Spin-Off Nuevas Especies - Dohner Laurann

Flame y amanda Flame rasgó su comunicador de la oreja y debatido sobre qué hacer. Lo que realmente lo saco de sus casil

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Flame y amanda

Flame rasgó su comunicador de la oreja y debatido sobre qué hacer. Lo que realmente lo saco de sus casillas fue ver a Wrath tocar a Amanda. Las luces se encendieron y se estremeció, sus ojos necesitaban adaptarse a la luz brillante. Parecía que ella se había volteado antes de que el interruptor fuera encendido. Amanda le dio una sonrisa forzada a Wrath y se echó a llorar de inmediato. Ella se dejo caer contra su pecho y el macho la mantenía erguida, abrazándola con fuerza. Él la confortó mientras lloraba. -Es igual que antes. Como Matt.Eso fue el colmo. Flame se movió hacia ellos sin pensarlo. Él sabía la historia de Amanda, había leído todos los archivos que habían caído en sus manos sobre su caso/juicio. Ese era el nombre del hombre que había puesto cicatrices en su cuerpo y en su alma. Wrath se tensó cuando Flame se coloco detrás de Amanda, mirándolo por encima de la cabeza. El canino frunció el ceño. -Estás emparejado. Quita tus manos de ella. – Wrath parecía aturdido con sus cejas y su boca entreabierta. -¿Amanda? -Flame bajó la voz. -Ven aquí. – Ella giró su cabeza lejos de la camisa de Wrath y lo miró con ojos llenos de lágrimas. Eso rasgo sus entrañas. Ella estaba demasiado sorprendida. -¿Flame?-Ven a mí, bebé.- Abrió sus brazos. Quería abrazarla. Podía llorar sobre él. -¿Estás jodidamente bromeando?Esa embarcación zarpó, bebé.Ella se dio la vuelta, enterrando la cara contra Wrath de nuevo. Flame cerró los ojos y luchó contra su rabia. No, contra ella. Si no contra la situación. Sabía exactamente lo que significaban esos dichos. Ella no quería tener nada que ver con él. Ella no quería tocarlo o hablar con él. Había perdido su oportunidad cuando la había evitado.

Harley y beth Beth se estaba congelado, tratando de averiguar lo que estaba pasando. Un montón de gente había subido las cámaras y tomado fotos de ella. ¿Qué demonios? El sheriff jadeaba un poco por los seis escalones que había tenido que subir para llegar a ella. —Vamos dentro señorita Goss. Ella no se movió, estaba un poco sorprendida de que supiera su nombre. — ¿Qué está pasando? Él la agarró y la obligó a girar, casi tropezando con en él en el proceso. Ella fue empujada hacia adentro y luego hacia la parte trasera en el interior del edificio. La soltó y se secó la frente sudorosa, soplando una ráfaga frustrados de aire. —Maldita gente. ¿No podían hacerlo cuando en invierno? Estamos a cien grados. Beth observó la parte delantera de su uniforme al lado, tirando de él lejos de su pecho en un triste intento de conseguir el aire a su piel. El destello blanco le aseguró que llevaba una camiseta. El frunció el ceño. —Está en los medios. Eso es lo que está pasando. Estoy seguro de que esos malditos periodistas aparecerán pronto. Beth estaba todavía pérdida. — ¿Qué pasó? ¿Fue atacada la reserva? —Eso le dio miedo a ella, pero ella tenía fe en que Vanni estaría a salvo. Su marido haría cualquier cosa para protegerla. Smiley era un tipo duro, y él estaba loco por ella. Ella sentiría lástima por alguien tan estúpido como para tratar de herir a su mejor amiga. Había pasado tiempo en su casa y en la Reserva. La Organización de Nuevas Especies NSO, se preparaban para casi cualquier cosa y podrían lidiar con lo que estuviera pasando. —Llamé a la Reserva. Están enviando a alguien a por ti. — ¿Por qué? Sacudió la cabeza. —Ellos hicieron un reportaje sobre ti. — ¿Quién lo hizo? ¿De qué está hablando? —Están mostrando una historia escandalosa sobre ti. Eso es todo lo que sé. Tengo la cabeza revuelta, cuando empecé a recibir llamadas de algunos de los lugareños preguntando si fuera cierto que trabajabas en la corte y si era cierto lo que vio en la televisión. Salí de mi reservado, mi

oficina y encontré a toda esa gente en el césped. Esa gentuza paga dinero por las fotos. Tenía la esperanza de que ya habías salido del edificio. Muchos de los empleados salen temprano los viernes. Espera. — Él agarró el comunicador conectado a su hombro. —Ella está en el palacio de justicia. La tengo. Informa eso, Mable. —Estoy en eso —respondió una mujer. Beth estaba confundida y metió la mano en su bolso. Encontró su teléfono celular, lo saco. Ella trató de encenderlo, pero la pantalla sólo mostró que no tenía pila. —Maldita sea. Olvide cargarlo. —Me dijeron que la Reserva trató de comunicarse con usted. La centralita está sobrecargada. Sólo tenemos tres líneas y no podemos conseguir hacer una llamada. Demasiadas llamadas entrantes. Todo el mundo está llamando a la corte después de no conseguir llamar a nuestras líneas. Ellos quieren entrevistarte. " — ¿Para qué? — Beth empujó a su teléfono de nuevo dentro de su bolso. —Algo que ver con la ONE. Beth dejo que la información la llenara. —En realidad corrió una historia que me yo me mudaría para pasar tiempo con Vanni? Eso es tan falso.— ¿Vanni?- El sheriff frunció el ceño. —Ella está acoplada a una nueva especie. Es por eso que me mudé aquí. Estamos muy unidas. Voy a verla ella ya su marido cada pocos días. Cené con ellos anoche. Su comunicador sonó, la mujer en el otro lado de ella habló. — ¿Sheriff?Él agarró el comunicador. — ¿Qué? —El equipo de ellos estará ahí en unos cinco minutos y quieren saber si ella está segura.

Volvió la cabeza, mirando por las puertas de vidrio. —Más personas se están presentándose. Diles que se den prisa. No tenemos suficientes guardias para mantenerlos apartados de ella si deciden allanar el edificio." —Les diré, — prometió a la mujer. El micrófono se quedó en silencio. — ¿Por qué están ahí fuera? —

Beth miró hacia fuera también, al darse cuenta de que más personas se habían reunido. Algunos de ellos trataron de conseguir más allá de los guardias. —Esos tipejos pagan un montón de dinero por las fotos. La mayoría de los residentes no quieren tener nada que ver con ellos, pero los tiempos son difíciles en todo el mundo. Unos cientos de dólares por una foto de usted podrían tentar a cualquiera. Eso compra un montón en las tiendas de comestibles. Nosotros también tenemos un festival cerca de veinte millas de aquí. No reconozco la mayoría de esas caras. Supongo que pensaron que habían tenido suerte en mi ciudad para esta mierda. —Guau. — Beth no estaba segura de qué más decir. — ¿Quién diría que a alguien le importaría si yo soy amiga de un compañera? —Esto supera la mierda, —el hombre mayor resopló. —Pendejos. Todos ellos. —Sus palabras la irritaban. —Las nuevas especies son grandiosas. Se encontró con su mirada y ladeó la cabeza. —Me refiero a esos gilipollas por ahí. Me gusta la ONE. Ellos no arruinan un perfecto viernes por la tarde. Beth relajó. — ¡Oh! — ¿Sheriff? —La mujer en el comunicador habló. —Sácala ahora. Ellos tienen un miembro de su grupo de trabajo cerca. Va todo de negro, pero no en uniforme. Él tiene un casco y no puedes verle la cara. Pero dijeron que no podemos pasarlo desapercibido. Hay que entregarla a él. —Lo tengo. — El sheriff reacomodo su micrófono y abrió la puerta. —Quédate cerca. Beth habría protestado, pero el hombre la agarró por la muñeca y tiró de ella. Estuvo a punto de tropezar en sus tacones. Era más fuerte de lo que parecía para su edad. Ella luchó para mantenerse al paso después de bajar las escaleras al lado del edificio. Las voces subieron de volumen, ella volvió la cabeza, casi tropezando de nuevo. Algunas de las personas en la multitud lograron sortear a los guardias. Corrieron hacia ella. El sonido de los guardias gritando a ellos para volvieran no logro ahogar el sonido de un fuerte motor acercándose. El sheriff se detuvo en la acera y Beth volvió la cabeza, mirando por la calle. Una gran motocicleta negra llegó disparaba por la calle residencial. El que la conducía tomó la vuelta de forma tan rápida que tuvo que virar de una forma tan aguda que su rodilla casi tocaba el pavimento, pero no lo hizo. La moto se enderezó en la calle principal y aceleró.

