Trevi. Berman

24 EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015 La historia detrás de la filmación de la película Gloria EL “PUTO TAPETE VERDE” DE

Views 74 Downloads 3 File size 429KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

24

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

La historia detrás de la filmación de la película Gloria

EL “PUTO TAPETE VERDE” DE LA

trevi

POR Patricia Vega • @Patricia__Vega FOTOGRAFÍAS: cortesía de Universal Studios

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

Gloria Trevi era un huracán. La joven regia sacudió la modorra de los ochenta y noventa con una actitud desenfadada, aparentemente transgresora, que cautivaba a todos: sus cientos de miles de seguidores abarrotaban conciertos y acababan con sus discos; figuras del medio intelectual le ofrecían loas y elogios desmedidos. No sólo quería ser presidenta de México, sino que parecía que podría intentarlo con cierta seriedad. La fama la envolvió tanto y tan rápido como la infamia se hizo presente en su vida: luego se descubrió que estaba en el centro de un escándalo de corrupción de menores junto con su pareja, el productor Sergio Andrade.

25

Tuvieron una hija, que murió en Brasil, donde fueron detenidos y encarcelados. Luego ella regresó sola a México a terminar su proceso judicial desde prisión. Qué mejor material que este para que una dramaturga como Sabina Berman reconstruyera, sin juicios morales, la vida real de ese fenómeno pop. Del guión de Berman surgió Gloria, la película que este mes de enero se estrenó simultáneamente en mil salas de cine en México, pero antes tuvo que enfrentar la furia y las demandas legales de Gloria Trevi, quien buscó impedir la filmación, primero, y la exhibición, después, de la nada edulcorada cinta. Esta es la historia detrás de todo el embrollo, en el que un tapete verde, de algodón, un puto tapete verde, jugó un papel increíble.

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

U 26

Un tapete verde. De algodón. Un puto tapete verde de algodón. De diseñador. La escritora Sabina Berman no da crédito a lo que escucha. —El tapete de estambre verde —repite Gloria Treviño. Sabina, la dramaturga, la novelista, está a punto de estallar. —Qué diablos, Gloria. El tapete verde existe. ¿O vas a negar que existe? —No lo niego —le responde Gloria a la escritora. —Entonces, explícate, por Dios. ¿Estás demandándome porque escribí sobre un tapete verde que existe en casa de tu suegra? Entonces, el esposo de Gloria, Armando, tercia, según contará Sabina muchos años después: —Es que escribiste sobre el tapete verde, que existe, sí, pero escribiste de él con dolo. No puede creer lo que oye. Sabina no atina a procesar las palabras que escucha: un tapete verde, de algodón, un puto tapete verde, la tiene ahí, encerrada en unas oficinas de Los Ángeles, rodeada de abogados, con una demanda en su contra. —¿Con dolo? —alza la voz, furiosa—. Armando, veme a los ojos, ¿escribí sobre un puto tapete verde con dolo? Sabina explota y años después, cuando narre y escriba ella misma esta historia, el tiempo no apaciguará la ira en su recuerdo: —¿Qué diablos quiere decir con dolo, Armando? —Que lo escribiste para mostrar que mi familia es de clase media —Armando responde. —Disculpa la curiosidad —replica Sabina—, ¿y de qué clase te imaginas tú que es tu mamá, la dueña del tapete verde? —Es un tapete verde marca Armani. El asombro y el estupor se han apoderado de Sabina Berman.

—Yo escribí sobre el tapete verde de estambre sin agregar ningún adjetivo. Ni uno. Ni bonito ni feo ni nada. Pruébame el dolo, Armando. Armando no pudo probar un dolo inexistente, pero tiempo después Sabina ajustará cuentas a través de un libro con él, con el tapete, pues, porque por su culpa la película Gloria, en la que se narra sin endulzar la vida de la cantante mexicana, tardó años en ser filmada. Un tapete verde. De algodón. Un puto tapete verde logró que el guión de Sabina Berman permaneciera congelado por años. El puto tapete verde de la suegra de Gloria Trevi.

