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í N Die E NOTA A lA 3.' EOICIÓN 7 Pr ólogo ¿QUÉ ES UN NIÑO? 11 Agustín Gareía Calvo Intr oduc ción POEsíA y lENGU

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í N Die E

NOTA A lA 3.' EOICIÓN

7

Pr ólogo

¿QUÉ ES UN NIÑO?

11

Agustín Gareía Calvo Intr oduc ción

POEsíA y lENGUAJE

17

Isabel Es cudero

CÁNTAME y CUÉNTAME

31

VERSOS NUEVOS

1~

ROMANCES

115

FÁ B U l A S

119

NA NA S

123

RETAHílAS

127

CAllGRAMAS y AD I VINANZAS

131

PARTITURAS

139

1ntroducción a las partituras

COMENTARIOS MUSICALES

141

lola de Cea

J U EG O S

197

Composición mus ical y esquemas de juegos

lol a

de

Idea original, Introducción y versos

Cea

sabel

E scudero

Ilustraciones y diseño

Dinah

Tercer a ed c ó n

~' EDICIONU DE LA TORRE

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACiÓN A DISTANCIA

Sa l a ma

Diseño gráfico: Dinah Salama I Manigua Maquetación: Manigua

I Diego

Moreno

Fotomecánica

lucam I [FeA

© De los textos: Isabel Escudero Del prólogo: Agustin Garcia Calvo De las partituras musicales: Lola de Cea De las ilustraciones: Dinah Sa lama De esta edición : Universidad Nacional de Educación a Distan cia y Ediciones de la Torre Universidad Nacional de Educación a Distancia Bravo Murillo, n.' 38 - 28015 Madrid . Tells: 91 3987457/7560 - Fax: 91 3987527 [email protected] .es www.uned.es/vmia Ediciones de la Torre Espronceda, 20 - 28003 Mad rid Tell.: 91 692203 4 Fax : 91 69248 55 in fo@ed icionesdelatorre.com www.edicionesdelatorre.com ET Index: 401PDQ113 Primera edición : abril de 1997 Segunda ediCión : febrero de 1998 Tercera edición: octubre de 2003 ISBN: 84-7960-338-0 Depósito Legal: M-39.960-2003 Impreso en España / Printed in Spain Gráficas EFCA P.I. Las Monjas Torrejón de Ardoz (Madrid)

El signo ~ (copyright: derecho de cop ia] es un símbo lo internaci onal que representa la propiedad de auto r y editor y que permite a quien lo ostenta la copia o multiplicación de un original. Po r consigu iente, esta publ icación no puede ser reprod ucida, ni en todo, ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de in formación, en ningu na forma ni por ningún medio, sea mecán ico, fotoquimico, electrón ico, magnetico, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la ed itorial. De acuerdo con lo anterio r, la fotocopia no autorizada de este libro o parte de él está expresamente proh ibida por la ley y puede constituir delito

Notas a la 3.

a

edición

9

Querido lector, querido oyente:

pasado más de cinco años desde que este Cancionero vio la luz por primera vez. De nosotras tres, tres madres al azar, cada cual con su Instrumento: poeSla, pintura y mUSlca, nació este libro que hoy llega de nuevo -en una tercera edición ampliada- hasta tus manos.

Han

Muchas cosas, unas tristes otras alegres, han pasado desde entonces en nuestras vidas, pero también en las vuestras, niños pequeños de entonces que os habéis ido haciendo mayores, adultos de entonces que os ha beis ido haciendo niños. El Mundo se ha ido haciendo más redondo, más duro de oido, más insensible, la Realidad más falsa y cruel, hasta una Guerra invasora y prepotente ha asolado un pueblo indefenso. Con el pretexto de salvarle de un tirano le llueven bombas de lo Alto, del Poder del Imperi o. Razones tenéis, pues, niños, para desconfiar tanto de los salvadores, como de los mal os malos. Os estamos dejando un mundo invivible, pero no todo es fatal, la Realidad no es todo lo que hay, siempre hay algo más: están, por ejemplo, vuestras risas, vuestras lágrimas, vuestros cantos, vuestras gracias, ese amor imparable que nos brota al veros el asombro que despertáis en los mayores ante el milagro repetido de la niñez. Como prueba de nuestro vivo agradecimiento porque aún haya niños en este mundo, y también en justa correspondencia a la gran acogida y buen uso que muchos niños y maestros han dado a este Cancionero, aqui le tenéis otra vez renovado para vuestra instrucción y disfrute, (con la condición, eso si, de no separa r lo uno de lo otro). También él está algo más crecido que hace cinco años, con algunos versos nuevos, con nuevos dibujos, con nuevas canciones, con CD en vez de cinta ... En fin, que le pasa lo mismo que a vosotros: .Como el niño, siempre otro y siempre el mismo •. Que no decaiga, niños y niñas, vuestra alegria y no se enturbie vuestra clara inteligencia con los achaques de la edad y la tristura de la falsa Realidad. Enseñarnos vosotros a olvidar. Enseñarnos a hacer otro mundo. Gracias de verda d.

Verano de 2003

Isabel, Dinah y Lola

• • • En esta edición hemos añadido en primer lugar algunos nu evos versos de la propia autora del libro. En segu nd o lugar, hemos querido hacer un homenaje a las producciones orales popula res, tanto anónimas como de autor conocido, pero que hayan sido recogidas, ejecutadas y multiplicadas por el pueblo, en agradecimie nto a los modelos metri cos y ritm icos que nos han servido de inspiración en la creación de este Cancionero. Para ello hemos elegido algunas muestras simbólicas : Uno de los generos de mayor frecuencia y va riedad en las tradiciones orales son los romances. Recogemos aqui la sin par joya anónima de "El Enamorado y la Mu erte" en la varia nte de Agustin Garcia Calvo. Hemos seleccionado ademas dos fábulas de Don Tomas de Iriarte en recuerdo de un genero literario que tan ta capacidad didactica y moral contie ne. Proponemos la vuel ta de las fabulas a las Escuelas y la Educación. Poner en boca de los an imal es ra zones y quejas humanas en sin duda un recurso privilegiado único para instruir deleitando. Hemos querido recorda r aqui tambien un ge nero cada vez mas olvidado, pero siempre útil y dispuesto a renacer, mientras haya bebes y haya madres: las nanas. Presenta mos una anónima y otra de la autora, con música de Lola de Cea. Asi mismo incluimos unas mu estras de caligramas y adivinanzas de Isabel Escudero, genero sin lugar a dudas, curioso e inqu ietante para los niños. Estas mu estras nuevas se presentan debida mente acompañadas de recientes y enigmaticas ilustraciones de Dinah Sa lama. y como broche final, presentamos la graciosa retahíla popular: "La mora en su moral" con voz y música de Paco Curto, rescatada de nuestro antiguo: "El ñiño preescolaren el hogar':

Damos las gracias a las voces de los niños cantores, y demas cantantes de las canciones, que bajo la dirección de Lola de Cea, han hecho posible el CD que forma parte sustancial de este Cancionero. Asi mismo agradecemos a Miguel Minaya y todo el equipo del CEMAV de la UNED por la atenta rea lización tecnica de este disco compacto. y finalm ente, no podemos olvid ar tampoco a los maestros y niños que a traves del Curso de Formación del Profesorado de la UNED: JUGAR y APRENDER , vienen usando en las aulas escolares este Cancionero año t ra s año. Ellos son un vivo estimulo que nos alienta a seg uir contando y cantando. 10

Prólogo

Q U E

E S

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N

N

o

?

