Sonatinas de Guitarra

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SONATINAS DE GUITARRA

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son de esplendente música bella.

TIEMPO SONATINAS DE GUITARRA

PAVANA

Hoy (inflexión de tu tiempo): evocación del ayer que hiciste semilla; reminiscencia del mañana en que recoges cosechas. Y coronada de raíces y frutas dulcificas el tiempo.

CLAVE

CALDERÓN

Te miro... y siento mil recuerdos, recuerdos aún no vividos.

Ha sonado el último acorde. Tiemblas; mientras, susurras al eco la nana de tus sueños para que duerma en el silencio.

Sé que me miras, y siento tu deseo de descifrar los recuerdos para los que has nacido.

Se aleja el son del último acorde. Aún tiemblas: sonrisa dejada en las cuerdas por el beso dócil de la mano.

ARMONÍA Alma (cúpula de sonidos) para la música, música para el alma: destino de la materia que siempre buscará al cielo.

MELODÍA Todos los círculos son cerrados, menos el tuyo: abierto siempre para la tibia palabra que circunda al hombre con el aromático incienso de melodías.

FORMA ¡Que plenitud de ecos en ese ámbito vacío que de tu forma llenas! (El silencio de las estrellas nace en tu vientre de madera).

LIGADO Una noche-sea benditate encaprichaste de la luz de una lejana estrella; desde entonces tus días(tus ensueños)

TRANSPOSICIÓN No sé cuándo te despertó la aurora, ni dónde, ni cómo: ¿eras(luz concreta) tierra, aire, árbol?. Ni sé quién moldeo tu forma: ¿la piedra, el fuego, el agua?. ¿De dónde viene el misterio que te llena?. Te desconozco tanto como a mí.

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ACORDE

ESTILO Del otoño, color de miel; del invierno, el vientre oscuro; de la primavera, flores de luz, que en verano, como semillas de sol, sembró un viento poeta dentro de tu alma y de tu piel.

Préstame tu silenciosa palabra para que acompañe a mi solitaria soledad. Préstame tu velante ojo para que ensueñe a mi durmiente mirada. Por último (como aurora): préstame tu somática melodía para que dé forma de guitarra a mi obstinado corazón.

COMPOSICIÓN ¡Qué júbilo percibir que en tu música me estás sintiendo!: todo lo lejano queda vacío, como susurro increado, y lo cercano, aunque inmóvil, es espléndida bóveda donde resuena el único silencio. Tomas mis manos para llevarlas por caminos sólo hollados por almas que nombran a las flores de luz. Limpias el azogue del cristal de mis ojos; en ese instante veo selladas, en la nieve transvisible, las huellas que deja tu música. Paso a paso, sobre ellas, recibo la vida que estás sintiendo. De tal embeleso, regreso embriagado en tu belleza descriptiva más allá del color de la luz.

ESCALA DIATÓNICA Los nombres que no se nombran están ocultos, por la tiniebla, en una frágil vasija de melancolías. Los aires que tu levantas desvanecen la informe oscuridad. Y los nombres vuelan, describiendo escalas fulgentes sobre la ingente incredulidad del hombre.

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TRESILLO

ZARABANDA

Si tu canto fuera como llamada de campanas vendrían hacia ti todos los planetas; más tú sólo quieres, como humilde voz de una estrella, nombrar el silencio que salmodia sus volutas armoniosas.

AL AIRE SIGNO Tu eres aire donde vuelo, tierra por donde camino; me haces ave de sueños, y pequeño insecto tras aromas de melifluas gotas de ambrosías. Juntos vivimos el aire: somos aire. Juntos vamos por el mundo: somos tierra. Y entre los dos el fuego que nos da la vida: el sonido de la luz.

Antes de ser, en mí, icono, fuiste imagen, de sombra y luz, en la que tan sólo se revelaba la realidad de la madera. En la historia de nuestro tiempo brotaron nubes oníricas que fertilizaron, de sombras radiantes y de luces primigenias, la tierra de nuestros encuentros.

SILENCIO INTERVALO ¡Qué alegría cada llamada del día!. Aunque nunca descansas, tras esa espera tensa de las cuerdas, celando las escalas dormidas. Así, estás siempre dispuesta con la llamada del día a ser voz de la alegría.

Has oído, en toda su luz has oído, el ecléctico dolor del nacimiento de todos los colores irisados. Has oído, con certeza lo has oído, al profundo hálito alegre durmiente en los sueños olvidados. Has oído, con embeleso entregado has oído, el silencioso rumor que ordena los astros y aviva el fuego de las estrellas.

ARMADURA En mí te acojo como el horizonte al alba, y poco apoco deslumbrará la melodía llenando de arreboles las horas del día.

Has oído, también has oído, el lloro del niño que nace; el último hálito con el que soñamos (la muerte; y mi trémula palabra, inquieta por dudas y deseos, pidiéndote me des ha escuchar la palpitante luz, encantada por lo inefable,

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de lo que has oído.

has entregado música a su dolor y alegría, a su poesía y a su fiesta.

