones casuales. 3.5.3 OBTENCIÓN DEL PERFIL La Obtención o determinación del Perfil de la comunidad de usuarios objeto de estudio, es

producto del acopio de la información llevada a cabo con las técnicas de campo denominadas encuesta y bibliográfica. Las respuestas obtenidas en la encuesta ya sea a través de la aplicación del cuestionario y/o de la entrevista, más la información y los datos recabados de los documentos producto de los registros elaborados por los bibliotecarios o de otras técnicas seleccionadas, dan las características de los usuarios que permiten la configuración de su perfil. Para la configuración o construcción del perfil de una determinada categoría de usuarios de la información, es necesario valorar las respuestas y los datos obtenidos tabulándolos, analizándolos, criticándolos, interpretándolos y resumiéndolos, de lo que se derivarán las conclusiones o sugerencias. El perfil es por lo tanto la suma de indicadores que caracterizan las necesidades de información y formación de los usuarios. 3.5.4 REDACCIÓN DEL ESTUDIO Existen pocos estudios de usuarios de la información susceptibles de ser consultados tanto en México, como en países de América Latina; se infiere por un lado que el tema ha sido poco tratado y por otro que no se han documentado y/o difundido adecuadamente. De lo anterior, viene la recomendación de su redacción, ya que el proceso de toda investigación concluye normalmente con un escrito que tiene por objeto comunicar los resultados obtenidos en el acopio y la valoración de las pruebas. 22 Es posible que se elabore más de un borrador antes de que tome forma el escrito final, mismo que tiene que presentarse con coherencia y uniformidad, evitando transmitir emociones o inclinaciones, ya que no se trata de imprimirle un estilo literario en particular, sino el de un

22 Garza Mercado, p.195

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Usuarios de la Información

informe o reporte resultado una investigación. EN RESUMEN :

SELECCIÓN DEL TEMA

>

PLANEACIÓN DEL TRABAJO

v

OBTENCIÓN DE PERFILES

REDACCIÓN DEL > ESTUDIO

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

LECTURAS A continuación leerás el estudio de usuarios elaborado por Antonia Santos Rosas y Juan José Calva González. “Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio.” En: Documentación de las Ciencias de la Información, 20, p.207-223, Servicio de Publicaciones U.C.M., Madrid, 1997. Elabora un ensayo comparando este estudio con la Metodología propuesta en esta guía, incluye tus comentarios y opiniones.

Envía a tu asesor, no se te olvide poner tus datos 47

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3.6 APLICACIÓN DE LOS ESTUDIOS DE USUARIOS Los estudios de usuarios se aplican para dar una respuesta satisfactoria a dos situaciones en lo que unidades de información corresponde, la primera de ellas es la necesidad de información y la segunda la necesidad de formación de sus usuarios. Dicho de otra manera, “existen dos análisis diferentes para estudiar a los usuarios. El primero, se plantea en términos de las necesidades de las personas: de información, de fuentes, de servicios; el segundo, en términos de la conducta de la gente respecto a la comunicación y a la búsqueda de información.” 23

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE En la siguiente página se te presenta un listado en donde se encuentran mezcladas tanto situaciones relacionadas con necesidades de información, como de formación de usuarios. Selecciona cuales son de un tipo y cuales de otro, enseguida anótalas bajo la columna a la que corresponden, explicando brevemente por qué.

23 Seminario, p.4

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* Proyectos de desarrollo de colecciones. * Programas de instrucción a usuarios. * Elaboración de perfiles de interés. * Estrategias de servicio. * Curso de introducción a la Internet. * Desarrollo de un nuevo sistema. * Programa de orientación en el uso de bases de datos. * Recurso para la planeación. * Recurso para la reorganización. * Implantación de nuevos servicios. Investigación documental * Programa de reducción de títulos de publicaciones. * Plática de introducción a la biblioteca. * Como trabaja la red. * Determinar el uso de la información técnica. * Seminario sobre “Las fuentes de información...” * “Mis vacaciones en la biblioteca.” * La hora del cuento. * Identificación de problemas en el área de... * Detección de necesidades de los usuarios de la biblioteca ...

NECESIDADES DE INFORMACIÓN ASPECTOS ARGUMENTOS 1. 2. 3...

NECESIDADES DE FORMACIÓN ASPECTOS ARGUMENTOS 1. 2. 3...

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3.6.1 NECESIDADES DE INFORMACIÓN

LECTURAS Ahora leerás un artículo de Juan José Calva González. “Las necesidades de información del usuario en la automatización de unidades de información.” En: Biblioteca universitaria: boletín informativo de la Dirección General de Bibliotecas /UNAM/. Nueva época 1(1), 1520, 1998. En el se habla sobre las necesidades de información de los usuarios de las bibliotecas, centros de documentación, etc. A continuación basándote en lo leído elaborarás una síntesis de cuando menos una cuartilla, expresando también tus comentarios.

Envía a tu asesor 3.6.2 NECESIDADES DE FORMACIÓN ¿Formación de usuarios? ¿Educación de usuarios? ¿Orientación? ¿Instrucción? ¿Capacitación?

Las actividades relacionadas con la formación de usuarios de la información son nombradas de distintas formas: educación de usuarios, orientación, instrucción y capacitación. “ La formación de usuarios de la información es un fenómeno que no ha sido conceptualizado dentro del área”24, recordemos que la Biblioteconomía es una disciplina en desarrollo y abierta a la investigación. El término formación significa también educar, instruir o capacitar; acciones todas ellas que se llevan a efecto dentro de un proceso de enseñanza aprendizaje, mediante la interacción con la persona o personas que va o van a formarse. Por lo anteriormente expuesto, Patricia Hernández Salazar investigadora del tema, acota “que el concepto de formación en el uso de información que se plantea es el proceso de intercambio de experiencias o saberes significativos sobre el uso de la información, con el fin de que la persona que la usa, de acuerdo con su proceso cognoscitivo pueda cambiar su actitud y aptitud en forma positiva, optimando dicha utilización al máximo.” 25 Por otro lado, consideremos que muchas personas llegan a la edad adulta sin asistir a una biblioteca, cubriendo sus necesidades de información por otros medios, por lo que es conveniente hablar de usuarios de la información ampliando el concepto, entendiendo a la información en su acepción más amplia, no limitándola a la que se encuentra dentro de los muros de las unidades de información. 24 Seminario, p.55 25 Patricia Hernández Salazar. Formación en el uso de información: la instrucción computarizada como alternativa. h.20. citada en Seminario, p.56

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Sin embargo en lo que a sistemas de información se refiere, los principales problemas que se han identificado a través de los estudios de usuarios son: 26 Desconocimiento de los recursos y servicios que ofrece la biblioteca. Falta de entrenamiento del usuario sobre la localización y uso de los recursos de la misma. Instalaciones físicas deficientes. Falta de accesibilidad a las colecciones. Uso inadecuado de los catálogos. Desconocimiento en cuanto a lo que desea investigar el usuario.

Vistos en su conjunto, los problemas enunciados muestran en su mayoría mutuas implicaciones, ya que así como unos provocan la aparición o agravamiento de los otros, la decidida intervención de un equipo profesional de bibliotecarios para resolver un problema ocasiona la parcial y gradual solución de los otros.

LECTURAS Enseguida leerás algunas experiencias en la formación de usuarios en México; la relación entre estudios de usuario y formación de usuarios y propuestas para promover la formación de usuarios de la información. Temas inmersos en el multicitado, Seminario Latinoamericano sobre Formación de Usuarios de la Información y los Estudios de Usuarios. Basándote en las lecturas elabora un ensayo de cuando menos tres cuartillas, dando tus opiniones y comentarios.

Envía a tu asesor, no se te olvide poner tus datos 26 Octavio Castillo Sánchez. “Técnicas de recolección de información más utilizadas en los estudios de usuarios.” En: Boletín del Departamento de Bibliotecología. Universidad de Panamá. (16), p.46, jul.-dic., 1987.

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UNIDAD IV

DISEÑO DE UN PROYECTO DE ESTUDIO DE USUARIOS

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Diseño de un Proyecto de Estudio de Usuarios 4.1 INTRODUCCIÓN Para este momento, ya debes saber cual es el eje sobre el que gira la Biblioteconomía, cómo abordar cualquier tarea relacionada con las unidades de información, de qué manera como bibliotecario puedes servir realmente a la sociedad y como ha evolucionado nuestro pensar y quehacer como profesionales de la información, así como el reto que se nos plantea como una constante a lo largo del ejercicio de nuestro trabajo como facilitadores de la información y el logro de contar con usuarios satisfechos. Es por ello, que ahora te toca poner en práctica lo aprendido mediante el diseño de un proyecto de estudio de usuarios, siguiendo la metodología que propone esta guía. El estudio titulado, “Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio”, mismo que ya leíste también te servirá a manera de apoyo para la realización del trabajo que se te pide. 4.2 RECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO DEL PROYECTO ¿por dónde empiezo?

Relee cada vez que sea necesario cada uno de los pasos del método de investigación propuesto, mismo que te conducirá a través del proceso de análisis que conlleva al diseño de tu proyecto. Selecciona un tema, un problema real que hayas observado en la unidad de información

donde trabajas, si corresponde a tu área de responsabilidad laboral ¡mucho mejor! Si no trabajas en una biblioteca o en otro tipo de unidad de información, selecciona una para llevar a efecto tu proyecto de estudio. Acude o comunícate para concertar una cita con el responsable, preséntate puntualmente y explica lo que pretendes hacer, de ser posible acuerda el problema o tema a abordar, ofreciendo una copia del proyecto una vez concluido. Te sugiero delimitar bien el tema, pues es preferible abordar un problema sencillo que uno que rebase tu capacidad, en términos de tiempo, conocimientos o experiencia. La lectura “Propósitos generales de los estudios de usuarios” te ofrece un buen panorama para la selección del problema o tema a estudiar. Asígnale un título, Desde luego la asignación de un título antes de la realización del estudio es provisional pero recuerda que éste describe de forma concreta el tema o problema del estudio, además el título preliminar permite concretar las ideas que manejamos respecto al tema, por ejemplo al investigar sobre las necesidades de los usuarios de la biblioteca del Centro Nacional de Investigación Biomédica, si queremos especificar nuestro objeto, tal vez lo titulemos “Las fuentes de información en línea”, que como notarás no es muy preciso. “El uso de las fuentes en línea por los investigadores del Centro " parece mucho mejor,

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pero si queremos verdadera precisión sobre el tema de nuestro estudio un título adecuado sería “Frecuencia de uso de las fuentes en línea sobre prótesis computarizadas por los investigadores del Centro, durante el tercer bimestre de 199...” Como notarás, el título nos delimita el aspecto de los servicios bibliotecarios sobre el que se realizará el estudio, el lugar y el periodo en que se recaba la información, con lo que se propicia la elección de la metodología y técnicas de investigación más adecuadas. Elabora el primer borrador de portada, consigna en ella los datos que identifiquen tu estudio,

distribuyéndolos de forma estética, utilizando de ser posible diferentes tamaños o tipos de letra. Escribe la introducción, siendo ésta una primera versión, la que deberá ser reescrita una vez terminado el proyecto, asentando definitivamente entonces y de manera exacta lo que éste efectivamente aportará.

Recuerda, la introducción es el comentario de las partes que conforman el proyecto y tiene como función: ser el hilo conductor de lo que pretendes hacer, controlando tus impulsos y desviaciones. Sirve sobre todo para que tengas ya ordenadas tus ideas sobre el diseño del proyecto a realizar. La introducción está formada de varios momentos. Siendo así, empezarás por definir cada

uno de ellos: La hipótesis. En el caso de un trabajo académico, es la suposición provisional que se establece como base de la investigación que puede confirmar o negar la validez de la misma. Previamente al planteamiento de tu o tus hipótesis, relee la introducción del estudio de usuarios “Identificación de las necesidades de información ...” para que al localizar la hipótesis central, ésta te sirva como apoyo en la elaboración de la propia. Los objetivos. Estos deben precisar el objeto o los propósitos del estudio, puedes hacer

la distinción entre objetivos mediatos e inmediatos. Garza Mercado, nos ofrece el siguiente ejemplo; se pueden distinguir los objetivos que persigue el trabajo y su relación con los que persigue el grupo al que afecta el problema. Selección de las técnicas de investigación. Deberás elegir qué técnicas utilizarás para reunir la información que te será necesaria para identificar las características de los usuarios de la comunidad objeto del estudio. Es indispensable que incluyas en tú selección la técnica de la encuesta en cualquiera de sus modalidades, cuestionario o entrevista; adicionalmente puedes adoptar otras.

Una vez terminada la versión preliminar de la introducción de tu proyecto, continuarás con la elaboración del cuestionario 27 que repartirás entre la comunidad de usuarios objeto del estudio o del que utilizarás para que te sirva de guía en las entrevistas que llevarás a

27 Consulta el cuestionario que aparece como uno de los anexos del multicitado estudio de: Antonia Santos Rosas y Juan José Calva González. “Identificación de las necesidades de información: un estudio.” En: Documentación de las Ciencias de la Información, 20, p.207-223, Servicio de Publicaciones U.C.M., Madrid, 1997.

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cabo. Si adicionalmente a la técnica de encuesta, adoptas la bibliográfica, explica que documentos ocupaste y si utilizas la de observación controlada o cualquier otra procede detallando como las diseñaste y aplicaste. Acopio de la información, el diseño de un proyecto no es la ejecución del mismo, motivo por

el cual no se te pide que apliques las técnicas de investigación seleccionadas a una muestra representativa de los usuarios a estudiar; sin embargo, es necesaria su aplicación a diez usuarios (número suficiente) para que cuentes con la información que te permita la práctica de construcción de un perfil, que refleje necesidades de información y/o formación de los usuarios investigados. Para la obtención del perfil de los usuarios a los que aplicaste la(s) técnica(s) de investigación, relee la parte del método que aparece en ésta guía bajo el mismo título y revisa el primer anexo, el análisis de resultados y las conclusiones y sugerencias del estudio de Antonia Santos y Juan José Calva G., textos todos ellos que te ayudarán a interpretar la información obtenida y a conformar los indicadores de las necesidades a satisfacer.

Por último, redacta tu proyecto, organizando la exposición a manera de informe, además de comunicar los resultados obtenidos en el acopio y valoración de la información, da tus opiniones ya que sin ellas el trabajo no estaría completo. Antes de que tome forma el escrito definitivo, es posible que debas preparar más de un borrador.

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BIBLIOGRAFÍA

Angulo Marcial, Noel. Manual de tecnología y recursos de la información. México: IPN, 1996. Becker, Joseph y Hayes, Robert M. Information storage and retrieval: tools, elements and theories. New York: John Wiley, 1967. Calva González Juan José. “Las necesidades de información del usuario en la automatización de unidades de información”. En: Biblioteca universitaria: boletín informativo de la Dirección General de Bibliotecas. /UNAM/ Nueva época 1(1), 15-20, 1998. Carro Suárez, Juan R. “Impacto de las nuevas tecnologías de información en bibliotecas”. En: Ciencias de la información. 26(20), 47-51, junio, 1995. Castillo Sánchez, Octavio. “Técnicas de recolección de información más utilizadas en los estudios de usuarios”. En: Boletín del Departamento de Bibliotecología. Universidad de Panamá. (16), p.46, jul.-dic., 1987. Curras Puente, Emilia. La información en sus nuevos aspectos: ciencias de la documentación. Madrid: Paraninfo, 1988. Garza Mercado, Ario. Manual de técnicas de investigación para estudiantes de ciencias sociales. 5ªed. México: El Colegio de México, 1994. González Hernández, Mª Claudia. Diseño de un programa de formación de usuarios para los centros de documentación de El Colegio de México. Tesis de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía de la SEP; México, D.F., 1995. Gran Enciclopedia del Mundo. Barcelona: Durvan, 1979. Guinchat, C. Y Menou, M. Introducción general a la ciencias y técnicas de la información y documentación. España: UNESCO, 1990. Marshall Mc Luhan, Herbert La Galaxia de Gutenberg. México, Editorial Artemisa, 1985, (Obras completas del pensamiento contemporáneo, 9 ). Roszak, Theodore. El culto a la información: el folclore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. México: CNCA. Grijalbo, 1990. Santos Rosas, Antonia y Calva González, Juan José. “Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio.” En: Documentación de las ciencias de la información, 20, 207-223, Servicio de publicaciones U.C.M., Madrid, 1997. Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de

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usuarios. coord. Patricia Hernández Salazar. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. (Memorias; 11). Shera, Jesse H. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. Umberto, Eco. Como se hace una tesis: técnicas y procedimientos de estudio, investigación y escritura. Barcelona: Gedisa, 1977. Villoro, Luis. Creer, saber, conocer. 7ªed. México: Siglo XXI, 1992.

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Guía de lecturas

Usuarios de la información Modalidad de Educación Abierta y a Distancia

Cristina Mercader Compiladora

Secretaría de Educación Pública Dirección General de Educación Superior Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía México 1999 58

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ÍNDICE El culto a la información: el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. Roszak, Theodore. Sobre Ideas y Datos. Información, por favor. Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. Información. Propósitos generales de los estudios de usuarios. Formación de usuarios en México; la relación entre estudios de usuario y formación de usuarios y propuestas para promover la formación de usuarios de la información. . Creer, saber, conocer. Villoro, Luis. Conocer y Saber. Ciencias de la Información Impacto de las nuevas tecnologías de información en bibliotecas. Carro Suárez, Juan R. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. Shera, Jesse H. Lo que el bibliotecario necesita saber. La información en sus nuevos aspectos: Ciencias de la Documentación. Currás Emilia. Evolución histórica, postura del usuario frente a la información y causas propias del usuario. La galaxia de Gutenberg. Mac Luhan Marshall. Prólogo. Documentación de las Ciencias de la Información. Santos Rosas, Antonia y Juan José Calva González. Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio.

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Biblioteca universitaria: boletín informativo de la Dirección General de Bibliotecas. Las necesidades de información del usuario en la automatización de unidades de información. Calva González, Juan José.

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SOBRE IDEAS Y DATOS del libro de Roszak, Theodore. El culto a la información : el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. México : CNCA. Grijalbo, 1990. 227 p.

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5. SOBRE IDEAS Y DATOS LAS IDEAS, PRIMERO Al plantear estos interrogantes sobre el lugar que ocupa el ordenador en nuestras escuelas, no es mi propósito poner en duda el valor de la información en sí misma. Para bien o para mal, nuestra civilización tecnológica necesita sus datos del mismo modo que los romanos necesitaban sus carreteras y los egipcios del imperio antiguo necesitaban la inundación del Nilo. Yo comparto esa necesidad en grado significativo. Como escritor y profesor, debo de formar parte del 5 al 10 por 100 de nuestra sociedad que siente un constante apetito profesional de información actualizada y digna de confianza. Hace ya tiempo que aprendí a valorar los servicios de una buena biblioteca de consulta dotada de un ordenador bien conectado. Tampoco quiero negar que el ordenador es un medio superior de almacenar y recuperar datos. Nada sagrado hay en la página mecanografiada o impresa cuando se trata de conservar información; si hay una manera más rápida de encontrar datos y manipularlos, somos afortunados por tenerla. Del mismo modo que desplazó a la regla de cálculo como instrumento para calcular, el ordenador tiene todo el derecho del mundo a desplazar el archivador y el libro de consulta, si demuestra que es más barato y más eficiente. Pero sí quiero insistir en que la información, incluso cuando se mueve con la velocidad de la luz, no es más que lo que ha sido siempre: discretos paquetitos de datos, a veces útiles, a veces triviales, y nunca la sustancia del pensamiento. Ofrezco este concepto modesto y sensato de la información contradiciendo deliberadamente a los entusiastas de los ordenadores y a los teóricos de la información que han sugerido definiciones mucho más extravagantes. En el curso de este capítulo y del siguiente, a medida que vaya desarrollándose esta crítica, mi propósito será impugnar estos esfuerzos ambiciosos por ampliar el significado de la información hasta darle proporciones casi universales. Creo que ese proyecto no puede tener otro resultado que la deformación del orden natural de las prioridades intelectuales. Y en la medida en que los educadores consienten esa deformación y acceden a invertir mayor cantidad de sus recursos limitados en tecnología de la información, quizás estén perjudicando la capacidad de pensar signíficativamente de sus alumnos. Ése es el gran daño que han causado los mercaderes de datos, los futurólogos y los maestros que creen que la instrucción informática es la ola educativa del futuro: pierden de vista una verdad suprema, a saber: que la mente piensa con ideas y no con información. La información puede ilustrar o decorar útilmente una idea; puede, allí donde funcione guiada por una idea contrastante, ayudar a poner en duda otras ideas. Pero la información no crea ideas; por sí misma no las valida ni las invalida. Una idea sólo puede generarla, revisarla o derrocarla otra idea. Una cultura sobrevive gracias al poder, la plasticidad y la fertilidad de sus ideas, Las ideas son lo primero, porque las ideas definen, contienen y finalmente producen información. La tarea principal de la educación, por tanto, es enseñar a los cerebros jóvenes a tratar con ideas: a valorarlas, a ampliarlas, a adaptarlas a nuevas aplicaciones. Esto puede hacerse utilizando muy poca información, quizá ninguna en absoluto. Ciertamente, no requiere clase alguna de maquinaria procesadora de datos. De hecho, a veces un exceso de información excluye las ideas y el cerebro (en especial el cerebro joven) se ve distraído por factores estériles e inconexos, perdido entre montones amorfos de datos. 62

Usuarios de la Información

Tal vez, antes de proseguir, convenga dedicar cierto tiempo a los fundamentos. La relación entre ideas e información es lo que denominamos una generalización. Cabría considerar que generalizar es la función básica de la inteligencia; sus formas son dos. En primer lugar, cuando se encuentra ante una mezcla amorfa e inmensa de datos (ya se trate de percepciones personales o de informes de segunda mano), la mente busca una pauta lógica, que conecte unos datos con otros. En segundo lugar, cuando los datos son muy pocos, la mente procura crear una pauta ampliando los escasos datos de que dispone y empujándolos hacia una conclusión. En los dos casos, el resultado es alguna afirmación general que no se encuentra en los datos individuales, sino que les ha sido impuesta por la imaginación. Quizá después de recoger más datos, la pauta se desmorone o ceda ante otra posibilidad más convincente. Aprender a abandonar una idea inadecuada para adoptar otra mejor, forma parte de una buena educación en lo que se refiere a las ideas. Las generalizaciones pueden tener lugar en muchos niveles. En el más bajo, se formulan entre numerosos datos densamente apretujados y obvios. Son generalizaciones cautas, que incluso pueden estar cerca de la insulsa certeza de una perogrullada. En otro nivel, donde la información se hace más escasa y dispersa y los datos son menos nítidos y seguros, tenemos generalizaciones más arriesgadas que adquieren la naturaleza de una conjetura o de una corazonada. En la ciencia, que exige que se dé rigor formal a las corazonadas, es aquí donde encontramos teorías e hipótesis acerca del mundo físico, ideas que están a prueba, esperando más datos que las refuercen, modifiquen o subviertan. Éste es también el nivel donde encontramos el tipo de generalizaciones arriesgadas que podemos contemplar o bien como brillantes muestras de intuición o como prejuicios temerarios, según cuál sea nuestra respuesta crítica: afirmaciones comprensivas que tal vez se proponen como verdades irrebatibles, pero que se basan en muy pocos ejemplos. Así pues, las generalizaciones existen junto a un espectro de información que oscila entre la abundancia y la casi ausencia. Al pasar por ese espectro, alejándonos de un excedente seguro de datos, las ideas tienden a hacerse más inestables, ergo más atrevidas, ergo más polémicas. Cuando afirmo que en la sociedad humana las mujeres han sido las encargadas del hogar y de los hijos, hago una generalización segura pero poco interesante que abarca gran número de datos acerca de sistemas sociales del pasado y del presente. Pero supongamos que acto seguido digo: «Y siempre que las mujeres dejan el hogar y abandonan su función primaria de amas de casa, la moral decae y la sociedad se desmorona». Puede que entonces se me presione mucho para que dé más que unos cuantos ejemplos discutibles de la conclusión que ofrezco. Es una generalización arriesgada, una idea floja. En los tests psicológicos de Rorschach se presenta al sujeto una página en la que hay una serie de manchas o formas sin sentido. Las manchas podrán ser muchas o pocas, pero en los dos casos no sugieren ninguna imagen lógica. Luego, cuando uno las ha estado mirando fijamente durante un rato, puede que de pronto las manchas cobren una forma absolutamente clara. Pero, ¿dónde está esta imagen? Obviamente, no está en las manchas. El ojo, al buscar una pauta lógica, la ha proyectado sobre el material; ha impuesto sentido a lo que no tiene sentido. De modo parecido, en la psicología gestalt, puede que al sujeto se le muestre una imagen perceptual especialmente artificial: una serie ambigua de formas que al principio parece ser una cosa, pero luego parece otra. ¿Cuál es la imagen «verdadera»? El 63

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ojo es libre de elegir entre ellas, pues ambas están verdaderamente allí. En ambos casos -las manchas de Rorschach y la figura gestalt-, la pauta está en el ojo de la persona que las contempla; el material sensorial se limita a hacerla salir. La relación entre las ideas y los datos se parece mucho a esto. Los datos son las señales dispersas, posiblemente ambiguas; la mente las ordena de una manera u otra ajustándolas a una pauta inventada por ella misma. Las ideas son pautas integradoras que satisfacen la mente cuando ésta pregunta: ¿qué quiere decir esto? ¿De qué va esto? Pero, desde luego, una respuesta que me satisface a mí puede que no satisfaga a otra persona. Ella y yo podemos ver pautas diferentes en la misma colección de datos. Y entonces discrepamos y procuramos persuadirnos mutuamente de que una de las dos pautas es superior a la otra, es decir, hace más justicia a los datos disponibles. El argumento puede concentrarse en tal o cual dato, por lo que parecerá que discrepamos en relación con datos concretos, sobre si realmente son datos o sobre su importancia relativa. Pero incluso en ese caso, probablemente discreparemos en relación con las ideas. Porque, como sugeriré más adelante, los datos mismos son creación de las ideas. Los que quisieran dar a la información una elevada prioridad intelectual suelen suponer que los datos se bastan solos para sacudir y derrocar ideas. Pero raramente ocurre así, exceptuando, quizás, en ciertos períodos turbulentos en los que la idea general de «ser escéptico» y «poner en duda la autoridad» flota en el aire y se une a cualquier cosa nueva y discrepante que se presente. Por lo demás, cuando no existe una idea nueva, intelectualmente atractiva y bien formulada, es notable el grado de disonancia y de contradicción que una idea dominante puede absorber. Encontramos casos clásicos de esto incluso en las ciencias. La cosmología ptolemaica que imperó en la antigüedad y durante la Edad Media se había visto comprometida por incontables observaciones contradictorias a lo largo de muchas generaciones. Con todo, era una idea intelectualmente grata y dotada de coherencia interna; así pues, el antiguo sistema era defendido por mentes penetrantes. Cuando parecía haber algún conflicto, se limitaban a ajustar y ampliar la idea, o reestructuraban las observaciones para que encajasen. Si esto resultaba imposible, a veces las dejaban en un «apartadero cultural» a modo de curiosidades, excepciones, monstruos de la naturaleza. El sistema antiguo no fue retirado hasta que se creó una constelación de ideas muy imaginativas acerca de la dinámica celeste y terrestre, una constelación rebosante de nuevos conceptos de la gravitación, la inercia, el ímpetu y la materia. A lo largo de los siglos XVIII y XIX se emplearon parecidas estrategias de ajuste para salvar otras ideas científicas heredadas en los campos de la química, la geología y la biología. Ninguna de estas ideas cedió hasta que se inventaron nuevos paradigmas enteros para sustituirlas, a veces, al principio, con relativamente pocos datos que los apoyaran. Las mentes que se aferraban a los viejos conceptos no eran forzosamente tozudas o ignorantes; sencillamente necesitaban una idea mejor a la que agarrarse. LAS IDEAS MAESTRAS Si hay un arte de pensar que enseñaríamos a los jóvenes, ese arte tiene mucho que ver con demostrar cómo la mente puede moverse a lo largo del espectro de la información, distinguiendo las generalizaciones sólidas de las corazonadas, las hipótesis de los prejuicios temerarios. Pero, para nuestros fines, quiero pasar a ocuparme del otro extremo del espectro, 64

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de ese punto en el que los datos, que cada vez son más escasos, finalmente se desvanecen del todo. ¿Qué encontramos al dar un paso más allá de ese punto y penetrar en la zona donde la falta de datos es total? Descubrimos allí las más arriesgadas de todas las ideas. Sin embargo, puede que también sean las más ricas y fructíferas. Porque en esa zona encontramos lo que podríamos denominar las ideas maestras, es decir, las grandes enseñanzas morales, religiosas y metafísicas que constituyen los cimientos de la cultura. La mayoría de las ideas que ocupan nuestro pensamiento de un momento a otro no son ideas maestras, sino generalizaciones más modestas. Pero a partir de aquí haré hincapié en las ideas maestras porque siempre están presentes, de una forma u otra, en la base de la mente, moldeando nuestros pensamientos por debajo del nivel de la conciencia. Quiero concentrarme en ellas, porque están relacionadas de una manera especialmente reveladora con la información, que es el objeto principal que nos ocupa. Las ideas maestras no se basan en ninguna información en absoluto. Por consiguiente, las utilizaré para poner de relieve la diferencia radical entre ideas y datos, diferencia que el culto a la información tanto ha hecho por oscurecer. Veamos, a modo de ejemplo, una de las ideas maestras de nuestra sociedad: Todos los hombres son creados iguales. El poder de esta conocida idea no pasará desapercibido para ninguno de nosotros. Durante generaciones, ha sido motivo de controversias jurídicas y filosóficas, a la vez que en ella han encontrado su guía movimientos políticos y revoluciones. Es una idea que ha dado forma a nuestra cultura y que nos afecta íntimamente a todos; es una parte, quizá la más importante, de nuestra identidad personal. Pero, ¿de dónde salió esta idea? Obviamente, no salió de un conjunto de datos. Sus creadores no poseían más información sobre el mundo que sus antepasados, a los que sin duda habría escandalizado semejante declaración. Su información sobre el mundo era mucho menor que la que nosotros, en las postrimerías del siglo XX, podemos juzgar necesaria para apoyar una declaración tan comprensiva y universal sobre la naturaleza humana. Sin embargo, los que en el transcurso de las generaciones derramaron su sangre por defenderla (o para oponerse a ella) no obraron así basándose en ningún dato que les fuera presentado. La idea no tiene absolutamente ninguna relación con la información. Difícil sería imaginar una línea de investígación que pudiera probarla o refutarla. A decir verdad, cuando se ha intentado investigarla (como hicieron, por ejemplo, los inveterados teóricos del cociente de inteligencia), el resultado, como sus críticos nunca dejan de señalar, es una desviación irremediable del significado verdadero de la idea, que nada tiene que ver con mediciones o constataciones, con datos o cifras de ninguna clase. La idea de la igualdad humana se refiere al valor esencial de las personas a ojos de sus semejantes. En cierta coyuntura histórica, esta idea nació en la mente de unos cuantos pensadores moralmente apasionados como respuesta provocativa y compasiva a unas condiciones de crasa injusticia que ya no podían aceptarse. De unos pocos, la idea se propagó a muchos y, al hallar la misma respuesta insurgente en la multitud, pronto se convirtió en el grito de guerra de una época. Lo mismo ocurre en el caso de las ideas maestras. No nacen de datos, sino de una convicción absoluta que se enciende en el pensamiento de una persona, de unas cuantas, luego de muchas a medida que las ideas se propagan a otras vidas donde la misma experiencia se encuentra a la espera de algo que la 65

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encienda. He aquí unas cuantas ideas más, algunas de ellas maestras, que en todos los casos, aunque de forma condensada, han sido tema de incontables variaciones en la filosofía, las creencias religiosas, la literatura y la jurisprudencia de la sociedad humana: Jesús murió por nuestros pecados. El Tao que puede nombrarse no es el verdadero Tao. El hombre es un animal racional. El hombre es una criatura caída. El hombre es la medida de todas las cosas. La mente es una hoja de papel en blanco. La mente es gobernada por instintos inconscientes. La mente es una colección de arquetipos heredados. Dios es amor. Dios ha muerto. La vida es una peregrinación. La vida es un milagro. La vida es un absurdo sin sentido. En el corazón de todas las culturas encontramos un núcleo de ideas como éstas, algunas antiguas, otras nuevas, algunas florecientes, otras caídas en desuso. Como las ideas que acabo de presentar en formulaciones concisas son verbales, sería fácil confundirlas con exposiciones de otros tantos hechos. Tienen la misma forma lingüística que una información como, por ejemplo, «George Washington fue el primer presidente de los Estados Unidos». Pero, por supuesto, no son hechos, no lo son más que un cuadro de Rembrandt, una sonata de Beethoven o una danza de Martha Graham. Porque éstas también son ideas; son pautas integradoras cuyo fin es declarar el significado de cosas tal como los seres humanos las han descubierto mediante una revelación, una percepción súbita o el lento crecer de la sabiduría a lo largo de toda una vida. ¿De dónde proceden estas pautas? La imaginación las crea partiendo de la experiencia. Del mismo modo que las ideas ordenan la información, también ordenan el turbulento flujo de la experiencia que pasa a través de nosotros en el transcurso de la vida. A esto se refiere Fritz Machlup cuando señala una diferencia notable entre «ínformación» y «conocimiento» (Machlup utiliza aquí el vocablo «conocimiento» exactamente de la misma manera en que yo utilizo la palabra «idea», es decir, como pauta integradora). «La información -nos dice- se adquiere oyendo a otros, mienttas que el conocimiento puede adquirirse pensando.» Cualquier clase de experiencia -impresiones accidentales, observaciones, e incluso la «experiencia interior» no provocada por estímulos recibidos del entorno- puede poner en marcha procesos cognitivos que acaben cambiando el conocimiento de una persona. Así, puede adquirirse conocimiento nuevo sin que se reciba información nueva. (No hace falta decir que esta afirmación se refiere al conocimiento subjetivo; pero no hay conocimiento objetivo que antes no fuera conocimiento subjetivo de alguien.)1

Así pues, las ideas, especialmente las maestras, ponen orden en la experiencia. Pueden hacerlo de manera profunda o superficial, noblemente o salvajemente. No todas las ideas son humanitarias; algunas, que pretenden convertirse en ideas maestras y quizá lo consigan, son peligrosas, viles, destructivas. El Mein Kampf de Hitler es un libro lleno de ideas tóxicas que nacieron del deseo de venganza y del resentimiento. Pese a ello, se transforman, du66

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rante un intervalo breve, en las ideas maestras de una sociedad atribulada. Ninguna persona juzgó que el libro era detestable porque, a su juicio, el autor se había equivocado en algunos de sus datos; ninguna persona que lo encontró de su agrado prestó la menor atención a la exactitud de la información que en él se daba. El atractivo del libro, ya fuera éste aceptado o rechazado, iba dirigido a un nivel distinto de la mente. He aquí otro grupo de ideas que, al menos a mi modo de ver, son igualmente tóxicas: La sociedad es la guerra de cada uno contra todos. El egoísmo es la única motivación humana digna de confianza. Hágase justicia aunque se derrumben los cielos. El único indio bueno es el indio muerto. Los tipos simpáticos terminan los últimos. El fin justifica los medios. Mi país, tenga razón o no. Es precisamente porque algunas ideas -muchas ideas- son brutales y mortíferas por lo que necesitamos aprender a tratarlas hábilmente. Una idea nos lleva al interior de la mente de la persona, nos acompaña a través de su experiencia. Comprender una idea significa comprender las vidas de quienes la crearon y defendieron. Significa conocer sus fuentes peculiares de inspiración, sus límites, sus vulnerabilidades y sus cegueras. Lo que nuestras escuelas deben ofrecer a los jóvenes es una educación que les permita hacer esa travesía por otra mente a la luz de otras ideas, incluyendo algunas que se hayan formado por ellos mismos partiendo de su experiencia propia. El cerebro poseedor de pocas ideas tiende a ser mezquino y estrecho, poco generoso y defensivo en sus juicios. «Nada es más peligroso que una idea -dijo en cierta ocasión Emil Chartier- cuando es la única que tenemos.» En cambio, la mente que posee muchas ideas puede hacer sus evaluaciones con más gracia. Es abierta y da la bienvenida a su experiencia propia, pero también es capaz de comparar críticamente esa experiencia con las vidas de los demás y escoger, así, sus convicciones con cuidado y cortesía. EXPERIENCIA, MEMORIA, PERCEPCION INTIMA Uno de los principales defectos del modelo «procesador de datos» del pensamiento es que borra las distinciones sutiles que hay en la anatomía de la mente. El modelo puede hacerlo legítimamente con el fin de simplificar para fines analíticos; eso lo hacen todos los modelos científicos. Pero existe siempre el peligro -y con él han chocado muchos científicos de la informática- de que el modelo sea considerado como concreto y tomado en serio. Cuando ese error lo cometen expertos que deberían guardarse de él, de hecho puede falsificar lo que sabemos (o deberíamos saber) acerca del funcionamiento de nuestra mente. Tenemos, por ejemplo, la interacción significativa que existe entre la experiencia, la memoria y las ideas y que es la base de todo el pensamiento. En estas páginas, utilizo la palabra experiencia para referirme a la corriente de la vida tal como moldea la personalidad de un momento a otro. Empleo la palabra como creo que la usaría la mayoría de los artistas; más específicamente, es la experiencia tal como se reflejaría en la técnica literaria que se denomina «corriente de la conciencia».

