Tarot Marseilles (Arcanos Mayores)

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una vía de autoconocimiento

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Los inquietantes naipes que integran el Tarot han sido objeto de diversos enfoques: el más frecuente los considera como un artefacto adivinatorio; el más inquietante los reconoce como páginas del legendario «libro de Thot», dios de la sabiduría, contador de estrellas, inventor de la escritura, maestro de las palabras de poder y de su correcta pronunciación. Quienes ven en el Tarot el «libro de Thot», que no es otro que Hermes Trismegisto, personificación del discurso divino, recurren a una metáfora que expresa la convicción de que sus símbolos son portadores de conocimiento. Es una construcción «simbólica» que apunta a una toma de conciencia. En este sentido «conocer» no implica disponer de una teoría o de un conjunto de informaciones, sino ante todo «devenir consciente» y así transfigurar la existencia. El modelo que se descubre en el Tarot no es otro que el despliegue mismo de la vida anímica. Y para ello apela a un lenguaje hermosamente diseñado a tal fin: la psicología de Jung.





Puede afirmarse un poco en broma que Jung era un ocultista disfrazado de psicólogo. Con ello se alude al hecho de que su pensamiento reformula una visión muy antigua —«perenne»— a través de un lenguaje contemporáneo; él mismo sostenía que la verdad eterna necesita del lenguaje humano, que varía con el espíritu de la época. Y una de las tesis fundamentales de Jung es que en el alma hay un proceso autónomo, independiente de las circunstancias, que aspira a una meta, al que denominó «proceso de individuación». Así, nos encontraríamos con dos sujetos de la existencia: por una parte el sujeto consciente, el «yo» más o menos diurno, y por la otra el sujeto integral de tal proceso autónomo, con el cual el «yo» puede cooperar o luchar y al que habitualmente desconoce. A este segundo sujeto Jung lo llamó «sí mismo». Esta concisa exposición, errónea por su misma brevedad, destaca un factor dramático en el desarrollo de la existencia.

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El pensamiento de Jung es la explicitación y aproximación a este drama íntimo que, si bien compromete a la faceta consciente de la personalidad, acaece en gran parte más allá de sus fronteras, en esa región misteriosa llamada «el inconsciente». Es por ello que el proceso de individuación no se expresa por conceptos —que atañen a la consciencia— sino por símbolos, que abarcan tanto la consciencia como el inconsciente. El Tarot es una especie de mapa de este viaje interior en el cual todos nos hallamos embarcados. El mismo Jung consideraba que su pensamiento reformulaba la problemática que tanto obsesionó a los alquimistas.Y si, como bien señaló Bachelard: «con su escala de símbolos, la alquimia es un memento para un orden de meditaciones intimas», el Tarot se revela como un ordenamiento simbólico sorprendentemente adecuado para tan amorosa meditación.





¿Y qué hay de la adivinación? Si por tal entendemos no tanto la predicción de acontecimientos como la comprensión del destino, entonces la adivinación no consiste sino en la revelación del proceso alquímico. En efecto, ya Heráclito afirmó en el siglo V a. de C. que «el carácter (ethos) es, para los hombres, su destino (daimon)». Existe aquí la misma convicción que llevó a inscribir en la entrada al oracular templo de Apolo en Delfos la máxima: «Conócete a ti mismo». El «ethos» es el genio configurador del destino. Conocer el propio destino implica reconocer la propia índole. Porque si en la existencia nos hallamos comprometidos en un proceso anímico autónomo que tiende a una meta, ésta constituirá nuestro destino. Y los acontecimientos, que no son sino las situaciones a través de las cuales discurre nuestro viaje, sólo devienen transparentes una vez comprometidos como tales. Las imágenes del Tarot no significan personas, cosas o acontecimientos, sino que proyectan a las personas, cosas y acontecimientos dentro del contexto de la ineludible odisea anímica.

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De ahí que pueda afirmarse que, cuando se consulta el Tarot, no son las cartas lo que hay que leer: lo que debe leerse es la propia vida. Los símbolos no se resuelven en situaciones, sino que sugieren el significado de las mismas. Por ello recogen lo que hay de más inmediato en la experiencia básica, que es siempre nosotros mismos, nuestras pasiones sordas, nuestros deseos inconscientes, para destilarlo en comprensión, esto es, en consciencia. Medio de autoconocimiento, de descubrimiento del «ethos», el Tarot es, por lo mismo, un medio de adivinación: reconocimiento del «daimon» que orienta el viaje del que somos, a menudo sin sospecharlo, punto de partida, transcurso y meta.





