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BManejo y conservación de suelos Tarea 1 - Generalidades del curso Presentado por: Yenny Carolina Izquierdo Paramo Códi

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BManejo y conservación de suelos Tarea 1 - Generalidades del curso

Presentado por: Yenny Carolina Izquierdo Paramo Código: 1106486861

Grupo: 30160 _ 11

Tutor: Sandra Yamile pulido

Universidad Nacional Abierta y a Distancia -UNADEscuela de ciencias Agrícolas pecuarias y del Medio Ambiente CEAD Ibagué 2018

INTRODUCCION Los seres humanos viven en la Tierra, utilizan el suelo para obtener alimentos y para dar vigencia a la vida, porque no hay opción distinta, al menos por el momento, por ello, aclara que los suelos y la biodiversidad asociada a estos han tomado a la naturaleza un trabajo que se tasa en eones de tiempo, recursos que hoy hacen las veces de buffer frente al cambio climático, tanto en los ecosistemas como en los agro ecosistemas. Sin embargo, éste académico señala, cómo aquello que se toma de estos recursos para suplir las demandas de la sociedad, a través de la agricultura, va en contra de la sostenibilidad del sistema.

Importancia de los suelos

El suelo es un recurso natural finito y no renovable que presta diversos servicios ecosistémicos o ambientales, entre ellos y a manera de ejemplo, el relacionado con su participación en los ciclos biogeoquímicos de elementos clave para la vida como carbono, nitrógeno, fósforo, etc., que continuamente y por efecto de la energía disponible, pasan de los sistemas vivos a los componentes no vivos del planeta. No obstante, lo más conocido, es que el suelo es el asiento natural para la producción de alimentos y materias primas de los cuales depende la sociedad mundial (CONABIO, 2016.; Silva y Correa, 2009; OBIO, 2016; Montanarella, 2015). Puede afirmarse, además, que el suelo influye considerablemente sobre el medio en el que se ubica y repercute en las actividades sociales y económicas de los grupos humanos que se asientan en ese territorio, grupos que ejercen diferente grado de presión sobre el suelo y que generan así afectación o deterioro de éste (Gardi et al., 2014). La historia, da cuenta de cómo el suelo ha hecho parte de la vida de los seres humanos, no obstante, que es el gran olvidado cuando se alude a los recursos naturales (Burbano, 2013a y Saavedra, 2015). Por eso, hoy se juzga, que debe haber un manejo respetuoso del suelo, no solo para incrementar la producción de alimentos sino para preservar los servicios ecosistémicos y regular el clima (FAO-ITPS, 2015).

Funciones o servicios ecosistemicos del suelo Los suelos, como parte de los ecosistemas y de los agroecosistemas, prestan importantes funciones o servicios que mantienen a estos y que apoyan las actividades sociales y económicas de las personas. En opinión de varios autores (Cram et al., 2008; Silva y Correa, 2009; Burbano, 2012, Burbano, 2013b y Gardi et al., 2014), las siguientes son las tareas que cumple el suelo en éste contexto.

Producción de alimentos y biomasa. Tal vez, la más evidente de las funciones del suelo es el soporte y suministro de nutrientes para las plantas a fin de producir alimentos y biomasa en general. Caben dos observaciones. Primera, que del suelo depende en forma directa o indirecta más del 95% de la producción mundial de alimentos. Segunda, que la degradación del suelo es un problema mayor que amenaza la producción de alimentos en el planeta. Las propiedades del suelo son Físicas: Las propiedades físicas de los suelos, determinan en gran medida, la capacidad de muchos de los usos a los que el hombre los sujeta. La condición física de un suelo, determina, la rigidez y la fuerza de sostenimiento, la facilidad para la penetración de las raíces, la aireación, la capacidad de drenaje y de almacenamiento de agua, la plasticidad, y la retención de nutrientes. Se considera necesario para las personas involucradas en el uso de la tierra, conocer las propiedades físicas del suelo, para entender en qué medida y cómo influyen en el crecimiento de las plantas, en qué medida y cómo la actividad humana puede llegar a modificarlas, y comprender la importancia de mantener las mejores condiciones físicas del suelo posibles. Químicas: Corresponden fundamentalmente a los contenidos de diferentes sustancias importantes como micro nutrientes (N,P, Ca, Mg,K,S) y micro nutrientes (Fe, Mn,Co,2n;B,MO,Cl) para las plantas o por dotar al suelo de diferentes características (Carbono orgánico, carbono cálcico, hierro en diferentes estados). Son aquellas que nos permiten reconocer ciertas cualidades del suelo cuando se provocan cambios químicos o reacciones que alteran la composición y acción de los mismos. Las principales son: La materia orgánica La fertilidad La acidez-alcalinidad Biológicas: Está constituida por la micro fauna del suelo, como hongos, bacterias, nematodos, insectos y lombrices, estos mejoran las condiciones del suelo acelerando la descomposición y mineralización de la materia orgánica, además de los procesos de antagonismo o sinergia que ocurre entre ellos, permitiendo un balance entre poblaciones dañinas y benéficas que disminuyen los ataques de plagas a las plantas. La erosión puede ser definida, de forma amplia, como un proceso de arrastre del suelo por acción del agua o del viento; o como un proceso de desprendimiento y arrastre acelerado de las partículas de suelo causado por el agua y el viento (Suárez, 1980). Esto implica la existencia de dos elementos que participan en el proceso: uno pasivo que es el suelo, y uno activo que es el agua, el viento, o su participación alterna; la vegetación por su parte actúa como un regulador de las relaciones entre ambos