El conductor se levantó, su cuerpo no estaba abrazando a la moto. Parecía ser un hombre bastante grande. Vestía de negro, desde la chaqueta de cuero, guantes a juego, hasta su casco. Sus pantalones eran negro también, junto con sus botas de motorista. Él pisó el freno y se detuvo el arrastre a sólo unos pasos de la calle. El olor a goma quemada irritaba la nariz. —Sube, —el loco conductor exigió con voz áspera. El sheriff le soltó la muñeca y maldijo, dándole la espalda. — ¡Vuelve! No creas que no voy a disparar! Beth torció la cabeza y se horrorizó al ver al menos diez hombres que se dirigían directamente en ella. El sheriff puso su cuerpo regordete entre ella y ellos. En realidad saco su arma y apuntó a ellos. Los hombres se dispersaron, uno cayó de culo. El motor de la moto aceleró. Volvió la cabeza, sorprendida de estar casi de frente al enorme hombre. Estaba cubierto de pies a cabeza para que no pudiera ver a una pulgada de su piel. El motor se silenció. —Sube a la puta moto, —él gruño entre dientes. Tenía una voz muy profunda y parecía enojado. Ella tragó saliva y bajó de la acera. La NSO le había enviado a recogerla. Ella llegó a su lado, pero se detuvo y miró hacia abajo. Ella usaba unos tacos de 10 centímetros y su falda llegaba a mitad del muslo. Estaba apretada a su piel. Ella levantó la barbilla. —No puedo a menos que quieras que yo muestre mi culo a todo el mundo con las cámaras. Soltó el manillar y golpeó rápido. Él enganchó su brazo alrededor de su cintura y su mano se clavó en su cadera, obligándola a girar. Aterrizó contra su pierna apuntalándola contra la moto en posición vertical y el brazo se apretó, levantándola. Encontró a su culo cómodamente atrapado entre sus grandes muslos. El brazo todavía agarraba el manillar en el otro lado, lo que hizo que al otro lado. —Aférrate a mí. No esperó a que ella lo hiciera. Le soltó la cintura y agarró el manillar de nuevo, dejándola enjaulada entre su cuerpo, sus dos brazos, y el tanque de gas. El motor de la moto se hizo más fuerte y se fueron. Ella se aferró al cuero, aterrorizada de caer. Cogió velocidad y metió la cara en su chaqueta mientras su cabello voló a su boca. Era una locura y probablemente también era ilegal montar una motocicleta con alguien sentado de lado en el regazo del conductor, pero él no parecía importarle. Lo hizo de todos modos y ella era la pasajera, incluso si ella no había planeado serlo. —Joder, —ella gritó. — ¿Estás loco? —Solo relájate —le exigió.

¿Relajarse? ¿Hablaba en serio? Lo había visto casi caer al tomar esa vuelta. Sus pies sobresalían como dos banderas desde un lado de la moto y ella lo imaginó haciendo otro giro brusco. Sus tacones golpearían pavimento. Tomo más velocidad y el viento la empujó con más fuerza contra él. Uno de sus zapatos voló fuera de su pie. Beth apretó su chaqueta de cuero en un abrazo de muerte. Él dio un giro y ella jalo sus rodillas tratando de hacerse más pequeña en su regazo. Se iba a hacer daño si se estrellaba. Ella ni siquiera tenía un casco. Dolería el infierno. Él iba a hacer que muriera. Trató de volver la cabeza para ver a dónde la llevaba pero su pelo se lo hacía imposible. Ella tuvo que escupir algo de su pelo fuera de su boca. Acurrucó su cara contra su chaqueta de nuevo, prefiriendo respirar el olor del cuero que su propio cabello. Los dedos de sus pies se cerraron y el aire se precipitó entre ellos, un recordatorio de la pérdida de su zapato. Ella había amado ese par. Ellos eran cómodos. Ahora sólo tenía uno.

Él tomó otro giro y Beth gimió cuando inclinó sobre su espalda. Su brazo se sentía sólido y ella no fue expulsada la moto. Sus pies se elevaron en el aire, al menos no estaban en peligro de ser raspados por la acera. La moto se enderezó y respiró mejor. La NSO iba a conseguir un pedazo de su mente. Estaba furiosa. Habían enviado a algún bastardo loco a recogerla. Nada de esto era necesario. ¿Y qué si la gente quería tomar fotos de ella? Habría sólo sonreído y esto se hubiera acabado. Recordó la tormenta mediática cuando Vanni había sido grabada en vídeo con Smiley en el hotel. Claro, que ellos habían sido bombardeados con una gran cantidad personas que les ponían lo pelos de punta por la cantidad de personas que habían acampado delante de su apartamento con ganas de tomar fotos de la mujer que había tenido relaciones sexuales con una nueva especie, pero todos ellos habían desaparecido después de dos semanas. —Estamos casi en el punto de control. Eso la hizo ponerse furiosa. Normalmente le llevaba diez minutos en coche atravesar las puertas de la reserva. Había conducido suficientes veces durante las últimas semanas para saberlo. Tenía que estar haciendo algo más de cien millas por hora para llegar a él punto tan rápido. No podían haber pasado más de unos pocos minutos desde que la había recogido. Mejor dicho me había agarró, se corrigió. Se sentía impotente. Ni siquiera podía gritarle. Tenía el pelo pegado a la parte posterior de la cabeza. El viento la empujó contra él tan cerca que sentía pegado a su cuerpo. Su otro zapato voló. Beth apretó los dientes. La NSO realmente iba a escucharla una vez que llegara allí. Esas fueron unos zapatos Jimmy Choo. Ella las había comprado en una tienda de descuento, pero todavía le habían costado unos cientos de dólares. Habían sido su regalo de cumpleaños para sí misma el año pasado.

Su bolso estaba atrapado entre sus cuerpos, ejerciendo presión sobre sus costillas. Esperaba que se le hubiera clavado al maníaco. La moto finalmente redujo la velocidad y se dio cuenta que en sus oídos sonaban un poco del sonido del motor. Redujo la velocidad lo suficiente como para que se sintiera segura para tratar de girar la cabeza de nuevo. Ella en realidad lanzó su chaqueta con una mano y empujó a su cabello, tratando de ver. Las puertas se alzaba delante, pero él no tiene que parar y ser revisado en la forma en que siempre lo hacían. Las barreras de metal acaban de abrir cuando se acercaron y condujo a través de ellas. Eso la enfureció también. Ella siempre tenía que salir de su coche para ser cateada. Ellos comprobaban su identificación, y llamaban para asegurarse de que Vanni la esperaba, tenía que esperar a que los guardias inspeccionen cada pulgada de su vehículo, como si ella estaba tratando de contrabandear drogas o algo. Un jeep la acompañaba para que ella no fuera a ningún otro lado que al que tenía que ir.

Ella volvió la cabeza y miró hacia el cristal reflectante que cubría el rostro del hombre. —Quien te dio la licencia debe ser despedido. —Te conseguí sacar de allí. —Sin mis zapatos. Condujiste tan rápido que fueron arrancados de mis pies. Ella juró que lo oyó reír, pero no podía estar segura. La moto era ruidosa y estaban probablemente haciendo treinta millas por hora. Ella empuñó su pelo para mantenerlo fuera de sus ojos y mantener un buen agarre en su chaqueta. —Casi estamos allí. —Ella vio el edificio de seguridad por delante. El hotel se levantó en la distancia. —Llévame con Vanni. Ella está en Seguridad. ¿Ella está bien? —La preocupación golpeo a Beth. —No sé qué diablos está pasando. Yo estaba tomando mi moto cuando mi teléfono sonó. Me preguntaron dónde estaba y me dijeron que estabas en peligro. — Tenía una voz profundamente seria, ni siquiera tenía que gritar para ser escuchado. —Yo te tomé. —Me agarraste —le recordó. —Tienes suerte de que no haber acabado con la mujer equivocada. —Me dijeron que estabas con Sheriff Helport. Es un poco difícil de equivocarse. Tenía un punto. Cerró la boca para evitar comer más pelo cuando este golpeó sus labios. Redujo la velocidad de motocicleta y se detuvo frente al edificio. Sus piernas bajaron de la moto y las utilizo para ella apuntalar la moto, antes de apagar el motor. —Ya puedes bajarte ahora."

