Terapia de Parejas

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UNIDAD I LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL EN DIFERENTES ÁMBITOS

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Introducción..................................................................................... 2 Identificación del problema ............................................................. 2 Cuestionarios .................................................................................. 4 Medida y análisis funcional ............................................................. 6 Observaciones ......................................................................... 6 Expresión de sentimientos ...................................................... 7 Descripciones del problema .................................................... 7 Análisis y solución del problema ............................................. 7 Habilidades de comunicación.................................................. 8 Consecuencias ...................................................................... 11 Autoregistros .......................................................................... 11 Evaluación del proceso terapéutico.............................................. 12 Evaluación de los resultados ........................................................ 13 Apéndices...................................................................................... 13

Costa, M. y Serrat, C. (1998). Terapia de parejas. Madrid:Alianza Editorial. Pp. 46-71, 172195.

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL EN DIFERENTES ÁMBITOS

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INTRODUCCIÓN La evaluación conductual de los problemas de pareja es algo reciente en el campo de la ciencia del comportamiento. Podríamos decir que los trabajos de investigación en esta área no sobrepasan la década en los países pioneros, y en España es algo que resulta desconocido para la mayoría de los estudiantes de psicología y muchos profesionales. Son varios los objetivos que debe cumplir una evaluación. En primer lugar, debe permitir conocer la problemática específica de una pareja determinada y poder diseñar un tratamiento «a la medida». El modelo conductual del conflicto de pareja hipotetiza la existencia de un déficit o inadecuación del intercambio conductual en las parejas con problemas. Así pues, deben ser objeto de evaluación los patrones de influencia conductual recíproca, los cambios conductuales que cada miembro de la pareja desea en el otro, los procedimientos usa-dos hasta ahora para promover dichos cambios (amenazas, regañinas, otras relaciones, etc.), los factores que mantienen las conductas no deseadas, los recursos y reforzadores potenciales que cada uno tiene y que pueden ser utilizados más efectivamente para alterar la conducta del otro, y los problemas personales específicos de cada uno de los miembros de la pareja que contribuyen a ese déficit o inadecuación del intercambio conductual. A la luz de todos estos datos podrá realizarse, como decíamos, un tratamiento «a la medida». Es decir, no se tratará de aplicar sistemáticamente una serie de técnicas o «recetas», sino de modificar las variables que en cada caso estéla relacionadas funcionalmente con la conducta o conductas-problema. La intervención, por ejemplo, para reducir las disputas de una pareja será distinta si se debe a una falta de habilidad en la comunicación que si son debidas a la falta de colaboración del hombre en las tareas domésticas. En el primer caso la intervención estará orientada a entrenarles en habilidades de comunicación y en el segundo caso a entrenarles en la resolución del problema y posibilitar la negociación de un acuerdo. En segundo lugar, la evaluación debe permitir verificar si las estrategias y recursos técnicos utilizados en la intervención posibilitan los objetivos trazados. La evaluación es un proceso continuo y constante que nos permite, no sólo elaborar hipótesis de tratamiento y objetivos específicos de intervención, sino también valorar la eficacia de las intervenciones

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diseñadas y del proceso terapéutico general, facilitándonos así la tarea de revisar hipótesis erróneas y ensayar nuevas estrategias terapéuticas. En la evaluación conductual del conflicto marital consideramos cuatro niveles (Keefe, 1978). Estos niveles son: IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA El primer objetivo que nos trazamos en nuestro acercamiento inicial a la pareja en conflicto es el de identificar la naturaleza del problema. Para ello nos servimos de la entrevista inicial y la utilización de cuestionarios. Cuando el conflicto de pareja es secundario a un problema personal en uno o ambos componentes de la misma, está indicado realizar una evaluación y tratamiento individual previo o paralelo al tratamiento de pareja. Ejemplos de esto, serían aquellos casos en que alguno de los componentes de la díada que quieran comprometerse de antemano a ningún tipo de tratamiento. Una vez aclarados todos estos puntos, y si el compromiso mínimo de uno para con el otro y para con el tratamiento parece adecuado, la evaluación puede continuar. Ya desde el comienzo, y a lo largo de todo el tratamiento, utilizamos entrevistas con ambos miembros de la pareja y entrevistas con cada uno de ellos por separado. Estas últimas son muy necesarias, sobre todo en la fase inicial, para recabar in-formación que la presencia del otro miembro puede obligar a ocultar (existencia de relaciones extramaritales...), o bien para evitar volver a hablar entre ellos de ternas dolorosos que, si bien pueden ser necesarios para la evaluación, quizá no sea útil ni positivo discutirlos. A fin de garantizar que la entrevista inicial resulte lo más eficaz y productiva, aconsejamos cierta estructuración. Con este propósito sugerimos un esquema-guía que viene a completar y enriquecer el propuesto por Peterson (1977). Este esquema para estructurar la entrevista clínica de pareja es como sigue:

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1. 2. 3. 4. 5. 6.

Cómo empezó la relación. Cambios importantes durante el curso de la relación. Entendimiento afectivo Relación autoritarismo/dependencia. Los problemas principales en la vida de pareja. Áreas de incompatibilidad-compatibilidad con la pareja. 7. Secuencias, frecuentes en la actualidad, de interacción problemática: ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾

Número, intensidad y duración. Descripción detallada de las situaciones en que ocurre. Lugar y situación. Qué han dicho y hecho. Sentimientos en relación con el otro. Cómo se influyen respectivamente. Cómo terminan. Resultado.

8. 9. 10. 11. 12. 13.

Tiempo libre de conflicto. Pensamientos positivos y negativos sobre el otro. Sentimientos de descontento y de satisfacción. Actividades placenteras que comparten (ejemplos). Problemas con los hijos. Relación sexual actual. Nivel de satisfacción. Problemas específicos. 14. Experiencias sexuales fuera de la pareja. 15. Compañero ideal en relación al:

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después de unos años de relación, se han extinguido una serie de conductas tales como expresión de afectos, refuerzos extraordinarios con ocasión de fechas importantes (regalos con ocasión de onomástica, cumpleaños o aniversarios de boda...), cuidado del aspecto físico, etc. Este tipo de comportamiento pudo haber sido habitual al principio de la relación, por la funcionalidad de «conquistar» al otro. Pero una vez «realizada la conquista» se dejan de poner en práctica estas conductas reforzantes, propiciando así una pérdida de interés en la relación. En ocasiones, la reimplantación de estas conductas reforzantes es uno de los objetivos terapéuticos a tener en cuenta en la intervención. Las parejas, como la mayor parte de las relaciones diádicas, se forman porque existe suficiente potencial para el refuerzo mutuo. La relación se mantiene el tiempo que ambos miembros continúan suministrándose suficiente refuerzo entre sí. Si uno o ambos miembros de la pareja cambian su conducta, hasta el punto de tornarse no reforzante e incluso punitiva para el otro, es probable que la relación se deteriore o incluso cese. Por esta razón cualquier cambio importante acaecido durante el curso de la relación debe ser objeto de evaluación.