RITMO Lo que mis manos leen lo trascribes en el aire, en anhelante vuelo las letras musicales son pájaros de fuego silbando al mundo su canto; canto que leen mis manos.

Eres tierra donde el pan de mi pueblo se alimenta. De mi pueblo eres su fuego: ¡ sangre de guitarra!.

TEMA El cielo y la tierra sellan la firme voluntad del horizonte de permanecerle rectamente fieles. Mi corazón y mis manos celaran para deshacer, día a día, la hiedra de sombras que pugnan por cubrir el horizonte con sonidos fríos, mecánicos, de instrumentos artificiales. (El silencio llora encerrado en impronta de vinilo. El silencio llora por los pueblos que olvidan la fiesta del canto con tu corazón).

SEMITONO Destino: voz, voz, voz... proyectando luz sin descanso; voz para el corazón inquieto donde cohabitan el olvido y la evocación. Dame: voz, voz, voz... proyectando la sonrisa, del primer céfiro, con la que adornaste de alegría la sencillez del corazón.

TONO Has iluminado la pasión de mi pueblo;

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GALLARDA

SOSTENIDO # Entre mis manos te tengo, toda ofrecida a mi. Esperas con impaciencia que una mano mía suspenda tu silencio y, aunque ello no suceda, sabes que así, tendida junto a mi regazo, siento la música que late en tu corazón de viento.

Es un estremecimiento súbito, vuelo de flecha inflamando los instantes con deseos de amapolas que, en lid por su eternidad, entregan su sangre roja por un acorde de luz.

DUO Apoyados en una almohada de atardecer quedamos los dos en un único silencio: con mi silencio olvidaba tristezas, con tu silencio recordabas alegrías.

BECUADRO

OCTAVA

Te conocí tarde; tú, sin desesperarte, esperabas, porque conoces las raíces del árbol que sueña.

¡Cuántos deseos de perderme en una estela de nubes de las que lluevan las letras del abecedario que cantas!. Perderme para encontrar esas notas que son caricias, alegrías, besos, cantos, gozos, sonrisas, encuentros, miradas... y la infinidad de sentimientos perdidos por esta mano que no late al ritmo del corazón.

(Tu eternidad duerme en la madera del tiempo constructor de los árboles).

BEMOL Abiertas están las ventanas para que entren las manos del viento, siempre dispuestas a trazar rutas de alegrías en las rectas cardinales donde duermen aires y ritmos. Abiertas están las ventanas para que cuando lleguen, como vendaval o brisa, transcriban las melodías soñada por los durmientes.

RASGUEADO ¿Qué anhelo quiere nacer de este impulso que agudo baja rasgueando las dóciles cuerdas?.

Y al encontrarlas, desgranarlas del ramo de vacío (para el que no nacieron) dentro de tu concha de madera, donde grano a grano madurará el mosto de ambrosías para embriagar los sentimientos en los que danza la vida.

CEJILLA Cuantos caminos hay entre tu boca y mis manos besando con cejillas en trastes de mejillas, para que tu desnudo pecho vibre de pasión.

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el pulso de la luz y su sonido. CLAVE En esta esperanza, única, solitaria, descansa el alma silenciosa: guitarra: poesía y música.

COMPÁS

CODA

Sólo el silente amor transmite el sentimiento verdadero que palpita en el corazón de la belleza.

Vuelves de tu silencio hasta mi calle inmóvil, para iluminarla de rebosante mediodía.

Sólo el silencio amoroso, de tu fecundo vientre, alfombra, las noches sin luna del corazón, con la belleza.

Vuelves a tu silencio desde mi calle embelesada, por la tenaz hermosura de la música envolvente en tu memoria crepuscular.

PUENTE Detrás de ti, ante mí, entrelazando nuestras sombras con deseos de pasión está la íntima caricia, y el encuentro de los cuerpos buscando trascender la ambivalencia de sus formas. (Somos como mar y cielo reflejándose mutuamente en sus ámbitos de colores).

ESCALA MAYOR Sueño de amor, de pasión sin locura, dado en cáliz de música dorada (juego de manos y alma enamorada) por la guitarra, con fuego y ternura. Sueño de amor para ésta vida oscura, donde la voz del viento está olvidada tras el velado ruido de la nada penetrando, con trápala sonora, en los amaneceres de los hombres. Sueño de amor, céfiro de silencio, sostenido en un único latido en las puras y melodiosas cumbres de los corazones, dando a su espacio

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yo, soñando para despertar.

ARPEGIO

CHACONA

CANTABILE Admiro estas dunas de madera color de trigo tostado. Admiro este vientre de madera irisado de pan dorado. Y este largo cuello de madera por delgadas huellas marcado. Así eres tú, toda de tierra, como barro al fuego domado.

