TEMA 3 infantil

TEMA 3: EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD. EL DESARROLLO AFECTIVO EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A SEIS AÑOS. APORTACIONES

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TEMA 3: EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD. EL DESARROLLO AFECTIVO EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A SEIS AÑOS. APORTACIONES DE DISTINTOS AUTORES. LA CONSQUISTA DE LA AUTONOMIA. DIRECTRICES PARA UNA CORRECTA INTERVENCIÓN EDUCATIVA. ÍNDICE 1. Introducción 2. El desarrollo de la personalidad 3. El desarrollo afectivo en los niños de 0 a 6 años 3.1 Etapas en el desarrollo de la personalidad del niño 4. Aportaciones de los distintos autores 5. La conquista de la autonomía 5.1 Individualización 5.2 Socialización 6. Directrices para una correcta intervención educativa 7. Conclusión 8. Bibliografía y legislación

INTRODUCCIÓN Para comenzar con el desarrollo del tema me gustaría destacar que las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes con la convicción de que de ella depende tanto el bienestar individual como el colectivo. Para los individuos, la educación es el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. En esta etapa de 0 a 6 años se desarrolla la personalidad de los niños y niñas y se asientan las bases de lo que posteriormente será la personalidad adulta. Eso se consigue a través de procesos complejos de desarrollo personal que tienen como fin la autonomía personal. Fundamentalmente son procesos de

individualización y socialización y la conquista de estos procesos hará que el niño tome conciencia de sí mismo y de su situación con respecto a los otros. La construcción de la personalidad tiene una importancia clave para el desarrollo del niño. En el análisis del desarrollo es habitual distinguir diversos ámbitos o ejes conductivos diferentes. La diferenciación de estos ámbitos tiene interés desde el punto de vista analítico y sirve para clarificar los procesos. Pero estos procesos, en la realidad del individuo, se encuentran estrechamente relacionados los unos con los otros y sólo son separables en el análisis de conceptos. Así, la personalidad es la suma total de las características individuales del sujeto.

2. EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD La construcción de la personalidad tiene una importancia clave para el desarrollo del niño. En el análisis de mismo es habitual distinguir diversos ámbitos o ejes conductivos diferentes, diferenciación de estos ámbitos tienen interés desde el punto de vista analítico y sirve para clarificar los procesos. Pero estos procesos, en la realidad del individuo, se encuentran estrechamente relacionados los unos con los otros y sólo son separables en el análisis de conceptos. La personalidad es un patrón que abraza características globales de comportamiento, de carácter, de temperamento, cognitivas, emocionales…de una persona. En la personalidad influyen aspectos de la herencia, del ambiente y de la madurez del niño o niña. Es decir, la idea que el niño va teniendo de quien es él, como es,… se a consolidando gracias a los elementos que llegan de otras vías. Durante nuestro desarrollo, todos y todas vamos cambiando y avanzando, adquiriendo e integrando nuevos conocimientos y nuevas experiencias de manera acumulativa. La personalidad nos diferencia como individuos, y es personal e intransferible. En la formación del concepto de uno mismo interviene el conocimiento del cuerpo. También es muy importante la imagen positiva de uno mismo y los sentimientos de autoeficacia, autoestima y autoconfianza. Estos sentimientos deben contribuir a la elaboración de un autoconcepto ajustado. El niño no se puede considerar de manera imparcial ni como un sumatorio de aspectos sino

que en su desarrollo requiere una concepción y un tratamiento global del yo como persona, que hará que su desarrollo sea estable y armónico. Entender al niño como un ser global requiere tener presente los aspectos que influyen en su bienestar afectivo y emocional, al mismo tiempo que lo hacen en su bienestar corporal.

3. EL DESARROLLO AFECTIVO EN LOS NIÑOS DE 0 A 6 AÑOS. Gessell afirma que “un niño no puede decir exactamente lo que siente, incluso después de haber aprendido a hablar”. Por otra parte Wallon defiende que “es muy difícil observar al niño sin transmitirle nuestros sentimientos e intenciones”. Analizando algunos de los objetivos de la Educación Infantil podemos observar la gran importancia que tiene un desarrollo afectivo y social en el alumno/a, a fin de conseguir una individualización y una socialización. El principio de la individualización se concreta en el hecho de que la educación debe realizarse teniendo en cuenta las necesidades de cada niño/a en particular. Pero el individuo no vive aislado, sino que vive en una sociedad, razón por la que se justifica la socialización o proceso que transforma al individuo biológico en individuo social por medio de la transmisión y el aprendizaje de la cultura de la sociedad. También cabe destacar los estados afectivos de la etapa infantil. Normalmente estos estados afectivos son las emociones y los sentimientos. Las emociones son estados afectivos intensos, con claras repercusiones orgánicas y que duran poco tiempo (alegría, miedo,etc). Y, los sentimientos que son también estados afectivos pero moderados, que van asociados a recuerdos o ideas, sin repercusión orgánica y prolongándose en el tiempo. Así los niños en muchas ocasiones entran en conflictos afectivos. Según Hurlock los estímulos que provocan estas emociones en el niño/a de la etapa de educación infantil más frecuentes son la agresividad, trastornos del sueño, neurosis infantil o los celos. 3.1 ETAPAS EN EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DEL NIÑO  Estadio impulsivo emocional o Estadio de impulsividad motora.

