Somatizaciones, Cuando El Cuerpo Nos Habla

Somatizaciones: cuando el cuerpo nos habla Distintas dolencias son el resultado de cómo nuestro cuerpo reacciona al male

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Somatizaciones: cuando el cuerpo nos habla Distintas dolencias son el resultado de cómo nuestro cuerpo reacciona al malestar cotidiano Siempre he tenido una gran facilidad para sentir en el cuerpo aquello que me sucede, tanto lo bueno, como lo malo o estresante, de somatizar los eventos que me acontecen. Lo malo en forma de contracturas, dolores de cabeza, lumbalgias, problemas digestivos…; y lo bueno en una mayor capacidad respiratoria, expansión, relax, y bienestar... (D. Saphiro 2002). La relación entre el cuerpo, la mente y las emociones Actualmente está universalmente aceptada la relación existente entre el cuerpo, la mente y las emociones. En el cuerpo se incrustan los mensajes de nuestro mundo emocional, somatizamos lo que sentimos (Jung 1935, W.Reich 1949, Baker 1967, Lowen 1974). De hecho, existen numerosas investigaciones que ponen de manifiesto la relación que existe entre las situaciones estresantes y su vinculación con los estados psicológicos negativos, y su consecuente influencia en la respuesta inmunológica y propioceptiva (Dr. Levine 1997, 2010). La palabra psico-somático se refiere a que la Psique, la mente, afecta al Soma, al cuerpo; es decir, que la tensión mental influye en el estado de los tejidos corporales, de los músculos, de los órganos, de la piel, del tejido fascial…. generando dolor, inflamación, lesiones, enfermedades… Hablar de enfermedades psicosomáticas NO significa que lo que se esté padeciendo no sea real, ni que sea inventado, de hecho, las experiencias vitales generan una tensión tal que, con el tiempo, acaban causando dolor físico o lesiones orgánicas: úlceras de estómago, acidez, dolores de cabeza, lumbalgias, alteraciones intestinales, alteraciones de piel, fibromialgia… (Tobón, Vinaccia y Sandín 2004; Dra.Maiteikova 2011). Todas ellas lesiones que deben ser debidamente atendidas y tratadas, pero además se vuelve necesario intervenir psicológicamente, para que esa tensión, ese estrés no siga afectando o dañando al cuerpo, ni desencadene una enfermedad.

¿Cómo sucede esto? ¿Por qué la tensión se va al cuerpo? De bebés, antes de ser capaces de verbalizar lo que nos sucede, antes de ser capaces de dominar el lenguaje, utilizamos todo el cuerpo para expresar el dolor, la rabia, la angustia y también la alegría, la sorpresa, el miedo.... Las madres (y padres) hacen una lectura de esas emociones y enmarcan con palabras lo que le ocurre a su bebé. La somatización es la primera forma de comunicación que aparece en el principio de nuestras vidas. Como las emociones todavía no pueden ser elaboradas psíquicamente, son trasladadas al cuerpo en forma de llanto, alteraciones en la respiración y en el ritmo cardíaco, convulsiones, inquietud...; El lenguaje irá poniendo límites a esa angustia y construirá nuestro psiquismo, enriqueciendo nuestro repertorio emocional básico. ¿Cómo podemos dejar de somatizar? Ser flexibles ante los cambios y los imprevistos, implica cierto nivel de creatividad, de adaptación y de aceptación. Ser conscientes de que no podemos controlarlo todo nos permite sobreponernos y afrontar con mayor fortaleza y entereza los reveses de la vida sin generar esa lucha interna que termina en dolores y molestias físicas. Puesto que se manifiesta en el cuerpo aquello que no podemos asumir, es necesario poner palabras todas aquellas emociones que vamos sintiendo, todas aquellas experiencias que vamos viviendo. La palabra permite darnos cuenta de lo que nos sucede, aporta consciencia a nuestras reacciones, y ése es el primer paso para poder reposicionarnos ante las situaciones dolorosas o estresantes, generadoras de tensión. Escuchar a nuestro cuerpo es fundamental para comprender cómo nos afectan las situaciones que vivimos, lo que sentimos y cómo recolocarnos frente a ellas. “El cambio ocurre cuando podemos sentir más en nuestros cuerpos de lo que podemos solamente entender por medio del conocimiento racional.” (E.Gendling)