16. Problemas individuales que influyen en la relación de pareja. 17. Objetivos del tratamiento y expectativas hacia el mismo.

En algunos casos encontramos que la evolución en la concepción y filosofía de la vida, así como el cambio de intereses en un miembro o ambos de la pareja, da lugar a que las conductas de uno y/o del otro, que en un comienzo podían resultar gratificantes o reforzantes, ahora ya no lo son. Éste sería el caso, por ejemplo, de una pareja en la cual uno de los miembros evoluciona adoptando una filosofía de vida más progresista, con mayores intereses intelectuales y culturales, y ya no considera reforzantes conductas que antes lo eran, como las relativas a ser una buena ama de casa. Ahora, por el contrario, le gratificaría más que su pareja tuviera intereses culturales o trabajase fuera de casa.

Conviene conocer cómo empezó la relación y qué aspectos positivos (conductas y atributos) intervinieron en un principio en la atracción mutua de la pareja. En el caso de que estas áreas positivas, que existían en un comienzo, se hayan extinguido en la actualidad, habría que realizar un análisis funcional a fin de conocer qué estímulos hay que modificar para instaurar de nuevo esos aspectos gratificantes. Es frecuente encontrar que en algunas parejas,

El entrevistador continúa indagando según la estructura de la entrevista señalada más arriba y ayudando a la pareja a expresar sus deseos y quejas con descripciones lo más específicas y precisas posible. La razón de esto es que las parejas que acuden a tratamiento suelen tener cierta inhabilidad para expresar las conductas concretas que desearían ver aumentadas o disminuidas en su compañero. Utilizan a menudo un len-guaje vago e impreciso. Expresiones del

¾ sexo, ¾ trabajo, ¾ comportamiento con los hijos.

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tipo «que sea más considerado conmigo» hacen difícil precisar cuáles son los problemas concretos e impiden a la pareja coincidir con precisión en las conductas que desean cambiar.

¾

El fin principal de la evaluación es planificar objetivos para el tratamiento. Estos objetivos se deben establecer en términos de conductas concretas y observables. En consecuencia, la mejoría alcanzada con el tratamiento no se definirá exclusivamente en base a impresiones subjetivas del paciente, sino a metas y cambios conductuales logrados.

¾

Un complemento importante de las entrevistas iniciales de evaluación es el uso de cuestionarios, que el terapeuta puede pedir que se completen al final de la entrevista o en casa. CUESTIONARIOS Los cuestionarios constituyen un elemento importante en el marco de la evaluación e intervención de la terapia de pareja. No sólo ayudan a reunir información valiosa para el trata-miento, sino que pueden enseñar a la pareja nuevos modos de describir sus problemas y de pensar más operativamente acerca de su relación. A menudo los cuestionarios ayudan también a descubrir nuevos aspectos positivos de la relación que hasta ahora habían pasado desapercibidos. Existen diferentes tipos de cuestionarios: Cuestionario de Áreas de Compatibilidad-Incompatibilidad. (Carmen Serrat, 1980). (Véase apéndice.) Este cuestionario de manejo sencillo consta de una escala en la que la pareja valora su nivel actual de satisfacción en la relación, y 38 ítems relativos a una amplia gama de áreas propias de la vida de pareja y familiar (finanzas y economía, educación de los hijos, trabajo...). El cuestionario permite detectar áreas-problema que pudieran existir y pretende discriminar también la habilidad o inhabilidad que la pareja puede mostrar en la resolución del problema. En resumen, nos permite delimitar: ¾

Las áreas en que existe compatibilidad o acuerdo.

¾

Aquellas en que, cuando no existe acuerdo, la pareja tiene habilidad para la resolución del problema. Las áreas en que existe incompatibilidad o desacuerdo manifiesto. Y aquellas áreas en que la conflictividad es tan alta que evitan hablar del tema.

Es habitual encontrar en las parejas que acuden a trata-miento un descontento generalizado, pero difícil de concretar en problemas específicos. Este cuestionario tiene por objeto ayudar a discriminar ciertas fuentes de conflicto y facilitar posteriormente el trabajo en ellas. Las áreas identificadas como conflictivas se utilizan para ser discutidas por la pareja, permitiéndonos la evaluación y el entrenamiento en la resolución de problemas. Como es lógico, los conflictos dentro de un área vendrán originados por distintos tipos de comportamientos que serán los que hemos de modificar. Por ejemplo, cuando una pareja evalúa como conflicto el ítem 26, referido a la relación extramarital, pueden especificarse conductas muy distintas como causantes del conflicto. No es igual que la conducta insatisfactoria sea una relación extramarital mantenida en la actualidad que el que uno de los miembros de la pareja hable con frecuencia, o saque a relucir en momentos de disputa, una relación extramarital mantenida por el otro en el pasa-do y completamente abandonada en la actualidad. La estrategia de tratamiento será distinta en un caso u otro. Suele ser útil extraer del cuestionario una lista «hecha a medida» de la pareja y que puede ser puntuada diaria o semanal-mente por ambos miembros, para así tener una evaluación más continuada de los logros. También solemos emplearlo antes y después del tratamiento para evaluar los resultados del mismo. Cuestionario de intercambio de conductas en la pareja (C. Serrat, 1980). (Véase apéndice.) El objetivo de este cuestionario es definir qué intercambios conductuales agradables o aversivos existen o no en la relación actual de pareja, a fin de fomentar su aumento o reducción según los deseos de ambos. Muchas parejas tienen dificultad para verbalizar y describir qué conductas desearían que el otro cambiara. Este cuestionario les ofrece una amplia lista de conductas habituales UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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en la vida de pareja. El cuestionario hace referencia a intercambios conductuales posibles que pueden ocurrir en áreas generales, tales como «Comidas y compras», «Tareas domésticas», «Sexo y afecto», «Cuidado de los hijos», «Finanzas y economía», «Trabajo» y «Hábitos personales».

fuentes de conflicto. Por otra parte, la excesiva dependencia de uno con respecto al otro, verbalizada en frases como «yo es que no necesito irme con otras personas para pasarlo bien», puede resultar un estímulo aversivo que provoque conductas de evitación en la pareja.

