The Exhibitionary Complex

THE EXHIBITIONARY COMPLEX. NEW FORMATIONS, NUMBER 4, SPRING 1988. TONY BENNETT Revisitando en Foucault (vigilar y casti

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THE EXHIBITIONARY COMPLEX. NEW FORMATIONS, NUMBER 4, SPRING 1988. TONY BENNETT

Revisitando en Foucault (vigilar y castigar) la idea de asilo, clínica y prisión, como una articulación entre instituciones de poder y conocimiento, Tony Bennett traza el desarrollo paralelo de los museos y las estrategias institucionales de represión y exhibición “ejemplar” en los albores del siglo XIX, con la apertura paradigmática de la prisión de Mettray en 1840, o Pentonville Model Prison, en 1842; a la vez que, no por casualidad, en 1851 la Gran Exposición muestra una importante muestra de despliegues y técnicas de “modos de exhibición”. “Museums may have enclosed objects within walls, but the XIX century saw their doors opened to the general public – witnesses whose presence was just as essential to a display of power as had been that of the people before the spectacle of punishment in the eighteenth century”. 73.

La correlación es inversa. Mientras en el “teatro punitivo”, el espectáculo se fue transfiriendo desde la exhibición pública del condenado, de los signos físicos (el cuerpo) del mismo, hacia una estructura de jerarquías institucionales que integran el aparato del estado (Foucault); en el museo podríamos hablar de una evolución inversa, hacia lo que Bennett califica de “exhibitionary complex”, es decir: “by contrast were involved in the transfer of objects and bodies from the enclosed and prívate domains in which they had previously been displayed (but to a restricted public) into progressively more open and public arenas where through the representactions to which they were subject, they formed vehicles for inscribing and broadcasting the messsages of power (but of a different type) throughout society” 74.

El autor propone una “lectura gramsciana” (Gramsci) del moderno estado como un entramado de proposiciones éticas y educativas en relación con el desarrollo de la política democrática de la burguesía: “I shall look to unravel the relations between knowledge and power effected by the technologies of vision embodied in the architectural forms of the exhibitionary complex”. 76.

DISCIPLINE, SURVEILLANCE, SPECTACLE Según Foucault desde la antigüedad existe una correlación directa entre “espectáculo y vigilancia” bajo la lógica del castigo público. “obeyed a logic according to which ‘secret punishment is a punisment half-wasted”. La lógica del castigo y el espectáculo tenía dos motivos claros: castigar, por un lado; educar a la sociedad, por otro. Esto se encamina a la definición de mecanismo de “panopticismo”. El principio de panopticismo “render everything visible to the eye of power – display a tendency ‘to become “de-

institutionalised”, to emerge from the closed fortresses in which they once functioned and to circulate in a “free” state’. 77 ( cited, Foucault, 128). Mirar supone ser mirado, el ojo que todo lo ve es también un ojo visto por todos… El emblema espectacular de la vigilancia moderna tiene su momento de tránsito en la arquitectura prototipo del Palacio de Cristal, más tarde la arquitectura rozará los límites de la totalidad, la propia ciudad se transformará en arquitectura de espectáculo o para espectáculos, siendo la ciudad misma el espectáculo más eficiente en el ejercicio del poder y la vigilancia. La cosa no queda ahí, el impulso es totalmente globalizador, y el último estadio de esta redefinición del panóptico es la exposición internacional, capaz de aglutinar y tender lazos entre torres tan distantes y fenómenos culturales que trascienden el espacio y el tiempo. En último lugar, es pertinente decir que el rol de los museos, galerías, y demás instituciones que conforman el “exhibitionary complex” es un rol educativo, de ahí la propia implicación del estado en el desarrollo de tales espectáculos, así como su implicación creciente a lo largo del último siglo. Adjunto los párrafos de ejemplo: 1.

“…the Crystal Palace might serve as the emblem of a architectural series which could be ranged against that of the asylum, school, and prison in its continuing concern with the display of objects to a great multitude” “… combining the functions of spectacle and surveillance”.

2.

“…This was especially clear in attempts to render the city visible, and hence knowable, as a totality. While the depths of city life were penetrated by developing networks of surveillance, cities increasingly opened up their processes to public inspection, laying their secrets open not merely to the gaze of power but, in principle, to that of everyone; indeed, making the specular dominance of the eye of power available to all”. 78.