G

***

loria Trevi no quería esa escena en la pantalla. Tampoco la otra, ni esa más. No deseaba que su idea de la película sobre su vida quedara manchada por imágenes que ella aborrecía por más que correspondieran a la verdad. Por eso no quería que los asistentes a las salas de cine se asomaran al pequeñísimo departamento de una unidad popular ubicada en las afueras de Río de Janeiro, Brasil, en cuya reducida sala Sergio Andrade, rodeado de jovencitas con sus respetivos bebés, adoctrina a la menor de edad Karina para que regrese a México y explique cómo es que accedió voluntariamente a tener relaciones sexuales y, después, a tener el hijo del otrora poderoso productor musical. A Gloria Trevi no le complacía que los espectadores vieran la escena en la que acata la orden de Sergio, que le impide ir a la recámara y amamantar a su hija de pocos meses de nacida. Ni que se conociera el control que Sergio ejerce, y ella acepta, sobre cosas tan elementales como atender y vigilar a su bebé. Ni que gracias a esa sumisión y luego de un forcejeo de minutos no pudo hacer nada

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

27

para evitar la muerte por asfixia de su hija Ana Dalai. Tampoco deseaba compartir con los asistentes al cine la escena en la que Francisco Moura Velho, delegado de la Policía Federal de Brasil y director de la cárcel Papuda —ubicada en Brasilia y a la que la Trevi, María Raquenel Portillo (Mari Boquitas) y Sergio Andrade fueron trasladados después de su captura en Río de Janeiro en enero del 2000—, le exige tener relaciones sexuales a cambio de que ella pudiera ver y visitar a Sergio en su celda. La compositora y cantante regiomontana —que de la noche a la mañana, con el apoyo y bajo la dirección de Sergio Andrade, colocó en la cima de las listas de popularidad musical de México y América Latina canciones como Dr. psiquiatra, Pelo suelto y Con los ojos cerrados, entre muchas otras— también se opuso a que en la película se le mostrara como cómplice voluntaria o involuntaria de Andrade en la creación de ese “harén” constituido por niñas menores de edad cuyos padres se acercaron al productor con la esperanza de que las convirtiera en estrellas como a Gloria Trevi.

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

E

28

***

se fue el origen de las dos demandas con las que la controvertida cantante mexicana más popular de los años ochenta y noventa —y que según un estudio de la UNAM logró ingresar en las taquillas 80 millones de dólares, le diría la propia Gloria a Sabina Berman— intentó frenar, sin éxito, la filmación, primero, y la exhibición, después, de la cinta Gloria estrenada en México el primer día de 2015 de manera simultánea en mil salas de cine. Gloria fue dirigida por el debutante cineasta suizo Christian Keller, que logró conformar un impresionante equipo creativo: Barrie Osborne, productor de El señor de los anillos y la nueva versión de El gran Gatsby; la guionista, dramaturga y novelista mexicana Sabina Berman; el mexicano Mathías Ehrenberg, productor de Sexo, pudor y lágrimas; Patricia Rommel, editora de la cinta La vida de los otros; y como diseñador sonoro a Matías Barberis, el mismo de La jaula de oro. La biopic de la Trevi se estrenará en febrero en Estados Unidos (subtitulada al inglés) y, paralelamente, se exhibirá en países en los que se habla español.