El introducir cambios en estas áreas con el objetivo de incrementar los intercambios conductuales mutuamente gratificantes puede ser de suma importancia para paliar el conflicto existente.

Este cuestionario trata de evaluar este área. Su objetivo es definir qué actividades de ocio pueden resultar placenteras para la pareja y en qué medida desean verlas incrementadas o disminuidas, bien sea con su pareja, solo o con otros.

Cuestionario de actividades de ocio en la pareja (C. Serrat, 1980). La evaluación de las actividades placenteras que comparte la pareja en su tiempo libre es de suma importancia. Muchas parejas que acuden a tratamiento tienen problemas derivados de una escasa dedicación de su tiempo libre a actividades de re-creo y sociales. En algunas parejas, especialmente después de haber tenido hijos, es frecuente observar cierto aburrimiento. Se olvidan de dedicar tiempo y atención a ellos mismos «como pareja», en el sentido de hacer juntos cosas divertidas. Este tipo ele actividades debió tener, sin duda, un papel muy importante en la atracción inicial del uno por el otro y con el paso del tiempo se fue extinguiendo. La realización conjunta de actividades placenteras reviste suma importancia para la satisfacción dentro de la pareja. La situación placentera o reforzante se condiciona así al estímulo «pareja». Implicarse en actividades gratificantes provoca o fomenta interacciones positivas que entran en competencia con las interacciones conflictivas. La risa, el juego, las actividades divertidas pueden combatir parte de las interacciones negativas, como es el aburrimiento, la deprivación emocional e incluso la percepción negativa del otro, déficits o excesos que presentan las parejas cuando vienen a tratamiento. En otros casos puede ocurrir que la pareja dedique un tiempo excesivo a estar juntos sin otro tipo de contactos sociales. O puede darse el caso de que uno o ambos componentes de la pareja desee emplear más tiempo para sí mismo o para disfrutarlo con sus amigos que lo deseado por el otro. Ambas cosas tienden a consolidar ciertas

El cuestionario está diseñado para un amplio sector de la población, abarcando un espectro de actividades de ocio propio de diferentes clases sociales. Diferencial semántico (Osgood, 1957). Esta prueba tiene el objetivo de evaluar qué connotaciones o percepciones tiene cada uno de los componentes de la pareja acerca de sus respectivos comportamientos y de la relación que mantienen. Consta de una serie de adjetivos bipolares (bueno/malo, agradable/desagradable, excitante/no excitan-te, tenso/relajado...) separados entre sí por una escala continua de gradación.

Cada uno de los miembros de la pareja evalúa en estas escalas las expresiones que se le presentan y que suelen tener relación con su vida en pareja («La vida sexual con mi pareja», «mi pareja», «mi relación con mi pareja»...). En el apéndice se ofrece una adaptación de la prueba para problemas sexuales (Mark y Sartorius, 1968) y que nosotros utilizamos en el marco general de relaciones de pareja. Escala de Ajuste Marital (Locke-Wallace, 1959) Este cuestionario, que ha sido utilizado por los consejeros matrimoniales durante veinte años, refleja la satisfacción marital UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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expresada por uno de los cónyuges. Contribuye poco al análisis detallado de conductas, pero tiene la ventaja de que supone un coste de aplicación bajo y de que ofrece una medida fiable de la satisfacción marital subjetiva; ha demostrado ser útil en la discriminación entre parejas satisfechas y no satisfechas. Marital Precounseling Inventory (Stuart and Stuart, 1972). Este cuestionario evalúa los siguientes aspectos: objetivos del tratamiento, concretados en cambios de conducta, grado de entendimiento marital, distribución del poder, efectividad de la comunicación, satisfacción sexual, acuerdo sobre cuida-do y educación de los hijos y satisfacción marital en general. Area of Change Scale (Weiss, Hops and Patterson, 1973). Es un inventario de 34 Ítems que describen las conductas de cada miembro de la pareja. Se puntúan las conductas que de-sean incrementar o disminuir. Potential Problem Area Checklist Weiss, Hops and Patterson, 1973). Lista de 26 áreas potenciales de conflicto referentes a la vida de pareja y familia: economía familiar, tareas domésticas, cuidado de los hijos, celos, salud, filosofía de la vida, relación con familiares, etc.

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Una vez que se han determinado ciertas áreas-problema, se entrena a los miembros de la pareja para que observen su propia conducta y la del otro, en la clínica y en la vida real (Gottman et al., 1976; Jacobson y Margolin, 1979; Margolin, 1978; Patterson, 1976; Weiss et al., 1973). El terapeuta puede pedir a la pareja que registren en cinta magnetofónica ciertas situaciones críticas de intercambio conductual para un posterior análisis. Por otra parte, el terapeuta también puede utilizar la misma entrevista como marco de observación y grabar, en cinta o en vídeo, los intercambios seleccionados a fin de reproducir y observar junto con la pareja dichas interacciones. Se les anima a que discutan y traten de llegar a una solución del problema que tienen planteado, y en cuanto comienzan su tarea iniciamos el registro y la observación. Para una observación más controlada hacemos uso de la sala de observación. Esta sala consta de dos espacios -una cabina de registros y la sala de entrenamiento- separados por un tabique que tiene incorporado un espejo de visión unidireccional. Este espejo permite observar desde la cabina de registros la escena que transcurre en la sala de entrenamiento. Entre ambos espacios existe un sistema de intercomunicación que permite escuchar, desde la cabina de registros, cuantos diálogos se mantengan en la sala de entrenamiento, así como enviar mensajes específicos e individualizados a los ocupantes de dicha sala.