3.

“This ambition towards a specular dominance over a totality was even more evident in the conception of international exhibitions which, in their heyday, sought to make the whole world, past and present, metonymically available in the assemblages of objects and peoples they brought together and, from their towers, to lay it before a controlling vision”.

4.

“the increasing involvement of the state in the provision of such spectacles”…”The exhibitionary complex provided a context for the permanent display of power/knowledge”. 79.

Por otra parte, y puesto que el trasfondo de lo que Bennett indaga es “el ejercicio del poder”. Podríamos preguntarnos qué o quién ejerce dicho poder, y quién forma parte de ese aparato de vigilancia que resulta de una red de instituciones de espectáculo (donde se incluirían los museos, por supuesto). Se ha producido, dice más o menos Bennett, una transferencia del poder desde lo particular a lo general, desde la élite a la multitud, por medio de un fenómeno de autorregulación, que ya nada tiene que ver con la “represión” dolorosa que nos viene a la cabeza si pensamos en la historia antigua (*opinión personal: es una tontería esto porque en la edad moderna se perfeccionaron como nunca antes los métodos de tortura, o sea que dicho fenómeno represivo no sería excluyente con la

“a power made manifest not in its ability to inflict pain but by its ability to organize and co-ordinate an order of things and to produce a place for the people in relation to that order”. El poder es de quien mira, y sin embargo el que mira ejerce poder sobre sus congéneres, en definitiva sobre sí mismo. “conceived as a nationalized represión “física” que nos viene a la cabeza).

citizenry –on this side of power, both its subject and its beneficiary”…”this was, in other words, a power which aimed at a rhetorical effect through its representation of otherness rather than at any disciplinary effects”. 80.

Ahora que las exposiciones y los museos atraen la atención de los visitantes, con ello atraen sus cuerpos, y esto entraña problemas físicos, problemas, digámoslo, de orden arquitectónico. “La arquitectura ya no se construye para ser vista (como en los palacios decimonónicos) o para observar los espacios externos, (la arquitectura de las fortalezas)” Sino que esta nueva arquitectura está diseñada para controlar “para hacer visible a los que están dentro”. Por ejemplo, en este caso, el paradigma del cubo blanco y la reducción al mínimo de los ornamentos, viene dado por el desarrollo del “exhibitionary Complex”. Se demanda lo siguiente: “that everyone should see, and not just the ostentation of imposing facades but their contents too. This too, created a series of architectural problems which were ultimately resolved only through a political economy of detail similar to that applied to the regulation of the relations between bodies, space and time within the penitentiary”. 81

SEEING THINGS Para ver de manera concreta como el desarrollo de los complejos expositivos va parejo a la democratización de la cultura, hay que remontarse a la historia misma del British Museum. Tanto en 1780, durante los disturbios de Gordon, como en 1848, con las revueltas de los Cartistas, el museo se convirtió en un núcleo de resistencia, en símbolo de aquello que habría que democratizar en un futuro. Pero sin duda es la apertura del South Kensington Museum, en 1857, aquello que deberíamos señalar como determinante en la apertura de los museos ingleses a las clases obreras. “The South Kensigton Museum thus marked a significant turning point in the development of Brithis museum policy in clearly enunciating the principles of the modern museum conceived as an instrument of public education. It provided the axis around which London’s museum complex was to develop throughout the rest of the century and exerted a strong influence on the development of museums in the provincial cities and towns”. 84.

Esto no exime de recelos a las clases dominantes, al ver que poco a poco se tendrían que codear con la “turba”, lo que conduce en primera instancia a la administración y estratificación de los visitantes. Como ejemplo, Bennett nos habla de la Gran Exposición como “a transitional form. While open all, it also stratified its public in providing different days for different clases of visitors regulated by varying prices of admission”. 85. Lejos de estas impertinencias la exposición fue un éxito, tal y como la reina Victoria advirtió, era impresionante una ceremonia de apertura tan multitudinaria y a la vez tan ordenada y apacible. La clase obrera fue advertida y aconsejada, incluso a través de libretos, cómo debía

comportarse y vestir, cómo debía incluso presentarse, para formar parte del espectáculo. 85. “In brief, the Great Exhibition and, subsequently, the public museums developed in its wake found themselves heirs to a public which had already been formed by a set o pedagogic relations which, developed initially by voluntary organizations – in what Gramsci would call the realm of civil society – were henceforward to be more thoroughgoingly promoted within the social body in being subjected to the direction of the state”. 85.