E

***

n el año cero de esta historia, Christian Keller convence a Gloria Trevi —a través de su entonces agente Sara Soto— de que le venda los derechos de su vida para hacer una película. Ella accede y se los vende por 250 mil dólares que, por cierto, el cineasta suizo empieza a pagar en abonos. En los sucesivos contratos —dos, al menos— se estipula que el futuro cineasta adquiere los derechos de la vida de

Keller compra a Gloria los derechos de su vida para hacer una película. Ella se los vende por 250 mil dólares, que el suizo de 19 años paga en abonos.

to, un joven suizo de apenas 19 años toca a su puerta y se queda a vivir con ella durante una semana en la que prácticamente la acompaña a todas partes. —¿Y cómo convenciste a Gloria Trevi de que te vendiera los derechos de su vida para hacer una película? —Le dije dos cosas que eran y aún son fundamentales: que, para mí, el corazón de la trama era una historia

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

Gloria Trevi a perpetuidad, pero en otra cláusula se señala que los perdería si no se empezaba la filmación antes del 1 de diciembre de 2013, cosa que finalmente sí sucedió. Pero volvamos al 2004: Trevi estaba en Miami, Florida, y en esos momentos, en los que casi nadie de la industria del espectáculo apostaba por su resurgimien-

29

humana, una historia de amor, no un escándalo; y también, que arroparía al filme con el mejor equipo creativo que pudiera reunir para hacer una película de gran calidad. —¿Y los derechos sobre la vida de Sergio Andrade? —Le dije que le daría la oportunidad de incluir su punto de vista y, como a Gloria, que haríamos una película de gran calidad. —Hiciste una película sin estudiar ni haber hecho cine. —Filmé un cineminuto, pero con esta cinta aprendí sobre la marcha: fue como si hubiese estudiado la carrera completa, la maestría y el doctorado. Pasaron algunos años y Keller viajó por diversas razones y en distintos momentos a Nueva Zelanda. En una de sus visitas le presentó a Barrie Osborne —quien produjo El señor de los anillos y la nueva versión de El gran Gatsby—, un guión de 170 páginas. Osborne lo rechazó y le aconsejó conseguir un escritor profesional, de preferencia una mujer y de nacionalidad mexicana.

“Lo fácil era escribir El silencio de los inocentes en versión azteca. Desde el inicio le dije a Gloria que lo que me conmovía era su don para cantar y cómo ese don, de tan

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

simple casi mágico, la va salvando...”

30

Así fue como Sabina Berman se engarzó en esta historia. Corrieron muchos años, en los que Sabina hizo el guión, Christian dirigió la película y más tarde, cuando la guionista fue demandada por Trevi, se vio en la necesidad de escribir Gloria. Una historia sobre la fama y la infamia. Berman responde por correo electrónico y desde Buenos Aires, en donde estaba la víspera del estreno de su obra teatral Testosterona: “Escribí el libro porque Gloria me demandó y me acusó en los medios de comunicación de inventar su historia”. “La verdad —cuenta la dramaturga— es ésta: Gloria me narró su historia a lo largo de horas y con un micrófono en el borde del cuello”. Posteriormente, Sabina verifica lo que la cantante le había narrado y descubre dos cosas: “Una, que Gloria me había ocultado ciertos sucesos comprometedores para ella y que rozaban lo delictivo”, y otra: “Había sucesos clave que ella desconocía”. Berman dice, por ejemplo, que Trevi tenía “una versión simplista y maniquea del cómo su escándalo se volvió una persecución de la Interpol”.  Cuando Gloria lee el guión que resulta de la investigación de Sabina, presenta una demanda contra la au-