Agustín García Calvo

a

Educación parte de una idea fundamental, tan firme como estúpida: que se sabe /0 que es un niño. Lo saben porque saben el futuro de ese niño, porque ellos van a formarlo y conformarlo y todo eso por su pretendido bien, porque, si no, el pobre sería un desadaptado social, un marginal, y hay que hacer perfectos individuos para el futuro: ciudadanos sumisos, fieles creyentes de lo que hay que creer, puntua les consumidores de lo que al Mercado le interese vender, esclavos felices del Dinero. Someterles de antemano a un futuro, labrarles un futuro, hacerles un futuro, aunque sea al precio de cargárselos de presente: no dejar vivir al niño para fabricar al Hombre. Como si a cada niño se le colgara al cuello ese ca rtel ita de obras, que tan frecuentemente vemos a cada paso en las ciudades del Desarrollo, y que reza: "Perdone las molestias: estamos trabajando para su futuro': Y todo eso se hace como sabiendo que es un niño. Se pretende conocer ese misterio siempre imprevisto y escurridizo de un niño. Porque no se sabe maestro: se aprende de los niños. Pero en vez de aprender de ellos, a cada momento se les enseña lo ya sabido. Por ejemplo, ensegu ida se les sustituye el lenguaje, que no es de nadie y es para cualquiera, el hablar, que es del pueblo, por la escritura, que ya se sabe que es de la Cultura y los cultos, que es de Arriba. Un maestro ha tenido primero que sufrir muchas pedagogías, muchas malas creencias que le conven za n de que es eso lo que tiene que transmítir a los niños, sín permitirse cuestionar la pertinencia de esos saberes y esas ideas. Pero ahí están los niños: están para escuchar/os y aprender de ellos, y esa debería ser la prímera y más honesta tarea de un maestro: saber oír - cosa que nunca hacemos-o Recordad la propuesta del poeta Antonio Machado para aquella Escuela de Sabiduría

Popular: lo primero era prestar oído al pueblo, al lenguaje corriente, que es el que sabe sin saber

que sabe. La Escuela de Sabiduría Popular no tendría otra función que la de ordenar, arreglar y volver eso oído más razonado y razonable, para devolverlo de nuevo a la gente corriente, al pueblo; y, en cuanto a los padres, el papel mismo de hacer de padres, y por lo tanto de principales guardianes del Futuro de sus hijos, estropea mucho las posibilidades de entendimiento y escucha atenta de los niños. No oímos porque sabemos ya lo que nos van a decir: quien sabe no oye. Sabemos, tenemos idea, nos hacemos una idea yeso también repercute en uno mismo: aceptar el personaje que uno es para el prójimo: uno se hace ya sabido. Oír sería, en cambio, la desprevenCión, la limpieza de ideas, la

desnudez de la razón. Las Jergas en cambio están para engañar. Todo tipO de jergas: las politicas, las comerciales y hasta las amorosas de los culebrones y las fotonovelas, están para engañar, para "crear ilusiones", para sustituir la vida por ideas, por ideales y creencias morales, los sentimientos por obligaciones; en definitiva para seguir redondeando aquel primer cambiazo que los adultos hacen con los niños, que la Sociedad hace con sus retoños : que lo bueno es malo (y si es buenísimo, entonces es malíSimo) para que así de mayores ellos también tomen en recíproca lógica lo malo como bueno. El lenguaje corriente, popular, el lenguaje desenfadado, cuando se deja hablar, es razonamiento

vivo, no ideas ni doctrinas. El lenguaje corriente y popular oye y entiende. Escuchar ese lenguaje, sobre todo de la gente menos formada, de los niños, antes de que se conformen con y en la Rea lidad que les corresponda, sería un método vivo y buenamente antipedagógico, en el sentido literal del término, porque sería más bien el niño el que conduce al maestro hacia la verdad: el niño sería el que da voz al pueblo, y es así el maestro más vivo. A un buen maestro, pues, le quedaría prestarle oído y, como dice el Evangelio, el hacerse como niño para entrar en el reino de los cielos. y esa mano jzquierda de la enseñanza, a propósito olvidad iza de lo que hace su derecha, parece ser que es la que ha conducido hábilmente la escritura de este libro; una escritura que se acerca fielmente a la viva voz, palabra en el tiempo nacida de su raíz honda y popular, donde todavía laten juntos razón y corazón. Es este prestar oído a los niños, y en general a la gente, lo que nos ha interesado tan vivamente de este Cancionero para siempre, que doña Isabel Escudero ha venido tejiendo y destejiendo, con tanto acierto como paciencia, durante largo tiempo, y que hoy, por fin, toma voz y canto en boca de los niños y muchachos, y escritura y dibuJo en el libro, advirtiéndonos con un Sinfín final de que la aventura es interminable por sus dos cabos, mientras haya niños y pueblo, como reza esa "(anción sin causa ni fin" con que se detiene por ahora el Cancionero. Porque los que hemos seguido de cerca los quehaceres y empeños de la autora, que ya en su Coser y Canta r (Editora Nacional, 1984 y posteriores ediciones Lucina, 1990, 1994) nos delei tó

con sus co plas, adivinanzas y ex-propios, y más recientemente nos regoc ijÓ de nuevo con el libro

Razón común

f:¡

Razón poética (con acompañamiento musical de doña Pilar Lago e ilustraciones de

Ric, UNED 1994), sabemos de su tarea costante 1 de hacer y deshacer versos cada día, en hilándolos en collares y ristras de pequeñas joyas, con las que se regala y nos rega la, con tanta riqueza como precisión, con tanta abundancia como acierto. Porque, si está claro que tanto en las producciones 14

1 Respetamos algunas grafias anómalas Que obedecen a la deCISIón del autor de no traIcIonar la fonetlca del habla comente y de nunca más emplear ortografías que puedan engañar a los locutores.