elementos. Por otra parte, desde la perspectiva geológica y de formación del paisaje, la erosión es entendida como parte del proceso de morfogénesis a través del cual se alteran y moldean las formas terrestres. Desde este punto de vista, la configuración que hoy se tiene de la superficie de la tierra, se debe a los procesos continuos de agradación y degradación que en tiempo geológico, han moldeado la superficie. Estos procesos geomorfológicos están relacionados con factores internos (litología, estructura, tectónica, volcanismo y topografía) y externos (clima: temperatura y precipitación; organismos; y acción antrópica). La división de la erosión bajo los puntos de vista planteados, surge de la escuela conservacionista americana; sin embargo, es necesario revaluar tales conceptos (Hermelín, 1967, citado por Gutiérrez, 1983), dado que el término erosión geológica resulta muy vago y no concuerda con la compleja formación ecológica de ciertos países, como es el caso de Colombia, en donde pueden existir ecosistemas muy diversos en áreas poco extensas; además, se señala que la influencia del hombre sobre ambientes con estabilidad morfogenética distinta, puede ser sustancialmente diferente en la respuesta. A pesar de los planteamientos recién expuestos, podría aceptarse la consideración de dos tipos básicos de erosión: la geológica o natural, y la antrópica o acelerada. La primera se produce normalmente sin la acción del hombre, estando por tanto fuera de su control; es tan lenta que pasa inadvertida y contribuye de cierto modo a la formación del relieve mismo y a la meteorización de las rocas. En este tipo de erosión intervienen el agua (ríos, mar, lluvia), el viento, la temperatura y la gravedad; es considerada benéfica, pues busca la estabilidad de la superficie y un equilibrio entre el suelo, la vegetación, los animales y el agua; se ha presentado durante millones de años y existe actualmente como en el pasado, variando espacialmente dadas las diferencias en el carácter de las rocas y en las condiciones climáticas y de vegetación. Ejemplo de la elevada erosión y depositación que ha ocurrido durante el tiempo geológico, se tiene en la gran extensión y espesor de las rocas sedimentarias encontradas en la corteza terrestre. 8 Por otra parte, en la erosión acelerada ha mediado el hombre, destruyendo la vegetación protectora al introducir otros usos al suelo y con ello rompiendo el equilibrio natural. Así, se ha favorecido la acción erosiva del agua y del viento, en especial en terrenos inclinados, al usar sistemas de cultivos y herramientas inadecuadas, al talar los bosques y/o quemar la vegetación, al construir obras de infraestructura, etc., conforme ha sido ya indicado. Agentes que intervienen en la erosión De acuerdo con el agente físico causante, pueden definirse tres tipos de erosión: hídrica, eólica y glacial. Es la primera de ellas la que mayor interés reviste en aquellos espacios geográficos de los trópicos sujetos a condiciones climáticas en donde imperan abundantes y frecuentes lluvias de alta intensidad, razón por la cual el desarrollo de este apartado se ocupará de manera especial del agente activo en esencia de este tipo de erosión, cual es el agua en forma de lluvia, y de sus interacciones con los restantes agentes activos y pasivos. Así, el viento y el hielo que son importantes agentes activos de la erosión eólica y glacial respectivamente, y cuya importancia es menor en los trópicos, no se desarrollan en la discusión, así como tampoco las importantes