Se dice que Dios enseño primero los secretos de la existencia a los arcángeles superiores, que formaban un consejo interno en la Corte de Todopoderoso. Esta versión cristiana de la Enseñanza indica que el Creador dicta las leyes que gobernaran la Creación. Estas se basan, según la Cábala, en los diez Sefirot, Atributos Divinos o Manifestaciones del Absoluto, cuya existencia, fue dispuesta con el fin de que Dios pudiese contemplar a Dios. (Biblia de Holkham, Inglaterra, siglo XIV.) Según la tradición, Melchizedek el Rey de los Justos y de Salem, y sacerdote del Altísimo, inicio a Abrahán en el conocimiento de las enseñanzas esotéricas en lo que concierne al hombre, al universo y a Dios.





Para Roger Caillois, nuestra baraja desciende del naipe islámico y del chino, los que a su vez serían herederos del Dasavatara. El Dasavatara se compone de diez series o palos de doce cartas cada uno, correspondientes a las diez encarnaciones o avâtaras de Vishnu, e ilustradas con sus símbolos. La iconografía de estas 120 cartas, suele variar según los centros de fabricación. Cada serie comprende dos figuras (el rey y el visir) y diez cartas de puntos, numeradas del uno al diez. En las cinco primeras series, el orden de las cartas numeradas es ascendente, de uno a diez, siendo el uno la más baja, en las cinco últimas el orden es inverso, correspondiendo al uno o as el mayor valor. Entre las más usadas podrían anotarse, sin embargo, los peces, tortugas, conchas, discos (equivalentes a los oros), lotos, cálices, vasijas (copas), hachas, arcos (bastos y espadas).



Para Roger Tilley, hay un curioso paralelo entre la representación del dios híbrido Ardhanari (cuya mitad izquierda es Shiva, y la derecha la Shakti Devi) y las series de la baraja: la mitad Shiva sostiene una copa, y la mujer una espada. Podría agregarse que el anillo de Devi alude al oro, y el eje vertical del andrógino al carácter de cetro que se atribuye al basto. El ejemplo es un tanto excesivo, pero sirve para destacar la esencia referencial de toda simbología: integrado a sistemas de creciente complejidad, el símbolo no sólo no pierde su fuerza evocadora, sino que la acrecienta. Puestos a descubrir paralelismos de este tipo, es probable que el desmonte de un sólo sistema se convirtiese en una tarea inagotable.

Cronología probable 1 •







1120 - Hacia esta fecha ubica Tilley la invención de las cartas, confeccionadas por encargo de HueiSong, emperador de la China, para distraer los ocios de sus numerosas mujeres. El americano Stewart Culin, apoya también esta tesis. Algunas de estas cartas estaban relacionadas con el Cielo, otras con la Tierra, ciertas con el hombre, y el mayor número de ellas con nociones abstractas como la suerte o los deberes del ciudadano. Marcadas con diversas señales combinables entre las series, el total de estas marcas equivalía al número de las estrellas. 1227 - Viajeros franceses informan que los niños italianos eran «instruidos en el conocimiento de las virtudes, con unas láminas que ellos denominan carticellas». 1240 - El Sínodo de Worcester prohíbe a los clérigos «el deshonesto juego del Rey y de la Reina», frase que puede referirse a las cartas, al ajedrez, o a alguna otra moda frívola acaso menos inocente. Por aquella época Ramón Llull (12351315) habría conocido los veintidós arcanos, según afirma Oswald Wirth. 1299 - El Trattato del governo della familia di Pipozzo di Sandro, manuscrito sienes, menciona la existencia de los «naibis». Parece ser la más antigua referencia a las cartas en manuscritos occidentales.







1332 - Alfonso XI de Castilla, El Justiciero, recomienda a sus caballeros se abstengan de los juegos de cartas. 1310/1377 - Varias referencias a los naipes, en Alemania, propagadas por la soldadesca que acompañara a Enrique VII de Luxemburgo -efímero emperador germánico- durante sus campañas italianas. En 1329, el Obispo de Wurzburg firma un interdicto condenando estos entretenimientos. El «juego de las páginas y figuras», es reprobado en los estatutos de varios monasterios italianos. El Abad de Saint Germain no menciona, sin embargo, las cartas, en las Instrucciones a los clérigos, de 1363, ni sé las incluye en la prohibición de practicar «toda clase de juegos de dados o de mesa, como el ajedrez y las damas», en el decreto firmado en 1369 por Carlos V de Francia. 1377 - El padre Johannes, un sacerdote alemán, asegura que «un cierto juego, llamado de los naipes, ha aparecido entre nosotros este año. Este juego describe a la perfección el estado actual del mundo. Pero ¿cuándo, por quién y en qué lugar ha sido ingeniado este juego? Esto es algo que ignoro totalmente...» Más adelante cita seis tipos diferentes de baraja, entre los que hay una compuesta por 78 láminas. Acaso es el Tarot, aunque faltan todavía algunos años para la aparición de la copia más antigua que ha llegado hasta nosotros.