Pero los cambios sufridos en las instituciones iban más allá, ahora se estaba formando no sólo un nuevo grupo de visitantes tan multitudinario, sino un nuevo gusto con ello, y un nuevo contenido que sirviera de “instrumento para la regulación moral y cultural de la clase obrera”. Se pretendía extirpar por ejemplo las viejas tradiciones de las exhibiciones populares (tipo carnaval) o al menos el nuevo gusto iba en detrimento de esto. Aún así, en el caso inglés, las ferias continuaron promoviéndose al final de siglo por una razón bastante pertinente: la progresiva mecanización de las ferias, donde entretenimiento y asombro nos conducía a todo un programa educativo social basado en los valores de la civilización industrial. “a testimony to the virtue of progress” 86. Así como a la nueva relación entre público y evento. Y un conflicto irresuelto tendría lugar en esta tensión entre ferias y exposiciones, y conduciría a la necesidad de una síntesis, o un paso más allá en el desarrollo del complejo expositivo.

“As Benedict goes on to note, the resulting tension between unofficial fair and official exposition led to ‘exposition organizers frequently attempting to turn the amusement zone into an educational Enterprise or at least to regulate the type of exhibit shown’. In this, they were never entirely successful. Into the twentieth century, the amusement zones remained sites of illicit pleasures –of burlesque shows and prostitution- and of ones which the expositions themselves aimed to render archaic”. 87

THE EXHIBITIONARY DISCIPLINES Con cierta ironía, podríamos decir, que si estamos hablando de educar a la turba en los museos, como si de colegios se tratara, pues también deberíamos hablar de las asignaturas que allí se impartían, así como de los profesores. Y es que el auge del complejo expositivo es indisociable con el desarrollo de las grandes disciplinas del siglo pasado, la biología darwinista, la antropología y la etnología, la historia del arte, etc… Dicho sea de paso que tales complejos actuaron como el nexo entre tal corpus ideológico y el vulgo. Los museos se encargaban de vulgarizar aquellos complejos sistemas de pensamientos, en ocasiones tan difíciles de entender, o tan contradictorios si pensamos en la moral victoriana imperante. También es el período de las grandes rivalidades arqueológicas, el desenfreno en la búsqueda y la excavación, tanto de viejas culturas como la egipcia o la helena, tanto como de artefactos exóticos venidos del este y de lugares

remotos. Pero no era un simple “acumular” cosas, sino que el despliegue era cuanto menos parte del contenido. Estamos ante la aplicación directa del enciclopedismo, de la razón ilustrada, del archivo… “Throughout the greater part of the eighteenth century, principles of scientific classification testified to a mixture of theocratic, rationalist, and protoevolutionist systems of thought. Translated into principles of museological display, the result was the table, not the series, with species being arranged in terms of culturally codified similarities/dissimilarities in their external appearances rather than being ordered into temporally organized relations of precession/succession” 89.

Por tanto el auge del despliegue expositivo es también una maniobra pedagógica del incipiente imperialismo y la subyugación universal a los ideales ilustrados. La democratización de los museos no resulta tan inocente desde esta óptica, implica la educación de una clase (occidental) con unos valores tan definidos como exclusivistas. El auge de la construcción de los discursos históricos modernos (nacionalistas o imperialistas por antonomasia) tiene por tanto su claro reflejo en el despliegue espectacular de los conocimientos y las ciencias occidentales, las “discipinas”. “The space of representation constituted in the relations between the disciplinary knowledges deployed within the exhibitionary complex thus permitted the construction of a temporally organized order of things and peoples. Moreover, that order was a totalizing one, metonymically encompassing all things and all peoples in their interactions through time. And an order which organized the implied public – the white citizenries of the imperialist powers- into a unity, representationally effacing divisions within the body politic in constructing a “we” conceived as the realization, and therefore just beneficiaries, of the processes of evolution and identified as a unity in opposition to the primitive otherness of conquered peoples”. 92.