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La experiencia en este sentido es la materia prima que la mente, en su busca de significado, utiliza para moldear ideas morales, metafísicas y religiosas. Esta definición podrá parecer imprecisa, sobre todo a las personas de inclinaciones empíricas. En la tradición empírica, «experiencia» ha pasado a equivaler a información. Son los datos sensoriales que recogemos en porciones pulcras y bien empaquetadas para poner a prueba, de un modo rigurosamente lógico, proposiciones relativas al mundo. Cuando los filósofos empíricos de los siglos XVII y XVIII definieron la experiencia así, andaban buscando una forma de conocimiento que sirviera de alternativa a afirmaciones que se quería que fueran aceptadas basándose en la autoridad, rumores, tradición, revelación o puro razonamiento introspectivo. La experiencia tenía que ser el tipo de conocimiento que era de primera mano y estaba comprobado personalmente. También tenía que ser accesible a otras personas para que éstas lo inspeccionasen por medio de su experiencia. Por ende, era conocimiento público y, como tal, estaba libre de ofuscación o manipulación. Según el argumento de los empíricos, éste era realmente el único tipo de conocimiento que valía la pena tener. A menos que pudiera verificarse por medio de la experiencia, probablemente todo el resto no merecía ser considerado como conocimiento. Pero la experiencia del tipo que buscaban los empíricos es, de hecho, una variedad muy especial y sumamente artificial. Tomando como modelo la experimentación en el laboratorio o la investigación profesional y bien documentada, casi no existe en ninguna parte, excepto en el mundo de la ciencia, o, posiblemente, en forma de testimonio ante un tribunal de justicia. Normalmente no recogemos mucha experiencia de esta clase. En vez de ello, lo más frecuente es que recibamos el flujo de los acontecimientos tal como nos los presenta la vida: sin planificar, sin estructurar, fragmentarios, disonantes. La corriente turbulenta penetra en la memoria, donde adquiere la forma de cosas que se recuerdan vívidamente, que se recuerdan a medias, mezcladas, confusas, compuestas. A partir de esta mezcla de acontecimientos recordados, cultivamos de un modo u otro nuestro huerto particular de certidumbres y convicciones, nuestras reglas empíricas, nuestras predilecciones y aversiones, nuestros gustos e intuiciones y artículos de fe. La memoria es aquí el factor clave; es el registro de la experiencia donde el flujo de la vida cotidiana se utiliza para configurar los indicadores y las pautas de conducta. Los ordenadores, según nos dicen, también tienen «mernoria», en la cual almacenan información. Pero la memoria del ordenador se parece tan poco a la memoria humana como los dientes de una sierra se parecen a los de una persona; se trata de metáforas libres que abarcan más diferencias que similitudes. Y no es el menor de los defectos del culto a la información oscurecer esta distinción, hasta el extremo de sugerir que la memoria del ordenador es superior porque recuerda muchas más cosas. Eso es precisamente interpretar mal lo que es la experiencia y la forma en que la misma genera ideas. Los ordenadores «recuerdan» cosas bajo la forma de entradas discretas: la entrada de cantidades, gráficos, palabras, etc. Cada una de estas cosas es separable, quizá designada por una única dirección o nombre, y todo ello estará sujeto, a un recuerdo total. A menos que funcione mal, la máquina puede «regurgitar» todo lo que ha almacenado exactamente tal como se introdujo en ella, ya se trate de un solo número o de un documento extenso. Es lo que esperamos de ella. La memoria humana, en cambio, es el adhesivo psíquico invisible que mantiene unida

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nuestra unidad de un momento a otro. Por esto es un fenómeno radicalmente distinto de la memoria del ordenador. Entre otras cosas, es fluida en vez de granular, se parece a una ola más que a una partícula. Al igual que una ola, se extiende por el cerebro, formando aquí y allá asociaciones personales singulares, que pueden ser de lo más inexplicables. No fluye sólo a través de la mente, sino también de las emociones, los sentidos, el cuerpo. Recordamos cosas de un modo que al ordenador le es imposible; en nuestros músculos y reflejos: qué hay que hacer para nadar, tocar un instrumento, usar una herramienta. Estas experiencias almacenadas se alojan debajo del nivel de conciencia y articulación, por lo que no hay manera de decirle a nadie cómo conducimos un coche o pintamos un cuadro. En realidad, nosotros mismos no lo «sabemos». En un antiguo ejemplo de sabiduría popular, la hija le pregunta a la madre cómo se las arregla para preparar un pastel de manzana tan rico. La madre, sin saber qué decir, contesta: «Primero me lavo las manos. Luego me pongo un delantal limpio. Después me meto en la cocina y preparo un buen pastel de manzana». Asimismo, cuando tratamos con experiencia recordada, raramente existe un recuerdo total. Las experiencias pueden estar allí, enterradas en lo hondo de nuestro cerebro y de nuestro organismo, pero en su mayor parte fuera del alcance del recuerdo. Nuestra memoria es rigurosamente selectiva, siempre dispuesta a enfocar lo que nos importa. Recorta y comprime la experiencia, reprime y olvida, y lo hace de una manera que quizá nunca comprendemos del todo. Mientras vivimos cada uno de los momentos presentes, puede que algo situado inmediatamente delante de nosotros conecte con experiencias que evocan vívidas asociaciones sensoriales, dolores, placeres; a su vez, estas asociaciones pueden hacernos reír, entristecernos, llevarnos al borde de la náusea o de un trauma profundo. Cabe que parte de lo que hemos experimentado y almacenado en la memoria tenga origen en nuestra infancia, antes de que aprendiéramos a hablar; otra parte pueden ser fantasmas del recuerdo prenatal. Una proporción considerable procede de fantasías privadas de las que nunca hemos hablado con nadie y que apenas hemos reconocido ante nosotros mismos. Podemos decir que recordamos lo que nos «interesa»; pero también podemos ocultar o recomponer perversamente las cosas que son demasiado amenazadoras para afrontarlas. Los recuerdos que conservamos aparecen misteriosamente seleccionados, formando pautas enigmáticas en la memoria. Hay puntos brillantes y llenos de asociaciones ricas y potentes; hay rincones oscuros que sólo aparecerán vívidamente en sueños o alucinaciones; hay zonas extrañas, caprichosas, que se deleitan en llenarse de vestigios en apariencia inútiles, caóticos: cosas que recordamos sin saber por qué, incluso cosas (letras insistentes de canciones, eslóganes publicitarios irritantes) que preferiríamos borrar si pudiéramos... pero no podemos. Si pudiésemos dibujar una anatomía completa de la memoria en toda su escurridiza variedad, tendríamos el secreto de la mismísima naturaleza humana. La forma de la memoria es, sencillamente, la forma de nuestras vidas; es el autorretrato que pintamos utilizando todo lo que hemos experimentado. No es el científico de la informática, sino un artista literario como VIadimir Nabokov quien puede decirnos más cosas sobre la extraña dinámica de la experiencia. Nabokov escribe: Un transeúnte silba una tonada en el momento exacto en que te fijas en el reflejo de una rama en un charco que a su vez recuerda simultáneamente una combinación de hojas húmedas y pájaros excitados en algún jardín antiguo, y el viejo amigo, muerto hace ya mucho tiempo, de pronto surge del pasado, sonriendo y cerrando su paraguas que gotea. La escena entera dura un solo segundo radiante y el movimiento de las impresiones e imágenes es tan rápido, que no aciertas a ver las leyes exactas que acompañan a su

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reconocimiento, su formación y su fusi6n. ... Es como un rompecabezas que se junta instantáneamente en tu cerebro, sin que éste pueda observar cómo y por qué encajan las piezas, y experimentas una sensación estremecida de magia descabellada.

La experiencia, tal como nos la acaba de describir Nabokov, se parece más a un estofado que a un sistema de clasificación. Los ingredientes de toda una vida se mezclan y confunden para producir sabores impensados. A veces, un solo componente picante -un momento de gozo, una gran congoja, el recuerdo de un triunfo o de una derrota- se impone a todo lo demás. Andando el tiempo, este estofado se reduce a un sabroso residuo de sentimientos, impresiones generales, hábitos, expectativas. Luego, justo cuando la circunstancia es propicia -aunque, ¿quién sabe en qué consistirá?-, ese residuo borbotea y se convierte en una bien formada percepción íntima de la vida que podemos comunicar al mundo hablando, pintando, bailando o interpretando. Y esto se convierte en una idea, ya sea de forma articulada o como un gesto existencial inexpresado. Ciertamente, esto tiene mucho que ver con las opiniones generalizadas que existen en nuestro entorno, con las tradiciones que compartimos, con el ímpetu autobiográfico de nuestras vidas. Mas es imposible predecir de qué forma se combinarán estas cosas en un cerebro y en un momento dados y cuál será su fruto. El estofado de la experiencia personal es demasiado espeso, está demasiado lleno de elementos no identificables mezclados en proporciones que no conocemos. Lo que salga de la mezcla puede ser verdaderamente asombroso. Y esto no es más que señalar lo que toda cultura nos dice sobre nosotros mismos: que somos capaces de verdadera originalidad. La historia rebosa de semejantes ejemplos maravillosos de inventiva y de conversión sorprendente. Saulo de Tarso, cegado cuando se dirige a Damasco, sale del trauma convertido en discípulo de un salvador al que nunca ha visto y a cuyos discípulos ha perseguido; Tolstoi, tras un episodio de depresión suicida, repudia sus obras maestras de la literatura y lucha por convertirse en un eremita ascético; Gandhi, expulsado del compartimiento reservado a los blancos en un tren sudafricano, renuncia a su prometedora carrera de abogado para ponerse un taparrabo y erigirse en el mahatma que dirige la cruzada de su pueblo. Esto es experiencia en marcha, configurando misteriosamente nuevas ideas sobre la vida en las profundidades del alma. Y del mismo modo, todos nosotros, cuando somos testigos de las convicciones que aparecen en los demás, afrontamos lo que dicen y hacen con toda la fuerza de nuestra experiencia. Si dentro de nosotros hay una resonancia que confirma las convicciones ajenas, puede deberse a que nuestras vidas han coincidido en parte con las que encontramos. Pero también puede ser que el poder del encuentro en sí mismo -en un solo momento, allí y entonces- haga saltar en pedazos las convicciones de toda una vida y tengamos la sensación de empezar de nuevo, de renacer. Porque hay ejemplos de personas que han sido deshechas y vueltas a hacer por la confrontación carismática y las presiones de una crisis. Incluso es posible que estos dones de originalidad y de conversión repentina desempeñen un importantísimo papel evolutivo en el desarrollo de la cultura. Quizás esta volatilidad de la mente es lo que salva a la sociedad humana de la rigidez invariable de los demás animales sociales, las hormigas, las abejas, las bestias de manada y rebaño. Como especie estamos dotados de una maraña suprema de células electroquímicas que se ha convertido en «hacedora» de ideas. Este cerebro nuestro hace ideas y juega con ellas tan espontáneamente, que poco podemos decir de ellas aparte de que están ahí, dando forma a nuestras percepciones, abriendo posibilidades. De un momento a otro, los seres humanos encuen-

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tran cosas nuevas que pensar, hacer y ser: ideas que, al parecer, brotan de la nada. Somos unos animales notablemente plásticos y adaptables y la gama de nuestra creatividad cultural parece ilimitada. Sería una gran pérdida que el culto a la información mermara estas facultades creativas al depreciar nuestra concepción de la experiencia, la memoria y la percepción íntima. Sin embargo, hay científicos de la informática que parecen decididos a hacer precisamente lo que acabo de señalar. Creen que pueden simular nuestra originalidad en el ordenador inventando programas que incluyan un elemento de aleatorización. (Un ejemplo de ello es el programa Logo para poesía que hemos comentado en el capítulo anterior.) Como el resultado del programa es impredecible, se le ha calificado de «creativo». Pero entre semejante aleatoriedad artificial y la verdadera originalidad hay toda la diferencia del mundo. Por otro lado, el modelo «procesador de datos» contribuye a ocultar esta distinción. En la mente humana, una idea original tiene un significado vivo; conecta con la experiencia y produce convicción. Lo que produce el ordenador es una «origínalidad» cuyo nivel es más o menos el de un espasmo muscular; es impredecible, pero apenas tiene significado. Hay, huelga decirlo, otras formas de experiencia que se nos presentan envasadas y etiquetadas más pulcramente: cosas que se aprenden maquinalmente o de memoria, al pie de la letra, instrucciones precisas, procedimientos, nombres, direcciones, hechos, cifras, indicaciones. Lo que tales experiencias dejan tras sí se parece mucho a lo que llena la memoria del ordenador: información en el sentido apropiado del término. Nuestro vocabulario psicológico no hace una distinción clara entre estos niveles y texturas diferentes de la memoria; tenemos sencillamente una sola palabra para el recuerdo de las cosas pasadas. Recordamos un número de teléfono; recordamos un episodio de sufrimiento traumático que cambió nuestra vida. Meter estos órdenes diferentes de experiencia debajo del epígrafe información no puede hacer más que contribuir a depreciar la calidad de la vida. «El corazón tiene sus razones -nos dice Pascal-, que la razón no puede conocer.» A mi juicio, esta afirmación quiere decir que la mente humana está llena de ideas que surgen de manantiales profundos de experiencia mezclada y confusa. Sin embargo, estas ideas, por indefinidas, ambiguas y contradictorias que sean, podrán ser, para bien o para mal, la esencia de convicciones fuertes. En un debate que afecte a semejantes «razones», la información raramente es de mucha utilidad. En vez de ello, debemos probar y ensayar a la luz de nuestras convicciones propias, buscando la experiencia que haya debajo de la idea. Tenemos que hacer lo que me atrevo a decir que hace el lector mientras lee estas palabras, que son convicciones mías que presento a su consideración: el lector hace una pausa, reflexiona, intenta descubrir cuáles son mis lealtades morales y filosóficas. Mientras trata de cogerles el tino a las ideas que le ofrezco, mira entre sus recuerdos para ver si encuentra en ellos un eco de las experiencias en las que me inspiro. Tal vez dedique más tiempo a los matices que a los hechos. Puede que aquí y allá detecte consecuencias lejanas o supuestos ocultos que quizá querrá o no querrá sancionar. Posiblemente tendrá la sensación de que pongo en entredicho algunos de sus valores más queridos y se apresurará a defenderlos. No hay forma de prever el resultado de esta reflexión crítica, pero una cosa debería ser obvia: nada de todo esto es «procesamiento de datos». Es un toma y daca dialogístico entre dos mentes, cada una de las cuales echa mano de su propia experiencia. Es el juego de las 71

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ideas, y ni toda la información que se guarda en las bases de datos del mundo servirá para decidir los problemas que discutimos el lector y yo. EL GAMBITO EMPíRICO Muchas personas, cuando concentren su atención en el asunto, pensarán que la primacía de las ideas es tan obvia, que quizá se preguntarán si era necesario plantearla como manzana de la discordia. ¿Cómo se las han ingeniado los científicos de la informática para subordinar las ideas a los datos de manera tan persuasiva? He aquí una intrigante pregunta histórica a la que haríamos bien en dedicar cierta atención. Ya me he referido en el presente capítulo a la escuela empírica de la filosofía y al modo en que ha optado por reinterpretar el signíficado de la experiencia. Volvamos brevemente a la repercusión que el empirismo tuvo en la filosofía occidental, toda vez que desempeña un papel significativo en el culto a la información. Hará unos cuatro siglos, en ese turbulento período de transición que va del Renacimiento a la Edad Moderna, el reino del conocimiento en el mundo occidental era una isla relativamente pequeña de certidumbre rodeada por un mar de misterio aceptado. En sus partes lejanas e insondables, ese mar se fundía con la mente de Dios, a cuyo contenido sólo era posible acercarse por medio de un acto de fe. En la isla, los principales conjuntos de pensamiento eran las escrituras, las obras de los padres de la Iglesia, un puñado de maestros griegos y romanos que sobrevivían y, posiblemente, un grupo reducido y selecto de pensadores judíos y árabes. A lo largo de varios siglos del período medieval, estas fuentes se habían desarrollado a menudo por medio de brillantes ampliaciones, hasta formar un augusto repertorio de conocimiento que, según la opinión general, daba respuesta a todas las preguntas a las que la mente humana podía esperar que se diera respuesta. En semejante cultura, no existe una categoría denominada «información»; los hechos cuentan muy poco cuando lo que puede conocerse ya se conoce y ha sido asimilado a verdades muy conocidas. En vez de información hay confabulación: un juego constante, a veces inspirado, con ideas conocidas que se amplían, combinan, reconfiguran. A finales del siglo xvi, este estilo intelectual se estaba volviendo cada vez más incompatible con el dinamismo social y económico de la sociedad occidental. Por de pronto, se estaba produciendo un hecho sensacional: el descubrimiento de mundos nuevos, continentes y culturas enteros que ninguna de las autoridades existentes había explicado. Se trataba de descubrimientos. Y si era posible efectuar descubrimientos geográficos, ¿por qué no podían descubrirse también mundos nuevos de la mente? Francis Bacon se valió justamente de esa comparación para justificar su inquieta búsqueda de una «nueva filosofía». Bacon, Descartes, Galileo y Giordano Bruno estuvieron entre los primeros en unir a la pasión expansiva de su cultura por el descubrimiento físico una osadía intelectual recíproca. Estas mentes creadoras del siglo XVII dieron con un apasionante proyecto cultural. Su proposición era la siguiente: inventemos un tipo de indagación que posea la facultad de descubrir cosas nuevas sobre el mundo: sobre sus fuerzas, estructuras y fenómenos. Será una manera de pensar que equivaldrá a los grandes viajes de descubrimiento que han encontrado mundos nuevos al otro lado del mar. Decidieron que este estilo de indagación 72

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debía llevar aparejada una interrogación rigurosa y atinada de la naturaleza mediante la observación atenta y los experimentos. Debía emprenderse con espíritu de objetividad total, evitando todos los supuestos y presuposiciones. Debía limitarse a tratar de ver las cosas como son realmente. El resultado de este método nuevo será un conjunto creciente de datos sólidos, dignos de confianza, generalmente mediciones, que hasta ahora se han pasado por alto. Entonces, si un observador se dedica a reunir escrupulosamente tales datos, éstos acabarán hablando por sí mismos, formando grandes verdades de alcance tan vasto como el tamaño del universo entero. Ahora podemos reconocer en este método (que Bacon denominó novum organum) el lejano principo de la visión del mundo de la ciencia moderna. A nadie puede escapársele su aportación histórica; pero tenemos también la perspectiva histórica suficiente para percatamos de lo mal concebido que estaba el método. Al concentrarse estrechamente en los datos, dejaba sin explicar la enorme importancia de la imaginación teórica, de la hipótesis, de la especulación y de las conjeturas inspiradas, sin las cuales la ciencia no habría tenido su revolucionaria repercusión. Al echar la vista hacia atrás, podemos ver claramente que la imaginación teórica elaboraba en las mentes de Galileo, Newton, Kepler, Boyle, Hook, contornos de pensamiento que se hallaban presentes, pero que estaban demasiado cerca para verlos. Hemos aprendido que los grandes avances científicos nunca se realizan fragmentariamente, por medio de investigaciones rutinarias. A veces, una investigación limitada, minuciosa, logra plantear dudas importantes acerca de una teoría científica; pero, como mínimo, debe tener ante ella, a modo de objetivo o línea de base, dicha teoría. Sin alguna idea maestra que cumpla esa función, no sabríamos por dónde empezar la búsqueda de datos. La ciencia es investigación estructurada y las estructuras que guían sus progresos son ideas. No obstante, los padres fundadores de la ciencia moderna tenían una buena razón para cometer el error de valorar con exceso los datos a expensas de las ideas. En tiempos de Galileo, las ideas dominantes sobre la naturaleza se derivaban de unas cuantas autoridades sacrosantas: o bien de la teología cristiana o de Aristóteles. Con el fin de liberarse de esa herencia cada vez más restringida de ideas viejas y gastadas, estos cerebros osados tuvieron que poner en entredicho las ideas mismas. Así que recomendaron un nuevo punto de partida, un punto que parecía inocuamente neutral y, por ende, estratégicamente inofensivo a las autoridades culturales de la época: concentrarían su atención en los datos bien definidos e indiscutibles de la experiencia común -los pesos, los tamaños y las temperaturas de las cosas. Primero, los datos, insistían; luego las ideas. Y este enfoque resultó ser persuasivo. Hizo que salieran a la luz numerosísimas novedades terrestres y astronómicas que no podían explicarse adecuadamente recurriendo a Aristóteles, la Biblia, los padres de la Iglesia, quizá porque nunca se habían fijado en ellas. Si examinamos la misión de los primeros empíricos en su contexto histórico, podemos reconocer en ella un inteligente gambito filosófico cuyo propósito era derribar las barreras etnocéntricas y la autoridad eclesiástica. Y, finalmente, lo consiguió. Fomentando un escepticismo atrevido ante todas las ideas heredadas, liberó las restringidas energías intelectuales de la sociedad occidental. Su relación con el nacimiento de la ciencia moderna lo dotará siempre de una categoría especial. El problema está en que el éxito mismo de los empíricos ha contribuido a que en nuestra

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cultura arraigase cierta concepción ferozmente reduccionista del conocimiento, una concepción que infravalora drásticamente el papel de la imaginación en la creación de ideas, y de éstas en la creación de conocimiento, incluso en las ciencias. En nuestro tiempo, las mentes que permanecen fieles al amor empírico a los datos han hecho suyo el ordenador como modelo del cerebro que almacena datos, barajándolos, produciendo conocimiento y haciendo estas cosas mejor, en potencia, que su original humano. Los que ven el mundo más o menos de esta manera representan uno de los polos de una discusión que ya se había entablado en tiempos de Platón, Aristóteles y Demócrito. ¿Qué es más «real»: las cosas o las ideas sobre ellas? ¿Empieza el conocimiento en los sentidos o en la mente? No pretendo decidir aquí esta discusión. Lo único que deseo es hacer hincapié en que el modelo «procesador de datos» de la mente no es un «hallazgo» puramente objetivo de la ciencia contemporánea. Nace de un compromiso filosófico definido; representa uno de los dos bandos de un antiguo debate, que sigue desarrollándose, que sigue sin resolverse. El bando empírico de dicho debate merece respeto por la rica aportación que ha hecho a nuestra herencia filosófica. No quisiéramos prescindir de ella. Pero me ha parecido interesante, siempre que me encuentro en compañía de los que defienden una postura rigurosamente empírica, recordarles una paradoja: su punto de vista es en sí mismo una idea. Es una idea relativa a ideas... y relativa al conocimiento, la experiencia y la verdad. Como tal, no se basa en datos ni en información, porque, para empezar, es esta misma idea lo que define la información. En esencia, pues, no hay forma de evitar las ideas. Las ideas son lo que la mente utiliza para pensar, incluso cuando ataca la primacía de las ideas. Puestos a decir, también el ordenador es una idea, del mismo modo que lo son todas las máquinas. Es una idea relativa al número, la clasificación y la relación: todo ello realizado bajo la forma de un invento físico. La proposición de que el cerebro piensa como un ordenador es una idea relativa al cerebro, una idea que muchos filósofos han abordado y debatido. Y, al igual que todas las ideas, también de ésta puede salirse, mirarla desde lejos y ponerla en entredicho. La mente, a diferencia de todos los ordenadores que alguien haya imaginado jamás, está dotada de la facultad de la autotrascendencia irreprimible. Es el mayor de todos los artistas de la evasión, eludiendo constantemente sus propios esfuerzos por comprenderse a sí misma. Puede formar ideas sobre sus propias ideas, incluyendo ideas sobre sí misma. Pero, al hacer eso, ya había ocupado terreno nuevo; en su siguiente esfuerzo por comprender su propia naturaleza, tendrá que extenderse todavía más. Esta incapacidad de la mente para captar su propia naturaleza es precisamente lo que impide inventar una máquina que sea igual que ella, y mucho menos su sucesora. El ordenador sólo puede ser una idea más en la imaginación de su creador. Nuestra misma capacidad de hacer chistes sobre ordenadores, de burlarnos de ellos y satirizarlos, nace de la distancia intelectual que nos separa de ellos. Si algo hay que frustre el talento del técnico, ese algo es la potencialidad sin límitesfijos. SIN IDEAS, SIN INFORMACIóN Desde el punto de vista del empirismo estricto y doctrinario que perdura en el culto a la información, los datos hablan por sí mismos. Acumuladlos en número suficiente y adquirirán convenientemente la forma de conocimiento. Pero, ¿cómo reconocemos un dato cuando lo vemos? Es de suponer que un dato no es un fruto de la mente ni una ilusión; es una partícula 74

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de verdad, pequefla y compacta. Pero, ya para reunir estas partículas, hemos de saber qué es lo que tenemos que buscar. Tiene que existir la idea de un dato. Los empíricos tenían razón al creer que los datos y las ideas se hallan relacionados significativamente, pero invirtieron la relación. Las ideas crean información, en vez de ocurrir al revés. Todo dato nace de una idea; es la respuesta a una pregunta que ni siquiera podríamos hacer de no haberse inventado una idea que aislara alguna porción del mundo, la hiciera importante, concentrase nuestra atención y estimulara la investigación. A veces, una idea se vuelve tan corriente, tan parte del consenso cultural, que desaparece de la conciencia y se convierte en un hilo invisible del tejido del pensamiento. Entonces hacemos preguntas y las contestarnos y recogemos información sin reflexionar sobre la idea que hay debajo de ella y que hace que esto sea posible. La idea se vuelve tan subliminal como la gramática que gobierna nuestro lenguaje cada vez que hablamos. Veamos un ejemplo. La hora del día, la fecha: datos que se cuentan entre los más sencillos y menos ambiguos. Podemos acertar o equivocamos en relación con ellos, pero sabemos que están sujetos a una decisión sencilla entre lo falso y lo verdadero. O son las dos y cuarto de la tarde o no lo son. O es el día 10 de marzo o no lo es. Esto es información en su nivel más irreductíble. Sin embargo, detrás de estos datos sencillos hay una idea inmensamente rica: la idea del tiempo como ritmo regular y cíclico del cosmos. En alguna parte del pasado lejano una mente humana inventó este concepto, partiendo tal vez de alguna contemplación rapsódica o poética del universo y su desconcertante congestión. Esa mente decidió que el transcurrir aparentemente amorfo del tiempo puede ordenarse en círculos, que éstos pueden dividirse en intervalos iguales, que a su vez pueden contarse. De esta percepción íntima, que la imaginación impone al flujo de la experiencia, deducimos el reloj y el calendario, los minutos, los días, los meses, las estaciones, cosas que podemos tratar como datos sencillos. La mayoría de nuestras ideas maestras acerca de la naturaleza y de la naturaleza humana, la lógica y el valor acaban haciéndose tan subliminales, que raramente nos paramos a reflexionar que se trata de inventos humanos, de artefactos de la mente. Los tomamos como cosas naturales, como cosas que forman parte de la herencia cultural. Vivimos de la parte superior de estas ideas, cosechando datos de su superficie. De modo parecido, los datos históricos existen como los afloramientos de percepciones interpretativas o míticas enterradas que dan sentido y orden a la confusa memoria popular del pasado. Cogemos un libro de consulta o conectamos con una base de datos y pedimos alguna información sencilla. ¿Cuándo se firmó la Declaraci6n de Independencia y quiénes la firmaron? Datos. Pero detrás de estos datos hay un importante paradigma cultural. Nosotros datamos el pasado (no todas las sociedades lo hacen) porque heredamos una visión judeocristiana del mundo que nos dice que éste fue creado en el tiempo y que va hacia alguna parte en el proceso de la historia. Conmemoramos los nombres de las personas que «hicieron historia» porque (siguiendo otras líneas) heredamos una visión de la vida que es dinámica, centrada en la humanidad, una visión de la vida que nos convence de que los esfuerzos de las personas son importantes, y esto nos empuja a creer que los actos humanos pueden realizar acciones que valen la pena. 75

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Cuando pedimos esta clase de datos sencillos de información histórica, todo esto se encuentra detrás de los datos que recibimos a modo de respuesta. Hacemos y contestamos las preguntas dentro de ideas comprensivas de la historia que nos son tan familiares como el aire que respiramos. Pero, a pesar de ello, son creaciones humanas, cada una de ellas susceptible de ser puesta en entredicho, dudada, alterada. Los grandes momentos críticos de la cultura se presentan justamente en ese punto: allí donde una idea nueva se alza contra una idea vieja y hay que emitir un juicio. ¿Qué sucede, pues, cuando borramos la distinción entre las ideas y la información y enseñamos a los niños que el procesamiento de esta última constituye la base del pensamiento? ¿0 cuando nos ponemos a construir una «economía de la información» que cada vez gasta más recursos en acumular y procesar datos? Entre otras cosas, enterramos aún más hondo las subestructuras de ideas sobre las que se alza la información, alejándolas todavía más de la reflexión crítica. Por ejemplo, empezamos a prestar más atención a los «indicadores económicos» -que son siempre números útiles y de aspecto sencillo- que a los supuestos relativos al trabajo, la riqueza y el bienestar que subyacen en la política económica. A decir verdad, nuestra ciencia económica ortodoxa está inundada de datos estadísticos que sirven principalmente para ofuscar cuestiones básicas de valor, propósito y justicia. ¿Qué ha aportado el ordenador a esta situación? Ha elevado el nivel de la inundación, vertiendo información engañosa y que distrae la atención desde todos los organismos gubernamentales y consejos de administración de las sociedades anónimas. Pero, lo que es aún más irónico, a la larga la concentración casi exclusiva en la información que el ordenador fomenta surtirá el efecto de excluir las ideas nuevas, que son la fuente intelectual generadora de datos. A la larga, no habrá ideas; no habrá información.

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INFORMACIÓN, POR FAVOR. del libro de Roszak, Theodore. El culto a la información : el folklore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. México : CNCA. Grijalbo, 1990. 227 p.

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1. "INFORMACIÓN, POR FAVOR" LA INFORMACIÓN AL ESTILO ANTIGUO Cuando me estaba haciendo hombre, poco antes de la segunda guerra mundial, nadie mostraba un interés desmesurado por la informaci6n. Como categoría intelectual, ocupaba un lugar humilde y marginal. Pocas personas la hubieran concebido como objeto de una «teoría» o de una «ciencia»; nadie la asociaba con una tecnología avanzada que la hiciese atractiva, además de econ6micamente valiosísima. Es probable que la palabra se usara principalmente en público como parte de la frase «información, por favor». Era lo que le pedías a la telefonista cuando necesitabas un número de teléfono antes de que pudiéramos obtenerlo marcando el 411. Hubo también, en los decenios de 1930 y 1940, un popular programa radiof6nico que llevaba ese titulo y en el que los oyentes hacían preguntas inverosímiles sobre asuntos triviales a un grupo de expertos. ¿Cuál fue el más bajo entre todos los presidentes de los Estados Unidos? ¿Qué ópera contiene el dúo más largo? ¿Qué mamífero se reproduce poniendo huevos? Así era como la mayor parte de las personas pensaban acerca de la ínformacíón por aquel entonces: datos inconexos que se distribuian en paquetitos discretos. A veces, lo que había en los paquetitos era sorprendente, a veces era divertido, otras, era útil. Lo más frecuente era que tuviese forma de número, nombre, fecha, lugar, acontecimiento, o medición que respondiera a una pregunta concrete que empezase con quién, qué, cuándo, dónde, cuánto. De estos asuntos se hablaba utilizando palabras corrientes; no hacían falta esotéricas formulaciones matemáticas ni un vocabulario técnico especial. De vez en cuando la información podía ser urgente e importante -por ejemplo, dónde había que apretar para detener la hemorragia-, pero no se la consideraba como algo que despertase una necesidad insaciable entre el público. Desde luego, nadie le hubiera conferido la categoría que ha adquirido en nuestros días: la de una mercancía industrial valorada en miles de millones y que debería producirse en cantidades ilimitadas. Por supuesto, todo el mundo sabía que existían ciertos negocios y profesiones que necesitaban tener montones de fichas llenas de información: los contables, los abogados y los ingenieros, por ejemplo. Las clásicas ocupaciones administrativas y burocráticas -la banca, los seguros, corretajes, bienes raíces- se caracterizaban por habitaciones llenas de archivadores color verde oliva y patrulladas por ajetreados pelotones de archiveros. Sobre todo, estaba el gobierno, que, como empadronador, recaudador de impuestos, encargado de velar por el cumplimiento de las leyes, había sido siempre, desde los primeros tiempos de la civilización, el archivero por excelencia. Desde los comienzos del siglo XIX, los gobiernos de las sociedades industrialmente avanzadas habían visto crecer sin interrupción sus responsabilidades administrativas, hasta que la tarea de ocuparse de los datos oficiales amenazó con convertirse en un fin en sí misma. Obligaciones como supervisar la economía, llevar la cuenta de la fuerza laboral, pagar el subsidio de paro, asignar puestos de trabajo, ingresos, recursos, iban reclamando más y más atención por parte de los líderes políticos de las naciones industriales urbanas. Para algunos de los primeros científicos sociales como Max Weber, esta expansión de la realidad del papel de las estadísticas sociales representaba uno de los peores vicios de la sociedad moderna: la burocratización de la vida, la conversión de la experiencia en abstracciones numéricas. 78

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Por regla general, la necesidad de procesar datos que tenían todas estas profesiones, públicas y privadas, era más lamentada que celebrada. Era una tarea pesada que podía dejarse en manos de empleados de poca categoría y normalmente mal preparados. La conocida imagen del oficinista que encontramos en los relatos de Dickens y de Gogol es la de unos escribientes pálidos, de cara chupada, que se mueven cansinamente entre voluminosos libros de contabilidad, de tristes estadísticos y actuarios que suman interminables columnas de cifras, de oficinistas desnutridos que buscan un memorándum escurridizo entre montones de papeles polvorientos. Eran las personas que ocupaban el nivel más bajo del hormiguero burocrático. Herman Melville supo captar en parte la percepción general de estos infelices en su famoso relato protagonizado por Bartleby, el pulcro y eficiente oficinista cuyo trabajo inexorablemente desalentador acaba convirtiéndolo en un zombie. La imagen de los que cuidaban de los datos no mejoró ni siquiera cuando su ocupación dejó atrás la etapa de la pluma y el lápiz para entrar finalmente en la era de la máquina. Las máquinas de oficina nacieron a principios de este siglo con el objeto de ahorrarles tiempo y espacio a los gobiernos y a las industrias administrativas. La perforadora de tarjetas en clave, la máquina de calcular, la cotejadora, la máquina de imprimir direcciones... todos estos aparatos servían para procesar información. Pero nadie los hubiera considerado como algo más que aparatos ingeniosos para clasificar y contar, cuyo interés intelectual era más o menos el mismo que poseían el freno neumático o la pila seca. A sus inventores apenas se les recuerda; las compañías que los fabricaban no tenían mucho peso en nuestra economía industrial; los hombres que los manejaban siguieron siendo oficinistas de poca categoría. En su mayor parte, las personas encargadas de los datos de la economía eran «chicas de oficina» que quizá se habían formado en el instituto o en una escuela de comercio y que llevaban a cabo su monótono trabajo sin ninguna esperanza de ascender. En todo caso, las sensibilidades más humanísticas seguían viendo el trabajo que efectuaban estas chicas como un ejemplo lamentable de la continua masificación de la vida moderna. En The Adding Machine (1923), la amarga sátira de Elmer Rice, el protagonista es un empleado que responde al oportuno nombre de míster Zero. Se trata de un patético cero a la izquierda, un «pobre bobo sin cerebro y sin voluntad» que se encuentra perdido en un desierto de archivadores. Al finalizar la obra, le ofrecen una «soberbia, super-hiper-máquina de sumar», la máquina de oficina más espectacular que imaginarse quepa. A pesar de ello, la obra termina identificando, a míster Zero como un ser inferior y menos útil que un siervo. Es «esclavo de un artilugio de acero y de hierro», y su trabajo se nos presenta como el epítome de la deshumanización. En manos de míster Zero y de los de su clase, las personas se ven reducidas a la condición de fantasmas estadísticos; sin embargo, los que ejecutan el trabajo no poseen poder ni categoría. Ellos mismos son meras cifras del sistema. En mi juventud, tuve ocasíón de probar personalmente esta deslucida subordinación. A principios del decenio de 1950 trabajé de archivero en una importante compañía de seguros cuyo sótano sin ventanas era una caverna con un sinfín de pasillos, archivadores negros como ataúdes y legajos encuadernados que se guardaban en anaqueles que llegaban hasta el techo. Junto con una veintena de chicos recién salidos del instituto, llevaba memorándums internos y otros papeles de un departamento a otro, pateándome todo el edificio. Nos trataban como a fregonas. De vez en cuando, el supervisor, deseoso de levantar nuestra decaída

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moral, nos recordaba que éramos la sangre vital de la compañía. Sin nosotros, ni siquiera los más encumbrados ejecutivos podían hacer nada. Pero nosotros sabíamos que éramos lo más bajo de lo bajo. El trabajo era fatigoso y aburrido y nos pagaban el sueldo mínimo y basta. Ninguno de nosotros conservó el empleo más tiempo del necesario. UNIVAC ENTRA EN ESCENA La más conocida de las reliquias de la era de míster Zero, el paleolítico de las primeras máquinas de oficina, fue la perforadora de tarjetas Hollerith, cuyo origen se remonta al decenio de 1890. A la larga, se convertiría en un emblema de la alienación humana en un mundo cada vez más burocratizado. A principios del decenio de 1960, su conocido precepto se utilizaría para formular un llamamiento popular a la comprensión humana: «Soy un ser humano. No doblar, estirar ni mutilar». Pero cuando se expresó este ruego, la perforadora de tarjetas ya había quedado prácticamente desfasada y ocupaban su lugar medios muy superiores de localizar datos. En manos de empresas innovadoras como Sperry-Rand, Control Data, y Digital Equipment Corporation (de hecho, IBM anduvo muy rezagada en este campo hasta príncipios del decenio de 1960), la maquinaria de oficina estaba experimentando una evolución inesperada y rápida. Azuzada por las necesidades militares durante la segunda guerra mundial y, concluida ésta, por las necesidades del Census Bureau, estaba madurando e iba camino de convertirse en un dispositivo eléctrico de archivo que asignaba una dírección numérica a los datos que contenía y que luego podía llevar a cabo diversos cálculos y transformaciones rápidos con tales datos. Y eso, en su forma más rudimentaria, es un ordenador: un aparato que recuerda lo que cuenta, que cuenta lo que recuerda y que, apretando un botón, recupera lo que ha archivado. Las desdichadas jóvenes que otrora manejaran la pesada perforadora de tarjetas en clave habrían, sin duda, quedado asombradas si alguien les hubiera dicho que algún día habría «científicos de la información» que verían en las ruidosas máquinas que ellas utilizaban los antepasados remotos de una forma de inteligencia mecanizada que posiblemente era superior al cerebro humano. La palabra ordenador (compute) entró en el vocabulario público durante el decenio de 1950, cuando sus modelos más avanzados seguían siendo unos dínosaurios mecánicos que ocupaban toda Una habitación y que quemaban electricidad suficiente como para presentar un serio problema de refrigeración. El primer ordenador que gozó de una reputación significativa fue el UNIVAC, fruto del ingenio de John Mauchly y J. P. Eckery, con importantes aportaciones del famoso matemático John von Neumann.1 El UNIVAC fue el primer ordenador de programa almacenado; se basaba en investigaciones militares que se realizaron en la universidad de Pensilvania durante la guerra. Su posterior desarrollo contó con la ayuda de contratos de la National Bureau of Standards (Oficina Nacional de Normalización) y de la Prudential Insurance; finalmente, fue adquirido por Remington Rand en el decenio de 1950 para diversos servicios de datos. Pero la presentación en público del UNIVAC fue poco más que un truco publicitario de cara a los medios de comunicación. Se prestó la máquina a la cadena de televisión CBS para que predijese el resultado de las elecciones de 1952. Este mastodonte devorador de números (contenía 5.000 tubos electrónicos, pero utilizaba un sistema nuevo y compacto de cinta magnética, en vez de tarjetas perforadas, para almacenar los datos) estabá programado para analizar las estadísticas electorales en distritos clave y 80

