Taller Sobre La Fe

Taller sobre la fe Inspirado en primeros testimonios de fe en Dios Gálatas 5:22. "En cambio, el fruto del Espíritu es am

Views 286 Downloads 3 File size 256KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Taller sobre la fe Inspirado en primeros testimonios de fe en Dios Gálatas 5:22. "En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad," Lecturas:

1 Juan 5:4-5. Marcos 9:23. 2 Corintios 5:7. Habacuc 2:1-4.

Hay distintos tipos de fe Fe natural: es cuando hago una comida y sé que los alimentos que compré están en buen estado. O si me siento en un sillón, sé que no se caerá. O si me dicen que Colón descubrió América (eso es fe intelectual). Si planto una semilla creo que en determinado tiempo crecerá. Fe salvadora: dice la Palabra: “Si confesares con tu boca y creyeres en tu corazón... serás salvo”.

Fe como DON: Es el combustible para los milagros. Si oro por un enfermo y no tengo fe, nada pasará. Jesús dijo: “... Si tuviereis fe como un grano de mostaza...” (Mateo 17:20)

Lo que nos interesa en esta lección es: La fe como fruto del Espíritu Santo Es la confianza en la que caminamos todos los días y sabemos que “Si pasamos por las aguas, no nos anegarán y si por el fuego, no nos quemará, porque el Señor está con nosotros” (Isaías 43:1-2).

Es enfrentar la adversidad en confianza en el Señor. Si Dios es por mí, ¿Quién contra mí? (Romanos 8:31). Es tener la seguridad de la victoria en mi vida, es saber que en medio de los problemas, el Señor se trae algo entre manos y que debo esperar a que Él haga su jugada .Es lo que nos mantiene a través de las pruebas y nos hace creer en la fidelidad de Dios. Este mundo cansado y perdido, necesita ver el fruto de nuestra fe en nuestra vida, para responder a sus temores, dudas, etc. Jesús dijo: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Es confiar en Dios y obedecer aunque no entendamos todo.

Lo que no es fe El temor de Dios: es creer lo que Satanás me dice. Es fe al revés, fe negativa. Apaga el espíritu y mueve la mano del enemigo, mientras que la fe mueve la mano de Dios.

La duda e incredulidad: (Mateo 14:22-33). La ansiedad y la preocupación: (Mateo 10:28-31). El pesimismo, la queja: Perdemos el gozo y apagamos el Espíritu (Hebreos 11:6). La mente negativa: Puede haber fortalezas interiores que impiden ver lo que Dios quiere que veamos o creamos (argumentos mentirosos y altivez), también vemos de una manera subjetiva (desde mi punto de vista).

Lo que sí es fe

Ejemplos de fe. Abraham: Por la fe de él salió de su tierra, creyendo en la Promesa de Dios sin saber a dónde iba. En Romanos 4, Pablo, se refiere a la fe de Abraham y dice que él fue justificado por la fe solamente. Cuando Dios le promete un hijo y cree en lo que Dios le había prometido, en cuanto a su descendencia y lo ofrece en sacrificio, fue justificado por sus obras (Santiago 2:1416). Job: tenía todo y lo perdió todo, igual él creía en Dios (Job 13:15; 19:25). Elías: Era pecador, pero oró y Dios le oyó. David: Aunque pecó Dios le perdonó. Clamaba a Dios y Él le oía. Noé: Por la fe, le creyó a Dios y realizó los preparativos, aunque muchos se le oponían. Jocabed: Por la fe escondió al niño, y no temieron el decreto del rey. Moisés: por la fe prefirió pertenecer al pueblo de Dios y se mantuvo como viendo al invisible. Por la fe los muros de Jericó cayeron después de rodearlos siete días. Por la fe el pueblo de Israel pasó el Mar Rojo, como por tierra seca.

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5:4-5)

Producto del taller Elaborar un escudo que será llamado escudo de la fe, el cual protegerá y pondrás todos los elementos que sean necesarios para alimentar nuestra fe y sustentarla en nosotros mismos. I. INTRODUCCIÓN La única batalla que debemos pelear como cristianos es la batalla de la fe (1Tim.6:12). En el pasaje de Efesios 6, encontramos la descripción de toda la armadura de Dios y al apóstol Pablo exhortándonos a vestirnos con ella pues esta batalla no es contra seres humanos, sino contra fuerzas espirituales malignas. Vestir las armas de la luz (Rom.13:12) nos separa de las tinieblas. Así como es imposible mirar al sol directamente, estar vestidos con toda la armadura, impide que el enemigo nos descubra, porque él sólo queda deslumbrado por “la Armadura de Dios”. Con ella estamos completamente cubiertos y vestidos de El. En la armadura notamos que el escudo de la fe está en medio, en el centro de todo. Está sobre todas las demás piezas, como la pieza más importante. Y es que sin fe, no funciona ninguna de las otras partes de la armadura: sin fe, no podemos creer en la Verdad ni en la Justicia de Dios que es en Cristo Jesús, ni compartir con convicción el Evangelio. Sin fe, no podemos defendernos de los ataques del enemigo, ni creer en la salvación, ni tener esperanza. Sin fe, dudamos del poder de la Palabra, de la fuerza de la oración. El nombre de nuestra iglesia es Comunidad Cristiana de Fe (Gál.6:10). Por lo tanto, la fe es uno de los aspectos más importante para todos y cada uno de sus miembros. En la congregación, predicamos la palabra de fe (Rom.10:8-9), creemos en la fe victoriosa (1Jn.5:4) y sabemos que sin fe es imposible agradar a Dios (He.11:6). II. CLASES DE ESCUDOS