Cronología probable 2 •





1379 - Una crónica de Viterbo hace mención a Nayb, de donde derivarán «naibis» y naipes, es el singular del indostano nabab (virreyes, lugartenientes, gobernadores): esta etimología es una de las pruebas que corrobora el origen oriental de las cartas, introducidas seguramente por los comerciantes italianos. Los duques Jeanne y Wenceslas adquieren un juego de cartas a la firma Ange van der Noot, de Bruselas, según consta en una factura hallada en 1870 por Alexandre Pinchart, en los archivos del ducado de Brabante. 1381 - Una minuta del notario Laurent Aycardi, fechada en Marsella el 30 de agosto de este año, da cuenta de la existencia de un juego de naipes entre los bienes de la herencia dejada por uno de sus clientes. 1392 - «A Jacquemin Gringonneur, pintor, por tres juegos de cartas dorados y en diversos colores y divisas, hechos para el esparcimiento de nuestro infortunado rey Carlos VI» consta, de puño y letra del tesorero, en el Registro de las Cuentas Reales de Carlos VI de Francia. No son originales, sino copia o refundido de otros juegos más antiguos, pero ofrecen por primera vez la totalidad de las 78 láminas, incluyendo los 22 arcanos fuera de serie y color, que debieron desconcertar los entusiasmos lúdicos del desdichado Carlos VI.









1393 - El moralista y educador italiano G. B. Morelli, recomienda las láminas de los naibis como «instructivas y provechosas» para la educación de los niños. Parece lógico concluir que eran aún piezas singulares, aplicadas más a la representación de repertorios enciclopédicos que al juego. La difusión del grabado en madera, la creación de las corporaciones italianas de «pintores de cartas», y la liberalidad de la corte francesa de Carlos VI, popularizarán esta última función en las primeras décadas del siglo siguiente. 1398 - Primeras referencias de la llegada de los gitanos al cuadrilátero de Bohemia; se extenderían por Suiza e Italia en veinte años más, para llegar a España circa 1427. Gérard van Rijneberk ha demostrado que no fueron los introductores de las cartas en Europa, ni los inventores del Tarot, como se creyó durante mucho tiempo. 1415 ó 1430 - En una de estas dos fechas Filippo María Visconti, duque de Milán, paga 1.500 piezas de oro por un solo juego de naipes «iluminados a mano». Es el más antiguo Tarot italiano que ha llegado hasta nosotros. 1419 - Muerte de Francesco Fibbia, admitido como inventor de las cartas de juego. Los reformadores de la ciudad de Bologna le reconocieron, como creador del tarocchino, el derecho a estampar su escudo de armas sobre la reina de bastos, y el de su mujer, una Bentivoglio, sobre la reina de oros.

Cronología probable 3 •







1423 - San Bernardino de Siena lanza, en Bologna, un furibundo ataque contra los juegos de naipes y de dados. Veinte años después, los pintores italianos se quejan de la difusión extraordinaria de estos toscos grabados, que acabará por extinguir el floreciente negocio de las barajas iluminadas. 1545 - Un tratado anónimo propone esta explicación para el simbolismo de las series: «Las espadas recuerdan la muerte de aquellos que se desesperan con el juego; los bastones indican el castigo que merecen los que trampean; los oros muestran el alimento del juego; las copas, en fin, el brebaje por el que se apaciguan las disputas de los jugadores.» 1546 - Guillaume Postel (1510-1581) publica Clavis absonditorum, en donde establece la relación entre TARO, ROTA o ATOR con las cuatro letras del Tetragrammaton, o Nombre de Dios. Es acaso la más antigua referencia al simbolismo elíptico del Tarot, y sin duda el primer intento de una explicación esotérica de su nombre. 1590/1600 Aboul Fazl Allami describe un juego de 144 cartas, en doce series de doce. Abkar lo reduce a 96 cartas; es decir, a 8 series. El italiano Garzoni escribe una minuciosa descripción del Tarot.