Beth apretó los dientes. —Gracias por el paseo suicida. — Ella lanzó su chaqueta y trató bajar con gracia de su regazo. No funcionó. Su culo estaba firmemente atrapado entre sus muslos. Tenía que agarrarse de su brazo y tirar hacia arriba. Su falda se subió peligrosamente para exponer sus bragas que se habían enganchado contra los vaqueros pero tenía que mantener aferrada su cartera, en lugar de tirar hacia abajo el material enganchado. Una gran mano enguantada se deslizó bajo su nalga izquierda y le dio un empujón. Ella abrió la boca, pero luego sus pies descalzos tocaron el pavimento. Ella se tambaleó por un segundo, lo soltó y empujó su falda de vuelta en su lugar. —Gracias. —Ella esperaba que él entenderá el tono sarcástico. —No hay problema. Él se bajó de la bicicleta después de colocar el pie de apoyo. Ella volteo, ya que parecía aún más grande en sus pies. Tenía que medir un poco más de 1.88 metros y su cuerpo desplegaba aún más volumen. Él extendió la mano y se arrancó el casco. Beth estaba pasmada cuando reparo en sus características. Ella había estado lo suficiente alrededor de las nuevas especies para identificarlos. Él era un canino con el pelo marrón peludo que estaba necesitando un corte. Sus ojos marrones intensos fijos en ella. Tenía unas largas y gruesas pestañas. Ella contuvo el aliento, impresionada un poco con lo guapo que era. Sus labios carnosos se torcieron en una mueca, aunque por lo que le parece un poco pesado. Entró en su espacio personal y bajó la cabeza. Contuvo la respiración, preguntándose si iba a besarla. Su corazón se aceleró. A ella no le habría importado. Su mirada parecía buscar sus ojos mientras seguía pulgadas de ella. —Pensabas que yo era humano. Te ves sorprendida. ¿No tienes miedo de mí? El tono más suave que usó fue algo sexy. —No. Tu conducción sin embargo es otra historia. Todavía me atengo a lo que dije. El que te dio una licencia debe ser despedido. Las comisuras de sus labios levantaron en una sonrisa. — ¿Quién dice que tengo una? —No esperaba esa respuesta. Se enderezó y retrocedió. —Ellos nos están esperando dentro. Soy Harley. —No ofreció su mano. Ella agarró su bolso. —Beth. — ¿Sabes por qué los seres humanos fueron tras de ti?"

—Mi mejor amiga está acoplada con Smiley. Él es un primate. ¿Lo conoces? —Por supuesto. Tiene sentido ahora por qué eres tan importante de proteger. Eres la mejor amiga De Vanni que se mudó a la ciudad local para estar más cerca. — Él levantó su mano enguantada y señaló. —Vámonos. —Alzó la mano y tiró de un pequeño dispositivo de su oreja. Ella vio el cable negro se extendía bajo el cuello de su chaqueta de cuero. —Están esperando. Se dio la vuelta y camino. Sus pies descalzos sobre el pavimento le recordaban a la pérdida de sus queridos zapatos. Harley la pasó con zancadas más largas. Ella tomó cada paso cuidadosamente para evitar herir a sus pies. Lo último que quería era un corte o moretón. Llegó a las puertas y tiró un lado abierto, esperando que ella llegara. —Creo que ellos te quieren ahí más rápido. Beth resistió voltear a verlo mientras le pasaba. —Esos fueron unos costosos zapatos. —Eran unos rompedores de tobillos. Él la siguió y se apoderó de su brazo, dándole un tirón a la derecha. Dejó ir tan rápido y la tocó. — Por acá. La primera puerta a la izquierda. Ella no tuvo que abrir la puerta. Se apresuró hacia adelante y la abrió. Ella tuvo que dar crédito a las nuevas especies por tener buenos modales. Era sus habilidades de comunicación y la forma de hacer cosas sin pedir permiso con lo que tenía un problema. Beth se detuvo junto a la puerta. Vanni estaba con Smiley. No estaban solos. Al menos otros seis hombres nueva especie que nunca había conocido antes estaban esperándola en lo que parecía ser una sala de conferencias.

Vanni se precipitó hacia delante, mirándose aliviada. — ¡Gracias a Dios que estás bien!" Beth la abrazó y dejó caer su bolso en la mesa cercana tan pronto como ella la soltó. Levantó la mano y trató de cepillar el pelo suelto algunos con sus dedos. — ¿Qué demonios está pasando? Smiley se adelantó para estar junto a su compañera. Él suspiró. —Parece que unos paparazis han estado ocultándose a lo largo de la ruta de las puertas a la ciudad. Ellos han estado viéndote ir y venir. — ¿Y qué? — Beth ajusto su ropa un poco. Sus líneas de la falda a lo largo de sus caderas habían cambiado gracias a su paseo salvaje.

El alto especie primate puso su brazo alrededor de Vanni, sosteniendo a su mejor amiga —Ellos te identificaron, Beth. A ella realmente le gusta Smiley, le gustaba como él tocaba su mejor amiga. Mostrando lo mucho que la amaba. —Está bien. Así que saben que me mudé a la ciudad para vivir cerca de mi mejor amiga. ¿A quién le importa?" Un hombre se adelantó. Tenía preciosos ojos verde brillantes en forma de gato y pelo negro azabache. Su piel bronceada y los rasgos faciales fuertes insinuaban herencia indígena americana, junto con sus rasgos felinos. Él guapísimo. —Los seres humanos lo hacen. Corrieron una historia sensacionalista sobre ti que afectó a las estándares hoy y había un par de shows televisados que hablaban de la noticia también. Nos enteramos de lo que decían y tratamos de inmediato alcanzarte. Beth se detuvo de jugar con su ropa y le tendió la mano. —Sabes mi nombre, pero ¿quién eres tú?" Él tomó suavemente la mano y le dio un apretón. —Soy el concejal Jaded Wild. —Él la soltó y retrocedió. —A la NSO nos gustaría pedir disculpas por la interrupción en tu vida, pero yo estaba seguro que tu sabias de los riesgos de estar relacionada con nuestros residentes. — Él miró a Smiley y Vanni, y luego a ella. —Te pone en el objetivo. —Está bien. —Ella se encogió de hombros. —Así que me van a perseguir durante una semana o dos. He estado allí, ya lo he hecho. No es gran cosa. — No le molestaba. —Puedo manejarlo. —Um, Beth? —Ella cambió su atención a su mejor amiga. — ¿Qué?" Vanni se sonrojó. —Ellos piensan que eres um..." Ella miró a su marido. —Dile tú. Yo no puedo. — ¿Qué soy qué? —Beth miró a Smiley. Él le sostuvo la mirada. —La historia decía que tú eras una especie de scort pagada por las Especies. Beth parpadeó, dejando que la información se asentará. Se tomó unos segundos. — ¿Como una prostituta? Smiley asintió bruscamente. —Dijeron que se te paga para compartir sexo con nuestros hombres aquí.