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compararlas con los primeros resultados que salieran a la luz en la noche del día de las elecciones. De esta manera, el UNIVAC daba una proyección que calculaba rápidamente cuál de los candidatos tenía nías probabilidades de ganar. Hay una anécdota divertida sobre la presentación del UNIVAC al público norteamericano aquella noche. En el cuartel general que para las elecciones montó la CBS, la máquina esotérica, que los ingenieros electrónicos mimaban como si fuera un chiquillo malcriado, era considerada como una simple atracción secundaria. De modo que cuando el UNIVAC, basándose en un simple 5 a 7 por 100 de los votos populares, empezó a proyectar una mayoría aplastante para Dwight Eisenhower, los expertos de la CBS se negaron a difundir su predicción. Los preocupados técnicos accedieron entonces a ajustar la máquina para que estuviera de acuerdo con las predicciones de los «sabios» de la CBS. A pesar de ello, el UNIVAC siguió insistiendo en que Eisenhower obtendría una victoria arrolladora, incluso en el Sur, siempre fiel al Partido Demócrata. Finalmente, cuando se comprobó que las predicciones de la máquina eran correctos, los expertos reconocieron públicamente que el UNIVAC les había vencido y que las aparentes contradicciones que sufriera la máquina durante la noche se debían a la intervención humana. El UNIVAC había predicho que la votación efectuada en un colegio electoral sería de 438 para Eisenhower, que acabó obteniendo 442, es decir, con una diferencia del 1 por 100 respecto de la sorprendente predicción del UNIVAC. Fue una impresionante demostración de lo que un avanzado procesador de datos era capaz de hacer, tan impresionante, que durante un breve período la marca registrada UNIVAC tuvo muchas probabilidades de desplazar al nombre genérico de ordenador. Las tareas administrativas estuvieron entre las últimas que entraron en la era de la máquina. Mucho después de que se mecanizaran las minas, las fábricas y las granjas, los oficinistas seguían dándole a la pluma y al lápiz, guardando sus papeles a mano en archivos y carpetas de hojas sueltas. Hasta la máquina de escribir (que apareció en el decenio de 1880 y que introdujo en las oficinas una nueva generación de trabajadoras) era un instrumento manual de bajo nivel, el equivalente tecnológico del telar a mano, que había desaparecido hacía ya mucho tiempo. Hasta bien entrado el siglo XX en vano buscas en las revistas anuncios de algún tipo de aparato procesador de datos, y mucho menos encuentras libros y artículos que ensalcen a sus inventores y fabricantes. Compárese esto con la situación actual: los anuncios más hábiles y más futuristas que aparecen en letra de imprenta y en la televisión son los de ordenadores para la oficina. Hecha esta comparación, tendremos una notable medida de cómo ha subido la categoría de la información. La tecnología de los humildes cuídadores de datos ha superado finalmente al tren de laminación, a las dinamos, a los ferrocarriles. «Hoy día -afirma en un imponente anuncio a toda plana una destacada empresa de telecomunicaciones- la información es la mercancía más valiosa en el negocio. Cualquier negocio.» En otros tiempos, a la información la habríamos considerado más bien como un lubricante que ayudaba a producir mercancías, o, quizá, como el resultado de un servicio: por ejemplo, el diagnóstico de un médico o la opinión jurídica de un abogado. Y su valor no sería constante (y mucho menos universal o invariablemente supremo), sino que variaría con su exactitud y sus aplicaciones. Pero en estos tiempos que corren, a la información se la llama tranquilamente producto, recurso, capital, moneda de cambio. La retórica puede apuntar

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a alturas sin límite. En un anuncio televisivo de 1984, Frank Herbert, el autor de Dune, obra que en seguida invoca las perspectivas de la ciencia-ficción, entona un pequeño himno al progreso tecnológico por cuenta de Pacifc Telephone’s Infosystems. «La verdadera revolución de la Edad de la Información -declara Herbert- no será del hardware, sino del espíritu humano. Será la oportunidad de ser más que humano.» Al parecer, se trata de una promesa de posibilidades divinas. El producto que Herbert anuncia es sencillamente otro sistema electrónico para oficinas, uno de los varios que hay en el mercado. Sin embargo, como sugiere el lenguaje extravagante que emplea, la transición hacia el ordenador se considera como algo más que la sustitución de máquinas viejas por otras nuevas. Las máquinas nuevas aparecen como una especie de salto hacia adelante, un salto evolutivo, en la historia del industrialismo. Son una nueva especie de tecnología, una especie que desde su primera aparición ha parecido flirtear con los misterios de la mente. LA CIBERNÉTICA Y EL SECRETO DE LA VIDA En mi propia vida, hubo un libro que contribuyó más que el UNIVAC a que revisara mi forma de entender la información y la maquinaria que la manipulaba. En 1950 el matemático Norbert Wiener escribió un estudio precursor y muy leído titulado The Human Use of Human Beings, versión popularizada de Cybernetics,2 su clásico de 1948. Para el público lector en general, este librito atractivo y provocador señalo la aparición y la gran promesa de la -cibernación-, la palabra que Wiener había inventado para denominar a la nueva tecnología automatizada en la que él discernía los bosquejos de una segunda revolución industrial. En las páginas de su estudio, el ordenador era todavía un aparato exótico, sin nombre fijo ni imagen clara; Wiener le da el curioso nombre de «máquina calculadora ultrarrápida». Pero incluso en su estado primitivo de entonces, esa máquina figuraba de forma importante en lo que, a juicio de Wiener, era uno de los aspectos clave de la cibernación: el feedback, es decir, la capacidad de una máquina de utilizar los resultados de su propio funcionamiento a modo de información para regularse a sí misma y, por ende, ajustarse como parte de un proceso continuo. Para Wiener, el feedback era mucho más que un inteligente truco mecánico; él lo consideraba como una característica esencial de la mente y de la vida. Todas las cosas vivas practican alguna forma de feedback al adaptarse a su entorno; había, pues, una nueva generación de máquinas que aspiraban a la condición de animal sensible y de este modo prometían hacerse cargo de tipos de trabajo que hasta entonces sólo la inteligencia humana había podido dominar. Y no sólo trabajo, sino también ciertas clases de juego. A Wiener le impresionaban mucho las investigaciones que se estaban realizando a la sazón para construir máquinas capaces de jugar al ajedrez; era para él una prueba más de que las máquinas no tardarían en poder procesar datos de un modo cercano a la complejidad de la inteligencia humana. «Vivir efectivamente -concluía- es vivir con información adecuada. Así, la comunicación y el control pertenecen a la esencia de la vida nterior del hombre, del mismo modo que pertenecer a su vida en sociedad.» Lo que afirmaba Wiener era nada menos que, al perfeccionar el feedback y el medio de manipular rápidamente los datos, la ciencia de la cibernética estaba adquiriendo una comprensión más profunda de la vida misma como, en esencia, procesamiento de informaci6n «Mi tesis es -escribióque el funcionamiento físico del individuo viviente y el manejo 82

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de algunas de las nuevas máquinas de comunicación son exactamente paralelos por sus intentos análogos de controlar la entropía por medio del feedback.» Unos cinco años después de la publicación del libro de Wiener, un nuevo campo de estudio basado en su tesis anunció su presencia en las universidades, un híbrido intelectual de filosofía, lingüística, matemáticas e ingeniería eléctrica. Se le dio el nombre de inteligencia artificial. El supuesto clave de la inteligencia artificial estuvo claro desde el principio; como dijeron dos de los padres fundadores de la nueva disciplina, Alan Newell y Herbert Simon, «tanto el ordenador programado como el resolvedor de problemas humano son especies que pertenecen al género llamado 'sisterna procesador de información'». 3 Al cabo de unos años más (1958), las esperanzas de Newell y Simon picaban muy alto: Existen ahora en el mundo máquinas que piensan, que aprenden y crean. Asimismo, su capacidad de hacer estas cosas va a aumentar rápidamente hasta que -en el futuro visible- la gama de problemas que puedan abordar será coextensiva con la gama a la cual se ha aplicado el cerebro humano. 4

En la época en que hicieron su predicción, los ordenadores todavía estaban luchando por jugar honrosamente una partida de damas. Pero Simon estaba seguro de que «dentro de diez años un ordenador digital será el campeón mundial de ajedrez».5 Puede que el propio Wiener estuviera de acuerdo con los brillantes predicciones que nacían del nuevo estudio de la inteligencia artificial y puede que no, pero sin duda no aprobaba su optimismo. Al contrario, consideraba la tecnología de la información como una amenaza para la estabilidad social a corto plazo, y, posiblemente, como un desastre permanente. Había inventado la cibernética, y ahora se proponía ser la conciencia de la misma. The Human Use of Human Beings, como el mismo título la utilizacion humana de seres humanos) induce a pensar, fue escrito para llevar la discusión pública de la nueva tecnología a un nivel más alto de conciencia ética. Las máquinas automatizadas, señaló Wiener, se harían cargo, no sólo de la labor rutinaria de las cadenas de montaje, sino también de sus equivalentes en las oficinas. La maquinaria cibernética «no muestra favoritismos entre el trabajo manual y el trabajo administrativo » . Si se la dejaba totalmente bajo el control de industriales cortos de miras y empeñados en obtener los máximos beneficios, podía «producir una situación de paro, en comparación con la cual ... hasta la depresión de los años treinta parecerá un chiste». Dos años después de que Wiener hiciera esa advertencia, se escribió la primera antiutopía cibernética. En Player Piano, Kurt Vonnegut, Jr., que había trabajado en el departamento de relaciones públicas de General Electric, una de las compañías que más se interesaban por la automatización, imagina un mundo de máquinas inteligentes donde hay «producción casi sin mano de obra». Hasta los barberos han sido desplazados por máquinas que cortan el pelo. El resultado es un despotismo tecnocrático totalmente controlado por técnicos de la información y gerentes empresariales. El libro plantea el problema de si a la tecnología se le debe permitir que haga todo lo que es capaz de hacer, especialmente cuando sus poderes alcanzan las artes y las habilidades que dan sentido a la vida de las personas El rebelde ingeniero-héroe de Vonnegut insiste en que las máquinas son esclavas. Cierto es que hacen que la vida le resulte más fácil al hombre de muchas maneras; pero también compiten con las personas. Y «cualquiera que compita con esclavos se convierte en un esclavo». Como indica Vonnegut, «Norbert Wiener, matemático, ya dijo todo eso en los años cuarenta». 83

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MENSAJES SIN SIGNIFICADOS En el mismo año en que Wiener produjo su estudio Cybernetics, Claude Shannon, de Bell Laboratories, publicó su innovador artículo «A Mathematical Theory of communication», que instauró una nueva disciplina: la teoría de la información, la ciencia de los mensajes. A la obra de Shannon se la reconoce universalmente como uno de los mayores logros intelectuales del siglo. Es también la que más ha contribuido a revolucionar la forma en que científicos y técnicos esgrimen la palabra información en nuestro tiempo. Antes, la palabra denotaba siempre una afirmación lógica que expresaba un sicnificado verbal y reconocible, generalmente lo que denominaríamos un hecho. Pero Shannon dio a la palabra una definición técnica especial que la divorció de su utilización racional. En su teoría, la información ya no está relacionada con el contenido sernántico de las afirmaciones; en vez de ello, pasa a ser una medida puramente cuantitativa de los intercambios comunicatívos, en especial porque éstos tienen lugar a través de algún cauce técnico que exige que ese mensaje sea codificado y luego descodíficado, pongamos por caso, en impulsos electrón¡cos. La mayoría de la gente habría supuesto que la información tenía que ver con lo que pasaba en la comprensión de un hablante y un oyente en el curso de una conversación. A Shannon, trabajando desde los laboratorios Bell, le interesaba mucho más lo que pudiera pasar en el cable telefónico que iba del hablante al oyente. En su artículo, los conceptos fundamentales de la teoría de la información ruido, redundancia, entropía- se juntan para formar una representación matemática sistemática. También aquí, el bit», el dígito binario que es básico para todo procesamiento de datos, parece por primera vez ocupar su lugar como quántum de la información, una unidad que puede medirse limpiamente y que permite valorar la capacidad transmisora de toda la tecnología de las comunicaciones. No es difícil ver lo útil que semejante cálculo del tráfico de comunicaciones es para los ingenieros eléctricos que se enfrentan al problema de encauzar sefiales por cables telefónicos o desde satélites espaciales, con el mavor grado posible de economía y claridad. Pero Shannon se vio acosado desde el principio por la comprensible confusión que nacía entre su uso restringido de «información» y el significado convencional de la palabra. Desde su punto de vista, hasta un guirigay podía ser «información» si alguien se tomaba la molestia de transmitirlo. Después de todo, un mensaje traducido a un código secreto parecería un guirigay a cualquier persona que desconociese el código, pero valdría la pena mandarlo a juicio de quien lo conociese. Los primeros científicos de la información cayeron fácilmente en el error de pensar así en lop mensajes y sus transmisiones; muchos de ellos habían prestado servicios en calidad de criptógrafos durante la guerra. A pesar de ello, era ésta una forma rara e irritante de emplear la palabra, y así tuvo que reconocerlo Shannon. En cierta ocasión, cuando estaba explicando su labor a un grupo de destacados científicos que ponían reparos a su excéntrica definición, replicó: «Creo que quizá la palabra «información» está causando más complicaciones...de las que merece, sólo que es difícil encontrar otra palabra que la sustituya siquiera aproximadamente. Debería tenerse muy en cuenta que [la información] es sólo una medida de la dificultad de transmitir las secuencias producidas por alguna fuente de información».6 Durante un tiempo, Shannon pensó en la conveniencia de dejar esa palabra y utilizar otra u otras: por ejemplo, teoría de las comunicaciones. Con un nombre como ése, el nuevo

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campo se habría distanciado más de la necesidad de ese contenido significativo que asociamos con la información. Por ejemplo, una enfermedad puede «comunicarse», lo que constituye una transmisión de gran consecuencia, pero sin contenido inteligente. En un momento dado, John von Neumann sugirió que Shannon utilizase la palabra entropía, pero su sugerencia no fue de mucha utilidad. Pero información pasó a ser la palabra de uso generalizado, elección que Fritz Machlup ha calificado de «desafortunada, engañosa y perjudicial», a la vez que dijo que al principio de su historia el término era una palabra comadreja para todo uso».7 Nos encontramos aquí con un ejemplo de algo que ya ha ocurrido muchas veces en la historia de la ciencia. A una palabra que tiene un significado racional que le viene de antiguo se la saca del vocabulario corriente y los científicos la hacen objeto de una definición nueva, que tal vez sea sumamente esotérica. El resultado puede ser una gran confusión, incluso entre los propios científicos, que tal vez olvidarán lo que la palabra significaba antes de que ellos se apropiaran de ella. La forma en que los físicos emplean las palabras movimiento, tiempo, gravedad, simultaneidad tiene sólo una tenue relación con la experiencia común, cotidiana. En termodinámica, la palabra orden tiene una aplicación especializada, que en ciertos puntos diverge notablemente de su significado normal. Quizás el ejemplo más notorio de semejante confusión sea el de la palabra inteligencia tal como la han reformado los psicólogos. Para los encargados de realizar los tests del cociente de inteligencia, «inteligencia es cualquier cosa medida por ciertas pruebas académicas sumamente excéntricas. El resultado es una puntuación numérica y pulcra: las puntuaciones elevadas significan mucha inteligencia; las bajas, poca inteligencia. Pero ni las pruebas ni las puntuaciones pueden tener relación alguna con lo que consideramos como inteligencia real (o falta de ella) cuando juzgamos cosas en la vida de cada día. De forma muy parecida, en su nuevo sentido técnico, información denota actualmente cualquier cosa que pueda codificarse para su transmisión por medio de un cauce que conecte una fuente con un receptor, prescindiendo del contenido semántico. A los efectos de Shannon, todo lo siguiente es «información»: E = mc2. jesús salva. No matarás. Pienso, luego existo. Philles 8, Dodgers 5. Brillaba, brumeando negro, el sol; agiliscosos giroscaban los limazones banerrando por las váparas lejanas. Y, a decir verdad, estos ejemplos no tienen ni más ni menos significado que cualquier sarta de dígitos escritos al azar (x!9*44jGH? 566MRK) por cuya transmisión por telex de un lado a otro del continente yo estuviese dispuesto a pagar. Como dijo una vez el matemático Warren Weaver, explicando «la extraña manera en que, en esta teoría, la palabra «información» se utiliza ... Es sorprendente pero cierto que, desde el actual punto de vista, dos mensajes, uno muy cargado de significado y el otro pura tontería, pueden ser equivalentes en lo que se refiere a la información» 8

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Cabría esperar que cualquier persona que leyera la lista que acabamos de dar observara inmediatamente que los ejemplos se encuentran en niveles intelectuales marcadamente distintos. Una de las afirmaciones es una prohibición moral; otra es una formulación matemática; otra es una realidad de poca importancia; una es una enseñanza teológica; y la última es una tontería deliberada (aunque encantadora). Pero una vez transformados todos en bits eléctricos, y una vez los técnicos nos han inculcado el hábito de ponerles a todos la etiqueta de información, estas diferencias importantísimas -que, por ejemplo, sería conveniente enseñar a los niños como parte de su educación- inevitablemente quedan oscurecidas. Desde luego, la obra de Shannon es sumamente técnica y, por ende, en gran parte inaccesible para el público en general; sin embargo, su influencia ha sido enorme. Debido a que la teoría de la información se ha aplicado extensamente a nuestra economía tecnológica, su repercusión en nuestra cultura popular ha sido doble. Ante todo, después de producirse el divorcio entre «información» y su significado convencional, la palabra quedó a disposición de cualquiera. Siguiendo el ejemplo de los teóricos de la información, los científicos y los técnicos se creyeron autorizados a utilizar la palabra en un sentido todavía más amplio y poco riguroso. No tardaría en ser aplicable a cualquier señal transmitida que pudiera interpretarse metafóricamente como «mensaje»: por ejemplo, la descarga de un impulso nervioso. Emplear el término de forma tan liberal representa arrinconar toda preocupación por la calidad o el carácter de lo que se está comunicando. El resultado ha sido una desaparición progresiva de las distinciones intelectuales. Del mismo modo que para un físico (desde el punto de vista del fenómeno puramente físico) lo mismo da que midamos la caída de una piedra que la caída de un cuerpo humano, para el teórico de la información tampoco tiene importancia que lo transmitido sea un hecho, un juicio, una frase hecha y superficial, una enseñanza profunda, una verdad sublime- o una obscenidad desagradable. Todas estas cosas son «información». La palabra adquiere una vasta generalidad, mas para ello hay que pagar un precio; el signíficado de las cosas que se comunican queda nivelado, y lo mismo le ocurre a su valor. El efecto es similar al que la teoría matemática de los juegos surtió en el pensamiento de la gente en los decenios de 1950 y 1960. Desde el punto de vista de los teóricos de los juegos, el ajedrez, el póquer, las inversiones financieras, las discusiones entre padres e hijos, los convenios colectivos, la guerra termonuclear pasaron a considerarse como «juegos»: en el sentido de que a todas estas cosas se les podían aplicar ciertas estrategias generales. Fue ésta una manera muy valiosa de obtener una percepción clara de muchas formas de competición y negociación, pero se consiguió con grandes sacrificios. En torno a la teoría de los juegos crecieron una literatura y un discurso de la estrategia militar cuyos autores se consideraban con permiso para hablar del aniquilamiento de la raza humana con la misma despreocupación con que se podría hablar de una mano de naipes. Porque, después de todo, se trataba sencillamente de clases diferentes de «juegos». Pensándolo bien, el resultado de este juego de manos intelectual fue un lamentable embaucamiento del público, para el que los argumentos expresados mediante esta terminología esotérica (y engalanados con profusión de números) resultarían intimidantes por su naturaleza autorizada. En segundo lugar, la teoría de la información funcionaba. En su propio campo de aplicación proporcionaba a los ingenieros eléctricos una herramienta poderosa que contribuía 86

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de modo significativo a la rapidez de la innovación. Con el UNIVAC, el ordenador original de válvulas electrónicas había alcanzado el límite de su desarrollo y las máquinas seguían siendo demasiado grandes y lentas para llevar a cabo programas verdaderamente sofisticados. Sin embargo, durante los decenios de 1950 y 1960 estas limitaciones quedaron superadas al inventarse el transistor y el circuito integrado. Estos conductores eran sumamente miniaturizados y permitían que el ordenador fuese más compacto y que sus funciones de procesamiento se acelerasen muchísimo. Al mismo tiempo, y gracias también a la labor de Shannon, el ordenador iba penetrando en la creciente red de telecomunicaciones del mundo, de tal modo que podía llevar su poder más allí de la utilización local, in situ. Gracias a ello, los ordenadores podían comunicarse unos con otros desde grandes distancias, y a larga, con el despliegue de satélites espaciales, permanecer en contacto símultáneo con todo el mundo. Al mismo tiempo que encogía físicamente hasta caber sobre una mesa de despacho, el ordenador iba adquiriendo un nuevo e incorpóreo «tamaño» electrónico que empequeñecía toda la tecnología previa en lo referente al alcance de su poder. En nuestra propia época, estos dos fenómenos -la miniaturización y el alcance útil de las telecomunicaciones- han permitido que hasta el más modesto de los ordénadores personales enlazase con redes de información que cubren todo el planeta, lo cual, a juicio de algunos entusiastas, le da las dimensiones de un cerebro mundial. Era inevitable que estos logros asombrosos provocasen un desplazamiento de nuestro concepto de la información, alejándolo de las personas (corno fuentes o receptoras) para acercarlo a las nuevas y apasionantes técnicas de comunicación. Esto se debe a que lo que más interesa a los que utilizan la teoría de la información es el aparato y no el contenido. A este respecto, la teoría ni siquiera exige que haya una fuente o receptor humano en ambos lados del aparato. La fuente podría ser un misil balístico que registra su trayectoria en el radar; el receptor podría ser un ordenador programado para lanzar un ataque de represalia. Semejante situación cumple todos los requisitos matemáticos de la teoría. Gradas al enorme éxito de la teoría de la información, vivimos en una época en la que la tecnología de las comunicaciones humanas ha avanzado a una velocidad cegadora; pero lo que las personas tienen que decirse unas a otras por medio de esa tecnología no muestra ningún avance equiparable. Con todo, ante una tecnología tan ingeniosa, es fácil sacar la conclusión de que, dado que poseemos la capacidad de transmitir más bits electrónicos con mayor rapidez y a más personas que nunca, estamos haciendo verdaderos progresos culturales y que la esencia de tales progresos es la tecnología de la información. EL BIOORDENADOR Wiener y Shannon reconceptualizaron radicalmente el significado del término información, dándole una nueva precisión matemática sin la cual cabe que el poder del ordenador nunca hubiera llegado mucho más allá del conseguido por el UNIVAC. Pero su labor profesional era demasiado esotérica para encontrar un auditorio fuera del mundo de los lógicos y los técnicos. Para el público en general, la imagen intrigante que Wiener había presentado en The Human Use at Human Beings -la imagen de la información como base de la vidarecibió su apoyo más espectacular de un campo inesperado: la biología, o, mejor dicho, la nueva biología, campo en el que se estaba produciendo la revolución científica que más resonancia tuvo desde la de Darwin. 87

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En 1952, los microbiólogos Janes Watson y Francis Crick anunciaron que habían resuelto el problema principal de la biología moderna. Habían descifrado el «código genético» que permanecía oculto en lo más hondo de la estructura molecular del ADN. La utilización de la palabra código en este contexto era significativa en sí misma. Entre otras cosas, pareció vincular inmediatamente los descubrimientos de los biólogos con los de los nuevos teóricos de la información, cuya labor tenía mucho que ver con «codificar» información. La palabra también llevaba consigo la emoción de un relato de espionaje y, de hecho, recordaba la primera aplicación que se dio al ordenador en Inglaterra: descifrar el código secreto de los alemanes durante la segunda guerra mundial. Apenas Watson y Crick habían dado a conocer su descubrimiento, cuando la molécula del ADN pasó a ser vista universalmente como una especie de minúsculo aparato cibernético que almacenaba y procesaba bits microscópicos de datos químicamente codificados. Se suponía que estos mensajes codificados controlaban procesos físicos discretos que formaban parte de la reproducción de las cosas vivientes. Pronto podría descifrarse todo el código de la doble hélice y su mensaje podría leerse fragmento a fragmento como la memoria de un ordenador. John Pfeiffer del MIT (Massachusetts Institute of Technology), describió del siguiente modo la función del ADN en un documental televisivo de la CBS en 1960: «Las pautas de bases químicas del programa pueden compararse con pautas de agujeros o puntos magnéticos en las cintas de papel que se introducen en los ordenadores electrónicos».9 Luego se ha visto que el «programa» del ADN no era tan sencillo, pero en los momentos emocionados del descubrimiento parecía que la proposición de Wiener había sido confirmada. la cibernética y la biología habían encontrado un terreno común. Desde sus comienzos, la nueva biología ha estado tan entrelazada con el lenguaje y la ingeniería de la ciencia de la información, que es casi imposible imaginar siquiera que este campo se desarrollara sin la ayuda del paradigma del ordenador. Un biólogo identifica de la siguiente manera «la herramienta teórica» que abrió la química de la vida: las ciencias nuevas asociadas con el desarrollo de los ordenadores. En 1948, el ingeniero y matemático norteamericano Norbert Wiener cotejó teorías del «control», el «feedback» y la «transferencia de información» bajo el nombre de «cibernética» ... Los bioquímicos se valieron de estos conceptos nuevos para investigar la manera en que la célula controlaba y regulaba su propio metabolismo.

La misión del cibernética, explica el biólogo, es el estudio de la transferencia de información: la conversión de información de una forma a otra: la voz humana en ondas radiofónicas y de nuevo en sonido, o una compleja ecuación matemática en una serie de agujeros perforados en una cinta que se introducirá en un ordenador y luego en una serie de indicios en carretes de cinta magnética en la «memoria» del ordenador. ... Para él, la síntesis proteínica es simplemente otro de estos casos. El mecanismo que garantiza la reproducción exacta de una cadena proteínica por medio de una célula nueva consiste en transferir la información relativa a la estructura proteínica de la célula madre a la célula hija.10

Uno se queda con la duda de si la revolución de la biología habría ocurrido en el caso de que el modelo del ordenador no hubiese estado convenientemente a mano, esperando que lo adoptasen. No sería la primera vez que una metáfora tecnológica servía para lanzar un descubrimiento cientifico. En el siglo XVII, justo en los albores de la ciencia moderna, los astrónomos y los físicos se apropiaron del modelo del reloj para explicar la mecánica del sistema solar y pronto enseñaron a la sociedad de su tiempo a ver todo el universo como un instrumento de relojería.

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Por mucho que la nueva biología tomara prestado del modelo cibernético que ya existía, pagó la deuda con creces al dar a la información una mística que no hubiese podido adquirir de ninguna otra manera. En efecto, se convirtió en el secreto de la vida. A partir de un mecanismo computador de datos tan minúsculo como la molécula del ADN, había evolucionado toda la complejidad sutil de la vida en la tierra. Como dijo John Pfeiffer, lleno de confianza: «Esto es automatización a nivel molecular». Era una demostración asombrosa de lo mucho que podía comprenderse partiendo de simples partículas de datos. Era como si el mismísimo Dios, que antes era el gran relojero del cielo, hubiese sido puesto al día y transformado en el gran programador del ordenador cósmico. Antes de que transcurriera otro decenio, a principios de los años sesenta, ya era normal que las personas dijesen, no sólo que sus geness estaban «programados», sino también que lo mismo ocurría con sus mentes y sus psiques. Si bien, en contra de lo que predijera Wiener, todavía no se daba el caso de que las máquinas cibernéticas se estuvieran volviendo más parecidas a las personas, lo cierto era que con creciente frecuencia las personas se consideraban a sí mismas como una especie de máquina: un biordenador. Irónicamente, a medida que ha ido envejeciendo, la nueva biología ha cambiado de tal forma que el sencillo modelo cibernético ya no es tan persuasivo. Al principio, el código genético parecía mucho más fácil de descifrar de lo que ha resultado después. Se suponía que el mensaje de los genes podría leerse como si fueran secuencias lineales y fijas de bases nucleótidas, más o menos como la serie de bits digitales en un ordenador. Más recientemente, a medida que los problemas de la regulación evolutiva han adquirido importancia en este campo, la interpretación de los genes se ha vuelto mucho más complicada. El misterioso proceso de «transposición» ha empezado a atraer la atención. Los trabajos de Barbara McClintock, entre otros, sugieren la posibilidad de que, de hecho, los genes se autorrepongan y se muevan por el genoma, cambiando su significado casi expresamente al cambiar su posición en respuesta a algún contexto más amplio.11 De momento, los biólogos no tienen ningún modelo para ese contexto, pero diríase que ni los ordenadores ni los sistemas cibernéticos servirían para este fin. Quizás el contexto sea una especie de «idea» acerca del organismo completo y su relación con el entorno. Si es así, podría ocurrir que el modelo cibernético que tan decisivo fue para la nueva biología fuese totalmente engañoso. Porque no hay ningún programa informático que se comporte de esta manera. Si alguno se comportara así, equivaldría a decir que tenía una mente propia -y eso es más ciencia-ficción que tecnología práctica. Con todo, a falta de una alternativa mejor, la imagen del procesamiento de datos perdura y hace que la biología, en las postrimerías del siglo XX, sea más mecánica que la física. Todos los períodos históricos tienen su palabra mágica. Hubo una Edad de la Fe, una Edad de la Razón, una Edad del Descubrimiento. A nuestro tiempo se le ha propuesto como Edad de la Información. Si el nombre cuaja, a la conexión fortuita entre la cibernación y la nueva biología habrá que reconocerle el mérito de haber contribuido en gran medida a poner de moda la información. Tal vez hay otro motivo para la creciente popularidad y generalidad de la palabra, un motivo que nos dice algo importante acerca de una era que está dispuesta a aceptar semejante designación en apariencia sin carácter. A diferencia de «fe», «raz6n» o «descubrimiento», la palabra «información» posee una connotación que no compromete, qué no presenta ningún riesgo. No hay en ella ni dramatismo ni pretensiones. Es blanda

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hasta la médula y, por ende, invulnerable. «Información» sabe a neutralidad segura; es el amontonamiento sencillo y útil de hechos irrebatibles. Vestida con ese disfraz inocente, es el punto de partida perfecto para un programa político tecnocrático que quiera dar la menor publicidad posible a sus objetivos. Después de todo, ¿qué se puede decir contra la información? Pero en la Norteamérica contemporánea, ni siquiera una palabra mágica penetra de forma decisiva en la conciencia popular en tanto no pueda comprarse y venderse en el mercado. Sólo entonces puede ser codiciada como posesión, pagada, llevada a casa y poseída. Lo que es más importante, sólo entonces reúne las condiciones necesarias para recibir la atención de los anunciantes que tienen el poder de convertirla de un interés en una carencia, de una carencia en una necesidad. Durante el decenio de 1950, se identificaba la información con el secreto de la vida. En el decenio de 1970 ya había alcanzado una categoría aún más elevada. Se había transformado en una mercancía, y, de hecho, como hemos visto, «la mercancía más valiosa del negocio. CualquIer negocio».

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INFORMACION de: Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. coord. Patricia Hernández Salazar. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. viii 85p. (Memorias, 11).

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Terminología relacionada con los estudios de usuarios y la formación de usuarios de la información Información Tratar de profundizar en el tema de usuarios de la información lleva a reflexionar acerca de los conceptos que implican la frase, y que son propiamente información y usuario de la información. En nuestros días la palabra información puede ser entendida desde diferentes disciplinas, por lo que se pretende presentar un concepto dentro del marco de la bibliotecología. Tal como expresan Douglas L. Zweizig y Ronald R. Powell, la información es un término central para la bibliotecología y tiene múltiples significados. Dentro de ellos, las definiciones pueden relacionarse con las fuentes de información como "[...] un conjunto de símbolos con la capacidad de significar." A su vez, las definiciones de información pueden centrarse sobre ella como una entidad -es lo que se registra en libros y otros medios-, o como un proceso mediante el cual la persona se informa a sí misma. Además, la información es información si de un modo u otro es recuperada en el momento en el que se la necesita, resumiendo, podemos decir que la información es un conjunto de símbolos con la capacidad de significar, está registrada en diferentes soportes y tiene el potencial de recuperarse. Esta definición incluye las palabras significar y recuperarse, esto nos lleva directamente a la idea de comunicación, de intercambio, de interacción entre dos entes, implica la transmisión de una carga ideológica, con el fin de lograr consenso o discusión. Para un bibliotecólogo o especialista de la información, la información tiene sentido a partir de que es recuperable y por lo tanto comunicable. La información se convierte así en el insumo que permite producir servicios, pero el solo hecho de obtenerla o poseerla no crea milagrosamente el conocimiento ni los bienes y servicios que se derivan de ella. Para que la información sirva debe ser transformada en conocimiento válido, las personas deberán desarrollar la habilidad no sólo para acceder a ella sino también para evaluarla. Para ser más precisos, los bibliotecólogos son mediadores entre una mente, a la que se podría llamar mente fuente, y otra mente, la de] usuario. Lo que se intercambia entre las rnentes fuente y usuario puede llamarse unidad epistemológica, porque cambia el estado del conocimiento de una de las partes. Esas entidades epistemológica, a su vez, pueden dividirse en cuatro jerarquías, en el nivel más bajo están los datos, seguidos por la información, el conocimiento y finalmente la sabiduría.

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Los datos son unidades elementales que sirven como componentes básicos en la estructura epistemológica, contienen signos y símbolos que representan las observaciones acerca de las cosas y las ideas. La información está representada por grupos de datos organizados en cierto contexto que determinan el significado del conjunto. El conocimiento es información que ha sido verificada en algún sentido y sirve como base para la acción humana. Finalmente, la sabiduría es la habilidad para juzgar los datos, la información y el conocimiento, y seleccionar sólo aquellas unidades que son relevantes para la situación que se analiza. Existe una gran relación entre información y conocimiento; informar es un proceso o actividad, conocer es un estado mental, de tal forma que el conocimiento es el estado de conocer «el conocimiento es todo lo que un ser ha aprendido o asimilado -valores así como hechos o información- y organizado de acuerdo a aquellos conceptos, imágenes o relaciones que ha podido dominar;» y la información es una actividad para obtener conocimiento. La información posee una naturaleza física, objetiva, tangible; el conocimiento es subjetivo y no manipulable físicamente, es una abstracción mental, la información es la forma tangible del conocimiento, es producto y base de la producción del conocimiento. Mediante el análisis, comparación y comprobación de la información se puede llegar a la creación o recreación del conocimiento, lo cual implica un esfuerzo de razonamiento. Podemos entonces distinguir entre información y conocimiento, la información es el insumo del conocimiento, y siempre es recibida a través de los sentidos independientemente del número de artefactos que puedan intervenir entre transmisor y receptor. La palabra información es un nombre colectivo que le damos a una parte de la suma total de aquello que puede ser conocido y es erróneo usarla para representar a todo el conocimiento.

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PROPOSITOS GENERALES DE LOS ESTUDIOS DE USUARIOS de: Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. coord. Patricia Hernández Salazar. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. viii 85p. (Memorias, 11).

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Propósitos generales de los estudios de usuarios

-Identificar las necesidades de información para la torna de decisiones y para la evaluación de la efectividad de un sistema o servicio de información: • Determinar si una biblioteca o sistema de información está cumpliendo su propósito. • Determinar el nivel de éxito de programas y servicios. • Establecer prioridades entre programas y servicios. • Mejorar sistemas, servicios e instalaciones. • Ayudar al diseño, continuidad, modificación o discontinuidad de programas y servicios específicos. • Evaluar la adecuación de colecciones e instalaciones. • Resolver problemas específicos y superar deficiencias. • Apoyar demandas presupuestarias. • Justificar la existencia del sistema o servicio ante una institución mayor o a otros grupos de usuarios que apoyan el sistema. • Actualizar las metas. • Solicitar sugerencias. - Analizar la interacción del usuario con el sistema: los

• Determinar el nivel de satisfacción del usuario y sus actitudes hacia las bibliotecas y sistemas de información. • Identificar los éxitos y los fracasos de los usuarios. • Mejorar las relaciones públicas, determinar niveles de conocimiento de programas y servicios y ayudar a la formación de los usuarios. • Determinar patrones y niveles de uso. • Determinar la proporción de usuarios potenciales que son usuarios reales. • Facilitar la comprensión de la transferencia de la información. • Mejorar la equiparación del usuario y la información; minimizar el número de obstáculos entre usuario e información. • Determinar las prioridades del usuario. • Identificar las poblaciones de usuários, usuarios potenciales y no usuarios.

- Identificar las características generales del usuario:

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las

• Determinar los intereses del usuario, los estilos de vida, las opiniones, las actividades, actitudes, las características psicológicas y demográficas. • Identificar nuevas tendencias y necesidades. • Estudiar el flujo de la información y los hábitos de uso de la literatura.

• Identificar fuentes de información a las que recurre la gente, tanto dentro como fuera de las bibliotecas y sistemas de información. - Apoyar los estudios científicos y comparativos: • Probar hipótesis o conducir estudios comparativos con el objeto de aislar variables causales.

Para llevar a cabo estudios de usuarios, el profesional de la información debe reunir información de tantas fuentes diversas como sea posible. Mucha información está fácilmente disponible, pero otra debe reunirse a partir de mediciones y estudios de campo. Se busca utilizar una metodología que permita observar el comportam, ento del sujeto o usuario frente a la información dentro y fuera del sistema mediante un enfoque holista. Ubícar al individuo en situaciones reales de uso, en tiempo y espacio, permite describir situaciones problemáticas que lo han conducido a la búsqueda de información.

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FORMACION DE USUARIOS EN MEXICO; LA RELACION ENTRE ESTUDIOS DE USUARIO Y FORMACION DE USUARIOS Y PROPUESTAS PARA PROMOVER LA FORMACION DE USUARIOS DE LA INFORMACION en: Seminario latinoamericano sobre formación de usuarios de la información y los estudios de usuarios. coord. Patricia Hernández Salazar. México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1997. viii 85p. (Memorias, 11).

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Formación de usuarios en México, relación entre estudios de usuario y formación de usuarios y propuestas para promover la formación de usuarios de la información.