tora para impedir su filmación. Pero el productor mexicano Mathías Ehrenberg se sostiene: el guión de Berman se rodará. Por eso, y aunque tienen algunos desacuerdos, Sabina bautiza a Ehrenberg como “Mister Testosterona”. Y lo describe así: “Es enérgico y agresivo. Prometió ir contra el viento de las demandas y las difamaciones y llevar a puerto la película. Y cumplió”. Mathías le pide a Berman que revise todas sus notas, grabaciones y fuentes, en preparación del juicio. “Saqué mis cintas grabadas, con Gloria y con otras personas, mis fotos, mis notas, las marqué y las subrayé para ubicar de dónde salió o saqué tal escena”. Ya que debía ordenar el material, se le ocurre que era una buena idea escribirlo de una vez. “Me resultaba muy interesante y, a menudo, gracioso o terrible. Así que lejos de hacerme romper con el productor o el director de la película, el libro es nuestra respuesta común a las demandas de Gloria”. —¿Qué fue lo que más te impactó de la historia de Gloria Trevi? —Lo fácil era escribir El silencio de los inocentes en versión azteca. Desde el inicio le dije a Gloria que lo que me conmovía era su don para cantar y cómo ese don, de tan simple casi mágico, la va salvando de los peligros en los que va cayendo. En cierto momento ella, en la sala de la casa de su suegra, me canta a capella su canción El recuento de los daños, y yo me la imagino cantándola mientras camina por la prisión y me digo: “Ese es el corazón de la historia”. Y sí, en el medio exacto de la película, Gloria canta en la cárcel El recuento... Así que Gloria es una fábula sobre las virtudes salvadoras de la belleza. —¿Y qué dices de ella como persona? —Como escribo en el libro: Gloria me simpatiza, pero a la Verdad (con mayúscula) la adoro. Soy, sí, una fan rendida de la Verdad. —¿Quién miente? —Yo entendí muy bien la bioenergética de Gloria: cada que en una entrevista entrábamos en un lugar negro de su historia, me decía: “¿Te canto una canción?” y cuando terminaba me decía una mentira. Sabía que era una estratagema para poder mentirme, pero yo me decía: “¡Claro, es lo que aprendió a hacer!”. Y cada que llegaba a un punto ciego, yo utilizaba la fórmula del “en todo caso” para que pudiéramos movernos y avanzar. Si Gloria tuviera más cultura, habría sacado una moraleja muy distinta de lo que le pasó. Pero lo que aprendió la Gloria de hoy es que te tienes que doblar y ser inofensiva para el sistema y, dentro del sistema, cantar.

E

***

n otra ocasión, al salir de ver una función de la película —el día de su estreno comercial, el pasado 1 de enero—, pregunto a Sabina: —El guión no juzga a Gloria Trevi ni se ceba en la desgracia en la que cayó. ¿Qué es lo que no le gustó?

—Son tres cosas las que básicamente quería que se eliminaran de la película, pero le dije a Gloria que no podía quitarlas porque la película perdería fuerza. Le dije que escribir un guión no es nada más juntar y transcribir datos y que hay toda una arquitectura dramática. Le expliqué: “Es igual a como cuando tú compones una canción: hay toda una arquitectura, una estructura, no nada más es soltar notas por aquí y por allá”. Además, le dije: “No voy a mentir jamás”. Y ella me contestó: “No te pido que mientas, nada más te pido que lo omitas”. “Pues no lo voy a hacer, porque se perdería toda la fuerza dramática y quedaría como una historia para el Canal de las Estrellas, y yo no soy la persona adecuada para hacer eso”. —Dicen que el guión era más fuerte y que lo afresaste un poco para que se pudiera filmar. —El guión fue respetado hasta la última letra. Afortunadamente, cuando firmé el contrato con Christian sólo puse dos condiciones, que Gloria también aceptó y firmó: 1) que ella no me podía corregir —ni Sergio porque Christian también compró los derechos de la vida de Andrade—, y 2) que como mi guión es un trabajo artístico, sólo lo discutiría con el director y el productor. Así está firmado y las dos cláusulas se cumplieron al pie de la letra. Lo que sí tuve que hacer fue compactar la historia porque sólo tenía una hora con 40 minutos para contarla. Entonces, en un departamentito en Nueva York, me encerré ocho horas al día durante un mes a cortar, cortar y cortar las 50 hojas que le sobraban al guión. Y el problema estaba en las canciones, pues ocupan un chorro de tiempo, pero no las podía eliminar porque sin ellas no se entiende la historia.