Beth rió. Era ridículo, tenía que ser una broma. Nadie más se rió. Ella se puso seria. — ¿Hablas en serio? La ira que vino después. El concejal de Jaded juntó las manos delante de su cintura. —Por desgracia, eso es lo que ellos imprimieron. Lo hemos negado oficialmente. Queríamos tu permiso para decirles la verdad. Podría ayudar a convencerlos de que tu verdadero propósito para visitar Reserva, si se hacen conscientes de tu asociación con Vanni. Pero podría ponerte que en más peligro también. Algunos pueden venir después a hacerte daño. Tenemos a algunos humanos que trabajan para nosotros en esta área y se quedan solos. Tal vez sería mejor si nos limitamos a decir que trabajas para nosotros a tiempo parcial para explicar sus visitas. Hemos dejado en claro que no eres una proveedora de sexo para nuestros hombres. Beth se trasladó a la mesa y sacó una silla. Se dejó caer fuertemente, encantada de que estuviera acolchada. —Hijo de puta. —Somos conscientes de que esto podría molestarte. — Jaded tenía una voz profunda bonita. —Nos disculpamos. Miró hacia arriba, mirando a los ojos bonitos. —No es su culpa que la gente sean pendejos. No puedo creer esto. ¿Han establecido eso y creen que me pagan por ello? Me reiría de nuevo si no fuera tan mal. —Beth. —Vanni se sentó encima de la mesa. —Entrevistaron a Mickey. Él era su fuente. La ira llego más alto dentro de Beth. — ¿Estas segura?" Vanni asintió. —Lo vi yo misma. — ¡Esa rata bastarda! —Él es el que dijo que tú... —Vanni se sonrojó de nuevo. — ¿Que yo qué? ¿Qué lo deje? ¿Lo cabreado que se quedó por qué decidí mudarme a California del Norte? Smiley se sentó al lado de su esposa. —Confirmó que tuviste relaciones sexuales con él por dinero. Beth sabía que su boca estaba abierta. Ella se quedó sin habla. Tardó segundos para recuperarse. —Alguien me puede dar un teléfono. El mío está muerto. Un poco como mi ex está a punto de ser. —Cálmate, — instó Vanni.

—Ese hijo de puta no podría permitírselo si yo realmente estuviera haciéndolo por dinero. Quiero llamarlo ahora. Lo voy a callar rápido. Sólo tengo que recordarle cómo él no puede incluso llegar a levantarlo y cómo estoy dispuesto a compartir ese chisme. Vanni palideció. — ¿Qué? —Él no puede llegar, —repitió Beth. —Su señor feliz está roto. Por eso no he tenido relaciones sexuales. ¿Recuerdas cuando me iba a quedar con él? Tenía bastantes sospechas cuando me metí en la cama con él y él sólo quería abrazarme. ¿Qué hombre hace eso? Él finalmente admitió que ha estado pasando por cálculos renales y sí, él no puede conseguir pararlo. Es demasiado doloroso. Para el momento en que se sentía mejor, ya no estamos juntos. Había decidido venir aquí y él estaba tirando a una perra. Vanni parecía aturdida. Beth cerró sus manos en puños sobre la mesa. —Yo sabía que él estaba molesto de que decidí seguirte aquí ¿pero hacer todas estas tonterías? ¿Estos trapos sucios sin tratar de verificar los hechos? No podía permitirse una prostituta. Apenas puede pagar su alquiler. Él hace de Elvis para eventos de caridad porque nadie le pagaría por hacer esa imitación. Él no es bueno. — Beth se aclaró la garganta. —Que mierda. "—Ella lo miró a Smiley. —Eres como mi cuñado. ¿Qué tal si lo sostienes mientras yo le pego para sacarle la mierda? ¿Suena como un buen plan? —No puedo atacar a un ser humano. —Smiley sonrió. —Sería mala prensa, incluso si se lo merece. —Maldita sea —Eso deprimió a Beth. "¿Con quién tengo que joder aquí para conseguir a alguien para poner lastimarlo? —Conmigo, —una voz ronca y áspera. Beth se sobresaltó y giró la cabeza para mirar a un gran hombre felino de pie en la esquina. Él tenía ojos azules y estaban fijos en ella. —Lo mataré por ti si te vas a casa conmigo. Su boca se abrió, sorprendida. Ella sólo había estado soltando las cosas fuera para sacar el estrés. Harley se adelantó y tomó al macho, tirando de él hacia atrás. —Eso fue un dicho humano. Ella realmente no quiere hacer eso. —Él frunció el ceño. —Dile.

Vio la hilaridad de la situación. —No lo sé. Estoy muy cabreada y ha sido un largo tiempo desde tuve relaciones sexuales. — ¡Beth! — Vanni sonaba indignada. —Ellos no saben que estás bromeando. Detente. —Está bien. Era sarcasmo. Dejemos eso. — Beth suspiró. —Voy a mutilar a esa rata hijo de puta sin embargo. — Ella hizo un guiño a los felinos. —Gracias embargo. Eso fue dulce. —Debes permanecer aquí por unos pocos días. —Smiley no parecía contento. —En nuestra casa. —Exactamente, —Vanni estuvo de acuerdo. —No voy a dejar que te enfrentes a esto sola. Beth se tragó una maldición. Su mejor amiga tenía esa mirada que conocía demasiado bien. —Estaré bien, —protestó.

Vanni negó con la cabeza. —Va a ser divertido. Vamos a tener una larga fiesta de pijamas. —Excelente. —Beth se las arregló para no poner los ojos en blanco. —Saben que tengo un trabajo, ¿no? Jaded Wild se aclaró la garganta. —Te daremos un trabajo aquí en Homeland si eres despedida por los seres humanos por faltar al trabajo. Es lo menos que podemos hacer. —Me voy a casa mañana — Beth murmuró. —Me quedaré una noche. —Se quedó mirando a Vanni. —Eso es todo. El lunes voy a volver a trabajar, así tenga que ir contra viento y marea. O un mar de imbéciles con cámaras. Yo trabajo en un sótano. No pueden llegar a mí.

Harley atrajo su atención. —Cualquier persona que está motivada puede llegar a ti. Nada me podía mantener lejos si yo estuviera buscándote. No estas segura fuera de nuestras paredes. —

Se acercó más con su oscura mirada fija en ella. —Es mejor que su estancia sea en la Reserva. —No me siento muy segura contigo alrededor. Eres una amenaza sobre dos ruedas. —Tuvo el descaro de sonreír. —Yo estaría más preocupada por lo que puedo hacer en dos piernas. Beth abrió la boca, pero no sabía cómo tomar sus palabras. Casi sonaba como una amenaza. Ella entrecerró los ojos y le devolvía la mirada. Ella selló sus labios. A veces era mejor simplemente no decir nada. Vanni habló, interrumpiendo el intenso momento. —Estas más segura aquí. Beth la miró, luego miro de vuelta a Harley. Él todavía estaba la estaba estudiando y ella se preguntó lo que estaba pensando. Ella rompió el contacto visual primero, luego dio una mirada determinada a su mejor amiga. —Yo no voy a esconderme como una criminal. Puedo manejar cualquier cosa que digan. Que tomen sus fotos. Espero que se puedan imprimir mi dedo medio enseñándoselos a la cara. —Beth. —Vanni negó con la cabeza. —A tu madre no le gustaría eso. —Creo que ella va a molestarse más que leer que me he convertido en una prostituta. — Beth de repente se echó a reír al ver el humor en la situación. —Realmente necesito tener sexo si voy a ser acusada de esa basura. Es demasiado triste lo contrario. Un gruñido la sobresaltó y ella torció la cabeza. El felino había avanzado hacia ella, pero Harley había dado un paso entre ellos. Sus manos estaban en puño estaban en la camisa del gran gato y le empujaron hacia atrás. —Eso no fue una invitación, —su voz profunda dijo. —Nadie tiene derecho a ella, —el felino gruñó. —Vas a tener que pasar a través de mí para llegar a ella, —Harley gruñó. —Mía. — ¿Discúlpame?" Beth pensó que debió haber oído mal. Harley la miró por encima del hombro. —Tu seguridad es mi responsabilidad hasta que me digan lo contrario. Fuiste asignada a mí, así que ¡Cállate, Beth! De lo contrario, este macho te va a tirar por encima de su hombro y llevarte a casa. Lo estás provocando cada vez que mencionas que deseas compartir sexo con alguien. —Sólo estoy exponiendo los hechos. Uno pensaría que estaría teniendo sexo si realmente estaban

Cobrando por dormir con hombres. No era una llamada para ser atacada por él. —Una palabra más y te pongo sobre mi hombro y te llevo de aquí. — Giró sobre sus botas de motorista y se acercó a ella. La miró peligrosamente y nada amistoso cuando se detuvo a sólo pulgadas de distancia. Se inclinó un poco y puso sus labios a su oreja. —Deja de hacer las cosas peor. Estás trastornando a la compañera embarazada de Smiley y no menciones de nuevo que necesitas sexo en una habitación llena de hombres. Tu vas a terminar jodida, si así lo quieres decir o no. ¿Entiendes? Volvió la cabeza, sosteniendo su mirada. Sus bocas estaban muy cerca una de otra y ella bajó la mirada hacia ella, luego de vuelta a los ojos. Estuvo tentada de cepillar sus labios contra su boca sólo para ver cómo reaccionaría. Él merecía ser sorprendido después de ese viaje del infierno que al que había sobrevivido en su motocicleta y ella no había olvidado la pérdida de sus queridos zapatos. Suavemente gruñó, casi como si hubiera adivinado hacia donde sus pensamientos se habían ido. —Vas a quemarte si quieres jugar conmigo. Compórtate, Beth. —Tú eres esa clase de fuego —bromeó. —No me asustas. —Ella sonrió para demostrarle que no podía intimidarla. Las Nuevas Especies no eran matones o tipos de golpear mujeres. Podía amenazarla todo lo que quería, pero ella no se sentía ni una pizca de miedo. Se enderezó y retrocedió. —Eres un problema. —No tienes ni idea. He estado oyendo eso desde que comencé a caminar. Deberías comparar notascon mi familia. — Ella forzó una sonrisa a Vanni. —Una pijamada, ¿eh? Fantástico Espero que haya comida involucrada. No he cenado.