MÉXICO Problemas de los usuarios: una encuesta El estudio documentado más antiguo que se conoce en México data de 1972 y fue realizado por dos instancias: el Departamento de Información y Documentación de la Unión de Universidades de América Latina, y el Colegio de Bibliotecología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).12 A. Objetivos 1 . Conocer los hábitos y problemas de información de los profesores e investigadores de las disciplinas científicas que se cultivan en la Universidad Nacional Autónoma de México. 2. Identificar las necesidades de los profesores e investigadores, el tipo de información que utilizan y los servicios que prefieren. 3. Motivar a personas e instituciones para que hagan frecuentemente estudios de esta naturaleza. Como se puede apreciar se pretendió hacer un estudio exhaustivo entre profesores e investigadores de todas las dependencias de la UNAM, sin embargo, al final se entrevistó sólo a los profesores de carrera de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. B. Técnicas e instrumentos empleados Se utilizó la técnica de encuesta, mediante la aplicación de un cuestionario con preguntas cerradas en forma de entrevista. Dado que se pretendía aplicar a una población numerosa, las respuestas debían ser anotadas en una hoja de trabajo, con la posterior perforación -y procesamiento por computadora. El instrumento de medida fue aplicado a 37 profesores. C. Perfiles obtenidos Respecto a datos generales, se obtuvo lo siguiente: Los profesores, en su mayoría, son jóvenes de entre 26 y 30 años, poseen el grado de maestros y tienen poco tiempo de antigüedad en la facultad, de 1 a 5 años. En lo referente a trabajos publicados, los artículos de investigación ocupan el primer lugar, las revistas en las que publican mayoritariamente no cuentan con arbitraje, pero sí están indizadas. Los encuestados no encuentran estimulante asistir a la biblioteca, un gran número sólo lo hace para buscar una publicación específica. Asimismo, reportaron no tener relación con los bibliotecarios, la causa principal fue porque consideran que el personal bibliotecario no reúne las características que ellos desean, como una buena preparación tanto técnica como 98

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especializada. El 57% utiliza revistas con una antigüedad menor a un año. El 60% lee de 1 a 2 horas diarias. El idioma que mejor traducen los profesores encuestados es el inglés, encontrar un documento en un idioma que no manejan, los hace buscar una traducción, en caso de no existir, solicitan ayuda a quien conoce el idioma, en lugar de acudir a la biblioteca. El total sabe usar obras de consulta de su especialidad y de disciplinas relacionadas, y apoyan la posibilidad de incluir un curso de instrucción en el uso de estas obras en la currícula de escuelas y facultades. En cuanto a canales para obtener información, utilizan indistintamente los formales (literatura especializada, conferencias y reuniones) o los informales (correspondencia y conversaciones con colegas). Los materiales que prefieren para actualizarse son las revistas extranjeras. Los profesores de carrera de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia tienen problemas con los servicios de información, entre los que destacan: - Falta de personal capacitado que organice y proporcione los servicios. - Dificultad para contar con un número suficiente de títulos de revistas que satisfagan sus necesidades de docencia e investigación. - Carencia de colecciones completas. - Inexistencia de servicios de información en las unidades ubicadas fuera del campus universitario. - Local inadecuado de la biblioteca.

Contribución alestudio de los usuarios de información médico-veterinaria Proyecto realizado en 1978, en el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP). El proyecto fue concebido para llevarse a cabo en tres etapas, la primera, para identificar las necesidades de información del personal del INIP y los centros experimentales que tenía distribuidos por todo el país; la segunda se dedicaría al personal de la Subsecretaría de Ganadería, y la tercera, a todo el personal relacionado con las actividades médico-veterinarias de los sectores público y privado. Se dan aquí los resultados de la primera etapa. A. Objetivos 1. Definir los distintos grupos de usuarios que utilizan los servicios de la biblioteca del INIP. 2. Definir la calidad y cantidad de sus necesidades de información.

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3. Determinar la forma como están siendo satisfechas dichas necesidades. B. Técnica e instrumentos empleados La técnica empleada fue la encuesta y el instrumento de medida un cuestionario, la aplicación se realizó en tres etapas, en total fueron encuestadas 840 personas. C. Perfiles obtenidos La mayoría de usuarios está constituida por estudiantes de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Menos de la mitad (42%) pertenecen al INIP, el resto se divide entre la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Cuautitlán, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM y otras instituciones educativas y de investigación relacionadas con el área. De lo anterior se dedujo que el personal del INIP debía reordenar sus políticas o servicios, pues básicamente realizaba esfuerzos por atender a usuarios externos a la institución. Los servicios más utilizados son la sala de lectura, consulta y fotocopiado. En cuanto a los temas más solicitados, el documento analizado no precisa cuáles fueron. Respecto a la forma en que localizan la información, la mayoría (23.3%) se dirige al encargado de la sala de lectura, el resto de respuestas se distribuyen con poca diferencia entre el catálogo público, el kárdex, los índices bibliográficos, o dirigirse directamente a las colecciones de libros y revistas. Finalmente, el mayor porcentaje de los encuestados estaba satisfecho con los servicios que le ofrecían. El estudio quedó inconcluso; no se realizaron la segunda y tercera etapas. Identificación de los conocimientos y habilidades de los. estudiantes universitarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara en el manejo de fuentes de información bibliográfica La mayor preocupación de las instituciones de educación superior es promover un verdadero aprendizaje con el fin de obtener un nivel académico de excelencia, entre otros elementos la promoción del aprendizaje se apoya en el uso adecuado que los alumnos hagan de los recursos de información que tales instituciones posean. Desafortunadamente no siempre se estudia si los alumnos están alcanzando el nivel de aprendizaje deseado. Una forma de hacerlo es mediante el análisis de su conducta en la búsqueda y recuperación de información, por tal motivo en la Universidad Autónoma de Guadalajara se llevó a cabo este estudio. 13

A. Objetivos General: Identificar los conocimientos y habilidades de los estudiantes universitarios a nivel 100

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licenciatura, sobre el manejo de las fuentes de información bibliográfica que la universidad posee. Específicos: 1. Identificar las dificultades que los alumnos encuentran al realizar una tarea de investigación bibliográfica. 2. Analizar los problemas bibliotecológicos y metodológicos de los estudiantes. 3. Determinar si los estudiantes universitarios poseen las habilidades necesarias para manejar y utilizar los recursos de información bibliográfica. B. Técnicas e instrumentos empleados Para el levantamiento de datos se llevó a cabo una encuesta, que consistió en la aplicación de un cuestionario de 25 preguntas acerca de conocimientos básicos sobre técnicas bibliográficas y metodológicas: la biblioteca y su importancia en el proceso enseñanza-aprendizaje; la investigación y las habilidades para usar el material bibliográfico. El universo de estudiantes era de 15 965, repartidos entre las ocho escuelas de¡ área de humanidades, cuatro de] área biológica y cuatro del área de ciencias exactas, estas escuelas ofrecen cuarenta y siete carreras a nivel licenciatura. La muestra fue proporcional estratificada y estuvo formada por 400 estudiantes tomados al azar. La aplicación, se realizó en un periodo de dos días en diversos lugares de la universidad: cafetería, biblioteca y patio principal. C. Perfiles obtenidos Más de la mitad de encuestados (63.75%) sabe que existe biblioteca en la universidad, proporción que disminuye (51.25%) al preguntarles si conocen su organización. La mayoría de los estudiantes acude al menos una vez a la semana a la biblioteca, con el fin de completar informes proporcionados en clase. Para localizar información, los alumnos recurren principalmente a los catálogos, sin embargo, sólo un 30.25% conoce todos los catálogos a su disposición. Sólo un poco más de la mitad (54.75%) sabe la definición del servicio de consulta. Para realizar sus actividades escolares básicamente utilizan la biblioteca de la universidad. Los alumnos realizan trabajos sencillos de investigación como parte de su quehacer cotidiano, les gusta realizar estos trabajos, y consideran que la investigación científica es muy importante en la universidad. Les resulta de fácil a normal obtener información; son capaces de investigar sobre cualquier tema, por consiguiente son capaces de investigar en su área específica. Más de las tres cuartas partes (77.75%) no saben utilizar un libro adecuadamente. La mayor parte de los estudiantes prefiere como técnicas de estudio hacer resúmenes 101

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y fichas de trabajo. La población de estudio no sabe como debe ordenarse una bibliografía. Identifica a las revistas como las publicaciones que contienen información reciente. Por último, los alumnos encuestados de la Universidad Autónoma de Guadalajara desconocen la forma de redactar una cita bibliográfica. Bibliotecas y usuarios, el caso de la Universidad Autónoma de Aguascalientes El estudio abarca varios temas que se van relacionando hasta llegar al estudio de usuarios, de tal manera que todos los temas incluidos se convierten en principales: la educación superior en México, las características de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), el sistema bibliotecario de la UAA y los usuarios de las bibliotecas de la UAA. 14 El estudio se dirigió a obtener los perfiles de las dos comunidades más importantes en cualquier institución de educación superior, alumnos y profesores. A. Objetivos 1. Determinar la utilización de la biblioteca y sus servicios. 2. Identificar el nivel de satisfacción de los servicios bibliotecarios en relación con las necesidades de información. B. Técnicas e instrumentos empleados Para realizar el estudio se utilizó la técnica de encuesta y como instrumentos de medida se aplicaron dos cuestionarios, uno dirigido a estudiantes y otro a profesores. Los cuestionarios contenían 20 preguntas iguales para ambas poblaciones, y cinco específicas de acuerdo con las características propias de cada tipo de usuario. La muestra estuvo conformada por 490 personas, que corresponde al 10% del universo estudiado, 50 profesores y 440 alumnos elegidos al azar, la aplicación de los cuestionarios fue de dos formas, directa (55%) e indirecta (45%). La muestra de la población estudiantil fue estratificada, de acuerdo con el nivel educativo: secundario, técnico, bachillerato y superior. C. Perfiles obtenidos Profesores: Los profesores entrevistados se dedican exclusivamente a la docencia, en promedio 40 horas a la semana; poseen estudios profesionales e imparten clases en el nivel superior. Asisten, sobre todo la biblioteca que apoya el nivel superior y lo hacen por lo menos una vez a la semana. Su asistencia a las bibliotecas es inversamente proporcional a su nivel académico: a mayor nivel menor frecuencia de asistencia. Los servicios que más utilizan son el préstamo a domicilio y el préstamo interno, y los 102

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califican de buena calidad. Casi las tres cuartas partes (70.5%) no han recibido instrucción en el uso de la biblioteca. Consideran que la información es más importante para la docencia que para la investigación. Los materiales más utilizados por los docentes son los libros generales y los de texto, procedentes principalmente de México, Barcelona, Buenos Aires y Madrid, en consecuencia, el idioma utilizado es el español. En cuanto a la cobertura temporal de los materiales es de 10 años de publicados. La mayor proporción de los docentes encuestados no utiliza las obras ni los servicios de consulta, sin embargo, los que sí utilizan las obras son capaces de localizar la información requerida con rapidez. En cuanto al procedimiento para buscar información, los profesores utilizan el catálogo público, indistintamente por autor o título. Consideran que casi siempre están disponibles los materiales que requieren. Sin embargo, al responder acerca de si la biblioteca cuenta con la mayor parte de los materiales que solicitan, sólo un poco más de la mitad (52.3%) de los profesores opina que sí. Desconocen el reglamento de la biblioteca. En lo referente al horario de¡ servicio de préstamo a domicilio, la mayoría contestó que es adecuado. Estudiantes: La mayoría de los estudiantes entrevistados estudiaba nivel superior. Asisten a la biblioteca de nivel superior, de 1 a 3 veces por semana y de 3 a 5 horas. La mayoría no trabaja (66%). De los que trabajan, el número de horas fluctúa entre 20 y 40. Los alumnos que trabajan asisten con menor frecuencia y permanecen menos tiempo en labiblioteca. Las causas por las que asisten a la biblioteca varían de acuerdo con el nivel: los de secundaria lo hacen para estudiar en sus libros, o sea que utilizan a la biblioteca como sala de lectura; los del, nivel técnico, bachillerato y superior utilizan los materiales de la biblioteca. De cada 10 estudiantes de la UAA, sólo 3 recibieron instrucción bibliográfica. De los que recibieron instrucción, ésta consistió básicamente en información general: llenado de formas de préstamo, actitudes de orden, etcétera, no se les instruyó en la lectura del reglamento. Básicamente utilizan libros para realizar sus labores escolares. Entre los alumnos de secundaria, menos de la mitad localiza con rapidez información en las obras de consulta; a nivel técnico la proporción es la misma, un promedio ligeramente mayor a la mitad de los encuestados de bachillerato localiza información de manera rápida y en el nivel superior el 47.2% encuentra información rápidamente. Los estudiantes de los niveles técnico y superior utilizan el catálogo al público y buscan por autor o título. Las bibliotecas destinadas a los niveles de secundaria y bachillerato no

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cuentan con catálogo, por lo que los alumnos de estos niveles acuden al bibliotecario. En todos los niveles, los alumnos consideran que casi siempre están disponibles los materiales en las bibliotecas. Opinión que se ve reforzada al preguntarles si la biblioteca cuenta con la mayor parte de los materiales que requieren; a excepción del nivel técnico, en donde las respuestas se dividen (47.4% opina que sí y 44.7% que no), en los otros tres niveles contestaron en forma afirmativa. Sobre el horario de préstamo a domicilio, las opiniones se dividieron: los de secundaria desconocen tal horario; a los de los niveles técnico y superior les parece que no es adecuado y por último los de bachillerato contestaron que sí lo es. Comunidad y bibliotecas: reporte de investigación Esta investigación fue realizada en 1984, y es producto de un convenio entre la Dirección General de Bibliotecas Públicas, que en ese entonces dependía de la Secretaría de Educación Pública y la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Azcapotzalco. Este proyecto formó parte del Programa General de Bibliotecas, para cubrir una de sus metas, llevar a cabo investigaciones dirigidas a fomentar el uso de las bibliotecas públicas y producir conductas lectoras o promover el hábito de lectura entre la comunidad cercana a las mismas. 15 A. Objetivos 1. Conocer los hábitos de lectura de la comunidad. 2. Conocer el uso de] tiempo libre. 3. Indagar sobre las expectativas de la gente respecto a las bibliotecas. B. Técnicas e instrumentos empleados La técnica utilizada para captarla información fue la encuesta mediante entrevista. La unidad de análisis fue el jefe de familia, y la población de estudio estuvo conformada por una muestra representativa -que cubría la mayor parte de los diferentes grupos sociales urbanos, de tres delegaciones políticas del Distrito Federal: Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc. En el instrumento de medida se incluyeron preguntas de control para aumentar su confiabilidad, por ejemplo, si alguien respondía que leía libros pero no recordaba el título del último que había leído, la respuesta era invalidada. C. Perfiles obtenidos La mayoría sabe leer, aunque un 35% no lo hace, este porcentaje resulta alarmante puesto que pueden convertirse en analfabetas funcionales. Se les dio una lista de materiales de lectura, con el fin de que seleccionaran los más leídos, de las respuestas se derivó la siguiente información, básicamente leen periódicos 104

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deportivos o de nota roja, asimismo las revistas más leídas son de entretenimiento. El porcentaje obtenido sobre la lectura de libros fue alto, sin embargo, la mitad de los que leen libros, leen la Biblia o libros de texto de primaria y secundaria o novelas ilustradas en forma de libro. El nivel educativo y el tipo de trabajo no son determinantes en el hábito de lectura. Los entrevistados acuden a puestos de venta de periódicos o revistas para adquirir material para leer; pocos padres o jefes de familia recurren a las bibliotecas para consultar obras diferentes de las que se venden en estos puestos. Existe un buen número de lectores que no ha accedido a las bibliotecas, pero que habitualmente recurre a la prensa. En cuanto al uso del tiempo libre, la mayor frecuencia recae en ver televisión, seguido de escuchar el radio y en tercer lugar leer. Las respuestas de la gente a las preguntas sobre las bibliotecas públicas son: - Los estudiantes no acuden a las bibliotecas; los que sí lo hacen, deben una influencia decisiva a los profesores, pues la motivación por parte de los padres es escasa. - De los encuestados, el 42% estáenterado de laexistenciade bibliotecas públicas dentro de su delegación y el 38% afirma conocer alguna biblioteca. - Los jefes de familia que han asistido a una biblioteca pública, lo han hecho para consultar un libro, de éstos un gran porcentaje (87%) encontró el libro buscado. - La mayor parte de los encuestados dio respuestas poco claras sobre la definición de biblioteca, el 37% la identifica como un centro de consulta, el 20% como centro de superación y de cultura, y el 7% como centro de orientación. Estudio de usuarios en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México La idea de realizar un estudio de usuarios de la comunidad del Sistema de Bibliotecas del Instituto de Biología surge de la percepción de que los materiales que se adquirían no estaban cubriendo las necesidades de los usuarios.16 A. Objetivos General: Dar pautas o lineamientos, para poder ofrecer servicios de información adecuados y eficientes a los usuarios de] Instituto de Biología. Específicos:

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1. Conocer el desarrollo histórico de la biología en México. 2. Ubicar al Instituto de Biología en su contexto actual. 3. Formular un método, para detectar las necesidades de información de los usuarios del Instituto de Biología. B. Técnicas e instrumentos empleados La técnica empleada para recopilar la información fue la encuesta, mediante un cuestionario de autoplicación formado por preguntas abiertas y cerradas. El levantamiento de datos se llevó a cabo en 1985, y se consideró solamente al personal académico: técnicos académicos e investigadores. Para determinar la muestra se utilizó el método de muestreo probabilístico estratificado, la población total era de 149 académicos, la muestra fue de 73 miembros, de éstos, 48 contestaron el cuestionario, de tal manera que la muestra real fue de 48. C. Perfiles obtenidos Tres cuartas partes del personal académico tienen estudios de posgrado. Respecto a su nombramiento, el 48% son investigadores y el resto son técnicos académicos. Las principales áreas de especialidad de los encuestados son: 14% botánica, 20% ecología y 40% zoología. La antigüedad de este personal refleja una mayor proporción en el periodo de 6 a 10 años. Los servicios más utilizados en orden decreciente son préstamo de libros y publicaciones periódicas, libros a vistas y préstamo interbibliotecario. Las obras de consulta más solicitadas son el Biological Abstracts y el Ecology A bstracts. La mayoría de los encuestados asiste a la biblioteca entre 2 y 3 veces por semana. Casi la totalidad, 92%, considera que no es pérdida de tiempo asistir a la biblioteca, entre las razones que expusieron los que no asisten están: no existe o no se localiza la información requerida, no le indican el procedimiento para obtener lo que busca y, por último, la biblioteca se encuentra lejos de su lugar de trabajo. En lo concerniente a los problemas que tienen los académicos del Instituto de Biología para recuperar información con referencias incompletas, se detectó que no encuentran el tema requerido en los catálogos, no poseen el volumen en citas de publicaciones periódicas o no cuentan con la clave en el caso de mapas. La mayoría de los académicos encuestados utiliza los catálogos, el empleo de éstos implica, en ocasiones, problemas, entre los que destaca que no encuentran las referencias buscadas. 106

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El nivel de satisfacción de los usuarios en relación con la información contenida en los acervos, fluctúa entre los siguientes rangos 71%-80% y 41%-50%. En el aspecto de disponibilidad y entrega de documentos, los resultados se comportaron de la siguiente manera: el 69% encuentra la informaci6n registrada en los catálogos, sólo un poco más de la mitad (56%) logra localizar fácilmente los documentos, en caso de no localizarla, a un 63% le informan por el paradero del material. Los académicos requieren material de otras bibliotecas, y saben que existe el servicio de préstamo interbibliotecario. Los medios que utilizan para obtener información fuera de las bibliotecas son básicamente sus acervos personales y los de otros colegas. Menos de la mitad (48%) se sienten satisfechos con los servicios bibliotecarios. En relación con la necesidad de que exista un programa de educación de usuarios, un 54% considera que es necesario. De acuerdo con la población encuestada, para que mejoren los servicios, sobresalen las siguientes sugerencias: elaborar un reglamento y organigrama; ampliar el horario de servicio; adquirir más libros y títulos de publicaciones periódicas; usar cornputadoras para realizar las actividades bibliotecarias; completar los acervos de publicaciones periódicas; que el servicio de fotocopiado sea barato y eficiente; ampliar las instalaciones de las bibliotecas: tomar en cuenta las sugerencias de adquisición de material por parte de los académicos; limitar el servicio a los alumnos; realizar pláticas de orientación a usuarios internos; mejorar los catálogos y contratar personal profesional del área bibliotecológica. Necesidades y comportamiento informativo de los estudiantes de la licenciatura de las carreras de quimica y fisica Este proyecto fue realizado en el Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecol6gicas (CUIB) publicado en 1986, desafortunadamente el documento que registra los resultados no determina la fecha de realización del estudio. La idea de estudiar a estos dos grupos de alumnos parte del hecho de comparar su habilidad en el uso de los recursos existentes en la biblioteca, debido a que en el plan de estudios de la carrera de química existe la materia Información Química Bibliográfica, en la cual se les enseña a utilizar recursos de información. 17 A. Objetivos Determinar las necesidades de información de los estudiantes de licenciatura de las carreras de Química y Física de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como su preparación para resolverlas. B. Técnicas e instrumentos empleados Para llevar a cabo el proyecto se utilizó la técnica de encuesta mediante la aplicación

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de un cuestionario. El tamaño de la muestra correspondió al 10% de la población total, 100 estudiantes de química y 104 de física. Las preguntas incluidas en el cuestionario pretendieron detectar las características de los estudiantes, sus necesidades de información, su conducta informativa para cubrir estas necesidades y los problemas a los que se enfrentan al acudir a una biblioteca. C. Perfiles obtenidos Los estudiantes no tienen los recursos para adquirir los libros de texto que utilizan en sus cursos, por lo que requieren que la biblioteca cuente con éstos. La biblioteca de su facultad no cubre sus requerimientos de información y cuando encuentran el material les es difícil obtenerlo en préstamo a domicilio. Los encuestados necesitan que la biblioteca posea obras complementarias (obras de consulta, publicaciones periódicas y audiovisuales); en el caso de los de física, que su sistema de estantería sea abierto y que les impartan cursos de instrucción para el uso del catálogo. Un porcentaje bajo de alumnos de ambas disciplinas consulta revistas. Las fuentes secundarias más requeridas son las enciclopedias y manuales. Más de la mitad de los alumnos de química (61%) saben utilizar el catálogo, porcentaje que disminuye en el caso de los de física hasta un 35%. Los estudiantes desconocen las fuentes idóneas para resolver sus problemas de información. Es importante hacer notar que como alternativa para cubrir sus necesidades de información recurren al maestro. Los alumnos de los últimos semestres acuden más a las bibliotecas. Estudio de los usuarios del sector eléctrico en México Debido a la carencia de materiales que hablaran sobre las necesidades y comportamiento en el uso de la información técnica de científicos e ingenieros en América Latina, y que sirvieran de base para planear y/o modificar los servicios para este sector, el Instituto de Investigaciones Eléctricas (HE) en 1985 se dio a la tarea de realizar un estudio de usuarios de la información técnica en el sector eléctrico.18 A. Objetivos 1. Determinar el uso de la información técnica. 2. Identificar los problemas que existen para usar la información técnica. 3. Determinar la accesibilidad de las fuentes de información. B. Técnicas e instrumentos empleados

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Se utilizó la técnica de encuesta mediante la aplicación de un cuestionario, que recopiló diferentes tipos de datos: uso de información técnica; uso de fuentes escritas y comunicación personal; solución de problemas técnicos; y problemas personales para utilizar la información. El universo de estudio fue el personal profesional del RE conformado por investigadores, y el personal técnico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por ingenieros. Aunque en los objetivos no se precisó, en realidad el estudio pretendió comparar el comportamiento informativo de ambos grupos. C. Pefiles obtenidos Uso de recursos específicos. Los investigadores y los ingenieros utizan diferentes recursos de información; los investigadores recurren mas a revistas técnicas, ponencias de congresos y bibliografías, mientras que los ingenieros, a mapas, normas, notas de trabajo y periódicos. En general los investigadores leen material bibliográfico más relacionado con la teoría. En cuanto a fuentes de inforrmación verbal, ambos grupos se comunican con colegas internos, asimismo, los investigadores consultan a bibliotecarios y clientes. Fuentes para obtener el material bibliográfico. Ambas poblaciones recurren a sus archivos personales. Los investigadores utilizan con más frecuencia las bibliotecas, los ingenieros consultan más los archivos departamentales y las librerías. Horas de lectura. Los investigadores leen más horas a la semana que los ingenieros. Problemas para utilizar la información. El principal problema al que se enfrentan los ingenieros es el idioma, y los investigadores a no recibir a tiempo la información requerida. Los dos grupos coinciden en que los problemas básicos son los relacionados con la falta de actualización, pertinencia y oportunidad para la obtención de información. Investigaciones sobre perfiles de necesidades de información. Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. A partir de 1995 se están llevando a cabo tres investigaciones sobre necesidades de información, dos son aplicadas, es decir, pretenden obtener perfiles, y una es teórica. Dos están en etapa de desarrollo, por lo que no se tienen resultados. Las necesidades de información de los investigadores del área de humanidades y ciencias sociales y del área científica El objetivo de esta investigación es identificar las necesidades de información de los investigadores de dichas áreas y determinar tipos o categorías de necesidades. Una vez identificadas, se pretende averiguar si existe relación entre las necesidades de información, la actividad y lugar de trabajo de los investigadores. Las necesidades de información: su naturaleza, manifestación y detección 109

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Como objetivo se persigue estudiar la naturaleza de las necesidades de información y los elementos que intervienen en su surgimiento, manifestación y detección. A partir de¡ análisis de la manifestación y detección de las necesidades de información en el ser humano, se propondrá un modelo que relacione los principales elementos o factores que intervienen en las necesidades, con lo que se demostrará que existen principios teóricos en los que subyacen estas necesidades y se apoyará la existencia de una teoría sobre las necesidades de información. Las necesidades de información del usuario de la Biblioteca de la Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios La Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios tiene por objetivo vigilar que los productos, actividades, establecimientos y servicios relacionados con alimentos, bebidas, tabaco, productos de aseo, limpieza, perfumería y belleza, así como materias primas y aditivos que se utilizan en la elaboración de alimentos cumplan los requerimientos sanitarios establecidos en México. A partir de 1993 empezó a desarrollar su biblioteca, para tal fin se consideró conveniente realizar un estudio de usuarios que permitiera un adecuado desarrollo de colecciones y satisfacer las necesidades de información de la comunidad usuaria. 19 A. Objetivo Realizar un acercamiento para detectar e identificar las necesidades de información de los usuarios que acuden a la biblioteca y su actitud ante los servicios que se proporcionan en ésta. B. Técnicas e instrumentos empleados Se utilizó la técnica de encuesta mediante la aplicación de un cuestionario formado por preguntas abiertas y cerradas que captaban información acerca de: temas de interés; materiales más requeridos, actualidad e idioma de estos materiales; fuentes de información; nivel de satisfacción acerca de los servicios y servicios que sugerían los usuarios. La muestra seleccionada estuvo conformada por los usuarios registrados, que ascendían a 60, la población total era de 200, por lo que la muestra correspondió al 30%. C. Perfiles obtenidos Los tres principales temas de interés en orden decreciente son: microbiología de alimentos, tecnología en alimentos y aditivos alimentarios. La mayoría requiere información muy actualizada que va desde el día que transcurre hasta lo que ha salido en el último año. En cu~nto a los materiales más utilizados sobresalen los libros, dado que podían elegir más de uno, los porcentajes son casi coincidentes entre diccionarios especializados, códigos, leyes, reglamentos, normas y publicaciones periódicas y prefieren que estén en idioma inglés.

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Las fuentes de información más consultadas por los usuarios encuestados son: normas sanitarias, normas ISO y estadísticas. Respecto al nivel de satisfacción sólo un poco más de la mitad (53.7%) afirmó estar satisfecho con los servicios, el resto no lo está, dentro de las causas por las que no está satisfecho aparecen: falta de información y materiales y que la información no está actualizada. Entre los servicios que sugieren que se brinden están: búsquedas de información específica, préstamo interbibliotecario, localización de documentos y fotocopiado. Como se puede observar, de los once estudios de usuarios presentados, sólo cuatro incluyen preguntas sobre programas o actividades de formación de usuarios. De lo anterior se desprende que no se tiene conciencia de la importancia de realizar estudios de usuarios previo al diseño de un programa de formación.

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CONOCER Y SABER en: VILLORO, Luis. Creer, saber, conocer. 7ªed. México : Siglo XXI, 1992. 310p.

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9. CONOCER Y SABER Dos conceptos epistémicos distintos En castellano existen dos verbos que no suelen usarse con el mismo significado: «conocer» y «saber»; igual acontece en otras muchas lenguas: «cognoscere» y «scire» en latín, «connaitre» y «savoir» en francés, «kennen» y «wissen» en alemán. Esta distinción semántica puede orientarnos para descubrir otra de importancia epistemológica, que no se ha presentado aún con claridad, debido tal vez a que los principales análisis de los conceptos epistémicos han sido escritos en inglés, lengua en que esa distinción se ha perdido.1 Complemento directo de «conocer» es siempre un sustantivo, un adjetivo sustantivado o un pronombre personal, de «saber» puede ser una cláusula independiente (en el «saber que.. .») o un verbo en infinitivo (en el «saber hacer...»). Conocemos objetos o a personas, sabemos que algunos objetos tienen ciertas propiedades, o bien sabemos hacer operaciones, pero no sabemos objetos ni sabemos personas. Conozco algo o a alguien, sé algo acerca de algo o de alguien. «Conozco, la carretera a Guadalajara», pero «sé que la carretera a Guadalajara está en mal estado» o «sé llegar a Guadalajara por carretera». Conocer un objeto implica saber algo acerca de, él. Conocer x implica poder predicar las notas F, G, H, i, ..., de x. Pero la inversa no es válida: saber que x es F, G, H, I ... no implica conocer x. Si alguien conoce a Juan puede afirmar que es irritable, lenguaraz, cejijunto y fanático del futbol, pero que sepa todo eso no es condición suficiente para afirmar que lo conoce. Puedo saber muchas cosas sobre Río y si me preguntan: «Bueno, pero ¿tú lo conoces?», confesar sin inmutarme: «No lo conozco, pero sé que es una ciudad extraordinaria.» Conocer x es pues algo más que poder predicar algo acerca de x. Conocer a Río es haber estado en esa ciudad, conocer una carretera es haberla transitado, conocer a Juan es tener una relación personal con él. Para conocer algo es preciso tener o haber tenido una experiencia personal y directa, haber estado en contacto, estar «familiarizado» con ello. El «knowIedge by acquaintance» de Russell es una condición necesaria de conocer, no de saber. Conozco un objeto que he visto, manejado o padecido, pero no conozco lo que no puedo contemplar o resentir de algún modo. Quien la haya visto por telescopio, conoce la estrella Sirio, pero nadie conoce un electrón, la nariz de Cleopatra o el centro de la tierra. Puedo decir que conozco a alguien porque me lo hayan presentado alguna vez, aunque casi nada sepa de él. Pero no podría decir con propiedad que conozco a un personaje del pasado, aunque sepa mucho de su vida. Si alguna vez digo que conozco a Atila o a Hegel, doy a entender algo distinto que si digo que conozco a un amigo. En realidad no quiero decir que conozca a la persona de Hegel, sino su obra, ni a Atila, sino su vida tal como la expone algún libro, del cual puedo tener experiencia directa. También puedo estar familiarizado con hechos espirituales. Cabe decir que conozco la Divina comedia, la geometría de Euclides o la música de Beethoven, si en ellas puedo moverme como en terreno explorado. Porque también puedo conocer objetos culturales. 113

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Entonces no entendemos esos objetos como simples conjuntos de oraciones o de sonidos, sino como unidades estructuradas singulares que permanecen al través de sus presentaciones parciales. La «experiencia directa» implicada en conocer debe entenderse, por ende, en un sentido amplio que abarque la aprehensión sin intermediarios de toda clase de objetos presentes, tanto físicos como psíquicos o culturales. La experiencia a que se refiere «conocer» puede también versar sobre las propiedades de algo; entonces las sustantivizamos, considerándolas como un objeto nuevo. Así, «conozco las debilidades de Pedro» o Ias excelencias de la cocina normanda», lo que no significa lo mismo que «sé cuáles son las debilidades de Pedro» y «sé que la cocina normanda es excelente», pues saber sobre un objeto no es garantía de que haya experimentado sus propiedades. Es cierto que en ocasiones puedo usar también «conocer»para referirme a algo de lo que no tengo experiencia directa, como cuando digo «sólo lo conozco de oídas» o «por referencia» pero es evidente que «conocer» tiene aquí un sentido analógico, como lo indica el uso del adverbio «sólo». En su sentido normal, conocer supone haber tenido algún contacto directo. Así, diríamos: «no lo conozco personalmente, sólo por referencia». Saber, en cambio, no implica tener una experiencia directa. No es de extrafiar, por lo tanto, que pueda saber muchas cosas de un objeto sin conocerlo, o que ignore mucho de algo que conozco. («Alamán conoció a Hidalgo, pero nunca supo cuáles eran sus propósitos»; «Bustamante sabía los propósitos de Hidalgo, aunque nunca lo conoció.») La experiencia a que alude «conocer» puede ser de muchos grados. Puedo conocer más o menos una región, un libro o a una persona. En un sentido débil se refiere a un contacto superficial; significa entonces algo así como «encontrarse» («En Buenos Aires conocí a muchos pintores»), o bien, a una experiencia personal e íntima (de una mujer virgen se dice que «no ha conocido varón»). En un sentido más fuerte se refiere a experiencias múltiples, variadas, profundas sobre un objeto («Tú eres el único que me conoces», «Weingartner sí conocía a Beethoven»), o bien a una experiencia vivida, duradera e intensa («Pocos conocen la felicidad», «No ha conocido el dolor»). En todo caso, cabe calificar el conocimiento con adverbios que lo cuantifiquen («Lo conozco muy bien», «Conozco un poco el Alto Ampurdán»). Porque conocer no consiste en un solo acto, sino en muchas experiencias variadas, capaces de ser integradas en una unidad; por ello el conocimiento puede ser más o menos complejo, más o menos rico.

Aprehensión inmediata, experiencia, conocimiento Bertrand Russell (1912, cap. v y 1918, cap. x) distinguió entre dos formas de conocimiento: «conocimiento por familiarización» (by aquaintance) y «conocimiento por déscripción» (by description).2 Estamos familiarizados (acquainted) con todo aquello que se nos presenta de modo inmediato: datos sensoriales, imágenes, recuerdos, mí propio yo tal vez, y también conceptos universales. «Familiarización» es el simple percatarse de algo presente. Corresponde, por ende, a uno de los sentidos que tiene el verbo «saber» del que hablamos

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en el capítulo 6: «saber» como «darse cuenta» de algo, «tomar noticia» «estar enterado». El «conocimiento por familiarización» de Russell es la simple aprehensión inmediata de algo dado. Es pues una condición de conocer. Pero no toda aprehensión inmediata es conocimiento. No digo «conozco el rojo de este sillón» sino «veo el rojo...» Si exclamara «me duele una muela» y me preguntaran «¿cómo lo sabes?», contestaría «¡porquelo siento!» y no «¡porque lo conozco!» El percatarse de algo no es necesariamente conocimiento. No tiene sentido decir que conozco un ruido, un sabor o un olor (salvo en el sentido de «reconocer» del que luego hablaremos), sino que lo oigo, lo gusto o lo huelo. La aprehensión inmediata puede alegarse, en cambio, como una razón en que se base un saber («¿Cómo sabes que el sillón es rojo?» - «Torque lo estoy viendo») o como un modo de adquirir un conocimiento («¿Cómo conociste a Juan?» - «Lo vi en casa de Pedro»). El conocimiento se adquiere mediante aprehensiones inmediatas; para conocer algo o a alguien, de algún modo, hemos de haberlo visto u oído o sentido. Pero no se reduce a ellas. No se refiere, desde luego, a los datos sensoriales mismos, sino a objetos o a personas que pueden presentarse en muchas imágenes perceptivas; y el conocimiento de objetos o personas rebasa -como indica Russell- la «familiarización», porque implica «descripciones». Aun si usamos «conocer» en su sentido más débil, esto es, referido a un objeto o persona que sólo hemos encontrado una vez, conocer algo no equivale a tener una serie de datos sensoriales o imaginativos, supone además integrarlos en la unidad de un objeto. Para aceptar que conocemos debemos rebasar la simple suma de aprehensiones inmediatas: es menester referirlas a una x que se presenta en todas ellas. Condición para conocer algo o a alguien es captar el mismo objeto en diferentes escorzos y matices. Esto supone, por lo menos, tres cosas: 1] la permanencia y continuidad, en el espacio y el tiempo, al través de sus variadas presentaciones, del objeto uno; 2] cierta regularidad de las variaciones de sus presentaciones, en relación con las variaciones del entorno; 3] la existencia del objeto en el mundo real, más allá de cada una de sus presentaciones. Todo ello implica que las aprehensiones inmediatas de las cualidades dadas pueden ser sometidas a ordenación y síntesis, mediante reglas generales aplicables a toda la experiencia. Una vez ordenada la experiencia por esas reglas generales, el mantenimiento de la unidad de cada objeto requiere la posibilidad de aplicar a todas sus presentaciones posteriores un esquema de la imaginación o un concepto. Así, la unidad del esquema o del concepto con el que nos referimos a una multiplicidad aprehendida permite conocer en ella un objeto. Mientras la aprehensión inmediata capta datos, la experiencia versa sobre objetos y situaciones objetivas; incluye varias operaciones de síntesis de la multiplicidad de lo dado en una unidad.3 Conocer, dijimos, puede tener grados. Aunque en un sentiá0 débil, decimos a menudo que conocimos a alguien, por haberlo encontrado casualmente, las más de las veces empleamos «conocer» en un sentido más fuerte, que implica tratar algo o a alguien en repetidas y variadas circunstancias. En este sentido, conocer supone, además, que el objeto de referencia permanezca y se enriquezca en aprehensiones sucesivas de «lo mismo», las cuales pueden tener lugar en diferentes situaciones. Quien conoce algo ha tenido experiencias de ello de distintos modos, lo ha captado en varios escorzos y matices, bajo diferentes perspectivas y,. eventualmente, en ocasiones distintas. Conocer x supone tener una serie de experiencias variadas sobre x y poder hacer, de algún modo, una serie de inferencias a partir de ellas, referidas a x. Quien diga que conoce a Pablo López debe estar dispuesto a

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admitir: 1] Haber tenido de Pablo López ciertas aprehensiones inmediatas: haberlo visto en determinadas ocasiones, bajo diferentes perspectivas, haberlo oído, tal vez, o tocado. 2] Haber referido esas presentaciones a la unidad de una persona que obedece al nombre de Pablo López». 3] Haberlo «tratado», es decir, haber tenido cierta convivencia con él, a modo de llegar a inferir cómo se comporta, siente y piensa. En una nota que no se encuentra en «saber» y es, en cambio, característica de «conocer» podría resumirse lo anterior: conocer es integrar en una unidad varias experiencias parciales de un objeto. Para poder hacer todo lo anterior, es preciso que se añadan a las presentaciones inmediatas ciertas creencias. Éstas son de dos tipos: Primero: creencias básicas sobre lo que existe, que corresponden a las reglas que permiten ordenar la experiencia. Referir distintas presentaciones a la unidad Pablo López requiere creer que los objetos permanecen en el espacio y en el tiempo, que sus propiedades varían regularmente al variar el entorno, que no se desvanecen al dejar de aprehenderlas, que existen efectivamente, etc. Segundo: creencias adquiridas en experiencias anteriores, acerca de la clase de objetos o situaciones a que pertenece lo conocido. Para inferir cómo se comporta Pablo López preciso interpretar mis experiencias sobre él, a la luz de lo que sé acerca del comportamiento de los hombres, de sus motivaciones, intenciones, intereses. Un cúmulo de creencias me permiten, en cada caso, formular hipótesis acerca de cómo habrá de comportarse Pablo López y confirmarlas en mi convivencia con él. Así, ciertas creencias generales están supuestas en mi conocimiento del objeto y éste, a su vez, permite inferir otras creencias acerca de él. Conocer x incluye, en suma, aprehensiones inmediatas y creencias, referidas todas ellas al mismo objeto. En su sentido fuerte, conocer realmente un objeto supone formarnos un «cuadro» general acerca de cómo es el objeto y no sólo de cómo aparece a la aprehensión inmediata. Tal vez uno de los orígenes de la diferencia entre «ser» y «aparecer», propia de muchas filosofías, se encuentre en el.uso diferente del verbo «conocer», por una parte, y de los verbos «ver», ,oír» «sentir», por la otra. Siento, veo, oigo, datos sensoriales, es decir, modos como aparece un objeto; conozco, en cambio, el objeto como una unidad, el cual se comporta, reacciona y se muestra en distintas facetas, tal como es en muchas presentaciones. Suele decirse, por ejemplo: «Ya sé que Pedro te parece hipócrita; pero puedo asegurarte que no lo es: yo lo conozco bien», o «si conocieras a los gatos, no te parecerían cariñosos». Nótese que «conocer x» puede remplazarse, en frases semejantes, sin alterar su sentido, por «saber cómo es x». «¿Por qué te asombra que Pablo se haya mostrado agresivo? ¿Qué no lo conoces?» La última interrogación podría rezar igualmente «... ¿Qué no sabes cómo es?» Conocer x es saber cómo es x, a diferencia de saber simplemente que x es tal o cual. De allí la ilusión filosófica, propiciada por esta diferencia semántica, de que el conocimiento recae sobre alguna realidad oculta tras las apariencias. Pero, en verdad, «conocer» no se usa, en el lenguaje ordinario, para referirse a nada oculto sino, por el contrario, a algo de lo que tenemos experiencias múltiples, de tal modo que podamos inferir a partir de ellas varias de sus propiedades y relaciones. Las apariencias pueden ser irreales. Conocer algo, en cambio, es captarlo tal como es realmente. Si tener experiencia directa de x es condición necesavia para conocerlo, también lo es que x efectivamente exista, pues no puede haber experiencia de algo inexistente. Quien afirma conocer, afirma la existencia real de lo conocido. Frases como «Fray Servando conoció

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a Azaziel, aunque es bien sabido que ese diablo no existe» son obviamente absurdas. Si alguien alega conocer un objeto, demostrar su inexistencia es refutación suficiente de su alegato. Si lo aprehendido es figmento de la imaginación u obra alucinatoria, no diríamos que se conoce. La víctima de delirium tremens no «conoce» las alimañas que contempla, ni el viajero del desierto, el oasis de su espejismo. Cierto que decimos a veces que alguien conoce los fantasmas de su casa, sus propias figuraciones o aun «mundos irreales» pero entonces, o bien querernos sugerir que atribuimos a esas entidades algún género de existencia, o bien empleamos «conocer» en un sentido derivado, equivalente a «darse cuenta», «percatarse». De parecida manera, si aplicamos «conocer» a la captación de los propios procesos mentales es porque tomamos éstos como objetos, hechos o estados reales, que constituyen una experiencia interna. Sólo de la experiencia hay conocimiento y ésta supone la existencia real de lo conocido. Puede afirmarse pues que una condición necesaria -aunque no suficiente- de conocer x, es que x exista. Con todo, podemos considerar esta condición incluida analíticamente en «tener experiencia directa de x», si consideramos la existencia del objeto como condición necesaria de la experiencia.