Antiguamente, los soldados que eran entrenados para la batalla, tenían dos clases de escudos: uno grande y otro pequeño. Con ellos, podían defenderse y avanzar con seguridad y sin temor, en ofensiva contra el enemigo. En un sentido espiritual, hay una fe en Dios (Mc.11:22), pero ¡tenemos la fe de Dios! (2Cor.4:13): recibimos la salvación por fe (Ef.2:8), andamos en fe (2Cor.5:7), nos fue dado el don de fe (1Cor.12:9), hacemos oraciones de fe (Stg.5:14). A. Escudo grande (Fe doctrinal) El escudo grande tenía aproximadamente 2 metros de altura. Lo clavaban en la tierra en frente de ellos como una pared, lo que les permitía proteger un terreno más amplio, y estar cubiertos de una manera general. B. Escudo pequeño (Fe personal) El escudo pequeño lo ponían en uno de sus brazos, teniendo así mayor movilidad y eficacia para defender de los dardos de fuego, zonas pequeñas y específicas de su cuerpo. III. PREPARACIÓN DEL ESCUDO Los soldados, debían preparar y mantener listos sus escudos para la batalla. A. Sumergir en aceite La manera de hacerlo era sumergiendo los escudos en aceite hasta que estuvieran totalmente embebidos de él. Entonces, en el combate, las flechas de fuego que lanzaban sus enemigos, se apagaban por el aceite que empapaba el escudo. B. Práctica Vivir como justos, por la fe (Rom.1:17), requiere de una preparación y práctica constante. Cada día, nuestra adarga, nuestro escudo de fe, debe ser sumergido en el aceite de la presencia del Espíritu de Dios. ¿Cómo alistarnos, cómo edificar nuestra fe de una manera práctica? Orando con el espíritu, orando en lengua desconocida, orando en el Espíritu Santo (1Cor.14:14-15). Al orar en lenguas, la fe crece y se eleva; nuestra santísima fe es construída piedra a piedra, palabra tras palabra, línea sobre línea (Judas 20, Is.28:10-12). La fe es refinada, santificada, porque el Espíritu, que conoce nuestra debilidad, nos ayuda, pide como conviene, intercede por nosotros los santos (Rom.8:26-27). IV. QUÉ PROTEGE EL ESCUDO

A. La fe doctrinal (Escudo grande) Guarda nuestra vida de los distintos vientos de doctrina (Ef.4:14) y nos permite movernos con seguridad, porque cuida las grandes verdades doctrinales que conocemos (2Ts.2:15). B. La fe personal (Escudo pequeño o adarga, Sal.91:4) Defiende áreas específicas de nuestro ser de una manera rápida y efectiva. Con el escudo pequeño, protegemos la cabeza, el rostro, las manos, los lomos, el vientre, las rodillas, el corazón, etc. Simbólicamente, guardamos el liderazgo; protegemos nuestros sentidos espirituales: la visión que Dios nos ha dado (ojos), el discernimiento de espíritus y la palabra (nariz/lengua), el oír con atención (oídos), la decisión de nuestra voluntad (cuello), la obra de Dios (manos/tacto/ sensibilidad), la capacidad de dar vida e interceder por otros (vientre), la oración humilde (rodillas). También, es como volver a vestir la mente además de usar el yelmo de la Salvación. Es una segunda protección para la debilidad de nuestra carne, teniendo ceñidos los lomos con el cinturón de la Verdad. Es una doble cubierta para guardar el corazón estando protegidos por la coraza de Justicia. V. CÓMO PROTEGER EL ESCUDO Al entender las cosas invisibles de Dios por medio de las cosas creadas (Rom.1:20), podemos decir que hay maneras de cuidar nuestro escudo de la fe: A. Guardar los oídos De la duda o los juicios de otros. “Si alguno tiene oídos para oír, oiga. Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido” (Mc.4:24). B. Guardar la lengua De palabras ociosas, de quejas o chismes. Pensemos que Dios tiene una “grabadora celestial”. “Mas yo os digo que de toda palabra que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mt.12:36-37). “Aparta de ti la perversidad de la boca. Y aleja de ti la iniquidad de los labios” (Pv.4:24). “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios” (Sal.141:3). C. Guardar el corazón De pensamientos impuros, furias, resentimientos, dureza. Debemos tener un ayuno continuo de malos pensamientos y comer buenos pensamientos, pues lo que meditamos hoy, controlará nuestra vida mañana. Y será reproducido porque el corazón es una máquina creadora. “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Pv.23:7). “Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2Cor.10:5).

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Rom.10:7). “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Pv.4:23). “Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lc.6:45)

Material de elaboración. Cartón Colores Hojas de colores Cinta Pegamento Plumones Y lo que se les ocurra para elaborar un escudo grande para cada salla