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SHANGO..!

Los Yoruba fueron influenciados por el mundo antiguo, es falsa la hipótesis de que la religión Yoruba es de generación espontánea y que no contiene elementos de otras culturas. Es posible que aspectos religiosos extraños a África y sus cultos llegaran a la región a través de Egipto, eso además de la contribución cultural de los babilonios, asirios, caldeos y árabes, también los griegos influenciaron el panteón Yoruba. Así podemos establecer un origen más o menos claro de donde provienen muchas de las características atribuidas a Shangó. Apolo o el que “despeja a codazos” es un Dios del panteón helénico que posee unos atributos muy arquetípicos del Shangó yoruba. Seguramente si revisamos las características de este Dios Griego, podremos aclarar algunas interrogantes de las afirmaciones que hoy en día se hacen en la diáspora africana sobre el Orisha. Apolo para los griegos era el Dios de luz o el que despeja la oscuridad con el Sol, debido a esta cualidad disipaba también la enfermedad y traía la salud. Una explicación dada por Plutarco es que Apolo significa “unidad”, ya que “polo” significa muchos y el prefijo (a) es un negativo. Este dios helénico está asociado con la monada, pero tiene doble polaridad, es decir en el cohabita la unidad y la multiplicidad. Esta doble polaridad está también presente en el símbolo que Shangó porta en su cabeza (el hacha bipene o de doble filo), dicho atributo no solo representa la doble condición de la guerra (destrucción y construcción), sino la unidad y su proyección como multiplicidad. La profundidad de este hecho tiene que ver con el origen del universo, es decir el proceso físico que los astrónomos han denominado Big Bang y que ocurrió a nivel mental en el “Todo”, donde la unidad se proyectó para crear la multiplicidad, quedando atrapada en la materia una fracción infinitesimal del “Oloddumare”, dicha fracción es lo que algunas religiones llaman la chispa divina, la cual se manifiesta a través del ego; este concepto es muy importante para describir la esencia de Shangó, pues él es arquetipo del Sol al igual que Apolo, amén de que el astro Rey representa el ego humano, mas adelante explicaré que papel juega el ego en los hijos de Shangó.

Otra característica de Apolo es el manejo del arco y la flecha, lo que lo convierte en jefe de ejércitos, protector contra los invasores e instructor militar, además de sus dotes musicales expresadas en la lira y la cítara; es dueño de la adivinación, la profecía, las artes y el chamanismo. Todas estas cualidades están presentes también en Shangó, solo que expresadas en elementos africanos como los tambores Batá, el hacha de doble filo y los instrumentos de adivinación de la religión yoruba. El Osha al igual que el Dios griego, es dueño no solo del arte de la guerra (expresado en Oggue, el cual es su estratega), sino de la música y las bellas artes como la danza; pero es el momento de desmitificar lo que se ha extendido entre los sacerdotes yoruba de la diáspora africana… Los que afirman que Shangó entregó los atributos de adivinación de la religión para dedicarse al baile, las mujeres y el aguardiente están errados; así como Apolo es el dueño de la profecía, la adivinación y tenía consagrado el oráculo

de Delfos, Shangó es el dueño de la adivinación en la religión Yoruba y es justamente por sus dones de visionario que es el amo de la religión yoruba. Muchas de las historias que se cuentan de que Shangó entregó el Opón (tablero de Ifá), el Irofá y el Iruké a Orunmila, son meros recursos pedagógicos para justificar que Orunmila es el adivino mayor de esta religión, pero resulta que el don de la adivinación es independiente del oráculo a usar. Orunmila es el destino del hombre expresado a través de Ifá, pero ser su sacerdote no es garantía de ser un buen intérprete de ese destino o tener el don de la adivinación; y de allí parte la fama de los hijos de Shangó como adivinos. Está claro que para aceptar esa proposición, debemos despojarnos del fundamentalismo, el cual nos ha postrado con las falsas historias sobre Shangó. Este Osha no andaba explotando pólvora para hacer el mal, no se montó sobre Yemayá para robar el huerto de ñames de Olofí, no andaba de fiesta en fiesta bebiendo aguardiente y con mujeres cuando Obbatalá perdió la guerra; no se ahorcó por haber aceptado la hospitalidad de un homosexual y mucho menos tuvo relaciones sexuales con casi todas las Orishas del panteón Yoruba, y es que esas conductas representan el comportamiento de algunos de los hijos del Orisha y no de Shangó. El nacimiento de Shangó tiene en la diáspora africana dos vertientes; la más común lo define como hijo de Yemayá y Obbatalá. Esa sórdida historia de Oggún violando a su madre, Obbatalá maldiciéndolo y luego tratando de asesinar a sus hijos debido a un repentino ataque de amnesia (entre ellos a Orunmila y Shangó), es una deformación de la mitología griega, la cual relata que Cronos devoraba a sus hijos por la maldición que Urano le profirió y la guerra que Zeus sostuvo con los titanes; Pero lo cierto es que el nacimiento de Apolo ocurre en pleno océano, esto debido a los celos de Hera (esposa de Zeus). Por eso se ubica a Shangó como hijo de Yemayá (la dueña de los mares en el panteón Yoruba). La otra arista del nacimiento del Osha, propone a Shangó como hijo directo de Olofí; en esta historia de origen gnóstico, Shangó baja del cielo a la tierra en un rayo y se transforma en piedra (Odú ará); aquí evidentemente se sostiene la tesis del origen del universo explicada anteriormente. Pero aún queda la duda: ¿Por qué la fusión femenina con Shangó?.. Al revisar la mitología sobre Apolo, impresiona el número de amantes femeninas que tuvo; algo parecido a lo expuesto en la mitología de la diáspora africana sobre el Dios del trueno africano; sin embargo, al igual que Shangó, a Apolo no le fue tan bien con sus amantes; es típica la historia de su relación con Casandra, allí el dios helénico a pesar de su belleza y sus ruegos, esta hembra humana lo rechazaba; pero obstinado al fin le ofreció a Casandra el don de la profecía a cambio de ser suya; la fémina astutamente aceptó y luego se negó a sus pretensiones, este entonces la maldijo diciéndole: “No puedo quitarte el don que te di, pero tu maldición será que nadie creerá lo que predigas”, efectivamente Casandra anuncia la destrucción de Troya y nadie le creyó incluyendo a su padre el rey de la ciudad fortaleza. Este síndrome algunas veces se presenta en muchos hijos o hijas de Shangó, estos predicen cosas que no son tomadas en serio por los demás e infelizmente ocurren. No obstante la maldición que Shangó echa a las mujeres en el signo de Ifá Iroso Sá, parece tener el origen en esta relación de Apolo con Casandra; No