MaritalActivities Inventory (Weiss, Hops and Patterson, 1973). Lista de 85 actividades recreativas que las parejas pueden encontrar divertidas. MEDIDA Y ANÁLISIS FUNCIONAL Tras un primer acercamiento al problema o conflicto de pareja a través de la entrevista inicial y el uso de cuestionarios, podemos seleccionar áreas específicas para someterlas a una evaluación más precisa. En este análisis de segundo nivel utilizamos las observaciones y los autorregistros. Observaciones

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A través del espejo de observación unidireccional los terapeutas pueden observar las múltiples respuestas presentes en una secuencia de intercambio conductual de una pareja. La incorporación del vídeo garantiza un registro fiel y preciso, amén de que facilita a la pareja información sobre las conductas que utilizan en su interacción. En el apéndice B ofrecemos un esquema de registro de datos de observación de conductas implicadas en la solución de problemas. Habitualmente son objeto de análisis las siguientes conductas. Expresión de sentimientos La expresión de estados de ánimo puede ser motivo de conflicto o no según se haga de modo inadecuado o adecuado. Expresiones del tipo «es que me irritas», «me deprimes», «me desquicias»..., que encierran un tono acusativo, pueden interferir en el diálogo de la pareja e impedir que lleguen a un acuerdo o solución efectiva para el problema en cuestión. En cambio, expresiones del tipo «cuando dices eso yo me siento mal» o «cuando te comportas así me siento irritada» pueden ser más adecuadas porque reconocen la propia paternidad del estado de ánimo y eliminan el contenido acusativo. Es posible que el otro reaccione de un modo más accesible. Las expresiones de ironía y las acusaciones directas son también frecuentes en estas sesiones de observación. En otros casos la expresión de emociones positivas no llega a ser efectiva, porque se realiza con un comportamiento verbal y no verbal inadecuado. Expresiones como «se te ve una chica con encanto» parecen describir más que expresar emoción. En cambio, la expresión «me agradas» o «me encanta estar contigo» puede tener un mayor impacto emocional y más si se rea-liza con contacto visual, tocando levemente el brazo o cogiendo suavemente la mano. Todos estos aspectos de la expresión emocional conviene evaluarlos, ya que juegan un papel importante en la comunicación interpersonal.

Descripciones del problema

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El cómo la pareja describe sus problemas debe ser también objeto de observación, porque de ello depende, de modo importante, el que lleguen o no a una solución. Las parejas en conflicto suelen expresar las quejas en términos vagos y generales: «deseo sentirme más segura en mi matrimonio», «cada día estamos peor», «no nos entendemos». Este modo de describir está impidiendo que la pareja llegue a entenderse y conseguir algún acuerdo. Cuando detectamos en la observación un uso frecuente de este tipo de verbalizaciones, un objetivo de intervención prioritario suele ser el de enseñar a la pareja a definir sus dificultades y problemas en términos de conductas concretas que les permitan conocer a uno y a otro qué es lo que hay que modificar y en qué sentido. Las parejas con relaciones deterioradas que llegan a nuestra consulta suelen hacer uso frecuente de este tipo de comunicación vaga e inconcreta, tendiendo más a interpretar un comportamiento que a definirlo en términos precisos. Expresiones como «ya sé por qué dices eso», «tú dices eso, pero sé lo que realmente estás pensando» infieren la intención, motivación o actitud del otro a partir de interpretaciones, originan conflicto y son ineficaces para llegar a una solución del problema. Análisis y solución del problema Las parejas en conflicto suelen realizar un análisis de sus problemas según, como dice Hurvitz (1970), «hipótesis terminantes», es decir, ofrecen una explicación de la conducta de un modo que no da información acerca de cómo se puede cambiar la situación. La expresión «eres tan desordenada como tu madre» no aporta datos efectivos que le sirvan a la mujer para superar el problema. En su lugar ambos componentes de la pareja deben aprender a emplear «hipótesis instrumentales», que expliquen la conducta y los sentimientos, indicando qué se puede hacer para cambiar la situación. Esta otra expresión puede ser más operativa: «me disgusta encontrarme tu ropa sucia en el cuarto, ¿qué te parece si la recoges y la echas al cesto de la ropa sucia, mientras yo me encargo de bajar la basura que tanto te molesta?». La especificación de resultados deseados, los compromisos y acuerdos, las soluciones alternativas y cualquier otra conducta que la

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inflexiones que convienen al contenido del lenguaje. Y a la inversa, el interés que algunas personas parecen mostrar en el intercambio conversacional puede ser debido a una adecuada utilización de las inflexiones de la voz. Tanto el volumen como el tono de voz juegan un papel relevante en la ex-presión y modulación de los estados emocionales.

pareja emplee para analizar y encontrar una solución a su problema deben ser objeto de evaluación y observación. Habilidades de comunicación Conviene observar también el patrón de comunicación de la pareja con el objetivo de eliminar o reducir las conductas inadecuadas e instrumentar o incrementar conductas básicas que son necesarias para una comunicación efectiva y facilitar así la solución de los problemas. La observación está dirigida tanto al componente verbal como al no verbal de la comunicación. El motivo de incluir lo segundo tiene que ver con el enorme impacto de significación que los gestos y cuantas conductas no verbales hacemos tienen sobre lo que decimos. Generalmente suelen ser objeto de nuestra atención las siguientes conductas: ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾

Ausencia o no de contacto visual, es decir, si la pareja se mira mutuamente o no a los ojos cuando hablan. El uso de las manos para resaltar determinados contenidos del mensaje. La expresión facial adecuada o no a la situación y al mensaje verbal. La postura del cuerpo (acercamiento, inclinación hacia el otro o hacia atrás...) puede ser indicativa de atención e interés hacia la otra persona o, por el contrario, de aleja-miento y rechazo. El volumen de voz, según sea demasiado alto o excesiva-mente bajo. Su adecuación depende de lo que se desea expresar y del contexto donde tiene lugar. Si queremos, vaya por caso, llamar la atención de un amigo que vemos por la calle a veinte metros de distancia, un volumen de voz excesivamente bajo será inadecuado para nuestro objetivo. Por el contrario, si el objetivo es hablar con nuestra pareja en una habitación, en un contexto de intimidad afectiva, un volumen de voz excesivamente alto no sería demasiado idóneo. o El tono de voz. Muy a menudo, una comunicación resulta inefectiva y provoca aburrimiento y alejamiento en nuestro interlocutor, porque empleamos un tono excesiva-mente monótono y no realizamos las

Las conductas no verbales que utilizamos en la comunicación pueden indicar actitudes y estados emocionales concretos, así como conferir un significado tal al contenido verbal que, en ocasiones, pueden hasta invalidarlo. Cuando decimos «pues márchate si quieres», con un tono y una expresión facial determinados, podemos estar comunicando al otro que no se mar-che. A continuación se presenta una relación de indicadores no verbales de determinadas actitudes y estados emocionales. Indicadores no verbales: Actitud segura, confiada (Expresión abierta del cuerpo) ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾

Postura relajada. Falta cíe tensión muscular. Movimientos fáciles y pausados. Expresión facial sonriente y risueña. Cabeza alta y contacto visual.

