Test de Laberintos de Porteus

Mtra. Ma. Elena Orozco Zevada  La región dorsolateral de la corteza prefrontal se denomina Corteza prefrontal dorsol

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Mtra. Ma. Elena Orozco Zevada



La región dorsolateral de la corteza prefrontal se denomina Corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL) y se divide funcionalmente en dos porciones: dorsolateral y anterior. Presentan tres regiones: superior, inferior y polo frontal.



La porción dorsal del hemisferio izquierdo se encuentra estrechamente relacionada con los procesos de planeación, memoria de trabajo, fluidez, flexibilidad mental, seriación, secuenciación, estrategias de memoria verbal, codificación de memoria semántica y secuencias inversas (Morris, Ahmed, Syed & Toone, 1993).





Desde el punto de vista neuropsicológico se ha visto que las pruebas de laberintos incluyen tres tipos de tareas: Planeación, Ejecución viso-espacial y Respeto de reglas. La planeación viso-espacial involucra regiones dorsolaterales principalmente derechas y el respeto de límites y reglas involucra regiones ventro-mediales.





Es la capacidad para identificar, integrar, organizar y desarrollar una serie de pasos intermedios en una secuencia adecuada para lograr metas a corto, mediano o largo plazo. En ocasiones trabaja de manera conjunta con la flexibilidad mental, ya que requiere de adaptaciones a nuevas circunstancias en el desarrollo del plan para alcanzar objetivos.





En los pacientes con lesiones ventromediales se observan errores como tocar las paredes de los laberintos o atravesarlas. Se ha reportado sensibilidad a las dificultades de control de impulsos e inhibición en adolescentes y adultos con características antisociales (Stevens y cols. 2003).

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Se concibió originalmente para realizar un diagnóstico preciso de la deficiencia mental. Maze Porteus era director de una escuela de educación especial en Melbourne, Australia en 1912. En 1913 se habían examinado varios centenares de niños procedentes de escuelas normales con la escala de Binet-Simon. Se comprobó que la inteligencia práctica no correspondía con la clasificación de sus edades mentales según la escala de Binet.





Algunos niños con puntuaciones relativamente buenas tenían progresos escasos en entrenamiento manual mientras que otros con menores puntuaciones lograban mayores progresos. Se dedujo que la falta de prudencia, la incapacidad para concebir un plan, débil memoria y vocabulario restringido eran rasgos propios de los deficientes mentales.







Maze Porteus empezó a usar otros tests y comprobó que la tarea de recorrer un laberinto medía ciertos rasgos sociales y ciertas aptitudes que no cubría la escala de Binet. Un inconveniente de los laberintos observado en 1918 es que los efectos del aprendizaje son evidentes cuando se hace una segunda aplicación. En 1922 se propuso una modificación para obtener una puntuación equivalente en la segunda aplicación.





Porteus destaca la importancia esencial que en todo acto inteligente tienen la aptitud de concebir un plan y la previsión. Esta previsión y la elección entre alternativas posibles caracterizan la función verbal, la composición literaria, la pintura, la resolución de problemas matemáticos, la actividad técnica, la adaptación social, las operaciones mecánicas y en general las conductas humanas adaptativas (Porteus, 1942).





La fluidez es un importante atributo de la corteza prefrontal y consiste en la velocidad y precisión con que se busca y actualiza información, así como la producción de elementos específicos en un tiempo determinado. Se relaciona con la productividad y las pruebas más utilizadas para medirlas son las pruebas de fluidez semántica y fluidez fonológica (Lezak, 1994).





Las tareas requieren la inhibición de palabras ajenas a la categoría determinada y el uso de estrategias que permitan generar el mayor número posible de palabras dentro del tiempo estipulado. Los estudios clínicos y de neuroimagen reportan que la CPF dorsolateral de ambos hemisferios participa en los procesos de selección y actualización.







La fluidez de verbos es una prueba más propia de la CPF. Esto se debe a que las acciones se representan en la corteza premotora y motora suplementaria. La prueba de fluidez de diseño de Ruff (1994) representa la contraparte de las pruebas de fluidez verbal en la producción de diseños. Las personas con daño prefrontal, especialmente en el hemisferio derecho presentan alteraciones importantes en la capacidad para realizar esta prueba.