obstante, es “vox pópuli” entre muchos sacerdotes de la diáspora africana, que muchos hijos de Shangó tienen una tendencia a la homosexualidad, y se la atribuyen a que han tenido tantas mujeres o han sufrido tantas decepciones que se entregan a una relación homosexual. Esto es otro producto de la asociación de Apolo con el Orisha, pero existe un fondo velado que vale la pena analizar. .. Apolo entrenaba a los jóvenes en la Palestra, el cual era un lugar donde los jóvenes se reunían para practicar atletismo y artes militares, estas actividades las realizaban siempre desnudos, y de Apolo quien era su instructor, se decía que representaba al educador ideal y por tanto amante de los muchachos. Todos los amantes de Apolo eran más jóvenes que él, esto al mejor estilo de las relaciones pederastas griegas de la época; muchos de sus amores masculinos murieron trágicamente. El caso más emblemático es el de Jacinto, hermoso joven espartano, el cual era codiciado en secreto por Céfiro, otro joven de la palestra. Un día este cegado por los celos hacia Apolo, en una competencia lo mató con un disco, se dice que el dios helénico lloró tanto a su amado que llegó a maldecir su propia existencia. Resulta también interesante la historia de amor que vivió Apolo con el joven rey Admeto, donde el Dios griego le sirvió de criado y lo protegió de la muerte, retrasando la hora fatídica de su amado en varias oportunidades. Quizás por la doble vertiente que tiene Apolo, en cuanto a su pasión por las mujeres y los hombres, este sea la causa determinante de que a Shangó en la diáspora africana se le fusionara con Santa Bárbara y que a sus hijos se les creara la fama de homosexuales, pues el sincretismo no solo trajo al Osha la arista positiva sino la negativa también. Pero para poder analizar las consecuencias astrales de ser un hijo de Shangó, daremos un paseo por Heracles o el llamado Hércules de los romanos. Quien se tome la molestia de leer la historia completa de este héroe, encontrará una serie de analogías entre la vida de este semidiós y los hijos de Shangó; se debe resaltar, que todos quieren ser hijos del popular Osha, pero casi nadie está dispuesto a asumir las consecuencias de ser hijo de Shangó; esta situación es como querer ir al cielo pero sin querer morirse nunca. En los doce trabajos de Hércules está el arquetipo de las tareas que deben realizar los hijos de Shangó en la tierra para su purificación; cada uno de esos trabajos y que corresponden a doce encarnaciones, son necesarias para que al igual que Hércules alcanzara la categoría divina, el hijo de Shangó pueda alcanzarla también. El signo de Ifá Obara melli representa en la diáspora africana a Shangó, pero este signo es la imperfección, nótese que Obara es el signo de la balanza (arquetipo del sexto signo del zodíaco), y él aún busca el equilibrio en ese signo. El signo de Osha Eyila Sheborá representa la perfección a través de la purificación del fuego, donde se ha concluido el viaje a través de los once signos astrológicos previos, y se llega al dominio de los dos peces (doceavo signo del zodíaco), en el cual el hombre hará su última tarea; si las lecciones fueron bien aprendidas y los trabajos bien hechos se ascenderá en la escala espiritual. Ahora ¿Cuál es la función del viaje a través de las doce tareas? Sencillamente la liberación del ego, esa chispa divina que quedó atrapada en nuestros cuerpos y que pugna por manifestarse con toda su intensidad luminosa. ¿Pero que le impide al ego liberarse en los hijos