cultas de autor, como en las anónimas y populares, los aciertos poéticoS son raros y de tarde en tarde -y de esta ley ni la poetisa se salva- es también obligado decir que su rigor y justeza le hacen tomar y retomar, una y otra vez, los materiales que las musas prestan a su voz y a su pluma, y los pulimenta y agudiza, y no los suelta de su mano hasta que queden finos y silbantes, como flechas que hieran lo hondo con luminosa henda. Y esa eXigencia se ha convertido en ella tanto en deber como en maestría, en oficio artesano y diario, que antepone a cualquier otro quehacer o modelo de los que manda la Cultura. Y así, doña Isabel Escudero, ora y labora, como la abeja, la eterna miel de 105 versos. Pero, no contenta con fabricar la minUCiosa testura de sus encajes, se ha empeñado, en esta nueva ocasión, en procurarles también la música, ritmos y melodías adecuados, que animen estos versos, y en esa aventura se ha valido del buen juicIo y hechura musical de doña Lola de Cea, que ha sabido escuchar las prosodias, entonaciones y ritmos de estos versos, y darles músicas que les hagan volar a más altos cielos: darles canto y juego. Es así como la compositora ha costruido, especialmente para estas letras, acertadas melodías con istrumentaciones variadas -acostumbrada por su profeSión al trato largo y fértil con la enseñanza muslCal- y esta fabncac ión minuciosa la ha llevado a cabo, desde el pnmer momento, con 105 niños y muchachos de su Escuela de Música; y eran ellos, los chicos, de muy diversas edades, los que, con sus aprendizajes e interpretaciones, la guiaron en el acierto de estas mÚSicas. Los que hemos velado, paso a paso, la gestación y nacimiento de este Cancionero - para niños de todas las edades- hemos tenido el privilegiO de aSistir a un verdadero y prolongado disfrute en el que, olvidadas de si mismas y como sin querer, Inventaban letras y músicas, y es tan sólo la necesidad de que este goce se convirtiera en manual para las escuelas públicas, (y por [o tanto sometido al calendario temporal de plazos editoriales, y programas escolares), la que ha hecho que se le ponga un punto final provisional al libro. y como no hay dos Sin tres (y los niños son todo ojos que oyen y oídos que ven), doña Dinah 5alama vino a completar las vivas ocurrencias de este Cancionero con su trazo entero y tierno a la vez, y he ahí a sus niñas de colores, como fierecillas presas de Realidad ¡tan rotas y tan vivas!, atrapadas en sutiles tramas de sueño y razón, haciendo que este libro, que tenéiS hoy entre las manos, sea un multicolor inventarla de maravillas, tan afortunadamente distante de las fáciles estereotipias en las que suele incurrirse cuando se producen materiales "Infantiles" y "juveniles". y así, juntas las tres autoras como en ese Romancillo del "Manojito de cerezas" -tres para una y una para tres- contra toda Pedagogía, y con el sagrado respeto de no saber qué es un niño, así lo despiertan y le hacen cantar, al niño de siempre. al niño sin tiempo. a tu niño.

Las Navas del Marqués, mayo de 1995

Introducc

,

o n

A los maestros y

P

O

E

S

y

A

profesores

LENGUAJE I sab e l

E s cuder o

T eoria del juego po ét ico

Si

como dicen , una imagen vale por mil palabras, es también cierto que una palabra vale por un sinfín de imágenes. La cuestión está en hacer·

I

la que suene y dance. En saber movilizar esa palabra, en multiplicarla por toda la libertad de que ella es capaz . O bien de pararla, fijar su vértigo en el aire o en la pagina. Estas son algunas de las operaciones que

hace la Poesía, hecho que hoy aquí nos ocupa. Algo sabemos de cómo parece estar constituido el aparato de la Lengua, sus re laciones con el habla, y los hechos rítmicos del lenguaje que esta n por debajo \; y también sus enlaces con esos otros hechos, que ya no son propiamente del lenguaje, sino que vienen de la Cultura, y que, fu ndamentalmente, conecta n con la Escritura y con las Artes. Pero ¿dónde situar entonces eso de la Poesía? Podemos, desde luego, resignarnos y sin más aban· donarla al reino de la Literatura, y de hecho así se hace. Generalmente la moda dominante en la Poesía culta actual, y ya desde hace varios decenios, se empeña en desposeerla de su carácter de

j uego lingüístico: de juego con el tiempo . Se la condena tajantemente a la escritura, que es propia· mente Cultura, y se la separa, como un hecho cultural mas, de su masa substancial que era el len-

guaje vivo, y aún más atrás y abajo, se la corta de su verdadero manantial: el canto (quizá el primer lenguaje de los hombres, no nos atreveríamos a decir natural, sino como en el Paraíso, más bien preternatural). No debíamos nunca olvidar, al menos las gentes que nos dedicamos a la enseñanza, aunque lo olviden los poetas, que la poesía es ante todo un caso de lenguaje, un hecho del len1. Estas cuestiones están desarrolladas en los libros de Gramática de A. Garcia Calvo (Del Leng uaje " De la Construcción 11, y Hablando de lo que habla) Editori al Lucina. Za mo ra .

guaje, y que es ahí, en el lenguaje corriente y moliente, (como dice el pueblo en ese buen símil de las aguas que corren, muelen y redondean en el correr sin tiempo de los días), donde la poesía de haberla, hayla. Como decía D. Anton io Machado qUizá refiriéndose al río de la vi da : Toda la imagineria

que no ha brotado del río, barata bisuteria.