L

***

C

***

hristian Keller tiene ahora 29 años, es rubio y de tez muy blanca. Al terminar la función de estreno de Gloria, el pasado 1 de enero, estaba absolutamente frikeado por la manera en que se “oyó” su película en la sala. De manera frenética, marcaba distintos números desde su celular: —¿Cuál es el problema, qué te ha molestado tanto? —No escuché el sonido en todas las bocinas, como estaba previsto. El sonido es uno de los elementos más

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

eo en voz alta a mi interlocutora el par de páginas del libro Gloria. Una historia sobre la fama y la infamia, en las que Sabina afirma que transcribió a su guión el relato tal como se lo hizo Gloria a Christian, el director. Es una de las escenas más dramáticas de la cinta: Gloria, en el camastro de su celda en Brasilia y vuelta contra la pared, se corta las venas de la muñeca con la minúscula navaja que había desprendido de un rastrillo desechable. Cecilia Soto, ex candidata a la Presidencia de México en 1994 y ex embajadora de México en Brasil entre 2001 y 2006 —periodo que parcialmente coincidió con el encarcelamiento de Gloria Trevi en ese país— escucha el episodio y, desde Hermosillo, Sonora, lo cuenta del siguiente modo: —Mi deber como embajadora era estar al pendiente de que sus derechos humanos se respetaran y nos preocupaba que estuvieran en peligro cuando otros presos se amotinaban. Mi cónsul (Ramiro Wong) los visitaba semanalmente (a Gloria, Mary Boquitas y Sergio Andrade), los entrevistaba y les llevaba objetos de higiene personal u otra

cosa que necesitaran. En ninguno de sus reportes menciona que Gloria Trevi intentara suicidarse. Tampoco las autoridades carcelarias ni médicas de Brasil —con las que había comunicación constante— registraron un hecho de esa naturaleza. Yo me hubiera enterado. Por el contrario, la ex embajadora considera que Gloria tiene una gran “resiliencia”, esa capacidad humana para sobreponerse a periodos límite de gran dolor emocional y situaciones adversas. Cecilia Soto encuentra que la artista es su propia y perfecta agente de marketing, y que actúa “como si estuviera de manera permanente en una campaña de relaciones públicas”. Va todavía más allá: “Gloria Trevi tiene una deuda enorme con las mujeres de México. Al no admitir lo que le pasó e insistir en que eso es mentira, al repetir una y otra vez que es totalmente inocente, no advierte a esas chicas jóvenes de los peligros que hay cuando quieren convertirse en artistas famosas. Ella podría hablar desde su propia experiencia como una lección de vida, para que otras jovencitas no pasen por lo que ella pasó y aprendan a decir ‘no’”. Trevi vivió una situación de dominio y de esclavitud sexual impresionante —sostiene la entrevistada—. “Lo que nos tocó ver en la cárcel es que sólo logra romper con la dominación que Sergio Andrade ejercía sobre ella cuando se aleja físicamente de él, que es cuando el gobierno brasileño accede a que Gloria pase las últimas dos terceras partes de su embarazo en una especie de prisión domiciliar, en el convento de las hermanas misioneras de San Carlos Borromeo, también en Brasilia”. Cecilia Soto insiste en que el intento de suicidio de Gloria no es algo real. “Para muchos es muy difícil no creer en las palabras de la artista porque tiene una personalidad muy seductora: se ganó a todo mundo en la cárcel y hasta a las monjas en el convento cantando a capella. Me hubiera encantado contarle todo esto a Sabina Berman”. Desde un punto de vista dramático, la escena del supuesto intento de suicidio de Gloria era tan suculenta como para correr el riesgo de tener que eliminarla. ¿Sabina Berman reporteó o verificó ese episodio? La escritora contestó a emeequis que en ese momento no se acordaba, que tendría que revisar sus notas y transcripciones —más de 500 páginas subrayadas y marcadas— para dar una respuesta certera.

31

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

LIBRO ABIERTO. “Si quieren conocer mi historia, sólo fíjense en las letras de mis canciones, soy un libro abierto”.