Actitud insegura (Expresión cerrada del cuerpo) ¾ Postura rígida ¾ Presencia de tensión muscular. ¾ Actividad inquieta. ¾ Movimiento con tendencia a ser rígidos, forzados. ¾ Expresión facial apretada, estirada y hosca. ¾ Posición de cabeza a menudo hacia abajo. ¾ Falta de contacto visual. Miradas furtivas. ¾ Movimiento de la cabeza y del cuerpo tendentes a alejarse de los otros.

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Estilo cordial o amistoso ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾

Proximidad física. Ciertos tipos de contacto corporal. Contacto visual. Sonrisa. Tono de voz amable. Conversación sobre temas personales. Señales de estar escuchando.

Estilo dominante ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾

Hablar alto, deprisa y durante la mayor parte del tiempo con tono confiado. Interrumpir a los demás. Controlar el tema de la conversación. Dar órdenes o utilizar otros tipos de influencias. Ignorar los intentos de influencia por parte de los otros. Postura erecta con la cabeza hacia atrás.

Estados Emocionales concretos Sorpresa − − − − −

Cejas levantadas. Boca entreabierta. Paralización motora súbita. Ojos muy abiertos. Tono de voz alto con inflexiones.

Alegría − Sonrisa abierta. − Labios hacia arriba. − Tono de voz alto y rápido.

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Tristeza − − − −

Cejas caídas. Mirada baja. Comisura labial hacia abajo. Tono de voz bajo, lento.

Ira − − − − − −

Ceño fruncido. Ojos muy abiertos o muy cerrados. Labios apretados. Puños cerrados. Tensión muscular. Tono de voz alto con inflexiones bruscas.

Miedo − − − −

Cejas levantadas y contraídas. Ojos muy abiertos. Inflexiones de la voz. Expresión motora, en general en retirada o paralizada.

Lenguaje corporal inadecuado Contacto visual − − − − − − − − − − − −

Parpadear rápido y mucho. Excesiva fijación sin cambiar la mirada. No mirar. Mover la cabeza y los ojos excesivamente y ojos tensos y/o fatigados. Expresión facial. Frente contraída y tensa. Tragar saliva repetidamente. Carraspear repetidamente. Humedecer los labios. Gestos y posturas. Taparse la boca al hablar. Taparse la cabeza, los ojos o el cuello.

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− − − − − −

Pasarse la mano por los cabellos o retocárselos. Juguetear con joyas o adornos. «Ajustar» la ropa. Cambiar el peso del cuerpo de un pie a otro. Moverse mucho o estar rígido. Estar encogido.

El componente verbal de la comunicación (interrupciones, afirmaciones radicales o dogmáticas, reiteración, paráfrasis, etc.) también suele tener funciones significativas aparte de la mera transmisión de contenidos, por lo que es de suma importancia evaluarlo. El fomentar ciertos estados emocionales en el interlocutor dependerá asimismo de la buena o mala utilización de determinados contenidos verbales. A continuación, presentamos una lista de los errores más frecuentes cometidos en la comunicación de una pareja. Esta lista, recopilada por Thomas, Walter y O'Flaherty (1974), debe considerarse sólo como ilustrativa. ™ Alejamiento temporal: Uno de los interlocutores hace excesiva referencia al pasado o a un futuro hipotético. ™ Expresión desconectada: Uno de los interlocutores habla sobre un asunto que no muestra una clara conexión con el objetivo inmediato de la discusión (por ejemplo, ideas o situaciones hipotéticas, ejemplos irrelevantes). ™ Déficit de lenguaje positivo: Uno de los interlocutores omite alabar o decir cosas agradables al otro como persona, o sobre lo que el otro dice o hace. ™ Exceso de lenguaje positivo: Uno de los interlocutores halaga excesivamente al otro como persona o alaba demasiado lo que el otro dice o hace. ™ Hablar en exceso: Uno habla considerablemente más que el otro (o los otros con los que está interactuando), en relación con la entrevista o interacción total. ™ Hablar por debajo de lo normal: Uno habla considerable-mente menos que el otro u otros, siempre considerando la entrevista en su totalidad. ™ Latencia rápida: Uno comienza a hablar en seguida, después de que el otro ha terminado de hacerlo.

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™ Latencia lenta: Uno de ellos responde mucho después de que el otro ha terminado de hablar. ™ Interrupción: A menudo, uno de ellos interviene cuando el otro está hablando. Estas intervenciones pueden convertirse en interrupciones cuando producen una inmediata y prematura terminación del discurso del otro. ™ Rizar el rizo: Esforzarse en explicar, clarificar o discutir un detalle irrelevante, tangencial o sin importancia. ™ Responder en exceso: Responder a una pregunta realizada por el otro hablando durante largo tiempo y extendiéndose mucho más allá de lo preguntado. (Esto se aplica al discurso del interlocutor cuando es preguntado por otros y habla más que los demás, considerando la conversación total.) ™ Déficit en la contestación: Un interlocutor contesta muy poco en relación con lo que se le ha preguntado previa-mente o se le ha pedido comentar. ™ Pedantería: Utilizar palabras complicadas, difíciles o raras, en lugar de palabras sencillas o más conocidas que resultarían más adecuadas. (Ejemplo: vicisitud, en lugar de suceso, paradigmático en lugar de ejemplar o modelo.) ™ Afirmaciones radicales o dogmáticas: Hacer afirmaciones de modo categórico: «todo o nada», «blanco o negro». ™ Excesiva generalización: Referirse a hechos que suceden de vez en cuando como si sucediesen siempre. ' ™ Evitar hablar de un tema: Evitar abierta y claramente hablar sobre un asunto. ™ Cambiar el contenido de un tema: Introducir un contenido nuevo o diferente del propuesto por la otra parte. ™ Insistencia en un tema: Hablar excesivamente sobre un asunto propuesto. ™ Reiteración en la expresión verbal de un asunto: Explicar un asunto o hacer una propuesta o solicitud con excesiva insistencia indirecta. (Ejemplo: No te parece, no crees tú también.) ™ Falta de especificidad: Hablar de modo inconcreto e inespecífico, tendiendo el discurso a ser general y abstracto. ™ Habla rápida: Hablar demasiado rápidamente. ™ Habla lenta: Hablar excesivamente despacio. ™ Hablar bajo: Tono de voz excesivamente bajo. ™ Discurso excesivamente emocional: Exceso de conducta emocional durante el habla (intensa entonación, gritos...).