Eres de madera arrancada a la tierra, metamorfosis de su sangre universal. Eres madera trasplantada a la vida, libando tus raíces en la luz etérea de la solitaria música del mundo. Eres la madera que arranca el misterio, enigma del tiempo, perdido en la tierra. Eres la madera que pulsa la aurora, sembrando colores en los corazones para ser música del río de la vida.

Diáfana y ágil es tu memoria, como el aire que vivifica los almendros con los sonidos, todavía escondidos, del canto de la primavera. Todos los inviernos sanan su frío dolor con melodías arpegiadas de primavera al son de guitarra.

A TEMPO Déjame hoy, paso a paso, sin prisa, llegar hasta el crepúsculo: Que el tempo allegro abra sus horizontes (memoria del caminante) al ritmo que enraman estos versos. Ir lentamente, dejando atrás suelo y cielo, embriagándome de fantasías sostenidas en los acordes de las cuerdas, hasta encontrarte allí en la distancia -tras el humo, tras el azul, tras el adiós futurodonde seremos música herida por una lengua de fuego.

TOQUE APOYANDO

RITENUTO

Como hoja de otoño transformada para ser tierra, como tierra de otoño que en un día de luz será hoja; así nosotros, con la constancia de los días y de las noches, nos mudamos:

Esa dulce última nota, retenida, es una estrella vibrando con luz de conciencia, como único lucero en el crepúsculo, donde la lluvia de la tarde ha impreso el susurro quedo de las lágrimas.

tú, carne, yo, madera; tú, despertando los sueños;

Sentimiento cristalino de instante perenne donde la soledad pierde su memoria,

Un único sentimiento cubre las ventanas donde la sangre y la razón se posan.

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para ser mariposa transparente de alegrías

DISONANCIA Ahí llega la noche; tratará de separarnos. Todavía no sabe que al dormirnos desvelamos la fantasía dormida en la música. (Sólo las horas duermen).

TIMBRE Era la hora de transitar por el misterio donde la canción, de un pájaro silencioso, despertará la belleza durmiente bajo la ocre piel de carne y madera. La guitarra anunciaba invisibles danzas de conciencia moduladas por las olas de largos trinos, como cadencia incesante de la pasión serena descubriendo la luz del misterio. Fue el instante de la reflexiva certeza augurando maravillas a la existencia. Fue el instante del sueño de la libertad caminando con el canto de la guitarra.

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PENTAGRAMA

MAZURCA

SOLO Ensueño de solitarios: tú siempre soñando sola (en los cantos de tu soledad soñando). Hay vientos altos que te olvidan, te olvidan. Hay brisas suaves que no te recuerdan, no te recuerdan. También olvidada en los cuentos, también. Aún llevando en tu corazón la memoria del sonido,¡del sonido!. Sin embargo, tu presencia es evocación: de músicas de cristal sonando en los reflejos de los ríos, como himnos levantados por las alegrías de la luz. Ahora: tú, carne, y yo, madera, amores de solitarios, nos bañamos en los sueños reflejados de tu evocación silenciosa.

CROMATISMO El tiempo trenzó, en tu piel de madera, los dibujos usurpados por el agua al cielo. Tú les diste los colores dorados de los otoños: sus sombras ocres, sus fuegos inagotables de luz, junto al negro de la noche. De nuevo el tiempo ha jugado ha describir en tu piel arabescos de cristal, en los que el arco iris busca su complemento de luz.

De tus ámbitos escondidos, de tus luces candentes, de tus futuros inflexibles, de tu continua voz flamante.., de todos tus secretos silenciados están comprendidos los espacios de este largo amanecer que es la vida. Dime: ¿Quién te los ha regalado?.

RASGUEADO-LARGO Con un súbito rasgueado, relámpago de tus cuerdas, comienzas a deshilar el abalorio de dádivas aventuradas por un corazón, extasiado en tu alegría, como alba impresión sutil para ser flor de futuro.

ESCALA CROMÁTICA Tú que presientes los vientos desde el mismo corazón de su rosa; tú, que caminas en los aires abandonándote a su enérgica estela, tú, que acaricias con la brisa los besos pasionales de los amantes; ¿Por qué?, dime ¿Por qué me esperas ahí, solitaria, en esa esquina olvidada por el viento?.

MÚSICA Vamos pulsando el mundo, de la mano tú y yo, descubriendo misterios que sólo a los tres pertenecen: el cielo es un círculo sin tiempo, el futuro no llega sin retroceder, el amanecer no diluye el caos al igual que una rana no canta a la luna. Más nada se resuelve;

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el sigilo que diluye vuelve a disolvernos en su enigma. En el futuro pulsaremos el mundo, descifrando con música el omnímodo misterio de la vida.

Fue la primera vez, y desee que las manos del otro fueran mis manos abrasándome en el fuego con el que templas el cristal del silencio.