Breeze y trey "Lo siento mucho." Se dio la vuelta entrecerrando sus ojos azules buscándola y encontrándola. Frunció el ceño y curvó su boca hacia abajo un poco. "¿Qué estás haciendo aquí?" Breeze se levantó lentamente, con la esperanza de que él no pensara que quería atacarlo de nuevo. "Soy Breeze". -Estoy al tanto de quien eres.-Te he visto por ahí, pero en realidad nunca hemos hablado antes.Ella dio un paso más y luego otro cuando él no tomó una postura defensiva. Su mirada bajó a su pecho y vio el pelo allí. Se extendía por la piel bronceada hacía en bajo vientre. -Mis ojos están arriba aquí, preciosa.La palabra que la llamó la hizo sentirse confundida y sorprendida. -¿preciosa?-Sabes que lo eres.Él inclinó un poco la cabeza y examinó sus rasgos. – ¿Qué puedo hacer por ti?-¿Crees que soy atractiva?Siempre se había preguntado si los humanos encontrarían atractiva a una hembra Nueva Especie, pero no creía que lo harían. Las mujeres humanas eran mucho más suaves y por lo general más pequeñas. Ella debería intimidarle pero al parecer no lo hacía. -¿Es por eso que estás aquí? ¿Necesitas que te haga un cumplido? – La diversión brilló en sus ojos. – No. Quería disculparme de nuevo y asegurarme de que sepas que soy sincera. También quería asegurarme de que estabas bien. Te lesionaste. – Su mirada bajó por su cuerpo de nuevo a la zona enrojecida de su lesión. -¿Puedo?-No creo que quieras hacer eso. Estoy sudando y sé lo sensible que es su nariz. Estoy bien. Ningún hueso roto. Sólo va a salir de un moretón del infierno, lo sentiré durante unos días pero yo ya esperaba sentir un poco de dolor después de venir aquí. Las lesiones son una algo común cuando eres un sparring.-

Ella inhaló y realmente le gustó su olor. Era extraño y nuevo. Ese pelo en el pecho y bajo vientre le fascinaba. Sus hombres no tenían el pelo del cuerpo, pero el ser humano tenía un montón. Parecía suave y se preguntó cómo se sentiría. -Ojos aquí arriba.Su mirada se levantó para encontrarlo ceñudo de nuevo. "¿Qué estás mirando?" Miró hacia debajo de su cuerpo, antes de encontrarse con su mirada de nuevo. "No veo ninguna lágrima en mi sudor." -Es tu vello.Su mano se levantó para tocar la parte alta de su pecho. -Oh. Sí. Me di cuenta de sus chicos no tienen ninguno. Breeze se acercó más hasta que estuvo alcance de la mano. Su cuerpo permaneció en estado de alerta, era un ser humano después de todo, y ella no lo conocía bien. El hecho de que los machos confiaran de él no quería decir que ella lo hiciera. Sin embargo el miedo se apoderó de él. Pensó que ella pudiera tomarlo para una pelea. Su mano descendió a su lado y sus ojos azules se estrecharon. "Acepto tus disculpas. Pensaste que iba a disparar a Flame con algo que le podría hacer daño. Entiendo. De hecho, te felicito por haber venido por mí. – Me viste como una amenaza y tomaste acción. Eso fue valiente Olió de nuevo y no recogió ningún aroma femenino en él. Ella miró su dedo izquierdo para encontrarlo desnudo. Él no estaba casado. Con su mirada fija en su rostro, la nariz estaba levantada a diferencia de una especie, decidió que era atractivo. -Mira, cariño. Creo que tus chicos se molestarían bastante si me encontraron aquí a solas contigo. Disculpa aceptada. Deberías irte. -¿Por qué crees que les molestaría? "- Um, bueno, yo sé lo protector que son con sus mujeres. Soy confiable pero he aprendido que ellos piensan que a veces somos un poco inestables. No quiero que nadie se confunda por estar tan solo hablando y piense que es más.El azul de sus ojos era tan bello. Tenía las pestañas largas y la forma de sus ojos era muy bonita. -¿Más? ¿Qué significa eso? - Significa que podrían tener la impresión equivocada si me encuentran aquí contigo sin mi camisa. ¿Por qué no voy y busco otra en mi mochila? – Él hizo un gesto con la cabeza hacia la derecha y ella siguió su mirada. Una mochila de deporte estaba junto a la puerta del baño en el piso. Ella no se había dado cuenta y adivinó que utilizaba esa habitación para ducharse. Se enfocó en él.

-¿Por qué no te duchas con los machos? Hay un gran cuarto de baño en la sala de entrenamiento.Su boca se abrió, pero él se limitó a suspirar. -Voy a contestarte, pero probablemente te sientas obligada a darme una cachetada.Él era tan extraño para ella. - ¿Por qué habría de hacerlo? -No es una buena respuesta para una sociedad mixta". -No entiendo.-Es una respuesta cruda y tú eres una mujer. No es de buena educación. – Sus respuestas LA confundían no tenía sentido que fuera grosero por decir lo que pensaba. –Nosotros apreciamos la franqueza. – -Sé que los hombres hacen, pero tú eres una mujer. – Ella se lo quedó mirando hasta que cambió de postura. -Bien. He oído muchas veces que sus chicos son mucho más grandes que nosotros y la última maldita cosa que quiero oír son chistes de ducha. – Su mirada bajó a su amplio pecho. Era unos centímetros más alto que ella y sus brazos eran miembros sólidos, musculosos. -Tú eres del mismo tamaño que muchos de nuestros machos.Su silencio finalmente atrajo su atención de nuevo a la cara -¿Podemos dejar esto? Deberías hacerte para atrás. No quiero tropezar contigo y empezar un incidente.. Estas demasiado cerca de mí como para alcanzar mi mochila sin arriesgarme a tocarte.-Mides seis pies y tres pulgadas (1.90 aprox), y pesas alrededor de doscientas cuarenta libras (108kg), y aunque no eres tan fuerte como un macho de Nuevas Especies, eres maso menos de la misma masa corporal que la mayoría de nosotros. ¿Por qué te niegas a usar la ducha con nuestros machos? "Sus ojos azules se entrecerraron y un músculo se tensó a lo largo de su mandíbula cuando sus labios se apretaron. Pasaron los segundos, pero finalmente respondió. "Sus chicos siempre están diciendo que son más grandes por debajo de la cintura. Esa es una forma educada de decirlo. Yo no quiero que me molesten solo porque soy humano. -La comprensión finalmente llegó y Breeze sonrió. -Nuestros hombres son impresionantes. ¿Los seres humanos son más pequeños? Yo había oído eso, pero no estaba segura de fuera un hecho. -Hijo de puta -, murmuró, mirando hacia cualquier lugar menos a ella. -¿Cuánto más pequeño?-