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™ Déficit en reconocer la razón de la otra parte: No admitir ni dar crédito a las afirmaciones correctas del otro, ni re-conocer su punto de vista. ™ Contraquejas: Responder a una queja del otro con una queja sobre él. ™ Respuesta cortante: Responder de malos modos al intento del otro de iniciar una conversación sobre un asunto que no gusta. ™ Insultar: Dirigir al otro una expresión ofensiva. ™ Déficit de opinión: No expresar la propia opinión o las ™ preferencias de uno cuando eso es lo que se pide. ™ Exceso de opinión: Expresar opiniones o preferencias de modo excesivo, incluso cuando no se le pide. ™ Exceso de acuerdos: Estar excesivamente de acuerdo con las afirmaciones del otro. ™ Excesivo desacuerdo: Estar en desacuerdo con las afirmaciones del otro, de modo excesivo. ™ Dar poca información: Dar excesivamente poca información cuando se considera que podría o debería darse. ™ Información redundante: Repetir excesivamente la información ya dada o conocida. ™ Demasiada información: Dar más información de la que es necesaria. ™ Exceso de habla negativa: Expresar con demasiada frecuencia opiniones negativas de los demás, de sucesos o ™ de otros aspectos de su situación o circunstancia. ™ Déficit de habla negativa: No expresar evaluaciones negativas, especialmente en situaciones en que están permitidas. ™ Habla ilógica: Hacer afirmaciones ilógicas, al considerar lo dicho por los otros. ™ Lenguaje no operativo: Descripción de los problemas recurriendo a interpretaciones o explicaciones pseudo-científicas, que no ofrecen conductas concretas a las que se puedan aplicar planes para cambiar. ™ Negar responsabilidades: Negarse a reconocer la parte de responsabilidad que a cada uno le corresponde en un conflicto. ™ Interpretación incorrecta de los mensajes del otro: El interlocutor interpreta nial los mensajes del otro. ™ Adivinación del pensamiento: Suponer que uno sabe lo que la otra persona está sintiendo o pensando.

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Muy útil también para la evaluación de las habilidades cíe comunicación es el Código de Interacción Marital, de Weiss, Hops y Patterson (1973), que permite codificar las conductas verbales y no verbales observadas en una secuencia de la interacción de la pareja: criticismo, desacuerdo, humor, interrupciones, quejas..., contacto visual, contacto físico positivo, etc. Consecuencias Como ya dijimos en el capítulo primero de este libro, las conductas de ambos miembros de la pareja actúan como consecuencias de la conducta del otro. Estas consecuencias, según se utilicen, pueden contribuir al aprendizaje de conductas efectivas empleadas en las fases previas de la resolución de problemas (expresión, descripción...) o pueden fomentar conductas inadecuadas e inefectivas y ocasionar la agravación del conflicto. Las consecuencias reforzantes o aversivas pueden dispensarse por vía verbal (aprobaciones, elogios, acuerdos, insultos...) y por vía no verbal (sonrisa, ceños, contacto físico, caricias...). También pueden contribuir a facilitar la distensión ante conflictos no resueltos. Encontramos, con frecuencia, que no se realizan comentarios positivos ante las conductas deseables del otro, por considerar que es «normal», que «debe ser así» y habernos habituado a su ocurrencia. Esta ausencia de comentarios positivos o ausencia de reforzamiento verbal suele provocar la extinción de estas conductas positivas. En el apéndice B ofrecemos un esquema de registro de da-tos de observación de conductas implicadas en la resolución de problemas. Autoregistros Aunque las limitaciones de este tipo de evaluación son familiares para los lectores de la literatura conductual, el uso ha aumentado considerablemente debido a su fácil manejo y economía. Este procedimiento es útil para reunir información acerca de las tasas y tipos de intercambios conductuales en la pareja. Se pide a uno o a ambos componentes que registren conductas específicas que ha presentado el otro y que son de su agrado, así como aquellas otras que observe en su pareja y que desee cambiar. UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

EN

DIFERENTES ÁMBITOS

MÓDULO 0711-LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL EN DIFERENTES ÁMBITOS

Este tipo de procedimiento podemos utilizarlo también para realizar una evaluación cognitiva de las expectativas que un miembro de la pareja puede tener del otro. Podemos animarle a registrar autoobservaciones de los pensamientos positivos y negativos acerca de sí mismo y del otro, así como las conductas y situaciones que suelen preceder.

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3. Tiempo de experimentación. En ocasiones, el intervalo de tiempo transcurrido entre el inicio de los ejercicios y el control de evaluación ha sido mínimo e insuficiente para obtener datos relevantes. Todas estas consideraciones nos ayudan a detectar posibles causas e implicaciones del fracaso o ausencia de progreso en el programa de intervención.

EVALUACIÓN DEL PROCESO TERAPÉUTICO La evaluación entendida como un proceso continuo requiere comparar periódicamente los índices iniciales y presentes del fenómeno objeto de evaluación. Es decir, tras períodos razonables de experimentación y puesta en práctica de determina-das tareas y ejercicios conviene evaluar los efectos que tienen en el intercambio conductual de la pareja. De este modo se clarifica el proceso, permitiéndonos: o o o

Continuar con las hipótesis previamente delineadas si los datos reflejan un grado razonable de progreso. Revisar cuándo puede utilizarse alguna estrategia alternativa más efectiva y económica. Reemplazar las hipótesis originarias por otras alternativas si los datos no sugieren cambio alguno o incluso indican deterioro. Mahoney (1977) sugiere que en esta fase de ampliar, revisar o reemplazar, antes de pasar a opciones alternativas, conviene considerar:

1. La validez de los datos, es decir, si existe confianza o no en la precisión de los datos sobre los que se basa la evaluación. 2. Adecuación o implementación de las opciones y objetivos. En ocasiones, las metas están bien diseñadas, pero falla el plan para alcanzarlas. ¿Realiza las tareas la pareja? De no ser así, ¿qué les impide realizarlas? ¿Se han mantenido suficientes sesiones de entrenamiento con el terapeuta? Estas y otras preguntas parecidas conviene planteárselas para evaluar si se ha realizado una implementación adecuada de los programas diseñados.