DOS GUITARRAS En sus manos abiertas llevaba el corazón para pulsar con sangre la memoria del tiempo. Con su deseo de amante adulaba el cabello desplegado en tu cuerpo entregado a sus goces. Del dos emergía el uno, de uno brotó lo vario, de estos, las melodías, y de ellas el silencio. El silencio hablaba de Recuerdos, Sonetos, Danzas, Preludios, Valses, de ciudades y ensueños... Esas manos abiertas se hicieron un día luz. Ahora el cielo es espejo de la eternidad diáfana de sus manos cantoras.

RECITAL Fue la primera vez. Concierto sin voz, pensé (qué poco te conocía). Y entonces... comenzó a sonar tu música (nuestra, de ellos, de todos) encadenándome a un vuelo de mariposas sonoras. Heme allí inmóvil, sintiendo como la luz no llena las ansias de mis ojos. Con la mirada ciega, abatida por tu veloz luz, recorrí ese interior de mis ojos, donde mil mariposas penetraron para llenar de crisálidas de cristal su vacío tiempo de silencio.

ESCALA MENOR Duele la paciencia del tiempo, de huella tan efímera como eterna; deja impronta de sangre endurecida por las horas impasibles e inmutables. Mas suena un arpegio de guitarra y el reprobatorio tiempo queda detenido en la eufonía serena del sonido de la luz. Se diluye la sangre en un júbilo de rocío que refresca ámbitos donde en verdad florece el tiempo.

SERENATA Si la guitarra fuera estrella, se ocultaría el sol entre el refulgente sonido que daría color a las noches. Si la guitarra fuera luna, danzaría la tierra allegrettos de luminarias zapateando en el universo. (Soñé con un cielo de estrellas y luna: si el fusil fuese guitarra, las balas serían canciones; si la espada fuese guitarra, su corte sería de música templada; si el corazón fuese guitarra; no habría fusiles, no habría espadas, por los que el hombre inventará la guerra. Soñé el sueño, entre estrellas y luna, del deseo de la guitarra).

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sentimiento silencioso.

ACORDE DOMINANTE ¿Quién espera en tu voz?. El aroma de la flor, espera; el fuego del trigo, espera; el agua clara, espera; la alegre hora, espera... y el corazón conoce así su destino: tu voz llena la espera para escuchar la voz silenciosa.

ACORDE SUBDOMINANTE BOLERO

ACORDE DE QUINTA ¿Qué lluvia te regalará su sonido si ya has libado de todas las aguas?. ¿Qué río te cederá su caudal si el tuyo no lo colma el infinito?. ¿Qué mar podrá llenarte, como a las caracolas, de canciones?. Entonces, dime: ¿por qué haces llorar a las nubes en un cielo azul, o detenerse el río de turbulentas aguas, o llenas de versos las caracolas del mar?.

Pasará el mundo. Entre lo que quede: El sonido de la luz. De nuevo tu voz nombrará, con pulso lento, pausado, todo lo que soñó; revelará: al tiempo, a la piedra, al número, al viento que es hiedra, a la letra, a los astros y su memoria, a la mariposa, al hombre y su historia, al colibrí y su flor, al amor que supera el dolor, a la lluvia, al río, al mar, al aroma del beso y del azahar, a las manos que aman y crean, y al ángel sembrando estelas de silencio que todo lo nombra.

MI mayor ACORDE DE SÉPTIMA Suena tu cálida música deshuesando las negras cerezas pendientes del árbol de cinco ramas, y al aire llenas de dulzuras convirtiéndolas en nubes otoñales: nube a nube, llueven notas dispersando el sonido acristalado de las lágrimas nacientes de tu transparente

¡Qué cercana es la vida que proclaman tus cuerdas; es brisa que se eleva hasta las altas cimas, donde los sueños son albos, creando nieves de conciencia!. Allí quedan enterradas las ambiciones impuras; en el sueño de las cuerdas sólo oirás silbar nombres sin sombra.

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jugando con la vida a descubrir misterios. FA mayor De nuevo el diálogo disonante: mi esfuerzo inútil, por dar pureza a la nota huidiza, busca tu ayuda jubilosa pero tú, caprichosa, la escondes en un cajón de risas: y el fa sostenido sube y baja por la escala disfrazándose de locura, de carcajada, de gusano, de columna, de montaña, de cigüeña en el campanario... de mil formas falsa de criaturas singulares. Imposible el compás. Abandono con la esperanza de que la nieve cubra las huellas de mis palabras.

En tu música la sutil respuesta: convicción inspirada lacrada por la última duda. SOL mayor De las noches de la Alhambra llenas de aromas tus noches. En la mañana, recuerdos traspasados por mis manos traen la inquietud de unos ojos trémulos, buscando el mar lleno de estrellas azules que, de niño, un día soñó. Sólo el horizonte y tu llenáis su cielo de estrellas, coloreándolas de azul. Son noches de la Alhambra, son noches que tu silencio llena de aromas que nombra.

(Sé que las nieves de invierno cubren los sueños en clave de sol). SI mayor DO mayor ¡Cuántos rostros imperturbables se reflejan en tu faz de madera y descubren su propia sonrisa!. ¡Cuántos corazones lloran en la alegría de la guitarra!.