o Estadio de la emoción.  Estadio sensorio-motor o Estadio sensorio-motor. o Estadio proyectivo.

4. APORTACIONES DE LOS DISTINTOS AUTORES En primer lugar explicaremos la teoría psicoanalítica de Freud quien afirma que la sexualidad es un presupuesto básico de la vida donde hay que buscar el determinante de la personalidad, entendiéndose la sexualidad como energía vital, conexionada con la afectividad. Establece etapas psicosexuales, en función de la zona en donde el niño es más sensible a la estimulación, provocándole sensaciones: etapa oral, anal, fálica, de latencia y genital. Las etapas que corresponden al nivel educativo de la educación infantil son la etapa oral, anal y fálica. Otra teoría a destacar es la teoría de Erikson. Erikson fue un psicoanalista que resaltó más los aspectos sociales y culturales que los biológicos, y que se interesa sobre todo por el moldeamiento social del “yo” a lo largo de la vida humana. En esta teoría se identifica cada etapa del desarrollo emotivo por la clase de crisis psicosocial que pueda producirse y que si se maneja con habilidad capacita al individuo para superar adecuadamente esa crisis y afrontar los problemas que encontrará en la etapa siguiente de su desarrollo. Las fases de desarrollo que corresponden a la etapa infantil son la infancia, primera niñez y edad

de

juego.

Afirma

tambien

que

la

personalidad

constantemente a lo largo de la vida y que pasa por 8 niveles: -

Sentido de confianza contra desconfianza.

-

Sentido de autonomía contra vergüenza y duda.

-

Sentido de iniciativa contra culpabilidad.

-

Sentido de aplicación contra culpabilidad.

-

Sentido de identidad contra identidad difusa.

-

Sentido de identidad contra aislamiento.

-

Sentido de producción contra estancamiento.

-

Sentido de entereza contra desesperación.

se

desarrolla

La teoría de Henry Wallon (1939) estudia el desarrollo de la personalidad a través de una serie de etapas: -

Etapa o período sensomotor (de 0 a 3 años).

-

Etapa del personalismo (de 3 a 6 años). Se estructura en 3 fases: 1. fase de oposición (o cabezonería). 2. Fase de gracia (3-4 años). 3. Fase de imitación de los modelos adultos (4-5 años).

5. LA CONQUISTA DE LA AUTONOMIA La conquista de la autonomía implica dos procesos fundamentales: la individualización y la socialización. La individualización es la protección afectiva y efectiva de los padres y la reiterada experiencia de su aceptación comprensiva, que son los requisitos para el desarrollo del sentimiento de seguridad y autoaceptación. Aunque en una primera fase haya una dependencia e interioridad total respecto a ellos, a partir de esta dependencia el niño puede, con su yo incipiente, reforzarlo a través de la imitación e identificación con los otros y aprende a desarrollar actividades

y

sentimientos

de

competencia,

eficacia

y

coherencia

interindividual, los padres tienen que ser una fuente de seguridad y protección y ofrecer un modelo de pautas de conducta y normas coherentes y claras para el niño. El proceso de adaptación y reconocimiento se produce a lo largo de los 5 años. Se distinguen los siguientes períodos: -

Período de descubrimiento del propio cuerpo.

-

Período de autoidentidad continuada.

-

Período de orgullo y estima.

-

Establece relaciones.

-

Aceptación de sus diferencias.

Por otra parte la socialización destaca que el niño desde que nace es un ser social. En un principio no reconoce a las personas y es incapaz de diferenciarlas, sus medios de comunicación son muy limitados, de naturaleza egocéntrica, pero poco a poco va desarrollando su repertorio de capacidades. La conducta social no se puede separar del desarrollo global del niño, ya que la

socialización se constituye a partir de la conciencia del yo y de la objetivación del mundo exterior. Según Reymon Rivier diferenciamos 4 etapas de socialización que son: o 1ª etapa donde su actividad es esencialmente solitaria. o 2ª etapa en la que el juego paralelo aparece sobre los 3 años. o 3ª etapa alrededor de los 5 años comienza el juego asociativo. o 4ª etapa a partir de los 5 años comienza la fase de colaboración. Así las crisis son positivas para la evolución. En cada crisis se deja algo detrás y aparece algo nuevo que va integrándose a la personalidad del niño.