Capacidades adquiridas por conocer Si conocemos algo tenemos la capacidad de résponder a ciertas preguntas acerca de lo conocido, si conocemos algo, sabemos algo acerca de ello. Cuando nuestro conocimiento es circunstancial y hablamos de «conocer» en su sentido más débil, sólo podemos referirnos a aspectos superficiales y aun ocasionales del objeto. Pero en su sentido más rico, «conocer» implica poder contestar múltiples y variadas cuestiones, de la más diversa índole, sobre el objeto. Piénsese en oraciones en que intervenga «conocer a los animales», «conocer a Hegel (la filosofía de Hegel»), «conocer a París», «conocer a las mujeres». En esas frases se supone que quien conoce puede ser una fuente de información variada sobre su campo de conocimiento, resolver problemas que le consulten al respecto, orientar a otros. Porque conocer algo, en este sentido, no es sólo poder describir su aspecto exterior, sino captar su «forma y manera», su «estilo», el modo como sus partes están relacionadas en un todo; conocer algo supone estar familiarizado con las variantes y matices que presente, comprender sus aspectos menos obvios, poder desentrafiar sus complejidades. Quien conoce a Hegel sabe relacionar entre sí las partes de su doctrina, quien conoce a los perros sabe de sus hábitos, sus capacidades e inclinaciones, quien conoce una máquina podría desmontarla y reconstruirla, al menos in mente, quien conoce la cerámica china puede distinguir sus variantes y estilos diversos, apreciar sus irregularidades, comparar entre sí sus variados diseños, distinguir detalles que escapan al profano. Por ello el «conocedor» es alguien de cuyo juicio podemos fiarnos. «Conocer» en su sentido más rico es poder integrar en una unidad cualquier experiencia y cualquier saber parcial de un objeto, por variados que éstos sean. Sigamos un ejemplo. El que sabe muclias cosas sobre los Evangelios tiene con ellos 117

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una relación cognoscitiva diferente a quien realmente los conozca. Aquél podrá citar frases del texto, dar noticias de sus autores y fechas, de su composición, distinguir tal vez las distintas variantes de los sinópticos. Quien los conoce tal vez no puéda hacer nada de eso; puede, en cambio, comprender su mensaje central, captar su espíritu, interpretar variadas cuestiones a su luz, sabe manejarlos, responder preguntas acerca del alcance y aplicación de su doctrina. Que conocer los Evangelios no es saber muchas cosas acerca de ellos, sino poder distinguir lo esencial de su doctrina, el «núcleo» del que puede desprenderse cualquier formulación parcial. «¿Conoces a Hegel?» - «No. Sé algo de su filosofía, pero no puedo decir que lo conozca.» Es decir, he leído algunas obras de Hegel o sobre sus ideas, pero no puedo todavía integrar esos saberes a modo de comprender lo central de su doctrina y captar su articulación interna. «Saber una lección» es distinto a «conocerla». Lo primero es poder repetirla o exponerla parte por parte, lo segundo es haberla comprendido en su estructura, y poder, en consecuencia, distinguir en ella lo importante, para exponerla como un conjunto coherente.4 En su sentido más fuerte, conocer bien a alguien es captar su «personalidad», poder integrar en una unidad las experiencias que pueda tener de él. («¿Por qué me juzgas así? ¡Tú no me conoces!»). Conocer no es una suma de saberes sino una fuente de ellos. Conocer supone tener alguna «clave» para saber muchas cosas sobre algo, tener un modo de relacionar cualquier saber de algo con los demás. El saber es necesariamente parcial, el conocer aspira a captar una totalidad. Por eso «conocer» tiene también, a menudo, el sentido de «reconocer», sentido que nunca puede adquirir «saber». Mostrando una figura en una fotografía, pregunto: «¿Lo conoces?», es decir: «¿Puedes integrar esta imagen en la experiencia más amplia que tienes de esa persona?» «Después de dos meses de ausencia, su hijo no la conocía»: su hijo no podía conectar la nueva experiencia parcial de su madre con las adquiridas de ella con anterioridad. Notemos que, en estas frases, «conocer» es sustituible por «saber quién (qué) es...» No saber quién es una figura en una foto es ser incapaz de enlazar esa imagen, en la unidad de una sola persona, con otras que se hayan tenido anteriormente. «Conocer» o «saber lo que es» un rasgo o una imagen es comprenderlos, no como algo aislado, sino en una estructura de rasgos con los que forma una unidad. A la pregunta «¿cómo conoces que es x?» o «¿cómo sabes lo que es?» -señala Austin (1961, p. 52)- puedo responder «por su comportamiento», «por sus características», esto es, puedo señalar una marca que en experiencias anteriores he visto siempre ligada a x, de tal modo que, al verla ahora, me hasta para ligarla de nuevo a esa unidad x y reconocerld. «Nuestra pretensión al decir que conocemos (es decir, que sabemos lo, que es) es reconocer: y reconocer, al menos en esta especie de casos, consiste en ver o en sentir, uno o varios rasgos que estamos seguros son similares a algo observado (y usualmente nombrado) antes, en alguna ocasión anterior en nuestra experiencia.» Notemos que, en este párrafo, no podemos traducir «knolwing» por «saber» sino por «conocer». Al enlazar un rasgo con otras experiencias de un objeto y comprender que corresponde a él, ese rasgo se convierte en característica del objeto y permite así distinguirlo de los objetos semejantes. No conocer algo, en cambio, es «no saber qué es», es decir, no tener suficientes experiencias anteriores de él para poder enlazar esa nueva percepción con otras del mismo objeto y distinguirlo. Si «conocer» se distingue de «saber que. ..», también es diverso de «saber hacer. . .».

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Entre «conocer»y «saber hacer» hay, sin embargo, ciertos puntos comunes. Ambos se refieren a una capacidad o habilidad específica. Con todo, las capacidades que suponemos en quien conoce son de tipo intelectual, teórico o reflexivo; «saber hacer», en cambio, puede referirse a cualquier tipo de habilidades o capacidades, sean prácticas o teóricas, reflexivas o no. «Conocer x» supone: «saber responder a varias preguntas sobre x», «saber describir x», «saber relacionar los distintos aspectos de x en una unidad», etc., poder dar, en suma, ciertas respuestas intelectuales adecuadas respecto de x. En muchos casos en que empleamos «conocer» en sentido fuerte, «conocer x» es también un antecedente favorable (aunque no una condición necesaria) para «saber hacer algo con x», «saber manejarlo», «saber actuar con propiedad sobre él». En efecto, se supone que al conocer algo estamos familiarizados con su estilo de comportamiento o su modo de funcionar y tenemos, por ende, capacidad de actuar adecuadamente ante él. Se supone que quien conoce una máquina de sumar sabe manejarla y sería difícil imaginar que quien conoce a las mujeres no supiera comportarse adecuadamente ante ellas. Conocer algo nos pone en mejor disposición para poder habérnosla con ello, porque elimina la sorpresa e implica una facilidad para prever su comportamiento, para otros inesperado («Cuando lo conozcas, sabrás cómo tratarlo»). No obstante, de que S conozca x no puedo inferir que necesariamente S sepa tratar a x o comportarse ante x, sino sólo que hay una fuerte y legítima presunción de que estará capacitado para hacerlo. Esa presunción será más fuerte mientras más intelectual y teórica sea la tarea que se supone debe realizar. De quien conoce el ajedrez me asombraría mucho que, además de estar enterado de sus reglas y dominar las prihcipales aperturas, no supiera jugar ese juego. En cambio, no sería incomprensible que alguien conociera un automóvil y no supiera manejarlo: podría tener un conocimiento detallado de su disposición mecánica y su forma de manejo, ser capaz de prever su funcionamiento, poder determinar el origen de sus fallas y estar, sin embargo, inhabilitado para manejarlo él mismo, por padecer un defecto físico o simplemente por no haber tenido ocasión de aprenderlo. Sería sin duda cómico, pero no inconsistente, que una persona conociera mucho de perros y, sin embargo, tuviera tal miedo ante ellos que no supiera tratarlos. Y un caso frecuente es que quien conoce el sufrimiento no sepa adaptarse a él. Conocer algo puede consistir, en muchos casos, en dominar teóricamente las reglas y preceptos conforme a los cuales se puede realizar una operación, pero no necesariamente en saber aplicarlos. Y Ryle (1949, pp. 28 ss.) es convincente al señalar que un conocimiento intelectual de las reglas no es necesario antes de saber usarlas. En suma, «conocer x» implica «saber responder intelectualmente ante x», y tener una presunción favorable, aunque no una certeza, de «saber actuar sobre x», «saber tratarlo adecuadamente». A la inversa, «saber hacer» implica siempre algún «conocer». Puedo saber cocinar sin saber recetas, pero no sin conocer los ingredientes culinarios; puedo saber hacer chistes sin haber leído tratados humorísticos, pero no sin conocer el humor. Quien sabe tocar la guitarra conoce mejor su instrumento que un tratadista de música, y saber arreglárselas en la práctica requiere un conocimiento de cierta realidad. Concluyamos estas observaciones resumiendo un par de resultados. Podemos tomar «conocimiento» como un término para designar cualquier forma de captar la existencia y la 119

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verdad de algo. En este sentido tan general, habría varias formas de «conocimiento»: «saberque...», «aprehensión inmediata», «conocer» en sentido estricto (el estudiado en este capítulo). Cada una de esas formas presenta condiciones diferentes. Para conocer (en sentido estricto) x son condiciones necesarias: 1] Tener o haber tenido experiencias directas de x (y, por ende, que x exista). 21 Integrar en la unidad de un objeto x diferentes experiencias de x. 3] Poder tener ciertas respuestas inWectuales adecuadas frente a x.

Razones para conocer Saber y conocer no se justifican de la misma manera. El saber se justifica en razones objetivamente suficientes, el conocer, en experiencias directas. Si entendemos «razones» en un sentido amplio, como lo que hace que lo creído sea, a juicio de un sujeto, verdadero o más o menos probable, como lo que asegura a alguien que su creencia está determinada por la realidad, podemos sostener que también el conocer tiene sus razones. Pero, a diferencia del saber, las razones para conocer son individuales. Esta diferencia aparece si nos fijamos en el distinto sentido de las preguntas «¿cómo sabes?» y «¿cómo conoces?» Ambas preguntarían por la justificación de mi pretensión a saber o a conocer. A la primera puedo, a menudo, contestar aludiendo al modo corno he llegado a adquirir un saber. «¿Cómo sabes que para Hegel el ser es igual a la nada?»«Porque lo estudié muchos años.» Pero una respuesta más adecuada sería: «Porque lo dice en la Lógica.» En efecto, respondemos con mayor precisión al sentido de la pregunta «¿cómo sabes?» si indicamos las pruebas objetivas en que se funda nuestro saber y no sus antecedentes. «¿Cómo sabes que el sillón es rojo?» - «Porque lo acabo de ver.» «¿Cómo sabes que César era calvo?» - «Porque lo dice Suetonio. «¿Cómo sabes que este teorema es válido?» - «Porque se deduce de nuestros axiomas.» En cambio, la pregunta misma «¿cómo conoces algo?» es poco usual; más bien preguntaríamos: «¿cómo conociste algo o a alguien?», «¿cómo llegaste a conocerlo?» Y sólo sería pertinente contestar señalando las vías, los procedimientos por los que llegué a ese resultado, exhibiendo, no las pruebas de que conozco, sino la manera como llegué a una posición que me permitió conocer. «¿Cómo conociste a Juan?» - «Fuimos compañeros de clase.» «¿Cómo conoces tan bien los Evangelios?» - «Estudié en un seminario.» Al dar esas respuestas indico los antecedentes que explican que tenga una experiencia determinada. Porque para conocer sólo puedo aducir un tipo de razones: experiencias personales. Austin distinguió entre dos maneras posibles de contestar a la pregunta «how do you know?» que, en castellano, tiene la ambigüedad de ---¿córno sabes?» y «¿cómo conoces?» A esa pregunta puedo contestar: «porque...» seguido de una cláusula, o «por...» seguido de un sustantivo. Por ejemplo: «lo sé porque lo leí en un periódico» «o lo,conozco por sus rasgos distintivos», «por su cabeza», «por su comportamiento». En el primer caso la respuesta indica una prueba de mi saber, en el segundo, una señal de mi conocer. «En términos gen120

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erales -escribe Austin (1961, p. 54)- casos en que puedo ‘probar’ son casos en que uso la fórmula ‘porque’; casos en que ‘conozco pero no puedo probar’ son casos en que nos refugiamos en la fórmula ‘por’.» Pues bien, en términos igualmente generales, en castellano tenderíamos a usar «saber» para los primeros casos, y «conocer» para los segundos. Saber que p implica tener razones comprobables por cualquiera que tenga acceso a ellas y las examine; si alguien pregunta «¿cómo sabes?» debo poder justificar mi saber exhibiendo ante cualquiera pruebas comprobables. Conocer implica tener razones personales; si alguien pregunta «¿cómo conoces x?» puedo contestar remitiéndome a una experiencia reiterada de un objeto, o bien sefialando las causas de mi conocer: los antecedentes que me llevaron a tener ciertas experiencias, las maneras en que pude percatarme de algo, mi convivencia repetida con el objeto conocido, pero no puedo traer a colación pruebas compartibles por el otro, que le suministraran a él el mismo conocimiento. Pero si el co.nocer se justifica en experiencias individuales, ¿debemos renunciar a su justificación objetiva? ¿Cómo justificar ante los demás, que conocemos?

Saber que se conoce Afirmar que una persona «conoce que conoce» no tiene sentido, pero sí lo tiene aseverar que alguien «cree o sabe que conoce». En el lenguaje ordinario son frecuentes expresiones como las siguientes: «Creía conocerlo, pero ahora me doy cuenta de que no lo conozco»; «Creo que conoce la India, no estoy seguro»; «No sé si lo conoce.» Pues bien, el conocer no se justifica en razones objetivas, pero sí, el saber que se conoce. Conocer x, dijimos, puede dar lugar a varios saberes acerca de x. Si conozco a Pablo, puedo saber que Pablo es responsable; porque Herodoto lo conoció, sabemos algo acerca del templo de Babilonia. Pero para inferir un saber a partir de un conocer, deben cumplirse ciertas condiciones. Podemos poner en duda esa inferencia por dos tipos de razones: 1] Porque no aceptemos que S efectivamente conozca x; 21 porque no aceptemos que su conocimiento sea suficiente para justificar un saber sobre x. Veamos el primer punto. Observamos que nuestro conocer puede ser más o menos profundo, puede ser también ilusorio. A menudo creemos conocer algo o a alguien cuando, en realidad, no lo conocemos. ¿Cómo justificar que efectivamente conocemos? ¿Cuándo podemos afirmar que sabemos que alguien conoce? Para justificar ante mí mismo que efectivamente conozco algo debo, a menudo, contrastar una experiencia con otras, ponerlas a prueba en diferentes ocasiones, hasta poder inferir con seguridad que no puede darse una experiencia suplementaria que revocara mi conocimiento: sólo entonces estoy justificado en aseverar que sé que conozco algo y no sólo que creo conocerlo. Pero ¿cómo justificar ante los demás mi conocer, cuando ellos no han tenido mis mismas experiencias? Lo que podemos justificar ante otros, en rigor, es nuestra creencia o saber de que conocemos. Si alguien pone en duda nuestra pretensión de conocer x, podemos justificarla de varias maneras: 1] Indicando las circunstancias, ocasiones, procedimientos o maneras en que obtuvimos el conocimiento de x. 2] Respondiendo preguntas, resolviendo cuestiones 121

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sobre x, que suponen que lo conocemos, es decir, demostrando que sabemos que x tiene tales o cuales propiedades. 3] Mostrando un comportamiento ante x que supone que lo conocemos, es decir probando que sabemos hacer cosas con x. Para demostrar que conozco el ajedrez sólo tengo tres caminos: indicar cuándo y cómo aprendí el juego, describir una serie de datos sobre él o ponerme a jugarlo con pericia. En ninguno de estos casos, transmito mi experiencia directa de ese juego, sólo indico los antecedentes o consecuencias de mi conocer, de los cuales se puede inferir que efectivamente conozco. Antecedentes y consecuencias pueden fungir corno razones en que se base la creencia o el saber que los demás tienen de mi conocimiento. No funcionan como razones de que el otro conozca, sino de que crea o sepa que yo conozco. Si un sujeto B comprueba que A conoce el juego de ajedrez porque sabe jugarlo, no diremos que, por esa razón, B conoce que A conoce el ajedrez, sino que B sabe que A conoce ese juego. Justificar un conocimiento ante los demás es, en verdad, justificar la creencia o el saber de un conocimiento, Por ello, la relación entre justificación y transmisión es diferente si se trata de un saber o de un conocer. La transmisión de un saber no difiere de su justificación ante el otro. Para transmitir un saber a otro sujeto basta con justificarlo ante él, mostrándole las razones en que se basa. En efecto, si el sujeto A exhibe ante B razones objetivamente suficientes de su saber que p, B comprobará esas razones y sabrá, por lo tanto, igualmente que p. El saber es directamente transmisible porque se funda en razones compartibles por cualquiera. Por ello la relación de saber es transitiva. Si A sabe que p y B sabe que A sabe que p, entonces B también sabe que p.5 En cambio justificar ante los demás nuestra creencia de que tenemos un conocimiento, no implica transmitir éste. Si alguien, digamos A, trata de justificar ante otro, sea B, su conocimiento de x, B puede saber que A conoce x, esto es, B puede tener razones objetivamente suficientes para aseverar que A conoce x, pero no por ello comparte el conocimiento de A; B no conoce a su vez lo que A conoce. Para ello B debería colocarse en circunstancias semejantes a A y tener experiencias similares. El conocimiento, a diferencia del saber, no es directamente transmisible. Cualquier saber es compartible; nadie, en cambio, puede conocer por otro, cada quien debe conocer por cuenta propia. El conocer es intransferible. Por ello la relación de conocimiento no es transitiva. Si A conoce x y B sabe que A conoce x, no se sigue que B también conozca x. Sólo hay una forma indirecta de transmitir el conocimiento: colocar al otro en una situación propicia para que él mismo lo adquiera. Conocer es asunto estrictamente personal. Por ello los saberes pueden consignarse en discursos razonados y anónimos, el conocer requiere, en cambio, del testimonio de quien conoce. Por otra parte, conocer un objeto puede ser una razón suficiente para creer o para saber algo acerca de él. Un conocimiento, propio o ajeno, puede justificar una creencia. Puedo creer, por ejemplo, en las virtudes de una persona, porque yo mismo u otro! la conozcan más o menos superficialmente. Pero que S conozca x sólo podrá ser razón para un saber acerca de x, si se cumplen dos condiciones: Primera: Si sabemos que S conoce x; esto es, si podemos dar razones suficientes para cualquier sujeto epistémico pertinente, de las cuales se infiera que efectivamente S 122

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conoce x. Si A dice que Pablo es responsable porque lo conoce, B sólo podrá aceptar que A sabe que Pablo es responsable, si él mismo u otro sujeto cualquiera puede comprobar que A efectivamente conoce bien a Pablo, cosa que podrá hacer al cerciorarse de las ocasiones en que A pudo obtener ese conocimiento o de las muestras que dé de tenerlo. Si no puede comprobar el conocimiento que A tiene de Pablo, B no podrá afirmar que A sabe, sino sólo que cree saber. Segunda: No hasta que sepamos que alguien conoce un objeto para aceptar que sabe todo lo que él cree saber sobre ese objeto. Porque el conocer se basa en experiencias personales que podrían mostrarle a un individuo propiedades incomprohables por otros. El conocimiento personal de un individuo puede ser fuente de descubrimiento de muchas verdades, pero éstas sólo tendrán el rango de saberes si pueden justificarse en razones comprobables por cualquiera. Sé que Pablo es responsable no sólo si efectivamente lo conozco, sino también si mi conocimiento me permite señalar comportamientos de Pablo comprobables intersubjetivamente, que justifiquen mi aserto. Así, ni las razones para saber que alguien conoce un objeto, ni las razones de los saberes acerca de ese objeto, fundadas en un conocer, pueden ser datos privados del cognoscente. Unas y otras tienen que ser razones públicas, comprobables en principio por cualquier sujeto pertinente. En ellas se funda el saber testimonial.

Saber testimonial Hay saberes fundados en el conocimiento propio, los hay también basados en un conocimiento ajeno. Me veo inclinado a aceptar muchas verdades porque se derivan de la experiencia de otros sujetos. La mayoría de nuestros saberes, en realidad, no han tenido por base nuestra propia experiencia sino el testimonio de la ajena. Nos atenemos entonces a la veracidad y competencia del «testigo», del «conocedor», del «experto» o, simplemente, del hombre «experimentado». Para ello tenemos que justificar en razones nuestra creencia en el conocimiento personal del otro; sólo así podemos saber que él conoce y, por ende saber lo que él conoce. ¿Cómo comprobar que otra persona, digamos A, efectivamente conoce x? Puede haber tres vías, que ya mencionamos y que pueden darse conjunta o alternativamente. En primer lugar, debemos mostrar que A estuvo efectivamente en situación de conocer x. Lo cual puede comprobarse de distintas maneras: por testimonio de otras personas, por examen de documentos relativos a A, que indican que estuvo en presencia de x, o porque comprobamos que A conoció y sólo pudo haberlo conocido si también conoció x. Podemos convencernos de que Herodoto conoció Babilonia porque Sófocles lo mencione, porque su nombre esté inscrito en una tableta arcaica o porque comprobemos la veracidad de la descripción que hace Herodoto del atuendo de los babilonios. En todos los casos, nuestro saber de que A conoce se basa en otras creencias que deben justificarse con independencia del conocimiento de A; es decir: para que B sepa que A conoce x, no le basta el conocimiento que A tiene de x, sino requiere de otros conocimientos o saberes. En segundo lugar, podemos justificar el conocimiento que A tiene de x al mostrar que A 123

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sabe sobre x cosas que sólo pudo saber, de haberlo conocido. Creemos que Herodoto viajó a Babilonia porque sus descripciones detalladas de lugares y costumbres nos inducen a pensarlo, pero que éstas sean veraces sólo podemos comprobarlo por razones distintas a su propio testimonio. Por último podemos saber que A conoce x porque observamos que sabe hacer cosas con x. Un mercenario ateniense pudo convencerse de que Herodoto conocía Babilonia, al verlo recorrer sin perderse sus callejuelas tortuosas. Las razones anteriores podrían bastar para saber que el otro conoce, ¿bastarían también para aceptar su testimonio sobre x? Aún no. Porque, aun conociendo x, A podría tener interés en aseverar sobre x cosas que no son ciertas. Si sabemos que A conoce x y A asevera el enunciado «p» acerca de x, no por ello tenemos razones suficientes para saber que p; antes tenemos que demostrar que A es testigo fidedigno. Lo cual podemos hacer de muchas maneras. La crítica histórica las ha sistematizado con cuidado. Algunos son criterios negativos: no hay razones para pensar que A tenga interés en mentir, nada lleva a atribuirle una índole engañosa; otros son positivos: observaciones ajenas confirman su veracidad, su testimonio concuerda con otros, tiene reputación de hombre honesto, lo ha demostrado en otras ocasiones, etcétera. Pero aun si tenemos razones suficientes para saber que A conoce x y que es fidedigno, no bastan para que sepamos cualquier proposición «p» acerca de x, formulada por A. En efecto, puesto que el conocer de A se funda en experiencias personales, puede justificar certezas de A acerca de x, pero sólo será fundamento de un saber, si «p» es comprobable intersubjetivamente. Aun de buena fe, A podría tomar por propiedades objetivas una simple aprehensión subjetiva, tal vez ilusoria, del objeto. No es menester, por supuesto, que esas propiedades sean efectivamente comprobadas por otros sujetos, sino que sean, por principio, comprobables. Para ello, deben ser públicas y no privadas. Creemos las descripciones que nos da Herodoto sobre cultivos o ciudades porque cualquier otro viajero hubiera podido comprobarlas; somos suspicaces, en cambio, frente a las manifestaciones de sus impresiones subjetivas. Intentamos incluso poner a prueba el testimonio de un relator con el de otros que hubieran observado lo mismo, es que aceptarlo como fuente de saber. Para creer la palabra de un testigo, hasta que sepamos que conoce y que es fidedigno; para saber lo que asevera, es menester además que su juicio sea justificable por quienes estén en situación de comprobar su verdad. Tampoco consideraríamos un testimonio como razón de un saber si es incompatible con los supuestos ontológicos que están en la base de todos nuestros saberes, o con algunos de los conocimientos que damos por bien fundados. Si esto sucede, antes que aceptar el testimonio ajeno, por justificado que esté, lo pondremos en duda. Creemos a Herodoto cuando nos describe las costumbres de los escitas, pero no cuando nos habla de serpientes que vuelan. Como cualquier saber, el saber testimonial está condicionado por las creencias básicas de la comunidad epistémica correspondiente y no puede, por ende, contradecir sus marcos conceptuales y sus saberes probados. Los testimonios sobre apariciones de dioses o de vírgenes no son aceptados por nosotros como válidos objetivamente, aunque pudieran serlo por otras comunidades históricas que admitan la posibilidad de observar, con naturalidad, entidades supramundanas. Si existe una inconsistencia entre el testimonio ajeno 124

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y los marcos conceptuales y saberes comúnmente aceptados por la comunidad epistémica pertinente, tenderemos a revisar las razones en que se funda nuestra creencia en el conocimiento ajeno o aquellas que permiten inferir su veracidad, antes que poner en cuestion los saberes anteriores. Por otra parte, trataremos de comprobar p con independencia del testimonio de A; sólo si llegáramos a justificarla en razones distintas, nos veremos en situación de decidir si podemos aceptarla, a riesgo de efectuar cambios en nuestras creencias anteriores. Resumamos. Muchos de nuestros saberes están basados en nuestro propio conocer, otros, en el conocimiento ajeno. Entre estos últimos figura el saber que se refiere a observaciones transmitidas por los otros: el saber por testimonio. El saber por testimonio se basa en una inferencia que comprende, entre sus premisas, saber que el otro conoce. Podríamos resumir así sus pasos: 1] A estuvo en situación de conocer x, y/o: A sabe cosas sobre x, que suponen un conocimiento de x, y/o: A sabe hacer cosas con x, que suponen su conocimiento de x . Luego, 2] A conoce x, 3] A asevera «p» acerca de x, 4] A es persona fidedigna, 5] «P» es comprobable por cualquier sujeto normal y no es incompatible con saberes anteriores. Luego, 6] «P» está objetivamente justificada. Luego, 7] B (o cualquier otro sujeto epistémico pertinente) sabe que p. Notemos algunos puntos. El conocer de A no se basa en razones objetivas, sino en las propias experiencias, pero el saber de B de que A conoce, sí requiere razones objetivas: las enunciadas en [1]. B requiere también dar razones suficientes para justificar su saber de lo que A atestigua: las enunciadas en [3], [4] y [5]. El conocimiento ajeno es una razón necesaria del saber testimonial que tiene B; pero no es una razón suficiente. El saber se justifica en un conocer (propio o ajeno), pero éste supone, a su vez, la validez objetiva de ciertas creencias. El testimonio de Herodoto se funda en el conocimiento personal que él tiene de Babilonia, pero nuestra creencia en ese conocimiento remite a su vez, para su justificación, a saberes que nosotros tenemos sobre Herodoto, a saberes que el propio Herodoto demuestra tener, a conocimientos nuestros acerca de lo afirmado por él, o a otros testimonios varios. Saber algo sobre x se justifica en saber que alguien conoce x, pero saber que alguien conoce x se justifica en otros saberes distintos. B puede, por ejemplo, justificar la proposición [1] “A conoce “x" en [2] “A asevera {p1, p2, p3, ... pn}” y [3] “{p1, p2, p3, ... pn}”. Pero [21 y [3] no se justifican a su vez en el hecho de que A conozca x; deben fundarse en 125

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otras razones. Una vez justificado “A conoce x” y “A es fidedigno”, B puede dar por objetivamente justificadas otras aseveraciones “{q1, q2, q3, ... qn}” acerca de x, que el mismo B ya no tiene necesidad de comprobar con independencia de la aseveración de A. Así, B puede saber muchas cosas acerca de x, sin tener que fundarlas en su propio conocimiento. Ahora bien, los conjuntos “{p1, p2, p3, ... pn}” y “{q1, q2, q3, ... qn}” pueden tener miembros en común: una aseveración puede justificarse, a la vez, por el testimonio de A y porque se funde en otras razones. Pero “{q1, q2, q3, ... qn}” comprende muchos miembros que no están incluidos en “{p1, p2, p3, ... pn}”. Herodoto nos dijo algunas cosas sobre Babilonia que hemos podido comprobar por nosotros mismos o por el testimonio de otros autores; gracias a ellas podemos aceptar muchas otras, basadas sólo en su testimonio. Una inmensa parte de nuestros saberes está fundada en el conocimiento ajeno, no sólo acerca del pasado, también acerca de lo que ahora acontece en el mundo. Nuestio saber cotidiano se va construyendo al través del enlace de nuestras propias experiencias con el testimonio de las ajenas. El saber científico de una comunidad, por su parte, se levanta sobre los conocimientos compartidos y contrastados de muchos de sus componentes. Así, no sólo el saber, también el conocer supone una actividad comunitaria. El conjunto de nuestros saberes no presenta una estructura piramidal en cuya base se encontrara, cual fundamento inconmovible, la aprehensión inmediata. En la base de nuestros saberes se encuentran, antes bien, tanto el conocer propio como el ajeno. Pero ambos suponen saberes previos, los cuales remiten, a su vez, a otros conocimientos. La imagen más adecuada de nuestro conocimiento sería la de una compleja red, en la que cada saber remite a conocimientos personales y a otros saberes, y cada conocimiento personal a su vez, a otros saberes y conocimientos. Sería difícil, en todos los caso3, seguir la urdimbre de relaciones que constituye la justificación completa de cada saber, pero la red entera descansa, en último térmiho, por unos cuantos puntos, en experiencias directas de varias personas.

Conocimiento en general Partimos del saber proposicional. Pero hemos visto que el conocimiento no puede reducirse a él. El conocimiento en general comprende varias formas; saber es sólo una de ellas. Sin embargo, por distintas que sean las formas de conocimiento que estudiamos, han mostrado relaciones estrechas que permiten e3perar la existencia de rasgos comunes. Tratemos de precisarlos. ¿Hay propiedades comunes a cualquier forma de conocimiento? ."Conocimiento” tiene, en el lenguaje ordinario, una ambigüedad: puede significar una actividad o un estado de un sujeto. “Conocer”, “saber”, al igual que otros verbos como “percibir”, “recordar”, “demostrar” “inferir”, pueden referirse a un proceso activo por el cual una persona llega a captar una realidad. Pero también pueden desginar el resultado de esa actividad: el estado del sujeto, que subsiste en él como una disposición, determinada por esa realidad. Podemos examinar, pues, las distintas formas de conocimiento que hemos estudiado, en función de esas dos acepciones del concepto. Descartamos de inmediato el “saber hacer” (knowing how) como una forma de

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conocimiento. Su semejanza con los conceptos epistémicos es, en efecto, puramente verbal. “Saber hacer” no se refiere a alguna actividad por la que el sujeto alcance la realidad y se determine por ella; designa, antes bien, un conjunto de habilidades para ejecutar ciertas acciones coordinadas; aunque éstas puedan ser señal que nos permita reconocer conocimientos en una persona, ellas mismas no son conocimiento. Quedan otras tres formas de conocimiento: aprehensión inmediata, saber y conocer en sentido estricto. Puesto que el conocer, a diferencia del saber, es personal e intransferible, podemos denominarlo también “conocimiento personal”.6 Hemos usado el término “aprehensión inmediata” para referirnos al simple percatarse, al darse cuenta de algo. Puede expresarse por varios verbos (entre ellos, como vimos, por un uso de “saber”) que denoten la recepción, la captación sin intermediarios de algo presente. La aprehensión inmediata no denota un estado permanente de un sujeto, sino la actividad de constatar un dato de sensación, de memoria o de fantasía. Es una manera por la que un sujeto llega a adquirir un conocimiento. En este sentido, habría un paralelo entre la aprehensión inmediata y otras actividades por las que se llega a saber algo, como la justificación o la ínferencia. ¿No permiten también estas últimas aprehender un objeto o situación objetiva, aunque en forma mediata? Por otra parte, hemos analizado el saber como una especie de creencia, y el concepto de creencia incluye la aprehensión -mediata o inmediata- del objeto o situación objetiva creídos. La aprehensión inmediata es pues condición de muchos saberes. Las relaciones de este concepto con el conocimiento personal son aún más estrechas. La aprehensión inmediata es una condición necesaria -aunque no suficiente- de la experiencia. Es pues una actividad que permite adquirir un conocimiento; pero si por conocimiento entendemos un estado de un sujeto, no podemos llamarla a ella misma “conocimiento”, como tampoco llamaríamos “conocimiento” al proceso de justificación que conduce a un saber. “Aprehensión” designa una ocurrencia que permite a un sujeto adquirir la propiedad de conocer: el conocimiento es el resultado de esa acción, no la acción misma. Por otra parte, la aprehensión inmediata no es condición suficiente para saber ni para conocer, pues uno y otro requieren, según vimos, condiciones adicionales. Por lo tanto, si entendemos el término “conocimiento”, en general, como una propiedad interna de un sujeto, adquirida mediante distintas actividades, sólo quedarían dos formas fundamentales de conocimiento: las que analizamos con los términos de “saber” y “conocer” ¿Podríamos encontrar en ellas ciertas notas comunes? De los análisis que hicimos pueden desprenderse, al menos, tres características comunes. No pretendemos que constituyan una definición de conocimiento en general, sino sólo notas esenciales por las que puede reconocerse. Primera: Tanto el saber como el conocer son estados disposicionales adquiridos, determinados por un objeto o situación objetiva aprehendida. Condición para saber es creer y la creencia fue definida de esa suerte. Pero también el conocimiento personal tiene las características de un estado disposicional. Cierto que, en muchos casos, podemos usar “conocer” para referirnos a un acto concreto, con un inicio preciso; entonces entendemos por “conocer” la actividad por la que se experimenta por primera vez, algo (“En la Guayana 127

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conoció, por fin, la miseria”); o bien empleamos “conocer” en el sentido de “reconocer” (“Al verlo, lo conocí de inmediato”). Con todo, cuando usamos “conocer” para referirnos a una propiedad de una persona, designamos una disposición interna, que puede o no manifestarse en actos, que puede incluso permanecer latente. Al igual que “creer", “conocer" se parece más a algo que se “posee”, que a algo que se “tiene". Quien conoce una ciudad, a una persona, no precisa tenerla en mente de continuo, hasta encontrarla de nuevo para tener hacia ella un comportamiento adecuado. Al igual que el que cree, quien conoce tiene lo conocido por parte del mundo y está dispuesto a comportarse tomando en cuenta su existencia, aunque a menudo deje de tenerla presente. Si tomamos “creencia" en el sentido amplio en que la definimos en el capítulo tercero, como “un estado disposicional adquirido, que causa un conjunto coherente de respuestas y que está determinado por un objeto o situación objetiva apreliendidos”, el conocer cumple con esa definición. Sólo podríamos rechazar que fuera una forma de creencia si redujéramos ésta a la creencia proposicional, puesto que no conocemos proposiciones sino objetos. Pero ya vimos que también debemos considerar la existencia de creencias no proposicionales, irreflexivas, y aun inconscientes. Tanto el saber como el conocer pueden considerarse, por lo tanto, como formas de creencia. A semejanza del saber y de la creencia proposicional, el conocimiento personal supone -el haber aprehendido en algún momento el objeto o situación objetiva conocidos; a diferencia del saber y de la creencia proposicional, exige que esa aprehensión sea personal ydirecta. En los tres casos, el objeto o situación objetiva aprehendidos determina el abanico de respuestas posibles del sujeto. Segunda: En el capítulo tercero vimos cómo la distinción entre los conceptos epistémicos y otros conceptos disposicionales, respondía al interés por orientar nuestras acciones de acuerdo con la realidad, a modo de asegurar su eficacia. Pues bien, el conocimiento, en cualquiera de sus formas, satisface ese interés. Tanto al saber como al conocer, obtenemos la garantía de que nuestras disposiciones estarán determinadas por lo que realmente existe y no por lo que simplemente creemos que existe. La diferencia está en que el saber exige una garantía objetiva, válida para cualquiera, el conocer, en cambio, se acompaíla de una garantía personal. Pero tanto al saber como al conocer, estamos en condición de realizar, con nuestras acciones, nuestros fines. Ambos son guías seguros en la práctica. Por eso el acierto reiterado en la práctica permite comprobar que efectivamente se sabe o se conoce. Tercera: El acierto reiterado en la práctica no sería posible si no contara el sujeto con algo que se lo asegurara. La diferencia entre la creencia y el conocimiento en general consiste en que, en el segundo, el acierto no se da por accidente, no es obra del azar o la suerte. Al saber tanto como al conocer, el sujeto tiene el acierto “amarrado”, “encadenado” a su arbitrio: porque cuenta con una “herramienta”, con una “clave” que le permite alcanzar la realidad. En el saber, la clave es la justificación objetiva, en el conocer, la experiencia personal. La justificación objetiva es criterio de verdad de lo sabido, la experiencia, captación de la realidad de lo conocido. En uno y en otro caso el instrumento para alcanzar la realidad debe ponerse a prueba, de continuo, para asegurarnos de su poder. En el saber, debemos comprobar 128

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nuestras razones con puntos de vista distintos y considerar alternativas posibles, antes de aceptarlas como fundamentos seguros; sólo cuando comprobamos que resisten ante razones en contra, sabemos. En el conocer, debemos confirmar una experiencia con experiencias sucesivas, de modo que todas puedan integrarse en una unidad; sólo cuando comprobamos que las experiencias concuerdan, conocemos. En uno y otro caso, las razones o las experiencias comprobadas nos dan la garantía, objetiva o personal, para acertar con la realidad. En suma, el conocimiento en general es un estado dísposicio-’ nal a actuar, adquirido, determinado por un objeto o situación objetiva aprehendidos, que se acompaña de una garantía segura de acierto. Pero, de hecho, no hay “conocimiento en general”. Éste siempre se presenta en diferentes tipos, según sea la aprehensión del objeto que lo determina (mediata o inmediata) y de acuerdo con la clase de garantía que asegure su “atadura” a la realidad (objetiva o personal).