las Artes Poéticas En un principio, durante muchos siglos, (y aún en plena escritura ), la poesía seguía, a su modo, cantando gracias a las Artes Poéticas y Retór icas de los buenos oficios de algunos poetas. La escritura se convertía así para los versos en algo que, por un lado, favorecía la rete nció n, la memoria, y por otro, presentaba una tentadora invitación de la página blanca a la danza de la pluma en un juego cu idadoso de graciosos pasos medidos. A este ba ile riguroso y reg lado (co ndición para que sea libre y alado como sucede con la música) se entregaban los poetas co n razonada pasión y constancia. Pero ¿qué pasó después? Con el domi nio extremo de la escritura, pero, sobre todo, con la paulatina desaparición de los oficios artísti cos o artesanales y su sustituc ión por la Idea de Arte (mayúsculo), y, más aún, bajo la última domin ación de lo informal y espontáneo, 10 " personal" , como se suele decir, que pa rece primar la Expresión sobre el Arte, (ese improvisado "realismo " a que nos tienen condenados, los Med ios de Formación de Masas bajo el sagrado M ito de la Comunicac ión), la poe sía tradicional, rimada y musica l, pública y oral, ha sido definitivamente condenada a su desaparición casi tota l, o tal vez sustituida y descuartizada por insulsos productos " musica les- poéticos" para Masas en boca de cantautores o de conjuntos, que cuentan ma lamente lo mal que les va (porque eso de la queja sigue poética mente funcionando); o bien, lo que es peor, en la canc ión multitudinaria para "Masas juvenil es " , con la machacona recurrencia a algún estribillo estúpido que se repite sin fin ni pudor bajo 105 cien mil decibelios. y también, además para las élites literarias (que empiezan a ser mayoría), queda algo por ahí escrito, cargado de semanticidad, de "mensaje" , como dicen, (sin forma en la mayoría de los casos, salvo raras excepciones), a lo que se le llama Poesia propiamente dicha o sea Poesía culta, de autor, y de la cual hoy día se producen ca ntidades. Nunca se ha prodUCido ta l cant idad de "Poesía de poeta", ni tan protegida por los M inisterios de Cultura de turno, y por Cajas y Bancos, (aunque sólo sea como "detalle redentor" de lo que fa lazmente ellos llaman "época materiali sta "), pero, sobre todo, marcada por su carácter de "inutilidad " (una de las notas típicas del actua l Mercado del Bienestar: la fabricación de inutilidades). Posía escrita que ni se usa ni se recita. y así andan las cosas desde hace ya tiempo para aquello que alguna vez era poesía, y que tan viva yactiva fue popular y políticamente, en los pueblos y las gentes, cuando rea lmente se usaba y practicaba. Pero volvamos a retomar su entronque con los hechos vivos de la lengua que es lo que conviene aprovechar para el caso de su uso en las aulas escolares que es el que aqu í nos preocupa: la poesía en alta voz, oral, cantante y sonante: el uso de la poesía, la declamación de versos por nuestros niños en las escuelas (yen sus casas) desde que empiezan a manejar con soltura el lenguaje.

20

21

El hecho gramatical y la producción lingü ística

Tenemos, por una parte, el hecho fundamental gramatical : el aparato de la Lengua con su estricta configuración abstracta, ideal. Ahí están los deícticos (yo, tú, esto. aquí etc.). los cuantificado-

res absolutos (todo, nada, ninguno, etc.); y los relativos (más, menos, algo, etc.). Tenemos la negación con toda su fuerza razonante, raíz de toda lógica (ese no tan usado por nuestros niños, cuando se les aparece de primeras veces eso del pensar, y, por tanto, la contradicción viva, al mismo tiempo). Tamb ién, la interrogación, la pregunta viva largo t iempo en nuestros niños, hasta que los

mayores les damos ( iY sobre todo los enseñantes! ) todas las respuestas ya sobre el mundo antes de que ellos se formulen las preguntas, para aburrirlos defin itivamente y que no vuelvan ya a plan tearse en su vida ninguna pregunta más. Tenemos también los números, que no podemos consi-

derarlos nombres comunes, sino otra cosa más compleja, y que antes de su configuración ideal como números ya estaban en la sombra de los

protonumeros,

por debajo del lenguaje, en los

hechos rítmicos temporales, como en una primordial lógica rítmica, en los latidos de nuestros cora zones, en los cascos de los caballos, en el oleaje del mar ... Y luego, además, hay ese sinfín de nom bres de las cosas que tienen significado: eso que llamamos vocabulario, y que no es otra cosa que la Realidad misma. Palabras semánticas que pretenden ser abstractas, ideales, y, al mismo tiempo, materiales, palpables. Y dentro del campo de los semantemas, como por purificación, tenemos en el campo de los llamados lenguajes formales, los conceptos aritméticos y geométricos, como, por ejemplo, triángu lo, que vienen a ser ya directamente un modo de escritura ideográfica, o dibujo del esquema de la idea. ¿Y qué pasa'; que ahi, en toda esa compleja amalgama, están ellas, las palabras, automáticamente engarzadas unas con otras en la producción viva del habla . Sabiéndose ellas perfectamente colocar unas tras otras sin intervención alguna de la conciencia del hablante; y quizá por ello funcionando con acierto gracias a esa condición de que no sepamos que lo sabemos. Pero, ¿qué pasa cuando ll egamos a la escritura? Ahí volvemos ya a la conciencia; y no sólo a aquella dudosa conc ienCia del momento del aprendizaje de la lengua materna, trance delicado, entre imi tación y subs-consciencia, que los niños tienen que pasar entre el año y medio y los tres años (paradójicamente cuando no tienen todavía, como decla la Iglesia, "uso de razón "), sino ya una toma de conciencia con todas las de la ley. Un " rizar el rizo " haciéndose cargo de todos esos artilugios subconscientes y automáticos que eran propios del lenguaje hablado, y mirarlos y remirarlos ordenándolos según el entendimiento o el contar de la realidad . Separación entre lenguaje y escritura

Si la escritura es fiel al lenguaje del que procede -como debiera ser- entonces [as puntuaciones y sus reglas debían estar encam inadas a dar noticia del habla, de sus acentos y entonaciones con la mayor exactitud posible, a alimentarse de ese decir oral de donde dim anaba, utilizando los trucos y artes retóricas, que dan los buenos oficios de la repetición y la maestría, para despertar de nuevo en las letras la viveza y utilidad de las palabras. Pero si la escritura (que ya es Cultura) se ha separado de su primordial substancia que era el lenguaje, ha perdido la gracia y la lógica ritmica que en él subyacía, y, por el contrario, se somete a las Academias, Enciclopedias, Escuelas y Vanguardias, o

sea a la Administrac ión de Cultura, apartándose del pueblo, de lo de abajo, entonces se está cayen do en la traición típica de la Cultura, que consiste en invertir el proceso y atribuirse su propiedad y

manejo, en nombre sea del Autor, sea de la Academia. sea del Estado, del Nacionalismo .. " o cualquier otro invento del Poder, para dar el cambiazo al pueblo, y así manejarlo según convenga al Orden de la Historia y la Doctrina dominante. Y decimos que en este juego de dominio entra, como primer cóm plice, el autor individual, que en vez de quitarse de en medio y dejarse hablar por ellenguaje, que no es de nadie, ofreciéndose tan s610 como instrumento de utilidad y aprovechamiento de alguna maestría, relativamente personal, lejos de ello, se ded ica a promocionarse como Autor, dedicándose (profesionalmente) a "hacerse un nombre", a promocionar su firma en la Cultura, su nombre como dinero, o como fama personal: forma sublime del dinero.