Los métodos de evaluación que utilizamos son los mismos que mencionamos anteriormente, es decir, entrevistas, auto rregistro, cuestionarios, observaciones de la conducta -bien sea en cintas, vídeo o en el marco natural a través del roleplaying-, ensayo conductual o interacciones espontáneas que la pareja mantiene durante el proceso. Y los objetivos de evaluación son el nivel de intercambios gratificantes, la comunicación verbal y no verbal, la resolución de problemas, el vocabulario interpersonal y las verbalizaciones de satisfacción y acuerdo que la pareja muestra sobre el proceso. Cada entrevista y cada contacto que mantenemos con la pareja es una ocasión idónea para evaluar. Sin embargo, y de acuerdo con Mahoney (1977) en su esquema general de la ciencia personal, el objetivo fundamental en toda intervención es que la pareja desarrolle una serie de habilidades para que de modo autónomo diseñe sus hipótesis, planifique y desarrolle sus programas y evalúe constantemente la validez y eficacia de los mismos. Por esa razón, el proceso de evaluación cognitiva debe recaer, especialmente, en la pareja. Ésta debe ser la auténtica protagonista del proceso, por lo que el terapeuta debe animarles a dar-se información mutua sobre la conducta, más o menos periódicamente. La «Guía de trabajo personal para mejorar la relación de pareja» consta de un apartado de «autoevaluación» en donde cada uno de los componentes de la pareja puede ir evaluando sus avances y progresos a lo largo del trata-miento. Esta información más o menos periódica tiene también la función de motivar su trabajo y hacer que persistan en sus objetivos.

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

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EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS Es la evaluación final del proceso y suele hacerse en base a los cuestionarios, escalas y a la especificación de los objetivos conseguidos. APÉNDICES 1. Diferencial semántico

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Agradable-Desagradable Bueno-Malo Amable-Cruel Escala de aproximación Amigable-No amigable Cercano-Distante Confortable-Frío

Instrucciones Escala Sexual A continuación, encontrará usted unas series de adjetivos, precedidos por un concepto (palabra o conjunto de palabras) en cada página. Usted deberá situar ese concepto en todas y cada una de las parejas de adjetivos de la página, de la forma que mejor exprese sus sentimientos u opiniones respecto a él.

Seductor-Repulsivo Incitante-No incitante Sexualmente excitante-Sexualmente aburrido Erótico-No erótico Escala de ansiedad

Los extremos representan las posiciones máximas (muy bueno, muy malo, etc.). El centro representa el «no sé» o posición neutral.

Plácido-Inquieto Calmado-Ansioso Relajado-Tenso

EJEMPLO: 2. Cuestionario de áreas de compatibilidad-incompatibilidad en la pareja (C. Serrat, 1980)

PAREJA BUENO

/—/—/—/—/—/—/—/

MALO

ERÓTICO

/—/—/—/—/—/—/—/

NO ERÓTICO

RELAJADA

/—/—/—/—/—/—/—/

TENSA

Escala de evaluación general:

Marque con una cruz, en la escala inferior, el nivel global de felicidad y satisfacción que tiene actualmente en su relación de pareja.

2 3 4 5 6 7 8 9 10 1____ 1 ___ 1 ___1 __ 1 ___ 1 ___ 1 _________ 1 ___ 1 ___________ { Muy Satisfecho Muy desgraciado feliz 1

Y ahora, por favor, valore cada uno de los aspectos de su relación de pareja que figuran a continuación, poniendo una cruz en la columna que mejor defina su satisfacción.

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

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Tenemos problemas No con supone frecuencia, un pero los problema resolvemos

Tenemos problemas con frecuencia, pero no encontramos una solución y discutimos

Tenemos problemas con frecuencia, pero difícilmente hablamos de ello

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13. Amistades 14. Relaciones sociales de compromiso 15.

Religión

1. Finanzas y economía

16.

Educación de los hijos

2.

17. Valores y criterios morales

Comidas

3. Compras 4. Transporte 5. 6.

Trabajo del marido Trabajo de la mujer

18. Lo social 19.

La política

20.

Intereses culturales

7.

Cuidado de los hijos

21. Puntos de vista conservadores actuales

8.

Tareas domésticas

22.

9. Quehaceres familiares 10. Tiempo de ocio y entretenimiento de los hijos 11. Tiempo de ocio y entretenimiento de la familia 12. Tiempo de ocio y entretenimiento de los adultos

Filosofía de la vida

23.

Relaciones sexuales

24. Control de natalidad 25.

Celos

26.

Relaciones extramatrimoniales

27.

Demostraciones de afecto

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

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28.

Apariencia personal

29.

Cuidado físico 30. Hábitos personales 31.

Salud

32.

Diferencias de temperamento y personalidad

33.

Gustos

34. Hobbies 35.

Relaciones con familiares próximos

36.

Independencia propia

37.

Independencia del otro

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Señala con una P las tres áreas más problemáticas. Señala con una S las tres áreas más satisfactorias.

3. Cuestionario de intercambio de conductas en la pareja (C. Serrat, 1980) A continuación, se enumeran diversas conductas relacionadas con la convivencia de la pareja. Por favor: A) Valore en la columna Placer-Displacer el grado de satisfacción que le produce cada una de esas conductas realizadas por su pareja, según la siguiente escala: 1. 2. 3. 4. 5.

Muy desagradable. Desagradable. Normal. Agradable. Muy agradable.

B) En las otras columnas anote una (X) si desea que dichas conductas aumenten, disminuyan o permanezcan como están.

38. Otros: ....................... .......................

....................... .......................