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Carro Suárez, Juan R. Impacto de las nuevas tecnologías de información en las bibliotecas. En Ciencias de la Información. Vol.26, No.2, junio, 1995. p.4751.

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Impacto de las nuevas tecnologías de información en las Bibliotecas Juan R. Carro Suárez.

Se explica en forma breve, cómo llevar a cabo las funciones tradicionales de las bibliotecas, aplicando las nuevas temologías en los últimos años. Además se describen brevemente en qué consisten los multimedia. How to carry on traditional library functions with the application of the new technologies developed in the last ycars, is explained briefly. Also are described in a very short way what are multimedia. Introducción Se afirma, en Psicología, que el comportamiento de una función que depende del entorno y de la persona. Si consideramos que el desarrolló alcanzado por las tecnologías de información conforma el cambio más radical del medio ambiente humano, podremos comprender el por qué de su importancia para nuestra sociedad (1). Habitamos la actualidad apreciando un acelerado y continuo proceso de cambios. Casi cada día podemos disponer de nuevos productos tecnológicos o de modelos mejorados. Con ellos será posible optimizar la infraestructura técnica y organizativa. Esto, a su vez, puede implica cambios de procedimientos en determinadas transacciones. Podrán instrumentarse nuevos servicios o mejorar los existentes. Esta tecnología extiende y potencia las capacidades intelectuales y sensoriales del hombre. Sin embargo, crea aparatos que conllevan una nueva relación hombre-máquina y, por tanto, los necesarios ajustes, miedos y hasta rechazos. Se impone aprender a utilizarlos y, con el hábito, podrán flarmar parte de nuestro paisaje cotidiano, si antes no son sustituidos. Se ha definido como tecnologías de información "las disciplinas científicas, tecnológicas e ingenieriles y las técnicas de gestión usadas en el manejo y procesamiento de la información; sus aplicaciones; las computadoras y su interacción con hombres y máquinas; y los aspectos sociales, económicos y culturales asociados" (2). Más sintéticamente puede considerarse, como tecnología de información, la convergencia de la informática y las telecomunicaciones manejando información. Cada vez más información, como conocimiento, se constituye en eje central del cambio hacia la nueva sociedad. Es recurso y objetivo, causa y efecto, del desarrollo vertiginoso de las tecnologías de información. En Estados Unidos se dice que declina la supremacía del complejo militar-industrial para dar paso a una megaindustria de los servicios de información y entrenamiento, cuya capacidad tecnológica crece exponencialmente, que puede cambiar la forma de educar los niños, cambiar la manera de hacer negocios, cambiar el concepto de comunidad (3).

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Es muy común en nuestros días y en nuestro medio escuchar referencias a la "crisis de la información", pero si consideramos las estadísticas de empleo veremos que un alto porcentaje de la fuerza laboral, en algunos países desarrollados más de 50%, se vincula a tareas relacionadas con la información. Las empresas más modernas han tomado conciencia de la necesidad de reconocer la información como un valioso recurso, un activo. Compartimos el criterio de Horton: "Gerenciar los recursos información es una decisión de negocios, no es una decisión técnica" (4). Podemos afirmar que la revolución tecnológica en curso desempeña un papel protagónico en el profundo y acelerado proceso de cambios económicos y sociales que vivimos. Tenemos la necesidad real de una formación continua, que impida el desfase de nuestra preparación y la obsolescencia de nuestros conocimientos y capacidades. Debemos enfrentar, con inteligencia y creatividad, los retos que impone la realidad. En nada ayudará una actitud de avestruz, el abismo seguirá creciendo. Para Tom Peters "la excelencia es optimista. Es creer que algo es posible, que vale la pena luchar por ello; es confiar en los demás (5).

En bibliotecas Los primeros intentos trascendentales de aplicar la tecnología al manejo de la información tuvieron lugar en la década de los cuarenta. Los conceptos e ideas desarrollados por Vannevar Bush, en su diseño de MEMEX, para recuperar información mediante códigos digitales y fotoceldas, fueron punto de partida para Douglas Engelbart y Ted Nelson, en la década de los sesenta. De su importante herencia podemos citar el mouse y los sistemas de hipertextos-hipermedia de hoy. Podemos afirmar que la actual carrera tecnológica en el manejo de la información comienza en la década de los sesenta con la puesta en servicio, en 1964, en la National Library of Medicine de Estados Unidos, del sistema MEDLARS para la búsqueda y recuperación de información, en régimen de lotes. No es hasta la siguiente década que se hacen posible las búsquedas en líneas y con acceso remoto. Surge la primera red de conmutación de paquetes, Tymnet. Se crea el proyecto para desarrollo de la tecnología de redes de computadoras Advanced Research Preject Agency ( ARPA). Pero es en los ochenta, con el surgimiento del IBM-PC, que este mercado de tecnologías y servicios de información expande sus fronteras, para llegar a bibliotecas de modestos recursos financieros, pequeñas empresas y, sobre todo, a usuarios finales. En 1985 se introduce al mercado el CD-ROM (Compact Disk-Read Only Memory) para brindar un formidable soporte a grandes bases de datos y cualquier otro producto informativo voluminoso. Así quedaba garantizado el soporte de los futuros productos multimedia. También en ese decenio comienzan a ofertarse los primeros sistemas hipertextuales para microcomputadoras, un componente básico para el surgimiento de otro producto aún sorprendente: el hipermedia.

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Para terminar esta apretadísima cronología se impone mencionar el fenómeno INTERNET, red de redes que ha alcanzado un sorprendente desarrollo desde 1992. Hoy hace posible consultar cientos de catálogos de bibliotecas públicas, universitarias y de centros de investigación. También permite gestionar el préstamo o envío de documentos. Acceder a otros muchos servicios a través de INTERNET es hoy rutina para millones de personas. Es importante destacar que, aunque el arsenal de tecnologías y servicios de información disponibles es mayor que el hasta aquí presentado, de las opciones importantes ninguna ha sido sustituida por otra. Por ejemplo sigue multiplicándose la oferta de bases de datos en línea, y aumentan las soportadas en CD-ROM. También se mantienen servicios para la distribución en lotes, en disquetes y en bandas magnéticas. En esta variedad de tecnologías, servicios y productos de información, las bibliotecas deberán orientarse adecuadamente para satisfacer cada necesidad con la mejor opción a su alcance..Para ello los bibliotecarios requieren una cultura mínima sobre las ofertas disponibles, como veremos

Adquisición La adquisición, en la actualidad, puede realizarse aún siguiendo «procedimientos tradicionales», pero el resultado de su gestión será menos eficiente que si se utilizan las posibilidades actuales. La operatividad del correo electrónico nos permite desarrollar cualquier gestión comercial con asombrosa rapidez y seguridad, ya que los más importantes proveedores brindan los servicios especializados necesarios. Es el caso de Faxon, Swets, Ebsco, BlackweIl y otros. Pero también es posible acceder a bases de datos de documentos fuentes y obtener sus versiones electrónicas con rapidez, incluso productos multimedia. De igual forma puede accederse a servicios de suministro de documentos (como la Biblioteca Británica en su División de Préstamo) para obtener la información requerida por telefacsímil o a través del mismo correo electrónico.

Control bibliográfico En este campo se destaca la creación de grandes bases de datos de tipo catalográfico, que pueden ser consultadas y descargar los registros necesarios. Esto permite lograr mejor catalogación, con mayor rapidez y menor costo (Recuérdese que se estima que el costo de la catalogación y clasificación de libros y otros materiales es equivalente al costo promedio del propio libro (6). También debemos recordar la gran cantidad de bases de datos documentales y referenciales (en particular las bibliográficas), que acumulan decenas de millones de registros digitalizados y accesibles por computadoras. No debemos olvidar en este acápite el surgimiento y desarrollo de los «OPAC» (catálogos en línea de acceso público) y los catálogos colectivos automatizados. 133

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Almacenamiento El desarrollo y organización de colecciones están cediendo inevitablemente ante el acceso a la información, independientemente del lugar donde se encuentre (8). La mayor incidencia de las tecnologías de información, en esta área, ha sido tomar innecesario el almacenamiento masivo de documentos y colecciones para tratar de satisfacer posibles necesidades de información. Pero si esto fuera poco, está la oferta de los soportes optoelectrónicos, que con su enorme capacidad de registro, su seguridad, requerimientos de edición y explotación, ha llevado los costos de almacenamiento de información a niveles asombrosamente bajos. En una pequefla placa circular de 12 cm de diámetro es posible archivar el contenido de unas 300 000 páginas de texto, también permite almacenar imágenes, sonidos, video, en fin: multimedia. Servicios Hasta aquí hemos mencionado, implícita y explícitamente, diferentes servicios derivados del uso y la aplicación de las tecnologías. Tal es el caso de los servicios de búsqueda y recuperación de información, mediante el uso de catálogos en línea y otras bases de datos, propias o remotas, solicitud de préstamos, adquisición de documentos necesarios, en versión o electrónica. También es posible brindar acceso a publicaciones electrónicas, que llegan más a tiempo y resultan más baratas. Con razón pronostica Malinconico «...que con el paso del tiempo la importancia de las bibliotecas como centros de servicios, eclipsará la importancia de sus colecciones fisicas» (9).

Geslión administrativa Una biblioteca que utilice adecuadamente las tecnologías de información podrá realizar una gestión más eficiente y menos rutinaria. La captación de datos estadísticos será automática. El control de la circulación tendrá un alto nivel de automatización (usando códigos de barras) y posiblemente el acervo bibliográfico será muy pequeño. Si las colecciones son pequeñas el personal será poco. Así el control presupuestario y el análisis estadístico absorberán el mayor esfuerzo, permitiendo alcanzar una adecuada planificación estratégica y servicios de excelencia.

Muffimedia Sería inconcebible tratar el tema de las tecnologías de información sin dedicar un acápite de los multimedia, que para Steve Floyd «es simplemente el próximo paso para vivir y trabajar en una sociedad rica en información» (10) Podría describirse esta tecnología como la integración de las cualidades informativas y

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comunicativas de texto, sonido, imágenes fijas y video con la interactividad de la computadora, para comunicar, informar, crear habilidades o simplemente entretener. Diversos estudios realizados por IBM (11) acerca de la cantidad de información que podemos retener a través de nuestros sentidos, muestran que se retiene a corto plazo alrededor de 10% de lo que se ve, 20% de lo que se escucha, 40% de lo que se ve y escucha y 75% de lo que se ve, escucha y se lleva a la práctica. La capacidad de comunicar información de manera multisensorial es, tal vez la cualidad más atractiva y poderosa de las aplicaciones multimedia, Vista, oído y tacto son utilizados simultáneamente en esta manera de informar. La vista ayuda al oído a escuchar, el oído ayuda al ojo a ver y el tacto ayuda a la mente a recordar. De ahí la relevancia de esa cualidad de ver, escuchar y ejercitar que ofrecen los productos multimedia. También se ha escrito bastante del hipermedia, que para la doctora Chen «existen el concepto hipertexto de enlaces no lineales y no secuenciales de material textual a todas las formas de materiales que pueden ser digitalizadas para almacenar y recuperar a través de sistemas computacionales, incluyendo imágenes, sonidos, gráficos y animación...» (12) Las bibliotecas pueden usar los multimedia/hipermedia desde dos puntos de vista: Son nuevos productos informativos, con determinados requerimientos para su consulta. Brindan la posibilidad de ofertar nuevos y atractivos servicios a sus usuarios finales, aumentan la capacidad y calidad del servicio y referencia, no incrementan las necesidades de nuevas áreas de depósito y, por supuesto, pueden mejorar la imagen institucional. Constituyen una facilidad tecnológica para salvaguardar colecciones originales muy utilizadas en el servicio, a la vez que aumentan sus posibilidades de acceso. Pueden tratarse de esta manera publicaciones impresas, fotografias, videos, discos y casetes de audio, mapas, obras plásticas y documentos de uso restringido por su deterioro fisico. También es posible crear nuevos productos informativos de alto valor agregado. También INTERNET ofrece una basta gama de recursos de información multimedia, navegables en sus capacidades hipertextuales y asombrosamente distribuidos en multitud de nodos.

Conclusiones Académicamente, en esta parte del trabajo, debiera relacionar las conclusiones sobre el tema tratado, pero se compartirán algunas reflexiones, que no siempre serán conclusivas y originales. Si se observa el entorno socioeconómico actual, se comprobará que se asiste a un fenómeno creciente de globalización, creación de asociaciones y pactos para el desarrollo y el comercio. También se destaca un movimiento apreciable hacia la integración económica. Solo así podrán vivir los menos poderosos.

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En ese contexto, nuestros países deben realizar esfuerzos que les permitan, al menos, utilizar eficientemente la alta tecnología generada en los países desarrollados. Para ello es necesario disponer de recursos financieros, pero también de especialistas y ejecutivos debidamente preparados para enftentar el cambio, con una visión estratégica correcta. Se puede tomar INTERNET como referencia, por incluir a los más avanzados. Se observa como, en contextos universitarios, convergen las infraestructuras informáticas y las instituciones de información, para integrar una oferta común de servicios informáticos, docentes y de información. Es la mejor manera de hacerse útiles, necesarios y atractivos. Las bibliotecas harán un mejor uso de sus colecciones, sus servicios serán accesibles a mayor cantidad de usuarios, podrán complementarse con los fondos de otras instituciones y acceder a nuevos servicios muy necesarios. Los centros de cálculo verán aumentar la utilización de sus redes locales y campus, brindarán soporte infraestructural, de asesoramiento, consultoría y adiestramiento a mayor número de usuarios e instituciones. El papel del bibliotecario será positivamente afectado porque, cada vez más, tendrá que actuar como interfase inteligentemente selectiva entre el gran universo de información disponible y la necesidad intelectual del trabajo de creación del usuario-especialista. Una parte considerable de la información que se consumirá en el futuro inmediato estará disponible en forma electrónica. El proceso de cambio generado por el desarrollo tecnológico y el encarecimiento de las publicaciones impresas, provocará que un número creciente de instituciones diseñe y aplique el concepto de biblioteca virtual (también llamada biblioteca electrónica o biblioteca vacía). No se debe olvidar que en esta sociedad tecnológica o de la información, el hombre sigue siendo el elemento principal. Creador de información y tecnología, consumidor de ambas categorías, es quien toma las decisiones. El valor de estas dependerá, en gran medida, de su nivel de información, pero también de su capacidad profesional. Así que «la tecnología es secundaria a las personas» (13).

Referencias 1) Rispa Márquez, R. La revolución de la Información. Barcelona, Salvat, 1982 2) Visiedo Castellanos, Oscar. OMNIMATICA: Un enfoque integrados de los productos y servicios de información electrónica LATINBASE’ 92 Guadalajara, Diciembre 1992. l3p. 3) O’Shaughnessy, E. Tle New Establishment. Vanity Fair, October 1994. 4) Horton F.W. INFOMAPPING: discovering your organization’s hidden ínformation resources and assets. Information Managernente Press, 1991 5) Austin, N. Tom Peters. Pasión por la excelencia: Características diferenciales de las

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empresas líderes. La Habana. Edicion revolucionaria, 421p+21p. s/n. 6) Molino Ravetto, E. Perspectivas del sistema de ínformación científica y tecnológica en México. En: Seminario de ABIESI (4:1985 nOV.14-16 San Luis de Potosí) La Interacción entre biblioteca y la infomáticá Monterrey, 1986. pp l85-203 8) Malinconico, S.M. Los Servicios de Información en la Biblioteca Electrónica. México, 1992 (Conferencia dictada en El Colegio de México, México, D.F.) 9) Ibidem. 10) Floyd, S. The IBM multimedia handbook. New York, Brady, 199 1. 11) Tomado de Gómez Bustamante, P. Tecnología y educación. Información Científica y Tecnológica 15(205):14-18 Octubre 1993. 11) Ching-chib Chen. Technology integration and hypermedia/multimedia information delivery. En: Information, a resourcesfor development. Arnsterdam, Elsevier Science, 1991. 12) O’Shaughnessy, E. Op. cit. 13) Ibidem. Carro Suárez et al. Ubiblioteca electrónica, 1993. (Ponencia presentada en el Congreso INFO’93, La Habana, 711 de mayo de 1991)

Bibliografía Fiderio, J.A- Grand vision BYTE, Oct 1988. Malcolm J.P. The Hyperlibrary: UMI’s view of the future. En: Proceedings of the Integrrated Online Library Systems Meeting (7:1992 May 6-7) New York, Leamed Information, 1993.pp 123-126 Martínez, I.J. Teleinformática y cooperación bilbiotecaria. Revista Española de Documentación Científica 16(4):341-359, 1993. Orozco Silva, E.y Ignacio García Díaz. From dato to decision: infonnation managernent in a specific sector. A case study of BIOTEC. International Journal of Information and Library Research 4(2):105-113,1992. Pontigo, J. La Tecnología de información en las bibliotecas: realidades En: Seminario de ABIESL (4:1985 nOV. 14-16 San Luis Potosí) La Interacción entre la biblioteca y la informática. Monterrey, 1986.pp. 157-178. Tenopir, C. Choices of electroníc references. Library Journal 18(12): 52-54 July 1993. Recibido: 27 de noviembre de 1994. 137

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Aprobado: 20 de enero de 1995. Juan Carro Suárez DIE/DICT Capitolio National, Industrial e/Dragones y San José. La Habana, Cuba.

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LO QUE EL BIBLIOTECARIO NECESITA SABER. de la obra de: SHERA, Jesse H. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. 520p.

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LO QUE EL BIBLIOTECARIO NECESITA SABER

«Su bibliotecario tendría que ser, sobre todo, un versado y profundo teólogo; pero a esta calificación que llamaré fundamental, debe unirse una vasta adquisición literaria, un conocimiento exacto y preciso sobre todas las artes y ciencias, gran facilidad de expresión y, finalmente, esa exquisita cortesia que concilia el afecto de sus visitantes mientras que su mérito le asegura también la estima». 1 Tal era el perfil del bibliotecario que dibujaba Jean-Baptiste Cotton des Houssayes para la asamblea general de la Sociedad de la Sorbonne en diciembre de 1780, y que en términos generales representa la imagen del bibliotecario desde los bibliotecaríos-eruditos-curas del mundo antiguo hasta los doctos bibliotecarios norteamericanos de la segunda parte del siglo XIX. Y no fue sino hasta el momento en que el movimiento por una educación popu lar empezó a tener una aceptación general y que la emancipación de la mujer llevó a las jóvenes a buscar carreras bibliotecarias, cuando este venerable prototipo cambió sustancialmente. Esta transición ofrece un fértil campo a la exploración del historiador social. Tanto el saber como el servicio son mencionados explícitamente en la exposición de des Houssayes, pero dominaba el primero. Hacia el principio del presente siglo, sin embargo, el servicio se había vuelto predominante y la bibliotecología estaba perdiendo su status como carrera ilustrada; de este modo el bibliotecario de des Holissayes, el «versado y profundo teólogo», dio lugar al bibliotecario misionero. Incluso hoy, el papel de- bibliotecario como arcipreste. de la lectura para propósitos de educación, información, recreación, apreciación estética y responsabilidad civil, sigue poseyendo fuertes connotaciones emocionales. La importancia de la lectura no debe ser rechazada, pero el énfasis está cambiando y siendo expresado en nuevas configuraciones bibliográficas, nuevas necesidades y nuevos materiales. Confrontado con el cambio acelerado, especialmente en la tecnología de su cultura, el bibliotecario pronto descubre que muchas de sus complacientes suposiciones del pasado están quedándose atrás. Y encuentra, para citar a Elting Morison, que si la vida no tiprosigue en buen orden a lo largo de los arremolinantes surcos del cambio,» y «si no se tiene 19 an cuidado en el ordenamiento de nuevas energías, las cosas se saldrían de los rieles.»2 Naturalmente es del todo posible, especialmente si uno no toma en cuenta la visión de largo alcance, suponer que la innovación es una fuerza hostil, que es una forma de dislocar los valores existentes, un modo de perturbar las confortables rutinas y cálculos. Morison sigue diciendo que la época presente de rápido cambio «debe empezar como una era de destrucción. Debe, por su propia naturaleza, destruir muchas de las condiciones que le dan el mayor interés a la historia del pasado, y muchas de las tradiciones que la gente quiere tanto... Debe darse una gran destrucción, tanto en el mundo físico como en el intelectual, de las viejas construcciones y límites, de los viejos monumentos y, más aún, de las costu inbres y las ideas, de los sistemas de pensamiento y de los métodos de educación.»3 El peligro yace en el hiato entre el cambio destructivo y las innovaciones que toman su lugar: cuando «la gente no sabe lo suficiente para reconocer sus limitaciones pero sabe 140

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demasiado para seguir lealmente la dirección d.- líderes mejor calificados». 4 La principal tarea de la educación es llenar el vacío entre los cambios que destruyen y la innovación que crea aquello que suplantará a lo viejo. El bibliotecario, si es que ha de satisfacer las necesidades de una nueva sociedad, debe pensar mejores soluciones que las diseñadas por el viejo carretero que remendaba el arnés después de que se habían ido los caballos. Nuestra tarea en el presente capítulo es reexaminar «la nueva bibliotecología» a la luz de lo que se ha dicho acerca del rol social de la biblioteca, con la esperanza de lograr alguna visión sobre el conocimiento y las caUcidades que deberá poseer el bibliotecario de mañana.

LA RESPONSABILIDAD UNICA DEL BIBLIOTECARIO Es preciso comenzar por preguntarnos qué es el bibliotecario en cuanto bibliotecario, cuál es su responsabilidad única, ¿qué hace él que no haga nadie más? Responder que la bibliotecología es aquéllo que hace el bibliotecario no resulta aleccionador, aunque, coriscientemente o no, una parte sustancial de profesionistas es la culpable de que exista esta circularidad. En las páginas precedentes de este estudio hemos intentado sentar la base para la proposición de que el bibliotecario es un mediador entre el hombre y los registros gráficos que han producido la suya y previas generaciones, y que el objetivo del bibliotecario es maximizar la utilidad social de los registros gráficosyen beneficio de la hunianidad. La contribución más importante que hace esta definición para su comprensión de la bibliotecología como disciplina por su propio derecho es que representa un cambio en el énfasis que va de la bibliotecología en cuanto bibliotecología hacia la propia sociedad, y que hace posible una sustitución del propio juicio u opinión subjetiva del bibliotecario por un estudio objetivo de lo que la sociedad espera obtener de los libros o registros en cualquier etapa de su desarrollo cultura¡, o en cualquier parte de su estructura social. Aquí está implícitamente definida una actividad que es peculiarmente la responsabilidad del bibliotecario y que comparte con otros grupos sólo en sus márgenes; y sin embargo está íntimamente entrelazada con las necesidades de la sociedad. Minimiza la escala de valores a priori que habitualmente abriga el bibliotecario, en común con otros devotos de la fe bibliotecaria, y amplia la base de sus juicios de valor para considerar aquello que es bueno para la sociedad. Aquí hay un reconocimiento del hecho que la biblioteca es conformada por la sociedad, y de que cambia cuando cambia la sociedad. En el pasado la profesión había mantenido que lo que el bibliotecario necesita saber depende del tipo de bibliotecario que es, o espera ser: de niños, escolar, académico o especializado. Tal punto de vista es especialmente predominante entre los nuevos defensores de la bibliotecología como ciencia de la información. El valor de la especialización y la utilidad del conocimiento especializado no debe minimizarse, pero a menos que se mantenga junto por la fuerza cohesiva de un concepto generalizado de bibliotecología que fundamente todo lo que hace el bibliotecario, el resultado inevitable será la fragmentación de la profesión hasta un punto en que todos los modelos de desempeño y todos los crite rios de excelencia se perderán. Todas las especializaciones de la biblioteca, de uno u otro modo, sirven a fines sociales, 141

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por tanto es en la biblioteca como instrumento de la sociedad en donde deben buscarse los universales que fundamentan la profesión. Si la responsabilidad única del bibliotecario es reunir, organizar y facilitar el empleo de registros gráficos, sus actividades genuinamente profesionales deben encontrarse en estas tres áreas. Pero el punto foca¡ de esta actividad es ese momento en que un libro, un registro gráfico, pasa a las manos del lector. Si esto sucede frecuente y fructuosamente puede decirse que la biblioteca es exitosa; pero si nunca toma lugar, nada de lo que la biblioteca pueda ser o hacer justificará su existencia. Este es el sine qua non de la bibliotecología en relación al cual debe juzgarse la relevancia de todas las otras posibles actividades. El uso, en el sentido de que algo de lo que un lector ha leído ha tenido impacto sobre la sociedad, y es por tanto un asunto de interés para la sociedad, ocurre más allá del punto en el que el bibliotecario pone el libro, registro gráfico o información, en las manos del lector. Si este suceso particular ha de volverse una gota en el consorcio del conocimiento acumulado debe hacer algún impacto, el libro o la información deben «hacerle algo» al lector, aunque esto no necesite tomar la forma de una acción abierta a ser expresada de ese modo. Un cambio dentro del individuo, una profundización o un enriquecimiento de la calidad de la experiencia de una sola vida, es una contribución, y con frecuencia una contribución muy importante para la sociedad. Ciertamente nuestra cultura está orientada de tal modo que la calidad de una civilización se mide por el grado en que suministra este enriquecimiento, esta oportunidad para el desarrollo propio de sus miembros. Y sin embargo, la esterilidad, o no, de esta relación entre el libro y el lector, está en su mayor parte más allá del control del bibliotecario, una vez que el libro ha alcanzado a su lector. Lo mejor que el bibliotecario puede hacer para facilitar un contacto fructífero es utilizar cabalmente todos sus recursos para hacer, en la medida de lo posible, que los mejores materiales para el propósito particular encuentren su camino hacia el lector. Las políticas de selección, los métodos de organización y los medios de interpretación deben elegirse teniendo esto en cuenta; esta es la norma por la que ha de juzgarse el conocimiento que el bibliotecario debe tener, si es que ha de desempeñar sus actividades profesionales adecuadamente. Ha sido desde hace mucho un axioma de la profesión, que el bibliotecario no puede ser responsable de evaluar el valor de los materiales que pone en manos de su cliente, que el bibliotecario no es, y no puede ser, un especialista en temas. Por lo tanto, se ha argumentado, el bibliotecario debe dar en extensión lo que no puede lograr en profundidad; hay inocuidad en los números y a partir de ese punto el lector debe «hacer su propia evaluación». No obstante, hace casi medio siglo, James I. Wyer defendía el punto de vista exactamente opuesto. En su tratado sobre el servicio de consulta, Wyer es muy crítico de aquellos bibliotecarios que se contentan meramente con guiar al lector en cuanto al uso de los recursos bibliográficos que siministra la biblioteca. El rechaza como conservadores a aquellos bibliotecarios que mantienen que el primer deber del bibliotecario es adquirir y organizar los materiales de la biblioteca y «ayuda? al usuario a ayúdarse a sí mismo. "Interpretar", escribió, «parece un verbo mucho más exacto y satisfactorio que ayudar, auxiliar o socorrer... Lo que el primer verbo connota no es sólo menos mecanismo y más humanismo; sugiere escrupulosidad (aun en la ayuda) contra superficialidad; más que un comité directivo; en una palabra, comprensión.»5 Wyer apoya su punto de vista con este pintoresco ejemplo «El

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lechero de Gloversville que, con un ojo en su caballo y carreta enfrenada, pidió a gritos, a través de la puerta de la biblioteca pública, «un libro que cure a mi mejor vaca», nunca le hubiera dejado $70 000 dls. a la biblioteca si en ese entonces le hubieran dicho: «consulte el catálogo y busque Vacas», para terminar torpemente yendo de una referencia a otra entre Ganado, enfermedades del, Terapéutica bovina, etc.»6 Similarmente, Bundy y Wasserman tienen razón cuando atacan a los bibliotecarios diciendo que no han podido desarrollar una relación profesionista-cliente que sea verdaderamente profesional, y que la «disposición del bibliotecario para desempeñar el rol de un inexperto puede bien haber sido reforzada por el hecho de que ha tenido algún conocimiento sobre muchas cosas, pero no una genuina comprensión de nada.» 7 Y lamentan «la extinción del consejero del lector, esa casta de bibliotecarios que podían, querían y canalizaban activamente a los lectores por líneas racionales y productivas haciendo recomendaciones concretas e introduciendo gusto y discriminación en tales elecciones.»8

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EVOLUCIÓN HISTÓRICA, POSTURA DEL USUARIO FRENTE A LA INFORMACIÓN Y CAUSAS PROPIAS DEL USUARIO en Currás Emilia. La información en sus nuevos aspectos: Ciencias de la Documentación. Madrid: Paraninfo, 1988 p.307

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EVOLUCION HISTORICA Durante décadas y décadas los profesionales de las ciencias documentarias han estado preocupados y ocupados en intentar asimilar, ordenar y disponer toda la documentación e información que se iba produciendo. Se hablaba del usuario y de los servicios que se le debían facilitar con la mirada vuelta hacia el propio funcionamiento del centro documentario, sin pensar realmente en el usuario como verdadero cliente. Así, han surgido catálogos, bibliografías, thesauros, reglas de catalogación, técnicas de indización... y tantos otros procedimientos de trabajo, consistentes precisamente en tratar de tener los documentos y su contenido dispuesto para su uso... Pero, su uso, ¿por quién? Quizá por los mismos profesionales documentaristas, como intermediarios entre el producto bruto materia prima y el producto final - elaborado, que luego deberá ser consumido. Este producto final-elaborado no era -no es aún todavía hoy-, el que el cliente, usuario, necesita y de ahí que tampoco lo consuma. Quizá un investigador, para quien las necesidades de información son menos concretas, una lista de referencias bibliográficas, con o sin resumen, pueda serle útil. Le proporcionará una visión de conjunto con respecto a su campo de investigación. Para un ingeniero de una fábrica, esa misma lista de títulos de trabajos, con referencia a su lugar de publicación, poco le dice. Tal vez nada. Necesita otro tipo de informaciones y datos. Al ponerse en funcionamiento las bases de datos, que requieren grandes inversiones, es cuando ha empezado a pensarse seriamente en ese usuario, individuo trabajando en una empresa, de no importa qué tipo, que es quien realmente necesita la información. Esto es lo que ha dado lugar a la creación de los bancos de datos factuales y a las bases de datos textuales, por ejemplo. Durante décadas la atención de los productores de información, principalmente de los creadores de bases y bancos de datos, se ha fijado en los servicios de documentación, bibliotecas especializadas, fuesen privadas o estatales. Eran los usuarios reales, quienes luego facilitarían datos, documentos, publicaciones de resúmenes... a los usuarios potenciales. De unos pocos años a esta parte la atención se centra en quién realmente ha de utilizar la información -el usuario final-. Sobre todo se tiene en cuenta que ese usuario está pudiendo acudir, cada vez con más facilidad, directamente a las bases de datos, prescindiendo de aquel intermediario. Hoy en día, la preocupación se -fija en la educación de ese usuario final. Más bien de lo que se trata es de intentar crearle la costumbre de acudir a las fuentes de información como medio para resolver sus problemas, dudas y cuestiones.... no sólo de trabajo, sino también de ocio o esparcimiento. Aquí vamos a tratar este tema desde el punto de vista del usuario y también del profesional de las ciencias de la documentación. POSTURA DEL USUARIO FRENTE A LA INFORMACION Recapacitando sobre la infrautilización de los servicios documentarlos de cualquier tipo se nos ocurre pensar que es debido a cierto recelo, a cierta desconfianza en su utilidad que los usuarios sienten hacia ellos. Mas no todos son desconfiados. Por tanto, tendremos que admitir que nos encontramos ante dos grupos de usuarios: - los confiados, - los desconfiados.

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División ciertamente drástica, pero real. Dependerá del profesional documentarista conseguir que estos dos grupos se conviertan en uno solo: el usuario confiado. Y, ¿por qué hay usuarios desconfiados?; la respuesta es bien lógica. No obtiene la información que necesitan, o que esperan. Esta respuesta tan simple encierra, sin embargo, una gran complejidad de matices... En primer lugar, situándonos en el momento de desarrollo de la humanidad actual, hay que considerar la gran cantidad de documentos que se producen diariamente con todas sus informaciones inherentes. -El usuario desconfia que pueda obtener todas las informaciones aparecidas relativas a sus temas de trabajo. Otro matiz a considerar es el lenguaje en que se presentan esos documentos, esas informaciones. Nos referimos al lenguaje natural, hablado y escrito. Los lenguajes artificiales, como el de las matemáticas, o la química, no ofrecen dificultades por cuanto son internacionales y aceptados universalmente. Los lenguajes naturales difieren mucho unos de otros, incluso algunos en sus formas escritas. Y hay una tendencia natural innata a la comodidad que lleva, en muchos casos, a no querer molestarse en aprender idiomas. Y aunque se conozcan algunos idiomas, nunca llegarán a ser todos aquellos en que pueden venir escritos los documentos de nuestro interés. Y de cualquier forma es más sencillo entenderse en el propio idioma de cada uno. Aunque a nosotros, como españoles, nos moleste y debamos luchar contra ello, el hecho real es que el inglés se está imponiendo como idioma de trabajo, al menos en los campos industriales, comerciales y científicos. La solución podría ser, por consiguiente, aprender inglés, ya que no es un idioma tan complejo. Sin embargo, tampoco se nos presentan todos los documentos en esa lengua. -El usuario desconfla que pueda comprender o entender todas las informaciones aparecidas relativas a sus temas de trabajo. Un tercer matiz a considerar es la falta de conocimiento de las fuentes de información, tanto en cuanto a los documentos en sí como a los lugares donde éstos se puedan encontrar. ¿Dónde buscar? ¿A quién preguntar? Cada vez aparecen más publicaciones periódicas y más libros sobre un tema dado. Bien es verdad que hay catálogos donde poder consultar, pero éstos también son abundantes y quizá no lleguen hasta los verdaderos interesados. Quizá tampoco les llegue la noticia de cuáles son los centros de documentación existentes y que pueden resolver su problema. -El usuario desconfla que tenga todas las informaciones que necesita, quizá porque intuye que no conoce las fuentes eficaces para conseguirlas. Es posible que en este caso no sea “desconfianza”, sino sólo ignorancia o despreocupación por enterarse. Un cuarto matiz digno de tenerse en cuenta es la falta de conocimiento en cuanto a las posibilidades de utilización de los servicios de documentación. En la mayoría de los casos no se conoce bien su funcionamiento, sus posibilidades, sus fondos, sus sistemas. Bien es verdad que los centros de documentación o las bibliotecas preparan catálogos, bibliografías... 146

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y otros tipos de informaciones para mantener al día a sus clientes reales o potenciales. Sin embargo, no siempre resultan todo lo útiles que podrían ser. La mayor parte de las veces, las causas hay que buscarlas en la falta de comunicación entre documentarista y usuario. Si éste no exterioriza sus apetencias de información, mal puede aquél complacerle. Aunque no siempre es achacable la responsabilidad al usuario. Cada caso será diferente. -El usuario desconfila de la eficacia de las informaciones que recibe por desconocimiento de las posibilidades del centro que los envía. Otro matiz, y quinto en nuestro caso, digno de tenerse en consideración es la creencia de que el documentarista no va a comprender los problemas del usuario. Es completamente humano pensar que nuestro tema de trabajo es el más importante y que sólo nosotros somos capaces de entenderlo eficazmente. Y esto se agudiza cuando se trata de un especialista. Pongamos por caso, un ingeniero electrónico, o un médico cardiólogo. Es muy posible que piensen que un triste documentarista o bibliotecario es incapaz de comprender los temas que trata y por tanto de proporcionarle la información adecuada. Sólo cuando ese ingeniero electrónico, o ese médico cardiólogo, se siente frente a otro ingeniero electrónico, o a otro médico cardiólogo que le ofrezca documentos e informaciones confiará en ellas. De aquí lo siempre repetido de que el profesional documentario debe ser a su vez especialista en los temas sobre los que ofrece información. -El usuario desconflia de la eficacia de las informaciones que puede recibir porque cree que el documentarista no comprende sus problemas de trabajo. Todavía cabe hacer mención de un sexto matiz, de reciente consideración, que afecta al uso de los sistemas de información en línea. Con la introducción de los microordenadores y de los ordenadores personales en los lugares de trabajo, los investigadores y otros tipos de empleados pueden tener acceso directo a esas máquinas. Se ha notado un gran recelo a optar por su utilización. Se muestran misteriosas y desconocidas. Hay que dirigirse a ellas en lenguaje cifrado -palabras clavedescriptores- que el ordenador debe poder descifrar. Y aunque podamos conversar con él, siempre estaremos temerosos de recibir cualquier contestación fuera de tono*. Tampoco tendremos la seguridad de que la información obtenida es realmente pertinente. Además, la gran cantidad de datos nos puede abrumar y hacernos sentir impotentes para obtener aquéllo que verdaderamente necesitamos. -El usuario desconfla de los servicios de información en línea porque no los conoce. No conoce su estructura y su composición. Se podrían seguir enumerando algunos otros matices causantes de esta desconfianza. No obstante, de momento, parecen suficientes para tratar este tema. Las causas de desconfianza se pueden agrupar en - causas internas (propias del usuario), - causas externas (al usuario). CAUSAS PROPIAS DEL USUARIO Efectivamente, es un hecho demostrado que el usuario es desconfiado en lo que se refiere a la utilidad de las informaciones que recibe; sin embargo, necesita informarse. 147

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Ese usuario tiene sed de información, es una necesidad inherente a su campo de trabajo, y más cuando realiza cualquier actividad concreta. Se podría postular que siente la inquietud de informarse. Además, el usuario teme: - no estar al día, - tomar decisiones inadecuadas, - utilizar métodos y sistemas convencionales, o tal vez, anticuados, - no poder leer todo lo que se publica, - ignorar asuntos primordiales; es decir, tiene un cierto temor a no estar suficientemente informado. Y tiene que resolver esta situación. Ante ella, toma sus propias medidas, lo que equivale a decir que busca la solución procurando autoinformarse. En los medios científico-investigadores es bien común el caso de colegas que trabajan en el mismo tema y que se mantienen informados por medio de cartas, informes, conferencias, comunicaciones presentadas a reuniones especializadas..., documentos que se intercambian entresí. En los medios industriales y técnicos el sistema postal no es tan común; pero sí el de remitirse mutuamente informes, o celebrar conferencias, reuniones especializadas, congresos... Tanto unos como otros, limitan al máximo su campo de trabajo y manejan, además de los documentos antes citados, unas pocas revistas muy especializadas, algunos boletines de resúmenes y las publicaciones críticas selectivas. Ellos llevan su propio control de los documentos que manejan, en algunos casos difíciles de conseguir por medios públicos, ya que no salen a la luz. Sólo recurren a los centros de documentación en casos extremos, incluso cuando se trata de los servicios de documentación de la propia institución donde trabajan. Efectivamente, científicos o empleados de una empresa determinada tienden a autoinformarse y sin embargo cada vez va resultando más complicado, precisamente por el aumento constante de documentos e informaciones que salen a la luz día a día. El usuario se encuentra en un estado, no sólo de desconfianza, sino también de desconcierto. La solución está en manos de los profesionales documentarlos, cuya misión última debe ser hacer que su trabajo fructifique, sea bueno y eficaz, atrayéndose a sus clientes. Por un lado, deberá procurar - estudiar al usuario, - educar al usuario. Tanto una cuestión como otra han sido suficientemente debatidas a lo largo de los años, aunque las soluciones todavía no hayan dado resultados satisfactorios.