Poesí a sin poeta No confu ndir ese afán de identidad del Autor, sea Individuo o Dios, y su acto de Creación, con los posibles juegos o experimentos poéticos que en la producción poética se intenten; muy al contrario, damos por necesarios los ensayos técnicos, métricos (y hasta estilísticos) que indaguen en el hecho poético, siempre que sean destinados al juego poético que es juego con el tiempo, juego con los números y las proporciones a través de los siempre mil renovados artilugios de las artes poéticas. Porque precisamente la virtud del Arte, de las leyes internas del Arte, cuando acierta, es hacer que aquello particular de la expresión personal tome un carácter general, se haga verdadero y común; toque el corazón común que no es patrimonio de nadie; es decir, que eso que yo siento lo sienta cua lquiera; el yo gramatical es un yo cualquiera, porque cua lquiera puede decir "yo". En ese sentido toda buena poesía (cuando acierta), aunque tenga autor, es anónima. Así lo era también la poesía popular tradic ional. El interés por el Autor, más que por la obra, bien se evidencia en los Programas de Literatura que se diseñan para nuestros escolares y en donde se les enseña todo tipo de pormenores sobre la biografía de este o aquel poeta, en vez de enseñarles a recitar de memoria los versos. Nótese, en cambio, que la poesía popular, la más acertada y conmovedora, solía ser poesía anónima, no creada por Autor, en ningún momento concreto de vida personal o colectiva, sino anónima y ahistórica, intemporal: poesía sin poeta, criada en el tiempo y por él decantada, creada y recreada en cada ejecución. Pal a br a en el tiempo La Poesía es lenguaje y juego que actúa a la par como instrucción y como aprendizaje deleitoso, como verdadero entendimiento en acción, cuando retoma el carácter auditivo y temporal del lenguaje, operando en su regulación rítmica: unas veces exagerando su obediencia y, otras veces, distorsionando sus leyes, jugando con recursos musicales y melódicos. Porque, si bien es verdad que la poesía es un caso de lenguaje, lo es de un modo peculiar: en primer lugar, es un caso de lenguaje que evidencia de modo extremo esa falsa separación que los hombres (los adultos, no los niños) han instituido entre forma y fondo. En los versos, "lo que se dice" no puede separarse de "cómo se dice" ya que ese cómo es lo importante. Y es un caso de lenguaje que actúa hablando y habla actuando. No hay que esperar para pasar a la acción. Las palabras hacen lo que las palabras dicen en el 22

momento. En ese sentido es instantánea y actual: juego con el tiempo. Con el tiempo material, ese que dice el pueblo -a la vez tan llana y metafísicamente- "que no tiene" porque no hay: "no hay materialmente tiempo ". Es en virtud de su constitución sucesiva y temporal, de palabra en el tiempo, que se va a producir la acción poética, porque, aunque su masa sea lenguaje común y corriente, se somete a regulación el ritmo del habla. Es Juego con el tiempo, tiempo riguroso, medido: tiempo de poesía que va, paradójicamente, a descubrir la fa lsedad de ese otro Tiempo idea l que constituye la Realidad, la menti -

ra de ese otro Tiempo de la Banca donde el dinero crece, y que es el mismo tiempo de la Historia donde los hombres mueren. Regulación ritmica y métrica

Es, pues, la Poesía, un caso de lenguaje, lenguaje en acción, aCCIón del lenguaje que, por medía de

la regulación rítmica del habla, (alternancias, repet iciones, silabeos, fugas, silencios y otras recu rrenclas) por debajo, y por la explicitación de esquemas y reglas propios de las Artes poéticas, por arriba, descubre un orden sintagmático, desvelador de la falsedad del Orden de la Realidad: la impo-

sibilidad y las paradojas de eso que se nos vende como Rea lidad . Pero no es sólo ese orden lo que se moviliza, sino también la masa de la Realidad misma: los semantemas que son los que constituyen el mundo: la visión del mundo. Un sinfín de recursos y tropos poéticos (entre los que descuellan por su fuerza y utilidad: la metáfora y la metonimia) vienen a evidenciar la ambigüedad polimorfa de la Rea lidad, deshaciéndola en mil esquirlas donde brillan asomos de algo que sentimos

como verdadero (precisamente porque no parece ser de este Mundo). y cuando todo se pone a funcionar, no separadamen te, sino al mismo tiempo, se produce, como por milagro, ese trasvase certero, y salta la flecha agridu lce que nos toca a la par inteligencia y corazón. Ahí, en los trances poéticos, es donde se puede palpar que razón y corazón, lógica y sentimiento están del mismo lado; el uso de esa fért il coincidencia nos debía ser muy caro y propicio a los maestros, siempre preocupados en cómo tocar las ra íces del saber (y, por tanto también las del misterio), si es que la Enseñanza mantiene todavía, a estas alturas, alguna pura conexión con lo verdadero. ¿ Cómo llegar a lo vivo común, que está por debajo de eso que llamamos Realidad? Y, pre-

cisamente, cómo llegar ahí, a los niños, a unos "sujetos", valga la paradoja, todavía poco sujetos, aún en trance de formaci ón, que están todavía a medio hacer, y donde sin duda por ello mismo, podría penetrar con menos res istencia que en los adultos el rayo de la razón o de la hermosura . Y es, precisamente, la poesía cuando está viva, un caso de lenguaje que tiene esa precisa y preciosa virtud de confundir sabiamente en su tañido inteligencia y corazón en un sentir y sentido común que nos aúna, de tal manera que el que la escucha puede decir: " ¡eso era lo que yo quería decir y no acertaba! " . la competencia lingü íst ica d e l n iño

Sí, lo primero que nos sorprende es esa habilidad lingüística, esa facilidad y prontitud con que los

niños aprenden la Lengua materna, (¡es como un milagro !), el aparato de la Lengua, sus reglas gramaticales tan complicadas; y sin embargo, una criatura, se va haciendo con ellas entre el año y

medio y los tres años como la cosa más natural del mundo. Y una vez que el niño entra en el lenguaJe, o mejor dicho el lenguaje entra en él, es habitado por él, se le convierte en su juego preferi -

do: el hablar, el parlotear, es su juego más gozoso y constante; hablar, preguntar, escuchar, es una

pasión en los niños: es la vida misma, y sin embargo no es nada "natural" , sino un artificio bastante sofisticado. Para ellos debe ser fascinante, un verdadero hechizo, ver cómo el mundo se hace y se deshace con palabras. Mucho cuesta poco vale, fabrica todas las cosas con aire. (AdIVinanza de la lengua)

Palabras que nunca se gastan, sino que crecen con el uso: En la boquita la saboreo y nunca se gasta este caramelo. (Adivinanza de la palabra)