32

importantes en cualquier película, pero en ésta es todavía más importante. Trabajamos muy duro para conseguir que los conciertos y las interpretaciones de Gloria se sintieran reales, que el espectador estaba ahí, escuchando los conciertos. Por eso me molesta mucho que el sonido no se escuche bien. En algún momento de esta odisea, Gloria nos dijo a Sabina y a mí: “Si quieren conocer mi historia, sólo fíjense en las letras de mis canciones, soy un libro abierto”. Y eso es cierto, en las letras de las canciones que estaba escribiendo hablaba de lo que estaba sintiendo y experimentando en su vida. Sabina y yo siempre quisimos llevar eso a la película, contar la historia a través de las canciones y permitir que las personas sintieran lo que Gloria estaba sintiendo. —Te han definido como un “debutante cineasta suizo”, pero ¿quién es Christian Keller? ¿Un hombre rico que se la pasó viajando por el mundo, de un lugar a otro, para hacer su película? —No provengo de una familia de ricos. Y no estudié porque empecé esta película al cumplir 19, hace casi 10 años. En realidad tenía poco dinero y fue un enorme reto lograr lo que me propuse. En una ocasión tuve que acampar durante casi seis meses frente a las oficinas de los abogados de Gloria,

en McAllen, Texas, para que ella nos firmara otra vez (cuando nos demandó) y casi bajé 35 kilos porque no tenía suficiente dinero para comer. Soy programador en sistemas de cómputo, y trabajé como free lance programando desde México para tener algo de dinero. Me interesa la física, aunque no sé si algún día me dedique a estudiarla. —¿En ese tiempo aprendiste español? —No lo hablo con la desenvoltura que quisiera. La mayoría del tiempo dirigí a los actores en inglés porque todos hablan inglés. El idioma nunca fue un problema y pienso que por eso me pude enfocar más en la interpretación de los actores. Obviamente, yo entendía lo que estaban diciendo porque me aprendí el guión de corazón.

H

***

ojeo y releo la edición de Gatopardo correspondiente a julio-agosto de 2009, para solicitar a Guillermo Osorno, entonces director editorial de la revista, sus impresiones sobre una sesión fotográfica que, según recuerda, le pareció “extrañísima”. “Le pedimos a uno de los hermanos Montiel Klimt que hiciera los retratos. Yo no fui a la sesión, pero me

Y ese texto de 10 páginas (con fotos incluidas) se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para Sabina Berman y los productores de la película Gloria, porque a partir de él, la Gloria de carne y hueso supo que aparte de las 15 horas de conversaciones grabadas entre ella y la guionista, Berman había hablado con Sergio Andrade, por lo que, contra sus deseos, en la película se abordaría el lado oscuro de la vida de esa chava que llegó a representar a la juventud mexicana en sus afanes de una rebeldía liberadora. El otro enojo de la Trevi radicó en el hecho de que la escritora también entrevistó a Paty Chapoy y Laura Suárez, las periodistas de espectáculos que tanto daño le causaron a la artista, según sus propias aseveraciones. A Gloria poco le importó que Berman la pusiera a la altura de figuras de la canción popular mexicana como Armando Manzanero y Juan Gabriel, o que la comparara con la actriz italiana Gina Lollobrigida en su mejor época. Ni que escribiera en su texto que un ingeniero de sonido de los Miracle Sound Studios, en Los Ángeles, California, le hubiera contado que en 20 años sólo dos cantantes habían grabado un disco impecable, es decir, en una toma, sin un solo yerro en cada canción: Tina Turner y Gloria Trevi. Tampoco importó que Berman afirmara que la Trevi consiguió “lo más difícil para cualquiera en aquel México de finales de los ochenta: ser creíble”. Ni que la describiera en 2008 como “una artista en plenitud del control de su talento” que logra escalar nuevamente la cima más alta. Gloria anhelaba dar vuelta a la hoja de su pasado, pero que su historia fuese contada como la de la Cenicienta en versión de Walt Disney, sin que se mencionara a Sergio Andrade y como si ella siempre hubiese sido una artista bien portada. Pero debido a que todas las afirmaciones publicadas en el reportaje de Gatopardo eran verídicas, no pudieron ser refutadas. Fue entonces cuando el equipo de abogados de Gloria Trevi y Armando Gómez Martínez —actual esposo de la cantante, un empresario al que conoció cuando ella todavía estaba en la prisión de Chihuahua y él visitaba a unos amigos— se agarró de la descripción de un tapete verde en el reportaje de Sabina para demandarla por dolo. La demanda no prosperó, pero sí provocó que la película se retrasara algunos años, ya que Sabina se propuso desde el principio escribir un guión “creíble y que aclarara las cosas”, tal como se lo pidió Gloria. Y para lograrlo la guionista entrelazó dos historias: la A (la fama: giras y presentaciones exitosas, saturación de palenques y estadios, ventas masivas de discos y calendarios) y la B (la infamia: el harén de Sergio Andrade, el maltrato psicológico, el abuso sexual y la corrupción de menores). Y así se queda. A lo largo de toda la película, A y B —fama e infamia— corren en paralelo.