1622 - Pierre de l'Ancre publica: «es una forma de adivinación de ciertas personas que toman las imágenes y las ponen en presencia de determinados demonios o espíritus que ellos han convocado, a fin de que estas imágenes les instruyan sobre las cosas que ellos desean saber». Para Luc Benoist, hay un movimiento intermedio durante el XVIII francés- que liga al romanticismo alemán con los platónicos del Renacimiento asegurando la continuidad del pensamiento esotérico en la Europa occidental. Movimiento de transición, y con frecuencia «más místico que iniciático», naufragará posteriormente en la gran confusión masónica y rosacruz. Uno de sus representantes, Claude de Saint-Martin, será, sin embargo, el único que por aquella época coincida con el inspirado Curt de Gébelin, intuyendo en el Tarot algo más que un inocente pasatiempo. Si bien Saint-Martin está lejos de divulgar las fantasías egipcias de sus predecesores, parece cierta su influencia en la formación de los ocultistas del XIX, principalmente en Christian y Éliphas Lévi. A partir de este último habrá que distinguir dos líneas entre los historiadores del Tarot: una conducirá al charlatanismo desembozado de Gérard Encausse (doctor Papus); la otra, pasando por el magisterio de Joséphin Péladan y Stanislas de Guaita, llegará a Oswald Wirth.

Cronología probable 4 •







La obra de Wirth es el indispensable punto de partida para toda investigación o comentario sobre el Tarot. Paul Marteau o Gérard van Rijneberk, en la década de los cuarenta, y la aguda recapitulación de materiales sobre el tema, realizada por Gwen Le Scouézec en 1965. Fautrier, un ilustrador marsellés de mediados del XVIII, diseñó lo que se podría considerar como la última edición del Tarot. Pero no es el creador de esta vasta simbología, sino una suerte de codificador de lo que cuatrocientos años de artesanía colectiva pusieron entre sus manos. Casi dos siglos antes del trabajo del marsellés, Garzoni conoció un Tarot poco menos que idéntico (las series eran denominadas monetae, xyphi, gladii y caducei, y al valet o sota se lo describía como El Viajero); al tarocchino, de Francesco Fibbia, sólo le faltan 16 cartas de menor importancia (del dos al cinco de cada palo) para gozar de parecida similitud, y el llamado «tarot de Besançon» presenta apenas una diferencia de tipo mitológico: el reemplazo de los arcanos II y V (La Sacerdotisa y El Pontífice), por las figuras de Juno y Júpiter. Existen variantes más significativas, como el Minchiate florentino, que a mediados del siglo XV ofrecía una colección de 95 naipes, de los cuales cuarenta eran arcanos; o el juego denominado Trappola, al que no puede considerarse propiamente un Tarot ya que, al margen de faltas menores (no tiene reinas, ni los números del tres al seis), carece de arcanos.



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El más famoso de los competidores del Tarot de Marsella es, sin duda, el atribuido a Mantegna, llamado también Cartas de Baldini. Son cincuenta arcanos, divididos en cinco series de diez naipes cada una. Así, la primera de las decenas marca la jerarquía de las clases sociales; la segunda representa a las nueve musas, complementadas por Apolo; la tercera alude a las ciencias, y la cuarta a las virtudes. La quinta serie, finalmente, incluye los siete planetas, la octava Esfera, el Primer Móvil, y la Primera Causa. Queda por mencionar el tardío y arbitrario tarot conocido como Gran Etteilla, inventado por el peluquero Alliette. «Recomendamos este juego, como un excelente entrenamiento para imaginar justamente», concluye Roger Caillois en su prefacio a la más reciente edición de Le Tarot des imagiers du Moyen Age, de Oswald Wirth. «Somos capaces de leer un alfabeto, pero incapaces de leer una imagen: es el triunfo de la letra muerta sobre la imaginación». «Lo propio del simbolismo es permanecer indefinidamente sugerente: cada uno verá lo que su mirada le permita percibir».

¿Quién creo el Tarot? 1 •

El tiempo necesario para la creación de una obra tan monumental, de conocimientos enciclopédicos y a este nivel de conciencia es imposible que un hombre solo hubiera hecho este trabajo entre cientos siglos de trabajo cotidiano. Sea cual sea, la teoría adoptada, fue construida en el secreto de varios centenares de años. El Tarot es la obra de un espíritu superior, individual o colectivo, esta entidad posee un conocimiento matemático, geométrico, científico y arquitectural, infinitamente superior a su época desafiando el tiempo, trabaja sin cesar para darle al mundo una enseñanza que se daba por anónima. Para producir progresivamente un cambio en las mentalidades y desarrollar sus potencialidades, el Tarot no podía ser un instrumento sin época histórica, sin nacionalidad y sin pertenecer a ninguna enseñanza doctrinaria conocida. Debía ser un sistema completo susceptible de ilustrar y despertar sin ninguna referencia a otros sistemas.