Palabras en juego y juego de palabras

Pronto se darán cuenta los niños de ese extraño privilegio que tienen, que no tienen los otr05 animalitos: se darán cuenta de que son animales de lenguaje. Así que va a ser el recrearse en las palabras, no sólo en lo que las palabras dicen, sino en lo que las palabras hacen, en sus combinaciones, en su sonidos, en sus imágenes, en su forma lidad, en su ritmo y melodía sintácticos, lo que será bien pronto el primer objeto de encantamiento de los niños: las palabras en juego y el juego de palabras. Este trato mágico con el lenguaje les produce tal fascinación que les hace por un lado embobarse en el oír, perderse en lo que están oyendo, y, por otra parte, en la producción y emisión, afirmarse e identificarse, al sentirse ellos también constructo res (Iingüisticos) del mundo y la realidad. El niño juega las palabras, lo juega todo, se lo Juega todo, incluso él mismo no se separa de "lo otro". Ese dejarse hablar, ese gozo de parlotear es del mismo orden que su impulso de moverse. la necesidad del niño de moverse lo lleva a movilizar las palabras, a hacerlas danzar en un baile continuamente inventado porque su lenguaje es todavía movedizo, está rebullendo constantemente como el agua naciente de un manantial; y sin embargo, todo ese caudal informal, debe enfrentarlo, ajustarlo y entrelazarlo con las reglas normativas de la gramática y su idioma particular. Sonidos, imágenes, formas, ritmo, etc, todo unido, mezclado y amasado en mil azares combinatorios . Y esos azares primeros del aprendizaje de la lengua, de alguna manera, aunque rudimentaria, se asemejan a las artes combinatorias poéticas, ya que la poesía es esencialmente un arte combinatoria: arte -como decía Horacio- de la "dulce juntura " en juego con el tiempo.

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Competencia poética del niño

Como la Poesía es esencialmente un hacer del lenguaje, (y un hecho de lenguaje), no es de extrañar que cuando el lenguaje está aún fresco, "recién hecho" (porque aunque esté ya hecho en un tiempo inmemorial, se trata de rehacerse de nuevo, y cada vez, en el tiempo del sujeto al que "ocupa "), todavía pues, en sus primeras fases, las de "adquisición de/lenguaje", (como dicen los tratados psicológícos, aunque se debia decír mas pertinentemente, del lenguaje en adquisición del niño), es cuando se dan con mayor frecuencia y "naturalidad" las formulacio nes poéticas, precisamente porque en razón de los azares combinatorios propios de la inseguridad técnica, (ensayos y tanteos que se inclinarían hacia esa gramática común y primordial), las asociaciones de palabras son más atrevidas, las imágenes y metáforas saltan más nuevas, más osadas y floridas, en orden rebelde y nuevo -quizá también porque el 'sujeto' (el niño) está aún poco formado-- menos constituido por la Realidad, y por ello esta mas suelto para ser transitado por el lenguaje. Asi que es el niño pequeño prácticamente un poeta, en razón tanto de esa disponibilidad para ser trasegado por el lenguaje, como por su todavía mínima realidad, ya que entendemos que buena parte de la creación poética, cuando acierta, se hace siempre contra el dominio de la Realidad, e incluso diríamos que se hace también a pesar del sujeto que "la hace", o sea a pesar del poeta que será mejor poeta en la medida que sepa quitarse del medio y deje hablar al lenguaje, que es el que de verdad sabe. Será, pues, en la Educación Infantil y la Primaria, el momento privilegiado para celebrar y estimular esa buena capacidad pOética del niño; sobre todo hacia la poesía oral, medida y rítmica -juego con el tiempo- con producciones del orden de la canción o del canturreo, el recitado en alta voz, rítmico y acompa sado de letanías, corros, romances, fábulas, coplas y versos varios. El niño suele prendarse de los artilugios que impliquen juego con el tiempo: sucesividades, repeticiones y alternancias que caracterizan las producciones de la Poesía de tradición oral, pobladas siem pre de producciones de niño (lo que un poco despreciativamente se ha llamado desde la Literatura culta, folklore infantil). Tanto el uso didáctico de la poesía como la propia didáctica de /a poesía debía ser un ejercicio privilegiado en las escuelas, y en general en la educación de los niños. La visión po ética

Pero, detengámonos un momento en ese ver de la poesía (no sólo en su tañido). En ese abrir los ojos en pleno sueño, paradójicamente. Porque sí: algo tiene de común la acción de la poesía con la operación del sueño. Porque ella también escarba y se alimenta de ese subconsciente onírico donde sucede una operación curiosa y contradictoria entre desplazamien to y representación: por un lado, las imágenes de los sueños tienden a desplazarse del tiempo y del espacio de la Realidad, pero justo parece, que en relación directamente proporcional a tal desplazamiento, la representación viene a pintar y repintar (fijándolas) las imagenes desplazadas vivificando las de manera insólita. Haciéndolas notar precisamente porque no están en su sitio: porque están "fuera de lugar". El sueño, como la poesía, pues, viene a pintar (u t pictura poesis, al decir de Horacio), ese es su modo de figuración, aquello que no es como debe ser, o que no está donde debe estar, y lo hace cargando las tintas en igual operación de lógica plástica y rítmica con que la poesía hace pintar y sonar la imposibilidad de lo real, lo que no puede ser, lo que por debajo sería vida, si no fuera por encima Realidad.

Es por ese carácter plástico y visionario de la poesía por lo que hemos concebido este libro-cancio· nero, como un todo inseparable: lenguaje, música y pintura, tal y como imaginamos -y todavía recordamos- que se nos ofrecía el mundo recién hecho a la in fanc ia de la mirada. Formaliz ació n y memoria

Si a este carácter de exageración visual, de entrar por los ojos (de golpe de vista que aúna a un tiem· po saber y entender), que tiene la poesía operando justamente en esos estratos anímicos indefini· dos de la subconsciencia, a su rigor formal y plástico, al que tan afines son los niños, se le suman las artes de la memoria: la repetición rítmica, la rima, la musicalidad ... , conseguiremos, probable· mente, un instrumento de excepción no sólo estético sino didáctico. Recordar cómo las cancianci· Ilas escolares de nuestra infancia no se nos olvidaron jamás. (Bien son de aprovechar todas las ocu· rrencias que Machado nos da en el Juan de Mairena, en boca de Meneses, en relación a su "máquina de trovar" como máquina de enseñar). El recitado, recordado de memoria, tiene la virtud justa· mente de eso: r€-Cordar, acercar de nuevo lo olvidado al corazón: volver al corazón, siendo, al mismo tiempo, un ejercicio de precisión, donde no valen las aproximaciones ni las va guedades, cosa rara precisamente en un mundo de confusión donde todo vale. Tendríamos, pues, en el rec itado y declamación de los versos (se supone de los versos aptos para su declamación), un útil único para la enseñanza y el aprendizaje, a la vez claro, fluido, y sólido. Hay también versos mudos, que nacen sólo para el nido de la escritura, que no cantan; son mudos pero no sordos, porque hasta los versos más visuales oyen aunque callen. Invitamos, pues, a que los niños no sólo canten y reciten los versos de este Cancionero, sino que, además, los pinten. Contar cantando