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

contaron que Trevi estaba completamente apagada y que sólo se encendía un poco cuando se prendían las luces de los reflectores. “Fue una gran desilusión para los fans que trabajaban en la revista —recuerda Osorno—, que esperaban pasar una tarde íntima con una estrella encendida”. El peinado y el maquillaje también le parecieron “extraños” al editor, porque hicieron ver a la Trevi mayor de lo que era. Así que cuando vio las fotos, todo le pareció “contrahecho”. “Yo hubiera querido a una Trevi más atrevida y sexy. No a una señora guapa, como aparece en las fotos. Años más tarde, cuando vi Hecho en México —el documental sobre la música mexicana donde la Trevi tiene una breve aparición—, me daba de topes porque allí sí se refleja la personalidad que a mí me hubiera gustado retratar en la revista. Pero no se pudo. Y uno, como editor, debe aprender a lidiar con sus frustraciones y publicar el mejor material posible, dadas las circunstancias”. Osorno encargó esa serie fotográfica para que acompañaran al texto de Sabina Berman que lleva por nombre “Opciones para armar la historia de Gloria”. “Había un riesgo grande al escoger a Gloria Trevi como portada de la revista, pues siempre pesará sobre ella la acusación de abuso de menores. Cuando la elegimos para la portada, Trevi estaba experimentando una especie de renacimiento. Acababa de sacar su nuevo disco, que tenía la canción Todos me miran, una especie de himno transexual, lo que era, de nuevo, muy interesante. “En una conversación con Danna Vázquez —la publirrelacionista de Gloria Trevi— me enteré de que Sabina Berman estaba escribiendo un guión biográfico de la Trevi, y pensé que ella podría hacer algo al respecto para la revista y que ese sería el pretexto para la foto de portada. El escrito de Sabina me pareció realmente bueno. Además, nadie estaba más cercano que ella a la Trevi ni conocía mejor la historia, pues Trevi no estaba hablando con la prensa”. En opinión de Osorno, Berman “toca de frente la ambigüedad moral de Trevi, pero la coloca como el ícono pop de nuestros tiempos (mucho más interesante que Thalía, Paulina Rubio, Sasha o cualquiera de sus contemporáneas y, en un punto, a la altura de Juan Gabriel)”. El ex editor de Gatopardo admite que algunas mujeres de la editorial lo criticaron por darle foro a la Trevi, pero cuando leyó el texto, le pareció, afirma, “redondo, sobre todo me gustó el intercambio que tiene la autora con su sobrina, que dice mucho de cómo se percibe a Trevi ahora”. Este es el párrafo del texto de Sabina al que Guillermo Osorno se refiere: “Me susurra mi sobrina Francine, de 11 años, alumna de la escuela de niñas bien, el Regina: ‘Gloria Trevi me vuela los sesos’. Repito que me lo susurra al oído y es para que no la oiga su mamá, que ya le advirtió que está mal ser fan de esa señora, la Trevi”.