¿Quién creo el Tarot? 2 •



El Tarot es un mensaje enviado desde el fondo de los siglos, libro de todos los límites, con el propósito de devenir la llave del Arcano Único (Arcana en latín: misterio o secreto) que no es otro que la CONCIENCIA. El Tarot, sin autores determinados, ni raíces geográficas, históricas, ni ideológicas, se sitúa en la LIBERTAD INFINITA de la Conciencia y rehúsa las religiones y los templos que podrían practicarlo o elevarlo en su nombre. El Tarot entonces no es más que un instrumento humilde y grandioso al servicio del Cosmos. La venerable entidad propone que cada uno de nosotros devenga uno de los creadores del Tarot y nos propone una estructura que debemos poblar y habitar y nos permite así colaborar en esta Gran Obra.

El Viaje del Héroe 1 •





El Tarot se emparenta con multiplicidad de mitos y leyendas, pero una de las más importantes que describe es la del Viaje de la Consciencia cuando encarna, llamado el Viaje del Héroe: las paradas más importantes de la travesía están marcadas por los Arcanos Mayores, que son comparables a los ―nudos‖ de todo cuento, mientras que los Arcanos Menores describen las acciones ―de relleno de la historia‖, sin las cuales la historia perdería su color, aunque mantendría su estructura y coherencia interna. Cada Arcano es una parada de la Conciencia, que en el Tarot viene simbolizada por El Loco, la carta sin número, que simboliza el estado de inocencia que caracteriza al hombre cuando nace, antes de haber vivido cualquier experiencia terrena. El Loco (cuya correspondencia astrológica es Urano) emprende un viaje desde la ignorancia total (y su correspondiente libertad absoluta) hasta la sabiduría. Jung lo describe como el proceso de autorrealización, que consiste en actualizar y hacer reales todas las potencialidades que tiene el sujeto. El Loco sabe todo, pero no sabe que lo sabe, y por eso para él es un viaje de autodescubrimiento.

El Viaje del Héroe 2 •



El Viaje del héroe es la historia más antigua del mundo. Es una tradición arquetípica, un conjunto de acciones entretejidas a partir de imágenes míticas: éstas mismas cuentan que básicamente a raíz de una pérdida o una misión, el héroe debe llevar a cabo una tarea. Se pone en marcha y, a lo largo del camino, se encuentra con adversarios y con ayudantes o aliados. Logra hacerse con la fórmula mágica y hace frente a su oponente, venciéndolo, aunque es frecuentemente marcado en ese proceso. Una vez que consigue lo que busca, deshaciéndose de sus perseguidores o adversarios, toma el camino de regreso a casa. Esa casa a la que llega está simbolizada por la última carta: El Mundo. El Tarot y la mitología heroica están totalmente emparentados y comparten su razón espiritual y psicológica. Joseph Campbell lo describe en El héroe de las mil caras, y desarrolla a fondo este concepto. La propuesta del Tarot es que todos tenemos algo de El Loco y estamos en un viaje de autodescubrimiento: cada parada del camino puede ser descrita con una carta, que encierra un aprendizaje.

El Viaje del Héroe 3 •



El viaje tiene etapas, y podría decirse que este se produce básicamente en dos niveles: si consideramos el viaje del héroe como una alegoría del paso por la vida, podríamos dividirlo en una sección obligatoria y una sección voluntaria. En la primera mitad de la vida es el momento del desarrollo personal y el crecimiento exterior, a la que todos estamos sujetos. En la segunda mitad de la vida nos volvemos hacia el interior y tomamos contacto con la sombra, el cual es un viaje ―optativo‖, pues se puede seguir pendiente del desarrollo personal (del ego) y no remitirse nunca hacia valores más esenciales. Primero necesitamos madurar en la fase uno. Antes de abordar lo trascendente debemos manejar con éxito lo cotidiano. De la misma manera para superar el ego y alcanzar el yo tendremos que desarrollar primero un ego fuerte, capaz de encontrar su sombra a lo largo del camino, sin ser devorado por ella. Algunas personas jamás atraviesan la frontera. Pero el Tarot nos invita a reconocernos en este viaje arquetípico y a utilizar sus imágenes y símbolos para comprender cada instancia del Camino.