Se trata de retomar en este Cancionero la fórmula tradicional del "contar cantando" típica de los romances y esa inseparabilidad del cantar y el contar que apunta esta copla de don Antonio Machado. Canto y cuento en la poesía, se canta una viva historia contando su melodia. Si, esto de la poesia viva

contada y cantada,

o rezada, desde luego no es fácil, ni corren tiempos

propicios para ello; el recitado de los versos en las Escuelas en alta voz como ejercicio habitual, es, sin duda, una labor a contracorriente de los tiempos y sus cadenas (¡sobre todo las de televisión!), pero no es imposible y algunos lo intentan, lo intentamos una y otra vez, y de lo que sí os doy fe, es que cuando los niños llegan a palpar el milagro de la poesia viva, esa visión hecha inteligencia y corazón al mismo tiempo, el razonam iento poético y misterioso donde arde la lógica de las adivi· nanzas, entonces, ellos, entran en el juego como verdaderos artistas, apasionadamente y tan en serio como s610 los niños juegan.

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Poesía útil

y es a contracorriente de los tiempos, la poesía, porque es útil, útil en sí misma, y como modelo de conocimiento extrapolable a otros aprendizajes. Es verdaderamente útil y, ya se sabe, que estamos en el imperio de la creación de inutilidades: crear y consumir inutilidades es la pauta general. Así que cuando algo de esto florece, la utilidad se palpa, y fructifica en el instante, no con rentabilidad futura, como quiere el orden del Dinero, que dé su fruto el "día de mañana", que haga del niño un futuro consumidor de lo que esté mandado, o mejor aún, cómo ha conseguido la publicidad hacer del niño un consumidor potente desde su más tierna infancia. Y, cuando sucede el milagro de la gracia y la utilidad al mismo tiempo, entonces, los chicos que son ellos tan listos y tan prácticos, lo agradecen y aprenden con seriedad y con rigor. Porque, tened también cuidado con ese término tan manoseado de " Creatividad", de tanto pábu lo desde hace un par de decenios en la Escuela Prog resista; eso de la espontaneidad, de la improvisación, de la naturalidad, de cada uno a su aire, del ocio lúdico, etc., con esa nueva moda hemos conseguido que los retoños de hombre, después de tantos siglos de Civilización y Bellas Artes, vengan, por fin, a expresarse y chillar otra vez como sus antepasados los monos. No, el niño, no distingue entre disfrute y tarea si la ta rea implica juego: descubrimiento e inteligencia en marcha; es la gracia en el buen hacer, en el construi r o en el descubrir, como el juego Inteligente de una adivinanza, al mismo tiempo disfrute y razonamiento, uti lidad y placer. Somos los adultos los que hemos introducido esa falsa separación entre producción

y disfrute con el nefasto invento del trabajo como castigo biblico y tortura de los hombres. Dejemos que los niños, que todavía pueden, oren y laboren, jueguen y trabajen, sin saber bien dónde empieza y term ina lo uno y lo otro. Por eso no se trata tanto de "expresarse" como de hacer las cosas bien, con ritmo, con precisión y formalidad al mismo tiempo, para que se produzca el juego de la pasión por la cosa, aliviando así la pesadumbre de la persona por la ingravidez poética, tal como sucedería en una clase de baile donde el prop io orden y la Justeza de los pasos de la danza levantara en vilo a los bailarines. lo mismo vale para los versos: precisión en el arte y juego en la expresión, y ya veréis como esta aparente paradoja func iona y cómo la cosa marcha y, además, por añadidura ¡qué bien se pasa!

ADVERTENC

A

El lenguaje "infantil" y el habla de los niños

Sucede una especie de proyección psicológica en la comunicación que empuja al hablante a tratar al interlocutor como quisiéramos que el interlocutor fuera. Con esta adscripción psicológica (ajena a la lengua en si) parece como si nos aseguráramos de que el otro va a entendernos mejor, y, sobre todo, que va a actuar como se espera de él, es decir, como le es propio. Por ejemplo: si los hom-

bres hablan a las mujeres como" a mujeres", así se aseguran de que ellas van a contestarles y actuar como mujeres. No digamos, pues, cuántas veces más desplegamos hacia los niños ese tipo de tratamiento lingüístico sesgado por el interés psicológico y funcional de que nos respondan como tales y de que sigan siendo "niños " -o sea la idea que tenemos de lo que es un niño- amén de esa bondad paternalista de "ponerse a la altura " de los que valorarnos como más débiles y más ignorantes. De tal manera es automática esta acomodación "económica " del lenguaje, que muchas veces somos los adultos los que prolongamos con nuestro ejemplo esa pOSible ñoñez y estereotipia lingüística de bastantes niños, más allá del plazo normal de cualquier proceso de aprendizaje. Comparemos, en estas tempranas edades el habitual desfase, en general, entre la cortedad y fijaciones de sus expresiones orales con la riqueza y libertad de sus dibujos y juegos (menos mediados por los adultos), lo que al margen de algunas otras consideraciones técn icas, psicológicas y gramaticales sobre el aprendizaje de los signos y las lenguas, se explica, en parte, por la inducción y condicionamiento de nuestro lenguaje hacia ellos, Este modo, " infantil" a propósito, de hablar los adultos a los niños pequeños está muy generalizado y comienza, normalmente, en el hogar, donde la variable afectiva opera más fuertemente. Después sigue en la Escuela y en toda la Sociedad, y sobre todo los Med ios de Comunicación, en especial la Televisión, que con sus largas series "para niños", abunda en toda clase de deformaciones y acomodaciones mal llamadas "infantiles". Citemos, respecto al particu lar, un fragmento de Rafael Sánchez Ferlosio, de su prólogo para Las

Aventuras de Pinocho, de Car la Coll od i (Alianza Editorial, número 383), en el que muy acertadamente dice: "El pretend ido lenguaje infantil ---en la medida en que esta expresión quiere sustantivario, en vez de concebirlo tan sólo como una serie móvil de momentos adjetivados y transitorios en el proceso del aprendizaje de una lengua única- es una imitación de una imitación, producida y fijada por el mismo juego de espejas que hace cuajar las jergas co lon iales: el niño no sólo reim ita del adulto elementos más o menos oriundos de su habla, sino tamb ién elementos que el adulto le atribuye sin fundamento alguno, reincorporando en su habla no sólo sus propias torpezas, sino también las de la misma imitación". Cuando se dice, como el Evangelio recomienda: "Sed como niños y entraréis en el Reino de los Cielos", habría que especificar que ese " volverse" niños se refiere más bien al desprendimiento de las ideas, a la falta de preju icios, a la frescura de la mirada y a la pureza de las resoluciones, a una mayor flexi bilidad y curiosidad por las cosas, a la predisposic ión a lo maravill oso, etc. Pero no signi f ica, en modo alguno, que haya que resa ltar artificialmente las naturales incompetencias del niño y

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renunciar a las habili dades y correcciones lingüísticas fomentando las torpezas propias de cualquier aprendizaje incipiente. Las gracias que se deriven del aún imperfecto manejo del lenguaje en los niños serán graciosas en sus bocas y en sus gestos en el momento en que se produzcan, pero pierden toda su gracia cuando son remedadas por los adultos para ganarse su simpatía, poniéndose "infanti les", como hacen los papás y la tele. Pero no confund ir esta puerilización del lenguaje con el aprovecham iento de algunas de las anomalías, alteraciones y analog ías, frecuentemente ingeniosas, de los niños chicos, para la creación intencionada y "artística " de nuevas producciones orales, graciosas, hechas para jugar a repetir sin equivocarse como son las retahílas y los trabalenguas .