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

MÓDULO 0711-LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL EN DIFERENTES ÁMBITOS

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COMIDAS Y COMPRAS

12. Levantarse y desayunar j t 13. Avisar cuando no viene

1. Preparar una buena comida

14. Llegara comer a la hora

Placer/ Displacer

2. Ayudarme en la compra 3. Levantarse y preparar el desayuno 4. Ayudarme a cocinar 5. Hacer un plato de comida favorito

Que aumente

Que disminuya

Está bien así

15. Cumplir su dieta 16. Hacer comentarios favorables cuando cocino o hago algo especial OTRAS

6. Acompañarme a ir de compras 7. Comprar cosas necesarias para la casa o los niños 8. Tener la comida a tiempo 9. Invitarme a comer fuera de casa 10. Prepararme un aperitivo o una merienda 11. Responsabilizarse de hacerla comida

TAREAS DOMÉSTICAS 1. Arreglar algo que se ha roto o estropeado 2. Hacer algún recado 3. Lavar, tender la ropa 4. Planchar 5. Barrer y limpiar 6. Lavar los cacharros 7. Tenerla casa ordenada UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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6. Responder positivamente a mis acercamientos sexuales 7. Cogerme de la mano

8. Ser más ordenado/a con sus cosas 9. Preocuparse de tener el coche preparado y utilizable

8. Hacerme caricias sexuales excitantes

10. Ayudarme a hacer un cambio o arreglo en la casa Placer/ Displacer

OTROS

Que aumente

Que disminuya

Está bien así

9. Sorprenderme con algún regalo o sorpresa 10. Insultarme 11. Utilizar palabras cariñosas en la conversación 12. Hacerme una caricia o decirme algo cariñoso cuando estamos con otros

SEXO Y AFECTO 1. Decirme que me quiere 2. Alabar mi apariencia física

13. Demostrarme alegría y afecto cuando llego a casa 14. Conversar conmigo 15. Interesarse por mis asuntos personales

3. Hacer cosas juntos en nuestro tiempo libre

16. Llevarme o venir a recogerme a algún iti 17. Reírse conmigo

4. Iniciar un acercamiento sexual 5. Abrazarme y besarme

18. Llamarme por teléfono cuando no estamos juntos

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

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18

OTROS

19. Obligarme a una relación sexual cuando t 20. Utilizar algún método anticonceptivo 21. Respetar mi tiempo para estar solo 22. Respetarme ini tiempo para mis cosas/amigos

CUIDADO DE LOS HIJOS 1. Jugar con los hijos

23. Sonreírme

2. Sacar a los niños de paseo o a algún espectáculo

24. Pegarme 25. Dormir conmigo 26. Hablar a voces o Placer/ Displacer

27. Tener relaciones sexuales con otra persona 28. Hacer caricias o halagos sexuales a otra persona 29. Atosigarme con preguntas o controles sobre mi conducta afectiva y sexual con otras personas (celos) 30. Tener regalos y detalles t

Que aumente

Que disminuya

Está bien así

3. Quedarse en casa con los niños cuando yo tengo que salir 4. Bañar a los niños 5. Darles de comer Placer/ Displacer

Que aumente

Que disminuya

Está bien así

6. Llevarlos al colegio 7. Vestirlos 8. Orientarlos en los deberes 9. Interesarse por la educación de los hijos

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

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19

10. Besar y abrazar a los hijos 11. Hablar con ellos de sus 12. Pegarles 13. Insultarles 14. Interesarse por sus estudios junto al maestro 15. Hablarles a gritos o darles voces OTROS

Placer/ Displacer

®

Que disminuya

Está bien así

3. Responsabilizarse de la cuenta del banco 4. Gastar menos en sus cosas personales 5. Consultarme para hacer un gasto extraordinario 6. Hacer cuentas del dinero que gasta 7. Contraer deudas sin contar conmigo 8. Gastar dinero que no tenernos en cosas que no considero de interés para la familia 9. Permitirme hacer un gasto especial

FINANZAS Y ECONOMÍA

OTROS

1. Planificar el presupuesto 2. Pagar los recibos: agua, gas, luz, etc.

TRABAJO

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DIFERENTES ÁMBITOS

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20

1. Venirse a casa a la salida del trabajo

4. Cuidar su apariencia personal

2. Trabajaren tiempo libre o de vacación

5. Comer 6. Lavarse, ducharse

3. Aceptar que yo trabaje

OTROS Placer/ Displacer

Que aumente

Que disminuya

Está bien así

4. Que mi pareja trabaje para ayudar al presupuesto familiar 5. El tipo de trabajo de mi pareja 6. El tiempo que mi pareja OTROS

4. Hoja de observación para la tarea de resolución de problemas (Keefe, 1978) Pareja .........................................................................................

Fecha ...........................................................................................................

Problema seleccionado

HÁBITOS PERSONALES 1. Beber 2. Fumar

Instrucciones: Señale con una cruz cada vez que ocurra una de las siguientes conductas, colocando la cruz bajo la columna correspondiente al miembro de la pareja que emite la conducta. Escuche la cinta o vea la película una vez por cada una de las cinco categorías de respuesta más importante. Se pueden añadir comentarios para describir el estilo de cada categoría.

3. Vestirse

UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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DIFERENTES ÁMBITOS

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MARIDO

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MUJER

1. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA 1. 2. 3. 4. 5.

Señala aspectos concretos ......... Delimita o define el problema ..... Se desvía del problema .............. Lo analiza ..................................... Cree saberlo que el otro piensa .

DESCRIPCIÓN DE ESTILO: Describir el estilo de las conductas en cada uno de los apartados. Preguntar a cada miembro de la pareja las siguientes cuestiones inmediatamente después de realizada la tarea:

II. ANÁLISIS Y RESOLUCIÓN DEL PROBLEMA

1.

1. Aclara el resultado que él desearía . 2. Pone condiciones ....................... 3. Da alternativas de solución ....... 4. Discute posibles acuerdos ......... 5. Da soluciones satisfactorias para hablarambos ............................

MARIDO

En absoluto

Algo

Muy representativo

MUJER

En absoluto

Algo

Muy representativo

III. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN 1. Parafrasea .................................. 2. Muestra inconsistencias entre la expresión verbal y no verbal 3. Mantiene contacto visual ........... 4. Reconoce la razón del otro. Llega a acuerdos 5. Porcentaje del tiempo hablado ..

2.

¿Esta resolución de problemas fue representativa (típica) de la forma de hacerlo usualmente?

¿Usualmente la resolución de problemas resulta más positiva o más negativa?

MARIDO Mucho más positiva Igual Mucho más negativa MUJER Mucho más positiva Igual Mucho más negativa

IV. INTERCAMBIO DE CONDUCTAS POSITIVAS Y NEGATIVAS 1. Positivas (reforzantes) ............... a) Verbales ................................. UNIDAD I. LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL

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