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PROLOGO de “La galaxia de Gutenberg” obra de Marshall Mac Luhan, México, Origen/Planeta, 1985, 347 p.

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PROLOGO

En muchos aspectos, este libro es un complemento del titulado The Singer of Tales, de Albert B. Lord. El profesor Lord ha continuado la obra de Milman Parry, cuyos estudios sobre Homero lo llevaron a considerar cómo la poesía oral y la escrita han seguido, naturalmente, modelos y funciones diferentes. Convencido de que los poemas de Homero fueron composiciones orales, Parry «se impuso la tarea de probar incontrovertiblemente, si fuese posible, el carácter oral de los poemas, y a tal fin pasó a estudiar la épica yugoslava ». El estudio de esta épica moderna lo hizo, explica, «para fijar con exactitud la forma de la poesia narrativa oral... El método fue observar a los recitadores de una medrada tradición de cantos no escritos, y ver cómo la forma de éstos depende del hecho de que han de aprenderlos y practicar su arte sin leer ni escribir».1 Como los estudios de Milman Parry, el libro del profesor Lord es completamente ínsito y adecuado a nuestra era eléctrica. La galaxia Gutemberg tal vez podrá ayudar a explicarlo. Estamos hoy tan adentrados en la era eléctrica como los isabelinos ingleses lo estaban en la era tipográfica y mecánica. Y estamos experimentando las mismas confusiones e indecisiones que ellos padecieron al vivir simultáneamente en dos formas contrapuestas de sociedad y experiencia. Y si los isabelinos se hallaban irresolutos entre la experiencia de las corporacíones medievales y el individualismo moderno, es el nuestro el inverso problema de vemos confrontados por una tecnología eléctrica que parece dejar anticuado al individualismo y hacer obligada la interdependencia corporativa. Patrick Cruttwell ha dedicado un completo estudio (The shakespearean moment) a las estrategias artísticas nacidas de la experiencia isabelina de vivir en un mundo dividido, en disolución y resolución al mismo tiempo. También nosotros vivimos en un momento tal, de interacción de culturas en conflicto, y La galaxia Gutenberg trata de señalar el modo en que las formas de experiencia, de perspectiva mental y de expresión, han sido alteradas primero por el alfabeto fonético, y por la imprenta después. La tarea que Milman Parry se impuso con respecto a las formas, en contraste, de la poesía oral y de la escrita, se extiende aquí a las formas de pensamiento y de organización en la experiencia social y política. Resulta difícil explicar por qué hace tiempo ya que los historiadores no han llevado a cabo tal estudio de la divergente naturaleza de las organizaciones sociales «oral» y «escrita». Quizá se deba esta omisión, simplemente, a que el trabajo no pudiera hacerse hasta que dos formas de experiencia oral y escrita, en conflicto, volvieran a coexistir, como ahora ocurre. Tanto viene a decir el profesor Harry Levin en su prefacio a The Singer of Tales, del profesor Lord (pág. XIII): El término "literatura", al presuponer el empleo de la letra, da por entendido que las obras verbales de maginación se transmiten por medio de la escritura y la lectura. La expresión Iiteratura oral es evidentemente contradictoria. Sin embargo, vivimos en unos tiempos en que la capacidad de leer se ha hecho tan general que difícilmente puede invocarse como criterio estético. La palabra, hablada cantada, junto a la imagen visual del locutor o cantor, ha venido recuperando su dominio gracias a la ingeniería eléctrica. Una cultura basada en el libro impreso, que ha prevalecido desde el Renacimiento hasta hace poco, nos ha legado -a más de inconmensurables riquezas- esnobismos que deberíamos dar de lado. Debemos dirigir una nueva mirada a la tradición, y considerarla, no como la inerte aceptación de un cuerpo fosilizado de temas y convenciones, sino como el hábito orgánico de re-crear lo que nos fue legado y hemos de legar a otros.

La omisión de los historiadores, al no estudiar la revolución provocada por el alfabeto fonético en las formas de pensamiento y de organización social, tiene su paralelo en la historia socio-económica Ya en 1864-1967, Karl Rodbertus elaboró su teoría de la «vida económica en la antigüedad clásica». En Trade and Market in the Early Empims (pág. 5), Harry Pearson describe así su innovación: No se ha apreciado bastante esta modernísima interpretacion de la función social del dinero. Rodbertus se

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dio cuenta de que la transición desde una "economía natural" a una "economía del dinero" no fue una simple cuestión técnica, resultante de que el intercambio fuese sustituido por la compra con moneda. Insistió, por el contrario, en que una economía monetaria implicaba una estructura social distinta por completo a la que había prevalecido durante la vigencia de una economía en especie. Pensó que lo importante fue este cambio en la estructura social, secuela del empleo del dinero, no el hecho técnico de su uso. Esta controversia habría podido quedar resuelta antes de ser planteada si esta tesis se hubiese hecho extensiva a las cambiantes estructuras sociales, concomitantes de la actividad comercial del mundo antiguo.

En otras palabras, si Rodbertus hubiese explicado, además, que las distintas formas de dinero y cambio estructuraron las sociedades de forma diferente, podrían haberse evitado las confusas controversias de varias generaciones. La cuestión quedó aclarada cuando, finalmente, Karl Bucher abordó el estudio del mundo clásico no a nuestro modo convencional de retrospección histórica, sino partiendo de las épocas primitivas. Al comenzar con las sociedades iletradas y avanzando hacia el mundo clásico, «sugirio que la vida económica de la antigüedad podría ser mejor comprendida si se examinara desde un punto de vista primitivo, en lugar de hacerlo desde nuestra sociedad moderna ». Tal perspectiva invertida del alfabetizado mundo occidental es la que ofrece al lector Albert Lord en su Singer of Tales. Pero nosotros vivimos también en una época de electricidad o post-alfabetizada, en la que el músico de jazz utiliza todas las técnicas de la poesía oral. No es difícil en nuestro siglo una plena identificación con todos los modos orales. En la era electrónica que sucede a la era tipográfica o mecánica de los últimos cinco siglos, hallamos nuevas formas y estructuras de interdependencia humana y de expresión que son «orales», aun cuando los componentes de la situación puedan ser no verbales. Esta cuestión se trata más ampliamente en la sección final de La Galaxia Gutenberg. El problema en sí no es dificil, pero requiere cierta reorganización. de la vida imaginativa. Tal cambio en los modos de conocimiento siempre se ve retardado por la persistencia de los antiguos modelos de percepción. A nuestros ojos, los isabelinos aparecen como muy medievales. El hombre medieval se creía un clásico, del mismo modo que nosotros nos tenemos por hombres modernos. Para nuestros sucesores, sin embargo, aparecemos como hombres de carácter completamente renacentista y por completo inconscientes de los importantes factores nuevos que hemos puesto en movimiento durante los últimos ciento cincuenta años. Sin embargo, este estudio, lejos de ser determinista, elucidará, o así lo espero, un factor principal del cambio social que puede conducir a un aumento real de la autonomía del hombre. En Technology and Culture (volumen II, núm. 4, 196 1, pág. 348), al escribir sobre «la revolución tecnológica» de nuestro tiempo, afirma Peter Drucker: «Sólo hay una cosa que no sabemos acerca de la “Revolución Tecnológica”, pero es esencial: ¿Qué es lo que causó el cambio básico de actitudes, creencias y valores que la provocaron? He tratado de demostrar que el progreso científico tuvo poco que ver en ello. Pero, ¿qué responsabilidad no tuvo el gran cambio en la concepción del mundo que la “Revolución Científica” determinó un siglo antes?» La galaxia Gutenberg intenta, al menos, señalar esa «cosa que no sabemos». Pero, aun así, ¡tal vez resulten ser algunas otras cosas! EI método empleado a lo largo de este estudio está directamente relacionado con lo que Claude Bernard definió en su clásica introducción al estudio de la medicina experimental. Explica Bernard (págs. 8-9) que « la observación consiste en percibir los fenómenos sin perturbarlos, pero la experimentación, de acuerdo con los mismos fisiólogos, implica, por el contrario, la idea de que el experimentador introduce una variación o perturbación en las condiciones del fenómeno natural... Para hacerlo, suprimimos un órgano del ser vivo por amputación o ablación; y del trastorno producido en el organismo total o en una función especial, deducimos la función del órgano suprimido». El propósito de la obra de Milman Parry y del profesor Lord fue observar la totalidad del proceso poético en condiciones orales, y contrastar el resultado con el proceso poético en 151

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condiciones escritas, supuestas como «normales». Es decir, que Parry y Lord estudiaron el organismo poético cuando la función auditiva quedaba suprimida por el alfabetismo. Hubieran podido considerar también el efecto en el organismo cuando la función visual del lenguaje adquiría, con la palabra escrita, extensión y poder extraordinarios. Es éste un factor en el método experimental que tal vez haya sido descuidado precisamente porque es de incómodo manejo. Pero dada una intensa y exagerada acción, «el trastorno producido en el organismo total o en una especial función» resulta igualmente observable. El hombre, ese animal que construye instrumentos, sea el lenguaje, la escritura o la radio, se ha dedicado desde hace mucho tiempo a ampliar uno u otro de sus órganos sensoriales, pero lo ha hecho de tal modo que todos los restantes sentidos o facultades han sufrido extorsión. Si bien han pasado por tal experiencia, los hombres han omitido constantemente, sin embargo, hacerla seguir de observaciones. En su trabajo Doubt and Certainity in Science, dice J. Z. Young (págs. 67-68): El efecto de los estimulos, externos o internos, es perturbar la acción unísona del cerebro o de alguna de sus partes. Se ha hecho la sugerencia especulativa de que la perturbación rompe en cierto modo la unidad de la estructura previamente constituida en el cerebro. Éste selecciona entonces aquellos elementos del estímulo que tienden a reparar el modelo y devolver a las células su ritmo regular y sincrónico. No pretendo ser capaz de desarrollar en detalle esta idea de los modelos en nuestro cerebro, tiene grandes posibilidades de mostrar cómo tendemos a ajustarnos al mundo y el mundo a nosotros. De algún modo, el cerebro inicia secuencias de actos que tienden a traerlo de nuevo a su esquema rítmico, y este retorno constituye un acto de consumación o cumplimiento. Si la primera acción que realiza resulta fallida, es decir, si no consigue detener la perturbación de origen, ensaya otras secuencias. El cerebro sigue sus normas, una tras otra, oponiendo a la perturibación las fuerzas de sus distintos esquemas, hasta que de algún modo recupera de nuevo su ritmo. Esto ocurre quizá solamente después de una ardua, variada y prolongada búsqueda. Durante esta actividad fortuita, van formándose nuevas conexiones y esquemas de actuación que, a su vez, determinarán futuras secuencias.

Este inevitable impulso hacia el «fin», «cumplimiento» o equilibrio se produce tanto en la supresión como en la extensión de los sentidos humanos o funciones. Puesto que La galaxia Gutenberg constituye una serie de observaciones históricas de los nuevos logros culturales resultantes de las «perturbaciones» que fueron, primero, el alfabeto, y luego la imprenta, quizá ayuden en este punto al lector las afirmaciones de un antropólogo: En nuestros días, el hombre ha desarrollado extensiones o prolongaciones para realizar casi todos los actos que antes llevaba a cabo sólo con su cuerpo. La evolución de las armas comienza en los dientes y el puño y termina en la bomba atómica. El vestido y la casa son extensiones del mecanismo biológico para la regulación de la temperatura. Los muebles han sustituido a los talones o al suelo, cuando ha de sentarse. Las máquinas-herramienta, las lentes, la televisión, los teléfonos y los libros, que transmiten la voz a través del tiempo y del espacio, son ejemplo de extensiones materiales. El dinero es un medio para extender y almacenar el trabajo. Nuestras redes de transporte hacen ahora lo que antes hacían nuestros pies y nuestras espaldas. De hecho, todas las cosas materiales realizadas por el hombre pueden considerarse como extensiones de lo que el hombre hizo antes con su cuerpo o con alguna parte especial de él. 1

Esa exteriorización o expresión de ideas y sentimientos que es el lenguaje y el hablar, es un instrumento que «hizo posible al hombre la acumulación de experiencia y conocimientos, y facilitó su transmisión y máximo empleo posible». 2 El lenguaje es metáfora en el sentido de que no sólo acumula, sino que también transmite experiencia de una forma a otra. El dinero es metáfora en cuanto sirve para almacenar especialización y trabajo, y transforma una habilidad en otra. Pero el principio de cambio y transformación, o metáfora, está en nuestra facultad racional de transferir todos nuestros sentidos en cualquiera de ellos. Esto es lo que hacemos en cada instante de nuestra vida. Pero el precio que pagamos por las especiales herramientas tecnológicas, sean la rueda o

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el alfabeto o la radio, es que tales extensiones masivas de nuestros sentidos constituyen sistemas cerrados. Nuestros sentidos corporales no son sistemas cerrados, sino que constantemente se traducen unos a otros en esa experiencia que llamamos consciencia. Las prolongaciones de nuestros sentidos, herramientas, tecnologías, han sido, en el transcurso del tiempo, sistemas cerrados, incapaces de interacción o conciencia colectiva. Hoy, en la era eléctrica, el propio carácter instantáneo de la coexistencia entre nuestros instrumentos tecnológicos ha originado una crisis sin precedentes en la historia de la humanidad. Esas extensiones de nuestras facultades y sentidos constituyen ahora un particular campo de experiencia que reclama que aquellos se hagan patentes a una conciencia colectiva. Nuestras tecnologías, como nuestros sentidos corporales, exigen ahora una interacción y razón que haga posible una coexistencia racional. Mientras que nuestras tecnologías fueron tan lentas como la rueda, el alfabeto o el dinero, el hecho de que constituyeran sistemas aislados y cerrados fue social y síquicamente soportable. Esto ya no es cierto hoy, cuando la visión, el sonido y el movimiento son simultáneos y globales en su extensión. El equilibrio en la interacción de estas extensiones de nuestras funciones humanas es hay tan necesario colectivamente como siempre, lo fue para nuestra racionalidad privada y personal el equilibrio entre nuestros sentidos corporales. Hasta ahora, los historiadores de la cultura se han inclinado a aislar los acontecimientos tecnológicos, del mismo modo que la física clásica trataba los fenómenos físicos.Louis de Broglie, en The Revolution ín Physics, da mucha importancia a esta limitación de los procedimientos cartesianos y newtonianos, tan semejantes a los del historiador que mira desde un «punto de vista» individual (pág. 14). Fiel al ideal cartesiano, la física clásica nos mostraba el universo como algo análogo a un inmenso mecanismo capaz de ser descrito con toda precisión mediante la localización de sus cambios en el curso del tiempo...Pero tal concepción se apoyaba en varias hipótesis implícitas que fueron admitidas casi sin darnos cuenta de éllas. Una de tales hipótesis fue la de que el marco del espacio y del tiempo en el que casi instintivamente tratamos de localizar todas nuestras sensaciones, era un marco perfectamente fijo y rígido, en el que cada acontecimiento físico puede, en principio, quedar rigurosamente localizado, independientemente de todos los procesos dinámicos que se produzcan alrededor.

Veremos cómo las percepciones cartesianas y también las euclídeas están constituidas por el, alfabeto fonético. La revolución que describe De Broglie es una consecuencia, no del, alfabeto, sino del telégrafo y la radio. J. Z. Young, un biólogo, apunta al mismo blanco que De Broglie. Después de explicar que la electricidad no es algo que «fluye» sino «la condición que observamos cuando se dan ciertas relaciones espaciales entre las cosas », añade (pág. 111): Algo similar ha racedido cuando los físicos han ideado sistemas para medir distancias muy pequeñas. Se ha visto que ya no es posible utilizar el viejo modelo consistente en suponer que se trata de dividir algo llamado materia en una serie de pedazos, cada uno de ellos con sus propiedades definidas llamadas tamaño, peso o posición. Los físicos no dicen ahora que la materia "está hecha" de cuerpos lamados átomos, protones, electrones, etcétera. Lo que han hecho es abandonar el método materialista de describir sus observaciones en términos de algo hecho como por la mano del hombre, como un pastel. La palabra átomo o electrón no se usa como el nombre de una pieza. Se usa como parte de la descripción de las observaciones de los físicos. No tiene significado sino cuando la emplean gentes que conocen los experimentos en que se revela.

Y añade: «Es muy importante que nos demos cuenta de que la adopción de nuevos instrumentos lleva aparejados grandes cambios en la forma ordinaria de hablar y actuar.» Si hubiésemos meditado hace tiempo sobre un hecho tan fundamental, fácilmente habríamos podido dominar la naturaleza y los efectos de todas nuestras tecnologías, en lugar de vernos arrollados por ellas. En todo caso, lo que se hace en La Galaxia de Gutenberg es proseguir las meditaciones de J. Z. Young sobre este tenist-

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Nadie ha tenido mayor conciencia de la futilidad de nuestros sistemas cerrados de historiografía que Abbot Payson Usher. Su obra clásica, A History of Mechanical Inventions, es una explicación de por qué tales sistema cerrados no pueden establecer contacto con los hechos del acontecer histórico. «Las culturas de la antigüedad no se ajustan a los modelos de las secuencias lineales de la evolución social y económica desarrollados por las escuelas históricas alemanas... Si se dan de lado los conceptos lineales de evolución y se considera el desarrollo de la civilización francamente como un proceso multilineal, mucho se habrá avanzado en la comprensión de la historia de la cultura occidental, como integración progresiva de muchos elementos separados» (páginas 30-3 l). Un «punto: de vista» histórico es una especie de sistema cerrado, relacionado muy de cerca con la tipografía, y que florece allí donde los efectos inconscientes de la alfabetiza’ción se desarrollan sin el contrapeso de otras fuerzas culturales. Alexis de Tocqueville, cuya formación «libresca» estaba muy modificada por su cultura oral, parece haber tenido, a nuestro juicio, cierta clarividencia en cuanto se refiere a las formas de evolución de la Francia y la América de su tiempo. No tuvo un punto de vista, una posición fija desde donde llenar de acontecimientos una perspectiva visual. Antes bien, trató de hallar en sus datos la dinámica operativa: Pero si voy más allá y busco entre estas características la principal, que incluye casi todo el resto, descubro que, en casi todas las operaciones mentales, cada americano recurre solamente al esfuerzo individual de su propia comprensión. América es, por tanto, uno de los países donde los preceptos de Descartes son menos estudiados y mejor aplicados... Todos se encierran en sí mismos y persisten e juzgar el mundo desde allí. 1

Su habilidad para establecer la interacción entre los modos, orales y escritos, de estructura perceptiva, capacitó a De Tocqueville para lograr atisbos "científicos" en psicología y política. Con esta interacción de los dos modos de percepción alcanzó una comprensión profética, en tanto que otros observadores no hicieron sino expresar sus particulares puntos de vista. De Tocqueville tabía bien que la formación «tipográfica» no sólo había óriginado el concepto cartesiano, sino también las especiales características de la psicología y de la política americanas. Con su método de interacción entre modos perceptivos divergentes, De Tocqueville fue capaz de reaccionar ante su mundo, no en sectores, sino en su conjunto como campo abierto. Y tal es el método que A. P. Usher señala como ausente en el estudio de los movimientos culturales y su historia. De Tocqueville empleó un procedimiento similar al que describe J. Z. Young (página 77): « Es muy probable que gran parte del secreto de las facultades del cerebro esté en la enorme oportunidad que depara a la interacción entre los efectos del estímulo de cada una de las partes de los campos receptivos. Es esta provisión de centros de interacción, o lugares de mezcla, lo que nos permite reaccionar ante el mundo en su conjunto hasta un grado mucho mayor que el alcanzado por los otros animales.» Nuestras tecnologías, sin embargo, de ningún modo son uniformemente favorables a esta función orgánica de interacción o interdependencia. El presente libro se propone estudiar esta cuestión con respecto a la cultura del alfabeto y la tipografía. Y ésta es hoy una indagación que no puede intentarse sino a la luz de las nuevas tecnologías, que tan profundamente conmueven aquella operación tradicional y los valores alcanzados por la civilización de la tipografía y el alfabeto. Hay una obra reciente que estimo me libera del cargo que pudiera hacerse al presente estudio, como meramente excéntrico e innovador. Me refiero a The Open Society and Its Enemías, de Karl R. Popper; obra dedicada al estudio de diversos aspectos de la destribalización del mundo antiguo y de la re-tribalización del mundo moderno. Y es que la «sociedad abierta» fue consecuencia del alfabeto fonético, como pronto veremos, y hoy está amenazada de erradicación a manos de la tecnología eléctrica, como discutiremos al final de este estudio. Crea innecesario decir que, con respecto a esta evolución, solamente se está señalando lo que «es», no discutiendo lo que «debiera ser». La diagnosis y la descripción deben preceder a la valoración y la terapia. Es procedimiento bastante natural y 154

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corriente sustituir la diagnosis por la valoración moral, pero no el más ftuctífero. Karl Popper dedica la primera harte de su extenso estudio a la des-tribalización de la antigua Grecia y a la reacción que produjo. Pero ni en relación con Grecia ni con el mundo modemo considera la dinámica de nuestros sentidos, tecnológicamente prolongados, como factores tanto de la apertura como del cierre de las sociedades. Sus descripciones y análisis están hechos desde un punto de vista económico y político. El pasaje que se cita más adelante tiene especial relación con La galaxia Gutenberg, porque comienza con la interacción de las civilizaciones causada por el comercio, y termina con la disolución del estado tribal, del mismo modo que Shakespeare lo dramatiza en El rey Lear. Opina Popper que las sociedades tribales o cerradas tienen una unidad biológica, y que «nuestras sociedades modernas funcionan en gran parte por medio de relaciones abstractas, tales como el intercambio y la cooperación». Uno de los temas de La galaxia Gutenberg es que la abstracción o apertura de las sociedades es obra del alfabeto fonético y no de cualquier otra forma de escritura o tecnología. Por otra parte, el hecho de que las sociedades cerradas son el resultado de las tecnologías basadas en el lenguaje hablado, el tambor y el oído, nos trae, en los comienzos de la era electrónica, a la integración de toda la familia humana en una sola tribu global. Solamente que para los hombres de las sociedades abiertas esta revolución electrónica es menos confusa que lo fuera aquella revolución del alfabeto fonético, que quitó barreras y dio formas más ágiles a las antiguas sociedades tríbales o cerradas. Popper no hace análisis de las causas de tal cambio, ero describe (pág. 172) la situación de modo muy pertinente a La galaxia Gutenberg. Hacia el siglo VI anterior a la era cristiana, esta evolución había conducido a la disolución parcial de los viejos modos de vida e incluso a una serie de revoluciones y reacciones políticas. Y no sólo se produjeron tentativas de mantener o retener el tribalismo por la fuerza, como en Esparta, sino también esa gran revolución espiritual, la invención de la discusión crítica; en consecuencia, el pensamiento libre de obsesiones mágicas. Al mismo tiempo observamos los primeros síntomas de una nueva inquietud. Comenzó a sentirse la tensión de la civilización. Esta tensión, esta inquietud, es la consecuencia del consecuencia del colapso de la sociedad cerrada. Aún en nuestros días se deja sentir, especialmente en los momentos en que se producen cambios sociales. Es la tensión producida por el esfuerzo que rige de nosotros el vivir en una sociedad abierta y parcialmente abstracta: el empeño en ser racionales, el tener que renunciar a algunas, al menos, de nuestras necesidades sociales emocionales, el cuidarnos de nosotros mismos, aceptar responsabilidades. A mi juicio, hemos de soportar esta tensión como precio que pagamos por todo aumento de conocimientos, de racionalidad, de cooperación y ayuda mutua y, en consecuencia, de nuestras probabilidades de supervivencía y de crecimiento de la población. Es el precio que hemos de pagar por ser hombres. Esta tensión está muy intimamente relacionada con el problema del conflicto entre las clases, que surgió por primera vez al descomponerse la sociedad cerrada. La sociedad cerrada no conoció este problema. Al menos para los dirigentes, la esclavitud, la casta, el dominio clasista eran naturales, en el sentido de que no eran impugnables. Pero con el colapso de la sociedad cerrada, esta certeza desaparece, y con ella todo sentimiento de seguridad. La comunidad tribal (y la "ciudad" más tarde) es el lugar seguro para el miembro de la tribu. Rodeado de enemigos y de fuerzas mágicas peligrosas e incluso hostiles, siente a la comunidad tribal como un niño siente a su familia y casa, enlas que representa un papel definido; un papel que conoce bien y se desempeña bien. El colapso de la sociedad cerrada, que originó el conflicto entre las clases y otros problemas de posición social, debió de producir sobre los ciudadanos el mismo efecto que puede producir en el niño un serio disgusto familiar y la desmembración del hogar. Por supuesto, las clases privilegiadas, ahora amenazadas. También se asustaron ante la descomposición de su mundo "natural". Y si bien continuaran su lucha, muchas veces se mostraron reacias a explotar sus victorias sobre las clases enemigas, apoyadas en la tradición, el statu quo, un más elevado nivel de educación y el sentimiento de la autoridad natural.

Estas observaciones nos llevan directamente a la consideración de El rey Lear y la grave disensión familiar en que se vio envuelto el siglo XVI, a comienzos de la era de Gutenberg. 155

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Antonia Santos Rosas y Juan José Calva González. “Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio.” En: Documentación de las Ciencias de la Información, 20, p.207-223, Servicio de Publicaciones U.C.M., Madrid, 1997.

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Usuarios de la Información

Identificación de las necesidades de información del usuario: un estudio Biol. Antonia SANTos RoSAS Jefe de la Biblioteca de la Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios -Secretaría de Salud Lic. Juan José CALVA GONZÁLEZ Investigador del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas-UNAM

RESUMEN Las bibliotecas o cualquier unidad de información, o centro de documentación se suelen mencionar como entidades que tienen la misión o propósito de satisfacer las necesidades que la sociedad demanda en todos sus estamentos. El presente estudio tiene como finalidad esencial, realizar un acercamiento, utilizando una técnica para detectar e identificar las necesidades de información de los usuarios que acuden a una biblioteca especializada y brindarles los servicios y materiales disponibles. Palabras clave: Biblioteca especializada, material documental, necesidades de información, resultados y usuarios.

INTRODUCCION Es común oir mencionar que las bibliotecas o cualquier otra unidad de información tiene como misión o propósito satisfacer las necesidades de información 1 del sector de la sociedad que le compete atender (investigadores, obreros, amas de casa, estudiantes, etc.); pero en realidad ¿conocemos tales necesidades?; es factible pensar que cada biblioteca o unidad de información debe haber hecho un estudio para poder identificar las necesidades de información de su comunidad, para poder, primero, hablar de que las conoce y posteriormente, que este conocimiento le sirva para diseñar los servicios bibliotecarios y de información adecuados para satisfacerlas. Cada unidad de información (llámese biblioteca, centro de docurnentación, centro de información, etc.) atiende a un sector de la sociedad y para satisfacer sus necesidades de información requiere conocer cuales son éstas, por lo que debe detectarlas, identificarlas, analizarlas y desarrollar los mecanismos necesarios para satisfacerlas. Por lo anterior, el presente estudio exploratorio tiene como finalidad principal, realizar un acercamiento utilizando una técnica para detectar e identificar las necesidades de información de los usuarios que acuden a una biblioteca especializada; asimismo indagar sobre el idioma y la actualidad de la información que necesitan, materiales más usados y su opinión sobre los servicios que les son brindados. Para llevar a cabo el desarrollo de la presente investigación se escogió una biblioteca 157

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especializada de reciente creación y que aún no tuviera detectadas e identificadas las necesidades de información de su comunidad. La biblioteca en la que se relizó el estudio es dependiente de la Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios perteneciente a la Secretaría de Salud. Por tratarse de una institución que se ubica dentro del área de la salud (control de servicios y de producción alimenticia, y otros bienes de consumo como son productos de belleza, etc.) se partió del supuesto que los usuarios necesitan de información actual sobre tecnología en alimentos y producción de bienes de consumo, y sobre todo de información gubernamental de nuestro país y del extranjero, en el aspecto de legislación en la producción de alimentos y otros bienes de consumo. Para la realización de este estudio y poder detectar e identificar las necesidades de información de los usuarios se utilizó la técnica de la encuesta con la aplicación de un cuestionario como instrumento para recolectar los datos necesarios para identificar dichas necesidades. El cuestionario constó de preguntas abiertas y cerradas enfocadas a identificar: las necesidades de información, los materiales que se requieren con mayor frecuencia, los servicios que sugieren los usuarios brinde la biblioteca, la actualidad y el idioma en que se prefiere la información; asimismo indagar si los servicios que, actualmente, brinda la biblioteca satisfacen sus necesidades de información, así como sondear que fuentes necesitan para satisfacerlas. El cuestionario sólo se aplicó a los usuarios con registro en la biblioteca (usuarios reales) los cuales dieron un total de 60 empleados, correspondiente al 30%, de los 200 trabajadores que laboran en la Dirección General de Control Sanitario. Los 60 usuarios que se encuestaron cuentan con un nombramiento profesional. El presente estudio se inicia con la presentación a rasgos generales de la manifestación de las necesidades de información de los usuarios; posteriormente, se describe la biblioteca especializada y la institución donde se encuentra inmersa; por último se presenta un análisis de los resultados obtenidos de la investigación y conclusiones, asimismo se presentan recomendaciones. LA MANIFESTACION DE LAS NECESIDADES DE INFORMACION Las necesidades humanas se manifiestan a través de reacciones que tiene el individuo (reflejadas en su conducta), ya sea por causas básicas o de nivel más alto (en éste, es cuando intervienen factores ambientales externos al organismo); todas éstas reacciones son manifestadas a través del sistema nervioso de la persona. Las necesidades de información surgen cuando el individuo ya ha cubierto sus necesidades básicas (alimento, sueño, sed, etc.), de manera aceptable, y se encuentra influenciado por factores externos (medio ambiente: político, económico, educativo, etc.) los cuales lo estimularán a que tenga una reacción, deberá adaptarse a él. 158

Usuarios de la Información

Es indudable que el hombre necesita de la información extragénetica acumulada fuera de su cuerpo para utilizarla en su adaptación al medio. La construcción del término necesidades de información es una construcción abstracta, un término genérico, generalmente usada para responder porque las personas buscan, demandan, encuentran y usan la información 2. Asimismo hay que considerar que la búsqueda, requerimiento, demanda o deseo de información es el reflejo de que existe una necesidad de información en la persona. Las necesidades de información se presentan en todos los aspectos de la vida diaria: en el hogar, en la oficina, en las relaciones familiares, en la vida social, con las amistades, etc. También se presentan por curiosidad; sin embargo no sólo las personas (como ente individual) presentan una necesidad de información, sino también, las organizaciones o instituciones (compañías, industrias, instituciones educativas, etc.) pero no hay que olvidar que dichas entidades están compuestas por individuos. Así como la necesidad de información y conocimiento impulsa al individuo, así también impulsan a la sociedad, se puede decir que es la base del comportamiento colectivo y también del individual: así como el cerebro humano se deteriora cuando es privado de información que pueda ser procesada, asimismo la sociedad. Si ésta quiere evitar la decadencia, debe tomar constantes medidas preventivas para la identificación, adquisición y asimilación de nueva información y conocimiento que necesita 3. Hay dos caminos para satisfacer las necesidades de información 4: a) La información obtenida de la experiencia y que es acumulada en el cerebro del individuo; o b) La información que se encuentra registrada (fuera del cerebro) en cualquier soporte inventado por el hombre. La entidad que tiene como misión o propósito satisfacer las necesidades de información de las personas es la biblioteca 5; pero para cumplir con esta tarea es necesario conocer (estudiar a fondo) la naturaleza de las necesidades de información, como prioridad sobre la búsqueda de la misma. La biblioteca es la institución que ha creado el ser humano para preservar, organizar y difundir la información sin importar el material en que se encuentre registrada 6 y la sociedad espera obtener la información que necesita de ella. Sin embargo para lograr lo anterior se requiere estudiar qué son las necesidades de información, cuál es su naturaleza, cómo se manifiestan, cómo se detectan y cómo se satisfacen y, entonces, buscar los mecanismos necesarios para satisfacerlas plenamente. El conocer las necesidades de información de manera profunda permitirá desarrollar una «colección de materiales documentales cuyo contenido responda con efectividad a las necesidades de información de la comunidad a la que sirve»7. También permitirá el diseño

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de sistemas computacionales, la producción de abstracs e índices y el desarrollo de servicios bibliotecarios, entre otros 8. Se debe ser consciente de que las características entre una comunidad y otra son diferentes y que la biblioteca o alguna otra unidad de información requiere de recursos, servicios y métodos adecuados para cada una y de ésta forma convertirse en un instrumento que satisfaga las necesidades de información de esa comunidad. Por ejemplo, las necesidades de información que presentan humanistas y científicos son diferentes como lo muestran varios estudios realizados por French, Fulton y algunos otros realizados en bibliotecas de Brasil. Algunas de las diferencias encontradas entre ambos grupos son: Los humanistas utilizan mayormente información registrada en libros que en revistas, asimismo la información que requieren se encuentra en materiales que no perecen por su vigencia después de haberse publicado, como en el caso de los libros publicados en años anteriores. En cambio los científicos utilizan, preferentemente, información actual publicada en revistas, dejando a un lado los materiales de años anteriores.