Eso consiguió que la mirara fijamente. Se inclinó un poco hacia atrás para apoyarse en la mesa y poner unos centímetros más de espacio entre ellos. -Deberías irte.-He visto algunos videos de sexo y algunos de esos hombres eran bastante grandes.- Su boca se abrió, pero no salió nada. -¿Te siente incómodo con esta discusión?"-Sí.- Él contesto al instante. -Lo estoy-. -No debes permitir que los machos te intimiden. Ellos no tienen pelo en el pecho o el vientre. – Ella echó un vistazo hacia la parte baja de su cintura. -¿Continua?-¿Qué?Su mano se movió lentamente cuando la curiosidad pudo más que ella. Era grosero tocar a alguien sin permiso, pero él era demasiado tentador. Su dedo rozó contra la parte bajo su pantalón de deporte. Era suave, el pelo más grueso, él aspiro profundamente. Los músculos abdominales se apretaron y alejaron la piel de ella. -Sí. El caminito feliz va todo el camino hacia abajo. – Se hizo a un lado, liberándose de ella, y puso rápidamente espacio entre ellos. Se detuvo en la puerta del baño. -Ha sido interesante, Breeze. Acepto tus disculpas, así que no te preocupes por el moretón. -¿Caminito feliz?- Dudó. -Eso así como que lo llamamos. La línea de pelo debajo de nuestro ombligo que va todo el camino hasta, umm, sí. Caminito feliz. Bueno. Voy a ir a tomar esa ducha y estoy seguro de que tú tienes que ir a algún lugar-. "No. No tengo planes. ¿Por qué estás en un apurado por escapar de mí? " “Escapar es la palabra correcta. "Él frunció el ceño. "¿Te gusta la franqueza? Bueno. Eres hermosa, Breeze. Eres muy curiosa sobre mi cuerpo o al menos esa es la impresión que estoy recibiendo. Podría ser solo una ilusión de parte mía. Admito que me gustaría que me encontraras algo sexi porque definitivamente tú lo eres. El punto es que es una mala idea para nosotros estar solos y sé que voy a poner mi pie en mi boca. - Eso requeriría un poco de flexibilidad. - Ella le guiñó un ojo. -Una broma. Sé el dicho y el significado detrás de él. " Él sonrió. Cambió totalmente su aspecto y ella entendió el término sexi. Trey era eso para un humano y sexi. -Bien. ¿Qué quieres, Breeze? Me estás enviando señales cruzadas y estoy despistado. -

- Sólo quería asegurarme de que sabías que mi disculpa era sincera. Sé que no todos los seres humanos son malos. -Me alegro de oír eso. -Él se acercó más al baño. -Que tengas un buen día.- Se agachó, agarró la bolsa, y se enderezó mientras la miraba. –Voy a ir a tomar esa ducha ahora.Breeze se sintió atraída por él. Él no era como los machos a los que estaba acostumbrada. Si ella hubiera tocado a uno de ellos, este habría gruñido y se ofrecería a compartir sexo. Trey quería huir. Sus instintos fueron provocados cuando ella se acercó más a él. Sus ojos se abrieron y el retrocedió más. -Um, ¿por qué me estás siguiendo?- Ella resopló, realmente le gustaba su olor. -¿No quieres ofrecerte a compartir sexo conmigo? No huelo una hembra en ti. ¿Estás soltero? – Su lengua salió a lamer sus labios y la curiosidad se apoderó de ella acerca de cómo sería besarlo. Él se mantuvo en su posición y dejo de retroceder. Su mirada se cruzó con la de ella. Seguía sin gruñirle o intentar de intimidarla. Eso la hizo sentir más curiosa. -Preciosa, no tienes ni idea. Sin embargo estás fuera de límites. Por favor, vete.Su voz sonó más suave y más profunda. -¿Quién dice que estoy fuera de los límites? Es mi cuerpo y sólo yo puedo decirle a un macho que no. -Sólo tienes que irte. – Su rechazo rotundo dolió. No estaba segura de si quería compartir sexo con él, pero él ni siquiera estaba tratando de convencerla para que se quitara la ropa. La llamó con hermosos nombres que implicaba que la encontraba atractiva, había admitido que la encontraba atractiva, pero quería que se fuera. -¿Estás temeroso de que no quedará impresionada con tu parte masculina?Su mirada se desvió por su cuerpo a la parte delantera de sus pantalones de deporte. Sus ojos se abrieron cuando vislumbró el firme contorno de su pene rígido. Su boca podría estar diciendo que la quería lejos, pero esa parte de él estaba interesado en ella. – No te ves pequeño para mí. -Mierda,-él gimió suavemente. -¿Esta es su versión de la diversión? ¿De jugar con el tipo humano?-Yo no te he tocado todavía.- Ella entró en el baño, pero él retrocedió más. Su mano se cerró en la puerta detrás de ellos para cerrar por dentro. -Tengo curiosidad y te encuentro atractivo.-Vas a matarme, ¿verdad, cariño?- El azul de sus ojos se endurecidos. -Yo no soy el enemigo y no puedo golpear a una mujer. Mi madre me crio mejor. Era sólo una pistola de juguete. Lo siento si te sientes atraída por Tiger. No hay necesidad de tratar de vengarse. -

- No entiendo. – Él golpeó la pared con su espalda y no podía tener más espacio entre ellos. -¿Por qué estarías aquí? No soy tu tipo y no me conoces. No soy tan estúpido como para creer que realmente quieres hacerlo conmigo. La única razón por la que vendrías a mí es de venganza. Sabía que me guardabas rencor. Adelante, golpéame, no voy a devolverte el golpe.Él puso sus manos detrás de su espalda y apretó los músculos del estómago. -Toma tu mejor golpe y dalo." Él honestamente creía que había ido a golpearlo para calmar su orgullo. Él iba a permitírselo. No la atacaría, a pesar de creer que ella estaba allí con esa intención. La postura que sostuvo con sus manos detrás de su espalda era extrañamente provocadora y deseo la calentó. Ningún hombre jamás había tomado una postura sumisa antes en su presencia. Él estaba dispuesto a dejar a un lado su orgullo para permitirle sentirse mejor acerca de un embarazoso error. -Eres tan dulce,Ella dejo salir, escuchó su voz que había bajado a gruñido, confió en que el no creyera que se trataba de una amenaza. -Sí. Ese soy yo. Soy un boy scout. – Él frunció el ceño y levantó la barbilla. -vamos a terminar con esto.

leo Era un rancho ganadero. Su nariz podría habérselo dicho sin que viera los grandes animales en los enormes corrales. El anciano estaba pálido mientras corría hacia ella. —No sé qué demonios está haciendo. ¡Deténgalo! —Dara frunció el ceño. — ¿Él? Estoy en control de animales, Señor. Si alguien está invadiendo su propiedad necesita llamar al Sheriff. —Lo hice. —El hombre estaba gritando.

—Él dijo que había un gran accidente y ellos están atrapados allí. Me dijo que los llamara si tenía un problema con ese gran animal hijo de puta. Detenlo, maldita sea. Él va a matar a mis toros. — Ese hombre estaba confundido, Dara miró los corrales. Ella vio la suciedad nublando la zona más cercana a los árboles y se trasladó a la sombra. El sol era cegador. Lo que vio cuando ella se acercó y se subió a una de los corrales y se quedó con la boca abierta. —Hijo de puta". —Eso es lo que estoy diciendo, —gritó el ranchero. —Detenlo.

Dara estaba demasiado aturdida para responder. Un hombre desnudo en su mayoría estaba en un gran corral con siete enormes toros. Tenían cuernos. El hombre era todo bronceado y musculoso. Todo lo que cubría su cuerpo eran lo que parecían unos pantalones de ejercicio negros cortados. Su pelo rubio era largo y de aspecto salvaje. Él y un toro encerrados juntos, la cabeza al cuerpo, y el hombre se veía como si estuviera tratando de luchar con la enorme bestia y vencerlo. El toro probablemente tenía intenciones mortales. Sin embargo el hombre se mantuvo firme. Tomó nota de la cara del hombre, dientes afilados, y se dio cuenta de lo que estaba viendo. —Entra ahí y detenlo, maldita sea —gritó el ranchero. —Lo intenté y él me gruñó. Tuve que salir corriendo del corral. —Ella tragó. — ¿Qué quieres que haga? —Ella podría no haberlo oído bien. —Entra ahí y deténgale que se detenga. Ella miró al hombre que luchaba con el gran toro. Era uno enorme. Los músculos se esforzaban y abultada tanto en él como en el toro juegos que parecían estar jugando a empujarse. De ninguna manera iba a entrar ahí. Él estaba gruñendo y sonaba... de miedo. Sí, ella decidió. Definitivamente asustaba. Luego estaban los seis toros que se veían como el infierno. Estaban resoplando y pisando fuerte como si quisieran cornear a alguien mientras observaban su séptimo compañero enredado con el gran hombre. No iba a ser ella la que iba a entrar ahí. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo más sobre el hombre musculoso. Tenía una cola.

kit Kit ata su zapato y se levanta, reviviendo el pasado. El recuerdo de ese día siempre la perseguía. Ella había sido joven e ingenua una vez, tonta dando su corazón a un ser humano. Ella nunca cometería ese error de nuevo. Ella huyó de su apartamento evitando a las otras mediante el uso de las escaleras de atrás para salir del dormitorio de las mujeres. Una mirada a su reloj le dijo que iba a llegar tarde si no se daba prisa. Esta era una reunión que ella más temía y los meses que condujeron a ella la había puesto de mal humor. Eso era un eufemismo. Ella vivía en constante temor. La sede de la NSO (Organización de Nuevas Especies) estaba muy ocupada para un viernes y odiaba tener que ver a tantas especies, mientras caminaba a través de la mitad inferior del edificio, subió las escaleras y finalmente se detuvo frente a la puerta del concejal JADED. Él estaría esperándola. Eso es lo que ella temía.