El lenguaje óptico del Tarot 1 •









El tarot se compone de una carta sin número, el loco y de 21 cartas numeradas en cifras romanas, llamadas arcanos mayores. Más de 40 cartas, los arcanos menores, que sería más correcto llamar colores y divididos en 4 series: tres numeradas en cifras romanas del 1 al 10 y una no numerada. Las tres primeras series comprenden los bastos, las espadas y las copas. La cuarta: los oros. Finalmente una última serie de 16 cartas llamadas honores o figuras: las jotas, las reinas, los reyes y los caballeros Se encuentran diez colores (a los cuales deben añadirse las pequeñas partes pintadas en color violeta): BLANCO, AZUL CLARO, AZUL PROFUNDO, AMARILLO CLARO, AMARILLO PROFUNDO, CARNE, VERDE CLARO, VERDE PROFUNDO, ROJO, NEGRO. Se apercibe que cuatro de estos colores no son divididos en "claro" y "profundo". Estos son el Blanco, el Negro y el Rojo, los tres colores de la Obra Alquímica, y el color Carne, territorio del ser humano, donde se opera la mutación alquímica.









El Tarot rechaza constantemente la simetría: jamas el lado derecho es parecido al lado izquierdo, jamas la parte superior es idéntica a la inferior. El tarot esta dibujado al interior de un rectángulo que es un doble cuadrado llamado por los alquimistas rectángulo de la génesis o cuadrado largo plateado. Esta figura geométrica nos lleva directamente al numero de oro. Los personajes del tarot, no limitados por este cuadro se pierden arriba y abajo; algunos a la izquierda o a la derecha, indican la existencia de un reino invisible, celeste, subterráneo, positivo, negativo, eterno e infinito que baña cada arcano. Existe una grilla geométrica construida de tal manera que el doble cuadrado que se encuentra en el centro, encontramos al exterior referencias de círculos y rectángulos más grandes. Podemos entonces avanzar aquí la existencia de un Tarot invisible de 78 grillas geométricas tan disimuladas que el significado de las 78 cartas visibles. Se vuelve entonces evidente que la carta habiendo sido creada según una unidad de medida, relaciones estrechas existen entre cada detalle de los distintos ARCANOS.

El lenguaje óptico del Tarot 2 • •







Todo lo cual confirma que los 78 ARCANOS fueron creados por una sola mente, individual o colectiva. Es evidente que EL TAROT fue concebido en cartas transparentes y COMO UN TODO. Las 78 cartas pueden organizarse como un rompecabezas para formar un dibujo unitario, un MÁNDALA donde el centro podría ser el ARCANO del MUNDO... Una de las lecciones del TAROT es mostrarnos que es difícil lograr comprender las partes sin concebir la obra como un total. Los ARCANOS, sus posibilidades individuales, están en relación unas con las otras, crean parejas, de tríos y para terminar frases, poemas, y discursos enteros. Nos encontramos frente a un alfabeto óptico que trasmite el conocimiento no por sonidos sino por figuras, las formas y los colores... Lo que no excluye la posibilidad de dar a cada ARCANO un valor musical.

El lenguaje óptico del Tarot 3 •



El Tarot tiene una estructura propia que evoluciona desde El Loco hasta El Mundo. En este nivel proponemos el estudio de los Arcanos Mayores organizados a partir del símbolo del infinito, la lemniscata, pues nos ayudará a comprender mejor lo que Carl Jung denominó ―Proceso de Individuación‖ y que, según el Tarot, no termina nunca. Este proceso abarca dos fases diferenciadas. En la primera la persona aprende a relacionarse con el mundo exterior y desarrolla la conciencia hasta lograr estabilizar su ego y manejar todas sus capacidades; en la segunda fase este proceso se invierte y trata de establecer lazos con su psique mientras empieza a ―deconstruir‖ su ego. Estas dos fases se reproducen habitualmente de manera natural, la fase de aprendizaje se corresponde con la primera mitad de la vida mientras que la etapa de búsqueda del ―sí mismo‖ suele producirse durante la segunda mitad de la vida; de la expansión se pasa a la interiorización, de la actividad a la introspección, de la extroversión a la meditación.

El lenguaje óptico del Tarot 4 •



Se colocarán así los Arcanos Mayores siguiendo el dibujo de la lemniscata, empezando por el Loco y colocando las primeras 11 cartas en un círculo. La carta de La Rueda ocuparía entonces el centro de ese símbolo del Infinito como nexo de unión con el siguiente círculo de cartas que desde La Fuerza iría evolucionando hasta El Mundo que quedaría encima de La Rueda; este Arcano (La Rueda) representa el momento o lugar donde la existencia física ha llegado a su apogeo y el individuo se ve impelido a invertir sus valores dado que comienza, de alguna manera, la decadencia física y la proximidad de la muerte se hace cada vez más evidente. Esta estructura nos permitirá formar parejas de cartas que se complementarán. Así tenemos EL LOCO-EL JUICIO, EL MAGO-ELSOL, LA SACERDOTISA-LA LUNA, LA EMPERATRIZ-LA ESTRELLA, EL EMPERADOR-LA TORRE, EL PAPA-EL DIABLO, EL ENAMORADO-LA TEMPLANZA, EL CARRO-XIII, LA JUSTICIA-EL COLGADO, EL ERMITAÑO-LA FUERZA y LA RUEDA-EL MUNDO.