Brota la música, describiendo silencios solidificados por los trémulos labios de las cuerdas, hacia los jardines etéreos donde florece toda voz, toda palabra, como madreselva con flor de nomeolvides. Brota la música enraizando en la memoria del corazón los silencios de la guitarra.

LA mayor Todo es en tí, por tí, convicción de sentir, de ser una existencia real, única, alejada de cualquier dualidad. Mas todo es efímero(en mí) y he de abandonarte. Instante eterno esas horas de olvido; instante breve los momentos de recuerdo. Tratando está de nacer la última duda, la más densa,

RE mayor Es la guitarra árbol solitario. Un pájaro silencioso lo habita, salta entre sus ramas aceradas, y canta la canción suspendida entre fértiles hojas negras. Es la guitarra nube en el cielo. Al alba y al ocaso da color, geometría bañada en arrebol, recordando, a los ojos de las sombras,

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la ebria misericordia de la luz.

ADAGIO ¿A dónde mirar?, ¿cómo no ver en cada forma sinuosa tu perfil insinuante donde duermen melodías sonantes?. BARCAROLA

LARGO He querido buscar un nombre con el que llamarte; ya no me basta el nombre de una palabra genérica. Necesito el nombre con el que te nombran mis sueños dentro de mí. Tienen los mares, los vientos, las flores, los ríos, las montañas, las playas... todos tienen su nombre: esperaban sonriendo en un silencioso mapa de sueños, dibujado y coloreado por siglos de amaneceres y atardeceres.

¿Hacia dónde mirar?, ¿cómo ver el final de los ámbitos si creas términos sinfín?. Empavesas la mirada con una constelación de notas para conquistar todos los espacios: el mar lo haces mar con olas de arpegios; el cielo es, abierto y azul, donde suben y bajan escalas; la tierra es, superficie y aire, donde se camina al ritmo cromático de los días y de las noches. Eres espejo de madera donde el mundo se refleja. Y yo no dejo de mirarte.

ANDANTE Y tu nombre apareció un día entre las notas de un allegro: Sólo lo pronuncian nuestros sueños, lentamente, hasta hacerlo nuestro.

LENTO Tú lo tienes. Lo ocultas. Esa ingravidez hialina tras la que se refugia la voz jovial que pronuncian los sueños de las melodías musicales. Tú lo tienes: el silencio donde la música se engalana.

Tu música: partitura abierta, clave de luz, enigma numérico: da color a cada pequeña flor plantada en las sendas lineales por donde camino; hilado cada paso, como guirnalda floral ciñendo todos los sentidos, se levanta la palabra para navegar en la espuma del vibrante mar de ritmos, hacia la playa de arenas íntimas donde

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el mar deja sus colores, desde su profundo azul hasta el blanco de la espuma. Playa de esperanza, sin Este sin Oeste, de sempiterno cenit, donde las gaviotas danzan el vuelo cristalino de la lluvia recogida por los ojos; playa donde la sal de un tiempo ha tejido arena de terciopelo. Entre tierra y cielo un nítido arco iris canta al silencio nuestros misterios.

de la voz de tus olas. ALLEGRO-MODERATO Un día te lleve junto al mar; en una pequeña playa, donde todo parecía aparentemente inmóvil, descubriste un rostro del mar cuando te entregó su húmeda sonrisa y, con ella, la primera caricia de su beso de salitre, posada en ti por una dulce y continua brisa. Rilaron las cuerdas estremecidas por un aroma de sal; entonces recordó la mar los bellos reflejos de su agua. ¡Al mar le diste tu rostro, guitarra; y te dio la mar el tiempo verde de sus profundos ojos!.

ANDANTINO Tendremos que inventar islas rodeadas de playas coralinas, en estos mares solitarios de horizontes siempre huidizos, por donde navegan sin rumbo sombras naufragas de sirenas. Y en cada isla (coral de luz), engalanada de silencio, una flor alba de ocho pétalos, fosforescencia de coral; cantará su corazón cantos olvidados por las sirenas; encrespadas olas de ritmos las conducirán a las islas donde, con manos de espuma, trovará tu voz para crear los cantos que sueña la flor.

MODERATO Vibran tus cuerdas como oleaje de mar. Hoy ese cuerpo es piedra de torvo rompeolas.

Allá en el horizonte tremolaron dos corazones, en la hondura de sus silencios, levantando una música de olas; y la playa se bañó en una pleamar de alegrías.

ALLEGRETO Viento de un ángel de oro dejando estelas de júbilo sonoro, vibrantes olas en un musical cielo, para los poetas cuya voz es anhelo de albas sonatas. Viento áureo de guitarra, ensueño y calma de la luz de la tierra, dentro del alma.

Insiste.

Viento entre las manos, de la evidencia creadora de caminos, de tu conciencia.