de Shangó? pues la arista más oscura y perversa de su energía… Debe recordarse que Shangó es luz y oscuridad, y cuando este Osha da las tres vueltas del carnero se transforma en Abita. Así que el egoísmo manifestado a través de la egolatría es la lucha es la lucha vital. ¿Por qué se le pide constantemente humildad a los hijos de Shangó? Hay que entender que la humildad es someter la voluntad a lo que es más grande que nosotros y reconocer nuestras propias limitaciones, pero generalmente siempre actuamos en función de nuestros intereses (los del ego). No es fácil sacrificar el ego en función de un interés superior, y por eso son necesarios los doce trabajos.

Para ilustrar un poco lo expuesto analizaré el signo de Ifá Ojuani ni Shidí, allí está la historia de la hija de Olofí y su capricho con el mono de 9 colas. Relata el cuento que Oshosi el mejor cazador de la comarca, pero el menos considerado de todos, se comprometió ante Olofí a llevarlo vivo para satisfacer el capricho de la princesa y así obtener su mano. Luego de Oshosi darse cuenta que no era tarea fácil, consultó con Orunmila, y este le indicó sacrificio con carne podrida, cordel y hueso, y esos elementos le sirvieron al cazador para atrapar su presa y obtener la mano de la hija de Olofí. En su segunda tarea, Hércules debía acabar con La Hidra de Lerna la cual habitaba en un pantano pestilente (arquetipo de la carne podrida) y poseía 9 cabezas (el mono de la historia yoruba tiene 9 colas). Al igual que Oshosi, Hércules consultó al oráculo (Apolo) y este le recomendó“Arrodillándonos nos elevamos y el fuego lo purifica todo”, con este extraño mensaje y su garrote, Hércules se hizo acompañar por un primo que llevaba una antorcha. El héroe entabló batalla con el monstruo, pero como lo hacía de pie, cada vez que cortaba una cabeza de la Hidra, otra surgía en su lugar, de repente se acordó del oráculo y se arrodilló sumergiéndose en el pantano y La Hidra bajó a buscarlo, entonces el la tomó del cuello para cortarle nuevamente las cabezas, pero esta vez las cauterizó con la antorcha que portaba su primo. Finalmente Hércules al cortar la última cabeza esta se transformó en una joya que el héroe esconde bajo una piedra. Hay que señalar que el final de ambas historias (la griega y la yoruba) es similar, Hércules termina con una joya en sus manos y Oshosi con lo más preciado de Olofi, su propia hija. Pero ¿Qué nos enseñan ambas historias?… El simbolismo de la carne podrida y el pantano pestilente, son sólidos modelos de lo que habita en las regiones más oscuras de nuestro ego, esa es la Hidra que debemos combatir y exponerla a la luz del fuego, para así purificar los sentimientos más oscuros que habitan en nuestros corazones, y eso como dije anteriormente no es tarea fácil. Ahora ¿Cómo el hijo de Shangó, se entera de cual de las doce tareas debe emprender en esta vida? Para los que son sacerdotes hijos del Orisha y consagrados en esta religión, busquen en su trilogía esencial de signos de Ifá, allí encontraran la respuesta; para los neófitos o personas que no quieren o no pueden consagrase en esta religión, pero que saben que Shangó es su protector y guía, les queda el recurso de la astrología, pues al fin y al cabo la religión de los Orishas es la divinización del antiguo arte y ambas son el reflejo del cielo, solo

que una es profana pues perdió a sus sacerdotes, y la otra es sagrada ya que los conserva aún. No obstante mi recomendación personal es que: “Un hijo de Shangó no puede andar por la tierra sin corona, pues siempre será víctima de su propio ego” e inclusive afirmaría que si no está iniciado en la religión yoruba, los sucesos que ocurrirán en su vida y que poseen una fuente Kármica poderosa, lo llevará por el camino de las amarguras, pues el hijo de Shangó de una u otra forma tiene mucho que responder ante el cielo, no en balde este Orisha tutelar maneja el elemento fuego como purificador del alma; de todas maneras la cadena de sucesos negativos en la vida de un hijo de Shangó, lo obligará eventualmente a desarrollarse espiritualmente, ya sea en esta religión o en cualquier otra. Finalmente queda clara la doble polaridad de Shangó, cuyo simbolismo es el Sol interno de su hijo (el ego en la tierra) y la fuente primordial de sus energías en el cielo (el astro Rey), y así como Shangó hace su viaje a través de las doce constelaciones zodiacales, nosotros debemos emularlo con las doce tareas de Heracles. No es al azar la frase yoruba “Shangó grita lo mismo en el cielo que en la tierra”