33

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

34

J

***

orge Ayala Blanco es, sin duda, el decano de los críticos de cine en México y uno de los docentes más respetados en su campo. A partir del día en que publicó su primera crítica cinematográfica, no ha pasado una semana en la que no analice alguna película, a lo largo de más de 50 años. Desde el año 2000 no publica en ningún periódico o revista críticas de cine mexicano porque las reserva, como material inédito, para los libros que año con año se van sumando a su peculiar diccionario de críticas cinematográficas. La película Gloria quedará integrada en la letra M. Sin embargo, Ayala Blanco accede a dar a los lectores de emeequis sus primeras impresiones sobre el filme.

—Me sorprendió porque yo esperaba una película totalmente frívola y babosa, y es cualquier cosa menos eso. Dentro de las biopics, que ahora están de moda en México, es lo más serio que se ha hecho. Es incluso mejor que esas películas con pretensiones estéticas que hizo Sebastián del Amo sobre Juan Orol y Cantinflas. Me parece una película bien enfocada, en la que funciona muy bien la dramaturgia de Sabina Berman; cada secuencia está bien desarrollada en sí misma y cuenta con buenos diálogos. Lo que falla, según mi punto de vista, es la estructura del lenguaje propiamente cinematográfico. Por eso me gustaría saber más sobre los antecedentes de Christian Keller como cineasta. Por otro lado, Sofía Espinosa es toda una revelación en su papel como Gloria Trevi. Tiene toda esa energía que

“no es una cinta que reivindique ni ataque a nadie... no señala culpables, presenta los hechos” cribe en ese cine industrial hecho a la antigüita y que todavía sigue funcionando en México: un guión bien escrito y que es bien ilustrado por el director sin las pretensiones de hacer cine de autor. Otra cosa que me gustó mucho de la película es que podía haberse llenado de datos y de información; sin embargo, se nota que Sabina Berman fue eliminando y eliminando hasta dejar lo esencial para entender el caso que aborda. Lo interesante es que no es una película que reivindique ni ataque a nadie. Es una película que no señala culpables, nada más presenta los hechos y ya.

S

EMEEQUIS | 19 DE ENERO DE 2015

caracterizó a esa bomba adolescente que fue Trevi, y Marco Pérez interpreta de manera más que decorosa a Sergio Andrade. —Hace unos días me decías que era evidente que el guión había sido escrito por una mujer y que la película tenía un cierto toque feminista. —Digamos que el villano —si es que hay alguno porque lo padre es que la película no juzga sino que presenta hechos— es un Sergio Andrade que funciona como un pararrayos en el que caen todos los odios que se puedan tener en contra de un macho pero es, al mismo tiempo, un personaje multidimensional. Fue un gran acierto hacer una película basada en un guión profesional, encargado a una escritora profesional como Sabina Berman. También Vicente Leñero era muy bueno haciendo guiones por encargo. La película se ins-

***

abina Berman se retrata a sí misma, sentada en una biblioteca, con su libretota de tapas negras, escribiendo algunos apuntes para una conferencia que debe dictar en una universidad gringa. De repente, como narra al final de su librorespuesta a la demanda, su mente se distrae y vuela hasta a Aristóteles, el filósofo griego al que le debe reflexiones fundamentales de su adolescencia. Recuerda su definición de Verdad. “Verdad es cuando la palabra coincide con la cosa. Verdad es cuando la narración coincide con los hechos”. Y entonces llega a su mente otra frase del filósofo: “Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad”. Y ahí todo se acomoda, se sincroniza, adquiere sentido. Su memoria recupera la plática con Gloria Trevi, cuando ésta le pidió que buscara una historia “clara y cierta” de su vida. —Una historia lo más apegada en lo posible a la verdad —dijo Gloria, recuerda Sabina—, para que la gente sepa con claridad que sucedió. Sabina entonces se dice que esa historia, la de la película y su maltrecha “amistad” con Gloria Trevi, vale la pena ser contada. Y escribe en su libretota de tapas negras una primera frase: “El tapete verde”.

35