Haz, de este cuerpo, arena. Con esa arena haz playa. Playa donde descanse el son

Guitarra: Viento. Siento, canción y tiento pleno de sentimiento,

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tu pensamiento. ALLEGRO Mis manos, mi corazón, no te pueden olvidar. Tu solitaria canción me acompaña, como el mar dentro de una caracola; tu soledad no está sola.

VIVACE Del río, llegan del río murmullos de siglos. Del pozo del río recoge cantos la guitarra, como vientre de siglos. Así llegan con el río sones del hombre y su tierra que la guitarra nos recuerda en cualquier fiesta Del río, llegan del río los cantos festivos.

PRESTO La fiesta de los Océanos recorre tu mástil. La fiesta de los vientos solanos se refugia en tus cuerdas. Se levantan danzas relampagueantes y ondas de olas encrespadas de música. Los mares quieren ser nube y cielo, y el cielo quiere ser arrebol de coral; mientras, el corazón es pez de color jugando en las aparentes turbulencias del ritmo vivaz y festivo de tu canto. Y un mar de espumas empapan de alegrías todas las playas, donde las olas, ya serenas, danzan valses coralinos con la asombrada luna.

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DÉCIMAS Tal vez no soy el que esperabas: quien de ti dulces armonías saque. Limitado estoy: ni soy, ni seré; en mi corazón están tus mismos deseos. HABANERA

SEXTAS Hoy te abrazo con el deseo que expande la música de los enamorados; acaricio con mi brazo tu estática cintura entregada cuando mi mano se acerca a tu redonda luna, boca extasiada de silencio, cuya voz, siempre cálida, irradia la música para ti, para mí, como agua y tierra de infinitos horizontes enamorados.

Cuánto quisieran mis sencillas manos: llenarte de colores primaverales, cubrirte con sombras frescas de mediodía, acariciarte como una noche plena en aromas de azahar... Cuántos deseos en los sueños de mis manos: ser huella del suave beso de un adagio, ser nota sostenida como mirada de enamorados, ser interminable coda de un aire alegre, ser glissado en ti del corazón suspendido... Cuántos sentimientos en la memoria de las manos: quieren ser el perfume de tu corazón de madera, quieren ser como el jardín de los sonidos en el que el viento aprende su canto, quieren ser remembranza de los sueños de una tierra jovial y festiva... Tal vez no soy el que esperabas, mas contigo soy más que lo que soy.

OCTAVAS Y una sola cuerda es capaz de nombrar, con voz y son, la voluntad del cielo.

MI menor ¿Quién puede decir que estás fría?, si en cuanto te toco vuelves mi sangre incandescente. Entonces sé que tu savia aún bebe de la luz, esa luz que insuflas con el durmiente viento callado de tus sonoras cuerdas.

FA menor No es como abrazo de amantes, pero entre cielo y tierra seguro que no hay caricia igual: tú, vibrando, me hablas, con el idioma de las melodías, de lo que sueña el mundo; yo con mis dedos pulso y recito los silencios escondidos en mi historia. Nada queda al azar del encuentro esperado. Pero, aún así, no necesitamos clave para declamar nuestra gramática de sentimientos.

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SI menor FA # menor Detrás de los sonidos te busco. Si el pájaro canta, tras su vuelo deja tu imagen. Si el viento silba, tras su silbo pronuncia tu nombre. Si los niños cantan, tras su voz queda tu palabra. Detrás de los sonidos te busco: todo es estela canora que a ti me lleva.

Guitarra: celosía de sonidos con los irisados ojos emplumados del pavo real. Guitarra: madreselva de sol florecida en melancolía. Guitarra: espejo de cálida tierra humedecida por cristales de lágrimas compasivas. Guitarra: máscara de la invisible herida en el inviolable árbol nacido a la sombra del amor.

SOL # menor ¿Cómo pudo ir en pos del viento sino con alas de tu canto?...

Guitarra: ánfora donde Eolo guardó los cantos del viento aprendidos, en su cuna, del cielo.

Sueño con paisajes lejanos. Despierto: sé que no podré hollarlos; por eso los busco en tu vientre, celador del viento, donde duerme el sueño del águila.

DO menor Cantos de guitarra escucha la Alhambra; cantos atrapados por fuentes donde se baña la luna: su brillo expande tras esta noche que todo lo alfombra;

LA menor Puente de mediodía a medianoche, puente de alba al crepúsculo, sobre el mismo río donde se reflejan la ciudad y sus sueños. Sobre tu puente el destello de un alma y seis estrellas se bañan en la voz del río. (El río canta melodías que ensueño).

cantos de guitarra llenos de aromas danzantes, en el jardín de las flores, con las rosa, jazmines, y azahares extendiendo el sonoro eco de poemas para ungir de misterio el terciopelo rojo (luz) de las piedras del castillo. Sonríen las aguas, plañe la guitarra los sonidos donados por el cielo. ¡Las almenas, la guitarra!. Qué bello cuadro entre las estrellas y la tierra.