Como estudiar el Tarot •





Es necesario comprender que el Tarot, ha sido concebido como una "llave" del CONOCIMIENTO. Hay que dejar de lado la experiencia intelectual y olvidarse de todo saber. Es necesario MIRAR, OBSERVAR, y VER cada Arcano de manera objetiva sin imaginar ni sacar conclusiones. Se observara la posiciones de las manos, del cuerpo, de las vestimentas, los objetos, la dirección de las miradas, el lugar ocupado por el mas mínimo detalle, el numero de trazos. Las relaciones entre los colores, "errores" que se encuentran en el centro, a lo alto y lo bajo, de lado, las medidas de cada elemento, etc. El Tarot es un sistema que se construye esencialmente con la imaginación. La identidad que lo crea introduce voluntariamente enigmas, distorsiones de formas, deja algunos aspectos voluntariamente inacabados, rehúsa acentuar algunos trazos, hace salir los dibujos del cuadro, rompe la simetría, coloca detalles invisibles al ojo desnudo. Los Arcanos poseen el poder de evocar, por asociación, otras imágenes.



Cada cultura, religión, tradición da su propia versión del simbolismo de los colores, sin embargo existe un fondo común: "el combate" entre la luz y la oscuridad engendra el color. El color es la luz modificada por la oscuridad, la densidad. Predomina la oscuridad: Azul, índigo, violeta Equilibrio entre la luz y la oscuridad: verde El negro es el extremo inferior, el abismo; El blanco es la pureza superior





En la oscuridad podemos encontrar una gama que va desde la ignorancia a la receptividad. Con la luz uno se puede desplazar de la acción insensata al conocimiento. Los ARCANOS pueden adquirir múltiples significado. Lo "negativo" o lo "positivo" de la carta que no tiene nada que ver al derecho y al revés. HAY QUE COMPRENDER QUE EL TAROT ES UN LENGUAJE Y QUE LOS ARCANOS SON UNA ABCEDARIO. DE ACUERDO A SU UBICACIÓN, LAS CARTAS TRASMITEN MENSAJES DISTINTOS SACANDO EL TAROT, LOS ARCANOS PUEDEN EVOLUCIONAR Y ADQUIRIR NO SOLAMENTE 2 SIGNIFICADOS (AL DERECHO Y AL REVES) ASI COMO 360 OTRAS SEGÚN EL ANGULO QUE NOS ESTA MIRANDO.

Arcanos Mayores 1

Arcanos Mayores 2

Arcanos Mayores 3

Arcanos Mayores 4

Arcanos Mayores 5

Arcanos Mayores 6

Arcanos Mayores 7

Arcanos Mayores 8

Arcanos Mayores 9

Arcanos Mayores 10

Arcanos Mayores 11

Arcanos Menores 1 •







La serie de los colores es mucho mas difícil de interpretar ya que los símbolos son abstractos y secretos. No "hablan" tan fácilmente como los Arcanos Mayores y su comprensión exige a la vez un estudio profundo. Las 4 series del I al X se dividen en una unidad de base: el As; 3 PAREJAS (2/3, 4/5,6/7) y un trío: 8/9/10. Son las 4 Ases que nos dan el sentido esencial de la serie. Vemos que el As de Bastón y el As de Espada son ACTIVOS ya que son manejados por una mano y rodeados de pequeñas "chispas" alineadas y proliferantes. La COPA y el ORO son PASIVOS. El Bastón se presenta como fragmento de la naturaleza; la Espada roja del As revela el trabajo del Herrero y su finalidad: entrar en la Corona. Aunque la Copa atestigua una actitud expansiva, en la cima hay un templo. El ORO es portador de una concentración extrema que intensivamente lo presiona a producir. El Bastón se vuelve Espada, la Espada una Copa, La Copa un Oro y el Oro un bastón.