Sus manos temblaban un poco cuando ella llamó. Su profunda voz la asustó cuando le ordenó entrar. El pomo de la puerta giró con facilidad en su mano mientras ella abría. Allí estaba detrás de un escritorio. Sus brillantes ojos verdes de su apuñalaron donde ella vaciló. -Kit. Su espalda se puso rígida. -Estás en Homeland.-Sabías que así iba a ser.- Él puso sus manos sobre el escritorio. -Cierra la puerta detrás de ti -. -¿Debo?- Ella no quería. -Hazlo-. La Irritación brilló en su mirada. Ella cerró la puerta y se quedó cerca de esta, porque no quería estar más cerca de él más de lo que fuera necesario. -¿Qué quieres?-Yo quería ver cómo estabas asimilando estar con la sociedad pero he estado leyendo los reportes en su lugar.Se acercó y levantó un archivo antes de mirarla. -Eres una alborotadora. ¿Por qué eso no me sorprende? – La ira y el dolor se enfrentaron en su interior. -Mi vida no es de tu incumbencia- . Él se levantó lentamente. Su espalda golpeó la puerta cuando ella inconscientemente trató de retirarse. Podía moverse rápido si quería. El macho puede estar vestido bien, usando una bonita camisa y pantalones, pero la ropa cara no pudo ocultar un depredador vicioso de ella. -¿En serio?-. -Tú no eres mi concejal -. -Lo soy- .Él dio un paso alrededor de la mesa. -Somos de la misma instalación-. Ella quería olvidar eso desesperadamente. - Tú vives en la reserva. Yo vivo aquí. -No importa -. Hizo una pausa y ladeó la cabeza, mirándola. - Comenzaste peleas entre machos, irritas a las hembras, y tienes un problema con las humanas que se aparean con machos especies. No es aceptable- . El miedo hormigueo a lo largo de su columna vertebral. - ¿Es una amenaza?-Es una advertencia- . Él parpadeó, se echó hacia atrás lo suficiente para descansar al borde de su culo en su escritorio, mientras que con respecto a ella con una expresión sombría. -¿Quieres hablar de ello?-

-No.- Muy mal -. La ira estalló a la vida en esos ojos brillantes. -Tú eres mi responsabilidad-. -No lo soy-, protestó. Él suspiró, se apartó de la mesa, y camino más cerca. Ella se tensó, sus instintos defensivos clamaban salir y arañarlo con sus garras. Su mirada vacilo hacia abajo mientras él se acercaba. -Fácil, Kit. No empieces algo que no quieres que termine. Yo no deseo pelear-. Su mano se asentó en ambos lados de ella con sus brazos hacia afuera para mantener el espacio entre ellos. Él era un par de pulgadas más alto y mucho más ancho que ella. -¿Qué está pasando dentro de ti? Habla conmigo-. -No - . Un músculo en su mandíbula tembló mientras su boca presionada en una línea sombría por un momento antes de hablar. -Me debes tu vida. Permití que vivieras después de traicionar a nuestra gente. Debe estar haciendo lo mejor con ella -. -Mataste el único hombre que he amado -. Él parpadeó, retirándose mientras sus brazos cayeron a los costados. -Estaba usándote. Te hice un favor. -No era tu decisión-. De repente la agarró por las muñecas, golpeándose contra la puerta con un movimiento áspero, y bajó la cara hasta que su nariz rozó la de ella. El verde de sus ojos parecía demasiado vivo, brillante y eso la asustó mucho. Él podía arrancarle la garganta si lo deseaba. -No era sólo acerca de ti. Ya lo has oído. Él había ido por otras mujeres, que utilizaba y les mentía también, si se lo permitían. No me arrepiento de haberlo hecho. Vi el dolor que te infligió y conseguí venganza por ti. Deberías agradecerme -. Su agarre se aflojo pero él no la soltó. -Supéralo. Ódiame si es necesario, pero deja de tomarla hacia los otros machos. Lo maté por ti y por los demás hembras que habría abusado. – Retrocedió, sus dedos dejándola ir. -Hay un debate sobre si debes vivir en la Zona Salvaje.Eso le sorprendió. -¿Qué?-Eres desagradable, no puedes llevarte bien con los demás. Abusas de hombres con el sexo. – Él negó con la cabeza, mirándola con recelo.

-También tienes una tendencia a enojarte cuando nuestros machos se aparean con las humanas. Yo entiendo por qué. Estas amargada. - No lo estoy -, negó, no estaba segura de que estuviera siendo honesta. -Te enojas con todo el mundo que te rodea. Eres transparente para mí, yo sé por qué estás así. Termínalo o empaca tus pertenecías para ser transferida a la zona de salvaje. Y ellos no van a jugar tus fríos juegos sexuales. Ellos no van a ir educadamente a pie después los abusos. - Yo no cometo abusos- . Una ceja negra levantada. -No permites a un hombre en tu cama mientras comparten el sexo y luego los echas justo después de terminar. Book es un amigo mío. Él me dijo lo que pasó en tu apartamento. Eso tiene escrito amargura por todas partes. Él sólo piensa que eres fría, por hacerlo salir de tu piso a la sala diciéndole que no quieres su aroma en cualquier lugar en el que no se puedas lavar fácilmente. Sé que estás protegiéndote de que te hagan daño de nuevo, mantienes a todos enojados para que no se acerquen demasiado - . Bajó su mirada al suelo. -Y obtener más de lo que te hizo ese hombre, Kit. Eres libre. – Su voz se suavizó. -Nunca le dije a nadie.- Ella miró a los ojos. -¿Tienes miedo de que lo haga? ¿Qué otros puedan ver tu amor a un empleado de la Mercile como una traición? Solía pensar así hasta que aprendí mejor. Él te engañó. La vergüenza está en él. Lo siento si yo fui cruel en ese momento -.

jericho

La soltó tan rápido que ella se tambaleó sobre sus talones, pero de repente se inclinó, la subió sobre sus hombros haciendo que ella se quedara sin aliento cuando quedo presionada contra su pecho. Ella no tocaba el piso con sus pies y él se enderezo antes de que ella se diera cuenta de lo que quería hacer. El mundo se puso de cabeza y comenzó a cargarla a través de las puertas.

—Ten su bolsa —Gruño el hombre que la sostenía.

Ella había dejado caer su bolsa. Movió la cabeza torciéndola y levantándola un poco pero no logró detectar el suelo al otro lado de la puerta. El primer guardia maldijo en voz alta, pero hizo lo que él dijo. Cogió su maleta y los siguió, cerrando y bloqueando las puertas detrás de ellos. —Por favor —se las arregló para poder decir. —Bájame. Un grueso brazo presionaba contra la parte posterior de sus muslos, acuñado justo debajo del borde de la falda. El material de la camisa era un poco áspero en su piel desnuda mientras se sujeta a ella de una manera que no dejaba lugar a dudas que su petición fue denegada.