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RE menor Las horas que el tiempo teje, con estambres de invisible maroma exudando olvido, envuelven la libertad (luz) de las esbeltas alas del sueño creador del hombre. La guitarra teje al tiempo hilvanándolo de música (luz), encadenada sobre urdimbre de pentagrama. Sienten las manos el sueño nacido entre la guitarra, generado con anhelo de volar en libertad. Ahora las manos son alas del pájaro silencioso recordando el dulce canto silábico de la luz; en su vuelo, la memoria fertiliza nuestras horas con tiempo de libertad.

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los colores que visten al viento. E. GRANADOS

JOTA

D. AGUADO Alguien ha abierto sendas para que caminemos por la alfombra floreada de notas silenciosas; para ti, para mí: abren la única puerta donde nuestro horizonte, de ilusiones sin límites, danzará en línea recta.

I. ALBÉNIZ

En este momento las horas se han detenido; pero nosotros palpitamos de inquieta alegría, como el mar y la playa cuando se encuentran; así, tú y yo, abiertos por un pleamar de nostalgias, ascendemos, sin separarnos, en la cresta de la ola para alcanzar la voz de nuestros sueños.

Sé que cuando te abandono viajas al país cálido donde te afanas en colorear auroras y crepúsculos. Allá dejas toda la tristeza, esa que ignoro (¿tristeza arrancada de las sombras de mi pecho?). Sé que con ella haces las nubes cubriéndolas con pigmento de arrebol. Aquí entre las nubes y yo, queda un espacio de nostalgia. Sé que cuando te tomo lo llenas de estrellas diurnas.

M. LLOBET Ese largo y negro pensamiento tiene el fulgor, como relámpago, de las sensaciones del tiempo: hora de palabra, hora de fuego, hora de silencio.., horas bruñidas por la percepción del viento.

E. PUJOL S. BACARISSE Escribí un pequeño poema sobre cinco líneas. Te las entregué en un atardecer pulsando con palabras mudas tus silenciosas cuerdas. Y el poema tomó alas de luz: y nos fundió en una única conciencia. M. DE FALLA Quien de tu cielo dude mire en tu pecho de silencio oscuro, tal vez le muestres

Sonoro poema, de dodecasílabos versos, donde los dedos son labios enmudeciendo al silencio, para levantar el eco de la vida que, palpita, vibrando de pasión, en tu cuerpo de poema. G. SANZ Se han abierto todas las flores buscando la luz de la música, con pétalos extendidos escuchan las escalas para teñirse (siempre luz) de la memoria del color.

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A tu alrededor nace un jardín.

el amable susurro de un riachuelo,

J. RODRIGO

el inmanente esfuerzo de una semilla, la incredulidad maravillada del ojo del niño, el indefinido azul de la caricia de mar y horizonte, la palpitante obsesión de la luz, la unificadora paciencia de la soledad, el cálido canto del sol en la piel de la tierra, y la esbelta sombra de tu palabra perfumada en la sonoridad de tu poesía.

Cada compás es un rastro inseparable de la belleza por donde transito tras tu alma de lazarillo.

Lo que dejamos atrás viste de auroras perdurables al futuro que se entrega. Y así recorremos distancias que los amantes cubrirían con caprichos y besos; pero nosotros lo vaciamos de todo alfabeto de signos para sentarnos, al borde de la sábana desplegada por la noche, contemplando la soledad sonora e integradora de todos los seres. Por un momento nos acercamos al centro puro, hontanar de toda belleza, coloreándonos tu, de mi, yo, de ti.

Guitarra eres todos los días, y yo...el ser albo donde sueñas tus melodías.

F. TÁRREGA Para la soledad: la voz del silencio. Para crear: mis manos y el espacio. Para la paz: sólo esa palabra. (con raíces en el corazón y la vida) Para la vida: la guitarra, su luz y su sombra. Para la libertad: manos, paz, guitarra, soledad.

R. SAINZ DE LA MAZA En ésta tarde de estío pulsa el viento los dorados cabellos de los trigales, como áurea arpa de la tierra. Jugando está la cigarra con el fuego de esa música de eternos sonidos cálidos, unidad de sol y de brisa. Nadie conoce los cantos del viento y de la cigarra, son recuerdos de las brasa dejados por el sol en tu madera.

H. VILLA LOBOS Quisiera encontrar el último verso que de sentido al silencio sonoro, musical eco de la canción. Quisiera encontrarlo entre tus cuerdas con la mano del trovador de las estrellas, blancas y abiertas de amor y luz. Quisiera encontrarlo en las trasparencias del beso de la alba luna en tu piel, bruñida como flor de la noche.