interacciones de ellos con parámetros topográficos, sin dejar de reconocerse así, por ejemplo, la importancia que la erosión eólica tiene en países de clima mediterráneo o la inminente modelación de paisajes tras los deshielos en Europa y muchos países del mundo. A continuación se describen algunos aspectos importantes relativos a los factores que o bien aceleran o bien controlan y regulan la erosión hídrica, dentro de los cuales se tiene la precipitación, las características topográficas, las características edáficas intrínsecas y la cubierta vegetal. Lluvia. La lluvia o precipitación es considerada la principal fuente de agua sobre el terreno; de su cantidad, intensidad y frecuencia depende el volumen de flujo que se desliza en capas uniformes. Con respecto a la primera, Morgan (1986) expone que a una escala global la erosión alcanza sus máximos valores con precipitaciones de 300 mm año-1; cuando la precipitación total es inferior a dicho valor, la erosión se incrementa conforme la precipitación lo hace, sin embargo una vez este valor es superado el efecto de protección ofrecido por la cubierta vegetal que se beneficia de una mayor precipitación incidente, se traduce en menores pérdidas de suelo. De las características de la lluvia -al parecer- la que menor peso tiene en la explicación de las pérdidas de suelo es la cantidad, por ello el desarrollo de trabajos de investigación atiende en forma especial a las otras dos: intensidad y frecuencia. Intensidad de la lluvia. Es el factor primordial del fenómeno, ya que la velocidad de penetración del agua en el suelo es frecuentemente insuficiente cuando ésta cae con gran intensidad; la llegada al suelo de una elevada cantidad de agua en un período corto de tiempo, produce rápidamente escorrentía. No es entonces tan importante el total de la lluvia como la intensidad misma. A este respecto, Hudson (1982) expone que los intensos aguaceros típicos de los trópicos tienen un efecto mucho más catastrófico que las suaves 9 lluvias de los climas templados, localizándose el área de lluvias destructoras entre los 40º de latitud Norte y los 40º de latitud Sur. Excepciones a esta regla se tienen en zonas semiáridas donde la mayor erosión por lluvia ocurre a menudo cuando ésta se produce en tormentas violentas, aunque la cantidad de agua sea poca. En los climas templados, los valores de intensidad rara vez superan 75 mm h-1, lo cual se dá en el caso de tormentas estivales; entre tanto, en climas tropicales se alcanzan con frecuencia intensidades de 150 mm h-1. La relación más importante entre las características de la precipitación y de los suelos que condicionan la aparición de escurrimiento, es aquella existente entre la intensidad de la lluvia y la rapidez de infiltración del suelo, tal que: Escurrimiento = Intensidad lluvia-Velocidad Infiltración. El diagnóstico de fertilidad de los cultivos requiere de un conocimiento previo de los niveles de absorción y extracción en el órgano cosechable para el logro de un

rendimiento objetivo. Es importante tener siempre presente la diferencia de forma terminológica que existe entre el significado de las palabras, “absorción” y “extracción” de los cultivos. Se entiende por absorción la cantidad total de nutrientes absorbidos por el cultivo durante su ciclo de desarrollo. El término extracción, es la cantidad total de nutrientes en los órganos cosechados: grano, forraje u otros.  La diferencia entre los términos es significativa al momento de las recomendaciones de fertilización bajo el criterio de reposición. La reposición utilizando la absorción del cultivo implica la aplicación de todos los nutrientes que fueron tomados por el cultivo y que se encuentran presente en todos sus tejidos y órganos, cosechables y no cosechables. Sin embargo, la práctica de fertilización por los niveles de extracción de los cultivos, generalmente la más utilizada, sólo busca reponer los nutrientes que son absorbidos y depositados en tejidos y órganos cosechables, y que por lo tanto no son reciclados debido a que no vuelven a ingresar al sistema suelo.  Los requerimientos de absorción y extracción se expresan en términos de kg de nutrientes por tonelada de grano u órgano cosechable, siempre en base seca. Es importante destacar la variabilidad de resultados cuando las concentraciones de los nutrientes en granos se expresan con diferentes porcentajes de humedad, sin la corrección necesaria. Los suelos proporcionan los nutrientes esenciales, el agua, el oxígeno y el sostén para las raíces que nuestras plantas destinadas a la producción de alimentos necesitan para crecer y florecer.  Además, cumplen una función de amortiguación al proteger las delicadas raíces de las plantas de las fluctuaciones de temperatura.

CONCLUCIONES.   

El suelo es un recurso natural renovable, pero su recuperación amerita períodos de tiempo prolongados, lo que implica que se debe hacer uso adecuado de los mismos con el fin de protegerlos. La acción conjunta de los factores que condicionan la formación y evolución del suelo conduce al desarrollo de diferentes perfiles o tipos de suelos. El suelo es un material superficial natural, que sostiene la vida vegetal. Cada suelo posee ciertas propiedades que son determinadas por el clima y los organismos vivientes que operan por períodos de tiempo sobre los materiales de la tierra y sobre el paisaje de relieve variable.

BIBLIOGRAFIA.



Cotler, H., & Sotelo, E., & Dominguez, J., & Zorrilla, M., & Cortina, S., & Quiñones, L. (2007). La conservación de suelos: un asunto de interés público. Gaceta Ecológica, (83), 5-71. (pp. 5-10). Recuperado de: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co/login?url=http://search.ebscohost .com/login.aspx? direct=true&db=edsdnp&AN=edsdnp.2875596ART&la ng=es&site=eds-live&scope=site.



Porta Casanellas, J. (2013). Agenda de campo de suelos: información de suelos para la agricultura y el medio ambiente. (pp. 255-265). Recuperado de: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co/login?url=http://search.ebscohost .com/login.aspx? direct=true&db=edselb&AN=edselb.3207419&lang=e s&site=eds-live&scope=site