6. DIRECTRICES PARA UNA CORRECTA INTERVENCIÓN EDUCATIVA Siempre que llevamos a cabo una intervención educativa hemos de tener en consideración el fundamento pedagógico del currículo, el cual está basado en el constructivismo pedagógico. Es la actuación del profesor/a la que hace que la actividad constructiva del alumno/a encuentre mayor o menor margen, que genere unos aprendizajes más o menos significativos, de lo que se deduce que el profesor/a aparece como un intermediario entre las aportaciones y construcciones del niño/a y la cultura, cuya presencia es necesaria para lograr los fines de la educación. Tras estas líneas voy a introducir algunas directrices de carácter general que implican al docente para producir aprendizaje en el niño, y producir ansia por conocer cosas nuevas. -

Es esencial valorar el ambiente donde se desarrolla el niño.

-

Se ha de ofrecer seguridad para que el niño sienta confianza y pueda actuar libremente mostrando su manera de ser.

-

Experiencias ricas y variadas con objetos, personas…en el ambiente para ayudarle a desarrollar su autonomía.

-

Que el niño tenga un alto concepto de si mismo, importante para su adecuado desarrollo afectivo y personal.

-

Familia y escuela han de potenciar el desarrollo en el niño de una personalidad sana y equilibrada.

El maestro deberá estar atento para tratar de orientar su intervención en la línea de potenciar en el niño/a el desarrollo de aquellos aspectos en los que su

personalidad es meno rica. Así, podrá mejorar el nivel de autoestima demostrándole cariño y aprecio. Además es necesario que se planteen nuevas opciones o contextos en la enseñanza: diseñar un clima propio para provocar aprendizajes, la confianza, el respeto mutuo, etc. Si nuestra intervención se enfoca, según consta el presente tema, hacia el desarrollo de la personalidad, debemos seguir una serie de determinadas líneas metodológicas como: -

Principio de globalización.

-

Principio de actividad.

-

Importancia del juego.

-

Tener en cuenta los intereses de los alumnos.

-

Ambiente agradable y estimulador.

-

Recursos que animen a la exploración.

-

MISA GIGANTE **?

De una manera general para conseguir una buena intervención educativa en nuestra aula deberemos tener en cuenta estos aspectos de carácter general que a continuación expongo y que se relacionan directamente con el tema que estoy desarrollando y que son importantes para la docencia en el aula como el aprendizaje significativo, constructivista, aprender a aprender, escuela nueva, el espacio y el tiempo. Por último el maestro ha de conseguir desarrollar al máximo la personalidad del niño. También deberá tener en cuenta la realidad y ser consecuente con sus actuaciones y por último propondrá actividades que produzcan experiencias de socialización.

7. CONCLUSIÓN Será importante pues, conseguir una acción coordinada de todos los grupos de personas que interactúan o intervienen en el cuidado del niño de forma que los objetivos a conseguir sean comunes, de forma que no se cree un clima de inseguridad y no se ofrezcan modelos dispares que puedan confundir al niño/a en cuestión, contribuyendo con todo ello a constituir en el niño/a una imagen positiva de sí mismo. La intervención educativa favorecerá el retirar progresivamente los apoyos para hacer surgir y desplegar las capacidades del niño, de modo que éste vaya pasando de la regulación externa a la

autorregulación autónoma, teniendo en cuenta las posibilidades de cada niño en una educación integral que promueva un desarrollo feliz. La construcción de la personalidad tiene una importancia clave para el desarrollo del niño. El desarrollo del ser humano es siempre unitario; es un desarrollo hasta cierto punto integrado. En el análisis del mismo es habitual distinguir diversos ámbitos o ejes conductivos diferentes: el desarrollo motor, cognitivo, de las relaciones sociales y el desarrollo de la personalidad. La diferenciación de estos ámbitos tiene interés desde el punto de vista analítico y sirve para clarificar los procesos. Pero estos procesos, en la realidad del individuo, se encuentran estrechamente relacionados los unos con los otros y sólo son separables en el análisis de conceptos.

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ORDEN ECI/734/2008, de 5 de marzo, de evaluación en Educación infantil.

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REAL DECRETO 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación infantil.