El Bastón podría corresponder a la fuerza primordial instintiva, creadora, sexual. Es el trabajo del leñador, del labrador de la tierra, del obrero. El representa el espíritu de la empresa, el deseo, la autoridad, la agresión primaria, la necedad, la fuerza brutal, la inseminación, la masculinidad, etc. La Espada podría ser el Verbo, la fuerza intelectual, el trabajo espiritual. Es la actividad del HERRERO, del GUERERO. Ella representa la elegancia, la inteligencia, la riqueza espiritual, la agresión mental, el valor, el intrépido, la fuerza legal, la ambición, la hipocresía, el infortunio, las calumnias, la justicia, la conciencia...

Arcanos Menores 2 •



La Copa podría ser la intuición, la vida afectiva, la fe, todo lo que se refiere al corazón. Es la actividad del orfebre, del cura. Ella representa el amor, la bondad, la decepción emocional, el egoísmo, la generosidad, la amargura, la misericordia, la fe, el placer, la alegría, el optimismo, las pasiones, etc. El Oro podría ser la realización física, material, el orgasmo corporal, el dominio. Es la actividad del FUNCIONARIO QUE CONTROLA, del COMERCIANTE. En el Oro se unen el consciente y el inconsciente. Es el cuerpo lleno por el espíritu y la materialidad banal. Es la plata y el áurea del Santo. Es el trabajo material y el trabajo del yoga, el compromiso, la unión y desunión. Es la realidad miserable y el zodiaco. Es la enfermedad y la salud, etc.



EL MACHO – –



LA HEMBRA – –

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BASTON: DURO Y BLANDO ESPADA: LARGA Y CORTA LA COPA: SECA Y HUMEDA EL ORO: DILATADO Y CERRADO

EL BASTON: POSITIVO-POSITIVO ESPADA: POSITIVO-NEGATIVO COPA: NEGATIVO-NEGATIVO ORO: NEGATIVO-POSITIVO CARTAS 2/4/6/8: FEMENINAS CARTAS 3/5/7/9: MASCULINAS

Arcanos Menores 3

Arcanos Menores 4

Arcanos Menores 5 •



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Los Honores: Si se observa atentamente estas cartas, veremos que ellas evolucionan y que pasan de la Jota a la Reina y al REY para llegar al CABALLERO. Las Jotas, los Reyes y las Reinas forman un trío en el cual es difícil incluir al Caballero. Las JOTAS son las fuerzas latentes portadoras de duda, no saben que camino seguir, cual acción emprender. Las REINAS poseen sus símbolos pero no lo entregan, preocupadas que son de conocerlo. Los REYES dominan sus símbolos y no lo comparten mas que en su reino. Los CABALLEROS proyectan sus símbolos y lo ponen en relación con otros reinos, son mensajeros. Los honores describen varios tipos de caracteres humanos. Cambian de matiz en función de las características del que consulta. Representa lo masculino y lo femenino que se encuentra en una mujer o en un hombre.

Lectura del Tarot 1 •



El Tarot no es "un libro" filosófico realizado con símbolos que substituyen al lenguaje articulado y describen los niveles de una iniciación espiritual. El Tarot desarrolla ciertas regiones del espíritu que pueden conducirnos naturalmente a la lectura. Su aplicación es sin limites y depende del grado de apertura del lector. Podemos "leer" el Tarot, pero rechazando todo intelectualismo y sin dar contenidos simbólicos inamovibles a cada carta poniéndola en relación unas con otras, únicamente a través de sus números, como si nos encontráramos frente a una lengua exclusivamente numerologica. Hablamos de una lengua visual de los Tarots, por relaciones y dibujos, donde cada Arcano puede girar alrededor de un centro y cambiar, al menos 360 veces su significación.

Lectura del Tarot 2 •





La lectura se hace arte o detalles y colores mezclándose, para dar, con la colaboración del que consulta un retrato mas denso del pasado pudiendo llegar al periodo intrauterino hasta el minuto mismo de la consultación. Este "redada" evoca por supuesto los ancestros mas lejanos, hay que darse cuenta que los trazos positivos o negativos del carácter pertenecen a "cadenas" que unen muchas generaciones. También podríamos avanzar solo en cada individuo sus problemas presentes son el fruto de muchos siglos de maceración. El pasado una vez fijo, cuando el que consulta sabe de donde viene, podemos saber de donde viene y a donde va, las posibilidades que se le abren dependen de su voluntad de actuar o de no actuar en tal o tal dirección. La toma de consciencia conferida por el Tarot es un relámpago ya que actúa como un Espejo del Espíritu. La lectura del Tarot exige consagración y preparación.

Lectura del Tarot 3





La base fundamental es la toma de conciencia. Es un arte orientado hacia la curación. La persona que lee el Tarot debe ser honesta y nunca permitir la proyección de sus problemas sobre el que consulta.

Elaborado por

Manuel De Freitas Terapeuta Holístico