THE EXHIBITIONARY APPARATUSES Llegados a este punto podríamos precisar más la definición del compejo expositivo, como un aparato (ideológico, mediático, expositivo); es decir, la formula es la siguiente: ESPACIO DE REPRESENTACIÓN + DISCIPLINAS Expositiva = COMPLEJO Expositivo. Esta interrelación entre espacio de espectáculo e ideología sufre a demás un proceso continuo de readaptación a las necesidades presentes del estado, es por tanto un espacio dinámico cuya ideología suministra al estado lo que necesita en cada momento. “these often forged very direct and specific connections between the exhibitionary rhetoric of progress and the claims to leadership of particular social and political forces”. 93.

O más en concreto, un proceso de exigencia y afirmación continua de la “producción”, el foco ideológico del capitalismo, así como la hegemonía del pensamiento occidental sobre los demás pueblos por su “elevado desarrollo tecnológico y cultural” respecto... Por ejemplo la Gran Exposición introduciría dos cambios decisivos en la forma, en la representación, influyentes en las décadas siguientes:

En primer lugar, se subrayaban los procesos de producción, la coordinación, etc… se pretende impresionar con la eficiencia de las cadenas de producción capitalista (por ejemplo, mediante la muestra de maquinarias o Institutos de Mecánica); en segundo lugar, mediante el uso de escenarios para la taxonomía y la clasificación fenotípica, se construía una visión total de “occidente” y una determinada “raza” como superior, dominante, y superdesarrollada. “The effect of these developments was to transfer the rhetoric of progress from the relations between stages of production to the relations between races and nations by superimposing the associations of the former on to the latter”. 95 “The most critical development in this respect consisted in the extensión of antropology’s disciplinary ambit into the entertainment zonees, for it was here that the crucial work of transforming non-white peoples themselves –and not just thir remains or artefats- into object lessons of evolutionary theory was accomplished”. 96

Este despliegue “tecnológico” servía además para prometer una solución a los conflictos internos de la civilización moderna. Según Rydel, esta retórica se traslada a la promesa utópica de un futuro en el que, alcanzado el grado más alto de desarrollo tecnológico, las diferencias de clase se atenúen o desaparezcan por completo. “Iain Chambers has argued that working- and middle-class cultures became, sharply distinct in late nineteenth-century Britain as an urban commercial popular culture developed beyond the reach of the moral economy of religion and respectability” 95.

Y la educación que emanaba de estas representaciones de la raza (sobre todo en aquellas muestras de los congresos Internacionales de Antropología) se constituía como el “ojo del poder”, que podía observarlo todo, o representarlo todo, dentro de un recinto, o en una única ciudad. Incluso la ciudad misma podría ser representada, por medio de la nueva tecnología expositiva, observada, y con ello observados nosotros mismos … los nuevos espectadores se observaban a sí mismo. “Remarking that the tower overcomes ‘the habitual divorce between seeing and being seen’, Barthes argues that it acquires a distinctive power from is ability to circulate beween these two functions of sight: An object when we look a I, I becomes a lookout in is turn when we visit I, and now constitutes as an object, simultaneously extended and collected beneath it, that Paris which just now was looking at it”. 97

CONCLUSION “For those who failed to adopt the tutelary relation to the self promoted by popular schooling or whose hears and minds failed to be won in the new pedagogic relations between state and people symbolized by the open doors of the museum, the closed walls of the penitentiary threatened a sterner instruction in the lessons of power. Where instruction and rhetoric failed, punishment began”. 99-100-

Este trabajo ha pretendido conciliar por un lado a Foucault y su visión de la institución general (carcelaria por definición) y la localización (arquitectónica) de los lugares de control. Al tiempo que se trataba el concepto de estado extrapolado de las tesis de Gramsci, el Estado como centro neurálgico y pedagógico de la sociedad (las disciplinas y contenidos ideológicos del museo) Control y educación se solapan y nos conduce a la premisa de la que partíamos, sin tanta retórica; el conocimiento es poder.

Por tanto, podríamos decir que el museo, situado geográficamente en el centro de la urbe, es una perfecta encarnación del poder de “mostrar y contar”, a la vez de reunir, y disponer lo público tiene la cualidad ambivalente de ser observador y ser objeto observado. Todo esto bajo la no menos ambivalente “relación entre el estado y la gente, simbolizada por las puertas abiertas del museo”.