Por lo anterior, como lo menciona Fulton 9, los humanistas se inclinan por la obra monográfica y los científicos por el artículo de revista. Los humanistas no tienen reparo en la edad de los materiales y los científicos si, ya que necesitan lo más actualizado. Los ejemplos anteriores son sólo algunos de los aspectos que se han estudiado en estos dos sectores, pero hay que considerar, que asunto y con que modalidad, es el que se está estudiando en ambas partes, ya que de ésto dependerá, también, su necesidad de información. Harris menciona que si los servicios bibliotecarios no son desarrollados en respuesta a las necesidades de los usuarios, entonces ellos deben desarrollarse sobre otras bases, entre las cuales menciona las siguientes 10: La lógica o sentido común. Las creencias o teorías profesionales. Necesidades del sistema. Los servicios bibliotecarios que son desarrollados bajo otras bases, que no sean satisfacer las necesidades de información de los usuarios, ya que éstas se desconocen, puede ser la razón por la cual algunos servicios no satisfacen los requerimientos de los usuarios, lo cual puede ocasionar continuas protestas o baja utilización de éstos, entre otras manifestaciones. Por lo expuesto en párrafos anteriores es conveniente que las bibliotecas identifiquen las necesidades de información de su comunidad y con base en éstas puedan diseñar los servicios bibliotecarios y de información que les permitan satisfacerlas. LA BIBLIOTECA ESPECIALIZADA

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La biblioteca especializada de reciente creación que fue seleccionada para el presente estudio depende de la Secretaría de Salud, la cual es la dependencia del ejecutivo federal que tiene como objetivo fundamental «proteger la salud de la población», y le brinda a través de la Subsecretaria de Regulación y Fomento Sanitario una gran cantidad de servicios para contribuir a este fin; la Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios, dependiente de esta Subsecretaría, tiene la responsabilidad de vigilar sanitariamente los productos, actividades, establecimientos y servicios realacionados con alimentos, bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas, tabaco, productos de aseo, limpieza, perfumería y belleza, así como las materias primas y aditivos que se utilizan en su elaboración 11. La Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios en abril de 1993 solicitó a la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) una asesoría para el establecimiento de servicios bibliotecarios y de información en esa dependencia gubernamental, a través de la creación de una biblioteca especializada que atendiera las necesidades de información de esta institución. Con base en la asesoría brindad por la UNAM a partir del 16 de mayo de 1993, la Dirección empezó la formación de su biblioteca especializada. En esta fecha se contaba con aproximadamente 2000 piezas de materiales documentales como son: libros, revistas, folletos, manuales, obras de consulta, diapositivas, videocasetes y documentos mecanografiados, que se encontraban en cajas y en completa desorganización; no contaba, en ese año, con mobiliario y equipo, únicamente se tenía un local asignado para la formación de la biblioteca especializada. Se empezó a catalogar y clasificar las obras monográficas utilizando las reglas de catalogación angloamericanas segunda edición y para la clasificación se empleo el Sistema de Clasificación Decimal de Dewey, aunque no era el más adecuado se pensó en utilizarlo por ser una herramienta fácil de adquirir para la dependencia, así como se planeó en adaptarlo y expandirlo cuando fuera necesario. Se realizó el análisis documental de los demás materiales: diapositivas, videos, etc. Se elaboraron los catálogos respectivos, así como el kardex para el registro de las publicaciones periódicas. Se solicitaron y obtuvieron el equipo, el mobiliario y los recursos humanos mínimos para empezar los servicios bibliotecarios y de información. Asimismo se cuenta a partir de abril de 1997 con equipo de cómputo, con acceso al correo electrónico e Internet. La biblioteca debe atender alrededor de 200 personas entre directores, subdirectores, jefes de departamento, dictaminadores y personal administrativo, que son las que forman parte de esta Dirección y que se encuentran laborando en sus instalaciones en el centro del Distrito Federal. Hasta el momento de este estudio se contaba con 60 usuarios registrados en la biblioteca especializada. En la Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios, se torna importante el desarrollo de colecciones documentales y el diseño de servicios bibliotecarios y de información para lograr satisfacer las necesidades de información de su comunidad y alcanzar, 161

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de esta forma, que la institución cumpla con las funciones que le fueron asignadas. Para la identificación de estas necesidades no debe perderse de vista que el área donde se ubica la biblioteca especializada de la Dirección es la de ciencias biológicas y de la salud, asimismo que estamos hablando de personal profesional con estudios en biología, química e ingeniería en alimentos, es decir, del área científica. ANALISIS DE RESULTADOS El instrumento se aplicó a 60 personas con registro en la biblioteca, los cuales tienen un nombramiento en el área profesional (esto corresponden al 30 % de la comunidad que trabaja en la Dirección); de estos cuestionarios sólo seis no contestaron el instrumento, lo cual corresponde a un 10 %, es decir, el 90 % de los cuestionarios aplicados fue contestado. De los 54 cuestionarios aplicados se encontró que la información que necesitan los usuarios para el desarrollo de sus actividades en la Dirección es, principalmente: microbiología de alimentos con un 75,9 %; seguida de tecnología en alimentos con un 72,2 %; aditivos alimentarios un 70,3 %; etiquetado de alimentos con un 55,5 %, bioquímica de alimentos con un 50,0 % y de bioquímica con un 33,3 % cada uno de estos porcentajes esta en relación con los 54 usuarios encuestados (véase figura 1). El 11,1 % de los usuarios encuestados respondieron que necesitan información sobre: toxicología de alimentos, envasado de alimentos y normas técnicas internacionales (véase figura2). El 9,2 % de los encuestados indicaron que necesitan información sobre administración; y el 7.4 % necesitan información sobre estadística (véase figura 3). El 5,5 % de los usuarios encuestados indicaron que necesitan información sobre: toxicología en general, reglamentación nacional e internacional, estadísticas de enfermedades producidas por alimentos, productos cosméticos y de belleza (véase figura 4). El 3,7 % de los encuestados respondieron necesitar información: jurídica, de planeación y organización, sobre farmacología, farmacopea (mexicana, americana y francesa), proceso de alimentos, análisis de riesgos y puntos críticos, sobre medicina herbolaría, sobre normas de la Secretaria de Salud, de control de calidad, sobre legislación sanitaria, la FDA, la CFR, sobre ingeniería de alimentos, informática y de comercio exterior, importaciones y regulación (véase figura 5). Del 1,8 % de los usuarios que contestaron el cuestionario, se obtuvo que necesitaban muy variada información (véase figura 6). En relación con la actualidad de la información que necesitan los usuarios, se encontró que de los 54 que contestaron, el 40 % requiere de lo más actual que esta saliendo en el momento (el día de hoy); el 33,3 % lo que va del año de 1195 y el 27,6 % lo de 1994 (véase figura7). En lo referente al idioma en que prefieren la información que necesitan, los 54 usuarios

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encuestados, se tiene que el 74 % de ellos prefieren el inglés; de éstos 54 usuarios el 5,5 % se inclinan por el francés. Y el 20,3 % no contestaron (véase figura 8). Cabe señalar que el 20,3 % solo prefiere el español y no algún otro idioma. Posiblemente por no manejarlo. Con respecto a los principales materiales que utilizan, con mayor frecuencia, los 54 usuarios encuestados, para cubrir sus necesidades de información, son: libros, con un 85,1 %; diccionarios especializados con un 74 ‘%; códigos, leyes, reglamentos, etc., con un 70,3 %; normas, con un 68,5 %; y revistas con 64,8 % y algunos otros más (véase figura 9). El 1,8 % de los usuarios repondió que utilizaban otros tipos de materiales con mayor frecuencia entre los cuales tenemos: Censos de INEGI, CFR, legislaciones de otros paises, vídeos, manuales técnicos, normas técnicas, current contents, biological abstracs, boletines de asociaciones, cte. (véase figura 10). Con respecto a las sugerencias que hacen los 54 usuarios sobre que servicios debe brindar la biblioteca a parte del préstamo interno y externo de materiales, fueron: búsquedas de información específica un 75,9 %, préstamo interbibliotecario un 55,5 %; localización de documentos un 55,5%; fotocopiado un 48,1 %; y obtención de documentos un 37,0 % y otros un 12,.9 %, (véase figura 11). En relación a saber si los servicios de la biblioteca satisfacen las necesidades de información de los usuarios, de los 54 encuestados contestaron el 53,7 % que SI y el 46,3 % que NO señalando las siguientes causas:(véase figura 12) hace falta información, no existen suficientes libros, se requiere de información actualizada, no se cuenta con algunas normas. Con respecto a las fuentes de información que requieren los usuarios para satisfacer sus necesidades de información señalaron las siguientes: normas sanitarias, normas ISO, libros de estadística, comunicación con otras dependencias internacionales, informática (uso de bancos y bases de datos), CODEX, Revistas como: Food Techriology, Journal of ¡ood science; el CFR, Legislación Española, HBP y el FDA (véase figura 13). CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS A través del análisis de los resultados de este estudio la técnica empleada resultó útil para detectar las necesidades de información de este sector de usuarios específicos. así como el análisis de los resultados arroja datos útiles para el diseño de los servicios bibliotecarios y de información, para dar respuesta acordes a dichas necesidades. Asimismo podemos llegar a las siguientes conclusiones más especificas: 1. Existen necesidades de información comunes a los usuarios encuestados como son: Microbiología de alimentos, Tecnología de alimentos, Aditivos alimentarios, 163

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Bioquímica de alimentos Bioquímica Por lo tanto podemos afirmar que los usuarios que tienen registro en la biblioteca tiene las necesidades de información mencionadas anteriormente, 2. Sin embargo existen necesidades de información más individuales y más específicas como: toxicología de alimentos, productos de belleza y cosméticos, botánica, etc. 3. Aunque existen necesidades de información comunes para los usuarios encuestados y necesidades más específicas o individuales, estas pueden agruparse en términos generales en diversos temas sobre los cuales la biblioteca debe contar con información, como por ejemplo: Alimentos - producción - etiquetado - conservadores, etc. 4. Los materiales que necesitan los usuarios, que tienen registro en la biblioteca, con mayor frecuencia son libros, diccionarios especializados, códigos, leyes, reglamentos, normas y hasta después, revistas. Lo anterior parece indicar que aunque los usuarios pertenecen al área científica, (ciencias biológicas y de la salud) las revistas y los artículos de éstas no son prioritarios, por lo que no coincide con los estudios realizados con científicos, posiblemente esta contradicción se deba a las funciones específicas de esta dependencia gubernamental, que no realiza actividades de investigación básica o aplicada, ya que los usuarios necesitan información concreta como por ejemplo la composición química de un producto de belleza o una norma sanitaria específica. 5. La información que necesitan debe ser lo más actualizada posible, lo que significa que la biblioteca debe tener información al día y del año en curso. Esto confirma que los usuarios del área científica requieren de información actual (al día). Asimismo, aunque no fue señalada en los primeros sitios, los usuarios con registro en la biblioteca requieren de información de tipo gubernamental (leyes, reglamentos y códigos, etc) tanto nacional como extranjera. 6. Para cubrir sus necesidades de información los usuarios proponen que la biblioteca extienda sus servicios a búsquedas, localización y obtención de información especializada, principalmente.

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7. Se puede decir que la mitad de los usuarios encuestados sienten que la biblioteca especializada, con sus actuales servicios satisface sus necesidades de información y que los que no se sienten satisfechos es, principalmente, por que ésta no tiene información y materiales actualizados. 8. Asimismo las fuentes de información principales a las que acuden para satisfacer sus necesidades de información son: normas sanitarias, normas ISO, CODEX, etc. Con base a los resultados y conclusiones obtenidas del presente estudio se puede esbozar como sugerencia que sea utilizada la técnica de la encuesta con los usuarios reales y potenciales de los servicios bibliotecarios y de información que brinde las bibliotecas especializadas, centros de documentación, centros de información u otras unidades de información similares a la contemplada en este estudio. OBRAS

CONSULTADAS

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NEGRETE Gutiérrez, María del Carmen (1988): La selección de materiales documentales en el desarrollo de la colección. México: UNAM, Centro Unviersitario de Investigaciones Bibliotecológicas. SHERA, Jesse (1990): Fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. ANEXOS FIG. 1. INFORMACION QUE NECESITAN LOS USUARIOS (cada % es dado con respecto a los 54 empleados encuestados) MICROBIOLOGIADEALIMENTOS............................................. 75,9% TECNOLOGIAENALIMENTOS.................................................. 72,2% ADITIVOSALIMENTARIOS......................................................... 70,3% ETIQUETADODEALIMENTOS.................................................. 5 5,5 % BIOQUIMICADEALIMENTOS................................................... 50,0%, BIOQUIMICA ............................................................................... 33,3 % FIG. 2. INFORMACION QUE NECESITAN LOS USUARIOS (con un 11, 1 % para cada rubro de un total de 54 encuestados) TOXICOLOGIA DE ALIMENTOS ENVASADO DE ALIMENTOS NORMAS TECNICAS INTERNACIONALES

FIG. 3. INFORMACION QUE NECESITAN LOS USUARIOS (cada % es dado con respecto a los 54 empleados encuestados) ADMINISTRACION .................................................. ESTADISTICA.............................................................

9,2% 7,4%

FIG. 4. INFORMACION QUE NECESITAN LOS USUARIOS (con un 5,5 % para cada rubro de un total de 54 encuestados) TOXICOLOGIA REGLAMENTACION ESTADISTICAS DE ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR ALIMENTOS PRODUCTOS COSMETICOS Y DE BELLEZA

FIG. 5. INFORMACION QUE NECESITAN LOS USUARIOS (con un 3,7 % para cada rubro de un total de 54 encuestados) JURIDICA PLANEACION Y ORGANIZACION FARMACOLOGIA

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FARMACOPEA (MEXICANA, AMERICANA Y FRANCESA) PROCESO DE ALIMENTOS ANALISIS DE RIESGOS Y PUNTOS CRITICOS MEDICINA HERBOLARIA NORMAS DE LA SECRETARIA DE SALUD CONTROL DE CALIDAD LEGISLACION SANITARIA FDA CFR INGENIERIA DE ALIMENTOS INFORMATICA COMERCIO EXTERIOR, IMPORTACION Y REGULACION

FIG.6 INFORMACION QUE NECESITAN LOS USUARIOS (con un 1,8 % para cada rubro de un total de 54 encuestados) DERECHO LABORAL ECONOMIA INTERNACIONAL PLANEACION PROGRAMACION CENSOS INDUSTRIALES RESIDUOS CONTAMINANTES PLAGUICIDAS EN ALIMENTOS NECESIDADES DE VITAMINAS EN LA POBLACION HOMEOPATIA MEDICAMENTOS VITAMINAS Y MINERALES FARMACOGNOCIAS CONSUMO DE ALIMENTOS DATOS EPIDEMIOLOGICOS DE ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR ALIMENTOS PRUEBAS MICROBILOGICAS INGENIERIA SANITARIA BEBIDAS ALCOHOLICAS TRATAMIENTO TECNICO DE ALIMENTOS METODOS ANALITICOS BOTANICA HIGIENE Y SANIDAD INDUSTRIAL TECNOLOCIA EN PRODUCTOS DE BELLEZA TOXICIDAD EN BEBIDAS ALCOHOLICAS Y NO ALCOHOLICAS TECNOLOGIA DE PRODUCTOS NATURISTAS, TANTO DE ALIMENTOS COMO DE BELLEZA Y MEDICAMENTOS REGLAMENTACION DE OTROS PAISES SOBRE ALIMENTOS Y BEBIDAS BUENAS PRACTICAS DE MANUFACTURA EPIDEMIOLOGIA EN GENERAL CONTAMINACION PRESENTADA EN ALIMENTOS PROCESOS INDUSTRIALES TECNOLOGIA DE PLANIFICACION TECONOLOGIA DE LACTEOS 167

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TECNOLOGIA DE PRODUCTOS PESQUEROS ESTADISTICAS VITALES PROCESO NACIONAL DE PRODUCTOS Y BIENES TERMINOS MEDICOS QUIMICA ECOLOGlCA CONTROL DE PRODUCTOS PESQUEROS VERIFICACION DE PRODUCTOS PESQUEROS CALIDAD SANITARIA EQUIPOS PARA VERIFICACION VIGILANCIA SANITARIA FOMENTO SANITARIO TECNICAS DE VERIFICACION ALIMENTOS PREPARADOS ESTUDIOS DE LABORATORIO PARA ALIMENTOS SUBSTANCIAS PROHIBIDAS (COLORANTES, ETC) ANALISIS BROMATOLOGICOS NUTRIMENTOS PLAGUICIDAS METALES PESADOS PROCESOS DE ALIMENTOS EN GENERAL SANITACION DE ALIMENTOS CODEX FEMA TOXICOLOGIA DE PRODUCTOS QUIMICOS ELABORACION DE TORTILLAS DE MAIZ ELABORACION DE TORTILLAS DE TRIGO QUIMICA INSECTICIDAS NUTRICION HUMANA HIGIENE LIMPIEZA SANIDAD DESARROLLO ORGANIZACIONAL MICROBIOLOGIA DE LA TORTILLA

FIG. 7. ACTUALIDAD DE LA INFORMACION INFORMACION ACTUAL (EL DIA DE HOY) ..................... 40 % LOQUEVADELAÑO1995..............................................33,3 % LODE1994....................................................................... 27,6%

FIG. 8. IDIOMA EN QUE SE PREFIERE LA INFORMACION A PARTE DEL ESPAÑOL INGLES......................................................................... 74,0% FRANCES..................................................................... 15,5 % NO CONTESTARON .................................................... 20,3%

FIG. 9. MATERIALES MAS USADOS POR LOS USUARIOS PARA CUBRIR SUS 168

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NECESIDADES DE INFORMACION (cada % es dado con respecto a los 54 empleados encuestados) LIBROS.................................................................................................... 85,1 % DICCIONARIOS ESPECIALIZADOS ......................................................... 74,0% CODIGOS,LEYES,REGLAMENTOS...................................................... 70,3% NORMAS.................................................................................................. 68,5 % REVISTAS ........................................................................................... 64,8% DIARIO OFICIAL ............................................................................... 46,2% ENCICLOPEDIASESPECIALIZADAS..................................................... 38,8% DICCIONARIOSGENERALES................................................................ 27,7% MEMORIAS DE CONGRESOS, ENCUENTROS, ETC ............................ 25,9% MANUALESDELABORATORIO............................................................. 24,0% ENCICLOPEDIASGENERALES.............................................................. 20,3% TESIS ...................................................................................................... 18,5 % FOLLETOS ........................................................................................... 11,1 % CATALOGOS ........................................................................................... 9,2% PATENTES.............................................................................................. 7,4% PERIODICOS .......................................................................................... 4,2% FIG.10. OTROS TIPOS DE MATERIALES MAS USUADOS POR LOS USUARIOS PARA CUBRIR SUS NECESIDADES DE INFORMACION (con un 1,8 % para cada rubro de un total de 54 encuestados) CENSOS INEGI CFR LEGISLACIONES DE OTROS PAISES VIDEOS MANUALES TECNICOS NORMAS TECNICAS CURRENT CONTENTS BIOLOGICAL ABSTRACS BOLETINES DE ASOCIACIONES, ETC. INIC ATAN CADIPAC SECTUR BOLETINES EPIDEMIOLOGICOS ESTADISTICAS

FIG. 11. SERVICIOS QUE PROPONEN LOS USUARIOS PARA LA BIBLIOTECA A PARTE DEL PRESTAMO INTERNO Y EXTERNO (cada % es dado con respecto a los 54 empleados encuestados) BUSQUEDAS DE INFORMACION ESPECIFICA .............. 75,9% PRESTAMO INTERBIBLIOTECARIO................................55,5 % LOCALIZACION DE DOCUMENTOS................................. 55,5 % 169

Guía de autoaprendizaje

FOTOCOPIADO................................................................ 48,1 % OBTENCION DE DOCUMENTOS ..................................37,0% OTROS:....................................................................12,9%. ACCESO A REDES DE INFORMACION BUSQUEDAS EN BASES DE DATOS EN LINEA BUSQUEDAS EN BASES DE DATOS EN CD-ROM ORIENTACION EN LA BUSQUEDA DE INFORMACION

F1G. 12. LA BIBLIOTECA COMO SATISFACTORA DE NECESIDADES DE INFORMACION. SI NO

........................................................ 53,7% ........................................................ 46,3%

CAUSAS DEL PORQUE NO ES SATISFACTORA DE SUS NECESIDADES DE INFORMACION HACE FALTA MAS INFORMACION NO EXISTEN SUFICIENTES LIBROS SE REQUIERE DE INFORMACION ACTUALIZADA NO SE CUENTA CON ALGUNAS NORMAS

FIG. 13. FUENTES DE INFORMACION QUE REQUIEREN LOS USUARIOS PARA SATISFACER SUS NECESIDADES DE INFORMACION NORMAS SANITARIAS NORMAS ISO LIBROS SOBRE ESTADISTICA COMUNICACION CON OTRAS DEPENDENCIAS INTERNACIONALES INFORMATICA CODEX REVISTAS DE ALIMENTOS COMO FOOD TECHNOLOGY, JOURNAL OF FOOD SCIENCE CFR LEGISLACION ESPAÑOLA HBP FDA CUESTIONARIO El presente cuestionario tiene como finalidad que la biblioteca cuente con los datos necesarios para organizar y difundir la información que requieren los usuarios. Por favor indique la dirección, subdirección y departamento al que pertenece. NO es necesario indicar su nombre.

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Usuarios de la Información

Dirección/Subdirección/Departamento al que esta adscrito: I. CONTESTE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS MARCANDO LA O LAS OPCIONES QUE SE REQUIERAN, SI ES NECESARIO AMPLIE LO QUE SE LE PIDE EN LOS ESPACIOS DISPUESTOS PARA TAL EFECTO: 1 . ¿QUE INFORMACION NECESITA EN EL DESARROLLO DE SUS ACTIVIDADES? MICROBIOLOGIA DE ALIMENTOS BIOQUIMICA TECNOLOGIA EN ALIMENTOS BIOQUIMICA DE ALIMENTOS ADITIVOS ALIMENTARIOS ETIQUETADO DE ALIMENTOS

• • • • • •

POR FAVOR INDIQUE SOBRE QUE OTROS ASPECTOS INFORMACION PARA EL DESARROLLO DE SUS ACTIVIDADES.

NECESITA

2. ¿QUE TIPO DE MATERIALES NECESITA CON MAYOR FRECUENCIA? LIBROS • REVISTAS MANUALES DE LABORATORIO NORMAS CODIGOS, LEYES Y REGLAMENTOS DIARIO OFICIAL MEMORIAS DE CONGRESOS, COLOQUIOS, ETC. FOLLETOS CATALOGOS PERIODICOS TESIS DICCIONAR10 GENERALES • DICCIONARIOS ESPECIALIZADOS ENCICLOPEDIAS GENERALES ENCICLOPEDIAS ESPECIALIZADAS PATENTES OTROS (SEÑALE CUALES)

• • • • • • • • • • • • • • •

3. ADEMAS DEL PRESTAMO INTERNO Y EXTERNO DE MATERIALES, ¿QUE SERVICIOS SUGIERE QUE BRINDE LA BIBLIOTECA? PRESTAMO INTERBIBLIOTECARIO BUSQUEDA DE INFORMACION ESPECIFICA LOCALIZACION DE DOCUMENTOS OBTENCION DE DOCUMENTOS FOTOCOPIADO OTROS (INDIQUE CUALES)

• • • • • •

II. EN LAS SIGUIENTES PREGUNTAS ORDENE JERARQUICAMENTE DEL 1 EN ADELANTE SEGUN SU NECESIDAD, ESCRIBIENDO EL NUMERO QUE 171

Guía de autoaprendizaje

CORRESPONDA A CADA OPCION 4. ¿CON QUE ACTUALIDAD NECESITA LA INFORMACION? PRESENTE MES (ENERO DE 1995) PRESENTE AÑO (1995) AÑO ANTERIOR (1994) SEXENIO ANTERIOR (1988-1994) DECADA ANTERIOR (1985-1994) OTRO(S) INDIQUE CON QUE OTROS AÑOS

• • • • • •

5. A PARTE DEL ESPAÑOL ¿EN QUE IDIOMA PREFIERE USTED LA INFORMACION QUE NECESITA? INGLES FRANCES PORTUGUES ALEMAN OTRO(S) (INDIQUE CUALES)

• • • • •

III. CONTESTE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS 6. ¿SUS NECESIDADES DE INFORMACION SON SATISFECHAS CON LOS SERVICIOS QUE ACTUALMENTE OFRECE LA BIBLIOTECA? SI •

NO •

7. SI SU RESPUESTA FUE NEGATIVA, INDIQUE ¿POR QUE? 8. SI SU RESPUESTA, A LA PREGUNTA 6 FUE NEGATIVA, ¿CUALES SERIAN LAS FUENTES DE INFORMACION QUE NECESITA PARA SATISFACER SUS NECESIDADES DE INFORMACION

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○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Juan José Calva González. “Las necesidades de información del usuario en la automatización de unidades de información.” En: Biblioteca universitaria: boletín informativo de la Dirección General de Bibliotecas / UNAM/. Nueva época 1(1), 15-20, 1998.

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LAS NECESIDADES DE INFORMACIÓN DEL USUARIO EN LA AUTOMATIZACIÓN DE UNIDADES DE INFORMACIÓN Juan José Calva González Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas

Introducción La automatización de los servicios bibliotecarios y de información que ofrece una biblioteca o cualquier otra unidad de información debe converger en satisfacer las necesidades de información de los usuarios; asimismo el diseño o construcción de sistemas de recuperación de información en forma automatizada debe responder a las expectativas de los mismos. Entonces es necesario identificar de manera integral al usuario para automatizar los servicios bibliotecarios y de inforinación, pero ¿qué tenemos que conocer de él? lo primero sería identificar ¿quién es el usuario que usará los servicios? y en segundo lugar ¿cuáles son sus necesidades de información? Lo anterior nos lleva a detectar completamente las necesidades de información de los usuarios, identificarlas ampliamente y buscar que la automatización de los servicios bibliotecarios y de información apoye en el logro y satisfacción de éstas. Debido a diversos factores existentes en torno a las unidades de información, pero principalmente los económicos, no es conveniente automatizar un servicio o diseñar un sistema de recuperación de información de manera automatizada sin saber qué necesidades del usuario se pretende satisfacer. Las unidades de información deben tener la seguridad de que la automatización de algún servicio o el diseño de un sistema de recuperación de información automatizado es realmente lo que el usuario requiere para alcanzar a cubrir sus necesidades de información, ya que cabe la posibilidad de que algún mecanismo menos sofisticado sea lo que cubra sus expectativas y alcance a satisfacerlo. El presente trabajo menciona solo algunos aspectos en los cuales las necesidades de información de los usuarios pueden incidir en la automatización de las unidades de información y en el diseño o construcción de sistemas de recuperación de información de manera automatizada. La manifestación de las necesidades de información La manifestación de las necesidades humanas son reacciones que tiene el individuo (reflejadas en su comportamiento) ya sea por causas básicas o de nivel más alto (en éste, es cuando intervienen factores ambientales externos al organismo); todas éstas reacciones son manifestadas a través del sistema nervioso de la persona.

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Usuarios de la Información

Una necesidad humana, ya sea fisiológica o de nivel más alto motivará al individuo a que presente un comportamiento dirigido a buscar la satisfacción de esa necesidad para poder restablecer un equilibrio interno y externo (si es el caso) en el sujeto. La manifestación de las necesidades de infórmación en el usuario lo llevarán a presentar un determinado comportamiento para satisfacer esa necesidad. Las necesidades de información las podemos situar en los niveles más altos, si es que concebimos a las necesidades humanas como una jerarquía (por ejemplo la Jerarquía de Necesidades de Maslow). Cuando el individuo ha cubierto sus necesidades básicas (alimento, sueño, sed, etc.) de manera aceptable y se encuentra influenciado por factores externos (medio ambiente: político, económico, educativo, etc.) entonces es cuando surgen las necesidades de información, ya que estos factores lo estimularán, motivarán o impactarán a que tenga una reacción, que deberá adaptarse a este medio para que su organismo recobre el equilibrio. El hombre para su adaptación al medio es indudable que necesita de la información extragénetica acumulada fuera de su cuerpo, por lo cual se ha abocado, desde tiempos remotos, a registrarla en algún soporte (piedra, tablillas de arcilla, papiros, pergaminos, códices, libros, revistas, cintas de audio, videocasetes, diskettes, cte.) con el fin de utilizarla posteriormente. La construcción del término necesidades de información es abstracta, un término genérico, usado en la mayoría de los casos para responder o explicar por qué las personas buscan, demandan, encuentran y usan la información. 1Pero el análisis del mismo es mucho más amplio. La existencia de una necesidad de información está reflejada en la búsqueda, requerimiento, demanda o deseo de información que manifiesta una persona, ya que es conducido a buscar una satisfacción debido al estímulo que recibió a través de su sistema nervioso (órganos de los sentidos). En todos los aspectos de la vida diaria de las personas aparecen las necesidades de información: en el hogar, en la oficina, en la escuela, en las relaciones familiares, con las amistades y en general en toda la vida social, etc. También se pueden presentar por curiosidad; sin embargo no sólo las personas tienen necesidades de información, sino también, las organizaciones o instituciones que son vistas como agrupaciones sociales con fines específicos (compañías, industrias, instituciones educativas, etc.) ya que dichas entidades están compuestas por individuos. Así como la necesidad de información y conocimiento impulsa al individuo, así también impulsa a la sociedad (la cual está compuesta por personas) se puede decir que es la base del comportamiento colectivo y también del individual; así como el cerebro humano se deteriora cuando es privado de información que pueda ser procesada, asimismo la sociedad. Si ésta quiere evitar la decadencia, debe tomar constantes medidas preventivas para la identificación, adquisición y asimilación de nueva información y conocimiento que necesita,2 es decir, 175

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satisfacer sus necesidades de información. Para satisfacer las necesidades de información hay dos caminos: 3 a) La información obtenida de la experiencia y que es acumulada en el cerebro del individuo; o b) La información que se encuentra registrada (fuera del cerebro) en cualquier soporte que haya inventado el ser humano, puede encontrarse en las unidades de información llamadas bibliotecas, centros de documentación, etc. Es así como Hill menciona que la entidad que tiene como misión o propósito satisfacer las necesidades de información de las personas es la biblioteca;4 ya que es aquí donde se encuentra la información registrada fuera del cerebro de los individuos. Existen varios tipos de necesidades de información que han sido mencionados por varios autores, entre las cuales, por mencionar algunas, se encuentran las siguientes: Necesidades de información presentes, expresadas, no expresadas, persistentes, débiles, etc. Con el fin de ilustrar este documento se mencionan sólo dos de estos tipos, los cuáles pueden influir en la automatización de la biblioteca u otras unidades de información y en el diseño o construcción de los sistemas de recuperación de infonnación: 5 Las necesidades de información concretas, y las orientadas a un problema o asunto. Las del primer tipo son las que se refieren al momento en que el usuario necesita información muy concreta, como por ejemplo: a) La distancia de Saturno a la Tierra. b) La composición química del sulfato ferroso. e) La cotización del yen con respecto al peso el día de ayer. Las del segundo tipo se refieren a necesitar información para resolver problemas o asuntos amplios, como por ejemplo: a) La aplicación de la educación a distancia para resolver problemas educativos en amplios sectores geográficos. b) Cómo, tratar la tuberculosis. c) La utilización de las diferentes técnicas de conservación de alimentos enlatados. En los ejemplos anteriores el usuario necesita información, aunque en el primer tipo requiere algo concreto que puede ser solucionado rápidamente y utilizando sólo una o dos fuentes; en cambio, en el segundo ejemplo la información que necesitan es más ambigua

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(en el sentido de que no es concreta o específica) y más amplia, lo cual requiere de una serie de documentos muy variados que pueden ir desde el libro y la revista hasta los medios audiovisuales y los electrónicos. Las unidades de información requieren identificar el tipo de necesidades de información del usuario (o la comunidad de ellos) para planear el desarrollo de los servicios, así como la automatización o diseño del sistema de recuperación de información que mejor responda a los tipos de necesidades que presentan. En el caso de que los servicios bibliotecarios y de información no sean desarrollados en respuesta a las necesidades de información de los usuarios, Harris menciona que, entonces ellos deben desarrollarse sobre otras bases, de entre las cuales menciona las siguientes: 6 • La lógica o sentido común • Las creencias profesionales • Necesidades del sistema (ambiente político administrativo) Los servicios bibliotecarios y de información que son desarrollados bajo otras bases, que no son satisfacer las necesidades de información, ya que éstas se desconocen, puede ser la razón por la cual algunos servicios y la automatización de éstos, no satisfacen dichas necesidades, y ocasionan continuas protestas, críticas fuertes y/o la baja utilización de los mismos, entre otras manifestaciones que puede presentar el usuario. Las necesidades de información en la automatización Las necesidades de información del usuario están íntimamente relacionadas con los servicios de información que ofrecen las bibliotecas o cualquier otra unidad que los brinde. Debido a lo anterior Hill menciona que la biblioteca es la institución que ha creado el ser humano para preservar, organizar y difundir la información sin importar el material en que se encuentre registrada,7 por lo que la sociedad espera obtener la información que necesita de ella. Para alcanzar lo anterior es imprescindible identificar las necesidades de información de la comunidad y su manifestación, así como los mecanismos para satisfacerlas; en este momento es cuando se puede planear la automatización de algunos de sus servicios como un medio de apoyo para la satisfacción de las necesidades del usuario. Cuando se habla de automatizar la biblioteca es referirse a: Automatización de la catalogación Automatización del catálogo Automatización de las adquisiciones

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Automatización de las publicaciones periódicas Automatización de circulación (o préstamo) Automatización de las funciones de consulta Automatización de las funciones administrativas Diseño y desarrollo de bases de datos con información concreta, y/o Construcción o diseño de sistemas de recuperación de información que contemplen la utilización de la WWW. La automatización de la unidad de información con respecto a alguno o todos los puntos anteriores deberá realizarse con el fin de apoyar a la satisfacción de las necesidades de información del usuario. Por lo anterior se torna de suma importancia el conocimiento del usuario y de sus necesidades de información con relación a aquellos servicios automatizados en los cuales tendrá que utilizar algún equipo de cómputo, como por ejemplo un catálogo automatizado o entrar a Internet para revisar una hoja WEB de una persona o una institución. El conocer las necesidades de información de la comunidad que se atiende permitirá desarrollar una "colección de materiales documentales cuyo contenido responda con efectividad a las necesidades de información de la comunidad a la que sirve" 8 También permitirá el diseño de sistemas computacionales, la producción de abstract e índices y el desarrollo de servicios bibliotecarios, entre otros; 9 tomando en cuenta la creación de hojas WEB y las ligas que en ella se realicen. Por lo anterior la base para la automatización o el diseño de sistemas de recuperación de información deberá ser el usuario, sus necesidades, para que a partir de ésta se defina el contenido de las base de datos, la elaboración y contenido de la hoja WEB y las ligas que en ella se tengan, por mencionar algunos aspectos. También es conveniente no olvidar al usuario cuando se adquiera un equipo computacional que será utilizado por éste, ya que el hardware y el software tiene que ser amigable para su correcta comprensión y utilización. Los servicios de información que brinde la biblioteca deben partir del usuario, no de lo que piensa o cree el responsable de la unidad de información acerca de lo que necesita el usuario. También es importante estar conciente de que las características entre una comunidad y otra son diferentes y que la unidad de información requiere de recursos, servicios y métodos adecuados para cada una de éstas, con el fin de lograr convertirse en un instrumento que satisfaga las necesidades de información de esa comunidad. Por ejemplo, las necesidades de información que presentan humanistas y científicos son diferentes como lo muestran varios estudios realizados por French, Fulton y algunos 178

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otros realizados en bibliotecas de Brasil. Entonces la automatización de los servicios de información, el diseño y desarrollo de bases de datos o la construcción de sistemas de recuperación de información para ambos sectores, contemplará diferencias. En las unidades de información de países latinoamericanos se hace trascendental la conveniencia de realizar estudios de usuarios que permitan dos cosas principales: a) Identificar las necesidades de información de su comunidad de usuarios (reales y potenciales). b) Identificar el comportamiento informativo que presenta tal comunidad con el fin de satisfacer su necesidad de información. Por lo expuesto en párrafos anteriores es conveniente que las unidades de información identifiquen las necesidades de información de su comunidad y con base en éstas puedan establecer la automatización de los servicios que les permitan satisfacerlas utilizando, de esta manera, los adelantos tecnológicos que se ofrecen actualmente. Para satisfacer las necesidades de información de los usuarios se pueden planear diferentes tipos de sistemas de recuperación de información automatizada dependiendo de] tipo de necesidad que presenten, por ejemplo: Para las necesidades de información concreta se puede diseñar o construir un sistema de recuperación de información que sólo nos arroje información específica: a) Distancias entre los planetas, nebulosas, etc. b) Formulas químicas de los compuestos. e) Estadísticas sobre las cotizaciones diarias del hasta el día de hoy. Para las necesidades de información orientadas a un problema o asunto, se tendría que diseñar o construir un sistema de recuperación de información documental como por ejemplo: a) Una base de datos que cuente con una variedad de documentos con información sobre la educación a distancia y su aplicación en diversos sectores geográficos. b) Una base de datos con una variedad de documentos con información sobre el tratamiento médico de enfermedades contagiosas. c) Una base de datos con documentos sobre el enlatado de alimentos sus procedimientos, técnicas, etc. Es así como el diseño de un sistema de recuperación de información de manera automatizada estará respondiendo al tipo de necesidad de información que tenga el usuario o la comunidad de ellos. Conclusiones 179

Guía de autoaprendizaje

Por lo expuesto anteriormente se debe analizar la importancia que tiene la identificación del usuario y sus necesidades de información y con base en éstas se desarrollen los servicios de información. Se, hace conveniente partir de la identificación del usuario y de sus necesidades de información para automatizar la biblioteca o cualquier unidad de información con el fin de buscar que ésta apoye a la satisfacción de sus necesidades de una forma rápida, oportuna y sin burocratismo. El desconocimiento del usuario y sus necesidades de infort---nación al automatizar algún servicio, construir o diseñar sistemas de recuperación de infórinación, puede ser el motivo de que no sean utilizados con la demanda esperada, ya que no responden a los requerimientos de las personas a quiénes están dirigidos. Es importante señalar la necesidad de que en nuestros países de América Latina y el Caribe se realicen estudios que permitan identificar las necesidades de información de la comunidad que va a atender la unidad de información con el fin de diseñar servicios acordes a las realidades latinoamericanas. Asimismo los sistemas automatizados para la recuperación de información que ya están establecidos y que se encuentran a disposición del público, no es conveniente que sean aplicados en una forma única para diferentes comunidades de usuarios o unidades de información ya que éstas tienen diferentes necesidades de información, por lo tanto lo que puede servir para satisfacer a una comunidad puede fracasar para satisfacer a otra. NOTAS 1. FAIBISOFF, Sylvia G. y Donald P. Ely. Information and information necds. En: Information reports and bibliograpláles. 5, 2, 1976. 2. SHERA, Jesse. Fundamentos de la educación bibliotecológica. -- México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990. --pp. 113. 3. FRANTS, Valery. The needs for information and sorne aspects of information retrieval systems constructions. En: Journal of American Society for Information Science. 39(2), 86, 1988. 4. HILL, Helen Katherine. Methods of analysis of information need. -- Denton, Texas : H. K. Hill, 1987. -- pp. 1. -- Tesis (Master of Arts) -- School of Library and Information Studies). 5. Op cit., Frants, Valery, pp. 86 6. HARRIS, C. Necesidades de los usuarios y mercadeo de la información : su importancia en el currículo de las escuelas de bibliotecología. En: Revista Interamericana de Bibliotecología. 9(1), 16, 1986. 7. MORALES, Estela. Bibliotecología o información. En: Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios. 5(19). 13-21, 1989. 8. NEGRETE GUTIÉRREZ, María del Carmen. La selección de materiales 180

Usuarios de la Información

documentales en el desarrollo de la colección . -- México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1988. -- pp. 23. 9. HILL, op cit. p. 3 OBRAS

CONSULTADAS

CHING-CHI CHEN. Information seeking. -- London: Neal Schuman, 1982. CORKILL, Cynthia y Margaret Mann. Information necds in the humanities : two postal survey. -- Sheffield University of Sheffield, 1978. DUCKITT, Pauline. The human factor in designing a public on line data bank. The desing of information systems for human beings. -- London : ASLIB, 198 1. Estudio da demanda de informacao dos usuarios da area de biotecnologia. En: Ciencia da informacao. 15(2). 163, 192, 1986. FAIBISOFF, Sylvia G. y Donald P. Ely, Information and information necds. Information reports and bibliographies. 5, 2-16, 1976. FRANTS, Valery. The needs for information and some aspects of information retrieval systems constructions. En: Journal of American Society for Information Science. 39(2), 86-91, 1988. FRENCH, B. A. User necds and library services in agricultura] sciencies. En: Library Trends. 38(3), 415-441, 1990. FULTON, Christine. Humanities as information users: are view of the literature. Australian Academic and Research Libraries. 22(3), 188-1992, 1991. MARKUSON, Barbara Evans. Guidelines for library automation : a handbook for federal and other libraries. Santa Monica, Cal. : System Development Corporation, 1972. HARRIS, C. Necesidades de los usuarios y mercadeo de la información : su importancia en el currículo de las escuelas de hibliotecología. En: Revista Interamericana de Bibliotecología. 9(1), 15-31, 1986. HEIM, K. M. Social scientific information needs for numerie data : the evolution of international data archive infraestructure. En: Collection management. 9(1), 1-54, 1987. HILL, Helen Katherine. Methods of analysis of information need. -- Denton, Texas : H. K. Hill, 1987. -- Tesis (Master of Arts) -- School of Library and Information Studies). MORALES, Estela. Bibliotecología e información. En: Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios. 5(19), 13-21, 1989. NEGRETE GUTIÉRREZ, María del Carmen. La selección de materiales documentales en el desarrollo de la colección. -- México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1988. SHERA, Jesse. Fundamentos de la educación bibliotecológica. -- México : UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 1990.

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