—No pelees — le ordenó. Colgada allí, laxa y asustada, lamentó su decisión de venir a la NSO en busca de ayuda. Un hotel cinco estrellas podría haber sido capaz de manejar a la multitud de prensa en el vestíbulo para mantenerlos lejos de ella. Ella había contactado a su contador para solicitar que cerrara sus cuentas bancarias. Zed le había dicho que tomaría alrededor de una semana, pero ella tendría el suficiente efectivo para que le durara unos meses. Una llamada del abogado de su madre, había sido más que horrible, donde le indica que pronto iniciaría una batalla que podría durar años. Su tío planeaba utilizar la prensa como una manera de ganar a cualquier precio cuando se había dado cuenta que todo había sido legado a Faith. Ella había tratado de advertirle de lo que realmente sucedería pero él no había escuchado.

La NSO (Organización de Nuevas Especies) acabaría consiguiendo cada centavo. Entraron en un edificio y ella miró frenéticamente a su alrededor en busca de ayuda. Unos uniformados le llamaron la atención, pero era imposible vislumbrar sus caras cuando la persona que la tenía aumentaba su ritmo. — ¿Qué está pasando, Jericó? —Era una mujer que hablaba. —La voy a llevar a la sala de interrogatorios uno. —Iré contigo. ¿Podrías bajarla?

—No. Llama a Fury. Dile que la hija de la Doctora Tee se encuentra bajo custodia. — ¡Mierda! —Dijo la mujer en voz baja entre dientes y se giró, alejándose. Caminaron unos instantes más y luego entraron a otra habitación. El mundo se enderezó mientras quien la sujetaba se inclinaba y su culo aterrizó sobre una superficie dura y plana. Él la apoyó de nuevo con otro brazo cuando él la dejó por lo que se mantuvo en posición vertical ya que su balance estaba mal. Ella se dio cuenta que había sido deliberadamente suave cuando la había sentado en la mesa, ya que nada le dolía. La soltó y dio unos pasos hacia atrás.

Faith miró a su alrededor. La habitación tenía las paredes de concreto, sin ventanas o espejos, una cámara en la esquina, y una puerta de metal. El techo era de concreto también con una luz larga que cubría la mesa de metal donde estaba sentada. Con barras firmemente tejidas cubrían la lampara para evitar que sea manipulada de ninguna manera. No había sillas alrededor de la mesa. Se enfocó en el hombre grande con uniforme. No estaba segura de qué decir. Cien preguntas llegaron su mente, pero no estaba segura de cuál de ellas preguntar primero. Le molestaba que hubiera declarado que estaba en custodia. Eso implicaba que estaba bajo arresto. Un nuevo temor apareció y ella decidió ir con la primera pregunta. — ¿En custodia? ¡Yo no soy mi madre! Lo sabes, ¿verdad? ¿Estoy bajo arresto? Yo no he hecho otra cosa que venir aquí. Él extendió la mano y se arrancó el casco. Faith estaba fascinada y todavía asustada cuando lo vio. Tenía el pelo negro, recogido en una cola de caballo, y sus rasgos eran muy masculino. Pómulos fuertes y una barbilla dominaban su rostro con un conjunto de labios carnosos establecidos en una mueca. Su nariz le llamó la atención a continuación. Era ancha y más plana que la de un ser humano normal. Levantó la mirada para encontrarse con un par de ojos sorprendentes. Que le revelaron que no era una nueva especie felino. Eran demasiado redondeada y humana.

El color en ellos le había hecho agradecer el estar sentada. Eran un color marrón oscuro, pero había un tono rojizo en ellos aun con la dura luz del techo. Estudió su rostro de nuevo, con una rápida mirada, antes de que el temor real llegará una vez más. No tenía ninguna duda de que genética había usado su madre para combinar con ADN humano. El hombre que respiraba frente a ella era la prueba de un vínculo entre el hombre y el simio. Su madre pudo haber formado esa conexión en su caso, pero era innegable. Una serie de lecciones, sobre los experimentos fallidos de la investigación surgió en su memoria, cuando la golpeo la curiosidad acerca de lo que su madre hacía para ganarse la vida. Su atención se había centrado más en las curas genéticas que ella había encontrado, pero ella también había descubierto los experimentos de los semi-humanos. Un biólogo soviético había documentado que había intentado crear un mono híbrido humano pero nunca lo había logrado. Había desarrollado un método para inseminar artificialmente a los animales domésticos, pero su madre realmente lo había llevado a un nuevo nivel mediante el uso de la ingeniería genética para lograr esa hazaña.

— ¿Cuál es tu nombre? — él tenía una voz ronca, un poco áspera, eso le dio escalofríos. —Faith — Ella se lamió los labios y se ajustó un poco en la superficie, dura e implacable de la mesa, a una posición sentada más cómoda. Sus manos las entrelazo sobre el regazo, ya que no estaba segura de qué hacer con ellas. —Yo… um, me acabo de enterar de la asociación de mi madre con la NSO, ayer por la noche después de su muerte. — ¿Asociación? —Sus rasgos se endurecieron y sus ojos se estrecharon. —Ella creó su especie. —Las palabras salieron demasiado suave pero él la oyó. No tenía ninguna duda acerca de eso, sus manos, le llamarón la atención, ya que estaban cerradas en puños a los lados. Eso la hizo consciente de lo grande que era. No podía dejar de notar su enorme pecho de nuevo. Probablemente había conseguido ese rasgo físico de lo que supuso era un gorila. Sus brazos eran gruesos, su cintura se estrechaba hacia caderas delgadas. Él era grande. — ¿Tienes mezclado ADN de gorila? No te ves como orangután. — Él gruñó bajo y eso la hizo sentir curiosidad. -¡Cállate! Pero esa orden llegó demasiado tarde, sentía curiosidad. Había sido un tiempo infernal desde la llamada después de almorzar con Paul. La muerte de su madre había venido como un golpe, seguida por el arribo tardío de su tío para informarle de su furia por haber sido dejado fuera del testamento. Tío Len había le había contado minuciosamente todo lo sabía sobre su madre y que la vería en el infierno antes de que ella heredará un centavo. — ¿Qué te hace pensar eso? — Ella estaba aterrorizada de responder, pero ella había abierto esa lata de gusanos. —Um… los orangutanes masculinos tienen... —Su voz cedió y ella sólo levantó la mano, usando un dedo para señalar lo largo del lado de la frente y la zona de los ojos. Tragó saliva. —Almohadillas carnosas en sus caras, aquí. Tu coloración es más acorde con la de un gorila también. —Ella juntó las manos de nuevo para ocultar que le temblaban. — ¿Por qué gorila? ¿Por qué no chimpancé? —Estaba loco. Su voz sonaba todavía en tranquila. —Tu tamaño. —Adelante. —Él cruzó los brazos sobre su pecho. —Explícame. —No era mi intención ofenderte. No he dormido y sólo diga cosas fuera de lugar. Lo siento. —Explica —, gruñó. — ¿Por qué crees que soy un gorila? —Yo no he dicho que eres uno. Creo que fueron diseñados con el ADN humano y de gorila. —Todavía estoy esperando. — Él no estaba dispuesto a dejarlo pasar. —Tu cabello negro. Quiero decir, podrías haberlo conseguido por tu lado humano, pero la conformación de sus ojos me recordó a un gorila y parte superior del pecho y los brazos están

um… muy pronunciada. La nariz me confundió pero um… sí. Eso es lo primero que se me vino a la cabeza. — ¿Mi nariz? —Los gorilas tienen fosas nasales más grandes, pero la tuya no, um…. — ¡Cállate!Ella selló sus labios antes de seguir hablando. Ella había aprendido de primera mano que tenía mucho temperamento y esperaba que él fuera más como sus antepasados gorilas en ese sentido. Ellos no eran conocidos por ser demasiado agresivos o violentos, pero podían dar un espectáculo de miedo si se sentían amenazados. — ¿Eres genetista también? —Ella negó con la cabeza. —No.—Parece que sabes mucho sobre los primates. —Me pasé dos veranos como voluntaria en un zoológico. — Lamentó su respuesta tan pronto como se dio cuenta de lo mal que sonaba. —Yo quería ser veterinaria, —ella soltó. —Pero eso no sucedió. Ya está chico… y ahora me voy a acallar.

Estos adelantos fueron puestos en el facebook personal de la autora hace muchos tiempos recopilados por Mistyka Black y traducidos por Salem Fabian. No son 100% seguros puede que cuando salgan más publicaciones sean corregidos y algunos nombres cambiados….

Un agradecimiento especial a todas las SRAS. NORTH que nos siguen ATTE. Mistyka Black , Ari Rios y Ody Riss

Nuevas especies by laurann dohner