En cuanto a los temas, si lo que se dice o cuenta es interesante, descubridor y curioso para los niños, lo es también para el adulto medianamente sensible y lo será a lo largo de toda la vida. Los buenos cuentos infantiles son los que seducen y conmueven a cua lquier edad . Si lo que se relata es inteli gente y curioso, arrastrará consigo, sin esfuerzo ni impostaciones, un lenguaje hermoso y útil, sin pedanterías ni especializaciones. La separación del fondo y la forma, de lo que se dice y cómo se dice, es una separación fa lsa y ambos van unidos siempre, pero sobre todo en el mundo de la niñez. Este Cancionero, pues, está pensado para niños de cualquier edad,

y sobre todo para ese "niño" sin edad, siempreviva, que todos llevamos dentro. No se somete, por ello, nuestro Cancionero a la exigencia de la Ciencia Psicológica que supone un predeterminado desarrollo evolutivo que impone la obli gación de adaptar los materiales (i nte-

lectua les o pOéticos) a los niveles cognitivos "propios" de las edades concretas de los niños. A l contrario, esperamos, que sean las obras mismas, los quehaceres de la poesía, de la canción, de la pintura .. todo ju nto, lo que nos aúna a ch icos y grandes en un corazón común y sin tiempo.

Isabel Escudero

Algunos de los versos de este Cancionero didáctico han sido extraidos de otros libros anteriores de Isabel Escudero: de Coser y Cantar (Editora Nacional, Madrid, 1984, y sucesivas ediciones en Editorial Lucina, Zamora, 1990, 1994 Y 2002) de El niño preescolar en el hogar (libro con casete, Uned, 1987); y de Rozón común Razón poética (libro con casete, Uned, 1994); asi como de Cirro y aroma, Ediciones Hiperión, 2003.

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Cántame

y

,

cuentame

Te dice la paloma: toma , toma. Te dice la corneja: deja, deja. Te dice la amapola: hola, hola. Te dice la cigüeña: sueña, sueña. y tú, criatura de Dios,

isiempre diciendo adiós l

Despacio cruza el tiempo la tortuga: dura, dura, du ra...

En un hili to de de tela de araña se columpiaba, se columpiaba la cascara de la chicharra.

El alma del escolar, siempre como la mosca tras el cristal.

Las orugu itas de la tarde gris se escurren por la galeria y llegan hasta el sillón donde yo sueño dormida con las oruguitas de la tarde gris que se escurren por la ga leria ... 34

Toma med ia manzana, buen hermanito, y también a medias el gusanito.

A nada sabe el agua: nada sabe, sabe a nada.

U na mosca tras el cristal: si esta dentro quiere salir, si esta fuera quiere entrar.

Canta la rana, se mece la rama, se duermen los peces, la luna amanece.

Calices de oro, copas de plata ibebamos el aire de entre las ramas l Vuelan los piopios, cae la pluma ceniza con que te escribo. 36

Se hizo en el ai re un hueco la rosa y luego se deshizo en otra yen otra ...

El molde de mi niña era de porcelana: se rompió una ta rde, no hubo mañana.

La rosa de mi niña dos veces rosa: Rosa por su nombre y por la cosa (herida va la niña, en un 50 10 pétalo la rosa herida).

Llora la rosa bravia y hermosa, y no sabe por qué llora la rosa.

Para ver lo nunca visto la rosa se despertó: bajo mil parpados sueña su pura contradicción .

Se asomó la niña a la rosa ¿y qué vio7: en la gota de rocio otra niña la miró.

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Vuelve el columpio vacío; en el cielo otro ange lito.

En la pizarra del cielo, lo que escribe la golondrina lo borra el murcielago.

En el aire escribió lap~lga. Punto y .., ". aparte.

(Decian las viejas de los pueblos, cuando había viejas, cuando había pueblos... )

U no es ninguno dos es uno y tres... ¡a ver que es l

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Bai la, niña, baila: que se Vea el caos bajo tus faldas.

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V olvió la golondrina: ¿otra ... o la misma?

Los dias de lluvia contaba las gotas una por una.

M artes de carnaval: te he conocido por el disfraz.

M igajas de pan: la mano de la vieja volando se va.

U n burro de noria fue mi maestro, por más agua que saco de sed me muero.

La maestra, como el agua: mil veces repitiendo las cosas cla ras.

A lguien va siempre en busca de algo; pero corre la liebre detrás del galgo.

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En busca del atajo icuántos rodeos los que estoy dando l

Ni si ni no, sino ...

El pez mu riendo: lleno de luna su ojo abierto.

H uye, huye el agua: el vaso la alcanza.

La culpa de que aun te quiera, la mitad es del relojito y la mitad de la cadena.

Enmedio de la noche soy como el grillo: lo poquito que sé te lo repito.

Como los niños pedia y pedia: habia olvidado lo que queria. 44

¿Quién abrió la granada, ese rayito de sol o los rubies que guardaba?

N o sabe el ave cómo se tiene en el aire.

La niña de agua se miró al espejo: se quedó helada.

La idea, como el vilano, vuela entera por los aires y se deshace en la mano.

El bebé no anda ya todo el mundo lleva en volandas.

¡El mañana l no: la mañana ... pero canta sin querer en la mañana el ayer; y el ayer ¿qué te decia?: i mañana será otro dia I

D uerme el niñ o en su cuna Sin esperanza ninguna. 46

A la flor del almoraduj : tú eres yo yo soy tú tú soy yo itúerestú!

Ni tú ni yo: amor.

Como Cristo: igual con los tontos que con los listos.

Pajaritas de papel, el mundo revolotea: tanta palabrita escrita y itonto el que lo leal

i Con qué precisión tan fina s'' 'I> ('o", . "",,'1> "'f' Y