F. SOR Todos los días eres guitarra, y yo...yo soy lo que dejas en mí:

Quisiera hallarlo en tu orlado brocal del pozo de donde mana la música velada del

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último verso. ACRÓSTICO SONORO DOS SAETAS ELEGÍACAS

ANDRÉS SEGOVIA Granada: Alhambra: Patio de los leones: silente rumor de aguas y luceros. La guitarra, con sus ritmo sonoros. Un corazón, unas manos, sus sones, aires de trovador enamorado, danzando entre las cuerdas paralelas, sus ritmos y su amor abriendo estelas de dulces melodías, entrelazando flores y sueños que de España clamas. Segovia eres, guitarra, Andrés te llamas, mientras pronuncias fragancias de campos y pueblos: Sevilla, Cádiz, Granada... Danza...Rumores...Recuerdos...Leyenda... Desde tu guitarra alumbras los tiempos.

NARCISO YEPES Diez cuerdas desplegadas hacia el mundo; velero de guitarra, de sur a oeste, de norte al este, que en un mar celeste, de poemas musicales, vas surcando hasta puertos en costas y montañas. Diez cuerdas, con alegrías de cruz, tientas para dar nombres a la luz: son, la guitarra y la paz, tus enseñas. Dios abre el camino, tras EL, el hombre con su guitarra: Narciso es tu nombre, siempre flor, de inolvidable romance,

MIentras el dulce sonido se ensueña en ella, LA sinuosa forma, madera de mujer, REcrea en su diversa sonoridad inerte, SOLiloquios llenos de ecos reconocibles, SIlencios del hada durmiente de las cuerdas; MIentras su cíclope ojo, siempre desvelado, MIra, como testigo ausente de sí mismo, LA tensa y febril espera de sus cuerdas; REctas que recorren su madera fecunda, SOLitarias, indivisibles, desiguales, SIempre dispuestas a la enérgica caricia (MÍnimo grafismo de una mano virtuosa), MItológica quietud rota con candor: LAtiendo al unísono, seres que se buscan REnacen a la inquieta búsqueda melódica: SOLemne pacto de la vida y el instrumento, SÍntoma emotivo del acto musical, MImética adquirida entre ser y objeto, MIsterioso abandono de armonía sonora LAtente en el vacío. Atrapado por dos manos REsponden, a éste intenso y palpitante encuentro, SOLícitas notas en acordes y punteos; SIguiendo la estela florida del compás, MIl sonidos rítmicos brotan de la escala. MInerva otorga sus esplendorosos dones; LA mano sutil de Euterpe los distribuye, REviviendo al duende del alma adormecida, SOLista lírico, del que emana un arco iris SIncopado con el hexagrama sonoro, MInarete proyectando el ensueño armónico: MInuetos, gavotas, zarabandas, chaconas, LA jota, el bolero, la zambra, la polca... REsuenan en alas de la brisa de los sones; SÓLidos compases se expanden desgranándose SIncronizando lo humano con lo divino: MIeses de guitarra del alma embelesada.

en el jardín sonoro de conciertos, sonatas, canciones, estudios, cantos... en tus manos la guitarra:¡Amanece!.

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SONATINAS DE GUITARRA

ÍNDICE

PAVANA: CLAVE ARMONÍA FORMA LIGADO TIEMPO CALDERÓN MELODÍA TRANSPOSICIÓN ESTILO COMPOSICIÓN ESCALA DIATÓNICA ACORDE ZARABANDA: AL AIRE INTERVALO ARMADURA TRESILLO SIGNO SILENCIO RITMO TEMA SEMITONO TONO GALLARDA: SOSTENIDO # BECUADRO BEMOL RASGUEADO DUO OCTAVA CEJILLA CLAVE CODA PUENTE ESCALA MAYOR COMPÁS CHACONA: CANTABILE CADENZA REPERTORIO TOQUE APOYANDO

ARPEGIO A TEMPO RITENUTO DISONANCIA TIMBRE MAZURCA: SOLO CROMATISMO PENTAGRAMA RASGUEADO-LARGO ESCALA CROMÁTICA MÚSICA DOS GUITARRAS RECITAL ESCALA MENOR SERENATA BOLERO: ACORDE DE QUINTA ACORDE DE SÉPTIMA ACORDE DOMINANTE ACORDE SUBDOMINANTE MI MAYOR FA MAYOR DO MAYOR LA MAYOR SOL MAYOR SI MAYOR RE MAYOR BARCAROLA: LARGO LENTO ADAGIO ANDANTE ANDANTINO MODERATO ALLEGRO MODERATO ALLEGRETTO ALLEGRO VIVACE PRESTO HABANERA: SEXTAS OCTAVAS MI MENOR DÉCIMAS FA MENOR FA # MENOR SOL # MENOR LA MENOR SI MENOR DO MENOR RE MENOR

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JOTA: DIONISIO AGUADO ISAAC ALBÉNIZ SALVADOR BACARISSE ENRIQUE GRANADOS MIGUEL LLOBET ENRIQUE PUJOL GASPAR SANZ JOAQUÍN RODRIGO REGINO SAINZ DE LA MAZA FERNANDO SOR FRANCISCO TÁRREGA HÉCTOR VILLA-LOBOS DOS SAETAS ELEGÍACAS. ANDRÉS SEGOVIA NARCISO YEPES ACRÓSTICO SONORO

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